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127-142
Anders J ohansson
Una salida de la doxa. Introducción a la
filosofía de Guilles Deleuze
Resumen
El presente ensayo se divide en dos partes. La primera es una introducción a la
filosofia de Deleuze, lo que ella es y cómo podríamos circunscribirla, desde los
conceptos de doxa, caos, arboriformidad, rizomaticidad, territorio, etc, pero, y
ante todo, de pensamiento inmanente. Se confrontan, luego de exponer sus principales
libros, tres controvertidas lecturas sobre aquel: Badiou, Zizek y Hardt. La segunda,
una prolongación de aquella para mostrar en qué sentido se puede hablar de una
teoría del arte o estética deleuziana, especialmente en lo tocante a cómo es que
Deleuze nos dice debemos acercamos a los textos.
Palabras clave
DELEUZE, FILOSOFÍA, PENSAMIENTO INMANENTE, INTERPRETACIÓN, USO DE TEXTOS.
3 Zizek, S, Organs without Bodies: Deleuze and Consequences, Nueva York, Routledge,
2004, p. 47. El mismo Derrida aparentemente no estuvo de acuerdo con Zizek. En una
entrevista hecha poco antes de su muerte, habló de la manera de escribir que tenían en
común él, Deleuze, Foucault, Lacan, Barthes, etc. Cf. Derrida, J. & Bimbaum, J., «Je suis
en guerre contre moi méme», Le Monde, 18-08-2004.
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Contra la doxa
Es sobre todo en su tesis Différence et répétition que Deleuze defiende la
idea de la filosofia como una lucha contra la doxa. Sostiene que la filosofia
occidental en su totalidad está fundada en una imagen prefilosófica de lo que
significa pensar.6 Siempre se creyó haber empezado por el comienzo, pero lo
que sucedió fue que siempre se presupuso una imagen trascendente, anterior
al propio filosofar: el pensamiento fue una actividad armónica y natural con
relación directa a la verdad. Deleuze muestra que lo que en realidad se ha
conseguido es crear un obstáculo para un pensamiento verdadero, puesto
que se escribe y piensa solamente «en el límite de su saber, en aquel límite
extremo que distingue nuestro saber de nuestra ignorancia, y que hace al
uno transformarse en el otro».1 La filosofia sólo ha logrado verificar su
origen doxástico. Su ambición es inmensa: encontrar nuevos comienzos para
el pensamiento, enfrentar el saber con el no-saber y en efecto empezar a
pensar. El fin: un pensamiento sin modelo, sumergido en lo pensado, y que
invente los conceptos necesarios. En de Différence et répétition dice: «La
teoría del pensamiento es como la pintura; necesita aquella revolución que el
cambio de la representación al arte abstracto implicó. Esto es la meta para
una teoría del pensamiento sin imagen».8 Si la pintura moderna se liberó para
descubrir su propia libertad non-representativa, la filosofia tendría que devenir
sin modelo.
Contra el caos
Pero el pensamiento no es, según Deleuze, solamente una lucha contra la
doxa, sino también contra el caos," Aun cuando lográsemos salir de la doxa,
quedaría su amenaza igual de inminente: la necesidad defundar algún tipo de
orden o sistema sin tener ningún fundamento fuera de sí mismo. ¿Cómo
entonces puede ser posible pensar?¿Cómo es posible el cambio de la ignorancia
al conocimiento? Estas son para Deleuze preguntas centrales. Parte de su
respuesta viene de su idea de plano de inmanencia -sin duda una de sus
contribuciones más importantes a la filosofia. Hay varias propuestas de cómo
es que debemos entender este plano y su genealogía filosófica. Normalmente
se apunta a la influencia de Spinoza, 12 pero sin abismarse en la historia, se lo
puede entender como «la imagen que el [pensamiento] produce de lo que
significa pensar, usar el pensamiento, orientarse en el pensamiento ... No es
un método, ya que cada método concierne conceptos y presupone tal
imagen» .13
La imagen trascendente, criticada en Différence et répétition, es,
consecuentemente, sustituida por la inmanente, una que el pensamiento hace
de sí mismo en cada ocasión. Si no hay ya fundamento preexistente, entonces
no hay otra cosa que esta imagen autoconstituida que da consistencia al
pensamiento y puede salvarlo del caos. Si la tarea de la filosofia es crear
conceptos, entonces es ella la que los sostiene: el plano de inmanencia es el
paisaje que da coherencia a la creación conceptual. No se puede reducir el
plano a una táctica inventada por Deleuze. Es más bien una visión de cómo
9 Cf. Alliez, É., «Questionnaire on Deleuze», en Theory Culture and Society, 14, 2, 1997,
p. 81.
10 Deleuze, G & Guattari, F., Qu 'est-ce que la philosophie?, París, Les Éditions de Minuit,
1991, p. 49. Cf. Alliez, É., pp. 81-87.
11 Deleuze & Guattari, 1991, pp. 189-192.
12 Véase por ejemplo Rajchman, J., The Deleuze Connections, Cambridge Mass./Londres,
Toe MIT Press, 2001, pp. 17, 54 -55.
13 «L'image qu'elle se donne de ce que signifie penser, faire usage de la pensée, s'orienter
dans la pensée ... Ce n' est pas une méthode, car toute méthode conceme éventuellement
les concepts et suppose une telle image»., Deleuze & Guattari, 1991, pp. 39-40.
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a pesar de esto, pueda parecer aristotélico depende tal vez de que Bergson fue un activo
lector de Aristóteles. Cf. Hardt, M., Gilles Deleuze: An Apprenticeship in Philosophy,
Minneapolis, University ofMinnesota Press, 1995, p. 125, n. 3.
22 Cf. Tygstrup, F., «Lívet og formeme. Efterskrift», en Sloth Carlsen, M., Garn Nielsen, K.
& Su Rasmussen, K. (ed.), Flugtlinier: Om Deleuzes fi/osofi, Copenhague, Museum
Tusculanums Forlag, 2001, pp. 268-275. Véase también Marks, J., Gil/es Deleuze:
Vitalism ami Multip/icity, Londres, Pluto Press, 1998, pp. 29-30.
23 Cfr Badiou, A., Deleuze: «La clameur de l'Etre», París, Hachette, 1997, pp. 51, 54-55.
24 «Qu'une vie singuliere peut se passer de toute individualité, ou de tout autre concomitant
qui l' individualise. Par exemple les tout-petits enfants se ressemblent tous et n' ont guére
d' individualité; rnais ils ont des síngularités, un sourire, un geste, une grirnace, événements
qui ne sont pas des caracteres subjectifs». Deleuze, Id. sup., 1995, p. 6.
25 Cf. Deleuze, G, Logique du sens, París, Les Éditions de Minuit, 1969, pp. 9-13. Véase
también Deleuze 1968, pp. 337-341.
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estructura, no tiene centro, ni jerarquía; es más bien una red que consiste
enteramente de movimientos, velocidades e intensidades.26 Si el mundo o la
literatura o lo que sea, no tienen la forma de un rizoma, el filósofo puede
empezar ya su labor. Como dicen Deleuze y Guattari en su libro sobre Kafka,
«en cualquier lugar, ninguno es mejor que otro, ninguna entrada tiene
prioridad».27 Lo único que importa es la posibilidad afirmativa de establecer
nuevas relaciones, de seguir creando conceptos y encontrar las potencialidades
de las singularidades presentes. Pero la diferencia entre la estructura del
árbol y el rizoma no es constante; cada uno contiene elementos arboriformes,
y a la inversa. O dicho mediante otro concepto deleuziano: cada 'territorio'
-idioma, familia, moral, identidad sexual, nación, etc.-contiene movimientos
de desterritorialización que lo disuelven. Paralelamente, aquellas son
inseparables de movimientos de reterritorialización, hacia más organización,
uniformidad, estabilidad y sistema. Así, cada territorio siempre tiene un
antídoto. Por lo tanto, un pensamiento totalmente rizomático es imposible.
«Es muy dificil llegar a un pensamiento de lo múltiple propio», señaló Deleuze,"
En resumen, es dificil para el pensamiento defenderse de la trascendencia
que siempre amenaza retomar; es simplemente una tarea casi imposible no
pensar la inmanencia rizomática como inmanente en algo.29 Una causa: la
lógica arboriforme está arraigada tan profundamente en nuestras costumbres,
la doxa, que resulta dificil siquiera verla. En este sentido hay un rasgo utópico
en la filosofía deleuziana.
26 Deleuze, G & Guattari, F., Capitalisme et schizophrénie: Mi/le Plateaux, París, Les
Éditions de Minuit, 1980, pp. 31-32.
27 Deleuze, G & Guattarl, F., Kafka: Pour une littérature mineure, París, Les Éditions de
Minuit, 1975, p. 7.
28 «It is very difficult to reach a thought ofthe multiple as such». Deleuze, G, Preface to
English Language Edition, en Deleuze, G & Parnet, C., Dialogues, trad. H. Tomlinson &
B. Habberjam, Londres, The Athlone Press, 1987, p. ix.
29 Deleuze, G & Guattari, F., 1991, p. 52.
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34 Este artículo es la versión corregida de una ponencia leída en la Universidad Mayor de San
Marcos, Lima, 05-05-2004. Las gracias también aquí a Antonio Ramírez por sus
comentarios y sugerencias.
35 Es significativo que Deleuze haya dicho alguna vez que consideraba al capitán Ahab, en
la novela Moby Dick de Herman Melville, como un gran pensador. No Me/vil/e, sino el
carácter ficticio de Ahab ...
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36 «Ces devenirs non humains de l 'homme», Deleuze, G & Guattari, F., Qu 'est-ce que la
philosophier, París, Les Éditions de Minuit, 1991, p. 160.
37 Deleuze, G & Guattari, F., Id. sup., pp. 169-170.
38 «Composition, composition, c'est la seule définition de I'art», Deleuzc, G & Guattari,
F., Id. sup., p. 18 l.
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refiere a otra cosa, lo que puede servir como unidad después».45 El arte
encuentra y manifiesta el orden virtual de la cual la realidad caótica carece.
Aquí encontramos uno de los rasgos más originales e importantes de la
estética deleuziana, para usar una denominación algo dudosa. En la crítica de
arte --o por lo menos de literatura- son muy pocas las teorías que no
establecen una jerarquía entre arte y realidad. Conscientemente o no, se
presupone que primero está la realidad, viene el artista y crea una obra sobre
ella, que la imita. En todo caso, el arte es concebido como en relación con.
Lo que hace Deleuze es liberarla de la posición secundaria. Según él, el arte
no es una representación de la vida o la realidad; no viene después, pues la
pregunta del 'primero-después' aquí no tiene sentido -ya que la vida es el
devenir atemporal entre actualidad y virtualidad. Analizar la composición de
afectos y perceptos que constituye una novela, por ejemplo, es al mismo
tiempo una investigación sobre la vida. Deleuze entrega, con esto, una
propuesta a la crítica literaria para salir de su cautiverio textual, sin reducir la
literatura a un relato de otra cosa. La postura deleuziana implica que ni es
necesario aceptar el textualismo · reduccionista del postmodernismo, ni la
manera cotidiana de reducir la literatura a un síntoma de algo más real. Ambas
opciones cierran nuestros ojos al devenir virtual que une literatura y vida.
Que el arte o la literatura están compuestos de afectos y perceptos significa,
también, que no tienen ningún sentido oculto. La obra literaria no es un enigma.
Las metáforas son sus enemigos, ya que tratan de establecer una jerarquía
entre significante y significado y así damos la ilusión de profundidad. Pensar
así el arte nos encierra en lo que ya sabíamos. Establecer un sentido más
profundo --como suelen hacer los intérpretes psicoanalistas- es la mejor
manera de impedir que alguien busque nuevas posibilidades. Deleuze sostiene
que la literatura es llana, sin profundidad. La tarea no es, por consiguiente,
interpretar la obra -no hay, como expresa él, «nada que entender, nada que
interpretara'<c-, sino usarla: actualizar las conexiones virtuales entre .la
literatura y todo lo demás. Si el crítico hermenéutico es un excavador busca
pesquisas, el crítico deleuziano es más bien un mecánico con deseos
incontenibles de experimentar. Como dice Massumi: «La pregunta no es: ¿es
verdad?, sino: ¿funciona?».47 Ajuzgar por este comentario, pareciese que
Deleuze perteneciera a una tradición pragmatista, al lado de Richard Rorty y
otros. Éste no es el caso. Mientras que el pragmatismo siempre está sometido
45 «Dans un monde réduit a une multiplicité de chaos, c'est seulement la structure formelle
de l'eeuvre d'art, en tant qu'elle ne renvoie pasa autre chose, qui peut servir d'unité-
par aprés», Deleuze, G, Proust et les signes, París, PUF, 1996, p. 201.
46 «Il n'y a ríen a comprendre, rien a interpréter,» Deleuze, G, & Parnet, C., p. 10.
47 Massumi, B., «Translator 's Foreword: Pleasures of Philosophy», en Deleuze, G &
Guattari, F., A Thousand Plateaus: Capitalism and Schizofrenia, trad. Massumi, Londres,
Toe Athlone Press, 1988, p. xv.
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48 «Ne vient pas avant, n'étant pas volontaire ou préconcu, n'ayant rien a voir avec un
prograrnrne, mais il ne vient pas davantage aprés, bien que sa prise de conscience se fasse
progressivement et surgisse souvent par aprés.» Deleuze, G & Guattari, 1991, p. 185.
Véase también pp. 199-200.
49 Coincidimos más o menos con la lectura hardtiana. Hardt, M., Gil/es Deleuze: An
Apprenticeship in Philosophy, Minneapolis, University ofMinnesota Press, 1995.
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50 Sobre esta perspectiva véase Badiou, A., Deleuze: «La clameur del 'Etre», París, Hachette,
1997.
51 «Ne vaut mieux que l'autre, aucune entrée n'a de privilége, méme si c'est presque une
impasse, un étroit boyau, un siphon, etc. On cherchera seulment avec quels autres points
se connecte celui par lequel on entre, par quels carrefours et galeries on passe pour
connecter deux points, quelle est la carte du rhizome, et comment elle se modifierait
imrnédiatement si l'on entrait par un autre point.» Delcuze, G & Guattari, F., Kajka:
Pour une littérature mineure, París, Les Éditions de Minuit, 1975, p. 7.
52 «Le principe des entrées multiples empéche seul l'introduction de l'ennemi, le Signifiant,
et les tentatives pour interpréter une ceuvre qui ne se propose en fait quá
l'experimentation.» Deleuze, G & Guattari, 1975, p. 7.
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muestra algo que antes era invisible? En otras palabras: inventa un afecto,
que cuando leímos el libro nos parecía tan natural, porque ya existía antes
como virtualidad, pero que La ciudad y los perros actualiza. Si es así,
entonces tal novedad no existe en ningún tema general, ni en alguna
interpretación profunda o metáfora sofisticada, sino en las singularidades que
se juntan en una composición única. No es posible probar esto, solamente
experimentarlo, y quizá tratar de traducirlo a conceptos.