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ANALIZANDO
EL SERMÓN DEL TEMPLO
Imagina a Jeremías parado a la puerta del hermoso templo de Jerusalém
construido en el tiempo de Salomón, está ahí porque Dios le ha mandado
“Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y predica allí esta palabra” (Jer
7:2). Ahí, en el lugar en donde los hombres acuden para encontrarse con
Dios, este profeta dará un poderoso mensaje que tiene que ver con la
falsa y supersticiosa confianza que las personas habían llegado a tener fe
en el Templo y no, fe en el Dios del templo.
Llegaban a decir “Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová
es éste” (Jer 7:4) ellos creían que por ser el Templo del Dios vivo, eso lo
hacía indestructible, pero su confianza supersticiosa les había hecho creer
que podían pecar y quedar impunes mientras que estuviesen en el
templo. Pero en el Sermón del templo, Jeremías les dice a estos hombres
“Mejorad vuestros caminos y vuestras obras” “No fiéis en palabras de
mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová
es éste”. La reiteración de la frase “templo de Jehová” nos muestra que
ellos habían convertido al templo en una especia de “amuleto” en
contra de la mala suerte, creían que por acudir al templo y seguir lo ritos,
estaban protegidos de todo mal a pesar de que sus vidas se habían
alejado de la voluntad de Dios.
Contradictorio e incongruente
Jeremías está ahí a la puerta diciéndoles que ellos dicen “templo de
Jehová, templo de Jehová” mientras que al mismo tiempo viven vidas en
las que “hurtan, asesinan, ofrecen presentes a Baal, van tras de dioses
extraños (Jer 7:9). Parece completamente contradictorio e incongruente
pero así vivía la mayoría de los habitantes de Judá en el tiempo de
Jeremías. Ellos llegaron a decir “Librados somos: para hacer todas estas
abominaciones?” (Jer 7:10). ¿Cómo puede alguien llegar a usar lo santo,
como un amuleto para pecar? ¿Cómo puede llegar a creer que porque va
al templo, da su ofrenda o se lleva bien con los líderes, eso le da de
alguna manera inmunidad pecaminosa para ofender al Dios al cual dice
adorar?. Esta forma de pensar y vivir no solo es contradictoria,
incongruente, sino que raya en el locura. Deuteronomio 32:6 dice “¿Así
pagáis á Jehová, Pueblo loco é ignorante?” y Proverbios 7:22 habla del
hombre falto de entendimiento que es seducido al mal diciendo que es
como el buey que va al degolladero él mismo, sin que lo lleven y también
es como un loco que va las prisiones para ser castigado.
Esa locura no es algo antiguo
Actualmente se puede padecer la misma locura, algunos dicen “Templo de
Jehová” otros dicen “Doctrina de Dios” otros dicen “pariente de” o “amigo
de” y algunos “Ministro de” o “Cristiano desde”. Todas estas son frases
que se pueden usar para señalar y creer que de alguna forma estamos
exentos de los estatutos y mandatos que el Señor nos da en su Santa
Palabra, que podemos vivir lejos de la voluntad de Dios y que nada nos
pasará, simplemente porque “tenemos la mejor doctrina”, porque somos
familiares o amigos de alguien, porque tenemos tantos años en el
evangelio etc. El templo de Jerusalém era verdaderamente el Templo de
Jehová, Él lo había santificado con su presencia, sin embargo su Palabra
dice que “no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”
y que de ningún modo dejará sin castigo al malvado (Ex 20:7 y 34:7).
Su amuleto se les vino abajo
Esa generación supo que para Dios es mas importante la santidad
de las personas que van el templo que el templo mismo, pues esa
generación miro con sus ojos cómo es que su amuleto se les vino abajo y
fue destruido.
En su mensaje Jeremías les dice que el Señor haría al templo lo mismo
que a “Silo”. Como sabemos, fue ahí en donde el arca fue establecida
desde el tiempo de Josué (Jos 18:1) Ese lugar se convirtió en el centro de
adoración de la nación durante mas de 400 años, sin embargo tuvo su fin;
primero cuando los Filisteos se quedaron con el arca (1 Sam 4:10-11)
porque también la habían querido usar como “amuleto”; en segundo lugar
el lugar fue completamente desamparado cuando los Asirios conquistaron
el norte, pues silo estaba en esa región. El Señor advirtió que lo mismo
pasaría al templo de Jerusalém.
todo amuleto un día se vendrá abajo
La santidad es un verdadero escudo
Para Dios es mas importante la santidad de las personas que van
el templo que el templo mismo
No hay amuletos que libren de las consecuencias del pecado
…LINEA GRIS….
El capitulo 8 el Sermón del Templo continua
Sin sepulturas
Al escuchar este sermón entendemos porqué Jeremías fue tal vez el
profeta más impopular que hubo. Hombres de Dios como Elías, Eliseo o
Isaías, tuvieron un alto grado de reconocimiento tanto del pueblo como de
los mimos reyes a pesar de que también enfrentaron el rechazo, sin
embargo ninguno como Jeremías el cual experimentó el desprecio de su
pueblo y de las autoridades. Al escuchar este sermón podemos imaginar
el enojo de los que lo escuchan, que solo es comparado con el que tenían
los Fariseos y Escribas hacia el Señor Jesucristo cuando Él predicaba el
mensaje del evangelio.
Sigue imaginando la escena, él está a las puertas del templo diciéndoles
que por su maldad el gran templo será destruido. Ahora continua
diciéndoles que los huesos de los reyes, de los sacerdotes y de los
profetas (lo cual era la base del gobierno tripartita de ese tiempo)
quedarían a la intemperie. “En aquel tiempo, dice Jehová, sacarán los
huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos
de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los
moradores de Jerusalem, fuera de sus sepulcros” (8:1) Muchos morirían
sin que pudiesen ser sepultados, expuestos al solo, la luna y las estrellas,
cosas a las que ellos se “amaron” “sirvieron” “consultaron” y ante quienes
se “encorvaron” (8:2).
Caer ¿Y no levantarse?
“Así ha dicho Jehová: ¿El que cae, no se levanta?” (Jer 8:4)
Aún en la literatura no cristiana es conocida la metáfora del “levantarse
después de caer” Winston Churchill dijo “El éxito es la habilidad de ir de
fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo” un proverbios chino dice
“Fracasar no es caer, fracasar es negarse a levantarse” el gran Nelson
Mandela dijo alguna vez “No me juzgues por mis éxitos, júzgame por las
veces que me caí y volví a levantarme" En resumen, todo el mundo
entiende que debemos levantarnos después de que hemos caído pero…
Pero el pueblo de Judá ha llegado al grado de que ha caído y quiere seguir
así. El Señor les dice a través de Jeremías “Así ha dicho Jehová: ¿El
que cae, no se levanta?”
También usa otro ejemplo del que se ha perdido o desviado. En ese caso,
cualquiera que se pierde, pregunta para regresar o volver al camino. Así
que El Señor también dice “¿el que se desvía, no torna a camino?”