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HERMENEIA 7 Director de ta eoteceisn Dr. MioUEL. GaRcla-BARRO Hans-Georg Gadamer Verdad y método I OcDAvA EDIE ‘Otras obras publicadas en la coleecién Hermencia: g123tae H. G. Gadamer, Verdad y mézodo IL (H-34) —H. Marcuse-K. Popper-M. Horkheimer, Ala bisqueda det sentido (H 3) 1. Ladritre, Et reto ea racionatidad (H 11) —E. Levinas. Totalidad e myfinsto (H.8) —E. Levinas, De otro modo que ser 0 més alld de ta esencta (H 26) J.L. Manion, BI idoto y ta distancia (H 40) BIBLIOTECA =H. Bergson, Enstivo sobre los datos iumediatos de la conctencia (45) unnyeysina DE MCRTEREEY —1.P. Miranda, Racionalidad y demoeracia (42) Ediciones Sigueme - Salamanca 1999 Ta tanto ao recojis sino lo que fi mismo arrest, todo seth co mie que detrees 7 botin sa importance: ilo cuando de pronto te yuelvas carador dal balbn gq te lanzo und comparers eterna, ft muta, en impulse Exactamente conocido, en uno de esos areos de fa gran arguitectura del prente de Dive: solo etionces seri el tabercoger un poder, no tayo, de wn mado, RM. Rue Tul oil: Wate und Methode Thaaueron: Aaa Agnd Aparicio» ae de Appa @ UCB. Mote (Pal Siebek) Tubingen “97 @ Bakcowes Sigueme, S.A 1977 ‘prtaco S32 B-S70HD Salamanca {SBN 84:301-1270-7 (oa compen} ISBN: 84 301-0463-1 (yotsmea Legal 8. 1213-199 pune: Grifics Varo Poligono sl Monin, rarest 49 $7008 Suismancs Contenido Prdlogo a a segunda edicién Prdlogo a la terceta edicién Introduccion T. Buveiwactée pe LA cuEsTION DE LA VERDAD DESDE LA EXHAUENCIA DEL ARTE I. La superacion de la dimensibn estética 1. Significacién de ta tradicién humanistica para Jas ‘crencias del espisitu 2, La subjenivizacion de la estética por ln eiaca antiana . 3, Recuperacién de la brepunta Por Ia verdad del arte ML Lar ott de la en arte 0 «signal me MMICO eee 4. Bl juego como hilo conductor de la explica- ida ontolégica . ~ 5. Conclusiones estéticas y hetmencuticas + TL Expanerésr pe LA cumsridéw De LA VEKDAD ALA COMPRENSION BN LAS CIENCIAS DBL, ESPERITO Preliemares.bistiricor 6. Lo cuestionable de Ja hermenéutica romantica vy su aplicacién a Ia histortografla 7. Ta Secon de Dither ls aporiay del histo- reise, 22 23 at at w 1a 143 143 182 225 225 27 8 Superacién del planteamiento epistemolégico en la investigacién fenomenolégica Ll, Fundanentos para wna tvorla de le expertoncia herme- +9. 10. 1 nbutiea La historicidad de la comprensiéa como pein- cipio hermenéutico. Recuperacién de! problema hermenéutico fun damental : Anilisis de Ja concrencia de la historia efectual UL, Bp txxcuays como mito CONDUCTOR DEL 12 13. 4, Exeutsos. Hermeney Epo GINO ORTOLAGICO DE LA RERMENEUTICA El lenguaye como medio de Is experiencia her- ‘Acuaacién del concepto de wlengusjen a fo las- go de Ia historia del pensamiento’ occidental. BI lenguaje como horizonte de una ontologia hermeneutics .....esecesese i utica € hustoricismo . Indice anattico de Verdad y método 1 y Tt Indice de nombres de Verdad y métado Ty TT Indice general 305 331 331 378 as 461 487 526 586 599 64 on 689) 9 Prélogo a la segunda edicién En fo esencial, esta segunda edicién aparece sin modifica iones sensibles. Ha encontrado sus lectores y sus ctiticos, y la atencién que ha merecido obligaria sin duda al autor a utilizac todas sus oportunas aportaciones criticas para la mejora del conjunto. Sin embargo un rzonamiento que he madurado ‘lo largo de tantos afios acaba teniendo una especie de solide Propia. Por mucho que uno intente mitar con los ojos de los titicos, la propia perspectiva, desarrollada en tantes facetas distintas, ntenta siempre imponerse. Los izes afios que han pasado desde que aparecié 1a pri- mera edicidn no bastan todavia para volver a poner en movi- ‘muento el conjunto y hacer fecundo lo aprendido entre tanto gracias a la critica’ y a la prosecucién de mi propio trabajo 1. Tengo presente sobre, todo Ist siguicates tomas de posicién, a los queso afaden algunas wanifestaciones epnolares yomics: RO. Ape Hogrndion Ti, Boon, 1963, 314-322; O. Becker, Die Prapoieaite at Trancindering der atbtinine Dimenvon der Kuaits Pal. Repdate, 10 196)" 2953585"E. Bett," Die Hermenntie ts alee Altoal at Gelitanienbefien,“Pbingen 1962, W. Hellebrang, Der Calbegens Arch 1, Reches-~ uy Sotalphillosophie, 49° (1963) 31-76; Hh. Kanes Warped nd abba Vert: Hstoinche Zataciife 19372 (1361) 316309, J, Moller! “TibingerTheologuehe Quattlsenri > (96l), Aer aTts W. Pannenberg, Hursrneie und Cnveronuichin: Zetseuct foe Thee sieund Kirche 60 (1903) 90:12, sabre ton 94y 9) O. Vopaele: Prone Bhikener Literaucanzeiger 16, 6°10; As de Waellns, Jat so eric {ies de tar manage Revue dillosopbigue de Louvain 601962) 515.5917 EE Wieacher, Noten ger rebishicortchn Hermonaaie: Nacarichten de Akademie det Wissenschaften, Géttingen, philehir, Ki (1963) 1.23, 2. Epllogo a M. Heidegger, Der Driprang its Kunstuehs, Srute- tt 1960; Hel nd di avis Braise: Hegel Stadion 1 (1961) 173-1995 Ser Drabomalt ae ‘Subsostoninnt en Einscnter Seasktant i062 ‘T1585; Dinhen tnd Deven: Jabrtch der Geutechen Akadetnis fit Sprache ° j | | / Por 10 tanto intentaremos volver a resumis_brevemente Ja intenciga y las pretensiones del conjunto; es evidente que ellnecho de gue recogiera um expresin como lade ahermeneu- luca, fastada por una vieja tridicin, oa inducido a algunos malentendidos’ No era mt intencién componet una «pre- ceptivan del comprender como intentaba Ia vieja hermenéutica. No pretendia desarrollar un sistema de reglas para desesibic © incluso guiar el procedimiento metodol6gico de las ciencias del espiritn. Tampoco era mi idea investigar los fundamentos fedricos del trabajo de las ciencias del espiritu con el fin de onientar hacia la préetica los conocimientos alcanzados. Si existe alguna conclusién prictica para In iavestigacién que propongo aqui, no sera en ningiin caso nada parecido aun compromiso» ‘acientifico, sino que tendri que ver més bien con la honestidad «cientificay de admitis ef compromiso que de hecho opera en toda comprensién. Sin embargo mi verdaders intencién era y sigue siendo filos6fica; no est’ en cuestion to que hacemos mi lo que debiéramos hacer, sino lo que ocurre con nosottos por encima de nuesteo querer y hacer, En este sentido agui no se hace cuestién en modo alguno del método de las cieneias del espicitu. Al contratio, part del hecho de que las ciencias del espirita historias, tal como surgen del romanticismo alemén y se impregnan del espiritu dee cencia moderns, administra na berenela humanists que las senala frente a todos los demas géneros de investigaciéa moderna y las acerca a experiencias extracientificas de indole muy diversa, en particular a la del arte. ¥ esto tiene sin duda su cortelato en ia sociolopia det conocimiento. Bn Alemania, que fue siempre un pals prerrevolucionanio, Ia teadicién dei hnumanismo estético siguié viva y operante én medio del des- arrollo de ia moderna idea de ciencia. En otros paises puede haber habido mas cantidad de concieneia politica ca 10 que soporta en ellos a las bumanites, las ifres, en resumen todo lo que desde antigua viene llamindose bumantora lund Dicheung (1960) 13-21; Hermon sd Hider: Pbiloophiacte Endrin 9 BH, cecgido gow somo spendiceon ate ano lumens Die stémemimongiie Brngue Pillosphizene ‘Rundachat Ti (G65) 1 sD Rata er Secse and ee Sprache ay Ding, on Probl der Ordnong, Mecrves 1962; Uner te Megha snr plcphinbee Eth, Sema’ thors Walberberger Stadica 1 {1963) 11244 eth ad Spratt, en Ry Tegal, Ney ek: Marin Fer smurgroer Tool, on, Berit Rc Button, btagen 1964, Aeros td"Hemantit Ccatereaca on el coupe sobre stay oseeratn ‘30a 3. CEB, Bett 2 03 Pr, Wickes, 6 10 Esto no exchuye en ningun seatido que los métodos de la moderna ‘iene fatural tengan. tambien apicacion, pastel mundo social "Tal ver uestia époea este determinade, mis {tue por el inmehed progesso de lp tiedesaa Cenc naira, por fa racionalizcién creciente de Ia sociedad y por fa técnica jentifea desu ‘diteeci6n, -B-pipleiti-metodolagio. de_ja clen- Sic Imporie en todo, ¥ nada inde lejos de mn intencion que Tgae que el teabajo metodoldgico se ineludible en las lata das clencias det espiritu. Tampoco he pretendido reavivar 1a Sys disputa-metodologica ence las elecei de la natucalera ¥ las det espa. Dificimente podria tratrse de una oposicion Entre os metodos. Bota es fa'ragon por la que glee que el problema de los limites de. Is fotmacién.de_tos-conceptos Gli cieneia_naturale, formulado en su momento por. Win Rickert esta mal planteado, Lo que tenemos ante ros AAG es wha diferencia de métodos sino wna diferencia, de"objenivos-dé conacimiento. La cuestién que nosotros plan teainoy inferia descubt y hacer consciete algo que fa ten Gtonada dispute metodologica ao ocultando y. desconocien- do, algo que no sepone fanto limitacign o revurecon dela ‘ciencia moderna cuanto un aspecto que le precede y que en parte In hace posible. La ley inmanente de su progreso 0 pierde con ello nada de su inexorabilidad. Seria una empresa ana quotes hacer predicas 2 la concienca del querer saber F dct saber hacer humano, tal vez para gue este aprendiese a Unda: con ts culdedo cate lor ordenumisntos naturales Y Seats de nes rund. EL papel de moss a. ae bito del investigador tiene algo de absutdo. Teal que-esab- satdi Ia pretension del Blo ode dae thos bp Gps emo teudrt que mordifiane la «cence pare oder legitinarse filosofcariente ne por to G50 GUE SEtIE'GA puro malentendido querer im- plicar en todo est) ia famosa distincién Kantiana entre quant Foo ris y gency for Kant sg tenia to joenorinrencion de presribir ats moderna c a paturaeaa como teala ae ‘pOMportarsé, 6 queria sostenetse.ffente-a_ los dictdmenes de fa'rtedn Lo que di -hivo fae plantgat tom cussion Movoticn iegirie eves son las condiciones de stay oonocmnienre at as qc os posible ia coentin modetna, y hata Era Bat este sdaudo tatabien i presente tavesigaciod platen “Thi pregunta flosifier, Peto no be ls plantes entmodo Siguno Solo'a fas llamads cienciay de! expittu (en el icteror de lat foales dayla dems preaciSn a tetermnades diseplinay cl Sica); sguern se fa platen sta clenca ¥ 2 sus Formas de u ‘experiencia: ou interpelado cs el conjunto de la experiencia, frumana del mondo de la prais vital: Por expresso, Bate fianamente, pregunta como. es posible la comprensidn, Ee ‘una pregunia que en realidad precede a todo comportamiento comprensivo dc la subjetividad, incluso al metodolégico de las cencat compnenivas sus hormas ya su rela. La ane Itica temporal del estar ahf humano en Heidegger ha mostrado ‘en mi opiniéa de una manera convincente, que la comprensién fo 8 uno de og sodos de comportamiento del sto, sino ‘el modo de ser del propio estar ahi. En este sentido es como hemos empleado aqul el concepto de shermenéuticar. Designa el catécter fandamentelmente mévil del estar ahf, que consti- faye on fined su especiidad y que porto tao abarca et ‘conjunto de su experiencia dei mundo, Fl que el movimiento de la comprensidn sea abarcante y universal fo es arbitrariedad a inflacién constractiva de un aspecto unilateral, sino que esti ey naturale misma de la cosa io puedo considerar correcta.la opinién de que-cl aspecto hermcntutico-encontrara eu limite ef fos Modo de Set ett istéricos, pot ejemplo ¢f ef de. lo. matematico.o.enel.delo spietco "Sin duds ey verdad que la calidad. etésiea de una obta de atte reposa sobre leyes de Ia construcciéa y sobre un nivel’ de ‘configuracion que. acaba traécendiendo todas las ba- stefas de la procedencia. hist6ricay-de-la.pertenencis cultural Dejoéit Bagpenso hasta qué punto representa Ia obra de ar. te una posibilidad de conocimiento independiente frente al sentido de la calidady , asi como si, al igual que todo gusto, no s6lo se desatrolla formalmente sino que se forms y acnii como él. Al menos el gusto esti formado aecesariamente de geuerdo con algo que prescibe a su ver el fin para el que se forma. En esta medida probablemente inciuya determinadas otlentaciones de precedencia (y barreras) de contenido. Pero en cualquier caso €s valido que todo ef que hace la expetiencia de la obra de arte involucra ésta por entero en si mismo, 1o que significa que Ja implica en el todo de su autocomprensién en euanto que ella significa algo para él. Mi opinién es incluso que la realizacién de la comprensién, que abarca de este modo a la experiencia de Ia obra de arte. supers cualquier historicismo en el Ambito de la experiencia 4. CEO. Becker, 0 « 5. Kure Riesler he intentado desde entonces en eu Treklet son Sebi sun, Feashfiet 1938, wha deduclon tascendental del teetido el con fade R estética, Ciestamente resulta plausible distinguir entre el nexo ‘originario dei mundo que funda una obra de arte y su perv ‘vericia bajo unas condiciones de vida modifcadas en el mundo tlerior Pero edénde est en realidad ef te entre mundo opto y mundo posterior? Y eamodelo por imitat» (Nacbild y Vorbild)- ‘Responde a una habitual traspolaci6n del deventr al sex el rue Bildung (como también el actual Formation) designe mis fesultado de este proceso del devenir que el proceso mismo. La traspolacidn es aqui particularmente parcial, porque el tc- sultado de ta formacién no se produce at modo de los obje- tivos téenicos, sino que surge del proceso interior de Ja for- maici6n y conformacién y se encuentra por ello en un cons- tante desarrollo y progresién. No es casual que la palabra for- macién se parezea en esto al griego pis. Igual que ia natura- leza, Ia formacién no conoce objetivos que le sean exteriores. (Y frente 2 la palabra y Ia cosa: «objetivo de la formacién», hhabsi de mantenerse toda la desconfianza que tecaba una for- ‘macién secundatia de este tipo. La formaciéa no puede sex un Yerdadero objetivo; ella no puede set quetida como tal si no 5 en Ja tematica reflexiva del educadot). Precisamente en esto Gi concepen de ia formacin va. mis alld del mero eutvo de apacidades previas, del que por otra parte deriva. Cultivo de tim daponicién es desasollo'de algo dado, de modo que el gjercicio y cura de la misma es un simple medio para el fin Ta materia docente de un libro de texto sobre gramética 5 ‘medio y no fin, Su apropiacién sirve tan s6lo pata el desarrollo del lenguaje. Por el contrario en Ia forimacién uno se apropia por entero aquello en lo cual y 2 través de lo cual uno se forma, Bn esta medida todo 1o que ella sncorpora se integra ea ella, ppeto Io incorporado en la formacién no es como un medio que Baya perdido’ su funcida, En la formacién alcanzada nada des- aparete. sino que todo se guarda. Formacién es un concepto genuinamente historieo, y pfecisamente de este caractet his- forico de la «conservaciony es de lo que se trata en In compren- sién de las ciencias del espinita En este sentido ya una primera ojeatia a la historia etimo- logica de «formaciéa» aos leva al Ambito de los conceptos historicos, tal wuino Aeget los hizo familiares al pxincipio en el Ambito de la aprimera filosofiay. De hecho es Hegel el que con mas agudeza ha desatrollado lo que es la formacién, y a él se- {guiremos ahora #, También 61 vio que Ia flosofia «tiene en fa for fhaci6n la condicién de su existenciar, y nosotros afiadimos: 16. G.W. Fe, Hegel, Philomphixde Propidatih, § 41-45. 40 y con ella tas clencias del espititu, Pues el ser del espiritu esti Sencilmente enido a la idea de la formaeioas El hombre se caracteswza por la ruptura con lo imediato y natural que le es propia en Vietud det lado espizitual y racio- nal de su esencia. «Por este lado él no es por natuzaleza lo que debe ser; por eso necesita de la formacién. Lo que Hegel llama la esencia formal de la formacién ceposa sobee su gene- talidad. Partiendo del concepto de un ascenso a la generalidad, Hegel logra concebir unitatiamente lo que su época entendi boajo formacién, Este ascenso a la genctalidad a0 cxté simple- mente reducido @ la formacién te6rica, y tampoco designa com portamiento meramente tedrico en oposiciéa a un comporta. Imiento practico, sino que acoge la determinacién eseacial de la racionalidad Aumana en su totalidad. La eseneia general de 4a formacién humana es converturse en un ser espiritual gene- tal, El que se abandona a la patticalarided es «inculton; por ¢emplo el que cede a una ira ciega sin consideracién ni medida. Hegel muestea que 2 quien asi actia lo que le falta en el fondo capacidad de absteaccida: no es capaz de apartar su aten- clon de sf mismo y ding 2 une gencalidad desea cual determinar su particulatidad con coasideraciéa y medida. En este sentido la formacién como ascenso a la generalidad cs una tarea humana. Requiere sacrificio de la particularidad en favor de la generilidad, Ahora bien, sacrfico de la particule, ridad significa negativamente inhibicién del deseo y en conse- cuencia libertad respecto al objeto del mismo y libertad para su objetividad. En este punto las deducciones de la dialéctica feaomenoldgica vienea a completar lo que se introdujo en Ie propedéutica. En la Fenomenslogia det espirity Hegel desarrolla fa genests dena autoconciencia verdaderamente libre «et y paz slp misma, y muestra que Is esencra del trabajo no es con- samt la cosa, sino formarla'?, Bn la consisteneia auténoma que cl trabajo da a la cose, Is conciencia que trabaje se reencuentra ‘si misma como una conciencia autéaome, BI trabajo es deseo inhibido. Formando al objeto, y en la medida en que actua ig- orindose y dando lugar a una generalidad, Ia coneteneia que ‘abaja se eleva por encima de ia inmediater de su estar ahi hacia fa generalidad; 0 como dice Hegel, formando 2 la cose se forma a si misma, La idea es que en cuanto que cl hombre adquiere an «poder», una habilidad, gana coa ello un sentido de si mismo. Lo que en la auto ignorancia de Ia conciencia 17. G. W. Fe, Hegel, Phinomenalege des Gaites, ed, Hofmeister, U8 5 (Foromenotopa del spires, MextcorBuenon ‘Aires 1966) : a como sterva parecla estarle vedado por hallarse sometido a un Sentido enteramente ajeno, se le participa en cuanto que de- ‘iene concienia que trabaja. Como tal se encuentra 2 sf misma Uentro de un sentido propio, y cs completamente correcto afirmar que el trabajo forma. El sentimiento de s| ganado por fa conciencia que trabaja contiene todos los momentos de lo que constitaye la formacién practica: distanciamiento respecto ia inmediate del deseo, de la necesidad personal y del snterés privado, y ateibucién a una generalidad, En la Propedéunica Hegel muestra de la mano de una sene de ejemplos esta esencia de la formacién prictica que consiste fn attibuirse a si mismo una generalidad. Algo de esto hay en 1 mesnca que limita la falta de medida en la satisfaccién de las necesidades ¥ en el uso de las propias fuerzas segitin algo més general: la atencién a la salud. Algo de esto nay también en quella reflexion que, frente 2 10 que constituye la cireunstan- ‘ia 0 negocio individual, permanece abierta a la consideracién Ge Jo que aun podria venir a ser también necesario. También tuna eleceidn profesional cualquiera tiene algo de esto, pues cada profesi6n esen cierto modo un destino, una necesidad exte- For, e implica entregarse a tareas que uno no asumitia para fus fines privados. La formacién prictuica se demuestra enton- Ces ef el hecho de que se desempefta Ia profesién en todas las ditecuions, Y exo taeluye que supers asuello gue rela extrano a Ia propia particulatidad que uno encarna, volvién- Golo completamente propio. La entrega a la genetalidad de fa profesion es asi al mismo tiempo «un saber Limstarse, esto es, hier de in profesion cots propa, Batonccs elle deja de Peres descupeion de la formacién prictica en Hegel En esta descnpcion de la formacién prictica pee een la et a Fira historieo: la reconciliacién con uno mismo, el feconoci- mmiento des nusmo en el ser otro. Esto se hace aiin més claro fen la idea de la formacién tedrica; pues comportamiento te6- fieo e5 como fal siempre enajeraciGn, es a taret de docupatse je un novinmediato, un extrafio, algo perteneciente al re- ceca, 3 ia memoria yal pensarienton. Ea formacion tesriea fleva sade alli de lo que el hombre stbe y experimenta direc- tamente, Consiste en aprender a aceptat la validez de otras cosas también, y en encontrar puntos de vista generales para Sprenender la'cpsa, edo objetivo en su libertad, ‘sin intexés nt provecho propio”, Precisamente pot es0 toda adquisicion de 18. G, W. Fe Hegel, Werke XVI, 62 R fotmacign pasa por'la constitucién de intereses teéricos, y Hegel fundaments la apropiacién det mundo y del lenguaje de Ios antiguos con Ia consideracién de que este mundo: es su- ficientemente lejano y extrafio como pata operat Ia necesaria sscisiin que nos separe de nosotros mismos, «Pero. dicho mundo contiene al mismo tiempo todos los puntos de par- anes ne, foo tos in pas de a ‘cién con él y del reencuentro de sf mismo, pero de st mismo segtin [a escncia verdaderamente espinitus Podré reconocerse en estas palabras del disector de ins- tutato que era Hegel el prejuicio casicista de que es en los antiguos donde mas ficilmente se halla ta eseacia general del espinitu. Pero Ia idea bésica sigue siendo correcta. Reconover ‘en lo extrafio lo propio, y hacerlo familiar, es el movimiento fundamental del espicita, cayo set no es sino retorno a si mismo desde el ser otso, En esta medida toda formacién te6rica, in- luida la claboracién de las ieaguas y los 8 de ideas extrios, es meta continuacién de un proceso formativo que empieza mucho antes. Cada individuo que asciende desde su set natural hacia lo espiritual encuentm en el idioma, costum- bres nstitcions de pueblo un sustncin dada ‘ue debe cet suya de un modo andlogo a como adguieze al Je. En cate sentido el individuo se enewenteconstantemente-en el camino de la formacién y de la superaci6n de su naturalidad, ya que cl mundo en el que v2 enttando esti conformado hu. ‘manamente en lenguaje ¥ costumbres. Hegel acentia el hecho de que ¢s en este su mundo donde un pueblo se da a si mismo la existencia. Lo que él es en sl mismo lo tia elaborado y presto desde si mismo. Con ello queda claro que no es la enajenacién como tal, sino el tetorno a sl, que implica por supuesto enajenacién, Jo que constituye la ésencia de la formacién, La formacién 10 debe entenderse sélo como el proceso que realiza el ascenso histéxico del espinitu.a lo general, sino también como el ele- mento dentro del cual se mueve quien se ha formado de este modo. ¢Qué clase de elemento es éste? En este punto toman su arranque las cuestiones que deblamos plantcar 2. Helmholtz. [La respuesta de Hegel no podra satisfacernos del todo, pues para Ficgel la formactéa como movimiento de enajenacia y apro- plscidn se lleva a término en un perfecto dominio de la sus- 19._G.W. te, Hegel, Niteper Strifin, ed. . Hofmeister, 32 (discurso de 1809), : ee ’ a tancia, en la disolucién de todo ser objetivo que sélo se alcan- za en el saber absoluto de la filosofia Pero reconover que Ja formacién es como un elemento del espinita no obliga 4 vincularse a la filosofla hegeliana del es- piritu absoluto, del mismo modo que la percepcién de la his toricidad de i conciencia no vircula tampoco a su propia filosofia de la historia del mundo. Precisemente importa dejar fen claro que Ja idea de una formacién acabada sigue siendo fambién un ideal necesasio pata las clencias historicas del ¢s- piritu que se apartan de Hegel. Pues la formacién es el elemento en el que se miueven también elas. Tampoco lo que el lenguaje hhabituat designa como Ia formacién completa» en el ambito de los fenémenos corporales es tanto la dltima fase de un des- arrollo como mis bies el estado de madurez gue ha dejado ye tras de si todo desarrollo y que hace posible el atmonioso mo- ‘vimiento de todos los miembros. Bs en este preciso sentido omno las ciencias del espiritu. presuponen que la conciencia cientifica est ya formada, y posee por lo tanto ese tacto verda- deramente inaprendible ¢ intmnitable que sustenta como un ele mento la formacién del juicio y el modo de conocer de las clencias del espiritu ‘Lo que Helmholtz describe como forma de trabajar de las ciencias del espititu, y en particular lo que él llama sensibilidad Y facto attistico, presupone de hecho este elemento. de ia forma- ‘ién dentro del cual le ¢s dada al espiritu una movilidad espe Gialmente libre. Helmholtz menciona por ejemplo la efscilidad ‘con que las mis diversas experiencias deben fur a la memoria, el historiador 0 del fildlogo»™. Desde el punto de vista de faquel ideal de «férreo trabajo del conciuir autoconsciente>, bajo et cual se piensa a si mismo el cientifico natural, esta des- cripcién ha de aparecer como muy externa, FI concepto de la ‘memoria tal come él lo empiea no explica sufictentemente aque- Ilo de to que aqui se trata, Ea realidad este tacto o seasibilidad no esta bien comprendide si sc lo piensa como una capacidad animica adicional, que se sirve de una buena memoria y llega de exte modo a conoeumientos no exictamente evidents. Lo jque hace posible esta funcién del tacto, fo que conduce a su Sdquisicién y posesién, no es simplemente una dotacién psi- Colbgica favorable al conocimiento espiritual-cientifico. for otfa parte tampoco se concibe adecuadamente la esen- cia de la memotia cuando se la considera meramente como una disposicidn 0 capacidad genesal. Retener, olvidar y recordat 20, -H. Helmnolts, 0. ¢, 178 “4 t ppertenecen a la constitucién histérica del hombre y forman partede st historia y de su formecién, El que emplea su memoria fomo wnt mera babilided —y toda Yéenia memoratica & ua ejetcicio de este tipo— sigue sin tener aquello que le es mis propio. La memoria viene que ser formiada; phes memati, fno es memoria en general y para todo. Se tiene memoria para unas cosas, page otras no, se quiere guardat en la memoria unas cosas, mienttss se prefiere excluir otras. Seria ya tiem de lberar al Fendmeno dein memoria do ov ivelacion dene de la psicologia de las capacidades, reconociéadolo como un rasgo csencial del ser histérico y limitado del hombre. A ia relacign de retener y acordarse pertencce también de una ma- neta largo tiempo desatendida el olvico, que no es s6lo omision y defecto sino, como te destacado sobre todo Ft. Nietzsche, luna condicién de la vida del espiritu#. Sélo por el alvido ob: tiene el espiritu la posibilidad de su total renovacién, Ia capa idad de verlo todo con ojos nuevos, de manera que lo que es de antiguo familiar se funda con lo recién percibido en una uuaidad “de muchas estratos. «Retener» es ambiguo. Como memoria ( pvt), contiene In relscién con el recuerdo (ivy mass) ® Y esto mismo vale para el concepto de «tacton que ‘emplea Helmholtz, Bajo «tactor entendemos una determinada sensibilidad y capacidad de percepeién de situaciones asi como pata el comportamiento dentro de ellas cuando no poseemos Fespecto a elles ningun saber derivado de principios penerales. En este sentido el tacto es esencialmente inexpresado e inex- presable, Puede decirse algo con tacto, pero esto significara Siempre que se rodea algo con mucho tacto, que se deja algo sin decir, ¥ «falta de tacto» es expresar lo que puede evitarse. ‘vse 20 8 Saul sin ebay apattar fe mirada alg, sino atender a ello en forma tal que no se choque con ello 21, Fe Nica, Unesgnine Betrchngen, Zits Sec: Princspios generales y el saber de lo concreto. Tampoco ss sefere slo 4 a capacdad de subsumis lo ‘adlividual bajo lo gencral que nosotros llamamos «capacidad de yuicion. Mas bien! se advierte en ello un motivo. posttivo, tivo, que en. tra también en a teoris estoieo-romana del” sous’ communts Acoget y dominat éticamente una situacién concreta requiere subsumit to dado bajo lo general, esto es, bajo el objetivo que se persigue: que se ptoduzca 1o correcto, Presupone por lo tanto una onientacién de la voluntad, y esto quiere decir un sex tico (Etc). En este sentido la phrénen: es en Aristotcles usa srittud dianoéticar. Anistételes ve en ella no. una simple f abilidad (dynamis), sino una manera de estar determinado | al set ético que a0 es posible sin el conjunto de las «virtudes Geass, como a la taversa tampoco éstas pueden set sin aquéll, Y aunque en sa ejercicio esta virtud tiene como efecto el que 28, Acistoteles, BY), Nic, Z.9, WAI 33: Bos yiv ody s de ay onus ob ape, ‘ 51 se distinga lo conventente de lo snconventente, ella no es sim- plemente una astucia peictica mi uaa capacidad general de Raaptarse. Su distincidn entre 1o conventente y lo incoventente implica siempre una distinciOn de fo que esti bien y 1o que esté ‘al, y presupone con ello una actitud etica que a su vez raa- tiene y contin, ‘La apelacidn de Vico al snsns communis remite objetrvamente ‘este motivo desarrollado por Aristoteles en. contra de la idea platnica del ebien». ‘Bin Ia escoldstica —asi por ejemplo en Toms de Aquino — cl sons communis es, a tenor del De arima™, \a ralz comin de fos tentidos externos o también Ia capacidid de combinazlos ique juzga sobre lo dado, una capacicad que ba sido dada a Wor tos hombres ®. Para Vieo en cambio el sensus communis fe el sentido de lo justo y del bien comin que vive en todos foe hombres, mis aan, un sentido que se adquiere a través de la comunidad de vide ¥ que es detetminado por las orde- haciones y objetivos de ésta, Piste concepto tiene una resonancia fusnaturalista, como la tienen también las satya: Svat de ia Clon Pero el wensu: commons no es en este sentido un concepto fgrego foe refiere a la xavy Dovayss de ls que habla Ansstételes anima, cuando intents equiparat la teoria de Los sentidos expecificos viedyore ia con el descubsimiento fenomenolégico {que considera toda percepeidn como un distinguls ¥ ua mentar general. Vico retrocede mas bien al concepto romano an- tiguo del sensur cnmanis tal como aparece sobre todo en los Ufsteos romanos que, frente a Informacion grieza, mantienen Gl valor 7 el sentido de sus propias tradiciones de vida estatal § social. Fs por 1o tanto un tono eritico, onentado contra 1a Lepeculacidn tebrica de los fildsofos, et que se percibe ya en el Schncepto romano del zensus communis y que, Vico vuelve a ha- Ser reonar en su nueva posicién contta Ja ciencts moderna (a ecriticay). Hesulta tanto como evidente, por lo menos a primera vista, fandamentar los estudios ilolégicos-historicos y Ja forma de trabajar de las etencias del espirita en este concepto del znsns Srminus Pues su objeto, la existenca moral € histérice del ‘Romore ial como se configura en Sus hechos y ubias, esta = sernjecstvamente determinado por el mismo sensus conemums, La reese ee desde io. general y ia demostraciSn por causas n0 pueden bastar porque agul 10 decisivo son las cxcunstancias, 29, Anistoteles, De mma, 425 4 14 J. Tomue'de Aquino, 4-78. 1.1, 3ad 2ctq.78, 4061 52 Sin cninigo eto slo ett formedo acgtvanerte; due el sentido comin proporeiona es un conoeimiento postive Bropio. La fort de conocer del concunione histdade ee ee gota en me alguno en ln geecidad de adil fee os Eiunonior ene: (Teens) en Inger de ecco sas ansciente» (Hielmholt). ‘Fampoco puede decirse que a saber de esta ciase sélo le convenga ua valor de ‘verdad dis: minuido. D’Alembert escribe con razén: : as Le probabilte » principalement lieu pour lefts ht cea pout our en erence pes, presente eS ea, Ennion fare cater 12" tacte eared neue pout objec present ele pase, quot quele ne sor fosale que ale simple temignage, produit souvets ef nose ane person forte que cele gut nait des ssiomes eee 1a historia representa desde Iu may distin de lds aon tebe Ya un Cleton tee et pce ua I ata ne near Bu eho peop fps sob el hecho dese lar paones anes facken fee por ls prescripciones gests de tron. Pas sto iste lt eels convicts como slo lon proper, " Por eso Bacon ln a Is historia tales cjemplos el otto 0 Sia Fan poo. aoe amino del owotae eli fate pon rmbién esto esti formlado demasiado ne ero ya vereros chino en todos estoy gion gue open {ura de etd enocsmero coo recone ps kettle Yiel reseno de eto seri importante prs i sectads ute prensa. de Jag clencas del espintu a urso de Vico i concepto tomo del yj defen de rei hamunates ene a tn ene to etre revi pra nots unstets espe, cnn cee un momento de la verdad del conoamento capital cise te a arrrse eee ; . Wied vivié ea unm tnd inner, Blah de formacion tuico-mumaniic ye bat once huevo au io penelado.aeseeko, Despues de toe 3, Tetens, Philemphie coda: bilompbivete Versche, YT, seimpresion de ta Kant- ‘Dias rine de Png BB Stern, Be eran 9.360 in Matec 1955, 3A CET Scan, The La Secauss, Tbe Polite! pbileroply of Hobbs, 1936, eap. VI. 33 se sabla desde siempre que las posibilidades de la demostea- wa dee a ene Smmbito del conocimieato, En este sentido Is apelacion de Vico al sons communis entra, como ya hemos visto, en un arpplio Tinvexto que llega hasta a antigdedad y cuya pervivencia hasta resente es nucstro tema *. OPE dumbio nosotcos eendremos que abrirnos penosamente ef camnino fasta esta tradicién, mostrando en primer lugar las Gificaltades que ofrece a las clencias del espleite la aplicacién del moderne concepto de método. Con vistas a este objetivo perseguitemos la cuestion de como se lego a, atrofiar esta te. Elct y eno ls preeniones de vedi del concsimnte expirituat-cientfica eayeron con ello bajo el patron sa fmlento metédico de ia ciencia moderna, wn patson que les era esencialmente extrafo. Para este desarrollo, determinado esencialmente por la escuela historic alemana, ni Vico ni le ininterrumpida txa- (on retdrice ataliana son decisivos de una manera directa. ‘Ba el siglo xvii no se aprecia pricticamente ninguna influcncta de Vico. Sin embargo Vico no estaba solo en st ape- Taio al sno som; viene, un importante, paral 62 Hesbury, cuya influencia en el xvar si que fue realment Sif, re ta tage oh Feit y Jumour bajo el ttalo de sens commums, ¥ apela expli- Stamente a los clisicos romanos y @ sus interpretes humanis- tas, Bs cierto que, como ya advertlainos, el concepto de sensu Sanrmamis wene entte nosotros también una resonaneia estotco~ fustaturalst. Sin embargo, tampoco podremos discuur su fazon a la interpretaci6n humanistica que s¢_apoya en los Eiisicos comanos y a la que sigue Shaftesbury. Segun éste, los ianistas entendlan bajo soma” commune el sentido del bien Coman, pero también el «dove of the community of F0ciety, Gatural affection, humanity, obligingness». En esto tomarian pie en un texmino de Marco Aurelio™, xinovngosivy palabra PXtaiia y artificioss, Lo que atestigua en el fondo que el con cepto de sensus communss 0 5 de onigen filoséfico griego, Siko que solo deja. percibir Ia resonancia estoica como un ideptemente Cariglione ba dessmpetao wn papel importante 435, Evidetemert rns, nantes, ck Ee ope, Baldr eee eee ete roma Te oe clk paftenvury, Choratrsits, Treoiue I, sobre todo Past. 11, sect i. Sa Mage Ant. I, 16. 54 ‘mero arménico, El humanista Salmasius circunsctibe et con- tenido de esta palabta como «moderatam, usitatam et ordi- ‘nariam hominis mentem, que in commune quodam modo consulit nec omnia ad commodum suum refers, respectunque ‘etiam habet corum, cum quibus versatur, modeste, modiceque de se sentiensy. No es por lo tanto en realidad una dotacién del derecho natural conferida a todos los hombres, sino més bien una virtud social, una virtud mis del corazén que de la cabeat, To gus Shaftesbury tiene presente. Y cuando concibe tit ¥ humour desde esto se gula también por viejos conceptos Fomanos, que inclulan en la bumanitar un estilo del buen vivit, uuna uctitud del hombre que entiende y hace bromas porque est seguro de Ia existencia de una profunda solidaridad con €l otro (Shaftesbury limita wit y bumour explicitamente al trato social con amigos). Y aunque en este punto. semsxs comamunis patezca casi una virtud del trato social, lo que de hecho implica sigue siendo una base moral ¢ incluso metaflsica. A lo que Shaftesbury sc refiere es a la virtud intelectual y social de Ia sympaty, sobre la cual basa tanto la moral como toda una metaffsica estética, Sus seguidores, sobre todo Hut- cheson® y Hume, desarrollaron sus sugerencias part una teorla del moral senie que més tarde habria de servir de falsilla ab ética kantiana. El concepto del ror sme gana una fancién verdadera mente central y sistemética en la filosofla de los escceses, orien- ada polémicamente tanto contra la metaflsica como’ contra su disolucién esceptica, y que construye su nuevo sistema sobre el fundamento de los juicios originales y naturales del common sense (Thomas Reid). No hay duda de que aqui vuelve a ope- rar la tradicién conceptual aistotélica-escolistica del sensus sonimunis. El examen de los sentidos y de su rendimicnto cog- nitivo esté extraldo de esta tradicién y serviri en diltima ins- tancia pata corregit las exigeraciones de la especalacién f- 38. Viscuesom lost el sear commame justamente con mputly 39, The Retdy be pobeepotad workr Il, 1093, 714 apatece uo seeps snot Hatton sober commit eae ego ‘Snbors ‘sw aroplio material de wna mancrs may caneatoria que hist fen Segn una arable fdicason de Gunther Pag, Is futon sites: ties del vera commen en la Blosofla aparece por primera vex n Cl. Buc Hes (70) Ege a Snot el mandy pr sin vere YY iegitine’prapndticamicnte por encima de todo teorteo repre: Tons ena 'mismo un viefo Molva encepico, Peto Baier otorga al vor ‘ammo sg eo at oe Soe stl debate af ono fmlento del mundo exterior, de In rz ehdre mr gual que cl ego earteaia- to al mondo del conch, Buflcr tavo infucnd sobre tel ws | \ I oséfica. Pero al mismo tiempo se mantiene la referencia del common sens aa society: «They serve to direct us in the common Gtfulrs of life, where our reasoning faculty would leave us in the dari, La flosofia del sano entendimiento humano, del geod tense, e8 2 $48 of0$ no s6lo ua zemedio contra una me fafisica «kundticay sino que contiene también el fundamento de una filovofla moral que haga verdaderamente justicia a la vida de la sociedad. El motivo moral que contiene cl concepto del common sense 0 del bon sens se tia mantenido operante hasta hoy, y cs io que dstngue 2 estos coneepos del guests ‘del «sano en- tendimiento humano>. Remito como muestra al bello discurso roaunelado por Henet Bergson en 1895 en la Sorbons sobre Tr bn rns con ocasién de la gran concesién de premuos®. Su Critica a ls abstracciones tanto de la cieacia natural como del fenguaje y del pensamiento juridico, su impetuosa apelacién a ls wenergie interieure d'une intelligeace qui se reconquiert {tout moment sur elle-méme, éliminant les idées faites pour laser la place libre aux idées qui se font», pudo bautizarse en Francia cbn el nombre de bon sens. Es natural que la determina cién de este concepto contenga una referencia a los sentidos. Pero paca Bergson es evidente que, a diferencia de los sentidos, ‘bon rant se rohere al milieu sorta: «Tandis que les autres sens nous mettent en rapport avec des choses, le bon sens préside Tonos relations avec des personnes». Se trata de una especie {de gento para la vida practica, menos tun don que la constante fares det ajustement toujours fenouvelé des situations tou- jours nouvelles», un trabajo de adaptacién de los principios [enerales a Ia realidad mediante 1a cual se realiza ta justici, Bh tact de Ia verite pratiques, una «rectimde du jugement, ‘qui vient de la droiture de lame». Seguin Bergson el bom sent, dbmo fuente comin de pessamiento y,voluntad, © Un je Soca que evita tanto las deficiencias det dogmitico cientifico Gue Dusea leyes sociales como del utoprsta metafaico, «Fen Bre wartil pas de méthode % proprement parler, mais plutdt une oe eae agen Bongo tbl desde nego bia Ge ta impostancia de Jos estudios clésicos para la formacién Ee cece Bon sous —-ve of ellos ef esfuerzo por romper el shiclo Ge las palabeas» y descabrir por debajo el libre caudal del pen- Samiccko—, peto no plantea desde luego Ia cuestidn inversa de hasta qué punto es necesario este mismo bom 1ens para 10s ecdias Gicsres decir, no habla de su funcisa hermencutica 40, HL Bergson, Berit of poets 1, 19571959, 84 s 36 Su pregunta no esté divigida en modo alguno a la ciencia, sino al sentido auténomo del bon sens pata Ja vida, Quisiéramos sub- fayir aqui unieumente la natufalidad con’ que se mantene dominante ea él y ea sv auditorio el sentido moral y politico de este concepto. Results hatto sigaificatwvo comprobar que para ia autorre- flexion de lay modetnas cicnias del expires ea el 40x Fue me- gor deciva I tac morta dela Slosofa ala que per necieron tanto Vieo como Shaftesbury —y que estt sepre- Sentada sobve todo por Franca, el pas clsco del on sone uc a flonliaaleshana de ia “epoca de Kant y' de Gost, fentras en Inglaterra y en los palses romanicos el coneepto de vss comma sigue dengiaiio snchao stom no slovun ema erltco siao mas bien una calidad general del ciudadano, en Alemania los seguidores de Shaftesbury y de Hutcheson fo recogen ya en el xvi el contenido politico-social al que hacia geferencia cl sens commun. La metafisica escolar y la filosofia popular det xvmi, por mucho que intentaran imitar ¥ apreader de 1os paises clave de la liustracién, Inglaterra y Francia, no pudiezon sin embargo consamar del todo su pro- pla tasformacidn porque faltaban por completo las cozres- pondieates condiciones sociales y politicas. Si que se adopts 41 concepto del sentido comtia, pero al despolizatlo por completo. quedé privado de su vetdadero significado cxitico. Bajo el sentido comin se entendla meramente una capacidad teoriea, la de juzgat, que apareela al lado de la concientia mo- il (Gewisren) y del gusto estetico. De este modo se lo enca- sillo en una escoléstiea de las capacidades fundementales cuya Caticarealiza entonces Herder (en el cunsto Walden cxitico dingido contra Riedel), convistgndose ai, en el teztea0 de la festétiea, en un precedente del historicismo. *" Existe sin embargo una exezpei6a sigaificativa: ef pietismo. No sélo hombres de mundo como Shaftesbury tenlan que es: tar interesidos en limitar frente a la wescela» lat pretensiones de Ia ciencia, esto es, de la demastrati, y apelac al sens com- trans, oto tanto tena que ocnraee al preleador que intents Tegar al conzéa de 8s comunidad. El pictista wavo Oxi, pot ejemplo, ee apoya cxpresamente en la spologls del sentido Gomun de Shaftesbury. Hl sensu communis aparece incluso tri- cide como «corazénm, y circuaserito como sigue: El sca commune dene que vet. con tanta coms que los hoo bret tesen sno ame bo Cos que mantonse uals une to- ‘lad enter, que conciemen atta 5 lar verdades las frases ” como, formas de comprender las fea fas snstituciones y a Cetinger sth interesado eat mostrar que cl problema no es slo inter de Tos concepos, que eta, eno sficente pafa el conocimiento vivo». Hlacen falta también aciertos sen- Umientos previos, ciertas inclinaciones». ‘Aug sid. demortraciéa alguna todo pad e sent inciondo uaa de sus hijs: el amor no hace demostraciones sino que arras- ‘ra muchas veces al cotsaon, contra toda razon, contta el reproche ‘mado, La apelaci6n de Octinger al sentido comin contra el caonilisto de ln sexcuclan nos resulta ahora tanto mis intete= Sante cuanto que en este autor se hace de clla una aplicaciéa hhermenéutica expresa. El interés del prelado Octinger se cen- ta en la comprensiOn de la sagrada Esctitura, y, puesto que Gete es un campo en el que el método matemético y demostra- tuvo no puede aportar nada, exige un método distinto, el «mé- todo generativor, esto es, «exponer la Escritura al modo de tuna siembra, con’el fin de que la justicia pueda ser implantada y execens. | Oetinger somete el concepto de sentido comin a una in- vestigacion verdaderamente extensa y crudita, orientada al mismo tiempo contra cl racionalismo®, En dicho concepto contempla el autor el origen de todas las verdades, Ja autén- ‘hea ars mvensendi, on oposicion a Leibniz que Fundaba todo fen un mero calculus metaphysious (extluso one gusto interno). as cs proceden dg Die Web yes cman or dt ligeanas Sirs Ge atom Ghontot erblren Spricin tnd. Pre ey at ne St Cine Sgr $e eee cr eho Bhim, il) Osseo oe aise st wlio ry 7 oinabe Sn Bee Boe A Sgn Pty (Distr! mr lan) I exelenca Sarr ee dey sober aca eta ow pieucom, 7 Ocanget gel tod del oredr cont cones compare te cody cow os ide soe gun dee crn espe un spe cusnto we cit Silo, Sepa et a pl geetiicon fon pene fa moo vie ne ian at Otage, Poa cae weete ote ee are arc hoy eb eesti © ve fee 2 ee ee ta a eal demoatcioe HO 8 ee Seid wan pr os germs ce re Se em emma reine TAS gen Fst Omg cs Plowph en Ke Sirifn I, Tce se, Boo 58 Para Oetinger ef verdadero fundamento del sentido comin ‘es el concepto de Ia va, de Ia vida (sensus communis vitae ga dens). Frente Ia violenta tliseccién de la aturaleza con experi. mentos ¥ célcalos, entiende el desarrollo natural de lo simple 4 lo sompussto Como ia ley univer. de, crecimiento de la Greacin dvina y por lo tanto también del expinty bumano, Por lo que se refiere al origen de todo saber en el sentido comun, se remite 2 Wolff, Bernoulli y Pascal, al estudio de Maupertuis sobre el origen del lenguaje, a Bacon, a Fenelon ¥ otf0s. y define el sentido comin como «viva et penetrans Perceptio obicctorum tott humanitat. obvioram, ex inmediato facty et intuit eorum, quae sunt simplicisima. Ya esta segunda frase petmite conciuir que Octinger reune desde el principio el significado humanistico-politico de 1a palabra con el concepto peripatético comiin. La definicién an- fetior tecuetda en algunos de sus terminos (inmediato sastu et intaty) a la docttina atistotéliea del moar; Ia cuestién aristo- tilica de fa Giumaic comin que reine al ver, al ofr, et., €8 re cogida por él al servicio de la confirmacién dei verdadero muisteno de a vida. El mistetio divino de la vida es su senci- llez; y si el hombre la ha perdido al caer en el pecado, le es posible sin embargo volver a encontrar Ia unidad y sencillez en virtud de Ja voluntad de la gracta divina: «operatio yoo & pracsentia Det simplifcat diverse un unum». Mas atin, la presencia de Dios consiste justamente en la vida misma,’ en este «sentido compartidor que distingue a todo cuanto ‘ests vivo de todo cuanto esta muerto, y no es casual que Octinger ‘menetone al polipo y a la estrella de mar que se fegeneran en. nuevos individuos a pattit de cualquier secci6n, En el hombre opera esta misma fuerza de Dios como instinto y como estimulo interno para sentir las huellas de Dios y reconocer 10 que 3 mis cercano a la felicidad y a la vida del hombre. Octinger distingue expresamente la sensibilidad para las verdades co- muunes, que S00 iitles para todos los hombres en todo tiempo Y lugar, como verdades wcensiblesy frente a las racionales, El sentido comin es un. complejo de instintos, un impulso natural hacia aquello que fundamenta 1a verdadera felicidad de la vida, y es en esto efecto de la presencia de Dios. Tnstinto no significa aqui como en Leibniz una serie de afectos, canfusce repracsentationss, porque no se trata de tendeneias pasajeras sino entaizadas, dotadas de un poder dictatorial, divino, 1sre- sistible™® E] sentido eomun que se apoya sobre ellas seviste Bi_qhtsieaae tendentnen. Habeat vim dicatoram divoam, ire 59. tun significado particular para nuestro conocimiento precisa~ mente porque ests tendenetss son ua don de Dios. Octnget scribe! Ia ratio se rige por reglas y muchas veces incluso sin Dios, el sentido, en cambio, siempre con Dios. Igual que 1 naturaleza se distingue del atte, asi se distingue el sentido de In ratyo, A través de la naturaleza Dios obra con un progreso de crecimiento simultane que se extiende tegulatmente por todos el arte en cambio empieza siempre por alguna parte detes- tmunada... El sentido imita a la aaturaleza, 1s ratto en cambio imita af arte Ts interesante comprobar que esta frase aparece en un contexto lietmenéutico, asi como que en este escrito erudito la saptentia Salomons reptesenta el dltimo objeto y la mis alta instancia del conocimiento. Se trata del capitulo sobre el em- eo (121s) del sentido comun. Octinger se vuelve aqui contra fa teorla hermenéutica de los seguicotes de Wolff. Mis mpor- tante que cualquier regla hermenéutica serla el que uno mismo Ss le fom Sin dda, est tess representa on expiteualismo extremo; tiene no obstente su fundamento Légico en el con- Cepto de a vita o en el del sens communis Su sentido hermenéu- tico puede ilustrarse con la frase siguiente: Lat ideas que se encuentran en ia saprada Beectura y en Iss obras e'Diow setin tanto mis focundss purse cuanto mas se cecono% ‘Sua cada una de ellas en el todo y todas en cad una de elias 4 En ene punto, lo queen el xr y en elxx gustaré de Hamarse ineselon, se reeonduce 2 tu fundatnento metalic, 3a 6 ttueturn‘del ser vivo y orginica, segun ia cual el todo est Chea individuos «Cyelus vitae centrum suum in corde habet, tod infnia simul pescipit per sensum commune snet ue earnters a tol In sabidurlafegulativa hermenéu- tica ex fe aplicacon a sf misma: «Applicentur regulae ad se {poum ante’ omma cf tum habebieur Cavis ad intelligent overbiorum Salomon (207) Octnger aciert a extable op ngul lz unidad de sentido con las ideas de Shaftesbusy, que. Comedic, seria el unico que habsia escrito sobre el sentido tnrelliguatae sto- slag in omnibus et omnes Ie singul sug ppg, kn coe minmo lugar Octinger recuerda l escepticsmo arstidva sespectp soventes detanado.jovenes materia de inves iehcloncs us lowe mors: Tambien emo es um signo de hast gue panto WPeSotctete del problems de te apliacion, 60 comin bajo este titulo. Sin embargo se remite también a oteos autores que ban comprendido Ia unilateralidad del método racional, por ejemplo, a tn distincién de Pascal entie esprit srometrige y esprit de finese. Peto el saterés que cristaliza en ‘orno al concepto de sentido comtin es en el pietista suavo mas bien teoldgico que politico 0 social. ‘También otros tedlogos pietistas oponen evidentemente al racionalismo vigente una atencién més directa a la applicato en el mismo sentido que Oetinger, como muestra el ejemplo de Rambach. cuya hermenéutica, que por aquella époes ejer- cié una amplia inftuencia, trata también de Ja aplicacién, Sin ‘embargo Ia regresi6n de las tendencias prctistas a fines del svn acabé degradando Ia funcién hermenéutica del sentido comin a un concepto meramente cotrectivo: Jo que repugna al con- sensus en sentimientos, juicios y conclusiones, esto es, al sex tido comin, no puede ser correcto *”. Si se compara esto con el significado que atribuye Shaftesbury al sentido comiin respecto ala sociedad yal estado, se hard patente hasta qué punto esta fancidn negativa del sentido comun refieja el despoja- muento de contenido y fa intelectualizacién que le ilustracién alemana imprimié a este concepto. ©) Le capacided de uicio. Puede que este desatsollo del concepto en el xvi alemén se base en la estrecha felacién del concepto de sentido comin con el concepto de fa eapacidad de pacio. Pues «el sano sentido comin, llamado también eentendimiento comin» (gemene Verstand), se curacteriza de hecho de una manera decisiva por Ja capacidad de jurgar. Lo que constituye le diferencia entre el idiota y el disereto es que aquél carece de capacidad de jui- io, esto €6, no esté en condiciones de subsumir correctamente hii en consecuencia de aplicar correctamente 10 que ha apren- ido y lo que sabe. La antzoduecién del término eS Ss to que produce la etipica» de la sazén pura prictica, ‘Setundaniameate también Rant dedica algana atencién al modo como puede darse acceso a la ley estcicta de Ia tiz0 va praciea al érumo humano. Es el tema que trata ch 19 Pitupdloncbre der reine, praktiscken Vermuaft (Metodologia de le een puta prictca), que «intents esbozat somecamente cl mé- Fiza pute Pundamentacion ¥ cultuyo de los auténticot sent WtGatos morales», Para esta tatea Kant se remite de hecho 3 ia Msn coman de los hombres, y pretende ejercitar y formar tr capacidad prictiea de juicio, on la que sin duda opera tam- a 52. Kote ar Cra § 0, ES Sennen Pein, 1787, 128. 6 biéa momentos estéticos**, Pero el que pueda haber una cul- be creme tees Poa lee ic at cerns en realidad a ta filosofla moral, y desde iuego a0 forma port dc igs fondamentos def moma Kant exe eI Ge terminacion de questra voluntad se determine unicamente por los vectores que reposan sobre la autolegislacién de la razon punt prictica. La base de esto no puede ser una mere comunt- dad dei sentimicnto, sino unieamente «una actuacién prictica de i sez6n qu, ot oscar qs et one in bat, con seguridad>; ilurminar y consolidar éta es justamente Ia tatea Se clea celalnee pace El sentido comtn no desempefia en Kant tampoco el menor pel en el sentido Iégico de 1a palabra, Lo que trata Kant en ‘docttina trascendental de la capacidad de juicio, In teoria del esquematismo y de los furdamentos®, no tiene nada que vver con ei sentido comiin. Pues se trata conceptos que deben refetitse a priori a sus objetos, no de uaa subsuncién de lo individual bajo lo general. Por et contrario allf donde se trata realmente de la capacidad de reconocer Io individual como caso de lo general, y donde nosotros hablamos de sano entendi- miento, es donde segin Kant tendriamos que ver con algo ecombty en el sentido mas verdadero de In palabra: «Poseer Ja que se encuentra en todas partes no es precisamente un tsp ee reset ne eel inane oe fotzo significado que fer una primera etapa previa del enten- i dlimienty desarrollo e iastrado. Se ocupa cestamente de val { Gscurn dstincion de fa ctpacidad de juicio que lmamos sen: | timiento, peto juzga de todos modos siempre segun concep- tos, ¢como en, general solo seyin prncipion sepvesentados confusamenten™. y no puede en ningun caso ser considerado q como ua sentido comiin por si mismo. El uso légico general 4 de la capacidad general de Juicio que se reconduce al sentido comin ho contiéne ningun principio propio *. De este modo, y de entre todo el campo de Jo que podria, lamazse una cxpacidad de juicio sensible, para Kant s6lo queda tl jet estéticn del gusto, Aqui sf que poede heblare de un | verdadero sentido comunitaio. Y por muy dudoso que sea She 0: tg U2 Keliher Urea § 0. 3 il Trin borate Se oe Gotten Me ee A onocinto eamano de snpowacis doit ft plo gos aio Rss com canadensis pela Juscie (Rosie der rome ormanf BATS). eer : 6 st en el caso def gusto estético pucde hablarse de conocimien- wo por septa que sel que en el juucio eco no ve jusen por conceptos, sigue ea ple que en el gusto extenco est pene Sada le necesidad de la determinacidn general, aunque él sca sensible 'y 20 conceptual. Por lo tanto el vetdadero sentido comin es para Kant el gato, es una formulacién paradéjica si se tiene en cuenta Ja preftencn congue se hablaba en el ava de i diversi det Risto mumano. Y aunque de la diversidad del gusto n0 66 ex Traigan consccuencias eseépticas 0 relativistas ¥ se mantenga Ia idea de un buen gusto, sin embargo suena patzdéjico Hamar sentido comin al «buen esta ram cualidad que dis- tingue de los demas hombres a los miembros de una sociedad ultivada, De hecho esto no teadela inguin sentido si se en- tendiera como tna sftinacién empiica; por el contatio, Ve remos cémo para Kant esta denominacién adquiere su sentido fn la intencibn trascendental, esto es, como justificaci6n a prions de su propia criti det giro. Tendiemos que preguniarnce iéh qué significado tiene Ia reduccién del concepto de sen- {do comin aluico de fusto sobte 10 bello para la pretesion de verdad. de cate seatdo commu, y cuil ha sido el efecto del apcon subjetivo kantiano del gusto para Ja autocomprensién de la ciencia @) Bl gusto en cio cunt do oneview po nm sae a eas Saba gusto, sino tembién la restriecidn del concepto mismo del gu: Ce ee area OE ee econ ae hcp sel pa Nas cone eee cna tte ait sate dong ie ti ot Cee ee Se maps a oe IE deo tn enn Sls Crtin se Gracde y ou infuencin, sobre todo en Alemanss es fan sme Bow Blan’ Gramm de inion m Deb ‘ur seiemente Feuer, Die Lnnmnkng di Cn sep ate PBlonple tr 17, and 18: Jobat’ Are for Bee amie 5. 66 i Gracin empieza considerando que ef gusto sensorial, el més animal ¢ interior de nuestros sentidos, contiene sin embargo yw el germen de la distincién que se realiza en el enjurciamiento spiritual de las cosss, El disceraimiento sensible que opera el guito, como recepcién o rechazo en vittud del disfae mis tnmediato, ao es en realidad mero instinto, sino que se encuen. tra ya. medio camino entre el instinto sensorial y ta libertad espititual. El gusto sensorial se caracteriza precisamente porque con su eleccién y juicio logra por si mismo distanciasse res. Pecto a las cosas que forman parte de las accesidades mas Ur geates de In vide. En este sentido Graciin considera el gusto como wna primera wespinitualizacion de la acumalidad» ¥ Apun 4 con razon que ia cultura (Bildung) no sélo se debe at Ingenio (Geist) sino también al gusto (Gerchmack). Bs sabido que es. to puede decirse ya def gusto sensorial. Hay hombres, con buen palada, gourmets que cultivan cste género de disfrute. Pues bien, este concepto dei gusto es para Graciin el punto de partida de su ideal de le formacidn social. Su ideal del/hom. bre culto (el discrete) consiste en que este sea el «hombre en su puntos'®, esto es, aquél que alcanza en todas Ias cosas de 4a vida y de Ja sociedad la justa libertad de Jn distancia, de modo que sepa distinguit y elegir con supetiosidad y con. atencia, El ideal de formacién que plantea Gracidn hasta época, Lo- {fo de Becho suture det conesuao cratan (Catapon) in el marco de Is historia de os ideales de formacion occ dentales se catactetiza por su independencia respecto a la fuacidn estamental, Se trata det ideal de wna sortadad cullivad Parece que ests formacién social ideal se realiza en todas tes bajo el signo del absolutismo y su zepresidn de la nobleza de sangre. La historia del concepto del gusto sigue a la his- ‘ona del absolutismo desde Espasa hasta Francia e Inglaterra, ¥ coincide oa la prehistoria del tercer estado, El gusto no solo epresenta el ideal que plantea una nueva sociedad, sino que bajo el signo de este ideal (del buen gusto) se planta por pr mera vez lo. que desde entonces recibir el nombre de «buena sociedad», Esta ya no se reconoce ai legitima por nacimiento ¥ mango, sino fandamentalmente sélo pot Ja comunidad cle ene juicios, 0 mejor dicho por el hecho de que acierta a erigirse 60. Ea castellano ea ol origina 61, Considero que F. Heer tne tazon cuando ve el origen det mo- see cong Get Formacin essen uly cc ese ‘lento, de fx reforma y de in contaceforma, Ch. Der clone Eseopes, ay sto. _ eee 67 He ete eel’ cg ps coh ce tec paa eps crores privacas del individuo, como tastancia seo no Ponqub st sigue se Tos busca, meluso porque tampoco se {que no conoce vaciluciones, que no esti pendiente de los dems ate aes Fai5e algun modo el gusto es mis bien algo parecido a wn crn ete geen kat frente a lo que carece de él. Es a sipaiicatve comprobat 62,1. Kant, Kritih er Urtitchraft, 253, or tratio, su opuesto es «no tener gusto». El buen gusto es una sensibilided que evita tan naturalmente lo chocante que su feaocién results completamente incomprensible para el que ca rece de gusto. Un fendmeno muy estrechamente conectado con el gusto Ia made, Ea ella el momento de generalizacién social que contiene el concepto del gusto se convierte en una realidad determinante. Sin embargo en el destacarse frente a la moda se hace patente que la gencralizacién que conviene al gusto tiene uun fundamento muy distinto ¥ ao se fefiere slo a una genera. lidad cmpirica (para Kant ésie es el punto esencial). Ya lin gUlsticamente se aprecia en el concepto de la moda que se trata ce wor forma suscepuble de cambiar (mod) en el marco det | todo permanente de! comportamiento sociable. Lo que es ppuro asunto de la moda no contiene otra norma que Ja impuesta por el hacer de todo ef mundo. La moda regula a su capricho Sélo las cosas que igual podtian ser asi que de otra manera. Para ella es constitutive de hecho In generalidad empirica, la atencidn a Jos demds, el comparar, incluso el desplazarse 2 un punto de vista general. En este sentido la moda crea una de- idencia social a Ja que es dificil susteacrse. Kant tiene toda la razon cuando considera mejor ser un loco en Ia moda que contra Ja moda, aunque por supuesto sea también locura, tomarse las cosas de la moda demasiado en serio. Frente a esto, el fendmeno del gusto debe determinarse como una capacidad de discesnimiento espiritual. Es verdad gue el gusto se ocupa también de este género de comunidad Peto no esta sometido a ella; al contratio, el buen gusto se Siete presente gorge abe adipic a en de gusto que representa cada moda, o, a la tnversa, que sabe Adaptar las exigencias de In moda al propio buen gusto. Por eso forma parte también del concepto del gusto ef mantener la mesura dentro de la moda, el no seguir a ciegas sus exigen- cas cambiantes y el mantener siempre en acciéa el propio julcio. Uno mantiene su «estilo», esto es, refiere las exigencias de la moda 2 un todo que conserva el punto de vista del propio grsto y solo adopts lo que cabe en ely tal como quepa en Erin 1 la atin por in que Jo propio del gusto no es slo reconocer como bella tai 0 cual cosa que es efectivamente bella, sino también tener puesta la mirada en un todo con el que debe concordar cuanto sca bello El gusto no es, 6. sagtuchn Hine 8 1. inking im tie Krier Urtelhraft, 1923 69 wes, un sentido comunitatio en el sentido de que depends Te vas general empty de la evidenta constants de los juicios de los demis. No dice que cualquier otra persona vaya Noincidic com neszo usc, fino anieamente que ao debers ‘star en desacuerdo con él (como ya establece Kant). Frente ala Urania de la moda la seguridad del gusto conserva as{ uaa liverady ua superioridadespecticas. En ello estriba Ie ver dadera fuerza aotmativa que le es propia, en que se sabe se- © del ascnuimiento. deus comaniad ideal. La idealidad jel buen gusto afirma asi su valor en oposicidn a la regulacin del gusto por la moda, Se sigue de ello que el gusto conoce realmente algo, aunque desde iuego de una manera que no puede independizarse del aspecto concreto en el que se realiza i reconducirse a teplas ¥ conceptos. ‘Lo que confiere su amplitud oxiginal al concepto del gusto es pues evidentemente que con él se designa una manera pro- a de conocer. Pertenece al ambito de lo que, bajo el modo de ‘capacidad de juicio refextva, comprende en fo individual {0 general bajo 10 cual debe subsumisse. Tanto el gusto como {a capacidad de juicio son maneras de juzgat lo individual por referencia a un todo, de examinar st concuerda con todo lo demés, esto es, s1 es «adecuado»™ Y para esto hay que tener lun cierto «sentido»: pues lo que no se puede es demostrarl. Es claro que este cierto sentido hace falta siempre que existe alguna referencia a un todo, sin que este todo esté dado como tal o pensado en conceptos de objetivo o finalidad: de este modo el gusto no se limita en modo alguno a to que es bello fen la naturaleza y en el arte, ni a juzgar sobre su calidad deco- fativa, sino que abarca todo el ambito de costumbres y con- veniencias. ‘Tampoeo el concepto de costumbre esti dado hnunea como wn todo at bajo una determinacién, normativa tunivoca. Més bien ocurze que la ordenaci6n de la vida a 10 lat- Ro y 2 lo ancho a través de las replas del derecho y de la cos- fumbre es algo incompicto y necesitado siempre de una com- Plementacion productive. Hace falta capaciad de juicio pasa Yalorar cotrectamente los casos coneretos. Esta funcién de ta capacidad de juicio nos = particularmente conocida por a Jatisprudencia, donde cl readimento complementador del de- echo que convienc a ia ¢hermenéuticay consiste justamente en operas Ia concrecién del derecho. 6. Keliher Urath 61 Be Ene tit cept ae enon, Come ener hit cone Sigs eh de gum corso sa n valde fee Meu ie Bacuo | 70 En tales casos se trata siempre de algo mas que de la aplica- cin correcta de principios generles. Nuestro conocimiento del derecho y t4 costumbre se ve diempre complementado incluso determinado productivamente desde Ios casos indi- viduales. El juez no sélo aplica el derecho conereto sino que on. setenca contbuye por sf mismo al dearrollo el ferecho (jurisprudencia). E ue el derecho, I costambre f2'devarola ambien contntamedte por ts face Ge i pros duetividadt de cada caso individual. No puede por io tanto decirse que la capacidad de yuicio s6lo sea productiva en cl fmbito desia natiralezsy el ane como enjulciamiento de to bello y elevado, sino que ni siquiera podeé decizse con Kant*? que es en este campo donde se reconoce «psincipalmenten fa productividad de la capacidad de yaicio. Al conteario, 1o bello en la natusaleza y en ef arte debe completarse con el ancho foiano de fo bello tal como se despliegs en a realidad total de los hombres. De subsuncién de lo individual bajo lo general (Ia capaci- dad de juicio determinante en Kant) s6lo puede hablarse en cl ‘aso del ejercicio de Ia raz6n pura tanto tedrica como prictica. En realidad también aqul se da un cierto enjutciamiento este- tico, Esto obtiene en Kant ua reconocimiento indirecto cuando reconoce 1a utilidad de los ejemplos para el afinamiento de la ‘apacidad de jutcio. Es verdad que a continuacién introduce 4a siguiente observacién restrictiva: «Por lo que hace a Ia co- freccién y precisién de la comprensidn por cl entendimiento, fen general se acostumbra a hacerle un cierto menoscabo por fl hecho de que salvo muy saras veces, no satisface adecua- damente 14 condicién de la regia (como casus i ferminis)n ® Sia embargo ta otra cam de esta resteiccién es con toda evt- dencia que el caso que funciona como ejemplo es cn realidad algo mis que un simple caso de dicha segla. Para hacerle jus- lucia de vetdad —aungue no sea més que en un enjuiciamicato puramente técnico 0 practico— hay que incluir siempre un, ‘momento estético. Y en esta medida la distincién entre eapa- eidad de juicio determinante y reflexiva, sobre la que Kant fundamenta la critica de la capacidad de juicio, no es una dis- tuncién incondicional ® 61.” Kritie sor Urteisraft Vi Kee Sr can Vir, 3 ‘8, Teridentemeate Hegel toca ple en extareflesin para ia su vez sis als goin dtnton tla cate capattad de uso acer ‘relieve, Reconoce el tetido copecuativo cela tenia kantiana Ge ix “aac de Jno ea cima que en ells fo general es pensaco Cone ‘cetamente en's) mismo, pero al mitmo tempo ntrodsee in estcelon n De lo que aqu! se esté tratando todo el tiempo es claramente de una capacidad de jmecio no Iogica sino estétea. Bl caso sndivi- ual sobre el que opera esta capacidad no es nunca un simple ‘caso, no se agota en ser la particularizacién de una ley 0 con- ‘cepto general. Es por el contrario siempre un «caso individual», ¥ no deja de ser significativo que llamemos a esto ua caso par {cular o un caso especial por el hecho de que no es abascado ‘or la regia. Todo fuicio sobre algo pensado en su indi Rajad concteta, que’es lo que las situeciones de actuacida en Jas que nos encontramos requicren de nosotros, cs en sentido stricto un juicio sobre ua caso especial. Y esto no quiere decis fra cosa sino que el enjuiciamiento del caso no aplica mera~ mente el baremo de lo general, segin el que juzgue, sino que contribuye por si mismo a determunar, completir y corregit Gicho baremo. En vltima instancia se sigue de esto que toda decisién moral requiere gusto (no es que esta evaluacida in- dividualisima de la decisién sca lo tnieo que Ja determine, pero si que se trata de un momento ineiudible). Verdadera~ fnente implica un tacto indemostrable atinar con Jo. costecto ¥-dar a la-aplicacion de Jo general, de la ley moral (Kant), una Uisciplina que la razdn misma no es capaz de producit. Ex este sentido ef gusto no es con toda seguridad el fundamento del juicio moral, pero si es su realizacién mas acabada, Aquél a Tuien Io injusto le fepugna como ataque a su gusto, es tam- Bien el que poree fa mas clevada seguridad en ia aceptacign de lo bueao ¥ en el zechazo de lo malo, una seguridad tan firme como la det mas vital de nuestros sentidos, el que acepta 0 rechaza el alimento. i ‘La aparicién del concepto del gusto en el xvtr, cuya funcién social y viniculadora ha hemos mencionado, entra asi en una Ii nea de Glosofia moral que puede perseguitse hasta la antigitedad. Esta representa un componente humanistico y en dlema instancta griego, que se hace operante en ol matco de una flosofla moral determinada por el cristianismo, La ética griega la Gace de a medida de los piagéricos y de Platén, i een de 1a mesotes creada por Anstételes— es en su sentido mas profundo y abarcante una etica del buen gusto” Ce reer regres are ios te A F880, ee eae iS cacy Cl SS alc SSS Et pe trance ae oS here Bie eae ach aeons 7 sa eee ll [Lage wal Wiser, 1882, 148, Se re Re ht tet at npn ee rd (Claro que una tesis como ésta ha de sonat extrafia a nuesteos oldos. Bn parte porque en el concepto del gusto no sucle ree conoverse fu elemento ideal normativo, sino mis bien cl re. onamiento selativista y eseéptico sobre la diversidad de los guttos, Pero sobre todo es que estamos detetminados por la losofia moral de Kant, que limpis a le ética de todos sus ‘momentos estéticos y vanculados al sentimiento. Si se atiende al papel que ha desempefiado la critica kantiana de la capacidad de juicio en el marco de la hustoria de las ciencias del copiit, ‘habré que decit que su fundamentacién filosdfica trascendental de la estética tuvo. consecuencias en ambas direcciones te- Presents en cllas una ruptura. Representa la ruptura con una tradicida, pero también la intcoduccién de un muevo desaren, Uo: restsiage el concepto del gosto al ambito en ef que puede afitmar una validex autGnoma e independiente en calidad de Principio propio de In capacidad de juicio; y testringe @ la ine Versa el concepto dei conocimiento al uso tcorico 9 prdctieo de te tazén, La intencién trascendental que le galaba encontts su satisfaccidn en el fenomeno restringido def fucio sobre lo bello (y 1o sublime), y despiaz6 el eoneepto mis general de fa cpanel ty asl como’ i Activia def eapaciad uicio estética en el mbito del derecho y de la cos! hasta aparcarto del centro de i ilosotia™ 7 co stO feviste una importancia que conviene no subestimar. Pues lo que se vio desplizado de este modo es justamente el clemento en ef que vivian los estudios filolépleo-historicos ¥ del que tintcamente hubieran podida ganar su plena autor Somprensién cuando quisicron fundamentarse metodologicn- mente bajo el nombre de wciencias del espiritur junto ¥ las encias naturales. Ahora, en virtud del planteaniiento tease cendental de Kant quedé cern el catino que hubleta pee imitido reconocer @ fa tradicin, de cuyo caltivo y estudio se ‘cupaban estas ciencias en su pretensign especiiica de verdad. seo 4c 68 Aso que ue puede ene enn Prapetia i : caves a a Propet tao ese fo rie Nc beg Se ee ma os Late Scola ve sent tone ms se ee Seu same on o mai cao, 2 fat Puce oa ee pot asta eee . Henao pees em tennis de Set for tele eS fs omen Fae eo eleioy de acs ae ga Sanne a ats def abla le Saceponarnoriconsobrea esas “videntermente Kant no ignora guc e! gusto es determinante pars sei sto eri i acd See CE ce fpf) peo no cbvante fo cuye dels cece ate ca ie que sig ocult bce igo, ' ¥en ef fondo esto hizo que se perdiese la legitimacién de la Peculiaridad metodolégica de las ciencias del csplritu. ‘Lo que Kant legitimaba y queria legitimar a su vez con su critica dela capacidad de juicio estética eta la generalidad sub- jetiva del gusto estético en la que ya no hay conocimiento del bbjeto, y en el Ambito de las ebellas artesr la superioridad det gemio “sobre cualquier estetica regulativa, De este modo la Rermengutica roméntica ¥ Ia histotiografla no encuentran un punto donde poder enlazar para su autocomprensién més que Gave concep del genio que s io vale ea een tana. Esta fae la otra cara de la obra kantiana, La justificacién trascendental de la capacidad de juicio estética funds la auto- rnomia de la conciencia estética, de la que también deberla de- fivar su legitimacion Ia conciencia histérica. La subjetiviza- én radical que implica la nueva fandamentacién kaatiana de Ia estética logro verdaderamente hacer época. Desacreditando ‘cualquier off0 conocumiento tebsico que no sea el de la ciencia, patural, obligo a la autorreflexién, de las ciencias del espicitu @ apoyarse en la teorla del método de las ciencias naturales. ‘Al mismo tiempo le hizo més ficil este apoyo ofreciéndole como rendimiento subsidiario el «momento artisticoy, el «sen timtentor y Ja cempatlan. La caracterizacién de las ciencias del espinitu por Helmholtz que hemos considerado antes repre Senta un buen ejemplo de los efectos de la obra kantiana en ambas direceiones. Si queremos mostzar la insuficiencia de esta aurosnte tacidn He las clenctas del espicitu y abrir pata ellas posibilida- des mas adecuadas tendremos que abtirnos camino a través Ge los problemas de la estéric. La furcién trascendental que signa Kant a la capacidad de yuicro estética puede ser suficiente para delimitarla freate al conocimiento conceptual ¥ por 1o fanto para determinar los fendmenos de 10 bello y del atte GPero merece Ia pena reservar el concepto de la verdad para el Gonocimiento conceptual? gNo cs obligado reconocer igual- mente que también la obra de arte posee verdad? Todavis he- mos de'ver que el teconocimiento de este lado de la cuestion, arroja una luz nueva no s6lo sobre el fendmeno det arte sino tambien sobre ef de la historia ™ 172, Fl mmagnltco libto Konte Kritik sr Urseicbrafi, que tenemos que agedscet a Alec Bacumler, te otlenta hacia el aspecto positivo del TBeetChite a eatauca de Kent el problema de la histona de waa raver Seay Gis ea sagerentias. Sin einbuggo yaya slendo hore ce abrir tambide it Guenea de la perdi 4 La subjetivizacién de la estética por la critica kantiana 1, La doctrina kantiana del gusto y det geato 8) La eualifieacin trascendental del gusto El propio Kant consider como una especie de soxpresa cspirital que en el marco de lo que tiene que ver coa el pusto apareciera un momento apriorista que va mas alli de la gene- rilidad emplrica La Critica de le capacidad de justo sargio de esta perspectiva. No se trata ya de una mera etltica del gusto en el sentido en el que éste es objeto de un enjuiciamiento ctitico pot parte de otros. Por el contrario es critica de la critica, esto 3, se plantes el derecho de este comportemiento ceritico en cpestiones de gosto, Y.no eft agul simplemente de pio ipios emplricos que debieran legitimar una ada extendida y domainante del gusto: no se tata por ejemplo del fema favorito de las causas que motivan los diversos gustos, sino que se trata de un auténtico aprioni, el que debe justificar en general y para stempre la posibilidad de fa erluca. ¢Y dénde ila encontacse Este? s bien claro que la validez de lo bello no se puede derivar fu demostris desdé un principio general nadie le cabe dude fe que las disputas sobre cuestiones de gusto no pueden de- cidirse por argumentacién ni por demostracién. Por otra + parte es igualmente claro que el buen gusto no alcanzacs ja- 3, CEP. Menzer, Kante Aertel m iter Entvichlung, 1952. 4 wna verdana geneaiad empiri, 1o que contin Ie re ae que ia apelaciones a! gusto vigente pasen siempre Sete Se [eRe soon del gto, Ya hemos sto que en cl concepto de éste esti implicado el no someterse Fetes a mfar el promedo dels arts See a deep Herd qu en el bo {lel gusto estético los modelos y los patrones detentan alguna TAgus ete pero Kant 10 capes bien cand de rane Stn endo de tm main, sao a dels EAS? Butane explo propenons a uo tm UR2e arc, GPubs el gusto tene que ser una capeidad propia 7 Pe otra parte mucstro esboro de Ia histosit del coneepto ost tl on gente cad gue cesone ENSomeat em qu ee eta de uh enpcamiento gee Soe at cd de uns anrnn supmaempinics br he See a seee fancamentacion kana den exten s0bte re tte nee ten on dow exes de enone, 2 eee eae plas au pstesionaptionsa de ge scala ago el precio que paga por eta justin del cli ceel Sapo el goo conse en que atebala a ete <> ae Elid coma queda raid cra, yee lo se conoce aad 108 ob A ae loo ete sn nice Se cline pr seas de ple ‘See al ge a fic rumicty So, Es eee le epresension el objeto pas outs CSpucidal de conocimiento. 1 libre ego de imagimeién meas an ein sbjeea ue es eh tea 7st cto, gue representa el fendi ne a coe penmeta ane el eke. Aci sete ee te lesen ime pare oa ep tte npc ues ne oe de ter ae a toons capsid jac a ey peso a neve seto sesirata de un efecto apriotista de fo bello, « medio camino aa ee cinclfencn sononarepina en st co 2, Kriv der Urtirhratt, 19, cl 200. 3 Ket der Ursaskraf, 54 76 del gusto y una generalidad regulative racionalista, Por supuesto que al gusta ya no se le puede dar el nombre de una sognto Jenstiva cuando se afirma fa relacién con el «sentimniento vitaby ‘como su ipico fundamento. En él no se conoce nada del ob- Jet0, pero tampoco tiene lugar una simple reaccién subjetiva foto Is que desencadena el estimulo de Io sensoraimente grato. El gusto es un «gusto seflexivos. Cando Kant lama asl al gusto el verdadero ¢sentido co- min, esta abandonando definitivamente la gran tradicia politico-moral del concepto de sentido comiin que hemos des- arrollado antes. Para él son dos los momentos que se reuinen gn este concepio: por una parte la genetlidad que eoaviene al gusto en cuanto éste es efecto del libre juego de todas nues- tras capacidades de conocer y no esté limitado a un Ambito es ppecifico como Io estin los sentidos externos; pero por la otra el gusto contiene un caricter comunitatio en cuanto que sepia Kant abstrac de todas las condiciones subjetivas privadas re resentadas en las ideas de estimulo 0 conmocién. La genera Fidaa de este esentidon se determina asi en ambas direccones de manera privativa segtin aquello de lo que se abstrae, y no positivamente segin aquello que fundamenta cl earicter co- Munitario y que funda a comunidad. Es cierto que también para Kant sigue vigente el viejo nnexo entre gusto y socialidad. Sin embargo solo trata de la cultura del gusto» en un apéadice bajo el término «teoria ‘metodica del guston?. En este lugae se determinan los buma- ‘ora tal como estin representados en el modelo de los griegos, como Ja forma de socialidad que es adecunda a fos hombres, ¥ Ia cultura del sentimeento moral es entendida como ef camino por el que el verdadero gusto puede aleanzae una determinada Jorma invatiable* Ia determinacién de contenido del gusto cae de este modo fuera del Ambito de su funcién trascendental. Kant sélo muestra interés all{ donde aparece un principio de Ia capacidad de juicio estética, ¥ por eso sélo le preocupa et juicio de gusto puro. 4. Koitile der Urtilhral, 4, 5 Krink dor Urenearaf, § 60. 6. Koi der Urtalikraf, 268. De todos modos, y a experar des celtics a la Blosofa'ingiena del tentimtento. moral, no’ podia dessonocer aque cate fenomeno’ del sentimicnto moral cata empacestado com lo este fico. Ea cualquier caso alll donde llama al placer por ia belleza de la nae {Sete Emorl por gagnteeny, puede cei de enieatmora, de ste efecto de ta capacidad ve jucio practice, que es una complacencia prion p. 165, A su intencién trascendental se debe que la eanalitica del igustop tome sus ejemplos de placer estético de una manera Enteramente arbitcaria tanto de la belleza natural como de Ia Gecorativa o de la representaci6n artistica. El modo de exis- tencia de ls bjetos cuya repesentacin, gust indiferente pura la escacia del enjuiciamiento estético. La critica de ta Upacidad de juico estétiew no pretende ser una filosofis “dni arte, por mie que el arte sea uno de los objetos de esta Capacidad de juicio. El coneepto del «juicio de gusto esté- fico puro es una abstraceidn metodolépica que se_eruza con la distincién entre naturaleza y arte. Esta es Ia raz6n pot [a que convendré examinar atentamente Ia estetica kantuina, devolver a su verdadera medida las interpretaciones de la Bhima en et sentido de una filosofia del arte, que enlazan sobte todo con el concepto del genio. Con este fin nos volveremos ators gia Ia soxpeendentey disctia tori kantans del Delleza libre y Ia belleze dependiente? b) La tearka de Ja bulleza libre y dependionte Kant discute aqui la diferencia entre ef juicio de gusto apuror y el winteleetuador, que se corresponde con 1a, opo- Seige cate une belleza elibser y una belleza «dependienter (respecto 4 un concepto). Es una teorla verdaderamente fatal rare la comprensién del arte, pucs en ella aparecen la libre be- leza de la haturaleza y la ornamentacién —en el terreno del arte como In verdadera belleza del juicio de gusto puro, porque son ellos «por si mismos», Cada vex que S© «pone en Mego» el concepto lo que ocurre no sélo en el ambito de Ja poesia sino en general en todas Jas artes represotatwas—, fe Htuaciéa se configura igual que en los ejemplos que aduce Kant para la belleza «dependientes. Los ejemplos de Kant: hombie, animal, edificio, designan objetos naturales, tal como wmreced en el mundo dominado por os objetivos humanos, 0 tren objetos producidos ya para fines tumanos. En todos estos catos la detetminacion teleoligica significa una restric Elbe del placer esteco. Por eso opina Kant que los tatuajes, fa omameatacién de la figura humana, despiertan més bien fepulion, aungue ainmediatsmente» poirlan qusar. Kant 1 abla desde Iuego del arte como tal (n0 habla simplemente de la crepresentacién bella de un objeto») sino también en ge 1. Krill der Urtitbvapi, 916 5 78 eral de las cosas bells (de ln naturaeza, de i aqui iy Ea Sifreni pie a beleza defo taturaly el ate ue 4 mismo insta mas tarde 648), no tiene ag mayor impor. aacia; pero cuantlo entre los ejemplos de la belleza libre in- cle no sbi In lomes uino unin fon tpless de aie 1 mac (inte 0 ncus sin exon, cto pen soap cent to I ge rts je Coote te as belle concordat Jo ls: todo reino de la poesia, de las artes plisticas y de la atqiutectacn 28 como tokos los objetos natufales respecte 4 tos cual ae ‘nos fijamos daicamente en su helleza, como ocurie con las flores de adorno. En todos estos casos el fuicio de gusto cath cptubiado'yrerngido, Desde la funaunentacion de a ca en el «uicio de gusto puro» el reconocimiento del arte {una meta condicion previ A esto puree srponder E troduceién del concepto del genio en Ins partes fowtesiore to la Geta 4 Ja capacidad de jtasso, Pero esto significaria despla- zat las cosa, ya que en prierplo no es exe elSema, Bn & ft pio de sta el gusto no able to parece modo sige in ple ond previ enn, Gh or con Pe tegetia Bente: & cualquier toluceion por barcmos aintbe: tle, Y an cand Kant te da cunt de ue muy ie ede jugaie va mam ae desde ss pont Se vit erentes, el ela belles Ibre y el de In beeen dependicn fin embaego, el Atbitro ideal del pusto parece segs suena cl aque furga seg To que tiene ante sus cemtdor no segs to gps cl poitamintn. a. verdnders ele ena Ia es fory fe os domo, queen esto mando dom nado por los objetivos se representan desde el principio y por Pr pe gee eee epeieneeneratee ee sario un techazo consciente de algo coneepto u objetivo. 'Y ‘sin embargo, #1 sc muta mas atentamente, esta acepc - soncerda con fas palabras de, Kant con las mre las que se rere. Fl presunto. desplazaeniento del punt wi ttn deed af guna geno comanteFan xy simplemente hay que darse cuenta desde el principio de como se pecan bg ne deo Dostenot, Para ca 1 es ja ncuestionhble qe la fest 2 teapon 2 home gon el tate aa ilsa eon ume eter tminada ornamentacién no son pata Kant mot neta, Sino que dl mismo lay Eevreses ase pos is nee Kine 79 estos casos el placer estetica, Los ejemplos de belleza libre no deben evidentemente representar a Ia auténtica belieza sino rnicato de Is perfecidn del objeto, AL final del parigeto, Kant ca rea ee es eee ee eee ‘conformidad se dard siempre que el wlevantar la mi ‘ninguna disputa sobre determinacida de objetivos. Y asi como Feat be plea ues poo mm le se eit tn bei enya Te an log ta cs ented’, SAE, Sadat Se. cates ries fl er ©) Las feorta del ideas de ta vellega Con estas ainimas observatiunes vamos desde luego bastante més lejos que el propio texto kantiano; sin embargo la prose- ‘cucién dle! tazonamiento en el § 17 justifica esta interpretacion, Por supuesto que la distribucién de los centros de gravedad de este parigrato s6lo se hace patente a una consideracin muy detenida, Esa idea normal de ia belleza, de la que se habla tan por extenso, no es en realidad el tema fundamental a1 repre- 80 senta tampoco el ideal de Ja belleza hacia cl que tendetia el gusto por su esencia misma, Un ideal de la belleza slo podtla haberlo respecto a la figura humana, en la cexptesién de 19 moral», «sin la cual ef objeto no gustarta de um made femoral. Claro que entonces el juicio segun wun ideal de la belles ya no serls, como dice Kant, un mero juicio de gusto. Sin embargo, veremos mo la consecuencia mis signifcativa de esta teorla es que pata gque algo guste como obra de arte tiene que ser siempre algo mis que grato y de buen gusto, No deja de set sorprendente que un momento antes se haya Gnd ae a belles aucenia toda secon concepts te leoldgicos, y que ahora se diga en cambio incluso de una vic ‘ent bonity, un sol bonny dean cde boi ate ‘no es posible representarse niagiin ideal de tales coses eporcue ‘estos objetivos mo estén snficentemente determinados y ‘ajados or su concepto (subrayado mio), y en consecuencia Ia libertad teleoldgica es casi tan grande como la de ln belleza vagan. Slo de Is figura humana existe un ideal de la belleza, porque slo, ella es suceptible de una belleza fijeda por algin concept te leokipren. Esta teria planteata’ por Windietmr Trae tung" detenta una posicién clave en la fundamentacién kan tana de Ja estética. Pues precisamente en esta tesis se hace pa tente hasta qué punto el pensamiento kantiano es ineonelliable con una estetica formal del gusto (una estética arabesea) La teotla del ideal de 1a belleza se basa en Ia distineion entze idea normal ¢ idea ractonal o ideal de Ia belleza. La ides este {ica normal se encuentra en todas las especies de la oaturaleza EI aspecto que debe tener un animal bello (por ejemplo, was vaca: Mirén) es un baremo para et enjuiciamiento del éjemplar individual, Esta idea normal es, pues, una contemplacion sus laa de la imaginacién, como «ina imagen de la especie que s¢ Gleene sobre todos sus individuoss. Sin embargo la represen facidn de tal idea normal no gusta por su belleza sino simple. mente «porque no contradice a ninguna de les condiciones bajo las cuales puede ser bello un objeto de esta especie. No 68 la imagen originaria de la belleza sino meramente de lo que &S contecto. ¥ lo mismo vate para ta idea normal de la figuea humana, Sin embargo para este existe un verdadero ideal de la belieza en 42 wexpresidn de lo morals, Si la frase «expresién de lo morain se pone en relacidn con la teora posterior de las ideas estéticas 8. Lessing, Ent em Leokoon, 8.20 bi 00 Letng sit Serif 4en XIV, 1.8865, 415. a " hf a1 ¥ de ta belleza como simboto de la moralidad, se reconocert Zaseguida que con la teoria del ideal de Ia belleza esté preparado fen realidad el lugar para ja esencia del arte *, Ta aplicacién de sta teorlaa In teors laze en of sentido del clastemo de un fnekelmann se sugiere por si misma®, Lo que quiere decir Prnete peemante que en Ia seprescntcin de ls pura Jnumana se hacen uno el objeto representado y lo que en esta representacidn nos habla como forma artistica, No puede haber otto contenido de esta representacién que lo que se ex press en la forma ¥en la manilestaciéa de lo representado, Dicho en téminos kantianos: el placer santelectuado» ein teresado en este ideal representado de Ia belleza no aparta del pacer estético sino que es Uno con él, Sélo en la representacién ve la figura humana nos habla todo el contenido de Ja obra Simulateamente como expresién de su objeto. "En si misma la esencia de todo arte consiste, como formula Hegel, en que «pone al hombre: ante si mismo» ® También ‘ortos objetos de la naturaleza, no slo la figura humana, pueden fexptesar ideas morales en la representacién artistics. ‘Bn rea- fihd es esto Io que hace cualquier representacién artistica, tanto de paisajes como ce naturalczas muertas; es lo que hace Jneluso cualquier consideraciéa de la naturaleza que ponga aima en ella, Pero entonces sigue teniendo rszén Kant: la expresion de lo moral ¢s en tal caso prestada. El hombre, en Cambio, expresa estas ideas en su propio sez, ¥ porque es lo Fa camera pene errr ors an nce te ogee ot ae ee te fa an Sete Ne ot eo te ee pie ees Lae wate ee sg ern Seg Sea ne Sem cee te fe i er ge cn eet Sb dev ie se Rt et ase hy rs Rn i i soe DE me Re oa, ne BG ns Stee ari ens ne an cama ee Se meen St re Seen a Spe a 7 ooo ue, le enon ca tse 2 le Sie cng Yon as un def hombre) poe caer yraicncion dela pintura y poesia de passes Scher seo ome pea a aan Gel or eee ee i ae nectridad genera de ln obra de arte debe busearse en ct ponramtento det seca ene el he a Te =r que es. Un dtbot a quien unas condiciones desfavorables de crecimiento hayan dejado saquitico puede darnos tuna impre- sidn de museria, pero esta miseria no es expresiéa de un atbol que se siente miserable y desde el ideal del tbol et raqu- temo, ao ef tnsenn>. En cambio el hombre miserable lo es medido segin el ideal morat humano; y 10 porque le asigne. fos wn idea! de fo bumano que no vaiga park ly que le hala aparece miserable ante nosotros sin que lo sea él mismo. Heget na comprendido esto perfectamente en sus lecciones 50. bre estetia cuando denomina a la expresiéa de ta moralidad scmanifestacioa de fa espuritualidady © De este modo el formnalismo del «placer seco» acaba deci- sivamente no sélo con ef racionalism en In estetica sino en etal con cualquier teoria universal (cosmolégica) de a Fell. Con in dttincon casts entre idet nova fled de la bellera, Kant aniquila la base desde Ja cual Ja estética de 4a pesfeccién encuentra lg belleza individual e incomparable de tun ser en cl agrado perfecto que éste produce a los sentidos. Desde ahora el varte podri convertisse en un fendmeno atti somo, Su tarca ya no sera la representacién de los ideales de la naturaleza, sino el encuentro del hombre consigo mismo en la naturaleza y cn el mundo humano e historico, La idea kantiana ‘de que lo bello gusta sin conceptos no impide en modo alguino «que s6l0 nos sintamos plenamente interesados por aquello que siendo bello nos habla con sentido. Justamente el conoct imiento de la falta de conceptos del gusto es lo que pucde- Hevarnos ms all de una mera etetics del gusto. 6) EL interés por to bello on ia naturalega y on ol arte Guard Kant se pregunts por el ind que ssa 1 bello ro empiricameate tino e pris, esta prepinia por lo bello st pone Mente 2 ia determiacion fendamental deta fata de tn fits propa del placer eneco Un plntexmiento mero, qe relat In taasiiéa del punto de vist del gusto al punto de vista del genio. Es uaa mina teocia la que fe desarlla en el exo de ambos fenomenos, Al asepurat log fandsmentos, Se tba berando In exits del gusto de todo pesto tanto gestalt Como sonst. Po eo eth eneente en la ice de las conas que Kent ao plastes aqui todavia ninguna cxestién selacionada con cl modo de exiviencn de Io qe 13, Vorlons iber die Antbti, 213. juzga estéticamente (ni en consecuencia lo concerniente a ia relacién entre Jo bello cn la naturaleza y en el arte). En cambio esta dimensién del planteamiento se presenta con carécter de ‘necesidad desde el momento en que se piensa el punto de vista SEGGRENG hata cl Saal, esto es, desde el momento en que se 10 supera'™) La signifcatiidad de Jo bello, que es capar de des pettar interés, es Ia problemitica que realmente smpulsa a la Estetica kantiana, Esta problematica es distinta segun que se plantee en el arte © en la naturaleza, y precisamente la com aracién de fo que es bello en la naturaleza con lo que es be- foven el ate eso que promeve ef desarrollo de estos pro- bblemas. ‘Bn este punto alcanza expresion el nicleo mas genuino de Kanti® Pues a la inversa de lo que esperariamos, no es el arte cl motivo por el que Kant va mas alld del «placer sin interés» $ prepanes por ef interes por lo bello. Partiendo de la teorta Jef ideat de ia belleza nablamos concluido en ana superioridad del arte frente a la belleza natural: 1a de ser el Jenguaje mis inmediato de la expresi6n de lo moral. Kant, por el contrario, ddestaca para empezar (en el § 42) la superioridad de la bellege natural fespecto a la del arte. La primera no sélo tiene una Wentaja pata el juicio estético puro, la de hacer patente que lo ello reposa en generat sobre la idoneidad del objeto repre- sentado para nuestra propia capacidad de conocimiento, Ea {a belleza natural esto se hace tan claro porque no tene sig~ nnifcado de contenido, razon por a cual muestra la pureza no intelectuada del juicio de gusto. Pero esta superiotidad metodolégice no es su winica ven taja: segun Kant, posee también una superioridad de conte- hnido, yes evidente que Kant pone un interés especial en este punto de su teoria, La naturaleza bella ega a suscitar un 1n- Fores iamediato: un interés moral. Ell encontrar bellas las for- ines bellas de la naturaleza conduce finalmente a la idea «de due Ie naturaleza ha prodacico esta belleza». Alli donde esta thea despierta un interés puede hablarse de un sentimiento moral cultvado. Mientras an Kant, adoctrinado por Rousseau, 14, Bs merito de R. Odebrech en Form and Gust, Dee Aufsteg des Jehusenen Gedaanens ia Kante Aesthetit, Bedin 1930, haber recono- ior Scniler sinié esto atinadamente cuando excribia: «El ave s6lo nna apreniio s adioiae at autor come un gran pensador se alegrark Bicchtrar agil-un Hsia de su corszone (er nan sod stndrmentlide ‘Dabuung, eo Werks, Leipeig 1910 s, parte 17, 480) u f secant piso genera del ainamiento det gus por fo belo ff sentimiemo sora, en cambio ef sentido art A ballet de fa naturaera es pore Kane ge cost muy dismal gue it naturales sea bala slo despieraalgn interés en aqull que ya antes ha fundamertado” amplaente su interes’ por le tonnes inom El nti por fo belo en matte the pues, emoral por patentescon En cuanto que spies it coincidencia no intencionada de. la ‘natusaleza” ein ESS Placer independiente de todo nies, yen cuanto que coneye {etnies ci al de‘ matte met rots, apunta a nowotos como al fin alma dela eracion, @ muestra «determinacién moral», : i i TEn este punto tenemos esplendidamente. reunid chazo de Ia estética de la feccién con la sy ai See srg aes ee cee Slo no ecstasy in eno ences ez, est es algo nlonco pars cl Objeivo de-bucst place, fain aon ace oe io una wsefiais de que realmente somos el fin ultimo, cl objetivo final de la cteacién. La diso- Incign de i idea antigua de cosmos, que olergabe al Hombre gato exer tot de fos net eda ent wh objetivo de perfecciéa, otorga al mundo, que ha dejado de ter bello come ordemacibn de objetivos abbolutos, a tueva ils de Soe tne oti fin ci nse. Be cone Were asl en woututalezn; su mocenciaconsste en que No sl tds del hombre mi de ss vies soctalee ¥ al mismo tempo tiene algo que detimos. Por tference a la Iden de ura do terminacién’ ineligible de ia bumanidad, Ie naturales gana como naturule ella an iupige que is cooduor 2 mots ‘Naturaimente el significado del arte tene también que ver con ef hecho de que nos habla, de que pone al hombre ante Ammo en ou elstenca morilmeste Ctereinaay Beto lor productos del are e6lo ein pam so, pers hablameny lor objetos naturales en cambio no estan aht para hablarnos de esta manera, En esto estriba precisamente el interés significativo: Ge i belles natural, en que no obstante es capar de hacernor consciente nuestra determinacign moral, El ate no puode pro: Porconumnos este encuentro del hombre. comige mise ca See ald do nenclonah Que ef hombe enacts tT mismo ent elute no es para A una eoaiiemaciOn precedente de algo diounto deo! memo: ena E's mismo esto es corecto, Peo por impeesionante que remite la tabazén de ene razonamiente fantano, eu maceen Ge presenat fendmeno det arte ao aplicn 2 ese el patron 8

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