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2. AUTOAPRENDIZAJE
3. PARTICIPACION ACTIVA
4. COAPRENDIZAJE
◆ Ley de la Primacía:
Las primeras impresiones son las más duraderas, por ello son tan importantes las pri-
meras reuniones. Al comenzar el curso, es conveniente que el capacitador analice
junto a los participantes el interés que tienen en el mismo dándoles la oportunidad
de discutir la necesidad que ellos tienen de tomar esta capacitación. Para esto, duran-
te la primera etapa incluimos algunas actividades específicas acerca de las expectati-
vas de los participantes y el grado de compromiso que pueden asumir.
◆ Ley del ejercicio:
Cuanto más a menudo es repetido un acto, más rápidamente se establece un hábito.
La práctica hace la perfección, siempre y cuando dicha práctica sea la adecuada. Prac-
ticar lo erróneo también se hace hábito, y luego es muy difícil de eliminar. El capaci-
tador debe asegurarse de que los participantes se ejerciten correctamente en algunas
competencias básicas, como la gestión de redes, la búsqueda constante de informa-
ción y el estar atento a detectar oportunidades en el entorno.
◆ Ley de intensidad:
Una experiencia de aprendizaje vívida, dramática o excitante es más fácil que sea
recordada que una experiencia rutinaria o aburrida. Esto no implica que la reunión se
transforme en un circo, sino que el capacitador tenga la habilidad de mantener ani-
mados a los participantes por medio de ejemplos concretos y otros medios auxiliares
que hagan que el aprendizaje sea intensamente real. Muchas actividades incluidas en
el curso tienen como objetivo producir un insight positivo en los participantes, de
modo tal que puedan replantearse paradigmas y estructuras de pensamiento rígidas.
BLOQUEOS AL APRENDIZAJE
Vinculados con las leyes del aprendizaje existen sentimientos, emociones y actitudes en
los participantes que pueden ser bloqueos al aprendizaje.
Algunos de estos bloqueos no pueden ser controlados por el capacitador, pero los
siguien- tes sí pueden serlo y en muchos casos la causa misma del bloqueo es la forma en
que el capacitador coordina al grupo. Veamos algunos de estos y sus causas:
◆ Aburrimiento:
El trabajo puede ser demasiado fácil o demasiado difícil. El capacitador puede haber
fracasado en motivar a los participantes o en mantener su atención.
◆ Desinterés:
Los participantes pueden sentir que el tema es presentado de un modo excesivamen-
te teórico, poco relacionado con la realidad en la que viven y trabajan.
◆ Inutilidad:
Pueden preguntarse silenciosamente “y esto… ¿para qué me sirve?” y no
encontrar respuestas válidas en el Capacitador.
◆ Confusión:
El capacitador puede crear confusión por presentar demasiadas ideas o superponer
ideas complejas. Enunciados contradictorios, consignas confusas o poco claras, inade-
cuada correlación de temas, o el fracaso en relacionar un elemento con otro puede
también confundir a los participantes.
◆ Irritación:
Amaneramiento fastidioso del capacitador, relaciones humanas pobres, interrupciones
o demoras. El capacitador humilla a los participantes, no los escucha ni los deja par-
ticipar por su "status" supuestamente superior.
◆ Miedo:
Temor al fracaso, al ridículo o ser herido en el amor propio. Si el capacitador amones-
ta o critica de manera recurrente a algunos participantes, estos seguramente dejarán
de participar. Es importante asegurarse que cada participante muestre algún éxito en
cada reunión y es importante además estar atento a aquellos participantes que parti-
cipan menos, llamarlos por sus nombres e incitarlos a dar su opinión de manera
expre- sa cuando se generen espacios participativos.
EL ESPACIO FÍSICO
Es conveniente poder contar con un salón destinado a cada curso donde se puedan dejar
fijados a la pared los papeles afiche con las conclusiones que se vayan produciendo
duran- te las reuniones, así como algunos elementos que deberían permanecer de
manera perma- nente (el "baúl de temas", las reglas consensuadas de funcionamiento
interno, los esque- mas de evaluación delta/plus, etc.).
Prepare el lugar de reunión, es necesario que todos se puedan ver y oír. Para esto se
deben colocar las sillas en "U" o semicírculo para facilitar el intercambio de opiniones.
Evite la disposición tipo “platea” de cine o teatro, tradicional en la educación formal,
donde todos se ven la nuca y solamente lo ven a usted de frente. Esta disposición no
ayuda a generar aprendizajes entre los participantes ni a que participen activamente.
El tamaño de la sala deberá permitir también la distribución del grupo en varios equipos
de trabajo más pequeños, con suficiente espacio de separación como para que no se
molesten entre sí.
Anímese a cambiar la disposición de las sillas y mesas de trabajo varias veces en una misma
reunión, si fuese necesario por las dinámicas que se proponen. También anímese a romper
el protocolo y, si las condiciones climáticas lo permiten, realizar algunas actividades al aire
libre. Por ejemplo, en el momento en que se debe trabajar en subgrupos, proponga que
algu- nos de estos subgrupos salgan a trabajar a algún patio, jardín o parque que haya
dentro del ámbito de las instalaciones que se están utilizando. Estos cambios de espacio,
refrescan la atención de los participantes sin tener que resignar tiempo a un recreo.
l Pedirles que seleccionen un artículo (tal como un juguete pequeño, un objeto en color,
etcétera) de una caja, canasta o sombrero, y luego pida a las personas con objetos
similares que formen un grupo.
l Pedirles que seleccionen una carta de la baraja y luego pedir a las personas con el
mismo palo que formen un grupo.
l Pedir a los participantes que cuenten hasta el número de grupos que usted desea y
luego indicar a todos los uno, dos, tres, etc. que formen un grupo.
l Poner etiquetas engomadas en las etiquetas del nombre de cada persona y luego pedir
a las personas con la misma categoría de etiqueta engomada (por ejemplo, animales,
flores, gente) que formen un grupo.
Puede que algunos métodos, tal como el colocar un número en la parte de abajo de cada
silla, dificulten determinar el número exacto de gente en cada grupo, especialmente si
no todos los asientos están ocupados
Los subgrupos pueden realizar su trabajo de manera más eficaz cuando sus integrantes
desde un principio seleccionan un anotador para escribir los puntos clave discutidos y las
respuestas a las preguntas, un cronometrador para asegurar que están contestando
todas las preguntas en el tiempo asignado, y un relator para presentar las respuestas del
subgrupo al grupo completo. Prevenga a los subgrupos varios minutos antes de que se
les acabe el tiempo para ayudarlos a manejar su tiempo y concluir las tareas.
Los informes de los subgrupos —es decir, la porción de la actividad en que los subgrupos
informan al grupo completo—, fácilmente pueden convertirse en algo tedioso para el
resto del grupo. Aliente a los subgrupos y a sus relatores a ser concisos, enérgicos y
creativos en sus ponencias.
Facilite los informes con diplomacia, por ejemplo, motivando a los relatores que se
extienden mucho a que procedan a la próxima respuesta de su subgrupo, aplazando las
preguntas y comentarios del grupo completo hasta que todos los subgrupos hayan dado
sus ponencias.
Cómo separar las identidades de los personajes en los juegos de roles y representaciones
Una de las primeras actividades al inicio de cada día del curso de capacitación, es el
ejercicio de rompehielo. Tiene una variedad de propósitos, tales como lograr que las
personas se familiaricen unas con otras y que interactúen más entre sí, crear afinidad y
presentar los temas de capacitación para el día. El grupo encargado de los ejercicios de
rompehielo para el día debe repasar las opciones disponibles en la carpeta de ejercicios
de rompehielo y escoger el que sea más apropiado para ese día del curso. Por ejemplo,
el ejercicio de rompehielo para conocerse mejor es adecuado para el primer día del
curso, mientras que el ejercicio de rompehielo “transferencia de habilidades”
probablemente funcione mejor hacia el final del curso. Los integrantes del grupo de
tareas deben discutir juntos lo que consideran ser el ejercicio de rompehielo más
apropiado para el día que les fue asignado y por qué, y luego deben prepararse para
dirigir al grupo durante el ejercicio de rompehielo al día siguiente.
Actividades de animación:
Por lo general, éstas son actividades más físicas que aumentan el nivel de energía de un
grupo cuando está disminuyendo. Suelen realizarse por la tarde, pero son apropiadas
siempre que sean necesarias. Las actividades de animación no sólo son juegos
divertidos, sino que siempre cumplen un propósito en el proceso de aprendizaje. El
grupo encargado de las actividades de animación del día debe repasar las opciones
disponibles en la carpeta de actividades de animación y escoger la más apropiada para
ese día del curso. Puede estar relacionada con la materia del curso de ese día o con el
nivel de energía que se espera para ese punto en el ciclo de capacitación. El grupo de
tareas debe escoger su actividad de animación y luego estar preparado para dirigirla en
el momento adecuado durante el curso, determinando cuándo la energía está baja y la
actividad es más necesaria. El grupo debe preparar los materiales necesarios y practicar
de antemano.
Evaluación diaria:
Realizada al final de cada día, la evaluación diaria es una forma de ayudar a los
capacitadores a obtener retroalimentación de los participantes respecto a las actividades
del día y de ayudarlos a ajustar el curso según sea necesario para los días restantes. La
evaluación diaria puede vincularse a la materia específica del día, o puede ser una
retroalimentación más amplia y abierta. El grupo de tareas escoge la evaluación, dirige la
actividad y luego compila los resultados y se los da a los capacitadores antes de que se
vayan al final del día.
Logística:
Entre las funciones de este grupo figuran llevar el control del tiempo, asegurar que los
muebles y el equipo del salón estén configurados adecuadamente, y asear el salón a lo
largo del día para promover un ambiente de aprendizaje productivo. Este grupo de
tareas debe determinar cómo monitorear el tiempo e informar a los capacitadores y
grupos cuando se les esté acabando el tiempo y cuándo debe concluirse una sesión. Por
ejemplo, ellos pueden preparar tarjetas con avisos de tiempo (“faltan cinco minutos”)
para los facilitadores. También deben hacer arreglos para configurar el salón conforme a
las necesidades de los capacitadores, ayudar a mudar los rotafolios y el equipo, según
sea necesario, durante el día, y ayudar a recogerlos después de los recesos o al final del
día. El grupo puede discutir cómo asegurar que se maneje la logística durante su día, por
ejemplo asignar funciones específicas a determinadas personas en el grupo.
Explique que debe llegarse a un acuerdo mutuo respecto a las normas del grupo y que
éstas:
- Establecen directrices sobre cómo el grupo trabajará en conjunto.
- Crean un ambiente de aprendizaje seguro y respetuoso.
- Permiten que las tareas se lleven a cabo de manera eficaz.
Fije en la pared el papel de rotafolio: Normas del grupo. Lea las normas citadas.
- Cuelgue la lista en la pared donde todos la puedan ver y explique cómo se utilizará a lo
largo del curso de capacitación:
- Designe y rotule una caja o canasta como la “Caja de sugerencias.” Coloque las tarjetas
y plumas al lado de la caja de sugerencias. Invite a los participantes a escribir
comentarios en las tarjetas y colocarlas en la caja a lo largo del curso de capacitación.
- Al final del día, reúnase con los otros capacitadores para discutir la sesión de
capacitación del día, qué les fue bien y qué necesita mejorar. Lea las tarjetas en la caja de
sugerencias, la retroalimentación informal proporcionada y los resultados de la actividad
de evaluación diaria. El Formulario de informes de los co-capacitadores se encuentra en
el Apéndice 10 del manual de referencia.
- Recuerde a los participantes que al final del primer día, los capacitadores facilitarán la
actividad de evaluación, pero al final de cada día siguiente, el grupo del reloj de tareas
designado para cada día facilitará la actividad de evaluación de ese día.
Nota a los capacitadores: Si en algún momento durante el curso usted detecta que uno
de los participantes no está acatando las normas del grupo, puede parar la discusión o
actividad, pedir a los participantes que repasen las normas del grupo, y recordarles que
al inicio del curso todos accedieron a acatarlas.
Prepare un rotafolio de antemano con algunas que usted considera ser las normas más
importantes del grupo. Deje espacio en la parte inferior del papel para que los
participantes contribuyan normas adicionales. Asegúrese de que todos los participantes
accedan al inicio del curso a acatar las normas que establezcan. Pida a los participantes
que se monitoreen entre sí y monitoreen al grupo y que se comprometan a plantear
inquietudes si creen que no todos están acatando las normas. Las normas del grupo
facilitan el aprendizaje eficaz de todos los participantes.