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Modernismo y Generación del 98

El Modernismo es un movimiento de amplio espectro, cuyas raíces se hallan en el símbolo


francés, en el parnasianismo y en el impresionismo derivado de la concepción del tiempo de la
conciencia de Henri Bergson. Dentro de este movimiento y como característica singular del
ámbito hispánico y compartiendo con ellos una actitud de protesta contra la sociedad y contra
el prosaísmo de la literatura que les había precedido, un grupo de jóvenes se da a conocer en
periódicos y revistas alrededor de 1900: son los que han pasado a la historia de la literatura
con la denominación "Generación del 98" o "Grupo del 98" cuyos miembros más significativos
en el campo estrictamente literario son: Miguel de Unamuno, Ángel Gavinet, Pío Baroja, José
Martínez Ruiz "Azorín" , Ramiro de Maeztu, Antonio Machado y, en última instancia, Ramón
María de Valle-Inclan. Todos ellos dirigen su inquietud hacia cuestiones filosóficas par poder
encontrar respuesta al estado de postración material y espiritual en que se encuentra España

Sin embargo, no se puede establecer una separación tajante entre modernistas y


noventayochistas, ya que no son grupos antitéticos sino que entre ellos se producen
influencias mutuas en el ámbito hispánico.

Se ha discutido largamente, por parte de historiadores de la literatura y de


escritores, la existencia real de una generación literaria del 98, es decir, de un grupo de
literatos a los que pudiera identificar la referencia a los acontecimientos históricos
ocurridos en España en 1898: la perdida de la guerra contra los Estado Unidos, y con
ella la de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, es decir, la cancelación definitiva del imperio
español. No obstante, hay razones objetivas en pro de la consideración, al menos
convencional, de la existencia de dicha "Generación del 98" o "Grupo del 98".

a) Desde la juventud, sus miembros mantienen contacto entre sí. Algunos adoptan
posturas políticas revolucionarias : Unamuno milita en el socialismo desde 1894 a 1897
y Maeztu durante 1898, "Azorín" y Baroja se declaran anarquistas, aunque por poco
tiempo; Baroja, Azorín y Maeztu colaboran juntos en periódicos bajo el pseudónimo de
"Los Tres" y en 1901 publican un manifiesto expresando su intención de cooperar "a la
generación de un nuevo estado social en España". Todos se confiesan, en un principio,
agnósticos y anticlericales, si bien con el correr del tiempo se fueron atemperando e
incluso haciéndose conservadores. Y en todos queda un " anhelo idealista" debido a la
influencia que sobre ellos ejercen la filosofía irracionalista, la situación de España y sus
inquietudes de índole literaria. En efecto, sus preocupaciones filosóficas se entroncan
directamente con Schopenhauer, Kierkegaard, Bergson y sobre todo con Nietzsche, a
la vez que sus angustias existenciales preanuncian el existencialismo europeo, tal como
lo manifiestan claramente Baroja, Azorín y Unamuno en sus respectivas novelas
Camino de perfección (1902), La voluntad(1902) , Amor y pedagogía(1902) y El árbol
de la ciencia de Baroja(1911).
b) El problema de España también los aglutina. De alguna manera dan voz o eco a las
preocupaciones de los españoles en la época del "desastre", conectando así con los
sentimientos populares y enriqueciendo al mismo tiempo esta voz con otras
inquietudes de tipo filosófico, artístico y personal que desembocan en una misma
pregunta. ¿Cuál es el ser de España? Y lo buscan desde perspectivas subjetivas en el
idioma, en la lengua rural, en la tradición, en el fondo del pueblo, en las vidas humildes
y anónimas de las gentes de España ( La intrahistoria de Unamuno).
Algunos títulos ya lo están mostrando claramente, como los de Azorín El alma
castellana (1600-1800) (1900) y Una hora de España (1924), en las grandes creaciones
literarias castellanas -Don Quijote, Don Juan y La Celestina(1926) de Maeztu; Vida de
Don Quijote y Sancho (1905) de Unamuno; La ruta de Don Quijote (1905) de Azorín,
etc.- Y sobre todo en las viejas ciudades, en el paisaje y en el campo español -Castilla
(1912), El paisaje de España visto por los españoles (1917) y Valencia (1941) de Azorín;
Por tierras de Portugal y de España (1911) y Andanzas y visiones españolas (1922) de
Unamuno; Campos de Castilla (1912) de Antonio Machado, etc. - Castilla se convierte
en columna vertebral, desde donde interpretan las grandezas, la miseria y el ser de
España.

c) Las inquietudes de índole literaria comunes, desde el cuidado del lenguaje a las
innovaciones en los géneros literarios.

En cuanto a las características del lenguaje, Guillermo Diaz-Plaja considera las


siguientes: 1) antirretorismo y antibarroquismo; 2) creación de una lengua natural,
ceñida a las realidades de las cosas que evoca; 3) enriquecimiento funcional de la
lengua, rebuscando en la lengua popular regional o en las raíces etimológicas;
4)Lenguaje al servicio de la inteligencia; 5) lengua válida para todos. Recordemos la
prosa de Azorín, o, en otro sentido, pero con el mismo fin Aromas de leyendas de
Valle-Inclan.

En cuanto a las innovaciones en los géneros literarios, en todos imprimen su sello


personal: en la novela introducen profundas novedades técnicas superando el realismo
decimonónico e insertando introspecciones filosóficas. Niebla de Unamuno; El árbol de
la ciencia de Baroja o Doña Inés de Azorín, y hacen del ensayo el cauce perfecto para
sus meditaciones filosóficas: En torno al casticismo de Unamuno; o Idearium español
de Ángel Gavinet. Por último recordar que fue el teatro el género que mas
innovaciones recreo tanto en el texto literario como en el espectacular. Recordemos la
creación del esperpento por Valle-Inclan (Luces de Bohemia) o el teatro simbolista de
Unamuno: La venda. El otro o Fedra. O Azorín con La comedia del arte o Lo invisible.

Concluyendo la noción del Modernismo debe unirse a un concepto de "arte puro", del
que participa la llamada "Generación del 98" pero además encontramos en ella un arte
cargado de preocupaciones ideológicas y sociales, esto es, una estética y una ética.

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