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Hacer uso de la arquitectura bi-marca o de la marca sombrilla es una práctica común en el

mundo del marketing. Esto ocurre cuando un producto comunica en el frente la marca
organizacional, que es diferente a la del bien que está ofreciendo.

Algunos casos de éxito ocurren con Noel por ejemplo, que siempre vemos en la parte superior
izquierda de sus empaques el logo de la organización (Noel) y en el centro la submarca, como
por ejemplo Tosh, Saltín y Festival, entre otras. Alpina también lo hace muy bien, así ubica el
logo organizacional en el centro superior de sus empaques, y debajo de éste comunica la
marca del producto como por ejemplo Finesse.

Unilever, la multinacional de consumo masivo, después de mucho tiempo de silencio con


su marca sombrilla, ahora impulsa su característica U azul en la parte superior de
los comerciales, así como en los empaques de marcas como Rama, Fruco, Dove y
Rexona. El mismo caso ocurrió con P&G, quien hace un par de años firma sus obras con
su marca sombrilla.

Tambien nos encontramos casos de éxito que jamás dan cuenta de su marca organizacional o
casa matriz, por ejemplo, Del Valle, la marca conocida por sus jugos de naranja, es de Coca-
Cola. La avena Quaker es de PepsiCo y Lacoste pertenece a P&G.

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