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CaSa de las américas MAYOSUNIO 1978 ARO KVL 2. 96 Diractor: Roterto Fornénde: Retamat Secretaria de redsccién: Adolfo CruzLuls Diseho y emplane: Umberto Pei Rediccion: G y Tercera, El Vedsdo, La Habana 4, Cuba. Vente y stsetcén: ‘emplir som Shaenel6a acai ow Gaba 8 usetpegr enn ol exer: Gano od Seondloneor_(@ eau cular" monest FEnvabio once darn dolor Exton. naan) ee slletuges ao} ormeiers eben tacese Irate bene al Libro, Cento. do Bxporaclén, Inscita como Inpros» porico on in Doe Nesta! Gr Coveos, Teloyatos y rote. Parnin ADA TRABAJO BXRESA LA onto oe su S0ton "ho. St eked “wawlsannos No InentTuro CUBANO DEL BRO LUNIOAD MODUCTORA of “URSELIA DIAZ AEI”, LA HAEANA, CUBA Hace ahora ciento cincuenta aiios... | 2 HECHOS/IDEAS Manuel Gallch / A ciento cinsuenta afios del Congreso de Panamé: bollvarismo y panamericanismo | 4 Eduard Kamau Srathwaite / La evfollizeién en las Antillas de lengua inglesa | 18 Marcos A. Gandésegul ile) / Estructura socisl_y madios ‘masivos de comuricacién | 35 DUCUMENTO Carlos Refse! Rodriquez / Discurso de apertura de la Primera Reunion ‘cel Comite de Desatrollo y Coperacién del Carba | 56 PAGLNAS SALVADAS Romnée Guirao f Imperlalisme yanqul | 63 Yvan Goll / Guba, canasta de frotas | 66 LETRAS Nicolés Guillén / Soneto con gallo | 71 Alejo Carpentier / De Gonsagraclon de la primavera | 72 Emesw Gaidenal / Epistola @ Monsenor Casaldéliga | 77 Rang Depostre / Home Papadocus | 84 A. Dabris / Habana Libra; Un arbol: Yen conmigo ° 82 Aquiles Nazoa / Declaracion sumaria; Unas muchachas y sus cases: j 96 ‘A Mozart, ée uno de sus dolientes: Pasa mi padee Otto-Radl Gonzélez / Suite habsnera | 101 Benjamin Ranén f Para recordar a José Manvel Luna | 106 Bertalicia Peralta / Vieje en tren acta Colon | 107 Ida Silén / La canciéa del exiio | 108 Enrique RodriguezLoeches / Tiroteo en Placetas | 112 Merino Wilson Jay / Juan Franeisco Manzano, En memoria | 117 NOTAS Manuel F. Zérato P. / Las expresiones avisticas de le cultura y la lucha del pueblo panameio ex pro de 1a soberania, la liberacion nacional y la estracturacion de una nueva soci tad | 121 1 Mamita, Yona | 420 Kelth Ellis / Cube y el Caribe de lengua inglesa | 136 Guillermo Castro H. / Volver a LIBROS Jaime Concha / Prisién on Chile | 140, Sergo Guerra Vilaboy / Los origenes del prejticio racial en América | 144 ‘Armando Cristébal Pérez / Para que mestto cciman respire tranguilo | 128 OTROS LIBROS | 151 ‘AL PIE DE LA LETRA | 156 ULTIMAS ACTIVIDADES DE LA CASA DE LAS AMERICAS | 170 GOLABORADORES / TEMAS | 172 ie ula bueno stbetm, Catow 7 fom fain ht cede Dresliptren pram Fane, arial Unicrators, 182. acs er | Edward Kanau Brathwaite La eriollizacién en Jas Antillas de lengua inglesa DBFINICION Debe definirse Ia palabra “criollo”, ya que a menudo sc usa de diferentes mancras para referirse a diversas sociedades y cultures. La palabra misma parece tener su origen en una combinacién de dos palabras espaftolas:! criar (crear, imeginar, establecer, fundar, asentarse) y colon (olono, fundador, persona que se asiente); en criolio: persona que esté defini tivamente asentada, que se identifica con la regién en que est4 asentads, un nativo del asentamiento, aunque no sea ancestralmente de él. En el Pert, por ejemplo, se usaba la palabra pera referirse a descendientes de es aiioles que habian nacido en el Nuevo Mun- do, que “eran de las clases sociales superiores, aunque obviamente por debajo de sus parien- tes peninsulares”? En Brasil se aplicaba el término a los negros esclavos nacidos alli? En Ja Louisiana se aplicaba el término a la poblacién francéfona blanca, micntras que cn ‘Nueva Orleans se aplicaba a los mulatos. En 1 NLS. Dancy: Misire dete Mersinique, 3 vol, Port Roy, 16, 2 Richard M. Adages “On the relstion between plstation ‘rcole cules" Plawatdon Systems of the New Wore fegton, D.C, 13), p18. 19 ese sOWARD KANAU BuATHWante / La criolliacién en las Antillas de lengua i Sierra Leona, “criollo” se refiere a los dex cendientes de los antiguos esclavos del Nuevo Mundo, a Jos cimarrones de las Antilles y a los “negros pobres” de Ja Gran Bretafiat que se volvicron @ establecer a lo largo de Ia costa y especialmente en Freetown, y que forman tuna life social distinta a la’ poblacion afri- cana Entre los linguiiistas se usa la palabra para significar una lengua franca o un len- Euaje “reducido” que se ha “hecho nativo",? esto es, que se ha convertido en la lengua nativa de la comunidad que lo habla.* En Tri- nidad se aplica principalmente a los negros descendieates de esclavos, para distinguirlos de los inmigrantes orientales de Ta India (cur lies). Cuando se usa refiriéndole a otros gru- , se Ie aiade un adjetivo: criollo francés, criollo espanol. En Jamaica, y en las 1as colonias establecidas por los ingleses, s¢ usaba la palabra en el sentido espaifol ori- ginal de criolfo (nacido en, nativo de, apegado al area en que vive) y se’ empleaba tanto en relacisn con los blancos como con los negros, o de los libres como de los esclavos. En este sentido es como se usara en este estudio. Se ha de definir tambien el uso del término “sociedad criolla’, puesto que la designacién “nacido en el Nuevo Mundo” incluiria grupos como los caribes, los caribefios negros, los la dinos centroamericanos, los caboctos brasi- lefios, los esclavos fugitives de las Antillas y otros, cnyo desarrollo no los involucré signi- ficativamente, durante el periodo colonial, en una interaccién social con otros fuera de su grupo” “Criollo” supone también una situacién en que la sociedad en cuestign esta atrapada en “cier- ta especie de orden colonial”! con un poder metropolitano, por un lado, y con un sistema 4 Cont. Jorns, Walsine The Black Presmoa @ documentary is. fory of he Nop tn England, 155k, Londres, BH, 1 6 4.7, Porters Croledom, Landes. 106. p, 86. 947: Proceedings of tia Conference on Crete Eagua Stes, HB. Es Page, ils ype asOcd, Asaph Stary ond the ottet © Bobet Hal: Pidgin and orsole languages, Nuers York, 166, 7 GC. Alms: “The curl matrix of Carbbesn dake, nb 9 RL, Adan: ob. ct Be tem, 9.1, de plantacién {tropica), por el otro, y en que, a pesar de ser multirractal esté organizada en beneficio de una minoria de origen eu ropeo." La “sociedad criolla” es, por tanto cl resultado de una situacién compleja, donde un gobierno colonial reacciona, en conjunto, a presiones externas metropolitanas y, al mis- mo tiempo, a ajustes internos que se hacen necesarios por la yuxtaposicién de los amos y los trabajadores, los blancos y los no blar- os, Europa y la colonia, los europeos y los stricanos (oriollos mulato®), Ios europcos ¥ los indios americanos (criollos mestizos), en wna relacién culturalmente heterogénea. El término criollizacién, pues, es una version especializada de dos iérminds ampliamente aceptados, aculturacién ¢ intercuituracién, re firiéndose el primero al proceso de ebsorcicn de una cultura por otra, y, el wltimo, a una actividad més reciproca, a un proceso de in- termezela y enriquecimiento de una con otr: Tniciada como resultado de Ia esclavitad y, por tanto, implicando en el primer caso a los blan- cos ¥ a los negros, a los curopees y a los africanos, en una relacién fija de superior- dad/inferioridad, tendié primero a la cultura. cién de los blancos y los negros al nuevo am- biente cariberio y, al mismo tiempo, a causa de los términos y las condiciones de la oscla vitud, a Ia aculturacién de los negros a normas de los blancos. Al mismo tiempo, sin ‘embargo, estaba en marcha una significativa interculturacién entre esios dos elementos."* Esie proceso, no obstante, fue reirasado/dete- nido/alterads por la emancipacién: el cambio en las relaciones entre los blancos y los ne- gros, un muevo énfasis en la culturacién en modelos europeos, la legada d= los indios orientales y de otros inmigrantes, ocasionada por el cambio de situacién de los blancos/ negros y el desarrollo, a causa de esto, de una sociedad plural, en Ja que los nuevos in- dios orientales y otros elementos tuvieron que ajustarse a la sintesis criolla existente y al nuevo panorama. Pero me propongo, empe- zando por el principio, examinar la primera etapa del proceso tal como se aplica en mi caso a Jamaica, aunque lo que tengo que decir 4 Remy Rass Manton system... ets 9. pueda refericse con variaciones al sistema de plantaciones del Caribe angléforo’* en general. n PATRONES DE CRIOLLIZACION El factor individual més importante en ¢l de- sarrello de la sociedad jamaicana no fue la influencia de la Madre Patria o la actividad administrativa local de la élite blanca’ sino una accién cultural —material, sicoldgica y es- piritual— basada en el estimulo respuesta de los individuos de Ia sociedad a sa medio y —como blancos/negros, grupos culturelmente separados— entre si, Las circunstancias de la fundacién y la composicién de la sociedad dic- taron el alcance y Ia calidad de esta respuesta ¢ interaceién —una nueva construccién, hecha de recién Hegados a la regién, extrafios unos 2 otros; un grupo dominante, el ctro legal y subordinadamente esclavo. Sheila Duncker ha descrito uno de sus aspectos (la habituacidn) en tanto on cuanto afectara a los pobladores y visitantes blancos de la Isla durante el pe- niodo de Ia esclavitud: Los blancos ‘Aunque algunas de Jas personas que vie nicion a las Antillas de lengua inglesa se negaron a adaptarse, ef poder de la socie- dad para moléear 4 los recién Megados era fuerte A pesar de lo extrafizmente constituida que pudiera parecer en Inglaterra la so- ciedad de las Antillas, de Iengua inglesa, los ingleses que venian a estas eran cogi- dos en el sistema en poco tiempo. J, B. Moreton observé hombres de otros paises ford en’ Persistent Poverty, Oxford Universi Press, Noes York,“I2, Con propio de andi, divide tas socetades de pianaicions da Carve ey full (poe cJenplo, Babado, ‘tale’ plartacion, correnponata en todo, ntento 3 propsito fe oe ete gece 2 "asciens neti or ee Sie anaiea'y Scate Bronogs), donde, adem de la plate: Bi “hints “eas” sgnifcties donde, svian los dmarones, ‘Gerioplog, Gon sjeno, Wviidady Ouran) dense, despues Se"Is enantpaciéa, hibo “wns nueva acomeida’ conden, ‘con ume Terre, de-capial/tabelo dispulando, en seria Srowdae Tas “isjaeanie de los emerronan weeding. (oot SJenpl, sas de Batre de Soavente) donde fe Be Dredomiatr lor cayecror de dolores sh seitost y Tas nome Dlowaten (pee Sjemplo, as Bahanus), doode el mercanlismo Epcola ere 1M Para mis deales de esto, coat. Creole sclety y Waite power que cuando se scostumbraban « las An- tillas de lengua inglesa, “tan. impercepti- blemente como cera suavizada por el ca- lor, se fundfan en sus modos y costum- bres”. Quizd porque los patrones eran mas laxos que en la sociedad de donde procedian los recién Hegados, eran tan faciles de asimilar. Incluso una persona de voluntad fuerte, enfrentada a [...] la soledad, al calor y probablemente a la fibre, encontrarfa dificil resistirse a los consuclos de la Isla. Un hombre como William Knibb, previamente armado con- tra Ie vida de Ia Isla por un credo posit vo, reconocié Ia compeledora fuerza cel consiante uso. Cuando llegé, dijo: “He arribado ahora a la tierra del pecaco, la enfermedad y la muerte, donde reina Satands con aivoz poder, mantenfendo por su voluatad a multitudes cautivas”. Guatro anos mas tarde decia de la escla- vitud: “Temo habituarme a su_ horror; espero sinceramente que nunca pueda”. Maria Nugent debe haberse dicho lo mismo cuando, después de haberla visto bailar con un anciano negro esclavo, su anfitriona se de- rrumbé y llor6 de horror y ultraje." Nos enfrentamos aqui con una fuerza oscura que seta sobre toda una seccién de Ia so- ciedad y hace que todos se conformen a cierto concepio de s{ mismes que Jos hece interpretar determinados papeles en los que, de hecho, Megan a creer répidamente. Aquellos que no podian © no querian aeiuar asi, eran simple. mente marginados por la censura: Y, como un extrafio, permitame aconse- jarle que adopte la opinién generalmente mantenida por los habitantes blancos de este pais, que, aunque poco liberal, es en realidad bastante cierta: “siempre que vea un rostro negro, estaré viendo a un la drén" Marly empez6 ahora a perder impercepti- blemente su anterior opinién Favorable de 18 Shela Puncher: the Pree Calero and chal fight for csi ugh in Jomges, 100159, MA. Thesis, Universidad de Lon free) pha xe Fad) Mugen’s Journal (UND), ed. Frank Cundall, Londres, 190 p. 147 Bl euperatendente de Manly on Merits or, the feof planer fe lames, Glsgow, 1828, P- 8 3 3 8 2 i g i i R mwa KAMAU BRATAWatte / La criollizacién en fas Antillas de lengua inglesa 8 8 que los negros eran una raza muy calum- niada, y a recurtir a Ja formada por les personas con quienes hablaba diariamente en su administracién, y que le habian aconsejado que, cuando viera un rostro negro, viera a un ladrén.38 Esta alteracion de la percepcién, conformidad al estereotipo,” fue una etapa esencial en el ajuste de Marly al medio. ¢Fue responsable de ello 1a influencia de la csclavitud? ¢Fue algin factor de la Gran Bretafia y Ja Europa de! siglo xv11T el que cre6 esta disposicién en aquellos que iban, 0 eran enviados, a ultramar, a ks plantaciones tropicales? ¢O fue la accién de una “ley” atin no descubjerta que opera guando grupos o culturas —uno en posicién “superior”, el otro en una “inferior"— se po- nen en contacto? “Cémo”, ha preguntado Bi ris Gussman al hablar de la moderna Rhodesia, pueden estos colonos primordialmente britdnicos alinearse tan pronto con Iss fuerzas del prejuicio racial? ¢Cémo puc- den aceptar el sistema de aprobacién de las leyes, Ia segregacién de las éreas re denciales, las muchas y variadas préctices restrictivas que caracterizan hoy Ja escena del Africa Central? ¢Por qué su conducta es tan diferente de Ta nuestra? ¢La situacién crea al hombre, 0 el hombre crea la situacién? Una especie de presién similar hacia Ja con- formidad parece haber operado en la genera: Tidad de los esclavos. dem, 4 49 Fara escaeer algo sto, cont We Sopher: Guine's Cop {ee inthe dgbtenth century", Stdles in Piloogy, vel. Pe, {St9."p. sar ded Toner OretiosComtrgnton 01 1968; Filip D. Curie The Tere of Africa, Universidad ce ‘Wisconsin Press. 0. Anion Pacha de fa Colombe ‘aed Calibae lia ‘Goveiar AU Study cn the historography of ‘he Brahe West Tadits fo the ord of the vinctonth seu, Maxie, Bs. 20 Un modelo de tnbajo del tinkico Gam opuego a sti) practi de utteltatte de fo, Slol/glura que asa Iie, er sent Career ee etartA Sdy Sbtcaion “secalterara dele tee ae Boctnk, ver mt "Race Soa the divided sel ectulo de a Rep on Race, Nua York, ion, de Margare”Mesd Tames Balen. 21 ovis Gussman: Out tthe mid-day san, Lndres, 1962p, BS" chro. gue pasfe is ess nies del “Prope” Ge Inmigacién Bria. Los esclavos Los esclavos de Jamaica, como en el resto del Caribe. vinieron de una amplia area del Africa Occidental, principalmente de Costa de Oro y de los deltas del Niger y el Cross.” Eran agri cultores y analfabetos, con antecedentes polf ticos y sociales besados en la tribu, el clan y la aldea. Fueron desarraigados de este con. texto mediante la captura, y des-orientados después hacia los establecimientos de Ia trate de esclavos de la costa del Africa Occidental y hacia los barcos que hacian la travesia del ‘Kfrica s las Antillas* para ser vendidos y dis tribuidos al Megar a Jamaica. La criollizacion empezaba con la “maduracion” —un periode de uno a tres atios, en el que los esclavos eran marcados, se les daba un nuevo nombre y se les ponia camo aprendices de los exclavos erio. lizados—** Durante esta etape el sujeto debia aprender los radimentos de su nueva lengua y ser iniciado en las rutinas del trabajo que le esperaba. Socializacion Estas practicas de trabajo eran, especialmente para los esclavos de las plantaciones, el siguien- te paso importante en su “socializacién’”."* El trabajo de las plantaciones habfa sido planea- do de modo tal que un esclavo podia/teni que identificarse con él. El descontento y lz sensacién de perdida se sublimaban usualmen- te por esta via, y si tenfa éxito y habilidad en el puesto, era muy probable que desarrollare cierto orgullo por el trabajo. La aceptacion de las condiciones también aumentaria si las condiciones de trabajo eran cémodas —adqui- sicién de una casa, de una mujer, de un hogar, de una parcela de tierra. A esto segufa la “comunalizacion”: Ie restau- racion de una sensacién de ubicacién dentro del grupo, y la afirmacién de ello a través de Ia participacién con otros en las actividades 22 Orlando Paterson: The Sociology of Slovery, Londres, 1967, pia 29 font pag sim, Fgelar's Traveh, ed Pal Edvard Eonaies 24 liam BocHord: Remarks apon she sation of the veproes ‘amice, Londres isp. Br Bryan awards! The filers, hit ed commerce of the Brith does the Watt del trabajo, el culto y el recreo. Tras esto ve nia una mayor identificacién con el grupo (necesaria para un horabre cuya cultura social se basaba en grandes/extendidas unidades far miliares) y con los simboles locales de Ia auto- ridad —el propietario, el superintendente, el mayoral, el brujo. Ahora, si bien esta “maduracién” puede com siderarse un proceso social, era probablemente voluntario —o mas bien involuntario (incom clente/“natural”), Pero creo® que era también un procedimiento de control concientemente planeado, al cual, de hecho, conspiraba la ex tructura fisica de la plantacién, Las técnicas de control vatiaban, por supuesto, con los upes de personalidad. Para el docil, por ejem~ plo, o para el haragén, habia lz persuasion 9 el latigo; para el venal, el soborno por me- dio de un regalo o de un halago o el ofreci- miento de una vida mejor" Para el curioso © el egoista, habia la trampa mas sutil y el reto a todo eso: Ia imitacién de Préspero?* Imitacién Esta imitacién, como cs natural, marchaba més fécilmente entre aquellos que estaben en contacto mas estrecho e intimo con los eu- ropeos: los esclavos domésticos, las esclavas con amantes blancos, los comerciantes, los marineros, los esclavos diestros, ansioscs de desplegar sus habilidades, y, sobre todo, los esclavos urbanos en contacto con una vida’ més “amplia” man, un misionero metodista, “pronto verd e6mo los negros han adquirido [el] conoci- miento [de los asuntos civiles], entranéo en algunas compafiies™ [sic]. Shipman ilustré también lo que es quizd bastante obvio (aun- que los duefios de esclavos no parecieran dar- se cuenta de ello, suponiendo probablemente que sus esclavos eran demasiado estipides para comprender): que “los negros” también aprendian mucho oyendo: 235 para ana dacurnentacin y agumentacton de apoy, con. White Power in Jraion 21 La decorpeis ‘ate poncepiva deat ciologter ett Jn farcors de Samal Carnegie: Ciele n Sovacon 3s, 1702, 128 Tos informes ciseos colonials de est sont Peat note, mus fies Ber, Pas, y Fhe pence of eal, hon, 2 Tames Shipman: Thowghts om the present state of ligion ona the Megncer te domein..'ok2 andes, HE, p90 STeRoe HMMS, Bor Bly souls "We Tengun Sng, Sus mesas estin rodeadas de sirvientes domésticos, especialmente en cl campo; donde, acaso por falta de otros temas, introducen su t6pico favorito, Ja conducta de los negros y como, particularmente, Jos manejan. En estas ocasiones se discute libremente todo lo relativo @ ellos: las eyes coloniales, las observaciones hechas sobre ellos en el hogar y en las publica- clones publicas de esta Isla, conjuntamen- te con aquellos casos que han ocurtido de juicios ante magistrados, etc., respecto a cualquier violacién de las leyes. Siendo este el estado real del caso, ¢puede sor- prendernos que Ios negros’ estén incre- mentando su conocimiento de los asuntos civiles? ¢No sabemos que los sirvientes tienen ojos y ofdos como nosotros? ¢¥ que es bastante natural que, cuando estén juntos conversando, repitan las observa- ciones de sus amos, si se refieren particu- Jarmente a ellos?” Pero el conocimiento de Ja sociedad de los blancos era una cosa, y Ia imitacién de sus caracteristicas externas era otra. Lady Nugent, por ejemplo, presencié una obra de teatro puesta por los negros en Ia que “presentaban 2 un nifito, supuestamente un rey, que apuiia- laba a todos los demas. Me dijeron que algu- nos de los nifios que aparectan representaban a Jos hijos de Tippoo Saib y que el hombre era Enrique TV de Francia’ Para comprender esto tendriamos que saber que habia toda una tradicién de “actores am- bulantes”, que venian a Jamaica procedentes de Norteamérica durante el siglo xv11* y, aun- que los pocos teatros locales eran “solo para Blancos” al principio y luego segregados (lo no-blancos libres asistian 2 funciones diferen- tes 0 se sentaban aparte),* se les permitia a los esclavos asistentes entrar al auditorio, don- de se es hallaba durmiendo en los pasillos, ete. Pero partes de las “obras teatrales de los SS ESTigaER, pa mone as omg: wt Pani te actin gS Ba GS Boece Rami, ar ead Borate cata Naot ce Sete a so Sat aaton We Rote Jon, 16, Hora eee 0 E'Eoares Gol oy, 9 8, ib mus de in crotiidad es ilas de lengua inglesa OWAaD KAMAL BRATHWAITE / Ea crioltizacién en las 3 rowatn rama anariwiire / La eriolfizecién on tas Antillas de lengua inglesa » R blancos” fueron captadas para ser usadas mas tarde en su propio teatro criollo. En 1816, escribié Monk Lewis: Se nos propuso enionces una obra_de teatro y, por supuesio, fue aceptada. Tres hombres y una muchacha [....] hicieron su aparicién; los hombres vestidos como Ios volatineros en Astley y la dama con mucho gusto ea blanco y plata, todos ellos con las caras ocultas por mascaras de fina seda azul; y empezaron a representar una pelea entre Douglas y Glenalvon, y cl cuar to acto de El justo peniterte. Todos estu vieron completamente bien y no necesi taron apuntador [. .] La primera eancién fue la vieja tonada escocesa Logie de Bu chan, de la que la muchacha canté une de las estrofas més de cuarenta veces. Pero la segunda era un elogio del Héroe de los Héroes (Wellington). No era Facil entender lo que decia, pero a lo que pude comprender, las palabras eran las siguien- tes: Venid, alzaos, nuestra noble gente, ¥ ofd de Waterloo; Tomed, seftoras, vuestros catalejos, ¥ atended lo que hacemos; Porque wio y uno suman dos, Mas solo uno ha de haber. Cantad ahora, cantad a Waterloo; iNadie tan valiente como él! —y entonces venfa algo sobre las flores verdes y blancas y una duquesa y un cer do blanco como un lirio, y la subida 2 bordo de un brioso guerrero; pero mi si- quiera pude adivinar qué tenian todos ellos que ver con el duque 0 unos con otros Esta era una de las tragedias de la esclavitud y de las condiciones bajo las cuales debia te- ner lugar Ia criollizacisn, que produjera esta clase de mimetismo; que produjera esos “mi- metistas”.°* Pero, en tales clrcunstancias, esta cra la tnica clase de imntiacion que habria sido aceptada, dados los términos en que se vejan los esclavos, y esta fue la clase de imitacién cultivada y ‘acogida con muchas sonrisas por 3 Mg Lens: Jounat of Wet Inde propre, Landes, 14, 5 Ta Gate ot de Eitsé Long OTH) y de V.S. Nalpa 6M, In sociedad de Ia clase media de Jamaica ( de las Antillas de lengua inglesa) después de a emancipacién, Ambivalencie creativa Pero atin en esto debemos tener cuidado, ya gue, en muestra cultura, Ia palabra y la nocion ¢e imitacion estin cargadas de vatios signifi- cados. En sa excelente ensayo, El jonkonnu on Jamaica, Sylvia Wynter, por ejemplo, hace una distincién entre criollizacién (como intica- cién) y lo que ella llama indigenizacién, “Mien- tras el proceso de ‘criollizacién’ representa [...] mas o menos una ‘falsa asimilacién’, en a que los dominados edoptan clementos ‘del dominante [...] para obtener prestigio 0 sta- tus, cl proceso de ‘indigenizacion’ representa un ‘proceso. més silencioso mediante el cual sobrevive la cultura dominada, y resiste.”** ‘Me solidarizo plenamente con esta percepcisn; pero la manera como comprendo el proceso me aparta de Ia distincin entre una/otra que hace aqui Wynter, acaso en aras de la clari- dad. Me parece también que nos pide que usemos dos palabras donde bastatfa una. Para anf, el problema y la realidad de la culturacién del Caribe radica en su ambivalente sindrome acepiacién-rechazo; en su pluralidad sicocul- tural. Por consiguiente, lo que Long y Naipul, y Lady Nugent y Monk Lewis hen lamado imitacién, yo lo veria como. un inescapable aspecto del proceso de criollizacién, que es fanto imitacién (aculturacién) como creacién rativa (“indigenizacién”); 0, para decirlo de otro modo, dirfa que nuestra imitacién real/ aparente lmplica al mismo tiempo un elemento significativo de creatividad, mientras que nues- tra creatividad implica a su vez un elemento significative de imitacién. Toda Ia expresién folclorica del jonkonnu/carnaval del Caribe se basa en esta ambivalencia creatlva, como en realidad muestra Wynter. Lo que debemos recordar es que, dada Ja estructura de las plantaciones, Ia sola imitacién posible cra “blanca”, y que incluso ella estaba limitada y censurada de acuerdo con Jo que se podia esperar de una élite espiritualmente atrofiada y de lo que se permitia bajo los cénones del control social 35 Syma ver: “Jenkonsa Io Yamisea”, Jamaica Journal, joe Bio de BD, p 3, Censores culturales En toda cultura hay censor(es) cuya funcién es canalizar, filtrar y/o suprimir las ideas a medida que’estas vienen de los intelectusles 0 de las masas, remitiéndolas/publicandolas en un estilo/tipe/formato “acoptable” al. "bien publico”/nacién. La administracién (esto ¢s, Ja escuela, los periédicos semioficiales, el ser- vicio civil) tiene esto incorporado por medio de comités, consejos, presidentes, voceros, ete. En una unlversidad, por ejemplo, los estudian: tes que ingresan a ella pueden ser/son “tami- zados” (la misma palabra revela el proceso) y os supervisores y decanos de posgraduades tieaen que aprobar los proyectos de diserta- cicn de les estudiantes de ‘investigacién. En casos de estructuras menos formales —diga- mes una multitud que protesta ~el censor es el “hombre de Ja autoridad”, que se mueve en tomo, oyendo, esiando de acuerdo 0 en des- acuerdo. Es la persona que a menudo persuade © disuade a los (razonables) cabecillas y que a veces acta como su moderador. En las publi- caciones 0 las emisiones radiales, cl censor (a menudo un solo individuo) puede frecuente- mente rechavar 0 editar material que estropee el efecto de la declaracién 0 de Ja intencién original. En casos extremos, hay una censura preventiva (arresto domiciliario, deportecién, ete) y/o una exterminacion, Hay también una autocensura voluntaria alli donde una cultura en desarrollo, insegura de si misma, hace Jas cosas tan mal que la comu- nicacién de su mensaje es dificil o imposible. Esto puede advertirse particularmente en la situacién poscolonial cuando, digamos, una cs- tacién “local” de TV pone la obra de un dra- maturgo nativo, pero toda ella es estropeaca © distorsionada por una mala actuacién, una repentina averia tecnolégica o ambas cosas Esto nos lleva a La nieve caia en los cafave- rales* de Ja llamada imaginacion educada y 41 Estoy en deuda con Anne Walmsley, edtora det Lengmaa/ Soa perichar eta Por ocias aiorsonss te seid ‘connie Sraaien, 18,5, marzo d= (865, p. 1285; Chris Sear Thera tr ite words and ce. peop Lats, educdidonaliy sub-noreal in the Brith shoal sjstes, Lom Ares, New Beacon Bocks Li. 19 a sui trascendencia, por el folclor, en Salantan a gunday y Dan is the man in the van3® Madres sumergidas Asi que/pero pese a Ia censura continud la in- terculturacién, con los negroes dando tanto como recibian. Los mercados y los campamen- tos militares estaban entre 16s principales Iu: gares de confluencia interracial, a pesar de los esfuerzos de las autoridades ‘de mantener al principio del apartheid. El ejército favorecié el reclutamiento de los negros, promoriéndolo bajo las condiciones “igualitacias” de la dis. ciplina militar2* Los civiles blancos jamaica. nos se escandalizaban a menudo al ver en Kingston que sargentos negros mandaban una tropa de soldacos blancos.® “Los marineros y los negros”, afirmaba un observador, estin siempre en los términos més amis. tosos. Esto se evidencia en sus tratos en la mutua confianza y familiaridad que nunca subsiste entre ios esclaves y los Blancos residentes. Hay una sensacién de indepeadencia en sus relaciones con los marineros, que est por otra parte ligads a la conciencia de una amarga restriccién que no puede superar ninguna bondad: y. en ver de simpatia, los habitantes blan- cos asamen muy generalmente una alta nera superioridad personal sobre ellos y 28 Soma a gowey ex una welodle rock favorita ea Jonata. ‘ltan, por Gempl Ia versa de Toot y'toe Maytals. “Dar Ie ihc Be thes" sao re hare ney flypiocs to remember, por Wigner Sparrow, rte Eopaha, fish p86, er wna. enc cultural, uaa cascode pleble EG sesenta que um svién cargo de’ (etados académicor ‘Soeursea polllcos Ba tended, hasta el cmensaris de Sparen may. pocor sendcnicos fexeapto quied Lloya Bratt et Ee 'Seeta Sratifcation in Teaidsd, por jemplo, ea SES 2 Bhi, outubee de 3 0 poitens sbiad com tables sigtice coments de tuesra exlturn Eo verdad, se debata Sebee 3 fp realidad tenfamor uaa Fiblendo dicho eso, tenetot ai sla embargo, os tabafos g proknadoncs loner de a pubcacnee eis fanto coma Taste 5,5. Themes), ceo Fort (Batkados) Bea fan CFentdad) 9 Pudita Opinion Camate). ta fatty Se mor Biscbcjeonetidn con los etepasedor cs une de les iis se Fes deictos defen musta clear 39 Conk AB. Elis: The Huon of the First West India Res Ima, anes i, aia, se sbargn Berta. on Side de" (gue camblon) en ‘tas stinaden miitaresbeitinieas hacia ‘el Feloamonto” (gr) em las Atles de tenga i ‘les durante ig Woes Gants Masai wee Cece Taser Jour of Cart, Hisiory, woh i, mayo de 1M p. Bede 40 B1 on. Cont. de Corrspondencsa 10 2: Justo de 1809. Cont faabién J Stewart, A eu of the past and presen soe of The Lend of Tamia, Paimouryo. 13. pT [RDWARD KCAMSAU IRATHWATTE / La criofizacién en tas Antillas de lengua inglesa rowaap KAMAU BRATIIWAITE / La criollizacién en las Antillas de lengua inglesa » R Ia gente de color libre. En presencia de Tos marineros (sin embargo), el negro se siente como un hombre libre. En las femilias de Jos blancos la influencia de Jos negros era particularmente “subversiva”, en especial en las regiones rurales, aunque Io que Edward ng tenia que decir sobre ella en 1760 se aplica ciertamente en 1820, asimis- mo, a la vida urbana: Aquellos que han sido criados enteramen- te en apartadas regiones del campo y que no han tenido oportunidad de for- maree mediante ol ejemplo o In enseiian- za, son verdaderamente dignos de léstima Podemos ver, en algunas de esos lugares, una joven muy fina, los brazos colgando torpemente, con el aire de wna sirvienta negra, repantigada casi todo cl dia en una cama’o un canapé, la cabeza envuelta en dos 0 tres pafuelos, el vestido suelto y sin corsé. Al mediodia la hallamos ocu- pada en engullir un gaiso sazonado con pimienta, sentada en el suelo, con sus sir- vientas negras a su alrededor. Por la tar- de, toma su siesta como de costumbre; mientras dos de esas damiselas le refres- can el rostro con el suaxe respirar del abanico; y una tercera provoca Tos ador~ mecedotes poderes de Morfeo rascandole deliciosamente la planta de los pies. Cuan- do se despierta de su ligero suefio, su habla es gimoteadora, languida, infantil [...] Sus ideas se limttan a los asuntos concernientes a lo que pasa ante ella, el negocio de la plantacién, los chismes de la parroquia; los trucos, supersticiones, diversiones y disolutos discursos de las sirvientas negras, igualmente analfabetas y sin pulir-# Desdeftan, continita, casi desesperado por el futuro de Jas madres blancas, “jamamantar anes Kel; apa co Jai, ant Seonee Youre Resitence Tie ond Habits 2s. ede, Baltes, 1, p. BM. Beo ve ‘oatinns por ibis con Tom Crags Lop, Pars, Miauad. oon, bryan eawatde upc aditel 1485) Febta up incident en Old MarBour ep al gue tt Toph, Persone ner lor cimseronet fat deendide Bor wh ETUPO ‘Be sameeren Cen, It prea on, los Eectos,Parlanentaios, vol $2, Ae Sous nd Papers Uasisair 9 White power tn Jamas, “i Biwacd Lows The istry of Famain, vols 1, Londres, 177, pa, a sus propios,._vastagos! Se los entregan a nodrizas negras o mulatas, sin reflexionar que su sangre puede estar corrompida 0 sin con- siderar la influencia que puede tener Ja leche con respecto a la disposicion, asi como Ja sa- Ind, de sus pequeftos Habla “Otra desventura”, advertia Long, era la de- terioracién del habla inglesa proveniente de las xelaciones constantes, desde sv mack miento, con sirvientes negros, cuyo hablar lento y pesado y disonante farfullar in- sensiblemente adoptan y, con ello, no poco de su torpe porte y vulgares mane- yas; de todo lo cual no pueden desemba- razarse facilmente incluso después de una educacion inglesa, a menos que se les mande fuera cuzndo son extremadamente j6venes. Maria Nugent hizo el mismo hincapié: El lenguaje criollo no esté confinado a os negros. Muchas de las sefioras, que no han sido educadas en Inglaterra, ha- blan una especie de inglés chepurreado, con una indolente lentitud en sus pala- bras, que resulta muy cansino, si no des- agradable. Estaba parada junto a una sefiora una noche, cerca de una ventana y, por deci algo, observé que el aire estaba mucho mas fresco que de costumbre; a Jo cual respondis ella, “Si, ma-am, él rea mente demasiao fre-co”. Para preservar el puro dialecto de la tribu (al menos de las hembras) los plantadores tenian que pedir a Inglaterra que les enviaran insti- tutriees y pricticamente encerraban. a sus hi- jes para apartarlas de Ia influencia de los esclavos negros."’ “He oido y observado como una falta de los habitantes blances”, confio William Jones a su Diario, “que, en vex de co- rregir cl rudo modo de hablar de los negros y de informarlos mejor, descienden tan bajo como para unirse a ellos en su guirigay, & por 44 Tden, p26, 45 Sew, 9.8. 4¢ INT (Goedath, 9. 12 #1, boog: 0b, ct, vel Mh grados insensibles adquicren casi al mismo Habito de pensar & de hablar” Estilo y hay otros ejemplos de la influencia negra sobre el segmento dominante de la sociedad, Muchas sefioras blancas criollas, por ejemplo, usaban Ia clase de adornos de eabeza qe usa. ban Jas esclavas africanas® y se limpiaban los dientes con “palo(s) de mascar™* En cuanto a las comidas, Bryn Edwards demostrs estar perfectamente madurado:* “En Y Para mi gusto [.. ] varios de los culti- vos natives, especialmente el chocho, el quimbombé, las habas limas y la berza india son més agradables que cualquiera de los suculentos vegetales de Europa. Los otras productos indigenas de esta clase son los platanos, los bananos, los lames, en diversas variedades, el calalé {une especie de espinaca), Ja colocasia, la mandioca y los boniates. Una mezcla de ellos, guisada con pescado salado 0 car- ne salada de cualquier clase, y muy sazo- nada con pimienta de Cayena, es una olla favorita entre los negros. Como pan, el platano verde esado es un excelente sus- tituto, y la mayoria de los blancos nativos Jo prefieren a aquel.”? los bailes” de los blancos, dice Stewart: Incluso si la miisica de los violines fuera mejor de Jo que es, la echarfa a perder el tosco y ensordecedor ruido de los tambo- es, que los miisicos negros creen indi pensable; ¥ que, extrafamente, los baila. tines contintian tolerando® ‘Mercton: “Aungue un criollo estuviera Jan- guideciendo en su lecho de muerte, creo que The Diary ofthe Res. Wai Jones, TARA. 08. 0. Cori Met tontes, 1, Fo 38. B. Lone: ob. st vol Th. A Hen, p. TL iene que hatero etade! Pash veetiocho de ss cicuenisie: A oe‘ Jamaica, E. Lone: ob. cit, ed. de 150, vol 1, p25. Bo 002, Lady Norsat (a, Weight, p68) esabe en el plas. de eangreon Stavart: View, p. 2; el subrayado es mio. el sonido del gumbay 0 del violin lo inducizia a levantarse y a bailar hasta matarse”.™ Tan necesario, de hecho, habia devenido el negro, no solo para Ja rigueza del europeo, sino para su propia evaluacién, que Ja Roval Gezette pudo publicar la siguiente “Sétira”: Un dandy de las Antillas de lengua inglesa {no solo Bond-Street Puede reclamar como suya ta querida y Jesquisita cosa) Permanecia inmévil por et Espejo Imientras despegaba su nuevo traje ¥ todos sus encantos de cuellos dures, /ereves cinturas y centidos corsés “(No luzeo muy bien?” {aqut le echd una Jmirada al espejo), “Amo parece un leon”, replicd un negro. “Déade has visto un leén?” —"7Oh!, mi Jverlo todos tos dias— jAh! Ahi estén sus largas orejas —viene Tpara ac”. Por un momento el bello volvid ta cabeza Jdel espejo, Mird hacia atrés, y contemplé a su /semejante —un Asno®* Sexo ¢ influencias amorosas ero fue en el intimo campo de las relaciones sexuales™ donde se Ilevé a cabo el mayor daiio a la politica de apartheid de los criollos blan- cos y donde tuvo lugar la mds significativa —y durable— intercalturacion Las amantes negras eran convenientes espias y/o adminis- tradoras* de los asuntos de los negros, y los blancos que tenfan alguna pequeiia autoridad exan frecuentemeate influides en sus decisio- ne por las negras de quienes estaban enamo- 3.38, Moron: Mennersand customs of te West Ini tends, 180, 508 oval Gazette [R.G.] XLV. 4, 18. Resota obvio que exe e un compe ave no In sido/n0 a Posi sr paren docu. Hay. 8 ebay nde fonche en Philp Curtin: Tie, damaieaeoresra Uiniersey Press, N88, p. Ik Beata: Crete Soe, USL y White Ge" Gtberts Freyre con respects al Brasil, cap. Casegrande Sasi: iP HB, Sobrator ¢ mucanbos, Ri 6, ¥en respeto a los Estadee Unidos. 7 Cont. por ejemplo, Peter Marséen: Am acrwnt of the itend of anaieg, Neweaite, 18h, 5. &. ands, las de lengua inglesa 3 2 d 5 2 i a 5 a g rados 0, de cualquier modo, con quienes esta- ban sensualmente conectados: El sabado por Ia matana, entre las cinco y las seis, In muchacha’ negra llamada Prancer vino al invernadero de Golden Spring con otras cuatro; tras el més es- tricto exemen, fueron despedidas, conci- biendo sus quejas frivolamente y’dicien- do que no eran en modo alguno objetos elegitles de admision. A la mahana si- guiente, la madre de Prancer, Hamada Fanny, trajo a su hija, tal como relatara el Sr. Kelly [...] y con los mas insolen- tes € inconvenienies gestos y lenguaje me acus6 piiblicamente de despedi a su hija del invernadero (Sabiendo que esta ba enferma) por venganza y decepcidn. Tras de esperar algin tiempo a que l Sr. Kelly, como superintendente, tomara en cuenta la impropia conducts’ de Fan- ny, pero sintiéndome decepcionado, le de- mandé una reparacién y el Sr. Kelly me dijo que la castigaria hasta que yo que- dara satisfecho. En la tarde del lunes [...} le pregunté si habia olvidado © hae bia omitido intencionalmente castigar a Fanny como habia prometido.® E] doctor Cummings, el demandante en este caso, habia subestimado la influencia de Fan- ny. En 1817, un airado duefio de eselavos pre- senté una demanda ante el Consejo Comtin de Kingston en los términos siguientes: Sefior: Creo necesaria quejarme ante usted de Ja conducta del superintendente o super- visor del Taller Penitenclario de Kings- ton. El Sr. B. Williams envi a una ne gra de mi propiedad, llamada Diana, al Taller Penitenciario como castigo por es caparse frecuentemente, pero en vez de ponerla a trabajar, fue llevada a la casa dol superintendente y, cuando yo envié a mi superintendente y a mi tenedor de libros en distintas ocasiones para sacar- Is, ella se negé a regresar, y les dijo ade mas a muchos de mis negros que estaba rowamn Kamau muaritwatre / La criolfizasién en las Antillas de lengua inglesa 28 04 Deity Advertiser, 21 de junio de 1790; el subrayato es mio. muy cémoda y que cllos no debfan te nerle miedo al Taller Penitenciatio.* Pero era al nivel del tenedor de libros o “buck. ra ambulante” donde el contacte de los ne- gros/blancos era mas revelador y mutuo, El miércoles se vié una acusacién contre Robert Eémeston, antiguo tenedor de li bros de le hecienda Cardiff Hall, en le Parroauia de St. Tomas, en el este, por un asalto cometido por él en circunstan- cias, como el procurador general expr siera, de la mas insdlita ferocidad (. 1 Hebfa cuatro cargos en la acusacién, act sando el primero y el tercero al prisione- ro de haber asaltado y herido a dos es clavas, Jane Murphy y Susannah Baxter [...] con una navaja atada a un palo, con intencién de matarlas. Los otros dos cargos lo acusaban de haber asaltado infligido las heridas [..-] Sr. Ward: conoce al prisionero; era tene- dor de libros con él en Ja hacienda Car diff Hall; conoce a Jane Murphy y 2 Su: sannah Baxter; recuerda que Edmeston vino a la hacienda el 9 de febrero al me- Giodia, entre las doce y la una; ol testigo subié a la casa del superintendente, don- de vio al prisionero, levandose un’ poco de ron ligero y agua cuando volvié al alambique donde estaba su particular deber; a los pocos minutos oyé un gran ruido y, cuando fue apresuradamente a Ja casé, Vid a un negro que salia corrien: do, y hallé al prisionero y a Jane Mur- phy ensarzados en un forcejeo, teniendo el primero ua cuchillo o navaja y un mosquete con una bayoneta fija en él. Al entrar el testigo, el prisionero intents agredirlo, 0 uno de los negros que lo acompafiaban, con el mosquete, pero Jane Murphy, agarrando la culata, clavé la punta en el suelo [...] Recuerda que una noche fue molesiado por el ruido que ella hacia y, cuando pregunté qué pase ba, ella le replicé que Edmeston ro la dejaba coger su ropa” 0 Actas de) Consejo Comin de Kingston, 18151820; 6 de junin 0 RG. G89, XXXVI, 3, 1. Pero era acepteble para la socieded (masculi- na) blanca de todos los rangos tener amantes negras 0 pardas —lo que explica por qué los modernos apartheids, como los de Rhodesia y Suréfrica, han preparado una legislacion tan salvaje contra Ix ncche. Como dijera Moreton, quien tendia a exagerar en estos asuntos," Es muy corriente que un abogado tenga una muchacha favorita negra o mulata en cada hacienda, a la cual los adminis. uradores estén obiigados a mimar y hala gar como si fueran diosas. Tom Cold: weather, un caballero de Spanish-Town, era abogado de unas cuarenta plantacio. nes y tenia treinta o cuarenta de esas raméras: supongo que todas ellas hala gaban al libertino diciéndole que espe aban castamente su llegada.® El visible ¢ innegable resultado de estas unio- nes fue Ia grande y creciente poblacion de color de la Isla, Ia que, a su vez, actué como un puente, como una especie de “cemento so- cial” entre los dos principales colores de ls estructura de la Tsla,® ayudando asi, ademés, (pese a las résultentes divisiones de clases/ colores) a integrar la sociedad, Incluso los latigazos y las més sutiles crueldades reporta das de algunas mujeres blancas claramente neuréticas eran, en cierto sentido, admisio nes de esta interaccion que no debe haber te- 01 J.B, Moreton fue poe cinco sos tanado do Hbros en Jamaica, ‘ue poco antes de 179, ewanlo plied sus Manners and Ce dnb" sor Ua de los que se aerva el estctecipe fe" fas" Arle de engun ingles degradadssysetuaimente Tis mictachae meviaas som sarehadas desde ofan a ser Fneras: asfed no, puede olenderias mals” que imslauande ‘gue son insults’ e inhibiles ene arte mpc pero ‘Seta obinar sus ‘ares, dole Nalgariy deciles que SOR Seve" may grace dad SPUN 6 TS ovens oe sy oreioy fr deus ont suo amy tag et The fying heron an answer fo. J.B. Moreton's Manners td Chto tte ie Tae Basten 1 "a oon fe no de Prt Raa ewe myer gable inte sobre sus mpeoe, despuds de Hnteros castiado aot Gog Rp al Nei decease, ba A ie vito vatiag mushichas negess trabajaido con (J. bk Sau y presneia de ses mis con un oral oprimlondce Pht eld he ig 1 igre 2 Poses pido. solo efectos fisicos, sino también meta- isicos. Por consiguiente, a pesar de los esfuerzos de socializar a los individuos en dos grupos ra- ciales separados como lo demandaba Ia ética de la esclavitud, las ramificaciones de las re- laciones personales (necesidad de una aman- te, imitacién del paradigma) trajeron nuevos ¢ inesperados cambios en el repertorio de la conducta de cada grapo. Este lento, inseguro, pero orginico proceso (de la imitacién/inicia- ¢ién a la invencién) que se desarrollaba en aceidn/acento, estilo y posibilidad, cs lo que queremos decir con criollizacién. Es dentro de este contexto donde debe verse el desarro- Mo de la sociedad. EL CONTINUO PLURAL En El desarrollo de la sociedad criolla en Ja- maica argumenté ya cl caso de ver a Jamaica como ura alternativa-criolla viable, en com paracién con la mas tradicionalmente perci- bida sociedad-esclava. Tratar la Isla (0 las Antillas de lengua inglesa en general) solo como una scciedad de esclavos cs, a mi pare: cer, tanto una falsificacién de la realidad como considerarla como si fuera una estacton naval oun enorme central azucarero. Aqui, en todas muestras islas, situadas dentro de lz deshuma- nizante institucién de la esclavitud, habia dos culturas en las personas, teniéndose que adap- tar estas a un nuevo ambiente y unas a otras, La friccién creada por esta confrontacién fue cruel, pero también creativa. Las plantaciones y las instituciones sociales de los blancos (k gislatura, milicia, prensa, etc.) reflejan un as- pecto de'est. La adaptacién de los esclavos de su cultura africana a un nuevo mundo re. fieja otro. El fracaso de la sociedad de Ja- maica/Antillas de lengua inglesa radica en el hecho de que no reconocié/no pudo recono- cer plenamente estos elementos de su propia creatividad, no pudiendo completar asi el pro- ceso de la criollizacion. Se neg6 a reconocer que sus trabajadores negros eran seres huma- nos, cortandose asi la tinica alianza demogr: fica que podria haber contribuido a la inde- pendencia cconémica y (posiblemente) politica de la(s) isla(s). Lo que la lie blanca si re- conocié —y sin embargo no hizo— fue que su verdadera autonomfa solo podria signifi- EDWARD KANAU BRATHWAITE / La eriollizaci 29

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