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http://www.smithillustration.com/
no estas dibujando?
He estado haciendo ejercicio en
mi bicicleta recientemente, es
una gran forma de relajarme.
Que te ha inspirado
recientemente?
Recientemente todo lo que he
visto en mi vida me ha inspi-
rado, es como si lo estuviera
viendo todo desde una nueva
perspectiva. Estoy hablando
de cosas como pinos y casas
construidas antes de 1960.
Creo que es por que son muy
ordinarios y quisiera tener
mi oportunidad de darles un
poquito de vida.
http://www.virb.com/fak3
En esta ocasión hablaré de la técnica Bueno, platicado más o me- Primero hay que sacar todo rollo que usaremos deberá
Redscale, hace algunos meses me di nos, necesitarán dos rollos el film del rollo que vamos a quedar volteado, es decir, la
tiempo para hacer este experimento, (35mm obvio), tengan en desperdiciar y le dejaremos capa que normalmente de-
quedé sorprendido con los resulta- cuenta que uno de ellos lo solo 1cm aproximadamente bería de ir dentro, irá fuera,
dos, muy emocionado! van a desperdiciar, así que de film, esto servirá para em- en la foto se observa muy
si quieren compren uno patarlo con el otro film. bien.
Esta técnica la encontré en un grupo barato y uno caro, cinta ad-
de flickr, básicamente consiste en hesiva, unas tijeras y un cu- Como vemos en la foto tres,
voltear el film de un rollo 35mm. Esto
hará que cuando tomes la foto solo
pasará la luz roja, ya que volteaste
1 arto oscuro o en su defecto
un closet en el cual puedan
tendremos que cortarle la
lengüeta que viene al inicio
encerrarse. del film, la que nos sirve para
el film. introducirlo de mejor manera
Los resultados pueden variar Vemos en la imagen uno que a nuestra cámara. Ya que
dependiendo del tipo de rollo, tenemos el rollo de la mane- hayamos cortado esta parte,
algunos tienen superficies más
densas que no dejan pasar bien
2 ra correcta de insertarlo en
nuestra cámara, en la foto
le pondremos cinta adhesiva
para poder pegarlo al otro
la luz, me di cuenta de eso en la dos lo vemos del otro lado, film.
practica *sigh*. este es el que usaremos
para tomar las fotos. Ya que En la imagen cinco pongan
este será el que nos bloquee mucha atención ya que va-
los colores azul y verde. mos a pegar los films, el del
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rom 40s e
son Tempo Perdido, la alucinante Mar descono- Todos los miembros de una u otra cuentan con una amplia instrucción musical. Carlos Lopez Puccio es Licenciado en dirección orquestal, actualmente es
a cido, la bossa nova de Canta e Dance y la inde- docente en la Facultad de Música, ha dirigido a óperas y es fundador del Estudio Coral de Buenos Aires. Carlos Nuñez es Doctor en Química y concertista de
l i ke he 19 ectiv scriptible Syracuse. Desde mi punto de vista, Hey piano; es impresionante verlo tocar complejas partituras mientras cuenta un chiste al mismo tiempo. Daniel Rabinovich es Notario Público, guitarrista,
i is o f t rsp
Eugene es la peor del disco, muy predecible y percusionista, cantante y actor por muy extraño que esto parezca. Toca además el trombón, percusiones, flauta, guitarra y violín. Ernesto Acher es un excelente
t i n l p e fuera de tono en comparación con el estilo de las músico y arquitecto. En una entrevista para un diario argentino comentó: “Después de muchos años de tironeo y dudas, decidí dejar la arquitectura y
ar usica lobal
demás. Digamos que no combina con las demás. dedicarme a la música; los arquitectos aplaudieron y los músicos guardaron respetuoso silencio”. Jorge Maronna, compositor y guitarrista ha sido reconocido
M por su música teatral e importantes intérpretes han estrenado algunas de sus obras contemporáneas. Marcos Mundstock es el locutor oficial, su fantástica voz
P i nk ood m th a g Romanticos v2.0, es hora que renueven sus hori- mantiene al público atento en todo momento. Tiene la habilidad de mantenerse serio y firme narrando algo que podría matar de risa a cualquiera.
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zontes y dejen de escuchar a Camilio Sesto o Na- Los instrumentos son parte esencial de la agrupación. Les Luthiers cuenta con una amplia colección que va desde una violata (violín hecho con una lata), hasta
H – o Romanticas v2.0, ya pueden pedir sus serenatas yerbomatófono, una mandocleta y un Antenor (robot musical). Actualmente, Hugo Domínguez y Carlos Nuñez son los encargados de mantener el taller de l
whi
la borrasca, la bruma me abruma! Cuando me siento así, por el piso, me siento en el piso a pensar: suelo hallar consuelo en el suelo. En las despedidas me
gire <gire@e140.net> emociono, hasta la vista se me nubla. ¡Adiós, se está nublando, hasta la vista”. (Jorche)
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Sus inicios como diseñador de vestuario para películas que hoy muy pocos recuerdan (salvo sus trabajos con Woody Allen,
especialmente Interiores) parecen haber alimentado la concepción de la dirección cinematográfica de un Joel Schumacher
cada vez menos solvente (en caso de haberlo sido en algún momento), pues para este artesano hacer películas se asemeja
cada vez más a la labor de aquel que confecciona vestidos que, más allá de su función dramática, puedan ocultar la infinidad
de defectos que el portador de la prenda guarde en su cuerpo. La lógica, pues, de que la apariencia vale más de lo que atrás
se encuentra ha pasado de aquel joven diseñador a un ya veterano director.
Sus películas, la mayoría sino es que todas, no han pasado de ser lujosos artefactos visuales, de superficies siempre suntuosas
pero carente de contenidos sólidos. Porque en las películas de Schumacher, la fotogenia y el diseño de producción, a medio
camino entre lo kitsch y lo abigarrado, siempre salen al quite ante unos argumentos llenos de huecos, pretenciosos, mal
desarrollados y pésimamente resueltos como si de una versión devaluadísima de la dupla Scott –Ridley y Tony- se tratara.
Lo anterior viene a cuento no porque nos interese hacer una revisión de la trayectoria de este impersonal realizador, sino por
su más reciente trabajo: The number 23 (EU, 2007), película de interesante premisa (la obsesión al borde de la locura de un
hombre ordinario por él número en cuestión) que de inmediato se ve boicoteada por un torpe desarrollo lleno de absurdos y
una dirección insegura que parece confundir los tonos de la narración.
Son dos historias la que se nos plantea: la de Walter Sparrow (Jim Carrey, nuevamente en un papel lejos de sus registros
cómicos), un noble caza-perros callejeros que se interesa de manera progresiva en la ficción de una novela titulada como la
película misma, en la que encuentra enormes similitudes con su propia vida pasada, y la del Sr. Fingerling (el propio Carrey),
el protagonista de la ficción que tan ávidamente sigue aquel lector ensimismado. La vida de Sparrow es, por sus dimensiones,
un thriller psicológico que coquetea con el horror al verse trastocada por la misteriosa ficción. La de Fingerling, es una suerte
de noveleta noir tan tópica ( Detective decadente, Rubia fatale suicida, erotismo sadomaso) que se aproxima a la caricatura.
Al final ambas historias logran fusionarse en un clímax rocambolesco y disparatado, tan rebuscadísimo como previsible,
aunque nos recuerde bastante a la de aquella estimable Corazón satánico (Parker, EU, 1986).
Schumacher ha sido incapaz de lograr una progresión dramática
que permita al film sacudirlo de su uniformidad. La experiencia es
sumamente aburrida, pues el guión carece de matices que permitan
despertar la curiosidad del espectador, engancharlo y envolverlo en una obsesión
que de entrada se antojaba vertiginosa y desbocada. Donde debiera imperar un clima
agobiante y enfermizo, sólo alcanza para una serie de detalles de lo más pueriles
que ponen constantemente en duda la supuesta seriedad del film. Abundan,
por ejemplo, situaciones de un humor involuntario desarmante (el perro-“conciencia” de Sparrow
como un irrisorio motivo recurrente), toscos efectos esteticista (las torpes transiciones de la realidad
de Sparrow a la ficción de Fingerling) y una involuntaria ambigüedad en la recreación de esa ficción
aportada por la novela maldita (al seguir la historia del detective, uno se queda con la duda de si el embrollo
va en serio o pretende ser paródico, sensación que hasta el propio Carrey parece experimentar al actuar como si
estuviera reprimiendo su veta cómica).¿De que ha sido capaz, entonces, Schumacher? Pues de sacar su talento de
diseñador. Adornar en exceso la apariencia. Nuevamente la fotogenia, los abrumadores efectos de filtro e
iluminación y una forzadísima atmósfera opresiva tomada prestada de la también irrelevante y falsamente
siniestra 8mm (Schumacher, EU, 1999), aparecen para intentar llenar un vacío insalvable. (José Abril).