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Introducción
El trabajo arqueológico permite el contacto diario con los habitantes de las comunidades
rurales, con su vida cotidiano, costumbres y creencias. La siguiente ponencia describe e
intenta proponer como el trabajo arqueológico permite acercarse a los elementos míticos
manejados por los habitantes de una comunidad rural, en este caso se describe la
experiencia vivida con los habitantes de los ejidos el Tigre y el Chilar en el Municipio del
Tigre, Campeche.
En la ponencia se presentan, además, los elementos míticos encontrados entre los habitantes
de los ejidos y se intenta plantear un esbozo de interpretación. Finalmente se concluye con
una reflexión entorno al trabajo arqueológico como vehículo para acercarse a la mitología y
cosmovisión de las comunidades vivas.
Definición de conceptos
En este apartado definiremos los principales conceptos que manejaremos en a lo largo de la
ponencia.
Experiencia de trabajo arqueológico
La experiencia de campo arqueológico no es otra cosa que el trabajo llevado a cabo por el
arqueólogo en templos, casas habitación, abrigos rocosos. Es el recorrido de superficie, la
identificación y mapeo de sitios, y la excavación sistemática. Para llevar a cabo estas tareas,
generalmente, aunque no en todos los casos, el especialista en el pasado debe de
transportarse, moverse físicamente, entrar en contacto con comunidades que en un principio
le son ajenas. El trabajo de campo implica necesariamente socialización, proceso que, por
desgracia, no siempre se lleva con éxito. La interacción llevada a cabo con los pobladores
es indispensable para llevar a buen término cualquier empresa de carácter arqueológico. Por
trabajo en campo es algo más que sacar tierra, que hacer mapas y clasificar cerámica, es
acercarse al lado humano, reflexionar entorno a nuestra propia otredad y nuestra
interrelación con otro tipo de cosmovisiones.
El acercamiento
Acercase es compenetrarse, aproximarse a la comunidad, a sus problemas sociales y a sus
costumbres y a su ideología. Es un intercambio que permite al extranjero volverse parte de
la cotidianidad, ganarse la confianza de la gente. En nuestro nos referiremos a la manera en
la que el trabajo arqueológico nos permite compenetrarnos con los estratos más profundos
de ideología de una sociedad, a los elementos míticos.
Elementos míticos
Hemos decidido acuñar este término para tratar de explicar el hecho de que en las
comunidades rurales, aunque ya no se conservan los viejos relatos míticos, si continúan
presentes elementos y personajes de los mito de antaño.
El elemento mítico es entonces una reminiscencia del mito que adquiere nuevas
dimensiones y se desvincula del relato original. Existen varias categorías de elementos
míticos, como personajes, lugares sagrados, y explicaciones aisladas de ciertos fenómenos
naturales y sociales.
El lugar
Los ejidos el Tigre y el Chilar se encuentran a las orillas del río Candelaria en el Municipio
de Candelaria, Campeche. Se trata de regiones rurales alejadas más o menos 80 km de la
cabecera Municipal.
El ejido el Tigre se encuentra asentado en las partes altas de las estribaciones al sur del río,
el Chilar en cambio, se encuentra ubicado al norte del río candelaria en una región
pantanosa.
Los ejidos son de creación más o menos reciente, pues fueron creados en los años 70. Una
buena parte de los habitantes del Ejido venía de regiones rurales de Tabasco.
Las principales actividades económicas son la pesca , la ganadería, la agricultura. Sin
embargo la mayor de los recursos que sostienen economicante a las familias provienen de
actividades realizadas por uno o más miembros de familia afuera del ejido. La mayor parte
de los habitantes se va a realizar cualquier tipo de trabajo a ciudades como Campeche,
Playa del Carmen, pero sobre todo Estados Unidos.
Los proyectos arqueológicos (cuando los hay) representan una importante fuente de
ingresos para la mayor parte de los pobladores. Al trabajo arqueológico se incorporan dos o
más miembros de cada familia y participan tanto mujeres como hombres. Un fenómeno que
lamo la atención quien escribe estas líneas fue que muchas de las mujeres que participaban
en el poyecto arqueológico eran cabezas de familia.
Ahora bien en el ejido del Tigre existen más o menos 50 casas, las casas se encuentran
dispersas y en su mayoría están hechas de madera con techos de lámina.
El ejido cuenta con una escuela primaria en la cual un solo profesor imparten todos los
grados. También existen servicios de agua potable y luz eléctrica, aunque esta última no fue
instalada, tras muchas gestiones, un año antes de que el proyecto se llevará a cabo es decir
en el 2004. La mayor parte de las casa no cuentan con servicio telefónico y sólo existen dos
pequeñas tiendas de abarrotes y excepto el camino principal, las calles no se encuentran
pavimentadas.
El Ejido el Chilar cuenta con un patrón más concentrado, cuenta con más o menos con 70
casas que forman un patrón de traza urbana. El ejido cuenta con una primaria y una
secundaria y posee los mismos servicios y las mismas carencias que el Tigre.
El río Candelaria y los pantanos que conectan con este son parte fundamental de la vida de
ambas comunidades. Representan una fuente de ingresos económicos por la pesca (antes de
la prohibición de su prohibición, una buena parte de la población se dedicaba la cacería del
lagarto que vivía en el río), una vía de comunicación y de interacción social pues el río y
los pantanos conectan a los dos ejidos, así como una fuente de mitos y leyendas.
La convivencia
No voy a relatar día a día la manera en la cual se dio la convivencia, quiero destacar
únicamente los puntos más importantes relacionados con el tema de esta ponencia.
La dinámica del trabajo de campo implicaba que nosotros lleváramos a cabo el registro de
los objetos encontrados por los trabajadores. Esta actividad nos permitía un primer
acercamiento con los trabajadores. Los descansos que de vez en vez teníamos dentro del
trabajo de campo nos permitía también conversar y conocer un poco mejor a la gente del
Ejido.
El trabajo diario era el que no permitía tener un contacto más directo con la población. De
manera secundaria teníamos algunos encuentros después del trabajo, especialmente durante
la época de la comida puesto que conversábamos con la persona que nos preparaba los
alimentos.
Si bien al principio la gente era bastante reservada con nosotros, con el paso del tiempo nos
ganamos su confianza, fue así que dentro de las charlas que teníamos con ellos, emergió de
manera espontánea y sin que nosotros nos lo hubiéramos propuesto de manera consciente el
tema mitológico, los relatos de criaturas fantásticas que habitaban los confines de los sitios
arqueológicos, las veredas, los pantanos y los ríos.
Los informantes
Denomino “informantes” a todas aquellos habitantes de la comunidad que nos narraron
algún tipo de relato que contuviera elementos míticos. En esta ponencia voy a dar cuenta de
cuatro relatos distintos. Estas narraciones nos fueron brindadas por cuatro personas: Doña
Carmen, El Pigua, Arturo y Don Pancho. A continuación presento una tabla que resume los
datos principales de los informantes, así como el lugar en el cual se llevó a cabo la
conversación.
Luces
A un costado del río Candelaria se forma un sistema de pantanos que conectan el Ejido del
Tigre con el Chilar. Arturo nos relato, mientras comíamos, que por las noches de las
épocas de secas se vía una luz que sobrevolaba el pantano. La luz provenía de las ruinas del
Tigre, comenzaba a girar hasta que llegaba al pantano, luego volvía a girar y se dirigía
hacia otras ruinas ubicadas en el extremo opuesto.
Las luces son temidas, Arturo nos dijo que esas luces eran el diablo y para comprobarnos
nos relato la siguiente historia. Un señor viajaba en su cayuco (lancha rústica tallada en un
tronco), ya había caído la noche, el señor vio entonces una luz que se le acercaba, la luz
tenía alrededor suyo esferas de colores. Las bolas giraban y parecían multiplicarse, el señor
estaba aterrorizado, entonces se acordó de los rezos que su madre le había enseñado de
niño, cuando comenzó a orar la luz se alejó, por eso Arturo nos decía que la luz era el
diablo, porque se alejaba con oraciones.
Arturo nos relato otra historia. Había un señor al que le gustaba cazar venado, una noche
andaba merodeando venados por la zona pantanosa, de pronto vió a la luz acercarse hacia
él, la luz se dividió y le comenzó a dar vueltas, el se tiró en el piso y apagó su linterna, en
ese momento la luz se marcho.
Arturo y su sobrina nos platicaban que la luz se veía sobre el pantano sobre todo durante la
época de secas, en Mayo. Cuando la luz se les llegaba a acercar a la casa de nuestro
informante, él sacaba su biblia y se ponía a rezar. La luz según el, podía ser el diablo,
aunque el nos comentaba también otra interpretación. Se pensaba que la luz era una
máquina o un experimento hecho por los alemanes.
La mayor parte de los habitantes del ejido hablaba de la luz, aunque relataban nunca
haberla visto.
Aluxes
Los duendes, chaneques o Aluxes son pequeños personajes que forman parte de un folklore
que se extiende desde Veracruz hasta Yucatán. En Veracruz los chaneques, equivalentes de
los Aluxes, habitan en cuevas y montañas y se encuentran bajo las ordenes del chaneco o
señor de los animales, son sus servidores, sus intermediarios con el otro mundo, se
encargan de proteger los bosques del chaneco y castigan a aquellos que matan sin permiso a
los animales de su amo (González, 1993).
Las características de los Aluxes o chaneques, la organización jerárquica de la que dan
cuenta autores como González Phillips los emparentan con los Tlaloques, o servidores de
Tláloc, pequeños seres de la mitología prehispánica, habitantes de cuevas y montañas
(Sahagún, 1985)
Los aluxes tienen varias funciones, realizan travesuras a los seres humanos, los molestan
cuando transgreden sus espacios, roban a los niños. Es decir la relación puede ser de
carácter dañino o de carácter lúdico enfocada en defender sus territorios o sustraer a los
niños. Cabe destacar la asociación que existe entre niños y aluxes, pues estos pequeños
personajes poseen características infantiles, el juego por ejemplo, además son pequeños
como un niño y encaminan sus acciones más dañinas a la sustracción de infantes.
Ahora bien los aluxes comparten algunas de las características descritas para los chaneques
en el área de Veracruz, habitan en cuevas y montes, son seres pequeños con características
mágicas y causan daños, los aluxes comparten también características con los tlaloques. La
cuestión es que en el Ejido del Tigre no se les relaciona con ningún personaje como el
Chaneco, no se le menciona siquiera. No se habla de jerarquías y no se relatan más mitos
con respecto a este personaje. Son pues elementos míticos aparentemente aislados,
seguramente nuevos trabajos de campo nos mostrarán nuevos tipos de información.
Luces
Existen relatos de luces en otras partes de México. En regiones rurales dl Altiplano central
se habla de bolas de fuego que sobrevuelan por las noches lugares con agua, se trata, según
los pobladores, de brujas. En Veracruz y en las regiones de los Tuxtlas se habla también de
luces. En jalisco y el occidente de México se dice que las luces suelen verse sobre lugares
en los que existen tesoros enterrados. En Panamá se dice que las luces son espíritus que
indican la ubicación de tesoros y de cofres con dinero (de la Guardia, 1976: 411-412).
En el caso de los ejidos el Tigre y el Chilar las luces son atribuidas al diablo o a
experimentos de científicos extranjeros. Llama la atención como la ciencia y el científico se
vuelven parte de un folklore. Creo que el elemento importante aquí es el del extranjero, las
luces son maléficas y son atribuidas a personajes provenientes que vienen de afuera, como
si el mal fuera siempre algo externo a la comunidad.
Ahora bien hablemos de lo más importante, la función. Las luces siguen a las personas
durante la noche, en un caso es claro que castigan por transgredir ciertas reglas, es decir,
por intentar cazar al venado, en el otro caso la luz simple espanta al viajero nocturno,
pudiera ser que la luz es una especie de aviso o de castigo por andar en el pantano a hora
impropias; en todo caso parece que la función de la luz es dañar, como la de casi todos los
seres fantásticos.
Bibliografía
De la Guardia Roberto
1976 Mitología Panmeña, Instituto Nacional de Cultura, Panamá, Colección Dabaibe,
Número 2, Panamá.
Propp Vladimir
1999 Morfología del cuento Séptima Edición, Editorial Colofón, México
Sahagún Fray Bernardino De
1985 Historia General de las Cosas de Nueva España Sexta Edición, Sepán Cuantos,
300, Editorial Porrúa, S. A, México
Vargas Ernesto
2001 Itzamkanak y Acalán: Tiempos de crisis anticipando el futuro, Instituto de
Investigaciones antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México,
México