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HAY QUE PAGAR POR LAS PALABRAS

Dos acontecimientos cruciales en la historia de la humanidad:


La poesía.
El capitalismo.

El axioma:
La poesía parió al capitalismo.

Los detractores:
Creen que fue al revés.
Que la economía propició la escritura.

Yo digo:
La poesía parió al capitalismo.
Puedo demostrarlo.

Para empezar:
Todo el mundo sabe que la palabra tiempo y la palabra tempestad están devaluadas.
Que antes sus acciones estaban por las nubes pero que ahora andan en la cuerda floja.
Lo mismo pasa con la palabra luz o la palabra luna.
Llegaron a saturar la bolsa mundial y ahora son comida para gatos.

Lo que a mí me interesa:
Todo el mundo sabe que tengo que pagar un precio de disparate si digo
Poesía eres tú.
Una cuantía muy por encima de su verdadero valor mercantil.
Si no pagase siete veces su precio las acciones de esa frase no valdrían una mierda.
Si apostase por ella, si quisiera jugármela, tendría que saber muy bien
Dónde ubicarla,
O de lo contrario
Caería en la repetición.
Y nadie compra acciones que se repiten.
Esa frase vale mucho dinero pero de tanto uso
[manoseo]
Ha sido devaluada.
Jugar con ella sería como jugar con dinamita.

Mi situación:
Vivo en la pobreza de las palabras.
Hago auténticos milagros con la miseria de sus significados.
Los estiro hasta donde puedo pero sobretodo hasta donde me lo permite mi bolsillo.
Estoy a años luz de poder comprarme la palabra cielo o la palabra infierno.

Algunas observaciones:
El primer poema de la mayoría
Contiene la palabra mente y a veces la palabra alma y
Otras tantas como
dolor, amanecer, hechizo, cobardía o sangre.
Estas palabras, que valen muchos billetes,
Al ser pagadas a precio de chiste,
Se convierten,
Apurando al máximo,
En copias, simulacros o reproducciones.
Ropa de imitación.
Pierden la fuerza.
Destrozan el primer poema de la mayoría.

De lo que se deduce:
Nadie compra unas zapatillas NIKKE a precio de unas zapatillas NIKE.
Pero vamos por puntos:
1. La poesía parió al capitalismo.
2. Puedo demostrarlo.

Catálogo:
La frase Bailar sabe mi llama a tu agua fría está valorada en 754.000€
La frase Quemaré mis naves está valorada en 200.000€
La frase Ser o no ser está valorada en un poco más de 7 millones de €
La frase Muero porque no muero roza los 2 millones.
Palabras como amor, venganza, fugacidad o ceguera no se pueden conseguir por menos de 90.000€

Aviso:
Que los artículos del catálogo anterior sean artículos de lujo
No significa que sus acciones cuesten semejante barbaridad.
Sus acciones no cuestan nada porque todo el mundo ha participado de ellas al menos
Una vez en la vida.

Mi situación:
Vivo en la pobreza de las palabras.
Llego a fin de mes con los pocos artículos y preposiciones que me quedan.
A veces lleno la nevera de adjetivos y adverbios baratos.
Palabras como crisálida, telaraña o dinamita se encuentran lejos de mi alcance.

Algunas similitudes:
Capitalismo = pobres VS ricos
Poesía = poetas pobres VS magnates de la poesía

Los magnates de la poesía:


Viven en los palacios de las conferencias
Y hacen el amor con adolescentes desnudas.
Compraron los derechos de la palabra tormenta
Y ahora viven en sus castillos
De prólogos y ediciones bilingües.
Al principio apostaban por palabras
Como celeste, líbido o belleza
Y luego por palabras
Como vísceras, opio o lupanar.
En el siglo XX compraron los derechos de la palabra whisky y de la palabra motel.

Los poetas pobres:


Perros hacinados en los guetos de las cuadrículas.
Apostaron mal por las palabras
Y ahora están condenados
A morir sin dinero.
Por supuesto que no tienen nombre ni trabajo ni domicilio fijo.
Se estima que hay 3 millones de poetas pobres por cada 2'5 magnates de la poesía.
Que un 10% de los poetas pobres se ahorca de manera poco elegante.
Que un 60% muere indigente y que un 30% restante muere de viejo o se jubila como funcionario.

Más datos:
Las dos primeras palabras que empezaron a cotizar en bolsa fueron viaje y retorno.
La frase Conócete a ti mismo cuesta 5 mil de los grandes.
El famoso crack de la escritura automática hizo que la gente saltase de sus ventanas.
Cervantes firmo un contrato millonario antes de escribir El Quijote.
Lo mismo pasó con James Joyce o con Pablo Neruda.
Borges registró los derechos de la palabra aleph y desde entonces ronda los 4 millones.

Si resumimos:
Al principio del principio a cada palabra se le otorgó un valor
Y así se pudo describir el mundo.
Luego apareció la poesía y cambió las reglas del juego.
Las reglas del juego:
Fueron dictadas por los magnates de la poesía
Y acatadas por los poetas pobres.

Me lo dijo un borracho:
Gasta cuidado con lo que dices porque
Todo tiene un precio y
Hay palabras que pueden salirte
Por un ojo de la cara.

Yo le dije:
La poesía parió al capitalismo.
Puedo demostrarlo.

Para empezar:
Todo el mundo sabe que apostar
Por las acciones de la palabra paraíso y la palabra perdido
Es como apostarlo todo al caballo más lento.
Que la frase Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos está valorada en 500.000€
Que nadie que yo conozca tiene el poder económico para adquirirla.

Mi sueldo base:
600€ al mes.
Compro sustantivos y verbos en el economato de las palabras.
Rectángulo, alargadera, hacer o dar son productos que siempre encuentras
A mitad de precio.
Mover o quitar suelen ser de los que incluyo en mi lista de la compra.
El otro día me quise dar un capricho y pagué por la palabra medusa.
Catálogo:
El poema de Carroña está valorado en 4 millones de €.
Las palabras completas del glíglico están valoradas en 6'2 millones de €.
La palabra ataúd está valorada en 130.000€ [propiedad de la familia Parra].
El libro del desasosiego tiene un valor de 3'8 millones.

El capitalismo en la actualidad:
Está mal visto.
Sigue existiendo.
Pero está mal visto.

La poesía en la actualidad:
Está mal vista.
Apenas existe.

Similitudes:
Ambos se debilitan y tarde o temprano desaparecerán.

Diferencias:
El capitalismo seguirá viviendo unos años más y la poesía morirá dentro de poco.

Después de todo:
Los hijos viven.
Los padres mueren.

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