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La audacia de ser individuos.

Carl Jung deca: Nacemos originales y morimos siendo copias. Sin embargo...
hay quienes no. Cuidado: no siempre estn a la vista; a veces pasan
inadvertidos, o ni ellos mismos lo saben. Es ms: puede que, siendo
diferentes al mundo, se sientan ms bien fallados..., algo as como un
fraude, un error de la especie. Hasta que un da (casi siempre en la mitad
de la vida), algo les hace intuir la verdad: como una semilla dormida en la
nieve despertada por un haz de luz, sucede que el gesto de alguien, un
libro, una palabra, o el dolor macerador y transmutador les cambia el
punto de vista desde el cual se miraban a s mismos.

Crecimos aprendiendo a sospechar de quienes somos. Hay a quienes les


ayudaron en el asunto, ciertas etiquetas que les pegaron mal en la frente
(o, peor, en el pecho): inadecuado, depresivo, edpico... Pero... Quin
haba detrs de la etiqueta? Una semilla con miedo a brotarse! Hasta
llegar, con suerte, a confiar en nuestra capacidad de hermosura. En esa
instancia uno asume que s puede vivir como original de s mismo:
desiste de ser copia, de imitar para encajar. Nadie resulta un fraude si es
quien es, sin pretender ser lo que no.

Entonces: hace falta un pacto de confianza. Dejar de sospechar de quienes


somos, de achicarnos para caber en ese tarrito hecho en serie al que nos
confinaron. De nosotros depende trasplantarnos a tierra plena para
ejercer la audacia de ser individuos. Y ser individuos no es ser
individualistas: es ser enteros, para ser con todos. Cumplirnos la promesa
que nos hicimos antes de nacer. Para eso vinimos!

Leonor Bravo, poeta ecuatoriana, lo dijo as:

Todo fruto
toda flor,
fueron secreto un da.
Semilla enterrada
en la necesidad.
Secreto de tu vida
florece a partir de hoy.
S voz, color y canto.
S en toda direccin.
Alumbra al mundo con tu vida.

Que desde ahora nadie


se pierda ms de ti.

Virginia Gawel.

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La forma en que vivamos es el punto de apoyo para la


verdad del espritu.
Carl Jung.

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