Professional Documents
Culture Documents
Para las personas depresivas que no hallan más palabras para su situación
interior, proponemos el Salmo 88, en el que se expresa la vivencia depresiva. Dice
así:
Con estas palabras no se aplica un devoto vendaje sobre el desamparo sin salida
de la persona depresiva. Más bien, eta palabras ofrecen al depresivo. Más bien,
esta palabra ofrece al depresivo la oportunidad de dar voz a sus disposiciones
ante Dios. Al orar con estas palabras, su depresión adquiere un rostro. La
destrucción y el caos interior.
El Salmo no termina con palabras de confianza, sino con elementos: << Yo soy
pobre y apocado desde joven, de soportar tu enojo estoy entorpecido. Tus furores
me atropellan, tu espantos me consumen: como aguas que me rodea todo el día,
me a saltan todos a la vez. Alejaste de mí a amigos y compañeros: mis allegados,
las tinieblas>> (Sal 88,16-19). Cuando el depresivo dice estas palabras, no se
obliga a superar espiritualmente su depresión. Solo le da expresión ante Dios.
Permanece en su oscuro agujero. Pero grita. Se aferra a Aquel que puede exponer
su pena. Esto le quita un peso. Al verbalizar su estado de ánimo, lo transforma.
Nosotros los monjes cantamos este Salmo completo durante el jueves santo
después de la festividad de la eucaristía. Se descubre el altar y se llevan los dones
de la eucaristía a la cripta. Entonces oramos al igual que hizo Jesús en el monte
de los olivos. Nos transportamos a su situación desesperada de abandono. Pero al
orar junto a él, nos sentimos unidos a todos los seres humanos que sufren algo
similar. Y al cantar sentimos que vivimos experiencias en las que nada nos
consuela, en las que podemos decir con desesperación: <<Mi confidente son sólo
las tinieblas>>. Ninguna persona me comprende. Acepto mi abandono y mi
depresión. Le concedo palabras. Las palabras expresan la depresión y al mismo
tiempo, la iluminan. Pues las palabras son siempre son siempre, por su propia
esencia, portadoras de luz.
19 ANHELO DE INTIMIDAD Y PROFUNDIDAD
Lo que Guardini escribió en su libro hace ochenta años sigue siendo válido. Hoy
día a diferencia de Guardini, me tomaría más seriamente el aspecto psicológico de
la melancolía. Por entonces, teología y psicología todavía seguían siendo
disciplinas enemigas. Pero Guardini tenía razón cuando afirmó que la melancolía
no es un tema puramente psicológico, sino también espiritual. Es un desafío en
nuestro camino espiritual. No elegimos sino caracterizaremos por una actitud
melancólica o una optimista, si seremos muy sensibles o más bien estables y
menos sensibles o más bien estables y menos sensibles. No se trata de ser lo
mejor ni peor. Cada uno tiene que integrar en su camino espiritual la constitución
psíquica que ha recibido. Y no puede seguir su camino espiritual dejando de lado
su constitución psíquica, sino considerando humildemente su situación
sentimental. Así la melancolía no será un obstáculo en el camino hacia Dios, sinos
que nos remitirá directa y absolutamente a Él. Sentiremos que ha sido un esfuerzo
vano querer libarse de la melancolía. Nos acompañara en nuestro camino hacia
Dios, desbaratará nuestra ilusión sobre nosotros mismos y nuestra vida espiritual.
En definitiva, nos preparará cada vez más para el Dios incomprensible.
CAMINANDO A TRAVÉS DE LA
<<NOCHE OSCURA DEL ALMA>>
Existen muchas similitudes entre la depresión y la noche oscura, pero también hay
diferencias. Se precisa una fina intuición para distinguir entre ambas. Los Santos
Padres diferenciaban entre tinieblas (skotos = tiniebla del alma) y oscuridad
(gnophos). También conocemos esta diferencia en castellano. La tiniebla es
siempre negativa; la oscuridad, por el contrario, es más bien positiva. Entre los
Santos Padres, la tiniebla es consecuencia del alejamiento personal de Dios, en
tanto que la oscuridad es el lugar en el que puedo experimentar a Dios de un
modo especial. Para mí, un criterio importante para saber si alguien sufre una
depresión o están pasando precisamente por la noche oscura es su libertad
interior. Con frecuencia, las personas depresivas se quejan porque no reciben lo
que necesitan porque no tienen ningún amigo o ninguna amiga, no tienen éxito, no
tienen fuerzas. En la noche oscura, no se depende de semejantes deseos ni
necesidades. Se sufre un vacío interior. No se siente nada más de Dios. Como es
natural es falta de experiencia de Dios puede estar unida por completo a la
experiencia de no sentirse más a uno mismo. Pero tiene otra calidad distinta de la
depresión, en la que estoy separado por completo de mí y tampoco percibo la
proximidad de otra persona.
Las personas depresivas pueden llegar a ser conscientes de esta relación interior
de la enfermedad con el mundo circundante cuando intentan superar su
depresión. En el intento de superar la enfermedad, prestan en cierto sentido una
contribución al mundo que las rodea. Muchos que son depresivos me cuentan que
no pueden hacer nada por el mundo. No sabe que huella vital han de dejar en este
mundo. Tiene ya bastantemente que hacer consigo misma. A estas personas le
respondo siempre: <<No necesitas dejar en el mundo una huella de alegría. Pero
si te reconcilias con tu depresión y si la padeces conscientemente, entonces
saldrá de ti una esperanza para el mundo. Purificas el lugar en el que estas, las
aflicciones que nublan el pensamiento de tus congéneres, para que vuelvan volver
a mirar este mundo con esperanza. En tu proceso de curación, superas la
enfermedad de nuestra época y llevas esperanzas a la desesperanza del mundo.
Con tu depresión, no estas fuera de la sociedad sino en su centro. En
representación de los demás, percibes algo que muchos prefieren reprimir. Con tu
depresión, no estas fuera de la sociedad, sino en su centro. En representación de
los demás percibes algo que muchos prefieren>>.
Daniel Hell sostiene que la depresión es, con frecuencia, un grito de auxilio del
alma contra exigencias excesivas de movilidad que se plantea al individuo. De
manera que el aumento de las depresiones es una interpretación a nuestra
sociedad sobre las estructuras que ofreces, sobre la posibilidad de que acaso
ellas exija demasiado a las personas haciendo que enfermen sobre si ha sido
capaz de desarrollar estructuras que ayuden a las personas a vivir conforme a su
esencia. Otras depresiones son un grito de protesta contra la actitud de <<todo es
posible>>. En estados Unidos, está muy extendido el método del pensamiento
positivo. Seguramente esta técnica tiene su lado positivo. Pero cuando sugiere
que todo problema podrá resolverse simplemente pensando solo de manera
positiva, entonces cada vez más personas, a las cuales esto no ayuda, reaccionan
con depresiones. Sus depresiones son un grito de protestas que no debemos
ignorar. También allí donde nuestra sociedad gira excesivamente entorno al
bienestar, en tanto que el wellness y la salud se elevan a una especie de bien
religioso, es posible entender el aumento de las depresiones como protesta contra
esta fijación unilateral en el fitness físico y psíquico. A veces, la depresión es
también una sana reacción ante una fijación exagerada en el extinto y los logros.
La depresión. La depresión invita a aquellos que sufren a causas de la época
actual así como debido a su carácter, a liberarse del poder de las actitudes
patógenas en nuestra sociedad. Y en ella es para toda la sociedad un desafío para
que se reflexione sobre sus pautas y se compruebe como se empuja a la gente
hacia la enfermedad.
Además, la depresión representa otro desafío añadido: no remite a los caminos
psicológicos y médicos que hoy día conoce la ciencia. Pero también nos remite al
camino espiritual. En definitiva, la depresión --- independientemente de si es la
noche oscura de la fe, un episodio depresivo o una grave represión recidivante ---
nos conduce siempre a las cuestiones básicas de la vida: ¿Por qué quiero vivir?
¿Cuáles son las pautas de mi vida? ¿Cómo interpreto mi vida? ¿Cuál es el
objetivo de mi vida? Pudiera decirse que la depresión nos plantea tres preguntas,
que la gnosis ha formulado como las cuestiones esenciales del ser humano:
¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos? La depresión es
una invitación a despedirnos de todas las pautas que se oponen a nuestra
esencia, a desprendernos de todas las ilumines con las que hemos construido una
imagen grandiosa de nuestro yo. Pero también nos desafía para que dejemos de
culpabilizarnos por todo y de fijarnos en interpretaciones negativas, para siempre
seamos aquellos que somos por nuestra esencia, para que nos aproximemos
cada vez más a la imagen única y genuina que Dios sea hecho de nosotros.