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Universidad de Chile

Facultad de Ciencias Sociales


Departamento de Antropología

Análisis de un Taller Lítico


Sitio CBL-96
Combarbalá, Chile.

Informe de Práctica Profesional

Alumna: Jaie Michelow


Profesor Guía: Donald Jackson

Diciembre 2008
INTRODUCCION

El sitio CBL-96 se ubica en la cuenca sur-oeste de Combarbalá, Provincia del Limarí,


Región de Coquimbo [Fig. 1 y 2]. Constituye un yacimiento superficial de alta densidad de
material lítico, sin registro de presencia cerámica. Se ubica sobre una formación con
afloramientos rocosos a cielo abierto, de brecha-hidrotermal, utilizado en tiempos
prehistóricos para aprovisionamiento de materia prima y localidad de procesamiento inicial
de instrumental lítico. La funcionalidad de sitio propuesta (Méndez et al, 2006) corresponde
a la categoría de cantera-taller como extensión funcional de CBL-94, un sitio adyacente
correspondiente a un asentamiento habitacional.

El estado de conservación del sitio es regular, pues a pesar de la abundancia de material, su


larga exposición al intemperismo, transporte y pisoteo lo hacen aparecer alterado.
Probablemente refleja baja resolución y alta densidad ocupacional, producto de múltiples
reocupaciones; las cuales no son posibles de precisar cronológicamente. La naturaleza del
sitio como afloramiento natural de brecha hidrotermal, adecuada para el aprovisionamiento
de materias primas líticas, lo perfilan como un locus de alta atracción para las poblaciones
humanas a lo largo del tiempo.

La cronología del sitio es indeterminada, aunque la ausencia de fragmentos cerámicos


soporta la interpretación de ocupación del sitio por parte de poblaciones cazadoras-
recolectoras. Se plantea una probable adscripción al Complejo Cultural Huentelauquén –
Industria Cárcamo (op. Cit.).

El conjunto lítico comprende una cantidad representativa de núcleos y derivados (lascas y


otros– como por ej. trozos angulares o fragmentos aberrantes) elaborados en materia prima
local (brecha hidrotermal), los cuales permiten abordar mediante su análisis, la evaluación
de la funcionalidad del sitio propuesta –como cantera-taller – a través de la estimación de
las expectativas arqueológicas detalladas a continuación.

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ANTECEDENTES

Contexto Cultural

El Complejo Cultural Huentelauquén fue propuesto a partir de las investigaciones de


Iribarren (1961) y Gajardo (1963) en el sitio tipo de Huentelauquén y los aportes de
Bahamondes (1969) en la zona de Pichidangui. Este complejo se ha considerado
eminentemente costero y está representado por un conjunto lítico cuyos artefactos más
diagnósticos son las puntas lanceoladas de pedúnculo ancho y los litos geométricos
(Iribarren, 1961; Jackson, 1998). Posteriormente, a partir de sitios como Quebrada Las
Conchas en la II Región (Llagostera, 1977) se ha expandido espacialmente la presencia de
este complejo cultural hacia el litoral del Norte Grande del país; mientras temporalmente se
asigna su extensión a momentos del Holoceno Temprano (11.000 – 8.000 AP) (Jackson y
Mendez, 2004).

La llamada Industria Cárcamo (Ampuero 1969; Castillo y Rodríguez 1977-1978)


identificada hacia el interior del semiárido, constituye un conjunto de evidencias que
guardan considerable similitud con el Complejo Cultural Huentelauquén en cuanto a la
composición del material lítico. El sitio Cárcamo (provincia del Elqui) es un taller lítico de
aprovechamiento de materia prima local (basaltos y areniscas), sobre las cuales se
manufacturaron puntas pedunculadas, raspadores, cuchillos bifaciles, raederas, además de
encontrarse artefactos relativos al proceso de talla, como núcleos, derivados, desechos y
preformas (Jackson, 1998); el material Cárcamo se caracteriza por su baja formatización, en
su mayor parte trabajados por percusión directa, abundancia de dorsos naturales y
utilización del plano de lascado como base del instrumento (Ampuero, 1969). El sitio La
Fundición, también representativo de la Industria Tipo Cárcamo muestra una cantera-taller
con profusión de núcleos, artefactos “toscos”, fracturados y desechos, además de algunas
preformas de instrumentos (Castillo y Rodríguez, 1977-1978).

Se ha postulado que hacia el interior las ocupaciones por parte de los grupos costeros
habrían sido efímeras y estacionales, impulsadas por la búsqueda de recursos

2
complementarios, lo cual explica la presencia de conjuntos artefactuales menos densos,
genéricos y carentes de rasgos diagnósticos como las puntas lanceoladas pedunculadas y los
litos geométricos (Jackson, 1998).

Marco Referencial

La tecnología es un aspecto de la cultura humana de especial importancia, pues comprende


los objetos materiales y los saberes necesarios para asegurar la subsistencia física y social
del grupo; como tal está determinada tanto por constreñimientos naturales como también
por valoraciones culturales. Su estudio en arqueología es particularmente interesante pues
supone que mediante el análisis de las dimensiones tecnológicas de una sociedad podemos
aproximarnos de manera adecuada a otras dimensiones sociales que se ven mediadas y
modeladas por la tecnología y su organización. Tradicionalmente la visión antropológica ha
vinculado la tecnología con la perspectiva adaptativa, como un mediador entre cultura y
ambiente, pero no es esta la única forma, pues existen visiones alternativas que consideran
a la tecnología como un fenómeno determinado principalmente por pautas culturales de
carácter cognitivo.

Según Torrence (1989), la tecnología es una respuesta humana orientada a la solución de


problemas y las herramientas no son metas en sí mismas (elaboradas como objetivo) sino
que son hechas y usadas como parte de estrategias para lidiar con el ambiente físico y
social. En el marco de estas estrategias se imbrican diferentes elementos: los instrumentos,
las personas y los saberes; todos los cuales remiten tanto a los determinantes naturales
como a los culturales. En cuanto a la tecnología lítica, los constreñimientos físicos
comprenden tanto la disponibilidad de materias primas como otros recursos de subsistencia
(por ej. agua o alimento) y los determinantes sociales, por su parte, abarcan desde los
patrones de movilidad hasta diferentes estrategias privilegiadas por los grupos humanos
(por ej. de caza).

Hayden (et. al, 1996) señaló una lista de factores que modelan la producción de
instrumentos:

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• Acción – precisión, fuerza, eficiencia, cantidad, tiempo, riesgo
• Materiales – disponibilidad, costo, calidad, desgaste
• Tecnológicos – tecnología disponible, desempeño, habilidad, reparación
• Socioeconómicos - movilidad, transporte, acumulación
• Diseño – peso y tamaño, vida útil, especialización, confiabilidad, versatilidad,
facilidad de reparación.

Desde esta perspectiva se aprecia que la producción de instrumental lítico es un proceso


complejo, organizado en etapas, donde se distingue el aprovisionamiento, manufactura,
uso, descarte y reciclado. La perspectiva “desde el sitio” (Bellelli, 2005), aquí aplicada,
comprende tanto los artefactos descartados, los subproductos de talla y las matrices
iniciales.

OBJETIVOS

El presente trabajo intenta evaluar la funcionalidad propuesta del sitio CBL-96 como
cantera-taller a partir del estudio de su material lítico.

Objetivo General:
Estudio del material lítico proveniente del sitio CBL-96, análisis y caracterización.

Objetivos Específicos:
- Caracterizar el conjunto lítico recuperado.
- Identificar decisiones culturales y/o recurrencias en la actividad de talla dentro del
conjunto.
- Explicar los subconjuntos obtenidos en el material dentro de un esquema de
aprovechamiento de materias primas.

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METODOLOGIA

El análisis de material lítico en arqueología puede abordarse tanto desde la perspectiva de


los objetos terminados (centrándose en tipologías y seriaciones), como desde la perspectiva
del análisis de materiales descartados. Aquí proponemos enfrentar el análisis del material
lítico del sitio CBL-96 desde una perspectiva abarcativa que comprende todos los tipos de
artefactos disponibles: núcleos, desechos primarios, desechos secundarios y artefactos
descartados según el protocolo elaborado por Soressi y Geneste (2006).

El universo inicial de piezas fue el resultante de una recolección sistemática realizada en el


sitio CBL-96, donde se trazó una grilla de 40 cuadrículas de 2x2 m cada una (en una
superficie total de 160 m2).

El primero paso fue distinguir los artefactos, los cuales constituyen las unidades de análisis,
dentro del universo de material lítico recolectado, siendo éstos todas aquellas materias
primas seleccionadas y procesadas, aunque estén o no terminadas. Vemos así que la
primera etapa en la clasificación del material segrega los elementos producto de actividades
culturales (artefactos; n° = 403) y aquellos elementos naturales no-artefactuales (los cuales
fueron descartados del análisis).

En la clasificación del conjunto lítico se distinguieron las siguientes categorías: núcleos (n°
= 65), trozos angulares (n° = 76), derivados de núcleo (n° = 257) e instrumentos (n° = 5)
[Tabla 1, Gráfico 1]. La totalidad del conjunto1 está constituido por una materia prima
silícea de grano medio, de tipo brecha hidrotermal, de calidad irregular –varía
predominantemente entre media y baja—.

La materia prima del conjunto lítico se consideró como única pues corresponde a un solo
afloramiento local. El material lítico en brecha hidrotermal presenta variedad de
coloraciones (amarillo, rojizo, café, gris y crema) las cuales provienen de los mismos

1
Excepto dos de los instrumentos; un percutor en materia prima porosa de grano grueso y un fragmento de
percutor en materia prima de grano medio, ambos de andesita de baja calidad.

5
bloques o nódulos (abundantes en vetas); pudiendo una misma pieza expresar dos o más
coloraciones. No se observa diferencia sustancial en la calidad de talla.

El núcleo es el artefacto inicial en tecnología lítica, un bloque de roca inicial elegido


intencionalmente para ser fracturado, desde el cual se desprenden piezas durante el proceso
de talla y en el cual quedan las marcas de ese proceso (Bleed, 2001).

Los núcleos a su vez, fueron sub-clasificados en los siguientes tipos según la forma de
astillamiento que presentan: núcleos poliédricos (n° = 8), núcleos unidireccionales (n° =
17), cantos astillados (n° = 39) y núcleos de percusión bipolar (n° = 1) [Tabla 2, Gráfico 2].
Los cantos astillados son nódulos naturales, o fragmentos de estos, con astillamiento
irregular y presencia de corteza en al menos 50% de la superficie. Los núcleos poliédricos y
unidireccionales son piezas iniciales con más de tres extracciones y con ausencia de
corteza, o corteza presente en menos del 50% de la superficie; entre ellos se distingue según
la dirección de las extracciones, respectivamente, si la talla se realizó en múltiples
direcciones (generando planos que se intersectan) o en una sola dirección con extracciones
paralelas [Fig. 3 y 4]. Un único núcleo presenta huellas de percusión bipolar; es decir,
aplicación de fuerza sobre la pieza apoyada planificadamente a fin de obtener una fractura
recta desde un punto de impacto doble (el superior de aplicación manual y el opuesto desde
el yunque) y un mejor aprovechamento de los derivados resultantes.

Los trozos angulares o indiferenciados (Bellelli, 2005) son aquellas piezas en las cuales no
se puede distinguir porción dorsal y ventral, de bordes irregulares y angulosos, de formas y
tamaños diversos, las cuales se desprenden durante la talla por percusión en la reducción de
núcleos o bloques. Se explican por la fragmentación errática de la materia prima presente
(brecha hidrotermal de baja calidad), con abundantes inclusiones, grietas y vetas de calidad
variable. No se observa en ellos corteza exterior de tipo nodular (permitiendo inferir su
carácter de desecho secundario).

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La sub-clasificación de los trozos angulares se realizó en base a tamaño y coloración2. Los
grupos resultantes son: trozos angulares amarillos grandes (n° = 24), trozos angulares
amarillos pequeños (n° = 22) y trozos angulares grises pequeños (n° = 30) [Tabla 3, Gráfico
3]. El conjunto gris presenta tanto fragmentación abrupta e irregular como superficies
curvas de fractura, alta presencia de vetas y clivajes, los tamaños varían entre los 3 y 7 cm
de lárgo máximo y son predominantemente espesos. El conjunto amarillo también presenta
abundantes grietas y vetas internas; las piezas pequeñas (entre 2 y 8 cm) tienden a formas
cúbicas y bordes rectos, mientras que las grandes (entre 9 y 15 cm), también espesas,
presentan formas tendientes a rectangulares, cortes angulares y curvas (lo cual puede
sugerir intentos de talla, si bien no presentan otros atributos analizables) [Fig. 5 y 6].

Consideramos como derivados de núcleo a aquellas piezas resultantes del proceso de


reducción lítica, desprendidas mediante el proceso de talla, y que expresan atributos
especiales (como por ej. Al menos distinguir cara ventral y dorsal y presencia de talón y/o
porción distal). Los derivados de núcleo identificados (n° = 257) se distribuyen en los
siguientes tipos: fragmentos (n° = 159), lascas (n° 94) y láminas (n° = 4) [Tabla 4, Gráfico
4].

Los instrumentos identificados (n° = 5) comprenden: un percutor, un fragmento de


percutor, un cepillo y dos piezas bifaciales de mediana formatización [Fig. 7 y 8]. Cabe
descatar que tanto el percutor como el fragmento de percutor no son de brecha hidrotermal,
siendo entonces extra-sitio. El percutor de materia prima porosa, pequeño, de forma
adecuada para el asido manual y con huellas de picoteo en ambos extremos (entre los
cuales se identifica un largo máximo de 77 mm). El fragmento de percutor es de forma
cilíndrica adecuada para el asido manual, presenta un extremo romo con huellas de picoteo
y el otro fracturado; la materia prima es de grano medio.

2
La diferencia de coloración es notoria; lo cual en este caso es indicativo de selección de bloques o núcleos
de talla y no de calidades diferenciales.

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RESULTADOS

Materias primas

La materia prima del conjunto lítico analizado (brecha hidrotermal) es de calidad media-
baja por la abundante presencia de inclusiones y irregularidades resultantes en clivajes y
fracturas erráticas al tallar. El total de los trozos angulares (19% del conjunto) se interpreta
como resultado de esta particularidad; pues los bloques o núcleos al someterse a una fuerza
por percusión, cede en lugares anexos al plano de fractura intencional.

Sobre los derivados analizados, el 26% presenta clivajes y el 66% presenta fracturas (ya
sean longitudinales, transversales o ambas) [Tabla 5 y 6].

Otra característica de talla errática es la presencia de bisagras; si bien se correlaciona tanto


con la pericia técnica como con la calidad de la materia prima, en este caso destacamos la
calidad variable de los bloques y nódulos disponibles. Un 16% de los derivados presenta
negativo de bisagra y un 8% presenta terminación en bisagra en el reverso de la pieza
[Tabla 7 y 8].

Ciertos atributos incluidos en el análisis del material fueron muy difíciles de identificar en
la presente materia prima, su estructura silícea de mediana-baja calidad no favorece la
expresión de atributos como estrías (identificables en el 16% de los casos) y ondas
(identificable en sólo el 4% de las piezas). El cono de percusión fue identificable en el 44%
de las piezas, el punto de impacto se presenta en el 30%, sin embargo sólo el 10% de ellas
mostró marcas de desportilladura bulbar [Tabla 9, 10 y 11].

Tamaños

Las etapas de la secuencia de producción lítica presentes en el sitio son las iniciales;
manifestándose mayor énfasis en la reducción de bloques o nódulos para utilización directa,

8
producción de instrumentos, o bien para producir núcleos de menor tamaño para transporte
o posterior utilización.

Comparando los promedios de tamaño se observa que los núcleos son de mayor tamaño que
sus derivados, a excepción de los trozos angulares grandes. El promedio de los largos
máximos de los núcleos es de 82 mm, el doble que los 44 mm promediados por los
derivados de núcleo (cuando fue posible obtener esta medida). La longitud máxima refleja
tamaños medianos, fáciles de manipular y altamente portables. La longitud máxima en los
trozos angulares, en cambio, alcanza los 150 mm, se explica por ser éstos resultado de la
reducción de bloques mayores desde donde se extrajeron los núcleos; los trozos angulares
pequeños (entre 20 y 80 mm) corresponden a los mismos eventos de talla o bien a etapas
posteriores en la secuencia de reducción.

Etapas de reducción

La primera etapa de reducción lítica es aquella en la cual se seleccionan los nódulos o


bloques naturales y se remueve la corteza exterior. Los núcleos (que representan el 16% del
total del conjunto), presentan en su mayoría remanentes de corteza. En los cantos astillados
se observa presencia de corteza en la menos 50% de la superficie; los núcleos poliédricos y
unidireccionales presentan en un 70% de ellos, remanentes de corteza.

Los derivados de núcleo (fragmentos, lascas y láminas analizadas) muestran corteza en el


dorso en el 37% de los casos (y un 16% presenta corteza en 50 a 100% de la superficie
dorsal). Asimismo, el 15% del total de talones contabilizados es de tipo natural (sobre
corteza) [Tabla 12].

Un 63% de los derivados de núcleo analizados no presenta superficie con corteza, lo que
indica que son pasos secundarios en el proceso de reducción lítica. Este segundo momento
se interpreta tradicionalmente como un paso más hacia la obtención de instrumentos
terminados (Bellelli, 2005); aunque es posible que el esquema de aprovechamiento del
material lítico disponible esté orientado a la producción de formabas base (matrices) y de

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filos vivos y no necesariamente a la producción de instrumentos formalizados. La
preparación del borde adyacente al punto de percusión se identificó en sólo el 4% de los
casos.

La presencia de aristas en el reverso de los derivados de núcleo es indicativa de un segundo


paso en la secuencia reductiva: en este caso, esta característica se presenta en el 67% de los
casos (siendo estas paralelas en el 48% de los casos) [Tabla 13].

Pátinas

Los trozos angulares no presentan corteza, pero sí su superficie presenta variaciones en


brillo y textura3 indicativas de desarrollo de una pátina producto del intemperismo (acción
de agentes eólicos e hídricos). Algunas de estas piezas presentan extracciones posteriores
superpuestas sobre la pátina; si bien su naturaleza intencional es dudosa (pues en este tipo
de desechos no se identifica lascado intencional con atributos susceptibles de ser
analizados). La pátina fue identificada en sólo tres derivados de núcleo y en ninguno de los
núcleos o cantos astillados.

Decisiones tecnológicas

La selección de los núcleos y la planificación de las extracciones se observa regularizado


pues corresponde a dos patrones principales: núcleos poliédricos y unidireccionales (8 y
12% del total de núcleos respectivamente – siendo el restante 60% correspondiente a los
cantos astillados con escasas extracciones).

Entre los derivados de núcleo analizados, el 51% presenta talón de tipo plano, 15% natural
y 28% quebrado (no identificable). Sólo el 6% de las piezas presenta talón de tipo rebajado,
facetado o seudo-facetado; lo cual corresponde a una baja planificación de los golpes de

3
La pátina observada es de textura suave y sedosa, suaviza y redondea los filos vivos y presenta un brillo
característico ausente en las superficies talladas en forma intencional.

10
talla, privilegiando formas sencillas o expeditivas (y no presentándose instrumentos
formalizados) [Tabla 12].

El 56% de los ángulos de golpe sobre los derivados de núcleo es recto (comparado con 30%
de ángulo oblicuo y 14% de ángulo no identificable) [Tabla 14]. Esta característica, junto a
la preferencia por producción de talones de tipo plano y la predominancia de aristas
paralelas y núcleos unidireccionales, son consistentes con una estrategia de
aprovechamiento de núcleos, orientada a la producción de formas base (matrices).

CONCLUSIONES

La actividad evidenciada en el sitio es de aprovechamiento de materia prima local para la


producción lítica; haya sido esta una estrategia de recolección inserta o primordial (Bellelli,
2005), sirvió para satisfacer los requerimientos tecnológicos de los grupos humanos que
ocuparon tanto el sitio CBL-96, como el sitio asociado CBL-98.

La única evidencia de utilización de materia prima foránea se constituye por los dos
percutores (una pieza completa y un fragmento), los cuales cabe destacar que proceden de
la misma cuadrícula (B3).

La concentración del material lítico en superficie es alta, pues presenta más de 10 piezas
por cada unidad de recolección (op. cit), considerando un total de 403 piezas distribuidas en
40 cuadrículas, en un área total de 160 m2. La densidad de piezas recolectadas varía entre
un mínimo de 2 piezas/unidad hasta 26 piezas/unidad, promediando 2,5 piezas por metro
cuadrado [Tabla 15].

El material lítico es abundante y de calidad variable; esta relación compensa la dificultad de


seleccionar las matrices adecuadas y la alta presencia de clivajes, con la gran cantidad de
material y la facilidad de procuramiento. Esta característica, sumada a la baja cantidad de
instrumentos descartados, sugiere la utilización expeditiva del material lítico local (Belardi

11
y Carballo, 2005) y una decisión cultural a favor de las formas base y filos vivos de
apropiación inmediata por sobre los formalizados.

El alto porcentaje de fracturas (62% de los derivados de núcleo analizados son fragmentos,
más los trozos angulares, suman 253 piezas = 58% del total de material) indica errores en
eventos de talla local.

Considerando también la alta proporción de piezas con corteza (tanto cantos astillados,
núcleos y derivados de núcleo con corteza dorsal o talón natural), se confirma la
funcionalidad de cantera-taller para el sitio CBL-96.

La cantera-taller (Torrence, 1989) es un tipo de sitio especial, pues es el punto inicial de la


secuencia productiva, ya sea que esta se complete en el sitio o en otro lugar, conectándose
además con otros componentes del sistema social, como por ej. los sistemas de
aprovisionamiento y patrones de uso y descarte.

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