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LA DISTINCIÓN CUANTITATIVA/CUALITATIVA
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(aunque esto está cambiando rá pidamente) y particularmente las ciencias sociales,
son consideradas "blandas", menos con una intenció n peyorativa que con la de señ alar
su imprecisió n (supuesta) y falta de confiabilidad. En general se admite que la
madurez científica de un á rea determinada se corresponde con un mayor grado de
cuantificació n.
Que éste sea el caso no es realmente sorprendente. La " visió n aceptada " de la ciencia
(el positivismo, que se transformó a lo largo de este siglo en postpositivismo; ver má s
adelante) enfocaba sus esfuerzos en verificar (el positivismo) o falsar (el
postpositivismo) hipó tesis a priori, planteadas de una manera má s ú til como
proposiciones matemá ticas (cuantitativamente) o proposiciones que podían ser
fá cilmente convertidas en fó rmulas matemá ticas precisas, que expresaran relaciones
humanas funcionales. Formular con precisió n, tiene una gran utilidad cuando el
espíritu de la ciencia es de predicció n y control de los fenó menos naturales. Má s aú n,
se dispone de una poderosa serie de modelos estadísticos y matemá ticos. Por ú ltimo,
existe una convicció n generalizada de que só lo los datos cuantitativos son en ú ltima
instancia vá lidos, o de alta calidad (Sechrest, 1992).
Se dice que John Stuart Mill (1843/ 1906) fue el primero en incitar a los cientistas
sociales a imitar a sus mayores, primos " forzados", prometiendo que si se seguían sus
consejos, se llegaría a una rá pida maduració n de estos campos , así como a una
emancipació n de las estructuras filosó ficas y teoló gicas que los limitaban. Los
cientistas sociales siguieron este consejo al pie de la letra porque ademá s eran “recién
llegados” y necesitaban status y prestigio político. Imitar a los demá s los llevaría a una
mayor aceptació n y a mejorar la validació n de su conocimiento.
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generalizació n, porque sus resultados só lo pueden aplicarse en otras situaciones
igualmente truncadas o con un contexto despojado (por ejemplo, otro laboratorio). Se
argumenta que los datos cualitativos pueden rectificar este desequilibrio
suministrando informació n contextual.
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comú nmente aceptada se conforman con detenerse en ese punto; de ahí que muchas de
las exigencias de inputs má s cualitativos se hayan limitado a esta acomodació n de
mé todos. Pero un desafío aú n má s importante fue provocado por algunos críticos que
propusieron paradigmas alternativos que implican no só lo una calificació n de enfoques
sino ajustes fundamentales de los supuestos bá sicos que guían a la investigació n. Su
rechazo de la perspectiva comúnmente aceptada puede justificarse de diversas maneras
(Bernstein, 1988; Guba, 1990; Hesse, 1980; Lincoln & Guba, 1985; Reason & Rowan,
1981), pero las siguientes son las má s importantesi.
La carga valorativa de los hechos. Del mismo modo que las teorías y los hechos no
son independientes, tampoco lo son los valores y los hechos. En efecto, puede
argumentarse que las teorías son ellas mismas afirmaciones de valor. Así, los "hechos"
supuestos son considerados, no só lo a través de una ventana teó rica, sino también
a travé s de una ventana valorativa. La postura libre de valores de la perspectiva
comúnmente aceptada se encuentra pues comprometida.
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utiliza la metodología apropiada) no influye sobre los fenó menos, o viceversa. Pero la
evidencia introducida por el principio de incertidumbre de Heisenberg y el principio
de complementariedad de Bohr destruyeron ese ideal en las ciencias duras (Lincoln &
Guba, 1985); un escepticismo aun mayor debe existir en el caso de las ciencias sociales.
En efecto, la idea que los descubrimientos son creados por la interacció n del
investigador y el fenó meno (que, en dichas ciencias es por lo general la gente) es a
menudo una descripció n má s plausible del proceso de investigació n que la idea de
que los descubrimientos son obtenidos a travé s de la observació n objetiva "tal como
realmente son, y tal como realmente operan".
LA N A T U R A L E ZA DE L OS P A R A D I G M A S
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1. La pregunta ontológica. ¿Cuá l es la forma y naturaleza de la realidad y, por
tanto, qué es lo que puede saberse acerca de ella? Por ejemplo, si se presupone
un mundo "real", lo que puede conocerse de él es "có mo son realmente las
cosas" y "có mo funcionan realmente". Entonces, só lo son admisibles,
aquellas preguntas que se relacionan con cuestiones referentes a la
existencia "real" o a la acció n "real"; otras preguntas, tales como las
concernientes a cuestiones de significació n estética o moral, quedan fuera del
á mbito de la investigació n científica legítima.
Estas tres preguntas desempeñ an el papel de nú cleo principal alrededor del cual
analizaremos cada uno de los cuatro paradigmas a considerar.
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responder a las tres preguntas definitorias. Y, sostenemos, los conjuntos de respuestas
dados son en todos los casos construcciones humanas; o sea, son todas ellas invenciones
de la mente humana y, por lo tanto, sujetas a error humano. Ninguna construcció n es
o puede ser incontro-vertiblemente correcta; los que abogan por alguna construcció n
determinada deben confiar en la capacidad de persuasión y en la utilidad má s bien que
en la prueba al defender su posició n.
Lo que es cierto de los paradigmas lo es tambié n de nuestros aná lisis. Todo lo que
digamos a continuació n es también una construcció n humana: la nuestra. No
podemos obligar al lector a aceptar nuestros aná lisis o argumentos sobre la base de la
ló gica incorrectible o la evidencia irrefutable; só lo podemos esperar ser lo suficiente-
mente convincentes como para demostrar la utilidad de nuestra posició n en el campo
de la escena pú blica (Guba & Lincoln, 1989; House, 1977). Rogamos al lector que
suspenda su escepticismo hasta que nuestra argumentació n esté completa y pueda
ser juzgada en su conjunto.
L AS C R E E N C I A S BÁS ICAS DE L OS P A R A D I G M AS DE
I N V E S T I G A C I ÓN RECIBID OS Y A L T E R N A T I V OS
Comenzamos nuestro aná lisis con descripciones de las respuestas que creemos
que los proponentes de cada paradigma darían a las tres preguntas arriba esbozadas.
Estas respuestas (tal como fueron redactadas por nosotros) figuran en la Tabla 6.1,
que consiste en tres hileras correspondientes a las preguntas ontoló gica,
epistemoló gica y metodoló gica, y cuatro columnas correspondientes a los cuatro
paradigmas a examinar.
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El término positivismo denota la "perspectiva comú nmente aceptada" que dominó
el discurso formal en las ciencias físicas, y sociales durante unos 400 añ os, mientras
que el postpositivismo representa los esfuerzos de las ú ltimas décadas para responder
de una manera limitada (es decir, permaneciendo esencialmente dentro del mismo
conjunto de creencias bá sicas) a las críticas má s problemá ticas al positivismo. El
té rmino teoría crítica es (para nosotros) un té rmino abarcativo que denota un
conjunto de diversos paradigmas alternativos, incluyendo ademá s (aunque no se limite
a ello) la investigació n participativa sobre marxismo, feminismo y materialismo. En
efecto, la teoría crítica puede ser dividida con utilidad en tres subcorrientes:
postestructuralismo, postmodernismo, y una combinació n de ambos. Cualesquiera
sean sus diferencias, el supuesto alternativo comú n a todas estas variantes es el de una
investigació n cuya naturaleza está determinada por los valores: una diferencia
epistemoló gica. Al agrupar a estas posiciones en una ú nica categoría apelamos a un
juicio; no trataremos de hacer justicia a los puntos de vista individuales. El
té rmino constructivismo denota un paradigma alternativo cuyo supuesto propio es el
movimiento desde el realismo ontoló gico hacia el relativismo ontoló gico. Estas
posiciones se clarificará n en la exposició n subsiguiente.
Debemos mencionar aquí dos importantes advertencias. En primer lugar, aunque nos
sentimos inclinados a creer que los paradigmas que estamos a punto de describir
pueden tener un significado incluso en el campo de las ciencias físicas, no
defenderemos aquí esta opinió n. De acuerdo con esto, los comentarios que siguen
deberá n entenderse exclusivamente como limitados a las ciencias sociales. En segundo
lugar observamos que, exceptuando el positivismo, los paradigmas aquí analizados se
encuentran aú n en su etapa de formació n; todavía no se alcanzó un acuerdo definitivo,
ni siquiera entre quienes los proponen, acerca de sus definiciones, significados o
implicancias. Así, nuestro aná lisis deberá considerarse tentativo y sujeto a una má s
profunda revisió n y reformulació n.
Ante todo observaremos verticalmente las columnas de la Tabla 6.1 para ilustrar las
posiciones de cada paradigma con respecto a las tres preguntas, y a continuació n
observaremos las hileras transversales para comparar y contrastar las posiciones de los
paradigmasiii. Las limitaciones de espacio nos impiden desarrollar nuestras
animaciones. El lector podrá encontrar otras evidencias, a favor o en contra, en otros
capítulos de este volumen, particularmente en los capítulos 7-11.
COLUMNA 1: POSITIVISMO
COLUMNA 2: POSTPOSITIVISMO
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a definir el significado y el propó sito que la gente atribuye a sus acciones, así como para
contribuir a "una teoría fundamentada" (Glaser & Strauss, 1967; Strauss & Corbin,
1990). Todos estos objetivos son cumplidos en gran parte a través de la creciente
utilizació n de té cnicas cualitativas.
(Para un aná lisis má s profundo de la teoría crítica, ver las contribuciones de Olsen,
Capítulo 9; Stanfield, Capítulo 10; y Kincheloe & McLaren, Capítulo 8, en este
volumen).
COLUMNA 4: CONSTRUCTIVISMO
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menudo compartidos por muchos individuos e incluso por diferentes culturas), y
dependientes cuanto a su forma y contenido de las personas individuales o grupos que
las sostienen. Las construcciones no son más o menos "verdaderas" en un sentido
absoluto, sino simplemente má s o menos informadas y/o sofisticadas. Son
alterables, al igual que sus "realidades" asociadas. Esta posició n debería distinguirse
tanto del nominalismo como del idealismo (ver Reese, 1980, para una explicació n de
estas ideas).
ANÁLISIS T R A N S V E R S AL DE LOS P A R A D I G M AS
(Filas de la Tabla 6.1)
Habiendo observado brevemente las posiciones que podrían asumir los proponentes
de cada paradigma con respecto a las tres preguntas definitorias, es ú til recorrer las
hileras para comparar y contrastar tales posiciones entre los diversos paradigmas.
ONTOLOGÍA
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2. el realismo crítico del postpositivismo, que si bien aú n presupone una
realidad objetiva, admite que ella puede ser aprehendida tan só lo de manera
imperfecta y probabilística; hacia
EPISTEMOLOGÍ A
METODOLOGÍA
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2. la metodología experimental manipulativa modificada del postpositivismo,
investida en la multiplicidad crítica centrada en la refutació n de las hipó tesis;
hacia
Tabla 6.2 Posiciones de los Paradigmas frente a Temas Prá cticos Seleccionados
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Problema Positivismo Postpositivismo 1 Teoría Constructivismo
Propó sit o de Explicació n , predicció n y Critic a y Comprensió n,
la control transformació n reconstrucció n
Investigació n , restitució n e
¡iidcpcndcnci a
Naturaleza del Hipó tesis Hipó tesi s no '• Comprensió n, Individual ''
conocimiento verificadas refutadas son conocimiento - Reconstrucció n
quedan probablemente estructural / es Individú ale^
: hechos ó leyes histó rico ligadas en torno
establecidas '
al Consenso
como hechos o
leyes
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Entrenamiento Té cnico y Té cnico; Resocializació n, cuantitativo y
Preparació n - cuantitativo;' cuantitativo y cualitativo, histó rico, valores
. teorías cualitativo; de altruismo y perfecció n
sustantivas teorías i
sustantivas
Acomodació n Conmensurable Inconmensurable
Hegemonía En control de publicaciones, "; Bú squeda del reconocimiento
fondos, promoció n, y cargos
IM P L IC AN C I AS DE LA POSICIÓN DE C A DA P A R A D I G MA
P A RA LOS T E M AS P R A C T I C OS S E L E C C I O N A D OS
(Filas de la Tabla 6.2)
DE P R O B L E M AS -PRÁCTICOS 1
Las diferencias en los supuestos de los paradigmas no pueden ser consideradas como meras
diferencias "filosóficas"; implícita y explícitamente, estas posiciones tienen consecuencias
importantes para la conducción práctica de la investigación, así como para la interpretación de los
descubrimientos y la selección de políticas determinadas. Decidimos analizar estas
consecuencias en el caso de diez temas de especial importancia
Las entradas de la Tabla 6.2, que consisten en cuatro colunmas que corresponden a los cuatro
paradigmas y en diez hileras que corresponden a los diez temas, resumen nuestra interpretación de las
principales implicancias. El lector observará que los cuatro primeros temas (propósito de la
investigación, naturaleza del conocimiento, acumulación de conocimientos, y criterios de calidad)
están entre aquellos considerados especialmente importantes por los positivistas y los postpositivistas;
son por lo tanto los temas respecto de los cuales se ataca con mayor frecuencia
a los paradigmas. El quinto y el sexto (valores y ética) son temas que todos los paradigmas toman
seriamente, aunque las respuestas convencionales y emergentes son muy diferentes. Finalmente, los
Últimos cuatro lemas (voz, entrenamiento, acomodación, y hegemonía) son aquellos que los
proponentes alternativos consideran especialmente importantes; representan áreas en las que la
perspectiva comunmente aceptada es considerada particularmente vulnerable. Las entradas de la labia
se basan sólo en parte en las posiciones públicas, dado que no todos los temas han sido considerados
por todos los proponentes de los paradigmas. En algunos casos, por lo tanto, hemos sunainistrado
entradas que, creemos, se siguen lógicamente de las posturas metafísicas básicas (ontológicas,
epistemológicas, y metodológicas) de los paradigmas. Para tomar un ejemplo, el tema de la voz es
rara vez encarado directamente por positivistas o postpositivistas, pero creemos que dichos
proponentes, si se los apremiase, sugerirían la entrada "científico desinteresado".
Hay una diferencia inmediatamente evidente entre la Tabla 6.1 y la Tabla 6.2. Dicha diferencia-
consiste en que, mientras que en el primer caso era posible hacer una entrada definida para cada
casillero, en el caso de la Tabla 6.2 hay una superposición considerable entre las hileras,
particularmente en las columnas positivistas y postpositivistas. En efecto, incluso en el caso de
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temas en los que difieren las entradas en esas dos columnas, las diferencias parecen ser de menor
importancia. En contraste con esto, podemos observar las diferencias más importantes
encontradas entre estos dos paradigmas y los paradigmas constructivistas y de la teoría crítica, que
también tienden a diferir entre sí. , :
1 * *
Hemos formulado los lemas en forma de preguntas, de la siguiente manera: ...
H I L E R A 1 : ¿CUAL ES EL O B J E T I VO O PR OP ÓS I TO DE LA I N V E S T I G A C I Ó N?
; '
. HI LE R A 2: ¿CUAL ES LA N A T U R A L E ZA D EL CONOCIMIENTO ? •
Positivismo. El conocimiento consiste en hipótesis verificadas que pueden ser aceptadas como
hechos o leyes.
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Teoría crítica. El conocimiento consiste en una serie de insights estructural/históricos que se
transformarán a medida que pase el tiempo. Las transformaciones tienen lugar cuando la
ignorancia y las aprehensiones erróneas dan lugar a insights más informados mediante una
interacción dialéctica. —
Teoría crítica. El conocimiento no se acumula en un sentido absoluto; más bien, crece y cambia
a través de un proceso dialéctico de revisión histórica que erosiona continuamente la ignorancia y
las aprehensiones erróneas y amplía los insights más informados. Puede haber generalización cuando
la combinación de circunstancias y valores sociales, políticos, culturales, económicos, étnicas, y
de género es similar en diferentes marcos.
Positivismo y postpositivismo. Los criterios apropiados son las pautas convencionales del "rigor":
:
la validez interna (isomprfísipo' de los descubrimientos con la realidad),'la validez extema •'"•"
(Posibilidad de generalización)) la confiabilidad (en ci scníido de estabilidad), y la
objetividad
;"'
'^^¿V^Cobséi-yádór distante y neutral).' Estos'criterios'deriénden'd..' la posición ontoíógiea
realista; si se ; % ÍS>¡
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- puedetoer^'';;;;^ ^
nposible, la*,ï:10>'ïl>$}.
:de cámbiar/v^i'Kv^'í !
'Mñi^yno puede alcanzarse la objetividad porque no existe nada de lo'cüal'uiio pueda
"dislánciarse'^^Tif-'^XK^v
• " í', " \ ' ' ~ '
1
•c?<TS=J • . .•'.«p'tr-: %. i>-v¡t,i~vj\ aK-J'-r'A-.x*» ;-T.» ; •••'•«•«¿í^-n.ii'rJi.í' • r ' " r f . " - " ^ ; ..-.:*•» • - i r ..'-te: •>. .•.:>. - ;.>iiiVv.-.--.-«'_r-:
. iffi .í S*a: e COnnm i fJ-| < ; - r . t n i r n ^ V rir- npnrm rio ln'cthinr-i/W'.»<:rn/ííí»^-»Y'', » l Yti-*<-!n » ñ '»»1 ^ u ñ ! l n învf»<;f ícr;ir-ir\ n ',V S .• ' "
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P ™ 9 e r esfuerzo para resolvere! tema de la calidad en'el caso del constructivismo; aunque'' '' :
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&ü)?i£?íos"criterios,fueron'.bien'recibidos,':sür'páraiclismó con.ios'crilcriós'positivistas, los
hace; .'•.'•, f¿-S!':i
*í ' - v 'sospechosos. El segundo conjuntó" se superpone'hasta cierto punió cóii los de la teoría
crítica, • 'ty<'
•V.pero va más allá de ellos, particularmente lós de autenticidad onlológica y autenticidad
educativa. v->: ï » y. » ^' :
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1 'a¿#-*eadefecto',*!se;:aftnna. quc.'eí.'paradigma'"'.•csiá' ."Iibre'" de'; valores"-.' en''virtud de su'
postura /
^-epistemológica;Los valores son considerados variables que introducen contusión y a ios que no
^ií'sé';les"püede'cooccder/un"rol en';una" iñvesügáción supuestamente' objetiva (auncuando la
ÍV
'^^objetividad sea, ñ el caso dei postpositivismo, tan sólo un ideal regulativo)...- :'.;'.•'" "'• '' '• • •-
Teoría crítica. La ética es algo mas intrínseca a este paradigma, como lo implica el erosionar la
ignorancia y las aprehensiones erróneas, y de tener en cuenta plenamente los valores y la posibilidad
de ubicación histórica en el proceso de investigación. Así, hay una inclinación moral en el
sentido de que el investigador, debe ser revelador (en el sentido' riguroso de "consentimiento'
plenamente informado") más bien que falaz. Claro está que estas consideraciones no
"evitan" un comportamiento antiético sino que levantan algunas barreras que hacen más difícil el
proceso.
C T r a d u c c i ú n realizada pur Uura Dclfino exclusiva pura uso ¡ nl c r i m diUus Cursos & Seminarios del C l i i l i t - 1'ruliiLml» su r e p r o d u c c i ó n .
profundo del estado de cosas existente (la naturaleza y alcance de su explotación) y se sienten
estimulados a actuar sobre él.
Postpositivismo. Los principiantes son entrenados de una manera paralela al modelo anterior, aunque
con la adición de métodos cualitativos, a menudo con el objeto de mejorar los problemas señalados
en los primeros párrafos de este capítulo. ¡
Teoría crítica y constructivismo. En primer lugar, los principiantes deben ser en primer lugar
resociaiizados en cuanto a la perspectiva comunmente aceptada de la ciencia que desde un
comienzo les fuera profundamente inculcada. Esta resocialización sólo puede lograrse a través de
una cabal instrucción en las posturas y las técnicas del positivismo y del postpositivismo. Los
alumnos deben llegar a apreciar las diferencias de paradigmas (resumidas en la Tabla 6.1) y, en
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ese contexto, adominar tanto los métodos cualitativos como los cuantitativos. Los primeros son
esenciales debido al rol que desempeñan al instrumentar las metodologías dialógico/dialécticas
o hermenéutico/dialécticas; los segundos lo son porque pueden desempeñar un rol informativo útil
en todos los paradigmas. Se los debe ayudar también a comprender la historia y la estructura sociales,
políticas, culturales, económicas, étnicas, y de género, que constituyen el marco de sus
investigaciones, así como a incorporar los valores de altruismo y de capacitación en su trabajo.
Teoría critica y constructivismo. Los proponentes de estos dos paradigmas se unen para afirmar
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los últimos siglos al abandonarse los antiguos paradigmas aristotélicos y teológicos. Pero el manto
de la hegemonía cayó en las décadas recientes sobre los hombros de los postpositivistas, los
herederos "naturales" del positivismo. Los postpositivistas (y en realidad muchos positivistas de los
que aun existen) tienden a controlar las publicaciones, las subvenciones, los mecanismos de
promoción y de tenencia de cargos, los comités de disertación, y otras fuentes de poder e influencia.
Ellos eran, al menos hasta alrededor de 1980, el grupo "in" (de moda), y continúan representando la
voz más importante en la toma de decisiones profesional.
Teoría crítica y constructivismo. Los proponentes de la teoría crítica y del constructivismo aun
están buscando reconocimiento y el camino para ejercer su influencia y suministrar su aporte.
Durante la última década, obtuvieron cada vez más aceptación, como lo prueba la creciente
inclusión de artículos relevantes en revistas y reuniones profesionales, las nuevas publicaciones, la
creciente aceptación de disertaciones "cualitativas" y la incorporación de pautas "cualitativas" por
parte de ciertas agencias y proyectos de subvención, etc. Pero es muy probable que, en un futuro
inmediato, la teoría crítica y el constructivismo continúen desempeñando un rol
secundario, aunque importante y cada vez más influyente.
CONCLUSIÓN
T r a d u c c i ón r e a l i z a da por Dora Delfino e x c l u s i v a para uso Interno de los Cursos & Seminarios del Ciafic - Prohibida su reprodu c c i ó n.
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' La metáfora ele la "guerra de los paradigmas" descripta por Gage (1989) es sin duda exagerada.
Al describir los debates y altercados de las últimas dos décadas como auténticas guerras,'se
agudiza la cuestión más de lo necesario. Sóio s.: llegará a mía solución a las diferencias entre
paradigmas cuando surja un nuevo paradigma más informado y sofisticado que cualquiera dejos hasta
ahora existentes. Es probable que esto ocurra cuando los proponentes de estos diversos puntos
de vista se reúnan para examinar sus diferencias', si es que alguna vez lo hacen, y no sólo para
afirmar el carácter sagrado de sus respectivas posiciones. El mejor camino para llegar auna relación
adecuada será un diálogo permanente entrejos proponentes de los diversos paradigmas.
Esperamos haber ilustrado en este capítulo la necesidad de tal intercambio mediante una clara
exposición de las diferencias que actualmente existen, así como al señalar que tales diferencias üenen
implicancias significativas en el plano práctico. El lema de los paradigmas es un tema fundamental;
sostenemos que ningún investigador debería dedicarse a la investigación sin tener
en claro cuál es el paradigma que informa y guía su enfoque propio.
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T r a d u c c i ón r e a l i z a da por Dora Delfino e x c l u s i v a para uso Interno de los Cursos & Seminarios del Ciafic - Prohibida su reprodu c c i ó n.
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