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DE IMPOTENTIA
ANDEGAVENSIS
(DANIEL – IVONA)
I. FACTI SPECIES:
1. La señora Ivona, conoció a su marido Daniel por primera vez cuando ella tenía 16 años y él
22, en el año 1936, en la ciudad de Angers. La relación de noviazgo solo comenzó seis
años después hacia en el año de 1942. Esta relación se prolongó durante 12 a 18 meses.
3. Desde el mismo viaje de bodas se advierte la imposibilidad en los contrayentes para llevar a
cabo las relaciones sexuales, debido la impotencia del marido y la dispareunia y el
vaginismo en la mujer, por lo cual este matrimonio no fue consumado.
5. Esta dificultad se agravó por el dolor intenso que ella soportaba en cada relación lo cual
hacía que el intercambio sexual no tuviera éxito, y por esto tuvieron que acudir a la
intervención médica. Ninguno de ellos experimentaba, deseo de sensualidad en sus escasas
relaciones
6. La convivencia matrimonial duró siete años, no hubo hijos porque durante a todo este
tiempo solo se produjeron unos 5 encuentros sexuales, todos ellos sin éxito. Durante las
pocas relaciones que sostuvieron la penetración siempre fue difícil e incompleta, parcial.
Las consultas médicas determinaron además que el himen de la mujer no fue roto.
7. La separación de hecho se produjo en noviembre del año 1957, pero la separación legal
solo fue declarada 5 años después a petición de la actora el 27 de noviembre de 1962. El
divorcio civil fue declarado el 17 de octubre de 1967 a petición del convento, 15 años
después de la separación.
9. Su petición descrita en el libello de demanda es que se declare nulo este matrimonio, por
impotencia relativa de su marido para cumplir plenamente los deberes conyugales y
también por impotencia en ella misma a causa del problema de vaginismo que sufrió
durante el tiempo de su vida común.
10. A las actas del proceso se adjuntan dos certificaciones médicas de los especialistas Juan
CH.F. de la Clínica San Juan y el Certificado del Doctor G. que atendieron la situación de
salud de la actora.
11. El 12 de septiembre de 1972, reunidos en sesión el defensor del Vínculo, el Notario y el
oficial de la causa, se concuerda el dubio en los siguientes términos. “Si consta que el
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matrimonio en cuestión es nulo, sea por la impotencia relativa del varón, sea por la
impotencia de la mujer”.
12. En este proceso declararon ambas partes y tres testigos por parte de la actora, el convento
no presentó testigos.
13. Se anexa también a las actas de este proceso, el informe pericial del Doctor Juan Carlos Cr,
Ginecólogo-Obstetra, cuyas apreciaciones periciales son allegadas al Tribunal de Angers,
el 9 de marzo de 1973.
II. IN IURE.
1. La Doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio desde el concilio Vaticano II,
especialmente en la Constitución Gaudium et Spes (48), lo describe como una “comunidad
de vida y amor conyugal” Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la
íntima comunidad conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los cónyuges,
es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable. Así, del acto humano por el cual
los esposos se dan y se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución
confirmada por la ley divina”… Más adelante la doctrina del Concilio confirma como:
“Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados
por sí mismos a la procreación y a la educación de la prole
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5. Aquí es útil para afianzar el verdadero sentido de impotencia que dirime el matrimonio
citar también la doctrina de este mismo código sobre la doctrina del matrimonio rato y no
consumado el canon 1061: “1061 § 1: El matrimonio válido entre bautizados se llama
sólo rato, si no ha sido consumado; rato y consumado, si los cónyuges han realizado de
modo humano el acto conyugal apto de por sí para engendrar la prole, al que el
matrimonio se ordena por su misma naturaleza y mediante el cual los cónyuges se hacen
una sola carne. § 2. Una vez celebrado el matrimonio, si los cónyuges han cohabitado, se
presume la consumación, mientras no se pruebe lo contrario”.
En este canon se puede determinar que el matrimonio se consuma con la primera cópula de
los esposos Esto comprende la dimensión existencial, jurídica y sacramental de la
consumación. (cf. Derecho Matrimonial Canónico BAC 2007. U. Navarrete, pág. 376).
7. Clases de impotencia: Los autores suelen dividirse la impotencia, por razón del vicio de
donde trae su origen, en orgánica (instrumental o anatómica) o funcional. Es orgánica la
imponencia, cuando falta el órgano o padece lesiones, que alteran su estructura anatómica.
Es funcional, cuando existe el órgano íntegro y normal, pero no puede desarrollar la
función que le ha sido encomendada por la naturaleza, por alguna circunstancia de orden
psicológico o psiquiátrico.
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SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. “Decreto sobre la impotencia que hace nulo el
matrimonio”.
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10. En el parágrafo 1, este canon describe La naturaleza de la impotencia que hace nulo el
matrimonio debe ser: Antecedente: es decir, que el sujeto la padezca en el momento de
contraer matrimonio, ya que una incapacidad para la cópula sobrevenida después de
celebrado el matrimonio obviamente no afecta a la validez. La incapacidad para realizar la
cópula puede ser perpetua o temporal (cf Aznar p. 349). La primera no puede
desaparecer (cf anotaciones circa impotentiam Pierre Brancherau p. 48), por el simple
transcurso del tiempo, o con medios ordinarios y lícitos, sin peligro de la vida o grave daño
para la salud. (sine miracolo vel medio illecito salutis vel sine probabili vitae pericolo aut
sine gravi danno). No obstante, y como es evidente, si antes del matrimonio una
impotencia jurídicamente perpetua desaparece utilizando alguno de esos medios, el
matrimonio celebrado será perfectamente válido.
11. Igualmente es indiferente que sea orgánica (provocada por defecto anatómico), funcional o
psicógena (de origen nervioso o por inhibiciones emocionales), ya sea imputable al varón a
la mujer. Y aunque el c. 1.084 no lo especifica -a diferencia de su antecedente 1.068 del
Código de 1917-, la nulidad del matrimonio se producirá, tanto si es conocida por el
cónyuge no impotente como si es desconocida por el mismo. La impotencia temporal
desaparece naturalmente con el simple transcurso del tiempo por medios honestos y
ordinarios y sin peligro para la vida o quebranto para la salud. La perpetuidad en el sentido
canónico es solo aquella que es completamente incurable.
13. En cuanto a la esterilidad: En el parágrafo 3 hace una distinción de trato jurídico entre la
impotencia (que hace nulo el matrimonio «por su propia naturaleza») y la esterilidad («que
no prohíbe ni dirime al matrimonio»). Sin embargo, el que la esterilidad no sea
impedimento matrimonial no significa que carezca, en todos los supuestos, de fuerza
invalidante del matrimonio. Cabe su relevancia jurídica a través de los cc. 1.084, 3 y 1.090,
es decir, en el capítulo del consentimiento, pues el error en la esterilidad, dolosamente
causado, será uno de los supuestos concretos que pueden viciar jurídicamente el
consentimiento matrimonial.
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14. La capacidad por parte del varón. Para la doctrina es claro que en el acto conyugal la
cópula conyugal por parte del varón en el estricto sentido estricto, debe cumplir tres
requisitos. 1 Erección, 2. Penetración, 3. Eyaculación, 4.Realizado de modo humano….(cf.
Felici. 1.2.1952)… Impotentia (aliquando dictum es impotentia coeundi, seu impotentia
stricto sensu), es incapacitas viri (ac mulieris) ad copulam pefectam perengendum. Copula
ex parti viri tria requirit: 1. Ereccionem membri virilis, 2 penetrationem istius in mulieris
vaginam, 3 ejaculationem 2
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CORAM FELICI, 1.2.1965
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BRANCHERAU PIERRE. ANOTACIONES CIRCA IMPOTENTIA. Anomalías en el hombre y en la mujer
Pág. 48-49.
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20. En una sentencia rotal, coram Brennam del 14 de abril de 1962 (Dec. S.R. Rotae.
Vol.LIV.pág.158) se lee : "Vaginismus primarius causas plerumque habet phyquicas et
confundendus non est cum falso vaginismo, in quo arest spasmus musculorum et nonnisi
"de perturbationibus sensitivis naturae hystericae" agitur .. . Vix differre videtur a falso,
vaginismus qui nuncupatur mantalis consistens in immodica apprehensione dolorum cum
copula coniunctorum et exaggerato eorundem timore ... Vix unquam admitti potest
perpetuitas impotentiae mulieris ex vaginismo primario. A fortiori id dicendum est de
vaginismo falso vel mentali, quippe qui indolem habet praevalentem hystericam”
III. IN FATTO.
1. En la presente causa la Señora Ivona ha presentado una petición a este Tribunal a través
del libello de demanda, para que se declare nulo su matrimonio, contraído con el Señor
Daniel por impotencia relativa de su marido para cumplir plenamente los deberes
conyugales y también por impotencia en ella misma a causa del problema de vaginismo
que sufrió durante el tiempo de su vida común.
2. El matrimonio contraído por la Señora Ivona y por el Señor Daniel, tiene suficientes
elementos expuestos en estas actas para que este Tribunal lo declare nulo. Los hechos que
se han considerado en el escrito de la demanda, en los documentos presentados a este
Tribunal, los testimonios tanto de las partes como de los testigos nos ofrecen elementos
suficientes para considerar que esta unión matrimonial carecía de las condiciones mínimas
para convertirse en una relación estable y duradera que es el objetivo principal de toda
unión conyugal.
4. Es clara que la causal de impotencia del Canon 1084 invocada para dar respuesta a la
petición presentado en el libello por Señora Ivone parte actora en este proceso, está
suficientemente demostrada en cada uno de las pruebas presentadas en las actas de este
proceso.
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Canon 1098§ 1. La impotencia antecedente y perpetua para realizar el acto conyugal, tanto
por parte del hombre como de la mujer, ya absoluta ya relativa, hace nulo el matrimonio
por su misma naturaleza.
6. Esta situación está manifestada de forma muy evidente en las pruebas contenidas en las
actas. En primer lugar en el examen judicial a la actora es claro cuando ella declara:
“Hemos intentado el acto conyugal desde el inicio. Esto hizo que durante los15 primeros
días de vida en común no hubiese relaciones sexuales como pareja (cf. Pág. 2)
7. Los hechos narrados son claros y demuestran que desde el comienzo de la convivencia
conyugal se presenta la imposibilidad tanto en ambos contrayentes para cumplir
plenamente con la cópula conyugal, por parte del marido hay una erección sin completar
la eyaculación seminal.
8. El mismo convento sostiene : “Entre nosotros no hubo ninguna relación sexual, mi esposa
parecía contraída…no hubo emisión seminal…no nacieron hijos, nunca hubo
eyaculación”. Más adelante agrega: “consultamos al médico 15 días después y luego a los
6 meses, nos dijo que todo se debía al cansancio : “No hubo una ninguna relación normal
después del matrimonio, ninguna consumación…
9. Más adelante interrogado por el juez ex officio aclara: Entre nosotros no hubo relación
sexual, no hubo penetración, ni flujo, porque mi mujer parecía contraída. Las afirmaciones
del convento en su declaración judicial ayudan a ratificar que en realidad estas
circunstancias configuraron efectivamente la situación de la impotencia. A la pregunta 12
sobre si ha sostenido experiencias sexuales antes del matrimonio responde que no. Señala
enseguida “..después del matrimonio no hubo ninguna relación normal, ninguna
consumación. Solo después de algún tiempo nos hemos preocupado de esta situación (cf
folio 7, declaración judicial del convenido).
10. En su declaración de los hechos la actora ratifica con sus propias palabras “…Ya desde el
principio hubo discordia en cuanto a nuestra intimidad conyugal, lo cual se agravó con la
dispareunia. Durante los primeros 15 días de la vida en común no hubo relaciones entre
nosotros…..” Esta fue la razón por la cual tuvieron que acudir al Doctor G, a los pocos días
del comienzo de su vida en común, el 29 de abril de 1994. (cf. Memoria de la actora. pág. 2
de las actas, ).
11. A la dificultad del convento para cumplir con la cópula conyugal completa se unió la
dispareunia en la mujer durante los escasos momentos en que se intentó realizar la
relación sexual: “Fuimos al Dr. G. alrededor del mes de agosto, al él le dio un remedio y a
mí una pomada anestésica porque le había dicho que me dolía mucho” (cf. pág. 5 Examen
judicial de la actora).
12. Referente al su problema de vaginismo sostiene que los pocos intentos de intercambio
sexual con su marido fueron muy dolorosos y sin éxito, agravados por la actitud de dureza
y violencia que se fueron haciendo habituales en su marido.
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13. Para corroborar esta situación la actora nos aclara que durante los 7 años de convivencia
hubo 5 o 6 encuentros sexuales con su marido….Para reiterar esta situación declara más
adelante “Yo le pedí los primeros coitos los primeros 8 días pero esto fue sin éxito, aunque
tuvimos cama en común desde la primera noche, pues porte de él no hubo ningún deseo”
(cf. Q. 11 examen judicial a la actora. Folio5)
14. Afirma la actora que durante los 7 años que duró la convivencia fueron muy pocas las
relaciones íntimas que sostuvieron no más de 6. Esta es una evidencia que muestra que
efectivamente el problema de impotencia produjo que los encuentros sexuales fueran
escasos y sin éxito copulativo, lo cual precipitó el matrimonio al fracaso.
15. Has aquí los hechos narrados no dejan lugar a dudas sobre la condición orgánica presente
en ambos contrayentes que en aquel momento en que comenzó la vida como pareja, les
impidió de manera absoluta tener una relación sexual completa. Se puede concluir además
que esta condición no se vislumbró antes de contraer matrimonio porque ellos sostienen
que durante el noviazgo no sostuvieron relaciones sexuales. Así lo deja claro el convento
en su declaración judicial cuando fue interrogado si había tenido relaciones sexuales antes
del matrimonio a lo cual contestó certeramente, No (cf. Examen judicial del convenido,
pág. 7).
16. La doctrina del código a este respecto es muy clara: Canon 1084. § 1. La impotencia
antecedente y perpetua para realizar el acto conyugal, tanto por parte del hombre como
de la mujer, ya absoluta ya relativa, hace nulo el matrimonio por su misma naturaleza. En
este parágrafo 1, este canon describe La naturaleza de la impotencia que hace nulo el
matrimonio debe ser: Antecedente: es decir, que el sujeto la padezca en el momento de
contraer matrimonio, y aquí en esta causa es claro que esta condición estaba presente, al
menos en uno de los contrayentes.
17. Estas afirmaciones demuestran que la pretensión de la actora está plenamente fundada en
la realidad que vivió y nos dan la seguridad que el Señor Daniel parte conventa en este
proceso, presentaba en el momento del matrimonio todas las características de la
impotencia descritas en el En el parágrafo 1, este canon 1098. Este es un primer elemento
que queda plenamente demostrado y que es suficiente para acceder a la petición de la
Actora. (cf C. Anne. 14 Mayo 1963). No se puede refutar el hecho que efectivamente en el
momento del matrimonio esta dificultad estaba presente.
18. Para fundamentar con mayor claridad esta pretensión de la actora se hace necesario
demostrar que el convento padecía un verdadera impotencia capaz de hacer nulo su
matrimonio, por ello es útil citar algunos las declaraciones de los testigos y las
certificaciones médicas que contienen en las actas de este proceso:
19. El propio convento señala: “consultamos al médico 15 días después y luego a los 6 meses,
nos dijo que todo se debía al cansancio…Después de la separación el médico me dijo que
todo provenía de los nervios y que quizá la insuficiencia sexual provenía de la
insolación…Después de estos tratamientos siempre se daba la erección pero no la
eyaculación”. Una y otra vez afirma que efectivamente no hubo emisión de semen”.
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20. Los primeros exámenes realizados a la Señora Ivona por los especialistas Juan CH.F.G, de
la Clínica San Juan y el Certificado del Doctor G. cuyas certificaciones médicas se
adjuntan a las actas del proceso demuestran la situación de salud de la actora poco después
del matrimonio.
21. El primero de ellos certifica que el himen de ella no estaba roto y el segundo médico
certifica un síndrome funcional de hipogenitalismo en el varón que le impedía tener
erecciones normales con lo cual queda claro que no hubo una verdadera penetración y
mucho menos una eyaculación dentro de la vagina de la mujer.
22. La doctrina canónica es clara al afirmar que para que existe una verdadera cópula conyugal
se requieren 4 elementos: erección del pene, penetración, eyaculación, dentro de la vagina
además este acto realizado de modo humano (cf. Felici. 1.2.1952). En el caso de estos
esposos los testimonios y las situaciones descritas en las actas a este respecto son
suficientes para demostrar que su relación conyugal careció de la mayoría de estos
elementos.
23. Luego agrega que desde el comienzo intentaron sostener relaciones sin éxito por lo cual
acudieron al médico. Con sus propias palabras ratifica lo descrito en este punto:
“”….intentamos 6 o7 veces durante los 7 años de nuestra vida en común realizar el acto
conyugal pero sin éxito… a Daniel solo le interesaban las cosas materiales…su única
preocupación era el dinero, la ganancia.
24. Es importante el valioso testimonio del Dr. G, como una persona idónea y digna de
credibilidad, quien el 25 de mayo de 1972 certificó que atendió a los esposos en su
consultorio: “El 29 de abril de 1944 y el 13 de noviembre del mismo año recibí en mi
consultorio al Señor y a la Señora…en aquel entonces presentaba un síndrome funcional de
hipogenitalismo con erecciones mediocres, es decir incompletas y espaciadas en el tiempo,
por lo que era incapaz de tener relaciones sexuales normales y completas, a pesar de que
no presentaba anomalía en su aparato genital.
25. Esta declaración por el tiempo en el que se dio constituye una prueba clara de la situación
que a los pocos días del matrimonio estaba viviendo la pareja y su imposibilidad que hasta
ese momento habían presentado.
27. En la declaración de los testigos todos de manera unánime advirtieron sobre todo el padre
de la Actora que fue extraño el hecho de que no tuvieran hijos por eso como dice este
testigo “estoy firmemente persuadido que no fue consumado..”, aunque nunca escuchó
nada sobre el deseo de la prole y menos sobre la infecundidad de este matrimonio, ni los
tratamientos médicos a los que se sometieron..”.
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28. Ahora detengamos en la prueba pericial, el perito designado por el tribunal el Dr Juan Cr.
encontró como evidencia de su análisis realizado muchos años después de la separación de
los esposos a la conventa las siguientes evidencias. Declara que “Por tanto no se puede
decir que el varón haya sido impotente, sino solo relativamente. Estima además que en la
mujer no pudo haberse dado la impotencia….
30. Esta pericia realizada tanto tiempo después de la separación no nos puede ofrecer una
prueba contundente porque como ratifica el mismo perito indica: “Sería valioso que para
saber con claridad sobre la impotencia relativa del marido se pudiese conocer como se
lleva con ella, (la mujer con quien ahora vive) y si su impotencia se relaciona con esta
misma.
31. Finalmente es oportuno agregar otros elementos que también confluyeron para que en la
relación conyugal de estos esposos se configurara la impotencia, como es la formación
religiosa de aquella época un tanto rígida y la inexperiencia sexual de ambos contrayentes,
que pudo también crear un bloqueo de tipo psicológico, es el perito de la causa el que en
este punto habla de una ignorancia verdadera en ambos cónyuges en el tiempo del
matrimonio. (cf. Actas folio 14).
32. De su situación religiosa habla en convento cuando en la carta de respuesta al oficial del
tribunal señala: “En el orden espiritual en nuestro matrimonio hubo una unión perfecta,
pero en el orden sacramental verdaderamente nunca existió. La causa se debe a 1) la
perfección misma de esta unión espiritual, la educación mística que no prepara en lo más
mínimo para el matrimonio 2) La incapacidad física temporal, 3) Las circunstancias entre
ellas la guerra, la familia, la educación y la herencia y la falta de iniciación absolutamente
impensable en aquella época en los cónyuges. (cf. Actas Folio 15).
CONCLUSIÓN
Honorables señores jueces de este Tribunal los elementos anteriormente expuestos
permiten demostrar que hay muchos elementos suficientemente acaecidos en la vida de
estos esposos y contenidos en las actas de este proceso para que ustedes se pronuncien a
favor de la petición de la actora, es decir pido que se pronuncien a favor de la nulidad de
este matrimonio por la causal de impotencia relativa en uno o en ambos contrayentes.
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