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La Doctrina de hasatán

Hasatán he aquí un tema que en la doctrina del cristianismo histórico ocupa un lugar preponderante, puesto que en
toda declaración de fe aparece; sin contar la enorme cantidad de libros que se han escrito sobre este “personaje”. Mi
propósito por medio de esta presentación no es establecer una posición definitiva; pero si que se abra la mente a un
debate que nos conduzca a aclarar quién es, qué hace y cómo derrotarlo.

1. El Dualismo

Cuando el hombre salió de las manos del Eterno, se dio cuenta que el mundo que lo rodeaba, se desenvolvía en un
dualismo existencial: día – noche, varón – varona, vida – muerte; el mismo HaShem, Baruj Hu, le estableció otro
criterio dualista: el bien – el mal, precisamente, experimentar lo que es el mal le acarreó la pérdida del acceso al árbol
de la Vida.

Ahora bien, como dicen muchos autores cristianos, esa verdad, la del dualismo hasta ético, no debe ser trasladado al
mundo de la metafísica. Dicho de otra manera, no debe aceptarse que haya dos principios rectores del mundo: el
bien y el mal; o un dios bueno y otro malo, sino que hay un único y soberano Elohim y todo lo demás gira en torno a
Él.

1.1. Ormuz y Arimán

La enseñanza de un dios bueno y otro malo, fue sistematizado en el Mazdeísmo, religión de la antigua Persia, hoy
Irán, en la cual el mundo se debatía entre las fuerzas del dios bueno: Orumuz y las del malo Arimán. Con esta
creencia se encontraron los judíos del cautiverio, cuando Babilonia cayó en manos de los medo-persas, y que influyó
en gran manera en la teología del segundo templo.

1.2. La Filosogía Griega

Sin embargo, el judaísmo del segundo templo, fiel a la Torá, pudo mantener la pureza de la verdad de que hay “un
solo y único Elohim verdadero”. Pero los creyentes en la mesianidad de Yehoshúa, venidos de la gentilidad, influidos
por la filosofía griega, la cual desarrollaba una lucha entre el bien y el mal, entre dioses buenos y malos, semidioses y
eones (manifestaciones de ellos), fueron introduciendo tal pensamiento, hasta desarrollar una teología sobre el
“originador” del mal. En la edad del oscurantismo (siglos V al XV), mil años, ese punto se convirtió en artículo de
fe y se desarrolló un ministerio eclesial: los exorcistas.
1.3. Martín Lutero

En los albores del siglo XVI, estaba muy fresca la influencia de la teología medieval, surgió la figura de Martín
Lutero, padre de la Reforma Protestante; pero en verdad reformó muy pocos puntos de la teología católica, porque en
el asunto del dualismo metafísico: un dios bueno y otro malo, no hizo mayor cosa. Él acepto como verdad bíblica la
existencia de hasatán y los demonios. Hay la anécdota de su lucha con hasatán, una puerta manchada con tinta, pues
al verlo en su habitación le lanzó el tintero.

En sus obras se puede ver la lucha contra hasatán; pero expertos en la conducta humana, léase sicólogos y siquiatras,
que han estudiado los rasgos de la personalidad de Lutero, creen ver en sus “anchfentungen”, ataques de depresión y
melancolía, manifestaciones de serios desórdenes mentales, tal vez debidos a las enseñanzas religiosas que recibió en
el monasterio agustino donde vivió y estudió; y que le hacían ver a hasatán y demonios dondequiera.

Pues bien, por el lado de la Iglesia Católica, tenemos el pensamiento paganizado por el helenismo, y por el de la
Iglesia Evangélica tenemos la influencia de Lutero, todo lo cual nos presenta un panorama muy inmerso con la
persona de un dios malo al que llaman Satanás con sus seguidores que ejecutan su voluntad, los demonios. Esto nos
conduce inexorablemente a una teología dualista, aunque se niegue, al que debemos enfrentar.

2. Hasatán en la Torá

En la mente de muchos cristianos sinceros y a la vez ingenuos, quienes no se han tomado la molestia de escudriñar las
Escrituras sobre el tema que nos ocupa, sino que han aceptado lo que sus dirigentes le enseñan; y que desde su
temprana edad tanto en el hogar como en la escuela y en el ambiente que se desenvuelve se topa con tal enseñanza.
Por ejemplo, hay dichos y refranes que reflejan el dualismo del que se habló arriba: “A quien Dios no le da hijos, el
diablo le da sobrinos”, “Dios los cría y el diablo los junta”, etc.

Por lo dicho, mucha gente cree que en la Torá esa palabra o tal personaje se nombra con bastante frecuencia; sin
embargo, NO ES ASÍ. Ni en la Torá, ni en los Nevi‟im Rishonim, profetas anteriores, se menciona. Eso significa
que Moshé, Shemu‟el, David, Eliahu, Elisha, Ishaiahu, Irmiahu, Iejhezqel, profetas sobresalientes en la teología del
Primer Templo, nada supieron de él.

Exactamente aparece veinticuatro veces, así: una vez en Crónicas (21:1); catorce veces en Job (capítulos uno y dos);
una vez en Salmos (109:6); dos veces en Zacarías (3:1,2). En todas esas citas se tradujo como nombre propio. Una
vez en Números 22:22; una vez en 2 Samuel 19:22; y cuatro veces en 1 Reyes (5:4; 11:14,23,25); y en estas se
tradujo como adversario.

3. La Serpiente Antigua

Es de observar que Moshé no tuvo noticias de hasatán, pues al narrar la caída del hombre no lo menciona como el
instigador o tentador; sino que dice: “La serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que el Eterno
Elohim había hecho...” (BeRe‟shit 3:1), fue a finales del segundo
siglo a.e.c. cuando en la teología del judaísmo comenzó a pensarse que la serpiente era hasatán, ¿quién o qué fue la
serpiente durante los dos mil años entre Moshé y los teólogos que dijeron que era hasatán?

En el judaísmo rabínico hay dos posiciones, pues unos piensan que fue una serpiente verdadera la que conversó con
Jhava, al ésta añadir al mandato del Eterno “ni aun lo tocarás”, la serpiente la empujó y le dijo: “ves que la tocaste y
no te pasó nada”, con este argumento Jhava fue derrotada. En otras palabras, sí fue una serpiente la que tentó a la
mujer; pero no se cree que haya sido hasatán que corporizó en ella. Por otro lado, hay quienes piensan que es un
Midrash donde la serpiente representa la Yatser HaRa¨ con la que por días estuvo luchando Jhava, hasta que
finalmente sucumbió ante su concupiscencia.

No hay contradicción en las dos posiciones enunciadas, bien pudieran complementarse la una con la otra; pero lo que
si es cierto es que ninguna de las dos le da protagonismo del suceso a hasatán, cosa que lamentablemente si sucede en
la interpretación que el cristianismo histórico hace de este pasaje.

4. Caída de Hasatán Isaías 14 y Ezequiel 28

Estos dos pasajes, Isaías 14:3-23 y Ezequiel 28:1-19 se han usado para enseñar acerca de la caída de Halel (lucero de
la mañana); pero si uno llega a esos pasajes sin los lentes que le han adaptado de ver a Hasatán dondequiera, se dará
cuenta que esas porciones en lo absoluto tratan ese tema. Allí se habla de dos humanos de carne y hueso que llegaron
a sentirse “dioses” y como tales lo tratan los autores. Veamos de cerca los pasajes.

4.1. Isaías 14:3-23

El propósito de este pasaje es que el Eterno está consolando y dándole esperanza y confianza a Su pueblo en lo que
vendría en el futuro, cuando Babilonia se enseñorearía de Judá; por eso el oráculo comienza con las palabras:
“Porque el Eterno tendrá piedad de Jacob... y en el día que el Eterno te dé reposo... pronunciarás este proverbio
CONTRA EL REY DE BABILONIA...(1, 3 y 4). Este es el destinatario, el rey de Babilonia. Es sumamente
interesante el comentario que la Biblia de Jerusalem hace de este pasaje.

Este mashal, parábola satírica contra un tirano derrocado. Se dirige a un rey de Babilonia,
Sin duda Nabucodonosor o Nabonid, y por lo mismo se sitúa en el contexto de los oráculos
Pero se han preguntado si no se tratará de hecho de un trozo más antiguo, dirigido contra
Un rey de Asiria, Sargón o Senaquerib, y retocado posteriormente para adaptarlo a la época
Del Destierro. (p. 1.073)

Las palabras que demuestran que es un humano y no un ser espiritual (Hasatán) son:

“Tú decías en tu corazón: Subiré al cielo; (13), sin duda el profeta se está refiriendo con estas palabras al orgullo
humano que se evidenció en Babel, cuando se propusieron construir una torre para llegar al cielo (Génesis 11:4).
Hay dos coincidencias, el lugar, Babilonia: y el propósito, llegar hasta el cielo.
“te contemplaron diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;” (16). Tiene
sexo, es varón y efectivamente, en su tiempo Nabucodonosor, a quien seguro se está refiriendo la profecía, era temido
en todo el mundo. El libro de Daniel nos confirma esta afirmación.

“pero tú echado eres de tu sepulcro... como cuerpo muerto hollado” (19). Tiene sepulcro y un cuerpo muerto, si se
estuviera refiriendo a un ser espiritual, este carece de cuerpo y por consiguiente no necesita sepulcro.

“Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres;” (21). Cosa curiosa, tiene familia (padres e
hijos), pregunto, si se está refiriendo a hasatán ¿este tiene padres e hijos?

“Porque yo me levantaré contra ellos, dice el Eterno de los ejército, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente,
hijo y nieto,” (22). Exactamente según nos lo relata Daniel eso fue lo que sucedió cuando “Darío de Media tomó el
reino,” (5:31). Belsasar era corregente, pues su padre estaba dedicado al arte, y por eso le ofreció a Daniel ser el
tercero, porque él era el segundo(5:7,16).

Cuan sencilla se ve así la Escritura y confirmada por la historia, sin necesidad de ver lo que no hay, a menos que ya se
vaya con una idea preconcebida. Sólo el versículo 12 da vestigios para pensar en un ser espiritual: “¡Cómo caíste
del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones”. Recuérdese que
en aquellas culturas cuando el rey era coronado, se llegaba a considerar un elohim, así que tratarlo como “lucero de la
mañana”, no quiere decir que se esté refiriendo a hasatán.

4.2. Ezeqiel 28:1-19

Quepa aquí el comentario que hace la Biblia de Jerusalem como introducción a este pasaje: “Era entonces Ittobaal II.
Pero el poema, más que a un personaje histórico, se dirige a una personificación del poderío de la ciudad” (p. 1.248).
Por supuesto, estas palabras echan por tierra la idea de la “caída” de Hasatán.

Sigamos el mismo patrón para la porción anterior, despojémonos de los lentes y prejuicios que nos atan y veamos el
pasaje tal cual está, en su sencillez. “Vino a mi palabra del Eterno, diciendo: „Hijo de hombre, DI AL PRÍNCIPE
DE TIRO‟...” (1,2), este es el destinatario: el Príncipe de Tiro, un hombre de carne y hueso como lo vemos en:

“Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: „Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los
mares‟ (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios;” el juicio que el Eterno está
emitiendo es contra un hombre, Él mismo lo dice, y no contra un ser espiritual. “En medio de los mares” esta frase
se usa para indicar que reina en el mundo, porque la palabra “mares” se refiere a gente; esto es querer ver más de lo
que aquí se dice e ignorar que cuando se pronunció esta profecía Tiro era una isla, y por eso su príncipe está en medio
de los mares.

“has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros... has multiplicado tus riquezas;” (4 y 5). ¿Para
qué se necesitan riquezas en el mundo espiritual? ¿Acaso el oro y la plata
tienen valor en aquel mundo? Sencillamente se está hablando de un hombre que sabe que en este mundo las riquezas
son importantes.

“traigo sobre ti extranjeros... y mancharán tu esplendor” (7) ¿Acaso en el mundo espiritual hay nacionalidad, como
para que haya extranjeros? ¿Qué esplendor se le puede manchar a hasatán?

“Al sepulcro te harán descender,” (8) ¿Desde cuando los espíritus necesitan sepulcros?

“Tú, hombre eres,” (9). De nuevo vemos al Eterno dictando sentencia y declarando que él es hombre, claro, es el
príncipe de Tiro y no ningún ser espiritual, según las enseñanzas del cristianismo histórico.

“De muerte de incircuncisos morirás” (10). Dos cosas: muere, los espíritus no mueren; y de incircuncisos ¿Acaso
los espíritus tienen prepucio que quitarle para que sean circuncisos?

“yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti”. (19) ¿Cómo pueden los reyes mirar a
un espíritu, siendo que éstos no se pueden ver? Aquí el Eterno lo que está diciendo es que lo pondrá, al príncipe de
Tiro, como escarmiento a los demás poderosos de la tierra, para que no se metan con Su pueblo Israel.

“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste;” (14) según la teología
tradicional este es el versículo que “demuestra” que aquí se está refiriendo a hasatán; sin embargo, en este mismo
libro en 31:8-10, se dice algo semejante del rey de Egipto, de Faraón, ¿o es que en este pasaje también se está
hablando de hasatán? No, en ambos pasajes se está hablando de hombres de carne y hueso, en un caso, el príncipe de
Tiro; en el otro de Faraón, lo que sucede es que el profeta está usando una canción popular de su tiempo que hablaba
de las grandezas de los reyes, quienes eran considerados dioses (Comentario Bíblico “San Jerónimo).

5. Hasatán en la Literatura Posexílica

Es interesante notar que es después del exilio babilónico, cuando nuestros ancestros se relacionan con el dualismo
persa e influye en la Teología del Segundo Templo; es en este tiempo cuando este personaje comienza a tomar forma
y a perfilarse como acusador. Debe saberse que de los treinta y nueve libros que componen el TANAJ (lo que en el
cristianismo tradicional se llama Antiguo Testamento), este “personaje” sólo aparece en tres libros: Dabar HaIamim
Ri‟shon (1 de Crónicas) 21:1; Iob los dos primeros capítulos; Zejharia 3:1,2; y en un Tehilim (Salmo) 109:6 y que
aparece mencionado sólo dieciocho (18) veces. Creo que es muy importante tomar en cuenta este dato, porque todos
vienen después del contacto de nuestro pueblo con el dualismo persa.

El Comentario Bíblico “San Jerónimo”, de Ediciones Cristiandad, hace algunas afirmaciones muy interesantes.
Helas aquí: “Hasatán después del cautiverio babilónico reúne en si las fuerzas malignas que hasta entonces estaban
repartidas en una multitud de otras entidades”. “En todo caso, la creencia en los seres espirituales malos devino a
Israel de las divinidades cananeas y de la angeología persa”. (Tomo V. P.73 y 70). “Antes del exilio en el judaísmo
Dios castigaba directamente, después del regreso de Babilonia, lo hace por medio de los demonios” (Tomo II. P.
150). “Antes del cautiverio para los
israelita los demonios no desempeñan un papel esencial en su vida” ( Tomo V. P. 71). “Hasatan es la personificación
de todo desorden” (Tomo IV. P. 202).

4.1. 1 Crónicas 21:1

El pasaje paralelo (2 de Samuel 24:1), dice que fue el Eterno quien incitó a David a hacer el censo, toca al estudiante
y expositor de la Palabra escoger en esta aparente contradicción cual de los dos tiene la razón, o reconciliar lo que
aquí tenemos. En realidad no hay contradicción, sencillamente el autor de Segundo de Samuel, quien aún no tiene la
influencia dualista del Madeizmo persa; y para quien el Eterno es autor de lo bueno y lo malo quien lo hizo.

Mientras tanto, el escritor de Crónicas, quien ya había pasado la experiencia del cautiverio y su contacto con el
dualismo persa, narra que fue hasatán quien incitó a David. Está claro que hasatán fue instrumento del Eterno para
que el rey realizara tal censo. En el relato de la derrota de Acab se ven detalles de cómo un espíritu, ni siquiera dice
“espíritu malo” fue usado por HaShem para que Acab fuera engañado (1 Reyes 22:20-24).

4.2. Job 1,2

Es de observar que hasatán viene entre los hijos de Elohim y presenta “acusación” contra este fiel servidor del Eterno.
Recuérdese que la palabra satán en hebreo significa precisamente “acusador”; de modo que no es descabellado
pensar que cualquiera de esos hijos de Elohim podía convertirse en acusador, sin que necesariamente haya que pensar
en un “ser especial” que se ocupa de ese menester.

De todas maneras, aun aceptando que es un “ser especial” que se ocupa de acusar y molestar a los servidores del
Eterno, carece de autonomía propia, todo lo que realiza lo hace previa consulta y autorización del Santo, Bendito Él.
Esto hace que podamos vivir confiadamente, “porque el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del
Shadai” (Salmo 91:1), y no hay por qué vivir en zozobra o temor de lo que hasatán pueda hacernos.

4.3. Zacarías 3:1,2

Aquí tenemos una escena del tribunal celestial, a manera de los tribunales terrenales, donde el sacerdote Josué
comparece ante el Eterno y el acusador (hasatán), como en todo juicio, está junto al acusado para presentar su libelo.
En otras palabras, es una escena muy similar a la de Job, y cabe la misma pregunta: ¿un ma‟laj hace de hasatán
(acusador) o hay uno que se dedica específicamente a esa función? ¿O será, como se piensa en algunas ramas del
judaísmo que cada ser humano tiene su ma‟laj bueno que lo “defiende” y uno malo que lo acusa?

4.4. Tehilim 109:6

Es la misma situación de los dos pasajes antes comentados. El problema es que las versiones comunes escriben la
palabra sin artículo y con mayúscula, lo cual hace pensar al estudiante en Una persona; pero si se hubiera sido fiel al
original hebreo y lo hubieran escrito con artículo, o en todo caso traducirla por acusador o fiscal, no tuviéramos la
situación que se nos ha presentado por haber privado el pensamiento del traductor y no su fidelidad al idioma e idea
originales.
Fuera de estos cuatro pasajes del Tanaj, nunca más se menciona tal ser, si es que se están refiriendo a él; en cambio la
palabra satán para señalar la actitud de llevar la contraria aparece varias veces:

“El ángel del Eterno se puso en el camino por adversario (Lesatan) suyo...” (Números 22:22).
“David entonces dijo: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia, para que hoy me seáis adversarios?” (Lesatan)
(2 Samuel 19:22).
“Ahora el Eterno mi Eloha me ha dado paz por todas partes; pues ni hay adversarios” (satan) (1 Reyes 5:4).
“Y el Eterno suscitó un adversario (satan) a Salomón...” (1 Reyes 11:14).
“Elohim también levantó por adversario (satan)...” (11:23).
“Y fue adversario (satan) de Israel todos los días...” (11:25).

¿Por qué tradujeron adversario y no hicieron como en los pasajes anteriores y/o los que veremos más adelante,
conservar la palabra satán? Sencillamente, porque se les caería todo el edificio de la doctrina que sobre esta palabra o
al que han nombrado con ella han levantado. En total son, como se dijo anteriormente dieciocho (18) las veces que
aparece esta palabra

5. Hasatan en el Código Real Galileo (N.T.)

Siendo que el Código Real Galileo (el mal llamado Nuevo Testamento) fue escrito por judíos, quienes ya venían
influidos por la Teología del Segundo Templo y que vivían inmersos en ella, por supuesto mencionan con cierta
frecuencia esta palabra y/o al que se nombra con ella. Es interesante observar que algunas veces esta palabra se
menciona sola y otras en combinación con su equivalente griego: diabolos.

Un dato curioso y que debiera tomarse en cuenta es que la palabra satanás (helenización del vocablo hebreo satan), y
diablo (castellanización del griego diabolos), aparecen la misma cantidad de veces: treinta y cinco (35) cada una en
el Código Real.

5.1. En la Tentación de Yehoshúa Mateo 4:1-11 y pasajes paralelos

Mateo y Lucas dicen que era tentado por el diablo, mientras que Marcos señala que era satanás. Esto conduce a la
conclusión de que son dos palabras para mencionar la misma “persona”; sin embargo, no fueron solamente estas las
tentaciones que Yehoshúa debió enfrentar, pues el autor de Hebreos dice que fue “tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). En este último pasaje no se señala la “fuente” de la tentación, lo cual
debe ser tomado seriamente en cuenta.

Lamentablemente para muchos cristianos, lo más importante en este evento de la vida de Yehoshúa no es tal trance o
su triunfo, sino quien lo tienta. Pero reconocidos Comentarios no le dan tal importancia a hasatán, veamos.

El Nuevo Comentario Bíblico, de la Casa Bautista de Publicaciones, página 616 dice: “Las tres tentaciones son un
paralelismo con la de nuestros primeros padres: „los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la
vida‟ (1 Jn.2:16), que sugiere que las tentaciones eran típicamente aquellas
que la humanidad como un todo tiene que enfrentar” (p.616). Obsérvese que ni siquiera menciona al “tentador”.

En tanto, el Comentario “San Jerónimo” dice: “Los cuarenta días en el desierto después de su bautismo son una
miniatura de los 40 años de Israel en el desierto después de su bautismo en el éxodo, como cuando como hijos de
Dios fueron llamados de Egipto (Os.11:1). ... “Cuarenta días: Esta expresión sugiere los cuarenta años de Israel en el
desierto... Evidente el carácter simbólico del relato” (Tomo III. P. 179). “Todas las tentaciones de Jesús se refieren a
su misión mesiánica; incluso en un relato teológicamente simbólico” (Ibid. P. 180).

6. “Satanización de Pedro” Mateo 16:23

Después de la transfiguración Yehoshúa comenzó a declarar a sus talmidim acerca de su misión de morir, a lo que
Kefas (Pedro) quiso persuadirlo de que desistiera de tal propósito. La respuesta del santo Maestro fue: “¡Quítate de
delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”
(Mt. 16:23), es triste que en este acontecimiento los traductores no hicieron lo mismo que con los pasajes del TANAJ,
donde escribieron adversario, de donde el pobre Kefas (según los comentaristas cristianos) fue incorporado por el
espíritu malo o usado por él. Por ejemplo, el comentario de la Biblia de Jerusalem, dice al respecto: “...y se convierte
en secuaz, aunque inconsciente, del mismo Satán” (p. 1.413).

Particularmente creo que Yehoshúa lo que le está diciendo a su discípulo es que con su actitud y conducta se está
oponiendo a que ejecute su misión, y a los planes del Eterno, razón por la cual se ha convertido en adversario
(hasatán).

7. Origen de Hasatán

Si como dijimos arriba, Isaías y Ezequiel no hablan de la “caída” de hasatán, aunque algunos enseñen que en esos
pasajes se habla de él, según ellos él fue creado bueno y llegó a pecar. Sin embargo, en honor a la verdad, de los
seres creados el único con capacidad de elegir fue el hombre, los ángeles cumplen la función que el Creador les
asigna, sin la capacidad de decidir si lo hacen o no. “Bendecid al Eterno, vosotros todos sus ejércitos, Ministros
suyos que hacéis su voluntad” (Salmo 103:21). “El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego
sus ministros” (Salmo 104:4).

En otras palabras, el Eterno creó dos tipos de ma‟lajim (ángeles), los buenos para ayudar a sus hijos, y los malos
para usarlos como instrumento de disciplina; pero en ambos casos ejecutan y hacen la voluntad del Creador. Isaías
45:7, por ejemplo dice: “Yo formo la luz y creo la oscuridad. Hago la paz y creo el mal”, Reina y Valera traducen
adversidad; pero la palabra hebrea es Ra¨ (Mal); sólo que por su teología de que hasatán es quien hace el mal les
pareció mal traducirlo así.

Si el Eterno es el CREADOR, como en efecto lo es, tenemos que aceptar, nos guste o no, que Él también creó lo
malo; o de no, es que hay dos creadores, lo cual es incongruente para la teología de la Escritura.

7.1. Hasatán Siempre Ha Sido Malo


La idea de un ser creado bueno y luego convertido en malo, no tiene apoyo escritural, como lo he indicado arriba en
los aparentes pasajes que se hablan de su caída. Yehoshúa dijo: “Él (el diablo o hasatán) ha sido homicida desde el
principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla;
porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44). Se subrayó “y no ha permanecido en la verdad”, porque
traducido así, da la impresión de que hubo un tiempo cuando estuvo en la verdad; pero en el griego dice: “NO
TIENE LA VERDAD”, pues nunca la tuvo. Él ha sido homicida desde el principio, o también pudiera decirse, desde
siempre.

Por su lado Yojhanan (Juan) en la primera epístola 3:8 dice: “porque el diablo peca desde el principio.”
Encontramos la misma palabra griega para principio arxe desde siempre; o sea, no es que llegó un momento cuando
comenzó a pecar o a ser malo; él lo es desde el principio, fue creado así. Si él hubiera tenido “libre albedrío”, no lo
ha perdido, si un día decidió ser malo, ¿qué pasaría si de pronto decidiera arrepentirse y volverse bueno? Esta
pregunta deben responderla los teólogos que enseñan que hubo un tiempo cuando él fue bueno.

8. Funciones de Hasatán

De acuerdo con la teología del cristianismo histórico son varias las funciones que este ser realiza, en el presente
estudio veremos lo que dice la Escritura al respecto, y no lo que dijeron los “padres de la iglesia” que lo veían en
todos lados.

8.1. Por su nombre

De acuerdo al nombre que se le da en hebreo, la principal función es la de acusar, pues ese es el significado primario
de tal palabra; así lo vemos en el caso de Job y en el del sacerdote Josué . En Revelación se dice: “...porque ha sido
lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, él los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (Revelación
12:10). En este versículo se ve lo que él hace: ACUSAR, y tal acción la ejecuta “DIA Y NOCHE”, si es así como
dice la Escritura, ¿tiene tiempo para hacer otras cosas? De ser así, entonces al igual que Elohim, puede estar en todas
partes y lugar, convirtiéndose en otro Elohim.

Sin embargo, de acuerdo a lo que dice Rav Shaúl en Romanos 8:32,33, tal función ha sido anulada, veamos: ¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Mashiajh murió; más aun, el
que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. No puede
acusar porque el mismo Elohim justifica; y además, aunque lo haga, Mashiajh está defendiéndonos. Baruj HaShem.

8.2. Engañar

En el mismo libro de Revelación se dice de él: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero”; (12:9). Antes vimos que Yehoshúa dice de él que “es padre de
mentira”, para engañar nada mejor que hacer uso de la mentira, de la cual es el padre; pero el creyente en el Elohim
de Israel debe estar prevenido para no dejarse engañar.
9. ¿Cómo Enfrentarlo?

El Eterno nos dio Su Palabra para capacitarnos y llegar a la estatura de Mashiajh quien lo derrotó en las tres
tentaciones específicas registradas con la Torá, concretamente con Devarim (Deuteronomio), de manera que el
creyente fácilmente lo puede derrotar haciendo uso de la Palabra como Espada del espíritu. En la misma Escritura se
nos dan las tres formas de enfrentarlo.

9.1. No darle lugar (Efesios 4:27)

Otras versiones dicen “No darle entrada”, “No darle oportunidad”. La teología tradicional dice que se refiere a no
darle ocasión para tentar, y pudiera ser; pero más bien creo que es no darle oportunidad para que nos acuse, y si nos
acusa, como lo hizo con Job, que quede en ridículo, pues nuestra conducta es intachable. Sin embargo, aun aceptando
que sea para tentar, él no tiene ningún poder, sino el que le brinde la persona al darle lugar.

9.2. Contra sus asechanzas (Efesios 6:11)

“Vestios de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. Rab Shaúl nos
da dos instrucciones para enfrentarlo:

“Vestios de toda la armadura de Dios”, es triste que los comentaristas cristianos mayoritariamente dicen que aquí la
armadura es la de un soldado romano, nada más lejano de la verdad, aquí podemos comparar las “partes” de la
vestidura como correspondientes a las del sacerdote. Todo creyente es sacerdote, de donde es supremamente
necesario que tenga puesta sus vestiduras como signo de su autoridad para que hasatán sepa con quien se está
enfrentando y su segura derrota. En Isaías 59: 17 y versículos siguientes tenemos la misma idea, donde el Eterno se
“viste” de esta armadura para derrotar a sus enemigos y dar el pago a sus adversarios. Si Él lo hace para enfrentarse
a sus enemigos, lo mismo debemos hacer nosotros para asegurarnos la victoria.

“Estar firmes” como símbolo de que no le “dará lugar”, ya que esta es una posición de guerra. Hasatán le tiene gran
temor al creyente que está dispuesto a hacerle la guerra, aunque debemos observar que propiamente no es contra él,
sino contra “sus asechanzas”.

9.3. Resistirlo (Santiago 4:7)

Ahora es el emisario Yaäqov, quien nos da instrucciones para derrotar a hasatán; y también son dos. A saber:

“Someteos, pues, a Dios”, esto significa estar en obediencia a Él, a Su Palabra. Recordemos que el salmista dice: “El
que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmo 91:1), si uno está en sumisión al
Eterno, y Él nos brinda Su cobertura, hasatán no tiene nada que buscar en nosotros, como dijo Yehoshúa.

“Resistid al diablo y él huirá de vosotros”. Esta es la segunda instrucción, resistirlo, de acuerdo a lo dicho aquí,
hasatán es cobarde y al enfrentarlo huye; queda claro, que con la autoridad del Eterno, como dice la primera parte del
versículo, y como lo hizo Miguel cuando luchó contra él por el cuerpo de
Moisés (Judas 9). Del mismo tenor es el consejo dado por Kefas (1 Pedro 5:8,9), quien además de indicarnos que lo
resistamos firmes en la fe; “seamos sobrios, y velemos”.

10. El Tentador

Apenas dos veces aparece en el Código Real Galileo que hasatán es llamado “el tentador”, cuando se le apareció a
Yehoshúa para incitarlo a pecar (Mateo 4:3); y cuando Rab Shaúl le escribe a los hermanos de Tesalónica y les dice:
“no sea que os hubiese tentado el tentador” (1 Tesalonicenses 3:5). Apenas dos pasajes, y en un sentido incidentales,
son usados como base para endosarle a hasatán la función de tentador. Pero veamos lo que la Palabra dice sobre la
tentación.

10.1. 1 Corintios 10:13,14

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana... por tanto, amados míos, huid de la idolatría.” Si lo
escribiéramos en positivo diría: “Toda tentación es humana...” y se escapa de ella huyendo de la idolatría. Asimismo
en 2 Timoteo 2:22 se le aconseja a Timoteo “huir de las pasiones juveniles”, otra vez aparece la palabra huir; esto
significa que la tentación está dentro de uno y no de un elemento externo.

10.2. Santiago 1:13,14

Aquí la cosa es más clara: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede
ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es
atraído y seducido.” Si hasatán es quien tienta, en este pasaje se hubiera dicho sino que cada uno es tentado por
hasatán; pero no, lo que se dice es que uno es tentado por uno mismo, de “su propia concupiscencia”. Estoy seguro
que el autor tiene en mente, como buen maestro judío, la idea de la Yatser HaRa¨; o sea, la mala inclinación, de la
misma que Rav Shaúl habla cuando dice: “porque no hago el bien que quiero, sino el mal que quiero, eso hago”
(Romanos 8:19).

Es ella, la mala inclinación, la que verdaderamente nos incita a pecar. Razón por la cual la Palabra nos aconseja “no
andar conforme a la carne” (Romanos 8:4); “no satisfacer los deseos de la carne” “ejecutar la carne con sus pasiones
y deseos” (Gálatas 5:16,24).

10.3. 1 Pedro 2:11

Kefas aquí es claro al hablar del verdadero enemigo del hombre o lo que le induce a pecar: “que os abstengáis de los
deseos carnales que batallan contra el alma”. Lamentablemente cuando se complace a la carne, lo más fácil es
echarle la culpa a quien no la tiene, hasatán; en vez de aceptar la culpabilidad y hacer teshuvá.

10.4. 1 Juan 2:16

Este versículo de la Palabra nos dice: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los
ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” Obsérvese
que tampoco se menciona a hasatán, es el MUNDO el que ha establecido ciertos valores; sin embargo, es la persona
la que decide si obedece a su Yatser HaRa¨, “deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida”, o
si la somete a la “voluntad de Dios”.

Conclusión: Ya es tiempo de reconocer la responsabilidad que tenemos en nuestra conducta de pecar, y no echar la
culpa a quien no la tiene. Las palabras de Yehoshúa son conveniente aplicarlas en nuestras vidas: “viene el príncipe
de este mundo, y él nada tiene en mi” (Juan 24:30), en vez de estar en una cacería de ver a hasatán en todo, y
estarlo reprendiendo, vivir de tal manera que no tenga nada en nosotros.

Bendito eres Tú, Eterno, nuestro Elohé, por llevarnos de triunfo en triunfo. Amén.

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