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– La Venganza de Hipatia
La Venganza de Hipatia
2 octubre, 20164 diciembre, 2016
Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica
de imbéciles?
Hace un tiempo leí un libro de Susan Blackmore en el que argumentaba que aquello de alcanzar el nirvana era algo
casi imposible. Lo es porque el cerebro humano nunca se detiene, ni cuando dormimos
(h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/02/13/la‑ciencia‑de‑cuando‑dormimos/), ni cuando creemos estar
pensando en nada: siempre está elucubrando, lanzando ideas peregrinas o resolviendo problemas. Lo cierto es que
el cerebro no detiene su incansable actividad y la mitad del tiempo está teniendo ideas estúpidas y extravagantes
sobre posibilidades remotas, o ardientes pensamientos sexuales —a mí en clase me pasaba mucho… bueno, en
realidad me pasa todo el día; si estás conmigo más de media hora seguramente comenzaré a pensar mientras me
hablas en cómo sería montármelo contigo. Hay varias explicaciones a esto. La que ofrece Blackmore es que ello
maximiza las posibilidades de tener buenas ideas, porque por pura probabilidad habrá algún diamante entre la
montaña de bizarradas que pensamos todo el rato. Es una especie de selección darwiniana de ideas espontáneas que
se une a los razonamientos explícitos y bien encaminados que tenemos habitualmente. House lo ejemplifica, ¿no? Ya
podía poner al rubiales y a Olivia Wilde a hacer mil pruebas que la solución siempre le llegaba de súbito mientras
estaba torturando a Wilson o colocado de vicodina en alguna reunión aburrida. También se han ofrecido
explicaciones apelando a esto para cuando tenemos un deja vú, pero eso ya es otra historia.
¿Se relaciona lo que acabo de decir con la posmodernidad? Sí, pero ya llego ahí, no me seáis cagaprisas. Para ello
tengo que apelar a otra científica: Susan Pinker. Pinker habla en La paradoja sexual —un libro que recomiendo
encarecidamente a toda persona que se interese por el feminismo— acerca de Larry Walters, que un buen día decidió
atar 45 globos de helio a una silla de su jardín, pillarse unas cuantas birras y algo para picar, y volar a 4,600 metros
de altitud desde San Diego hasta Los Ángeles —donde lo detectaron los radares del aeropuerto y no me quiero ni
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de altitud desde San Diego hasta Los Ángeles —donde lo detectaron los radares del aeropuerto y no me quiero ni
imaginar la cara de los controladores aéreos. Cuando le preguntaron a Larry en una entrevista posterior acerca de
por qué lo hizo, dijo algo así como “porque era un sueño y porque estaba aburrido”. Pinker lo cuenta para introducir
la evidencia que apunta a que los hombres asumimos muchos más riesgos en nuestras decisiones y hacemos
auténticas gilipolleces cuando nos aburrimos —y basta con echar un vistazo a youtube para confirmar la idea—, en
contraste con la prudencia femenina —lo que en la terreta llamamos ‘tenir trellat’. La explicación biológica
(h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2015/08/23/mujeres‑y‑hombres‑entendiendo‑las‑diferencias/)
consiste en que los hombres ganamos mucho evolutivamente con la toma de decisiones de alto riesgo al
reproducirnos al por mayor y ser bastante más prescindibles para la especie que las chicas, aunque eso tampoco
importa ahora. Con toda esta información en la mano ya puedo ofrecer una caracterización del perfil intelectual de la
filosofía posmoderna como una pájara mental espontánea propia de occidentales aburridos. La posmodernidad no es otra
cosa que un grupo de personas suficientemente aburridas como para decidir huir de los datos, la razón, lo
comprensible y otras cosas que podríamos valorar. Algo que puede resultar épico e inspirar alguna peli, pero que no
demanda ningún respeto intelectual por nuestra parte.
Si bien es cierto que hay prefiguraciones, como Nie埋�sche o Dilthey, y que gente como Heidegger, Foucault, Lacan y
Khun sentaron importantes precedentes, el movimiento posmoderno propiamente dicho nace en 1975 con La
condición posmoderna de Lyotard. De hecho, el propio Lyotard es una de las glorias de la posmodernidad junto a
autores como Deleuze, Kristeva, Irigaray, Derrida, Zizek, Baudrillard o Rorty, este último uno de los más venerados.
El epicentro original fue Francia, donde aún hoy en día es la tendencia intelectual dominante —que ya se sabe lo de
los franceses—, para después extenderse a otras zonas del occidente más rico, especialmente a Estados Unidos,
donde la gabachada hizo buenas migas con la New Age y existen universidades enteras infestadas de esta gente,
como la tristemente célebre Universidad de Duke. En nuestro contexto los principales focos de posmodernidad están
en países latinoamericanos como Argentina o México, países con economías más potentes que el resto de la región y
con la posibilidad de generar gente aburrida y acomodada con tiempo suficiente como para posturear y pensar en
tonterías intrascendentes o inventadas.
En España, felizmente, lo posmo va en retroceso con el pasar del tiempo, quizás
porque aquí las políticas de investigación están fuertemente encaminada a la ciencia
y el cine cutre se lleva todas las subvenciones de cultura, así que desde hace ya un
tiempo esta clase de cosas se ven con recelo. Ellos se quejan siempre, pero, joder,
Dios bendiga al MECD por ello, porque no los he tenido que sufrir mucho. O,
bueno, mejor dicho sí, pero no a los cabeza de cartel sino a los cachorros, una gente
que nunca acabó la carrera y que se pasaba el día perdiendo el tiempo en los bares
de detrás de la facultad. La gente que trabaja estas cosas en mi entorno habitual,
profesores y demás, son gente encantadora con la que hoy en día me llevo a las mil
maravillas. Pero no es así en todos lados. Hice una estancia en EEUU hace un
tiempo y ahí sí noté la dureza de la posmodernidad más descerebrada. No hice un
solo amigo en la facultad, les decía que era filósofo de la ciencia y se interesaban,
pero cuando descubrían que no trabajaba en tonterías raras
(h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/08/17/guia‑para‑evitar‑la‑
filosofia‑de‑la‑ciencia‑mierder/) se daban la vuelta y se iban sin más. Especialmente
desagradable fue un tipo que hacía la tesis sobre algo que nunca llegué a entender y
Un posmo de verdad no se
que siempre iba por ahí con una botella de alcohol a medias y una guitarra, u otro saca fotos sin pipa, fular y los
tío que se enfadó cuando le di dos besos a una becaria al saludarla —a ella le dio
ojos entrecerrados.
igual— y una doctoranda de estudios queer —cuyo trabajo me gustó mucho la
verdad— que me echó una bronca descomunal porque me subí al ascensor
despreocupadamente quedándonos los dos solos —lo cierto es que me habían dado un papel al llegar para
advertirme de que no lo hiciera, en el que también me prohibían ir por los pasillos con las manos en los bolsillos…
en fin, que lo que está pasando en EEUU es bien loco.
La principal consigna de la posmodernidad es su ruptura con los valores ilustrados
(h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2015/10/01/ciencia‑e‑izquierda‑un‑matrimonio‑mal‑avenido/). La
ilustración es la madre de la civilización occidental tal como la conocemos, un periodo histórico de increíble lucidez
intelectual en la que se rechazó la religión, el nacionalismo, las desigualdades ante la ley y la superchería,
reivindicando la ciencia, la democracia representativa y la separación iglesia‑estado. La posmodernidad supuso
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reivindicando la ciencia, la democracia representativa y la separación iglesia‑estado. La posmodernidad supuso
romper con todo eso, alejándose de lo que consideraban ‘la tiranía de los datos’ y adentrándose en un escepticismo
radical sobre todo y sobre todos. Gianni Va埄�imo la define como una corriente de pensamiento a la que no le interesa
el mundo real, sino únicamente las interpretaciones que se puedan hacer de él. El gran relato ilustrado fue
encumbrar a la razón, a la ciencia y a la libertad, pero los posmodernos lo consideran un relato más entre muchos
otros. Es decir, el mundo para un posmoderno consiste sólo en un montón de relatos diferentes entre los que no
existe jerarquía alguna. Las consecuencia directa de esto es clara: el intelectual no debe creerse ninguno de esos
cuentos, desprendiéndose de todo compromiso y de todo valor. Por ello la posmodernidad es radicalmente
relativista y constructivista. Es relativista porque no cree que exista la verdad, sólo relatos que son verdaderos en el
sentido de ser verdades para sus adeptos, y constructivista porque consideran que los hechos en los que creemos
han sido construidos por la sociedad a la que pertenecemos.
Su máximo exponente, Rorty, lleva estas ideas hasta el extremo en su
neopragmatismo. Existe un constructivismo moderado y razonable
dado que es verdad que los hechos se pueden interpretar, y también es
verdad que hay diferentes formas equivalentes de hablar sobre lo
mismo. Por ejemplo, si tengo 4 círculos podré decir que tengo 4
objetos, aunque también podré decir que tengo 7 si defino ‘objeto’
como sumas de circulos; pero, joder, que hay 4 círculos en el papel es
un hecho objetivo y decir que tengo 3 avestruces es erróneo. Pues para
Rorty no, para Rorty también los hechos son construidos por nuestra
forma de hablar. Para él el mundo no es más que una maraña de
Sacarse fotos haciendo morritos también es
conceptos inventados en el que lo verdadero y lo falso se definen
una opción muy posmo.
únicamente en relación a esa red socialmente compartida —en
realidad a Rorty se le fue la cabeza después de leer al segundo
Wi埄�genstein, que explicaría todo esto diciendo que no conocemos cosas, nos limitamos a comprender el mundo,
definido como los juegos del lenguaje en los que estamos inmersos. Estas ideas llevan a los posmodernos hasta
posturas surrealistas que uno lee y no sabe si reír o llorar. Por ejemplo, un grupo de investigadores descubrió que
Ramsés II había muerto de tuberculosis, pero Latour apareció para negar taxativamente que ello fuera posible,
afirmando que “¿cómo habría podido morir a causa de un bacilo que fue descubierto por Robert Koch en 1882?”. Él
y los suyos tienen la mente tan jodida que piensan que Koch no descubrió una bacteria que ya existía antes que él,
sino que “antes de Kock, el bacilo no tenía existencia alguna”. Decir que murió de tuberculosis les resulta tan
anacrónico como decir que murió de sobredosis de ketamina en el baño de la discoteca Cocoloco de Gandía.
El problema básico de su epistemología es que no separan las cosas
que sí son construidas por las sociedades —el dinero, los sistemas
políticos o las bicicletas— de las cosas que no lo son —moléculas,
jirafas o los efectos de la aspirina. El segundo problema es suponer la
relatividad extrema entre relatos, asumiendo que la ciencia, la
mitología, la pseudociencia y la religión son equivalentes, o la
democracia y los regímenes totalitarios, u Oasis y Blur —hay que estar
realmente roto para esto último. Esto los lleva a tener una actitud
tremendamente pusilánime y acrítica que los convierte en seres vacíos
y faltos de compromiso, sosteniendo un discurso que, además de no
importarle una mierda a nadie por contraintuitivo e inútil, resulta
extremadamente peligroso. Porque ahí donde hay un incauto siempre
hay un hijo de puta para aprovecharse de él, y con la legión posmo
han hecho su agosto muchas personas de muy escasa valía moral Hay dos clases de personas: la chusma que
(h埄�p://www.magufos.com/2016/08/progresismo‑locacional‑la‑ no sabe posar y Derrida.
izquierda‑que.html). Hasta aquí he trazado la relación entre el
escepticismo extremo y la actitud irracionalmente pasota y
anticomunicativa de los posmos, pero cabe preguntarse, ¿por qué, entonces, apoyan abiertamente relatos como
ciertas pseudociencias, feminismos extremistas o les ha dado por celebrar barbaridades orientales o musulmanas?
Bueno, esto ya no forma parte del corpus de ideas propiamente posmodernas, pero es el resultado de combinarlas
con la naturaleza humana.
El escepticismo radical no sólo es lógicamente insostenible, sino que es
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El escepticismo radical no sólo es lógicamente insostenible, sino que es
humanamente impracticable —¿le daría igual a un posmoderno subirse a un
Boeing que a un avión diseñado a partir de la física de la Biblia y bendecido por el
Papa? Lo es porque el ser humano es un animal que genera creencias sobre el
mundo, es nuestra naturaleza. Nadie puede ser objetivo —de hecho, los métodos
de la ciencia no son más que una forma de evadir este problema. Ellos también
necesitan aferrarse a relatos, no pueden ser equidistantes aunque quieran. Pero,
claro, la magia de su postura es que pueden elegir el que les apetezca. Total, viven
en las nubes y se pasan las enciclopedias por el forro. Con los años cada vez tengo
más claro que al mundo lo mueven 3 cosas: el dinero, el odio y el follar. Sobre lo de
follar no me voy a alargar porque… en fin, intentad ligar con un libro de Denne埄�
en la mano y después hacéis lo mismo con uno de Derrida, y ya me contaréis. El
relato posmoderno ha dado mucho dinero, acceso a muchas plazas, se han vendido
millones de libros sobre esto y defender estas ideas, lamentablemente, te da mucha
más fama —inmerecida— que decir cosas coherentes, ser un divulgador o llorar
sangre aprendiendo neurobiología del desarrollo
(h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/09/01/cosas‑del‑sistema‑ Tienen gatos y muchos libros.
nervioso‑1‑del‑condon‑roto‑al‑bebe/). A lo mejor hasta te sacas unos buenos euros
de psicoanalista (h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2015/08/18/el‑
psicoanalisis‑ni‑ciencia‑ni‑terapia‑2/), que es una salida muy común entre ellos. Es un discurso sencillo por simplón
y que llama la atención, con lo cual es un negocio excelente si eres un caradura y/o no eres muy listo. Le dice a la
gente lo que quiere oír y, en ese sentido, basa su éxito en lo mismo que cualquier populismo.
Por otro lado, la posmodernidad es una enorme fuente de odio, especialmente de autoodio. Te permite odiar a la
sociedad en su conjunto, negar los hechos que no te gustan, odiarte a ti mismo —algo que le encanta a ciertas
personas— por los relatos que has asumido en el pasado y odiar a todos aquellos que no piensan como tú, porque
nadie tiene razones o evidencias que susten esas posturas que no te convienen. Vas a poder disfrutar
desaforadamente de todos tus nuevos complejos poscoloniales, olvidar que tus problemas son tuyos y odiar todo lo
que haces, porque todo lo que haces, y, sobre todo, todo lo que hacen los demás, son claros reflejos de lo patriarcal,
racista, tiránico, homófobo, clasista e islamófobo que es occidente. Al fin y al cabo, lo fríos números son mentiras y tú
tienes la razón. Seguro que encuentras alguna cita de Nie埋�sche o algún pasaje ininteligible de Lacan lleno de
ecuaciones sacadas de contexto que justifique tu prepotencia, endiosamiento y tu forma hipócrita de juzgar a los
demás. Porque, recuérdalo siempre: aquí lo que importa es interpretar. No tienes que estudiar, basta con que sepas 3
datos, que puedes retorcer como te de la gana porque son invenciones, e interpretarlos también como te de la gana.
Lo más normal, como es de esperar, es que los posmos inventen relatos que (1) los encumbren como los mejores de
entre nosotros, (2) los conviertan en víctimas de algo —cosa con la que pueden pedir un trato especial y sentir que
sus problemas son culpa de los demás—, y que (3) los conviertan a ellos y sólo a ellos en los redentores de la
humanidad. Eso es lo que hacen, básicamente, las versiones posmodernas de la antropología, los estudios raciales,
coloniales, feministas, políticos, etc.
Todo lo dicho los lleva a quedarse con el relato que más les permita
posturear y encumbrarse como Mesías de los más débiles —que da
igual que lo sean en realidad o no, lo que importa es que lo parezcan
dentro del relato. Por influencia de la escuela de Frankfurt la
posmodernidad entiende de una forma disparatada que la ilustración
tuvo como desarrollo natural el régimen nazi —sí, creen que Kant y
Voltaire fueron protonazis…—, considerando que en ella está lo más
execrable del ser humado y considerándola una forma de razón
totalitaria muy peligrosa. Por eso hay que defender relatos
alternativos que puedan hacerle frente, que ya da igual que sea el ISIS,
el comunismo,
(h埄�ps://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2015/12/27/el‑estatus‑
Baudrillard no tenía gato, pero tenía un
pseudocientifico‑del‑comunismo/) el indigenismo u orientalismo más
maniquí. Da miedo pensar en ello.
alocado o demás chaladuras de ese tipo. Un posmoderno siempre se
subirá a cualquier tren alternativo por propia definición, da igual lo
peligrosas o dañinas que sean esas ideas: lo alternativo siempre será mejor que los malvados occidentales ilustrados
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peligrosas o dañinas que sean esas ideas: lo alternativo siempre será mejor que los malvados occidentales ilustrados
con sus democracias y sus telediarios y su internet y su libertad y su igualdad y su tolerancia, que eso sí que es
retorcido y alienante.
Sin embargo, ellos disfrutan de todas esas cosas. Lo cierto es que, de hecho, y esto lo digo por experiencia propia,
ellos lo disfrutan más que la media. Aún recuerdo a un tío que estudiaba conmigo la carrera y que se pasaba todos
los días en un bar escribiendo cosas ininteligibles contra el sistema sobre la base de las ideas de Deleuze. Ahora, iba a
clase en un Golf que olía a nuevo y las vacaciones carísimas no se las quitaba nadie. Otro, todavía más radical, tenía
un chalet enorme con piscina climatizada y hacía comentarios racistas bastante locos después de un par de cervezas.
Es vomitivo ver a alguien quejarse continuamente del sistema mientras representa lo peor de él. Y es que la
posmodernidad es un producto perfecto para todos estos pijoprogres al permitirles victimizarse y sentirse aún más
especiales. Resulta inverosímil pensar que estas ideas surjan en un país pobre en el que lo que interesa es progresar,
reducir la mortalidad infantil, comer todos los días y esa clase de cosas que Derrida y Rorty considerarían
insignificantes al lado de un buen relato sobre el sexo de los ángeles. Porque sobrevivir y preocuparse es de pobre.
La existencia de la posmodernidad no deja de decirnos que vivimos en un mundo tan desigual que mientras unos
luchan por sacar adelante a una humanidad que lo pasa francamente mal, existe una casta de niños caprichosos que
se aburren con sus juguetes caros mientras se dedican a atarse a globos para así olvidarse de todos esos problemas
reales que tan antiestéticos y molestos les resultan.
Por Angelo Fasce
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Publicado en Escepticismo, filosofía, pensamiento críticoEtiquetado como filosofía, posmodernidad33 comentarios
33 comentarios en “Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es
una fábrica de imbéciles?”
ORLANDO DICE:
2 octubre, 2016 a las 7:44 pm
1. No me gustó tu artículo, creo que haces apología de la falacia de la ridiculización, sobra decir que no hay mucho
rigor y que también hay una falacia de la generalización en cuanto universalizas algunas de tus experiencias y la
lectura, por llamarle de alguna manera, que quien has conocido le ha dado a esos filósofos. Me parece que una
relación tan ridícula como la que ejemplificas se pudo ver en muchas épocas, ahí está el ejemplo del libro
Candido de Voltaire sobre la parte extravagante de los supuestos lectores de Leibniz; de igual manera en la Edad
Media, había una ausencia de masa crítica, lo mismo en la “última” modernidad se le podía ver a un marxista
alcoholizado a tope en un bar de mala muerte.
Me tomo la molestia de comentarte porque hablas de filósofos a cuya lectura me aboco;Nie埋�sche, Deleuze,
Lacan. Considero que alguien que realice lo que, propiamente, se puede llamar una lectura, sobre estos autores,
no puede caer en el relativo‑amo que mencionas, Deleuze es un contemporáneo de todos los tiempos, sobre todo
de la modernidad, Nie埋�sche es siempre un intempestivo, no es un sistema. Lacan es una labor oscura, y
enriquecedora, abocada sí a las cuestiones de valor, aunque se las critique como en Nie埋�sche. Es cierto, la escuela
de Fráncfort es muy oscura, Adorno es muy oscuro, pero no se cae por unas lecturas snobs, obligan a hacer
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de Fráncfort es muy oscura, Adorno es muy oscuro, pero no se cae por unas lecturas snobs, obligan a hacer
lecturas, no a darle una pasada a los libros, esto puede ser tanto o más enriquecedor que quedarse en el dicho del
autor, permite ir un poco más allá, pero claro, siempre habrá los que se queden “más acá”
Responder
TAXO DICE:
3 octubre, 2016 a las 9:23 pm
1. Concuerdo con vos. Mucha falacia de hombre de paja y es muy obvia la poca lectura que hay de los filosofos
que critica. De hecho se nota que es un conjunto de cliches acerca del post modernismo con un par de chistes
para entendidos en el medio.
Al observar las lecturas que hace Deleuze de Spinoza se puede concluir en que en realidad este desapego por
el compromiso que pone como critica es falso (tampoco entiendo como podes denunciar una falta de
compromiso con gente que organizo y participo del Mayo Frances). Lo mismo con Nie埋�sche que propone un
compromiso con el mundo y la vida muy grande.
Lo que sucede con estos “filosofos” de la ciencia o de la mente es que si no pueden escribir algo en lenguaje
formal ya no puede ser considerado algo que merezca leerse y exigen que se escriba de esa manera o todo es
falso,locura,inutil, etc.
Por otro lado, no sabia que manejar un Golf con olor a nuevo era lo peor del mundo.
Responder
JUAN DICE:
2 octubre, 2016 a las 9:10 pm
2. Vales verga eres un hipster
Responder
HENUR DICE:
2 octubre, 2016 a las 9:16 pm
3. Buena critica con un estilo fluido y comprensible. El caso Sokal es una prueba de la imaginería posmoderna la
cual no soporta un análisis riguroso. En el idealismo clásico por lo menos había una sistematización de los
procesos y las ideas, el relativismo y el constructivismo es un intento de desarticular las estructuras sociales y los
pricipios objetivos bajo los cuales vivimos. Por eso la filosofía se ha vuelto un “hazme reír”.
Responder
FERRAN DICE:
3 octubre, 2016 a las 6:48 pm
1. Haces bien en recordar el caso Sokal, donde los posmodernos quedaron desenmascarados como impostores,
pero no toda la Filosofía actual es posmodernismo ni toda es un “hazme reir”.
Responder
GISEL DICE:
11 octubre, 2016 a las 8:36 pm
2. No lo veo como un intento de desarticular nada, lo veo mas bien tolerante e indiferente con las estructuras
instauradas. Una de las formas al alcance para desarticular estructuras enquistadas, es el rupturismo, pero
ello implica otras habilidades que suponen quedar al margen de los espacios de rancio confort posmoderno.
Responder
GUILLERMO DICE:
3 octubre, 2016 a las 1:57 am
4. Wei wu wei no consiste no hacer nada, sino en hacer la nada; esto es quitar lo que ya estaba allí. Así mismo el
nirvana no consiste en anular el pensamiento, sino en no detenerse en cualquiera de sus ideaciones. Es curioso
que se pueda aseverar que Derrida o Lacan no eran ilustrados. No parece que George Steiner sea sospechoso de
posmodernismo, entonces porqué los llamó a ellos y a muchos más, los logocratas. Antes de arremeter y más aún
de burlarse de algún propuesta, vale la pena conocerlas bien, leerlas ‑claro está que algunas corrientes no dan el
menor viso de la más mínima racionalidad y, es real que no vale la pena perder el tiempo en ellas. Esto no
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menor viso de la más mínima racionalidad y, es real que no vale la pena perder el tiempo en ellas. Esto no
excluye que, efectivamente, haya múltiples y asfixiantes formas de posmodernidad ideológica, de teorías light.
He allí que la epistemología debe ser implacable, comenzando con ella misma.
Responder
JOFFREVILLANUEVA DICE:
3 octubre, 2016 a las 9:16 am
5. Pues a mi me ha gustado un montón. Estoy hasta el gorro de este tipo de pensamiento que acaba afirmando que
es igual de violento un bofetón a un niño que un anuncio de televisión. Cuidado, que luego son incapaces de
responder si deberíamos legalizar los bofetones o prohibir los anuncios. Por no decir que si les propones un
duelo con florete al amanecer (a primera sangre, que somos gente civilizada) para dilucidar la cuestión, te miran
raro…
Esperando la segunda parte (y las que surjan)
Responder
SOCIOANALISISCOLOMBIA DICE:
3 octubre, 2016 a las 2:47 pm
6. Gracias….Lo adiciono a Callinicos, Giddens (la idea de la radicalización de la modernidad) al ultimo congreso de
sociología alemana en 1998, y a todos los argumentos que sacan a la luz la limitación de una idea ensamblada por
Lyotard, validable a algunas esferas de la práctica social (narrativa, artes plásticas, moda), pero insuficiente para
entender como se constituyen y reconstituyen las mentalidades en el mundo actual.
Responder
CARLOS DICE:
3 octubre, 2016 a las 7:40 pm
7. Creo que es válido denunciar a cualquiera que hace pose si se considera que ese acto trae consigo algún perjuicio.
Como relata el autor, estoy de acuerdo en que algunas de las aproximaciones que se hacen hoy en día a los
problemas filosóficos y humanos en general no son tan rigurosas ni tan serias como nos gustaría que fueran.
Puedo concederle también que quizás estos tiempos no parecen ser tan ricos en producción intelectual y
espiritual si se le compara con otros momentos de la historia.
Sin embargo, no estoy de acuerdo en la causa que propone como el origen de la posmodernidad. Creer que es el
aburrimiento lo que hace surgir una corriente de pensamiento –independientemente de la valoración que
queramos darle– es, francamente, subestimar. Quizás por esto mismo tampoco puedo estar de acuerdo en que la
posmodernidad todo sea un sinsentido, locura y estupidez.
Para mí, la posmodernidad surge como una respuesta ante la crisis de la modernidad: los sistemas, toda la
maquinaria pesada de conceptos y razonamientos ilustrados no fueron suficientes para salvarnos de las peores
catástrofes de la humanidad entre guerras, hambre, enfermedades y regímenes asesinos. Tras todo esto, y no sólo
por aburrimiento, tenemos la necesidad de encontrar otras maneras distintas de pensar.
No voy a venir yo a decir que “la modernidad está superada”, como si todavía no fuera una corriente que tiene
muchas cosas para decir. Tampoco me atrevería a decir que la posmodernidad es una degeneración y que “ya
todo fue dicho e inventado en algún tiempo pasado”. Para mí, honestamente, es más entretenido escuchar a
Platón que a Hume, pero los respeto a ambos, los estudié a ambos y creo que ambos tienen todavía, siglos
después, cosas que decir a pesar de que sean “formas de pensamiento caducos”.
Concluyo:
Sí, la posmodernidad es una búsqueda de quebrar las estructuras de pensamiento anteriores. Por eso no es
cómodo, por eso todavía no está consolidado del todo. Pienso, por ejemplo, que para los físicos clásicos les
sonaría a locura, absurdo o estupidez lo que ahora empezamos a tomarnos en serio con la física cuántica. Y del
mismo modo, los físicos antiguos cuando surgía la física clásica.
Responder
FERRAN DICE:
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5/12/2016 Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – La Venganza de Hipatia
FERRAN DICE:
3 octubre, 2016 a las 7:41 pm
8. En primer lugar, enhorabuena porque parece que el artículo va a tener muchos lectores (acabas de publicarlo y ya
se acumulan los comentarios) y porque desenmascarar al posmodernismo y sus delirios es una tarea loable.
Bingo: Derrida es delirante y escribe faltal; efectivamente Lyotard y Va埄�imo con sus teorías de que todo son
narraciones y relatos y su apología del pensamiento débil caen en el peligroso todo vale; Rorty es un neocon que
además pretende reducir la Filosofía a mera literatura. Así que me parece bien que les metas caña.
Ahora la crítica: los dos primeros párrafos son demasiado brutos y cuestionables.
Por otro lado, yo no pondría en el mismo saco a Foucault y a Derrida, vale que los dos tienen libros y gatos, pero
el primero normalmente es fácil de entender, escribe claro y además hace una buena e interesante historia de las
instituciones europeas, aunque a veces se le va la cabeza; Derrida en cambio es un delirio constante.
Otra crítica: creo que deberías matizar o explicarte un poco mejor cuando haces mención del “indigenismo”, ya
que la defensa de los derechos de las poblaciones indígenas es una cosa seria. Nos estamos cargando el planeta y
eso incluye sitios como los Andes y la selva del Amazonas donde hay conflictos serios y sangrantes. Aprovecho
para enlazar un interesante blog: h埄�ps://alertamazonica.wordpress.com/
Finalmente creo que tienes idealizada a la ilustración. Kant, Voltaire y Montesquieu eran asquerosamente racistas
y justificaban el esclavismo. Locke en su carta a la tolerancia no tolera a los ateos ni tampoco a los católicos. La
civilización occidental se puede cuestionar sin caer en el posmodernismo. Es más no sólo se puede sino que se
debe criticar ¿o nos quedamos con los brazos cruzados mientras crecen las desigualdades, los políticos roban y se
provocan guerras por recursos? En este sentido los conceptos de democracia, libertad y tolerancia ya están más
que pervertidos e invertidos por su uso en los telediarios. Dejo un enlace a un interesante vídeo con una visión
alternativa (no todo lo alternativo son pseudociencias y pseudoterapias) de esos conceptos.
Y si has llegado hasta aquí gracias por leerme.
Responder
FERRAN DICE:
3 octubre, 2016 a las 11:13 pm
1. Me he dejaba el enlace del vídeo sobre los diferentes conceptos y tipos de democracia:
h埄�ps://www.youtube.com/watch?v=k8vVEbCquMw
Responder
ESTEBANHG DICE:
3 octubre, 2016 a las 9:39 pm
9. Le sacas partido a la impotencia amigo. Y es un buen artículo. Quién sabe cuantos brotes psicóticos se gestaron
leyendo a posmodernos.
En cambio es natural en la filosofía hacer una replica a la filosofía continental, a Hegel, Freud, Heidegger, etc.
Pues le daban voz a personas que tenían prohibido “existir” en esas sociedades centralizadas. Después es como el
que hoy habla como Don Quijote, que solo le queda la locura para contertarse y esta fuera de su època.
Ser un posmo es lo mismo que la nada de Parmenides. Ahora, ya quisieran los filósofos de la ciencia explicar los
descubrimientos científicos a personas que apenas sabían hablar como lo hacía Deleuze.
Responder
10. Pingback: Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – arboldigital
MANTALANO DICE:
4 octubre, 2016 a las 7:20 am
11. ¿Por qué se mezclan churras (democracia liberal) con merinas (ciencia)? ¿Por qué se usan categorías políticas
(totalitarismo/democracia representativa) tan cerradas, parciales e ideologizadas, como quien habla de la ley de
la gravedad? Defender la necesidad de pruebas empíricas, de hechos, para extraer de ellos las explicaciones, no
implica estar a la derecha, políticamente hablando. No se puede presentar el régimen político que se asienta
https://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/10/02/loposmo1porquelaposmodernidadesunafabricadeimbeciles/ 8/13
5/12/2016 Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – La Venganza de Hipatia
implica estar a la derecha, políticamente hablando. No se puede presentar el régimen político que se asienta
sobre la propiedad privada, como el baluarte de los derechos, de la igualdad, etc. En el texto se mezclan las
creencias del autor, sus opiniones personales con una pretensión objetiva y universal que raya el ridículo.
Responder
ALVAROHUC DICE:
4 diciembre, 2016 a las 7:01 pm
1. Es increíble, ¿eh? Muestra un resentimiento increíble hacia el posmodernismo que parece que le sienta mal
que sus filósofos favoritos y su tarea están relegadas de su posición “central” como él quisiera. Me daría
vergüenza hacer un artículo con este poquísimo criterio y con el supuesto firme y como verdad absoluta que
la ciencia es la única verdad posible. Me da verdadera vergüenza que esto pueda crear opinión entre los
filósofos. Que esto cree opinión no es más que la afirmación del mundo posmodernista que vivimos en que
cualquier relato es válido. Es que tiene cojones. Hablar de forma tan vulgar de personas (que no de
argumentos) no lo pone en un lugar mejor que aquellos de los que habla mal.
Responder
VICTORINO DICE:
4 octubre, 2016 a las 1:29 pm
12. Quieres hablar como un postmoderno, pero piensas como un positivista, que tiene en cuenta las conductas
promedio y todas esas ideas necias según las cuales las personas de una época tendemos a ser así y las de otra, de
otra manera; como si hubiera leyes y reglas en el comportamiento humano, como si todo se pudiera explicar por
las constantes y no por las excepciones y por la diversidad Lo cierto es que por cada imbécil de la
postmodernidad hay muchos que no somos imbéciles ni hacemos esas tonterías de las que hablas. Yo no me
cuento como imbécil. ¿Y tú?
Responder
YAKUZA DYLAN DICE:
4 octubre, 2016 a las 5:24 pm
13. Es común que cuando un posmo se ve atacado, salga con el lloriqueo de “positivista” o “cientificista”. Ni hablar.
Responder
MARCO DICE:
5 octubre, 2016 a las 9:59 am
14. Entiendo la teoría de la postmodernidad más como una descripción de las algunas sociedades contemporáneas
que como la construcción de una ideología. Es posible que, entre los autores que has citado, existan profetas de
los nuevos tiempos, pero me temo que el movimiento de reacción a los valores de la modernidad tiene bases
materiales y no son únicamente elucubraciones de mentes caprichosas.
Quisiera puntualizar algunas de las características que, tras siglos de elaboración, se cristalizaron en lo que
llamamos “modernidad”.
La ciencia, la razón, el conocimiento empírico del mundo, la igualdad legal, la experimentación, la crítica al
pensamiento irracional (llamado superstición o lo que tú has llamado “superchería”), la separación iglesia –
estado, la separación de poderes…
Así como sus consecuencias prácticas:
La ideología del dominio de la naturaleza a través de la comprensión de sus reglas y leyes universales.
La aparición de disciplinas llamadas “ciencias sociales” cuya ambición es encontrar las leyes universales que
mueven sus mecanismos.
La ideología de que el ser humano puede ser moldeado hacia un ser moralmente ideal (un ciudadano ) a través
de la educación.
El encumbramiento de la ideología de la “evolución” y del “progreso” (conceptos neutros convertidos en
ideológicos al ser paradigmas sociales y culturales).
La ambición, en consecuencia, de civilizar a los pueblos que no hayan alcanzado el nivel de progreso adecuado
(entendiendose que el progreso es lineal y que sigue unos estados idénticos hasta alcanzar, para nuestra sorpresa,
el estado máximo de civilización, que es, concretamente, el estado en el que se encuentra el científico social que
ha hecho dicha clasificación)
El desarrollo tecnológico.
Y por supuesto, el NACIONALISMO.
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5/12/2016 Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – La Venganza de Hipatia
Y por supuesto, el NACIONALISMO.
La aparición del ESTADO‑NACION, de los ciudadanos, de la soberanía de la nación, de la ley por encima de
todo (con la ideología de la igualdad) es un invento estrictamente moderno, y surge tras la revolución francesa y
la decapitación del capeto (puede que la revolución de Cromwell tenga aspectos parecidos, de no haber sido un
fanático inspirado por sus ideas puritanas).
Con ella surgen los ejercitos permanentes y profesionales (al servivcio de la patria, no de los monarcas o nobles
de turno), los liceos (la ambición de una educación igual para todos) con la consiguiente idea de la
uniformización de la ciudadanía (la MISMA educación para todos).
La modernidad es la cuna del nacionalismo porque fue la que creó a las naciones.
Continuaré con el supuesto escepticismo radical… supongo que haces una caricatura de lo que yo llamaría
“relativismo cultural”, que no es otra cosa que la afirmación de que para entender a otra cultura hay que hacerlo
desde su punto de vista, desde su sistema de valores.
La antropología resolvía de ese modo el bochornoso etnocentrismo que había dirigido las ciencias sociales hasta
principios de siglo XX (y que, desgraciadamente, es uno de los pilares de la mente humana, convertida hoy en
ideología racional).
Unos años más tarde resolvería el problema del relativismo moral que parecía ser su consecuencia, zanjando de
este modo, y hace medio siglo, el problema al que pareces dirigirte (el “todo vale”): las relaciones son
intersubjetivas, y el observador / científico social, no puede desprenderse de su propio sistema de valores,
aunque deba aprender a distanciarse de éste mientras dure la investigación.
Finalmente, porque no me quiero extender sobre la visión de que la construcción de relatos sobre la realidad
sustituye a la propia realidad, te comentaré mi preocupación acerca de la banalización que has hecho del
holocausto.
No sólo el holocausto fue un producto de la modernidad: su escala y eficacia no hubieran sido posibles sin el
desarrollo técnico alcanzado, sino que también fue la consecuencia de la misma:
– Racionalidad instrumental: elaboración de presupuestos, diseño y planificación, división del trabajo,
mecanización del proceso, retroalimentación según los resultados (proceso de perfeccionamiento).
– Burocratización del holocausto: distancia moral entre el que ejecuta la acción y la acción en sí misma (la gente
se sentía parte de un sistema en el que no tenían responsabilidad moral y en el que cada uno cumplía las
ordenes).
– Ingeniería social: el holocausto es la versión aberrante de la ideología que busca el perfeccionamiento de la
sociedad y usa los medios que la hacen posible, el objetivo siendo la sociedad perfecta, el medio siendo la
eliminación de las malas hierbas (metáfora del jardinero).
– Racismo radical: el racismo es una de las ideologías que surgió en las sociedades que tenían a la igualdad por
valor supremo (quizás esto te invite a reflexionar acerca de ello), y, al igual que el nacionalismo, es la atribución
de unas características morales a los seres humanos según su nacimiento (o sus rasgos físicos, como una mayor o
menor pigmentación de la piel), siendo estos previos a su existencia (se transmiten hereditariamente) y son
inexorables.
A veces me molesta tu cientifismo, y que no seas capaz de ver cómo la ideología influye en tu manera de concebir
aquello que consideras objetivo, por ejemplo, en tu visión evolucionista de la psique humana.
Responder
ANTONIO ESCOHOTADO DICE:
6 octubre, 2016 a las 2:17 pm
15. Un artículo admirable, además de amenísimo, que genera una respuesta estimulante por múltiple. No me
esperaba que una página web generase tanto interés, y felicito nuevamente al autor por su capacidad de síntesis e
ironía.
Responder
JOSE CARLOS AGUIRRE DICE:
7 octubre, 2016 a las 11:54 pm
16. El problema fundamental del texto lo veo en que parece utilizar la postmodernidad mas delirante para meter en
https://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/10/02/loposmo1porquelaposmodernidadesunafabricadeimbeciles/ 10/13
5/12/2016 Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – La Venganza de Hipatia
16. El problema fundamental del texto lo veo en que parece utilizar la postmodernidad mas delirante para meter en
el mismo saco toda la crítica a la Ilustración, que por cierto empiezan Kant o Schiller en su proyecto de
Ilustración madura, ‑como bien advierte Cassirer‑… Para a continuación hacerla pasar por postmodernidad cutre
(se puede ser crítico con la ilustración en algún sentido sin ser “postmo” ni relativista cutre). No se puede meter
en el mismo saco a Dilthey, Nie埋�sche o Heidegger ‑le ha faltado citar a Husserl o a Ortega o a Gademer‑, a toda
la hermenéutica y las filosoíias de la vida, para interpretarlos desde la postmodernidad francesa y sus “devenires
postestructuralistas”. Como se puede apreciar mi objeción se dirige menos a su crítica de la “postmo” y más a la
génesis que advierte en lo postmoderno. En relación a esa “postmo” relativista el texto tiene toda la razón…
Responder
NOUS DICE:
8 octubre, 2016 a las 1:33 pm
17. ¡Pues que sepas que ese punto iconoclasta que destila el artículo es muy muy posmoderno!
Responder
PALIMP DICE:
9 octubre, 2016 a las 6:42 pm
18. Es cierto, el autor de este artículo utiliza la figura del hombre de paja para hacer la crítica. Pero no por su culpa.
Es que el pensamiento posmoderno es pura paja.
Responder
GORJE DICE:
11 octubre, 2016 a las 3:52 am
19. Gran diferencia hay entre decir “Ello es relativo” y “Ello es relativo a”.
Nunca está demás aclararlo. Saludos.
Responder
ABRAHAM GARCIA DICE:
11 octubre, 2016 a las 2:23 pm
20. ¡Excelente artículo!
Responder
POSTMODERNO CABREADO DICE:
11 octubre, 2016 a las 8:40 pm
21. Vaya manera de mezclar churras con merinas y de meter en el mismo saco a autores muy diferentes.
Deberías de leer de nuevo “La condición postmoderna” si es que lo has leído, porque desde luego la
interpretación que haces está del todo equivocada. Lyotard viene a decir que los discursos ideológicos son como
las narraciones míticas. Pero no dice que todo sean mitos. La ciencia es un lenguaje de tipo denotativo, es decir,
objetivo y descriptivo. Mira en el diccionario que significa la palabra denotativo y luego puedes leer de nuevo el
par de capítulos de “La condición postmoderna” y luego te preguntas a ver quien es el imbécil.
Por otro lado, Lyotard en los capítulos que dedica a presentar la situación de la ciencia sintetiza lo mejor del
segundo Wi埄�genstein, Kuhn y Popper. Autores que proceden de la física y las ciencias puras y que luego se
pusieron a hacer filosofía de la ciencia. Hombre de paja es poco.
Por otro lado, el inicio del artículo justificando que estás salido con “la explicación biologicista” es simplemente
pseudociencia machista más que discutible.
Finalmente tus comentarios sobre la democracia, la libertad y el volkswagen Polo simplemente muestran lo pijo
que puedes llegar a ser. Vete a hablar con una familia a la que le han embargado el piso o habla con alguien que
tiene que aceptar un trabajo por 800 euros al mes y le cuentas lo libres que somos, aunque como el mundo está
lleno de imbéciles puede que sean votantes del PP o admiradores de tu blog.
Responder
ANTONIO ESCOHOTADO DICE:
30 octubre, 2016 a las 8:35 pm
https://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/10/02/loposmo1porquelaposmodernidadesunafabricadeimbeciles/ 11/13
5/12/2016 Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – La Venganza de Hipatia
30 octubre, 2016 a las 8:35 pm
1. Me hubiese gustado intervenir en el debate sobre la posmodernidad, pero andaba liadísimo terminando el
tomo 3 de mis Enemigos del comercio, donde por cierto intento trazar la línea que lleva del Sartre de la Crítica
de la razón dialéctica a Lacan, Althusser, Derrida, Foucault y Cía.
No debería quizá olvidarse que cultivan la impostura intelectual por sistema, entendiendo por ello expresarse
de modo sintáctica y léxicamente retorcido para epatar al lego con obviedades, cuando no disparates.
Althusser y Derrida reconocieron en diarios póstumos que se habían pasado la vida temiendo ser
denunciados por fraude, pues ninguno de los dos fue capaz de estudiar nunca, y fueron trepando por las
lianas académicas con ayuda de todo menos conocimiento. Althusser añadió estrangular a su esposa, aunque
Foucault dispuso del sótano más actualizado para cultivar el sadomasoquismo, con instrumentos de tortura
tanto medievales como recientes.
Temo que sus defensores ignoran a los sabios propiamente dichos ‑como Weber, Schumpeter o Hayek entre
los de hace unas décadas, o Stephen Pinker y Angus Deaton entre los actuales‑, y sugiero que se enfrasquen
en sus investigaciones, por no decir en las de Prigogine o Mandelbrot para salir del círculo vicioso implicado
en la impostura.
Me pregunto si esta página permite adjuntar archivos, porque solo así podría fundamentar lo que digo con
algunos textos todavía inéditos.sobre esta curiosa pandilla.
Responder
POSTMODERNO CABREADO DICE:
19 noviembre, 2016 a las 8:05 am
1. Aquí el problema está en que Alan Sokal (de quien Ángelo recoge las ideas) no tiene la verdad absoluta y
de hecho llama postmodernos a autores que ellos mismos no se llaman así. Luego caracteriza al
postmodernismo como relativismo extremo, además les critica el escribir de una forma oscura y utilizar
mal conceptos y teorías de las ciencias.
Vamos por partes, poco tiene que ver un Derrida con un Lyotard y un Foucault con un Rorty. La crítica
debería ser autor por autor, sino se puede caer en la superficialidad y la falta de rigor. Por ejemplo, yo no
voy ni a molestarme en defender a charLacan, Althusser o Derrida, autores aburridos que no me aportan
nada. Ahora bien, Foucault me gusta como escribe y lo que escribe, hacer la genealogía de las instituciones
y de las “ciencias sociales” que las acompañan me parece un proyecto interesante, válido e incluso
revolucionario. Foucault desenmascara a esas supuestas ciencias objetivas como no objetivas y como
ideológicas (estamos hablando de la pedagogía, la sociología, la psicologia, no de la matemática y la física).
Por otro lado, Lyotard en general está acertado en cuanto describir las tendencias de las sociedades
postmodernas aunque a veces mete la pata, como bien denunció Sokal. Así deberíamos ir autor por autor,
cosa que ahora no voy a hacer.
No todos esos autores tachados como postmodernos son unos escépticos totales que relativizan
absolutamente “la ciencia”. Para empezar deberíamos de hablar de ciencias en plural y como producto
humano y social que son ni son sagradas ni son incriticables ni son neutras, es más algunas de ellas tienen
más de pseudociencias que de ciencias (ciencias empresariales, económicas, políticas, derechos). Tienen su
historia, sus usos y sus abusos.
Sokal en su crítica (recogida en plan cutre en este blog) parece confundir las críticas que se hacen a las
ciencias sociales y a los usos de las ciencias naturales con una crítica directa a la física teórica y a las
matemáticas. Lyotard por ejemplo, en su obra trata la física como ciencia denotativa, es decir, objetiva y
performativa (útil, pues en su aplicación sirve para aumentar el poder). Rorty dice que la búsqueda de
fundamentos epistemológicos lleva a un callejón sin salida, pero eso no significa que la física no sea
objetiva ni la invalida, de hecho dice que es útil y que funciona y por eso está legitimada (pragmatismo).
Por último, pretender invalidar a Foucault porque le fuera el sado, es utilizar la falacia ad hitlerum. Es
como decir que la física de Newton queda invalidada porque este tenía mal carácter o que la teoría de la
relatividad de Einstein no funciona porque Einstein era un mal padre de familia.
22. Pingback: Lo posmo (2): los coños feroces – La Venganza de Hipatia
ARTURO GARCÍA DICE:
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5/12/2016 Lo posmo (1): ¿Por qué la posmodernidad es una fábrica de imbéciles? – La Venganza de Hipatia
ARTURO GARCÍA DICE:
16 octubre, 2016 a las 6:54 pm
23. es una lastima que la perspectiva de la posmodernidad se hopa‑que con este tipo de artículos algo respectivos
desde mi punto de vista….
Responder
24. Pingback: Lo posmo (3): el delirio de la ciencia poscolonial – La Venganza de Hipatia
JORGE DICE:
4 diciembre, 2016 a las 6:43 pm
25. Creo que coincido en la mayoría de tu crítica a la postmodernidad, pero presentas como realidad grandes errores
de interpretación historica del iluminismo. Empezando por caer en el error del endiosamiento de la razón
ilumista, que más exactamente era la razón de la burguesía francesa, la caul termina derivando en el genocidio
americano de entre 30 y 70 millones de indígenas en nombre de iluminar , civilizar el nuevo mundo. Terminó por
convertirse en “la razón instrumental” de Adorno y Horkheimer. O dicho de otra manera, como Heidegger nos
plantea esa razón iluminasta construyo la actual materialidad de la historia consiste en el dominio de los entes, y
de la técnica , así olvidando al ser. La realidad por la cual críticas a los postmodernos y su falta de compromiso es
genialmente descrita por Kant, quien en verdad desea ocuparse de esos problemas reales es el principal crítico de
la razón iluminasta de la de la burguesía francesa. Al igual que los postmodernos ignoran la realidad universal tu
ignoras (al parecer por tu forma de expresarte creyendote “el único redentor del mundo”) que el origen de dicha
realidad fue concebida por ese pensamiento iluminista dispuesta a acabar con el mundo. Desestimas mucho el
lenguaje, demasiado para mencionar que al parecer leíste Foucault, si lo hiciste parece que no entendiste tan bien
pero te recomiendo probar con Chomsky.
Responder
ROSA DICE:
4 diciembre, 2016 a las 8:01 pm
26. Un articulo carente de objetividad! Según lo que expones, suenas bastante postmoderno.
Responder
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