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La escritura en espejo es bastante común en los primeros años del aprendizaje de la

lecto-escritura, los niños entre 4 y 7 años, suelen escribir de esta forma, aunque lo
más frecuente es la inversión de números y letras como la p, q, b, d, más que palabras
u oraciones completas.

La mayoría de las teorías coinciden, que esto se debe a que el niño en esta edad, aún
no ha establecido la lateralidad, ésta se empieza a activar de los 3 a los 5 años y se
termina de desarrollar hasta los 10 o 12 años que es cuando se establece la
direccionalidad, por lo que este problema debe ser superado aproximadamente entre
los 7-10 años de edad. La mayoría de los niños pasan por esta fase sin presentar
dificultad para superarla.

Es factible que la lateralidad no esté definida en el período pre-escolar, por ello, habrá
que desarrollarla para que, al empezar la primaria, el niño tenga unas referencias
claras de orientación y suficientemente bien organizadas y su sistema visual-
perceptual le permita percibir las simetrías entre los números y las letras, de esta
forma comprenderá el trazo adecuado de los números y de las letras particularmente
complejas que solo cambian por la dirección hacia la derecha o hacia la izquierda o
hacia arriba y hacia abajo como lo son la b, d, p, q.

ESTRATEGIAS DE APOYO

1. Podrían trazar números sobre papel de lija o escribirlos sobre arena o con crema
de afeitar. Esto estimula diferentes sensaciones en el niño/a y le permite ir
interiorizando el trazo adecuado.
2. La repetición es la clave del éxito. Desarrollar lo que se conoce como memoria
muscular. Practicar escribiendo e identificando esos números muchas, muchas
veces antes de ser capaz de hacerlos correctamente de una manera consistente.
3. Recostar al niño/a en una cama cómoda o en una alfombra, boca abajo y levantar
su ropa despejando la espalda, con su dedo, los padres trazan las letras y números
(en la espalda baja hacia la cintura) en especial los que escribe al revés y le piden
que les diga el numero o letra que le escribe en la espalda, lo que le ayudará a su
cerebro a identificar el giro y sentido de la forma correcta de escribir.
4. En cartulinas, que escriba los números y letras que escribe al revés y que los haga
grandes, esto le ayudará a su cuerpo a tener memoria muscular del movimiento
correcto de escritura.
5. Desarrollar una buena coordinación ojo-mano. Esto sienta las bases para la
integración visual-motora, que es esencial para la buena escritura. Los ojos del
niño deben guiar su mano para que pueda copiar los números correctamente. La
coordinación ojo-mano se puede mejorar trabajando en habilidades como lanzar
y atrapar una bolsa de frijoles e incluso atrapar burbujas por el aire. Que el niño
trace patrones, por ejemplo, los números, y formas simples que ha dibujado un
adulto, esto también mejora sus habilidades de coordinación manual y visual.
6. Desarrollar habilidades de percepción visual de su hijo/a: Esto implica prestar
atención a los pequeños detalles y comprender que las pequeñas diferencias son
importantes. Esto ayuda a entender que el número 2 tiene que ser de una forma
específica, y que no es un 2 si está invertido o boca abajo. Esto se puede trabajar

con rompecabezas y probar con encontrar la diferencia de imágenes y laberintos.

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