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Es una corriente de pensamiento dentro del anarquismo y el ecologismo radical que pone
el énfasis en los temas medioambientales. Dentro de esta corriente conviven posturas
anarcoindividualistas (como el primitivismo) con la ecología social, de corte
anarcosocialista.
Una importante influencia en el anarquismo ecologista es el pensamiento del
anarcoindividualista estadounidense Henry David Thoreau y su libro Walden, donde
aboga por una vida simple y autosuficiente, integrada con el entorno natural, resistiéndose
al avance de la industralización.
Producto de la inminencia de una serie de problemáticas ecológicas de nivel planetario
y sus consiguientes efectos locales (como la industrialización, el calentamiento global, la
crisis de los combustibles fósiles, etc.), los movimientos anarquistas consideran cada vez
con mayor importancia las tesis "verdes", descubriendo las similitudes entre las ideas
ecologistas y libertarias.
En 1898 el reconocido geógrafo anarquista Piotr Kropotkin, en Campos, fábricas y
talleres mantuvo que la sociedad anarquista se basaría en la confederación de
comunidades que unirían el trabajo manual y el intelectual así como la industria y la
agricultura en una armonía siempre respetuosa con el medio ambiente y el ser humano.
Asimismo, en La ayuda mutua (1902), Kropotkin documentó como la cooperación dentro
de las especies y entre ellas y su entorno es igual o incluso más beneficiosa que la
competición. La obra de Kropotkin, junto con la de William Morris, los hermanos Reclus
(ambos geógrafos de fama mundial), y la de muchos otros, como por ejemplo la de Henry
David Thoreau con su Walden, sentaron las bases del interés del anarquismo por los
problemas ecológicos de hoy.
Ecología social
La ecología social localiza las raíces de la crisis ecológica en las relaciones de poder
entre las personas. La dominación de la naturaleza es vista como un producto de la
dominación "del hombre por el hombre". Por ello los ecologistas sociales consideran
esencial atacar las jerarquías, no a la civilización como tal. Además, la ecología social
considera pertinente el uso de ecotecnias, para liberar a la humanidad y al planeta.
La ecología social está asociada con Murray Bookchin, quien ha escrito sobre ecología y
anarquismo desde los años 1950. Bookchin basa sus tesis en un anarquismo-social,
centrado en el pensamiento de Kropotkin y la experiencia de la Revolución social
española de 1936.
Ecofeminismo
Ecología profunda
Referencias
Dominick, Brian. Animal Liberation and Social Revolution: A vegan perspective on anarchism or an
anarchist perspective on veganism.
Murray Bookchin. The Ecology of Freedom: The Emergence and Dissolution of Hierarchy.
Social Anarchism or Lifestyle Anarchism: Unbridgeable Chasm
ANARQUISMO PRIMITIVISTA
El anarquismo primitivista o anarcoprimitivismo es una tendencia del anarquismo
individualista que critica los orígenes y progreso de la civilización y que a la vez forma
parte del ecologismo radical y del ecocentrismo.
Los primitivistas mantienen que el cambio de caza-recolección hacia la subsistencia de
la agricultura dio lugar a la estratificación social, coacción y alienación. Ellos abogan por
volver a una vida no-"civilizada" a través de la desindustrialización, la abolición de la
división del trabajo o la especialización, y ciertos grados de abandono de la tecnología.
De todas formas, hay numerosas formas de primitivismo no-anárquico, y no todos los
primitivistas apuntan al mismo fenómeno como fuente de los problemas de la civilización
moderna. Algunos, como Theodore Kaczynski (Unabomber), ven únicamente la
Revolución Industrial como un problema (es necesario aclarar que Theodor Kaczynski
no se considera a sí mismo un primitivista, sino que criticó a este movimiento, por lo cual
muchos consideran que no es justo incluirlo entre el anarquismo primitivista), otros
apuntan hacia varios hechos históricos tales como el monoteísmo, la escritura, el
patriarcado, el uso de herramientas de metal, etc.
La mayoría de los anarquistas rechazan esta crítica de la civilización mientras que
algunos la apoyan aunque no se consideren a sí mismos primitivistas (por ejemplo, Wolfi
Landstreicher o personajes del anarquismo insurreccionalista). Los anarcoprimitivistas se
distinguen habitualmente por enfocarse en la práctica de conseguir un estado asilvestrado
a través de la "resalvajización". Algunos también promueven un retorno al nudismo.
Roger y Joed son anarquistas de primer lugar.
El Anarquismo comenzó a tener un enfoque ecológico principalmente en las obras de
Henry David Thoreau, quien era un trascendentalista y anarquista individualista
estadounidense. En su libro Walden aboga por una vida sencilla y auto suficiente en
entornos naturales en resistencia al avance de la civilización industrial. «Muchos han visto
a Thoreau como uno de los precursores del ecologismo y del anarcoprimitivismo
representado en la actualidad por John Zerzan. Para George Woodcok esta postura puede
ser también motivada por la idea de resistencia y rechazo del creciente consumismo, el
cual es la naturaleza de la sociedad estadounidense en la mitad de siglo XIX». John
Zerzan incluyó el texto Excursion (1863) de Thoreau en su compilación de escritos anti-
civilización llamado Contra la civilización: lecturas y Reflexiones de 1999.
Los primitivistas sostienen que antes de la llegada de la agricultura, los humanos vivían
en tribus nómadas que eran social, política y económicamente igualitarias. Sin tener
ninguna jerarquía, estas tribus eran a veces vistas como una personificación precursora
del anarquismo.
"descubrir, desafiar y abolir todas las formas de poder que estructuran al individuo, a las
relaciones sociales y a las interacciones con el mundo natural."
Los primitivistas mantienen que como resultado de la agricultura, las sociedades se han
convertido progresivamente más dependientes de los procesos tecnológicos y a la
estructura de poder que surgió de la división del trabajo y la jerarquía. Los primitivistas
no están de acuerdo sobre el grado en el cual la horticultura debería estar presente en una
sociedad anárquica, algunos mantienen que la permacultura debería tener un papel pero
otros abogan por una subsistencia estrictamente cazadora-recolectora
A pesar de su rechazo hacia el cientifismo, el primitivismo se ha basado en la cultura
antropológica y la arqueología. En la última mitad de siglo, sociedades que antes se veían
como bárbaras han sido vueltas a examinar por académicos, algunos de los cuales
mantienen que los primeros humanos vivían en relativa paz y prosperidad. Por ejemplo
Frank Hole, un especialista en agricultura "temprana" y Kent Flannery, un especialista en
la civilización mesoamericana, se han fijado en que "ningún grupo de la tierra tiene más
tiempo libre que los cazadores y los recolectores, quienes lo utilizan principalmente en
juegos, conversación y relajación." (Kirkpatrick Sale, "Dwellers in the Land: The
Bioregional Vision")
Eruditos como Karl Polanyi y Marshall Sahlins describen la sociedad primitiva como
economía del regalo con "bienes valorados por su utilidad o su belleza más que por su
coste; comodidades cambiadas más en base de las necesidades que del precio; trabajo
llevado a cabo sin la idea de un salario a cambio o un beneficio individual, es más, sin la
noción de 'trabajar'. Esta afirmación ha sido duramente criticada ya que el precio no es
más que una metáfora de su utilidad.
Otros eruditos y pensadores como Paul Shepard, influenciados por el antropólogo Claude
Lévi-Strauss, han escrito sobre el "principio de evolución" que establece que las especies
fuera de su hábitat natural y sus comportamientos se convertirán en patológicas. Shepard
ha escrito extensamente sobre las maneras en que la interrupción de la "ontogenia" natural
humana la cual se ha desarrollado a través de miles de años de evolución basándose en la
recogida ha sido interrumpida por un modo de vida sedentario causado por la agricultura.
El propio Marshall Sahlins afirma que las sociedades primitivas, las prehistóricas y las
que hoy resisten (como los aborígenes australianos, los bosquimanos...), vivían en una
opulencia relativa puesto que poseían todo lo que podían necesitar. Para entender esta
afirmación es necesario darse cuenta de que la sociedad occidental actual ha
institucionalizado sus deseos materialistas pero que ése no es el estado natural del ser
humano. La pobreza en que, según nuestros parámetros, viven este tipo de sociedades no
es tal, puesto que la escasez de pertenencias es lo que les permite su modo de vida
nómada.
En el mismo tratado, Marshall Sahlins explica que las sociedades primitivas estudiadas
gozan de mucho tiempo libre, empleando una media de tres horas al día en sus tareas de
subsistencia, como la caza o la recolección, y que el resto de su tiempo se dedica a dormir
o a actividades de ocio.
Civilización
Los primitivistas ven la civilización como la lógica, las instituciones, y el aparato físico
de domesticación, control y dominación. Se concentran básicamente en la cuestión de los
orígenes. La civilización es vista como el problema subyacente o raíz de la opresión, y se
cree que tiene que ser desmantelada o destruida.
Los primitivistas describen el surgimiento de la civilización como el cambio durante los
últimos 10.000 años desde una existencia profundamente conectada a la red de la vida,
hacia una separada y en control del resto de la vida. Sostienen que antes de la civilización
generalmente existía un amplio tiempo de ocio, una autonomía de género e igualdad
social, un enfoque no destructivo hacia el medio natural, la ausencia de violencia
organizada, no había mediaciones o instituciones formales, y una salud y robustez. Los
primitivistas establecen que la civilización inauguró la guerra, la subyugación de las
mujeres, el crecimiento de la población, el trabajo abusivo, conceptos de propiedad,
afianzó las jerarquías, y virtualmente cada enfermedad conocida. Reivindican que la
civilización depende de un forzado renunciamiento a la libertad instintiva y que es
imposible reformar tal renunciamiento.
Los primitivistas rechazan el cambio hacia una cultura simbólica ya que lo ven como
altamente problemático, en el sentido de que nos separa de una interacción directa.
Normalmente la respuesta a este planteamiento es, "Entonces, ¿sólo quieres gruñir?". Éste
sería el deseo de algunos, pero la crítica más frecuente es un enfoque hacia los problemas
inherentes a la comunicación y la comprensión que yacen principalmente en el
pensamiento simbólico en el gasto (e incluso exclusión) de otros significados sensuales e
ilimitados.
La domesticación de la vida
Los primitivistas mantienen que hacia el inicio del cambio hacia la civilización, uno de
los primeros productos es el patriarcado: la formalización de la dominación del varón y
el desarrollo de instituciones que lo promueven. Los primitivistas sostienen que creando
distinciones falsas de género y divisiones entre hombres y mujeres, la civilización,
nuevamente, crea a "otro" que puede ser deshumanizado, controlado, dominado y
utilizado. Ven esto igual que la domesticación de las plantas para la agricultura y la de
los animales para la ganadería, en la dinámica general, y también en la específica, como
el control de la reproducción. Mantienen que como en otros ámbitos de la estratificación
social, las funciones le son asignadas a la mujer para establecer un orden rígido y
predecible, que beneficia a la jerarquía. Afirman que las mujeres han pasado a ser vistas
como una propiedad, igual que los cultivos en los campos o las ovejas en el pastizal. Los
primitivistas sostienen que la posesión y absoluto control, tanto de tierra, plantas,
animales, esclavos, niños o mujeres es parte de la dinámica establecida por la civilización.
El patriarcado, para un primitivista, exige la subyugación de lo femenino y la usurpación
de la naturaleza, moviéndonos hacia una aniquilación total. Van más allá de la
delimitación del poder, control y dominación sobre lo salvaje, la libertad para que unos
maten a otros y la vida. Dicen que la condición patriarcal dicta todas nuestras
interacciones: con nosotros mismos, nuestra sexualidad, nuestras relaciones con los otros
y nuestra relación con la naturaleza. Reivindican que limita severamente el espectro de
posibles experiencias.
Rechazo de la ciencia
El problema de la tecnología
Los primitivistas rechazan la tecnología moderna por completo. La ven como un sistema
complejo que implica la división del trabajo, la extracción de recursos y explotación para
el beneficio de aquéllos que implementan su proceso. Mantienen que la interacción con
la tecnología es siempre la alienación y mediación, y argumentan que el interactuar con
y el resultado de la tecnología es siempre una alienada, mediada y distorsionada versión
de la realidad. La tecnología, como la ciencia, es vista como no neutral.
Una herramienta simple es considerada una utilización temporal de un elemento dentro
de nuestro entorno inmediato para una tarea específica. Las herramientas no son incluidas
en sistemas complejos que alienan al usuario del acto. Los primitivistas reivindican que
en la tecnología está implícita la separación, creando un medio insalubre que nos lleva a
varias formas de autoridad. La dominación crece cada vez que una nueva tecnología es
creada, los primitivistas observan cómo es siempre necesaria la construcción de nueva
tecnología para soportar, alimentar, mantener y reparar la tecnología original. Los
primitivistas establecen que esto nos lleva muy rápidamente al establecimiento de un
sistema tecnológico complejo que parece tener una existencia independiente de los
humanos por los que ha sido creado. Piensan que este sistema destruye, elimina y
subordina el mundo natural, construyendo un mundo en el que sólo tienen cabida las
máquinas.
Producción e industrialismo
De acuerdo con los primitivistas, uno de los elementos claves de la estructura tecno-
capitalista es el industrialismo, el sistema mecanizado de producción construido sobre un
poder centralizado y la explotación de personas y de la naturaleza. El industrialismo no
puede existir, dicen, sin genocidio, actos deliberados de destrucción del medio natural y
colonialismo.
Referencias
Derrick Jensen, 1995, Listening to the Land: Conversations about Nature, Culture, and
Eros, Sierra Club Books
ANARQUISMO PACÍFICO
Anarquismo pacifista o anarcopacifismo o anarquismo no violento es el movimiento
anarquista que rechaza cualquier forma de violencia, tanto la proveniente del estado como
la que proviene de las luchas entre fuerzas sociales, promoviendo el pacifismo y la no
violencia activa.
Históricamente el anarquismo se ha entendido como una lucha social en la que se
justificaba el uso de la violencia, en ocasiones bajo el pretexto de ser una forma de
autodefensa, para eliminar cualquier tipo de autoridad coercitiva, poder impositivo o
mandato involuntario, de forma que ningún ser humano pueda ejercer relaciones de
dominación sobre otros. En oposición a este principio, el anarquista pacifista propone el
rechazo total a la violencia, provenga de quien provenga, al mismo tiempo que defiende
la creación de una sociedad organizada bajo los principios anarquistas. Los anarquistas
pacifistas consideran incorrecto (en base a un subjetivismo ético) desde un punto de vista
ético y práctico el uso de la violencia para alcanzar la revolución.
Es muy complicado hablar sobre cómo se organizaría una sociedad anarquista-pacifista
porque realmente el anarcopacifismo, como casi todas las ramas del anarquismo, se
considera de organización abierta, es decir, se supone que el modo de administrar recursos
y dilemas se daría a voluntad de la población que aplicase un sistema de organización
antiestatista basándose en un principio de federalismo (autodeterminación territorial) y
autodeterminación política (decidiendo asambleariamente el modo de gestión), por lo que
resulta imposible determinar el modo en que una sociedad anarquista decidirá organizarlo
todo. En el caso de que el anarquismo, ya sea anarquismo pacifista o socialista libertario,
se basase en un modo claro de organización a imponer al pueblo tras la revolución social
chocaría con el antiautoritarismo porque se mutilaría la voluntad de los individuos para
organizarse según crean oportuno. Esto, junto con el uso de la violencia para el logro de
fines políticos, es clave para entender la crítica anarcopacifista al marxismo y, sobre todo,
al marxismo-leninismo, aunque éstas teorías clásicas proclamen también la democracia
desde abajo.
Aun así la mayoría de los anarcopacifistas coinciden en una serie de bases. Así, el
anarquismo pacifista generalmente consiente en la existencia de ciertas leyes -normas
consensuadas-, de árbitros (como personas conocedores de la ley pactada que facilitan su
aplicación y sin un estatus de funcionariado, ya que no se perpetua el Estado), del
concepto de delito o de economía autogestiva. Sin embargo discrepa en cuanto a quién
debe hacer estas leyes, pues desde el ideal anarquista y de la acción directa, no debe haber
personas o entidades que monopolicen o controlen dicho poder. Es decir el
anarcopacifista cree que no debe haber políticos, parlamentos o gobiernos, sino que las
leyes deben emanar de los ciudadanos directamente, según un esquema de "una persona
un voto", y de asociaciones voluntarias a manera de contratos, con reciprocidad de
derechos y obligaciones.
Los medios que propone el anarquismo pacifista moderno se basan en la consulta
constante a la sociedad, la participación plena de todos los individuos que lo deseen en
cualquier toma de decisiones políticas que les afecten, la eliminación de representantes o
intermediarios entre el pueblo y el poder legislativo, y la recuperación del sentido correcto
de la palabra "política" en su significado etimológico de "participación ciudadana".
Actualmente muchos anarcopacifistas coinciden en que las nuevas tecnologías, como
Internet, pueden servir de ayuda al avance de la democracia gracias a la posibilidad de
aplicar sistemas como el de la democracia líquida.
El auge de las modernas redes de comunicación ha rescatado a principios del siglo XXI
el ideal anarquista del ostracismo al que fue sometido por su identificación con el
terrorismo magnicida, y le ha dado una nueva dimensión en la que anarquía es sinónimo
de igualdad y libertad, en lugar de ser identificada automáticamente con la violencia.
Violence has always been controversial in anarchism. While many anarchists embraced
violent propaganda of the deed during the nineteenth century, anarcho-pacifists directly
opposed violence as a means for change. Tolstoy argued that anarchism must be
nonviolent since it is, by definition, opposition to coercion and force, and that since the
state is inherently violent, meaningful pacifism must likewise be anarchistic. Ferdinand
Domela Nieuwenhuis was also instrumental in establishing the pacifist trend within the
anarchist movement. In France anti-militarism appeared strongly in individualist
anarchist circles, as Émile Armand co-founded "Ligue Antimilitariste" in December 1902
with fellow anarchists Georges Yvetot, Henri Beylie, Paraf-Javal, Albert Libertad and
Émile Janvion. The Ligue antimilitariste was to become the French section of the
Association internationale antimilitariste (AIA) founded in Amsterdam in 1904.
Tolstoy's philosophy was cited as a major inspiration by Mohandas Gandhi, an Indian
independence leader and pacifist who self-identified as an anarchist. "Gandhi's ideas were
popularised in the West in books such as Richard Gregg's The Power of Nonviolence
(1935), and Bart de Ligt's The Conquest of Violence (1937). The latter is particularly
important for anarchists since, as one himself, de Ligt specifically addressed those who
lust for revolution. 'The more violence, the less revolution,' he declared. He also linked
Gandhian principled nonviolence with the pragmatic nonviolent direct action of the
syndicalists. (The General Strike is an expression of total noncooperation by workers,
though it should be added that most syndicalists believed that the revolution should be
defended by armed workers.)" The Conquest of Violence alludes to Kropotkin's The
Conquest of Bread.
As a global movement, anarchist pacifism emerged shortly before World War II in the
Netherlands, United Kingdom and United States and was a strong presence in the
subsequent campaigns for nuclear disarmament. The American writer Dwight Macdonald
endorsed anarcho-pacifist views in the 1940s and used his journal politics to promote
these ideas. For Andrew Cornell "Many young anarchists of this period departed from
previous generations both by embracing pacifism and by devoting more energy to
promoting avant-garde culture, preparing the ground for the Beat Generation in the
process. The editors of the anarchist journal Retort, for instance, produced a volume of
writings by WWII draft resistors imprisoned at Danbury, Connecticut, while regularly
publishing the poetry and prose of writers such as Kenneth Rexroth and Norman Mailer.
From the 1940s to the 1960s, then, the radical pacifist movement in the United States
harbored both social democrats and anarchists, at a time when the anarchist movement
itself seemed on its last legs." A leading British anarcho-pacifist was Alex Comfort who
considered himself "an aggressive anti-militarist," and he believed that pacifism rested
"solely upon the historical theory of anarchism."He was an active member of CND.
Among the works on anarchism by Comfort is Peace and Disobedience (1946), one of
many pamphlets he wrote for Peace News and the Peace Pledge Union, and Authority
and Delinquency in the Modern State (1950). He exchanged public correspondence with
George Orwell defending pacifism in the open letter/poem "Letter to an American
Visitor" under the pseudonym "Obadiah Hornbrooke."
"In the 1950s and 1960s anarcho-pacifism began to gel, tough-minded anarchists adding
to the mixture their critique of the state, and tender-minded pacifists their critique of
violence.".Within the context of the emergence of the New Left and the Civil Rights
Movement "several themes, theories, actions, all distinctly libertarian, began to come to
the fore and were given intellectual expression by the American anarcho-pacifist, Paul
Goodman.
Other notable anarcho-pacifist historical figures include Ammon Hennacy, Dorothy Day
and, for a brief period between 1939 and 1940, Jean-Paul Sartre.[16] Dorothy Day,
(November 8, 1897 – November 29, 1980) was an American journalist, social activist and
devout Catholic convert; she advocated the Catholic economic theory of distributism. She
was also considered to be an anarchist,[17][18][19] and did not hesitate to use the
term.[20] In the 1930s, Day worked closely with fellow activist Peter Maurin to establish
the Catholic Worker movement, a nonviolent, pacifist movement that continues to
combine direct aid for the poor and homeless with nonviolent direct action on their behalf.
The cause for Day's canonization is open in the Catholic Church. Ammon Hennacy (July
24, 1893 – January 14, 1970) was an American pacifist, Christian anarchist, vegetarian,
social activist, member of the Catholic Worker Movement and a Wobbly. He established
the "Joe Hill House of Hospitality" in Salt Lake City, Utah and practiced tax resistance.
Charles-Auguste Bontemps was a prolific author mainly in the anarchist, freethinking,
pacifist and naturist press of the time.His view on anarchism was based around his
concept of "Social Individualism" on which he wrote extensively. He defended an
anarchist perspective which consisted on "a collectivism of things and an individualism
of persons." Gérard de Lacaze-Duthiers was a French writer, art critic, pacifist and
anarchist. Lacaze-Duthiers, an art critic for the Symbolist review journal La Plume, was
influenced by Oscar Wilde, Nietzsche and Max Stirner. His (1906) L'Ideal Humain de
l'Art helped found the 'Artistocracy' movement - a movement advocating life in the
service of art. His ideal was an anti-elitist aestheticism: "All men should be artists".Jean-
René Saulière (also René Saulière) (Bordeaux, September 6, 1911- January 2, 1999) was
a French anarcho-pacifist, individualist anarchist and freethought writer and militant who
went under the pseudonym André Arru. During the late 1950s he establishes inside the
Fédération des Libres Penseurs des Bouches du Rhône, the Group Francisco Ferrer and
in 1959 he joins the Union des Pacifistes de France (Union of Pacifists of France). From
1968 to 1982, Arru alongside the members of the Group Francisco Ferrer publishes La
Libre Pensée des Bouches du Rhône.
Movement for a New Society(MNS), a national network of feminist radical pacifist
collectives that existed from 1971 to 1988", is sometimes identified as anarchist, although
they did not identify themselves as such. For Andrew Cornell "MNS popularized
consensus decision-making, introduced the spokescouncil method of organization to
activists in the United States, and was a leading advocate of a variety of practices—
communal living, unlearning oppressive behavior, creating co-operatively owned
businesses—that are now often subsumed under the rubric of “prefigurative
politics.”MNS leader George Lakey stated that, “The anarchists claim me but I'm always
a little surprised when they do because I'm fond of social democracy as it's been
developed in Norway.” (Lakey has supported electoral politics, including the re-election
of Barack Obama as U.S. president)
From "An Anarchist FAQ": "the attraction of pacifism to anarchists is clear. Violence is
authoritarian and coercive, and so its use does contradict anarchist principles... (Errico)
Malatesta is even more explicit when he wrote that the "main plank of anarchism is the
removal of violence from human relations".
Anarcho-pacifists tend to see the state as 'organised violence' and so they see that "it
would therefore seem logical that anarchists should reject all violence". Anarcho-pacifism
criticizes the separation between means and ends. "Means... must not merely be consistent
with ends; this principle, though preferable to 'the end justifies the means', is based on a
misleading dichotomy. Means are ends, never merely instrumental but also always
expressive of values; means are end-creating or ends-in-the making".
An anarcho-pacifist critique of capitalism was provided by Bart de Ligt in his The
Conquest of Violence. An Anarchist FAQ reports how "all anarchists would agree with
de Ligt on, to use the name of one of his book's chapters, "the absurdity of bourgeois
pacifism." For de Ligt, and all anarchists, violence is inherent in the capitalist system and
any attempt to make capitalism pacifistic is doomed to failure. This is because, on the one
hand, war is often just economic competition carried out by other means. Nations often
go to war when they face an economic crisis, what they cannot gain in economic struggle
they attempt to get by conflict. On the other hand, "violence is indispensable in modern
society... [because] without it the ruling class would be completely unable to maintain its
privileged position with regard to the exploited masses in each country. The army is used
first and foremost to hold down the workers... when they become discontented." [Bart de
Ligt, Op. Cit., p. 62] As long as the state and capitalism exist, violence is inevitable and
so, for anarcho-pacifists, the consistent pacifist must be an anarchist just as the consistent
anarchist must be a pacifist".
A main component of anarcho-pacifist strategy is civil disobedience as advocated by the
early anarchist thinker Henry David Thoreau in the essay of the same name from 1849
(although Thoreau strongly supported the gun rights and self-defense). Leo Tolstoy was
influenced by it and he saw that a "great weapon for undermining (rather than
overthrowing) the state was the refusal by individuals to cooperate with it and obey its
immoral demands". Also the concepts of passive and active resistance have relevance as
they were developed later by Mohandas Gandhi.
For anarchist historian George Woodcock "the modern pacifist anarchists,...have tended
to concentrate their attention largely on the creation of libertarian communities --
particularly farming communities -- within present society, as a kind of peaceful version
of the propaganda by deed. They divide, however, over the question of action.". Anarcho-
pacifists can even accept "the principle of resistance and even revolutionary action
(nonviolent revolution), provided it does not incur violence, which they see as a form of
power and therefore nonanarchist in nature. This change in attitude has led the pacifist
anarchists to veer toward the anarcho-syndicalists, since the latter's concept of the general
strike as the great revolutionary weapon made an appeal to those pacifists who accepted
the need for fundamental social change but did not wish to compromise their ideal by the
use of negative (i.e., violent) means.
While anarcho-pacifism is most commonly associated with religious anarchism such as
Tolstoyan Christian anarchism and Buddhist anarchism, irreligious or even anti-religious
tendencies have emerged such as the French individualist anarchist anarcho-pacifist
tendency exemplified by authors and activists such as Charles-Auguste Bontemps, André
Arru and Gérard de Lacaze-Duthiers which aligned itself with atheism and freethought.
The anarcho-punk band Crass polemicised a variant of anarcho-pacifism whilst at the
same time explicitly rejecting all religions, especially the symbols of 'establishment'
Christian theology. Opposition to the use of violence has not prohibited anarcho-pacifists
from accepting the principle of resistance or even revolutionary action provided it does
not result in violence; in fact it was their approval of such forms of opposition to power
that lead anarcho-pacifists to endorse the anarcho-syndicalist concept of the general strike
as the great revolutionary weapon. Later anarcho-pacifists have also come to endorse to
non-violent strategy of dual power, as championed by Mutualism.
Peter Gelderloos criticizes the idea that nonviolence is the only way to fight for a better
world. According to Gelderloos, pacifism as an ideology serves the interests of the state
and is hopelessly caught up psychologically with the control schema of patriarchy and
white supremacy. The influential publishing collective CrimethInc. notes that "violence"
and "nonviolence" are politicized terms that are used inconsistently in discourse,
depending on whether or not a writer seeks to legitimize the actor in question. They argue
that "[i]t's not strategic [for anarchists] to focus on delegitimizing each other's efforts
rather than coordinating to act together where we overlap". For this reason, both
CrimethInc. and Gelderloos advocate for diversity of tactics.
Referencias
Ostergaard, Geoffrey (1991) Resisting the Nation State: the pacifist and anarchist tradition.
Bart de Light. The Conquest of Violence
Thoreau. Desobediencia Civil.
ANARQUISMO COMUNISTA
La Internacional anarquista
Según la historiadora Clara Lida, el primero en exponer la nueva teoría o doctrina del
anarcocomunismo fue el internacionalista francés, desterrado en Suiza tras el fracaso de
la Comuna de Lyon de 1870, François Dumartheray en un folleto publicado en Ginebra
en 1876 con el título Aux travailleurs manuels partisans de l'action polique, en el que
hacía un repaso al desarrollo de las ideas comunistas desde Babeuf hasta la Comuna de
París pasando por la Icaria de Etienne Cabet —cuya lectura le influyó mucho en su
juventud—, «para actualizarlas a la luz del anarquismo». La propuesta de Dumartheray
fue asumida por la Federación italiana de la Internacional anarquista en el Congreso de
Florencia celebrado en octubre de 1876 y tras la llegada a Suiza del exiliado ruso Piotr
Kropotkin, éste «se convirtió en el principal propagador de su doctrina». La primera
confrontación con el anarcocolectivismo hasta entonces dominante se produjo en el
Congreso de Verviers de la Internacional anarquista celebrado en septiembre de 1877, en
el que se acordó tras un intenso debate, y a propuesta de James Guillaume, que cada
Federación decidiera cuál de las dos teorías adoptaba. Según Clara Lida, «muchas de las
federaciones mantuvieron su orientación colectivista. Sin embargo, los siguientes
congresos y conferencias internacionales, con el apoyo de algunos órganos de prensa
obrera, contribuyeron a dar a conocer cada vez más ampliamente las nuevas tendencias,
y la difusión del anarcocomunismo alcanzó su cúspide en los congresos de la Federación
suiza del Jura, en 1880». Mientras los anarcolectivistas defendían el principio «De cada
uno según su capacidad, a cada uno según su trabajo» (lo que significaba que los medios
de producción eran propiedad colectiva de los que habían contribuido a crearlos por
medio de su trabajo) los anarcomunistas proponían el principio «De cada uno según sus
fuerzas, a cada uno según sus necesidades» (lo que significaba que los medios de
producción no eran propiedad de los trabajadores que los habían creado sino del conjunto
de la sociedad, única manera, según ellos, de no perpetuar las diferencias sociales y
alcanzar realmente la sociedad sin clases o comunismo).
Los itialianos Carlo Cafiero, Errico Malatesta, Andrea Costa y otros republicanos ex-
mazzinianos, por respeto a Miguel Bakunin, no hicieron explícitas sus diferencias con el
anarquismo colectivista hasta después de la muerte de Bakunin. El anarcocolectivismo
quería colectivizar la propiedad de los medios de producción mientras retenía el pago por
el trabajo, pero los anarcocomunistas querían extender el concepto de propiedad colectiva
hacia el producto del trabajo también.
Mientras los dos grupos argumentaban en contra del capitalismo, los anarco-comunistas
abandonaban a Bakunin y Proudhon, quienes mantenían que los individuos tienen el
derecho al producto de su trabajo y a ser remunerados por su trabajo, y en cambio
proponían que los individuos deberían ser libres de acceder a los bienes de acuerdo a sus
necesidades sin consideraciones respecto a cuánto trabajo hicieron.
Cafiero explica en "Anarquía y Comunismo" (1880) que la propiedad privada en el
producto del trabajo llevaría a la acumulación desigual del capital y, en tanto, distinciones
indeseables de clase: "Si preservamos la apropiación individual de los productos del
trabajo, nos veríamos forzados a preservar al dinero, dejando más o menos acumulación
de riqueza de acuerdo al mayor o menor mérito en vez de la necesidad de los individuos."
En la Conferencia de Florencia de la Federación Italiana de la Internacional de 1876,
realizada en un bosque en las afueras de Florencia debido a la actividad policial, ellos
establecieron los principios del anarcocomunismo, comenzando con:
"La Federación Italiana considera la propiedad colectiva de los productos del trabajo
como un necesario complemento al programa colectivista, la ayuda de todos para la
satisfacción de las necesidades de cada uno siendo la única regla de la producción y el
consumo que corresponde al principio de solidaridad. El congreso federal de Florencia ha
demostrado elocuentemente la opinión de la Internacional Italiana en este punto..." El
reporte aquí expuesto fue realizado en un artículo de Malatesta y Cafiero en el boletín de
la suiza Federación del Jura después en ese año.
Kropotkin
Piotr Kropotkin, es frecuentemente visto como el más importante teórico del comunismo
anarquista, tal como delineó sus ideas económicas en La conquista del pan y Campos,
fábricas y talleres. Kropotkin sintió que la cooperación es más beneficiosa que la
competición, argumentando en La ayuda mutua: un factor de la evolución que esto era
ilustrado en la naturaleza. Él llamaba a la abolición de la propiedad privada a través de la
"expropiación del total de la riqueza social" por el pueblo mismo, y por que la economía
sea coordinada a través de una red horizontal de asociaciones voluntarias en donde los
bienes son distribuidos de acuerdo a las necesidades del individuo, en vez de en función
al trabajo. Él argumentaba además que estas "necesidades", en tanto la sociedad
progresaba, no serían meramente físicas pero también "en tanto los deseos materiales son
satisfechos, otros deseos, de un carácter artístico, aparecerán en forma más importante.
Los objetivos de la vida varían dependiendo de cada uno de los individuos; y en tanto
más la sociedad se civiliza, más se desarrollará la individualidad, y asimismo los deseos
serán más variados."
Él sostuvo que, en el anarcocomunismo:
[...] las viviendas, los campos y las fábricas no serán más propiedad privada, y ellas (en
cambio) serán de la comuna o de la nación y el dinero, los salarios, y el comercio serán
abolidos.
Piotr Kropotkin, La conquista del Pan
Los individuos y los grupos usarán y controlarán cualesquiera de los recursos que ellos
necesitasen, esto debido a que el objetivo del anarco-comunismo era el poner "el producto
cosechado o manufacturado a disposición de todos, dejando a cada uno la libertad de
consumirlos como ellos lo deseen en sus propias casas."Él apoyaba la expropiación de la
propiedad para asegurar que todos tuviesen acceso a aquello que necesiten sin ser
forzados a vender su trabajo para obtenerlo.
Nosotros no queremos robar ninguno de sus abrigos, pero queremos dar a los trabajadores
todas esas cosas que ellos carecen que les hace ser presa fácil de los explotadores, y
nosotros haremos lo posible en que nadie no lo tenga, que ningún hombre sea forzado a
vender su fuerza para obtener una subsistencia para sí mismo y sus hijos: esto es lo que
nosotros entendemos por la expropiación [...]
Piotr Kropotkin, La conquista del pan
Él proponía que un "campesino esté en posesión de sólo la cantidad suficiente de la tierra
que pueda cultivar", y "una familia habitando una casa que pueda permitirse el espacio
suficiente...lo considerado necesario para ese número de personas" y el artesano
"trabajando con sus propias herramientas" no será tocado ni intervenido, argumentando
que "el dueño de la vivienda debe sus riquezas a la pobreza de los campesinos, y la riqueza
del capitalista viene de la misma fuente"
Aunque muchos anarco-comunistas están opuestos al comercio, algunos
anarcocomunistas post-izquierda u otros con simpatías anarcosindicalistas, no se oponen
explícitamente al comercio. Algunos apoyan formas no-monetarias de intercambio
material como el trueque. Otros como Tiziana Terranova ven que fácilmente el
anarcocomunismo es compatible con formas no-jerárquicas, de acceso libre, de
asociación libre, no-monetarias de comercio como por ejemplo el Peer-to-peer en las
tecnologías del Internet actual.
Actualidad
El anarcocomunismo es una de las corrientes con mayor tradición dentro del anarquismo
y tiene adherentes dentro de algunas organizaciones anarquistas existentes actualmente,
con algunas variaciones de criterios. Una de la más importantes teorías, con relevancia
académica y social, heredera en buena parte del anarcocomunismo es la ecología social
de Murray Bookchin y Janet Biehl; así también lo es la economía participativa de Michael
Albert y Robin Hahnel. Por otro lado dentro del postanarquismo (y la anarquía
postizquierda) la línea económica principal muchas veces es el anarcocomunismo pero
afín a una línea filosófica egoísta y post-situacionista.
Las federaciones sintetistas suelen también tener bastantes adherentes al
anarcocomunismo, si bien no se considera la postura oficial puesto que la síntesis trata de
abarcar al menos todas las tendencias anarquistas, caso de la Internacional de
Federaciones Anarquistas. Las federaciones plataformistas suelen establecer en su título
la denominación "anarcocomunista", si bien su diferencia con respecto a otras tendencias
anarcocomunistas es sobre su propuesta organizativa. Así pues podemos considerar por
ejemplo a la Federación de Anarco-Comunistas del Noreste de la costa este de EEUU y
Canadá, la Federación Zabalaza de Sudáfrica o la Federación de Comunistas Anarquistas
de Italia.
Críticas
Algunos de los primeros anarquistas individualistas pensaban que los elementos del
anarcocomunismo eran inconsistentes con los principios anarquistas. Benjamin Tucker
llamó al comunismo anarquista pseudo-anarquismo. La posición de que el anarquismo
comunista era un oxímoron era sostenida también por el círculo de Liberty y otros
anarquistas individualistas de mercado de Norteamérica, así como por anarquistas
europeos como Émile Armand y John Henry Mackay. En la opinión iusnaturalista de
Henry Appleton "el comunismo, siendo opuesto a la ley natural, debe necesariamente
apelar a métodos no naturales, si se pone en práctica" y emplear "el saqueo, la fuerza
bruta y la violencia." En general el anarquismo individualista y de mercado rechaza tanto
la teoría como los métodos propuestos por los anarcocomunistas para alcanzar la
anarquía, considerándolos inherentemente autoritarios.
Los anarcocapitalistas, polo opuesto del anarcocomunismo y a cualquier motivo de
interés social, al igual que otros anarquistas de mercado, sostienen que una economía
planificada y de propiedad comunitaria necesita más coerción que una economía de
mercado y propiedad privada para poderse mantener en el tiempo, y en peor de los casos
derivaría en una tiranía colectivista. Además sostienen que el anarcocomunismo está
sostenido sobre la base de falacias anti-económicas que en caso de instaurarse una
sociedad así, sería una sociedad comparativamenete menos rica y menos libre que una
sociedad anarquista con propiedad privada. Sin embargo, muchos de los anarquistas de
mercado sostienen que siempre y cuando el anarcocomunismo sea un modelo de vida
política y económica genuinamente voluntario, es legítimo adherirse a él.
Referencias
Kropotkin. La conquista del pan.
La ayuda mutua.
ANARQUISMO INDIVIDUAL
La elevación del individuo sobre toda clase de construcción o realidad social y exterior,
tal como la moralidad, la ideología, las costumbres, la religión, la metafísica, las ideas o
la voluntad de otros.
El rechazo y las reservas hacia la idea de revolución, a la que a veces consideran como
un levantamiento de las masas que podrían acarrear nuevos gobiernos. En cambio,
favorecen un método gradualista y evolutivo para alcanzar la anarquía mediante
experiencias y experimentos alternativos que podrían ser aplicados en el presente. Esto
también porque no se ve como deseable para los individuos el hecho de tener que esperar
por la revolución para comenzar a experimentar alternativas que están por fuera del
sistema actual.
El punto de vista de que las relaciones con otras personas o cosas solo pueden ser
libremente contratadas, en propio interés y puede ser tanto transitorias y sin compromisos
como se desee. La experiencia y la búsqueda individual son exaltadas.
Pero también existen diferencias. En lo que respecta a la justificación del
anarcoindividualismo, Josiah Warren usó el argumento de la soberanía individual y el
comercio justo, hay adherentes al mutualismo como Pierre Joseph Proudhon, Benjamin
Tucker), al egoísmo que no reconoce los "derechos naturales" (Max Stirner) o
iusnaturalistas (Lysander Spooner), neo-lockeanos (Murray Rothbard),
consecuencialistas (David Friedman), al anarcocomunismo (Renzo Novatore) y
oposición individualista a la idea de propiedad privada (Oscar Wilde). Justificaciones
alternativas al anarcoindividualismo han sido la contractualista (Jan Narveson), o la ética
de la argumentación de Hans-Hermann Hoppe muy cercana a la posición neolockeana.
El anarquismo de mercado o anarcocapitalismo respeta los derechos a la propiedad de
las personas. Su principal objeción al Estado reside en su carácter monopólico en el uso
de la fuerza que utiliza para castigar a quienes hacen valer sus propios derechos
(personalmente, mediante la ayuda mutua o un contrato), y porque para ejercer ese
monopolio debe hacerlo a través de una tributación obligatoria. Los anarquistas
individualistas usan el término "capitalismo" de diferentes maneras: algunos como Josiah
Warren, Benjamin Tucker, y Kevin Carson utilizan "capitalismo" para referirse no a la
propiedad del capital sino a su monopolización, mientras otros como Rothbard, Friedman
y Wendy McElroy definen "capitalismo" como el laissez-faire de una economía de
mercado libre. El anarcocapitalismo es una filosofía política que surgió an la década de
1950 a partir de los escritos de Rothbard y su rechazo a la teoría del valor del trabajo de
los individualistas del siglo XIX. El agorismo es una forma de anarquismo de mercado
popularizada por Samuel Edward Konkin III, y enfatiza la actividad contraeconómica, y
es descripto como propietarismo y libertarismo de izquierda.
La corriente de anarquismo individualista que se denomina egoísmo, deriva de la
filosofía de Max Stirner, sostiene que los individuos deben hacer aquello que desean, sin
hacer caso a Dios, Estado o regla moral. Para Stirner, los derechos son falacias,
reificaciones en la mente ("espectros"), y sostenía que la sociedad en verdad no existía
sino los "individuos y su realidad", y apoyaba la propiedad por la fuerza como preferible
al derecho moral. Stirner defendía la auto-afirmación y preveía las "asociaciones de
egoístas" conduciéndose entre sí por el respeto mutuo. Motivado por el egoismo de Stirner
apareció un movimiento europeo formado por marginales y llamado ilegalismo juntó la
idea de un sector anarquista obrerista, la propaganda por el hecho, con la filosofía egoísta,
realizando lo que llamaron "expropiación individual" así abrazando una forma de vida
criminal y justificando el robo.
Una importante tendencia dentro de las corrientes del individualismo anarquista, enfatiza
la exploración individual subjetiva y el desafío a las convenciones sociales. En este
sentido, las tendencias que propugnan el amor libre y otros estilos de vida alternativos
como el naturismo han sido populares entre los individualistas anarquistas. El amor libre
hunde sus orígenes tan atrás como el pensador Josiah Warren y las comunidades
experimentales, postulando que la libertad sexual es una clara y directa expresión de la
soberanía individual. En Europa el propagandista principal del amor libre en el
anarquismo individualista fue Émile Armand.
William Godwin
Pierre-Joseph Proudhon
Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) fue el primer filósofo en autodenominarse
«anarquista». Algunos autores consideran a Proudhon como un anarquista individualista,
mientras que otros lo consideran como un anarquista societario. Algunos escritores no
identifican a Proudhon como un individualista debido a su preferencia por las
asociaciones de grandes industrias, antes que por el control individual.6061 Sin embargo,
tuvo algunas influencias entre los individualistas de Norteamérica; en las décadas de 1840
y 1850, Charles A. Dana, y William B. Greene introdujeron los trabajos de Proudhon en
los Estados Unidos. Greene adaptó el mutualismo de Proudhon al estilo americano y
presentó su obra a Benjamin Tucker.
Proudhon se opuso a los privilegios con que el gobierno protegía a los capitalistas, los
intereses de la banca y la renta de la tierra, la acumulación y adquisición de la propiedad
(y toda forma de coerción para obtenerla), los que creía que obstaculizaba la competencia
y mantenía la riqueza en las manos de unos pocos. Proudhon apoyaba el derecho de los
individuos a retener el producto del trabajo como propiedad, pero creía que toda
propiedad que fuese más allá de lo producido por un individuo y de lo que pudiera poseer
para su uso, era ilegítima. Así, el veía a la propiedad privada tanto esencial a la libertad,
como un camino a la tiranía, en el primer caso cuando era necesaria para trabajar y el
producto del trabajo, y en el segundo caso cuando era resultado de la explotación
(ganancia, interés, renta, impuestos). Generalmente denominaba a la primera como una
"posesión" y a la segunda como "propiedad". Para las grandes industrias, apoyó las
asociaciones de trabajadores para reemplazar el trabajo asalariado y se opuso a la
propiedad de la tierra.
Proudhon sostenía que quienes trabajaban debían conservar la totalidad de lo que
producían, y que el monopolio del crédito y la tierra eran las fuerzas que lo impedían.
Defendió un sistema económico que incluía la propiedad privada y la posesión y el
intercambio mercantil pero sin obtención de ganancias, a lo que denominó como
mutualismo. La filosofía de Proudhon fue explícitamente rechazada por Joseph Déjacque
en los inicios del anarcocomunismo, cuando en una carta dirigida a Proudhon afirmó que
"no es al producto de su trabajo al que el obrero tiene derecho, sino a la satisfacción de
sus necesidades, cualquiera fuese su naturaleza." Más cerca del individualismo que del
comunismo, Proudhon afirmó que "el comunismo... es muy pernicioso para los
fundamentos de la sociedad..." Fue el autor de la famosa frase "la propiedad es un robo"
en referencia a su rechazo a los derechos a la propiedad de la tierra que garantizaban la
propiedad de quienes no la trabajaban.
Luego de que Dejacque y otros rompieran con Proudhon debido a su ulterior apoyo a la
propiedad individual y al intercambio económico, la relación de los individualistas, que
continuaban en relativo alineamiento con la filosofía de Proudhon, con los
anarcocomunistas se caracterizó por diversos niveles de antagonismo y armonía. Por
ejemplo, mientras individualistas como Tucker tradujeron y reimprimieron las obras de
los colectivistas como Mikhail Bakunin, por otro lado rechazaban los aspectos
económicos del colectivismo y el comunismo como incompatibles con los ideales
anarquistas
Max Stirner, filósofo post-hegeliano del siglo XIX, es una conocida influencia histórica
del anarquismo individualista, aun cuando Stirner no era un teórico de la anarquía
(filosofía práctica u orden político) sino del ego (psicología, moral).
El libro de Stirner, El único y su propiedad, publicado en 1844, argumentó que la única
limitación en el individuo es su poder para obtener lo que él desea. Propone que las
comúnmente aceptadas instituciones sociales, incluyendo la noción de Estado, la
propiedad como un derecho, los derechos naturales, y en general la noción misma de la
sociedad son cosificaciones de la mente. Stirner comienza afirmando que el centro de
toda reflexión, y aun de toda realidad, es el hombre. Sin embargo, no se trata del hombre
en general, ni del representante de una Humanidad abstracta, sino del individuo, de "mí
mismo" en cuanto "yo" único. El "Único" es único no porque esté relacionado con nada,
sino más bien porque él, y sólo él, es el fundamento de toda relación posible. Todo lo que
me une a otros, o todo lo que tengo en común con otros, es sólo relativo respecto al
carácter absoluto de "mi" unicidad. En suma, la unicidad no parece ser en Stirner ausencia
de relación, sino que la relación es ausencia de unicidad.
Stirner proclama que todas las religiones e ideologías se asientan en conceptos vacíos,
que superpuestos a los intereses personales (egoístas) de los individuos, revelan su
invalidez. Lo mismo es válido para las instituciones sociales que sustentan estos
conceptos y que reclamen autoridad sobre el individuo, pretendiendo hacer del individuo
un esclavo, servirse de este para su causa egoísta. Lo mismo es válido tanto para el "Dios"
de los cristianos como la "Humanidad" o la "Libertad" de los ideólogos modernos,
siempre se trata de un ideal. No son más que creencias, fantasmas, pensamientos
abstractos destinados a perpetuar el estado de servidumbre y a estar por encima del
individuo.
Como opuesto a esto Stirner llama a la conformación de una asociación voluntaria de
personas que se opone a la concepción de los grupos y colectivos abstractos y no basados
en el ego de los individuos, como son la sociedad, la nación, el Estado o la familia.
Josiah Warren
Uno de los primeros anarquistas individualistas, también muy influyente, fue Josiah
Warren, que había participado en el experimento de "New Harmony", una fracasada
comunidad socialista utópica que había patrocinado Robert Owen. Warren llegó a la
conclusión de que tal sistema era inferior a aquel que respetase la "soberanía individual"
y el derecho a disponer de la propiedad y seguir lo que el propio interés prescriba.
Los dos principales especialistas en la historia del anarquismo individualista
angloamericano han sido los libertarios James J. Martin y Wendy McElroy. Según Brian
Doherty, muchos de estos pensadores anarquistas del siglo XIX fueron vistos como
antepasados filosóficos por el fundador del libertarismo moderno, Murray Rothbard, sin
embargo en la actualidad han sido olvidados tanto por el movimiento libertario como por
los investigadores de la historia intelectual americana.
Benjamin Tucker, y otros anarquistas radicados alrededor del área de Boston, fueron
influenciados por Warren, y la interpretación de la teoría del valor del trabajo. Tucker
creía era injusto para las personas el recibir mayor renta que los otros cuando habían
efectuado un trabajo menor. Tucker afirmó que la solución para que los salarios crecieran
hasta su apropiado nivel era que el estado cesase de interferir en la economía y dejara de
proteger a los monopolios de la compentencia. Igual que Warren, veía que las ganancias
obtenidas sin trabajo eran sinónimo de explotación (con la excepción de los regalos y las
herencias). Sostenía que prestar dinero en interés involucraba una parte que no trabajaba
para el caso del prestamista, por lo que veía a las tasas de interés como una usura. Estas
rentas también eran percibidas como algo injusto porque eran ganancias obtenidas sin
haber trabajado. Para Tucker y la mayoría de los individualistas americanos
contemporáneos, la renta de la tierra solo puede existir debido al "monopolio" y al
"privilegio" sostenido por el gobierno, que restringe la competencia en el mercado y
concentra la riqueza en las manos de unos pocos. Tucker sostuvo que el control privado
de la tierra debería apoyarse solamente en el caso de que el poseedor de la misma la
estuviera utilizando, caso contrario estos poseedores tendrían la posibilidad de cobrarle
la renta a quienes la estuvieran trabajando y produciendo. Tucker imaginó una sociedad
anarquista individualista donde "cada hombre cosechase los frutos de su trabajo y nadie
fuese pudiese vivir en la holgazanería gracias a la renta del capital... convirtiéndose en
una gran colmena de trabajadores anarquistas, individuos prósperos y libres llevando la
producción y distribución al costo." Sin embargo, no todos los anarquistas individualistas
tempranos sostuvieron esta filosofía sobre la tenencia de la tierra. Warren y Lysander
Spooner no pusieron restricciones a la ocupación y uso de la propiedad. Steven T.
Byington también se opuso a las ideas de Tucker sobre los requisitos de ocupación y
utilización para la propiedad de la tierra. También apoyaban la propiedad privada
intercambiable en un mercado libre. Defendían la protección de la libertad y de la
propiedad por medio de agencias privadas, y aprobaban el intercambio de trabajo por
salarios.
Algunos "anarquistas de Boston", como Tucker, se autoproclamaron socialistas, un
término que denota una amplia significación, por el cual quiso significar el compromiso
de resolver "la cuestión laboral" mediante una reforma económica radical.
A fines del siglo XIX ocurrió un gran cisma dentro del individualismo norteamericano
cuando Tucker y algunos otros abandonaron la teoría de los derechos naturales y se
proclamaron egoístas según el modelo la filosofía individualista de Max Stirner.
Entre los anarquistas estadounidenses que adhirieron al egoismo stirneriano están
Benjamin Tucker, John Beverley Robinson, Steven T. Byington, Hutchins Hapgood,
James L. Walker, Victor Yarros y E.H. Fulton. John Beverley Robinson escribió un
ensayo llamado "Egoism" en el cual afirma que el "egoismo moderno, tal como es
propuesto por Stirner y Nietzsche, y expuesto por Ibsen, Shaw y otros...es la realización
por el individuo que...ellos son los unícos individuos"Modern egoism, as propounded by
Stirner and Nietzsche, and expounded by Ibsen, Shaw and others, is all these; but it is
more. It is the realization by the individual that they are an individual; that, as far as they
are concerned, they are the only individual.".
"Algunos periódicos fueron sin dudas influenciados por la presentación de Liberty del
egoismo. Estos incluyeron: I publicado por C.L. Swartz, editado por W.E. Gordak y J.W.
Lloyd (todos asociados de Liberty); The Ego y The Egoist, los dos editados por Edward
H. Fulton. Entre las publicaciones europeas que Tucker seguía estaban la alemana Der
Eigene, editada por Adolf Brand, y The Eagle y The Serpent, editados desde Londres.
Las formas del anarquismo individualista anti-organizacional italiano fueron llevadas a
los Estado Unidos por individualistas nacidos en Italia como Giuseppe Ciancabilla y otros
que llamaban a la violenta propaganda por el hecho allí. El historiador anarquista George
Woodcock reporta el incidente en el cual el importante anarcocomunista italiano Errico
Malatesta se encontró envuelto "en una disputa con los anarquistas individualistas de
Paterson, quienes insistían que el anarquismo implicaba ninguna organización, y que todo
hombre debe actuar solamente bajo sus impulsos."
En Nueva York el stirneriano exiliado italiano Enrico Arrigoni editó la publicación
anarcoindividualista ecléctica Eresia en 1928 y posteriormente será un miembro a largo
plazo del Libertarian Book Club en esa misma ciudad.
Anarcocapitalismo
Mutualismo
El mutualismo es una corriente de pensamiento anarquista que se remonta a las ideas de
Pierre-Joseph Proudhon, que imaginaba una sociedad en la cual cada persona pudiera
poseer los medios de producción, individual o colectivamente, con intercambios que
representasen cantidades de trabajo equivalentes en un mercado libre. Incorporado al
esquema, iba establecido un banco mutualista de crédito, que prestaría a los productores
con un mínimo recargo de interés para cubrir los costos administrativos. El mutualismo
se basa en la Teoría del valor-trabajo que postula que cuando el trabajo o sus productos
son intercambiados o vendidos, deben recibirse bienes o servicios incorporando "la
cantidad de trabajo necesario para producir un artículo de la misma e igual utilidad".
Algunos mutualistas creen que si el Estado no interviniera como resultado de un aumento
de la competencia en el mercado, los individuos no recibirían más ingresos que aquellos
en proporción al trabajo empleado. Los mutualistas se oponen a que los individuos
obtengan beneficios mediante préstamos, inversiones y rentas, ya que consideran a estos
como no-trabajadores. Algunos argumentan que si cesara la intervención estatal, estas
formas de obtención de ganancias desaparecerían debido al aumento de competencia en
capital. Aunque Proudhon se opuso a este tipo de ingresos, expresando: "... Nunca quise
decir que... había que prohibir o suprimir, por decreto, la renta de la tierra y el interés
sobre el capital. Yo creo que todas estas formas de actividad humana deberían quedar
libres y opcionales para todos."
En la medida en que se asegure a los trabajadores el derecho al total del producto de su
trabajo, los mutualistas aceptan el mercado y la propiedad privada sobre el producto del
trabajo. Sin embargo, están a favor de títulos condicionales para la propiedad de la tierra,
cuya propiedad solo se vería legitimada mientras durase el uso o la ocupación de la misma
(a lo que Proudhon llamaba posesión) El mutualismo de Proudhon incluye cooperativas
de trabajadores y asociaciones laborales porque "sin ellas, se establecerían relaciones
entre subordinados y superiores, de lo que se seguirían dos... castas de amos y obreros
asalariados, lo cual repugna a una sociedad libre y democrática", por lo que entonces "se
hace necesario para los obreros conformar por sí mismos asociaciones democráticas, con
iguales condiciones para todos sus miembros, so pena de recaer en el feudalismo."
Los mutualistas, siguiendo a Proudhon, se consideraban originalmente como socialistas
libertarios, pero en la actualidad algunos han abandonado la teoría del valor-trabajo. Los
mutualistas se han diferenciado del socialismo de estado y no propugnan el control de los
medios de producción.
Anarconaturismo
Ilegalismo e insurreccionalismo
El ilegalismo es una corriente anarquista que se desarrolló primeramente en Francia,
Italia, Bélgica y Suiza durante la primera década del siglo XX, como un desprendimiento
del individualismo stirneriano. Los ilegalistas normalmente no trataban de encontrar una
base moral para justificar sus acciones; la mayor parte de los actos ilegalistas fueron
hechos simplemente para satisfacer sus necesidades y deseos personales, no siempre
fueron como medios para alcanzar fines más elevados, aunque algunos cometieron
crímenes dentro de lo que se conoció como propaganda por el hecho.Los ilegalistas
fueron partidarios tanto de la acción directa, como de la propaganda por el hecho.
Influenciados por el teórico Max Stirner (filósofo del egoísmo) así como por la frase de
Proudhon ("la propiedad es un robo"), Clément Duval y Marius Jacob propusieron la
teoría de la reprise individuelle.
La banda de Bonnot asaltando la agencia de Chantilly, según el suplemento ilustrado del
Petit Journal
El ilegalismo alcanzó primero prominencia en la generación de europeos inspirados en
las tensiones sociales de la década 1890, durante la cual Ravachol, Émile Henry, Auguste
Vaillant, y Sante Geronimo Caserio cometieron desafiantes crímenes en nombre del
anarquismo, dentro del marco de la propaganda por el hecho. La banda francesa de
asaltantes de Jules Bonnot fue el más famoso grupo en practicar el ilegalismo.
El anarquismo insurreccionalista actual es heredero del antiorganizacionismo italiano y
del ilegalismo francés de inicios del siglo XX. Esta corriente presenta algunas influencias
individualistas, aunque también puede ser considerado como parte del anarquismo post-
izquierda. Conciben las relaciones individuales sobre la base de grupos de afinidad, que
no sacrifiquen la autonomía individual, autodefiniéndose como “un movimiento colectivo
de realización individual”. El principal teórico del insurreccionalismo es el italiano
Alfredo M. Bonanno, autor de varios escritos donde expone los principales argumentos
de esta corriente. Otros autores insurreccionalistas son Constantino Cavalleri, Wolfi
Landstreicher y Killing King Abacus El individualismo insurreccionalista reciente ha
recibido influencias de la crítica posmoderna a la modernidad; a su vez, realiza una crítica
a las organizaciones permanentes en el anarquismo clásico y el anarcosindicalismo
El insurreccionalismo se ha desarrollado principalmente en Italia, España, Grecia y
Estados Unidos, y ha adquirido cierta notoriedad por algunas acciones directas violentas
en Europa, y por la participación disruptiva en el movimiento antiglobalización. El
anarcoinsurrecionalista italiano Michele Fabiani escribe desde una postura
anarcoindividualista en ensayos como Critica individualista anarchica alla modernità.
Francia
A partir del legado de Proudhon y Stirner surgió una fuerte tradición de anarquismo
individualista francés. Una de las primeras influencias fue Anselme Bellegarrigue.
Partícipe de la revolución francesa de 1848, fue el autor y editor de Anarchie, Journal de
l'Ordre y de Au fait ! Au fait ! Interprétation de l'idée démocratique y escribió un precoz
Manifiesto Anarquista en 1850. Autonomie Individuelle fue una publicación
anarcoindividualista que existió desde 1887 a 1888. Fue editada por Jean-Baptiste
Louiche, Charles Schæffer y Georges Deherme.
Han Ryner
Posteriormente esta tradición continuó con intelectuales como Albert Libertad, André
Lorulot, Émile Armand, Victor Serge, Zo d'Axa y Rirette Maitrejean desarrollando la
teoría en el principal periódico anaqruista en Francia, L’Anarchie en 1905. Por fuera de
esta publicación, Han Ryner escribió un Petit Manuel individualiste (1903).
El individualismo anarquista francés presentaba una diversidad de posiciones, por
ejemplo, con respecto a la violencia y la no-violencia, entre otros tópicos. Emile Armand
rechazaba la violencia y apoyaba al mutualismo favoreciendo la teoría del valor subjetivo,
mientras que además era un célebre propagandista del amor libre, pero en cambio Albert
Libertad y Zo d’Axa fueron influyentes en círculos que aceptaban los métodos violentos
al estilo de la propaganda por el hecho, además de adherir al comunitarismo o al
anarcocomunismo y rechazar el trabajo. Por otro lado, Han Ryner conciliaba el
anarquismo con el estoicismo. No obstante, los círculos individualistas franceses tenían
un marcado sentido de la libertad individual y de la experimentación. El naturismo y el
amor libre fueron materias con una fuerte influencia en estos círculos individualistas,
expandiéndose al resto de los anarquistas, incluso llegando a surgir entre los
individualistas españoles.
Émile Armand, anarcoindividualista francés y propagandista del amor libre
Emile Armand llamaba a vivir bajo las condiciones y formas propias deseadas en el
presente, revelándose contra el condicionamento social en la vida cotidiana y por medio
del vivir con aquellos que se tiene una afinidad grupal a uno en acuerdo con los valores y
los deseos que se comparte.El afirma que el anarquista individualista es un "presentista"
y que "el no podría, sin mal razonamiento o uno ilógico, pensar en el sacrificar su ser,
hasta la venida de un estado de cosas que el no disfrutaría inmediatamente".
"En este sentido, las posiciones teóricas y las experiencias vitales del individualista
francés son profundamente iconoclastas y escandalosas, incluso entre buena parte de los
medios libertarios. La reivindicación del naturismo nudista, la defensa a ultranza de los
medios anticoncepcionales, la idea de “uniones de egoístas” con la finalidad exclusiva de
la práctica sexual (camaradería amorosa), que tratará de poner en práctica, no sin
dificultades, marcarán su forma de pensar y actuar, y propiciará admiración entre unos, y
un fuerte rechazo entre otros."
Después de la Segunda Guerra Mundial anarcoindividualistas francés agropados junto
con Emile Armand, publican L’Unique. L’Unique se publicó desde 1945 a 1956 con un
total de 110 números.
Italia
En Italia el anarquismo individualista tenía una fuerte tendencia hacia el ilegalismo y la
violencia, mediante la propaganda por el hecho, similar al anarquismo individualista
francés, pero quizás algo más extremo. En este aspecto podemos tener en consideración
los notorios magnicidios llevados a cabo por los individualistas Giovanni Passannante,
Sante Caserio, Michele Angiolillo, Luigi Luccheni, Gaetano Bresci que ejecutó al rey
Umberto I. Caserio vivió en Francia, siendo contemporáneo del ilegalismo francés;
posteriormente asesinó al presidente de la república francesa Sadi Carnot. Las raíces
teóricas del actual anarquismo insurreccionalista pueden ser rastreadas hasta fines del
siglo XIX, combinando el criticismo del individualismo italiano a las organizaciones y
asociaciones permanentes, con una visión socialista clasista. Durante el ascenso del
fascismo este pensamiento fue el motivador para que Gino Lucetti, Michele Schirru y
Angelo Sbardellotto trataran de eliminar mediante un atentado a Benito Mussolini.
Renzo Novatore
En el anarcocomunismo italiano existió también una vertiente individualista basada en
las ideas de Kropotkin, conocida como antiorganizacionista, cuyo individualismo se
basaba en cuestiones de táctica y organización, aunque no difería demasiado en su
propuesta final de otras tendencias comunistas. En los inicios del siglo XX fue importante
el trabajo intelectual de Renzo Novatore que estaba influenciado por Stirner, Friedrich
Nietzsche, Georges Palante, Oscar Wilde, Henrik Ibsen, Arthur Schopenhauer y Charles
Baudelaire. Colaboró en numerosos periódicos anarquistas y participó en las corrientes
futuristas de vanguardia. Su pensamiento se alineaba con el irrespeto stirneriano a la
propiedad privada, solamente reconociendo la propiedad sobre el propio espíritu.
Novatore colaboró en la publicación individualista Iconoclasta! junto al joven stirneriano
e ilegalista Bruno Filippi. Novatore perteneció a la tendencia izquierdista del movimiento
vanguardista del futurismo junto a otros anarcoindividualistas futuristas como Dante
Carnesecchi, Leda Rafanelli, Auro d'Arcola, y Giovanni Governato. También Pietro
Bruzzi editó la publicación L'Individualista en los 1920s junto con Ugo Fedeli y
Francesco Ghezzi pero dicha publicación fue suprimida por el nuevo gobierno fascista.
Pietro Bruzzi también colaboró con la publicación Eresia de Nueva York editada por
Enrico Arrigoni
Después de la Segunda Guerra Mundial 1945 durante el Congreso Fundador de la
Federación Anarquista Italiana existe la presencia de anarcoindividualistas liderados por
Cesare Zaccaria. Después durante el IX Congreso de la Federación Anarquista Italiana en
Carrara de 1965 un grupo decide separarse de la Federación para posterioriormente crear
el Gruppi di Iniziativa Anarchica. En los setenta estaba mayoritariamente "nutrida sobre
todo de veteranos anarcoindividualistas de orientación pacifista, naturista, etcétera
defiende la autonomía personal y rechaza a rajatabla toda forma de intervención en los
procesos del sistema, como sería por ejemplo el sindicalismo. Su portavoz es
L'Internazionale con sede en Ancona.".
España
España recibió influencias del individualismo anarquista norteamericano, pero estuvo
más vinculado con las corrientes francesas. Al inicio del siglo XX el individualismo en
España tomó auge gracias a los esfuerzos de hombres como Dorado Montero, Ricardo
Mella, Federico Urales, Miguel Giménez Igualada y J. Elizalde, traduciendo a los
individualistas franceses y americanos. Importantes en este sentido fueron publicaciones
periódicas como La Idea Libre, La Revista Blanca, Ética, Iniciales, Al margen y Nosotros.
Los pensadores que más influyeron en el individualismo hispano fueron Stirner, Emile
Armand y Han Ryner. Al igual que en Francia, la difusión del esperanto tuvo su
importancia, lo mismo que movimientos culturales como el naturismo y el amor
libre.Tiempo después, los propios Armand y Ryner hicieron sus contribuciones para la
prensa individualista española. La idea de Armand de "camaradería amorosa" tuvo un rol
importante en la liberación sexual y la realización individual.
La prensa anarcoindividualista española era leída ampliamente por miembros de grupos
anarcocomunistas y por miembros de la central anarcosindicalista CNT. También en sí
prominentes anarcoindividualistas como Federico Urales y Miguel Giménez Igualada
fueron miembros de la CNT y el anarcoindividualista J. Elizalde fue miembro fundador
y primer secretario de la Federación Anarquista Ibérica.
En la actualidad, académicos de la escuela austríaca como Jesús Huerta de Soto y varios
analistas del Instituto Juan de Mariana son exponentes de la herencia de la filosofía del
anarquismo individualista manifestada en el anarcocapitalismo. El anarcocapitalismo
español, como particularidad, recoge la tesis de Murray Rothbard de que la Escuela de
Salamanca en el Siglo de Oro es un precedente filosófico, jurídico y económico remoto
de algunas tesis libertarias.
Actualmente uno de los mayores exponentes del anarcoindividualismo en España es el
escritor y periodista Fernando Sánchez Dragó.
Alemania
Adolf Brand
Adolf Brand fue un anarquista stirneriano y uno de los primeros activistas homosexuales
y el primero en el mundo en editar de forma regular una revista para homosexuales
llamada Der Eigene (1896-1932). El nombre se remonta a la obra de Max Stirner Der
Einzige und sein Eigentum (El único y su propiedad). El subtítulo era Monatsschrift für
Kunst und Leben (Revista mensual sobre el arte y la vida). En los primeros números
también trataron temas como la filosofía de Stirner y el anarquismo, temas que apenas
aparecieron en los siguientes años. Der Eigene contenía a partir de 1898 principalmente
poemas, prosa, fotos de desnudos y dibujos. Los principales colaboradores fueron
Benedict Friedlaender, Klaus y Thomas Mann, Theodor Lessing, Erich Mühsam, Fidus y
Sascha Schneider.
En ese país también apareció la publicación Der Einzige (1919-1925), editada por los
primos Anselm Ruest (pseud. de Ernst Samuel) y Mynona (pseud. de Salomo
Friedlaender). El título de la publicación proviene del nombre en alemán del libro de
Stirner Der Einzige und sein Eigentum. La publicación también estaba influenciada por
Friedrich Nietzsche y estaba conectada a la expresión artística del expresionismo y la
transición desde esta hacia el dada
Anarcoindividualista alemanes contemporáneos son Hans-Hermann Hoppe y Jörg
Guido Hülsmann.
Rusia
Uno de los primeros antecedentes del anarquismo individualista ruso fue el movimiento
nihilista de la década de 1860, quienes rechazaban toda autoridad y la moralidad
burguesa. Tras el asesinato del zar Alejandro II en 1881, los nihilistas fueron conocidos
por toda Europa como partidarios de la violencia como medio para alcanzar cambios
políticos.
El anarquismo individualista en Rusia, además fue muy influenciado por las ideas de
Stirner y Nietzsche, y estuvo muy asociado a la bohemia intelectual y artística, así como
a sectores marginados; también existió una tendencia inspirada en Tolstoi, de carácter
pacifista y raíz cristiana. Durante los años previos e inmediatos a la Revolución rusa de
1905, el individualismo anarquista -aunque no fue la única tendencia anarquista que hizo
uso del terrorismo- se expresó en numerosos atentados y asesinatos, que los convertirían
en los héroes del campesinado y los marginados.
A pesar de su fuerte tendencia antiorganizacionista, varios grupos de anarquistas rusos
integraron la Confederación Nabat, junto con anarcocomunistas y anarcosindicalistas.
Los anarquistas individualistas rusos combinaban las teorías individualistas clásicas
europeas, con el comunismo, el nihilismo y el populismo, conformando a veces teorías
eclécticas, como el inter-individualismo de los hermanos Bratia y Abba Gordin, autores
del Manifiesto Panarquista de Moscú (1918). Un importante individualista anarquista fue
el poeta Lev Chernyi, comprometido en la resistencia contra la escalada de poder del
Partido Bolchevique. Adhirió principalmente a la filosofía de Stirner y las ideas de
Tucker. Murió probablemente fusilado o bajo torturas luego de ser detenido por la Cheka,
acusado de haber participado en un atentado con explosivos contra la sede del Partido
Comunista de Moscú. Se cree que no estuvo involucado en el hecho del que se le acusó.
Tras la toma del poder por los bolcheviques, la persecución, la represión y el exilio dieron
un golpe mortal al anarquismo en Rusia.
Alekséi Borovói (1875–1935) fue un escritor, orador, profesor y propagandista
anarquista individualista ruso. En 1921 publica El individuo y la sociedad desde el punto
de vista anarquista.
Reino Unido
William Godwin fue una de las primeras y más importantes influencias como se mencionó
previamente. El escritor anarquista irlandés Oscar Wilde, perteneciente al movimiento
vanguardista del decadentismo, influyó a anarcoindividualistas como Renzo Novatore y
ganó la admiración y el apoyo de Benjamin Tucker. En su influyente ensayo El alma del
hombre bajo el socialismo de 1891 defendió al socialismo como la forma mejor de
garantizar el individualismo y en tanto miraba que "La propiedad privada ha destrozado
el verdadero Individualismo, y establecido un Individualismo que es falso...Pues el
reconocimiento de la propiedad privada ha dañado realmente al Individualismo, y lo ha
oscurecido, confundiendo al hombre con lo que él posee. Podrá preguntárseme cómo es
que el Individualismo, que prácticamente depende de la existencia de la propiedad privada
para su desenvolvimiento, pudiera beneficiarse con la abolición de la misma... El
beneficio será éste. Bajo las nuevas condiciones, el Individualismo será mucho más libre,
más bello y más intenso que ahora."
A fines del siglo XIX en el Reino Unido existían anarquistas individualistas tales como
Auberon Herbert, Wordsworth Donisthorpe, Joseph Hiam Levy, Joseph Greevz Fisher,
John Badcock, Jr., Albert Tarn, and Henry Seymour que estaban cerca ideológicamente
a las posiciones de los individualistas norteamericanos reunidos alrededor del periódico
Liberty, de Benjamin Tucker. A mediados de la década de 1880, Seymour publicó un
diario llamado The Anarchist. posteriormente tomando también interés en el amor libre,
con su participación en el diario The Adult: A Journal for the Advancement of Freedom
in Sexual Relationships. The Serpent, publicada en Londres desde 1898 hasta 1900 fue
la más prominente publicación egoísta en la lengua inglesa, editada con el subtítulo A
Journal of Egoistic Philosophy and Sociology.
También perteneción a este movimiento individualista el filósofo, crítico de arte y
escritor Herbert Read que escribió acerca de Godwin y Stirner, fue autor de obras como
Al diablo con la cultura, The Paradox of Anarchism, "Philosophy of Anarchism",
Anarchy & Order; Poetry & Anarchism y My Anarchism. En el siglo 20 el anarquista
individualista Henry Meulen destaca por sus trabajos sobre la banca libre.
ANARQUISMO CAPITALISTA
El principio de no agresión
«Yo defino la sociedad anarquista como una donde no hay posibilidad legal para la
agresión coercitiva contra la persona o los bienes de cualquier persona. Los anarquistas
se oponen al Estado, ya que tiene su propio ser en tal agresión, es decir, la expropiación
de la propiedad privada a través de los impuestos, la exclusión coercitiva de otros
proveedores del servicio de defensa de su territorio, y todas las otras depredaciones y
coacciones que se basan en estos dos focos de invasión de los derechos individuales».
Murray Rothbard en Sociedad sin Estado
El anarcocapitalismo, tal como lo definen Rothbard y otros se basa fuertemente en el
principio de no agresión:
«El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí
mismo, en posesión de soberanía absoluta sobre su propio cuerpo. En efecto, esto
significa que nadie puede invadir o agredir justamente el cuerpo de otra persona. Se sigue
entonces que cada persona posee justamente cualquier recurso, previamente sin dueño,
de la que esta se apropie o que «mezcle con su trabajo». A partir de estos axiomas gemelos
—propiedad sobre sí mismo y la apropiación originaria— se construye la justificación
para el sistema entero de títulos de propiedad en una sociedad de libre mercado. Este
sistema establece el derecho de cada persona a su propia persona, el derecho a donar, dar
en herencia —y consecuentemente el derecho a heredar— y el derecho al intercambio
contractual de títulos de propiedad»
Murray Rothbard, en Law, Property Rights, and Air Pollution25 Cato Journal 2, No. 1
(primavera de 1982): pp. 55-99.
Rothbard, uno de los principales teóricos del anarcocapitalismo durante el siglo xx,
defiende la tesis de la «propiedad de uno mismo» mediante la eliminación lógica de las
únicas dos alternativas: que un grupo de personas pueda ser dueña de otro grupo de
personas, o que ninguna persona es dueña absoluta de sí misma. Ambas alternativas fallan
en producir una ética universal (que es aplicable por igual a todos los seres humanos), es
decir, una ley natural justa, capaz de gobernar a todos independientemente de lugar y
época. La única alternativa válida entonces, según Rothbard, es el principio de
autopropiedad, que según él es a la vez axiomático y universal.
En general, se puede decir que el axioma de no-agresión es una prohibición contra la
iniciación de la violencia, o la amenaza del uso de la violencia, contra personas (es decir,
violencia directa, asalto, asesinato) o contra la propiedad legítimamente adquirida de estas
(es decir, robo, fraude, impuestos). A la iniciación de la violencia usualmente se le refiere
como agresión o coacción. La diferencia entre anarcocapitalistas y otros liberales-
libertarios básicamente se debe al grado de compromiso con este axioma. Los liberales
minarquistas, o clásicos, por ejemplo, conservarían al estado (con su agresión inherente)
en una forma limitada y con esferas de acción mínimas, cuyas funciones consistirían
solamente en las labores de defensa nacional, seguridad y orden interno y legislación y
justicia. En contraste, los anarcocapitalistas rechazan inclusive estos niveles de
intervención estatal en las instituciones sociales y definen al estado como un monopolio
coercitivo de la legislación y el uso legítimo de la violencia, que es el único ente en la
sociedad que obtiene sus ingresos por medio de la agresión legal, un ente cuya existencia
viola el axioma central del anarcocapitalismo.
Algunos anarcocapitalistas como Rothbard aceptan el axioma de no agresión por una
moral o justicia natural intrínseca. Es en términos del axioma de no agresión que Rothbard
define el anarquismo, como un sistema «que provee sanción no legal para tales agresiones
[contra personas o propiedad]» y «lo que el anarquismo propone entonces es la abolición
del Estado, es decir, la abolición de la institución regularizada de la coacción agresiva».28
En una entrevista con New Banner Rothbard afirma que «El capitalismo es la expresión
más completa del anarquismo y el anarquismo la expresión más completa del capitalismo.
No sólo son compatibles, sino que no se puede tener uno sin el otro. El verdadero
anarquismo será el capitalismo, el verdadero capitalismo será el anarquismo.»29
Alternativamente, otros como David Friedman usan una perspectiva consecuencialista,
en vez de afirmar que la agresión es intrínsecamente inmoral, estos sostienen que una ley
en contra de la agresión sólo puede surgir a partir de un contrato entre partes mutuamente
interesadas, quienes acuerdan de esta forma abstenerse de iniciar la violencia entre sí.
Propiedad común
“Considere la posibilidad de una aldea cercana a un lago. Es común para los habitantes
del pueblo a caminar hacia el lago para ir a pescar. En los primeros días de la comunidad
es difícil llegar al lago a causa de todos los arbustos y ramas caídas en el camino. Pero
con el tiempo el camino está despejado y toma forma, no por esfuerzos coordinados, sino
simplemente como resultado de todas las personas caminando por esa vía día tras día. El
camino despejado es el producto del trabajo, no el trabajo de cualquier persona, sino de
todos ellos juntos. Si un aldeano decidido a aprovechar los beneficios del camino recién
creado levanta una puerta de carga y peajes, se estaría violando el derecho de propiedad
colectiva que los aldeanos se han ganado juntos”.
Roderick Long
Sin embargo, desde que la propiedad que es de propiedad colectiva tiende a perder el
nivel de rendición de cuentas que se encuentra en la propiedad individual en la medida de
que hay mayor número de propietarios —o por hacer esa rendición de cuentas
proporcionalmente más compleja— los anarcocapitalistas tienen a veces a la
desconfianza y tratar de evitar los arreglos comunales intencionales, aunque estos, como
se demuestra no entran de ninguna manera en conflicto con su ideología y son más bien
una cuestión de criterios particulares.
La privatización, la descentralización y la individualización de la responsabilidad son
objetivos anarcocapitalistas. Pero en algunos casos, no sólo proporcionan un reto, sino
que ellos mismos lo consideran imposible, establecer rutas oceánicas es un ejemplo
común de los bienes considerados como de difícil apropiación privada. Lo negativo y que
sí entra en contradicción con su ideología es la colectivización estatal o forzada
(supuestamente en nombre de la «mayoría») que fortalece el poder y la legitimidad del
gobierno, en que las cuentas se rinden a terceros y no entre las partes y no existe
responsabilidad particularizada.
Medio ambiente
Los gobiernos centrales generalmente tienden a abogar por acciones o censura de los
contaminadores con el fin de beneficiar al «pueblo» o a la «mayoría». Sin embargo la
economía cartelizada y contaminante de las corporaciones recibe subvenciones
gubernamentales (capitalismo corporativo), tal es el caso de la altamente contaminante
industria pesada que obtiene subvenciones jurídicas y económicas de parte de los políticos
bajo el argumento de la creación de empleo o de los estímulos a la inversión privada.
La contaminación del aire, el agua y la tierra, por ejemplo, es vista como el resultado de
la colectivización estatal de la propiedad, los bienes naturales cuando son públicos no son
mantenidos o renovados por nadie y nadie se responsabiliza por ellos (tragedia de los
comunes). Los anarcocapitalistas tienden a coincidir con los ecologistas de mercado en
relacionar las tendencias destructivas del medio ambiente con el Estado y sus
disposiciones colectivizantes.
Armas
El anarcocapitalismo se opone a toda coacción, por lo cual, defiende la libre posesión de
armas. Aunque la propiedad privada permite que sus legítimos propietarios decidan si los
demás pueden entrar con armas o no en su territorio.
Ley y orden
En la teoría anarquista libertaria la ley y el orden de una sociedad voluntaria pueden ser
proveídas por un mercado competitivo de instituciones privadas que ofrecen seguridad,
justicia, y otros servicios de defensa, «la asignación privada de la fuerza, sin un control
central». Un mercado donde existen proveedores de la seguridad y la ley que compiten
por clientes de pago voluntario que desean recibir los servicios en vez de individuos
gravados sin su consentimiento a los que se les asigna un proveedor monopólico de la
fuerza. La creencia, entre los anarquistas de mercado libre, es que esta competencia,
tiende a producir servicios legales y policiales más baratos y de mejor calidad, incluyendo
«una alta calidad de buena imparcial, eficiente arbitraje de reclamaciones de derechos en
conflicto».
El anarquismo de mercado desarrollado por Murray N. Rothbard teoriza una sociedad
donde los proveedores de justicia compiten por clientes (ley policéntrica, agencia privada
de defensa) y donde la ley está basada en el derecho natural o el derecho negativo. David
D. Friedman propone un anarquismo de mercado donde en adición a la seguridad provista
por el mercado, la ley en sí misma es producida por el mercado.
Variedades de anarcocapitalismo
La adopción del anarquismo de libre mercado —entendiéndolo como propiedad privada,
mercado libre en ausencia del derecho estatal— en esta filosofía, fue desarrollado por el
economista e historiador estadounidense Murray Rothbard, quien fue el primero en
teorizar el anarcocapitalismo.«Un estudiante y discípulo del economista austriaco
Ludwing von Mises, Rothbard, combinó el laissez faire de su profesor con la visión
absolutista de los derechos humanos y el rechazo del Estado que había adoptado al
estudiar a los anarquistas individualistas estadounidenses del siglo 19 como Lysander
Spooner y Benjamin Tucker». En el anarcocapitalismo rothbardiano en primer lugar
estaría la implementación de un «código legal [libertario mutuamente acordado] que sería
de aceptación general y al cual las cortes se plegarían». Este código reconocería la
soberanía individual y la no agresión como derechos inalienables, esta concepción del
anarcocapitalismo se basa en argumentos iusnaturalistas.
Otros pensadores, como David Friedman, proponen el anarcocapitalismo por medio de
argumentos utilitaristas, es decir, la noción que la adopción del anarcocapitalismo
produciría mejores resultados que cualquier otra alternativa de orden social y económico.
En el anarcocapitalsimo propuesto por David D. Friedman, «los sistemas de leyes se
crearán por [buscando] ganancia en el libre mercado», lo cual conduciría a una sociedad
libertaria generalizada si no es que absoluta. Rothbard basa su filosofía sobre las bases de
la ley natural absoluta pero también aporta explicaciones económicas de por qué piensa
que el anarcocapitalismo es preferible desde un punto de vista pragmático. Friedman
afirma que no es un teórico de los derechos absolutos pero que también "no es un
utilitarista", aunque piensa que "los argumentos utilitaristas frecuentemente son la mejor
forma de defender los puntos libertarios". Por su parte, Hans-Hermann Hoppe utiliza la
ética argumentativa para fundamentar el "anarquismo de propiedad privada", y es más
cercano a la visión de ley natural de Rothbard. No todos aquellos partidarios de un
anarquismo capitalista se llaman a sí mismos anarcocapitalistas, por ejemplo Wendy
McElroy prefiere usar el término anarcoindividualismo.
Los anarcocapitalistas tienen variadas visiones de cómo hacer para eliminar al Estado.
Rothbard abogaba por uso de cualquier táctica no inmoral disponible para conseguir
libertad. Los agoristas, seguidores de la filosofía de Samuel Konkin proponen eliminar
al Estado practicando la resistencia fiscal y el uso de estrategias de mercado negro ilegal
denominadas contraeconomía hasta que las funciones de seguridad del Estado puedan ser
reemplazadas por competidores de mercado libre.
Liberalismo clásico
La primera fuente que servirá para sustentar la teoría moderna de la anarquía de mercado
es el liberal clásico John Locke, quien argumentó que, como la gente mezcla su propio
trabajo con recursos sin propietario, hacen de estos recursos su propiedad. Las personas
pueden adquirir nueva propiedad por el trabajo sobre recursos sin propietario o por el
comercio de bienes creados. Esta idea es usada por los anarcocapitalistas para explicar
por qué para ellos la soberanía de la propiedad privada entra en contradicción con la
soberanía del Estado.
Uno de los primeros individuos en proponer el concepto de privatización de la protección
de la libertad y propiedad individuales, prefigurando lo que será luego el
anarcocapitalismo, fue el francés Jakob Mauvillon en el siglo XVIII. Más tarde, en los
años 1840, Julius Faucher y Gustave de Molinari propugnaron lo mismo. Molinari,
discípulo predilecto de Frédéric Bastiat, en su ensayo La producción de seguridad,
argumentó: «Ningún gobierno debería tener el derecho de impedir que otro gobierno entre
en competencia con aquel, o exigir a los consumidores de seguridad que acudan
exclusivamente a aquel para su mercancía».
Molinari sostuvo que el monopolio sobre la seguridad causa precios altos y baja calidad.
Dijo en Les Soirées: "El monopolio del gobierno no es mejor que ningún otro. Un
gobierno administra bien y, no lo hace especialmente a bajo precio, cuando no se tiene
competencia que temer, cuando los gobernados son privados del derecho de escoger
libremente sus reglas... La producción de seguridad inevitablemente se vuelve costosa y
mala cuando es organizada como un monopolio." El peso de la argumentación de
Molinari para el anarquismo de libre mercado se basa en la economía y no en la oposición
moral al Estado.
La tradición liberal antiestado en Europa y los Estados Unidos continuó luego de
Molinari en los escritos tempranos de Herbert Spencer, así como en pensadores como
Paul Émile de Puydt y Auberon Herbert.
Escuela austríaca
Murray Rothbard (1926-95), quien afirmó que «el capitalismo es la más completa
expresión del anarquismo, y el anarquismo es la más completa expresión del
capitalismo».
La Escuela Austríaca de Economía fue fundada con la publicación en 1871 del libro de
Carl Menger Principios de economía. Los miembros de esta escuela enfocan la economía
como un sistema a priori, como la lógica o las matemáticas, en lugar que como una ciencia
empírica como la geología. Se trata de descubrir los axiomas de la acción humana
(llamada «praxeología» en la tradición austriaca) y hacer deducciones de los mismos.
Algunos de estos axiomas praxeológicos son:
Incluso en los primeros días, la economía austriaca fue utilizado como un arma teórica
contra el socialismo y la política estatista. Eugen von Böhm-Bawerk, un colega de
Menger, escribió una de las primeras críticas sobre el socialismo en su tratado La teoría
de la explotación del socialismo-comunismo. El economista austriaco más influyente fue,
quizás, Ludwig von Mises, autor de la obra praxeológica La acción humana. Más tarde,
Friedrich Hayek, discípulo de Mises, escribió Camino de servidumbre, afirmando que
una economía dirigida destruye la función de información de los precios, y que la
autoridad sobre la economía lleva al totalitarismo.
Murray Rothbard, también discípulo de Mises, es el hombre que intentó fusionar la
economía austriaca con el liberalismo clásico y el anarquismo individualista. Escribió su
primer artículo abogando por «anarquismo de propiedad privada» en 1949, y más tarde
se le ocurrió el nombre alternativo «anarcocapitalismo». Era un economista de formación,
pero también con conocimientos en historia y filosofía política. Cuando joven, se
consideraba parte de la Vieja Derecha, una rama antiestatista y anti-intervencionista del
Partido Republicano. En la década de 1950, participó brevemente con Ayn Rand, pero
después tuvo una pelea con ella. Cuando los guerreros fríos intervencionistas de National
Review, como William F. Buckley, Jr., ganaron influencia en el Partido Republicano en
la década de 1950, Rothbard deja ese grupo y formó una alianza con los grupos de
izquierda contra la guerra, teniendo en cuenta la tradición contra la guerra entre una serie
de autoproclamados izquierdistas y en un grado más cerca de la Vieja Derecha de los
conservadores. Él creía que la Guerra Fría estaba más en deuda en teoría, con la izquierda
y progresistas imperialistas, especialmente en lo que respecta a la teoría trotskista.Más
tarde, Rothbard se opuso inicialmente a la fundación del Partido Libertario, pero se le
unió en 1973 y se convirtió en uno de sus principales activistas. Libros de Rothbard, como
Hombre, economía y Estado, Poder y mercado, La ética de la libertad y Hacia una nueva
libertad, son considerados como clásicos del pensamiento libertario de ley natural.
En inglés
Son importantes referentes en el idioma inglés los estudios de reconocidos miembros del
Mises Institute, del Cato Institute y del Independent Institute. Otras fuentes más
explícitamente anarquistas son el Center for Libertarian Studies, el Journal of Libertarian
Studies, los sitios Anti-State.com, StrikeTheRoot.com, Anarchism.net,
LewRockwell.com, el Seasteading Institute o el Molinari Institute, en los EE. UU.
También destacan el podcast canadiense Freedomain Radio y la organización Libertarian
Alliance del Reino Unido, entre otras fuentes.
En español
En español existe un importante referente del anarcocapitalismo, adjunto del Ludwig von
Mises Institute y exponente de la escuela austríaca, el catedrático Jesús Huerta de Soto,
junto con exponentes contemporáneos como Miguel Anxo Bastos, Albert Esplugas y
algunos miembros y analistas del Instituto Juan de Mariana. Editoriales que incluyen en
su catálogo textos del anarquismo liberal son Unión Editorial y Ediciones Innisfree de
España, y Grito Sagrado de Argentina.
Otros idiomas
En portugués se puede encontrar al Instituto Ludwig von Mises Brasil, en flamenco al
Rothbard Instituut y en italiano importantes miembros del Istituto Bruno Leoni, que
adhieren y promueven el anarcocapitalismo desde estos institutos.
Ejemplos históricos
Interpretación del siglo XIX del Althing en la Mancomunidad Islandesa, en la cual autores
como David Friedman y Roderick Long consideran que existieron elementos de una
sociedad anarcocapitalista. Las jefaturas del clan podían ser compradas y vendidas, y no
existían monopolios geográficos, los individuos podían elegir voluntariamente la
pertenencia a cualquier clan.
Algunos de los teóricos del anarcocapitalismo señalan ejemplos históricos que presentan
similitudes con su ideología. Si bien se trata de sociedades extemporáneas a la
formulación de esta doctrina o de procesos sociales no derivados de esta filosofía, estos
teóricos destacan situaciones reales en donde la protección de la libertad y propiedad
individuales fueron voluntariamente financiadas antes que provistas por el Estado a través
de los impuestos.
La Irlanda celta
Un ejemplo frecuente de una sociedad con características anarcocapitalistas es la Irlanda
celta en la Edad Media, por su sistema legal y de cortes basada en clanes a los que uno
podía afiliarse y desafiliarse con libertad.
La Islandia medieval
Según David Friedman, «las instituciones islandesas medievales tuvieron varias
características peculiares e interesantes; podrían haber sido creadas por un economista
chiflado para probar los alcances en los cuales los sistemas de mercado podrían suplantar
al gobierno en la mayoría de sus funciones fundamentales». Aunque no la califica
directamente como anarcocapitalista, Friedman arguye que la Mancomunidad Islandesa
entre los años 930 y 1262 presentó «algunas características» de la sociedad
anarcocapitalista —debido a la existencia de un sistema legal sencillo, la seguridad era
enteramente privada y capitalista—, aportando algunas evidencias de cómo una sociedad
de ese tipo funcionaría. «Aun cuando el sistema legal islandés reconocía una ofensa
esencialmente "pública", la manejó otorgándole a algunos individuos (elegidos a veces
de entre los afectados) el derecho a llevar el caso y recolectar las multas, encajando de
esta manera en un sistema esencialmente privado».
La Pensilvania temprana
El estudio sobre la historia de América Colonial de Murray Rothbard, Conceived in
Liberty, discute el periodo cuando Pensilvania (del tiempo del Santo Experimento) cayó
en una situación de anarquismo y cómo William Penn luchó cerca de una década para
reinstalar su gobierno sobre un pueblo que no quería.
Internet
Para muchos anarcocapitalistas, por ejemplo los vinculados al criptoanarquismo, Internet
debería ser el ejemplo de una red de jurisdicciones (con algún parecido a la ley
policéntrica) y los conflictos se resolverían basándose en la ley común (véase la nueva
lex mercatoria). Son tomados por ellos como metáfora del funcionamiento de la
interacción voluntaria (mercado), ya que el conocimiento que manejan las infinitas
interacciones entre individuos que se dan cada día en el mundo es muy superior a lo que
jamás podrá manejar ninguna institución centralizada (véase: conocimiento disperso).
Críticas
Las críticas al anarcocapitalismo comprenden varias categorías: aquellas que afirman que
el anarcocapitalismo no puede funcionar en la práctica; otras que afirman que el
capitalismo necesita un Estado coercitivo para existir (según el minarquismo) y que una
sociedad puede ser anarquista o capitalista pero no ambas (según el anarcocomunismo);
críticas generales sobre moralidad en el capitalismo y el liberalismo que pueden aplicarse
al anarcocapitalismo; y las críticas utilitaristas que afirman que el anarcocapitalismo no
maximiza la utilidad.
Desde el minarquismo
Algunos liberales consideran que un sistema capitalista no podría sobrevivir o no sería
eficiente sin un Estado público e imparcial, y que todo el sistema jurídico que protege al
capitalismo se vería amenazado al existir varios Estados privados compitiendo entre sí.
Afirman así que el capitalismo necesita de un Estado de derecho para ser estable.
El anarcocapitalismo fue criticado, entre otros, por Milton Friedman, quien escribió:
Landes y Posner argumentaban que el sistema privado tenía fallas básicas que lo hacía
inferior a un sistema público ideal excepto por las ofensas que pueden detectarse y
castigarse a un costo casi nulo. Admiten que el sistema privado podría ser preferible al
poco menos que ideal sistema público que tenemos. Sin embargo argumentan que el
predominio de la aplicación privada (de la ley) contra las ofensas que son fácilmente
detectadas (principalmente ofensas civiles) y su rareza contra las ofensas que son difíciles
de detectar (principalmente las ofensas criminales) sugieren que nuestro sistema legal es,
por lo menos a grandes rasgos, eficiente, utilizando en cada caso el más eficiente sistema.
Friedman, sin embargo, procede a argumentar que "la ineficiencia que Landes y Posner
demostraron en las instituciones privadas de aplicación de la ley que describen puede
eliminarse con cambios menores en las instituciones".
Referencias
Hans-Hermann Hoppe
The Economics and Ethics of Private Property
A Theory of Socialism and Capitalism
Democracy: The God That Failed
Walter Block
Defendiendo lo indefendible
The Privatization of Roads and Highways: Human and Economic Factors
Toward a Libertarian Society
Robert P. Murphy
La teoría del caos
Bruce L. Benson:
The Enterprise of Law
To Serve and Protect
Randy E. Barnett, The Structure of Liberty Las fuerzas del mercado crean orden legal
Anthony de Jasay, The State El Estado actúa por sus propios intereses en contra de los
intereses individuales.
Jan Narveson, You and The State Defensa contractualista del anarcocapitalismo
Morris y Linda Tannahill, The Market for Liberty Un clásico sobre las agencias privadas
de defensa
Anarcocapitalismo revolucionario
Visión general
Edward P. Stringham, Anarchy and the Law Recopilación de los principales argumentos
y estudios históricos sobre anarcocapitalismo
ANARQUISMO SOCIALISTA