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Jóvenes amigos han pedido una biografı́a sucinta de

Rudolf Steiner

en español, y una aproximación a su obra desde un punto de vista actual.

Patricia Mendez

Santiago, Chile 1992.

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A la memoria de Juan Berlin

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Los fı́sicos matemáticos del siglo 20 piensan que el universo nació de un estado
de densidad energética infinita y de volumen cero. Su tamaño era nulo y su calor-
energı́a, infinita. Cuando se produce la expansión es el espacio mismo que se estira.
Antes no existı́a, y toda la vinculación espacio, tiempo, energı́a, materia desaparecı́a.
Como las leyes de la fı́sica se formulan en estos términos no pueden aplicarse. Esta
conclusión se basa en un análisis experimental y matemático riguroso, de acuerdo a
las ecuaciones de Einstein que igualan energı́a y masa.
La Antroposofı́a de Rudolf Steiner vincula esta creación explosiva partiendo de
la nada a una nueva conciencia del Logos. ‘En el principio era el Logos... Todo se
ha hecho por él... y cuanto se ha hecho en él era Vida...’ (San Juan). La energı́a
no-espacial de las matemáticas y la fı́sica era calor anı́mico viviente: Verbo ex-presión
de altı́simos Seres, origen vigente de las manifestaciones del mundo.
En su fuero mas ı́ntimo el hombre moderno espera esta conjunción de la ciencia
actual y la espiritualidad de siempre.

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Febrero, 1861. Nace Rudolf Steiner. En Kraljevec, pueblo de la frontera entre
Hungrı́a y Croacia, paı́ses miembros de la federación monárquica del Danubio, el
Imperio Austrohúngaro. Once naciones que conviven en paz y comercian sin trabas
desde los Alpes hasta el Mar Negro y el Mediterráneo.
Los padres de Rudolf son austriacos, oriundos de la región boscosa al norte de
Viena. Johann Steiner, de guardabosques, se ha hecho funcionario de ferrocarriles por
negarse a pedir el permiso del señor conde para contraer matrimonio. Los Steiner se
ven trasladados a menudo a lo largo de la red creciente de vı́as férreas que se extienden
hasta Trieste. De su infancia, Rudolf recordará el desarraigo y la subordinación a la
técnica caracterı́sticos del mundo moderno.
Algo no varı́a: el fondo del paisaje de blancas y afiladas cumbres alpinas y, al este,
los redondeados Cárpatos; el muro geográfico de defensa frente a las incursiones de
abigarrados jinetes hunos, magyares, tártaros, turcos en el pasado. El paseo familiar
desde Pottschach conduce a una capilla fortificada de los Templarios en la montaña;
rompen arroyos por las laderas boscosas, un manantial brota entre la hierba.
Los primeros maestros son el padre y un cura párroco. Ayudar a misa en la grave
pompa de esos tiempos y lugares, cala hondo.
El niño disfruta dibujando las lecciones de geometrı́a elemental.
Johann ejerce una técnica de vanguardia: el telégrafo sin hilos. Rudi se maravilla
ante este ir y venir de pulsos sin mediación visible, el fenómeno que trae en germen
una descendencia de inventos (radio, radar, televisión, computadores, laser, satélites
de comunicación, misiles teleguiados) trastornantes.

La familia es instalada en un suburbio de Viena a fin de que Rudolf pueda asistir a


la Realschule que lo preparará a estudios técnicos superiores en la Wiener Technische
Hochschule. Johann sueña en que el hijo dotado llegue a ser ingeniero de ferrocar-
riles. ‘ En el vecindario se hallaba un colegio cisterciano’ escribirá Rudolf Steiner
en su Autobiografı́a. Conocı́ a esos monjes, algunos eran eruditos, leı́ muchos de sus
libros. Si mis padres me hubiesen puesto en ese colegio, sin duda habrı́a entrado a la
Orden. No habrı́a correspondido a mi rol que debı́a ser penetrar, invisiblemente, en
las corrientes modernas.’
Raya el alba. El escolar camina en el destello de la nieve desde la pequeña estación
ferroviaria rumbo a una sala de clases de encielado alto, adornada del águila bicéfalo,
en la ciudad imperial.
A Viena, capital de un imperio parlamentario y agrı́cola, acude la nobleza ter-
rateniente a casar a sus hijas, al son de los valses, con hijos de familia también
terratenientes, de turno en la Guardia del Emperador uniformados de rojo y oro. Por
las avenidas bordeadas de palacios y cafés estudiantiles pasan campantes los coches a

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caballos; los dı́as de mercado, resalta el color vivo de los trajes paisanos.
Los laboratorios del Wiener Technische Hochschule se atarean procreando el siglo
veinte. Llevan a cabo los primeros experimentos con la radioactividad, la estructura
interna del átomo, el espectro electromagnético. Como lo hacen los demas centros de
investigación cientı́fica avanzados del momento.
A partir de 1879, el joven Steiner participa en estas exploraciones fascinantes
mientras absuelve los ramos de ingenierı́a. ‘Pese a todo mi respeto por la abnegada
labor de los investigadores, no podı́a dejar de lamentar su tendencia a las teorı́as
simplistas. Los hechos me parecı́an tan superiores a la ‘fe’ cientı́fica en la cual se
encajaban. Me fue especialmente doloroso el concepto ‘luz’ reducido por los fı́sicos
a ondas electromagnéticas que impresionan la retina del ojo. Yo me decı́a, la luz no
puede ser percibida. Percibimos gracias a la luz, pero ella misma esta fuera del ámbito
de los sentidos. ’ (La prueba más obvia de esta afirmación se halla en el hecho que
vemos la luna iluminada pero no la luz proveniente del sol que atraviesa el espacio
vacı́o.) La luz deberı́a entenderse como un eslabón entre lo espiritual-creativo y la
materia fı́sica... Me interesé por los experimentos efectuados por Goethe en la lı́nea
fronteriza luz-tinieblas donde aparecen los colores.’
El estudiante se hace autodidacta en griego y latin. Lee a los filósofos, y discurre
discutiéndolos, entre broma y broma, en el ambiente jovial del Griensteidl Kaffee am
Michaelerplatz.
Los sábados en casa del profesor goetheanista Schroer, conoce a personalidades
variadas de la vida cultural: teólogos, poetas y poetisas, periodistas, historiadores.
Adhiere con fervor al filósofo Brentano, el maestro de Husserl, quien se opone al
dominio creciente del materialismo en la psicologı́a. ‘La actividad mental es inten-
cional’, dice Brentano. Fluye deliberadamente o no fluye. No se le puede comparar a
un mecanismo fı́sico o a una reacción quı́mica.’ Según un contemporaneo: ‘El actual-
mente famoso Dr. Steiner producı́a entonces el efecto de un estudiante de teologı́a
pobre, con su largo sobretodo negro, pelo lacio, tez pálida. Pero ya era de los que se
transforman cuando hablan.’
Vive en el hogar de una familia de la alta burguesı́a vienesa, supervisando los
estudios de los hijos. Uno de ellos tiene graves dificultades de aprendizaje. El tutor
se hace querer, logra despertar facultades latentes. El niño deficiente llegará a ser
médico.
Rudolf pasa las vacaciones con un viejo amigo hierbatero mientras cosecha la raı́z
del aconit, el botón perfumado de la árnica, hojas de salvia, arcangelica - rigiéndose
por las constelaciones - en plena montaña estival.

Durante siete años, a partir de 1889, Steiner prepara - en Weimar - una primera

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edición de los escritos cientı́ficos de Goethe, que yacen dispersos en los archivos del
ducado. Al pasar de Austria a Alemania, percibe el cambio. Admira la fuerza de
voluntad que mueve a los alemanes hacia sus metas, y añora Viena.
El gobierno prusiano ha consolidado su supremacı́a en territorio alemán; puede
mostrarse generoso y prodigar rentas entre los otrora poderosos prı́ncipes electores.
Como la archiduquesa Sofı́a y su nieto, el simpático archiduque Karl August von
Saxe-Weimar, mecenas activos que atraen a eruditos y artistas al ducado. Su Kap-
pelmeister, Gustav Mahler, dirige las sinfonı́as de Bruckner y las propias. Por primera
vez se estrena una obra de Richard Strauss ante un público.
El ocaso de un sol de oro baña el castillo y los jardines de Weimar, las tertulias
y fiestas en sus salones; su ópera y teatro barrocos; la estatua del poeta-cientı́fico
Goethe entre los olmos de la plaza. Mientras se apaga el fulgor cultural de Alemania
al encenderse el triunfo efı́mero del Imperio Alemán.

Casi inadvertidas, las obras cientı́ficas de Goethe - ‘Teorı́a de los colores’ y ‘Meta-
morfosis de las plantas’ - emergen de los archivos donde permanecı́an relegadas al
olvido por los éxitos de la ciencia newtoniana. Esta primera y única edición seguirá a
la espera desatendida hasta ‘...la nueva atmósfera intelectual de fines del siglo veinte’,
como dirá I. Prigogine, Nobel de quı́mica 1977: ‘Presenciamos la alborada de una
ciencia que hará posible comprender la evolución... Descubrimos notables coinciden-
cias, relaciones entre constantes universales. El mundo resulta a la vez más extraño,
más complejo y más simple de lo que se habı́a pensado...’ Los pioneros cientı́ficos del
‘Caos’ (Mandelbrot, Feigenbaum, Libchaber...) que estudian los sistemas dinámicos
demoliendo las barreras entre especializaciones cientı́ficas, afirmarán: ‘El objetivo
principal de la fı́sica de los últimos decenios ha sido la exploración de las partı́culas
energéticas en que se disuelve la materia. Esta investigación llega a su término. ..En
cambio, desde los trabajos de Goethe, la ciencia habı́a abandonado el estudio de la
forma... De las formas que fluyen en el tiempo y el espacio.’ El medio para estudiar-
las, lo proporcionarán los computadores a alta velocidad y sus reiteraciones graficadas
que modelan - entrenzadas en la urdimbre caótica del movimiento - figuras ordenadas
recurrentes. Estas van a rescatar la idea de los arquetipos dinámicos presentidos
por Goethe. Como si la premisa goetheana de que algo pueda ser real-activo sin ser
material-tangible, adquiriese consistencia electrónica.

Aprovechando la elasticidad reglamentaria de las universidades alemanas y su


énfasis en la calidad de la tesis doctoral, Steiner se doctora en filosofı́a en la Univer-
sidad de Rostock.
De paso por Weimar, Elizabeth Nietzsche solicita la ayuda del recién doctorado a

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fin de reunir fragmentos inéditos de la obra de su hermano que desea publicar bajo el
tı́tulo (elegido por ella) de ‘La voluntad de poder’. Steiner viaja a Naumburg. Conoce
al genio caı́do, la frente alta y vacı́a, el cuerpo abandonado por su mente, la ruina
de Friedrich Nietzsche. El portavoz mas osado y poético de una era de anticipación
apocalı́ptica.
Luego Steiner desaprobará a Elizabeth, afirmando no haber visto en los originales
del ‘Ecce Homo’ y del ‘Anticristo’ trozos aparecidos en sus publicaciones ulteriores.
Más tarde, el compromiso de la heredera de la obra nietzscheana con el nazismo, la
llevará a falsear cartas y textos de su hermano favoreciendo la ideologı́a racista.
En un contrapunto socrático a la mágica confusión del ‘Más allá del bien y el
mal’ de Nietzsche, Steiner escribirá ‘La filosofı́a de la libertad’ durante su estada en
Weimar.

1897. Rudolf Steiner se encuentra editando ‘Das Magazin für Literatur’ en Berlin.
El primer tranvı́a eléctrico cruza omnibuses tirados por caballos; los regimientos des-
filan, arrastrando cañones, bajo el arco monumental que eterniza en la piedra las
victorias marciales del reino de Prusia.
Steiner convive con la bohemia berlinesa chispeante de ingenio y sátira. Penetra
en pleno ambiente fin-de-siècle; el legado idealista y romántico se eclipsa, la moda
fluctúa entre el naturalismo y la protesta social de Zola y los sı́mbolos y sueños de
Maeterlinck. Todos leen a Ibsen, Shaw, los novelistas rusos; discuten a propósito de
Darwin, Haeckel, Marx.
Una apasionada polémica opone a los partidarios y a los adversarios de la teorı́a
de la evolución de las especies. ‘Considerando que el pensamiento despertado por la
ciencia es una base necesaria para que el hombre moderno acceda a la comprensión de
lo espiritual - otras vı́as son vagas, inadecuadas... ’, en artı́culos y conferencias Dr.
Steiner defiende los hechos innegables de la evolución. Recalca con entusiasmo la ley
biogenética descubierta por Haeckel segun la cual ‘el embrión repite en su desarrollo
la historia de su especie’. Pero refuta el monismo de los haeckelianos que ven en la
materia el origen de todo.
Durante cinco años enseña historia en la Universidad Popular de Berlin, una de
las tantas iniciativas socio-culturales abiertas entonces en las urbes europeas. Todas
forzadas, tarde o temprano, a desistir en sus intentos por los lı́deres polı́ticos de la
clase obrera.
Viaja en Italia disfrutando del arte del Renacimiento ‘en el cual resucita Grecia
en formas corpóreas trabajadas desde adentro por el fermento cristiano... Sentimos
que faltarı́a algo a la revelación del cristianismo si no existieran las Madonnas con
el Niño de Raffael. ’ En la biblioteca del Vaticano, lee los Evangelios en su versión

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original griega.

Durante el perı́odo en Berlin, pasado en el jolgorio aparente de un intelectual


considerado, Steiner lleva una vida interior al margen. Se hace instruı́r por el sabio
Friedrich Eckstein en las tradiciones esotéricas de Oriente y Occidente, la ciencia
oculta en los sı́mbolos religiosos. Siente como la historia de las religiones adquiere
significación cuando se profundiza el cristianismo. Un imperativo creciente lo conduce
a conocer en el Cristo un Ser cósmico activo en la evolución.
Entonces, el sacrificio de Golgotha revive ante su alma, con la fuerza de una
presencia efectiva. A partir de esa experiencia (confiada mas tarde a unos pocos) la
filosofı́a de Steiner se transforma en cristologı́a, y sus palabras adquieren un carisma
extraordinario.

‘Rudi está bromeando o se ha vuelto loco’ dicen los amigos espantados por la
adhesión de Steiner al movimiento teosófico. Representa una ruptura total dentro
de su carrera académica bastante exitosa. Se debe a un dilema interior que lo acosa:
¿Debe callar o puede hablar? ¿Nació demasiado tarde o antes de tiempo? Lo que tiene
que decir no se expresa en el lenguaje y con los conceptos admitidos. Aún los mas
idealistas sólo conciben lo espiritual de modo intelectual, abstracto, limitado a ideas
generales. Retroceden asustados ante cualquiera alusión a un mundo espiritual activo,
entretejido al nuestro. Los teósofos serán diletantes pero son los únicos dispuestos a
escuchar lo que, de buenas a primeras, el sentido común rechaza.
Sus primeras conferencias ante miembros de la Sociedad Teosófica tienen lugar
en la biblioteca de Graf von Brockdorf. Asiste una elite cosmopolita de señoras ar-
bolando los sombreros extravagantes y las estolas boas que estan de moda, de jóvenes
neuróticos o poseros. Tambien asisten buscadores serios, insatisfechos con los lı́mites
impuestos al pensamiento por las religiones convencionales y la ciencia agnóstica. La
literatura, los métodos, la actitud de buena parte de los teósofos disgustan a Steiner.
Aclara que sólo hablará de lo que él personalmente ha experimentado. Siente la
necesidad de desarrollar en su nuevo público pensamientos aterrizados y poder de
concentración. Da tareas, por ejemplo: describir detalladamente la fabricación de
una cajetilla de fósforos.
Después vendrá su libro ‘Cómo adquirir conocimientos de los mundos espirituales’,
a su vez, ejercicios de concentración que toman como objetos un cristal, una semilla...
En seguida, se trata para Steiner de repensar las nociones de cosmogonı́a hindú bas-
tante estereotipadas que rigen entre los teósofos. Y de familiarizarlos con su propia
herencia, la mı́stica esotérica de Occidente.
La doctrina de la reencarnación de las almas es parte esencial de ésta, conocida a

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través del legado hebreo como resurrección de la carne. Supone el progreso moral de
las almas gracias a las experiencias de sus repetidos pasos por la generación carnal.
Perı́odos de purificación y de renuevo paradisı́aco se intercalan entre las encarnaciones.
Un Juicio finalizará estos ciclos, estableciendo el destino de cada uno en un mundo
por venir.
Roma combatió esta perspectiva milenaria que resta importancia a los logros ter-
renales inmediatos. Un Concilio convocado por el emperador Justiniano en 529 la
tachó de hereje. Entonces la resurrección de la carne degeneró en aquella superstición
popular de tumbas abriéndose el dı́a del Juicio Final.
Actualmente la hipótesis ‘reencarnación’ recobra vigencia. Bien entendida, rela-
ciona el núcleo psı́quico individual a los procesos evolutivos universales y a los hori-
zontes vastos abiertos por las ciencias. ‘Pero los hombres tienden a hacerse ideas de-
maseado simplistas. Objetan que no hay memoria conciente de existencias pasadas.
Hay una inconciente que contiene los resultados de las experiencias convertidos en
cualidades y facultades del ser. Aún en esta vida nadie recuerda como aprendió cada
letra pero sı́ sabe leer. ..El mundo circundante en que se nace, inclusive el cuerpo,
aporta el producto fı́sico de acciones pasadas; es el destino o karma... Tomando el
sueño como imagen de la muerte, podemos decir que si hoy construimos una casa,
mañana tendremos que vivir en ella... Es un error atribuir todo lo que sucede al
karma que viene del pasado. Con la misma frecuencia, una experiencia puede ser
causa de una compensación en el futuro.’
La sustancia de estos primeros cursos se halla en los libros ‘El cristianismo como
hecho mı́stico’; ‘Karma y reencarnación’;y ‘El Bhagavad Gita y las epı́stolas de San
Pablo’ que pinta la riqueza exuberante de la antigua sabidurı́a exaltada en el Bha-
gavad, contrastándole la pobreza de mendigo del Yo humano orientado hacia el futuro,
tema de las epı́stolas de Pablo.

Como introducción a sus ciclos sobre los Evangelios, Steiner propone un esquema
del ser humano actual más su potencial futuro. Resumiendo (drásticamente): 1) un
cuerpo ocupa el espacio fı́sico; cuando la vida lo abandona, este cuerpo se somete a
las leyes de la materia inorgánica, deviene un cadaver, se desintegra. 2) Un cuerpo-
fuerza vital o etérico teje y organiza el cuerpo fı́sico, manifestándose en las funciones
vegetativas que continúan activas durante el sueño. 3) Un alma o cuerpo astral anima
al hombre despierto. La literatura, de Shakespeare al presente, ofrece un análisis
exhaustivo de la gama de sensaciones, emoción, pensamientos que pueden vibrar en
el aura astral del ser humano. 4) El Yo, lo propiamente humano que diferencia del
animal, aparece en la conciencia, en el sentido de responsabilidad, en la objetividad.
5) Los hindúes llaman Manas al cuerpo astral espiritualizado por la voluntad del

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Yo. Sus frutos son la claridad pensante, la solidez moral, el coraje persistente, el
altruı́smo. 6) Mediante las prácticas meditativas-metódicas de la religión y el arte,
el cuerpo vital o etérico se transforma en Buddhi: el que emana vida, sana a los
enfermos. 7) Atman o la transsubstanciación del cuerpo fı́sico en uno de luz o energı́a
pura. Ejemplificado por la resurrección de Jesucristo en un cuerpo-forma de gloria
que algunos percibieron.

Un cı́rculo creciente asiste a los cursos de Dr. Steiner. Cuando parte en jira
de conferencias, algunos lo acompañan. Entre ellos viaja Marie von Sivers, hija de
un general ruso de origen báltico. Marie, que ha practicado arte dramático en San
Petersburgo y Paris, renuncia a una carrera teatral para convertirse en la amiga y
colaboradora ı́ntima de Rudolf Steiner, luego su esposa. Desde las fotografı́as de esos
años miran los ojos de él, hundidos, oscuros, benévolos; los ojos de ella, cları́simos,
directos, bajo un elegante tocado de nutria. El sobretodo de Dr. Steiner ahora se
ve confortable, con cuello de atrakán y forrado de piel, a propósito para los viajes
continuos en ferrocarril por el norte de Europa.
1904. Miembros rusos de la Sociedad Teosófica preparan un congreso en una
estancia cerca de Moscú. Cuando el Zar Nicolas, aconsejado por su primo el Kaiser
Wilhelm y una camarilla de financistas y militares, desata la desastrosa guerra ruso-
japonesa, con su secuela de dos años de pre revolución rusa.
Debido a las huelgas y los tumultos, el congreso proyectado no puede realizarse
en suelo ruso. Un encuentro tiene lugar en Passy, suburbio de Paris, en una villa
prestada rodeada de un jardı́n de rosas. Marie recuerda: ‘Estábamos bastante pobre.
Nuestro tiempo pasaba entre cocinar y lavar platos en el subsuelo de la villa y en
escuchar los primeros acordes de aquella Cosmogonı́a revelada por Steiner que nos
transportaba de asombro’.
Desde los altos de Passy se divisa, emergiendo de la bruma estival, el trazado
geométrico de Paris. El lugar donde el matemático-fı́sico- enciclopedista Laplace
declaró: ‘La hipotesis Dios ya no es necesaria’. Para los cientı́ficos del siglo 18, el uni-
verso rodaba como una máquina-reloj obediente a leyes determinantes, sin necesidad
de intervención sobrenatural.
Para sus colegas del siglo 20, el universo se expande, ¿se contraerá a futuro?
Turbulencias constantes desgarran sus componentes y los recombinan. Galaxias en
espirales o elı́pticas, racimos de galaxias, burbujas con suficiente gas para 10,000
soles, nebulosas interstelares irradiantes, estrellas enanas rojas y blancas, pulsares,
quasares, tremendas explosiones de supernovas, voraginosos hoyos negros - señalan
sus existencias de titanes en los sensores electrónicos de los observatorios astronómicos
orbitantes. Torrentes de rayos X arrasan las distancias enigmáticas del vacı́o, prove-

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nientes de la constelación Scorpius, otras de un foco en el Cisne, llamado Cygnus
X; y los más energéticos de todos, los gamma, que provienen de los pulsares en la
constelación Gemini, y nunca viajan en paquetes sino que solitarios. ..En torno a la
tierra, los satélites descubren un campo magnético en forma de una lágrima trémula
en el viento solar. Esta poderosa aureola invisible ataja y filtra la ilimitada energı́a
cósmica que nada detiene. ‘Nuestro estudio reciente del universo nos obliga a refor-
mular todas las preguntas fundamentales sobre la materia, la vida y el destino de las
estrellas’, concluye V. Siegel de la NASA.
Para Steiner ‘La ciencia moderna nos conduce al umbral del conocimiento pero no
cruza el umbral... A la ciencia espiritual moderna incumbe devolverle al hombre la
confianza en la universalidad de su espı́ritu y su capacidad de acceder al Espı́ritu del
Universo. ...contestando la pregunta ¿de dónde vienen el mundo y el Yo humano?
No se puede responder sin remontar hasta el comienzo de nuestro tiempo. El
investigador espiritual no se limita a los fenómenos fı́sicos, su campo incluye las
causas ocultas. Frente a alguien que levanta la mano, por ejemplo, pueden suscitarse
dos tipos de explicaciones: la primera analiza los mecanismos del brazo que producen
el movimiento; la segunda interroga al sujeto en busca de sus motivos.
El Antiguo Testamento dice: ‘Elohim creó la luz’ refiriéndose a algo exterior,
visible. El Nuevo Testamento dirá: ‘El origen de todo fue el Verbo’, la intención
trascendente de la Divinidad...
Sabemos que la tierra se ha ido condensando a partir de estados cada vez menos
densos a medida que retrocedemos en el tiempo. Pero la totalidad de las Fuerzas
creadoras no se ha condensado, sólo una pequeña parte constituyó la materia fı́sica...
Un estado puramente de calor precedió la existencia de nuestro mundo. Ese calor
sin causa material es dificil de concebir para nuestra razón basada en los sentidos.
Sin embargo, quien quiera conocer su Yo en su verdadera esencia tendrá que com-
penetrarse de ese calor anı́mico, fuera de toda imagen de los sentidos. ..Aprenderá a
soportar la angustia producida por ese vacı́o material. Hasta que advenga una sen-
sación de seguridad interior que depende de uno mismo. Entonces se conoce a los
Seres que la teologı́a llama Tronos - o Espı́ritus de pura Voluntad. El Yo se encuentra
como nadando en un mar energético de Coraje o Voluntad, y es el Cristo que viene a
socorrerle.
Ası́ puede intuı́rse lo que fue ese estado primordial que los iniciados llaman Sat-
urno. Un caos informe y tenebroso. Una fuerza incalculable...
Empezó a alborear sobre esa noche cuando despuntaron Seres que sólo se pueden
describir como intensamente sabios y luminosos. Del amor despertado por estos
Querubines en los Tronos, nació el Tiempo. (Y el arquetipo del corazón humano,
en forma de calor pulsante.)

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Como efecto del don de Energı́a a la Inteligencia cósmica, una parte del calor se
condensó hasta el estado gaseoso, creando el Espacio....
Si alguien pregunta ¿cuál es el origen de este origen, de dónde vienen estas Fuerzas
preliminares? - hay que remontar a procesos cósmicos en que actuaron Seres-Fuerzas
que también evolucionan, y pasaron por estados planetarios comparables a la experi-
encia humana actual; ascendieron hasta unirse a su sol, y finalmente se metamor-
fosearon en Zodı́aco, capaz de generar mundos y seres y de volcar sus dones hasta el
fondo de una existencia planetaria..’
Justamente, Stephen Hawking, el astrofı́sico inválido genial de Cambridge, pre-
gunta: ‘¿Antes de aquel espacio cero-calor infinito que precedió al big bang, qué
hubo?’ El mismo contesta: ‘De acuerdo con la teorı́a de la relatividad, el espacio-
tiempo que comenzó con el big bang llegará a su término en un hoyo negro o en un
big crunch general. A no ser que los efectos cuánticos que rigen en los estados de
comienzo y fin del universo permitan una filiación ...una masa tan concentrada y de
energı́a tan elevada que se desprenderı́a de su universo...y podrı́a generar un universo
bebé...
...Despues de producirse el big bang, protones y neutrones comenzaron a combinar
formando el núcleo de los átomos de deuterión o hidrógeno pesado... éstos combinando
con más protones y neutrones formaron núcleos de helio...’
...Limitándonos a lo espacial cercano y a la evolución humana, mientras duró el
estado aéreo del Universo, un Sol englobaba lo que será el sistema solar actual. Ese
antiguo Sol fue una creación gloriosa, radiante, un paraı́so. Comparable a una flor (su
débil reflejo microcósmico), el Sol transformaba ingredientes espirituales en chorros
de color, aroma, sabor, armonı́a sonora. Espejo de la actividad amorosa y el goce de
las Jerarquı́as celestes emanadas del Dios Trino y Uno...
El Adan macrocósmico recibió de los ayudantes divinos el esbozo aéreo de lo que
serán órganos de respiración, circulación sanguı́nea, metabolismo, reproducción; rayos
de luz se ramificaron como un árbol en un proyecto de sistema nervioso que, un dı́a,
abrirá sentidos al mundo...
...Sombras enturbiaron el aire luminoso. Ciertos Seres se negaban al don de sı́
mismo, y detuvieron su evolución en la etapa calor-voluntad-tinieblas. Condenándose
a servir de fundamento a la materia. La ciencia los conoce como la estructura elec-
tromagnética del átomo.
El Espı́ritu que oscureció el Sol se llamará Ahriman entre los persas; será el Satan
de judı́os y cristianos...
En su tiempo, una Luna arrancó una masa de fuego denso, separándose del Sol. Se
estableció el sistema de un planeta-luna en órbita lenta alrededor de un Sol aligerado...
En el ser humano en cierne, esta ruptura causó una escisión en dos naturalezas

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divergentes...
Sobre la Luna se produjo una condensación de vapores. La aparición del estado
lı́quido fue el resultado de un sacrificio. Algunos Seres decidieron no abandonar al
gérmen humano, dándole la posibilidad de seguir evolucionando en las condiciones
que podı́a soportar... Semejantes a los seres gelatinosos y transparentes del mundo
marino actual, los antepasados de los cuerpos fı́sicos animales y humanos se movı́an
en un lı́quido protoplasmático, espeso y tibio, cruzado por corrientes magnéticas...
En lo alto, brillaba la majestuosa soberbia, la luminosidad concentrada del Arcángel
Lucifer. Irradiando su enorme orgullo y la tentación de su imagen fascinante. A su
lado, la Forma del Cristo resplandecı́a con la fuerza de su entrega a la Voluntad del
Verbo, procedente de las doce direcciones del Zodı́aco. Suyo era el poder de alumbrar la
Vida siempre renovada del Verbo en las almas dispuestas a recibirlo. En tanto que - a
través de la belleza egocéntrica de Lucifer - algo parasitario, a la postre autodestructor,
se implantó en las almas humanas embrionarias...’
‘El sistema solar actual’, escribe Hawking,’ es el producto de 2 o 3 generaciones
de transformaciones a partir de una nube de gases en rotación, restos de una antigua
supernova...’
‘...Antes de que pudiera existir el sistema solar actual, fue necesario una repetición
(relativamente acelerada) de las etapas anteriores (Saturno, Sol, Luna)... Al fin se
constituyó la organización planetaria que conocemos, con los Espı́ritus y seres ele-
mentales que corresponden a cada cuerpo cósmico...
Si el manto azul de la atmósfera y una capa verde vegetal recubrieron la tierra, se
debió a que restos del antiguo Sol perduraron adaptándose a la situación terrestre...
La variedad de especies animales dieron órganos a seres astrales reacios a progresar
y a superar la etapa antigua Luna... Desde un campo potencial-paradisı́aco, en las
formas humanas etérico-astrales despertó el apetito del mundo materializado. Advino
la crı́sis que los mitos y la Biblia pintan como una Caı́da y la expulsión del Paraı́so...
A fin de no perder el vı́nculo con las almas humanas pese a su problemática en-
carnación precipitada, Cristo ha debido intervenir en la evolución del mundo fı́sico.
Diferenciando en su esencia al hombre de los mamı́feros superiores, moderó las sim-
patı́as y las antipatı́as violentas que impiden la percepción objetiva. Las funciones
respiratorias y la circulación de la sangre fueron orientadas para servir al desarrollo
humano de la laringe y sus órganos anexos - la facultad del habla y del canto...
Cada intervención significó para el Cristo un don de sı́ mismo y un acercamiento
a la condición humana en la tierra...
Los primeros hombres fı́sicos auténticos nacieron en un especie de vivero, el con-
tinente-isla Atlántida... Recapitulando, tenemos que la disposición a lo que serı́a el
corazón y el calor de la sangre, nació del Fuego primordial; el sistema respiratorio, del

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Aire y, de la Luz, los sentidos. De una masa protoplasmática o proteı́nica se formó la
materia viviente bajo la influencia de armonı́as sonoras que coagularon la sustancia
acuosa... Lo último en cuajar fue el esqueleto. Proceso que coincidió con una de las
eras glaciales de fuerte cristalización de la tierra...
Después de cataclismos sucesivos conocidos como el Diluvio y el hundimiento de
la Atlántida, guı́as inspirados condujeron a diversos grupos de sobrevivientes en busca
de climas templados favorables al desarrollo humano. Fueron los guardianes de la
memoria del origen estelar y los iniciadores del culto...
De la cultura postatlante más avanzada, la cual se desarrolló en los valles altos
de la India, nos viene la idea de Brahma, el Dios unificador de todos los dioses; y las
matemáticas, con el cero enigmático - O - sı́mbolo de la Nada y del Todo...
La cultura de los persas, asentada en las mesetas lacustres de Irán, progresó en la
conquista de la realidad exterior del plano fı́sico. Los persas labraron la tierra, cul-
tivando y mejorando especies vegetales nutritivas; domaron los animales domésticos.
Percibı́an una lucha entre la Luz y las Tinieblas - Ahura Mazdao, el aura del sol y el
antagónico Ahriman - el bien contra el mal...
Cuando florecieron las civilizaciones entre los rı́os de Mesopotamia y en el valle del
Nilo, los sacerdotes egipcios impartı́an el mito de Osiris, espı́ritu solar destrozado por
su falso hermano Typhon, reconstituı́do por su esposa Isis, la diosa lunar quien dió a
luz un hijo, Horus, que se encarnaba en el Faraón... Los sabios de Babilonia, Caldea,
Asiria, Egipto, tambien los Mayas, observaban e interpretaban los movimientos de los
astros. Midiendo la tierra, inventaron la geometrı́a...
Jahve, uno de los Elohim regentes del sol, descendió a la esfera de la luna im-
poniéndose la tarea de ayudar a la humanidad propensa a extraviarse del plan divino...
Su dedicación a Jahve desarrolló la capacidad mental y moral de los iniciados judı́os...
En la mitologı́a griega y latina - como, por ejemplo, la saga de Prometeo quien robó
el fuego de los dioses para entregarlo a los hombres, o la de Jason y los Argonautas
persiguiendo en el Vellocino de Oro la inocencia original del alma - vivı́a el recuerdo de
los compañeros semidivinos de la humanidad, durante su infancia en la Atlántida...
Más inmediata fue la vivencia de los celtas y los germanos cuando nombraban a
Wotan, el dios que mueve el aire y lo transfiere al hombre junto al don de la palabra;
a Thor, el del martillo que golpea en el rayo y el relámpago, y en el pulso de la sangre
infundiéndole el Yo. Cuando sumergı́an, cada año, la efigie de la diosa tierra, Hertha,
en las aguas turbulentas del Mar del Norte...
El crepúsculo de los dioses marcó el fin de aquella clarividencia atávica. San
Agustı́n lo confesó: ‘Al querer pensar en Dios, sólo podı́a imaginarme masas corpo-
rales.’ ...Cristo se hizo hombre en la persona de Jesus para que las almas de buena
voluntad puedan creer en El y compensar con la fe su incapacidad de ver Seres espir-

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ituales...
Pero la humanidad ha sido hecha para progresar... Durante los últimos milenios,
la entidad psico-espiritual del hombre ha vivido encarnaciones sucesivas que lo han
vinculado fuertemente a su sistema neuro-sensorial, perfeccionándolo. El intelecto
del hombre moderno se encuentra vigoroso y autónomo, apto a conocer en la claridad
pensante lo que los antiguos intuyeron soñando... La investigación cientı́fica escudriña
la sabidurı́a que engrana las cosas naturales...’
‘Las leyes de la ciencia’, escribe Hawking,‘ contienen números fundamentales que
no se han llegado a conocer por las teorı́as sino por la observación. Por ejemplo, el
tamaño de la carga eléctrica del electrón y la proporción de la masa del protón y
del electrón. Lo notable es que estos valores parecen muy finamente ajustados para
permitir el desarrollo de la vida y la aparición del hombre...
Aunque encontrásemos la teorı́a unificadora de todo nuestro saber, sólo serı́a una
serie de reglas y ecuaciones... ¿Dónde están los filósofos que comprendan la ciencia y
puedan explicar ...porqué el universo se toma la molestia de existir?’
‘El saber intelectual-cientı́fico necesita recibir del Yo un nuevo impulso: admiración,
gratitud, amor. Ası́ la inteligencia desarrolla su poder de comunicar con el fondo
amante de la Creación... El hombre que no piensa ni siente otra cosa que lo que la
materia, automáticamente, piensa y siente en él, se une a las potencias satánicas, a
la muerte...
Creer que todo el universo obedece a las leyes del espacio (en que se basa la
mecánica) y a nada más - el pensamiento materialista en general - ata al hombre
a la existencia fı́sica. En el porvenir, la tierra será un cadáver y el alma del hombre
se verá atada a un cadáver si no decide comprender y enraı́zarse en la vida espiri-
tual...’
(Extractos fragmentarios de los ciclos de conferencias intitulados ‘Las Jerarquı́as
y su reflejo en el plano fı́sico’, ‘De Jesús al Cristo’, ‘Existencias planetarias y Seres
Zodiacales’, ‘El lado moral del Universo’, ‘El misterio de la Trinidad’ y otros, que
conducen a Steiner a viajar por Europa continuamente - entre 1904 y 1914 - solicitado
por los teósofos en las capitales de Helsinki a Roma, las universidades de Oxford a
Praga, y en las ciudades principales de Alemania y Suiza.)

Cabe preguntar ¿en qué se basa Rudolf Steiner? Muchas de sus aseveraciones
son fantásticas, imposibles de probar. ¿Cómo pueden compararse con los hechos
duramente verificados de la ciencia? Un cientı́fico debe saber explicar los métodos
que ha empleado para lograr sus resultados.
Repetidas veces, Steiner explica su método de investigación espiritual e insiste
que es accesible a muchos. Depende del poder de concentración mental. Lo mismo se

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puede decir de las matemáticas.
Sufrimos (casi todos) de la dispersión de nuestra facultad de atención. No sabemos
escuchar, ni mirar, aún menos pensar. Llamamos pensamiento un rutinario encadenar
de prejuicios, sugestiones, ensueño. Cuando logramos concentrarnos sobre un prob-
lema, generalmente aparece una solución; tal vez no de inmediato, a menudo después
del sueño.
¿Qué sucede cuando Steiner enfoca su poder de concentración sobre un fenómeno
natural o un resultado de la investigación cientı́fica, imágenes mı́ticas, revelaciones
religiosas, eventos históricos? Steiner describe su experiencia como un interrogar
al mundo espiritual, manteniendo las preguntas, dudas, enigmas en suspenso en su
espacio mental, y de tener que esperar, a veces años, antes de recibir una respuesta.
La cual llega a través del órgano más misterioso del cuerpo humano: el cerebro.
Según los sabios de la India antigua, la mente puede alcanzar un nivel de conocimiento
que llamaron leer la crónica de Akasha. Todo lo que existe posee una historia pasada,
esta crónica se halla grabada en su esencia etérica-astral.
No se lee la crónica de Akasha sin la ayuda de la Jerarquı́a espiritual más próxima
al hombre individual - los Deva, Mensajeros o Angeloi. Ellos transmiten esos destellos
de Luz, Inteligencia, Información cósmica que capta un cerebro en estado de receptivi-
dad aguda. ‘El pensamiento, ası́ como el ojo o el oı́do, es un órgano de recepción...’
Los descubrimientos más originales de la ciencia, el liderazgo inspirado, las revela-
ciones de los santos, las obras sublimes del arte atestiguan el intercambio efectivo
entre lo humano y lo sobrehumano.

Un hálito wagneriano sopla sobre München, ciudad barroca y romántica, am-


pliación belle époque de un burgo medieval enjoyelado por prı́ncipes renacentistas e
ilustrados; en 1912, academia vivaz de músicos, pintores, dramaturgos, arquitectos.
Marco propicio para un congreso teosófico, adicionado de representaciones teatrales.
Marie ha formado a los actores: ‘Olvida tu débil persona, expresa la potencia
que vibra en la palabra!’ Debuta un nuevo arte, la euritmia, que libera los gestos y
movimientos encerrados en el lenguaje.
Estrenan ‘Eleusis’ de Edouard Schuré que dramatiza el mito de Dionysos, nacido
de la unión de Zeus y Demeter, en forma de una bellı́sima serpiente astral-flameante.
Los Titanes envidiosos lo despedazan. Zeus fulmina a los Titanes, y crea a los hombres
combinando sus restos calcinados con los fragmentos astrales del celestial Dionysos.
En ‘El portal de la iniciación’, (escrito en una noche), Steiner lleva a la escena
a personajes que atraviesan una encarnación en el siglo 14 y otra a fines del siglo
19; rodeados de seres infra y ultra naturales que normalmente no percibimos. Todos
hablando un alemán clásico un poco frı́o, al estilo de Goethe. Los efectos de luz y

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color marcan hitos novedosos que el expresionismo no tardará en explotar.
En plena euforia (de ideas nutridas por la savia artı́stica), los jefes orientalizantes
de la Sociedad Teosófica provocan la ruptura. Dr. Steiner y sus partidarios son expul-
sados de la sociedad por divergencias de principios. ‘El valor de la sabidurı́a oriental,
en cuanto estudio, sigue siendo de gran interés porque los pueblos occidentales han
perdido el sentido de lo esotérico, mientras que los orientales lo conservan. Sin em-
bargo, es igualmente cierto que el cristianismo ha creado la civilización occidental.
Sustituı́rle la esotérica oriental sólo tendrı́a efectos bastardos entre nosotros...’
Los que siguen a Steiner se asocian en un nuevo movimiento, la Antroposofı́a
o sabidurı́a del hombre. Steiner ha dudado, temiendo las tendencias sectarias, el
rutinario ‘establishment’ y las ambiciones mezquinas inherentes a toda institución.
Pero no hay otra manera legal de percibir donaciones a fin de construı́r un centro
cultural y mantenerlo.
Los planos para edificar un teatro en München están prontos. Sorpresivamente,
las autoridades rehusan dar el permiso necesario. Steiner descubre que es persona
non grata frente a la máquina gubernamental de un Reich que ya marcha, con paso
de parada, hacia la Gran Guerra. En un último ciclo de conferencias - ‘La misión
de las almas de los pueblos‘ - a través de Alemania y Escandinavia, Steiner acaba de
decir: ‘ En el futuro próximo, una misión en conjunto aguarda a la humanidad. A la
cual cada pueblo y raza deberá aportar el don concreto y libre de sus caracterı́sticas
culturales...’ Estas reflexiones y otras han debido molestar el nacionalismo estrecho
y virulento de la corte de uniformes rutilantes que rodea al Kaiser en Berlin.
Una pareja de suizos ofrece regalar un terreno a 30 kilómetros de Basel - Dornach
- una colina verde en la cadena montañosa del Jura. Dr. Steiner y señora visitan
el lugar, caminan por la ladera plantada de cipreses. Una falda opuesta conserva los
restos de un claustro consagrado a Sta. Odilia; abajo, el pequeño llano ha visto a
los paisanos del cantón librar una batalla histórica por sus derechos. La civilización
industrial está al lado, aquı́ se respira. Manzanos en flor, praderas esmeralda, fulgores
de otoño, escarcha y nieve alternan en el paisaje del año. La Antroposofı́a encuentra
donde arraigar. ‘Pero el nombre de la Sociedad, me habrı́a gustado cambiarlo cada
ocho dı́as. La gente se detiene ante el nombre, creen que se trata de un programa fijo,
ası́ lo espontáneo de la vida se escapa...’
Un anochecer estrellado de setiembre, 1913. En la colina, un pequeño grupo coloca
la primera piedra del Goetheanum, el edificio central del movimiento antroposófico.
Rompe una súbita tempestad de truenos y relámpagos, un viento furioso, una lluvia
torrencial que apagan antorchas y voces. Mientras la piedra se hunde en el elemento
denso de la tierra.
La obra crece prolongando el roce ondulado del cielo y el cerro. Su forma tallada

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en maderas nobles se recubre de cúpulas disimilares de tejuelas de pizarra verdosa,
enlazadas como la copa doble de un árbol.

Los libros de historia cuentan lo que sucedió durante el verano candente de 1914.
En el tablero de Europa, dos sistemas de alianza se confrontaban en un equilibrio
vigilante: Alemania, Austria-Hungrı́a, Turquı́a enfrentando a Francia, Gran Bretaña,
Rusia. Entonces, el asesinato del heredero al trono de los Habsburg provocó una crisis
de nervios. Podı́a haberse resuelto, como otras crisis pasadas, en torno a la mesa de
los diplomáticos. O de haber conflicto armado, que éste se limitase a Austria y Serbia,
el paı́s de origen del asesino.
Sorpresivamente - sin consultar a su aliado el viejo emperador Franz Josef - el
Kaiser Wilhelm dió la orden al ejercito alemán de invadir la neutral Bélgica. Alemania,
junto a todas las potencias europeas, habı́a jurado respetar la neutralidad belga. Pero
los bajos de Flandes ofrecı́an el camino facil a Francia y a la costa al frente de las
Islas Británicas.

La guerra dispersa a los constructores del Goetheanum. Viste de gris a los pin-
tores, arquitectos, escultores; en vez del cinsel y la brocha, empuñarı́an explosivos,
construirı́an trincheras de barro, cercos de alambre púa.
Un último ciclo de conferencias en Viena, trata de ‘La vida del alma entre la
muerte y una nueva encarnación’. Después Steiner guarda silencio. ¿ Qué puede
decir a los sometidos a una movilización inexorable sino ‘cumplan humanamente con
su deber’ ? Durante cuatro años retumba un incesante cañoneo desde el valle del Rhı́n
a las alturas del Jura. Millones de jóvenes van a morir atacando y contraatacando
bloques de hormigón armado, redes de acero y bocas de fuego, atrincherados en dos
frentes paralelos de los Alpes a los pantanosos Paı́ses Bajos.
Como tantos lugares suizos, Dornach acoge a irrecuperables para el frente: am-
putados, ciegos, enloquecidos. Conjuntamente con la doctora Ita Wegman, Steiner
funda una clı́nica y un laboratorio en la vecina aldea de Arlesheim. Se dan los primeros
pasos de pedagogı́a curativa, buscando socorrer a las almas-espı́ritus impedidas para
encarnarse normalmente.
Médicos deseosos de ampliar su ciencia englobando conocimientos del hombre en-
tero, piden consejos a Steiner: ‘La homeopatı́a está en lo cierto. Ya no es cuestión
de fe sino de experimentación precisa... Ha hecho falta poder aclarar sus fundamen-
tos con un cuadro comprensible del cuerpo humano... Llevo 35 años preguntándome
¿será posible encontrar la pista hacia una visión global del tan complicado organismo
humano? He llegado a pensar que se pueden distinguir tres procesos fundamentales:
el metabolismo, o sea, la digestión de los alimentos y la transmisión de energı́as a

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los miembros, base fisiológica de la voluntad; el sistema nervioso-sensorial, localizado
principalmente en la cabeza y que permite la representación mental. Entre estos dos
polos, funciona el sistema rı́tmico de la respiración y la circulación de la sangre, apoyo
de la facultad de sentimiento...
La salud consiste en el equilibrio dinámico de estos tres procesos... Nada puede
alegarse contra la teorı́a viral de las enfermedades. Al contrario, mucho se aprende
tomando en cuenta la localización y la especie de estos parásitos microscópicos... Sólo
se puede hablar de sanar, en la medida que el organismo vence la enfermedad gracias
a sus propias fuerzas, debidamente estimuladas y sustentadas...
En un jardı́n de plantas medicinales, tambien fructifican experiencias de agricul-
tura bı́o-dinámica.
La ‘Christengemeinschaft’ nace en plena guerra. A pedido de personas que anhelan
un renuevo de los sacramentos y el culto, y participar a una comunidad cristiana.

A comienzos de 1917, la paz parece posible. La cifra de los muertos después de


cada embestida entre trincheras, espanta hasta a los más belicosos. En todo el mundo,
los que piensan anhelan un orden social renovado que evite futuras calamidades como
la guerra presente. Estadistas bávaros acompañan a Steiner a Berlin. Lleva su mem-
orandum: ‘La Tripartición social’. Es un estudio de los componentes de la vida en
sociedad: la polı́tica, la economı́a, la cultura. Sostiene que estos tres elementos deben
desenvolverse según sus leyes propias, independientemente. ‘Los Estados van a tener
que relajar su control sobre la economı́a y la educación.( Lo cual no significa que es-
tas actividades prosigan en forma anárquica)... Mientras no se pone en práctica este
principio, las revoluciones y las guerras son inevitables..’
Pero antes de reorganizar las bases sociales, hay que acabar con la lucha en curso.
‘La única posibilidad’, dice Steiner a miembros del gobierno en Berlin, ‘es que Ale-
mania admita públicamente su culpa por la invasión de Bélgica.’
‘Pero entonces el Kaiser tendrı́a que abdicar!’
‘Serı́a mejor que lo hiciese ahora y no más tarde.’
El suicidio de Europa sigue adelante. Ludendorff, el generalı́simo de las fuerzas
alemanas, hace entrar a Lenin de contrabando en Rusia.
En Viena, el memorandum de la Tripartición social se encuentra sobre el escrito-
rio del nuevo emperador Carl cuando escribe al Presidente Wilson. Estados Unidos
acaba de sumarse a la guerra. Debido a sus declaraciones democráticas y pacifis-
tas, Woodrow Wilson se ha convertido en el lı́der moral de la población exhausta de
Europa.
Carl le escribe buscando modo de extraer a Austriahungrı́a del conflicto y pro-
poniendo auténticas reformas en la estructura federal que encabeza. Wilson le con-

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testa diciendo que para Estados Unidos el Imperio Austrohúngaro ya no existe. Su
gobierno reconoce el régimen provisorio de Checoslovaquia. Wilson sostiene a polı́ticos
separatistas quienes pretenden hacer una nación independiente de la antigua Bohemia,
excluyendo a las provincias agrı́colas del sur del Imperio de sus riquezas mineras e
industriales.
Las razones que llevaron a Estados Unidos a cimentar su propia unión federal
(sin retroceder ante una cruel guerra civil), no se aplican, para Wilson, en Europa
central. En nombre del derecho de los pueblos a la libre determinación, la conviven-
cia Danubio-Balcanes se irá erizando de barreras de aduana y de odios entre grupos
étnicos.Veinte años más tarde, los estados desunidos de Europa central caerán como
fáciles presas de Hitler y Stalin, comenzando con la rica, pequeña Checoslovaquia.
De vuelta en Dornach, Steiner sigue pintando los frescos del Goetheanum. La cara
y las gafas de Woodrow Wilson afloran en uno de los caballos de la Apocalipsis.

La demencia de la guerra prueba que lo espiritual es cuerdo. La postguerra dismin-


uye el ostracismo que afecta a Steiner entre la gente seria, y le aporta la colaboración
de académicos de peso. Como ser, el matemático y filósofo Carl Unger, el ensayista y
antropólogo Ernst Uehli, el poeta Morgenstern, los biólogos Eugen y Lily Kolisko, el
historiador europólogo H. Hahn; sus equivalentes escandinavos, británicos, franceses,
holandeses - todos investigadores, conferencistas y escritores exponentes autónomos
de la Antroposofı́a.
Afluye una generación madurada en las catacumbas de las trincheras, decidida a
ponerse al servicio de ideas nuevas en un campo de acción concreto. No tarda en
presentarse uno, en Stuttgart, el centro industrioso de la serranı́a de Württemberg.
Siete colinas pobladas escoltando un afluente del rı́o Neckar. En el bajo duerme
un pequeño Versailles en su parque. Colinda un barrio gótico despierto: catedral,
municipio, mercado y callejuelas torcidas. La derrota ha vaciado las vitrinas. En
medio de un excedente de mujeres, niños y viejos, soldados harapientos mendigan.
Sobre una colina, la fábrica de Emil Molt está parada por falta de materia prima.
Su dueño propone convertirla en colegio. En palabras del industrial Molt: ‘Logrado
lo principal - Rudolf Steiner como fundador de la pedagogı́a que los tiempos reclaman
- nos dimos un mes para abrir el colegio. Desde el comienzo serı́an unos 600 niños y
niñas de todas las edades, hijos de mis empleados y de los antropósofos de Stuttgart
y sus alrededores. El edificio no era más que las barracas y bodegas de una fábrica.
Ni un banco, ni un escritorio, ni un libro... Encontrar viejas pizarras de la preguerra,
tiza - todo era un problema. Para conseguir la autorización burocrática (indispens-
able pese a lo crı́tico de la situación escolar) en el tiempo record de un mes, bueno,
recurrimos a las cuñas de los amigos influyentes... Dr. Steiner no quiso figurar de

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nombre, ası́ que llamamos el colegio Waldorf, en recuerdo de la aldea donde nacı́.’
Al margen del ajetreo, en una de las barracas, Steiner y 27 futuros profesores
se adentran en una antropologı́a meditativa y práctica. El ser humano durante sus
años de formación. En sus cursos para maestros, Steiner reiterará: ‘La pedagogı́a
Waldorf no es teórica, es pura práctica. La práctica que resulta del conocimiento de
la naturaleza humana y de la experiencia inmediata.
¿Qué es un niño? Durante el primer septenio, es el más delicadamente estruc-
turado órgano sensorio y un ser imitativo. Padres y maestros deben evitar las acciones
y palabras impropias, y deben ser interiormente veraces y morales pues el niño siente
lo que piensan y lo absorbe... La calidad del ambiente que lo rodea es lo más impor-
tante en la educación antes de los siete años.
...El cambio de dientes señala la transición a la edad escolar. Una parte de las
fuerzas plásticas de la cabeza se libera y se transforma en actividad psı́quica. El alma
del niño pide imágenes. En su cuerpo predomina el sistema rı́tmico. Por lo tanto,
la primera educación deberá basarse en lo pictórico-imaginativo y en los ritmos, el
compás, la melodı́a. Una educación sana, entre los siete y los catorce años, ha de ser
artı́stica... No se trata de las disciplinas artı́sticas tomadas aisladamente, sino de una
concepción global.
En tanto que hasta los siete años el niño se desarrolla imitando, después busca una
autoridad. Porque la necesita, la acepta espontáneamente. Antes de los catorce, quince
años, no ha madurado la facultad de juicio personal. No maniatemos al niño con
razones, causas y un código de conducta que no entiende. Que las palabras cordiales
del maestro le den a amar una buena acción. Más tarde, bajo la influencia del mal,
sentirá un desasosiego insoportable.
...Buena parte de la educación consiste en controlar la instintiva animalidad vital
del niño sometiéndolo a lo intelectual-moral que exige la sociedad. Lo que se relaciona
con su voluntad de vida, despierta la simpatı́a del educando. Lo reflexivo-conceptual,
su apenas encubierta antipatı́a. Este es el dilema que enfrenta al educador. Pero el
hombre no serı́a hombre si, entre los dos polos voluntad-representación, no existiese
la balanza del sentimiento, la fantası́a, el sentido estético...
En un 1. básico, el primer dı́a de clases, el maestro hará bien en dirigirse a
los niños ası́: ‘Miren sus dos manos. Una mano derecha, una mano izquierda..’
Recapitulará junto a ellos lo que se puede hacer y fabricar gracias a las manos. En
seguida, tomando una tiza, el maestro dibujará lentamente, con sumo cuidado una
lı́nea recta y una curva en la pizarra, explicando: ‘Esta es una lı́nea recta, ésta es
una lı́nea curva’. Los niños harán lo mismo, algunos en la pizarra, todos en sus
cuadernos...’
Ası́ debuta la práctica del dibujo de formas. Conduce a las letras y a la escritura;

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a fines del año, los niños han aprendido a leer frases escritas por ellos mismos. Es-
cuchando la voz del maestro, cantan canciones fáciles; de la misma manera, comienzan
a tocar flauta. Vivencian y manejan colores. Recitan; se mueven en formas y ritmos.
El maestro narra cuentos de hadas en 1.; fábulas en 2.; relatos bı́blicos y mitológicos
más adelante. ‘Opongámosnos a que los niños crezcan tiranizados por lo prosaico...’
Comienza el aprendizaje de dos lenguas extranjeras en forma oral, mediante juegos,
versos, conversación. La aritmética se inicia con un montón de doce castañas (u otros
objetos) sobre el escritorio de cada escolar. Partiendo de este conjunto, se ejercen las
cuatro operaciones. En trabajos manuales, los niños aprenden a tejer con palillos, a
fabricar muñecos y animalitos de lana y tela; más adelante, tallados en madera.
El mismo maestro conduce una clase durante los ocho años de básica. En vez de
textos escolares, los alumnos escriben e ilustran los temas estudiados. La primera
hora y media en la mañana se dedica a un tema particular durante tres o cuatro
semanas.
Tal como los primeros aprendices maestros de Stuttgart, entrenados por actores
del Goetheanum, - hoy en dı́a, en los seminarios pedagógicos Waldorf, se aprende a
recitar y a narrar, a impregnarse del arte de la palabra, instrumento indispensable
en el arte de la educación. También se recibe lecciones de dibujo, acuarela, plástica
elemental; y hay que ejercitarse con tizas de color a fin de convertir la pizarra de la
clase en la sugestiva ilustración que los alumnos recrean en sus cuadernos.
En 3. comienza la enseñanza descriptiva de las ciencias naturales, que inici-
amos presentando el cuerpo humano en su forma exterior. Cualquier niño puede
servir de ejemplo para mostrar el cráneo, el tórax, el abdomen, los brazos y las pier-
nas... Pasando al reino animal, procedan por contrastes describiendo, por ejemplo,
un calamar, una laucha, un caballo. Un águila, una vaca, un león. Empleando ima-
genes elementales y fuertes, describan la manera que cada animal se comporta en su
medio... Comenten lo que significa para el hombre tener manos en vez de patas o gar-
ras; poseer una cabeza que no caza directamente sus alimentos, en cambio, descansa
sobre un cuerpo que lo transporta como en andas...
...En tanto que los animales apelan a lo voluntario en el niño, las plantas lo
comunican más con el sentimiento... A estas edades, de ninguna manera se trata de
formar futuros zoólogos o botánicos... Cumplidos los doce años, el escolar se halla apto
a estudiar el reino mineral. Dibujen en la pizarra un corte de la cordillera, pintando
el granito de un color, las masas calcarias de otro. Partan del todo, la montaña, para
llegar a sus componentes minerales...
Entre sus nueve y doce años, despertemos en los niños un vivo interés por todo
lo que existe en sus alrededores. Después de una excursión, que dibujen mapas donde
figura la vegetación, los árboles tı́picos, los animales, los cultivos que han visto. Pasen

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a considerar las poblaciones humanas y sus actividades básicas: agricultura, mo-
linerı́a, construcción.
En 6. el escolar ya podrá formarse una idea - con más sentido de la realidad - del
globo terrestre, sus mares y continentes, razas y pueblos. Entonces conviene juntar la
enseñanza de la geografı́a con la historia... Es el momento de ayudar al niño a dar
un nuevo paso en su encarnación paulatina... Como tema de sus relatos, el maestro
sustituirá las leyendas por la crónica histórica y las biografı́as de grandes hombres...
Las primeras lecciones de fı́sica tratarán de fenómenos acústicos, basadas en la
experiencia musical... La quı́mica disuelve el estado sólido al cual estamos habituados.
Su estudio exige cierta objetividad capaz de dominar el vértigo. En 7. puede comenzar
con los fenómenos de la combustión...
La gramática o estructura lógica del lenguaje requiere una conciencia bastante
despierta. En forma sistemática, aparece en 6., siempre partiendo de una frase antes
de analizar sus partes... Que el maestro traiga ejemplos estimulantes, y pida otros a
los alumnos... Junten la gramática al sentido del estilo, a la expresividad, la melodı́a
de la frase... Vean que los niños respiren y pronuncien correctamente...’
A lo largo de la vida escolar, de acuerdo a cada edad, el tesoro literario de la lengua
materna está presente en recitaciones, la actuación de obras dramáticas, además de
las lecturas.
‘Entre los trece y los dieciseis años, nada hay de más saludable que el estudio ele-
mental, pero preciso, de los artefactos mecánicos y eléctricos que condicionan la vida
moderna: medios de locomoción, de comunicación, fábricas textiles etc. Acompañar
las explicaciones con muchos dibujos en los cuadernos de esquemas sencillos pero ex-
actos... Es indispensable que la juventud entienda las máquinas para que no caiga
en la mı́stica materialista. Que comprenda que lo que los hombres han conquistado
desde el tiempo de Galileo y Newton es una tecnologı́a producto de un pensamiento
sólo aplicable a la naturaleza sin vida...’
El cambio profundo que ocurre durante la pubertad, no es solamente fisiológico
sino además marcadamente anı́mico. El adolecente se independiza y reniega la au-
toridad. Los últimos cuatro años de colegio transcurrirán con una nueva divisa: la
emulación. Los profesores van a ser especialistas, cada uno en su ramo. Los alumnos
los respetarán por lo que saben y lo que son. Es evidente que deben preparar a los
jóvenes en vista de los exámenes requeridos por sus carreras futuras.
Complementando los estudios intelectuales, siguen desarrollándose las actividades
artı́sticas y manuales. Los alumnos mayores también forman un coro y una orquesta.
Si bien el resto del dı́a se ocupa con las disciplinas que exigen práctica continua -
matemáticas, lenguas, gimnasia, etc. - se conserva el sistema de concentrar la primera
hora y media de la mañana en un tema especı́fico, durante varias semanas.

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‘Generalizando, debo insistir que es esencial intensificar en el adolecente su in-
terés por el mundo. Se trata de equilibrar su tendencia subjetiva, su obsesión consigo
mismo. Que la ola libertaria que se levanta en su interior no encuentre un alma
pobre, vacı́a de ejemplos nobles, ignorante de la obra de las generaciones pasadas...
Será bueno que, del profesor de historia, los alumnos aprendan a discernir el nivel
económico en el cual los hombres trabajan por sobrevivir y mejorar su condición, y
dependen de los demás; el nivel polı́tico donde ciudadanos o naciones defienden sus
derechos, establecen leyes; el nivel espiritual, y como la cultura parte de una iniciativa
personal, que su origen es siempre el aporte de un individuo, sea en el plano práctico,
artı́stico, cientı́fico...
Durante estos años, hay que tender a una visión global. Que no aparezcan hoyos
de incomprensión cuando el joven intente imaginarse las cosas. Por ejemplo, si el
profesor habla del Egipto antiguo, que los alumnos sepan cómo llegarı́an al Cairo hoy
dı́a, en qué estado encontrarı́an las pirámides, etc. La memoria se fortalece cuando
existe un imagen-concepto global y el pensamiento puede dar vueltas al asunto...’ Esta
indicación fue suscitada por un profesor que se quejó que los alumnos olvidan todo.
Extractando brevemente algunos rasgos caracterı́sticos del programa escolar, éste
contempla, en 9. ensanchar la conciencia del tiempo y del espacio. Penetrando con
la geologı́a las profundidades de la tierra; con la astronomı́a, vislumbrando la inmen-
sidad del universo. En 10. la tecnologı́a mecánica será tratada matemáticamente.
Trigonometrı́a. Los conocimientos ya asimilados sobre el hombre fı́sico permiten que
se estudie el funcionamiento de los órganos en relación con el alma y el espı́ritu. Los
temperamentos. Grados de libertad en el pensamiento y la voluntad.
En 11., la célula. Astronomı́a. ‘Los logros recientes de la fı́sica deben despertar
un enorme interés. Partiendo de los rayos X, presenten el descubrimiento de las
innumerables lineas de fuerza que recorren la estructura del mundo... Hay que evitar
las especulaciones teóricas...’
En 12. se tratarán los procesos fı́sicos y quı́micos como un todo. Las proteı́nas
diferentes en la planta, el animal, el hombre. La geografı́a que debutó en 3. con el
contorno inmediato, remontará desde la era antropozoica (en que alternan perı́odos
glaciares y cálidos) - pasando a través de pájaros y mamı́feros extintos, reptiles,
anfibios, peces, las primeras plantas con flores, protozoos, moluscos, algas - hasta
llegar al perı́odo carbonı́fero. Del cual sólo perduran restos vegetales petrificados...
aunque no existieron formas vegetales diferenciadas como las que conocemos sino una
masa viviente confusa. Preguntar a la clase: ¿Qué actuaba influyendo en ese status
nascendi caótico?
Desde 9. hasta 12. se dedicará un perı́odo matinal de tres semanas cada año
a la historia del arte y la estética. ‘Es importante que los jóvenes adquieran un

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contrapeso humano al conocimiento de la naturaleza inorgánica y sus leyes... A partir
de su primer dı́a de clases hemos procurado suscitar en el niño sensaciones artı́sticas
manuales. En 9. probemos despertar el sentimiento más abstracto de la belleza, en la
contemplación de la pintura y la metamorfosis de sus estilos...’ En 10. y 11., poesı́a
y música. En 12., una historia de la arquitectura a la vez técnica y estética.
‘Si hemos evitado inculcar, desde un punto de vista convencional, lo que el joven
debe saber y creer, y hemos permitido que con toda naturalidad desarrolle su propio
juicio intelectual y moral, nutrido de sentimientos ricos y sanos - entonces el adulto
recordará a sus profesores con gratitud.’

A mediados de setiembre 1919, el colegio abre sus puertas, en Haussmanstrasse


44, un barrio industrial con pocas residencias. Dı́a tras dı́a Dr. Steiner asiste a los
cursos apoyando, aconsejando. Una clase puede reunir a cuarenta energúmenos de
trece años; en una sala contigua, jóvenes de 18 tratan de compensar los estudios
deficientes, casi sin profes ni otra orientación que la militar-patriótica.
Los primeros pollitos remolinan alrededor de las florecientes Caroline von Hey-
debrand y Elizabeth Grunelius, futuras fundadoras de jardines infantiles en 4 conti-
nentes.
En un contraste completo con el cansancio y la inseguridad nacional, despega
aquel ensayo. Suscitará una emulación vivaz de colegios libres y asociados... Y cuando
finalizará la Segunda Guerra Mundial - entre los escombros humeantes de las ciudades
alemanas - los colegios Waldorf muertos y enterrados por el régimen nazi, resucitarán.
Multiplicándose notablemente en las décadas siguientes.

Pero en 1920 nadie supo hacia donde se dirigirı́a la castigada Europa. La deses-
peranza y el cinismo se apoderaron de muchos; para otros la revolucionaria Rusia
soviética trazaba el camino hacia un futuro mejor. Los antropósofos fundaron asocia-
ciones pro Tripartición (con el respaldo de H. Hesse, S. Zweig y otros intelectuales de
la época) y periódicos en varias ciudades. Llamaban a reflexionar sobre las verdaderas
causas de la ruina de las naciones.
La guerra se financió por medio de empréstitos del Estado. El gobierno acaparó
el haber de los ciudadanos. Grandes fortunas, pequeños ahorros - y cuánta fuerza de
trabajo - se esfumaron en el derroche bélico. El resultado final fueron las largas colas
de trabajadores y cesantes ante las ventanillas. Al recibir una bolsa de billetes, los
hombres (muchos llevaban aún puesto el uniforme desgastado, con huellas de galones
militares y ribetes rojos descosidos) corrı́an a formar otra cola delante de un almacén.
Con suerte, compraban medio kilo de azúcar pagándolo un millón de marcos. ‘Si el
dinero no es nada, entonces el Estado debe serlo todo’ razonaron los desamparados,

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cometiendo la falta de lógica que - de la primera guerra mundial - conducirı́a a la
segunda.
También partió en humo el imperio alemán creado por Bismarck con su Kaiser,
Kronprinz y caballerı́a Junker de cascos en punta. Ya en el curso de la guerra, el
poder se habı́a traspasado a una nueva tecnocracia militar de oficiales de artillerı́a,
aviación, tanques.

Estos veteranos amargos, sin empleo ni jubilación, no aceptan la República alem-


ana. Estructuran el naciente partido Nacional Socialista. Un ejército secreto esconde
sus armas, surgen clubs de ‘asesinos patrióticos’ que efectivamente asesinan a un min-
istro de finanzas, polı́ticos social demócratas y a simples particulares valientes que se
oponen a sus métodos.
Estallidos revolucionarios provocados por los comunistas, que se apoderan de mu-
nicipalidades y fábricas, justifican para algunos a los milicianos de camisas pardas o
negras. Los que salen a pelear a la calle contra la bandera roja de la hoz y el martillo.
Al hablar en los Daimlerwerke, los establecimientos de Robert Bosch y demás in-
dustrias principales de Stuttgart - y en las tavernas apestadas de tabaco, los Bierstube
frecuentados por los obreros - Steiner y profesores del colegio piden a su auditorio que
se eleve por encima de su condición de clase. ‘Antes de todo ustedes son hombres, y
cada hombre puede pensar libremente.’
Osan referirse a las caras espirituales de la cultura: Verdad - Belleza - Bondad. Y
si el tema choca por lo utópico, abstracto, pasado de moda, que cada uno considere,
concretamente, cómo será vivir en una sociedad cuyos miembros no distinguen entre lo
veraz y la mentira, devienen indiferente ante lo hermoso y lo feo, ignoran la compasión.
En su campaña de educación de adultos, cuando Steiner dice: ‘La patria es una
entidad cultural... El patriotismo debe existir sólo a nivel cultural... Poco a poco, si
se aplicara la Tripartición, desaparecerı́an las fronteras nacionales...’ despierta una
oposición peligrosa. Un pequeño orador febril - encarnación del lastre endemoniado
del pasado - ya levanta su voz enronquecida por los gases de combate. ‘La economı́a
no nos salvará. Necesitamos orgullo, voluntad, desafı́o y odio, odio y más odio!’ En
consejos a sus ı́ntimos, Hitler dirá: ‘El mundo sólo puede gobernarse por el miedo.
El terror es el instrumento polı́tico por excelencia... Las masas reaccionan como un
animal que obedece a sus instintos. No llegan a conclusiones por la razón. Mientras
más grande la multitud, más facil resulta dominarla... Por eso hay que obligar a todos
a que vayan a las concentraciones, que les guste o no, a los intelectuales, los burgueses
además de los trabajadores. Ası́ se les puede hablar en tanto masa. No pierdan el
tiempo con grupos de estudio o pequeños grupos de intelectuales...’
‘¿Qué es la Antroposofı́a y qué remedios aporta a los males del presente?’ Armados

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de esta temática, Steiner y sus amigos recorren Alemania apelando a la minorı́a
pensante que existe en toda categorı́a social.
Manifestaciones e insultos interrumpen las conferencias. En München, mayo 1922,
milicianos S.A. - los primeros portadores de la svástica - invaden la sala. Cortan las
luces, saltan sobre el proscenio armados de bastones y dagas. Los amigos logran inter-
ponerse y sustraer al Doktor que ha recibido algunos golpes. El mismo procedimiento
se repite en la región del Ruhr. Una campaña de calumnias endosa la violencia.
Resulta imposible arrendar una sala debido a las amenazas de incendio y bombas.
En Alemania, Dr. Steiner debe rodearse de guardaespaldas y limitarse a contactos
privados.

Regresa a Viena, la capital fantasma de un imperio difunto. Reina un silencio


de valses apagados. Bajo los ojos ciegos de los palacios de mármol, yacen plazas y
explanadas desiertas; estatuas ecuestres que se encabritan solitarias.
La presencia de Rudolf Steiner deviene la sensación del momento. Dedica el dı́a a
entrevistas particulares y en las tardes habla en un teatro repleto.
Aborda el tema de la antı́tesis oriente-occidente. El misticismo disolvente del
este versus la racionalidad técnica del oeste. Aún revestido de un disfraz ateo y
bolchevique, el oriental tiende al mesianismo profético. El occidental confı́a en la
razón y sus aplicaciones mecánicas. Europa central debiera desarrollar una vida
cultural, económica y polı́tica capaz de conciliar estos extremos y evitar su mutua
incomprensión antagónica. El mundo entero sufre las consecuencias del vacuo en el
corazón de Europa.

Steiner publica ‘Enigmas de la filosofı́a’. El libro desconcierta. Es una historia de


la filosofı́a en el cual el autor no enjuicia, adopta la posición de cada filósofo tratado,
interesándole no sólo el esquema de su pensamiento conciente sino su personalidad
reforzada por encarnaciones previas y las condiciones kármicas que le impone su
tiempo.
La historia comienza con los filósofos presocráticos, los fı́sicos de la antigua Grecia.
Su último capı́tulo trata de Albert Einstein y la teorı́a de la relatividad.
‘Aunque hoy dı́a sepamos que la mecánica clásica de Newton es insuficiente para
servir de fundamento a toda la fı́sica, sigue ocupando el centro de nuestro pensamiento’
escribe Einstein en1952. Einstein centra su pensamiento en la velocidad de la luz.
‘El camino recién abierto ante los fı́sicos, los ha conducido a una realidad final
que se manifiesta en diferencias de velocidad... Han separado y analizado unas es-
pecies de explosiones de fuerzas que, en el espacio, se caracterizan por sus velocidades
distintas... Los antropósofos son los que menos debieran sorprenderse ante los des-

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cubrimientos de la fı́sica y las matemáticas... y que obligan a la inteligencia a moverse
en dirección a lo espiritual-viviente...’

Culminan diez años de tesón creativo al cual participaron cuarenta artistas y arte-
sanos de diecisiete nacionalidades. El monumento en el monte Dornach, el Goetheanum,
se halla acabado en toda la perfección de sus detalles.
El vitral severo del meditante purpura festivo el vestı́bulo al entrar. Ondas pálidas
de luz verde mar bañan la gran sala curvilı́nea, acordada a su doble corona de cúpulas
entrevaradas, donde planean los colores vegetales - diluı́dos, diáfanos - de los frescos.
Los motivos tallados en los zócalos, capiteles y architravas de las columnas portadoras,
corresponden al movimiento de los planetas en el espacio curvo. ‘No entiendo estas
formas’ dice uno. ‘Sin embargo viven en tı́, formándote mientras duermes’ contesta
quien las imaginó.
31 de diciembre 1922. Un concierto de música, recitación y euritmia despide el
año corrido y consagra el nuevo templo-teatro a lo por venir. El público se retira. El
Goetheanum espera solo en la oscuridad creciente. Pasado medianoche un guardián
ve humo, luego llamas. El Partido que avanza agarrotando la conciencia alemana
cumple sus amenazas. La única falla fue la del artefacto incendiario - programado
para actuar durante la función - y que se atrasó unas horas.
Acuden los bomberos de Basel, pero la obra de madera labrada ya arde entera.
Evocando una de esas gigantescas fogatas rituales que prendı́an los germanos prim-
itivos. De los metales fundidos del órgano, se elevan llamas altas, chisporroteantes,
que cimbran contra la noche en un juego de colores extraordinario.
Esa misma mañana Steiner reune a su equipo artı́stico en su taller. En la pizarra,
con tizas de color, esboza un segundo Goetheanum. Será una fortaleza de cemento
armado para el espı́ritu de cada uno que se le acerque. Un nuevo tipo de universidad
libre, abierta, difundidora; con secciones cientı́ficas y artı́sticas; una editorial. Su
escenario, el más grande de Suiza, se hará célebre por sus representaciones del Faust
integral.

Ambos modelos del Goetheanum plasmados por Steiner son únicos. No se parecen
a arquitectura alguna, ni al templo griego, o a lo gótico, renacentista, clásico, ni
adhieren al dogma funcional. (Hay una afinidad con el catalán Gaudı́, otro realizador
de inspiración pura.)
Del Goetheanum parte una tendencia mundial llamada ‘orgánica’. Sus arquitec-
tos practican el ‘plastizieren’ o sea, trabajan con sus manos diariamente modelando
formas en la greda que no nacen del raciocinio sino de la voluntad dormida del sub-
conciente. Al traspasarse a gran escala en el cemento, el movimento se congela en la

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plasticidad neutra del material.
Un edificio con este carácter evita el recurso mecánico del ángulo recto. Sobre sus
facetas y oquedades, la luz rebota diferenciada, las sombras culebrean, la superficie
vive. (En 1927, al retirarse la armazón de madera que moldeaba la forma exterior
del Goetheanum, el hormigón estaba aún húmedo. En la noche cae la helada. El
monumento amanece resplandeciente, la piel incrustada de diamantes prestados por
una hora.)
Steiner pasará el año 1923 dando cursos metódicos sobre diversas disciplinas. Con-
siderándolos él mismo como simiente, granos de futuro que la práctica tendrá que de-
senvolver. Viaja a Holanda a inaugurar una clı́nica; a Praga. Un verano fecundo tran-
scurre entre Illkley y Oxford, como invitado a un congreso pedagógico; reanudando
viejas amistades de la preguerra, anudando nuevas entre maestros y estudiantes, todos
interesados en la experiencia Waldorf, rica de cuatro años de intensa práctica.
Entre las jiras, una jornada tranquila en Dornach comenzará con una charla para
los obreros de la construcción; siguen reuniones con arquitectos y otros artistas; una
visita a la clı́nica, al laboratorio. Con los practicantes de ese arte, una búsqueda de
formas eurı́tmicas; otra, de expresión dramática con Marie y los actores.
Las finanzas, la burocracia.
Recibe la visita de algún polı́tico o empresario. Como trasfondo, el caos económico
en Alemania, Austria, Europa oriental; el desempleo, las soluciones parche.
Con la noche vienen la meditación y el renuevo. Una vida agitada para cualquiera,
Steiner la conduce relajado y sereno. Siempre dispuesto al humor y las bromas, sobre
todo con las euritmistas a quienes encuentra demasiado mı́sticas.

Ha nevado sobre Dornach al cumplirse el primer aniversario del incendio. Dr.


Steiner se halla invitado a una recepción de Año Nuevo. Entre la concurrencia,
alguien logra servirle un alimento envenenado. No sucumbe, pero a partir de ese
dı́a, su sistema digestivo arruinado casi no tolera alimento alguno. Una muerte lenta
por inanición se prolongará 15 meses. Médicos y él mismo recetan los preparados
homeopáticos que sostienen su voluntad de seguir adelante con sus actividades.
Graf Keyserlingk ha organizado un seminario agrı́cola en su propiedad de Kober-
witz, en Prusia. Durante la semana de Pentecostés, Steiner habla y discute con
ingenieros agrónomos y cultivadores locales que ya constatan los estragos provocados
por los métodos de la razón utilitaria en su medio ambiente natural.
Steiner comenta lo ferruginoso del agua de Koberwitz y del color de su tierra.
‘Cada predio es un organismo con su carácter propio...
Las últimas décadas han producido una extensa literatura dedicada a los problemas
de la tierra, desde un punto de vista social y económico. Poco valor tiene si se pierde

29
de vista lo básico: la fertilidad perdurable del suelo y la calidad nutritiva de sus frutos.
...En lo que a agricultura se refiere, las teorı́as modernas enfatizan causas y efectos
quı́micos y fı́sicos. Vamos a partir con lo que vive en la naturaleza detrás de lo quı́mico
y lo fı́sico, y que tiene la mayor importancia para las plantas y los animales. El hombre
se ha emancipado bastante de estas influencias, pero la planta vive en relación estrecha
con el contorno planetario.
Quiero hablar antes que nada del cuarzo, el componente principal del granito. En el
granito y en otras combinaciones minerales, constituye un 90% de la costra terrestre.
Ligado al oxı́geno, produce los hermosos cristales en forma de prisma y de pirámides.
Suprimiendo el oxı́geno, queda silicio. Por sı́ solo, este elemento constituye el 28%
de la superficie terrestre sólida.
Al constatar que no se disuelve en el agua y no nutre a la planta, los libros de
agronomı́a lo toman poco en cuenta. La práctica, eso sı́, demuestra que un suelo
arenoso es necesario para el cultivo de la zanahoria y las papas, indicando que el silicio
puede irradiar hasta el nivel subterráneo de la raı́z los procesos luminosos generados
en la esfera del sol, la luna y los planetas. En los sentidos del hombre, abiertos a las
impresiones del cosmos, actúa igualmente el silicio.
Pasando a la cal, encontramos una sustancia extraordinariamente ávida. Todo lo
que la tierra ofrece, la cal desea apropiárselo. Sobre todo aspira hacia el nitrógeno...
Las leguminosas - especie tan importante para el hombre y el ganado - cumplen la
tarea de transmitir nitrógeno a la cal del suelo...
La fuerza plástica del carbono da su estructura a la planta. Su labor no es fácil.
Sólo con la ayuda del animoso nitrógeno, la sensibilidad cósmica del silicio, el agua, la
arcilla comunicativa, porciones mı́nimas de hierro, azufre, fósforo... logra el carbono
domar e integrar calcio a la estructura vegetal.
En el invierno la tierra se abre más a las fuerzas de cristalización, las influencias
formativas irradiadas de las diferentes direcciones del Zodı́aco... La tierra se hace
más mineral, y libre de los lazos envolventes de la vida planetaria. Por eso, el trigo
se siembra en otoño. Es necesario que su germen pase el invierno sometido a este
proceso de cristalización si ha de transferirnos sus fuerzas formativas...
Se habla de la complejidad de la molécula de proteı́na en la semilla, considerando
que la planta entera ya debe hallarse de algún modo presente. En realidad, la semilla
pasa por un estado caótico que disuelve sus propiedades. Este caos actúa como un
imán en el cual una constelación especı́fica del cosmos imprime su sello.
¿Y qué hay que actúe en sentido contrario, estimulando la expansión de la forma,
la acumulación de materia, la vida tangible? Esto es el humus. El humus opaco,
opuesto a la luz... Con el humus entramos de lleno en la cuestión fundamental de
la agricultura: el abono y cómo debe abonarse.. Abonar significa vitalizar la tierra;

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tomando en cuenta el largo plazo, hay que decir que la única manera racional de
abonarla es aumentando su proporción de humus...’
Los biólogos que investigan el humus describen una sustancia terrosa, negra,
coloidal, asimilada directamente por la raı́z. En cambio, los abonos inorgánicos deben
disolverse en el agua: exigen más riego. Sus sales vuelven sedienta a la planta, lo que
aumenta su volumen pero no su esencia.
Una flora y fauna del subsuelo, en parte microscópica, especializada, (la reina
de estas entrañas del mundo es la lombriz de tierra) produce el humus. Tragando
toda materia orgánica de origen vegetal, animal, humano en descomposición, amal-
gamándole tierra mineral, y excretando cada dı́a su propio peso en forma de esta
nutrición rica, equilibrada de la planta. El hecho de pasar por estas diminutas vı́as
digestivas, neutraliza los virus y microbios de cualquiera enfermedad. Los ecólogos
acusan la irresponsable humanidad moderna que rompe un circuito natural al envene-
nar rı́os, mares, lagos con excrementos en lugar de reciclarlos en la tierra y permitir la
labor de estos abnegados y competentes transmutadores de contaminación en tierra
fértil.
‘En un predio, el manejo de materia orgánica descompuesta, sea del establo o de
la casa, resulta sacrificado debido a su fuerte olor desagradable. Normalmente, una
piel recubre esta materia; al interior de un ser viviente no huele. Sólo despide olor
al salir a la superficie. Es menester recubrirla rápidamente de una ligera capa de
tierra o de hojas que haga de piel y contenga las radiaciones que deben actuar hacia
el interior del montón...’
Steiner introduce los preparados que emplea la agricultura biodinámica: pulver-
izaciones a base de cuarzo, útiles durante las primaveras y los veranos a menudo poco
asoleados del norte de Europa; el fertilizante potente que hiverna en cuernos de vaca
bajo la tierra; varios preparados a base de hierbas que optimizan la calidad del humus
y aceleran su formación.
La mayor parte de las preguntas de sus oyentes se refiere a las pestes que asolan las
plantas cultivadas. ‘El monocultivo es culpable. Si se practican rotaciones de cultivos
y plantaciones mixtas, las plantas en su variedad se sostienen mutuamente... El
campesino que cuida la vida larvaria que pulula en su subsuelo también debe ocuparse
de los insectos voladores y los pájaros del aire... Cuando alternan bosques, praderas y
deslindes de arbustos entre los campos cultivados, ciertos problemas no se presentan.
Las pestes son el resultado de la ruptura de un equlibrio...’
Los campesinos encuentran simpático al Herr Doktor. Sólo les extraña que nunca
coma con ellos. No sospechan que es para ocultarles que casi no come.

A partir de setiembre, Steiner no puede mantenerse en pie sin ayuda. Se hace

31
instalar un lecho de campaña en su taller. Ahı́ lo espera el alto-relieve de madera
inconcluso que tallaba a ratos perdidos. Representa al Cristo alzando una mano
hacia las nubes en el gesto de detener el vuelo de un rostro alado, imagen de la
belleza demacrada y conmovedora de Lucifer. Su otra mano baja para retener en el
espacio subterráneo a Ahriman-Satan, viejo como la muerte, las alas rotas, retorcido,
prisionero de raı́ces roedoras y de los lazos electromagnéticos de la materia.
Inmóvil, los ojos hundidos en su máscara premortuoria, Steiner sigue mentalmente
muy activo, muy práctico en sus consejos a los arquitectos y escultores que levantarán
el Goetheanum despues de su muerte. Conversa con todos los que acuden reclamando
sus últimas luces. Durante las vacaciones de Navidad, afina detalles del programa
escolar con los profesores venidos de Stuttgart.
Dicta cartas. Y su autobiografı́a que le devuelve la frescura matinal del bosque de
Neudörfl, junto a su hermana Leopoldine - la Poldi que sale a su encuentro cuando
llega tarde del colegio.
Los recuerdos registrados sólo alcanzan 1900.
Finaliza marzo - tiempo de equinoccio que convierte el invierno en primavera - y
Rudolf Steiner se desprende de su cuerpo consumado.

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¿Y el legado de Rudolf Steiner? ¿Qué puede significar en el mundo actual? Según
Saul Bellow, Premio Nobel de Literatura (1979):
‘Rudolf Steiner nos invita a ver y a pensar como se manifiesta el espı́ritu en el
universo y en las almas. Responder a esta invitación, hoy en dı́a no es fácil. Una falsa
conciencia recubre los hechos de teorı́as, estadı́sticas, retórica – categorı́as muertas del
intelecto que no llevan a parte alguna. Los medios de comunicación masiva – prensa,
televisión, radio – retumban hablando de nada. El público no debe saber lo que pasa.
Saturemoslo de bagatelas en tono serio. Hay que sabotear la claridad mental...
... Me da un poco de risa cuando algun destacado cientı́fico descrubre que el mate-
rialismo cientı́fico de los últimos siglos ha desatado una actividad humana presa de ilu-
siones, provocadora de catástrofes. Culpando a los polı́ticos y los intereses económicos,
el experto denunciará el envenenamiento por el plomo que inflama y esclerotiza el sis-
tema nervioso y el cerebro; o la saturación del suelo y las aguas con los pesticidas y
abonos nı́tricos; o la capa de ozono agujereada, el recalentamiento global, la explosión
demográfica, la desertificación...
¿Habrá que investigar y enmendar sólo causas materiales? Desde luego, si no hay
otra cosa. ¿No es lo que viene asegurando la venerada ciencia? Entonces, ¿porqué
hemos de abstenernos de adquirir y conservar bienes materiales, de satisfacer nuestros
diminutos, ávidos egos, si no hay otra cosa?
Serı́a necesario decir: hay espı́ritu. But that is taboo.’

Un fı́sico del Goetheanum, Georg Unger, cuestionado respecto a su posición frente


a los problemas candentes del presente, responde:
‘Como ciudadano y cientı́fico debo oponerme a la proliferación de reactores nu-
cleares; a los usos industriales y urbanos que ponen en peligro el medio ambiente; a
la destrucción de los bosques; la contaminación... Mi deber es apoyar una pedagogı́a
que se dirige a la esencia espiritual del niño y del joven; una organización a la cul-
tura; una agricultura ecológica; una medicina y farmacologı́a basada en conocimientos
amplios de los procesos del cuerpo...
Como antropósofo me encumbe, además, difundir conceptos poco co- rrientes.
Urge, decı́a Rudolf Steiner, divulgar verdades esenciales, reservadas hasta ahora a
pequeños grupos de iniciados.
Sepamos que las fuerzas naturales que constituyen el mundo no son moralmente
neutras. Son poderes supradimensionales que viven y evolucionan, englobándonos..
¿Cómo pudo, con el tiempo, una parte de la Creación volverse conflictiva, parasitaria,
mala? Hay que aceptar la evidencia del posible mal empleo de la libertad. Lo grandioso
es el esfuerzo por transformar el mal en bien.

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En el lugar de los antiguos dioses, ángeles y demonios, la ciencia actual coloca ab-
stracciones matemáticas y mecanismos complejos. Esto responde a la tarea de nuestra
época: ahondar en los misterios de la materia. En seguida, nuevos iniciados recono-
cerán el Espı́ritu viviente en los confines de la muerte.
...Cuando la tecnologı́a utiliza las fuerzas eléctricas, vinculándola por medios mecánicos
al magnetismo, se está sirviendo de la dualidad de Poderes que subyacen al mundo
fı́sico mineral, ajenos a la vida.
Según la fı́sica, en su aspecto de onda, la electricidad se aparenta a la luz. Según
la ciencia esotérica, es luz caı́da de una esfera superior, aportada por Lucifer.
Y en los fenómenos magnéticos actúa Ahriman – el contrincante del Espı́ritu Solar
de los antiguos persas; el Satán de los judı́os.
¿Quiere decir que debemos partir en guerra contra la civilización electromagnética?
Ciertamente no. El hombre moderno está capacitado para vivir en compañı́a de Lu-
cifer y Ahriman, si lo sabe.
En el plano subjetivo, Lucifer (orgullo) y Ahriman (materialismo) son los guardianes
del Umbral, los que detienen al pensador ante el acceso al conocimiento de las ver-
dades esenciales. Sólo la abnegación, el don de si, vence estos obstáculos. Las tenden-
cias egoı́stas, aun las más refinadas, obstruyen el paso. Para quien cruza el umbral,
comienza el encuentro con el Cristo cósmico. El Logos, el Regente de las constela-
ciones de Poderes que forman, vivifican, inspiran a la humanidad...’

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Los aportes de ciencia contemporánea proceden, principalmente, de los siguientes
libros para no especialistas:

‘A brief history of time. From the big bang to black holes’ de Stephen Hawking.

‘To the edge of the universe’. Album de fotografı́as y descripciones del espacio exterior
publicado por NASA.

‘Chaos, making a new science’ de James Gleick.

‘Schönheit im Chaos’ de H. O. Peitgen y colaboradores.

‘Einstein’ de Hilaire Cuny.

El lector interesado en las fuentes del presente escrito - las conferencias y los en-
sayos de Rudolf Steiner y de otros autores antropósofos - puede dirigirse a ‘Bücherverkauf
am Goetheanum, Dornach-bei-Basel, Suiza’ que proporciona catálogos y libros re-
queridos.

Algunas obras básicas han sido traducidas al español gracias a:

‘Epidauro’ editorial y librerı́a en Buenos Aires.

‘Arte y educación’ Cañada 220, Jardines del Pedregal, México D.F. 01900.

‘Editorial Rudolf Steiner’ Calle Guipuzcoa 11-1, 28020 Madrid.

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