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Hebreos 6:912 Nuestro autor balancea la solemne advertencia de los vv. 46 con una
expresin de confianza en cuanto a sus lectores (vv. 9, 10). Por nica vez en la carta, les
llama amados. Est convencido de que a ellos no se les aplica la descripcin de la
maldicin del v. 8, sino las cosas mejores: la bendicin descrita en v. 7. Son cristianos
verdaderos, [P. 82] y no caern, sino que perseverarn hasta la salvacin final.
La evidencia que el autor ve para esta conclusin es la obra y el amor que sus lectores
han mostrado en atender a los santos. A pesar de las dudas que algunos miembros
sentan, la congregacin de los hebreos segua atendiendo las necesidades de sus
hermanos que perdieron su trabajo o sus bienes, o que cayeron en la crcel, a causa de
su testimonio por Cristo (10:3234 da una descripcin ms detallada de este servicio).
Este buen fruto que los lectores producen se asocia con la salvacin y as comprueba
que ellos la tienen. Su servicio a otros cristianos muestra un amor sincero, no slo a los
hermanos, sino a Dios. Tal amor resulta solamente de una conversin genuina.
El autor y los lectores pueden confiar en la justicia de Dios, quien los justific y les dio
el amor y la disposicin a servir. No est diciendo que Dios premie las obras con
salvacin, porque tal idea sera contradictoria con su conviccin de que Cristo da la
salvacin (2:14, 15) y que la respuesta del hombre debe ser la fe (4:2, 3). Ms bien, la
lgica del autor es que la fe siempre resulta en obras de obediencia, y por consiguiente
estas obras son evidencia de la existencia de la fe.