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Siglo XXI: era del conocimiento

En los últimos años el valor del conocimiento ha adquirido cada vez más importancia.
Estamos en la era del conocimiento. Hay que complementar el capital tangible y financiero
con el intelectual. Una medida de este fenómeno se puede apreciar en lo que se conoce como
la Q de Tobin. Este indicador relaciona el precio de mercado de las acciones con el valor de
reposición de los activos tangibles. En estos días ese valor ha estado alrededor de 1,25 en los
Estados Unidos. En Colombia, el promedio de las 14 más transadas durante el mes de agosto
de 2007 fue de 2,65. De esas 14 sólo 4 tuvieron una Q menor que 1. En Argentina de las 75
acciones más transadas en la bolsa sólo 28 tuvieron Q menor que 1. Esto muestra la
importancia de los intangibles en el valor de la firma.

Valorar intangibles es necesario en propiedad intelectual para medir el desempeño y evaluar


estrategias de negocios. En adquisiciones, ventas y joint ventures, para valorar una firma. En
franquicias para conocer el valor de la licencia. También en la solicitud y pago de
mantenimiento de patentes, auditoria de propiedad intelectual, transferencias internas de
propiedad intelectual y uso de la propiedad como garantía o para titularización.
Hay dos tipos de activos intangibles:

 La propiedad intelectual es un activo porque el dueño tiene derecho de beneficiarse de


él. Incluye patentes, derechos de autor (copyright), secretos industriales y marcas. Se
pueden separar de una transferencia de la firma.
 Las ventajas intangibles no son un activo porque el dueño no ejerce propiedad sobre
ellas. Incluye la gente que trabaja en la firma, el entrenamiento que se ha dado al
personal, la habilidad gerencial y la fidelidad de los clientes. No se pueden separar de
una transacción de la firma.
Hay cuatro razones que hacen difícil la valoración de intangibles:

 No hay mercado visible y transparente para transarlos. El de tangibles existe.

 La mayoría de los contratos de negociación de propiedad intelectual son peculiares e


irrepetibles.
 Por su naturaleza los activos de propiedad intelectual son disímiles. La ley requiere
que así sea.
 Los detalles de transferencia de propiedad intelectual son privados.

Algunos critican los ejercicios de valoración de la propiedad intelectual por la subjetividad y


la incertidumbre que conllevan. Dicen que no vale la pena el esfuerzo. Esto obliga a aceptar
que se está entre la ignorancia y la certidumbre y que se requiere también de experiencia,
habilidad y muy buen criterio. Por el otro lado, la valoración proporciona una guía para
negociar a pesar de su alto grado de incertidumbre.

La idea es medir la diferencia entre una firma que tiene el activo intangible y otra que no lo
tiene. En el caso de una marca, por ejemplo se trata de medir el valor asociado al hecho que
por un producto de marca el cliente paga más que por uno genérico.

En valoración de intangibles hay métodos para valorar una marca o activo intangible, pero
dejan mucho que desear. Unos son más subjetivos que otros. Algunos pueden calificarse de
arbitrarios o que no tienen sentido desde el punto de vista teórico o empírico.

La diferencia entre el valor de mercado de una firma y el valor de los activos tangibles es el
valor de los intangibles. La medición de intangibles de manera específica (una marca, patente,
know how, etc.) se está desarrollando y hay mucho por hacer. Lo cierto es que los intangibles
siguen siendo parte substancial del valor de una firma.

Autor: Ignacio Vélez Pareja

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