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Curso de Formación Docente de Biodanza

TRASCENDENCIA

©Copyright by Rolando Toro Araneda

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Biodanza

TRASCENDENCIA

INDICE

- Portada, 1
- Índice, 2
- Concepto de trascendencia, 3
- Trance y regresión, 4, 5, 6
- Inducción de trance en Biodanza, 7, 8
- Estados de conciencia suprema, 9, 10, 11
- Acceso a lo maravilloso, 12
- Sacralidad de la vida, 13, 14, 15
- La esencia divina, 16
- La vivencia mística, 17, 18, 19
- Biodanza: transformación del individuo en danza, 20
- Autocontrol evolutivo, 21, 22
- Dinámica de la malignidad y de la bondad , 22, 23, 24, 25
- Bibliografía, 26

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©Copyright by Rolando Toro Araneda
CONCEPTO DE TRASCENDENCIA

En Biodanza el concepto de trascendencia consiste en la función natural del ser


humano de vinculación esencial con todo lo existente: seres humanos, animales,
vegetales, minerales; en síntesis, con la totalidad cósmica. Trascender es “superar un
límite”.

Frecuentemente, se habla de trascender después de la muerte a un nuevo nivel de


realidad. En Biodanza, el concepto de trascendencia se refiere a superar la fuerza del
ego e ir “más allá” de la autopercepción, para identificarse con la unidad de la
naturaleza y con la esencia de las personas.

Quien no puede abandonar la conciencia de sí mismo, no tiene la posibilidad de


ingresar a la experiencia trascendente.

Protovivencia de Trascendencia
La protovivencia de trascendencia está relacionada con las sensaciones de armonía y
bienestar, en especial en relación con la madre y con el ambiente que rodea al niño.

Las protovivencias son las primeras vivencias después del nacimiento. El imprinting o
flash lerning es una forma de aprendizaje relámpago, en que basta una única
experiencia para quedar registrado el respectivo aprendizaje en la memoria y se
produce en los primeros años de vida.

La vivencia intrauterina, llamada por Jung “experiencia oceánica”, es la


protovivencia primordial de la trascendencia, trátase de una vivencia de perfecta
armonía que puede prolongarse hasta después del nacimiento.

Mecanismos de Acción de la Línea de Trascendencia


“Estimulación de la región ventral del hipotálamo y sus conexiones con el lóbulo
frontal y con la amígdala”. Investigaciones de los estados de éxtasis por las
neurociencias, revelan que dichos estados tienen una infraestructura anatómica y no
son fenómenos puramente espirituales. La introducción de un fino electrodo en la
región ventral del hipotálamo produce estados de éxtasis.

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TRANCE Y REGRESIÓN

Concepto de Trance
La palabra trance proviene etimológicamente del término “transir”(transitar,
transportarse, pasar de un estado a otro). Su significado usual es “cambio de estado
de conciencia”.

Las expresiones “caer en trance” y “entrar en trance” se refieren a un mecanismo


psico-fisiológico en el que la persona se abandona a ciertas condiciones, externas o
internas, para ingresar a un estado de conciencia diferente. Los estados de trance
son acompañados siempre por modificaciones cenestésicas y neurovegetativas.

Concepto de Regresión
El estado de regresión es un retorno psico-fisiológico a la etapa fetal o perinatal, es
decir, inmediatamente anteriores o posteriores al momento del nacimiento. Durante
el estado de regresión el individuo reedita condiciones psíquicas y biológicas de la
infancia.

La regresión puede tener un carácter renovador integrativo, de reparación y


compensación psico-biológica. En las personas psicóticas la regresión es disociativa y
generalmente aumenta los delirios y alucinaciones.

La regresión integrativa tiene un efecto saludable en las personas normales. Su


efecto anti-stress es aceptado científicamente. Trance y regresión son fenómenos
que, frecuentemente, se producen en forma simultánea.

Regresión a “Lo Primordial”


Uno de los instrumentos básicos de curación en Biodanza es el trabajo con el
proceso de “regresión”. La regresión es una función natural del ser humano, su
posibilidad de remontarse hacia el pasado y conectar con el origen. Para inducir la
regresión empleamos en Biodanza las Ceremonias de Trance. Es necesario, durante
estas experiencias, abandonar la identidad, entregarse totalmente a un nuevo
continente: el regazo del grupo. El trance implica un “tránsito” desde un estado de
conciencia hacia otro.

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En Biodanza se inducen sólo Trances Integrativos; se pasa siempre a un estado de
conciencia superior. Sabemos que la regresión, en determinadas circunstancias,
puede ser una experiencia integrativa o disociativa.

Biodanza utiliza el trance como método para reciclar los patrones innatos de
vitalidad. Es un “renacimiento,” en el sentido de las ceremonias primitivas. Se vuelve
a la fuente, al estado primordial, anterior al aprendizaje y a la represión.

El trance en Biodanza permite al individuo abandonar su identidad, dejándose


disolver en el grupo para integrarse en la unidad más amplia e indiferenciada. La piel
ya no cumple sólo la función de “separar”, sino que realiza la de “unir”. La vivencia
que el individuo tiene al salir del trance es de profunda vinculación consigo mismo,
con los otros y con el cosmos, esta experiencia trae consigo un sentimiento de
esplendor y plenitud, de inmensa felicidad y bienestar corporal.

El grupo representa el útero donde el individuo revive las sensaciones de calor,


seguridad y armonía nutricia. En el proceso de renacimiento, el grupo va devolviendo
amorosamente su identidad con abrazos y caricias cuidadosas como las que se
brindan a un bebé.

Trance Integrativo
- El trance integrativo tiene un efecto reparador,
- El trance que lleva al sueño, el que conduce al éxtasis sexual y el de la danza son
ejemplos de trances integradores,

- El trance místico, acompañado de vivencias de suprema felicidad, bienestar físico


y unión con la totalidad cósmica es también una forma de trance integrador,

- Los trances inducidos durante los ejercicios y ceremonias de Biodanza son


integradores; desaparecen los estados de ansiedad y se alcanza un sentimiento
de plenitud y amor por la vida. La salida del trance integrativo tiene la cualidad de
un “renacimiento”,

- El trance de Biodanza tiene efectos profundos de “reparentalización”,

- Durante el estado de trance disminuye la percepción del límite corporal, la


vivencia es de profunda armonía, la prepotencia egoísta desaparece.

Aspectos Fisiológicos
Durante el estado de trance se produce una disminución del estado de vigilia y una
activación parasimpático-colinérgica. Los impulsos voluntarios disminuyen

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notablemente. La temperatura, que en el primer momento disminuye (manos frías y
húmedas por activación simpático-tónica), empieza a aumentar progresivamente,
dando al cuerpo un dulce calor parecido al de un niño que sale del sueño. Al salir del
trance se observa frecuentemente un aumento de la percepción y un estado de
expansión de la conciencia.

Tipos de Trance
Existen diversas formas de trance, que pueden ser inducidos mediante danzas y
músicas especiales, o bien por autoinducción como el trance de meditación (por ej.
budista).

Existen también formas patológicas de trance, como el trance psicótico, común en


los enfermos esquizofrénicos que van acompañados de alucinaciones; el trance
histérico; el trance de pánico y el de los enfermos obsesivo-compulsivos que realizan
acciones contra su voluntad. Muy importante es también el trance inducido por
sugestión colectiva durante manifestaciones políticas o conciertos de música rock.

Los trances durante las fiestas orgiásticas, en diversos pueblos primitivos, como la
Orgía de la Mama Grande en la Isla Bananal (África) y los trances religiosos de las
Iglesias Pentecosteses, se producen por una identificación colectiva en torno a un
determinado sentimiento místico.

Debemos mencionar también el trance poético y el musical, que tienen un carácter


más sutil, de inversión de la conciencia en un encantamiento estético.

Todas las personas pueden caer en trance. En individuos psicóticos y también en


personas que están bajo el efecto de drogas tranquilizadoras, el trance se induce con
gran facilidad. Las personas normales, cuya coraza defensiva no es muy fuerte,
logran entregarse también con facilidad al estado de trance. Las personas con
fuertes corazas caracterológicas, rígidas y vigilantes, tienen dificultades y el trance se
induce después de repetidas sesiones.

Los psicópatas, obsesivos y algunos tipos de enfermos paranoicos, presentan gran


dificultad para entrar en trance. Los enfermos esquizofrénicos deben adquirir,
previamente, un nivel adecuado de integración antes de inducirles estados de trance
leve. El trabajo con enfermos mentales sólo puede realizarlo un psicólogo, psiquiatra
o profesor especializado en Biodanza Clínica.

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INDUCCIÓN DE TRANCE EN BIODANZA

Modalidades y Ejercicios
El estado de trance puede inducirse en Biodanza por diversos procedimientos,
alcanzando niveles variables de profundidad:

1. Trance Autoinducido:
- Ejercicio segmentario de cuello (giro lento de la cabeza, con ojos cerrados),
- Elasticidad integrativa con abandono,
- Danza de sensibilización Yin,
- Danza absoluta (sin música),
- Canto Sufí,
- Radicalización de la vivencia.

2. Trance con Otra Persona:


- Fluidez en pareja,
- Bautismo de luz,
- Regresión por acariciamiento del rostro,
- Canto sobre el cuerpo,
- Trance erótico mirándose a los ojos.

3. Trance con el Universo:


- Fetalización cósmica,
- Danza de fluidez en la naturaleza,
- Contemplación.

4. Trance con el Grupo:


- Fluidez de grupo,
- Grupo compacto de trance (mecimiento con “Coro de caña divina”),
- Coro de “Caña divina” en espiral,
- Acariciamiento en grupo de 5,
- Trance de suspensión,
- Trance de suspensión en el agua.

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Ejercicios para Cinco Niveles de Trance

Nivel 1: Relajación del cuello (entrega y abandono),


Danza básica de trance (sensibilización),
Ronda de mecimiento,
Fluidez,
Fluidez en grupo.

Nivel 2: Fluidez en pareja con contacto sutil,


Danza absoluta (sin música),
Bautismo de luz,
Grupo compacto de trance.

Nivel 3: Coro de Caña divina y Coro en espiral,


Danza – coro,
Acariciamiento en grupo 3 y en grupo 7,
Elasticidad integrativa con abandono,
Flotación en el amnios (Posición Generatriz Código III),

Nivel 4: Regresión por acariciamiento del rostro,


Posiciones Generatrices del Código III,
Vivencia de eternidad (Posición Generatriz Código II),
Fetalización cósmica.

Nivel 5: Trance de abandono al útero grupal,


Canto sobre el cuerpo.
Trance a través del canto,
Trance rítmico,
Trance de suspensión en el agua.

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ESTADOS DE CONCIENCIA SUPREMA

Introducción
Los caminos para lograr una más amplia y profunda conciencia de la realidad son
diversos. La religión, el arte y la ciencia buscan por medios propios la vía que pueda
conducir al conocimiento unificado del hombre y del universo.

El santo busca la unificación y el religamiento por la contemplación o el amor. El


sabio llega a ser un humilde seguidor del comportamiento de la naturaleza, para
poder conocerla debe respetar su curso, describir su morfología y oír sus secretas
palpitaciones.

El artista, por su parte, intenta revelar realidades internas que son, en el fondo,
realidades cósmicas. Tórnase así en un instrumento lúcido de las fuerzas de
organización y creación que se hacen presentes en él de un modo imperativo. El
artista se experimenta a sí mismo coparticipando en la creación universal. Más que
como un innovador que construye, se experimenta como un partero o un revelador
de formas y armonías ocultas. Su trabajo es “trasformar el caos en cosmos”.

Los efectos de Biodanza en la línea de trascendencia arrojan mucha luz sobre la


“experiencia de totalidad”. El sentimiento de íntima vinculación con la naturaleza y
con el prójimo es una experiencia máxima que se tiene rara vez en la vida.
Experimentarla una sola vez permite iniciar un cambio en la actitud frente a sí mismo
y frente a los demás. El saber con “certeza” que no somos seres aislados, sino que
participamos del movimiento unificante del cosmos, basta para desplazar nuestra
escala de valores. Pero este saber con certeza no es un saber intelectual; es un saber
más conmovedor y trascendente.

Los egipcios, en el Libro de los Muertos, hacen referencia al sentimiento de unidad


ontocosmológica: “Soy la parcela de las parcelas de la Gran Alma Incandescente”.

La posibilidad de alcanzar un estado de conciencia superior, en que cada uno pueda


liberarse de los hábitos mentales y emocionales que lo han “desligado”, es escasa
para los hombres de esta civilización, acosados, aplanados por la estandarización,
enfermos por la tensión que deben soportar y tiranizados por el maquinismo.

Esto hace pensar que el empleo de Biodanza como acceso a la “experiencia de


totalidad” representa para la humanidad la más grande esperanza y constituye,
desde el punto de vista antropológico, una conquista notable en el proceso evolutivo
humano. Su importancia sobrepasa el ámbito de la clínica y de la investigación
psiquiátrica para abarcar el de la antropología, la pedagogía, el arte y otros sectores
de la cultura.
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No todas las personas que hacen Biodanza alcanzan la experiencia cumbre. Cuando
la integración psicológica previa es deficiente, los ejercicios de la línea de
trascendencia deben ser aplicados con extrema prudencia. La experiencia de trance
debe ser guiada por un experto que tenga una formación adecuada.

La percepción de sí mismo como intimidad y como apertura amorosa influye


indudablemente sobre la evolución de las personas, inundándolas de vitalidad y
unidad interna.

Clasificación y Descripción de los Estados de Conciencia Suprema


Podemos agrupar los “Estados de Conciencia Suprema” en los dos polos “pulsantes”
del Modelo Teórico de Biodanza:

ÍNTASIS ÉXTASIS
- Armonía cenestésica - Ebriedad amorosa indiferenciada
- Mediumnismo musical - Extasis orgásmico
- Iluminación - Extasis amoroso
- Extasis altruista
- Extasis contemplativo

Estados de Extasis:

1. El estado de trance puede manifestarse como un proceso de identificación con las


múltiples criaturas del universo y con la unidad cósmica, o bien como un
profundo regreso a sí mismo. Este proceso es pulsante: desde lo íntimo hacia el
mundo y desde el mundo hacia lo íntimo; no es un proceso de regresión estática.
Podríamos considerarlo una “pulsación oscilante de la conciencia centrífuga y
centrípeta”. El punto de partida es visual para entrar en la esencia de la realidad
externa.

La profundización de este estado puede conducir al éxtasis contemplativo, con


llanto frente a la belleza indescriptible de la realidad, unido a una pérdida de
límite corporal e intenso placer.

2. Un estado completamente diferente es el que se produce en el encuentro


corporal, con identificación recíproca sensible y en que se vuelve también, por
momentos, a sí mismo. Aquí, los factores nuevos son: el predominio táctil
cenestésico de la percepción, estimulación erótica y participación de dos o más
personas.

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3. El estado puede tener la variante de identificación profunda con la esencia de una
persona, llegando a producirse una comprensión absoluta de ella, acompañada
de una intensa emoción de amor y fraternidad, hasta tal punto que la persona
puede caer arrodillada frente a esa criatura. (“Vio y amó”. Cristo ante los
esclavos en Corinto).

4. El estado de éxtasis cenestésico que se produce a ojos cerrados cuando se danza


con profunda sensibilidad, en forma lenta y armónica, es un estado en que la
persona se abandona a “ser sí misma” y de pronto es un médium de la música.
Vale decir, la persona “es” música. Habría ahí una identificación cenestésica con
la música.

5. Regresión por la reminiscencia del estado intrauterino. En posición fetal, sin


movimiento, recibiendo continente, la persona entra en un estado que reedita la
condición intrauterina y en el que se produce un cálido sentimiento de
seguridad, abandono y tendencia al sueño. Hay una pérdida de la sensación de
límite corporal y el estado se da en una especie de intemporalidad.

6. La intensificación del estado dos, de palpitante fusión con otra persona, puede
llevar al éxtasis orgásmico, con hiperestesia y exacerbada voluptuosidad frente a
los mínimos contactos. Este estado puede o no ir acompañado de orgasmo.

Íntasis:

Es la súbita ampliación de la conciencia unida a la vivencia emotiva de “estar vivo”


por vez primera y única, concentrando todas las posibilidades del ser. Esta vivencia
va acompañada de un sentimiento de pavorosa belleza y plenitud. Diríamos que ni
siquiera hay participación del proceso de identificación, sino un estado intensísimo
de la conciencia de vida con todas sus resonancias afectivas. Es sentirse parte viva
de una totalidad orgánica, unido a un sentimiento de eternidad (intemporalidad). La
vivencia corporal es pulsante, con sensaciones de escalofrío y piloerección.

Iluminación:

El estado de íntasis, unido a un sentimiento de bondad generosa y de amor por todo


lo existente, da lugar al estado de “iluminación”, que se caracteriza por sentimientos
de ingravidez, elevación, expansión de los límites corporales y transparencia. Se
percibe el propio cuerpo como un centro, una fuente desde donde emana luz. Es un
estado de absoluta felicidad, que tiene también un carácter pulsante sutil. No va
acompañado de calor, sino más bien de sensación etérea y leve, pero de intensísima
energía luminosa, estados que pueden variar de intensidad y tonalidad. El comienzo
del estado de iluminación es un estado de claridad interna.

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ACCESO A LO MARAVILLOSO

Biodanza despierta el “sentido de lo maravilloso”. Sabemos que nuestra percepción


está condicionada por la afectividad y la trascendencia. Estas vivencias dan una
perspectiva nueva a nuestros órganos de percepción. Los distintos grados de
sensibilidad de nuestra percepción varían además con el estado de excitación
neuromotriz y con la cenestesia corporal. La danza cambia la percepción.

Existen, por otra parte, factores inhibidores de la percepción vinculados a la rigidez


del ego y al bloqueo afectivo. Así, las personas egocéntricas son incapaces de
percibir con profundidad a otras personas. La inhibición de los afectos y los estados
depresivos reducen la percepción del mundo. El enfermo depresivo tiene bloqueado
todo acceso a la percepción de lo maravilloso, el mundo es opaco a su percepción.
Las vivencias de afectividad y trascendencia, estimuladas durante las sesiones de
Biodanza, modifican la percepción. Las investigaciones de Ames demostraron que la
afectividad modifica profundamente la percepción visual.

Los ejercicios de encuentro y comunicación en Biodanza permiten una nueva


percepción del otro. En la medida en que nuestra identidad se ilumina, percibimos a
nuestro semejante con otra luz. Biodanza permite captar el “Niño Divino” en la
imagen del otro. El desarrollo de la dimensión trascendente da una perspectiva
interior, amplia y universal para percibir la realidad.

Durante el transcurso de un día suceden ciertas cosas fuertes, tan profundas,


significativas y maravillosas, que pueden tener el efecto de verdaderos estados de
trance. Con suficiente sensibilización cenestésica y con un trasfondo de vivencias
afectivas y trascendentes, una persona puede tener acceso casi permanente a lo
maravilloso. Esto no le impide percibir la parte infernal, injusta y pavorosa que
también ofrece la realidad. Las defensas internas se deben al pavor que produce
penetrar en las entrañas de lo real. La percepción del cielo y del infierno son
consubstanciales en quienes tienen la percepción ampliada.

Biodanza, al permitir el acceso a la percepción de lo maravilloso, crea sentimientos


nuevos frente al mundo; despierta una acción combativa de defensa ecológica y de
justicia social. El amor se trasforma en acción.

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SACRALIDAD DE LA VIDA

Aunque los extraordinarios hallazgos de la biología nos dan un punto de partida


sólido y fecundo para comprender muchos misterios de la biosfera, de modo alguno
son suficientes para expresar todos los significados esenciales acerca de la condición
humana. Tenemos que considerar, por lo tanto, la biología como un punto de partida
universal y referencia básica para la comprensión del hombre, mas los
descubrimientos biológicos tienen que ir al encuentro de las grandes intuiciones
sobre los aspectos aún no revelados y misteriosos de la vida humana.

Deberemos avanzar en una nueva franja del pensamiento, más libre y ajustada a las
revelaciones de lo inmediato, desprendiéndonos de las rémoras filosóficas y de las
ideologías ingenuas que han acompañado al hombre a través de la historia.
Necesitamos un rigor insolente y, al mismo tiempo, sensible para no caer en un falso
objetivismo biologista ni en la pobreza dogmática de las religiones.

A nuestro modo de ver, la vida tiene una cualidad sagrada y ha sido la patología de
las civilizaciones la que ha separado los actos sagrados de los profanos. Esta
patología terminó por desacralizar la vida cotidiana y cargar de contenido
trascendente los rituales obsesivos que surgieron para escapar del pavor cósmico.
En este punto es indispensable la meditación sobre lo sagrado. La hierofanía es la
manifestación de lo sagrado, absolutamente fascinante y absolutamente terrible.

Creemos que la expresión de vida a través de las criaturas es la más grande


hierofanía. La ceguera frente a la percepción de la condición sagrada de la vida
perturbó las formas de vinculación con lo cósmico. A través del proceso histórico, en
el cual se han gestado las religiones, se produjo una clara demarcación entre lo
sagrado y lo profano, así también las danzas y los gestos fueron diferenciados entre
sagrados y profanos.

Esta disociación entre sagrado y profano, que es inherente a las religiones, tiene que
ser cuestionada. Si la vida en sí misma es sagrada, por ser la más espléndida
expresión de lo cósmico y también la más amplia hierofanía, la distinción ritual de
ámbitos sagrados y profanos resulta un absurdo.

La claridad del Principio Biocéntrico de Biodanza, que reconoce en la vida la más


grande hierofanía, es lo que la distingue esencialmente de cualquier religión y
también de cualquier psicoterapia.

En las llamadas “danzas sagradas” se crea un espacio que se plenifica de significación


y potencia. La trayectoria de esas danzas es del espacio caótico hacia el espacio
mandálico.

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En Biodanza, las personas al relacionarse en una danza de amor, restablecen un
sentido cósmico que los integra a una unidad mayor. Los magnetismos de la danza
generan campos creativos, eróticos y biológicos que no pretenden representar una
realidad trascendente, sino que constituyen, en sí mismos, la gran ceremonia de la
vida, trascendente por sí sola.

Por otra parte, el tiempo sagrado, la duración de las fiestas, el tiempo litúrgico, han
sido míticamente diferenciados del tiempo lineal histórico. Terminada la ceremonia
en el tiempo sin duración de la liturgia, el hombre penetra en el tiempo cotidiano. La
trayectoria de nuevo se da desde el tiempo fugaz e ilusorio hacia el tiempo mítico,
circular y eterno.

En Biodanza el hombre vive en el “aquí-ahora” eterno. El tiempo marcado por las


horas del reloj es apenas un tiempo convencional, un tiempo no vivido. Toda la
realidad es sagrada para el hombre de Biodanza y todo tiempo es litúrgico.

La antiquísima tradición oriental de que la vida es una ilusión, apenas la


manifestación de los infinitos Velos de Maya, representa la más catastrófica filosofía,
la descalificación de la vida como expresión máxima de lo divino. Esta patología se ha
transmitido e infiltra distintas religiones, creando el terreno apropiado para el
ejercicio de todo tipo de injusticias y violencias. Cuando la vida no es sagrada ni tiene
valor intrínseco se la puede destruir, torturar, explotar, humillar. El Principio
Biocéntrico rechaza, con la más absoluta decisión, esa gran mentira cultural que
desacralizó la vida.

Penetrar en la percepción beatífica de la vida como esplendor pavoroso, como


belleza insoportable, como armonía voluptuosa y experimentar en sí mismo el
sentirse vivo es, sin duda, una experiencia mística, único punto de partida posible de
la investigación científica. Como expresaba Einstein: “La experiencia cósmica es la
más fuerte y noble fuente de investigación científica”.

Es del Principio Biocéntrico de donde hay que extraer la cualidad trascendente del
hombre. La sacralización del hombre es lo que da a su vida, a su amor, a su
sexualidad y a sus creaciones, la cualidad de lo trascendente. Desde el Principio
Biocéntrico se organiza la vida como convivencia y coexistencia con lo divino.

Lo sagrado no se da en un espacio mandálico ritual. Lo sagrado se da en cualquier


circunstancia en que la vida se hace presente. Toda la vida es sagrada. El acto sexual
que se hace en un templo o el que se realiza en un miserable cuarto de hotel posee la
misma condición de lo sagrado. Cuando las personas están conectadas con amor,
están reciclando energía cósmica, están viviendo el amor eterno de Afrodita y Apolo.
El hombre cansado, que camina por la calle porque no tiene dinero para el ómnibus
es también un caminante de eternidad. El Niño en los brazos de Santa María y el niño

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abandonado, raquítico y hambriento que busca comida en los tarros de basura, son
dos formas del Niño Divino.

Es verdad que no todos los lugares son los más propicios para entrar en lo eterno,
pero quien es guiado por el Principio Biocéntrico tiene la llave que abre todas las
puertas.

El Principio Biocéntrico infiltra todos los ámbitos de la actividad humana. Si usted


está conectado con la vida, queda automáticamente instalado en una posición
política: la de quienes defienden la vida y luchan contra la explotación y la injusticia.

Si usted está vinculado de centro a centro con el “principio de vida”, experimenta la


vinculación cosmobiológica, la antigua familiaridad con las piedras, con los pájaros,
con el sol, con el mar. Si usted actúa desde el Principio Biocéntrico, pertenece a la
“resistencia ecológica”: desea los ríos claros, transparentes (no contaminados),
defiende el respeto por la fauna y la flora; desde el Principio Biocéntrico, usted es un
pedagogo, un amante, un artista.

La más subversiva de todas las disciplinas es aquella que se funda en el respeto por la
vida, el goce de vivir, el derecho al amor y al contacto. Desde el Principio Biocéntrico
usted desconoce la autoridad externa, sea esta de un gobierno, de violencia
institucionalizada o de las ideologías políticas y religiosas que discriminan seres
humanos. El Principio Biocéntrico es insurgente.

Los que hacen Biodanza, siendo los mismos, son otros. Siendo individuos, son
también la vida universal. Podríamos hablar de que los “principios de vida” surgen de
una inteligencia divina que trasciende los valores egocéntricos. Nuestra meditación
deriva una técnica que consiste en estimular, crear y desarrollar vida en los demás, lo
que genera vida en nosotros.

Las personas son nuestro más poderoso medio ambiente. La pareja ecológica, la
familia ecológica y la comunidad ecológica son expresiones del Principio Biocéntrico.

Cuando hablamos del “principio de vida” nos referimos a algo muy preciso, a
funciones universales, a formas de vinculación, a desarrollo evolutivo. Biodanza se
inspira en los principios generales de lo viviente y no en ideas a priori o en dogmas
religiosos.

Si las religiones, las ideologías políticas y las distintas formas de psicoterapia trabajan
en torno a las patologías del ego, sobre una imagen antropocéntrica miserable,
Biodanza trabaja con las grandes funciones de salud en una dimensión trascendente,
de permanente reverencia por la vida.

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LA ESENCIA DIVINA

El punto de partida para lograr la vivencia de trascendencia consiste en despojarse


previamente de toda idea preconcebida acerca de Dios. La percepción de la esencia
divina no requiere de modo alguno de la fe. La vivencia mística es refractaria al
proceso de simbolización de las religiones convencionales.

La personificación de la divinidad es la negación misma de la vivencia de


trascendencia. La esencia divina, al ser personificada, queda fuera del hombre. La
idea de “ser elegido” no es sino una expresión de la patología de la identidad. El
hombre tiene luz propia.

Las religiones basadas en la posesión o en la fe de un Dios-Persona son formas


rudimentarias y enajenantes de pretender la vinculación con lo trascendente. No
existe el Dios misericordioso que cuida a los seres humanos.

Dios se manifiesta dentro del hombre en la medida en que éste se vincula a la esencia
de todas las cosas. Dios no viene desde fuera, no es una forma, es la vivencia
intensísima de un “sentido” que surge cuando el individuo “es parte viva” de la
creación. Dios es, por lo tanto, una vivencia y no una presencia. La personificación de
la divinidad es lo que ha permitido a las religiones el monopolio de un mundo
trascendente ficticio.

Toda persona puede tener acceso a la experiencia divina si logra sentirse parte de la
totalidad. Para esto debe abolir el ego que la deja exilada. La experiencia divina no
consiste en el “encuentro” entre la identidad del individuo y la identidad de un Dios,
sino en la identificación misma con la esencia divina. La vivencia de la unidad no
requiere de la dualidad. Nunca se es tan “parte” de la totalidad como durante la
experiencia mística.

La profunda experiencia de Dios abate los límites entre el externo y el interno. Esta
experiencia, por lo tanto, es la fusión con el “todo” en un acto de disolución
pulsante, en que el universo, con toda su compleja y maravillosa unidad, se
manifiesta en la criatura y al mismo tiempo la criatura forma parte esencial de éste.

La ciencia, en sus más altas expresiones, no es sino la visualización de relaciones


cósmicas que se manifiestan en la mente del genio científico. De pronto, el genio es
capaz de “ver”. Los grandes descubrimientos son posibles porque el genio está
“dentro” de la naturaleza, forma parte de la “inteligencia cósmica” y sólo tiene que
traducir un aspecto de esa experiencia en un lenguaje accesible al resto de los
hombres.

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La semántica científica, en su forma más extrema, surge de un acto de mediumnidad
en el que el genio hace de vehículo transistor entre la inteligencia cósmica y la
inteligencia humana, que son de la misma naturaleza y pertenecen al mismo
continuum viviente. El “genio científico” y con frecuencia el “genio artístico” no son
sino lectores de la trascendencia.

LA VIVENCIA MISTICA

Los diversos pensadores que han investigado los estados de expansión de conciencia
son unánimes en la descripción de la experiencia mística. La vivencia mística va
acompañada de una total movilización afectiva, en la cual se combinan la alegría
indescriptible (beatitud), sensaciones corporales de placer abrazador (orgasmo y
nupcias con el universo), sensaciones corporales de ingravidez, fluidez, calor-frío e
iluminación interna; percepción absolutamente diáfana de la relación viviente que
existe entre todas las criaturas y sentimiento de entrega amorosa a la
bienaventuranza de formar parte de la creación; extensión y fusión de la conciencia
del tiempo y del espacio. Pasado, presente y futuro se funden en un eterno presente.

El misterium tremendum y el pavor, de que hablan algunos místicos cristianos, sólo se


producen por la fantasía de personificación. Para cualquier hombre integrado, la
“experiencia de totalidad” se da como algo natural, como algo perfectamente
reconocible.

Una pléyade de investigadores y pensadores contemporáneos ha encontrado líneas


de evidencia que tienden a mostrar la universalidad de la experiencia mística y de su
carácter independiente de las diversas tradiciones religiosas. Entre ellos podemos
nombrar los siguientes: William James, Richard Maurice Bucke, René Guenon, Aldous
Huxley, Albert Hoffman, Carl Gustav Jung, Abraham Maslow, Prince e Sauvage,
Walter Pahnke, Pierre Weil, Claudio Naranjo, Rolando Toro, Rudolf Otto, Ralph
Metzner, Richard Alpert y otros.

La Experiencia Mística ha sido llamada “Experiencia Cósmica”, “Conciencia Cósmica”


(Pierre Weil), “Experiencia de Totalidad”, “Experiencia Culminante” (A. Maslow),
“Experiencia Suprema” (Rolando Toro).

En el estudio fenomenológico de esta experiencia se destacan las siguientes


características:
- Ingreso en el eterno presente,
- Experiencia de unidad del universo,
- Comprensión y conocimiento inmediato de la realidad,
- Total ausencia de ego,
- Sentimiento de vinculación esencial con todo lo existente (personas, animales,
plantas, sol, agua, etc.),
17
- Vivencia de lo esencial,
- Sentimiento de ser parte de la creación,
- Muerte – renacimiento,
- Elación y plenitud,
- Felicidad infinita (beatitud),
- Amor por toda la creación,
- Sentimiento de libertad,
- Desapego frente a las opciones de nuestra cultura,
- Ampliación y riqueza de la percepción (sonidos, formas, colores),
- Temblor corporal,
- Placer corporal, voluptuosidad,
- Sensación de ingravidez,
- Calor – frío,
- Percepción directa de energía (en sus múltiples formas),
- Iluminación interna,
- Extasis – íntasis,
- Sonido cósmico,
- Clarividencia,
- Inefabilidad.

Efectos posteriores:
- Cambio de valores,
- Pérdida del miedo a la muerte,
- Sentimiento de consistencia existencial,
- Transfiguración (“transhumanización”).

La experiencia mística puede aparecer a veces contaminada con ciertos contenidos


simbólicos y/o expresiones disociativas que deforman su sentido puro. Algunos
síntomas de esta “experiencia contaminada” son los siguientes:

1. Disociación cuerpo-alma (desdoblamiento),


2. Deformación de la percepción de objetos y transformación de estos,
3. Miedo y angustia,
4. Alteraciones formales del esquema corporal,
5. Encuentro con seres fantásticos,
6. Anestesia del cuerpo,
7. Visión alucinatoria de objetos inmateriales,
8. Sentimientos de omnipotencia (poderes mágicos),
9. Cambios patológicos de consistencia de la realidad (achatamiento de los
espacios, inmovilidad cristalizada del paisaje, imágenes pavorosas,
transformación monstruosa de la autoimagen, etc.).

18
La convergencia de fantasías de posesión en el estado de trance conduce siempre a
experiencias psicóticas (demoníacas, infernales).

Las religiones, al personificar las entidades, son siempre productoras de monstruos y


demonios, la proyección alucinatoria que emerge de las pareidolias cuando la
conciencia está en trance y el cuerpo esta rígido.

Religiones de la persona, trance de posesión, estados de éxtasis con rigidez,


convulsiones, alucinaciones, iconografía demoníaca, fuerzas caprichosas que agitan
los objetos, dioses terribles, inquisiciones, jerarquías eclesiásticas, superstición, no
son sino las múltiples formas de la profunda patología de la identidad que tiene
dimensiones histórico-culturales y socioeconómicas.

Dentro de la severa concepción de Biodanza, la vivencia de trascendencia es una de


las funciones naturales del ser humano, la más reprimida de todas, la más importante
y la más bloqueada por las religiones. La personificación de las divinidades no es sino
una forma de disociación históricamente heredada.

El “Gran Cisma” de la evolución humana se produjo hace muchos siglos. La


catástrofe cultural de la humanidad fue la separación del cuerpo y del alma, a partir
de esta disociación se iniciaron todas las disociaciones. El creador se percibió
separado de la criatura; el hombre separado de la naturaleza; el individuo de su
especie.

La separación cuerpo-alma fue el nacimiento de Tanatos. Eros representa el impulso


de vida que reintegra y unifica al hombre. La disociación cuerpo-alma nos exilió del
Paraíso.

Cuando los maestros orientales sostienen que la vida es una ilusión, apenas un
camino, demuestran su patológica incapacidad de percepción del sentido que está
implícito en la vida misma. La vida no necesita finalidades externas a ella, tiene luz y
sentido propio.

Las tres vertientes históricas que orientan nuestra civilización: las religiones
orientales, la cultura griega y la línea judeocristiana, poseen en común el principio de
la separación cuerpo-alma, la discriminación, el desprecio por la sexualidad y la
represión silenciosa de la experiencia cósmica genuina sustituida por ceremoniales,
ritos y reglas implacables de la moral religiosa, vacías de significación. La vivencia de
trascendencia es una de las más difíciles de alcanzar porque es la que ha sufrido más
represión a través del proceso histórico-cultural.

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BIODANZA: TRANSFORMACIÓN
DEL INDIVIDUO EN DANZA

Cuando el danzarín pone en acción sus movimientos, ajustándolos a necesidades


expresivas, estéticas o de representación, está tomando el comando de una serie de
funciones vinculadas a la identidad. Entre ellas podemos mencionar los movimientos
voluntarios, el desplazamiento dentro del espacio, la semántica expresiva en relación
a ciertos códigos gestuales, la búsqueda consciente de algunos efectos y la
coordinación de los distintos movimientos en función de la temática, la coordinación
auditivo-motora y viso-motora, la localización en torno a otras figuras referenciales y
relacionales, la introducción espontánea de elementos de fantasía, etc. El danzarín
pone en acción toda su capacidad de juego, equilibrio, coordinación y expresión.

A través de la historia de la danza ha existido el fuerte propósito de formar buenos


bailarines que sean capaces de alcanzar, mediante el ejercicio y del aprendizaje,
niveles de optimización en la destreza y belleza de los movimientos.

Existe, no obstante, una posibilidad completamente opuesta, que consiste en


transformar al danzarín en danza. Este camino fue ocasionalmente descubierto en
las ceremonias pertenecientes a las religiones arcaicas, en ciertas danzas místicas de
éxtasis y en algunos estados inducidos por el ácido lisérgico, mezcalina o psilocibina.
En estos casos no es necesaria la música, puesto que el tonus y la armonía del
biosistema entran en conexión inmediata con la armonía cósmica. En estos casos el
individuo no baila una determinada música, sino que ingresa a un estado vivencial en
el que él es la música. La música danza al individuo y entonces no hay individuo, sino
danza. La identidad se disuelve en una especie de matriz del universo que está en
movimiento orgánico, en que cada elemento forma parte de la danza mayor. La
danza cósmica consiste en el viviente interjuego de todas las fuerzas presentes.

Para conseguir el estado de trance necesario que permita al danzarín llegar a “ser la
danza” es necesario partir de la casi inmovilidad, en un estado de tonus “abierto” a
los impulsos propioceptivos espontáneos. Un estado incondicional y receptivo, libre
de todo propósito. En estas condiciones el individuo “permite” que la música se
infiltre en su organismo e induzca el estado cenestésico.

Ser la danza constituye una experiencia, ya que en el fondo se sintoniza el biosistema


humano con el biosistema cósmico. Ésta es la más poderosa fuente de renovación y
energetización.

20
AUTOCONTROL EVOLUTIVO

La finalidad de Biodanza es lograr el control del propio proceso evolutivo, vale decir,
una finalidad ajena al proceso educacional de incorporación de valores. Esta finalidad
se inscribe mas bien en la dirección de la autodivinización de la vida humana en un
sentido prometeico.

Biodanza no propone un patrón de comportamiento. Cada individuo, al vincularse


consigo mismo en un proceso de integración y al desarrollar una conciencia
comunitaria, ofrece su propio patrón genético de respuestas vitales. La libertad
individual se postula aquí como la forma adecuada de un desenvolvimiento interior
de potencialidades innatas. Libertad y desenvolvimiento son sinónimos.

Biodanza, por lo tanto, no puede considerarse una ciencia del comportamiento, en el


sentido de provocar modificaciones conductuales en relación a determinados valores
culturales, es propiamente un sistema de integración y desenvolvimiento.

El próximo salto evolutivo de la especie humana será el despertar de la conciencia


colectiva, vale decir, el empalme de los circuitos ecológicos entre los miembros de
nuestra especie. Este fenómeno de integración intraespecie, sobre el cual llamó la
atención el biólogo Von Uexkull, debe mirarse dentro de una visión organicista en
que la especie es el organismo y el individuo es el órgano. El punto de partida
biológico permite comprender la relación entre ese proceso de integración
intraespecie y el proceso de integración al universo como organismo mayor.

El despertar de la conciencia cósmica y el restablecimiento de los circuitos ecológicos


con el universo son concomitantes con el despertar de la conciencia colectiva.
Nuestra finalidad es arribar a ese estado de plenitud en que cada individuo se dirige,
con intensa y magnética fuerza selectiva, hacia formas de acción que refuercen su
desenvolvimiento, que lo integren a sí mismo, a la especie y al cosmos.

Los sistemas de educación, religiones, técnicas psicoterapéuticas, disciplinas


comportamentales de modificación de la personalidad e ideologías políticas,
proponen siempre patrones de comportamiento con relación a determinadas
estructuras culturales. Siempre que se propone un patrón de comportamiento se
está en un trabajo de alienación de catastróficas consecuencias.

Biodanza, al proponer un proceso de integración y desenvolvimiento de cada


individuo, postula una libertad y un respeto por éste, como el agricultor respeta la
semilla. Esta concepción sólo puede sostenerse a partir del axioma de que la semilla
21
humana es esencialmente buena, es decir, que hay un impulso divino dentro de ella.
Una disciplina de desenvolvimiento sólo tiene que ayudar a cada individuo a
reconocer dentro de sí ese impulso.

En el éxtasis de comunión con el hermano, el individuo no está en un proceso de


exaltación del ego, sino de autodivinización de la vida como fenómeno cósmico. La
destructividad psicopática no sería sino la obstrucción de los impulsos innatos de
energía ascendente, en el sentido de Theillard de Chardin.

DINÁMICA DE LA MALIGNIDAD Y DE LA BONDAD

Introducción
El mayor problema que afecta a la humanidad es la autodestructividad. En la mayor
parte de los seres humanos hay una “semilla de maldad”. Algunos científicos
piensan que los impulsos destructivos son innatos, otros piensan que son formas de
comportamientos adquiridos a través de la cultura y las tradiciones.

Creo que la esencia del hombre es bondadosa, pero a través de la evolución se


desenvolvió un proceso degenerativo como resultado de la necesidad de
sobrevivencia, a partir de la cual fue tomando proporciones monstruosas, como las
nuevas formas de exterminio tecnológico-militares.

Es absolutamente necesario hacer una revisión del tema de la malignidad y de la


infamia. Nuestra época está gravemente enferma. El ejercicio de la malignidad, en
nuestro tiempo, no es necesario porque somos perfectamente capaces de
sobrevivir.

El Ego Vinculado al Poder


Según el místico alemán Meister Eckhart (1260-1328),comentado por Marco Vannini
en el ensayo sobre “La Vía del Distacco”: “Todos los contenidos psíquicos comportan
condicionamientos y una radical malignidad, porque estos contenidos sirven al ego
en cuanto centro psíquico del poder”(*)”. Así la relación entre ego, poder y
malignidad estaba formulada. 1Eckhart reveló un aspecto muy importante sobre la
dinámica psicológica de la malignidad humana.

1
(*) Meister Eckhart. “La Vía del Distacco”. Arnoldo Mondadori Editori

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En el siglo XX, uno de los más brillantes pensadores de psicología ha expresado que
la causa de que “el mundo esté cada vez peor” se debe a que el poder está en manos
de psicópatas, personas sin conciencia ética, ansiosos de poder.

Los hombres afectivos, plenos de compasión y creatividad, no se interesan


generalmente por el poder. Esto trae por consecuencia que la humanidad esté
permanentemente expuesta a la violencia.

El poder conlleva múltiples tentaciones del ego, con lo cual se inhibe


progresivamente la conciencia ética. Muchos hombres honestos, plenos de buenas
intensiones, se corrompen cuando alcanzan el poder.

La atracción por el poder se da en todos los niveles de la sociedad: en el hogar, en las


instituciones y en las diversas formas de gobierno. Existen las microestructuras de
poder y las macroestructuras industriales y militares.

¿El Mal es Necesario?


Se sostiene a menudo que el bien y el mal son dos caras de la misma moneda.
Algunos sociólogos sostienen que la guerra es necesaria y que los muertos son el
“gasto social” para los fines del bienestar común. No comparto estos argumentos,
porque pienso que los hombres con conciencia ética pueden resolver los problemas
diplomáticamente.

Presento aquí un esquema sobre la dinámica del bien y del mal.

Dinámica de la Malignidad:

1.Exaltación del ego

2. Incapacidad de MALIGNIDAD 3. Discriminación


identificación

4. Ambición de poder

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1. La Exaltación del Ego: Es propia de personas con identidad patológica. Tienen
terror a “no ser” y compensan este sentimiento con comportamientos
omnipotentes, arrogantes y agresivos.

2. Incapacidad de Identificación: Cuando el comportamiento es centrado en el ego,


las personas son incapaces de trascender sus objetivos inmediatos y no poseen
empatía. Son incapaces de ponerse en lugar del otro. Los individuos sin identidad
buscan el poder y ejercen la violencia contra los grupos con características
diferentes. Sufren una profunda patología de la afectividad y no tienen capacidad
de trascender el ego.

3. Discriminación: El odio de razas, la discriminación de la mujer, de los niños, de las


personas lisiadas o de grupos marginales se produce por el miedo a lo que es
diferente.

4. Ambición de Poder: Es un mecanismo de defensa frente a la propia insuficiencia.


La ambición de poder induce comportamientos malignos.

Dinámica de la Bondad:

1.
Capacidad de
trascender el
ego

2. 3.
Capacidad de BONDAD Comunicación,
identificación compasión,

4.
Desinterés por el
poder.

Biodanza presenta una estructura completa para estimular la bondad y disminuir la


malignidad

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1. Capacidad de Trascender el Ego: Los ejercicios de la línea de trascendencia están
orientados al objetivo de despojarse del ego. Esto no quiere decir que hay que
renunciar a la propia identidad, sino asumir al otro como parte integrante de sí
mismo.

2. Capacidad de Identificación: Los ejercicios de afectividad y acariciamento en feed-


back despiertan la capacidad de identificarse con los otros. Los ejercicios de
mediumnidad musical facilitan la posibilidad de “ser música” y de poder “ponerse
en la piel del otro”. La empatía es la función principal de la afectividad. Los
ejercicios de trance, al promover la expansión de conciencia, permiten también
ver al otro en su profundidad, comprenderlo y amarlo.

3. Comunicación, Compasión, Empatía: En Biodanza se ofrecen ejercicios que


desenvuelven la afectividad. La capacidad de amor indiferenciado es esencial, no
basta el amor diferenciado. Comunión, compasión y empatía revelan una sana
estructura afectiva, bondad y conciencia ética.

4. Desinterés en el Poder: La ambición del “poder por el poder” es una grave


patología afectiva, característica de personas autoritarias que necesitan
compensar sus profundos sentimientos de inferioridad. La bondad es
desprendida y plena de compasión. El concepto de que “los fines justifican los
medios” ha resultado nefasto. El totalitarismo ha sostenido esa monstruosidad a
través de la historia.

Biodanza es, como vemos, un Sistema que ejerce una influencia específica sobre los
sistemas que generan bondad.

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