You are on page 1of 90

Biblioteca José Jerónimo Triana

Número 30

Colección Retratos de la Biodiversidad


Número 2

Protagonistas de la Biodiversidad
en Colombia

Germán Amat-García
Jaime Aguirre Ceballos
Editores

Bogotá, Colombia
2015
Prohibida la reproducción, total o parcial, por cualquier medio sin la autorización
escrita del titular de los derechos patrimoniales.

© Jardín Botánico José Celestino Mutis

© Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Ciencias
Instituto de Ciencias Naturales

© Germán Amat-García, Jaime Aguirre Ceballos - Editores

Diseño y Diagramación: Andrea Kratzer M.

Impreso y hecho en Bogotá, Colombia.


Jardín Botánico Universidad Nacional
José Celestino Mutis de Colombia

Director Rector
Luisz Olmedo Martínez Zamora Ignacio Mantilla Prada

Subdirector Científico Decano de la Facultad de Ciencias


Mauricio Diazgranados Jesús Sigifredo Valencia Ríos

Subdirectora Educativa y Cultural (E) Vicedecano de Investigación


María Consuelo Noriega Toledo y Extensión
Jaime Aguirre Ceballos

Subdirector Técnico Operativo


Jorge Enrique Sánchez Segura Director del Instituto
de Ciencias Naturales
Germán Domingo Amat García
Colección Retratos de la Biodiversidad
Protagonistas de la Biodiversidad en Colombia

Germán Amat-García
Jaime Aguirre Ceballos
Editores

Jardín Botánico Universidad Nacional de Colombia


José Celestino Mutis Instituto de Ciencias Naturales

Director Director
Luisz Olmedo Martínez Zamora Germán Amat García
Comité Editorial Comité Editorial
(en orden alfabético) Biblioteca José Jerónimo Triana
Germán Amat García
Martha Patricia Hernández Moreno
Jaime Aguirre-Ceballos
María Eugenia Torres Cárcamo
Jaime Uribe-Meléndez
Diego Giraldo-Cañas
Contenido

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Directorio de autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Capítulo 1
Las raíces del conocimiento sobre la biodiversidad en Colombia
• La Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada
(1783-1812) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
• La Comisión Corográfica (1850-1859) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
• Creación de la Universidad Nacional de Colombia y las labores
pioneras de la Escuela de Ciencias Naturales (1867-1902) . . . . . . . . . . . . 20

Capítulo 2
Semilleros del conocimiento de la biodiversidad colombiana
• Constitución de la Sociedad de Ciencias Naturales
del Instituto de La Salle (1912) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
• El Instituto de Ciencias Naturales
de la Universidad Nacional de Colombia (1936) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Capítulo 3
La comunidad científica botánica colombiana de los años 1940
• El Instituto de Ciencias Naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
• Visión de sociedad del Instituto de Ciencias Naturales . . . . . . . . . . . . . . . . 41
• Legado nacionalista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

5
Capítulo 4
Protagonistas en la documentación de la biodiversidad nacional
• El Hermano Apolinar María (1867-1949) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
• El Hermano Daniel (1909-1988) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
• El Padre Enrique Pérez Arbeláez (1896-1972) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
• Richard Evans Schultes (1915-2001) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
• Hernando García Barriga (1913-2005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
• Jorge Ignacio Hernández Camacho,
“El Mono Hernández” (1935-2001) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72

Galería de otros protagonistas de la biodiversidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84


Bibliografía general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

6
PRESENTACIÓN

Por: Jesús Sigifredo Valencia Ríos


Decano Facultad de Ciencias
Universidad Nacional de Colombia

Con la Real Expedición Botánica, que de la colección “Retratos de la biodiver-


se inició en 1783 y se extendió por cer- sidad” en el marco de la biblioteca José
ca de 30 años, se dio inicio a un pro- Jerónimo Triana, los autores exploran
grama científico, el primero en su clase, las raíces históricas del conocimiento
que consistió en realizar un inventario sobre la biodiversidad en Colombia y
de la naturaleza existente en el Nuevo para tal efecto, se internan en dos colec-
Reino de Granada. Y esto aconteció tivos científicos que representan muy
casi seis décadas antes de que el Inge- bien el papel protagónico que tuvieron
niero Agustín Codazzi emprendiera el los semilleros en la institucionaliza-
proyecto denominado Misión Coro- ción de la investigación. La noción de
gráfica, una empresa colosal que luego, comunidad científica, cuyas caracterís-
en 1860, tuvo la necesaria continui- ticas se asociaron a sus objetos de in-
dad bajo el liderazgo Manuel Ponce de vestigación, ha ensamblado en la línea
León. Desde entonces, han pasado los de tiempo tanto academias y sociedades
siglos y a lo largo de ellos, Colombia como importantes núcleos para la prác-
ha vivido grandes iniciativas orientadas tica de los saberes.
a la estructuración y consolidación de
comunidades científicas que han dedi- Para el caso que en forma muy elegante
cado grandes esfuerzos al conocimiento ilustra este trabajo, los autores recurren
de la flora, la fauna, el suelo, el recur- a la fidelidad de una historiografía rigu-
so hídrico y el medio ambiente. Es así rosa, crítica y bien lograda; así logran
como biotas, comunidades científicas, una aproximación precisa a la confi-
personajes y acontecimientos han mol- guración de la comunidad científica
deado la historia natural de un territo- colombiana, en el campo de la botáni-
rio que con justicia se califica como el ca, de los años 1940. Luego, este trata-
país de la megabiodiversidad. miento histórico sobre el conocimiento
de la biodiversidad desemboca con la
En esta interesante obra, denominada reseña de tres importantes científicos
“Protagonistas de la biodiversidad en nacionales y dos extranjeros que, sin lu-
Colombia”, editada por los profesores gar a dudas, marcaron un hito por sus
German Domingo Amat García y Jai- conocimientos, sabiduría y talento, que
me Aguirre Ceballos, que hace parte los califica como grandes visionarios. La

7
obra culmina con la mención de “otros Universidad Nacional de Colombia. El
grandes” que por espacios editoriales Instituto de Ciencias Naturales, que fue
no pudieron tratarse a fondo, pero que fundado por el presbítero Enrique Pé-
solo sus nombres constituyen verdade- rez Arbeláez, en 1936, hace parte ahora
ros espacios dorados, de letra excelsa y de la Facultad de Ciencias, una entidad
bien decir, en los relatos científicos del que en 50 años de existencia ha demar-
país. cado una función central en la consoli-
dación de comunidades científicas y en
Este texto es un testimonio vivo de la el fortalecimiento de disciplinas para la
experticia y del conocimiento de ilus- construcción de nación.
tres profesores del Instituto de Cien-
cias Naturales, una entidad que hoy La presentación de este libro, el número
actúa como salvaguarda y depositaria 2 de la serie “Retratos de la biodiver-
de muchos de los resultados que en sidad”, a la comunidad académica y a
asuntos de flora y fauna, alcanzó la Real la sociedad en general es un motivo de
Expedición Botánica y otras numero- verdadero orgullo; representa una gran
sas misiones que con esos objetivos se dedicación institucional y la existencia
han desarrollado. Cabe destacar aquí de una sinergia, altruista y armónica,
el muy erudito concurso de los profe- entre la Universidad Nacional de Co-
sores Jaime Aguirre Ceballos, Germán lombia y el Jardín Botánico José Ce-
Domingo Amat García y Jaime Uribe lestino Mutis. Abrigo la esperanza de
Meléndez; también son bien recibidas que esta contribución editorial motive
las participaciones de Martha Patricia a todos los estudiosos e interesados en
Hernández Moreno, de la subdirección la historia de la ciencia y los conduzca
científica del Jardín Botánico, del histo- dilucidar no solo el enigmático miste-
riador Sergio Ospina Rey de la Univer- rio de la naturaleza colombiana, sino
sidad de los Andes y de Paola Marcela a conocer un poco más de cerca a sus
Triviño Cruz, estudiante del programa artífices.
de Maestría en Ciencias - Biología de la

Bogotá D.C., 25 de febrero de 2015

8
DIRECTORIO DE AUTORES

Sergio Ospina Rey


Jaime Aguirre-Ceballos Historiador
Vicedecano de Investigación y Universidad de Los Andes
Extensión s.ospinarey@gmail.com
Facultad de Ciencias
Universidad Nacional de Colombia Paola Triviño
Ciudad Universitaria
Bogotá, Colombia Estudiante
jaguirrec@unal.edu.co Programa de Maestría
Ciencias-Biología
Facultad de Ciencias
Germán Amat-García Universidad Nacional de Colombia
Director Ciudad Universitaria
Instituto de Ciencias Naturales Bogotá, Colombia
Universidad Nacional de Colombia pmtrivinoc@unal.edu.co
Ciudad Universitaria
Bogotá, Colombia Jaime Uribe-Meléndez
gdamatg@unal.edu.co
Instituto de Ciencias Naturales
Universidad Nacional de Colombia
Martha P. Hernández M. Ciudad Universitaria
Subdirección Científica Bogotá, Colombia
Jardín Botánico juribem@unal.edu.co
José Celestino Mutis
mhernandez@jbb.gov.co

9
10
AGRADECIMIENTOS

Los autores del número 2 de la serie El Instituto Tecnológico Metropolitano


retratos de la biodiversidad hacen pú- de Medellín (ITM), fue la institución
blicos sus agradecimientos a las institu- que a través del Dr. Lázaro Antonio
ciones y personas que directa o indirec- Mesa Montoya autorizó las fotos de
tamente contribuyeron a la gestación los hermanos Lasallistas presentadas en
de este producto editorial. En primer esta obra. La editorial de la Revista de
lugar a la Universidad Nacional de la Academia Colombiana de Ciencias
Colombia que, a través de la Facultad Exactas, Físicas y Naturales hizo lo pro-
de Ciencias y el Instituto de Ciencias pio para las fotos de R. Schultes.
Naturales, propiciaron las iniciativas
y las alianzas interinstitucionales para La bióloga Julia Sánchez de Hernán-
avanzar en el segundo número de esta dez fue muy generosa en suministrar
colección. Agradecimientos especiales información y documentos de Jorge
al Instituto de Ciencias Naturales por Hernández y la familia García brindó
las fuentes suministradas de su archivo también apoyo para la documentación
histórico. de Hernando García Barriga.

Agradecemos al Jardín Botánico de Un agradecimiento a los profesores del


Bogotá y a su director Dr. Luisz Ol- Instituto de Ciencias Naturales; algu-
medo Martínez Zamora, con quien se nos de ellos brindaron testimonio im-
suscribió un convenio de cooperación y portante en la organización de la infor-
entre las múltiples actividades propues- mación histórica. Finalmente, hacemos
tas se contempló la producción de esta un reconocimiento al biólogo Jorge
Colección, incluida a su vez dentro de la Contreras por toda su labor fotográfica
serie José Jerónimo Triana del Instituto dedicada a la ilustración de esta obra.
de Ciencias Naturales de la Universidad
Nacional de Colombia. A los comités
editoriales de estas dos instituciones se Los autores
agradece su apoyo y acompañamiento.

11
12
INTRODUCCIÓN

Elaborar una retrospectiva histórica por esto, se hace una análisis crítico de
sobre la generación y consolidación cómo era una comunidad científica en
del conocimiento de la biodiversidad los años 40 como la botánica, cuyo reto
colombiana es una tarea difícil y com- fue el de perfilar grandes iniciativas en
pleja, si se tiene en cuenta que la mayo- pro del conocimiento de la biodiversi-
ría de quienes escriben los capítulos de dad nacional. En este análisis se encon-
esta obra se formaron en el campo de tró un fuerte arraigo nacionalista dentro
las ciencias naturales y no de la histo- de la actividad científica de la comuni-
ria. Pese a esto, hemos trazado la tarea dad botánica, que consecuentemente
de recoger los episodios considerados pudo representar algunas condiciones
como los más relevantes, entre 1783 y positivas y otras no tanto (Capítulo 3).
1902, y que pueden formar parte de la
génesis de este conocimiento (Capítulo Presentar de manera personal e indi-
1). Por otra parte, algunos estudiosos vidual a los protagonistas del conoci-
de la historia natural, congregados en miento de la biodiversidad colombiana
comunidades científicas nacientes du- sería otra tarea difícil e inequitativa, en
rante el siglo XX, fueron la semilla para virtud a que podrían quedar al margen,
que nuevos investigadores encontraran por omisión involuntaria de los auto-
un ejemplo a seguir y un escenario en res, muchos personajes que merecida-
el área de las ciencias naturales más for- mente tienen su sitial en la historiogra-
talecido; tal es el caso de la obra de los fía respectiva. Pese a esto, presentamos
Hermanos Lasallistas y del Instituto de seis protagonistas que permiten tener
Ciencias Naturales que, a manera de una idea, también a manera de ejem-
ejemplos, son documentados por los plo sobre el perfil humano, académico
autores (Capítulo 2). y científico que pudieron lograr en sus
existencias. Algunos episodios parciales
La tradición científica de un país como de sus vidas, su legado y la socialización
Colombia ha sido un tema controver- de algunos productos de su quehacer
sial; algunas comunidades científicas científico, en torno a la biodiversidad,
durante el siglo XX tuvieron “proble- quedan plasmados en el libro tan solo
mas” de consolidación y este ha sido un como ventanas para que el lector pueda
factor que merece analizarse con cierto extraer provecho de sus vivencias ejem-
detenimiento y sin contemplaciones a plares (Capítulo 4).
la luz de los acontecimientos históricos;

Los editores

13
14
Capítulo 1

las raíces del conocimiento sobre


la biodiversidad en Colombia
Germán Amat-García

La Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada


(1783-1812)
Una de las empresas científicas más la recolección, el montaje de herbarios
importantes que ha tenido Colombia y demás colecciones como las zoológi-
ha sido la Real Expedición Botánica cas y las mineralógicas, la descripción,
del Nuevo Reino de Granada; se gestó el dibujo y la clasificación. Los prime-
hacia fines del siglo XVIII, más exacta- ros meses de la Expedición transcurrie-
mente en 1783 y se instauró por razo- ron en La Mesa de Juan Díaz en medio
nes de carácter político, ya que la Re- de exploraciones en Guayabal, el Ca-
volución de los Comuneros planteaba mino del Tigre, Doima, Tena, lagunas
al arzobispo-virrey Antonio Caballero y Verde y de Pedro Palo, la cuchilla Nariz
Góngora la urgencia de introducir re- de Escalante y las orillas del río Bogotá.
formas en el Nuevo Reino de Granada. En julio Mutis abandonó La Mesa y se
Se requería, por consiguiente, restaurar instaló en Mariquita, centro fijo de la
la fidelidad criolla al rey Carlos III de expedición durante siete años (Museo
España y el proyecto de una expedición Nacional de Colombia, 2008). En esta
naturalística resultaba muy estratégica. región tolimense se exploraron el valle
El proyecto se dió inicio con el lideraz- del Magdalena y las estribaciones de la
go del sacerdote y botánico gaditano Cordillera Central. Posteriormente se
José Celestino Mutis, quien llegó al país trasladó a Santa Fé, donde se coleccio-
el 24 de febrero de 1761 (Figura 1a). narían importantes muestras botánicas
La Expedición Botánica, como un gran de las especies de la Cordillera Orien-
Programa Nacional relacionado con la tal.
Historia Natural, contaba con proyec-
tos en Botánica, Zoología, Astronomía La idea de Mutis era brindar a la co-
y Mineralogía. munidad científica la Flora equinoccial
del nuevo mundo en forma tan perfec-
El compromiso de Mutis era editar ta que resultara equivalente a tener las
su obra en el Nuevo Reino y enviarla propias plantas, y para esto se requería
a Madrid para su publicación, lo que pintarlas de manera exquisita y deta-
suponía que en América se realizaría la llada. Con este fin, se elaboraron unas
totalidad del trabajo científico, es decir 5393 láminas iconográficas (Figura 2),

15
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

dibujadas por un grupo excelso de pin-


tores (tal vez 42), entre los que descolló
el aventajado Francisco Javier Matiz,
quien dibujó por lo menos 1000 y fue
calificado por Humboldt como el me-
jor pintor de orquídeas (España, 2007).
Las colecciones de láminas cuentan hoy
con un gran valor histórico y artístico y
un valor botánico relativo.
La Expedición Botánica fue trabajo de
un importante colectivo de naturalistas,
cuyos integrantes tienen un importante
sitial en la historia de la ciencia de nues-
A tro país: Juan Eloy Valenzuela, Fray
Diego García, Francisco Antonio Zea,
Sinforoso Mutis, Francisco José de Cal-
das, Jorge Tadeo Lozano, Salvador Rizo
y Francisco Javier Matis, entre otros.
Hoy, las plantas del herbario de la Ex-
pedición, sin contar las láminas icono-
gráficas y los manuscritos, suman más
de veinte mil pliegos o exsicados, en su
mayoría depositados en el Herbario del
Real Jardín Botánico de Madrid, en el
Herbario Smithsoniano de Washington
y en el Herbario Nacional Colombiano
(Figura 3).
La obra de Mutis no tuvo un final feliz,
debido a penalidades económicas, ad-
ministrativas y sobretodo a la desapari-
ción de sus artífices, quienes terminaron
B en el cadalso. Sin embargo, transformó
la sociedad granadina pues importó la
Figura 1. Principales exponentes de los dos miniatura, desarrolló la observación
programas de investigación científica más im- y el dibujo directos de la naturaleza,
portantes en Colombia durante el siglo XIX: a) promovió la organización de artistas en
José Celestino Mutis (1732-1808), director de la una escuela estatal y permitió la apertu-
Real Expedición Botánica. b) Agustín Codazzi,
director de la Comisión Corográfica. Fuentes:
ra en el campo de las ciencias naturales
Archivos históricos, Instituto de Ciencias Natu- y las matemáticas (Museo Nacional de
rales y Museo Nacional. Colombia, 2008).

16
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 1
en Colombia

Figura 2. Lámina de la Expedición Botánica, correspondiente a Centronia mutissi (Bonpland) Triana.


Iconografía de la Expedición Botánica, Proyecto Flora de Mutis.

En palabras del académico Santiago nica colombiana fue enorme, periódica-


Díaz Piedrahita (1997): “La falta en la mente se revitaliza y ha producido frutos
publicación de los resultados, logrados en por más de doscientos años…” .
el desarrollo de la Expedición, tuvo como
consecuencia que la obra de Mutis como Y en las letras del padre Enrique Pé-
botánico, y la obra de la propia expedi- rez Arbeláez (1967) quedó testimo-
ción, perdieran vigencia e importancia niado el impacto de este programa
desde el punto de vista , aunque en justi- científico y la huella para las nuevas
cia debemos reconocer que su obra en pro generaciones de científicos estudio-
de la cultura y en particular de la botá- sos de la naturaleza: “Los ideales de

17
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Figura 3. Material de herbario de la Expedición Botánica, colectado por José Celestino Mutis en 1753
y depositado en el Herbario Nacional Colombiano. Fuente: Herbario Nacional Colombiano (COL).

18
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 1
en Colombia

Mutis son inmortales porque emiten sus entre la Escuela de Mutis, la Comisión
raíces hacia la más alta ambición científi- Corográfica y la naciente Escuela de
ca; hacia un patriotismo fervoroso y hacia Ciencias Naturales. En síntesis, aunque
una naturaleza, como es la colombiana”. las ejecutorias de la Expedición Botá-
nica fueron inconclusas por factores de
Sobrevivientes a las vicisitudes de la índole político-social, derivados de la
Expedición fueron Eloy Valenzuela guerra de independencia, tuvieron rele-
y Francisco Javier Matis; este último vancia nacional por sus tareas de inven-
transmitió sus enseñanzas botánicas tario de los recursos naturales del país
principalmente a Juan M. Céspedes, a y por contribuir en la construcción de
Francisco Bayón y a José Jerónimo Tria- identidad nacional.
na, quienes conforman el gran eslabón

La Comisión Corográfica (1850-1859)


Entre 1850 y 1859 se desarrollaron las debía recolectar, examinar, clasificar,
actividades de una segunda comisión herborizar y dar nombres botánicos
científica nacional: la Comisión Coro- a las plantas que se fueran encontran-
gráfica de los Estados Unidos de Co- do. También participaron el ingeniero
lombia, liderada por Agustín Codazzi, Ramón Guerra Azuola, con sus traba-
geógrafo e ingeniero militar (Figura 1b) jos de dibujo, cálculo y topografía; el
y cuyos objetivos se orientaban a pro- ingeniero Manuel Ponce de León, con
ducir los mapas de cada una de las pro- levamientos de planos; el ingeniero In-
vincias y describir aspectos culturales y dalecio Liévano y como dibujante el ve-
sociales de las comunidades humanas y nezolano Carmelo Fernández. Fueron
de su medio natural. incontables las excursiones, entra las
que figuran las exploraciones de la zona
Durante el tiempo de su funcionamien- que baja del Salto del Tequendama has-
to la Comisión Corográfica realizó un ta el Magdalena y su regreso a Bogotá
extenso trabajo geográfico, desde dos por la región de Cunday, Melgar, Pan-
frentes: aspectos de la geografía física di, Fusagasugá y Tibacuy, remontando
y la cartografía, y aspectos de geogra- la Cordillera Oriental por Pasca y bus-
fía humana. Pero no fue solamente en cando el nacimiento del río Sumapaz
ese terreno en el que fue importante su (Soriano, 1968).
aporte a la cultura del país, sino que se
conocieron importantes contribuciones Las actividades de la Comisión Coro-
biológicas, geológicas y arqueológicas. gráfica se debilitaron por la falta de un
Fueron miembros destacados de la Co- decidido apoyo político y económico,
misión Manuel Ancízar, encargado de una suerte que corría toda empresa
describir las costumbres regionales de la científica en la Nueva Granada de aque-
población colombiana; José Jerónimo lla época (Becerra y Restrepo, 1992).
Triana, quien en virtud a sus estudios,

19
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Creación de la Universidad Nacional de Colombia y las labores


pioneras de la Escuela de Ciencias Naturales (1867-1902)
Recapitulando, la actividad científica Durante la transición del siglo XIX al
relacionada con la Biodiversidad empe- XX se impartieron, desde la Escuela de
zó en Colombia con la Real Expedición Ciencias Naturales, los primeros cur-
Botánica del Nuevo Reino de Granada, sos de Botánica, Zoología, Anatomía,
un programa bandera que existió en- Antropología, Paleontología, Física y
tre 1783 y 1812. A mediados del siglo Química. La Escuela de Ciencias Natu-
XIX, la Comisión Corográfica conti- rales, que funcionaba en forma paralela
nuó los objetivos de la Expedición y en con la Escuela de Medicina, se fusio-
1867, reviviendo los ideales de estas dos nó como una dependencia única de la
magnas empresas, se creó la Universi- Universidad Nacional; bajo esta condi-
dad Nacional de Colombia (Restrepo, ción académico-administrativa fue José
1997). En el seno de la universidad re- Francisco Bayón Fernández, médico y
cién creada, nació la Escuela de Cien- botánico y autor del primer libro sobre
cias Naturales, que funcionó en forma maderas autóctonas del país (1871),
intermitente hasta 1902. su primer director. José Vicente Uribe,

20
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 1
en Colombia

Bernardino Medina, Leoncio Barreto La Escuela de Ciencias Naturales fun-


y Daniel Rodríguez, relacionados más cionó en forma paralela con la Escuela
con las ciencias médicas ejercieron las de Medicina, con la cual se fusionó y
cátedras relacionadas con la Zoología y tuvo como director al doctor José Fran-
Carlos Cuervo Márquez, con gran vo- cisco Bayón Fernández, médico y botá-
cación botánica, configuraban toda una nico y autor sobre el primer libro escri-
comunidad de naturalistas de princi- to en el país sobre maderas autóctonas.
pios de siglo. José Vicente Uribe, Bernardino Medi-
na, Leoncio Barreto y Daniel Rodrí-
Hacia 1910, la mayoría de médicos, guez, relacionados más con las ciencias
con orientaciones botánicas, produje- médicas, cultivaron la Zoología y ejer-
ron importantes textos de consulta y cieron esta cátedra en la escuela. Car-
de enseñanza universitaria que fueron los Cuervo Márquez, con gran voca-
asimilados por varias generaciones. Esta ción botánica, también figura entre los
época está suficientemente documenta- promotores de la Escuela cuyas obras
da por Restrepo et. al (1993), Díaz-Pie- dejaron testimonio de la excelente for-
drahita (1999, 2000) y Arias de Greiff mación naturalista impartida desde la
y Sánchez (2005). El último de los Universidad Nacional de Colombia.
personajes célebres vinculado con la Es-
cuela de Ciencias Naturales fue Santia- Un aspecto que llama la atención es que
go Cortés, ingeniero y naturalista que los primeros docentes de las Ciencias
publicó importante información sobre Naturales en la Universidad Nacional
la flora de Colombia; él se constituye de Colombia eran en su mayoría médi-
en el eslabón de la obra científica pro- cos, estadistas, historiadores o antropó-
ducida por la escuela y el pensamiento logos; tenían una formación multidisci-
botánico del padre Enrique Pérez Arbe- plinaria. Paradójicamente, la Medicina
láez, S.J., a quien despertó su vocación facilitó los espacios para el nacimiento
botánica. de una generación de naturalistas que
dejaron un gran impacto en el campo
El plan de estudios de la Escuela llegó docente e investigativo; la mayoría de
a estar conformado por 15 asignaturas médicos, con orientaciones botánicas,
entre las que figuraban: Botánica, Zoo- produjeron importantes textos de con-
logía, Anatomía Comparada, Química sulta y de enseñanza que fueron asi-
General, Orgánica, Química Biológica, milados por varias generaciones. Esta
Física Biológica, Geología, Paleontolo- época está adecuadamente descrita por
gía y Antropología General. En abril de Restrepo et. al (1993) y Arias de Greiff
1885 estaban inscritos 8 alumnos en y Sánchez (2005).
Botánica, 9 en Zoología, 10 en Quími-
ca General, 9 en Química Orgánica y
Biológica y uno en Física Médica.

21
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

22
Capítulo 2

Semilleros del conocimiento de la


biodiversidad colombiana
Germán Amat-García
Jaime Aguirre Ceballos
Jaime Uribe Meléndez

Constitución de la Sociedad de Ciencias Naturales del Instituto


de La Salle (1912)
Hacia fines del siglo XIX Colombia Los hermanos cristianos lasallistas su-
abrió las puertas a diversas órdenes plieron una gran carencia de la educa-
religiosas, entre las que se contaban ción de la época, como era la no contar
los Hermanos Cristianos de la Con- con una pedagogía basada en la ciencia
gregación de Juan Bautista de La Sa- y la técnica. La introducción de cursos
lle. Después de muchas controversias de ciencias en los planes curriculares de
y oposiciones, llegaron finalmente los primaria y bachillerato, con innovacio-
primeros lasallistas a Medellín en 1890 nes basadas en la observación, la expe-
y tres años más tarde a Bogotá. Se rimentación y el conocimiento natura-
fundaron los primeros colegios, entre lista impactó a la comunidad científica,
ellos el San José de Medellín y se in- muy debilitada en esta época.
corporaron religiosos franceses, quie-
nes llegaron al país presionados por la En 1910 se inaugura en Bogotá el Co-
implementación en Francia de leyes legio San Víctor con 80 alumnos de
secularización de la educación. Los escasos recursos, y en el segundo piso
hermanos cristianos estaban orienta- se abre el Museo, que llega a conver-
dos hacia la educación técnica y tenían tirse en un centro científico de primer
experiencia en la conciliación entre la orden; en aquella época contaba con
fe religiosa y el conocimiento científi- un inventario de 54.466 ejemplares de
co; en esa época se implementaba en el plantas, animales disecados, fósiles y
país la Ley 39 de 1903, que trazaba una minerales. En estos años ya se destaca-
educación orientada hacia el campo, la ba el trabajo liderado por el hermano
industria y el comercio y el gobierno, Apolinar María, que no solo se reducía
además, mostraba un marcado interés a impartir clases, sino que se progra-
en reforzar el catolicismos en todos los maban excursiones, talleres de capaci-
niveles de la instrucción pedagógica del tación para actividades agrícolas, cursos
país (Obregón, 1992). para el trabajo curadurial de las colec-
ciones de historia natural, grupos de

23
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

lectura y otras tantas actividades; todo considerado como el mejor del país y
ello desembocó inexorablemente en uno de los mejores de Suramérica, con
la creación de la Sociedad de Ciencias 73.000 ejemplares (López, 1989).
Naturales. Hacia 1929 el Museo ya era

Figura 4. Los Hermanos Lasallistas, en la primera década del siglo xx. Archivo histórico del Museo
de Historia Natural del Colegio San José de Medellín, Proyecto ITM.

El Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de


Colombia (1936)
“El máximo valor de los que han crecido bajo el alero del Instituto de
Ciencias Naturales es asegurar la transmisión del entusiasmo…”
Enrique Pérez Arbeláez (1967)

El Herbario Nacional Colombiano, ini- su regreso al país en 1929, después de


ciado con las colecciones del botánico visitar España, Francia y Alemania, con
José Jerónimo Triana, fue un esfuerzo las misiones de recoger información
del padre Enrique Pérez Arbeláez S.J. A para la creación de nuevas comisiones

24
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 2
en Colombia

científicas y de formarse en la biología en el campus de la recién creada Ciudad


reconoció que el conocimiento natu- Universitaria, un proyecto urbano de
ralístico del país no correspondía a las grandes proporciones cuyo gestor fue
necesidades y a los retos que imponía el presidente Alfonso López Pumarejo.
el siglo XX (Arango 1992). Con este
antecedente, el 12 de mayo de 1936 el En septiembre de 1938 se adscribió al
Padre Enrique Pérez Arbeláez sustentó Instituto Botánico el Museo de Cien-
ante el Consejo Directivo de la Univer- cias Naturales, que funcionaba en la Fa-
sidad Nacional de Colombia la conve- cultad de Medicina. Desde su creación,
niencia de un instituto botánico. El 30 el Instituto colaboró estrechamente
de octubre de ese mismo año, mediante con la sección de Biología Vegetal del
el Acuerdo 28 del Consejo Directivo, Departamento de Agricultura del Mi-
se aprobó finalmente la creación del nisterio de la Economía, de la que era
departamento de Botánica de la Uni- también director el padre Enrique Pérez
versidad Nacional; esta fecha representa Arbeláez. Para el fundador del Institu-
para los autores de este ensayo el natali- to de Ciencias Naturales era urgente y
cio de la institución. En agosto de 1938 estratégico consolidar una comunidad
se inauguró la sede del departamento académica, con el apoyo de los sectores
de Botánica (denominado formalmente productivos de la sociedad colombiana,
Instituto de Botánica en 1939), rodea- pese a la crisis económica mundial de
do del Jardín Alexander von Humboldt 1929.

25
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Figura 5. El Padre Enrique Pérez Arbeláez, fundador del Instituto de Ciencias Naturales (1936) y el
Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutis’’ (1955). Archivo histórico, Instituto de Ciencias
Naturales.

En 1940 Armando Dugand sucedió en tituto de Ciencias Naturales; con este


la dirección al Padre Enrique Pérez Ar- cambio de nominación institucional
beláez y el 14 de noviembre del mismo y el liderazgo académico del prof. Ar-
año, mediante el Acuerdo 128, se esta- mando Dugand el Instituto diversificó
bleció que a partir del 1° de diciembre sus funciones y se integraron importan-
el Instituto de Botánica se llamase Ins- tes colecciones zoológicas, entre ellas

26
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 2
en Colombia

las de Ornitología. En este período se Estados Unidos, L. G. Holdridge, de la


impartieron los primeros cursos de Sis- Estación Forestal Experimental de Río
temática Botánica del país y se creó la Piedras, Puerto Rico (1942) y Phillip
revista Caldasia, boletín oficial del Ins- Hershkovitz (1943), mastozoólogo del
tituto dedicado a la memoria del primer Museo de Historia Natural de Chicago.
sabio naturalista y físico colombiano,
Francisco José de Caldas (1771-1816), En 1952 también se creó la revista
quien consagró su vida al estudio de la Mutisia - Acta Botánica Colombiana,
naturaleza patria, y sobre cuyos méritos en memoria de José Celestino Mutis
intelectuales descuella el haber abraza- (1732-1808). En el mismo año, los
do con fervor patriótico la causa de la gobiernos de Colombia y España, me-
independencia política de Colombia. diante acuerdo especial de carácter cul-
De acuerdo con los archivos del Insti- tural suscribieron en Madrid el 4 de no-
tuto, los visitantes extranjeros ilustres viembre el proyecto editorial Flora de
de la época fueron: Ellsworth P. Killip Mutis, publicación conjunta de la obra
(1940?), botánico del Smithsonian Ins- científica José Celestino Mutis sobre la
titution, Edward Chapin (1942), ento- Real Expedición Botánica del Nuevo
mólogo jefe del Museo Nacional de los Reino de Granada.

Figura 6. Primera planta docente y administrativa del Instituto de Ciencias Naturales, 1939. Archivo
histórico Instituto de Ciencias Naturales.

27
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

La consolidación de un instituto
de investigación (1960-1980)
En 1959 gracias al Instituto se imple- bios y reptiles pasaban por una etapa
mentó la carrera de Ciencias Naturales incipiente. Otro aporte zoológico desde
(Botánica-Zoología), se promovieron el instituto fue la creación de la revista
las colecciones zoológicas y se vinculó Lozanía- Acta Zoológica Colombiana,
como profesor especial el zoólogo Jorge destinada a la zoología y dedicada al
Hernández Camacho, quien contribu- primero de los zoólogos colombianos,
yó sustancialmente a la creación de la Jorge Tadeo Lozano, Marqués de San
Unidad de Mastozoología. En general, Jorge (1771-1816), quien fue el coor-
las colecciones zoológicas crecieron sig- dinador de los estudios zoológicos de la
nificativamente por la incorporación de Expedición Botánica y editor de Fau-
cientos de ejemplares provenientes de na de Cundinamarca, cuyo objetivo era
las expediciones realizadas en la década el inventario de los animales de todo
de los años cincuenta y sesenta. A dife- el Virreinato de Nueva Granada. Este
rencia de las colecciones ornitológica y período es relevante ya que la Zoología
entomológica que ya estaban consolida- nacional contaba, además de las colec-
das, las colecciones de mamíferos, anfi- ciones del instituto, con las del museo

Figura 7. Línea de tiempo (1936-1974) con acontecimientos y personajes de gran significado


histórico en el desarrollo del Instituto de Ciencias Naturales, Colombia (Tomado de Amat et. al.
2011).

28
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 2
en Colombia

del Colegio San José de Medellín, crea- En un inicio, según el artículo 4 del
do por los Lasallistas en 1938, con las Acuerdo 48 de 1963 del Consejo Aca-
del museo de historia natural del Insti- démico el Instituto de Ciencias Natu-
tuto de La Salle, creado por el Herma- rales quedó adscrito a la rectoría pero
no Apolinar María desde 1919, y que a dos años más tarde, como efecto de las
pesar de su desmantelamiento por los políticas de integración académica y
incendios de los acontecimientos ne- departamentalización de la Universi-
fastos del 9 de abril de 1948, volvió a dad Nacional de Colombia, se creó la
estructurarse prodigiosamente. En este Facultad de Ciencias y el Instituto de
período se crearon, desde el Instituto, Ciencias Naturales quedó integrado
los primeros programas curriculares en a la nueva facultad con el nombre de
las carreras de Agronomía, Geología, Departamento de Biología (Instituto
Biología y se impartieron los primeros de Ciencias Naturales), se suprimió la
cursos de biología general en la Univer- carrera de Ciencias Naturales y se creó
sidad Nacional. El instituto encontró el primer plan curricular de la carrera
un entorno académico con la idea de de Biología (Mora-Osejo 1990).
universidad estructurada por faculta-
des, las cuales se componían de escuelas
o departamentos.

Figura 8. Línea de tiempo (1977-2010) con acontecimientos y personajes de gran significado


histórico en el desarrollo del Instituto de Ciencias Naturales, Colombia (Tomado de Amat et. al.
2011).

29
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Estos momentos de una época febril En 1966, con ocasión de la celebración


con intensa actividad académica en de los 173 años de la Independencia
el Instituto fueron narrados por Jara del departamento de Cundinamarca, se
(1981) de la siguiente forma: inició la publicación de la serie Catálogo
Ilustrado de las Plantas de Cundinamar-
“El Instituto de entonces, alcanzaba las ca. El mismo año se inició la ejecución
altas calificaciones académicas, como ca- del proyecto Geología del Cuaternario
beza de cinco departamentos para cinco y Palinología de Colombia, en coope-
carreras universitarias, esto informaba el ración con la Fundación Neerlandesa
rector a la conciliatura , que fue el órga- para el fomento de Estudios Tropica-
no directivo bajo la vigencia del decreto les; en este proyecto investigadores co-
ley No 136 de 1957: la finalidad del lombianos y holandeses estudiaron las
Instituto será: a) realizar investigaciones culturas precerámicas y los bosques de
científicas, como continuación de lo hecho la Cordillera Oriental colombiana; en
por la Expedición Botánica b) formación esta misma época, el Instituto Roberto
de especialistas en Geología y Geofísica c) Franco (hoy Estación Biológica Rober-
formación de especialistas en Botánica y to Franco, en Villavicencio) se integró
Zoología (informe del rector Arturo Ra- orgánicamente al Instituto de Ciencias
mírez Montúfar. 1962)” (Jara 1981). Naturales.

Figura 9. Tres ventanas editoriales de gran impacto creadas en el Instituto de Ciencias Naturales
(años 1940, 1966 y 1978, respectivamente).

En 1970, siendo director el profesor y Botánica comprendía el Herbario Na-


orquideólogo Alvaro Fernández Pérez, cional Colombiano y la de Zoología
el Instituto estaba conformado por las contaba con las unidades de Entomo-
secciones de Botánica, Zoología, An- logía, Ictiología, Herpetología, Orni-
tropología y Geología. La sección de tología y Mastozoología. En la década

30
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 2
en Colombia

de los setenta se iniciaron los primeros nico Luis Eduardo Mora Osejo. El ob-
procesos de sistematización de datos jetivo central de este programa es el de
de las colecciones; en 1976 se selló el describir en varios volúmenes la riqueza
ejemplar botánico 150.000 y se convo- florística del país (Mora-Osejo, 1978);
có a la primera reunión de curadores de el primer y segundo volúmenes fueron
herbarios del país. En 1977, la Univer- publicados en 1983; hasta hoy se han
sidad Nacional, a través del Instituto de publicado 31 monografías de diferentes
Ciencias Naturales y la Universidad de familias y géneros.
Ámsterdam firmaron un convenio para
la ejecución del proyecto ECOAN- Al analizar estos episodios de con-
DES, encargado del estudio de los solidación institucional entre 1960
ecosistemas de montaña, su distribu- y 1980 merecen la atención los si-
ción espacial, su dinámica y su histo- guientes factores (Amat 2006):
ria; como producto de este convenio se
hicieron importantes expediciones y se • El influjo de la academia alemana
publicaron varios volúmenes de la Serie en el pensamiento científico de los
Estudios en Ecosistemas Tropandinos. forjadores del Instituto. El padre
Enrique Pérez Arbeláez, por ejem-
Un hecho de gran impacto académico plo, tuvo una franca formación
fue la implementación en 1975 de las alemana. El padre Lorenzo Uribe
salidas de campo en los cursos regula- director e investigador del Institu-
res de Taxonomía Vegetal y Taxonomía to se doctoró, siendo ya sacerdote
Animal; se trataba de jornadas de cam- con estudios en la Universidad de
po entre 12 y 15 días en la cuales los Friburgo. El Profesor Luis Eduardo
estudiantes se formaban en el conoci- Mora Osejo, director entre 1965 y
miento de los distintos grupos de plan- 1970, realizó sus estudios de docto-
tas y animales y, con una gran sinergia rado en ciencias, biología-botánica
entre la docencia y la investigación, se de la Universidad Johannes Guten-
realizaban inventarios de la flora y la berg de Maguncia.
fauna de la región visitada. El desarrollo
exitoso de estas actividades académicas • El papel de los investigadores con
aseguró un buen número de generacio- formación religiosa, como los Pa-
nes de biólogos con orientaciones hacia dres Enrique Pérez Arbeláez, Lo-
la Taxonomía y la Sistemática. renzo Uribe, Antonio Olivares,
Gustavo Huertas y Luis A. Camar-
En 1978 el Instituto recibió la Orden go; ellos permitieron que el Insti-
de Boyacá, conferida por sus aportes a tuto fuese en aquella época un ins-
la ciencia colombiana. En este mismo trumento de intercambio científico
año el Instituto presentó a la Universi- abierto a los especialistas y al mun-
dad Nacional de Colombia y a la socie- do. Su disciplina, moldeada desde
dad colombiana el Programa Flora de sus vivencias monacales y religiosas
Colombia, bajo la dirección del botá- tuvieron impacto pedagógico e in-

31
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

vestigativo en la generación de bió- financiar los grandes proyectos


logos y profesionales de otras disci- científicos y tecnológicos. Esto in-
plinas que les sucedió. fluyó en la reorganización del Ins-
tituto de Ciencias Naturales y pro-
• La contribución de los científicos movió, en algún sentido, su misión
extranjeros que permanecieron en pedagógica al recaer en la institu-
el país y encontraron en el Instituto ción la responsabilidad de impartir
un ambiente ideal para el desarro- formación en las nuevas carreras de
llo de sus investigaciones; aquí me- la Alma Mater como las carreras de
recen especial mención: José Cua-
Biología, Agronomía y Geología.
trecasas, Richard Evans Schultes,
Leopoldo Richter, Federico Me- En este período fueron ilustres visitan-
dem y Thomas van der Hammen. tes del Instituto: Helmuth Sturm, An-
toine M Cleef, Rob Grastein, John Pi-
• La política social de Estados Uni-
poly, John Kress, Alwyn Gentry, entre
dos para los países latinoamerica-
otros. El botánico Alwyn Gentry, tra-
nos en la década de los años 60,
bajó de manera persistente durante 10
que condujo a la departamentali-
años, dictó cursos de posgrado, dirigió
zación de las facultades universi-
tesis de grado de estudiantes y estudio
tarias, como una condición para
detalladamente la Flora del Chocó.

Internacionalización institucional
entre 1981 y 2000
El importante papel del Instituto como rales estimuló a que fundaciones
responsable directo del conocimiento internacionales como la UICN, el
de la biodiversidad del país se potenció Smthsonian Institution, Conserva-
considerablemente desde 1981 por tres tion International y otras, se acer-
razones de carácter internacional: caran al Instituto para concertar
estudios de inventarios y conserva-
• El posicionamiento de Colombia ción.
como uno de los 10 países megadi-
versos en organismo vivos del pla- • La participación de Colombia en
neta; esto significó que el Instituto 1992 en el Convenio de las Na-
de Ciencias Naturales suscribiera ciones Unidas sobre Diversidad
importantes convenios de coopera- Biológica (CDB), que se constitu-
ción internacional. yó en el primer acuerdo mundial
que aborda todos los aspectos de
• La declaratoria mundial de la cri- la diversidad biológica. Este factor
sis de la biodiversidad por los pro- replanteó las políticas nacionales
cesos de extinción de especies y en el tema del conocimiento, uso
destrucción de sus hábitats natu- y conservación de la biodiversidad

32
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 2
en Colombia

y sin lugar a dudas permitió que el Entre 1980 y 1991 se creó y desarrolló
Instituto mantuviese su estatus de el Programa de Posgrado (Maestría en
órgano consultor del Ministerio de Sistemática- áreas de Botánica y Zoolo-
Ambiente en el escenario del Siste- gía), se fortalecieron los Programas Flo-
ma Nacional Ambiental (SINA). ra y Fauna de Colombia y se realizaron
convenios de relevancia internacional.
Durante el período 1982-1986 se ins-
titucionalizó el programa de Fauna en
Colombia, cuyo primer volumen apa-
reció en diciembre de 1995. En 1983
se creó la serie Biblioteca José Jerónimo
Triana, en homenaje al más grande de
los botánicos colombianos.

Figura 10. Reconocimiento público de la Presi-


dencia de la República de Colombia al Instituto
de Ciencias Naturales, 1978. a) Medalla de la
Orden de Boyacá. Archivo histórico ICN. b)
Diploma de condecoración de la Cruz de Plata.

33
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

A B C

Figura 11. Tres proyectos editoriales creados desde el Instituto de Ciencias Naturales. a) Flora de
la Real Expedición Botánica (en asocio con España), creada en1952. b) Serie José Jerónimo Triana,
creada en 1983. c) Fauna de Colombia, creada en1995.

El Instituto de Ciencias Naturales par- de las Universidades públicas y privadas


ticipó activamente en el desarrollo de y en especial del Instituto de Ciencias
la Ley 99 de 1993, por la cual se creó Naturales de la Universidad Nacional y
el Ministerio del Medio Ambiente, se de la Universidad de la Amazonia”.
reordenó el sector público encargado En 1998, el Instituto se constituyó
de la gestión del medio ambiente y los como autoridad científica de la Con-
recursos naturales renovables y se reor- vención sobre el Comercio Internacio-
ganizó el Sistema Nacional Ambiental nal de Especies Amenazadas de Fauna
(SINA). La Universidad Nacional en- y Flora Silvestres (CITES), capítulo
tró a hacer parte de las juntas directivas Colombia y en 1999 se lideró entre
del Instituto de Estudios Ambientales el Instituto de Ciencias Naturales y el
(IDEAM), del Instituto de Investiga- Instituto Alexander von Humboldt la
ciones Marinas y Costeras José Benito Agenda de Investigación Sistemática
Vives de Andreis (INVEMAR); del Ins- para el siglo XXI, con la urgencia de
tituto de Investigaciones de Recursos realizar un diagnóstico nacional del es-
Biológicos Alexander von Humboldt tado actual de los estudios sistemáticos
y del Instituto Amazónico de Investi- en un escenario mundial con el objeto
gaciones Científicas (SINCHI), tanto de concertar estrategias de investigación
así que en el articulo16 de la Ley 99 y conservación biológica. En estos años
reza: también se convocó desde el instituto,
“El Ministerio del Medio Ambiente contará para para la realización de los prime-
con el apoyo científico y técnico de los ros congresos nacionales de Botánica y
centros de investigación ambientales y Zoología del país.

34
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 2
en Colombia

En esta nueva etapa las colecciones del distinguido por Colciencias en forma
Instituto de Ciencias Naturales crecie- consecutiva durante tres años (1998-
ron considerablemente en las décadas 2000) como Centro de Excelencia en la
de los años 90 y 2000 y se iniciaron “Categoría A” en investigación y el me-
importantes procesos tendientes a la jor equipo nacional de investigación en
sistematización de datos y a la geore- Taxonomía y Sistemática. En esta etapa
ferenciación. Como iniciativa del Ins- estuvieron en calidad de investigadores
tituto se crea en el 2000 el programa visitantes: Jonnathan Coddington, del
de Doctorado en Ciencias-Biología, Smithsonian Institution (USA); Pedro
con las líneas de investigación en Reyes Castillo, del Instituto de Ecología
Taxonomía y Sistemática, Biodiversi- (México) y Christian Samper (Instituto
dad y Conservación y Paleoecología. Humboldt, Colombia), entre otros.
El Instituto de Ciencias Naturales fue

Los retos del siglo XXI


El Instituto de Ciencias Naturales hoy plantas y animales de Colombia, con 15
se enfrenta a los grandes retos de este si- volúmenes publicados. Hoy, muchas
glo; uno de ellos será el de asumir com- investigaciones generadas desde el Ins-
promisos institucionales en los temas tituto están orientadas en este tema y se
de la Sistemática, la Biodiversidad y el articulan a las tareas nacionales para el
Ambiente. Las colecciones científicas reconocimiento de las especies en peli-
se mantendrán como el eje principal de gro de extinción.
esta institución; el Herbario Nacional
Colombiano, con 579.913 ejemplares; En estos últimos catorce años el Insti-
las Colecciones Zoológicas con 900.000 tuto de Ciencias Naturales se ha estruc-
de ejemplares y las Colecciones Arqueo- turado con una planta de 33 y adminis-
lógicas, depositarias de 150.000 vesti- trativamente se compone del director,
gios, son en la actualidad las más docu- el coordinador de docencia, el coordi-
mentadas del país. En consecuencia, son nador de investigación y de extensión
las Colecciones Científicas del Instituto y los líderes de los 14 grupos de inves-
las que representan los instrumentos tigación. Al programa de Taxonomía y
más estratégicos que una institución Sistemática se adicionaron los progra-
pueda poseer para realizar actividades de mas de Biodiversidad y Conservación,
investigación, docencia y extensión con Manejo y Conservación de Vida Silves-
impacto nacional e internacional. tre y Palinología y Paleoecología. Estos
programas estratégicos se relacionan
Entre 2002 y 2007, como contribu- transversalmente con los grupos de in-
ción al estudio de las especies amena- vestigación, estructurados según los li-
zadas del país, el Instituto participó en neamientos estipulados a nivel nacional
alianza con otras entidades nacionales por el fondo de financiamiento para la
para producir el seriado Libros Rojos de Ciencia, la Tecnología y la Innovación

35
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Francisco José de Caldas (COLCIEN- una ventana editorial abierta al país y


CIAS). En segundo lugar, estos pro- al mundo que se compone de la revis-
gramas y grupos de investigación han ta Caldasia, las series Flora y Fauna de
vertido su quehacer académico y cientí- Colombia, la serie José Jerónimo Triana,
fico en el plano curricular, al impartirse la serie Colombia Diversidad Biótica, la
cursos de Fundamentación, Disciplina- serie Guías de campo del ICN y la serie
res y Electivos de la carrera de Biología Miniguías de campo del ICN. El influjo
de la Universidad Nacional de Colom- de las tecnologías digitales ha impuesto
bia. Un promedio de cien estudiantes al la socialización de importantes obras
año realizan sus tesis de pregrado bajo como el Catálogo de las plantas de Co-
la orientación de docentes del Instituto lombia y las Colecciones Científicas en
de Ciencias Naturales. Línea. Los investigadores invitados del
Instituto de Ciencias Naturales en los
En la actualidad el Instituto desarrolla últimos han enaltecido su labor acadé-
importantes actividades de extensión mica y su papel social: Edward Wilson
al servicio de la sociedad colombiana y (2007), entomólogo y uno de los pen-
publica periódicamente, además de las sadores más influyentes del siglo XX;
contribuciones especializadas de cada Paul Ehrlich (2010), reconocido espe-
docente, temas con Taxonomía, Siste- cialista mundial en Coevolución y Rob
mática, Biodiversidad, Medio Ambien- Gradstein (2011), botánico de la Uni-
te y Conservación. El Instituto posee versidad de Gottingen, Alemania.

B
Figura 12. Ilustres visitantes del Instituto de
Ciencias Naturales: a) Edward Wilson, 2007,
entomólogo y uno de los pensadores más influ-
A yentes del siglo XX y b) Paul Ehrlich, 2010, re-
conocido especialista mundial en Coevolución.
Archivo histórico ICN.

36
Capítulo 3

la comunidad científica botánica


colombiana de los años 19401
Sergio Ospina Rey

1 Este capítulo es un extracto de uno de los capítulos de la Monografía de Grado FRON-


A pesar
TERAS deDEsu LA
riqueza comoNacionalismo,
CIENCIA. objeto de geografía
Por otrodelado, el contexto
la ciencia nacionalista
y relaciones Colombia-
estudio
EE.UU.histórico, la comunidad
en la Botánica colombianacien- de la época
y las expediciones de nos brinda
Richard EvansunSchultes
eje de enaná-
las
décadas
tífica botánicade 1940 y 1950, Universidad
colombiana de los añosde Los lisisAndes,
muy Monografía
interesantedeparagrado para optar
comprender
1940 porhaelsido
títuloun
detema
Historiador
ausente(sin
en publicar),
la his- Universidad de Los Andes,
el cómo sucedieron estos2013.
años de acti-
toriografía de la ciencia en Colombia2. vidad científica. La ciencia botánica es-
Durante esta década, una de gran rele- tuvo sujeta a los ímpetus nacionalistas,
vancia para dicha comunidad, se forjó un nacionalismo retórico y excluyente.
una suerte de renacimiento de su acti-
vidad científica de la mano de nuevas
instituciones y revistas científicas recién
creadas. Este grupo de botánicos co-
lombianos emprendía iniciativas claras
para obtener renombre tanto en el ex-
1
terior como ante la sociedad nacional.
2 Vale la pena nombrar dos trabajos don-
de se lanzan análisis interesantes sobre
2 Vale la pena nombrar dos trabajos don-
las comunidades científicas colombia-
de se lanzan análisis interesantes sobre
nas de la primera mitad del siglo 20:
las comunidades científicas colombia-
OBREGÓN TORRES, Diana Socieda-
nas de la primera mitad del siglo 20:
des científicas en Colombia: la invención
OBREGÓN TORRES, Diana Socieda-
de una tradición, 1859-1936, Bogotá,
des1científicas en Colombia: la invención
0
de una tradición, 1859-1936, Bogotá,
Banco de la república, 1992 y QUIN-
TERO TORO, Camilo Birds of Empi-
Banco de la república, 1992 y QUIN-
1 Este capítulo es un extracto de uno de re, Birds of Nation: A History of Science,
TERO TORO, Camilo Birds of Empi-
los capítulos de la Monografía de Gra- Economy, and Conservation in U.S.-
re, Birds of Nation: A History of Science,
do FRONTERAS DE LA CIENCIA. Colombia Relations, Universidad de
Economy, and Conservation in U.S.-
Nacionalismo, geografía de la ciencia y los Andes, Bogotá, 2012. Ver también
Colombia Relations, Universidad de
relaciones Colombia-EE.UU. en la Bo- OBREGÓN TORRES, Diana “Histo-
los Andes, Bogotá, 2012. Ver también
tánica colombiana y las expediciones de riografía de la Ciencia en Colombia” en
OBREGÓN TORRES, Diana “Histo-
Richard Evans Schultes en las décadas de TOVAR ZAMBRANO, Bernardo La
riografía de la Ciencia en Colombia” en
1940 y 1950, Universidad de Los An- historia al final del milenio, Ensayos de
TOVAR ZAMBRANO, Bernardo La
des, Monografía de grado para optar historiografía colombiana y latinoameri-
historia al final del milenio, Ensayos de
por el título de Historiador (sin publi- cana, Editorial Universidad Nacional,
historiografía colombiana y latinoameri-
car), Universidad de Los Andes, 2013. Bogotá, 1994.
cana, Editorial Universidad Nacional,
Bogotá, 1994.
37
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

El Instituto de Ciencias Naturales

La comunidad científica botánica de él para analizar esta comunidad duran-


inicios de los años 1940 era consciente te estos años de mitad del siglo XX en
de la ausencia de instituciones que im- Colombia.
pulsaran la investigación sobre la flora
en el país. En la revista de la Asociación El ICN, cuya sede se encontraba, y
de Ingenieros Agrónomos, Agricultu- hoy día aún se encuentra, dentro de la
ra Tropical, dice una editorial del año Universidad Nacional en Bogotá, fue el
1946: centro de operaciones de muchos de los
más renombrados botánicos de la esce-
“[...] Es menester el establecimiento de un na colombiana de los años 1940, sin lu-
órgano cuyas funciones tomen como gar a dudas fue un punto de referencia
base tan preciado material [El proyecto y autoridad científica reconocido como
científico de la flora de Colombia que tal por la comunidad botánica nacio-
inició desde el siglo 18] y se adelanten
nal4. Durante estos años bajo el ICN
nuevas exploraciones en el descubrimiento
de las variadas y numerosas especies que se administró el Herbario Nacional,
pueblan extensas regiones, en las que las destacados científicos nacionales reali-
incursiones habidas hasta el presente han zaron sus investigaciones, futuros bo-
tenido su limitación en aplicaciones car- tánicos se formaron académicamente,
tográficas, en el establecimiento de nuevas y fue el punto de contacto de muchos
rutas o simplemente en vía de curiosidad; científicos extranjeros que se apoyaron
claro está, con lujosas y raras excepciones, en él para realizar sus investigaciones en
en muchas de las cuales la intervención Colombia, entre otras actividades. Así
ha tenido un origen extranjero. No es pues entonces, en aras de estudiar la comu-
extraño, que en el exterior haya una apre-
nidad científica botánica durante esta
ciación más justa de ciertas especies autóc-
tonas de nuestro país”3 época, el ICN es uno de los personajes
indispensables en la lista.
Fue seguramente como eco de clamo-
res como el anterior que a inicios de la El primero de Diciembre de 1940 se
década de 1940 se fundó el Instituto de rebautiza al Instituto de Botánica de
Ciencias Naturales de la Universidad la Universidad Nacional con el nom-
Nacional. Fue precisamente el ICN una bre que lleva hasta hoy día, el Instituto
institución crucial para la comunidad de Ciencias Naturales (ICN). Pero los
botánica, y por ello nos centraremos en cambios no serían solamente de nom-
4 AMAT GARCÍA, Germán “Reseña
3 “La investigación botánica en Colom- histórica del Instituto de Ciencias Na-
bia y sus aplicaciones prácticas. Nece- turales” en CUBILLOS, Germán (edi-
sidad de crear un organismo de explo- tor) Facultad de Ciencias: fundación y
ración e introducción de plantas” en consolidación de comunidades científicas,
Agricultura Tropical, Noviembre, 1946, Bogotá, Universidad Nacional de Co-
p. 4. lombia, 2006, p. 312.

38
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 3
en Colombia

Figura 13. El Instituto de Ciencias Naturales de 1945. De izquierda a derecha: Alicia González,
Jesús Idrobo, Helena Schiefer, Armando Dugand, María Teresa Murillo, Alvaro Fernández y Roberto
Jaramillo. Archivo histórico ICN.

bre, pues en ese año se incorporaron el natalicio de la institución se remonta


colecciones zoológicas y se diversifica- 4 años antes, cuando se creó el Depar-
ron sus funciones; además, Armando tamento de Botánica de la Universidad
Dugand sucedió al padre Enrique Pérez Nacional. El gestor de ello, el padre En-
Arbeláez en la dirección5. Sin embargo, rique Pérez Arbeláez6, se propuso dar

5 Suponemos que Germán Amat García 6 Enrique Pérez Arbeláez fue un perso-
se refiere con “diversificación de las fun- naje muy destacado e influyente en la
ciones” al hecho de que en el ICN se comunidad científica colombiana de su
emprendieron variadas expediciones, se época y por lo tanto un caso interesante
publicó la revista Caldasia, y en general para los historiadores de la ciencia del
intentaron ir más allá que ser simple- siglo 20 en Colombia. El fundó el Her-
mente el guardián del Herbario Na- bario Nacional Colombiano en 1929 y
cional. Ver AMAT GARCÍA, Germán dirigió los incipientes institutos que fi-
“Reseña histórica del Instituto...”, pp. nalmente formaron el ICN, entre otras
310-311. actividades destacadas. No fue un he-
cho fortuito que fuera el primer galar-

39
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

los primeros pasos para conformar una investigación botánica desde comienzos
comunidad científica botánica y zooló- del siglo XX fue menospreciada como
gica moderna dando vida al Instituto base válida para consolidar una comu-
Botánico de la Universidad Nacional, nidad científica en los años por venir.
ya que “[a] su regreso de Alemania [don-
de cursó sus estudios en Botánica] en- La década de 1940 fue entonces una
época de renacimiento de la investiga-
contró un país indiferente y ajeno a sus
ción en ciencias naturales en Colombia
pretensiones académicas; se puede afirmar
con un lugar especial para la botánica.
que partió de ceros [...]”7. Aunque esos
Sería entonces durante la primera déca-
ceros no pueden ser asumidos en térmi-
da de existencia del ICN que el nombre
nos absolutos, ya que existían algunos
de la botánica colombiana ganó im-
centros científicos colombianos con
portancia internacional y se consolidó
estudios en botánica8, sí es evidente la
como el centro nacional en esta rama.
preocupación de botánicos de la época
Este auge de la ciencia natural se da
por la ausencia de tradición botánica
precisamente durante los años de la
moderna en el país. Como veremos más
República Liberal, término usado por
adelante, los que se creían los anteceso- la historiografía nacional para nombrar
res de su labor serían personajes de casi los gobiernos del partido liberal entre
100 años antes y más. En otras pala- 1930 y 1946. Durante estos gobiernos
bras, lo mucho o poco que existiera en hubo un brote ostensible de institucio-
nes académicas y científicas, entre las
donado con el premio Alejandro Ángel
cuales vale mencionar a la Academia de
Escobar en el año 1955. Él publicó mu-
chos y variados artículos en revistas de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la
la época, y además, su correspondencia Escuela Normal Superior, el Instituto
privada es conservada en el Archivo Ge- Agustín Codazzi, y ciertas moderniza-
neral de la Nación en Bogotá. Hay su- ciones dentro de la Universidad Nacio-
ficiente materia prima para emprender nal. El apoyo de estos gobiernos para
una investigación histórica basada en él. el avance de la actividad científica en
7 Citado en AMAT GARCÍA, Germán Colombia fue destacado y ostensible9.
“Reseña histórica del Instituto...”, p.
310. Original fue tomado de ARANGO 9 Un ejemplo de lo dicho en el caso co-
T. Enrique Pérez Arbeláez, su vida y su lombiano dice: “los años treinta, do-
obra, Bogotá, Fondo FEN, 1992, p. 8. minados por administraciones liberales
8 Antes del inicio del ICN se pueden progresistas en el gobierno, fueron fértiles
nombrar la Sociedad de Ciencias Natu- en la creación de instituciones científicas”
rales del Instituto de la Salle, la Sociedad en POVEDA RAMOS, Gabriel “100
Geográfica de Colombia y la Academia años de ciencia colombiana” en TIRA-
Colombiana de Ciencias Exactas, Físi- DO MEJIA, Alvaro (director) Nueva
cas y Naturales. Ver OBREGÓN TO- Historia de Colombia, Bogotá, Planeta,
RRES, Diana Sociedades científicas en Tomo IV, p. 171. Es interesante com-
Colombia: la invención de una tradición, parar lo dicho con la hipótesis de Stuart
1859-1936, Bogotá, Banco de la repú- McCook, donde asegura que la ciencia
blica, 1992. botánica renació en el Caribe durante

40
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 3
en Colombia

Visión de sociedad del Instituto de Ciencias Naturales


instituto de ciencias naturales
Ahora bien, para comprender la razón e incorporarse efectivamente al actual mo-
de ser de institutos como el ICN, y por vimiento científico americano”10.
lo tanto la concepción que tenían la co-
Con base es este prospecto encontra-
munidad científica de su labor, resultan
mos entonces el diagnóstico que ellos
interesantes y sintéticas las actas de los
mismos hacían de su comunidad cien-
primeros días de vida del ICN. En la
tífica, sus falencias y su función dentro
declaración de su misión declaran sus
de la sociedad. Subrayamos entonces
fundadores:
la visión nacionalista (suelo patrio), el
“La misión fundamental del Instituto de afán por ser parte del movimiento cien-
Ciencias Naturales es el estudio sistemá- tífico que se guía por las reglas extran-
tico del suelo patrio, para lograr el cono- jeras (normas modernas), la carencia
cimiento de sus elementos y producciones de científicos en Colombia (personal
naturales, de conformidad con las normas idóneo), y su atavismo al promulgarse
modernas de la Botánica, la Zoología y como los herederos, en versión mejo-
la Geología, y contribuir al adelanto de
rada, de la antigua tradición científica
estas ciencias y de sus diversas ramas de
aplicación en Colombia, metodizando la
nacional11.
enseñanza universitaria de las mismas y En efecto el ICN emprendió un es-
promoviendo la formación de un perso-
fuerzo muy importante por entablar
nal idóneo dedicado a la investigación
especializada en el campo de las ciencias
relaciones con comunidades científicas
naturales. extranjeras. Para ello vale destacar la
función que cumplió la revista Calda-
El espíritu que guía hacia tales objetivos es el
de reanudar de una manera definitiva, 10 “Misión Fundamental, espíritu y pro-
eficaz y útil las labores iniciadas a fines grama general de funciones del Insti-
del siglo XVIII por la histórica Expedi- tuto de Ciencias Naturales”, 15-Octu-
ción dirigida por el sabio Mutis; conti- bre-1940, archivo ICN, libro 1940-2.
nuar la obra de Francisco José de Caldas, (el resaltado es añadido).
José Jerónimo Triana y otras figuras proce- 11 Con respecto del atavismo, vale la pena
ras de las ciencias naturales colombianas, mencionar la tesis de Diana Obregón
donde plantea que la comunidad cien-
la época liberal y gracias al apoyo de tífica de estos años fracasó en su ímpetu
esos gobiernos en los años 1870-1930, por consolidar una comunidad real con
ver McCOOK, Stuart States of Nature. base en esa comunidad imaginada de
Science, agriculture, and environment héroes del pasado “que sólo existía en la
in the Spanish Caribbean, 1760-1940, memoria de quienes se sentían sus conti-
Austin, University of Texas, 2002. Un nuadores”. Según ella, ellos “se dedica-
estudio histórico comparativo en la re- ron más a la historia de la ciencia que
gión Caribe podría dar luces a esta in- a la ciencia” en OBREGÓN TORRES,
teresante coincidencia entre el mundo Diana Sociedades científicas en Colom-
político y científico. bia..., pp. 284-285.

41
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

sia. Desde su primer número del año revista elaborada con estándares y for-
1940 fue un instrumento que facilitó el matos de revistas científicas reconocidas
establecimiento de relaciones con cien- en el mundo le ofrecía al ICN una po-
tíficos primordialmente norteamerica- sición de mayor reconocimiento entre
nos y europeos. La revista con artículos pares colombianos y extranjeros. Cien-
sobre la fauna y flora colombiana fue tíficos del mundo podían inscribirse a
una herramienta que colocaba al ICN ella o intercambiar sus respectivas revis-
en una posición mejor aceptada como tas con el ICN, ése era un puente muy
centro de producción científica ante el efectivo para llamar la atención del res-
resto del mundo. El hecho de ser una to del mundo científico.

Legado nacionalista
Como lo introdujimos en un comien- paginaba de manera cabal para desper-
zo, estos años de la década de 1940 es- tar la indignación social. Además, este
tuvieron enmarcados por un contexto esfuerzo de recobrar las láminas tendría
de nacionalismo en Colombia. Por ello como objetivo emprender una obra de
es interesante encontrar iniciativas de ciencia botánica que haría relucir a otro
fuerte arraigo nacionalista dentro de nuevo baluarte nacional: el nuevo gru-
la actividad científica de la comunidad po de científicos, y por ende la mismí-
botánica. Por ejemplo, el patriotismo sima ciencia nacional12. En la revista de
de los botánicos se hizo evidente con el la Academia de Ciencias Exactas, Físi-
proyecto de la publicación de la flora cas y Naturales se dijo que:
de Colombia, una empresa que desde
tiempos coloniales rondaba la cabeza de “no es posible que los colombianos nos con-
los botánicos de turno. A modo de un tentemos hoy con que en España se haga
la publicación tardía de los trabajos de
eterno retorno, ese afán por conocer la
Mutis, Caldas, Zea, Lozano y demás
riqueza de la flora colombiana aún des-
miembros de la Expedición Botánica,
conocida es retomado una vez más. cuando estamos empeñados en la elabo-
Para comenzar de nuevo semejante
12 Es cierto que esa repatriación era tam-
tarea, se reinició la discusión sobre la bién una muestra de nacionalismo, una
consecución de las láminas de la Expe- apropiación de soberanía ya no de un
dición Botánica que fueron arrebatadas territorio, sino de conocimiento cien-
de manos locales durante la reconquista tífico, como dice McCOOK, Stuart
española a comienzos del siglo XIX y States of Nature...., pp. 8 y 45. Lo que
que reposan aún hoy día en el Jardín insistimos acá es que todo ello son sím-
Botánico de Madrid en España. Te- bolos textuales de nacionalidad, pero
niendo en cuenta que esta expedición finalmente el objetivo final estaría más
era y ha sido un símbolo nacional por orientado a las finalidades propias de la
comunidad científica.
excelencia, la retórica nacionalista com-

42
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 3
en Colombia

ración de la nuestra Flora y tales trabajos por manos colombianas sería una car-
puede considerarse como su fundamento. ta de presentación al mundo científico
(...) no es posible declararnos ampliamen- donde se valoraría tanto las capacidades
te satisfechos sino cuando el Gobierno de de la botánica colombiana actual como
la Madre Patria devuelva a la Ciencia
las del pasado ya colombianizado.
colombiana este tesoro de que es simple
depositario”13. Otro evento destacado dentro del ca-
La obra de la Expedición Botánica ha- rácter nacionalista de la comunidad
bía que nacionalizarla y “complementar- botánica fue la selección y declaración
la con los nuevos trabajos llevados a cabo de la flor y árbol nacionales. Ya desde
en el país (...), para que pudiese en verdad la década de 1930 se había declarado a
catalogarse como la verdadera obra de la la variedad de orquídea Cattleya trianae
Flora colombiana (...)”14. Así entonces, como flor nacional, y después en el año
el ánimo por publicar la obra de Mutis, 1949, el director del ICN y reconocido
argumentado bajo un velo nacionalista, experto en palmas, Armando Dugand,
era finalmente el esfuerzo por comple- propuso la palma de cera del Quindío
tarla con conocimientos botánicos ac- (Ceroxylon quindiense) como árbol na-
tuales de los científicos colombianos; cional ante el comité organizador del
esa sería la manera más expedita y sutil Tercer Congreso Suramericano de Bo-
de colombianizar la expedición botáni- tánica.
ca, arrebatársela a España, y finalmente Ahora bien, el nacionalismo que ali-
hacer relucir las capacidades científicas mentó y promulgó este grupo de cien-
de la comunidad colombiana15. Una tíficos debe también ser entendido bajo
obra de tal talante acabada y refinada lo que se entendió como nación para
ellos. La nación era elitista y excluyen-
13 “Notas de la Dirección” en Revista de
te, y revertir estas brechas no era la in-
la Academia..., núm. 25-26, Diciem-
tención del nacionalismo promulgado.
bre-1946, p.11.
14 “La Academia Colombiana de Ciencias Por ejemplo, el público de Caldasia se
Exactas, Físicas y Naturales y el Proyec- supone que debía ser muy selecto, una
to de Publicación de la Iconografía de característica que vehementemente ex-
la Expedición Botánica” en Revista de presa Armando Dugand en medio de
la Academia..., núm. 25-26, Diciem- su queja por la falta de reconocimiento
bre-1946, p.221. de la revista en ciertos círculos cultura-
15 Armando Dugand se queja de la falta les del país; “cierto es que nuestras pu-
de ayuda y arrogancia de algunos pares blicaciones son dirigidas a una minoría
científicos españoles. “(...) Pensé enton-
selecta, que sí entiende...”16, comentaba
ces que los augustos señores del Botánico
Dugand.
madrileño estarían creyendo que Colom-
bia y sus botánicos no estarían “a la altu-
ra” de la tarea (...)” Armando Dugand 16 Armando Dugand a Libardo Gutiérrez
a padre Lorenzo Uribe-Uribe, 17-Novi- Márquez, 22-Agosto-1952, archivo
embre-1950, archivo ICN, libro 1950. ICN, libro 1952.

43
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

La ciencia entonces no se puede enten-


der como un valor nacional colectivo
en este grupo, sino como propiedad de
una sección selecta y elitista de la so-
ciedad, que sí entiende. El nacionalismo
que entonces promulgaron los botáni-
cos de esta época no es coherente con
una idea de identidad en la sociedad
donde se comparten valores y símbolos;
o quizás la idea de nacionalidad que te-
nían en mente era una paradójicamente
excluyente y elitista en la que unos ha-
blan por los otros con el poder y legi-
timidad del conocimiento científico17.
En esta oportunidad, el velo que encu-
bría esa desigualdad en la construcción
de identidad nacional es algo que lla-
mamos nacionalismo retórico.
17 Resaltamos dos estudios de la historio-
grafía colombiana sobre el poder de la La visión clasista y elitista de sociedad
ciencia para forjar una cierta visión de colombiana que promulgaron y forja-
sociedad en la colonia tardía, ver CAS- ron estos botánicos del siglo pasado de
TRO-GÓMEZ, Santiago La hybris del la mano de la autoridad de la ciencia
punto cero, Bogotá, Editorial Pontificia
deben ser vistos de manera crítica. Esta
Universidad Javeriana, 2007 y NIETO,
Mauricio Orden Natural y Orden Social. es por lo menos un llamado y ocasión
Ciencia y Política en el Semanario de para los científicos y no científicos de
Nuevo Reyno de Granada, Universidad hoy a hacerlo así. Una visión crítica del
de los Andes, Bogotá, 2009. pasado, que nace del presente y sus pro-
blemas, es un ejercicio donde se pueden
o1 ver luces que brinda la investigación
histórica. Finalmente el presente es lo
17 Resaltamos dos estudios de la historio- único que podemos forjar, el pasado
grafía colombiana sobre el poder de la tan sólo lo pretendemos contemplar y
ciencia para forjar una cierta visión de analizar.
sociedad en la colonia tardía, ver CAS-
TRO-GÓMEZ, Santiago La hybris del
punto cero, Bogotá, Editorial Pontificia
Universidad Javeriana, 2007 y NIETO,
Mauricio Orden Natural y Orden Social.
Ciencia y Política en el Semanario de
Nuevo Reyno de Granada, Universidad
de los Andes, Bogotá, 2009.

44
Capítulo 4

protagonistas en la documentación de la
biodiversidad nacional

El Hermano Apolinar María (1867-1949)


Germán Amat-García

Apuntes históricos a su llegada a


Colombia
El nombre del Hermano Apolinar to de la Salle ya era una realidad, con
María, miembro de la comunidad La- un registro de unos 50.000 ejemplares.
sallista, era Nicolás Seiler, quien llegó Dentro de esta colección sobresalía la
a Colombia en 1904 como exiliado a colección de insectos, tal vez la primera
consecuencia de las tensas relaciones en la historia de la entomología colom-
entre el gobierno de la Francia de prin- biana (Obregón, 1992). Para el Herma-
cipios de siglo y la iglesia. Llegó al país no Apolinar la meta era la búsqueda del
en compañía de diez compañeros de conocimiento de la Historia Natural de
exilio por vía marítima a Puerto Co- la biota del país, que empezaba a cono-
lombia (Atlántico). Emprendió la llega- cerse de una manera organizada, gracias
da a la capital en un barco de vapor por a las intensas jornadas de formación es-
el río grande de La Magdalena y su iti- colar en las Ciencias Naturales que se
nerario acostumbrado en aquella época impartían en las aulas del Instituto y
era Honda-Guaduas-Bogotá. bajo su liderazgo.
Una vez establecido en Bogotá se hizo Al concluir sus estudios de bachillera-
cargo de la dirección del Instituto de to, los egresados quedaban huérfanos
la Salle durante siete años; en este pe- de su maestro y para proseguir con su
ríodo impartió la cátedra de Ciencias formación era necesario un ambiente
Naturales, con la realización de incan- “extracurricular”, esto propició que el
sables excursiones por el territorio na- Hno. Apolinar María en 1912 convo-
cional acompañado de sus estudiantes cara a toda la comunidad científica bajo
para cumplir con tareas de colecta de las banderas de la Sociedad de Ciencias
plantas, semillas, animales, vestigios Naturales del Instituto de La Salle. El 1°
de fauna, fragmentos de roca y fósiles. de febrero de 1913 apareció el primer
Gracias a su buenos oficios, en 1910 el número del Boletín de La Salle, nombre
Museo de Historia Natural del Institu- que se conservó hasta 1919 cuando se

45
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

convirtió en Boletín de la Sociedad Co- 110 números publicados (López 1989).


lombiana de Ciencias Naturales; el padre Desde el Instituto de la Salle y su Mu-
Apolinar María fue el “alma” de esta re- seo impartió cátedras, organizó excur-
vista, que daba a conocer a todo el país siones y escribió sobre Historia Natural
investigaciones sobre las distintas espe- durante casi cinco décadas, hasta que el
cies de la biota, sobre fósiles, sobre mi- producto de su trabajo quedó amena-
nerales e información sobre medicina e zado por los incendios del Bogotazo en
historia natural. Esta revista alcanzó los 1948. El Hermano Apolinar falleció el
24 de diciembre de 1949.

Su legado
El Hermano Apolinar logró interesar Zoología colombiana. Fue condecorado
en las Ciencias Naturales a muchas ge- por las academias francesa y norteame-
neraciones de estudiantes, por tanto su ricana. Por su parte, la Academia Co-
dedicación pedagógica e investigativa al lombiana de Ciencias Exactas, Físicas y
servicio a la naciente comunidad cien- Naturales lo postuló miembro honora-
tífica de la época lo hace merecedor del rio y el gobierno colombiano lo conde-
honorífico calificativo de Padre de la coró con la Cruz de Boyacá.

Algunas publicaciones del


Hermano Apolinar María
Apolinar, María, hermano. 1913. Dio- Apolinar, María, hermano. 1913. Man-
ne glycera. Bol. Soc. Cienc. Nat. ganeso (Continuación). Bol. Soc.
Ins. La Salle, 1: 5-8. Bogotá. Cienc. Nat. Ins. La Salle, 2:47-52.
Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1913. El
Manganeso. Bol. Soc. Cienc. Nat. Apolinar, María, hermano. 1913. Stea-
Ins. La Salle, 1:11-19. Bogotá. tornis caripensis de Humb. Bol. Soc.
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 3:84-89.
Apolinar, María, hermano. 1913. Catá- Bogotá.
logo Explicativo del Museo del Ins-
tituto de la Salle. Bol. Soc. Cienc. Apolinar, María, hermano. 1913.
Nat. Ins. La Salle, 1:20-25. Bogotá. Apuntes Entomológicos. Bol. Soc.
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 4: 104-
Apolinar, María, hermano. 1913. 105. Bogotá.
Apuntes Ornitológicos. Bol. Soc.
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 2:35-37. Apolinar, María, hermano. 1914. Las
Bogotá. moscas y la higiene pública. Bol.

46
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Soc. Cienc. Nat. Ins. La Salle, 1: Cienc. Nat. Ins. La Salle, 8-9:231-
8-14. Bogotá. 235. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1914. Espe- Apolinar, María, hermano. 1914. In-
cies Nuevas. Bol. Soc. Cienc. Nat. dicaciones para los jóvenes natura-
Ins. La Salle, 3: 65-68. Bogotá. listas. Bol. Soc. Cienc. Nat. Ins. La
Salle, 8-9: 263-269. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1914. Las
moscas (continuación). Bol. Soc. Apolinar, María, hermano. 1915. Mi-
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 3: 68-73. nerales de Colombia y en especial
Bogotá. de la cordillera oriental. Bol. Soc.
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 2: 23-26.
Apolinar, María, hermano. 1914. El Bogotá.
Cernícalo. Bol. Soc. Cienc. Nat.
Ins. La Salle, 4: 100-109. Bogotá. Apolinar, María, hermano. 1915. Psa-
lidognathus friendi Gray. Bol. Soc.
Apolinar, María, hermano. 1914. Mi- Cienc. Nat. Ins. La Salle, 4: 54-63.
nerales de Colombia. Bol. Soc. Bogotá.
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 4: 125-
127. Bogotá. Apolinar, María, hermano. 1915. El
Ornitologista colombiano. Bol.
Apolinar, María, hermano. 1914. Aves Soc. Cienc. Nat. Ins. La Salle, 6:
descubiertas y descritas por el señor 82-87. Bogotá.
doctor don Frank M. Chapman.
Bol. Soc. Cienc. Nat. Ins. La Salle, Apolinar, María, hermano. 1915. Da-
6: 170-173. Bogotá. tos para la entomología. Bol. Soc.
Cienc. Nat. Ins. La Salle, 9: 136-
Apolinar, María, hermano. 1914. Mi- 139. Bogotá.
nerales de Colombia y en especial
de la cordillera oriental. Cuarzo Apolinar, María, hermano. 1915. Pri-
(continuación). Bol. Soc. Cienc. meros estados de mariposas colom-
Nat. Ins. La Salle, 6: 184-187. Bo- bianas. Bol. Soc. Cienc. Nat. Ins.
gotá. La Salle, 9: 139-141. Bogotá.

Apolinar, María, hermano. 1914. El Apolinar, María, hermano. 1916. Ob-


Cóndor. Bol. Soc. Cienc. Nat. Ins. servaciones científicas. Bol. Soc.
La Salle, 7: 198-207. Bogotá. Cienc. Nat. Ins. La Salle, 27: 17-
21. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1914. La
mata de la Cigarra. Bol. Soc. Cienc. Apolinar, María, hermano. 1916. El
Nat. Ins. La Salle, 7: 213-219. Bo- Mapuro. Bol. Soc. Cienc. Nat. Ins.
gotá. La Salle, 29: 55-60. Bogotá.

Apolinar, María, hermano. 1914. Thri- Apolinar, María, hermano. 1916. In-
nacodus apolinari sp.nov. Bol. Soc. sectos. Estudio de los Catagrámi-

47
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

dos. Bol. Soc. Cienc. Nat. Ins. La Soc. Col. Cienc. Nat, 76: 88-95.
Salle, 32: 102-104. Bogotá. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1917. Las Apolinar, María, hermano. 1925. El
grandes serpientes. Bol. Ins. La Sa- ratón runcho (Caenolestes obscurus)
lle, 27: 59-61. Bogotá. (Thomas). Bol. Ins. La Salle, 96:
34-37. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1917. El
Eucalipto. Bol. Soc. Cienc. Nat. Apolinar, María, hermano. 1925. Ara-
Ins. La Salle, 40: 68-74. Bogotá. neismo (Latrodectus walkn). Bol.
Soc. Col. Cienc. Nat, 81: 89-102.
Apolinar, María, hermano. 1921. Una Bogotá.
araña venenosa. Bol. Ins. La Salle,
64- 65: 80-83. Bogotá. Apolinar, María, hermano. 1926. Las
Ranunculáceas colombianas. Bol.
Apolinar, María, hermano. 1922. Los Soc. Col. Cienc. Nat, 85: 60-75.
peligros de las moscas. Bol. Ins. La Bogotá.
Salle, 70: 2-6. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1926. Las
Apolinar, María, hermano. 1923. Ma- Crucíferas colombianas. Bol. Soc.
riposas colombianas. Bol. Soc. Col. Col. Cienc. Nat, 87: 131- 132. Bo-
Cienc. Nat, 71: 297-308. Bogotá. gotá.
Apolinar, María, hermano. 1923. Ara- Apolinar, María, hermano. 1927. Voca-
chis hipogaea L. Bol. Soc. Col. bulario explicativo de los términos
Cienc. Nat, 73: 381-388. Bogotá. vulgares usados en la República.
Apolinar, María, hermano. 1924. Al- Bol. Soc. Col. Cienc. Nat, 89: 26-
gunos mamíferos de las regiones 32. Bogotá.
de Medellín y Bogotá, clasificados Apolinar, María, hermano. 1930. Las
por el eminente mamálogo doctor tres palmas. Bol. Ins. La Salle, 124:
Olfrield Thomas. Bol. Soc. Col. 89-90. Bogotá.
Cienc. Nat, 74: 3-11. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1931. Con-
Apolinar, María, hermano. 1924. Los tribuciones al estudio de la flora
chinches. Bol. Soc. Col. Cienc. adventicia de Bogotá. Bol. Ins. La
Nat, 74: 36-39. Bogotá. Salle, 127: 4-6. Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1924. El Apolinar, María, hermano. 1936. Espe-
paludismo. Bol. Ins. La Salle, 89: cies colombianas del género Calo-
30-33. Bogotá. soma Weber. Rev. Acad. Colomb.
Apolinar, María, hermano. 1924. Espe- Cienc. Exactas Fís. Nat, 1: 8-9.
cies nuevas y observaciones diver- Bogotá.
sas sobre dermápteros y ortópteros Apolinar, María, hermano. 1938. Mis-
colombianos (continuación). Bol. celánea botánica. Bol. Ins. La Salle,

48
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

159-160: 257-263. Bogotá. Apolinar, María, hermano. 1944. Algu-


nas plantas útiles. Bol. Ins. La Salle,
Apolinar, María, hermano. 1939. 175-176: 249-254. Bogotá.
Apuntes sobre las esmeraldas. Bol.
Ins. La Salle, 161-162: 27-35. Bo- Apolinar, María, hermano. 1947. Aco-
gotá. nitum napellus. Bol. Ins. La Salle,
181-182: 27-32, Bogotá.
Apolinar, María, hermano. 1940. Mis-
celánea botánica. El frijoa. Bol. Ins. Apolinar, María, hermano. 1950. Mis-
La Salle, 165-166: 287-293. Bogo- celánea entomológica. Rev. Acad.
tá. Colomb. Cienc. Exactas Fís. Nat,
28: 465-471. Bogotá.

A B

Figura 14. a) Óleo del Hno. Apolinar María. b) Portada del Boletín de la Sociedad Colombiana de
Ciencias Naturales, fundada por el Hno. Apolinar María en 1912. Archivo histórico ICN.

49
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

El Hermano Daniel (1909-1988)


Germán Amat-García

Apuntes biográficos
El Hermano Daniel nació en Bogotá en la Academia Colombiana de Ciencias
1909 y perteneció a esas generaciones Exactas, Físicas y Naturales.
favorecidas con la llegada al país de los
Hermanos Cristianos de la Congrega- En su historial bibliográfico se conocen
ción de San Juan Bautista de La Salle. unas doscientas publicaciones como
Su nombre fue Julián González Patiño producto de sus tareas de pedagogía,
y realizó sus estudios primarios en La investigación y divulgación. La mayor
Escuela San Víctor, anexa al Instituto parte de estas contribuciones corres-
de la Salle en Bogotá. A los 16 años ponden a la Botánica, a la Zoología,
de edad se ordenó como Hermano de a la Geología y a la Paleontología del
la Comunidad Lasallista y a los 19 se país y fueron escritas a lo largo de casi
graduó como bachiller de la Escuela cuatro décadas, entre 1934 y 1969.
Normal de Los Hermanos de La Salle, Durante este lapso de tiempo investigó
donde fue profesor en las áreas de Bio- sobre muchos grupos de plantas, entre
logía y Química. ellas las acuáticas, los helechos, las gra-
míneas, las euforbiáceas, las malpigiá-
En 1933 inició las tareas docentes de ceas, las verbenáceas, las bromeliáceas,
los cursos de biología, botánica, zoo- las orquidáceas, las lauráceas y aquellas
logía y química en el Colegio San José de importancia toxicológica y médica.
de Medellín; al año siguiente asumió la Con referencia a la zoología, son im-
dirección del Museo de Ciencias Natu- portantes sus observaciones sobre los
rales del Colegio San José de Medellín, moluscos, arácnidos, insectos, peces,
desde donde inició las colecciones de serpientes y mamíferos marsupiales.
material botánico, zoológico y minera- El hermano Daniel también se ocupó
lógico, representativo del departamento en tareas de divulgación sobre fauna
de Antioquia. Gracias a sus incansables extinta, haciendo énfasis en grupos de
excursiones sus colecciones se amplia- la paleofauna colombiana, como la pre-
ron a todo el país y hoy constituyen sencia de mastodontes en Colombia.
importantes fuentes de información
sobre el inventario de la biodiversidad En 1945 fue nombrado profesor de Far-
colombiana. macognosia en la Universidad de An-
tioquia y en ese año presentó y aprobó
En 1938 fundó la Sociedad de Cien- los exámenes reglamentarios para optar
cias Naturales de Caldas para fomentar al título de doctor en Ciencias Natura-
en los estudiantes el conocimiento de les. Participó activamente en la creación
la naturaleza y al año siguiente fue de- del Centro de Investigaciones Astronó-
signado miembro correspondiente de micas de la Universidad de Antioquia.

50
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

El año 1971 es una fecha relevante para


el hermano Daniel por su estableci-
miento en Bogotá para vincularse a la
Universidad de La Salle; el 14 de mayo
de ese año recibe de esta universidad
el doctorado Honoris Causa. En 1980
asumió la dirección del Museo de His-
toria Natural; además, fue decano de
la Facultad de Optometría y profesor
de la Facultad de Humanidades de la
Universidad de la Salle. Hasta el 29 de
julio de 1988, cuando murió, dirigía el
museo de esta Universidad.

Figura 15. a) El Hno. Daniel (1940). Archivo


Histórico del Museo de Historia Natural del
Colegio San José de Medellín, Proyecto ITM.

Su legado
La botánica y la zoología colombiana igualmente, el Museo de la Universidad
están en deuda con el Hermano Daniel, de La Salle heredó del Hermano Daniel
quien se dedicó a estudiar hasta conver- unos 600 ejemplares botánicos.
tirse en un maestro naturalista. Dio a
conocer las floras locales como El Ca- En 1959 la Asamblea de Antioquia lo
piro y Salamina (Antioquia) y Sasaima postuló como Maestro de juventudes,
(Cundinamarca), alrededores de Bogo- un calificativo que resume todas sus
tá y Medellín, entre otras. Del material actividades pedagógicas, entre ellas la
botánico colectado por él en la mayor producción de textos en Ciencias Na-
parte del territorio colombiano (hay turales para la instrucción secundaria
versiones que alcanzó a colectar unas (Figura 16). Sinopsis de Biología, fue un
12000 plantas) se conocen nuevas espe- texto publicado en 1952 para estudian-
cies, e incluso algunas descritas por él o tes de 3er año de bachillerato y llegó a
en asocio con ilustres naturalistas de la constituirse en un valioso instrumen-
época como Armando Dugand (Figura to pedagógico para los profesores de
15). Su legado botánico reposa en va- secundaria. En este texto, además de
rios herbarios colombianos; el Herba- conocimientos básicos en las ciencias
rio Nacional Colombiano (COL), por naturales, el Hermano Daniel hizo im-
ejemplo, cuenta con unos 1100 ejem- portantes anotaciones a las floras y fau-
plares, con localidades de colecta en nas regionales de Colombia.
la mayoría de departamentos del país;

51
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Figura 16. Material de herbario con Eschweilera antioquensis, olla de mono, especie vegetal descu-
bierta por Armando Dugand y el Hno. Daniel en 1937. Fuente: Herbario Nacional Colombia-
no (COL).

52
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

El pensamiento conservacionista
del Hermano Daniel
En mayo de 1955 la Revista de la Facul- de especies colombianas de artrópodos,
tad Nacional de Agronomía, editada en reptiles y aves. Entre líneas de su escrito
Medellín, publicó un número especial el religioso expresaba:
con el título “Algunos aspectos de la
“Las plagas están constituidas por animales
lucha biológica”, bajo la autoría del o por vegetales parásitos que se hallan
Hermano Daniel. Esta obra sintetiza, empeñados en arrebatar al hombre el
en parte, el profundo conocimiento fruto de sus esfuerzos y sudores. En
del Hermano sobre la Historia Natural esta lucha desigual le hubieran ya ven-
y resalta la importancia de las especies cido, a no dudarlo, si no existiera en
animales y vegetales en el manteni- la naturaleza ese admirable equilibrio
miento de los ecosistemas naturales y resultante de la lucha por la vida que
su comportamiento en hábitats que se libran todos los seres vivos y si el hom-
han modificado a consecuencia de las bre no hubiera sabido aprovechar los
recursos que le brindan su experiencia
prácticas agrícolas. En este libro olvi-
y el conocimiento adquirido en su dia-
dado de la literatura naturalística del rio contacto con el campo(…). Fuera
país, el Hermano Daniel introduce el de los medios que ha suministrado la
concepto de control biológico para un industria en la represión de las plagas,
entendimiento integral del problema como los líquidos insecticidas y fun-
de las especies plaga. La identificación gicidas, el hombre cuenta además con
de los enemigos naturales de las espe- otro medio poderoso y barato en esta
cies calificadas como “plagas” represen- guerra en que se haya empeñado; es la
ta una pauta de corte conservacionista, ayuda de los predatores, es decir, de los
que garantiza, por una parte el mante- animales perseguidores de los mismos
parásitos. Mientras el labrador descansa
nimiento de los ecosistemas naturales, y
tranquilo de sus faenas cotidianas, éstos
por otro lado el aprovechamiento de los continúan incansables la persecución
mismos para obtener alimento, a través de obedecimiento a la imperiosa necesi-
de las prácticas agrícolas. En su libro se dad de vivir; de esta manera, ayudan de
ocupa del conocimiento taxonómico y modo inconsciente al trabajo realizado
del papel ecológico de un gran número por el hombre”.

Algunas publicaciones del


Hermano Daniel
Daniel, hermano. 1934. Plantas acuá- Daniel, hermano. 1935. Helechos de
ticas del Valle de Medellín. Boletín Antioquia. Boletín del Colegio San
del Colegio San José de Medellín, José de Medellín, 36:21-34.
35:18-23. Medellín.

53
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Daniel, hermano. 1936. Flora del Ca- Boletín del Colegio San José de Medellín,
piro. Boletín del Colegio San José de p. 10-12.
Medellín, 38:22-37. Medellín.
Daniel, hermano. 1940. Contribución
Daniel, hermano. 1936. Notas sobre al- al conocimiento de la flora antio-
gunas euforbiáceas. Boletín del Cole- queña. Caldasia, 1, 85-88.
gio San José de Medellín, 38:21-34.
Daniel, hermano. 1941. Ciperáceas de
Daniel, hermano. 1936. Una Malpigiá- los alrededores de Medellín. Calda-
cea de nuestros Llanos Orientales. sia, 2, 63-66.
Revista Dyna, Universidad Nacional
de Colombia, Medellín, 8:260-262. Daniel, hermano. 1941. Apuntes sobre
algunos moluscos colombianos.
Daniel, hermano. 1940. Plantas colec- Rev. Acad. Colomb. Cienc. Exactas
cionadas en una excursión al Salto Fís. Nat, 19: 372--379. Bogotá.
de Guadalupe.

Figura 17. Portadas de los textos en Botánica y Zoología para estudiantes de bachillerato (1956-
1958), escritos por el Hno. Daniel, como contribución a la pedagogía de la biodiversidad colom-
biana.

54
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Daniel, hermano. 1944. Por los predios Daniel, hermano. 1947. Las Ciencias
de la Flora regional. Boletín del Co- Naturales en Antioquia. Boletín del
legio San José de Medellín, 44,10-12. Instituto de la Salle, 181,182: 48-
56. Medellín.
Daniel, hermano. 1944. A través del
mundo de los dípteros. Revista de la Daniel, hermano. 1950. Catálogo de
U. Pontificia Bolivariana, Medellín, ofidios colombianos. Revista de la
11 (38): 90-102. U. de Antioquia Bolivariana, Mede-
llín, 96: 410-441.
Daniel, hermano. 1945. Preliminares
sobre la Flora Criptogámica de An- Daniel, hermano. 1959. Anatomía de
tioquia. Revista de la U. Pontificia las orquídeas y su clasificación. Re-
Bolivariana, Medellín, 43: 14-30. vista de la U. Pontificia Bolivariana,
Medellín, 23 (84): 312-335.
Daniel, hermano. 1946. Consideracio-
nes sobre algunas Lauráceas. Bole- Daniel, hermano. 1955. Algunos aspec-
tín del Colegio San José de Medellín, tos de la lucha biológica. Revista de
47, 89-94. la Facultad Nacional de Agrono-
mía, Medellín, 16 (48): 1-169.
Daniel, hermano. 1945. Algunas Gra-
míneas colombianas. Revista de la Daniel, hermano. 1962. La isla de san
U. Pontificia Bolivariana, Medellín, Andrés: sorpresa para el botánico.
47: 498-510. Boletín del Colegio San José de Me-
dellín, 3-40.

55
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

El Padre Enrique Pérez Arbeláez (1896-1972)18


Martha Patricia Hernández M.
18 La información procede del estudio de varios documentos que en su mayoría tienen
procedencia de textos de la más representativa biógrafa del Padre Enrique Pérez Arbe-
láez, un
Quizás Doña Teresa Arango
nombre que noBueno.
puede se- materno quien a sus tempranos 7 años
pararse de la historia, la ciencia y el le enseñó a sembrar unas pomarrosas19.
desarrollo de la academia en Colom-
bia, Enrique Pérez Arbeláez, sacerdo- Sin las fechas exactas, se sabe que des-
te ejemplar, investigador incansable y pués de las primeras letras, el Padre
hombre de pensamientos profundos; Enrique Pérez Arbeláez llevó a cabo sus
creador de algunas de las instituciones estudios primarios con los Hermanos
de mayor reconocimiento nacional en Cristianos en el Colegio de la Salle de
el ámbito de las ciencias naturales, hoy donde obtuvo muy buenas bases para
inspira generaciones que no resisten la después dominar la lengua francesa. Su
tentación de imitarle. primera juventud fue dedicada a los es-
tudios de bachillerato, que se llevaron
He aquí algunos datos biográficos rele- a cabo Colegio San Bartolomé, guiado
vantes para el desarrollo de la ciencia en exitosamente en Bogotá por los Sacerdo-
el país y para que el lector aprecie esta tes Jesuitas y de donde se graduó como
vida ejemplar; se presentan en relación bachiller, seguido por su viaje a España
con su edad. donde además de su carrera de filosofía,
teología y sagradas escrituras, estudió sis-
01 marzo 1896. Nace en Medellín, fru- mología y técnica microscópica.
to de la unión del General Jesús María
Pérez quien con formación militar ejer- Como resultado de estos primeros es-
ce fuerte influencia en la disciplina que tudios, va sumando títulos y logros
caracterizó al futuro sacerdote, y Doña académicos como el de Bachiller espe-
Carolina Arbeláez Urdaneta quien se cialista en historia natural, anatomía y
encargó de equilibrar la formación con fisiología humana, Sacerdote católico,
dulce y tierno cuidado. Además de sus y la primera publicación, Tratado com-
progenitores, quizás el personaje de pleto de Biología Moderna, escrita con
mayor influencia en su vida, fue el Ge- Joaquín María de Barnola, Jesús Amo-
neral Juan Clímaco Arbeláez, abuelo zurrutia y Jaime Pujiula; todo sumando
antes de cumplir 30 años de edad.
E1
Avanza su camino hacia Holanda y
18 La información procede del estudio de Alemania, donde perfeccionaría la len-
varios documentos que en su mayoría gua que le permitiría después defender
tienen procedencia de textos de la más
representativa biógrafa del Padre Enri- 19 Enrique Pérez Arbeláez. Su vida y su
que Pérez Arbeláez, Doña Teresa Aran- Obra. Jardín Botánico de Bogotá José
go Bueno. Celestino Mutis, 2005.

56
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

su trabajo en el estudio de citología y nombrado como botánico del Ministe-


morfología de las Davaliáceas, (plantas rio de Industrias, logró fundar y se con-
inferiores), lo que le mereció la más virtió en el primer director del Herba-
alta calificación: Summa Cum Laude rio Nacional, labor que completó con la
por parte de la prestigiosa Universidad creación y dirección, en 1935, a sus 39
Maximiliana de Baviera, en donde su años del Museo e Instituto de Ciencias
profesor Karl Von Goebels, además de Naturales de la Universidad Nacional
guiar el trabajo mencionado, veló por de Colombia.
su publicación en la revista de la uni-
versidad destinada exclusivamente a la Como bien decía el Padre Pérez, “...la
investigación de profesores. fuente donde nace el herbario es la ex-
cursión”, y fue justamente a lo que le
Quizás su pasión por la Expedición acompañó el Doctor César Uribe Pie-
Botánica, se afianzó al enterarse que un drahita, quien además permitiría que
grupo de botánicos españoles estaban su casa fuera el primer albergue de los
interesados en la publicación de la Flora ejemplares traídos, que luego fueran
de Mutis y no dudó que habría de ser trasladados a un salón del Capitolio
Colombiano el liderazgo de semejante Nacional y finalmente se alojarán en el
proyecto, toda vez que fue justamente edificio de la Ciudad Universitaria, que
la flora del Nuevo Reino de Granada, en 1938 sería la sede única del Herba-
el principal objeto de estudio de Mutis. rio Nacional Colombiano y el Instituto
Muy a pesar de las dificultades que se Botánico.
presentaron en este entonces, se graduó
con honores como Doctor Ciencias Otra de las victorias del Padre Pérez fue
lo referente a la Ley 34 de 1933 que
Biológicas y avanzó en el conocimiento
crea la Academia Colombiana de Cien-
de la iconografía de la Expedición que
cias Exactas, Físicas y Naturales y segui-
habría sido interrumpida por más de
damente en el decreto 1218 de 1936
110 años, y fue así como se hizo el pro-
que reglamenta la misma, donde logra
pósito de dar a conocer, especialmente
introducir artículos que tratan específi-
en Colombia, tan magno trabajo.
camente de la responsabilidad de estu-
En 1928, a sus 32 años, regresa a Co- diar y proponer la forma de publicar las
lombia en donde aún no encuentra el obras de don José Celestino Mutis.
mejor ambiente político y económico
En un salto histórico, desde que logró
para el desarrollo de su trabajo, lo cual
la consolidación del Instituto de Cien-
no se hace obstáculo para la empresa
cias Naturales en 1940, de donde su
que ya se había propuesto y perduraría
salida pronta y producto de las envi-
por el resto de sus días.
dias, le dejó además de desasosiego, la
Dos años después de su regreso, en fuerza necesaria para continuar su labor
1930 el Padre Pérez Arbeláez, produc- académica y científica hasta 1955, año
to de sus buenas relaciones con familias en el que se funda el Jardín Botánico
prestantes de la sociedad Colombiana y José Celestino Mutis, se sucedieron

57
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

cualquier cantidad de eventos que dan Finalmente, para decorar la ciudad,


cuenta de la incansable labor de Enri- solo le restaba la ubicación de la flora
que Pérez Arbeláez. Entre muchos otros de clima medio y cálido, a lo cual le dio
eventos y textos liderados por el Padre solución con la creación de un circui-
Pérez, cita doña Teresa Arango Bueno, to de invernaderos que le permitieron
su principal biógrafa, los siguientes: In- en cuyos salones se ubicó: 1, Flora or-
vestigaciones sobre fibras colombianas, namental de clima cálido; 2. Botánica
Hilea Magdalenesa, Plantas útiles de económica, 3. Selva húmeda tropical,
Colombia, Estudios y actividades en el 4. Selva amazónica, 5. Ecosistemas
Amazonas, III Congreso Suramericano subxerofíticos, 6. Orquidiario, 7. Mo-
de Botánica, Flora de Colombia, Sim- noptero para adaptación a los cambios
posio sobre zonas húmedas tropicales, de temperatura.
Centenario de Humboldt, Congreso
mundial de trópicos húmedos. Con casi 14 años al servicio del enri-
quecimiento de las colecciones del Jar-
Casi a sus 60 años de edad, inicia la ges- dín Botánico, el Padre Enrique Pérez, a
tión por quizás su más admirable obra: finales de 1971 (diciembre), es víctima
el Jardín Botánico de Bogotá, que no de una trombosis que no le da tiempo
es otro, sino un motivo más de admira- sino de impartir instrucciones y reposar
ción. Funcionario del Instituto Geográ- con la tranquilidad del deber cumplido
fico, inicia la búsqueda del lote donde el 22 de enero de 1972.
quedaría la representación viva de sus
estudios y los de sus ya numerosos pu- Sus libros publicados, instituciones
pilos, y encuentra en el Alcalde Mayor científicas creadas, títulos, victorias (y
de entonces, doctor Roberto Salazar por qué no, las derrotas), solo dejan en
Gómez la aceptación de que le donaran la comunidad académica contemporá-
un predio del antiguo Bosque Popular. nea, el más profundo sentimiento de
Con cien mil pesos inicia las primeras admiración y anhelo de imitación.
obras que no fueron más que dos pe-
queñas edificaciones, donde luego en-
Algunas publicaciones del Padre
contraría lugar de habitación para pa-
rejas de cuidanderos; hoy “Casa vieja”. Enrique Pérez Arbeláez

Con innumerables planos y dibujos y Pérez Arbeláez, E. 1932. Libro conme-


basado en el conocimiento que de los morativo del segundo centenario
más importantes Jardines Botánicos de de Don José Celestino Bruno Mu-
Europa tenía, el fundador procura una tis y Bosio 1832-1932. Imprenta
organización lógica de las colecciones Nacional. Bogotá. 272 pp.
vivas y de las cuales acá se rescatan al- Pérez Arbeláez, E. 1933. Frutas de Cun-
gunas de las primeras: Bosque andino, dinamarca. Imprenta Nacional.
Jardín Sistemático, Jardín de cactus y Número 22 de Suplemento al Bo-
flores suculentas, páramo andino, Jar- letín de agricultura Bogotá. 103 pp.
dín de criptógamas y la Rosaleda.

58
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Pérez Arbeláez, E. 1964. Recursos na- lombiano de la Hilea Amazónica.


turales de Colombia: su génesis, su Bogotá. 33 pp.
medida, su aprovechamiento, con-
servación y renovación. Dificulta- Pérez Arbeláez, E. 1953. La cuna del
des naturales de Colombia y lucha porro: insinuación folklórica del
contra ellas. Banco de la República. departamento del Magdalena en
Volumen 2. 195 pp. Colombia. Editorial Antares. Bo-
gotá. 103 pp.
Pérez Arbeláez, E. 1949. Hilea Mag-
dalenesa: prospección económica Pérez Arbeláez, E. 1956. El Jardín Bo-
del valle tropical de río Magdalena. tánico José Celestino Mutis, su
Contraloría General de la Repúbli- importancia, sus planes y funciona-
ca. Bogotá. 191 pp. miento. Imprenta de Bogotá. 20 pp.

Pérez Arbeláez, E. 1936. Plantes Útiles Pérez Arbeláez, E. 1959. Alejandro de


de Colombia, Volumen 1. Univer- Humboldt en Colombia: extractos
sidad de California. 843 pp. de sus obras compiladas, ordenadas
y prologadas, con ocasión del cen-
Pérez Arbeláez, E. 1937. Plantas medi- tenario de su muerte, 1859. Cien-
cinales y venenosas de Colombia: cia Interamericana. Unión Pana-
Estudio botánico, étnico, farma- mericana. Washington.
céutico, veterinario y forense. Edi-
torial Cromos. Bogotá. 295 pp. Pérez Arbeláez, E. 1971. Guía del Jar-
dín Botánico “José Celestino Mu-
Pérez Arbeláez, E. 1940. Suelo, árboles tis”. Imprenta Nacional. 43 pp.
y Cultivos: artículos sobre proble-
mas agrícolas. Imprenta del depar- Pérez Arbeláez, E. 1969. Amazonia:
tamento. 223 pp. recolección de artículos periodís-
ticos referentes a la humanización
Pérez Arbeláez, E. 1948. Paisajes, Tierra dirigida de la hoya del Río Amazo-
y Trabajos. Minerva. 339 pp. nas, principalmente en su porción
colombiana. Instituto Geográfico
Pérez Arbeláez, E. 1967. José Celestino “Agustin Codazzi”. 163 pp.
Mutis y la Real Expedición Botá-
nica del Nuevo Reino de Granada. Pérez Arbeláez, E. 1961. Por la Alema-
Instituto Geográfico “Agustín Co- nia Federal: impresiones de tres via-
dazzi”. 235 pp. jes después de la Segunda Guerra
Mundial, 1956-1960-1961. Edito-
Pérez Arbeláez, E. 1942. Botánica Co- rial ABC. 105 pp.
lombiana Elemental. Librería vo-
luntad. 172 pp. Pérez Arbeláez, Enrique, Amozurrutia,
Jesús. 1925-1929. Tratado comple-
Pérez Arbeláez, E. 1949. Hilea amazó- to de Biología Moderna. Francisco
nica colombiana. Organismo Co- Isart. 193 pp.

59
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Figura 18. Protagonistas de la biodiversidad colombiana. a) El Padre Enrique Pérez Arbeláez, impar-
tiendo cátedra en el Instituto de Ciencias Naturales (1939). b) Richard Evans Schultes acompañado
de Hernando García Barriga, en una excursión en Soratama, Apaporis (1951). Archivo histórico
ICN y cortesía de la familia Hernández y la Revista de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales.

60
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Richard Evans Schultes20 (1915-2001)


Sergio Ospina Rey

Richard Evans
20 Este texto Schultes
es un extractoesdeununo
nombre Durante
de los capítulos de lacasi 12 años,de
monografía desde
grado1941
OSPINAhas-
destacado en la etnobotánica del siglo ta 1953, Schultes realizó varias
REY, Sergio. FRONTERAS DE LA CIENCIA. Nacionalismo, geografía de la ciencia y re- y largas
pasado; unColombia-EE.UU.
laciones hombre recordado más
en la botánica visitas a Colombia
que colombiana comode parte
y las expediciones RicharddeEvans
una
todoSchultes
por suenlabor docente
las décadas e investiga-
de 1940 investigación
y 1950, Monografía de gradobotánica
para optarsobre
por el especies
título de
tivaHistoriador
en la Universidad de Harvard
(sin publicar), Universidad de la
en de los selva2013.
Andes, amazónica; esas expediciones
EE.UU., pero siempre relacionado y se concentraban en trabajo de campo
enmarcado por sus años de expedicio- recolectando especímenes. Largas esta-
nes científicas en la selva amazónica, días en Colombia requirieron entonces
recorridos hechos en su gran parte por que él construyera estrechos lazos con
territorio colombiano. Sus intereses personajes locales que hicieron de algu-
principales y primordiales fueron las na u otra manera parte de su expedición
plantas medicinales y alucinógenas uti- científica. Schultes hizo del Instituto de
lizadas por comunidades indígenas, de Ciencias Naturales (ICN) de la Univer-
las cuales buscó un uso práctico en la sidad Nacional su centro de operacio-
medicina occidental. Así entonces, sus nes en Colombia y entabló amistad y
pasos lo llevaron por hongos alucinó- relación científica con científicos e in-
genos en México, venenos cinegéticos telectuales colombianos, y con comuni-
del Putumayo, bejucos psicotrópicos dades campesinas e indígenas a lo largo
en el Amazonas, y marihuana en Afga- de los territorios que recorrió. Guías
nistán. En esta breve reseña biográfica locales, ayudantes en campo, científicos
nos enfocaremos en el paso de Schultes colombianos, todo ellos fueron todos
por Colombia, sus expediciones cien- de gran importancia para el éxito de su
tíficas y las relaciones que entabló con trabajo. El silencio y ocultamiento que
la comunidad de científicos botánicos muchos de ellos han sufrido a través de
locales. las muchas veces apologética imagen de
un Schultes como explorador solitario
s1 desdibuja la importancia que ellos tu-
vieron para su investigación. Afortuna-
20 Este texto es un extracto de uno de los
damente, los contactos de este botánico
capítulos de la monografía de grado
OSPINA REY, Sergio. FRONTERAS extranjero con la sociedad y la natura-
DE LA CIENCIA. Nacionalismo, geo- leza locales han dejado algunas huellas
grafía de la ciencia y relaciones Colom- que ayudan a complementar la biogra-
bia-EE.UU. en la botánica colombia- fía de Schultes que ha sido publicada
na y las expediciones de Richard Evans hasta ahora (ver la bibliografía anexa).
Schultes en las décadas de 1940 y 1950,
Monografía de grado para optar por Schultes era originario de Boston,
el título de Historiador (sin publicar), EE.UU. donde también cursó sus es-
Universidad de los Andes, 2013. tudios universitarios en la reconocida

61
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Universidad de Harvard. Allá recibió Las plantas por las que Schultes se inte-
en 1941 su título de doctorado, en resó en sus investigaciones en Colom-
cuya tesis descifró el enigma etnobotá- bia se encuentran predominantemente
nico del hongo alucinógeno teonanacatl en la región amazónica, por lo tanto sus
de la región de Oaxaca, México. Justo viajes por ese país fueron exploraciones
después de recibir su grado, en el ve- de campo por ríos como el Negro y el
rano de ese mismo año aterrizó en Co- Apaporis, desde las regiones del Putu-
lombia gracias a una beca del National mayo hasta las fronteras selváticas entre
Research Council para investigar el Colombia y Venezuela. Sin embargo,
curare, una sustancia venenosa usada también pasó algunas temporadas en
por grupos indígenas en el Amazonas Bogotá, donde se encontraba con sus
colombiano. Sin embargo, la guerra compañeros botánicos colombianos y
hizo variar sus planes. Como empleado preparaba sus expediciones y el material
del gobierno norteamericano, Schultes botánico recolectado para enviarlo a
tuvo que concentrarse en investigar el Harvard. Schultes repartió su tiempo de
caucho colombiano para evaluar la po- esos casi 12 años, de manera muy igual
sibilidad de reemplazar los suministros se podría decir, entre Boston, Bogotá
de caucho del sureste asiático que Japón y la selva amazónica, descontando sus
había cortado tras su invasión militar. cortas visitas a herbarios, instituciones
Schultes entonces investigó durante o conferencias en América y Europa.
varios años el género Hevea hasta que
al final de la década de 1940 regresó a Si bien las investigaciones botánicas y
sus intereses etnobotánicos y profun- etnobotánicas de este científico nor-
dizó en el estudio del yagé, una bebida teamericano abarcan un espectro más
usada por grupos indígenas en rituales amplio que el que hemos resumido,
y hecha con el bejuco del alma, nombre han sido aquellas sobre el caucho y las
local que Schultes usó como título en plantas alucinógenas la causa principal
uno de sus libros publicado en la déca- de su reconocimiento posterior22. Ri-
da de 199021. Después de sus años en chard Evans Schultes falleció en el año
Colombia, este hijo de Harvard regresó 2001 después de décadas dedicadas a
a su alma máter y se vinculó a la vida sus labores en la Universidad de Har-
académica como profesor e investiga- 22 La cultura hippie de los años venide-
dor en Boston a partir de 1953. ros tomó a Schultes como uno de sus
ídolos científicos (él tuvo una estrecha
relación con Albert Hoffman, el crea-
dor del LSD, quién fue coautor de uno
21 SCHULTES, Richard Evans; RA-
de sus libros). Algunos herederos de esa
FAUFF, Robert El bejuco del alma: los
cultura en Colombia han hecho lo pro-
médicos tradicionales de la Amazonia
pio, en especial debido a los estudios
colombiana, sus plantas y sus rituales,
de Schultes sobre el yagé y su particular
Bogotá, El Áncora Editores, Fondo de
acercamiento a las comunidades indí-
Cultura Económica, 2004 [primera
genas.
edición en inglés de 1992].

62
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

vard y haber apoyado a un sinnúmero la cita anterior, es interesante notar el


de estudiantes en el estudio de la etno- énfasis en los títulos y el renombre de
botánica de este planeta. este científico extranjero a la hora de
presentarlo como colaborador del ICN
La llegada de Schultes al ICN y su in- ante el público. Con el pasar del tiem-
terés en el mismo fueron entonces más po se buscaría incorporar al Schultes
que bienvenidos por los botánicos del cada vez más como parte integrante del
Instituto. Las credenciales de este bo- ICN, por lo tanto dicha “colaboración”
tánico estadounidense, y por ende su resultaba insuficiente para alardear de
supuesto renombre como científico, una relación más estrecha entre el ICN
lo convirtieron en agente de publici- y este nuevo miembro científico extran-
dad próvida para el ICN. Así hicieron jero. Así entonces, en el cuarto núme-
uso de él los científicos locales desde ro de la misma revista, tan sólo pocos
las primeras oportunidades. El caso de meses después de la llegada de Schultes
Schultes en Colombia resulta entonces a Colombia, su expedición por el Ama-
ilustrativo como ejemplo del afán por zonas no se presenta más como una
apropiarse de las credenciales del cientí- colaboración con el ICN, sino que se
fico extranjero para beneficio propio de incluye ya en el listado de las “Excursio-
la comunidad científica local. Veamos a nes recientes del Instituto de Ciencias
qué nos referimos más puntualmente. Naturales”24. Para los lectores de Calda-
Antes de la llegada de Schultes a Co- sia en Colombia y en el exterior con se-
lombia y después de muy pocos inter- guridad fue llamativo que la expedición
cambios epistolares con Armando Du- de este científico de Harvard hiciera
gand, director del ICN en esa entonces, parte del ICN; la asociación lógica se-
ya en las páginas de la revista Caldasia culo anterior, permanecerá un año en Co-
del ICN se anuncia que un tal “Sr. Ri- lombia, donde realizará investigaciones
chard Evans Schultes, Ph. D. en Biología etnobotánicas en colaboración con la Sec-
de la Universidad de Harvard y botánico ción Botánica de ese Instituto” Caldasia,
de renombre (...) permanecerá por espacio núm. 3, 15 de Diciembre, 1941, p. 12.
de un año entre nosotros, con el propósito En una carta de Armando Dugand al
de estudiar aspectos etnobotánicos de la National Research Council en EE.UU.
en Septiembre de 1941, Dugand asegu-
flora colombiana, en colaboración con la
ra que Schultes trabajará “en aspectos de
Sección Botánica de esta entidad”23. De etnobotánica de la flora colombiana en
conexión con nuestro departamento de
23 Caldasia, núm. 2, 15 de Agosto, 1941,
Botánica” (traducción del autor del ori-
p. 12. En el número siguiente de la re-
ginal: “on the ethnobotanical aspects of
vista, a manera de colofón al final del
the Colombian Flora in connection with
primer artículo de autoría de Schultes
our Department of Botany”) Armando
en Caldasia se anexa la nota del editor,
Dugand al National Research Council,
Armando Dugand: “Como ya fue anun-
15-Septiembre-1941, archivo ICN, li-
ciado en el número 2 de CALDASIA, el
bro 1941.
Sr. Richard Evans Schultes, autor del artí-
24 Caldasia, núm. 4, 1 de Abril, 1942, p. 5.

63
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

ría entonces que dicho instituto gozaba


de la aprobación y trabajo de botánicos
bien formados, lo cual brindaría legiti-
midad al ICN como centro de conoci-
miento científico. Sin lugar a dudas esa
era la intención de Armando Dugand.
Transferir el prestigio de Schultes y de-
más científicos norteamericanos hacia
el ICN era obtener una credencial muy
poderosa y expedita, lo cual era busca-
do con ansiedad durante estos años de
consolidación de la comunidad botáni-
ca colombiana.
A Schultes le fueron otorgadas varias
membrecías y títulos honorarios en
Colombia durante sus años de expe-
diciones en Colombia. En el año de
1953, el ICN decide expedir el título
de Profesor Honorario a Schultes25. De
la misma manera actuaron otras insti-
tuciones colombianas que tuvieron ne-
xos con este botánico norteamericano.
La Asociación Colombiana de Ingenie- Figura 19. Richard Evans Schultes en una de
sus excursiones en Leticia, Amazonas. Foto de T.
ros Agrónomos lo nombró socio26 y la
Plowman, cortesía de la Revista de la Academia
Academia de Ciencias Exactas, Físicas de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
y Naturales lo incluyó como miembro
de la academia en su listado de 195727.
por encontrar renombre en la escena
Estos nombramientos se puedes en-
colombiana e internacional para estas
tender a la luz de la búsqueda de ins-
instituciones.
tituciones colombianas por acercarse a
la figura de Schultes y ojalá apropiarse El personal del ICN jugó un papel muy
de ella. Como decimos, este científico importante, si no indispensable, para
norteamericano sería una oportunidad que Schultes pudiera llevar a cabo su in-
vestigación en Colombia y en EE.UU.;
el consabido dar para recibir también se
25 Hernando García-Barriga a Julio Carri-
aplica para los científicos, por más des-
zosa Valenzuela, 3-Julio-1953, archivo
ICN, libro 1953.
igual que sean las posiciones de las par-
26 Agricultura Tropical, Julio, 1953, p. 58. tes. Por ejemplo, Armando Dugand le
27 Revista de la Academia Colombiana de servía a Schultes durante su estadía en
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la selva para contactar otras entidades
núm. 39, Marzo-1957, p. 494. colombianas, en cuyas revistas Schultes

64
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

quiso publicar sus artículos28; él inclu- y Mutisia mis articulillos, el compa-


so editaba los borradores del botánico ñerismo demostrado al acompañarme
extranjero que finalmente se publica- en mis excursiones, el cuidado con el
rían como artículos en Caldasia29. Así que el Instituto preparó mis coleccio-
nes en formol para ser reexpedidas y el
mismo, personal del ICN fue crucial
sinnúmero de otras demostraciones de
en la preparación y cuidado de los es- colaboración y aprecio, son cosas que
pecímenes que Schultes recolectaba en aseguraron el éxito por mí alcanzado
la selva, pues las colecciones eran envia- y que siempre recordaré con infinito
das a Bogotá, donde se preparaban con agradecimiento.”32
secantes y gasolina, para así después ser
enviadas a EE.UU. para su posterior La forma particular en que Schultes
identificación científica30. El ICN tam- afrontó su contacto con la sociedad
bién le envió a Schultes papel secante colombiana quizás influye en que esta
(muchas veces se trató de simple papel relación salga de cánones de análisis
periódico), ya que sin él la recolección histórico de imperialismo tradicional
de plantas en campo era inútil, y las entre personajes de EE.UU. y Colom-
reservas que tuviese se acababan en los bia. Nos referimos a un Schultes malea-
lugares recónditos donde este botánico ble quién después de largas estadías en
recolectaba31. Todos estos favores del Colombia se adapta y adopta maneras
personal del ICN serían reconocidos de hacer ciencia de los científicos co-
explícitamente por el mismo Schultes, lombianos, él adoptó ciertas caracte-
quién en su carta de despedida ante el rísticas del quehacer científico desde la
Instituto dice: periferia, la cual era Colombia y el ICN
respecto a los centros científicos en el
“El entusiasmo, la decisión, la competencia mundo33.
y la amabilidad que todo el personal del
Instituto mostró a mis investigaciones,
sus gentilezas al publicar en Caldasia
28 Armando Dugand le facilitó el con-
tacto con el director de la Revista de la
Academia para publicar un artículo allí,
ver Armando Dugand a Richard Evans 32 Richard Evans Schultes a Hernando
Schultes, 13-Marzo-1945, archivo García-Barriga, 1-Julio-1953, archivo
ICN, libro 1945. ICN, libro 1953.
29 Armando Dugand a Richard Evans 33 Ver capítulo 2 de OSPINA REY, Sergio
Schultes, 13-Marzo-1945, archivo FRONTERAS DE LA CIENCIA. Na-
ICN, libro 1945. cionalismo, geografía de la ciencia y rela-
30 Álvaro Fernández a Richard Evans ciones Colombia-EE.UU. en la botánica
Schultes, 17-Septiembre-1951, archivo colombiana y las expediciones de Richard
ICN, libro 1951. Evans Schultes en las décadas de 1940 y
31 Álvaro Fernández a Richard Evans 1950, Monografía de grado para optar
Schultes, 17-Septiembre-1951, archivo por el título de Historiador (sin publi-
ICN, libro 1951. car), Universidad de los Andes, 2013.

65
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Hernando García Barriga (1913-2005)


Jaime Uribe-Meléndez
Apuntes biográficos
Nació en Bogotá el 30 de noviembre de do miles de ejemplares botánicos que
1913, realizó sus estudios de bachille- hoy enriquecen herbarios de todo el
rato en el colegio Mayor de San Barto- mundo, principalmente de la Universi-
lomé, de donde se graduó en 1933. Al dad de Harvard y el Herbario Nacional
año siguiente (1934) empezó a trabajar Colombiano.
con el padre Enrique Pérez Arbeláez,
Desde su ingreso al Herbario Nacional
como primer botánico asistente, en el
se destacó como un botánico de cam-
Herbario Nacional Colombiano que
po, recorrió selvas y bosques, en 1935
hacia parte del Departamento de Agri-
estuvo en el Putumayo, cuando ningún
cultura del Ministerio de la Economía.
botánico se había aventurado por esas
Cuando en 1938 el Herbario se trasla-
tierras del sur de país; tal que fue descri-
dó al recién creado Instituto Botánico
to así por Armando Dugand en 1963,
de la Universidad Nacional, García-
“visitador asiduo de selvas y páramos,
Barriga ingresó como Profesor, cargo
recorredor incansable de llanos y cor-
que ocuparía hasta 1989, año en que se
dilleras... anotador de las propiedades
pensionó. Desde 1942 fue profesor de
medicinales de las plantas” (Dugand,
Botánica Médica en la facultad de me-
1963). Dugand aquí hace referencia a la
dicina de la Pontificia Universidad Ja-
que sería la pasión de toda la vida para
veriana de Bogotá. Fue parte del comité
Hernando, las propiedades medicinales
que creó la Universidad Distrital Fran- de las plantas. Después de más de 30
cisco José de Caldas, en donde regentó años de trabajo publicó el primer volu-
la cátedra de Botánica taxonómica en la men de su monumental obra, “Plantas
Facultad de Ingeniería Forestal que él medicinales de Colombia”.
mismo había ayudado a crear en 1950;
esta Universidad le confirió, en 1968, el En 1986, Don José Cuatrecasas le dedi-
título de Doctor Honoris Causa, como ca el género Garcibarrigoa, de la familia
un reconocimiento a su trabajo de toda Asteraceae, en la etimología del género,
una vida en la botánica del país. En Cuatrecasas escribió: “Este género nue-
1941 conoció al Dr. Richard E. Schul- vo es dedicado al Dr. Hernando García
tes, recién egresado de la Universidad Barriga, el botánico viviente más anti-
de Harvard y enviado por el gobierno guo del Instituto de Ciencias Naturales
de los Estados Unidos para estudiar el de la Universidad Nacional de Colom-
caucho y la quina en las selvas colom- bia. EI fue colaborador del Dr. Pérez
bianas. Se inició así una amistad y co- Arbeláez desde el primer momento de
laboración científica que duró varias crearse el Instituto Botánico en 1936.
décadas, recorrieron el Putumayo, el García Barriga ha dedicado su vida al
Amazonas, Vaupés y Guainía, colectan- servicio del Instituto y de su herbario.

66
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Sus exploraciones son las que más han cio del Instituto, ya que viajamos jun-
contribuido al importante Herbario tos “botanizando” en diversas oportu-
Nacional Colombiano. Sus colecciones nidades del pasado, desde el año 1938,
cuentan con un considerable número cuando navegamos hasta las bocas del
de tipos de especies nuevas. Sus publi- Meta en el Orinoco, y subimos a los
caciones taxonómicas y sobre plantas nevados de Boyacá, y a otros lugares en
medicinales son valiosas e importantes años posteriores, sellándose entre noso-
en el progreso realizado en el conoci- tros una sincera amistad. Hernando fue
miento de la botánica colombiana y an- siempre el explorador acucioso, experto
dina en general. Me tengo por el testigo en las labores del campo y compañero
más antiguo de sus actividades al servi- ejemplar” (Cuatrecasas, 1986).

Figura 20. Hernando García Barriga, en una excursión en el Putumayo (1935). Cortesía de la familia
García.

Por su obra recibió en 1974 el premio de los colombianos. El reconocimiento


“Richard Evans Schultes”, que concede que él más valoró fue haber sido nom-
The Healign Forest Foundation; en brado Fellow de la Linnean Society of
1996 la medalla “Juan N. Corpas” por London en 1979, por una vida dedi-
toda una vida dedicada a la investig- cada al conocimiento de las plantas
ación científica en beneficio de la salud tropicales.

67
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

El legado
Definitivamente el legado más impor- etapas, que obviamente empiezan por
tante que nos dejó el profesor Hernan- el conocimiento del uso por parte de los
do García-Barriga es la “Flora Medici- indígenas y campesinos, y continua con
nal de Colombia”. Monumental obra un estudio muy profundo, la correcta
en tres tomos cuya primera edición data identificación de la planta, el estudio
de 1974 y una segunda de 1992. Es una fitoquímico, el análisis de la actividad
obra de obligatoria consulta para cual- biológica de los extractos, hasta llegar
quier trabajo sobre plantas medicinales. a una correcta formulación. El, como
Cuenta el mismo García-Barriga que la botánico, sabía perfectamente que la
obra se le ocurrió en su primer viaje al documentación de una planta parte de
Putumayo en 1935 y desde ese momen- un ejemplar de herbario que sirva como
to empezó a acumular información so- testigo para la correcta identificación de
bre los usos medicinales de las plantas, la misma, es por eso que en sus múlti-
por parte de indígenas y campesinos de ples viajes de colección, siempre trató
todos los sitios que recorrió. Durante de tener un muy buen ejemplar de her-
treinta años recopiló información sobre bario correspondiente a la planta de la
las plantas, su clasificación, su nom- que estaba obteniendo información por
bre científico, los nombres vulgares o parte del indígena o campesino. A la par
vernáculos, descripción botánica, los de su trabajo sobre las plantas medici-
componentes, usos y su distribución nales publicó otros trabajos sobre bo-
con ejemplares testigo depositados en tánica, describió varias especies nuevas
diferentes herbarios. Uno de los aspec- de las familias, Bombacaceae, Araceae,
tos más importantes de la obra de Gar- Rapataceae y Rosaceae. Para quienes
cía-Barriga es la calidad científica de la tuvimos la fortuna de conocerlo, su
misma. Siempre hizo énfasis en que el franca amistad y su manera espontánea
uso de una planta como medicinal debe y sin reservas de dar sus conocimientos,
hacerse mediante un estudio en varias fueron sus dones más grandes.

Su flora medicinal de Colombia


A continuación se transcribe apartes del existencia en la tierra; el hombre vuelve
prólogo expuesto por Hernando García sobre sí mismo, vigila sus propios pa-
Barriga a su obra Flora Medicinal de Co- sos; propende por su seguro andar en el
lombia. Botánica Médica. En este pró- camino de la civilización.
logo expone las razones y circunstancias Antes de la era cristiana, la medicina se inte-
bajo las cuales se publicaron los tres vo- resaba ya por las drogas vegetales, y con
lúmenes de su obra: el descubrimiento del Nuevo Mundo, al
conocerse la flora de los países, tuvo ello
“La materia médica es rama nobilísima de auge extraordinario. Sospechamos que
la ciencia humana, puesto que versa so- los indios llevados a la vida civilizada
bre los medios de prolongar una sana han revelado poco a poco los secretos

68
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

terapéuticos más comunes y triviales y Al reunir en esta obra las plantas medicina-
este empírico conocimiento sirvió de les de que tengo conocimiento, es mi
fuente importante a la técnica que ha interés, en primer lugar, dar a conocer
venido descubriendo esa materia mé- y estudiar las que crecen en estado sil-
dica tan acertada en los que ha venido vestre o espontáneo en Colombia y en
descubriendo esa materia médica tan segundo las que figuran en la farmacog-
acertada en los medios ya desarrollados. nosia exótica pero plantadas en Colom-
Como se quiera tomar la génesis de esta bia o con crecimiento subespontáneo
evolución, lo cierto es que existen mu- en nuestro país.
chas plantas, principalmente herbáceas,
que tuvieron una buena reputación me- No podemos descartar la seguridad de que
dicinal entre las sencillas gentes de los el número de las plantas con supuestas
campos, por lo que la ciencia debió to- propiedades medicinales que hoy seña-
mar apuntes importantes respecto de los lamos, debido a nuestra rica y variada
principios básicos de los mismos. Con Flora, se vea como principio de un in-
los análisis químicos y pruebas farma- menso acopio de propiedades curativas
céuticas llegamos a conocer una cierta para mí desconocidas. Pero esta resul-
verdad de su virtud curativa, o a descar- tante dará la más grande satisfacción
tar racionalmente atribuciones fantásti- por haber despertado el interés hacia la
cas de un uso medicinal ficticio lanzado divulgación de conocimientos que por
por gentes incautas que creen haber ob- la limitación humana no puede en un
tenido alguna utilidad o de hechiceros o momento dado radicarse en una sola
curanderos que, sin principio ético, se persona. Toda rectificación referente a
dedicaron a divulgar especies conocidas cuanto aquí se expone y que se inspire
como falsas, por ellos mismos. en la verdad general y no en el propósito
de avasallar a quienes se atreven a ren-
Empero es interesante saber la aceptación dir su modesta contribución a la verdad
unánime de una planta entre las gen- científica, será desde ahora aceptada con
tes del campo y las de sectores urbanos agradecimiento, pues nuestro propósito
para adivinar en ellos una experiencia no es otro que el de difundir los cono-
no exacta de alguna verdad nacida del cimientos adquiridos por el permanente
principio de conservación. Esto hace contacto que en fortuna me ha corres-
pensar en que los remedios populares, pondido mantener con la naturaleza
si no son la síntesis de la perfecta aplica- en nuestras selvas, llanos, páramos, las
ción, sí muestran un medio en el que se montañas y sabanas en Colombia.
debe desenvolver una técnica investiga- …
ción. No nos olvidemos de este origen
empírico y sencillo de las drogas de la Esta obra se concibió por el año de 1935
más poderosa actividad, ellas han sido cuando me encontraba por primera vez
antes en alguna forma los remedios usa- en la selva del Putumayo buscando las
dos por los pueblos menos desarrolla- especies con que los indígenas preparan el
dos, acogidos más tarde con entusiasmo Curare, el Yagé, el Yoco, e indagando por
por hombres de ciencia, quienes con especies que los indígenas usaban para cu-
tesón y verdadero sentido científico los rar. Desde entonces y especialmente cuan-
han preconizado. do el Rector de la Universidad Javeriana
… me llamó a colaborar en la Facultad de

69
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Medicina en su primer año de labores y de estudiar todo el material que en las


(1942), me dí a la tarea de acopiar datos distintas excursiones científicas habíamos
recolectado”.

Publicaciones de Hernando
García Barriga
García-Barriga, H. 1937. Algunos pro- Ciencias Naturales, Universidad
ductos de la Flora colombiana. Re- Nacional de Colombia. 1-170, il.
vista de Agricultura 9(9):181-182
García-Barriga, H. 1958. El Yagé, Caapi
García-Barriga, H. 1938. Pastos natu- o Ayahuasca. Revista Universidad
rales y aclimatados de los Llanos Nacional de Colombia 23:59-76
Orientales. Revista de Agricultura
García-Barriga, H. 1968. Árboles de la
9(9):181-182
Sabana de Bogotá. Rev. Acad. Col.
García-Barriga, H. 1941. Tres especies Cien. Ex. Fis. Nat. 13(50):273-277
de Herrania de la Flora Colombia-
García-Barriga, H. 1974. Flora Me-
na. Caldasia 1(2):55-62
dicinal de Colombia. Instituto de
García-Barriga, H. 1943. Los vegetales Ciencias Naturales, Universidad
en la enfermedad de Hansen. Re- Nacional de Colombia. 3 vol.
vista de la Facultad de Medicina,
García-Barriga, H. 1977. Horizonte de
Universidad Nacional de Colombia
la Botánica Médica en Colombia.
12(4):190-206
Memoria I Simposio sobre plantas
García-Barriga, H. 1952. Contribución medicinales populares. Instituto
al estudio de las Bombacáceas de Italo Latino Americano. Roma p.
Colombia. Mutisia 2:1-5 361-365

García-Barriga, H. 1953. Un viaje a García-Barriga, H. 1978. Una Sapotá-


través de la Flora Colombiana. Ya cea nueva en la flora de Colombia.
1(15):16-20 Caldasia 12(58):291-293

García-Barriga, H. 1960. Una nueva García-Barriga, H. 1979. Resurgimien-


gramínea colombiaande importan- to de la aplicabilidad de las plantas
cia económica. Caldasia 8(39):431- medicinales en la terapéutica. Re-
434 vista de la Asociación Médica de
Antioquia, 1-12
García-Barriga, H. 1962. Una nueva
especie colombiana de Philoden- García-Barriga, H. 1980. Aspectos im-
dron, Araceae. Mutisia 28:1-4 portantes de la Flora Medicinal de
Colombia. In: Penso, G. (Ed.) In-
García-Barriga, H. 1964. Técnica mi- ventory of Medical Plants used in
croscópica Vegetal. Instituto de different countries. P. 19-28

70
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Figura 21. Portada de los volúmenes 1, 2 y 3 de la obra Flora Medicinal de Colombia (1974), de
Hernando García Barriga. Las portadas de los volúmenes 2 y 3 son óleos dibujados por el artista
Darío García Botero (1975). Archivo histórico ICN.

García-Barriga, H. 1983. Dos Rosáceas pataceae de Colombia. Mutisia


nuevas de Colombia. Mutisia 56:2-6 22:1-15
García-Barriga, H. 1986. Un movi- Hernández, J. & H. García-Barriga.
miento en pro de las ciencias bo- 1958. Dos species nuevas de Cari-
tánicas. Caldasia 15(71-75):41-46 ca. Caldasia 8(37):135-142

García-Barriga, H. 1986. Aplicabilidad García-Barriga, H. & E. Forero. 1968.


de las plantas medicinales en la te- Catálogo ilustrado de las plantas de
rapéutica moderna. Rev. Acad. Col. Cundinamarca: III Las Legumino-
Cien. Ex. Fis. Nat. 16(61):79-87 sas. Instituto de Ciencias Natura-
les, Universidad Nacional de Co-
García-Barriga, H. 1988. El Profesor lombia. 136p
Richard Evans Schultes. Rev. Acad.
Col. Cien. Ex. Fis. Nat. 16(63):45- Mori, S. & H. García-Barriga. 1975. A
51 new colombian species of Lecythi-
daceae. Caldasia 9(53):51-54
Swallen, J.R. & H. García-Barriga.
1943. Five new grasses from Co- Schultes, R. & H. García-Barriga.
lombia. Caldasia 2(8):301-305 1975. De plantis toxicaris e mun-
do novo tropicale commentationes,
Schultes, R.E. & H. García-Barriga. Piper erythrosyloides. Rhodora
1952. Dos nuevas especies de plan- 77:810
tas del río Apaporis en Colombia.
Schultes, R. & H. García-Barriga.
Mutisia 12:1-9
1984. A new species of Prunus from
García-Barriga, H. & L.E. Mora. 1954. Colombia. Botanical Museum Lea-
Contribución al estudio de las Ra- flets 30(2):91.93

71
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Jorge Ignacio Hernández Camacho, “El Mono Hernández”


(1935-2001)
Paola Triviño

Apuntes biográficos
Precoz incursión a la academia
El Mono Hernández nació en Bogotá, calificaciones y se dedicaba a disfrutar
el 17 de enero de 1935. Creció en el del aprendizaje, ayudar a sus compa-
municipio de Chía, Cundinamarca. ñeros y recorrer el campo de la sabana
Desde su infancia se caracterizó por su bogotana en búsqueda de animales y
curiosidad por la naturaleza y fue a muy plantas34.
corta edad cuando empezó a desarrollar
su impresionante capacidad de obser- En el año de 1947, el Mono conoce a
vación y análisis de los seres vivos. Su los hijos de Armando Dugand, en ese
crianza estuvo a cargo de doña Paulina, entonces director del Instituto de Cien-
su madre y de su abuela, doña Beatriz, cias Naturales y quien lo apoyaría en su
quienes practicaban un activo hábito de precoz inicio académico, permitiéndo-
lectura que fue heredada por el Mono. le visitar las colecciones científicas del
Instituto, comenzando por el Herbario
Durante sus primeros años de vida, pa- Nacional.
saba sus días entre las estrictas lecciones
de su madre y abuela y las horas de jue- Es así como al final de la década del
go al aire libre; sus compañeros de jue- 40, no era extraño ver a un niñito, de
go solían ser las plantas y animales que 12 años de edad, andando en pantalón
le rodeaban. Esto le generó una fuerte corto por los pasillos del Instituto de
conexión con su entorno y así aprendió Ciencias Naturales de la Universidad
a relacionarse con él y entenderlo de Nacional de Colombia. Llevaba con-
forma natural y espontánea. sigo muestras de plantas, ranas, insec-
tos y cualquier otro organismo que le
A lo largo de sus primeros años de sus causara curiosidad. Este niño vendría
estudios, en la escuela primaria, fue a convertirse en uno de los naturalistas
un destacado estudiante que aprendía y conservacionistas más reconocidos y
con asombrosa facilidad las lecciones; apreciados del país, Jorge Ignacio Her-
sin embargo, el Mono a muy tempra- nández Camacho, “El Mono” Hernán-
na edad se desencantó de lo “relativo y dez.
desconfiable” del sistema de calificación
34 Entrevista La palabra del Mono, por
que se empleaba en la escuela. Fue por
Ángela Sánchez. En: Jorge I. Hernán-
ello que dejó de interesarse por ocupar dez Camacho. Premio a la vida y Obra
el primer puesto o por obtener buenas 1997. Fondo FEN Colombia.

72
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Con su temprano ingreso al Institu-


to de Ciencias Naturales, el Mono se
dedicó a revisar las muestras botánicas
depositadas en el Herbario Nacional,
hasta que, poco tiempo después, ya po-
día reconocer los nombres científicos y
comunes de las muestras a las que tuvo
acceso. En ese momento pidió al profe-
sor encargado que le permitiera pasar a
conocer las Colecciones Zoológicas del
Instituto de Ciencias Naturales; sin em-
bargo, y por solicitud de doña Paulina,
se le negó tal petición, hasta que culmi-
nara sus estudios secundarios.

Figura 22. La época escolar del Mono: a) A la edad de 7 años. b) el cuaderno de apuntes que llevaba al
Instituto de Ciencias Naturales. c) Detalle de sus dibujos faunísticos. Archivo de la familia Hernández.

73
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Figura 23. El Mono a sus 21 años (centro), como Profesor Especial del Instituto de Ciencias Na-
turales. Lo acompañan Julia Sánchez (izquierda) y Ernesto Barriga Bonilla (derecha). Archivo de la
familia Hernández.

Y es que no era para menos la petición docente en las áreas de Biología, Zoolo-
que hacía la madre del Mono, ya que gía, Anatomía Comparada de vertebra-
pasaba tanto tiempo en el Instituto, dos y Taxonomía animal35.
que descuidó sus estudios. Pero fue tan
grande el interés de seguir aprendien- Como profesor, el Mono es recordado
do en las colecciones biológicas, que el por sus largas conferencias magistrales
Mono se dedicó a terminar su secunda- acerca de cualquier tema relacionado
ria y fue en 1953 cuando se graduó del con el estudio de la biodiversidad del
Liceo Nuevo. país, así como por su admirable des-
treza para dibujar y realizar disecciones
Luego de su graduación, en 1954, el exactas de cualquier animal, a pesar de
Mono Hernández ingresó como asis- que, desde muy joven, sus manos tem-
tente de la biblioteca del Instituto de blaban profusamente. Quienes fueron
Ciencias Naturales. En 1959, con tan sus alumnos, se sorprenden aún de la
sólo 21 años, fue nombrado como Pro-
fesor Especial de la Universidad Nacio- 35 Jorge I. Hernández Camacho. Premio a
la vida y Obra. 1997. Fondo FEN Co-
nal; en dicho puesto se destacó como
lombia.

74
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

capacidad de controlar el pulso para la Universidad Nacional, por el hecho


realizar una disección muy precisa o de no haber cursado estudios profesio-
para dibujar en el tablero, desde el crá- nales. En 1966, con 31 años de edad,
neo de un cocodrilo, hasta mapas de abandonó la universidad e inició una
distintas zonas geográficas del mundo, larga carrera como funcionario del esta-
incluyendo en ellos, cuencas, cordille- do, en importantes e influyentes cargos
ras, otras formaciones geológicas hasta en el ámbito de la protección de los re-
la distribución de animales y plantas de cursos naturales.
interés36.
Su vida familiar
En su época de profesor, generaba enor-
mes expectativas en las personas que No podemos hablar del Mono Hernán-
iniciaban sus carreras, quienes espera- dez sin traer a escena a Julita, su com-
ban con ansias las clases con él. Tenía pañera de vida. La primera vez que se
muy buena fama como docente, direc- vieron, él apenas tenía 11 años y ella
tor y asesor. Por lo que se le veía cons- 4, estaban caminando por la plaza de
tantemente acompañado de profesores mercado de Chía; años después, la vida
y estudiantes, con quienes compartía se encargaría de juntarlos de nuevo, él
sus conocimientos, siempre con una como profesor y ella como estudiante
enorme generosidad, humildad y una de la Universidad Nacional. Allí vivie-
inagotable paciencia37. ron una estrecha relación de trabajo,
que poco a poco se fue convirtiendo en
Quienes fueron sus estudiantes lo re- una bella relación de amor, amistad y
cuerdan con la más sincera admiración; complicidad.
siempre manifestaba que lo que le hacía
realmente feliz era enseñar, y sobretodo Vivieron juntos cerca de 40 años, pero
aprender; eso decía mucho de su voca- por más que pasaba el tiempo, él le de-
ción docente. cía que aún le parecía verle, con 4 años,
en la plaza, con un delantal blanco y un
De la academia a la gestión de la moño grandote atrás. Ella se convirtió
biodiversidad en su más importante apoyo, al encar-
garse de hacerle más fácil, aquellas co-
No obstante, a pesar de la entrega y la sas cotidianas con las que no aprendió
dedicación que el Mono profesó por a lidiar, como el manejo del tiempo o
la academia, salió tempranamente de del dinero, el pago de impuestos y has-
ta estar pendiente de la ropa adecuada
36 Enrique Forero. El joven maestro, el
para cada ocasión. Esas cosas, las más
amigo, el profesional. En: Jorge I. Her-
nández Camacho. Premio a la vida y cotidianas para la mayoría de las per-
Obra 1997. Fondo FEN Colombia. sonas, eran precisamente las que más se
37 Julio Carrizosa. El Mono sabe en qué le dificultaban al Mono, jamás llegó a
palo se trepa. En: Jorge I. Hernández entenderlas y manejarlas, tal vez porque
Camacho. Premio a la vida y Obra no les halló importancia.
1997. Fondo FEN Colombia.

75
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Los últimos años del Mono


En 1995, a sus 60 años, obtuvo su ju- se sintió conforme con su labor, todo lo
bilación. No por ello cesó su trabajo contrario, sentía que debía seguir traba-
y lucha por la conservación. Desde su jando día a día, de la manera incansable
hogar, participaba en diversos proyec- que siempre lo caracterizó.
tos del Ministerio del Medio Ambiente.
Entre los más destacados se encuentra Como si él mismo hubiese podido es-
la defensa del Parque Nacional Natural coger un lugar ideal para despedirse,
(PNN) Tayrona y la reglamentación del pasó sus últimas horas de vida entre
tráfico de pieles de animales silvestres, manglares y aves. En el que ahora, y en
así como la representación del país en su honor, se llama Santuario de Flora
las reuniones CITES (Convención so- y Fauna El Corchal Mono Hernández.
bre el Comercio Internacional de Es- Allí, acompañado de su esposa y amigos
pecies Amenazadas de Fauna y Flora recorrió el lugar, para después separarse
Silvestres). Durante este tiempo, tam- del grupo y realizar la que vendría a ser,
bién dirigió trabajos de grado y tesis de su última expedición.
investigación. Momentos después se vivió en El Cor-
chal un momento indescriptible, la na-
Esta fue la época de recibir premios y
turaleza en pleno se despedía del Mono,
menciones por su labor. En 1997 reci-
aquel que la admiró y defendió a lo
bió el Doctorado Honoris Causa de la
largo de su vida. Volaron bandadas de
Universidad Nacional de Colombia. Ese
aves, aullaron desenfrenados los monos
mismo año recibió el Premio a la Vida
y el viento se desató sobre la espesa ve-
y Obra, que entregaba el fondo FEN
getación del manglar, en ese instante, la
(Fondo para la Protección del Medio
tarde del 15 de septiembre de 2001, un
Ambiente José Celestino Mutis-FEN
fulminante infarto detuvo el corazón
Colombia). Sin embargo, el Mono no
del Mono Hernández.

Su legado
El contacto con la naturaleza, los innu- es que la tenía. Esta es una muestra de
merables viajes y salidas de campo con el su esencia naturalista.
Inderena y el Instituto de Ciencias Na-
turales, y sobretodo, esa impresionante Y es que a pesar de su enorme bagaje y
capacidad de observación y análisis lo conocimiento, el Mono Hernández no
hicieron un científico y un hombre par- perdió la capacidad de sorprenderse con
ticular, tanto así que las personas que lo que le rodeaba y de alegrarse y entu-
tuvieron la fortuna de compartir con él siasmarse con todos los temas acerca de
recuerdan claramente su personalidad la historia natural, ecología, política,
y sus palabras, pero no pueden definir geología, antropología, arqueología, en-
con certeza cuál era su especialidad, si tre muchos otros. Se dedicaba a reunir

76
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

experiencias mediante la observación,


a interpretarlas de manera genial para
luego transmitirlas verbalmente de for-
ma magistral, a cualquier persona que
lo necesitara. Por esto es que el Mono
Hernández fue el principal relator de la
naturaleza que ha tenido nuestro país.
A lo largo de su carrera describió, junto
con sus colegas, una subfamilia de plan-
tas y seis especies válidas; en mamífe-
ros vivientes describió cuatro especies,
un género y una especie de mamífero
descrita a partir de un fósil; en cuanto
a anfibios, describió un género y ocho
especies válidas. Adicionalmente, des-
cribió una especie de reptil y cuatro
subespecies de aves.

B C

Figura 24. Tres épocas inolvidables en la vida del Mono Hernández: a) 1952. b) 1975. c) 1998.
Cortesía de la señora Julia de Hernández.

77
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Si se pretende hablar de conservación en El Mono Hernández, es un personaje


Colombia, el Mono Hernández consti- que hace que los ojos de las personas
tuye un referente obligado; fue él quien que lo conocieron se iluminen al recor-
propuso y logró la declaratoria de las darlo y que reflejen la alegría que tienen
primeras áreas protegidas del país; antes los niños cuando describen a su super-
de su gestión sólo existían el Parque Na- héroe favorito; todos quieren enaltecer-
cional Natural Cueva de los Guácharos lo y homenajearlo, de la forma en que
y el Parque Nacional Natural Serranía se celebra a las personas sabias y humil-
de la Macarena. Al ser concebido desde des, manteniéndolo vivo en la memoria
su íntegra visión de naturalista y con- oral y expresando su cariño. Ese es tal
servacionista del Mono, el Sistema de vez, el legado más grande que dejó para
Áreas Protegidas de Colombia fue pla- las generaciones venideras, quienes sin
neado para procurar la conservación de haberlo conocido, reconocemos su vida
áreas biogeográficas importantes, tales como un ejemplo de sabiduría, humil-
como centros de endemismos, de radia- dad y profunda generosidad, él como
ción y diversificación de especies. pocos, brindó su trabajo y conocimien-
to sin exigir retribuciones, tal y como lo
hacen los verdaderos maestros, los que
hacen la diferencia, los que no viven
para figurar.

Publicaciones de Jorge I.
Hernández-Camacho
Como autor principal
Hernández-Camacho, J. I., & Barriga- Hernández-Camacho, J. I., & Samper,
Bonilla, E. (1966). Hallazgo del ge- D. (1995). Desiertos: zonas áridas
nero Callimico. Mammalia, Prima- y semiáridas de Colombia. Banco
tes) En Colombia. Caldasia, 9(44), de Occidente Credencial.
365–377.
Hernández-Camacho, J. I., &Defler,
Hernández-Camacho, J. I., & Cooper, T. R. (1985). Some aspects of the
R. W. (1976).The non-human pri- conservation of non- human pri-
mates of Colombia Neotropical mates in Colombia. Prim. Conserv,
Primates: Field Studies and Con- 6, 42–50.
servation, 35.
Hernández-Camacho, J. I., & Defler,
Hernández-Camacho, J. I., & De Por- T. R. (1989). Algunos aspectos de
ta, J. (1963). El primer Ictiosaurio la conservación de primates no-
del Cretácico de Colombia. Boletín humanos en Colombia. La Prima-
de Geología, (11-15). tología En Latinoamérica, 67–100.

78
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Hernández-Camacho, J. I., (1957). Hernández-Camacho, J. I., (1987).


Mammalia. Informe preliminar so- Seminario Ecológico y del Medio
bre aves y mamíferos de Santander, Ambiente Bosque y Vida (4o.:
Colombia (JI Borrero-H. and J. 1986, nov. 26-28: Bogotá). Memo-
Hernández-Camacho, eds.). Anales rias. Bogotá: Fundación Alma.
de La Sociedad de Biología de Bo-
gotá, 7, 213–230. Hernández-Camacho, J. I., (1992).
Vulnerabilidad y estrategias para la
Hernández-Camacho, J. I., (1971). conservación de algunos biomas de
Aspectos sobre introducción de es- Colombia. La Diversidad Biológi-
pecies exóticas. Primer Seminario ca de Iberoamérica. Acta Zoológi-
sobre la Piscicultura en Colombia. ca Mexicana. CITED-D. México.
Instituto Nacional de Recursos Na- Págs, 191–202.
turales Renovables y del Ambiente.
Hernández-Camacho, J. I., (1993).
Hernández-Camacho, J. I., (1976). In- Una síntesis de la historia evolutiva
troducción a la problemática de la de la biodiversidad en Colombia.
conservación y manejo de los man-
glares en Colombia. Informe Inde- Hernández-Camacho, J. I., (1997).
rena, Bogotá, Colombia. Comentarios preliminares sobre la
paramización en Los Andes de Co-
Hernández-Camacho, J. I., (1976). lombia. Premio a La Vida y Obra.
Introducción a la problemática de Fondo FEN Colombia.
la conservación y manejo de los
manglares. Alianza de Servicios de Hernández-Camacho, J. I., (1997).
Información Agropecuaria Síntesis de los biomas de Colom-
bia.
Hernández-Camacho, J. I., (1977).
Notas para una monografía de Po- Hernández-Camacho, J. I., (1998).
tos flavus (Mammalia: Carnivora) Colombia: patria de tres mares. Ex-
en Colombia. Caldasia 11(55), poLisboa.
147–181.
Hernández-Camacho, J. I., (2001). La
Hernández-Camacho, J. I., (1984). biota amazónica colombiana: con-
Vistazo general sobre la protección sideraciones acerca de sus oríge-
de la naturaleza en C o l o m b i a . nes. In Zonificación ambiental para
Unidad Investigativa Federico Me- el ordenamiento territorial en la
dem-Instituto Nacional de Los amazonia colombiana (p. 15).
Recursos Naturales Renovables Y
Del Medio Ambiente (INDERE- Hernández-Camacho, J. I., Guerra, A.
NA). Documento elaborado eara H., Quijano, R. O., & Walschbur-
The Nature Conservancy Interna- ger, T. (1992). Centros de Ende-
tional Program y Fundación Natu- mismo en Colombia.
ra (mimeografiado). Bogotá.

79
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Hernández-Camacho, J. I., Hurtado, Hernández-Camacho, J. I., Samper, J.


A., Ortiz, R., & Walschburger, T. D., Sánchez, H., Rueda, V., Vás-
(1991). Unidades Biogeográficas quez, S., & Correa, D.(1995). De-
de Colombia En: Halffter Gonzalo. siertos, zonas áridas y semiáridas de
1992. La Diversidad Biológica Colombia. Banco de Occidente.
de Iberoamérica I. Instituto de Cali.
Ecología, AC Secretaría de Desa-
rrollo Social. México. Hernández-Camacho, J.I., & Sánchez,
H. (1992). Biomas terrestres de
Hernández-Camacho, J. I., Hurtado, Colombia: 153-173 (en) HALF-
A., Ortiz, R., & Walschburger, T. TER (comp.) La diversidad bioló-
(1992). Unidades biogeográficas de gica de Iberoamérica. Instituto de
Colombia. La Diversidad Biológica Ecología. Xalapa, Méjico.[Links].
de Iberoamérica, 1, 105–151.
Hernández-Camacho, J.I., (1993).
Hernández-Camacho, J. I., Hurtado- Síntesis de la historia evolutiva de
Guerra, A., Ortiz-Quijano, R., & la biodiversidad en Colombia. CE-
Walschburger, T. (1992). Unida- REC: Serie Ecológica, (5).
des biogeográficas de Colombia.
105–154. La Diversidad Biológica Hernández-Camacho, J. I., Rodríguez
de Iberoamérica. Acta Zoológica Mahecha, J. V. (1986). Status geo-
Mexicana, Xalapa (Veracruz) Méxi- gráfico y taxonómico de Mo-
co. Vol. Especial. lothrus armenti cabanis 1851 (Aves:
Icteridae). Caldasia; Vol. 15, Núm.
Hernández-Camacho, J. I., MEJIA, A. 71-75: 655-664.
A. G., & Samper, D. (1996). Los
Andes del Quindío: Introducción Hernández-Camacho, J. I., Rodríguez,
a la historia natural. Diego Samper M., Vicente, J. (1979). Dos nue-
Ediciones. vos taxa del género Grallaria (Aves:
Formicariidae) del alto Valle del
Hernández-Camacho, J. I., Quijano, Magdalena (Colombia). Caldasia;
R. O., Walschburger, T., & Guerra, Vol. 12, Núm. 60: 573-580.
A. H. (1992). Estado de la biodi-
versidad en Colombia. La Diversi- Hernández-Camacho, J.I., Von Hilde-
dad Biológica En Iberoamérica I, brand, P., & Álvarez, R. (1980).
41–238. Problemática del manejo de man-
glares con especial referencia al sec-
Hernández-Camacho, J. I., Romero tor occidental de la Ciénaga Gran-
Zambrano, H., (1978). Descrip- de de Santa Marta, Magdalena,
ción de una nueva subespecie de Colombia. Seminario Latinoameri-
Momotus momota para Colombia. cano Sobre El Estudio Científico y
Caldasia; Vol. 12, Núm. 58, 353- el Impacto Humano en el Ecosiste-
358. ma de Manglares.

80
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Hernández-Camacho, J.I., Walschbur- Carrizosa, J., & Hernández Camacho,


ger, T., Ortiz, R., Hurtado, A., & J.I., (1990). Selva y futuro: Colom-
Halffter, G. (1992). Origen y dis- bia. El Sello Editorial.
tribución de la biota suramericana
y colombiana. La Diversidad Bi o - Castaño, C., Correa, M. C., & Her-
lógica de Iberoamérica. Acta Zool. nández-Camacho, J.I., (1998). El
Mex.(ns). Volumen Especial. Sistema de Parques Nacionales Na-
turales de Colombia. Unidad Ad-
ministrativa Especial, Sistema de P
arques Nacionales, Ministerio del
En coautoría Medio Ambiente.

Acero-Sánchez, A., & Hernández-Ca- Castaño Uribe, C., & Hernández-


macho, J. I. (1971). Apuntes sobre Camacho, J.I (1990). Justificación
la carpa (Cyprinuscarpio L. 1758), para la creación de un instituto o
frente al desarrollo de la piscicultu- entidad equivalente encargada del
ra en Colombia. Primer Seminario Sistema de Parques Nacionales
Nacional de Piscicultura. Maniza- Naturales en el contexto de un de-
les, Caldas. 17p partamento administrativo o Mi-
nisterio del Ambiente y Recursos
Alberico, M., Cadena, A., Hernández- Naturales Renovables. Cuadernos
Camacho, J.I., & Muñoz-Saba, Y. de Agroindustria Y E c o n o m í a
(2000). Mamíferos (Synapsida: Rural (Colombia). 1990. (25), 37–
Theria) de Colombia. Biota Co- 47.
lombiana, 1(1), 43–75.
Cooper, R. W., Hernández-Camacho,
Alberico, M., Cadena, A., Hernández- J.I, Bermant, G., & Lindburg,
C, J., & Muñoz-S Y, M. (2000). D. (1975). A current appraisal of
Mamíferos de Colombia /Mam- Colombia’s primate resources.Pri-
mals of Colombia. Biota Colom- mate Utilization, Conservation.
biana, 1(1), 45–75. John Wiley, and Sons. New York,
Álvarez-León, R., & Hernández- 37–66.
Camacho, J. I. (1998). Notas sobre Cuervo Díaz, A., Hernández Cama-
la ocurrencia de Pelamis platurus cho, J.I., & Cadena, A. (1986).
(Reptilia: Serpentes: Hydrophii- Lista actualizada de los mamíferos
dae) en el Pacífico Colombiano. de Colombia. Anotaciones sobre su
Caldasia, 20(2), 93–102. distribución. Caldasia, 15(71-75):
Borrero H, J. I., Olivares, A., & Her- 471–501.
nández Camacho, J.I., (1962). No- Falk, L. A., Nigida, S., Deinhardt, F.,
tas sobre aves de Colombia. Calda- Cooper, R. W., & Hernández-Ca-
sia, 585–601. macho, J. I. (1973). Oral excretion

81
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

of Herpes virus saimiri in captive nans L. en el litoral caribe colom-


squirrel monkeys and incidence of biano. Revista Acad. Col. Cienc.
infection in feral squirrel monkeys. Exactas Fís. Natur, 19, 481–497.
Journal of the National Cancer Ins-
titute, 51(6), 1987–1989. Rodríguez-Mahecha, J. V., Hernández-
Camacho, J. I., Defler, T. R., Albe-
Falk, L. A., Nigida, S. M., Deinhardt, rico, M., Mast, R. B., Mittermeier,
F., Wolfe, L. G., Cooper, R. W., & R. A., & Cadena, A. (1995). Ma-
Hernández-Camacho, J. I. (1974). míferos colombianos: sus nombres
Herpes virus ateles: properties of comunes e indígenas (Vol. 3). Con-
an oncogenic herpes virus isolated servation International Bogotá.
from circulating lymphocytes of
spider monkeys (Ateles sp.). Inter- Rodríguez-Mahecha, J. V., Hernández-
national Journal of Cancer, Camacho, J. I., Rueda-Almona-
14(4), 473–482. cid, J. V., & Morales-Sánchez, J.
(1985). Colombia: fauna en peli-
García Barriga, H. & Camacho, J. H. gro. INDERENA/PROCAM. Bo-
(1958). Dos especies nuevas de Ca- gotá D.E.
rica. Caldasia, 8(37), 135–142.
Ruiz-Carranza, P. M., & Hernández-
Lemke, T. O., Cadena, A., Pine, R. -Camacho, J. I. (1976a). Gastrothe-
H., & Hernández-Camacho, J.I., ca andaquiensis, nueva especie de la
(1982). Notes on o p o s s u m s , Cordillera Oriental de Colombia.
bats, and rodents new to the fau- (Amphibia, Anura). Caldasia, 11,
na of Colombia.Mammalia, 46(2), 149–160.
225–234.
Ruiz-Carranza, P. M., & Hernández-
Ochoa, J. G., Soriano, P. J., & Her- Camacho, J. I. (1976b). Osorno-
nández-Camacho, J.I., (1994). So- phryne, género nuevo de anfibios
bre la presencia de Cyttaropsalecto bufónidos de Colombia y Ecuador.
(Chiroptera: Emballonuridae) en Caldasia, 11(54), 93–148.
Colombia. Trianea, 5, 411–414.
Ruiz-Carranza, P. M., Hernández-
Páez, H. S., Hernández-Camacho, J.I., Camacho, J. I., & Ardila-Robayo,
& Mahecha, J. V. R. (1990). Nue- M. C. (1986). Una nueva especie
vos parques nacionales: Colombia. colombiana del género Centrolene
Inderena. Jiménez de la Espada 1872 (Am-
phibia: Anura) y redefinición del
Pinto-Nolla, F., Naranjo-González, género. Caldasia, 15(71-75), 431–
G., & Hernández-Camacho, J.I., 444.
(1995). Influencia del hábitat en
la morfometría y morfología del
“mangle salado” Avicennia germi-

82
Protagonistas de la Biodiversidad Capítulo 4
en Colombia

Tamsitt, J. R., Valdivieso, D., & Her- Publicaciones póstumas


nández-Camacho, J.I., (1964). Bats
of the Bogotá Savanna, Colombia, Rodríguez–Mahecha, J.V & Hernán-
with notes on altitudinal distribu- dez-Camacho, J.I., 2002. Loros de
tion of neotropical bats. Revista Colombia. Conservación Inter-
Tropical de Biología, 12, 107–115. nacional, Bogotá.

Defler, T. R., Bueno, M. L., & Hernán- Zúñiga, H., Pinto, M., Hernández-Ca-
dez-Camacho, J. I. (2001). Taxo- macho, J.I., & Torres, O. (2002).
nomic status of Aotus hershkovitzi: Revisión taxonómica de las especies
its relationship to Aotus lemurinus. del genero Cavia (Rodentia: Cavii-
Neotropical, 9(2), 37. dae) en Colombia. Acta Zoológica
Mexicana, 87.

83
galería de otros protagonistas
de la biodiversidad

José Celestino Mutis


1732 - 1808
Alexander von Humboldt
1769 - 1859

Francisco José de Caldas


1770 - 1816 José Jerónimo Triana
1826 - 1890

84
Armando Dugand Gnecco
1906 - 1971

Thomas van der Hammen


1924 - 2010
(Fotografía: Alberto Sierra)

Luis Eduardo Mora Osejo


1931 - 2004

Víctor Manuel Patiño


1912 - 2001

Santiago Díaz Piedrahita


1944 - 2014

85
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

86
Bibliografía general

Amat-García, G. (2006). Reseña histó- Díaz-Piedrahita, S. (1997). La Botáni-


rica del Instituto de Ciencias Na- ca en Colombia: hechos notables
turales. En: Cubillos, G. (editor). en su desarrollo. Acad. Col. Cienc.
Facultad de Ciencias: fundación Exac. Fís. y Nat. Colección Enrique
y consolidación de comunidades Pérez-Arbeláez, No 6. Segunda edi-
científicas. Universidad Nacional. ción. Bogotá.125.
Bogotá. 412 p.
Díaz-Piedrahita, S. (1999). La Escuela
Amat-García, G., Aguirre-Ceballos, J.; de Ciencias Naturales de la Uni-
J. Uribe (compiladores) (2011). Re- versidad Nacional de Colombia
tratos para un aniversario: evocan- (1867- 192). Rev. Acad. Col. Cienc.
do la historia. Instituto de Ciencias Exac. Fís. y Nat 23 (suplemento
Naturales. Universidad Nacional especial): 513-525. Bogotá.
de Colombia. Bogotá. 40 p.
Díaz-Piedrahita, S. (2000). Carlos
Arango, T. (1992). “Enrique Pérez Cuervo Márquez, el botánico. 24
Arbeláez, su vida y su obra”. Fon- (91): 247-254. Bogotá.
do FEN - COLOMBIA. Bogotá.
110 p. Jara, V. (1981). La Expedición Botáni-
ca de Mutis y la cultura hispánica.
Arias, de Greiff, J.; C.H. Sánchez Instituto Colombiano de Cultura
(2006). En: Cubillos, G. (editor). Hispánica. Bogotá.
Facultad de Ciencias: fundación
y consolidación de comunida- López L., H. (1989). Contribución de
des científicas. Universidad Nacio- los Lasallistas a las Ciencias Natu-
nal. Bogotá. 412 p. En: Cubillos, rales en Colombia. Fondo para
G. (editor). Facultad de Ciencias: la Protección del Medio Ambiente
fundación y consolidación de co- FEN. Bogotá. 298 p.
munidades científicas. Universidad Mora-Osejo, L. E. (1978). Programa
Nacional. Bogotá. 412 p. para la publicación de la obra, en
Berrío M., I.; M. F. Vásquez; V. Estrada varios volúmenes, “Flora de C o -
O.; edit. Jiménez, I. S. (2011). Mu- lombia”. Instituto de Ciencias Na-
seo de Historia Natural Colegio de turales, Universidad Nacional de
San José, Patrimonio Científico e Colombia. Bogotá.
Histórico. Colección Bicentenario Mora-Osejo, L. E. (1984). Flora de
de Antioquia. 490 p. Medellín. Colombia., Haloragáceas. Vol. 3.
Bogotá.

87
Germán Amat-García & Jaime Aguirre Ceballos Colección
Editores Retratos de la Biodiversidad

Mora-Osejo, L. E. (1990). Apunta- Botánica del Nuevo Reino de


mientos para la historia del departa- Granada. Ciencia Interamericana,
mento de Biología y el Instituto de 6(6):1-4. Washington, D.C.
Ciencias Naturales de la Universi-
dad Nacional de Colombia. Rev. Restrepo, F., O.; Arboleda, L. C.; J. Be-
Acad. Col. Cienc. Exac. Fís. y Nat. jarano. (1993). Historia Social de la
17(67): 637-644. Ciencia en Colombia. Tomo III.
Historia Natural y Ciencias Agro-
Obregón T., D.(1992). Sociedades pecuarias. COLCIENCIAS. Bogo-
Científicas en Colombia: la inven- tá. 459 pp.
ción de una tradición, 1859-19936.
Colección Bibliográfica Banco de la Soriano Ll., A.(1968). Itinerario de la
República, Historia Colombiana. Comisión Corográfica y otros es-
Bogotá. 341 p. critos. Universidad Nacional de
Colombia. Imprenta Nacional. 185
Pérez-Arbeláez, E. (1965). José Celes- p. Bogotá.
tino Mutis y la Real Expedición

88
89
Protagonistas de la Biodiversidad en Colombia
se terminó de imprimir en Bogotá
en septiembre de 2015.

You might also like