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Resumen de "Función y concepto" publicado en 1891 por Gottlob Frege.

Josep Fortuny Pou

Frege parte de las funciones matemaá ticas para explicar algunas de sus ideas fundamentales.
En concreto funciones de un solo argumento. Para eá l, una expresioá n cientíáfica en forma de ley
tiene un significado preciso. Histoá ricamente se intentoá establecer leyes generales para la
funcioá n. Por funcioá n se entendíáa originariamente: función de x es una expresión de cálculo que
contiene x. Esa definicioá n no distingue la forma del contenido, el signo, de la cosa designada. La
forma del contenido no puede ser la esencia de la cosa, (el contenido síá): p. e. la esencia de
2·23+2 es la misma que 3·6, o que 18. Dos sumas distintas con el mismo resultado son iguales
pero no son las mismas. Los nombres son distintos pero el objeto es el mismo. La diferencia en
la designacioá n no fundamenta diferencia en la cosa designada.
Las referencias a los signos no son perceptibles por los sentidos. Tomando los nuá meros
como objetos en si se puede decir que, p. e., 5+2 y 7 son distintos. Pero para estudiar las
propiedades de los nuá meros es necesario conocer sus referencias. Las propiedades de los
signos numeá ricos no son empíáricas, maá s allaá de sus definiciones. Pero el nombre no hace a la
cosa, solo la designa. En el signo lo fíásico depende del medio en que se exprese. La grafíáa de los
nuá meros, p. e., se puede cambiar pero sus propiedades permanecen. Para distinguir los signos
de sus referencias hay que reconocer la igualdad de las referencias cuando sus diferencias son
circunstanciales, (de aquíá la importancia del articulo determinado o indeterminado cuando p.
e., decimos 2 es "el" numero –signo– que multiplicado por 3 da 6 –referencia–, y no decimos 2
es "un" numero que, etc, etc...). "Diferentes expresiones corresponden a diferentes
concepciones o aspectos pero a la misma cosa". Asíá la referencia acota al signo. La igualdad
entre las expresiones diferentes es concordancia parcial, de manera que distintas expresiones
tienen distintas referencias. Conclusioá n: si una funcioá n fuese solo la referencia de un caá lculo
seríáa solo un nuá mero. Con "funcioá n" se suele expresar un nuá mero indeterminado por medio
de una variable "x", p. e., con lo que tanto el numero como la variable son indeterminados y no
cambia nada esencial en la expresioá n.
Es acertado, sin embargo, asignarle la variable "x" de funcioá n a la expresioá n. Asíá la funcioá n
seraá la misma y cambiaran los argumentos, "lo comuá n de cada expresioá n es aquello en lo que
reside la esencia genuina de la funcioá n", aquíá la "x" juega el vertedero papel de variable, de
recipiente. El argumento forma un todo con la funcioá n incompleta o "insaturada". Es la
diferencia, al fin, de la funcioá n y los nuá meros. Dos expresiones distintas referidas a nuá meros
distintos pueden compartir la funcioá n. Mientras que si se refieren al mismo nuá mero no tienen
porque compartir funcioá n. Lo esencial de la funcioá n se distingue en la forma de la expresioá n
(que la sugiere a partir de la posibilidad de descomponerla).
El signo del argumento y la expresioá n de la funcioá n son las dos partes de la expresioá n de
caá lculo. No son partes homogeá neas: el argumento es un todo, la funcioá n no. (Ej. del punto de
divisioá n de una líánea)
En la funcioá n «2x3+x», x no pertenece a la funcioá n, solo indica que esta necesita complecioá n
y donde debe entrar el argumento. Al completar la funcioá n tenemos el "valor de funcioá n para
ese argumento", en el ej. anterior 3 es el valor para el argumento 1, (2.13+1=3).
Hay funciones cuyo valor es siempre el mismo sea cual sea el su argumento pero no seríáa
correcto considerar que el argumento dado pertenece siempre a la funcioá n. Aunque el valor
sea siempre el mismo la funcioá n debe distinguirse de dicho valor, la expresioá n muestra
siempre una o maá s variables a completar por el argumento.
De aquíá se deriva una ley loá gica fundamental: siempre es posible concebir de manera general
la igualdad de valores de función como una igualdad. Esta ley permite anñ adir notaciones
abreviadas. Frege reemplaza el signo del argumento en la expresioá n de la funcioá n por una
vocal griega y la pone ante el pareá ntesis que encierra el todo. De este modo establece las
igualdades entre los recorridos de las funciones distintas, que expresan el mismo sentido de
maneras diferentes. El sentido se presenta como una generalizacioá n de la igualdad entre
referencias completas y no se altera al cambiar los teá rminos de las referencias. Al unir ambos
lados de la igualdad se obtiene una generalizacioá n.
Para expresar la funcioá n indeterminada se utilizan las letras F y ƒ, la x en «ƒ(x)» es el
argumento y el pareá ntesis indica la necesidad de complecioá n. Asíá: «ε’ƒ(ε)» es una funcioá n
indeterminada.
La referencia de la palabra funcioá n se ha extendido histoá ricamente de dos maneras:
1) se anñ adioá al circulo de los geá neros de calculo que construyen la funcioá n, la adicioá n, la
multiplicacioá n, la potenciacioá n y sus inversas. (Extensioá n que trajo confusioá n).
2) se extendioá admitiendo nuá meros complejos y determinando el sentido de ciertas
expresiones como «suma», «producto», etc.
Frege hace uso de ambas extensiones y anñ ade signos como +, -, =, >, <, para poder formar
sus expresiones de funcioá n. Al reemplazar la x de la funcioá n por sus correspondientes valores
se obtienen los valores de verdad de la funcioá n y se distingue lo verdadero de lo falso que son
valores de referencia de las funciones determinadas. Entonces distintas funciones pueden
tener el mismo valor de referencia aunque enuncien cosas distintas. La misma referencia no
indica el mismo pensamiento. El pensamiento de una expresioá n puede ser distinto y su
referencia ser permanente, (p. e. el lucero de la tarde es lo mismo que el lucero de la manñ ana).
Esta es la necesaria distincioá n entre sentido y referencia de Frege.
A partir de aquíá se explica la manera en que se introducen los signos =, >, <, en el sistema
loá gico fregeano para poder fundamentar las leyes de la aritmeá tica a partir de las leyes loá gicas.
Entre lo que en loá gica se llama concepto y lo que Frege define como funcioá n existe una
relacioá n determinada por los valores de verdad o falsedad de cada argumento. Un concepto es
una función cuyo valor es siempre un valor de verdad. Cuando las funciones tienen el mismo
valor para el mismo argumento y por tanto tienen el mismo recorrido estamos ante una
identidad loá gica de la extensioá n de los conceptos, con lo que el recorrido de una funcioá n cuyo
valor para todo argumento es un valor de verdad es la extensioá n de un concepto.
La forma linguü íástica de una ecuacioá n es una oracioá n asertoá rica cuyo pensamiento contenido
es el sentido, y verdadero o falso, con un valor de verdad que es la referencia. Estas oraciones,
(como las ecuaciones, las inecuaciones o las expresiones analíáticas), construyen con una parte
insaturada y una parte completa. Lo vacíáo de la parte incompleta se rellena con un nombre
propio, p. e. «Cesar» en la oracioá n «Cesar conquisto la Galia». Asíá surge el sentido (donde
«Cesar» es el argumento y «conquisto la Galia es la referencia»). Hay aquíá ademaá s una
extensioá n del papel del argumento. Del aá mbito de los nuá meros y la aritmeá tica se puede pasar
al de los objetos y las personas sin restriccioá n como valores de las funciones, p. e. en la
expresioá n de la funcioá n «la capital de x» el valor de x es «Berlin», y el argumento es «Imperio
alemaá n».
El objeto se define como todo lo que no es funcioá n, que no es un lugar vacíáo cuando se
expresa. Si la oracioá n asertoá rica no contiene ninguá n lugar vacíáo su referencia es un objeto y, a
su vez, uno de los dos valores de verdad, que tambieá n son objetos. Los recorridos de las
funciones son objetos, mientras que las funciones mismas no lo son. Las extensiones de los
conceptos son objetos pero no lo son los conceptos mismos.
Estipulaciones sobre las referencias de los signos que se usan: cada ampliacioá n del aá mbito
de los argumentos que se indican mediante signos convencionales requiere una nueva
explicacioá n de la referencia. Toda expresioá n debe tener su referencia para no calcular por
error con signos vacíáos. Para eso son las estipulaciones que hacen que la expresioá n tenga
siempre una referencia, los conceptos deben estar claramente delimitados para poder formar
leyes loá gicas. Por tanto toda funcioá n debe tener un valor para cada argumento. Una funcioá n
debe obtener un valor cuando se toma como argumento un valor de verdad.
Para dar cuenta de funciones interesantes cuando sus argumentos son valores de verdad
Frege utiliza los elementos de su Conceptografíáa que explica en las uá ltimas paginas de la
transcripcioá n de su conferencia. La barra horizontal que denota el calor de la funcioá n, la
vertical, o del juicio, para aseverar algo como verdadero, la barra de negacioá n, la concavidad y
las letras griegas para expresar la generalidad.
La funcioá n que Frege indica aquíá con ƒ es diferente en esencia de la descrita hasta el
momento, (la que aparece como su argumento), distinta de los objetos. Ahora son aquellas
funciones cuyos argumentos son y tienen que ser funciones. Asíá se distingue entre funciones
de primer y de segundo nivel y la misma distincioá n se aplica entre conceptos.
Por ultimo Frege se refiere a las funciones con dos argumentos. Dice que descomponiendo
la parte insaturada de la funcioá n se puede anñ adir otra variable. Se obtiene asíá una funcioá n cuyo
valor es un valor de verdad. Las funciones con dos argumentos se llaman relaciones. Al
distinguir entre funciones de primer y de segundo nivel se admite una gran diversidad. Hay
funciones de igual nivel, las vistas hasta aquíá, y de desigual nivel que son, p. e., las de cociente
diferencial, si se toman como argumentos la funcioá n a diferenciar y el argumento para el que
estas se diferencian. Las funciones de igual nivel se dividen en las de primer y segundo nivel.
Entre estas ultimas hay que distinguir entre las que tienen un argumento como funcioá n, de las
que tienen dos argumentos que no son intercambiables. La separacioá n entre ambas clases de
funcioá n es clara y las funciones de dos argumentos determinan una diversidad auá n mayor.
Para acabar Frege senñ ala que la diferencia entre funciones no es arbitraria, que es níátida y que
esta fundada en la naturaleza de las cosas.

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