You are on page 1of 4

LA MÚSICA COMO CIENCIA

La música fue considerada una ciencia desde Pitágoras (siglo VI a.C.),


que inicia la investigación del fundamento matemático de las
relaciones entre los sonidos, hallando las proporciones de la 8ª, la 5ª,
la 4ª, etc. Siendo el número el fundamento de la música así como de
todos los fenómenos físicos, esto daba a la música categoría a la vez
científica y metafísica.

Escritores cristianos como San Agustín, afirman también que la


música se basa en leyes matemáticas, porque el número rige el
mundo de los sonidos.

Las doctrinas pitagóricas fueron transmitidas a la ciencia medieval


por Boecio (siglos V-VI d.C) que constituyó la suma autoridad para
todos los tratadistas de la música.

En el Renacimiento las relaciones entre las matemáticas y la música


se investigan y se ajustan. Así, en el siglo XV el ilustre teórico
musical español Bartolomé Ramos de Pareja indaga las proporciones
matemáticas de los modos mayor y menor y establece así las bases
para las modernas concepciones armónicas. Y en el siglo XVI el
español Salinas mantiene que sólo puede considerarse como música
aquella que se somete a los dictados de la razón, y que ésta es, así
mismo, supremo juez para juzgar de la belleza de la música.

Descartes en el siglo XVII dice que la belleza de la música queda


supeditada a las proporciones matemáticas.

Es muy conocida la siguiente definición de Leibniz (filósofo alemán de


los siglos XVII y XVIII) afirmando las bases matemáticas de la
música: “La música es un cálculo efectuado inconscientemente por el
espíritu, una actividad mediante la cual el espíritu se impone las
proporciones a sí mismo. El espíritu no tiene conciencia clara de la
estructura numérica de la música; sin embargo, percibe sus efectos,
como se advierte en la distinción entre consonancia y disonancia.”

Por su parte, casi todos los grandes matemáticos han participado de


la concepción de la música como ciencia.
En nuestros días Schillinger ha llevado este concepto a sus últimas
consecuencias en sus “Bases matemáticas del arte”, en la cual afirma
que: los cánones de la belleza son totalmente computables por
procedimientos matemáticos abstractos; es tiempo de considerar la
estética como una rama de las matemáticas; y que no hay razón para
que la música, la pintura y la poesía no puedan ser proyectadas y
ejecutadas como lo son las máquinas y los puentes. Esta filosofía
implica la eliminación de la creación espontánea o intuitiva, pasando
a la producción automática, hasta llegar a la supresión del
compositor.

- LA MÚSICA COMO ARTE

La música como arte, tiene una relación estrecha con el mundo que la
rodea, hasta tal punto que nunca se puede entender el arte de la
música si se prescinde de la situación estética, social y artística de la
sociedad en que surge.

La música como arte ha sido valorada por todas las culturas, desde
los pueblos más primitivos. Hay mitologías en las que la creación del
mundo se realiza a partir del sonido; otros piensan que la música es
el medio de comunicarse con los dioses. Esta situación no cambia
cuando llegamos a pueblos más cultos, y así los griegos la valoran
hasta tal punto que hablan del origen semidivino de la música. Dioses
como Hermes, Atenea, Dionisos o Apolo están relacionados con el
arte de la música, como inventores de instrumentos o simplemente
como tañedores.

La música es una parte esencial en el teatro, en los juegos olímpicos,


en fiestas, y es igualmente valorada por atenienses y espartanos.

Platón dice que la música ejerce una gran influencia sobre el hombre,
y la sitúa en el lugar cumbre de todas las artes.
Roma hereda la afición musical de los griegos y la transmite a la Edad
Media europea, aunque en esta época la música no es solamente
valorada como arte, sino que también se le da el rango de auténtica
ciencia.

Durante el Renacimiento la importancia del arte de la música la


comparten todos los humanistas, la iglesia y los intelectuales de
entonces.

El Barroco supone una reavivación del arte musical. A partir de la


Revolución Francesa la clase media y la burguesa se comienza a
interesar por la música, que hasta entonces era un arte más o menos
unido a la aristocracia y a la religión.

Durante el Romanticismo la música se convierte en el arte por


excelencia.

Y ya en la sociedad contemporánea el arte musical ha tomado sin


duda la primacía sobre todas las artes, dado que en realidad todo el
mundo la cultiva a un nivel u otro; incluso otras artes de enorme
importancia (como el cine) tienen que recurrir necesariamente a su
ayuda.

.- LA MÚSICA COMO LENGUAJE

Cuando analizamos la música como lenguaje ponemos el énfasis en


los siguientes aspectos:

a) La música como transmisora de mensajes.

Mensajes afectivos. La música transmite este tipo de mensajes. El


hecho de que los acontecimientos emotivamente más intensos se
expresen por medio de la música (amor, odio, olvido...) nos indica la
capacidad de vehicular estas emociones a través de este arte.

Existe también un mensaje estético, universal en la cultura humana,


no ligado a un pensamiento, ni siquiera a un idioma, que hace de la
universalidad de la música uno de sus grandes valores. Su influjo le
viene del poder y contenido que en sí misma posee. La posibilidad de
comunicación sin palabras amplía su posibilidad de expansión
intracultural.

El mensaje intelectual también está presente en la música, sobre


todo cuando la música está ligada al texto. Muchos compositores de
ópera se valieron de la música para hacer propaganda ideológica;
además están las canciones que hacen referencia a verdades de fe,
costumbres populares, etc.

b) La música como medio de comunicación.


El lenguaje musical sirve de medio de comunicación entre
compositor, intérprete y oyente.
En la medida en que el oyente descifra adecuadamente lo que emite
el intérprete entenderá mejor o peor lo que el compositor quiso
expresar; pero también en la medida en que el intérprete es fiel al
compositor expresará más fidelignamente su idea, y

c) El lenguaje musical es algo único y propio de este arte.


Ningún arte ha elaborado unos códigos lingüísticos tan universales
como la música, al mismo tiempo que tan complejos; la notación, las
formas de medir los sonidos, la complejidad de una partitura
orquestal, incluso la representación de la música para ordenador,
etc., nos configuran un modo único de organización que exige años
de estudio para dominarlo.

Y ya para terminar, constatar, que la música se configura como un


lenguaje individual en tanto que interiorizado, pero también como un
lenguaje social en tanto que representa modas generacionales de
épocas concretas. Con su fuerza comunicativa, la música es capaz de
excitar o relajar, de transportarnos a impulsos sublimes o a impulsos
primarios, de emocionar o de hacernos pensar, por todo lo cual, la
música supera en muchos aspectos, al lenguaje plástico y verbal,
configurándose como un medio comunicativo excepcional.

You might also like