El avance de la ciencia y la tecnología permite ahora combinar segmentos de ADN de

diferentes organismos y formar una molécula de ADN llamada recombinante. Esta

tecnología ha impactado principalmente a las áreas de salud y los sectores agropecuario e
industrial, pero también ha traído consigo una serie de controversias sobre todo
relacionadas con los alimentos transgénicos. Se ha generado un debate social y científico
donde los argumentos a favor y en contra van de acuerdo a los efectos perjudiciales que
tienen los transgénicos a la salud humana, medio ambiente y ecosistema.
Muchas de las posiciones en contra se genera por la impresión negativa que causa saber
que esa tecnología modifica la ‘’naturaleza de los organismos’’. Esto sumado a la etiqueta
cultural y generalizada que definen a las palabras ‘’artificial’’ o ‘’transgénico’’ como algo
adverso. Ambas partes aseguran tener evidencia científica que respaldan sus opiniones, el
cual pareciera una contradicción en sí misma. Pero se han encontrado estudios donde
demuestran que los transgénicos causan daños a la salud en ratones. Pero estos mismos
han sido rebatidos de manera científica. Es decir, un artículo no es la evidencia final ya que
siempre está sujeto a análisis científico. El problema con el debate es que intentan definir
a la tecnología como buena o mala, y estos términos son generales e interpretativos que
solo intensifican la división de ideas pero descartando el análisis descriptivo de los efectos.
Existen riesgos potenciales relacionados con los organismos genéticamente modificados
que es importante considerar como la transferencia horizontal de genes, o la extinción de
especies, pero basarse en estos eventos para considerar a los transgénicos como
perjudiciales es muy precipitado y limita el progreso de esta tecnología al no percibirse
como los aspectos negativos pendientes de resolver para beneficio de la sociedad.
En México se encuentra la ley de bioseguridad de los organismos genéticamente
modificados que tiene como objetivo prevenir cualquier daño que este provoque a la salud,
medio ambiente, ecosistema, cultivos,etc.Esto se logra mediante una serie de pruebas que
se realizan a los transgénicos, las cuales son criticados por no ser suficientes para asegurar
su inocuidad. En este caso se puede generar un debate científico específico donde se
identifiquen que cantidad y tipo de pruebas son suficientes para asegurar la inocuidad del
producto y así llegar a un acuerdo de manera objetiva y no frenar el desarrollo de la
tecnología involucrándose subjetivamente con las opiniones originales. Por ello, lo
esperado es que sea el análisis científico quien guie este tipo de debate para poder llegar
a un acuerdo basado en hechos y no en interpretaciones propias basadas en la
desinformación o intereses personales.
La información relacionada con la ventaja y desventajas de los transgénicos es confusa y
no permite generar una conclusión. Sería incorrecto posicionarse a favor o en contra debido
a las evidencias tan contrarias que se tienen, lo máximo que puede hacerse es revisar los
resultados de estudios controversiales con expertos y así generar una conclusión sobre ese
estudio pero no sobre todo el tema del ADN recombinante, es decir no generalizar,y aun
así, a pesar de tener muchas evidencias a favor o en contra tener el pensamiento flexible
ya que la ciencia siempre está sujeta a cambios.