R e v ol u c i ón

1 l i be r t a r i a
J a ime
B a li us

CGT Baix Llobregat, 2009

 Prólogo
La publicación de este folleto responde a una nece-
sidad. A través del mismo encontraréis plasmado
nuestro pensamiento.

Saludamos con emoción y con cariño, a los camara-

das del frente y a los camaradas que yacen tras re-
jas.

Salud, camaradas.

Enero de 1938
 Preliminares de la revolución española
La rotación política, que se ha ca- regresar a la península con los entor-
racterizado en España por el clásico chados anegados en sangre y con la
turno en el poder de los constituciona- afrenta de unos entes inservibles ni en
listas y los absolutistas y que ha cons- el propio terreno de las armas.
tituido el engranaje de la cosa oficial, Desde este momento se plantea un
se quebró de un modo fulminante con problema difícil para el pueblo espa-
el golpe de Estado que dio en la capi- ñol. Miles de paniaguados de un rey
tal catalana –en el año 1923– un gene- sifilítico vienen a devorar a los natura-
ral borrachín y pendenciero. les del país, puesto que se les había
La dictadura de Primo de Rivera es acabado la posibilidad de seguir es-
la resultante de la desastrosa actua- quilmando a los pobladores de las co-
ción de una política que se ha desen- lonias que maldecían a la España
vuelto entre despilfarros, monopolios, representada por los ladrones y asesi-
gajes burocráticos, primas, concesio- nos de fajín y de bocamangas.
nes y un cúmulo de pingües negocios El erario público necesitaba un de-
que se han realizado siempre con el sahogo inmediato. El acta de Algeciras
favor oficial. permite asaltar el perímetro de Ma-
La reacción de la militarada del año rruecos. Las minas del Riff que codi-
1923 es una expresión exacta de una ciaba el ex-conde de Romanones se
de las causas que han empobrecido a convierten en una ventosa que aspira
nuestro país y que han absorbido, casi la sangre y el dinero del pueblo espa-
por entero, el presupuesto nacional. ñol.
El poderío colonial de España dio La aventura de Marruecos ha costa-
vida a una taifa de aventureros, de do al tesoro nacional la cifra de
mercenarios, de políticos profesiona- 1.000.000.000 de pesetas y miles de
les y a una cohorte de tratantes de car-vidas ofrecidas en holocausto del gru-
ne barata. po financiero que representaba el ex-
Mientras que la burocracia del sable conde de Romanones.
y los caballeros de industria tuvieron La tragedia del Barranco del Lobo y
un mercado abundante en las posesio- la de Annual constituyen las fases más
nes de ultramar para robar y saquear, salientes de este matadero español
la España oficial pudo ir navegando que ha girado en torno de las minas de
con rumbo más o menos incierto. Pero hierro situadas en la cabila de Beni-
el desastre colonial llevó aparejado el Bu-Ifrar cerca del monte Af-Laten.
hundimiento de este tinglado que ma- Los militares han sido la eterna pe-
nejaba una minoría sin escrúpulos y sadilla del pueblo laborioso. De in-
sin entrañas. fausta memoria anotamos las Juntas
A fines del siglo XIX los militares se de Defensa. El inspirador de las mis-
quedan sin la presa codiciada. Han de mas –coronel Márquez– trató de in-
fundirles un espíritu liberal, pero el
favor palatino y las intrigas de La
Cierva pesaron mucho más que la su-
puesta buena voluntad de un coronel
que se vio perseguido y encarcelado
en Montjuich.
El general Primo de Rivera encarnó
todo el pasado que estamos narrando.
Del brazo de López Ochoa y con la
complacencia de la burguesía, de los
latifundistas, del clero, de las finanzas,
encaramó la espada en las alturas del
Poder.
Se ha señalado textualmente que el
ex-Capitán General de Cataluña salía
a la palestra a cancelar el expediente
Picasso –en el que estaban complica-
dos en primer término Alfonso XIII y
su testaferro el General Silvestre. Es
indudable que esta versión no es in-
fundada; pero lo que precipitó el golpe
militarista fue sin ningún género de
dudas el malestar que se manifestaba
en el seno de la clase trabajadora que,
harta de atropellos y latrocinios, se
disponía a barrer del suelo español a
los causantes de su infortunio. La bur-
guesía financiera e industrial puso to-
dos sus recursos en la tramoya militar.
Restringieron los créditos, sabotearon
la economía, implantaron el lock-out,
provocaron huelgas. Los burgueses
catalanes recibieron con grandes
muestras de júbilo la polacada de los
militares.
La etapa de Primo de Rivera se ha
de catalogar como un ensayo de la cla-
se dominante para eludir el zarpazo
de la clase trabajadora que en las eta-
pas venideras se produce con trazos
más categóricos. Su gestión fue la re-
petición corregida y aumentada de las
épocas pretéritas, con la idéntica co-
rrupción de costumbres y con la eter-
na desvergüenza que ha matizado, en
toda época, el cadáver de la España
castiza y harapienta. Al general muje-
riego, le sucede Berenguer al que re-
emplaza más tarde Aznar. Y como
colofón, es el conde de Romanones –
agente del intelligence service– quien
realiza el traspaso de la monarquía a
su antiguo secretario, a don Niceto Al-
calá Zamora, que de consuno con el
hijo de Maura y ayudado por un médi-
co palaciego –Marañón, del intelli-
gence service–, sentaron los pilares de
una República que forzosamente ha-
bía de culminar en la hediondez más
espantosa.
Nace la República completamente
yugulada de sabor popular. En lugar
de unas directrices sociales, forjadas
en el fragor del arroyo, prevalecen las
mismas taras de las etapas borbóni-
cas. El Poder lo detentan los políticos
que en los periodos monárquicos sir-
vieron a su amo. Alcalá Zamora era un
monárquico recalcitrante, represen-
tante del clero y de los latifundistas.
Azaña perteneció al partido de
Melquíades Alvarez; Miguel Maura,
otro realista; Alejandro Lerroux un
deshonrado...
La desolada España seguía la senda
de las traiciones, de los conciliábulos
inconfesables. La comedia de abril ha-
bía de costar raudales de sangre.
La República abrileña iba a dar re-
sultados catastróficos. A los pocos días
se producían acontecimientos. El vás-
tago del asesino de Ferrer, el autor de
108 muertos, el ministro que dio la or-
den de disparar sin previo aviso, con-
virtió nuestro suelo en una hilera de
cruces funerarias.
Al percatarse las masas obreras que
sus reivindicaciones eran vilmente
burladas, se revolvió airadamente
contra la misse en scène de abril. Mi-
guel Maura movilizó las fuerzas arma-
das de la flamante República para ase- pesetas que tenían incrustadas los je-
sinar y diezmar a los trabajadores. Pa- suitas en la economía nacional.
sajes, Arnedo, Castilblanco, Sevilla, La cuestión financiera tampoco fue
Cataluña... cataloga la naturaleza de resuelta. Se reconocieron las deudas y
una República que despide al sobera- los despilfarros de la Monarquía. Se
no con guante blanco y lo convoya en hipertrofió el presupuesto. Se aumen-
un buque de la escuadra. Y la familia taron las clases pasivas y creció gran-
de Alfonso XIII encaja los apretones demente la burocracia. La deuda
de manos del general Sanjurjo que en pública que en 1814 ascendía a
agosto de 1932 y en julio de 1936 ases- 3.000.000.000 de pesetas, aumenta-
taba duras arremetidas contra un pue- da vertiginosamente con los desastres
blo que fue juguete inconsciente de los coloniales y de Marruecos –conocien-
políticos que concedieron carta blanca do un ligero desinflamiento en la épo-
al general asesino y de abolengo rea- ca de Villaverde– llega al periodo
lista. Y en la estación del Escorial el abrileño con la cifra astronómica de
conde de Romanones decía muy que- 22.000.000.000.
damente a la ex-reina: Hasta muy
pronto. El 14 de abril protege a los rentistas
y grava al consumidor. El impuesto
Discurrió la República por constan- sobre la renta fue algo truculento. Se
tes fluctuaciones. En las Cortes Cons- hizo una política netamente burguesa
tituyentes no se dio solución a ningún a pesar de estar los socialistas en los
problema. escaños y en el Poder. Y los monopo-
El problema militar que sólo podía lios siguieron a la orden del día, conti-
resolverse con piquetes de ejecución, nuando en sus reales el
se trocó en una farsa. Azaña concedió contrabandista March que se dio el
a los militares el retiro con unas con- gustazo de fugarse de la cárcel cuando
diciones tan excepcionales que tuvo la a él se le antojó.
virtud de gravar enormemente las cla- La cuestión de los Estatutos tampo-
ses pasivas y entregó los cuartos de co dio un resultado satisfactorio. En
banderas a la oficialidad monárquica. uno de los artículos de la Carta consti-
El problema religioso también fue tucional se habla de una República fe-
soslayado. Debía expropiarse sin in- deral o federativa pero, en resumen de
demnización alguna a la Iglesia, amén cuentas, se mantuvo el centralismo.
de la supresión de la partida de cultos La cuestión agraria resultó un es-
y clero del presupuesto nacional. No carnio. El Instituto de la Reforma
se hizo así. Se legalizaron las órdenes Agraria fue un vivero de enchufistas.
religiosas dando carta de ciudadanía a Habían de asentarse 5.000 campesi-
las mesnadas que se cobijaban en las nos por año. Necesitaban tierra
300 órdenes religiosas y en los 10.000 5.000.000. Al cabo de mil años se hu-
conventos. No se quiso librar al pue- biera terminado tan jocosa y sangran-
blo español de la carcoma que ha co- te reforma.
rroído durante largos siglos el alma
peninsular. Hizo más el gobierno En las cuestiones de trabajo se armó
Mendizábal que la República nacida un galimatías horrendo. El control
con una experiencia de cien años. Y no obrero consistió en una serie de dele-
se arrancaron los 5.000.000.000 de gaciones que se las repartían las amis-
tades y los incondicionales. de 1931 el fascio italiano aún no se ha-
El problema de una España coloni- bía librado de la espina de Adua y los
zada se planteó con el pleito de la Te- hitlerianos tampoco habían logrado
lefónica. A pesar de las bravatas de estructurar el Estado totalitario y na-
Prieto, a pesar de que en una confe- cionalista. Las circunstancias eran fa-
rencia celebrada en el Ateneo de Ma- vorables. Pero la traición de los
drid se motejó de leonino el contrato socialistas y el reformismo de Pestaña
de la Telefónica –por el orondo líder y adláteres, impidió llevar a la cima lo
socialista– y en contra de estas mani- que más tarde va a ser mucho más
festaciones se optó por ametrallar a costoso.
los obreros de la Telefónica cuando De esta amalgama de situaciones
salieron a la calle pidiendo un justo más o menos dispares, amaneció octu-
aumento de salarios y como contraste bre.
se apuntaló al capital norteamericano. En Asturias se vivió el prólogo de
Dos bienios hemos vivido. El rojo y julio. Se luchó con denuedo y con bra-
el negro. En los dos, la clase obrera vura. En Cataluña, Dencás se encarga
fue perseguida a mansalva. de alejar la clase trabajadora de aquel
Los socialistas actuaron de lacayos movimiento que podía ser decisivo.
del capitalismo. Las leyes de defensa En octubre, los socialistas pretendí-
de la República, de Orden Público, del an solamente amedrentar a Alcalá Za-
8 de abril son de un carácter amplia- mora para que no entregase el poder a
mente represivo. Las derechas se sir- las derechas, como así lo habían in-
vieron a placer de ellas. La reacción tentado en las huelgas precedentes.
obrera se manifestó en la quema de De haber deseado la revolución hubie-
conventos, en los sucesos de Barcelo- ran aprovechado el levantamiento
na, en Figols, en el 8 de enero, en el 5 campesino de junio de 1934 o bien lo
de diciembre. Las deportaciones a Ba- hubiesen aplazado para ligar la ciudad
ta y a Villa Cisneros adelantan la en- con el campo. Pero los socialistas fue-
trega infamante de la República a los ron desbordados por la clase trabaja-
enemigos seculares del proletariado. dora.
Los dos bienios fueron funestos. La Dos años duró el Gobierno Lerroux-
socialdemocracia es responsable de Gil Robles. Años negros, de represión,
que las derechas hayan vuelto a preva- de encarcelamientos. Culmina en fe-
lecer. Y son los culpables de que la re- brero con las elecciones pro-presos
volución no haya podido evitar la que desemboca en las jornadas de ju-
intervención extranjera, pues en abril lio.

19 de julio
La tragedia de España no tiene lími- este pueblo que lleva grabados en sus
tes. Es inútil que las plumas más vi- cuerpos y en sus mentes los horrores
brantes pretendan diseñar el dolor de de un pasado y de un presente.
 No podrán nuestros escritores refle- Llano, Mola. Elige para la consuma-
jar con exactitud el calvario de esta ra- ción de sus planes a un bandolero de
za que parece talmente que haya las finanzas, Portela Valladares.
nacido para sufrir. Los resortes estatales le faltan al ca-
Este cuadro de dolor, este aguafuer- cique gallego. A pesar de los puchera-
te español halla su máxima algidez en zos electorales y del encasillado de
febrero de 1936. En esta fecha, el sue- gobernación, el resultado de las elec-
lo español era un inmenso presidio. ciones de febrero no satisfacen las an-
Miles de trabajadores yacían tras re- sias de la Santa Sede.
jas. Alcalá Zamora viendo frustradas
Nos hallamos en las puertas de ju- sus combinaciones, brinda a Portela la
lio. Es necesario recordar los aconteci- declaración del estado de guerra. Por-
mientos que constituyeron la antesala tela no se atreve. Se da cuenta de que
del levantamiento militar. el pueblo español está en la calle.
La política del bienio negro estaba Aconseja la entrada de Azaña. Y acier-
en quiebra. Gil Robles no había satis- ta. El político del bienio rojo será un
fecho las apetencias de sus acólitos. sedante momentáneo. Es lo que pre-
Una pugna había aflorado entre Alcalá tendía la reacción en aquellos momen-
Zamora y el jefe de Acción Popular. El tos. Un compás de espera, para ir
jesuitismo respaldaba al Presidente de preparando la sublevación de los ge-
la República. Era su nuevo candidato; nerales adictos a la Plaza de Oriente.
no en balde había levantado bandera El triunfo electoral de febrero no
en pro de la reforma constitucional y abrió los ojos a los socialistas. Aque-
en pro de la religión. La vida de las llas protestas ciclópeas de la población
Cortes era incierta. Los radicales esta- penal, aquel entusiasmo para liberar a
ban divorciados del bloque de las de- los presos del gran drama de octubre,
rechas, pues se sentían alejados del no les sugirió nada nuevo. Siguieron la
pesebre nacional. Las sesiones tumul- clásica pauta. Nuevas Cortes. Nueva
tuosas matizaban la jarana de una po- elección de Intendente de la Repúbli-
lítica baja, repugnante y criminal. ca. Ocultaron al pueblo los propósitos
El proletariado empezaba a mani- dictatoriales de Alcala Zamora y sus
festarse de la forma que estaba más a intenciones de entregar el mando a los
su alcance. Los mítines monstruosos militares.
celebrados en el Stadium de Madrid, Pero el proletariado poseía una du-
en Baracaldo y en Valencia, congrega- ra experiencia de los bienios transcu-
ron inmensas multitudes. Es de la- rridos. Se lanzan a la calle. Teas
mentar que aquellas demostraciones incendiarias prenden fuego a los cen-
de tesón y de rebeldía sirviesen a la tros religiosos. Las cárceles claman a
postre para revalorizar a una figura través de los muros. La ciudad y el
vetusta y reaccionaria como en el caso campo bullen por un igual. La idiotez
presente de Azaña. Y el error se paga de la socialdemocracia aplaza la eclo-
más tarde con creces. Alcalá Zamora sión popular. Afortunadamente el ce-
se cree árbitro de la situación. Disuel- rrilismo de las derechas, que no
ve las Cortes. Sus testaferros son supieron apreciar en su verdadero va-
Franco, Goded, Cabanellas, Queipo de lor el papel contrarrevolucionario de
Azaña y de Prieto, plantean al cabo de jar la sublevación? ¿Qué hizo el go-
cinco meses el problema en la calle. bierno de este canalla, de este Casares
De febrero a julio se producen sen- Quiroga? Encerrarse en la inercia más
dos disturbios. Volvió a derramarse absoluta. Esconder al pueblo la grave-
sangre de trabajadores. La huelga del dad de la situación. Ordenar una seve-
ramo de la construcción de Madrid y ra censura. Negar las armas al
un choque ocurrido en Málaga revela proletariado.
el cretinismo de los políticos de febre- Del día 17 al 19 de julio, había tiem-
ro. po suficiente para reducir a los milita-
Las derechas inician un plan desca- res. Prevaleció una actitud suicida y
rado de ataque a la situación que ema- sospechosa en alto grado. Casares
na de unas elecciones teñidas de una Quiroga es cómplice de Mola. Lo man-
dosis sentimental. Los fascistas asesi- tuvo en Pamplona a pesar de haberse
nan a mansalva, provocan algaradas. declarado en franca rebeldía desde las
Se vislumbra que la España negra tra- elecciones de febrero y a pesar de dar
maba algo. Se hablaba con insistencia amparo a todos los conspiradores de
de una asonada militar. derechas.

No había duda. El proletariado esta- La traición de las izquierdas es evi-

ba pisando el vestíbulo de julio. Los
gobernantes se encogían de espaldas.
Entre el fascismo y el proletariado
preferían a los primeros. Y para des-
pistar, el traidor número uno, Casares
Quiroga amenazaba desde el banco
azul a las derechas incitándolas a que
salieran a la calle.
La muerte de Calvo Sotelo precipitó
los acontecimientos. Se rumoreaba,
con visos de verosimilitud, que los mi-
litares se echarían a la calle de un ins-
tante a otro. ¿Se previnieron los
gobernantes? Franco disponía de
mando en Canarias, Goded en las Ba-
leares, Mola en Navarra... ¿Por qué no
se licenció inmediatamente a la tropa?
¿Por qué no se armó, sin pérdida de
tiempo, al pueblo? ¡Los fascistas tam-
bién contaban con poderosos auxilia-
res en los sitiales gubernamentales!
El día 17 de julio vino a descifrar el
enigma en que estábamos rebatiendo
desde fechas ha. En las Baleares, en
Marruecos, en Canarias, la oficialidad
se hallaba en franca revuelta.
¿Qué medidas se tomaron para ata-
dente. No se dio armas al pueblo por-
que los demócratas burgueses temían
al proletariado. Y así fue posible que
múltiples localidades, que siempre ha-
bían demostrado una potencialidad
proletaria, cayesen fácilmente en po-
der de los fascistas. En Zaragoza la ne-
gativa del gobernador Vera Coronel,
que entretuvo con entrevistas a los re-
presentantes de la clase trabajadora,
facilitó el triunfo fascista. Y en Valen-
cia, cuando en España entera se esta-
ba luchando, todavía se toleraba la
permanencia de las fuerzas subleva-
das en los cuarteles.
En esta hora histórica, anegados de
sangre, acusamos, sin eufemismos, a
los políticos republicanos que, por su
aversión a la clase trabajadora, favore-
cieron de una manera abierta al fas-
cismo. Acusamos a Azaña, a Casares
Quiroga, a Companys, a los socialis-
tas, a todos los farsantes de esta Repú-
blica que surgida de un sainete
abrileño ha destrozado los hogares de
la clase trabajadora. Y esto ocurre por
no haberse hecho la revolución en su
debido tiempo.
 Las armas las fue a buscar el pue- cía y de Extremadura se derrotó al fas-
blo. Se las ganó. Las conquistó con su cismo. Pero en el resto de la península
esfuerzo propio. No se las dio nadie. los obreros estaban desarmados y tu-
Ni el Gobierno de la República ni la vieron que enfrentarse con los propios
Generalidad dieron un solo fusil. gobernadores de izquierda que facili-
El 19 de julio, el proletariado se taron el golpe de la hez española.
aposentó en la calle como en las gran- A Casares Quiroga le sucedió un go-
des jornadas. Días antes había actua- bierno Martínez Barrios. El político
do sigilosamente de vigía en las calles que torpedeó las constituyentes de
de las poblaciones españolas. En la ca- abril ocupaba el Poder para pactar con
pital catalana se remembraron días de los fascistas y entregarles el mando.
gloria y de lucha. La rápida reacción de la clase trabaja-
El primer armamento lo sacaron los dora impidió que se fraguase una de
trabajadores catalanes de unos buques las traiciones más infamantes, que si
surtos en el fondeadero barcelonés. no se llegó a cometer fue debido a que
Del Manuel Arnús y del Marqués de no hubo tiempo para ello. De esta ma-
Comillas, se sacaron las primeras ar- niobra vil han de responder los políti-
mas. cos con sus cabezas, empezando por
Azaña.
Al amanecer del 19 de julio, los mili-
tares se echaron a la calle. El pueblo La atmósfera pesimista de los pri-
catalán arremetió contra ellos. Asaltó meros instantes, el propósito de ren-
cuarteles y luchó hasta acabar con el dición que anidaba en los centros
postrer reducto fascista. oficiales, fue rápidamente contrarres-
tado por la bravura del proletariado. A
El proletariado catalán salvó del Martínez Barrios le sustituye Giral.
fascismo a la España proletaria. La
Cataluña proletaria se convertía en el Hemos relatado los aspectos de ca-
faro alumbrador de toda la península. rácter anecdótico. Pero es preciso de-
No importa que el agro español esté tenerse unos instantes más en julio, y
en poder de los fascistas. Los trabaja- es necesario examinar qué clase de re-
dores de los centros industriales res- volución fue la de aquellas memora-
cataremos a nuestros camaradas del bles jornadas.
cautiverio que les ha caído en suerte. Se ha teorizado mucho en torno de
En Madrid ocurrió exactamente lo julio. Los burgueses demócratas y los
mismo. Tampoco les dieron armas. marxistas aseguran que la explosión
Las ganaron en la calle. El proletaria- popular de julio ha de catalogarse co-
do bregó. Asaltó el Cuartel de la Mon- mo un acto de legítima defensa que
taña. Venció a los militares. Y con realizó el proletariado al verse acosa-
escopetas, y como pudo, se dirigieron do por su mayor enemigo. En torno de
los trabajadores a la Sierra de Guada- esta tesis se argumenta que no puede
rrama para cortar el paso al general considerarse julio como una manifes-
Mola que, al frente de las brigadas de tación típicamente revolucionaria y de
Navarra, se disponía a conquistar la clase.
capital castellana. La tesis de nuestros antípodas es
En el Norte, en Levante y en diver- falsa. Las revoluciones se producen en
sas localidades de Aragón, de Andalu- una fecha imprevista pero siempre es-
tán precedidas de un largo periodo de clusivamente a la represión de que
gestación. En abril se cerró un parén- fuimos objeto. Nos ceñimos a la tra-
tesis y se abrió otro. Y este segundo yectoria disparatada que patrocinaron
paréntesis, lo encabezó precisamente, los marxistas.
en abril, la clase trabajadora y todavía ¿Cómo se comprende que en la re-
sigue en las avanzadillas de la revolu- volución de julio se hayan repetido los
ción. De no haberse lanzado el prole- desaciertos que hemos criticado cen-
tariado a la calle en julio, lo hubiese tenares de veces? ¿Cómo es que en ju-
practicado fechas más tarde, pero no lio no se propugnó por una revolución
hubiese desistido de su noble empeño de clase? ¿Cómo es que las organiza-
de redimirse del yugo burgués. ciones obreras no asumieron la máxi-
La pequeña burguesía sustenta que ma responsabilidad del país?
en las jornadas de julio nos encontra- La inmensa mayoría de la población
mos todos los sectores en la vía públi- trabajadora estaba al lado de la C.N.T.
ca. Pero les hemos de recordar que si La organización mayoritaria, en Cata-
la C.N.T. y la F.A.I. no hubiesen acudi- luña, era la C.N.T. ¿Qué ocurrió para
do a los lugares de peligro se hubiera que la C.N.T. no hiciese su revolución
repetido la astracanada del octubre que era del pueblo, la de la mayoría
barcelonés. del proletariado?
En Cataluña predominan los traba- Sucedió lo que fatalmente tenía que
jadores que están organizados en la ocurrir. La C.N.T. estaba huérfana de
C.N.T. Los que niegan esta realidad es teoría revolucionaria. No teníamos un
que desconocen o se empeñan en ig- programa correcto. No sabíamos
norar la historia de la C.N.T. en el sue- adonde íbamos. Mucho lirismo pero,
lo catalán. en resumen de cuentas, no supimos
La revolución de julio fue una revo- qué hacer con aquellas masas enor-
lución impulsada por los trabajadores mes de trabajadores; no supimos dar
y por lo tanto de clase. La pequeña plasticidad a aquel oleaje popular que
burguesía actuó de apéndice y nada se volcaba en nuestras organizaciones
más. Tanto en la calle como en teoría. y, por no saber qué hacer, entregamos
Pero existen razones de tanto o más la revolución en bandeja a la burgue-
peso. El recuerdo de las conmociones sía y a los marxistas, que mantuvieron
de tipo político que capitaneó el capi- la farsa de antaño y, lo que es mucho
talismo en los siglos XVII, XVIII y peor, se ha dado margen para que la
XIX se ha esfumado y desvanecidas, burguesía volviera a rehacerse y ac-
además, las ilusiones democráticas tuase en plan de vencedora.
pequeño burguesas por los resultados No se supo valorizar la C.N.T. No se
habidos en los ensayos precedentes quiso llevar adelante la revolución con
-1873, abril, febrero en España no ca- todas sus consecuencias. Se temieron
bía otra revolución que la de tipo so- las escuadras extranjeras alegando
cial que amaneció esplendorosa en que los barcos de la escuadra inglesa
julio. enfilarían el puerto de Barcelona.
La experiencia de abril es definitiva. ¿Es que se ha hecho alguna revolu-
Bastaba para que no incurriésemos en ción sin tener que afrontar innúmeras
nuevos errores. No nos referimos ex- dificultades? ¿Es que hay alguna revo-
lución en el mundo de tipo avanzado menos votos que los otros sectores,
que haya podido eludir la intervención siendo así que el número de afiliados
extranjera? de nuestras organizaciones era muy
Partiendo del temor y dejándose in- superior. Y además, la calle la gana-
fluenciar por la pusilanimidad no se mos nosotros. ¿Por qué la cedimos tan
llega nunca a la cima. Solamente los tontamente?
audaces, los decididos, los hombres de Por otra parte afirmamos que las re-
corazón, pueden aventurarse a las voluciones son totalitarias por más
grandes conquistas. Los temerosos no quien afirme lo contrario. Lo que ocu-
tienen derecho a dirigir las multitu- rre es que diversos aspectos de la re-
des, ni a salir de casa. volución se van plasmando
Cuando una organización se ha pa- paulatinamente, pero con la garantía
sado toda la vida propugnando por la de que la clase que representa el nue-
revolución, tiene la obligación de ha- vo orden de cosas es la que usufructúa
cerla cuando precisamente se presenta la mayor responsabilidad. Y cuando se
una coyuntura. Y en julio había oca- hacen las cosas a medias, se produce
sión para ello. La C.N.T. debía encara- lo que estamos comentando, el desas-
marse en lo alto de la dirección del tre de julio.
país, dando una solemne patada a to- En julio se constituyó un comité de
do lo arcaico, a todo lo vetusto, y de milicias antifascistas. No era un orga-
esta manera hubiésemos ganado la nismo de clase. En su seno se encon-
guerra y hubiéramos salvado la revo- traban representadas las fracciones
lución. burguesas y contrarrevolucionarias.
Pero se procedió de una manera Parecía que enfrente de la Generali-
opuesta. Se colaboró con la burguesía dad se había levantado el comité suso-
en las esferas estatales en el preciso dicho. Pero fue un aire de bufonada.
momento que el Estado se cuarteaba Se constituyeron las patrullas de con-
por los cuatro costados. Se robusteció trol. Eran hombres de las barricadas,
a Companys y a su séquito. Se inyectó de la calle. Se tomaron las fábricas, las
un balón de oxígeno a una burguesía empresas, los talleres, y se arrebató la
anémica y atemorizada. presa al latifundismo. Se crearon co-
mités de defensa de barriada, munici-
Una de las causas que más directa- pales, comités de abastos.
mente ha motivado la yugulación de la
revolución y el desplazamiento de la Han transcurrido dieciséis meses.
C.N.T. es el haber actuado como sec- ¿Qué resta? Del espíritu de julio, un
tor minoritario a pesar de que en la recuerdo. De los organismos de julio,
calle disponíamos de la mayoría. un ayer.
En esta tesitura minoritaria, la Pero queda en pie todo el tinglado
C.N.T. no ha podido hacer valer sus político y pequeño burgués. En la Pla-
proyectos, viéndose constantemente za de la República de la capital catala-
saboteada y envuelta en las redes de la na persiste la maraña de unos sectores
política turbia y falaz. Y en la Genera- que sólo pretenden vivir a espaldas de
lidad, y en el Municipio, disponía de la clase trabajadora.
 3 de mayo
Ha sido en el perímetro catalán en ción. Y en torno del frente único han
donde se ha esforzado más la contra- esculpido frases, eliminando primera-
rrevolución en aplastar las esencias mente al P.O.U.M. y más tarde han in-
revolucionarias de julio. tentado repetir la hazaña con la
La Cataluña industrial, por su confi- C.N.T..
guración económica, permitía concen- Las maniobras de la pequeña bur-
trar grandes masas de trabajadores guesía aliada de los socialistas-comu-
educados en un ambiente clasista, de nistas, culminaron en los sucesos de
fábrica, de taller. Esta idiosincrasia de mayo.
los centros fabriles es de un alto senti- Distintas versiones han corrido
do halagüeño para la consecución de acerca de mayo. Pero la verídica es
las reivindicaciones revolucionarias. que la contrarrevolución pretendía
La población laboriosa de Cataluña que la clase trabajadora saliera a la ca-
dio vida en julio a una nueva tónica lle en un plan de indecisión para
social. Resurgió un proletariado indó- aplastarla. En parte, lograron sus pro-
mito que poseía el adiestramiento de pósitos por la estulticia de unos diri-
largos años de lucha en los cuadros gentes que dieron la orden de alto el
confederales. La revolución social en fuego y motejaron a los Amigos de
Cataluña podía ser un hecho. Además, Durruti de agentes provocadores
este proletariado revolucionario podía cuando la calle estaba ganada y elimi-
haber servido de contrapeso a un Ma- nado el enemigo.
drid burocrático y reformista y la in-
fluencia de una Vizcaya católica. La contrarrevolución sentía un inte-
rés evidente de que el orden público
Pero los acontecimientos tomaron pasase a depender del Gobierno de
otro giro. En Cataluña no se hizo la re- Valencia. Se logró gracias a Largo Ca-
volución. La pequeña burguesía, que ballero y es de remarcar que en aquel
en las jornadas de julio se escondió en entonces la C.N.T. disponía de cuatro
las trastiendas, al percatarse de que el ministros en las esferas gubernamen-
proletariado era nuevamente víctima tales.
de unos líderes sofistas se aprestó a
dar la batalla. También se ha señalado que la pe-
Lo chocante del caso es que al ha- queña burguesía había tramado un
blar de mesocracia nos hemos de refe- plan de intervención extranjera con la
rir a los marxistas que han excusa de unos disturbios. Se aseguró
arramblado con todos los tenderos y que las escuadras extranjeras dirigían
con los 120.000 votantes de la Lliga. su proa a Barcelona de divisiones mo-
torizadas del ejército francés que esta-
El socialismo en Cataluña ha sido ban a punto de intervenir en los
funesto. Han nutrido sus filas con una puestos fronterizos. Y a esto puede
base adversa a la revolución. Han ca- agregarse la labor conspiradora de de-
pitaneado la contrarrevolución. Han terminados políticos que se encontra-
dado vida a una U.G.T. mediatizada ban en la capital francesa.
por el G.E.P.C.I. Los líderes marxistas
han entonado loas a la contrarrevolu- El ambiente estaba enrarecido. Se
rasgaban los carnets de la C.N.T. Se diatamente en nuestro poder. Y poco a
desarmaba a los militantes de la poco el reducto de los contrincantes
C.N.T. y de la F.A.I. Se producían con- quedó circunscrito a una parte del
tinuados choques que no desembocan casco de la población –el centro urba-
en sucesos de mayor gravedad por pu- no– que pronto se hubiese tomado de
ra casualidad. Las provocaciones que no haber ocurrido la defección de los
hubimos de soportar los trabajadores comités de la C.N.T.
fueron múltiples. Las bravatas de la Nuestra Agrupación, al percatarse
mesocracia emergían a la superficie de la indecisión que se había manifes-
sin tapujos ni rodeos. tado en el curso de la lucha y de la fal-
La muerte de un militante socialista ta de dirección tanto callejera como
–de Roldán– fue aprovechada para orgánica, lanzó una octavilla y más
celebrar una manifestación monstruo tarde un manifiesto.
en la que tomó parte toda la chusma Se nos tildó de agentes provocado-
contrarrevolucionaria. res porque exigíamos el fusilamiento
Todas las anomalías eran achacadas de los provocadores, la disolución de
a la C.N.T. De todos los desmanes se los cuerpos armados, la supresión de
culpaba a los anarquistas. La escasez los partidos políticos que habían ar-
de los artículos alimenticios era atri- mado la provocación, amén de la
buida a los comités de abastos. constitución de una Junta revolucio-
El día 3 de mayo se produjo la ex- naria, de recabar la socialización de la
plosión. El comisario de orden público economía y de reclamar todo el poder
Rodríguez Salas –con el visto bueno económico para los sindicatos.
de Aguadé– irrumpe al frente de una Nuestra opinión expuesta en aque-
sección de guardias de asalto en la Te- llos instantes álgidos, a través de la
lefónica e intenta desarmar a los ca- octavilla y del manifiesto, radicaba en
maradas de la C.N.T., a pesar de que que no se abandonasen las barricadas
en la Telefónica existía un control de sin condiciones, pues se iba a producir
las dos sindicales. el primer caso en la historia de que un
La hazaña del provocador Rodrí- ejército victorioso cediese el terreno al
guez Salas –del P.S.U.C.– fue un to- contrincante.
que de clarín. En pocas horas se Se necesitaban garantías de que no
levantaron barricadas en todas las ca- seríamos perseguidos. Pero los capi-
lles de la ciudad de Barcelona. Empe- tostes de la C.N.T. aseguraban que los
zó el crepitar de los fusiles, sonó el representantes de la organización en
tableteo de las ametralladoras, retum- la Generalidad velarían por la clase
bó en el espacio el estampido de los trabajadora. No obstante, ocurrió la
cañones y de las bombas. segunda parte de lo que había acaeci-
La lucha se decidió en pocas horas a do horas antes en Valencia.
favor del proletariado enrolado en la Se abandonaron las barricadas sin
C.N.T. que como en julio defendía sus que se nos hiciera caso. A medida que
prerrogativas arma al brazo. Ganamos fue serenándose el horizonte catalán
la calle. Era nuestra. No había poder se fueron conociendo los desmanes
humano que nos la pudiese disputar. cometidos por los marxistas y por la
Las barricadas obreras cayeron inme- fuerza pública. Teníamos razón. El ca-
marada Berneri fue sacado de su do- un abrazo de Vergara. Y en Cataluña
micilio y muerto a tiros en plena calle; se constituyó un gobierno de Secreta-
treinta camaradas aparecieron horri- rios de partidos políticos y de organi-
blemente mutilados en Sardañola; el zaciones sindicales hasta que Luis
camarada Martínez, de las Juventudes Companys arrojó de la Generalidad a
Libertarias, perdió su vida de una ma- los representantes de la C.N.T.
nera misteriosa en las garras de la Los sucesos de mayo tienen unas
Checa y un crecido número de cama- características muy distintas a las de
radas de la C.N.T. y de la F.A.I. fueron julio. En mayo el proletariado se batió
vilmente asesinados. con un espíritu netamente de clase.
Hemos de recordar que el profesor No cabía duda de que la clase trabaja-
Berneri era un culto camarada italiano dora quería radicalizar la revolución.
de esta Italia antifascista que nutre las Por más que la prensa reaccionaria
islas de deportación, los cementerios y trate de empañar la naturaleza de ma-
los campos de concentración y, a la yo pasará a la historia como un gesto
par que sus camaradas antifascistas, rápido y oportuno del proletariado
no podía permanecer en la Italia de que sintiendo amenazada la revolu-
Mussolini. ción salió a la calle a salvarla y a reva-
Una intensa ola represiva siguió a lorizarla.
estos asesinatos. Detenciones de ca-
maradas por las jornadas de julio y de En mayo estábamos a tiempo de
mayo; asaltos de sindicatos, de colec- salvar la revolución. Quizás muchos se
tividades, de los locales de los Amigos arrepientan en estos históricos mo-
de Durruti, de las Juventudes liberta- mentos de haber hecho cesar el fuego.
rias, del P.O.U.M. Y si no que claven la vista en las cárce-
les abarrotadas de trabajadores.
Un suceso ha de remarcarse. La de-
saparición y muerte de Andrés Nin. La Agrupación Los amigos de Du-
Ha transcurrido más de medio año y rruti cumplió con su deber. Fuimos
el Gobierno todavía ha de aclarar el los únicos que estuvimos a la altura de
pretendido misterio que rodea el ase- las circunstancias. Supimos prever los
sinato de Nin. ¿Se sabrá algún día resultados.
quien ha muerto a Nin? Nunca podrá olvidarse mayo. Fue el
Después de mayo la contrarrevolu- aldabonazo más fuerte que ha propi-
ción se sintió más fuerte que nunca. nado la clase trabajadora en los pórti-
Las potencias extranjeras ayudaron a cos burgueses. Los historiadores, al
esta reacción mesocrática. A los pocos hablar de las jornadas de mayo, ten-
días se constituye el Gobierno Negrín drán que hacer justicia al proletariado
que nació con dos objetivos: el aniqui- catalán que sentó en aquellas jornadas
lamiento de la fracción revolucionaria los jalones de una nueva etapa que ha
del proletariado y la preparación de de ser proletaria, cien por cien.
 La independencia de España
La intervención de las potencias ex-
tranjeras ha vuelto a poner sobre el ta-
pete español el eterno problema en
que se ha debatido nuestro país.
Desde el siglo XVI que la política es-
pañola ha sido un feudo de las poten-
cias extranjeras. Dos dinastías, la
austríaca y la borbónica, amén del li-
gero reinado de Amadeo de Saboya,
han sojuzgado a los pobladores espa-
ñoles hasta el 14 de abril de 1931.
La independencia de España ha si-
do siempre un mito. El Foreign Office
y el Quai d'Orsay han jugado un papel
importantísimo en nuestras delibera-
ciones. Recuérdese el indulto de San-
jurjo en la sublevación de agosto de
1932, que se concedió por la presión
hecha por el gobierno francés.
La economía española, que es agra-
ria por excelencia, nos ha tenido liga-
dos a las grandes potencias
industriales. Para exportar nuestros
agrios nos hemos visto obligados a
comprar maquinaria que la podíamos
fabricar en nuestro terruño. Y para
que Londres recibiera nuestra naran-
ja, se nos impedía comprar carbón in-
glés con el contraste de que había de
reducir las jornadas de las cuencas
carboníferas por existir stocks sobrea-
bundantes de mineral.
Exportamos hierro, cobre y otros
minerales y después comprábamos, a
la misma nación que nos compraba la
materia prima, las máquinas elabora-
das con el material exportado.
Nuestro subsuelo es riquísimo, pero
está en posesión del capital exótico.
Los tentáculos de las finanzas interna-
cionales aprisionan nuestro país y de-
voran la riqueza vernácula. Los
trabajadores españoles han trabajado
siempre para satisfacer los dividendos
y los beneficios cuantiosos de los ac-
cionistas y rentistas extranjeros.
El espíritu de independencia de los
españoles se ha manifestado desde los
albores de nuestra historia. Múltiples
han sido las invasiones pero nunca
han podido abatir el espíritu sagrado
de independencia.
Pero así como en los tiempos de los
iberos, de los fenicios, de los cartagi-
neses, de los romanos, de los árabes,
de los franceses, no se manifestaba un
carácter social muy distinto al de las
invasiones precedentes.
En la invasión napoleónica lucha-
ban juntos liberales y absolutistas. Al
lado del Cura Merino se hallaba el
Empecinado aunque sólo fuese mo-
mentáneamente.
En la expedición del Duque de An-
gulema decretada en Viena por la San-
ta Alianza, ya se manifestó un distingo
peninsular. El Cura Merino luchaba al
lado de las fuerzas invasoras. En cam-
bio, el Empecinado se oponía a la en-
trada de las fuerzas extranjeras.
Hoy se repite lo acaecido en la épo-
ca de Fernando VII. También en Vie-
na se celebró una reunión de los
dictadores fascistas para dilucidar su
intervención en España. Y el lugar que
ocupaba el Empecinado es desempe-
ñado por los trabajadores en armas.
Alemania e Italia están carentes de
materias primas. Necesitan hierro, co-
bre, plomo, mercurio. Pero estos mi-
nerales españoles están detentados
por Francia e Inglaterra. No obstante
intentan conquistar España, Inglate-
rra no protesta en forma airada. Por pañol a base de un statu-quo vergon-
bajo mano intenta negociar con Fran- zoso. ¿Harán concesiones económicas
co. y coloniales a Alemania y a Italia? ¿Se
Y en el curso de la guerra ha contri- concederá parte de la explotación de
buido al bloqueo de nuestros puertos. nuestro subsuelo a las potencias ex-
Los buques fascistas descargan mate- tranjeras? ¿Se repartirán España?
rial bélico en los puertos facciosos y A Inglaterra le interesa nuestra ri-
cargan mineral, ganado, aceite... El queza minera pero es tan colosal el
fascismo internacional necesita artícu- chantaje fascista, que irradia todo el
los alimenticios. El lema de Hitler de mundo, agregando el famoso pacto
más cañones y menos manteca y la anticomunista, que a lo mejor la rubia
autarquía de Mussolini, los induce a Albión ceda a pesar de que no puede
saquear las regiones agrarias que es- tolerar que le amenacen el libre paso
tán bajo la férula de los generales su- de sus barcos por el Mare Nostrum.
blevados.
Es difícil vaticinar el futuro. No he-
En el aspecto económico hemos de- mos de confiar en la Sociedad de Na-
pendido siempre del extranjero. Los ciones, ni en los múltiples comités,
tratados comerciales, la balanza de subcomités, ni en las Conferencias
pagos, nunca nos han favorecido. Esta que como en Nyon sólo se hace que
tónica ha constituido una pesadilla dar largas al asunto. Pero podemos re-
para nuestra economía. marcar que los conservadores ingleses
El problema de España es de un ca- recurren a Lord Halifax, el masacra-
rácter colonial. El capitalismo que dor de las Indias.
arrojó al feudalismo del coto nacional,
incurre en una contradicción de apun- Sólo nos cabe una pregunta: ¿Que-
talar el régimen feudal en los países rrá Francia poner en juego su seguri-
que desea explotar. Este es el caso de dad no solamente marítima sino
España, como el de China. terrestre? ¿Seguirá Francia la política
de no intervención forjada por León
La clase trabajadora ha de conse- Blum? ¿Querrá renunciar a su ejército
guir la independencia de España. No colonial?
será el capitalismo indígena quien lo
logre, puesto que el capital internacio- No confiamos en nadie. La salva-
nal está íntimamente entrelazado de ción está en nuestras manos. Las po-
un confín a otro. Este es el drama de tencias extranjeras se inclinan por el
la España actual. A los trabajadores mal menor, por el pasteleo. Y la clase
nos toca arrojar a los capitalistas ex- trabajadora sabrá impedir que España
tranjeros. No es un problema patrióti- sea sometida a un estatuto internacio-
co. Es un caso de intereses de clase. nal del tipo de Tánger, de Dantzig, del
Sarre.
Tal como se desarrollan las intrigas
internacionales, es presumible que In- Vencer o morir, camaradas. Este es
glaterra procure liquidar el asunto es- el dilema de la hora presente.
 El colaboracionismo y la lucha de clases
En el movimiento obrero español, Los sindicatos son los órganos que
como en general ha ocurrido en todos representan de una manera genuina el
los países, se van manifestando dos espíritu de clase de los trabajadores
tendencias. La colaboracionista y la en su eterna pugna con el capitalismo.
que no admite transacciones de nin- Si relegamos a segundo término los
guna especie con el adversario. sindicatos, forzosamente el proletaria-
do ha de sentirse perjudicado en sus
En nuestro suelo, el socialismo, con propios intereses.
su apéndice sindical la U.G.T., ha en-
carnado el clásico papel de los refor- La colaboración es funesta en todos
mistas, el cliché de los obreros momentos. No se ha de colaborar con
renegados o bien de los intrusos en las el capitalismo, ni desde fuera del Esta-
organizaciones obreras que tienden do burgués ni dentro de las mismas
exclusivamente a uncir el proletariado esferas gubernamentales. Nuestro pa-
al carro de la burguesía. pel como productores se halla en los
sindicatos, fortaleciendo los únicos es-
Son notorias las manifestaciones de tamentos que han de subsistir después
Indalecio Prieto en el bienio rojo, a de una revolución que encabecen los
propósito de la huelga de ferroviarios trabajadores.
que caracteriza la entrada del colabo-
racionismo: Soy antes ministro que La lucha de clases no es óbice para
socialista, exclamaba don Inda en que en los momentos actuales los tra-
aquella ocasión. bajadores sigan luchando en los cam-
pos de batalla y trabajando en las
La revolución española ha adolecido industrias de guerra. Pero sí ha de te-
de la influencia notoria que han poseí- nerse en cuenta que al plantearse un
do los reformistas en las directrices de nuevo movimiento se ha de proceder
la misma. No se ha querido interpre- con un sentido de clase y dando la de-
tar el sentido social y de clase que bida prioridad a los sindicatos.
transpiraron las jornadas de julio. Al margen de los sindicatos no pue-
La lucha de clases que siempre ha- de existir otro organismo económico
bía sido patrocinada por la C.N.T. ha que restrinja sus facultades. Y frente a
pasado a ser plato de segunda mesa los sindicatos no puede mantenerse
por una retahíla de cuestiones que un Estado, mucho menos reforzarlo
han perjudicado enormemente el cur- con nuestras propias fuerzas. La lucha
so de la revolución. Y al constatar este con el capital sigue en pie. Subsiste
abandono, no solamente hemos de la- una burguesía en nuestro propio te-
mentar la desfiguración revoluciona- rruño que está en concomitancia con
ria sino que también constatamos la la burguesía internacional. El proble-
pérdida de posiciones de carácter or- ma es el mismo que años atrás.
gánico por no haber mantenido preci- Mantengamos la personalidad de
samente los derroteros de la los sindicatos. Sigamos la trayectoria
revolución en un terreno clasista y ha- señalada por la C.N.T. en su peculiar
ber conculcado el Sindicalismo Revo- forcejeo con la burguesía indígena co-
lucionario. mo fue siempre norma antes del 19 de
julio.
Los colaboracionistas son aliados de
la burguesía. Los individuo que pro-
pugnan tales concomitancias no sien-
ten la lucha de clases ni tienen la
menor estima por los sindicatos.
Entre explotadores y explotados no
puede haber el menor contacto. Sólo
en la lucha se ha de decidir quién se
impondrá. O los trabajadores o los
burgueses. Pero de ningún modo am-
bos a la vez.

En ningún instante ha de aceptarse El porvenir está en manos de la cla-

la consolidación de nuestro adversa- se trabajadora. Los parias no tenemos
rio. nada que perder y en cambio podemos
ganar nuestra emancipación que es el
Al enemigo hay que batirlo. Y si en porvenir de la familia obrera.
determinadas ocasiones se efectúa
una pausa, no ha de convertirse esta Rompamos las cadenas. Fortalezca-
disgresión social en una posición de mos los sindicatos. Mantengamos el
franca ayuda al capital. espíritu de la lucha de clases.

Nuestra posición
Es un momento de concretar. Va- dez en las esferas gubernamentales
mos a hacerlo con arreglo a cada uno por las siguientes razones:
de los problemas que plantea la situa- El Norte de España se podía salvar
ción presente. adquiriendo el stock de material béli-
Ante el problema de la guerra so- co que para hacer frente al enemigo se
mos partidarios de que el ejército esté requería. Y para eso habían medios.
absolutamente controlado por la clase Las reservas de oro del Banco de Es-
trabajadora. No nos merecen la menor paña permitían abarrotar el suelo es-
confianza los oficiales procedentes del pañol de armamento. ¿Por qué no se
régimen capitalista. Se han producido hizo? Había tiempo para ello. No ha
numerosas deserciones y la mayoría de olvidarse que el control de no inter-
de los desastres que hemos encajado vención no empezó a contar hasta el
es debido a traiciones evidentes de los cabo de unos meses de haber estallado
mandos. Y por lo que atañe al ejército, la conflagración española.
propugnamos por un ejército revolu- La dirección en los asuntos bélicos
cionario y dirigido exclusivamente por ha sido un desastre. La actuación de
los trabajadores; y en el caso de em- Largo Caballero es funesta. Es el res-
plear algún oficial ha de estar bajo un ponsable de que el frente de Aragón
control riguroso. no haya dado el rendimiento apeteci-
Reclamamos la dirección de la gue- do. Su oposición a que se armase el
rra para los trabajadores. Tenemos sector aragonés ha impedido que Ara-
motivos suficientes para ello. Las de- gón se salvase de las garras del fascis-
rrotas de Toledo, de Talavera, la pér- mo y al mismo tiempo que se pudiera
dida del Norte y la de Málaga, denota descongestionar los frentes de Madrid
una falta de competencia y de honra- y del Norte. Y fue Largo Caballero
quien manifestó que dar armas al
frente aragonés era tanto como entre-
garlas a la C.N.T.
Somos enemigos de la colaboración
con los sectores burgueses. No cree-
mos que se pueda abandonar el senti-
do de clase.
Los trabajadores revolucionarios no
han de desempeñar cargos oficiales ni
han de aposentarse en los ministerios.
Se puede colaborar mientras dure la
guerra en los campos de batalla, en las
trincheras, en los parapetos y produ-
ciendo en la retaguardia.
Nuestro lugar está en los sindicatos,
en los lugares de trabajo, mantenien-
do el espíritu de rebeldía que aflorará
en la primera ocasión que se presente.
Es este el contacto que hemos de man-
tener.
No ha de participarse en las combi-
naciones que urden los políticos bur-
gueses de consuno con las cancillerías
extranjeras. Es tanto como fortalecer a
nuestros adversarios y apreciar más el
dogal capitalista.
No más carteras. No más ministe-
rios. Volvamos a los sindicatos y al pie
de los útiles de trabajo.
Propugnamos la unidad del proleta-
riado. Pero entiéndase bien, esta uni-
dad ha de realizarse entre
trabajadores y no con burócratas o
con enchufistas.
En el instante actual es factible una
inteligencia de la C.N.T. con la frac-
ción revolucionaria de la U.G.T. Y no
creemos realizable una entente con la
U.G.T. de Cataluña ni con los prietis-
tas.
La socialización de la economía es
indispensable para el triunfo de la
guerra y para el encauzamiento de la
revolución. No puede perseverar la
desligazón actual. Ni puede concep-
tuarse beneficioso que los distintos
centros de producción no marchen de
una manera coordinada.
Pero han de ser los trabajadores
quienes lo realicen.
El problema religioso ni debe remo-
verse. El Pueblo ya dijo su última pa-
labra. No obstante parece que se
tiende a abrir de nuevo los templos.
La puesta en vigor de la libertad de
cultos y las misas celebradas, nos da
pábulo para suponer que los gober-
nantes se olvidan de las grandes jor-
nadas incendiarias.
La distribución de los productos ha
de racionarse de una manera absoluta.
No puede tolerarse que los trabajado-
res no puedan comer mientras que los
acaudalados hallan comida en los res-
taurantes controlados por la propia
clase trabajadora.
Se ha de socializar la distribución,
junto con un racionamiento riguroso.
La burocracia ha de desaparecer.
Los miles de burócratas que han llega-
do a Barcelona revela una de las ma-
yores plagas que sufrimos. En lugar
del burócrata ha de haber un trabaja-
dor. Y como burócrata entendemos el
holgazán, el individuo de café.
Supresión absoluta de la burocracia.
Los sueldos fabulosos han de desa-
parecer inmediatamente. Es un escar-
nio que los milicianos cobren diez
pesetas diarias y en cambio existen
sueldos cuantiosos que los cobran los
burócratas Azaña y Companys que
perciben los sueldos de antaño.
Nosotros queremos que se implante
el salario familiar. Y que se acabe de
una vez esta irritante desigualdad.
La justicia ha de ejercerla el pueblo.
No puede consentirse la desviación
surgida en este terreno. De los prime-
ros tribunales de clase se ha caído en
unos organismos integrados por los
magistrados de carrera. Y volvemos a
estar como antes. Y ahora se suprimi-
rán los jurados.
La Justicia proletaria solamente
pertenece a los trabajadores.
El agro español se ha de encauzar
en un sentido socializador. El saboteo
de las colectividades ha entorpecido
enormemente la vida de nuestro suelo
y ha favorecido la especulación. El in-
tercambio de la ciudad con el campo
acercará los campesinos a la clase pro-
letaria. Y se vencerá esta mentalidad
del trabajador del campo que está ha-
bituado a cultivar un coto determina-
do.
Los problemas culturales, como
cualquier otro aspecto referente a
cualquier actividad del país, sea de ca-
rácter social, cultural o económico, in-
cumbe de una manera cerrada a los
trabajadores que son quienes han for-
jado la nueva situación.
El orden revolucionario lo ejercerán
los obreros. Exigimos la disolución de
Nuestro programa
Las revoluciones no pueden ganarse
si están ausentes de unas directrices y
objetivos inmediatos. En la revolución
de julio hemos podido constatar esta
falla. La C.N.T. a pesar de tener la
fuerza no supo cincelar la gesta que
con un carácter de espontaneidad se
manifestó en la calle. Los mismos diri-
gentes se encontraron sorprendidos
ante unos acontecimientos que para
ellos había de catalogarse como algo
imprevisto.
los cuerpos uniformados que no son
ninguna garantía para la revolución.
Los sindicatos han de avalar a los en-
cargados de velar por el nuevo orden
que queremos implantar.
Por lo que atañe a la política inter-
nacional no aceptaremos ningún ar-
misticio. Y por lo que se refiere a la
propaganda de nuestra revolución en-
tendemos que ha de efectuarse en los
centros de producción del extranjero y
no en las cancillerías y mucho menos
en los cabarets.
A los trabajadores extranjeros se les
ha de hablar en un lenguaje revolucio-
nario. Hasta ahora se ha empleado un
léxico democrático. Se ha de inculcar a
las organizaciones obreras, de todo el
mundo, que es necesario que se mue-
van; que saboteen los productos fas-
cistas; que se nieguen a embarcar
materias primas o material bélico para
los asesinos del pueblo español. Y que
se manifiesten en la calle, que exijan
de sus gobiernos respectivos que se dé
un trato de justicia a la causa que esta-
mos defendiendo que es la causa del
proletariado mundial.
No se supo qué camino seguir. Faltó
una teoría. Habíamos pasado una se-
rie de años moviéndonos en torno de
abstracciones. ¿Qué hacer? se pregun-
tarían los dirigentes de aquella hora. Y
se dejaron perder la revolución.
En estos instantes supremos no hay
que vacilar. Pero hay que saber adón-
de se va. Y este vacío lo queremos lle-
nar nosotros, pues entendemos que
no se puede repetir lo que ocurrió en
julio y en mayo.
 En nuestro programa introducimos Los cargos serán renovados periódi-
una ligera variante dentro del anar- camente para evitar que nadie tenga
quismo. La constitución de una Junta apego al mismo. Y las Asambleas sin-
revolucionaria. dicales ejercerán el control de las acti-
La revolución a nuestro entender vidades de la Junta.
necesita de organismos que velen por II.- Todo el poder económico a los
ella y que repriman, en un sentido or- sindicatos. Los sindicatos han demos-
gánico, a los sectores adversos que lastrado desde julio su gran poder cons-
circunstancias actuales nos han de- tructivo. Si no se les hubiese relegado
mostrado que no se resignan a desa- a un papel de segunda fila, hubieran
parecer si no se les aplasta. dado un gran rendimiento. Serán las
Puede que haya camaradas anar- organizaciones sindicales quienes es-
quistas que sientan ciertos escrúpulos tructuren la economía proletaria.
ideológicos pero la lección sufrida es Teniendo en cuenta las modalida-
bastante para que nos andemos con des de los sindicatos de Industria y las
rodeos. Si queremos que en una próxi- federaciones de Industria, podrá ade-
ma revolución no ocurra exactamente más crearse un Consejo de Economía
lo mismo que en la actual, se ha de con el objeto de coordinar mejor las
proceder con la máxima energía con actividades económicas.
quienes no están identificados con la III.- Municipio Libre. En la España
clase trabajadora. que precede a las dinastías extranjeras
Hecho este ligero preámbulo vamos se defendía con gran tesón las prerro-
a trazar nuestros puntos programáti- gativas municipales. Esta descentrali-
cos. zación permite evitar que se levante
I.- Constitución de una Junta revo- un nuevo armazón estatal. Y aquel es-
lucionaria o Consejo Nacional de de- bozo de libertades que sucumbió en
fensa. Este organismo se constituirá Villalar resurgirá en la nueva España
de la siguiente manera: Los miembros que patrocina el proletariado. Y se re-
de la Junta Revolucionaria se elegirán solverán los llamados problemas cata-
democráticamente en los organismos lán, vasco...
sindicales. Se tendrá en cuenta el nú- Los Municipios se encargarán de las
mero de camaradas desplazados al funciones sociales que se escapan de
frente que forzosamente habrán de te- la órbita de los sindicatos. Y como va-
ner representación. La Junta no se in- mos a estructurar una sociedad neta-
miscuirá en los asuntos económicos mente de productores serán los
que atañen exclusivamente a los sindi- propios organismos sindicales quienes
catos. irán a nutrir los centros municipales.
Las funciones de la Junta revolucio- Y no habiendo disparidad de intereses
naria son las siguientes: no podrán existir antagonismos.
a) Dirigir la guerra. Los Municipios se constituirán en
b) Velar por el orden revoluciona- federaciones locales, comarcales y pe-
rio. ninsular. Los sindicatos y los Munici-
c) Asuntos internacionales. pios establecerán relaciones en el área
d) Propaganda revolucionaria. local, comarcal y nacional.
 Hacia una nueva revolución
El descenso de la revolución de julio se gane la guerra a la vuelta de los ca-
ha sido rápido. Ninguna de las revolu- maradas del frente se reavivarán los
ciones que se consideran como el ar- problemas que en la actualidad tienen
quetipo de las conmociones sociales de sí una agudeza enorme. ¿Cómo se
sufrió un declive tan vertiginoso. resolverán?
No puede teorizarse en torno de la ¿Cómo se convertirá la industria de
sucesión escalonada de hechos porque guerra en una industria de paz? ¿Se
la revolución ya no existe. Es forzoso dará trabajo a los combatientes? ¿Se
abrir nuevamente brecha en la cantera atenderá a todas las víctimas? ¿Se re-
inagotable de la España proletaria. signará la oficialidad a renunciar a sus
Hay que volver a empezar. prebendas? ¿Se podrán reconquistar
Las revoluciones se repiten en nues- los mercados?
tro país con mucha frecuencia. Algu- Los tres momentos que hemos des-
nas veces se intentan sin ambiente y crito matizan distintas posiciones. No
sin posibilidades de triunfo. El mo- podemos predecir cual de ellas preva-
mento psicológico e insurreccional se lecerá. No obstante, el problema radi-
ha de saber escoger. De la elección ca en preparar un nuevo
acertada depende el éxito. levantamiento para que el proletaria-
No es fácil hacer profecías. ¿Quién do asuma de una manera neta la res-
es capaz de adivinar cuando será posi- ponsabilidad del país.
ble un nuevo julio o bien un nuevo No se nos puede motejar de nervio-
mayo? No obstante presumimos que sos. El momento actual no tiene nada
en España volverán a producirse de revolucionario. La contrarrevolu-
acontecimientos. ción se siente con arrestos para come-
Si la guerra sigue en un terreno des- ter toda clase de desmanes. Las
favorable se habrá de echar por la bor- cárceles están repletas de trabajado-
da a todos los políticos que están res. Las prerrogativas del proletariado
buscando la manera de pactar una tre- están en franco declive. A los obreros
gua y un abrazo. Buena prueba de ello revolucionarios se nos da un trato de
es el sabotaje a la guerra, a las indus- inferioridad. El lenguaje de los buró-
trias de guerra y el maremágnum de cratas, con uniforme o sin él, es intole-
abastos, amén de la carestía de los ar- rable. Y no repitamos lo de los asaltos
tículos alimenticios que patrocinan los a los sindicatos.
gobernantes para crear un ambiente No queda otro camino que el de una
favorable a sus planes de yugulación. nueva revolución. Vayamos a su pre-
Puede ocurrir que se pacte un abra- paración. Y en el fragor de la nueva
zo. Será una ocasión para oponerse a gesta nos volveremos a encontrar en
ello con las armas. Y en el caso de que la calle los camaradas que hoy bata-
llan en los frentes, los camaradas que
yacen tras rejas y los camaradas que
en la hora actual aún no han perdido
la esperanza de una revolución que
rinda justicia a la clase trabajadora.
A la consecución de una nueva revo-
lución que dé satisfacción completa a
los obreros de la ciudad y del campo.
A la consecución de una sociedad
anarquista que dé satisfacción a las
aspiraciones humanas.
¡¡Adelante, camaradas!!
 Baix Llobregat
Federació Comarcal

Federació Comarcal del Baix Llobregat

Carretera d'Esplugues, 46 Carrer del comerç, 5
08940 Cornellà de Llobregat 08840 Viladecans

Tel: 93 377 91 63 Tel: 93 659 08 14

Fax: 93 377 75 51 Fax: 93 659 08 14
baixll@pangea.org cgt.viladecans@yahoo.es

Servei jurídic
Dilluns, dimarts i dimecres: de 10:00 a 13:00
Dijous: de 16:30 a 20:00

(imprescindible cita prèvia: 93 377 91 63)

CGT Baix Llobregat, 2009