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Desplumando a un ganso cartagenero

Por: Felipe Merlano De la Ossa


Economista

Colbert y el arte de la tributación

Cuando aún no había sido publicada La riqueza de las naciones de


Adam Smith y no se había dado el nacimiento oficial de la Economía,
un francés nacido en Reims, llamado Jean-Baptiste Colbert, defendía
principios de categoría económica como el mercantilismo, estimulaba
la creación de empresas de manufacturas, justificaba las políticas
proteccionistas en el comercio exterior, impulsaba un ambicioso
programa de obras de infraestructura vial y portuaria, incentivaba la
creación de empresas estatales, ejercía un mecenazgo en las artes,
codificaba normas y convertía a Francia en la primera potencia
industrial, con una balanza comercial favorable y una gran
acumulación de oro y plata.

Este estadista que junto a Anne Robert Jacques Turgot y Jacques


Necker formaron una trilogía de expertos con gran reconocimiento
universal en el mundo de las finanzas públicas de los siglos XVII y
XVIII, era consciente de que la promoción de exportaciones y el
control a las importaciones ocasionaba beneficios para unos y
perjuicios para otros, al estilo de un juego de suma cero en donde lo
que ganaban unos, lo perdían otros, y que ello podía generar guerras
comerciales e incluso confrontaciones bélicas, como en efecto
sucedió con Holanda.

Jean-Baptiste Colbert transformó la hacienda pública de Francia y en


el campo de los impuestos sentenció: “El arte de la tributación
consiste en desplumar a un ganso obteniendo el mayor
número de plumas con el menor número de graznidos”.

La presentación del “Proyecto de Acuerdo por medio del cual se


adopta el Estatuto tributario para el Distrito turístico y Cultural de
Cartagena de Indias”, presentado en el mes de agosto de 2010 por la
administración distrital, ha sido percibido por la comunidad como un
intento por arrancarle las pocas plumas que le quedan a un ganso
que unos meses atrás había sido trasquilado con una actualización
en los avalúos catastrales de los predios del Distrito Turístico y
Cultural, que incrementó en un ciento veinte por ciento (120%) la
base del impuesto predial.

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Un proyecto fiscalista con lenguaje economicista

Cuando se trata de reformas tributarias, la administración pública


suele justificar las propuestas con la aplicación de principios de
progresividad, equidad y eficiencia, la necesidad de construir obras
de infraestructura social y productiva, y la existencia de un espacio
fiscal ante las bajas tarifas relativas.

De igual forma, se suele anunciar que el peso de las reformas caerá


sobre los contribuyentes con mayor capacidad de pago, que a las
clases menos favorecidas no se les tocará una sola pluma, que los
ricos son los que tienen que devolverle a la sociedad una parte de sus
grandes fortunas y que los ciudadanos tienen la responsabilidad fiscal
de contribuir con el desarrollo de la sociedad.

El proyecto de Estatuto tributario propuesto por la administración de


Cartagena de Indias invoca estas mismas razones. Sin embargo,
luego de las primeras lecturas del proyecto se pueden escuchar
graznidos por los diferentes barrios, comunas, localidades y
corregimientos. Se esquilma tanto a los gansos grandes como a los
medianos y aún a los pequeños.

En los medios de la ciudad se empieza a hablar de una reforma


fiscalista, concebida en un contexto academicista, de un proyecto
alcabalero, de un estatuto “agalludo”. El dirigente empresarial Jaime
Alberto Restrepo, en su columna dominical en El Universal del 22 de
agosto de 2010 afirma:

• La Administración pensando con el deseo, propone un Estatuto


agalludo que rompería el saco de su ambición con menos
recaudo de lo esperado en su último año de gobierno.

• La exposición de motivos del nuevo Estatuto Tributario de


Cartagena parece más un ejercicio académico que una
estrategia hacia la competitividad.

• “Menos mal que el documento advierte: “En discusión. No


citar. No copiar”, porque hay errores matemáticos, cuadros
confusos, incoherencias, escenarios ingenuos y un tufillo anti
empresarial que devala un afán improvisado…”.

• Aumentar las tarifas sin gradualidad… cuando un reavalúo


acaba de subir 120% la base del predial… raya en el descaro”.

• El nuevo avalúo triplicó el escenario más optimista que tenía el


distrito, a quien ya se le olvidó.

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La iniciativa gubernamental propuesta tiene un evidente corte
fiscalista; esto es, toma el atajo de recurrir a mayores tarifas e
impuestos, en lugar de generar eficiencia, efectividad y eficacia en la
gestión tributaria, y propiciar la expansión de la base impositiva. En
el inicio del capítulo II de la Exposición de motivos, página 2, se
desnudan los verdaderos objetivos del proyecto: “La presente
reforma del Estatuto tributario tiene como propósitos… aumentar los
ingresos propios y disponer de más recursos…”. La propuesta toma
visos de una iniciativa alcabalera que mimetiza con prosa, cifras,
indicadores, regresiones econométricas, notas de pie de páginas y
autoreferencias bibliográficas, su verdadera finalidad: incrementar
las tarifas para recaudar mayores recursos.

El carácter fiscalista es evidente, a pesar de que en la Exposición de


motivos del proyecto de Estatuto tributaria se bosquejen como
objetivos: construir un sistema impositivo más justo y pertinente a la
realidad socioeconómica de la ciudad, fortalecer la relación entre los
ciudadanos y el gobierno local, fomentar iniciativas productivas de
índole estratégica para el crecimiento económico incluyente,
favorecer la equitativa distribución colectiva de las cargas y los
beneficios, favorecer el clima de negocios y la competitividad en el
Distrito.

Al detallar esos objetivos, se detecta una innecesaria repetición de


conceptos que en nada contribuyen a la justificación y sustentación
de la iniciativa. Se presenta como primer objetivo fiscal y tributario, la
construcción de un sistema impositivo justo y luego como cuarto
propósito, la distribución equitativa de las cargas y beneficios. Al fin
de cuentas, un sistema impositivo justo necesariamente debe
contener una distribución equitativa de las cargas.

En el afán de no hacer explícita la verdadera intención del proyecto,


la argumentación se torna redundante. En efecto, el fomento de las
iniciativas productivas estratégicas, esbozado como tercer objetivo de
la propuesta, se reproduce en el quinto objetivo: favorecer los climas
de negocios y la competitividad en el Distrito.

El segundo objetivo expuesto: Fortalecer la relación entre los


ciudadanos y el gobierno local, es demagógico y populista en el
contexto de Cartagena de Indias. Solo existe en la imaginación del
escritor del documento, quien toma textos y teorías muy
probablemente del mundo anglosajón o europeo; es decir, de
sociedades avanzadas en lo económico, social y político, muy
distintas a la de Cartagena de Indias de 2010.

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Considerar que la imposición de dos (2) reformas tributarias en un
mismo año a los contribuyentes en Cartagena de Indias, podría
acercar a la comunidad con el Gobierno, no es lo que se esperaría en
la ciudad que inició la independencia de España, entre otras cosas,
por el abuso en las cargas tributarias.

En el capítulo denominado “Principios generales de la Reforma


Tributaria y el Plan de desarrollo” se empieza a observar el carácter
economicista que sirve de marco conceptual al nuevo estatuto. El
discurso se construye sobre el diseño de un sistema de impuestos
basado fundamentalmente en dos principios: equidad y
progresividad, colocándolos por encima de otros principios, como la
eficiencia. La necesidad de justificar las mayores tasas impositivas los
conduce a concentrar el arsenal argumentativo en la equidad y la
progresividad. He allí una gran debilidad del proyecto.

Los destacados economistas colombianos Leopoldo Fergusson y


Gustavo Suárez, Doctores en Economía del MIT y Harvard University,
respectivamente, reconocidos estudiosos y exponentes de los
modelos de tributación óptima, sostienen:

“El Gobierno debe balancear los objetivos de redistribución,


eficiencia y equidad al diseñar un sistema impositivo”.

“Por lo tanto, en lugar de recaudar la totalidad de los


recursos en un mercado usando una tasa alta, el Gobierno
puede aumentar el bienestar de la sociedad, usando una basa
gravable amplia con una tasa baja”

“Las distorsiones de los impuestos crecen de manera más que


proporcional con su tasa”

Al necesitar argumentos que justifiquen el incremento de los


impuestos, se recurre a falacias, inexactitudes y juicios que carecen
de evidencia empírica. Se olvida que en el caso del impuesto predial,
su monto está ligado a dos (2) fuerzas: la base catastral y la tarifa; en
los análisis se desprecia el reciente ajuste que se realizó sobre los
avalúos catastrales. No se consideran las enseñanzas del pasado
reciente, se olvida la pertinencia coyuntural de las políticas
sectoriales (turismo) y la evolución del ciclo económico (recesión en
la construcción).

En el año 2010, la Administración distrital aplicó una actualización en


el catastro de Cartagena de Indias que incrementó en un 120% la
base del impuesto predial. Fue un ajuste abrupto, inopinado y en un
momento poco indicado, por cuanto en el año 2009, que es cuando se
genera una parte de los recursos para pagar los impuestos del año

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2010, se presentó en Colombia, en la Región Caribe y en Cartagena
de Indias una ralentización (desaceleración) en la actividad
económica, generada en parte por la crisis en los sistemas financieros
de América, Asia, Europa y Oceanía, que condujo a que nuestro
Producto Interno Bruto (PIB) apenas creciera en 0.4%, la tasa de
desempleo reportada por DANE se situara en una cifra aproximada
del 13% y el subempleo se ubicara alrededor del 20%.

Los expertos citados por la Secretaría de Hacienda del Distrito de


Cartagena han sostenido en estudios anteriores que “los cambios en
el régimen tributario no ha (sic) mejorado la provisión general de
bienes públicos de manera autónoma (eficiencia económica), lo que
se traduce en inestabilidad del gasto público financiado con recursos
propios. La inversión social de los períodos siguientes a las reformas
se contrajo en términos reales”.

En esa afirmación se detectan dos problemas graves : uno,


relacionado con la ausencia de sustento formal al no encontrarse en
los artículos citados evidencia empírica que sustente la existencia de
una relación causa- efecto entre reformas tributarias y caída de la
inversión en Cartagena de Indias, y otro, en que presuntamente se
podría estar cometiendo un fraude en propiedad intelectual al
atribuirle a Espinosa (2008) y a Toro y Doria (2010) la autoría de unos
trabajos que son de propiedad el Distrito de Cartagena de Indias
quien los contrató con la Universidad Tecnológica de Bolívar en el año
2006 y fueron publicados a través de la Secretaría de Hacienda
distrital en el año 2007 bajo el título de Tributación y Desarrollo Local.
Atribuírselos a Espinosa y a Toro y Doria, y publicarlos sin
autorización del dueño de la propiedad intelectual parecería
deshonesto e inaceptable en el medio académico, y punible en el
contexto legal.

En cuanto a la primera inquietud, se debe precisar que en el trabajo


que en forma inconcebible se le atribuye a Toro y Doria (2010), la
única referencia que se efectúa sobre la relación entre reformas
tributarias y el progreso de los recaudos tributarios, se circunscribe al
caso de América Latina citando un trabajo de Eduardo Lora y Mauricio
Cárdenas de 2006 titulado “Las reformas de las instituciones fiscales
en América Latina”, Documento de trabajo No. 559. Washington. En
ningún instante se hace referencia al caso de Colombia y mucho
menos al de Cartagena de Indias. Esto genera dudas sobre la validez
de las argumentaciones y la honestidad académica e institucional.

Por el contrario, en las conclusiones del trabajo de la Alcaldía de


Cartagena Secretaría de Hacienda distrital se encuentra lo siguiente:
Los resultados generales muestran una relación inelástica entre el
tipo impositivo medio y el ingreso tributario (recaudo), lo cual
significa que en incremento de 1% en el TIM [tipo impositivo medio]
genera un incremento inferior al 1% del recaudo”. En palabras
sencillas: Un incremento en las tasas de impuestos no genera un

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incremento en la misma proporción en los recaudos. Es decir, lo
contrario a lo se desea demostrar con el nuevo Estatuto tributario.

En el caso del Impuesto predial se concluye en el estudio de la


Alcaldía de Cartagena publicado en 2007 que “…los incrementos de
las tasas generan incentivos para la evasión y terminan
reduciendo el recaudo”.

En el documento erradamente atribuido a Aarón Espinosa Espinosa,


que como se ha dicho es de la Alcaldía de Cartagena y no fue
contratado con persona natural alguna sino con la Universidad
Tecnológica de Bolívar, titulado “Política tributaria e incentivos
fiscales: consideraciones para el desarrollo económico de Cartagena
de Indias”, se encuentran las siguientes afirmaciones:

• Los casos examinados muestran que la participación estatal es


elemento indispensable en la estrategia de traer empresas al
territorio;…
• En un estudio sobre la situación financiera de Cartagena de
Indias en el período 1994-2004, Fundesarrollo (2005)… Los
principales resultados muestran el aumento significativo de la
tributación, es decir, en la ciudad se ha mejorado la
capacidad para generar rentas propias…
• Como conclusión, el estudio de Fundesarrollo reafirma la
positiva evolución de los impuestos de Industria y comercio,
predial unificado y sobretasa a la gasolina, donde se ha
mejorado considerablemente el recaudo…
• En un estudio más reciente, López et al. (2007) abordan el
análisis de la competitividad de la estructura tributaria
empresarial de Cartagena… Los resultados encontrados
muestran a Bogotá como la ciudad más competitiva debido al
reducido número de impuestos y tarifas de los mismos.
Barranquilla ocupa el segundo lugar, seguida de Cartagena,
que e presenta la estructura tributaria más compleja y
costosa para los empresarios de las ciudades
consideradas.
• En este trabajo se revisó evidencia empírica internacional sobre
el uso de la política tributaria- en especial de incentivos
fiscales-, con el fin de extraer lecciones y desarrollar un
conjunto de consideraciones que fundamenten una futura
política a favor del desarrollo y el crecimiento económico.
• La revisión de la bibliografía local indica que la producción
académica refleja la visión “competitivista” del manejo de la
política tributaria distrital…

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• Una importante conclusión al respecto es que los cambios en el
régimen tributario distrital no han mejorado la provisión de
bienes públicos de manera autónoma…
• La inversión social de los períodos siguientes a la reforma se
contrajo en términos reales.
• Las ganancias relativas al esfuerzo tributario se lograron
(eficiencia fiscal) se explican más por las mejoras del recaudo
que por las políticas fiscales de las autoridades fiscales
reajustando sistemáticamente la carga tributaria media.

Con la referencia al trabajo de Jaime Bonet “Las finanzas de


Cartagena, 2000-2007” también se incurre en un maniqueísmo de la
información al tomar aseveraciones en forma parcial. En efecto,
Bonet sostiene que en comparación con el período 2000-2004 cuando
se aplicó el Programa de ajuste Fiscal con el Ministerio de Hacienda y
Crédito Público-Dirección de Apoyo Fiscal, en el período 2005-2007 se
observa un deterioro en las finanzas por el incremento en los gastos
totales del distrito, se olvida inexplicablemente completar el análisis
con las siguientes anotaciones de Bonet:

• Al parecer, los gastos estuvieron frenados por los compromisos


adquiridos dentro del programa de ajuste fiscal pero, una vez
liquidado dicho programa, éstos crecieron nuevamente.
• No obstante, no debe olvidarse que el Distrito de Cartagena
realizó importantes inversiones estratégicas para la ciudad en
los últimos años del período de estudio.
• En primer lugar, se adelantaron loas obras de infraestructura
necesarias para la realización de los Juegos Centroamericanos
y del Caribe. De igual manera, se han realizado avances en
proyectos de agua potable y saneamiento básico, así como la
puesta en marcha del proyecto Transcaribe y la construcción
de la vía Perimetral (ministerio de Hacienda y Crédito Público-
DAF, 2007).
• Sin embargo, los ingresos tributarios y de capital fueron los más
dinámicos en el distrito y los ingresos no tributarios y las
transferencias en el total de las capitales.
• Por lo tanto el impuesto predial tiene una enorme capacidad
como generador de ingresos al distrito de Cartagena con solo
logra el recaudo de lo actualmente facturado a los
contribuyentes cartageneros [y eso que no se había
incrementado en 120% la base catastral como se realizó
subrepticiamente en el año 2010]

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• Una forma de evaluar la gestión fiscal del distrito es verificando
si la entidad territorial cumplió con las restricciones el gasto
que impone la Ley 617 de 2000… De acuerdo con el Ministerio
de Hacienda y Crédito Público (2007) los gastos de
funcionamiento representaron el 60% de los ingresos
corrientes de libre destinación (ICLD) en 2006; es decir estuvo
dentro de las pautas fijadas por la Ley. .. De igual forma, los
indicadores de endeudamiento arrojaron que la ciudad,
considerando su solvencia y de sostenibilidad de la deuda, se
encuentra en instancia verde. En otras palabras, Cartagena
mantiene una capacidad de pago adecuada.
• Los estudios de Toro y Doria (2007) y Espinosa (2008)
muestran que el recaudo del predial en Cartagena no
reacciona a las tarifas, así que no será a través de
mayores tasas como se incrementará.

Entonces, no hay tal evidencia empírica de que los cambios en el


régimen tributario distrital no han mejorado la provisión públicos de
manera autónoma, como tampoco de que el reajuste de la estructura
impositiva distrital ha estado acompañado pocas veces del aumento
del recaudo. Esto solo es una opinión aislada de un joven economista
hoy vinculado a la administración distrital.

En lo atinente a la segunda inquietud, debe precisarse que el artículo


“La curva de Laffer y la optimización del recaudo tributario en
Cartagena” se publicó por primera vez por la Alcaldía Mayor de
Cartagena de Indias Secretaría de Hacienda distrital en 2007, en el
texto Tributación y Desarrollo Local, posteriormente, en una segunda
ocasión, en Documentos de Trabajo 1/ UTB Ediciones Unitecnológica
en 2008 con el mismo título y ahora por tercera vez en la Revista de
la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la
Universidad Tecnológica de Bolívar “Economía & Región” volumen 4
No. 1 junio de 2010.

Un caso similar se presenta con el trabajo sobre Política tributaria e


incentivos fiscales: consideraciones para el desarrollo económico de
Cartagena de Indias”. Fue contratado por la Alcaldía de Cartagena en
el año 2006 con la Universidad Tecnológica de Bolívar y publicado a
través de la Secretaría de Hacienda distrital en el año 2007 bajo el
título de Tributación y Desarrollo Local. Posteriormente, en una
segunda ocasión, se publicó en Documentos de Trabajo 2/ UTB
Ediciones Unitecnológica en 2008 con el mismo título.

Para cerrar este embarazoso acápite, se debe afirmar que la


escogencia de los temas no fue producto del alma mater contratada,

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sino de precisas instrucciones del suscrito quien ejercía el cargo de
Secretario de Hacienda de Cartagena e iniciaba la estrategia de
soportar las políticas públicas sobre finanzas locales en estudios e
investigaciones con la academia y los investigadores de la localidad.

Volviendo a la percepción del carácter economicista de la Exposición


de motivos, se encuentra un nuevo ejemplo del lenguaje críptico y
abstruso: “La PIP [Política de inclusión productiva] identificó que uno
de los graves problemas de las políticas sociales tendientes a
combatir la pobreza y la exclusión es que no consideran desde el
mismo diseño de oportunidades de exclusión productiva, con lo cual
se propicia la dependencia de los servicios sociales y se pierde la
oportunidad de construir autonomía y ciudadanía efectiva”.

El carácter fiscalista de la Reforma tributaria se exacerba con la


siguiente afirmación encontrada en el último párrafo de la página 5
“Por otro lado, la situación fiscal del Distrito requiere de la adopción
de medidas de fortalecimiento para generar el espacio fiscal
necesario para el financiamiento y sostenibilidad del Plan actual…”.

Thomas Huxley solía afirmar “Que la gran tragedia de la ciencia


consistía en acabar una hermosa hipótesis con horrible
hecho”. En el cuadro

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siguiente, en donde se presentan las tarifas actuales y las propuestas,
se encuentra un horrible hecho que acaba con la hermosa idea de no
castigar a los estratos más pobres, generar competitividad y
fortalecer los lazos entre la comunidad y el gobierno. Las variaciones
de las cifras hablan por sí solas.

Uso o Tarifa Tarifa Variación


destino del actual propuesta (por
predio (por mil) (por mil) ciento)
Residencial
Estrato 1 2,0 3,0 50%
Estrato 2 2,0 3,5 75%
Estrato 3 4,5 5,5 22,2%
Estrato 4 6,5 7,5 15,4%
Estrato 5 6,5 9,0 38,5%
Estrato 6 6,5 10,0 53,8%
Económico
Agroindustrial 10,5 11,5 9,5%
Comercial 9,5 11,5 19,0%
Hotelero 5,5 11,5 109,1%
Industriales 10,5 11,5 9,5%
Institucional
Defensa 4,0 16,0 300%
Nacional
Entidades de 6,5 7,5 15,4%
Beneficencia
Entidades 7,5 8,0 6,7%
Educativas
Institución 16,0 16,0 0,0%
Oficial
Lotes
Lotes 25,5 33,0 29,4%

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El argumento iterativo de la falta de equidad y progresividad parece
estar inspirado en dos casos particulares: la tarifa del predial para las
viviendas de los estratos 1y 2, y 1, 5 y 6, y la correspondiente al
sector hotelero. En cuanto al primer caso, es válido asignar tarifas
diferentes a los distintos estratos. Igualar la tarifa en 2%o a los
estratos 1 y 2 no es equitativo. El estrato 1 debe tener una tarifa
menor que la del estrato 2. Es cierto que con este ajuste, se logra un
poco más de equidad y justicia.

Los estratos 4, 5 y 6, deben tener tarifas diferentes y no iguales al


6.5%o. Esa parte de la Reforma es pertinente. La pregunta es si el
tope debe continuar en el 6.5%o para el estrato 6 y reducir un poco la
de los estratos 4 y 5, o si debe dejar igual al estrato 4 y aumentarse
tanto al 5 como al 6. Si se considera que el valor del Impuesto predial
es el resultado de multiplicar el avalúo catastral por la tarifa, debe
considerarse que en el año 2010 se aplicó un reajuste catastral que
incrementó en porcentajes altos tanto los avalúos como el impuesto
predial. Ahora, con un incremento de la tarifa, se estaría generando
un nuevo aumento en un período de un año, precisamente cuando el
nivel de actividad económica y de los ingresos han dejado de crecer a
los tasas de los años anteriores.

Es importante y urgente aclara que aunque las tarifas del Impuesto


predial en Cartagena de Indias sean relativamente más bajas que en
otras ciudades, el valor de la tierra, y por tanto los avalúos, son
mucho más altos que en el resto de urbes colombianas. De hecho,
por ser conscientes de esta situación real, las administraciones
distritales mantienen esa diferencia de tasas para compensar los
mayores costos de los predios.

Así mismo, es necesario precisar que aunque los estratos 4, 5 y 6


tengan la misma tarifas de impositiva, no implica que paguen el
mismo impuesto predial, por cuanto los avalúos catastrales no son los
mismos, por el contrario, aumentan con el nivel del estrato
socioeconómico del predio.

Las afirmaciones que se hacen en el documento sobre que “este


gravamen [impuesto predial] es además relativamente bajo” o “… y
en algunos casos como el impuesto predial delineación urbana,
reproducen esquemas tributarios que son contraproducentes frente a

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los principios de justicia tributaria”, reflejan un desconocimiento de la
historia reciente de la ciudad. Cuando se fijaron esas tarifas, se
buscaba contribuir al desarrollo de la industria turística local, tal como
la ha hecho el gobierno nacional en los últimos 10 años, dada su
capacidad para generar empleo, especialmente del no calificado,
ingresos, divisas y jalonar la economía.

Frente a la crisis de la construcción en Cartagena de Indias, entre


otras cosas por los límites administrativos impuestos en Bocagrande,
Castillogrande, El Laguito y Manga, por restricciones del los servicios
de alcantarillado, el gobierno local dispuso de una estrategia
temporal para intentar reactivar la actividad edificadora en la ciudad.
Fue una medida de política económica contra cíclica en un momento
dado del tiempo y del ciclo económico, no una acción perversa o
execrable en contra de la equidad tributaria.

Dado que sendos sectores salieron de la crisis, es plausible y


conveniente revisar la legislación y las tarifas tributarias aplicables
tanto a los sectores residenciales, como al turístico, y por supuesto el
Impuesto de Delineación Urbana, pero sin desconocer la historia
económica y fiscal de Cartagena de Indias, especialmente aquella que
nos muestra actualizaciones catastrales por encima del 100% de
hace menos de ocho (8)meses, que la recuperación económica
apenas se inicia y las tasas de desempleo y subempleo son bastante
altas.

Adicionalmente, se viene encima una contribución por valorización


por obras que contempla estimadas en cerca de4 $300 mil millones
de pesos que deberán salir del bolsillo de los cartageneros, tal como
aconteció con el Alcantarillado de Bocagrande, las vías a Barú,
Manzanillo del Mar y Punta Canoa.

El carácter economicista y fiscalista de la reforma sale nuevamente a


flote cuando se dice:

“La propuesta de reforma tributaria que se presenta se propone (sic)


entonces modificar la estructura impositiva con carácter permanente
y estable en el mediano y largo plazo con el fin de construir una
sociedad equitativa e incluyente a partir de la garantía de los
principios de equidad, progresividad y eficiencia en los tributos; este
propósito no sería viable sin debido espacio fiscal que permita
financiar las nuevas inversiones que requiere efectuar la ciudad a fin
de consolidar la reducción las brechas sociales de extensos grupos de
población pobre y vulnerable de la ciudad de Cartagena en los
próximos años.”

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