Professional Documents
Culture Documents
Dios establece una alianza con el pueblo de Israel durante el peregrinar por el desierto. Allí, en
el monte Sinaí, Moisés recibe las Tablas de la Ley, que contenían las diez normas
fundamentales para la vida del pueblo. Y entre ellas ocupan un lugar privilegiado el cuarto
mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre”.
Los Diez Mandamientos son las leyes más básicas de la convivencia de Israel. Dios bendecía y
protegía a los judíos y estos respetaban la Ley. Estas tablas se conservaban en un cofre sagrado
que era el signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo.
Las primeras leyes se refieren a Dios, porque Él es lo primero y más importante: ámalo y
respétalo. A partir del cuarto mandamiento se refieren a los hombres y sus cosas. De esta
segunda parte el primero y más importante se refiere a la familia: Honra a tu padre y a tu
madre para que vivas muchos años en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar.
A diferencia de los otros mandamientos, no es una prohibición sino un deber: Honra, y tiene
implícita una promesa: para que vivas largos años. Sin duda, es el más importante para los
hombres.
Nuestros padres nos dieron la vida. Papá y mamá son el instrumento de Dios, Señor de la vida,
para prolongar su creación. La vida humana pertenece a Dios, que nos la transmite por medio
de ellos. Este solo hecho, es suficiente para que nuestros en nuestros padres reconozcamos la
mano de Dios y su presencia.
Honrar significa respetar siempre a nuestros mayores, incluso cuando pierden sus facultades
por la edad o por enfermedad; implica reconocer también su autoridad, pues, dentro del
orden familiar, gozan de superioridad respecto a sus hijos; finalmente quiere decir guardar un
afectuoso amor hacia quienes nos dieron el bien más precioso, la vida.
Mediante el amor, los hijos responden con obediencia a las indicaciones de sus padres.
Este deber es imprescindible para mantener el orden en la sociedad, por eso el texto sagrado
incluye el fin último de este mandato: prolongar la vida. Si los hijos no respetan a sus mayores,
se puede perder el respeto hacia cualquier persona y no será posible convivir en armonía.
De la familia a la sociedad:
La autoridad de los padres es modelo y referencia de las demás figuras de autoridad a las que
estamos sometidos. Vivimos en una sociedad donde hay autoridades institucionales: maestros,
jueces, gobernantes, etc. Siempre que estos poderes respeten la dignidad y los derechos de
sus subordinados, se les debe respeto y obediencia.
ACTIVIDAD: Lee el siguiente texto que explicita los Mandamientos y contesta:
1. Amarás al Señor tu Dios con todo su corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Exigencias: fe, esperanza, caridad, adoración, oración, sacrificio, cumplir promesas y votos.
Algunas faltas (pecados): blasfemias, falso juramento, perjurio, herejías, chistes y bromas.
Exigencias: Rendir culto a Dios, orar, hacer obras de caridad, descansar y celebrar el Día del
Señor.
Algunas faltas (pecados): dejar de celebrar el Día del Señor, trabajar sin descanso. Apartarse
de la piedad y la oración.
4. Honra a tu padre y a tu madre para que vivas muchos años en la tierra que el Señor, tu
Dios, te va a dar.
Exigencias: respetar, amar y obedecer a los padres y/o personas que tienen alguna autoridad
frente a nosotros.
5. No matarás.
Exigencias: defender la vida desde su concepción hasta la muerte natural, cuidar la salud,
evitar el consumo de bebidas embriagantes o sustancias alucinógenas o psicoactivas, construir
la paz y evitar la guerra.
6. No cometerás adulterio.
Exigencias: fidelidad conyugal, reconocer y aceptar la identidad sexual, dominio de si, castidad
en los casados, solteros y consagrados.
7. No robarás.
Exigencias: respeto a l bien ajeno, devolver lo prestado, respeto y cuidado del bien común, un
salario justo, práctica de las obras de caridad, derecho a la propiedad privada sin excesos en la
acumulación.
Algunas faltas (pecados): robo, retener los bienes perdidos o prestados, salarios injustos,
especulación de precios, corrupción, apropiarse de bienes de una empresa privada, del estado,
privar a otros de lo necesario, deseo desordenado de dinero y/o bienes.
Exigencias: Decir siempre la verdad, rectitud en las acciones y en las palabras, sinceridad y
transparencia, respeto a la reputación y vida privada de las personas.
Algunas faltas (pecados): acusación falsa, calumnia, juramento falso, mentira, ironía,
hipocresía, ser cómplice de vicios y pecados graves, incumplimiento de promesas y contratos,
injerencia malévola en la vida privada de las personas.
Exigencias: apartar los deseos de aquello que no te pertenece, devolver lo prestado, respeto y
cuidado al bien común, un salario justo, práctica de las obras de caridad, derecho a la
propiedad privada sin acumulación.
Algunas faltas (pecados): desear las cosas que no nos pertenecen, avaricia, tacañería, desear
la miseria a otros, dañar o destruir lo de otros por envidia, apego a los bienes de este mundo.
1. Separa los que se refieren a Dios y a la religión de los que ordenan las relaciones entre los
hombres y las cosas.
5. En resumen ¿Crees que el cuarto Mandamiento es distinto y más importante? ¿Por qué?
Reconozco el valor que tienen mis padres como instrumentos de Dios en mi vida
Jesús nunca estuvo sólo. Nació en el seno de una familia. Con María y José, sus padres, vivió
durante treinta años en Nazareth, junto a sus parientes y vecinos. Cuando inició su vida pública
se rodeó de discípulos que fueron para Él una nueva familia, la familia de los creyentes. María,
su madre, estuvo a su lado en los momentos más importantes.
Cuando llegó el momento oportuno, Dios decidió entrar en la historia de su pueblo enviando a
su Hijo. Para hacerlo escogió a una familia. Se fijó en dos jóvenes que estaban comprometidos:
María y José. Jesús nunca estuvo solo. Con sus padres vivió durante treinta años en Nazaret,
junto a sus parientes y vecinos. Cuando inició su vida pública se rodeó de discípulos que fueron
para Él una nueva familia, la familia de los creyentes. María estuvo a su lado en los momentos
más importantes.
El sí de María:
Los Evangelios de Lucas y Mateo relatan como Dios, a través del Ángel Gabriel, hace un
anuncio desconcertante a María: “concebirás y darás a luz un hijo al que pondrás por nombre
Jesús. Él será grande, será llamado Hijo del Altísimo”.
Se trata de un anuncio sorprendente, María aún no está casada con José y la misión
encomendada por el Ángel excede sus posibilidades. A pesar de ello, María confía plenamente
en Dios y responde afirmativamente: “aquí está la esclava del Señor, que me suceda como tú
dices” (Lucas 1,34-38).
El anuncio del Ángel no solo sorprende a María, también, a José su prometido. Este, que según
el Evangelio era un hombre justo, respeta a María y decide que su embarazo quede oculto para
que nadie pueda hacerle daño. Después de tomar esa decisión, el Ángel del Señor, por medio de
un sueño, le quita toda duda y le invita a confiar en ella: “José, hijo de David, no temas aceptar
a María como tu esposa, pues el Hijo que espera viene del Espíritu Santo” (Mateo 1,18-21).
Desde entonces José asume a Jesús como un hijo propio. A partir del sí de María y la acogida
der José, Dios entra a formar parte de la familia humana. La familia concreta es el lugar elegido
para hacerse uno de los nuestros: La Sagrada Familia de José, María y Jesús.
Otro evangelista, san Juan, narra el nacimiento de Jesús con esta expresión: “La Palabra se hizo
carne y habitó entre nosotros”(Juan 1,1-18).
Hacerse carne quiere decir asumir la condición humana en su totalidad, con sus posibilidades y
límites. Es lo que se conoce como “la encarnación”; que implica que Jesús recorrió todo el
camino de la existencia humana: fue recién nacido, completamente dependiente del cuidado de
sus padres, atravesó la infancia con sus juegos y su educación, maduró y se convirtió en un
joven que debió aprender un oficio y elegir su destino. Como adulto se hizo preguntas, tuvo
sentimientos, asumió responsabilidades, padeció el dolor y la injusticia de su tiempo… todo ser
humano puede sentirse identificado con Jesús, porque es uno de los nuestros.
LA VIDA EN NAZARET
Nazaret era una pequeña aldea, de apenas unos trecientos habitantes, en las laderas de
Galilea. La economía era agrícola y se vivía muy humildemente. La vida de la familia de Jesús
no fue muy distinta a la de las otras familias de su pueblo.
Esta familia no vivía aislada, sino rodeada de parientes y de otras familias vecinas. Varias casas
estaban en torno a un patio central donde se hacía la vida común, todos eran una gran familia
(Patriarcal).
Tampoco tenemos información de María. Como toda mujer de Nazaret se encargaba de las
labores de la casa y de educar a Jesús. Por su presencia en los Evangelios sabemos además que:
* Era una mujer con un rico mundo interior, que guardaba las cosas en su corazón. Esa
sensibilidad le permitió desarrollar un profundo espíritu de fe. Ese mismo espíritu lo transmitió
a su hijo en la infancia y le enseñó a encontrar a Dios en la vida.
* Estaba atenta a las necesidades de los demás y era solidaria con sus sufrimientos. Como
madre estaba dispuesta para atender con generosidad a quien pudiera necesitar de su ayuda.
* Era una mujer fuerte, soportó el dolor propio y ajeno, y fue capaz de acompañar a su hijo en
los momentos más difíciles.
No había libros, entonces lo que aprendió Jesús fue mediante la observación de la vida y
gracias a la tradición oral. Con la guía de su madre y del Espíritu Santo, adquirió una profunda
sabiduría del corazón. Cuando más tarde fue el Maestro, hablaba con convicción y autoridad.
Jesús fue una figura controvertida en su tiempo. Fue criticado no solo por las autoridades
religiosas y los grupos de poder, sino también entre los que lo conocían más de cerca.
Alrededor de los treinta años, Jesús abandona su casa en Nazaret y se dedica a la misión de
anunciar su Evangelio, la Buena Noticia, eso era más fuerte aún que sus lazos familiares. Sin ser
maestro de la ley, ni escriba, empieza a predicar con autoridad y a hacer milagros. Su vida y su
mensaje fueron para el pueblo sencillo una bendición de Dios, pero para los fariseos, los
saduceos y las autoridades religiosas, se convirtió en un escándalo y una provocación
recibiendo el rechazo, viendo en su predicación una amenaza a su prestigio y estabilidad.
Además de familiares y gente común se exclamó que estaba loco.
Sin embargo, crecía el número de seguidores y discípulos. Tiene ahora una nueva familia. No
unida por vínculos de sangre o de vecindario, sino por la fe y el deseo de que el Reino de Dios se
haga presente en sus vidas. Es un grupo muy particular: pescadores, publicanos, mujeres…
Entre ellos se vivía una relación de hermanos, porque tenían a Dios por Padre. Cuando nazca la
Iglesia, el Nuevo pueblo de Dios, se conservará ese deseo de fraternidad.
ACTIVIDAD:
1. Nazaret formaba parte de Galilea, región del Norte de Palestina. Era la primera comarca en
contacto con las distintas invasiones que azotaban a Israel. Se le llama “Galilea de los
paganos”. Los galileos eran mal vistos por los judíos. Lee el siguiente texto y responde las
cuestiones:
Juan 1, 45. Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y
también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» 46. Le
respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»
Reconozco la importancia de la familia, al punto que el mismo Dios quiso tener una
propia
En los orígenes:
El hombre y la mujer son creados a imagen y como semejanza de Dios. No somos dioses, pero
llevamos dentro su huella. Tenemos la capacidad para amar, igual que Él, y según nuestra
medida. También Dios nos ha creado capaces de transmitir la vida, sentir compasión, crear
belleza, ser solidarios, expresar ternura como Él.
Todos somos su imagen, tenemos esas facultades desde nuestro nacimiento, en nuestra
naturaleza. En eso reside nuestra dignidad. Pero también podemos ser su semejanza, es decir,
desarrollar nuestra naturaleza, vivir según esos dones que nos ha dado y así reflejar en
nuestras vidas nuestro origen divino.
Los seres humanos somos seres sexuados: hombre y mujer. Una diferencia que es signo
de complementariedad. Somos dos maneras esenciales de ser humanos. Con un mismo
origen, con las mismas responsabilidades y derechos, reflejando ambos la misma dignidad de
Dios. Ninguno es superior al otro.
Los cristianos antiguos comentaban que la verdadera huella de Dios se muestra en la creación
de una pareja, no de un hombre solo o de una mujer sola. Si Dios es amor, en el amor de un
hombre y de una mujer está su imagen. El hombre está solo sin la mujer, por eso se alegra
tanto cuando Dios se la ofrece como su compañera y dice: “ahora sí”. Ahora ya puede alcanzar
la felicidad.
“Por esta razón deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos se hacen
una sola carne”. Con estas palabras, la Biblia nos recuerda algo muy básico de la experiencia
humana: dejamos nuestro hogar, la casa de nuestros padres, cuando ya estamos listos para
afrontar nuestra propia vida. Es entonces cuando nos unimos a nuestra pareja para ser una
sola cosa.
Ya desde el origen queda claro el sentido de la unión entre los esposos y por tanto de la
sexualidad:
* La comunión de amor entre el hombre y la mujer: “esta sí que es hueso de mis huesos y carne
de mi carne”.
El amor entre el hombre y la mujer y la práctica de la sexualidad, dentro del matrimonio, son
realidades buenas porque han sido creadas por Dios.
ACTIVIDAD:
1. Lee los textos de las citas bíblicas Génesis 1, 26-27 y 2,7.18.21-25 y establece los aspectos
comunes y las diferencias que hay en los relatos de la creación del hombre.
Génesis 1,26. Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza
nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las
alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. 27. Creó, pues, Dios al ser
humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
Genesis 2, 7 Entonces el Señor Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus
narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. 18. Dijo luego el Señor Dios: «No es
bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» 21. Entonces el Señor Dios
hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas,
rellenando el vacío con carne. 22. De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre
formó una mujer y la llevó ante el hombre. 23. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es
hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido
tomada.» 24.Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen
una sola carne. 25. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban
uno del otro.
2. Lee este texto del Santo Papa Juan Pablo II, y responde:
Las personas individualmente y como familia, tienen una serie de derechos que provienen de
su inviolable dignidad. Las instituciones y estados tienen la obligación de respetarlos siempre
ya que su violación infringe un daño irreparable tanto para las personas y familias como para el
mismo estado. Si quiere sobrevivir, la sociedad tiene que respetar los derechos de la familia.
1. El Papa San Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica “Familiaris consortio” incluye una lista
de derechos que llama “la Carta de los derechos de la familia”
Por esto la iglesia defiende abierta y vigorosamente los derechos de la familia contra las
usurpaciones intolerables de la sociedad y del estado. En concreto, los Padres Sinodales han
recordado, entre otros, los siguientes derechos de la familia:
v A existir y progresar como familia, es decir, el derecho de todo hombre, especialmente aun
siendo pobre, a fundar una familia y a tener los recursos apropiados para mantenerla.
v A educar a sus hijos de acuerdo con las propias tradiciones y valores religiosos y culturales,
con los instrumentos, medios e instituciones necesarias.
v El derecho a un justo tiempo libre que favorezca, a la vez, los valores de la familia.
v El derecho de los ancianos a una vida y a una muerte dignas.
Familiaris Consortio nº 46
Ø Organiza por orden de prioridad, según tu criterio los derechos que aparecen en el texto.
Ø Señala tres derechos, de los enunciados por San Juan Pablo II, que son irrenunciables y
explica el porqué.
Ø Analiza qué medidas podría tomar el Estado para facilitar ese derecho a las familias.
2. El texto que sigue a continuación nos recuerda que no siempre se respetan estos derechos y
que en algunos países la situación es problemática, incluso negativa:
Familiaris Consortio, nº 46
v El estado y la familia
Cuando las familias y las asociaciones no pueden garantizar sus derechos, corresponde al
Estado y a las instituciones públicas hacerlo. Algunos derechos solo pueden ser satisfechos por
los Gobiernos, como el acceso a la educación o la sanidad. Así mismo le corresponde al Estado
garantizar la libertad de religión, de asociación o de participación.
También es responsabilidad de las instituciones asegurar que los sectores más desfavorecidos
de la sociedad puedan tener cubiertas las necesidades más básicas a las que tienen derecho
como son vivienda digna, o la atención en caso de indigencia o enfermedad.
El proyecto de vida en familia es algo hermoso, pero también está sometido a tensiones y
dificultades. Algunas de ellas provienen de ellas mismas y otras del exterior.
Los principales problemas con los que se enfrentan las familias hoy son:
1. Pobreza en todas sus formas: En el mundo hay millones de familias que viven por debajo
del umbral de la pobreza. Esto significa, entre otras cosas, viviendas en condiciones
infrahumanas, desnutrición, nulo o escaso acceso a la cultura, insuficiencia económica, trabajo
infantil, etc.
2. Dificultad para compaginar la vida de familia y la vida laboral: La vida de familia exige
dedicación, las obligaciones laborales de los padres no siempre dejan el tiempo y la
tranquilidad para atender las necesidades familiares de manera adecuada.
UN COMPROMISO DE TODOS
Los problemas enumerados y otros que se podrían añadir, son los desafíos que presenta la vida
en familia. El hombre y la mujer que se comprometen a establecer una familia deben
prepararse para ello. Su proyecto de familia tiene que basarse en el amor, el conocimiento
mutuo, el respeto y la generosidad. En los momentos de dificultad deben buscar con decisión la
manera de mantener vivo su proyecto.
Los hijos contribuyen a construir la familia cuando con amor responden al amor de sus padres,
cuando se esfuerzan por llegar a ser personas adultas, libres y responsables, y cuando generan
un buen clima de relación.
El estado debe asumir la estabilidad y el desarrollo de la familia como un bien social. Para ello
debe asegurar a las familias unas condiciones de vida dignas y promover una legislación que la
favorezca en todos los campos.
Reconozco las dificultades que vivimos en nuestra familia y me comprometo en buscar
la manera de solucionarlas favorablemente.
Corresponde a los padres la tarea de educar a los hijos. Este deber forma parte de la
responsabilidad de traer una nueva vida al mundo. La educación se ejerce básicamente
mediante el amor incondicional, que genera en los hijos la conciencia de ser valiosos y dignos
de respeto, lo que forja a la vez la capacidad de amar y respetar a los demás. Es esencial que la
educación contemple y promueva los límites necesarios para convivir con los demás.
El amor conlleva a que los hijos vivan lo valioso y bueno que los padres viven. Cuando la familia
es disfuncional y peligra la integridad física, moral o espiritual de cualquiera de sus miembros,
la sociedad puede intervenir a través de sus instituciones.
El sentirnos reconocidos en la familia nos permite saber quiénes somos y sentirnos seguros, en
el tumulto de una sociedad anónima. La relación de gratuidad en el seno de la familia,
transmite la experiencia de ser valiosos por lo que somos, más de lo que podemos o lo que
poseemos y nos permite descubrir la dignidad que todo ser humano tiene.
Muy a pesar de la consanguinidad, en una familia todos los integrantes son diferentes en edad,
sexo o formación, pero cada uno cumple una función según sus propias capacidades.
Así, quienes gozan de una familia sana, asumen con más facilidad los valores básicos de la
sociedad: justicia, participación y solidaridad.
ACTIVIDAD:
1. Identifica los valores, responsabilidades y lazos afectivos con los que has sido educado en
tu casa y haz una lista de ellos
EVALUACION:
+ Nacemos en una familia: Desde el momento de nuestra concepción somos una familia. La
naturaleza es sabia, sólo se puede nacer teniendo un padre y una madre. Pero una familia es
más que una relación biológica. Para el recién nacido es muy importante ser acogido por sus
padres. Así se siente seguro, alimentado y querido.
Una vez en el mundo, el niño es dependiente de los adultos. Su relación básica será con sus
padres que irán acompañándolo paso a paso, etapa por etapa, infancia, adolescencia, hasta su
independencia como adulto. Es entonces cuando los padres pasan a un segundo plano y el
nuevo adulto se abre a la vida... seguramente para establecer una nueva familia.
+ Una familia sana, una sociedad sana: La persona que crece en un ambiente familiar sano,
basado en el amor, tendrá mayor posibilidad de crecer sano. La familia que tiene la posibilidad
de crear una verdadera comunidad de vida y amor ayuda a cada uno de sus miembros a
madurar como individuo independiente.
Cuando la familia es capaz de cumplir todas sus funciones y desarrollar todas sus capacidades,
la vida social se desarrolla con estabilidad y madurez: la sociedad también es sana.
Es necesario cuidar y respetar la familia para que la sociedad se desarrolle. Más allá de la
riqueza económica y social está el tesoro cultural y el valor de la familia. Sociedades
aparentemente muy desarrolladas pueden, sin embargo, estar enfermas si no respetan la
institución familiar.
ACTIVIDAD:
1. Mirando tu realidad familiar, haz una lista de las cosas que ella te asegura: desde las más
básicas como el alimento, la ropa, hasta las más espirituales, como la seguridad, el amor.
3. ¿Cuáles crees que son las peores consecuencias de no tener una familia que te proteja?
4. Lee y reflexiona Efesios 6,1-3 ¿Y ahora, con respecto a tu familia, que harás?
La familia es un conjunto de personas que se definen por sus relaciones. Se nace en una
familia, pero se construye constantemente. Por eso es importante conocer sus funciones,
necesidades, organización y apertura a otras familias.
v Funciones fundamentales de una familia
Una de las funciones principales de los padres en la relación con sus hijos es la educación, y
para promoverla necesitan ejercer la autoridad. Esta es la condición que permite el
establecimiento de normas en la convivencia y para la vida. A lo a autoridad de los padres
corresponde la obediencia de los hijos. Se pueden distinguir cuatro modelos básicos de la
autoridad:
Ø La autoridad ausente. En hogares donde no hay normas o si las hay no se cumplen, sea por
la ausencia de los padres o por la incoherencia de estos al poner límites. Los padres no se
ponen de acuerdo y los hijos hacen lo que quieren e imponen su capricho. Esta ausencia trata
de llenarse con cosas, con dinero.
Ø La autoridad democrática: se da en familias que parecen una asamblea donde todos son
iguales. Todo se dialoga, todo se acuerda, todo se cuestiona. La autoridad de los padres se
diluye y la formación de los hijos se pierde por que no tienen espacios distintos. Se entra en
una constante inseguridad.
Ø Básicas: comida, bebida, descanso, salud, higiene… sin ellas no podemos vivir.
Ø De pertenencia: aceptación del grupo del que formamos parte, conocimiento de nuestros
antepasados, de nuestras raíces, de sus historias…
Ø De autoestima: valoración positiva de los otros, reconocimiento por lo que hacemos, amor y
amabilidad.
ACTIVIDAD
1. Haz una lista de las actividades que realizan en tu familia para satisfacer parte de
las necesidades personales que tienen como seres humanos.
Desde que una pareja resuelve formar su propia familia, abandonando la de sus padres, se
suelen recorrer distintas etapas que tienen características distintas. Tomando conciencia de
ello, se puede entender mejor como cada familia cumple su función.
La familia nunca es la misma. Con el paso del tiempo todos se van volviendo mayores y
envejeciendo. Es como un ser vivo que va madurando y transformándose con los
acontecimientos. Se pueden distinguir distintas etapas en la vida de una familia:
Ø El noviazgo: la atracción entre dos personas genera una relación estable basada en el
enamoramiento. Es un tiempo para conocerse. Cada uno vive con sus padres. Con el tiempo se
va acabando el tiempo de estudios y se van incorporando a la vida laboral, lo que les ofrece
una independencia económica que permite tomar decisiones y dar paso a la siguiente etapa. El
noviazgo es tiempo de preparación al matrimonio.
Ø El matrimonio: se inicia con la celebración de la boda de los novios. Se goza de una
convivencia definitiva y se elabora un proyecto de vida en común. Los esposos disponen del
tiempo el uno para el otro y se abren a la novedad. Hay que aprender a ejecutar un proyecto
en común, estableciendo una serie de “normas conjuntas”, la distribución de tareas,
responsabilidades y espacios personales, lo que no es fácil.
Ø Ser padres: es un momento feliz: crece la familia y las relaciones cambian. Los hijos exigen
mucha dedicación y se convierten en el centro de atracción de los padres. Cuidar la relación de
pareja es más difícil y, por eso, debe ser lo más importante.
Ø La vida media: coincide cuando la familia está completa y los padres deben asumir todas
sus responsabilidades. Si las necesidades de las etapas anteriores quedaron satisfechas, se
puede gozar de la tranquilidad que da la experiencia, de lo contrario, puede entrarse en una
serie de conflictos que suelen definir la vida cotidiana. Un asunto de grandes proporciones es
cuando los hijos adolescentes se atreven a cuestionar la autoridad de los padres.
Ø La jubilación: supone otro gran cambio que nos dirige hacia el tramo final de la vida. Se
dispone de mucho tiempo y hay que saber llenarlo de manera positiva. El desgaste del cuerpo
puede generar muchas inseguridades. La experiencia de la enfermedad es difícil de asimilar. Se
vuelve dependiente de la pareja o de los hijos. Cuando uno de los dos fallece, hay que
aprender a vivir en la soledad.
Se genera en las familias un conflicto mayor por la decisión del cuidado de los “viejos”.
Ordinariamente las familias viven un proceso similar, aunque no es camisa de fuerza, saberlo
llevar nos da la posibilidad de un buen desarrollo de los proyectos de vida que, individual y
familiarmente, se han planeado. Un auxilio fundamental es el sostenerse en la fe. Dios es el
único capaz de entrar en la relación de pareja sin separarlos, o de la familia para unirla.
ACTIVIDAD
TEMA 2: FAMILIAS
Se puede pensar que las familias son más o menos iguales. Nada más alejado de la realidad. La
diversidad cultural y los cambios sociales han generado una variedad de estructuras familiares.
v Tipos de familia
Los distintos contextos culturales y los cambios sociales provocan que los tipos de familias que
existen sean más numerosos que hace unas décadas. Algunos de los más importantes son:
Ø La familia nuclear: llamada así porque el número de hijos se reduce a unos pocos y los
abuelos dejan de estar presentes. Propia de culturas urbanas, donde las relaciones con los
vecinos se van perdiendo. Por educación y economía estas familias son más pequeñas. Los
padres suelen trabajar ambos; se debilita la convivencia entre sus integrantes. Los padres
están más volcados en sus hijos, aunque con poco tiempo de dedicación.
v La familia cristiana
La familia es la célula original de la vida del ser humano, donde el hombre y la mujer están
llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida.
La familia cristiana es la iglesia en pequeño y se construye a los hijos, sobre los cimientos del
evangelio.
ACTIVIDAD:
No es necesario ir muy lejos para descubrir los profundos cambios que han sufrido las familias.
Basta con mirar la propia y la de nuestros padres. Pregunta en casa y recoge la siguiente
información: