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CENTRO DE

EDUCACIÓN
CONTINUA

GORDILLO, Agustín. TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO. Lima- ARA


editores y FDA, Tomo 1 Parte General 2003. Capítulo V - El Derecho
Administrativo Pág. V1- V20

GORDILLO, Agustín. TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO. Lima- ARA


editores y FDA, Tomo 1 Parte General 2003. Capítulo VII - Fuentes
Nacionales del Derecho Administrativo Pág. VII 7- VII 47.

GORDILLO, Agustín. TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO. Lima- ARA


editores y FDA, Tomo 1 Parte General 2003. Capítulo X - Clasificación
Jurídica de la Función Administrativa Pág. X-1- X-28.

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TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO
t TOMO 1
PARTE GENERAL
INDICE
1'!
~' 1 23
1' edición, Buenos Aires, Macchi, 1974 PRóLOGO A LA SÉPTIMA EDJCIÓN DEL T.

Reimpresiones varias PRóLOGO A LA SEXTA EDICIÓN (2001) 25


t~!
2' edición, Buenos Aires, Macchi, 1994
PRóLOGO AL~ QUINTA EDICIÓN (1998)
AGRADECIMIENTOS EN OCACIÓN DE LA CUARTA EDICIÓN
Y REIMPRESIÓN (2000)
(1997)
29
31
1" 3' edición, Buenos Aires, Macchi, 1995 PRóLOGO A LA TERCERA EDICIÓN 37
.....
~r!
4' edición, Buenos Aires, F.D.A., 1997 PRóLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN (1974) 41
o 1' edición Colombiana, Medellín, F.D.A. y Biblioteca Jurídica Diké, 1998
o S' edición, Buenos Aires, F.D.A., 1998
Capítulo I
1 ~
~- Reimpresión de la 5' edición, Buenos Aires, F.D.A., 2000 EL METO DO EN DERECHO
(. 2' edición Colombiana, Medellín, F.D.A. y Biblioteca Jurídica Diké, 2001
6' edición y l' edición Venezolana, Caracas, FUNEDA, Fundación Estudios l. Las cuestiones fundamentales I-1
de Derecho Administativo y F.D.A., 2001 l. Qué es el derecho I-1
1.1. Ciencia de problemas. I-1
7' edición y 1' edición Peruana, Lima, ARA Editores y F.D.A., 2003
~ 1.2. Principios y valores, no "conceptos" I-2
l~',
7' edición y ¡• edición Brasileña, Belo Horizonte y San Pablo, Editora
Del Rey y F.D.A., 2003
1.3. Debido proceso legal y derecho soviético. Derecho natural
1.4. Los conceptos y los hechos
l-4
I-5
r 1.5. Common law y derecho continental europeo I-6
¡ Obra Completa : ISBN 9972-626-I9-9 1.6. El derecho en los tribunales internacionales 1-7
ti Tomo 1 :ISBN 9972-626-20-2 2. Cuestiones de metodología I-8
!¡ Hecho el Depósito Legal: 1501012003-2145 2.1. Certidumbre I-8
Impreso en el Perú
r 2.2. Al servicio del poder I-8
2.3. La búsqueda del poder incondicionado I-9
Copyright by Agustín Gordillo y Fundaciún de Derecho AdllliiÚ.\fratÍI'O 3. Un "derecho" legitimador del poder absoluto I-10
Viamonte 749, piso 10, of. 8, Buenos Aires (Cl053ABO), Argentina 4. El lenguaje del poder incondicionado I-10
5. Las "Leyes" que no son leyes I-11
6. Lenguaje, método y derecho administrativo I-12
Los derechos patrimoniales del autor por la presente edición pertenecen exclusivamente a la Fu11dación 6.1. La necesidad de una metodología I-12
de Derecho Adnlinislratil'O (Inspección General de Justicia N"' C-7924). Este libro puede consultarse
6.2. El derecho administrativo en la metodología de la ciencia ....................... I-13
gratuitamente en [www.gordillo.com, www.gordillo.com.ar] y en. [wn·w.gordillo.org.ar,
w w w.agusti ngo rd illo.com, w w w .agusti ngordíllo.com.a r, ww w.ag ustiugo rd iJJo.net,
6.3. La textura abierta del lenguaje ordinario y del lenguaje jurídico ............. I-14
www.agustingordiiJo.org] autorizándose la reproducción de su material con cita del .autor y editor, 6.3.1. Uso común ........................................................................................... I-14
título de la obra, sitio en la www, cupítulo y p<:trág.rafo o nora utilizado. El autor agradecerá cualquier 6.3.2. La textura abierta del lenguaje ......................................................... I-15
sugerencia o crítica, sea por carta en la dirección arriba indicada, por fax al (5411) 4322-2169, 6.3.3. El uso común y la libertad de estipulación ..................................... I-16
o a Jos e-mails: agustin@gordiiJo.com, gordillo@elsitio.net, gordilloa@infovia.com.ar 7. La libertad de estipulación y las palabras del derecho administrativo ............ I-17
fif

Capítulo V
EL DERECHO ADMINISTRATIVO

l. Su objeto es el estudio del ejercicio de la función


administrativa
Según se verá más adelante, un elemento de síntesis que refleja el primer
__... objeto de estudio de esta rama del derecho es "el ejercicio de la función admi-
o__... nistrativa." Esta perspectiva de síntesis abarca:
El estudio del sujeto que ejerce dicha función o sea la administración públi-
ca centralizada y descentralizada, a través de sus órganos jurídicos (con los
consiguientes principios de competencia, jerarquía, delegación, etc.), de los agen-
tes que se desempeñan en esos órganos y estructurada en forma de administra-
ción central (centralizada o desconcentrada), o descentralizada (entes autár-
quicos, empresas del Estado, sociedades anónimas con participación parcial o
total del Estado, etc.), con más la figura del ente independiente regulador de
servicios públicos que dimana del art. 42 de la Constitución.
También puede a veces la función pública ser delegada o atribuida a perso-
nas no estatales y aparece en ese caso el fenómeno de las personas públicas no
estatales (algunas sociedades de economía mixta, corporaciones profesionales,
etc.), o a personas que ejercen un monopolio o privilegio para la explotación de
un servicio público, aspectos que entran también dentro del objeto del estudio
del derecho administrativo.
Forman parte del ejercicio de la función administrativa el estudio de las
formas jurídicas que dicho ejercicio presenta, es decir, los hechos, actos, con-
tratos y reglamentos administrativos, el procedimiento administrativo, la lici-
tación pública, las audiencias públicas, los servicios públicos; el análisis de
algunas falsas facultades, "potestades,"' o seudo "poderes" que se le atribuyen
u En general, es en este ámbito de los poderes del Estado donde se encuentran las teorías de
más dudoso carácter científico. Para una crítica del concepto de "'potestades" en general, ver DRo-
MI, JOSÉ RoBERTO, Instituciones de derecho administrativo, Bueno Aires, Astrea, 1983, 2a reimpre-
sión, p. 173 y ss.

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V-2 PARTE GENERAL
l!
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-3

por parte de la doctrina: "potestad jurisdiccional de la administración," "poder carse una expresión que pudiera servir de síntesis a todos ellos, existen razo-
de policía," "zona de reserva de la administración," "actos de gobierno," etc. nes de otra índole que justifican aislar a uno de esos elementos y elevarlo a la
Es indispensable el estudio de los límites sustantivos y adjetivos de tales categoría de caracterización conceptual de la materia.
facultades, como contrapartida necesaria al ejercicio del poder en un Estado de Nos referimos a los límites de la actividad administrativa y dentro de estos
Derecho. Entre los límites sustantivos cabe mencionar los principios jurídicos especialmente a la protección judicial del particular frente a la administración
superiores del orden constitucional y supraconstitucional: razonabilidad, no y los que ejercen poder económico de carácter monopólico. La protección judi-
desviación de poder, imparcialidad, buena fe, no autocontradicción, adecua- cial existe hoy en día no solamente en el plano nacional sino también en el
ción de medio a fin, sustento fáctico suficiente, motivación adecuada, procedi- plano supranacional, p. ej. a través de la Corte Interamericana de Derechos
miento regular previo a la emisión del acto, etc. Humanos y demás tribunales supranacionales que puedan crearse en el siglo
Entre los límites adjetivos o procedimentales encontramos los recursos y XXI.
remedios del procedimiento administrativo (recursos de reconsideración o re- Uno de los pilares esenciales de la temática del derecho administrativo es
vocatoria, jerárquico, jerárquico menor, alzada, reclamación administrativa así la protección del particular contra el ejercicio irregular o abusivo de la
previa, denuncias, etc.) y las acciones y recursos del proceso judicial (acción función administrativa; 1 si relegáramos este problema a ser uno de los aspec-
ordinaria, acción de amparo, amparo por derechos de incidencia colectiva, am- tos secundarios de la disciplina, estaríamos quitándole a ésta una de sus notas
paro por mora de la administración, habeas data, interdictos, recursos especia- características en el Estado de Derecho y por lo tanto su diferenciación con las
les de apelación; en el orden provincial, acciones de plena jurisdicción, de anu- normas administrativas totalitarias.
........ lación, de interpretación, etc.); por último, la sanción por el agravio causado, a
o Es, pues, muy importante destacar que el problema central de esta materia
N través de la responsabilidad de los funcionarios públicos (civil, penal, adminis- no es la administración pública (su organización, sus actos, sus facultades,
1 trativa, política) y del Estado (responsabilidad extracontractual por hechos y etc.), sino su contraposición frente a los derechos individuales de los habitan-
actos ilícitos de sus agentes). A ello cabe agregar la intervención que pueda tes. El derecho administrativo debe estar orientado hacia el estudio de los de-
tomar el Defensor del Pueblo en virtud de la legitimación constitucional que le rechos individuales y, en definitiva, de la libertad humana. Su protección con-
otorga el art. 86 para actuar en justicia, sin perjuicio de sus funciones como tra el ejercicio abusivo o ilegal de la función administrativa y del poder en
mediador o persuasor ante las autoridades públicas y los particulares que ejer- general debe transformarse en una de sus más trascendentales finalidades.
cen funciones administrativas públicas. Debe quitársele al derecho administrativo su apariencia de disciplina intere-
Es también de interés el estudio de los medíos materiales puestos a disposi- sada casi exclusivamente en la administración pública y sus fines ,y en cam-
ción de esa actividad, a través del crédito público, el dominio público y privado bio, dársele una estructura externa y conceptual que claramente represente su
del Estado: en general, el estudio de la propiedad en su relación con la función búsqueda consciente y constante de un equilibrio razonado entre el individuo y
administrativa, sea a través de la propiedad pública, sea a través de las limita- el Estado, entre el individuo y el poder.
ciones que el Estado impone a la propiedad privada (meras restricciones, ser- Asimismo, ha de advertirse que se habla aquí de protección judicial y no
vidumbres administrativas, ocupación temporánea, expropiación, etc.), sea a "jurisdiccional" como lo indican otras definiciones, 2 las que se refieren más
través de vinculaciones contractuales de contenido económico (los contratos particularmente a la protección que existe dentro del mismo ámbito de la ad-
administra ti vos). ministración pública, en especial "lo contencioso-administrativo." En rigor de
En suma, el estudio del "ejercicio de la función administrativa" es compren- verdad, tales definiciones son correctas para un sistema como lo es p. ej. el
sivo no sólo del quién ejerce la función, sino también del cómo y con qué funda- francés, en que las contiendas entre los particulares y la administración son
mento, con·qué medios y fundamentalmente hasta dónde, con qué limitaciones 2 · 1 En igual sentido en cuanto al carácter esencial de la revisión judicial, especialmente de

se la ejerce. constitucionalidad de todos los actos estatales, incluidas las leyes, BHEWER CAHÍAS, ALLAN R., Esta-
do de derecho y control judicial, Madrid-Alcalá de llenares, INAP. 1987, p. 9. Ver también TAWIL,
Gumo SANTIAGO, Adrninistr-ación y justicia, 2 vals., Buenos Aires, De palma, 1993; MART¡N-RETORTJLLO
2. La protección judicial contra el ejercicio de la función
Y BAQUER, LORENZO, Bajo el signo de la Constitución, fvladrid, lEAL, 1983; Administración y Cons-
administrativa titución, Madrid, lEAL, 1981. Comp. GuASTAVINO, ELiAS P., Tratado de la ''jurisdicción" adminis-
trativa y su revisión judicial, 2 vals., Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Bue
Si bien acabamos de decir que los elementos que integran la disciplina no de- nos Aires, 1989.
berían en principio ser incluidos en la definición de ésta, sino que deberí>~ bu«- 2 ·2 E rELSA, RAFAEL, Derecho Administrativo, t. I, Buenos Aires, La Ley, 1964, 6a ed., p. 39 y ss.
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V-4
PARTE GENERAL
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-5

resueltas en forma definitiva por un tribunal emanado de la misma adminis-


tración, que es el Consejo de Estado, pero no lo son para un sistema judicial rrientes, Mendoza, Provincia y Ciudad de Buenos Aires, etc.). En el orden na-
cional no existía, antiguamente/ salvo en materia de medio ambiente. Pero a
como el nuestro, en que tales contiendas son siempre resueltas en última ins-
tancia por el Poder Judicial," sin perjuicio de que existan medios complemen- partir de la Constitución de 1994 se ha impuesto la tutela judicial de los dere-
tarios -no sustitutivos- de contralor. 4 chos de incidencia colectiva en general. 3 La tendencia que se viene observando
es hacia la ampliación de la legitimación para acudir a la justicia en defensa de
Lo expuesto no empece otros medios de tutela de los derechos de los particu-
lares frente a los abusos de los titulares del poder político o económico: entes los derechos afectados por el poder político o económico.
reguladores independientes, el Defensor del Pueblo, tribunales administrati- 3.3. Del mismo modo, el juez en materia administrativa debe extremar su
vos que dejen abierta la plena revisión judicial, mecanismos de arbitraje o cuidado en proteger los derechos del particular frente a la administración; y
mediación, etc.
esto es importante recordarlo, pues "los jueces de esos tribunales parecerían
olvidar que tal tipo de jurisdicción se implanta, no para proteger al Estado
3. El contenido de la protección judicial contra el individuo, sino al individuo contra el Estado." 4
Al tratarse de la protección judicial de los individuos contra el ejercicio ilegal o 3.4. El juez tiene la misión de hacer respetar la Constitución por encima y a
abusivo del poder de la administración, no se incluye en su totalidad el proce- pesar del leg·islador y del administrador, pues "Las disposiciones constitucio-
dimiento que debe seguirse ante el Tribunal Judicial al impugnarse un acto, nales establecidas en garantía de la vida, la libertad y la propiedad de los
_. hecho u omisión administrativa, pues ello forma parte del derecho procesal. 1 habitantes del país, constituyen restricciones establecidas principalmente contra
o Se estudia en cambio, preferentemente, aquello en que tal protección judicial las extralimitaciones de los poderes públicos." 5
w
1 difiere de la que el juez otorga habitualmente a un particular frente a otro.
3.5. Debe tenerse presente que en nuestra interpretación (que es la ameri-
3.1. Así es como se pueden impugnar y anular actos de la administración cana en general) de la división de los poderes, corresponde al Poder Judicial el
que no hayan contravenido una norma jurídica positiva, pero sean arbitrarios, control de la administración, a diferencia del sistema francés en que se consi-
irrazonables, incausados, desviados, de mala fe, etc. dera que no corresponde que la justicia controle la actividad administrativa.
Sin pe1juicio de que lo anteriormente señalado es una caracterización im- De aquel principio se desprende la importante función del juez, como contrape-
portante del sistema del derecho administrativo, la propia legislación positiva so fundamental de la administración pública. De esta corta enunciación de
reconoce ya estos principios, como ocurre con el art. 7° del decreto-ley 19.549/ razones que otorgan especial realce al contenido y alcance que la protección
72, que consagra la prohibición legal de la desviación de poder y la despropor- judicial tiene en el derecho administrativo, se desprende la necesidad de ele-
cionalidad, tipificándolos como vicios del acto administrativo. varla a la categoría de elemento fundamental de la disciplina. No habrá dere-
cho administrativo propio de un Estado de Derecho, mientras no haya en él una
3.2. Así es también como debe existir un remedio judicial que permita im-
adecuada protección judicial de los particulares contra el ejercicio ilegal o abu-
pugnar un acto administrativo, aunque no afecte los derechos subjetivos del
sivo de la función administrativa.
recurrente sino incluso sus intereses legítimos o difusos. Esta protección existe
Como dice AilAMOVIC:H, 6 el control de la legalidad 7 de la actividad administra-
en algunos países (clásicamente, Francia) y también en algunas provincias
tiva, por órganos estrictamente judiciales, independientes, es fundamental en
argentinas, en forma limitada (Córdoba, Jujuy, etc.), o amplia (Formosa, Co-
32
2·' Ello en virtud de los arts. 18 (garantía de la defensa en juicio) y 109 (prohibición al Poder · Ver nuestro art. "Acerca de la revisión judicial de los actos administrativos (Confusiones que

Ejecutivo de ejercer funcíonesjudícíales). Ver Boscu, JORGE TRtSTÁN, Tribunales judiciales o tribu- origina <<lo contencioso-administrativo)))," en Revista Jurídica de Buenos Aires, 1965-III, 111.
nales adnúnistratiuos para juzgar a la adnrinistración pública, Buenos Aires, 1951. 33
· Ello ha tenido un amplísimo desarrollo reciente, que explicamos infra, t. 2, La defensa del

,., Supra, cap. II in fine y cap. III, sección I; nuestro libro Problemas del control de la adminis- usuario y del administrado, op. cit., caps. 11 y IIL
tración pública en América Latina, Madrid, Civítas, 1982. Entre las definiciones que siguen el 3A LINARES, JuAN FRANCISCO, "Lo contencioso-administrativo en la justicia nacional federal," LL,
criterio expuesto en el texto encontramos, menos enfático, a REV<DA't"rl, GusTAVO A., Derecho admi- 94: 919.
· CSJN, Fallos, 137: 251, Salazar de Campo, 1922.
35
nistrativo,
3 1 t. 1, Buenos Aires, Fundación de Derecho Administrativo, 1984, op. cit., p. 130.
3 ·5 AnAMOVICH, LUDWIG, Handbuch des osterreichischen Verwa/tungsrechts, t. !, Viena, 1954, 5"
· GoNZÁLEZ PE:REZ, JBsús, Derecho procesal administrativo, t.!, Madrid, 1955, p. 125 y ss.; ULE,

CARL HERMAN, Verwaltungsprozessrecht, Munich y Berlín, 1961, 2" ed., p. 14 y ss.; comp. DIEZ, ed., p. 138.
MANUEL MARiA, "Control judicial de la administración. El proceso administrativo," Revista Argen- a. 7 Se trata no solamente del cumplimiento de la ley sino también de la Constitución y demás
tina de Derecho Administrativo, 1: 11,16 (Buenos Aires, 1971). normas y principios jurídicos supranacionales y constitucionales, principios generales del dere-
cho, etc. Al respecto nos remitimos a los caps. VI y VIL
V-6
PARTE GENERAL
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-7
la materia: "En esta especial relación de la Administración como objeto del
o consumidor; no es lo mismo que el individuo sólo pueda defender su derecho
control y de la Justicia como órgano de control, encuentra el moderno Estado
subjetivo, cuando encuentre una norma positiva expresa, a que pueda defen-
de Derecho el medio más eficaz para [... ] el aseguramiento del principio de la
der también su interés legítimo o difuso, especialmente cuando el acto es arbi-
legalidad de la Administración." Ya recordamos también anteriormente la opi-
trario o irrazonable, exista o no una regla concreta que lo autorice o condene. Y
nión de BoDENHEIMER, quien da carácter fundamental a la función de control en
el derecho administrativo, a punto tal que sostiene: "Debe definirse el Derecho así sucesivamente, cada una de estas cuestiones van decidiendo automática-
administrativo como el Derecho que se ref"íere a las limitaciones puestas a los mente, objetivamente, el carácter autoritario o no del derecho administrativo
poderes de los funcionarios y corporaciones administrativas. "8 que se define. Por cierto, la tutela judicial es necesaria y fundamental, pero no
"Esta rama del Derecho tiene como misión salvaguardar los derechos de los suficiente; de allí que deban también perfeccionarse otros órganos y mecanis-
individuos y grupos /rente a invasiones indebidas por parte de los órganos ad- mos complementarios de contralor. 11
ministrativos. Determina y circunscribe la estera de acción dentro de la cual
4. Es un derecho en formación. Conjeturas y refutaciones
deben operar los órganos administrativos; indica también los remedios que
quedan abiertos a los ciudadanos o habitantes en caso que el órgano adminis- 4.1. El carácter primario, en formación, etc., del ordenamiento jurídico-
trativo trascienda su esfera de acción: el control ejercido por los tribunales de administrativo
justicia sobre los órganos administrativos está destinado, sobre todo, a impe- Las normas y principios que son objeto de estudio por parte del derecho admi-
dir, prevenir o remediar cualquier violación de los derechos individuales por nistrativo no forman, según ya hemos dicho, un verdadero sistema coherente,
__..
actos administrativos. La delimitación de esta área de control es, por tanto,
o sino tan solo un conjunto de normas jurídicas positivas, de principios de dere-
+::- una de las funciones más esenciales del Derecho administrativo." 9
cho público y de reglas jurisprudenciales, frecuentemente asistemáticas. En
1 Por eso no compartimos una crítica que se ha hecho a nuestra definición, ello juega un papel preponderante la doctrina, que en nuestro país arrastra
señalándosenos que no sería posible disociar el estudio del contenido y del pro- una inexplicable tendencia a favorecer las teorías cesaristas y no las que
cedimiento en la protección judicial del particular, para llegar así a la conclu- enfatizan el control judicial, parlamentario o por entes o autoridades indepen-
sión de que, puesto que el procedimiento no forma parte del derecho adminis- dientes.1
trativo, tampoco lo formará el contenido de la protección judicial; 10 no la com- A diferencia de otras ramas del derecho positivo, no se halla ésta completa-
partimos porque cuando hablamos del "contenido" de la protección judicial no mente legislada y por ello debe recurrirse frecuentemente a elaboraciones ju-
nos referimos exclusivamente a la "teoría de las acciones," sino a la manera en risprudenciales o a principios constitucionales o de derecho supranacional pa-
que el sistema judicial influye o debe influir sobre el derecho de fondo. ra configurar una institución de derecho administrativo: eso lo torna bastante
No es lo mismo para el derecho administrativo que sólo exista un tribunal impreciso, muy librado a disquisiciones, contradicciones y oscuridades doctri-
desprendido de la propia administración pública, o también un tribunal judi- narias, arbitrariedades de los órganos administrativos cuando los jueces no
cial para resolver las contiendas que se planteen, bajo el control de un Consejo imponen en tiempo oportuno la protección de la persona humana; a evolucio-
de la Magistratura y un Jurado de Enjuiciamiento que sean independientes y nes e involuciones.
no meros apéndices del Poder Judicial o peor aun, del Poder Ejecutivo; ni que
haya jueces en cantidad suficiente o insuficiente; no es lo mismo que se admita 4.2. Las conjeturas y refutaciones en la ciencia del derecho administrativo
o que se niegue la llamada "jurisdicción administrativa," que se admita o nie-
Por lo mismo que es un derecho en formación, como generalmente se expresa, 2
gue la revisión judicial de los "actos de gobierno," de la actividad administrati-
va discrecional, etc. o un derecho joven o reciente, como también se ha dicho, 3 no siempre resulta
3 · 11 Nos remitimos a nuestro libro Problemas del control de la administración pública en Amé-
No es lo mismo que el juez entienda que su deber es proteger a la adminis-
rica Latina, Madrid, Cívítas, 1982 y a lo dicho en el ea p. II, § 3-5.
tración y sus concesionarios o licenciatarios, o en cambio al particular, usuario u Hemos expuesto más detalladamente las influencias asistemáticas en el ordenamiento ad-
3
ministrativo en el prólogo de nuestra obra Teoría general del derecho adrninistrativo, Madrid,
·'
39
BoDENHElMER, EDGAR, Teoría del derecho, México, 1964, p. 116. Instituto de Estudios de Administración Local, 1984, pp. VII-XVI.
Op. cit., p. 117. 4 ·2 V!LLEGAS BASAVILBASO, BI<~NJAMÍN, Derecho adrninistratiuo, t. 1, Buenos Aires, TEA, 1956, p.
3 10
47; MARIENHOFF, op. cit., p. 147; BrELSA, op. cit., t. I, 6" ed., p. 37; DIEz, op. cit., t. I, p. 281.
Perrot,MARIENHOFF,
·
p. 147. S., Tratado de derecho administrativo, t. I, Buenos Aires, Abeledo-
1965, 1" ed., MIGUEL
· RrvERO, JEAN, Droit adminístratif~ París, 1970, p. 27, ·1983, 10• ed., p. 31; CLARKE ADAMS, JOHN,
4 3

El r1"recJ,., adrninistrativn nortoarrlJ>ricann, Buenos Aires. 1964. p. 21; MARIENHOFF, op. cit., p. 148.
T
EL DEHECIIO ADiiiiNISTHAT!VO V-9
V-8 PARTE GENERAL

teorías del "poder de policía," de la "zona de reserva de la administración," los


convincente en sus construcciones. Sus hipótesis y conjeturas resultan frágiles
"actos de gobierno," la "jurisdicción administrativa," la "ejecutoriedad" del ac-
ante la contrastación con la experiencia, en la medida que los principios expli-
to administrativo, la "doble personalidad" del Estado, las "potestades" admi-
cados en los libros, como derivación razonada del derecho legislado y aplicado
por los tribunales, no llevan a una administración respetuosa de los derechos nistrativas, etc.
Si se procede de otro modo, o sea, si se acepta continuar repitiendo las cons-
ya que la arbitrariedad administrativa subsiste a despecho, o al amparo, de las
trucciones y conjeturas elucubradas sin base real en el pasado/ entonces el
teorías. Nuevas conjeturas e hipótesis son así constantemente necesarias.
derecho administrativo estará condenado a seguir siendo una materia esotéri-
A juicio del autor, en esta materia existen muchas construcciones, teorías e
ca, árida, supuestamente oscura, difícil y compleja, realmente teórica e inma-
"instituciones" que no siempre tienen una base lógica o jurídica fuerte. Frente
dura, a despecho constante de la realidad, en un falsamiento permanente de
a ellas es necesario adoptar una drástica actitud, un espíritu crítico cartesiano
sus dogmas. Su madurez intelectual definitiva sólo la alcanzará verdadera-
de duda permanente. Hay que estar decidido de antemano a cortar de raíz con
mente cuando no sea necesario, en una obra de la materia, ocuparse de tales
aquellas teorías y doctrinas que no tengan un fundamento evidente y que en la
falsas teorías y principios, y pueda omitirse su consideración sin peligro de que
experiencia sirvan para el autoritarismo y no para la libertad.
el error reaparezca en la mente de los juristas de un mundo libre y un Estado
Conjeturamos que una explicación psicológica de esta peculiaridad del dere-
moderno, democrático, constitucional, post-feudal. Que quede el camino abier-
cho administrativo puede ser una inconsciente tendencia a tratar de crear prin-
to para conjeturas renovadoras, ideas nuevas, contrastaciones. Como dice PoP-
cipios propios y específicos que den un falso color de legitimidad al ejercicio del
PER: "No sabemos: sólo podemos adivinar [... ] Pero domeñamos cuidadosa y
poder, sea éste bien o mal ejercido; que ')ustifiquen" la existencia autónoma de
austeramente estas conjeturas o «anticipaciones" nuestras, tan maravillosa-
__. la materia, frente al derecho común; 4 de ese modo el poder ostentar una serie
mente imaginativas y audaces, por medio de contrastaciones sistemáticas [... ]
o de teorías extrañas es la mejor demostración práctica de que la autonomía
U1 nuestro método de investigación no consiste en defenderlas para demostrar
existe y de que alguna extralimitación del poder es válida. 5 Pero eso queda o 9
1 qué razón teníamos; sino, por el contrario, tratamos de derribarlas."
debería quedar6 para el pasado; no estando ya en tela de juicio la autonomía
Agrega más adelante que "el único medio que tenemos de interpretar la
científica de la materia, es hora de que madure definitivamente y se despoje
Naturaleza son las ideas audaces, las anticipaciones injustificadas y el pensa-
del ramaje y la fronda innecesaria, que le impide a veces ver claramente la
miento especulativo: [. .. ] los que no están dispuestos a exponer sus ideas a la
realidad.
aventura de la refutación no toman parte en el juego de la ciencia [... ] La peti-
Para superar las observaciones de que es una materia muy "oscura," "teóri-
ción de objetividad científica hace inevitable que todo enunciado científico sea
ca," "inventada" o muy difícil, nada mejor que atacar directamente las causas
provisional para siempre: sin duda, cabe corroborarlo, pero toda corroboración
de su oscuridad, dificultad, irrealidad, etc.; es necesario entonces tratar de dar
es relativa a otros enunciados que son, a su vez, provisionales."lll
fundamentos empíricos lógicos y jurídicos a los principios e hipótesis que se
enuncian y en caso de no encontrarlos, pronunciarse decididamente por la su-
5. No es solamente derecho interno
presión del supuesto principio. 7 Es lo que hacemos, p. ej., con las conocidas
Ha sido en el pasado una afirmación corriente, en derecho administrativo, que
4.4 Véase una aguda con1paración práctica entre derecho civil y administrativo, en cuanto a su
éste o su régimen era interno.' Esa afirmación era inexacta ya hace algunas
evolución, en WüLFF, HANS J., Verwaltungsrecht I, Muních, 1971, s· ed., p. L Ver también NASS,
Orro, Reforma adrninistratiua y ciencia de la administración, Madrid, 1964, pp. 175-6, a quien décadas, pero lo es cada vez mas hoy en día.
sigue MElLAN GIL, José Luis, El proceso de la definición de derecho administrativo, Madrid, 1967, · O peor a un, conjeturas verificables en la realidad del Estado feudal o absolutista, o en re-
4 0
p. 43.
4 •5 Comparar MEn..AN GIL, op. cit., pp. 42-3: "Este es el drama íntimo del Derecho administrati-
cientes gobiernos de {acto, pero falsas en la contrastación con un Estado moderno y democrático.

vo: su innata aspiración a ser un Derecho común, cuando la inestabilidad de su materia le inc1ina Comparar REVIIJA'I'TI, op. loe. cit.
49
KAHL L. POPPER, La lógica de la investigación c!enli{ica, l\1adrid, Tecnos, 1973, pp. 259-60;
a un carácter de Derecho episódico." desde luego, estamos reiterando citas ya transcriptas en el cap. I. Como expresa en igual sentido
· REVIDA'I'TI, op. cit., pp. 240-1: "Así como el Estado [ ... ], se forma tras el triunfo que el rey
4 6
con su siempre brillante pluma NAVA NEGRF.Tf., ALFONSO, DerechoAdrn.inistrativo Mexicano, Méxi-
consiguió sobre los señores feudales, a los que debía tributo y al poder temporal de la Iglesia, al
co. D.F., F.C.E., 1995, p. 56: "es obra inacabada siempre."
que debía obediencia, así esta nueva disciplina, poco a poco deja de pagar tributo y de rendir
00 PoPPEH, op. loe. cit.
obediencia [... ] La separación, por supuesto, nunca fue absoluta." '·' VILLEGAS BASAVILBASO, t. I, op. cit., p. 77; MARIENIIOI'F, op. cit., t. I, p. 149; DIEZ·HliTCIIINSON,
· O en otras palabras, verificar su falsedad a través de hechos y experiencias que demuestran
47
Manual de derecho administrativo, t. 1, Buenos Aires, Plus Ultra, 1985, p. 67. REniHTTI, De recito
que tales teorías son sustento de cmnportamientos autoritarios, excesos, abusos, etc., no censura-
dos ni controlados, que son la antítesis del derecho administrativo. administrativo, op. cit., p. 81.
...,..
V-10 PARTE GENERAL
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-11

5.1. El régimen administrativo internacional


5.2. El régimen supranacional de garantías individuales
Veamos:
Donde más claramente se advierte que el derecho administrativo no es mera-
1°) Cabe señalar la organización de los organismos internacionales: ONU, mente derecho interno, es en la existencia y aplicabilidad de un régimen inter-
OEA, BID, FMI, etc., en todos los cuales hay un régimen administrativo del nacional o supranacional de garantías individuales y libertades públicas, como
personal, de las contrataciones, etc., con organismos y jurisdicciones interna- es el establecido en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La
cionales de resolución de diferendos de carácter administratívo. 2 Si bien en el ratificación de dicha Convención por nuestro país y nuestro igual sometimien-
ámbito externo de aquellos entes se aplica el derecho internacional público, su to a la jurisdicción internacional de la Corte Interamericana, con más su ex-
régimen de derecho administrativo no es interno a ninguno de los países con- presa inclusión constitucional en 1994, es clara demostración de que rigen en
tratantes y tampoco integra el derecho internacional público a Los principios nuestro país principios y normas de derecho administrativo de carácter supra-
de competencia, jerarquía, deber de obediencia de sus agentes, estabilidad en constitucional y supranacional, 9 que son una de sus bases elementales,I 0 de
sus empleos, derechos y deberes del cargo, carrera administrativa, sistemas de aplicación operativa y directa; 11 más aun, nuestra Corte Suprema ha reconoci-
retiro, requisitos de validez y competencia de los actos, límites a la discrecio- do la obligatoriedad de la jurisprudencia internacional, incluidas las opiniones
nalidad administrativa (sustento fáctico suficiente, adecuación de medio a fin, consultivas.
proporcionalidad, buena fe, etc.) y otras formas del debido proceso adjetivo y
sustantivo, control administrativo y jurisdiccional, etc., son todos propios del 5.3. El régimen supranacional contra la corrupción
_. derecho admínistrativo4 y no del derecho internacionaJ.5
o Cabe igualmente reiterar la importancia de la Convención Interamericana con-
m 2°) Los acuerdos de integración, tales como el MERCOSUR, NAFTA, ALCA, tra la Corrupción y la Convención Internacional contra el soborno transnacio-
1
la Unión Europea, etc., en mayor o menor medida dan nacimiento a un derecho nal y el lavado de dinero, que tienen diversas normas y principios operativos.
comunitario (con normas que en gran parte son de derecho administrativo) y Reconocen la jurisdicción de otros países sobre hechos acaecidos en nuestro
tribunales supranacionales. territorio (art. V" de la primera y 7" de la segunda), del mismo modo que lo hace
el tratado contra la tortura (art. 5°) y otros. Su expresa vinculación de corrup-
3°) A ello cabe agregar el progresivo dictado de normas supranacionales que
ción, crimen organizado y narcotráfico debe así ser un llamado de atención
contienen elementos de derecho administrativo, p. ej. en materia de tutela del
medio ambiente," derecho comunitario/ derecho del mar, 8 etc. para quienes incurran en tales hechos, ya que los tribunales norteamericanos,
p. ej., han comenzado a juzgar hechos de soborno transnacional ocurridos fue-
"Ampliar infra, t. 2, op. cit., cap. XVI; VILLAGRAN, FRANCISCO, Teoría general del derecho de ra de su país, al igual que admiten, en asuntos vinculados al narcotráfico, el
integración económica, Costa 1\ica, 1969, p. 165 y ss.; VERGARA EscuDERO, EDUARDo, Bases institu- principio male captus, bene detentus. 12
cionales y jurídicas del n~ercado común centroamericano, Santiago de Chile, 1969, p. 32 y ss.
'"Ver IPSEN, HANS PETER, "Deutsche Verwaltung und europaische Wirtschaftsintegration," en
la revista Die offentliche Verwaltung, 13/14: 441 (Stuttgart, 1968). 5.4. Primeras conclusiones
Ver VELASCO, EUGENIO, Los tribunales administrativos en general y el del Banco lnteranwri-
SA

cano de Desarrollo en particular, Washington, 1985, cap. II, p. 16 y ss. y la bibliografía de las pp.
Por tales motivos nos inclinamos por no hacer la limitación antedicha en la
36-9. definición de la materia, máxime cuando una creciente tendencia del mundo
55
Algunos autores distinguen entre Derecho ad1ninistrativo internacional y Derecho interna- hacia la integración subregional, regional y mundial hace cada vez más impor-
cional administrativo. Así REVIDATTI, op. cit., pp. 80-1; por su parte, en el caso del derecho penal
interno e internacional también distingue derecho penal internacional y derecho internacional tante el mentado aspecto internacional de la disciplina.
penal ZAFFARONI, EUGENIO RAúL y otros, Derecho Penal. Parte General, Buenos Aires, EDIAR, 2000, 5 · 9 Se ha generalizado la terminología de un derecho internacional de los derechos humanos, p.
§ II, 1, p. 187; ver al respecto también§ 15, VI, "lnterdisciplinariedad con el derecho administra-
tivo," p. 204-8. ej. SANCHEZ MoRON, en el libro de EDUARDO GARC!A DE ENTERRIA Y otros, El sistema europeo de protec-
56 ción de los derechos humanos, Madrid, Civitas, 1983, 2" ed., p. 27; ZAFFARONI, op. cit., § 15, III, p.
· Ver AMAN JR., ALFRED C., Administrative Law in a Global Area, Ithaca, New York, Cornell
University Press, 1992, p. 131 y ss. 194 y SS.
5 .s.lo GARCÍA DE ¡.-:;NTERRÍA, op. cit., p. 15, destaca "un estándar mínimo y con1ún de libertad en todo
·' CARTOU, Louis, L'Union européenne, París, Dalloz, 1994, p. 87 y ss.; IsAAc, GuY, Droit
el espacio europeo, por encima tanto de Estados y regímenes políticos, como, sobre todo, en el
Communautaire général, París, Masson, 1983; CH!Tl, MARIO P., Diritto Amministratiuo Europeo,
Milán, Giuffre Editare, 1999. orden práctico, de sis.temas y tradiciones jurídicas."
5 5 · 11 GAHCÍA DE ENTERRIA, op. cit., p. 16, recuerda su "valor en derecho interno."
·' RozAKIS, CHR!STOS L. y STEPHANOU, CONSTANTINE, A. (editores), The New Law olthe Sea, Arns-
5 · 12 Que explicamos infra, cap. VI, § 1.4.2 y notas, con sus ren1isiones a los casos Weltover y
terdam, North-Holland, 1983.
4.lt '!Z · ··eh l el "'98'
~

V-12 PARTE GENERAL


EL DERECHO ADMINISTRATI\'0 V-13

6. Otros criterios excluidos


41, que es oponible tanto a las administraciones públicas como a los particula-
6.1. No se refiere exclusivamente a la administración pública res que lo lesionen, incluso mediante la acción de amparo por los derechos de
incidencia colectiva, a tenor del art. 43.
Algunas definiciones antiguas 1 _y otras modernas 2 consideran que el derecho
administrativo estudia la actividad de la administración pública, o lo que es lo
6.2. No sólo estudia las relaciones de la administración pública
mismo, del Poder Ejecutivo y sus órganos dependientes. Sin embargo, la ma-
yor parte de la doctrina contemporánea amplía el campo del derecho adminis- Aun tomando al concepto de administración pública en sentido amplio -abar
trativo al estudio objetivo de toda la actividad de tipo administrativo, sea o no cando todo órgano que ejerza función administrativa, sea él o no órgano admi
realizada por órganos administrativos. 3 En la actualidad, con el retorno al sis- nistrativo-, no será suficiente con indicar que el derecho administrativo estu-
tema de servicios públicos privatizados, han aumentado las razones para no dia las relaciones "entre los entes públicos y los particulares o entre aquéllos
utilizar aquellos criterios orgánicos como definitorios. entre sí," 5 porque también estudia la organización interna de la administra
La cuestión está supeditada al criterio que se adopte al definir qué es la ción, su estructura orgánica y funcional, los medios de la actividad administra
función o la actividad administrativa: si se interpretara que sólo el Poder Eje- tiva y la forma que ella adopta. 6
cutivo y sus órganos dependientes realizan actividad regida por el derecho ad- Por tales razones se prefiere denominar al derecho administrativo en el sen
ministrativo, entonces es coherente definir a este último de ese modo. En cam- tido que abarca "la estructura y el funcionamiento de la administración y el
bio, si se acepta que también los Poderes Legislativo y Judicial realizan la ejercicio de la función administrativa," 7 o "la organización y la actividad de la
_. administración pública," 8 o "la organización y el funcionamiento de la adminis-
actividad de tipo administrativa sujeta a los principios de esta disciplina, la
o
-.J conclusión contraria es inevitable. No podrá sostenerse que haya actividad ad- tración pública, así como la regulación de las relaciones interorgánicas, inte-
1 ministrativa de estos poderes regida por los principios del derecho administra- radministrativas y las de las entidades administrativas con los administra-
tivo y no comprendida, sin embargo, en la definición de este último. • dos."9
En consecuencia, el derecho administrativo no sólo estudia la actividad del Estas definir· s, sin embargo, pecan en parte por exceso y en parte por
órgano administración pública, sino más bien el total de la actividad de índole insuficiencia. Se_. excesivas en cuanto enumeran los dos elementos en cuestión
administrativa, sea que la realice el órgano administrativo o los órganos Poder -organización administrativa y relaciones-lo que puede parecer un poco su-
Judicial o Poder Legislativo, e incluso las personas no estatales en cuanto ejer- perfluo si se tiene en cuenta que dado que la organización administrativa hace
cen poderes públicos. Este último es el caso de los concesionarios o licenciata- al estudio del sujeto u órgano que ejerce la función administrativa, se puede
rios de poderes monopólicos o exclusivos otorgados por el Estado. Para ser con- abarcar ambos elementos diciendo que el derecho administrativo estudia el
gruentes con el sistema constitucional deben ser interpretados restrictivamente, ejercicio de la función administrativa.
bajo el principio de que en la duda debe estarse a favor del usuario. Esto es En esta tesitura, hemos sostenido que no es necesario aclarar expresamente
materia de derecho administrativo, como todo lo demás establecido al respecto que dentro del "ejercicio de la función administrativa" se incluye el estudio del
en el art. 42 de la Constitución. Lo mismo ocurre con el derecho a un medio órgano que la ejerce, pues dicha inclusión es obvia. 10 En efecto, si no resultara
ambiente sano, claro principio de derecho administrativo establecido en el art. claro que hablar de la actividad administrativa presupone también la conside-
15 1 ración de la organización administrativa, a pesar de que el autor lo diga expre-
• SANTAl\'lAHÍA DE PAHEDES, Curso de Derecho Administrativo, IVfadrid, 1903, p. 38; SARHfA, FltLIX,
Derecho Administrativo, Córdoba, 1950, 4" ed., p. 50. samente, entonces nada es suficiente: en tal actitud sería necesario hacer una
'" D1r-:z, op. cit., t.!, p. 263 y ss.: ENTHENA CuesTA, RAFAEL, Curso de derecho administrativo, vol. enumeración de todas las cosas que el derecho administrativo comprende, ya
l/1, Madrid, Tecnos, 1989, 9" cd., p. 29.
6
:l GAHCíA DE ENTERRIA, EoUAI<DO y FEHNÁNDEZ, ToMÁS-RAMON, Curso de derecho adnúnistratiuo, t.
ti ..'} cit., L I, p. 77.
VrLLEG.A.S BASAVILBASO, op.
I, Madrid, Civitas, 1993, 6" ed., p. 42; GAIUtiDO FALLA, FEHNANDO, Tratado de derecho administrati-
Ver ZANOBJNI, Gumo, Corso di diritto amministratiuo, Milán, 1958, su ed., pp. 26-7: "la parte
G.ti
vo, t. I, Madrid, Tecnos, 1989, 11" ed., p. 114: PARADA, RAMÓN, Derecho administrativo, t.!, Madrid,
del derecho público que tiene por objeto la organización, los medios y las formas de actividad de la
Marcial Pons, 1990, 2" ed., p. 10; BoquERA Ouvm, JosÉ MAHiA, Derecho administrativo, Madrid,
adminjstración pública y las consecuentes relaciones jurídicas entre la 1nisma y los demás suje-
Civitas, 1992, 9" ed., p. 82 y ss.; CoscuLLUELA MoNTANER, Lu1s, Manual de derecho administrativo,
Madrid, Civitas, 1994, 5" ed., p. 47. tos."
6
"SAYAGUÉS LASO, ENRIQUE, Tratado de derecho administrativo, t.!, Montevideo, 1953, p. 21.
Acerca del proble1na de si existen o no actividades de los otros poderes regidos por el derecho
""
''DIEZ, op. cit., t. !, p. 264.
administrativo, ver lo que desarrollamos in(ra, cap. IX, "Las funciones del poder,"§ 20, "Recapitu-
lación. Las funciones administrativas de los tret; poderes." "MAR18NHOFF, op. cit., t. !, p. 149.
010 Lo sostuvünos en Introducción al derecho administrativo, Buenos Aires, 1962, lu ed., p. 46.
~

V-15
EL DERECHO ADMINISTHATIVO
V-14 PARTE GENERAL

prestan servicios públicos sino que realizan actividades comerciales o indus-


que muy pocos las captarían por sí mismos en forma directa de la definición. triales, de la protección de los usuarios y consumidores frente a quienes ven-
Habría que señalar entonces que el derecho administrativo estudia la "estruc- den bienes o prestan servicios, especialmente si lo hacen en forma monopólica;
tura administrativa, la organización centralizada y descentralizada, la fun-
la licitación pública, el control judicial de la administración, otros medios de
ción pública, el acto administrativo, los reglamentos, los contratos administra-
contralor de la actividad del poder público y económico, el control de la corrup-
tivos, el procedimiento administrativo, la responsabilidad del Estado, el domi- ción. Por ello, si bien la noción de servicio público ha vuelto a ser fundamental
nio público, las limitaciones a la propiedad privada," etc., lo que no sería con- después de las privatizaciones, no es en absoluto la única de la materia y no
veniente.
justifica que se defina en base a ella al derecho administrativoY
La definición de una disciplina debe buscar un elemento de síntesis que en Por nuestra parte, la hemos considerado superflua cuando todos los servi-
lo posible pueda ser comprensivo de todas las partes que la componen. No por cios estaban en manos del Estado, pues era indiferenciable del resto de la fun-
buscar mayor claridad debe caer en la mera enumeración. Justamente, la defi- ción administrativa/" luego de las privatizaciones, en que hay servicios que
nición será una síntesis que por sí sola es insuficiente para el conocimiento de nuevamente vuelven a ser prestados por particulares, bajo concesión o licencia
la materia. Debe ser completada con los demás elementos que proporcionará la monopólica o exclusiva del Estado y sujeta al control de entes reguladores in-
lectura de la obra. dependientes de base constitucional, puede retomarse como parte del derecho
14
Si, en consecuencia, los autores que incluyen la "organización" como un ele- administrativo actual la concepción preexistente a las nacionalizaciones, pero
mento conceptual del derecho administrativo, además de las "relaciones" ad- no por ello se justifica ordenar todo el derecho administrativo en torno a tal
ministrativas, no están dispuestos a agregar todos los demás elementos men- noción. Es más, la propia idea de monopolio o exclusividad que era parte natu-
cionados (contratos, función pública, responsabilidad, etc.), entonces tales de-
....... ral del concepto de servicio público está, a su vez, sometida a un proceso de
o finiciones o son insuficientes o tienen exceso al enumerar en el concepto lo que
evolución hacia la desmonopolízación y la libre competencia.
(X) no constituyen sino elementos particulares; no ciertamente los fundamentales
1
de la disciplina. 7. El derecho administrativo como ciencia o como conjunto de
normas juridicas 1
6.3. No se refiere principalmente a los servicios públicos
7.1. Derecho público y privado
Ese conjunto de normas y principios no se refiere exclusivamente a la creación
y gestión de los servicios públicos, sino que abarca a toda la función adminis- El derecho público (penal, tributario o fiscal, constitucional, etc.) se distingue
trativa, trátese o no de servicios públicos: la función pública, los contratos ad- del derecho privado (civil -obligaciones, contratos, sucesiones, familia-, co-
ministrativos, la responsabilidad del Estado, el dominio público, etc., son ma- mercial) en que en el primero se trata de relaciones jurídicas entre el Estado y
teria del derecho administrativo a pesar de no tener una conexión necesaria los particulares, o entre entes estatales entre sU Esto es así al menos en el
con la institución y funcionamiento de los servicios públicos. Con todo, es de derecho argentino, donde no hay actividad estatal que se halle sometida única
reconocer que a fines del siglo XX los servicios públicos privatizados ocuparon y exclusivamente a normas de derecho común: cuando tales normas se aplican
el centro de la escena política y jurídica. al Estado, están siempre modificadas o interconectadas con normas de derecho
Por ello puede considerarse de interés, en ese aspecto, la definición de BIEL- público, de forma tal que se integran al complejo normativo del derecho públi-
SA: "conjunto de normas positivas y de principios de derecho público de aplica-
co. Ello ha llegado a ser así debido a que, generalmente, toda vez que ellegis-
ción concreta a la institución y funcionamiento de los servicios públicos y al 6 Confr. VlLLEGAS BASAVILBASO, op. cit., t. I, p. 55; MARIENHOFF, op. cit., t. I, p. 138; REVIDATTI, op.
12
consiguiente contralor jurisdiccional de la Administración Pública"; 11 pero si
cit., pp. 104-8, etc.
bien el derecho administrativo francés tradicional se construyó especialmente Primera edición del t. 2, op. cit., cap. XIII.
6 -13
"Heestructuración del concepto y régimen jurídico de los servicios públicos," LL, 106: 1187,
-
sobre la noción de "servicio público," han surgido otros temas de importancia 6 14
Buenos Aires, 1962, reproducido en el libro Estudios de derecho administrativo, Buenos Aires,
que tienen una relación directa con aquélla: además de los mencionados, pue-
Perrot, 1963.
de recordarse toda la teoría del acto y del procedimiento administrativo, de las · En igual sentido, más recientemente, NAVA NEGRETe:, op. cit., p. 13.
7 1
· Comp. GARCÍA MAYNEZ, CARLOS, Introducción al estudio del derecho, México, 1944, p. 130 y ss.
autoridades administrativas independientes, las empresas estatales que no 72
Otras teorías son expuestas por VrLLEGAS BASAVJLBASO, t.!, p. 63 y ss. y por SAYAGUÉS LASO, op. cit.,
p. 17 y "S.; C"m~ I-IMA, RuY, Preparnqiio ii do{'máticajuríclica. Porto Alegre, 1958, 2" ed., o p. 27-41.
611
BIELSA, op. cit., p. 37.
T
V-16 PARTE GENERAL EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-17

lador o el juez han considerado una relación jurídica establecida entre el Esta- nistrativa, las fuentes de la disciplina serán todas las normas y principios que
do y otro sujeto de derecho, se han inclinado a dar soluciones particulares an- integren dicho régimen jurídico; en otras palabras, las reglas y principios que
tes que aplicar al pie de la letra la legislación común. Una consecuencia de esto sean imperativos. Si, en cambio, se prefiriese definir al derecho administrativo
es que en el derecho público hay a menudo una relación de subordinación (por- como el conjunto mismo de esas reglas y principios, no resultaría coherente
que se le confiere al Estado una cierta superioridad jurídica sobre el particu- expresar que la ley, p. ej., sea fuente del derecho administrativo, pues ello
lar, un número de atribuciones superiores a los derechos individuales ele! habi- significaría que es fuente de sí misma; 5 en este concepto del derecho adminis-
tante), a diferencia del derecho privado, en que es más frecuente la coordina- trativo no se podría hablar de fuente 6 y lo que nosotros estudiamos aquí como
cúin: los sujetos se encuentran allí en un plano ele más igualdad. Esa diferencia "fuentes" debe analizarse bajo el nombre de "derecho administrativo objetivo,"
ele régimen tiene en parte por raíz sociológica que por lo general tales relacio- ordenamiento o régimen jurídico administrativo, etc. 7 Conceptuar el derecho
nes afectan el "interés público," ("bien común"), o el "interés privado," indivi- administrativo de una u otra manera es secundario; solamente debe cuidarse
dual, respectivamente. Pero la distinción entre derecho público y privado no es que la noción de fuente sea compatible con la de derecho administrativo.
a priori; no se trata ele que las normas de derecho público tengan una estructu- Si consideramos al derecho administrativo como una rama de la ciencia del
ra diferente ele las del derecho privado, ni que matemáticamente unas y otras derecho, sus fuentes serán aquellas normas y principios que integran el orden
contemplen situaciones de interés general y de interés individual, sino tan sólo jurídico positivo; todo lo que pueda contribuir al nacimiento de una regla o
que las leyes que rigen las relaciones del Estado con los particulares van acu- principio imperativo, pero que no sea imperativo en sí mismo, es fuente en
mulando prerrogativas y privilegios para el Estado. Además, algunos de los sentido material, social o político, pero no en sentido jurídico formaP
...... principios ele tales leyes deben regular situaciones que no se dan sino en el Entre las fuentes incluimos a los principios jurídicos y principios generales
o caso del Estado: todo lo relativo a la organización, funcionamiento y actividad del derecho, que suelen dar dificultades de interpretación en su confrontación
(.0
1 de los poderes públicos y el control de los servicios públicos monopolizados con los textos normativos expresos. Por esa razón tienen importancia, aunque
emplea principios diversos de los del derecho común. Esas prerrogativas y dis- no sean fuentes en sentido formal sino material, la jurisprudencia, la doctrina
posiciones peculiares constituyen un todo estructurado y regido por principios de la Procuración del Tesoro de la N ación y la doctrina en general, del derecho
propios: las que empiezan siendo excepciones se tornan norma general y así comparado incluso. Ellas ayudan a resolver el confronte entre el texto de las
las reglas ele! derecho privado se ven desplazadas por aquéllas. Es lógico inde- múltiples y cambiantes normas positivas de distinto grado jerárquico que inte-
pendizar metodológicamente a ese conjunto de principios correlativos y con- gran el ordenamiento administrativo, con los principios superiores de inter-
cordantes entre sí, que resultan discordantes y extraños al derecho privado. pretación del orden jurídico y la experiencia universal.
Conviene por fin señalar que hoy en día las fuentes pueden ser clasificadas
7.2. Los conceptos de fuente
con provecho en fuentes supranacionales y nacionales del derecho: mientras
TradicionalmenLe se distinguen las fuentes formales de las fuentes materiales las segundas pueden ser adecuadas o modificadas por la sola voluntad nacio-
del derecho. Las primeras serían aquellas que directamente pasan a constituir nal, las primeras dependen del consenso de las naciones y la única posibilidad
el derecho aplicable. Las segundas son las que promueven u originan en senti- del país es sumarse al proceso, participando en el debate y suscribiendo el
do social-político a las primeras. Fuentes en sentido formal serían así los trata- tratado, o sustraerse a la comunidad internacional, lo cual no es siempre una
dos, la Constitución, las leyes, los reglamentos; fuentes en sentido material la 7 ·5 ZANOBJNJ, op. cit., p. 59.
7·6 Es decir, "fuente" en el sentido de condiciones sociales, económicas, etc., de un pueblo que
jurisprudencia, doctrina y costumbre. Algunos autores no distinguen entre uno
originan que el legislador establezca nuevas normas. Ver SARRiA, op. cit., t. I, p. 172 y ss.
y otro tipo de fuentes, 3 o agregan a los hechos como fuente formal; 4 otros tratan 71 Como lo hace ZANOBINJ, op. cit., p. 60. No incurren en esta contradicción y siguen el criterio

directamente del régimen o del ordenamiento jurídico administrativo en lugar del régimen u ordenamiento administrativo, BANDEJRA DE MELLO, CEJ.SO ANTONIO, Curso de direito
administrativo, San Pablo, Malheiros, 1993, 4" ed., p. 15 y ss.; DROMI, op. cit., 4" ed., p. 141 y ss.;
de ''fuentes." Esta cuestión debe vincularse con el concepto de derecho admi-
VALLE FwuEJREDO, LúciA, Curso de direito administrativo, San Pablo, Malheiros, 1995, 2" ed., p.
nistrativo: si lo definimos como una rama del conocimiento (una disciplina; un 36; CoscuLLUELA MoNTANER, op. cit., p. 57 y ss.; BoQUERA ÜLIVER, op. cit., p. 124 y ss. Mantiene el
saber) que analiza el régimen jurídico relativo al ejercicio de la función admi- concepto de fuentes PARADA, op. cit., p. 29 y ss. En la doctrina española se puede encontrar el
origen y desarrollo del criterio del ordenamiento, a partir de la doctrina italiana.
7·" BJELSA, op. cit., p. 75. 1.a También puede decirse, en sentido similar, que las fuentes se clasifican en "directas" (las

•·• J~LLINEK, WALTEI<, \ferwaltungsrecht, Berlín, 1931, p. 125 y ss.; Offenburg, 1948, reimpresión basadas en normas jurídicas positivas) e "indirectas" (las que no se basan en normas positivas).
de la 3" ed., pp. 125-6. Así, MARIENHOFF, op. cit., p. 197.
~

V-18 PARTE GENERAL


EL DERECHO AD!VI!N!STRAT!VO V-19

opción fácilmente viable ni indolora, pues tiene claro costo económico-financie-


la segunda acepción como "conjunto de normas positivas," pues la noción de
ro (tasa de interés que el país paga, calificación de "riesgo de país," flujo de
inversiones, sanciones comerciales, etc.). "derecho" recibe casi siempre esa doble significación; ello no quita que al darse
la definición metodológica deba efectuarse una opción semántica. 12 Así como
Entre las primeras, a su vez, estarán no solamente los textos escritos Oos
nadie definiría al derecho civil como "el conjunto del Código Civil y sus leyes
tratados internacionales de derechos humanos; las convenciones de regulación
complementarias," así tampoco es adecuado definir al derecho administrativo
del comercio, medio ambiente, etc.; los convenios o acuerdos de integración; las
como un "conjunto de normas y de principios de derecho público."
normas sobre derecho del mar, etc.) sino también los principios jurídicos gene-
rales, la jurisprudencia internacional, las opiniones consultivas de los organis-
8. Definición de derecho administrativo
mos supranacionales, el derecho comparado y la doctrina.
Por todo ello hemos definido al derecho administrativo como "la rama del dere-
7.3. El derecho administrativo como fuente y objeto de conocimiento cho público que estudia el ejercicio de la función administrativa y la protección
judicial existente contra ésta."
Distinguimos pues al derecho administrativo en cuanto rama del conocimiento
y al derecho administrativo como parte del orden jurídico positivo, como con- Rama del derecho público: o sea, que es una rama del conocimiento o una
junto de normasjurídicas. 9 disciplina científica; dentro de la distinción entre derecho público y privado,
Así como al hablar del derecho civil podemos referirnos tanto al Código Civil forma parte del primero.
y leyes complementarias, como a la disciplina que estudia las normas y princi- Qué estudia el ejercicio de la función administrativa: debe recordarse aquí
__. pios de ese código y esas leyes, así también al hablar de derecho administrati-
__. que función administrativa es toda la actividad que realizan los órganos admi-
o vo podemos pensar tanto en el conjunto de normas y principios constituciona- nistrativos y la actividad que realizan los órganos legislativos y jurisdicciona-
1 les y supraconstitucionales, tratados, leyes administrativas y demás reglas les, excluídos respectivamente los actos y hechos materialmente legislativos y
que integran la normación positiva, el régimen jurídico positivo de la función jurisdiccionales, como así también las funciones de poder jurídico o económico
administrativa, como en la disciplina que los estudia.
ejercidas por particulares merced a una potestad conferida por el Estado. Por
Dado que el conjunto de normas y principios que integran el régimen jurídi- lo tanto, el derecho administrativo estudia toda la actividad que realizan órga-
co positivo del caso llega a nuestro conocimiento y valoración a través de su nos estructurados jerárquicamente o dependientes de un poder superior. Tam-
estudio y análisis y que, por lo tanto, nuestro primer contacto cognoscitivo se bién la actividad del Congreso que no sea materialmente legislativa y de órga-
realiza con la disciplina que efectúa tal investigación, damos preferencia al nos independientes (jueces) que no sea materialmente jurisdiccional. Estudia
concepto de rama del conocimiento antes que al de conjunto de normas positi- asimismo la actividad de los órganos y entidades administrativas independien-
vas.
tes, tales como los entes reguladores, 1 el Defensor del Pueblo, la Auditoría Ge-
El derecho administrativo se define pues, en primer lugar, como una disci- neral de la Nación, el Consejo de la Magistratura, el Jurado de Enjuiciamien-
plina o una rama de la ciencia del derecho. No creemos convenientes, en conse- to, la SIGEN, etc.
cuencia, las definiciones que conceptúan al derecho administrativo como un Igualmente corresponde al derecho administrativo el estudio del ejercicio de
"conjunto de normas y de principios de derecho público," 10 pues hacen prevale- la función administrativa, cuando ésta aparece otorgada a entidades o institu-
cer el carácter normativo antes que el aspecto cognoscitivo. 11 Definir al dere- ciones privadas o públicas no estatales; en tales casos, con todo, la aplicación
cho administrativo como rama del conocimiento no significa que deje de usarse del derecho administrativo se limita a los aspectos que constituyen aplicación
7 9 o ejercicio estricto de dicha función. 2 En tales supuestos aparece el régimen
· En tal sentido de LAUBADERE, ANDRÉ DE, Traité de droit administratif, t. 1, 9" ed. actualizada

por VENEZIA, JEA.."<-CLAUDE y GAUDEMET, Y vEs, París, 1984, p. 12; REVIDATTl, por su parte, recoge esta
jurídico administrativo y los órganos propios de éste a través de la interven-
distinción utilizando rnayúsculas en el primer caso y nlinúsculas en el segundo, Derecho adnünis-
tratiuo, op. cit., pp. 94-95. 7 · 12 Comparar sirnilar distinción en REVlDA'I'TI, op. cit., p. 95, quien menciona "una forma de

710
concebir el derecho administrativo" corno "subsistemajurídico"y una forrna "de definir el Derecho
Así E rELSA, op. cit., t. I, p. 37; VILLEGAS BASAVILBASO, op. cit., t. I, p. 77; MARIENHOFF, op. cit., p
149; DIEz, op. cit., p. 264. Administrativo" como "disciplina que estudia ese subsistema y que es parte de la Ciencia Jurídi-
7 11
· Siguen nuestro criterio ALTAMIRA, PEDRO GUILLERMO, Curso de derecho adrninistrativo, Bue- ca;" ver también pp. 128-30.
8 1
· lnfra, cap. XV.
nos Aires, 1971, p. 10; DIEZ-HUTCHINSON, op. cit., p. 67; REVIDATTI, op. cit., p. 130, en la doctrina
argentina. 8 ·2 Ampliar infra, t. 3, El acto administrativo, op. cit., cap. I, § 11 y 12. Para una explicación

na' ;ca •l e '~er y .. ·an' ~. d~ 'l.S f •cir "S 0 · 1 por 1 '""'r, v~- in~"·--., e~-- IX
VI-20 PARTE GENERAL

Los derechos humanos constituyen un standard mínimo de derechos que


por su calidad de resultar inherentes a la persona humana, sólo pueden pro-
gresar, extenderse, ampliarse. Pero no restringirse ni suprimirse. Hablamos
aquí de tres principios rectores que interactúan en forma constante: el princi-
pio de irreversibilidad de los derechos humanos, el de pro¡,rresividad y el de
razonabilidad. Cualquier norma que quiera reducir la virtualidad y el ámbito
de aplicación de estos derechos, inevitablemente conducirá a la irrazonabili-
dad y, en consecuencia, a su inconstitucionalidad. Podemos concluir que el sis-
tema de derechos humanos, como standard mínimo, solo puede proyectarse,
constitucionalmente, en un único sentido razonable: su progresividad cuanti-
tativa y cualitativa.

3.3. Aplicación legislativa y jurisdiccional.


En el caso de la Convención, los Estados signatarios se han obligado ipso jure
"a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella" (art. 1°, in c. 1°) y a
"garantizar su libre y pleno ejercicio" a través de la tutela jurisdiccional y por
__. aplicación directa de los tratados y sus principios; ello, sin perjuicio de la obli-
__.
__. gación que también tienen de instrumentarlos con los mecanismos comple-
mentarios que fueren convenientes, 7 sin poder mientras tanto pretender ne-
garles operatividad y aplicación directa e inmediata. Esa obligación alcanza a
los órganos jurisdiccionales, que deben aplicar tales normas en forma directa e
inmediata.
No todos los juristas han aceptado esta conclusión, entre ellos algunos legis-
ladores, que a veces prohiban leyes dando a entender que están "creando" de-
terminados derechos que ya están consagrados en la Convención: en ello ha de
verse nada más que una búsqueda de mejor instrumentación y más efectiva
operatividad de la garantía de que se trate, pero no la afirmación de que ella
carecía de existencia o vigencia antes de la ley reglamentaria de que se trate.
En defecto de ley reglamentaria del Congreso, corresponde lo mismo que en
materia constitucional: la aplicación directa de los tratados por los jueces.

3.4. Carácter supranacional


La Convención y demás tratados regionales o internacionales similares, como
derecho supranacional eliminan, obviamente, el dogma del poder interno de
cada país -o gobierno- como poder incondicionado e ilimitado: el precio de
37 El art. 2" establece en tal sentido: "Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados

en el art. 1° no estuvieren ya garantizados por disposiciones legislativas o de otro carácter, los


Estados Partes se co1npron1eten a adoptar, con arreglo a sus procedin1ientos constitucionales
y a las disposiciones de esta convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades." En consecuencia, es claro que la
Corte de San José no es el único intérprete que aplica la Convención, sino el último en los
casos sometidos a su jurisdicción.
,....-

CAPíTuLO v1I

FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

SuMARIO

I. La Constitución 1
___. l. La evolución de una perspectiva secular 1
___.
2. El orden jurídico supraconstitucional 1
N
1 3. Los valores y principios supremos 2
II. La Ley 2
4. Ley y función legislativa 2
5. Clasificación de las leyes 3
5.1. Leyes locales 3
5.2. Leyes nacionales .................................................................................. 3
5.3. Los decretos-leyes o así llamados "leyes" de los gobiernos defacto . 4
6. Las leyes de derecho administrativo ......................................................... 6
7. Ámbito de la ley frente a la administración ............................................. 7
7.1. La regulación legislativa de la actividad administrativa ................. 8
7 .2. La regulación legislativa de los "actos de gobierno" ......................... 9
7.3. Conclusión acerca de la sumisión de la administración a la ley .... 12
8. La administración frente a la ley inconstitucional ................................ 14
III. Los reglamentos 15
9. Concepto y clasificación de los reglamentos 15
9.1. Introducción 15
9.2. Concepto 16
9.3. Clasificación y admisibilidad 17
10. Los reglamentos y sus problemas 19
10.1. Problemas y contradicciones ......................................................... 19
10.2. La inderogabilidad singular de los reglamentos y la irracionali-
dad de éstos ................................................................................... 19
10.3. La exacerbación reglamentaria 20
~r
1

18.2. Arbitrariedad ................................................................................. 41


10.4. Otras limitaciones jurídicas a la seudo facultad reglamentaria 21
18.3. Los principios jurídicos ................................................................. 42
10.5. Algunas limitaciones comunes ..................................................... 22
18.4. La seudo doctrina de algunos fallos ............................................ .42
11. La inderogabilidad singular y sus alcances .......................................... 22
19. La costumbre. Concepto y admisibilidad en general .......................... .43
1LL El principio y sus aplicaciones ...................................................... 22
19.1. No es fuente habilitante de deberes de los particulares ............. 44
11.2. Aplicación en materia de concesiones y licencias ........................ 23
19.2. Es fuente de derechos .............................. .45
11.3. La inderogabilidad singular no se aplica a las normas antijurí-
20. La doctrina 45
dicas ............................................................................................... 24
20.1. La doctrina de la Procuración del Tesoro de la Nación 46
11.4. Su aplicación en distintas clases de reglamentos ....................... 25
20.2. Doctrina de la Defensoría del Pueblo de la Nación 46
12. Reglamentos de necesidad y urgencia ................................................... 25
20.3. La doctrina y el derecho comparados. Sus problemas 47
12.1. La causa habilitan te ..................................................................... 26
12.2. El órgano habilitado ...................................................................... 27
12.3.La materia legislativa habilitada .................................................. 27
12.4. El procedimiento administrativo de habilitación ........................ 27
12.5. El procedimiento legislativo de habilitación ............................... 27
12.6. Inargüibilidad del acuerdo implícito del Congreso ..................... 28
12.7. Nulidad insanable, insusceptible de ratificación legislativa ...... 29
12.8. Necesidad y efectos de la ley ratificatoria. Plazo ........................ 29
_. 12.9. Inexistencia de potestad de veto .................................................. 29
_.
12.10. Otros test de constitucionalidad ................................................. 30
w
1 12.11. Supuestos de insusceptibilidad de ratificación legislativa ....... 30
12.12. La inconstitucionalidad tanto del reglamento como de la ley:
video, teatro, números vivos 30
12.13. Habilitación de la vía judicial directa 31
13. Reglamentos delegados o de integración 32
13.1. El principio tradicional 32
13.2. La Constitución de 1994 33
13.3. A quiénes se puede delegar ........................................................... 35
14. Reglamentos autónomos ........................................................................ 36
15. Reglamento de ejecución ........................................................................ 37
15.1. La reglamentación no es requisito previo para cumplir la ley ... 37
15.2. Se refiere a la propia administración, no a los particulares ....... 38
15.3. N o debe invadir otras materias reglamentarias ......................... 38
15.4. No debe alterar el espíritu de las normas legales ....................... 38
15.5. Es facultad principalmente del Poder Ejecutivo, no de órganos
dependientes .................................................................................. 39
15.6. No se aplica a los tratados 39
16. Los reglamentos del Poder Judicial y Legislativo 40
17. El reglamento como fuente del derecho administrativo 40
IV. Fuentes materiales del derecho administrativo 41
18. Jurisprudencia. Concepto y alcances 41
18. L Imperatividad 41
1 j.

1
1l
l
¡ Capítulo VII
1 FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
1
¡
¡
¡
l. La Constitución
l
f

l. La evolución de una perspectiva secular


__. f
__. A partir del renacimiento (que resultó fugaz) de la democracia, en 1960 tratamos de
_¡::,.
1¡ jerarquizar una vez más a la Constitución como fuente del derecho. Enfatizamos en ese
1 momento el carácter de normas jurídicas operativas de las normas constitucionales, su
imperatividad, existencia de sanción en caso de incumplimiento, completitud como or-
den jurídico pleno y supremo, sin lagunas. Lo llamamos por todo ello "Estructuración
dogmática del Estado de Derecho."' Destacamos el paso histórico en el mundo desde el
"Estado de legalidad" al "Estado de constitucionalidad." Señalamos la distinción entre
normas y principios constitucionales. Esa Constitución traía el sistema de valores de la
Constitución norteamericana, con principal énfasis en el principio supremo de razona-
bilidad, due process of law o justicia material. Más allá de nuestras conocidas falencias
en cumplir la Constitución, formalmente nuestro sistema funciona desde 1853 con el
esquema estadounidense. Ha sido siempre, pues, la más importante de las fuentes.

2. El orden jurídico supraconstitucional


Esa etapa entra en un distinto carril en 1984, con el sometimiento del país a la Conven-
ción Americana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos. A partir de allí' se despliega hasta el presente una parábola, pasando por numero-
sos hitos: el siguiente sometimiento a nuevos tratados de derechos humanos con juris-
dicción extranjera, el reconocimiento de la operatividad y supremacía de la Conven-
ción, la reforma constitucional de 1994, los tratados de integración regional, los trata-
dos contra la corrupción y la generalización de la jurisdicción universal, extraterrito-
rial, para estas y otras violaciones al nuevo derecho universal y al viejo derecho de
gentes, ahora fortalecido, en la lucha contra los crímenes de lesa humanidad?
u Publicado en Lecciones y Ensayos, 17: 91, Buenos Aires, 1960.
2 1
· Y de los hechos históricos del descrédito militar, el restablecimiento -esta vez más durade-
ro- de la democracia, la creciente presión internacional, etc. Ver supra, cap. 11, nota 4.2.
2 ·2 ZuPPI, ALBERTO Lurs, Jurisdicción universal para crímenes contra el derecho internacional,
Buenos Aires, Ad-Hoc, 2002 y sus referencias.
VII-2
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-3
Comenzamos la readaptación escrita en 1990, postulando la operatividad y el carác-
ter de orden jurídico superior de la Convención: en el orden de prelación de las fuentes, a tal efecto. De este modo, se excluyen del concepto a los actos emanados de
pusimos a la Convención en primer lugar, seguida de la Constitución. Ese primer lugar alguna de las cámaras del Congreso, e incluso de ambas, pero no de acuerdo
supranacional e internacional en la jerarquía de las fuentes se fue incrementando.
con las formalidades prescritas en la Constitución para la "formación y san-
Los que antes postulaban que la Constitución era programática ahora tienden a
jerarquizarla, pero no como tutela de los individuos sino como valladar para pretender ción de las leyes;" en cambio, quedan incluidos dentro de la noción de "ley"
impedir la aplicación del nuevo orden jurídico superior, supranacional e internacional tanto los actos legislativos de contenido estrictamente general, como los de
en cuanto es contrario a violaciones internas tanto de la Constitución como los pactos. contenido particular (p. ej., la ley de presupuesto, o toda ley que se refiera a un
Cuando antes no lamentaban la violación de la Constitución, ahora la toman corno caso concreto). Como se ve, existe un cierto desajuste entre el concepto de fun-
emblema de territorialidad y soberanía, para oponerse a la internacionalización de los ción legislativa y el concepto de ley, ya que esta última no aparecería siempre
derechos humanos. Buscan en su texto cómo oponerse a alguna convención. Ahora,
como producto del ejercicio de la primera. Pero ambos conceptos se mantienen
supremo.
tardíamente, estarían de acuerdo en decir que es un orden jurídico pleno, imperativo,
con tales alcances por razones prácticas y de comodidad para el uso.

3. Los valores y principios supremos 5. Clasificación de las leyes

Pero ya la historia siguió su curso. Por supuesto que las normas constitucionales son Las leyes se pueden clasificar en primer lugar según emanen del Congreso de
jurídicas, tienen sanción en caso de incumplimiento, etc. Pero ya no son supremas. la Nación o dé las legislaturas provinciales; las primeras pueden subclasificar-
Están un peldaño más abajo en la jerarquía de las fuentes. El primer nivel en las fuen- se en: a) leyes locales y b) leyes nacionales.
tes, a su vez, está claramente compuesto más de principios que de normas. Se integra
Las leyes nacionales, a su vez, se subclasifican en: 1°) leyes de derecho co-
inexorablemente con los valores de todo orden jurídico, del derecho internacional, etc.
__. mún y 2°) leyes de derecho federal.
__. Es el momento de percibir que se produce una inevitable mutación del modo de conocer
el derecho.' Los grandes valores de razonabilidad, justicia, son ahora admitidos como
(Jl 5.1. Leyes locales
supremos. Los textos normativos son así instrumentales para el logro de tales fines.
1
En este estadio de la evolución de nuestro país en el sistema jurídico universal, Las leyes locales del Congreso de la Nación eran aquellas que éste dictaba en
pierde sentido el enfatizar la Constitución, no porque tenga menos importancia que
su carácter de legislatura local, es decir, para la Capital Federal: la materia a
antes, bien al contrario, sino porque hay algo todavía más importante que ella. Supri-
mimos,apor todo ello, algunos desarrollos que empezamos en 1960 y comenzamos lenta- que este tipo de leyes se refería era en general la misma a que se refieren, o
mente modificar desde 1984.2
pueden referirse, las leyes provinciales; las cosas y las personas a que se apli-
can, son siempre exclusivamente aquellas que están comprendidas en ese ám-
11. La ley bito territorial.
A partir de la reforma constitucional de 1994 se establece una dicotomía
4. Ley y función legislativa que, al dar cuasi autonomía a la Ciudad de Buenos Aires, limita las facultades
Mientras que el concepto de función legislativa apuntaba esencialmente al hecho del Congreso como legislatura local principalmente a los lugares donde operan
de quo lo mimM eca de contenido goneml, el concop!Q pcednminante de ley establecimientos de utilidad nacional. De ahora en más, la única ley que la
tiende a prescindir del contenido del acto, para atenerse exclusivamente al Nación puede dictar para la Ciudad de Buenos Aires es la que delimita las
aspecto formal, y así es como se dice que "ley" es todo acto sancionado por el competencias respectivas; dentro de ella quedarán materias de exclusiva juris-
Poder Legislativo de acuerdo con el procedimiento previsto por la Constitución dicción nacional, caso en el cual las leyes a dictarse no serán ya locales del
3 1
Congreso de la Nación, sino leyes nacionales de carácter federal.
· Ver nuestra Introducción al derecho, edición como e-book en www.gordillo.com,
www.gordilio.com.ar,
32 www.gordillo.net.

En 1961 EDUARDO GARCIA DE ENTERRIA escribía lo que luego pasaría a formar parte de su 5.2. Leyes nacionales
actual Reflexiones sobre la Ley y los principios generales del Derecho, Madrid, Civitas, 1996,
reimpresión. Era una etapa histórica previa a la Constitución española de 1978, pero ya de cons- Las leyes nacionales del Congreso de la N ación se caracterizan porque son de
trucción democrática y liberal. Ahí ya hizo apelación.a la supremacía de los principios por sobre aplicación en todo el territorio de la Nación. Se subclasifican en leyes de dere-
las normas y rechazó la pretensión, propia del "Estado de la legalidad," de un conjunto sistemático cho común y leyes de derecho federal; esta subclasificación está concebida en
y cerrado de normas
Constitución positivas. Tenía razón, aunque en España se destaque mucho, desde 1978, la
como fuente.
razón de la materia o contenido de tales leyes. Observamos así que mientras
que la distinción entre leyes locales y nacionales está dada en razón de territo-
r

VII-4 PARTE GENERAL FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-5

rio, la distinción entre leyes nacionales de derecho común y federal está dada del espíritu de las normas que actualmente rigen la profesión, continuar lla-
en cambio en razón de la materia. mando "leyes" a los actos legislativos de aquellos gobiernos de facto (1966-
1973; 1976-1983). La continuación de un uso semántico legitimador de lo que
5.2.1. Leyes nacionales comunes. Son leyes de derecho común las previstas,
p. ej., en el art. 75, inc. 12 de la Constitución argentina: el Código Civil, el la Constitución prohibe es algo que abogados, legisladores, jueces y funciona-
Código Penal, el Código de Comercio, etc. 1 Estas leyes se caracterizan porque rios deben abandonar para hacer un correcto desempeño de su función en una
son aplicadas por los jueces locales, es decir, por jueces de la respectiva juris- sociedad democrática.
dicción en que la cuestión se produzca. La Ciudad de Buenos Aires, en 1997, no Aunque ya lo hemos dicho en el cap. I, la pertinacia del uso local contrario a
recibió la devolución de sus jueces naturales por la Nación. A pesar del exaspe- la normativa y a los juicios de valor que nos obligan internacionalmente, torna
rante déficit perpetuo del Estado nacional," persiste en sobrellevar los costos indispensable reiterarlo. Nuestra Corte Suprema ha reconocido más de una
de una justicia que en verdad ya no le compete. vez la necesidad de cumplir los fallos y opiniones consultivas de los organismos
internacionales de aplicación de los tratados que suscribimos (Giroldi, 1995,
5.2.2. Leyes nacionales federales. Las leyes nacionales de derecho federaza Arce, 1997) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene dicho que
son aquellas que hacen a la existencia y al funcionamiento de los poderes del "Por ello, la protección de los derechos humanos requiere que los actos estata-
Estado nacional, tales como las leyes de ciudadanía, servicio militar, eleccio- les que los afecten de manera fundamental no queden al arbitrio del poder
nes nacionales, etc. 4 Estas leyes, a diferencia de las de derecho común, son público, sino que estén rodeados de un conjunto de garantías enderezadas a
aplicadas por los jueces federales, es decir, los jueces del Estado nacional, aun- asegurar que no se vulneren los atributos inviolables de la persona, dentro de
que los casos de que se trate se produzcan en el territorio de las provincias. 5 las cuales, acaso la más relevante tenga que ser que las limitaciones se esta-
__. blezcan por una ley adoptada por el Poder Legislativo, de acuerdo con lo esta-
__. 5.3. Los decretos-leyes o así llamadas "leyes" de los gobiernos de {acto
m blecido por la Constitución." 8 En igual sentido se pronuncia la Comisión Inte-
1 Iniciada en 1966 la "Revolución Argentina" señalamos de inmediato el error ramericana de Derechos Humanos: "Por lo tanto, cualquier acción que afecte
semántico y político de llamar "leyes" a los decretos-leyes del gobierno de fac- los derechos básicos debe ser prescrita por una ley aprobada por el Poder Legis-
to,6 uso lingüístico que tenía una expresa voluntad "legitimadora" del gobier- lativo y debe ser congruente con el orden jurídico interno." 9
no. Han sido pocos los juristas que eligieron en su momento llamarlos como La CorteiDH define pues como leyes "la norma jurídica de carácter general,
corresponde ("decreto-ley" o "así llamada ley") y por ello el uso cotidiano de ceñida al bien común, emanada de los órganos legislativos constitucionalmen-
este país emergente recibe pleno el deterioro de los principios. Hasta el día de te previstos y democráticamente elegidos y elaborada según el procedimiento
hoy encontramos libros, fallos, doctrinas, que a décadas de terminado el último establecido por las constituciones de los Estados partes para la formación de
gobierno de facto, todavía prosiguen con ese peligroso uso legitimador. las leyes," 10 pues "El principio de legalidad, las instituciones democráticas y el
La reforma constitucional de 1994 en su art. 36 denosta claramente este estado de derecho son inseparables"; 11 es la legislatura electa y no otra la que
tipo de gobierno 7 y el código de ética de los abogados les prohibe aceptar tales tiene la potestad legislativa_ 12
cargos. Creemos que es una violación del texto, de su espíritu constitucional y
5 ·8 Párr. 22 de la OC 6/96, Comisión!DH, Informe anual, 1996, Washington, D.C., 1997, p. 65; la

sl Para una enun1eración 1nás cornpleta de las leyes nacionales comunes, ver YMAZ, EsTEBAN y bastardilla es nuestra. Las opiniones consultivas de la Corte!DH son de obligatoria aplicación en
REY, RICARDO, El recurso extraordinario, Buenos Aires, 1962, 2" ed., pp. 81-3. el derecho interno, como lo tiene resuelto la CSJN en Giroldi, Arce, etc. Ver nuestro artículo "La
52
· Y, en cambio, la solvencia de la Ciudad. obligatoria aplicación interna de los fallos y opiniones consultivas supranacionales," RAP, 215:
5 ·3 La denominación aquí mencionada ha sido utilizada por la Corte Suprema en Fallos, 187: 151 (Buenos Aires, 1996). El criterio ha sido reiterado en Bramajo, Fallos, 319: 1840 (1996) cons.
93, Fernández y Sust (1940) y otros y es la seleccionada por lMAZ y REY, op. cit., p. 84. so y en Arce, LL, 1997-F, 697, con nueslra nota "Los derechos humanos no son para sino contra el
5 .4 Han sido ubicadas como leyes nacionales federales, entre otras, las siguientes: correos, telé- Estado," reproducido en el libro Cien notas de Agustín, Buenos Aires, FDA, 1999, § 76, p. 165.
5 ·9 Op. ult. cit., párrafo 62, p. 65; el destacado es nuestro. Ver la aclaración de la nota anterior.
grafos, pesas y medidas, moneda, aduana, bancos, puertos, distintas Cmnisiones Nacionales, fe-
5 · 10 Opinión Consultiva n" 6, párrafos 23 y 32.
rrocarriles, marcas de fábrica, radio y televisión, presupuesto nacional.
55
A su vez, hay leyes que revisten simultáneamente carácter federal y local, cmno explican 5 · 11 Opinión Consultiva n" 8, párrafo 24.

IMAZ y REY, op. cit., p. 90 y ss. 5 · 12 Opinión Consultiva u" 8, § 22 y 23; todo ello reiterado en el voto concurrente del represen-

5 6
· "Análisis crítico de la ley de desarrollo/' Revista de Legislación Argentina, 2: 86 (Buenos tante argentino ante la CIDH, FAPPIANO, OseA!< LUJÁN, caso 10.843, Chile, 15 de octubre de 1996,
Aires, 1966) y en nuestro Derecho adrninistrativo de la economía, Buenos Aires, Macchi, 1966. Informe n" 36/96, § 31, p. 197 del Informe de 1996 de la Comisión Interamericana de Derechos
57 GELI.I, MARÍA ANGÉLICA, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y concordada, Bue- Humanos: el principio de la buena fe nos obliga a cumplir en el plano interno lo que sostenemos y
nos Aires, La Ley, 2001, pp. 286-90. nos obliga en el plano interno e internacionaL
,...-

VII-6
PARTE GENERAL

FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-7


6. Las leyes de derecho administrativo
No es fácil ubicar en el contexto general de las leyes argentinas el lugar que 7. Ambito de la ley frente a la administración
corresponde a las leyes de derecho administrativo.
El Congreso puede legislar sobre todas y cualquiera de las actividades realiza-
Como solución de principio se señala que el derecho administrativo es local das por el Poder Ejecutivo, 1 sin otra limitación que la de que la ley establezca
y que por lo tanto las leyes administrativas de la Nación sólo rigen para ella una regulación razonable. Salvo ese límite, que es por otra parte com\in a to-
misma y que cada provincia se dicta sus propias leyes de obras públicas, leyes das las leyes del Congreso, éste puede dictar normas para cualquier función
relativas a las función pública, leyes de procedimiento administrativo y de de- realizada por la administración: puede legislar sobre la función pública y el
recho procesal administrativo, leyes de organización administrativa, entida- servicio civil, sobre la organización y el funcionamiento administrativo inter-
des autárquicas, empresas del Estado, etc.
no, sobre cualquiera de los actos que dicte la administración, incluso los así
Sin embargo, no debe olvidarse que no todo el derecho administrativo nacio- llamados "actos de gobierno." 2
nal es puramente local, de aplicación sólo para las provincias o la Nación mis- Por ello, si bien existe una zona de "reserva" legislativa, en el sentido de que
ma: hay algunas leyes administrativas que entran dentro del ámbito del dere- en ciertas materias sólo el Congreso puede estatuir y en ningún caso (ni siquie-
cho federal y que en consecuencia escapan al ámbito provincial; p. ej., pueden ra por delegación) la administración, no existe en cambio en el derecho latino-
citarse las leyes de aduana, servicio militar, etc. Además, existen algunas fa- americano un principio inuerso de que pueda haber zona alguna de la activi-
cultades que son concurrentes del Congreso Nacional y de las legislaturas loca- dad administrativa "reservada" a ella y exenta de la regulación legislativa." La
les, como ser lo referente al bienestar general; pero como es obvio, esa concu- "zona de reserva de la administración" carece de todo fundamento constitucio-
rrencia, por razones fácticas, muy a menudo se resuelve impropiamente en nal, mucho menos en la Constitución de 1994 y resulta sorprendente ver como
__. una cierta supremacía de la ley nacional. Si bien de acuerdo con el art. 31 de la distinguidos autores enuncian una concepción cesarista en un país donde no
__. Constitución las leyes nacionales son "supremas," ello debe entenderse sólo en
-...1
nos ha faltado nunca nuestra cuota -generosa- de césares. Hasta hay auto-
1 tanto y en cuanto hayan sido dictadas dentro de las atribuciones que la propia res que la visten de doctrina garantista de los derechos individuales. Cuesta
Constitución le otorga al Congreso de la N ación; por lo demás, si no hay directa entenqerlo, pero así es. Todo tiene su origen en un autor -dado a las afirma-
y absoluta incompatibilidad entre la ley provincial y la ley nacional, o sea, si ciones axiomáticas ex-catedra- que la tomó no de otros sistemas constitucio-
no es inconciliable el ejercicio simultáneo de la potestad que acuerda la ley nales como el nuestro, sino de la Constitución francesa de 1958. Ella introdujo
nacional con la que 1
concede la ley provincial, debe mantenerse la vigencia de hace medio siglo una reforma expresa y muy marcada en el punto, establecien-
la ley provincial, sin perjuicio, desde luego, de mantener también la vigencia do que el Parlamento sólo puede legislar en los puntos que taxativamente le
de la ley nacional en cuanto ha sido dictada en el marco de sus atribuciones. La indica la Constitución y que todo lo demás queda librado a la potestad regla-
ley provincial deberá ceder ante la ley nacional cuando exista esa incompatibi- mentaria del Poder Ejecutivo.
lidad que señalamos, o cuando el ejercicio de la atribución respectiva le está Esto constituye una exacerbación de las facultades reglamentarias del Eje-
expresamente prohibido a las provincias, o haya sido conferido por la Constitu- cutivo y de hecho una destrucción del Parlamento, que nada tiene ver con nues-
ción en forma exclusiva al Gobierno de la Nación?
tro sistema constitucional, pero existen ya demasiados autores nuestros que, a
Por lo demás, la ley de derecho administrativo no tiene ninguna caracterís- partir de un ilustre adelantado, intentan adoptar esa repartición de funciones.
tica intrínseca que la diferencie de las demás leyes; en particular, es un error Es franca y ostensiblemente inconstitucional la tesis de que la administración
sostener que todas las leyes administrativas son de orden público; ellas lo pudiera tener facultades o actividades exentas de regulación legislativa: de
3
serán de acuerdo con los criterios y condiciones en que cualquier otra ley puede allí la necesidad de advertir expresamente acerca del punto y recordar que
ser considerada con aquel carácter.
7·1 Se trata, desde Juego, del antiguo principio de legalidad o sometimiento de la administración
6 1

6· CSJN, Fallos, 3: 131, Mendoza y hermano, 1865. a la ley, que entre otros explica GARCíA DE ENTERRiA, Revolución francesa y administración contenz.-
poránea, Madrid, Taurus, 1981.
·'Fallo citado en la nota anterior. Ampliar en VJLLEGAS BASAVILBAso, BENJAMÍN, Derecho admi-
nistrativo,
63 t. V, Buenos Aires, TEA, 1949-1956, p. 124 y ss. 72
· Ver su crítica infra, t. 2, op. cit., cap. VII.
7 ·3 Encontrarnos la opinión contraria en CAsSAGNE, JUAN CARLOS, Derecho administrativo, t. 1,
Ampliar en MARrENHO>'F, MIGUEL S., Tratado de derecho administrativo, t. I, Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 1965, pp. 219-20; AGUIAR, HENOCH D., Hechos y actos jurídicos en la doctrina y en Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, 6" ed., p. 145 y sus referencias de la nota 67; CoviELLO, PEDRO
la ley, t. !I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1950, p. 26 y ss. JosÉ JoRGE, "La denominada «zona de reserva de la administración» y el principio de la legalidad
administrativa," RDA, 21-23: 109 (Buenos Aires) y en el libro colectivo Homenaje al Dr. Miguel S.
Marienhoff, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997, cap. L
VII-S
PARTE GENERAL
r FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-9
todo lo que es materia administrativa puede ser regulado por el Congreso, con
la única salvedad de que tal regulación no sea irrazonable. En particular, no En lo que hace al estatuto del personal civil de la administración pública
nacional y a la regulación y limitación de la atribución presidencial de nom-
creemos que se adecue a nuestro sistema constitucional la tesis de acuerdo con
brar y remover a sus agentes (art. 99 incs. 13 y 19 y art. 100 inc. 3° de la
la cual el Congreso no podría legislar sobre algunos aspectos de la actividad
administrativa, o lo que es lo mismo, que en tales materias sólo la administra- Constitución), ya existe ese estatuto, por lo que de hecho también ha sido ejer-
ción podría dictar normas generales, pero no el Congreso. cida la respectiva atribución reguladora del poder legislativo.
Esta opinión ha sido emitida, p. ej., con relación a los denominados "actos de En lo que hace al procedimiento administrativo, ya desde 1900 existe la ley
gobierno," diciéndose que ciertos actos del Poder Ejecutivo no estarían sujetos 3952 (que regula el procedimiento de la reclamación administrativa previa a
4
a regulación legislativa y también con relación a ciertos aspectos internos de seguirse ante el Poder Ejecutivo), complementada con la ley 11.634 y cabe agre-
la actividad administrativa, sosteniéndose que lo referente a la organización gar después el decreto-ley 19.549172, que regula íntegramente el procedimien-
administrativa, al estatuto del personal civil de la administración, al procedi- to administrativo dejando un margen reglamentario, sub legal, a la adminis-
miento administrativo, etc., no puede ser regulado por ley sino que debe serlo tración. Además existen numerosas leyes que fijan y regulan determinados
por reglamento autónomo. 5 procedimientos administrativos (procedimiento impositivo, aduanero, de pa-
Estos criterios, como decimos, no se ajustan en nuestro concepto al ordena- tentes y marcas, etc.), fijando procedimientos, autoridad de aplicación, plazos,
miento positivo actual ni tampoco al sistema constitucional que nos rige. trámites, etc.

7.1. La regulación legislativa de la actividad administrativa 7.2. La regulación legislativa de los "actos de gobierno"

Por de pronto, es de advertir cómo ya la ley ha regulado numerosos aspectos de Lo mismo ocurre con los llamados "actos de gobierno" o "actos políticos,"
___.
___. la organización y funcionamiento administrativo, sin que hasta la fecha tribu- "institucionales," etc.: todos los actos del Poder Ejecutivo, incluso los dictados
00 nal alguno haya pronunciado su inconstitucionalidad por tal causa. en ejercicio de una atribución otorgada en forma directa e inmediata por una
1 disposición constitucional expresa, están sujetos a regulación legislativa. Si
En lo que hace a la organización administrativa, ha existido siempre y exis-
te también actualmente una ley de ministerios, que regula la organización, esta materia pudo dar lugar a distintas opiniones en el anterior texto constitu-
funcionamiento, competencia, etc., de los ministerios y secretarías de Estado: cional, ello no parece ya posible ante la fuerte limitación de la facultad regla-
la ley de administración financiera y control del sector público nacional; 6 las mentaria que impone la nueva Constitución de 1994, tanto en su texto como en
numerosas leyes que organizan determinadas oficinas internas de la adminis- su espíritu.
tración nacional (ley de aduanas, de impuestos, etc.). Ello se puede ver con algunos ejemplos:
El indulto. Dice el inc. 5° del art. 99 que el Presidente de la Nación "puede
En última instancia, si se considera que la Constitución otorga expresamen-
indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, pre-
te al Congreso la atribución de dictar la ley de presupuesto, que en esencia es
vio informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por
un ordenamiento administrativo de la actividad administrativa -disponiendo
la Cámara de Diputados."
qué oficinas existirán o no, qué cargos habrá, etc.-, no pareciera que pudiera
Pues bien: cuando los tribunales tratan algún caso de indulto, interpretan el
congruentemente negarse la atribución parlamentaria de regular en aspecto
significado de los términos "pena," "delito," 'jurisdicción federal" y aplican di-
alguno la organización administrativa. Con las nuevas técnicas del presupues-
cha disposiciones en base a la legislación. Y no es inconstitucional ni en modo
to por prof,>rama, este principio se afianza aun más en cuanto al alcance de la
normación parlamentaria. alguno inaplicable el Código Penal cuando establece qué son los delitos y las
penas, o la ley 48 cuando define qué es la jurisdicción federaL
7
"' DIEZ, MANUEL MARÍA, El acto administrativo, Buenos Aires, TEA, 1961, 2" ed., pp. 528-9; No creemos que pueda decirse que esto es materia vedada al Congreso, que
CARRÉ DE MALBERG, R., Teoría general del Estado, México, 1948, p. 483, etc.
75 escapa a su competencia legislar acerca de estas facultades del Poder Ejecuti-
· MARIENHOFF, op. cit., t. I, p. 243 y ss. Ha hecho frondosa escuela. Entre sus innúmeros segui-
dores cabe anotar, recientemente, MERTEHJKIAN, EDUARDo, "El Jefe de Gabinete," RDA, 19/20: 421 vo y que éste pueda ex novo y ex inventione ponerse en cada caso a determinar
(Buenos Aires, 1995), especialmente pp. 434-6: tantas son las citas que puede hacer en apoyo de discrecionalmente qué es delito, qué es pena, qué es jurisdicción federaJ.7
esta tesis, que ni este inteligente autor se ve necesitado de advertir que ella, para algunos, es
palmariamente inconstitucional. 77
· Aun ZAFFARONJ, EuGENIO RAúL y otros, Derecho Penal. Parte General, Buenos Aires, EDIAR,
76
· Ley 24.156.
2000, § 59, Ill, pp. 49-50, que sigue la antigua noción de acto de gobierno y considera que "no
puede ser una actividad reglada."
VII-11
FUENTES NACIONALES DEL DEHECHO ADM!NISTHAT!VO
VII-10 PAHTE GENERAL

cluso en algunos casos están indirectamente legislados. Sabemos que tales re-
Veamos el caso del inc. 7° del art. 99: el Poder Ejecutivo "nombra y remueve quisitos son: a) ser abogado de la Nación con ocho años de ejercicio; b) tener las
a los embajadores, ministros plenipotenciarios y encargados de negocios con calidades requeridas para ser senador, a saber: edad de treinta años; e) haber
acuerdo del Senado." Aquí también el Poder Ejecutivo y los tribunales deben sido seis años ciudadano; d) disfrutar de una renta anual de dos mil pesos
recurrir a la ley de servicio exterior de la Nación para saber qué es un "minis- fuertes o de una entrada equivalente; e) "ser natural de la provincia que lo
tro plenipotenciario" y qué es un "encargado de negocios;" esa ley no es incons- elige, o con dos años de residencia inmediata en ella."n Cuando el P. E. debe
titucional, ni puede el Poder Ejecutivo o el tribunal 8 interpretar, contra lo que proponer un nombramiento de magistrado de la Corte Suprema y el tribunal
dispone el Congreso, qué es un ministro plenipotenciario o un encargado de considerar su validez, tendrán que determinar qué es un abogado, para aplicar
negocios en el sentido de la Constitución. la norma constitucional que lo exige. Parece obvio señalar que al efecto debe-
Según el inc. 13 del mismo art. 99 el Poder Ejecutivo "provee los empleos rán atender a lo que hayan dispuesto las leyes respectivas; no podría pretenderse
militares de la N ación: con acuerdo del Senado, en la concesión de los empleos que una ley que establezca la organización universitaria y directa o indirecta-
o grados de oficiales superiores de las fuerzas armadas." Es obvio señalar que mente disponga qué se requiere para ser abogado, fuera inconstitucional. En
la determinación de qué es "empleos," "grados," "oficiales superiores," no está otros términos, el Congreso pudo perfectamente reglamentar esa norma cons-
conferida al Poder Ejecutivo, sino a la ley; de donde, nuevamente, surge que el titucional, legislando qué es el título de "abogado" en nuestro país y tanto el P.
hecho de que la Constitución haya dado en forma directa una facultad deter- E. como los tribunales están obligados a acatar esa norma legislativa. Si la ley
minada al Poder EJecutivo no significa que la misma no esté también sujeta a dice que puede expedir título profesional de abogado una universidad privada,
la legislación. 9 no podría el tribunal negarle ese carácter; e inversamente, si la ley dijera que
Lo mismo ocurre con la designación de magistrados judiciales: el decreto-ley las universidades privadas no pueden expedir tales títulos, o que ellos no son
1.285/58 regula la atribución respectiva, fijando las condiciones requeridas para el título a que se refiere la Constitución, no podría el Poder Ejecutivo nombrar
_.
_. ser designado juez, limitando de tal modo la facultad del Poder Ejecutivo de un magistrado que contara sólo con un título expedido por una tal universidad;
(O dictar el acto de nombramiento. Incluso el nombramiento de los magistrados si la ley establece que el título de abogado requiere nueva habilitación cada
1 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al cual no se aplica el citado determinado número de años y que tal habilitación es necesaria para la prime-
decreto-ley, 10 no está, en nuestra opinión, exento de regulación legislativa. ra designación como juez, el abogado que no tenga título habilitan te no podría
Piénsese p. ej. en la hipótesis de que una ley prohiba ser miembro de la Corte ser designado en el cargo respectivo. El hecho de que la Constitución haya
Suprema a las personas que hayan sido declaradas "traidores a la patria": evi- reglado esta facultad del P. E., no implica de ninguna manera, según se advier-
dentemente, tal impedimento no está previsto expresamente en la Constitu- te, que el Poder Legislativo no pueda seguir legislando sobre el punto.
ción, pero ello no quita que el legislador esté facultado sin duda alguna para Lo mismo puede decirse del requisito de tener "ocho años de ejercicio de la
establecer esa restricción. No se trata tampoco de una distinción de requisitos profesión;" no podría considerarse que fuera ajeno a la competencia legislativa
positivos o negativos: el criterio para analizar la constitucionalidad de la ley es reglamentar qué debe entenderse por "ejercicio de la profesión." Si el Congreso
siempre el de la razonabilidad y el de si altera o no el requisito que la Constitu- dispusiera, u. gr., que para poder considerar que una persona ejerce la profe-
ción pueda haber fijado. Si la ley exige que los miembros del tribunal deben sión de abogado es necesario que la misma esté inscripta y habilitada actual-
saber leer y escribir, no creemos que pueda discutirse seriamente la validez de mente en la matrícula profesional respectiva, o haya desempeñado un cargo
la ley; en cambio, una ley que exigiera el conocimiento de varios idiomas, sería que requiera tal título, tal ley sería perfectamente constitucional y no podría el
sí inconstitucional, pero ello en virtud de que es irrazonable creer que el crite- Poder Ejecutivo designar con acuerdo del Senado a un magistrado que como
rio jurídico depende de la información a que se tiene acceso; la inconstituciona- abogado nunca estuvo inscripto en la matrícula ni desempeñó un tal cargo; ni
lidad de la ley surge pues de su irrazonabilidad, no de que agregue un requisito podrían los tribunales convalidar un tal nombramiento. Igual cosa correspon-
a los que establece la Constitución. También los requisitos concretos que la derá decir de una ley que disponga que los ocho años de ejercicio de la profesión
Constitución fija en este caso son susceptibles de regulación legislativa, e in- deben ser continuos y que en caso de ser discontinuos sólo se computará el
7·8 No coincidirnos por ello con GELLI, op. cit., p. 628, cuando sostiene que esta competencia "está

exenta del control jurisdiccional."


tiempo de ejercicio efectivo, etc.
7.9En tal sentido recuerda GELLI, op. cit., p. 634, la regulación legal de estas atribuciones por el · Est.e requisito debe aquí entenderse como que debe ser natural del país, o con dos años de
7 11
Código de Justicia Militar aprobado por ley del Congreso de la Nación. residencia inmediata en él; en cuanto al anterior, ha sufrido un desuetudo evidente.
7 10
· CSJN, Bianchiy Cia., Fallos, 248:398 (1960).
VII-12
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-13
La Constitución exige también que el magistrado de la Corte Suprema ten-
ga treinta años de edad. Y los años de los miembros de la CSJN también deben que estas facultades están al presente sujetas a legislación; con lo que el concep-
contarse de acuerdo con el Código Civil: si éste dijera que la edad se cuenta to señalado no responde al contenido de la jurisprudencia y de la legislación
desde el nacimiento, no podría nadie decir que tal ley es inconstitucional o imperante.
inaplicable al presente caso y que el Poder Ejecutivo pueda contar la edad de Que el Congreso tiene todavía un amplio margen para legislar acerca de las
los magistrados que designa desde el momento de la gestación, o con posterio- facultades que la Constitución le confiere directamente al Poder Ejecutivo
ridad al nacimiento. Y a la inversa, si el Código Civil dijera que la edad se Nacional; que todas esas posibles leyes que hemos reseñado no podrían bajo
cuenta desde la gestación, no podría afirmarse que eso es inconstitucional, a ningún aspecto ser consideradas como que exceden la competencia constitucio-
menos que se diga que es irrazonable, con lo que nuevamente entramos en la nal del Congreso.
teoría general y escapamos de toda teoría especial de gobierno.
En verdad, en todo esto se ha cometido una confusión. Se ha advertido que
La Constitución dice también que deben haber sido seis años ciudadanos de la Constitución confiere cierta libertad al Poder Ejecutivo; se ha pensado en-
la Nación. Hay en el país leyes dictadas por el Congreso diciendo qué debe tonces en la posibilidad de que una ley lo ate totalmente, no dejándole ninguna
entenderse por ciudadano de la Nación, formas de obtener la ciudadanía, etc. libertad de acción; y se ha concluido en que tal ley sería inconstitucional: sobre
No puede, aquí tampoco, entenderse que el Congreso no pueda legislar tal eso se ha construido la idea de los actos de gobierno.
materia también con referencia a los miembros de la Corte Suprema. Si de Repetimos, ello importa una confusión: el que una ley de ese tipo sea incons-
acuerdo con las leyes del país Fulano de Tal no es ciudadano argentino, no titucional deriva simplemente de que reglamenta irrazonablemente la Consti-
vemos cómo el Poder Ejecutivo podría invocar la Constitución, para decir que a tución; su vicio, en consecuencia, se basa en los principios generales aplicables
su criterio, independiente de regulación legislativa, Fulano de Tal sí es argen- a cualquier ley del Congreso y no a teoría especial alguna de gobierno, acto
___.
tino y que por lo tanto lo nombra como magistrado de la Corte Suprema. Si la institucional, reserva de poderes, privilegio ejecutivo, etc.
N
o ley adopta el iu" mli,, na poddan el Pod" F;jecutúo u el tcibunru untend" quo Y ello es el criterio de acuerdo al cual debe encararse el problema todo de la
1 debe aplicarse, por ejecución directa de la Constitución, el ius sanguinis; pare- reglamentación legislativa de facultades del Poder Ejecutivo: tal legislación
ce de ello resultar que no es dable afirmar que estos actos del Poder Ejecutivo será constitucional siempre que no modifique ni altere ninguna disposición
estén sujetos sólo a la Constitución.
constitucional expresa, ni sea de otro modo irrazonable.
Si una ley estableciera la equivalencia de los "pesos fuertes" de que habla la En tal sentido, señala HUBER que el legislador tiene a su mano la decisión
Constitución a la moneda actual y dispusiera de tal forma cuál es actualmente acerca de si dará discrecionalidad a los órganos supremos de la administración
la renta anual que se requiere para ser nombrado miembro de la Corte Supre- para actuar sobre las cuestiones que estime fundamentales a la existencia del
ma, tampoco aquí talley es inconstitucional, ni puede el Poder Ejecutivo decir- país, o si en cambio los sujetará a regulación legal. 12
lo o admitirlo el tribunal, que no obstante que el Congreso ha decidido que una NAWIASKY por su parte indica: "ciertamente que su actividad está sujeta, en
renta de "dos mil pesos fuertes" equivale, v. gr., a seis u ocho mil pesos, él todas estas direcciones, a las leyes existentes" y añade que a lo sumo podría
puede considerar que la ley es en ese aspecto violatoria de las disposiciones encontrarse una ausencia de leyes detalladas sobre ciertos actos del Poder Eje-
constitucionales respectivas y que una renta anual de dos mil pesos fuertes cutivo: ausencia que está derivada de la política legislativa, nada másY En
equivale a diez o quince mil pesos L..] Eso sería una invasión de poderes, una igual sentido expresa Wou'F que el gobierno no es actividad libre de la legisla-
extralimitación de facultades del Poder Ejecutivo, que el juez no puede dejar ción, sino sometida a ella y que si el Poder Ejecutivo o Gobierno puede jurídica-
de sancionar con la nulidad del acto.
mente tener alguna libertad para actuar, ello es sólo gracias a que su influen-
cia en el Parlamento le permite obtenerla en algunos casos. 14
7.3. Conclusión acerca de la sumisión de la administración a la ley
Por ello, cuando se deba analizar alguna facultad reglada o discrecional con-
En definitiva, todo esto nos demuestra:
cedida al Poder Ejecutivo en forma directa e inmediata por una disposición
Que de hecho existe ya toda una legislación que necesariamente se aplica en 7· 12 Ver HUBER, ERNST R., Wirtschaftsverwaltungsrecht, t. II, Stuttgart, Tübingen, 1935, 2• ed.,

una y otra oportunidad a las facultades concedidas "directamente" por la Cons- p. 656.
7· 13 Ver NAW!ASKY, HANS, Allgerneine Staatslehre, t. 2, Staatsgesellschaftslehre, Einsiedeln, 1955,
titución al Poder Ejecutivo, sin que nunca se haya cuestionado su constitucio-
pp. 16-7.
nalidad, ni, confiamos, nunca se llegue a cuestionar; por lo que debe notarse 7· 14 WüLFF, HANS J., Verwaltungsrecht 1, Munich, Beck, 1971, s· ed., p. 81 y SS., 77 y SS., 329 y SS.

Para los aspectos políticos de la cuestión, ver infra, t. 2, op. cit., cap. VIII.
r
VII-15
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-14 PARTE GENERAL
1
tras se realizan esos procedimientos (C.N., arts. lo y 31)." En consecuencia, si
constitucional expresa, debe partirse del principio de que tal facultad no está el Congreso dicta una ley inconstitucional, no puede el Poder Ejecutivo apar-
libre de regulación legislativa: que no se trata de actividades en un plano de tarse de ella y ejecutar directamente la Constitución, sino que debe adoptar
2
igualdad con la ley, sino de subordinación; y que el sentido e intención consti- algunas de las tres actitudes indicadas; esta es la tesis dominante.
tucional no es que el Poder Ejecutivo se transforme en su propio legislador. Esta construcción del necesario sometimiento de la administración a la ley,
El principio, pues, es que tal facultad está sometida a las leyes. Por lo tanto debe hoy en día interpretarse en forma extensiva a las cláusulas de los conve-
las leyes que al respecto se dicten están dentro de la competencia constitucio-
nios internacionales de derechos humanos.
nal del Congreso y su posible inconstitucionalidad se rige por los principios
generales, no por regla alguna relativa a la administración pública: ella no 111. Los reglamentos
tiene fueros ni privilegios frente al Congreso. La inconstitucionalidad podrá
derivar de que la norma modifique algún requisito constitucional, lo interprete 9. Concepto y clasificación de los reglamentos
irrazonablemente, altere los derechos individuales de los habitantes, trasgre-
da tratados internacionales, etc., pero no de que legisle sobre la actividad del 9.1. Introducción
PE en ciertos y determinados asuntos de "gobierno" o de "administración inter- Por aplicación del principio de la separación de los poderes, el dictado de nor-
na," "zona de reserva," "de exclusión," "liberada" o lo que fuere. mas generales corresponde por principio al Congreso y no al Poder Ejecutivo;
Nada puede escapar a la ley del Congreso de la Nación, por lo que hace a la menos aun a sus órganos dependientes' dentro de la administración central.
administración pública. Eso, al menos, en un sistema democrático de derecho. Por ello la facultad del Poder Ejecutivo para dictar reglamentos debe enten-
derse siempre con reservas: 2 no es una facultad que le pertenece como princi-
8. La administración frente a la ley inconstitucional pio, jure propio, sino como excepción, salvo el supuesto del art. 42; en ningún
--" caso le corresponde a los Ministros o Secretarios de Estado.
Por lo que hace a la aplicación de la gradación jerárquica Constitución-ley por
N La Constitución de 1994 ha intentado limitarlos aun más, al menos en dos
--" parte del Poder Ejecutivo, la Procuración del Tesoro de la Nación ha entendido
de sus especies (reglamentos delegados y de necesidad y urgencia), aunque
desde siempre lo siguiente:
todavía no se advierte en la práctica la disminución de la existencia y vigencia
"1") Que es evidente que el Poder Ejecutivo no puede ni derogar 1as leyes ni
de estas normas. Ello se debe a algunos caracteres y problemas generales que
declarar su inconstitucionalidad."
son comunes a toda la actividad reglamentaria en cualquier país del mundo
"2") Que es igualmente evidente que el Poder Ejecutivo está obligado a eje-
pero se incrementan entre nosotros so capa de emergencia. El reglamento es
cutar y cumplir las leyes."
una fuente perniciosa de ilegalidad e injusticia, como veremos.
"3") Que, sin embargo, también el Poder Ejecutivo tiene la facultad corno
Debe advertirse liminarmente, con todo, que los juicios de valor y las inter-
todo sujeto de derecho público o privado y la obligación como órgano de la Cons-
pretaciones constitucionales son extremadamente divergentes. Hay quienes
titución, de examinar la validez de las normas legales frente a la Constitución.
postulan un acercamiento al régimen parlamentario y quienes, a la inversa,
Pues es obvio que si las leyes del Congreso son obligatorias y tienen un exten-
consideran que nuestro sistema constitucional es, incluso depués de la reforma
dido ámbito de validez, las normas de la Constitución Nacional son de superior
jerarquía y su ámbito de validez (temporal, espacial, material y pei·sonal) es el · Dictámenes, 72:137 (5/IV60); 67:189 (22/XII/58); 64:100 (19/IV58).
8 1
ámbito de validez del derecho argentino en su totalidad. Su acatamiento es · Expusimos la opinión contraria en Introducción al derecho administrativo, Buenos Aires,
82
Perrot, 1962, 1" ed., p. 64 y ss. y en Estudios de derecho administrativo, Buenos Aires, Perrot,
obligatorio para los súbditos y todos los órganos del Estado." 1963, p. 70; posteriormente la han adoptado BIDART CAMPOS, GERMÁN JosÉ, Derecho constitucional,
"Es patente, por tanto, que ei Poder Ejecutivo puede y debe examinar la Buenos Aires, 1964, p. 271; MARIENHOFF, op. cit., t. l, p. 297. Con posterioridad a estos autores
validez de fa ley; y si considera que ella es inconstitucional puede [...J adoptar advertimos el uso cesarista de la postulación que habíamos hecho en 1962 y que diera lugar a la
adhesión mencionada a nuestra crítica. Hubimos pues de retractarnos. El tiempo no hace sino
cualquiera de las siguientes actitudes: a) Ejercer (...] el derecho de veto. b) ratificar la sabiduría que animó al criterio tradicional de la Procuración del Tesoro de la Nación.
Plantear su inconstitucionalidad ante el Poder Judicial de la Nación en los · Salvo el caso de los organismos independientes de contralor previstos por el art. 42 de la
91
casos y bajo los procedimientos judiciales establecidos. e) Promover su deroga- Constitución.
· Como señala GELLI, op. cit., p. 608, "Existe una diferencia sustancial entre la reglamentación

ción ante el Congreso de la Nación." 9 2


de derechos que dispone el Poder Legislativo, sancionando leyes[ ... ] y la reglamentación ejecutiva
"Todo lo dicho en los puntos b) y e) anteriores se entiende sin perjuicio de la que completa Jos pormenores de la ley para ponerlas en ejecución."
inexcusable obligación del Poder Ejecutivo de cumplir y ejecutar la ley míen-
VII-16
PARTE GENEK4.L

3
de 1994, "hiperpresidencialista," "donde el Presidente colegisla." Las solucio-
r FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-17

nes concretas habrán luego de diferir, por inexorable consecuencia. judiciales: en estos dos últimos casos los reglamentos se referirán exclusiva-
mente al funcionamiento y organización interna de estos poderes.
9.2. Concepto.
También existen reglamentos de las autoridades administrativas indepen-
dientes, en particular los Órganos de contralor de los servicios públicos privati-
Un reglamento es una declaración unilateral realizada en ejercicio de la fun-
zados en forma monopólica a que se refiere el art. 42 de la Constitución de
ción administrativa que produce efectos jurídicos generales en forma directa.<
1994. A veces se utiliza también la expresión "reglamento" para referirse a las
Es una declaración, o sea una manifestación o declaración de voluntad, co-
nocimiento o juicio. De esta forma distinguimos el acto (en este caso el acto normas técnicas o jurídicas que rigen la relación de los concesionarios con los
usuanos.
reglamentario) del mero hecho administrativo que es tan sólo la actuación
material de un órgano administrativo.
Que produce efectos jurídicos. Esto es fundamental, pues si se trata de una
mera declaración lírica, desprovista de efectos o consecuencias jurídicas (crear
Unilateral, por oposición a bilateral. Se dice que un acto es bilateral y parti-
cularmente un contrato, cuando es el resultado de una declaración de voluntad derechos y obligaciones) no parecería propio incluirla dentro del concepto jurí-
dico formal de reglamento.
común entre dos o má¡¡ partes, destinada a reglar sus derechos. En el acto
unilateral falta esa "declaración de voluntad común" y es por el contrario una Generales. Aquí está dada la distinción, que en otra parte desarrollamos, 5
sola parte, en este caso la administración, la que expresa su voluntad, llamada entre el reglamento y el acto administrativo. El acto administrativo se caracte-
por ello "unilateral."
riza por ser un acto que produce efectos jurídicos individuales, particulares, en
_.. un caso concreto; el reglamento, en cambio, por producirlos en forma genérica,
Dictado en ejercicio de la función administrativa. De acuerdo al concepto de
N para un número indeterminado de personas o de casos.
N función administrativa dado más adelante, ésta es toda la actividad realizada
1 por los órganos administrativos y la actividad realizada por los órganos legis- En forma directa. Esto quiere decir que el reglamento es por sí mismo sus-
lativos y judiciales excluidas sus respectivas funciones específicas. Por lo tan- ceptible de producir los efectos jurídicos de que se trata; ello no se desnaturali-
to, puede haber reglamentos dictados por los órganos administrativos y tam- za si el mismo reglamento supedita la producción de sus efectos al cumpli-
bién, en sus respectivos campos de actuación, por los órganos legislativos y miento de determinada condición o al transcurso de determinado tiempo, por-
93
que en tales casos cumplido el plazo o la condición, es el mismo reglamento el
· BAlmA,
Aires, Ábaco,RoDou·o
2002, p. CARLOs,
571. Tratado de derecho administrativo, t. 1, Principios. Fuentes, Buenos que produce el efecto de que se trata.
9

·' Para la construcción de este concepto, en general, ver infra, cap. X; en particular, t. 3, El acto
administrativo, op. cit., caps. I a V. En general, sobre el régimen y los problemas de los reglamen- 9.3. Clasificación y admisibilidad
tos en el derecho comparado, ampliar en GARCiA DE ENTERRIA, Legislación delegada, potestad regla-
mentaria y control judicial, Madrid, Temas, 1970; ÜRTIZ, EDUARDo, "La potestad reglamentaria en Habitualmente se clasifica a los distintos tipos de reglamentos en de ejecución,
Costa Rica," Revista de Ciencias Jurídicas, 16: 125 (San José, 1970); INSTITUTO URUGUAYO DE DERE- "delegados" o de integración, de necesidad y urgencia, autónomos, aunque es
CIJO ADMINISTHATIVO, Actividad reglamentaria de la administración, Montevideo, FCU, 1989; JESCH,
Dr>:TRJCH, Gesetz und Verwaltung, Tubinga, Mohr, 1968, traducido al castellano como Ley y admi-
de hacer notar que en la práctica los límites entre unos y otros suelen ser bo-
nistración, Madrid, 1978; CARLETON KEMP ALLEN, Law and Orders, Londres, Stevens & Sons, 1947; rrosos. Basta tomar cualquier ejemplo del Boletín Oficial para comprobarlo
BONF'IELo, AltTHUR EARL, State Administrative Rule Making, Bastan, Little, Brown and Company, empíricamente. Por ello toda generalización de conceptos de reglamentos ha
1986; Ü'RErLLY, JAMEs T., Administrative Rulemaking, Colorado, McGraw-Hill, 1983; FERREJRA
de tomarse como mera hipótesis de análisis.
LEITE, LucrANo, O regulamento no direito brasileiro, San Pablo, ed. Revista dos Tribunais, 1986;
GASPARINI, DióGENEs, Poder regulamentar, San Pablo, Bushatsky, 1978; ToRRES ZULETA, GONZALO, El principio general, a nuestro juicio, es que no existe una "potestad regla-
La potestad reglamentaría del Jefe del Estado, Bogotá, Temis, 1979; KERWIN, CORNELIUS M., mentaria" como tal en la Constitución: quienes antaño gustaban decir que el
Rulemaking. How GouernmentAgencies Write Law and Make Policy, Washington D. C., CQ Press,
reglamento era "materialmente" una ley no estarían hoy acordes al texto cons-
1999, 2" ed.; CAZZOLA, FRANco y MORISI, MASSIMo, L 'alluvione dei decreti, Milán, Giuffre, 1980;
SANDULLJ, ALDo M., L 'attivitá. normativa de/la pubblica amministrazione, Nápoles, Jovene, 1970; titucional. El art. 99 inc. 3o es categórico en señalar que "El Poder Ejecutivo no
MocKLE, DANIEL, Recherches sur les pratiques administratiues pararéglementaires, París, L.G.D.J., podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir dispo-
1984; WIENER, CÉLINE, Recherches sur le pouvoir réglernentaire des Ministres, París, L.G.D.J., 1970;
MoREAU, Fl':r.Lx, Le Réglement administra ti{, París, Fontemoíng, 1902; HECQUARD-THÉRON, MARYVONNE, 9 ·5 Ver t. 3, op. cit., cap. V, ''Presunción de legitimidad, exigibilidad y ejecutoriedad." Conf.:
li.'ssai sur la noiion de réglementation, París, L.G.D.J., 1977; PAVLOPouws, PROCOPros, La directive DROMI, RoBERTO, Instituciones de derecho ad1ninistrativo, Buenos Aires, 1973, p. 341 y ss.; Derecho
en droit administratif, París, L.G.D.J., 1978.
administrativo, 1996, sa ed., p. 273; comparar MARTÍN MATEO) op. cit., p. 145 y ss.; MEU.Á.N GJL, JosÉ
LUis, La distinción entre norma y acto adnúnistrativo, Madrid, 1967.
VII-19
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-18 PARTE GENERAL

son admitidos de manera limitada. Esos son los principios generales, la prácti-
siciones de carácter legislativo." Se ha dicho con razón que en su consecuencia
una ley no podría ratificarlos, atento que "los nuevos textos constitucionales ca se halla muy distante de ellos.
han definido que las nulidades de las disposiciones de carácter legislativo dic-
10. Los reglamentos y sus problemas
tadas por el Poder Ejecutivo es «absoluta e insanable»." 6 Esa nulidad absoluta
e insanable importa además que tales normas no tendrán presunción de legiti- 10.1. Problemas y contradicciones
midad ni ejecutividad o ejecutoriedad: convendrá con todo impugnarlas expre- Por de pronto, el reglamento es a la vez la más extendida y la más problemáti-
samente en los casos ocurrentes, para evitar los problemas prácticos que expli- ca de las fuentes del derecho administrativo. Su extensión deviene de una ten-
camos al tratar del mismo punto en materia de actos administrativos indivi- dencia sempiterna de la administración a fijar continuamente, sin demasiado
duales o singulares 7 La realidad, en estos tiempos de emergencia perpetua, es estudio ni reflexión, normas generales propias para todo lo que hace. La pala-
caótica: se dictan muchos, sobre materias prohibidas. 8 Algunos se cumplen, bra "reglamentarista" del lenguaje común es sinónimo de previsión detallada y
otros quedan en un limbo hasta su ulterior introducción por ley. El decreto de cuasi absurda. Hasta los pliegos de bases y condiciones de una licitación son
necesidad y urgencia cumple así, primero, el rol de expresar la voluntad políti- reglamentarios, frecuentemente modificatorios en minucias de textos anterio-
ca y el compromiso político de la rama ejecutiva y le tira al Parlamento una res y sin innovaciones reflexivas, con lo cual cada contrato de la administra-
suerte de proyecto de ley políticamente compulsivo. El Congreso no puede ne- ción tiene su reglamento propio, único, exclusivo y malo. También son regla-
garse. mentos, válidos o no, razonables o irrazonables, las resoluciones de cuanto ór-
Hay en la Constitución apenas supuestos puntuales que deben ser analiza- gano se le ocurra emitir normas generales. Los hay por miles, de cientos de1
dos como excepción a dicha prohibición, jamás como la regla. La regla es que no arts. cada uno, siempre cambiantes, nunca iguales, nunca fácilmente hallables.
___.. existe potestad reglamentaria del Poder Ejecutivo y mucho menos de sus mi- Sólo el funcionario que habrá de aplicárnoslo lo tiene, actualizado y "prolijo":
N nistros o secretarios. En cambio esa facultad existe iure propio en los entes un viejo texto con fotocopias adheridas en cada lugar para marcar las actuali-
w previstos en el art. 42 de la Constitución en tanto cumplan con el procedimien- zaciones. Poseer un reglamento actualizado es la más de las veces ser titular
1
to previo de audiencia pública 9 y tengan participación de los usuarios en su
de información privilegiada.
directorio y no se hallen, por supuesto, intervenidos directa o indirectamente
por el poder central. En este último caso sus facultades son de mera custodia 10.2. La inderogabilidad singular de los reglamentos y la irracionalidad de
de bienes y no pueden en modo alguno modificar el régimen normativo del
éstos
sistema de que se trate.
Por una parte no se puede en verdad decir que la administración pueda dictar
El reglamento de ejecución se encuentra expresamente autorizado en la
reglamentos y acto seguido incumplidos; hasta ahora se sigue entonces acep-
Constitución, aunque con severos límites que luego veremos y que básicamen-
tando la aplicación al reglamento del principio de la presunción de legitimidad
te suponen que no puede regular, directa o indirectamente, derechos de los
de los actos administrativos: éste los haría, si no válidos por específica
ciudadanos, habitantes o usuarios. 10 El reglamento autónomo no se encuentra 2
subsunción legal, al menos válidos por habilitación temporaría. No cumplir el
previsto en el sistema constitucional y sólo puede admitírselo como una va-
propio reglamento parece una autocontradicción tan manifiesta que nadie ver-
riante, muy limitada, del reglamento de ejecución, que tampoco puede crear,
daderamente la ha sostenido nunca: es más bien al contrario, invocando el
regular o modificar derechos o deberes de los individuos frente a la adminis-
principio de legalidad de la administración, que se postula que ella nunca pue-
tración. Los reglamentos delegados y de necesidad y urgencia se enmarcan
bajo un principio general de prohibición, con supuestos de excepción en que de violar sus reglamentos.
· Como dice NAVA NEGRETE, ALFONSO, Derecho Administrativo Mexicano, México, D.F., F .C.E.,
96 In re Video Club Dreams, Fallos, 318-2: 1154, cons. 17 del voto de BELLUSCIO (1995); GELLI, 10 1
1995, p. 56, son "reglamentos de continuo hacer y deshacer." Para más, con ello se construye lo
MArtlA ANGÉLICA, "Amparo, legalidad tributaria y decretos de necesidad y urgencia (El caso ••Video
que GroRGIO BERTI llama "el dédalo" o laberinto administrativo: "Il dedalo amministrativo e il
Club Dreams,,)" LL, 1995-D, 243. Para el régimen anterior, en general, ver BIANCHI, ALBERTO B.,
Diritto," en UNIVERSITÁ m VENEZIA, Studi in onore di Feliciano Benuenuti, t. I, Módena, Mucchi,
La delegúc:ión legislativa, Buenos Aires, Ábaco, 1990.
01 ln(ra, t. 3, op. cit.
1996, p. 283 y ss. Ver también UsLENGHY, ALEJANDRO JuAN, "Régimen jurídico de la potestad regla-
90 Y para peor, no siempre tienen adecuación de medio a fin; o sea, no sirven para paliar la
mentaria," en UNIVERSIDAD AUSTRAL, Acto administrativo y reglamento, Buenos Aires, Ediciones

emergencia sino la angustia de los gobernantes. RAP S.A., 2002, pp. 487-95, esp. pp. 491-2.
· Usamos así la expresión de LINARES, JuAN FRANCISCO, para el acto administrativo, que luego
· Ampliar en in[ra, t. 2, op. cit., cap. XI, "El procedimiento de audiencia pública."
9 9 10 2

9 · 10 En igual sentido DIEZ, op. cit., t. I, p. 421. desarrollamos en el t. 3.


VII-20
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-21
10.3. La exacerbación reglamentaria
ce así múltiples presiones sobre sus miembros, induciéndolos a un comporta-
En nuestra realidad administrativa los reglamentos son la "fuente de derecho
miento absolutamente ajustado a la norrna." 5
administrativo" de mayor extensión: lo entrecomillamos porque son la mayor
"Algunas veces se exageran las formalidades, se multiplican sin objeto las
fuente normativa del funcionamiento real del aparato administrativo, pero la
más frecuentemente antijurídica. intervenciones de distintos funcionarios, se hace tan complicada la tramita-
ción de una gestión administrativa, que los particulares renuncian en ocasión
De alguna manera el reglamento es la fuente de más ilegalidad y arbitrarie-
a su derecho, con tal de no tener que habérselas con esa medusa de mil cabe-
dad en el campo de la administración. En ninguna otra parte del derecho ad-
zas."6 "El procedimiento administrativo no ha sido ciertamente concebido por
ministrativo se consagra tanto la arbitrariedad, el capricho, la autocontradic-
el legislador como una carrera de obstáculos cuya superación sea requisito
ción, la improvisación e imprevisión permanente, las contramarchas constan-
tes, la desviación de poder. necesario para la adopción de la resolución finaL" 7 Lamentablemente, esto ocu-
rre con demasiada frecuencia en la práctica.
No es en los actos individuales donde la administración despliega toda su
Solamente con recursos, paciencia, dictámenes de la Procuración del Tesoro
arbitrariedad: es en la redacción de largos y pesados reglamentos, seudo nor-
de la Nación, decisiones judiciales firmes en los casos concretos, se pueden ir
mas generales que luego maliciosamente alega limitarse a cumplir, cuando
ella misma los ha preparado y emitido. dejando de lado algunas pocas normas reglamentarias ilegales o inconstitucio-
nales. Mientras tanto, han nacido miles más, que se cumplen inexorablemen-
Cuando la administración quiere abusar de poder, dicta normas generales.
te, magüer los esfuerzos recursivos de quienes se ven afectados por ellos en sus
Luego las cumple. También, cuando quiere eludir la responsabilidad de asumir
derechos o sus deberes.
en cada caso la justicia, equidad, eficiencia, razonabilidad, de su acto, procura
__..
"absolverse" de eventuales culpas a través de la predeterminación de sus futu- 10.4. Otras limitaciones jurídicas a la seudo facultad reglamentaria
N
..¡::. ras reglas,
caso lo que espera la libere de la pesada carga de decidir bien en cada
concreto.
1 Es claro que sólo limitando severamente la facultad reglamentaria de la admi-
Si hay exceso o ilegalidad, arbitrariedad, inconstítucionalidad o violación de nistración puede comenzarse a combatir el flagelo normativo que ellos repre-
tratados supranacionales o principios generales del derecho, es inútil pedirle a sentan. Ello implica corno mínimo introducir en serio mecanismos de partici-
un simple funcionario o un gran ministro que prescinda de aplicar el regla- pación ciudadana en su elaboración, establecer plenas garantías previas a su
mento en aras a un principio jurídico superior. emisión corno la realización oportuna y adecuada de audiencias públicas, 8 ne-
En la inmediatez diaria de la vida administrativa, el reglamento es la nor- gar presunción de legitimidad y habilitación a los que no cumplen tales requi-
ma de mayor importancia momentánea. Se ha podido decir que es la fuente sitos de audiencia pública y participación ciudadana, o que simplemente ema-
cuantitativamente más importante del derecho administrativo, lo cual es cier- nan de órganos manifiestamente incompetentes para regular derechos y debe-
tamente3 peligroso para la vigencia del derecho administrativo y el Estado de res de los particulares, etc.
10 5
derecho. Ese peso cuantitativo del reglamento lleva al "procedimentalismo y · KLIKSBERG, BERNARDO, "La racionalidad irracional de la burocracia," en su libro Cuestionan-
leguleyismo" -"típica huida de la responsabilidad de toda burocracia"- que do en administración, Buenos Aires, Paidós, 1973, pp. 162-3 y 158. Ampliar en nuestro libro La
administración paralela. El parasistemajurídico administrativo, Madrid, Civitas, 1997, pp. 116-
caracteriza la "degradación de la Justicia en burocracia."4
7; L'amministrazione parallela.ll parasistema giuridico-amministrativo, Giuffré, Milán, 1987. El
Con todo ello se produce una "incapacidad disciplinada" que obliga al fun- funcionario alega según el caso instrucciones o falta de ellas, con lo cual el particular se encuentra
ante una verdadera situación kafkiana, desde luego antijurídica. Ver también BARFUSs, WALTER,
cionario "a acostumbrarse a depender de controles externos desechando las
Die Weisung, Viena, Springer, 1967; GALATERIA, LUIGI, Teoriagiuridica degli ordirti amministrativi,
ricas posibilidades de la autofijación de objetivos y la autocrítica y se lo induce 1\filán, Giufrre, 1950. Pero Inás aun: el criterio tradicional de que no existe discrecionalidad admi-
a una rutinización progresiva." "Lo importante pasa a ser la adhesión estrecha nistrativa en materia técnica, concebido para limitar el arbitrio administrativo, se ha visto
distorcionado en los últimos años por la emisión administrativa de "normas técnicas" que luego la
al reglamento y todo lo demás es secundario;" "el sistema administrativo ejer- justicia es remisa en inaplicar. Ver PEDRIERI, "Le norme techniche come fattore di erosione e di
transferimento di sovranita," UNIVERSITA m VENEZIA, Studi in onore di Feliciano Benvenuti, t. IV,
10·3 GIANNINI, "Sul!'azione dei pubblici poteri nel campo dell'economia," Rivista di Diritto Módena, Mucchi Editores, 1996, p. 1413 y ss.
Commerciale,
tación 9/10: 323 (Milán, 1959): en el campo jurídico la variación cuantitativa deviene mu-
cualitativa. 10 6
· VIDAL PERDOMO, JAIME, Derecho administrativo, Bogotá, 1975, 4" ed., p. 438; 5" ed., 1977, p.
10
400.
• Es lo que
del Derecho, op. expresa GARCÍA
cit., p. 110. DE ENTERRiA en Reflexiones sobre la Ley y los principios generales 10 7
· GARCÍA DE ENTERRIA y FERNÁ..".i"DEZ, ToMAs RAr.JóN, Cursa de derecho administrativo, t. 11, A.fa-
drid, 1977, p. 379.
10 ·8 Ver infra, t. 2, op. cit., cap. XI.
~)

VII-22
PARTE GENERAL

FUENTES NACIONALES DEL DERECHO AD1l!NISTRATIVO VII-23


Pero eso no alcanza. Cabe también admitir en forma amplía el cuestiona-
miento incluso tardío a la norma reglamentaría, aun luego de un "voluntario" La expresión del principio de la legalidad aplicado a la materia reglamenta-
sometimiento al régimen reglamentario de que se trate. Corresponde a los tri- ria es así que toda decisión individual debe ser conforme a la regla general
bunales juzgar con mayor severidad que la que actualmente utilizan, la vali- preestablecida; 3 ello encuentra aplicación bajo una triple forma:
dez y vigencia de estas "normas."
a) La decisión individual debe ser conforme al reglamento dictado por un
Sólo con éstas y otras medidas del mismo calibre podrá recuperase algo de órgano jerárquicamente superior;
racionalidad para esta fuente de derecho administrativo y sostener entonces, b) La decisión individual de un órgano no puede contravenir el reglamento
con paz de espíritu, que verdaderamente deben cumplirse.
dictado por el mismo órgano que toma la medida individual; un órgano admi-
10.5. Algunas limitaciones comunes nistrativo no puede pues violar sus propias reglamentaciones! Para poder dic-
tar este acto individual sería así necesario derogar previamente el reglamento
Es hora que los tribunales comiencen a negar presunción de legitimidad a las preexistente: pero aun así esa derogación no puede ser retroactiva y las actua-
normas reglamentarias que no emanen de los órganos previstos en la Consti- ¡,. ciones surgidas bajo una determinada regulación deben en principio ser solu-
cionadas de acuerdo con la misma.
tución, o sea concretamente el Poder Ejecutivo (no sus Ministros y Secretarios)
y los órganos de contralor previstos en el art. 42 de la Constitución, en tanto
cumplan con el requisito de la participación en su directorio de las asociacio-
t
t
e) La decisión individual no puede contravenir al reglamento dictado por un
órgano jerárquicamente inferior en los límites de su competencia-"
nes de usuarios y consumidores.
11.2. Aplicación en materia de concesiones y licencias
Cabe negar presunción de legitimidad y por ende vigencia a las normas re-
glamentarías dictadas sin el previo procedimiento de la audiencia pública, rea-
f
__... lizadacada
para caso). a normas generales predeterminadas (y no dictadas ad hoc
conforme f
¡.
P. ej., en una concesión o licencia otorgada a través de una licitación pública,
no puede luego mejorarse al contratista las condiciones del pliego bajo las cua-
N
(11 les el servicio fue adjudicado, ni interpretar a su favor lo que debe serie inter-
1 La audiencia pública es la versión, a nivel de normas generales de la admi- pretado en contra. 6 Ello no puede hacerlo ni siquiera el Poder Ejecutivo como
nistración, de la garantía del debido proceso y derecho de defensa previstos concedente, aunque el pliego lo delegase al Ministro u otro ente inferior; 7 tam-
desde siempre para el dictado de normas individuales que puedan afectar nues- poco puede hacerlo el ente de contralor, haya hecho el pliego quien lo hubiere
tros derechos e intereses.
hecho. Ello es así por el principio de la inderogabilidad singular de las normas
generales, por el de igualdad y competencia o concurrencia de la licitación 8 y la
11. La inderogabilidad singular y sus alcances ya mencionada interpretación restrictiva de monopolios y privilegios. Sin em-
11.1. El principio y sus aplicaciones
bargo, hay licitaciones cuyos pliegos contemplaban expresamente una relación

Es principio general que siempre debe prevalecer el reglamento anterior sobre 1 LJ Es una solución clásica: ZANOBINI, Gumo, "Sul fondamento giuridico della inderogabilit.á dei

el acto individual posterior. Es necesario que el acto individual y el acto regla- regolamenti," Riv. di Diritto Pubblíco, t. IX, parte 1", 1917, p. 411 y ss.; FLEINER, FRITZ, Institucio-
nes de derecho administrativo, Madrid, 1933, p. 114; PTN, Dictámenes, 33: 202; 77: 305; 81: 236,
mentario se refieran a la misma competencia territorial y material y que el etc. Se mantiene invariable hasta el presente, habiéndose extendido incluso al plano legislativo:
reglamento sea válido: si es ilegal, la administración puede en un acto particu- Osses, CNFed. CA, Sala l, con nota de MERTEHIKIAN, EDUARDO, "Las leyes de presupuesto del Esta-
lar apartarse de lo ilegalmente dispuesto por aquél' -siempre que la decisión do y la modificación del orden jurídico en un auspicioso fallo," LL, 1997-B, 361.
11 A En igual sentido CNFed. CA, Sala I, Córdoba Fiscales S.A.., 25-X-89.
individual sí se ajuste a lo que dispone la ley, la Constitución o las normas y u.s DE LAUBADÉRE, ANDRÉ, op. cit., p. 197; BoNNARD, RoGER, nota en Sirey, 1932, 3, 1; RIVERO,
principios del ordenamiento jurídico supranacional- y siempre que no se afec- JEAN, Droit A.dminístratif, Paris, 1970, 4" ed., p. 78.
11 ·6 Ver Después de la reforma del Estado, Buenos Aires, FDA, 1998, 2" ed., cap. III.
ten derechos subjetivos adquiridos al amparo de la reglamentación anterior. 1 L 7 En el caso, el decreto de adjudicación está subordinado al pliego aunque éste emane de
2
ll.>Pero esta regla se encuentra condicionada por los principios referentes al deber de obedien- autoridadjerárquican1ente inferior y del mismo modo queda limitada la ulterior con1petencia del
cia: reglamento
cuando mayor mismo Poder Ejecutivo.
del o laes la jerarquía
orden; del agente estatal, mayor es su deber de analizar la juridicidad
y viceversa. tl.s Ver nuestro art. "El inforn1alismo y la concurrencia en la licitación pública," en la Revista
u, Lo expuesto surge del principio de la estabilidad de los derechos adquiridos, que analizamos de Derecho A.dmínistraiivo, 11: 293 (Buenos Aires, Depalma, 1992), luego incluido en el cap. XII,
en el t.del
3, decreto-ley
op. cit., cap.19.549/72.
VI y que ha sido consagrado por el art. 17, segunda parte y 18, primera "La licitación pública," del t. 2, op. cit. Ampliar y comparar en GAMBIER, BELTRÁN, "El principio de
parte,
igualdad en la licitación pública y la potestad modificatoria en los contratos administrativos," en
el libro colectivo Homenaje ... , op. cit., p. 929 y ss.; ZuBIAUR, CARLOS A.,"El principio de concurrencia
en la licitación pública. Restricciones y garantías," en op. ult. cit., p. 933.
VII-24 PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-25

a largo plazo y permiten la readecuación de inversiones y tarifas a períodos


delegado como el de necesidad y urgencia están restringidos; los de ejecución y
predeterminados. Así se han renegociado diversas concesiones, cuya validez se
encuentra cuestionada judicialmente. autónomos por definición no pueden reglar derechos de los individuos. Si un
reglamento contradice las normas y principios superiores del ordenamiento,
Desde luego, si la competencia de un ente descentralizado para dictar el
pierde con ello presunción de legitimidad y ejecutividad; la solución del caso
reglamento le ha sido delegada por vía legislativa u otorgada constitucional-
particular debe por necesidad respetar la pirámide jurídica. El que cumple un
mente, p. ej. tratándose de un ente de contralor de los mentados en el art. 42 de
reglamento ilegal, inconstitucional, arbitrario, persecutorio, etc., es con ello
la Constitución, el órgano superior no puede avocarse a esa competencia ni
responsable de su indebido acatamiento, a la luz del sistema constitucional en
dejar sin efecto el reglamento dictado por el ente. En los casos que la compe-
que se inserta el art. 36 y del art. III, inc. 5o de la CICC. 11
tencia del inferior no sea jure propio sino fruto de una subdelegación, también
opinable en el nuevo esquema constitucional del art. 76, el Poder Ejecutivo
11.4. Su aplicación en distintas clases de reglamentos
puede modificar con carácter general la norma subdelegada, pero mientras no
lo haga no podrá dictar actos que no se qjusten a lo dispuesto en tal reglamen- La inderogabilidad singular de los reglamentos se aplica a los autónomos, de-
tación subdelegada. legados y de ejecución. En el caso de los reglamentos de necesidad y urgencia,
En el caso de las normas que son de competencia específica de los órganos si cumplen los requisitos constitucionales de validez y vigencia, se dice a veces
independientes de control previstos por el art. 42 de la Constitución, ya diji- que su rango es el de ley 12 y por lo tanto ni el Poder Ejecutivo ni los demás
mos que las autoridades de la administración central, como poder concedente, órganos de la administración pueden apartarse de ellos.
carecen de toda facultad para violar o incumplir las normas de la autoridad
9 12. Reglamentos de necesidad y urgencia
....... independiente. Es una manifestación más de la división de poderes, que en la
N especie significa que el que concede no debe ser el que controle el poder conce- Cuando la urgencia está de antemano prevista en una ley que faculta al Poder
en dido en forma monopólica o exclusiva; ya sabemos de la mayor permeabilidad
1 Ejecutivo a adoptar medidas de emergencia, el reglamento no es ya de necesi-
del poder central a los intereses de la política diaria. dad y urgencia. En tales supuestos es reglamento delegado o de ejecución, se-
gún los casos.' El ejemplo mas importante es el conjunto de normas de este
11.3. La inderogabilidad singular no se aplica a las normas antijurídicas nivel que emerge en los últimos años de las múltiples aplicaciones de la ley
Hemos expuesto más arriba que la administración no puede incumplir la ley 25.414 (derogada por ley 25.556) y de la ley 25.561 del año 2002, que continúa
inconstitucional, pero la situación no debe necesariamente ser la misma con el y profundiza la recepción normativa de la emergencia primero declarada por
reglamento ilegal, inconstitucional o violatorio de las normas y principios del la ley 25.344.
derecho supranacional. En efecto, en aquellos casos en que es la propia admi- 1 L 11 Ver BoTASSI, CARLOS, "El derecho frente a la corrupción política," JA, 2002-I, fascículo n° 6,

nistración la que dicta la norma antijurídica, mal podría invocar su propia 6-II-2002, p. 3; nuestros artículos "Un corte transversal al derecho administrativo: la Convención
torpeza para cumplir lo que ella misma ha primero reglamentado contra dere- Interamericana Contra la Corrupción," LL, 1997-E, 1091; "La contratación administrativa en la
«Convención sobre la Lucha contra el Cohecho de Funcionarios Públicos Extranjeros en las Tran-
cho. Más aun, la principal trampa de la administración al derecho es dictarse sacciones Comerciales Internacionales» {ley 25.319) y en la «Convención Int.eramericana contra la
ella misma reglamentos ilegales, absurdos, irracionales y luego, pues, aplicar- Corrupción,," J . A, número especial de derecho administrativo del20.12.01; ZuPPI, ALBERTO L., "La
los.10 Convención Interamericana contra la Corrupción," en ABREGÚ, MARTÍN, y CouRTIS, CHRISTIAN
(Compiladores), La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales locales,
Lo expuesto sobre la realidad de la exacerbación reglamentaria y la necesi- CELS, Buenos Aires, Editores del Puerto S.R.L., 1997, p. 201 y ss.; MANFRONI, CARLOS A., y WERKSMA."',
dad de ponerle coto se refuerza con la importante restricción que la Constitu- RICHARD, La Convención Interamericana contra la Corrupción. Anotada y conLentada. Medidas
preventivas, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997; SEVERO CABALLERO, Josli, "La convención
ción de 1994 impone a esta facultad, a punto de negarla como principio y auto-
ínter americana contra la corrupción y la legislación penal argentina," LL, 1997-E, 1153; HALPERiN,
rizarla como excepción, salvo en lo que hace al ámbito interno de la adminis- DAVID ANDRÉS, "La Convención Interamericana contra la corrupción y algunos temas de derecho
tración. En lo que se refiere a las limitaciones de derechos, tanto el reglamento adnlinistrativo," LL, 1998-B, 1329; CAPUTI, MARíA CLAUDIA, La ética pública, Buenos Aires, Depalma,
2000.
1 9
¡_Ampliar, en este mismo volun1en, infra, cap. XV, "Los entes reguladores", § 2: "El que con- ¡uz Procesalmente se los equipara a los actos y reglamentos administrativos.
cede no debe controlar_" 1'·' Hay casos que la doctrina ha calificado como reglamentos de necesidad y urgencia, pero que

Iuo Nos remitimos a un mayor desarrollo en La administración ... , op. cit. Hace recordar aquel
a nuestro juicio eran delegados o de ejecución. Así "La validez constitucional del decreto 2284/91,"
viejo proverbio: "A mis amigos, justicia; a mis enemigos, la norma." en Después de la reforma del Estado, op. cit., cap. IX; BusTAMANTE, JoRGE EDUARDO, Desregulación.
Entre el derecho y la economía, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1993.
r
VII-26 PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-27

La admisibilidad del reglamento de necesidad y urgencia es excepcional. nales hagan imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la Constitu-
Fue de antaño admitido a pesar de que no estaba previsto en la Constitución, 2 ción para la sanción de las leyes." 5
en base al "estado de necesidad." 3 Ahora bien, la Constitución de 1994 pone
límites explícitos a la facultad de dictarlos, la causa o sustento fáctico habili- 12.2. El órgano habilitado
tante, el procedimiento, la ratificación, etc. 4
Quien únicamente puede dictar reglamentos de necesidad y urgencia es el Po-
12.1. La causa habilitante der Ejecutivo, o sea el Presidente, con acuerdo de gabinete; no puede dictarlos
el Jefe de Gabinete. Asimismo esta facultad no admite delegación.
La Constitución no innova en cuanto a la causa habilitante de competencia
legislativa en el Poder Ejecutivo, que siempre debe ser una real emergencia 12.3. La materia legislativa habilitada
pública en la sociedad: no basta con invocarla, debe existir verdaderamente y
Es en el objeto y en el procedimiento donde la Constitución introduce limita-
ser susceptible de comprobación jurisdiccional. Si la emergencia no existe, o lo
ciones, algunas de las cuales estaban ya en la jurisprudencia constitucional
que el reglamento resuelve nada tiene que ver con la emergencia, entonces es
preexistente. En cuanto al objeto, dice ahora el art. 99 inc. 3° que ni siquiera
inconstitucional sin necesidad de recurrir a los nuevos textos constitucionales.
existiendo necesidad y urgencia públicas puede el Poder Ejecutivo invocarla
Por lo demás, la urgencia debe ser de tal índole "que circunstancias excepcio-
para dictar reglamentos de esta especie en materias penal, tributaria, electo-
122
Entre otros, CSJN, Peralta, ED, 141-523, 1990. Ver la nota siguiente.
12 3 ral o del régimen de los partidos políticos. Ni qué decirlo, a pesar de la prohibi-
·Ver ViTOLO, DANIEL RoQuE, Decretos de necesidad y urgencia, Buenos Aires, Ad-Hoc, 1991; ción lo ha hecho en más de una oportunidad.
_. TEXO, JORGE CABRAL, El régimen de los decretos leyes en el derecho público argentino, Buenos Aires,
1949; QUINTERO, CtsAR A., Los decretos con valor de ley, Madrid, Instituto de Estudios Políticos,
N
-.1 1958, p. 84 y ss.; LUGONES, NARCiso J., ÜARAY, ALBERTO, DuGo, SERGio O. y CoRCUERA, SANTIAGO H., 12.4. El procedimiento administrativo de habilitación
1 Leyes de em.ergencia.- Decretos de necesidad y urgencia, Buenos Aires, 1992; COMADIRA, JULIO
RoooLFO, "Los reglamentos de necesidad y urgencia. (Fundamento. Su posible regulación legisla- En cuanto al procedimiento, requiere el refrendo de todos los ministros y del
tiva)," LL, 1993-D,750; QUJROGA LAVIÉ, HUMBERTo, "Decreto de necesidad y urgencia en la Reforma Jefe de Gabinete en acuerdo general: no basta juntar la firma de todos, debe
de la Constitución Nacional," LL, 1994-D, 876; BIELSA, RAFAEL, "El «decreto-ley». Caracteres gene-
rales y régimen jurídico," en Estudios de derecho público, t. III, 1952, p. 431 y ss.; VANOSSI, JORGE
haber realmente una sesión de acuerdo general de ministros. Para el control
REJNALDO, "Los reglamentos de necesidad y urgencia," JA., 1987-IV, 885; MuNoz, GuiLLERMO AN- judicial y de la opinión pública de la veracidad de la existencia de esta sesión,
DRÉS, "Reglamentos de necesidad y urgencia," RDA, 5: 519 (Buenos Aires, 1990); BIANCHI, ALBERTO, pensamos que ella debiera estar abierta a la opinión pública y a la prensa.
''De las leyes «defacto .. en los gobiernos «de iure,," igual revista y número, p. 649 y ss.; "La Corte
Suprema ha establecido su tesis oficial sobre la emergencia económica," LL, 1991-C, 141; Pozo
ÜOWLAND, HÉCTOR M., "Las leyes y decretos de necesidad y urgencia ante la Constitución nacional," 12.5. El procedimiento legislativo de habilitación
RDA, 7/8: 527; SAGUÉS, NÉSTOR PEDRO, "Derecho constitucional y derecho de emergencia," LL, 1990-
D, 1036; "Decretos de necesidad y urgencia: estado actual del problema (A propósito del decreto
Además del acuerdo general de ministros y refrendo de todos los ministros y
2284/91, de desregulación económica, y su complementario 2424/91)," LL, 1992-B, 919: "Los de- del jefe de gabinete, a) este último debe comunicarlo dentro de los diez días a la
cretos de necesidad y urgencia: derecho comparado y derecho argentino," LL, 1985-E, 798; Comisión Bicameral Permanente del Congreso; b) ésta a su vez debe producir
EIG.IEKDJIAN, MIGUEL ÁNGEL, "La inconstitucionalidad de los llamados reglamentos de necesidad y
urgencia," LL, 1989-E, 1296; "El instituto de la emergencia y la delegación de poderes en las leyes despacho en diez días; e) elevarlo al plenario de cada cámara; d) "para su ex-
de reforma del Estado y de emergencia económica," LL, 1990-A, 1125; COLAUTI, CARLOs E., "Los preso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras." Dado el
derechos patrimoniales durante la emergencia," LL, 1991-E, 1359; Ru¡z MORENO, HoRAcro J., "Los sentido restrictivo del texto constitucional, pensamos que nos encontramos allí
llan1ados reglamentos de necesidad y urgencia. La e1nergencia como motivación de las leyes y
reglamentos," LL, 1990-B, 1029; ABERASTURY (H.), PEDno, "Reglamentos de necesidad y urgencia en ante una serie sucesiva de requisitos acumulativos de validez y vigencia del
el actual proceso de democratización," RDA, 2: 502: BADENI, ÜREGORIO, "Los decretos de necesidad reglamento de necesidad y urgencia.
y urgencia," ED, 138: 926; BERNARDINO BRAvo LIRA, "La ley extra parlamentaria en Argentina 1930- Para que el reglamento de necesidad y urgencia tenga validez y vigencia
1983: leyes y decretos-leyes," LL, 1990-C, 1193; FERHEIRA Rumo, DELIA y ÜORETTI, MA1'TEO, "Gobier-
no por decreto en la Argentina (1989-1993)," ED, 158: 848 (1994). requiere no solamente: a) la causa habilitante de verdadero estado de necesi-
12
-' Ver y comparar ÜRTIZ PELLEGRINI, MIGUEL ANGEL y AGUIRRE, SusANA LILJANA, Los decretos de dad pública e imposibilidad de seguir el trámite parlamentario común; 6 b) no
necesidad y urgencia en la Constitución de 1994, Córdoba, Lerner, 1995; PEREZ HUALDE, ALEJAN- 12 ·5 CSJN, Fallos, 318-2: 1154, Video Club Dreams, 1995, cons. 16, § 1 del voto de BELLUSCIO.
DRO, Decretos de necesidad y urgencia, Buenos Aires, Depalma, 1995; COMADIRA, ''Los decretos de 12 ·6 Esta doble causal fáctica debe verificarse en datos empíricos para que la norma no sea
necesidad y urgencia en la reforma constitucional," en su Derecho administrativo, 1996, p. 251 y
irrazonable por carecer de sustento fáctico. Tan1hién debe haber proporcionalidad o adecuación de
ss.; CüMADIRA, CovrELLO y TAWIL, Gumo, "Reglamentos de necesidad y urgencia," en R..4P, 194: 63
(Buenos Aires, 1994). medio a fin. Todo ello, a su vez, está sujeto a control judicial. Son, como es obvio, las reglas gene-
rales de control judicial de constitucionalidad.
VII-29
FUENTES NACiONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
Vll-28 PARTE GENERAL

12.7. Nulidad insanable, insusceptible de ratificación legislativa


invadir las materias vedadas en forma expresa (tributos lato sensu, partidos
Uno de los votos de Video Club Dreams destaca que la ulterior creación del
políticos, régimen electoral, Código Penal) o implícita (Código Procesal, Código
mismo impuesto por la ley 24.377 no subsana la invalidez del reglamento de
Civil, Código de Comercio, etc.) por la Constitución, sino también: e) que se
necesidad y urgencia, atento que el art. 99 in c. 3°, párrafo 2°, dice que este tipo
cumplan todos y cada uno de los pasos previstos en ella, incluyendo la ratifica-
de disposiciones de carácter legislativo, en manos de la administración, son
ción legislativa expresa en la primera sesión del Congreso posterior al envío
del despacho de la Comisión bícameral (y si no hay despacho ni envío, esto ya nulas "de nulidad absoluta e insanable."
es suficiente decaimiento del decreto; si no hay tratamiento o votación inme-
12.8. Necesidad y efectos de la ley ratificatoria. Plazo
diata en el Congreso, lo mismo). Todo ello, sin perjuicio de que d) debe satisfa-
cer todos los demás tests de razonabilidad constitucional. (Existencia de sus- Si no se dan los recaudos de fondo y de forma para su validez el reglamento cae
tento fáctico suficiente, adecuación de medio a fin, proporcionalidad, etc.)'i automáticamente, porque el "expreso tratamiento" requerido por la Constitu-
Si se omite cualquiera de los requisitos de procedimiento, algunos de los ción no puede interpretarse de otro modo que su ratificación o modificación
cuales como veremos son también sustantivos y no meramente formales, cae la legaL A falta de tratamiento y resolución legislativa, cabe entender que la de-
validez y vigencia del reglamento: sea a) porque no se cumple la comunicación cisión parlamentaria es no sostenerlo: no existe en el texto de esa norma 12 cons-

a la Comisión Bicameral, b) porque ésta no produce su despacho en término, o titucional aprobación tácita del reglamento de necesidad y urgencia. Antes
bien y al contrario, es de clara aplicación el principio general del art. 82, pen-
e) porque cada una de las cámaras no le dan expreso tratamiento resolutivo en
forma inmediata. Puede ocurrir, en la práctica, que se cumplan los primeros sado específica y principalmente para este supuesto: "La voluntad de cada
pasos pero no el último; o que en la sesión donde corresponde tratarlo las cá- Cámara debe manifestarse expresamente: se excluye, en todos los casos, la
13
__. maras no arriben a ninguna decisión. sanción tácita o ficta."
Pero más aun, si el reglamento de necesidad y urgencia ha invadido las
N Si bien en ocasiones se lo equipara a actividad legislativa, su control judicial
00 se realiza con las pautas aplicables a los actos y reglamentos administrativos, 8 zonas prohibidas por la Constitución, una ley podrá reglar ex novo la materia,
1 con efecto ex nunc, pero no ratificar el decreto con efecto ex tune. Los tribunales
pero sin el plazo de caducidad para iniciar la acción judicial.
deberán entonces declarar su nulidad con efecto retroactivo.
12.6. lnargüibilidad del acuerdo implícito del Congreso
12.9. Inexistencia de potestad de veto
En el ya citado caso Video Club Dreams 9 la Corte abandona, en los consideran-
Se ha sostenido con razón que el Poder Ejecutivo no tiene facultad de veto
dos 3° y 16, la jurisprudencia esbozada en Rossi Cibils 10 de que un decreto de
sobre lo que resuelva el Congreso al tratar el reglamento de necesidad y urgen-
esta naturaleza pueda ratificarse por silencio legislativo y también excluye
cia.14 No lo tiene en el primer y más claro supuesto, de inexistencia de ley
que pueda ser ratificado implícitamente en la ley de presupuesto, el viejo truco
ratificando su reglamento, con lo cual éste cae sin existir siquiera posibilidad
gubernativo para sacar de rondón normas permanentes y que reprueba hasta
material de "vetar" el silencio legislativo. No lo tiene tampoco en caso de rati-
la ley de administración financiera del Estado. Sin embargo, se trata de una
ficación parcial o expresa derogación, por cuanto en el nuevo esquema consti-
materia muy inestable y que seguramente tendrá todavía muchas idas y vuel-
tucional es justamente el Congreso el juez último, entre ambos poderes, de la
tas en los años venideros. En la práctica, el decreto de necesidad y urgencia
norma legislativa habilitada temporariamente, sujeto a contralor judicial en
opera corno una forma de presión política del Poder Ejecutivo sobre el Congre-
lo que hace a la norma legislativa resultante. Por lo demás, establecido en la
so, ante la opinión pública, obligándolo en cierto modo a pronunciarse. Éste
Constitución que la habilitación legislativa está en principio prohibida y sólo
frecuentemente lo hace, en uno u otro sentido, en el corto o mediano plazo. 11
Con lo cual, muy tortuosa y deformadamente, se impone al final una versión
· GELLI, Constitución ... , op. cit., p. 613.
casi folklórica del principio de legalidad. 12 12 Comp. PÉREZ HuALDE, op. cit., p. 232, quien sostiene que el Congreso "no tiene plazo" al

1213
12 7 efecto, pero el silencio en su primera reunión con quórum posterior importa rechazo (p. 245).
Ver la nota precedente.
128 Dicho en otras palabras, el plazo en realidad es su primera reunión: es un plazo indeterminado
Ver ínfTa, t. 3, op. cit.
129 Ver ÜELLI, "Amparo, legalidad tributaria y decretos de necesidad y urgencia (El caso «Video
pero perfectamente determinable. Comp. ÜRTIZ PELLEGRINI y AaUIRRE, op. cit., p. 128, para quienes
Club Dreams,,)" LL, 1995-D, 243. el plazo máximo total es de VII.5.1
30 días.y notas 98 a 102; ÜRTIZ PELLEGRINI y AGU!RRE, op. cit., p. 136.
· CoMADIRA, op. cit.,§
121o CSJN, Fallos, 315: 2074, Rossi Cibi/s, 1992.
12 14
12 ·¡¡ Sobre esto ampliar infi·a, § 12.8 y nota.
VII-30
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-31

por excepción se acepta este tipo de reglamentos, de acuerdo al procedimiento


especial analizado, es claro que únicamente conforme a ese procedimiento pue- Es plenamente aplicable la crítica a Cine Callao: 19 así como era absurdo
de mantenerse la vigencia del decreto. Más aun, los plazos estrictos fijados imponer un tributo al cine para financiar números vivos, así también lo es al
para el tratamiento parlamentario resultarían violados si se admitiera recu- video para el cine, o a la radio y televisión para el teatro; por ese camino se
rrir al veto y al procedimiento de insistencia legislativa. A ello se ha agregado tributará luego al CD-ROM para el video y la televisión, luego a la Internet
que existiría desviación de poder 15 en el Poder Ejecutivo al procurar sortear, para el CD-ROM y así sucesivamente. Es una incoherencia, una violación al
por la vía del veto, la voluntad legislativa expresada en el marco constitucional principio de la universalidad del presupuesto, un gravamen discriminatorio a
de un procedimiento especial. Fuera de ese estricto marco constitucional el un sector de la sociedad que no goza del favor ocasional del gobierno, en apoyo
decreto de necesidad y urgencia carece de validez y vigencia. de quienes la sensiblería popular o gubernativa considera más tutelables: an-
tes y hoy el teatro, hoy el cine, mañana vaya a saber qué: por qué no la ciencia,
12.10. Otros tests de constitucionalidad la investigación, la cultura, todas las manifestaciones del arte (pintura, arqui-
tectura, música, grabado, etc.), más la educación, la seguridad social, los hos-
Con o sin ratificación legislativa, el reglamento de necesidad y urgencia debe
pitales, la justicia, el sistema penitenciario, las fuerzas de seguridad policial.
tener adecuado sustento fáctico, adecuación de medio a fin, ser proporcionado
Con ese criterio se puede gravar al campo para financiar la investigación
en las medidas que adopta y en el fin perseguido, no adolecer de desviación de
genética de laboratorios privados, a los laboratorios privados para financiar la
poder, etc. Si el reglamento se ha transformado en ley, es a ésta que se aplica-
publicidad de remedios, a las universidades privadas para solventar las esta-
rán tales principios de control constitucional. Mientras está en trámite la rati-
tales, a los sistemas de seguridad privados para financiar la seguridad públi-
..... ficación legislativa, el reglamento igual debe satisfacer los principios expues-
ca, a los mecanismos de arbitraje y mediación para financiar !ajusticia, etc. El
N tos, no invadir las competencias prohibidas, seguir el procedimiento adminis-
(.0 caos normativo, administrativo y presupuestario que ello supone es compara-
1 trativo y legislativo preceptuado. La omisión de cualquiera de ellos implica la
pérdida de vigencia y validez de la norma. ble a la irrazonabilidad de esta solución: de estos vientos pueden venir aque-
llas tempestades. Es una lástima que esa Corte no lo haya dicho, para frenar
12.11. Supuestos de insusceptibilidad de ratificación legislativa tales retornos a un sistema proteccionista y de fomento, para más teñidos de
desviación de poder, que ha quedado desfasado desde la reforma del Estado. 20
Solamente el reglamento de necesidad y urgencia que satisface todos los requi- Que un sector de la sociedad se sacrifique directamente a otro es tan irrazona-
sitos constitucionales puede ser ratificado por el Poder Legislativo, atento el ble como lo vio otra Corte en el caso Ferrario, en un fallo lamentablemente
principio general de la nulidad absoluta e insanable del ejercicio no autorizado olvidado. 21
16
de funciones le¡;rislativas. Por ello, una ley que ratifique un tal decreto no
podría tener efecto retroactivo. 17 12.13. Habilitación de la vía judicial directa

12.12. La inconstitucionalidad tanto del reglamento como de la ley: video, Se interpreta uniformemente que al elegir el Poder Ejecutivo la vía formal del
teatro, números vivos decreto de necesidad y urgencia, asume -bien o mal- una potestad legislati-
va. En esa medida, no puede invocar limitación alguna a su impugnaciónjudi-
También la materia puede ser reglada irrazonablemente por el decreto y por la 12 19
· Fallos: 247:121, 1960. Las críticas son ilevantables: RÉBORA, JuAN CARLOS, "Comentario," en
ley: es el caso del impuesto al video, que la ley 24.377 reimpone, pero que no la Revista Argentina de Ciencia Política, 2: 295 (1960); CARR16, GENARO, "Nota sobre el caso de los
puede superar la irrazonabilidad de fondo, lo mismo que la ley del impuesto a números vivos," Revista del Colegio de Abogados de La Plata, 6: 49, (1961); BoTET, Lurs, "El comu-
la radio y televisión a favor del teatro. 18 nismo de Estado y la jurisprudencia," JA, 1960.V, 402; NERVA, LL, 100: 46, "Poder de policía en
12 15 materia de espectáculos públicos."
1216
COMADIHA, op. cit., § Vli.5.1 y nota 98. 12 20
· Las ten1pestades vinieron en el 2002, con un múltiplemente irracional retorno a estas
12 17 CSJN, Fallos, 318-2: 1154, Video Club Dreams, 1995, cons. 17. viejas prácticas intervencionistas, a contramano no sólo del mundo desarrollado sino también de
Fallo citado en la nota anterior. los propios países de an1érica latina.
12 18
·Vetado por el Poder Ejecutivo, insistido por el Congreso. Otros casos de decretos de necesi- 12 21
· Fallos: 251: 246, 255: "Si los jueces de una causa expropiatoria comprueban que la utilidad
dad y urgencia cuyo objeto era inconstitucional y por ende cuya ley de ratificación fue considerada pública no existe o ha sido desconocida por la Administración y [... ) media alguno de los supuestos
inconstitucional: CNFed.CA, Sala IV, Espejo, 24-IX-96; Sala II, Díaz, Víctor, 12-XU-96; Sala V, de gravedad o arbitrariedad extrema [... ] están obligados a desempeñar la primera y más elemen-
Huarriz, 20-VII-95; Sala IV, Visillac, 20-X-95; Sala II, Alpert, 16-XI-95; Sala III, Pulichino, 10-V- tales de las funciones que les incumben, esto es, la que consiste en proteger las garantías constitu-
95; Sala I, Ro{man, 2-X-95; Sala II, Palauecino, 20-II-97; Sala V, Quilici, 26-III-97. cionales declarando la invalidez de los actos del Estado que pretenden vulnerarlos" (Nación Ar·
gen tina u. Jorge Ferrario, 1961).
r
VII-32
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-33
cial, sea en razón del tiempo (o hay plazo para impugnar una ley) o del previo
agotamiento de la vía administrativa. Tampoco es procedente, por ello, su im- der a otra autoridad o persona descargándolo sobre ella;" "Existe una distin-
pugnación administrativa. ción fundamental entre la delegación de poder para hacer la ley y la de conferir
cierta autoridad al Poder Ejecutivo o a un cuerpo administrativo, a fin de re-
13. Reglamentos delegados o de integración glar los pormenores y detalles necesarios para la ejecución de aquélla. Lo pri-
13.1. El principio tradicional 1 mero no puede hacerse, lo segundo es admitido aun en aquellos países en que,
como EE.UU., el poder reglamentario se halla fuera de la letra de la Constitu-
Tanto la doctrina como la jurisprudencia están contestes en que el Congreso no ción."3 Dijo la CSJN en el caso Mouviel, del año 1957: "En el sistema represen-
puede delegar en forma amplia sus facultades al Poder Ejecutivo, sino que sólo tativo republicano de gobierno adoptado por la Constitución (art. 1°) y que se
puede permitirle
2
dictar ciertas normas dentro de un marco legal prefljado por apoya fundamentalmente en el principio de la división de los poderes, el legis-
ellegislador. Por ello es que resulta un contrasentido hablar de reglamento lador no puede simplemente delegar en el Poder Ejecutivo o en reparticiones
"delegado" como habitualmente se hace y resulta tal vez más adecuado usar el administrativas la total configuración de Jos delitos ni la libre elección de las
término "reglamento de integración," por las razones que se verán. En efecto, penas, pues ello importaría la delegación de facultades que son por esencia
los casos en que se admite como válida la atribución de facultades reglamenta- indelegables. "4 N o obstante ese marco de previa limitación constitucional a la
rias al Poder Ejecutivo, se refieren invariablemente a las leyes que establecen facultad del Congreso para delegar materias al Poder Ejecutivo, el correr del
ellas mismas un determinado principio jurídico, dejando al administrador tan tiempo fue mostrando una administración que cada vez más ampliamente ejerció
sólo el completar, interpretar o integrar ese principio, sea precisando su con- facultades delegadas por el Congreso, e incluso que encontró facultades dele-
--lo
cepto, sea determinando las circunstancias de hecho a que deberá ser aplicado. gadas allí donde no las tenía a tenor estricto de la ley. El resultado ha sido que
w Así p. ej. la ley de accidentes del trabajo 9688 establecía en su art. 12 que el
o el orden jurídico se encuentra cuantitativamente constituido en su mayor par-
1 Poder Ejecutivo reglamentará "las lesiones que deben considerarse como te por reglamentos de toda clase, antes que por leyes del Congreso de la Na-
incapacidades absolutas y las que deben conceptuarse como incapacidades par- ción, con evidente detrimento del sistema constitucional. 5 Ello es exagerado en
ciales, teniendo en cuenta en caso de concurrencia de dos o más lesiones, la materia tributaria y evidente en lo que hace a la regulación de los servicios en
edad de la víctima y su sexo" (art. 12): aquí la ley da parte del principio jurídico monopolio o exclusividad.
y lineamientos (edad y sexo) para la integración que deberá hacer el Poder
Ejecutivo de aquél. Así también puede la ley autorizar el cobro de una tasa o 13.2. La Constitución de 19946
impuesto dentro de un límite mínimo y otro máximo, facultando al Poder Eje-
Para luchar contra esa tendencia la Constitución establece en su art. 76: "Se
cutivo a determinar cuál es el monto de la tasa dentro de esos límites; o esta-
prohibe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias de-
blecer que estarán libres de impuestos y recargos aduaneros las materias pri-
terminadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para
mas esenciales para una determinada industria (p. ej., siderurgia) y disponer
su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca.
que el Poder Ejecutivo determinará cuáles son los materiales concretamente
La caducidad resultante del transcurso del plazo previsto en el párrafo ante-
excluidos, etc. Ha dicho así la Corte Suprema en el caso Delfino: "Que, cierta-
rior no importará revisión de las relaciones jurídicas nacidas al amparo de las
mente, el Congreso no puede delegar en el Poder Ejecutivo o en otro departa-
normas dictadas en consecuencia de la delegación legislativa."
mento de la administración, ninguna de las atribuciones o poderes que le han
Esta norma constitucional se inserta en un pasado jurisprudencia! que nie-
sido expresa o implícitamente conferidos. Es ese un principio uniformemente
ga al Congreso poder facultar a la administración para hacer la ley, lo cual es
admitido como esencial para el mantenimiento e integridad del sistema de
"- 3 Fallos, 148: 430, De/fino, 1927.
gobierno adoptado por la Constitución y proclamado enfáticamente por ésta en 13 -' Fallos, 237: 636, Mouviel, 1957.
el art. 29;" "Desde luego, no existe propiamente delegación sino cuando una 13 " Ver supra, t. 1, cap. I, § 5.
13 · 6 Ver GELLI, Constitución ... , op. cit., p. 538 y ss. y sus referencias; BlANCHl, La delegación
autoridad
13 1
investida de un poder determinado hace pasar el ejercicio de ese po-
legislativa, op. cit.; "Los Reglamentos delegados luego de la reforma constitucional," en el libro
· Un completo
Constitución tratamiento
... , op. cit, del tema en
p. 538 y ss. BJANCHI, La delegación legislativa, op. cit.; ver GELLI, colectivo Homenaje al Dr. Miguel S. Marienhoff, op. cit., cap. I; PERRINO, PABLO ESTEBAN, "La dele-
13 2
gación legislativa," en el libro colectivo El derecho administrativo argentino) hoy, Buenos Aires,
p. 123_
- GAnetA DE ENTERRIA, Legislación delegada, potestad reglamentaria y control judicial, op. cit., Editorial Ciencias de la Adm.ínistración, 1996, p. 122 y ss.; del mismo autor "Algunas reflexiones
sobre los reglamentos delegados en la Reforma constitucional," en el libro Hornenaje ... , op. loe. cit.
y las respectivas referencias de estos trabajos.
r
VII-34
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-35
decir que no le puede autorizar, como de hecho lo hace, a regular determinadas
materias. La regulación debe, según la Constitución, ser del propio Congreso y la Constitución para ello, que no es otro que el Congreso de la Nación, o en su
defecto de los entes regulatorios independientes del art. 42. Nunca más, si el
lo único que puede delegarse es, en cada ocasión 7 de modo excepcional, el per-
feccionamiento de algún supuesto de hecho faltante en una norma legislativa país se institucionaliza, de los integrantes del Poder Ejecutivo. Es el esquema
de la fractura del poder como garantía de la libertad y la democracia, que ya
puntual. Decir en la ley que el Ministerio o Secretaría tal "fijará" las tarifas,
"regulará" el servicio, p. ej., sin parámetro alguno, no responde al principio mentamos en el cap. III. Lo más importante pasará entonces a ser las faculta-
constitucional, menos a la luz del art. 42, pues es a estos entes que puede atri- des normativas de los órganos regulatorios independientes previstos en el art.
buirles tales facultades amplias, no a las secretarías o ministerios del Poder 42 de la Constitución,8 con participación decisoria en el directorio tanto de los
Ejecutivo. Sin embargo funciona y es aplicado, lo cual deja mal parado el fun- usuarios como de las Provincias y audiencias públicas previas, todo ello como
cionamiento real de la Constitución en los tribunales. condición esencial de validez de las normas que se dicten.
Cabe preguntarse si las materias que la Constitución prohibe que el Poder En suma, las prohibiciones del reglamento de necesidad y urgencia también
Ejecutivo reglamente por necesidad y urgencia se encuentran también prohi- lo son del reglamento delegado 9 , sin perjuicio de que además la ley sólo puede
bidas para la delegación. Dicho en otras palabras, ¿puede extenderse por ana- autorizarlos por razones de emergencia y a su vez únicamente en lo que hace a
logía la prohibición constitucional específica para uno, cuando existe una pro- materias de administración, sin afectar derechos o deberes de los particulares.
hibición genérica para el otro? Concretamente, la Constitución prohibe al Po- No es así viable el intento de sortear la prohibición constitucional, distinguien-
der Ejecutivo asumir facultades legislativas por decreto de necesidad y urgen- do, en lugar de los cuatro reglamentos tradicionales que el mismo autor postu-
cia en materia penal, tributaria y de partidos políticos. ¿Puede el Congreso laba antes de la reforma, cinco después de ella. 10 No resulta posible escapar,
_. salvo por la creación de entes regulatorios independientes, a la cesación de las
w delegar tales materias al Poder Ejecutivo? Es sabido que en materia impositiva
_. todo el régimen funciona a base de puro reglamento y circulares de la D.G.I., facultades administrativas de regulación sobre los particulares. Esa prohibi-
supuestamente por facultades delegadas del Congreso, pero las más de las ve- ción del art. 76 y la caducidad de pleno derecho que se produce el 24 de agosto
ces por reglamentos múltiples que son a la vez ejecutivos, autónomos, delega- de 1999 no puede sortearse con esfuerzos doctrinarios: es un nuevo sistema
constitucional y hay que adaptarse a él.
dos y de necesidad y urgencia. Mas bien son actos generales dictados por al-
guien que se considera, "libremente," legislador. Ya nadie se pregunta más si
13.3. A quiénes se puede delegar
la A.F.I.P. (antes D.G.I.) o el Ministerio de Economía y sus Secretarías pueden
hacer tal creación plurinormativa de nivel general. Discuten sólo su oportuni- El art. 76 admite en forma excepcional solamente la delegación al Poder Ejecu-
dad. Pero hacer tamaña afirmación es como sostener que los hechos crean de- tivo y no cabe extender dicha excepción al Jefe de Gabinete, los Ministros o
recho y que el Congreso es incapaz de dictar norma tributaria alguna, con lo Secretarios de Estado, ni tampoco admitir la subdelegación. Es un principio
cual es indispensable que lo haga la A.F.I.P. o todo el sistema cae. Parece muy demasiado antiguo de derecho corno para poder ignorarlo: delegatas potestas
difícil sostener ninguna de tales hipótesis. non delegare potes t. 11 Puede en cambio atribuirse facultades a los entes previs-
En cualquier caso, la cláusula constitucional transitoria octava pone fin a
138 Ampliar y corn. en BrANCHI, "La potestad reglamentaria de los entes reguladores," en UNI-
toda la legislación delegada a la administración central el24 de agosto de 1999/ VERSIDAD AusTRAL, Acto administrativo y reglamento, op. cit., pp. 589-612. Ver infra, cap. XV, "Los
2004, salvo las imputaciones legales stricto sensu a los entes o autoridades entes reguladores,"§ 6, "Facultades regulatorias."
139 En igual sentido GELLI, Constitución ... , op cit., p. 546; PERR!NO, PABLO, "Algunas reflecciones
regulatorias independientes (infra, cap. XV), como lo explicamos en el cap. VII
("Regulación económica y social") del t. 2. sobre los reglamentos delegados en la reforma consitucional," en AA. VV., Derecho administrativo,
Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, p. 983 y ss. y otros. En contra CoMADlRA, Los reglamentos
Como veremos allí, el gran desafío de la época es sobrevivir ordenadamente delegados, en UNiVERSIDAD AUSTRAL, Acto Administrativo y de reglamento, op. cit., pp. 679-92, esp.
a la desaparición de este derecho descartable del reglamento diario y constan- pp. 689-90.
13 · 10 Resulta así parecido a la idea, que en algún momento se pergeñó en nuestro país, derecha-

te de la administración central (Decretos, disposiciones administrativas, reso- zar la concepción del acto de gobierno corno acto no justiciable, pero en su lugar y al mismo tiempo
luciones ministeriales, resoluciones de Secretarios de Estado, etc.) y pasar sin traer del derecho brasileño entonces vigente la concepción de acto institucional como acto no
justiciable (infra, t. 2, op. cit., cap. VIII, "Los «actos de gobierno•>"). El cambio de rótulo no cambia
traspiés a un derecho más estable, sea emanado del primer órgano previsto en
13 7
el régimen jurídico, como ya lo explicamos en el cap. I.
13 · 11 El principio es tan universal en materia reglamentaria que se lo puede encontrar por do-
· También es el criterio de GARcfA LEMA, ALBERTO MANUEL, "Un nuevo caso de delegación legis-
lativa. La ley 25.414," ED, 18-V-2001, dos últimos párrafos. quier. Ver, entre otros, lLUYOMADE, B. O. y EKA, B. U., Cases and Materials on Administrative Law
in Nigeria, Ile-Ifé, Nigeria, Obafemi Awolowo University Press Limited, z· ed., p. 80.
VII-36 PARTE GENER!I.L

tos en el art. 42, a tenor de los marcos regulatorios allí previstos, sin la limita-
ción temporaria que tiene el Poder Ejecutivo, pues allí la delegación la hace el
T FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

policías y gendarmes en las de seguridad, etc.), los alumnos en una escuela o


universidad. ¿Cabe también limitar de tal modo los derechos de un enfermo en
VII-37

Congreso al ente regulador en base a una previsión constitucional clara. Estos un hospital? En la práctica ciertamente ocurre, incluso sin norma alguna; pero
marcos, a su vez, a veces autorizan en forma expresa al ente a subdelegar en a medida que avancen los juicios de mala praxis es posible que la vieja fórmula
sus propios órganos dependientes las facultades que la ley les otorga, lo que no
reglamentarísta, que prevé todo a favor de la administración y casi nada como
nos parece contrariar el texto ni el espíritu de la prohibición de delegación al derecho del particular, reasuma allí también el incierto rostro de sus mil cabe-
Poder Ejecutivo y a fortiori de subdelegación por parte de éste. Un posible zas de medusa. Los ejemplos sirven para demostrar el dramatismo que supone
avance, que hasta ahora ningún ente ha decidido concretar, es crear interna- admitir con extensión esta potestad reglamentaria "autónoma," o con delega-
mente tribunales administrativos independientes, para resolver en sede admi- ciones en blanco que para el caso es lo mismo. En Francia la nueva Constitu-
nistrativa los conflictos puntuales entre usuarios y prestador del servicio. Ello ción autoriza expresamente a la administración el expedir reglamentos autó-
permitiría mejorar la calidad e imparcialidad del control administrativo, y por nomos de carácter legislativo en materias excluidas de las atribuciones del
ende también facilitaría la calidad de la ulterior revisión judicial.
Parlamento (arts. 34 y 37). Cabe distinguir así entre los reglamentos externos:
a) los autónomos (o más propiamente, los legislativos) y b) los subordinados.
14. Reglamentos autónomos
Los primeros surgen directamente de la Constitución, sin que una ley pueda
Este tipo de reglamentos, que no está expresamente previsto en las leyes ni en determinar su contenido ni legislar sobre el punto: tienen así la categoría de
la Constitución, estaría constituido por aquellos dictados para regir una mate- ley; 2 los segundos sólo pueden dictarse para la ejecución de las leyes o por
_.. ria en la que no hay normas legales aplicables (de ahí lo de "autónomo"). Pero autorización de ellas. Es un criterio constitucional peligroso y ciertamente
w la Constitución faculta al Presidente a emitir los "reglamentos que sean nece- desaconsejable si no se cuenta con gobiernos mesurados y pueblos vigilantes y
N
sarios para la ejecución de las leyes de la Nación," lo cual se refiere taxativa- celosos de su libertad; en diametral oposición al mismo cabe recordar la Cons-
1
mente a los reglamentos de ejecución de las leyes, no a supuestos reglamentos titución austríaca, que en su art. 18, ap. 2, prohíbe expresamente los regla-
autónomos de toda ley. Puede admitírselos para regir exclusivamente el fun- mentos autónomos y delegados. 3
cionamiento interno de la administración (organización, deberes de los órga-
nos, atribuciones, etc.), pero resulta inconstitucional, en cambio, que se pre- 15. Reglamento de ejecución 1
tenda limitar los derechos de los particulares o la potestad del Congreso sobre Está expresamente previsto en la Constitución, en el art. 99, inc. 2°), el que al
la administración, por cuanto el art. 14 de la Constitución establece claramen- fijar las atribuciones del Poder Ejecutivo establece que éste "Expide las ins-
te que la regulación y por ende restricción de los derechos individuales puede trucciones y reglamentos que sean necesarios para la ejecución las leyes de la
hacerse "por las leyes," esto es, por las leyes del Congreso y no por actos de la Nación, cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias." El
administración. Con todo, procediendo con la debida prudencia es posible utili- Jefe de Gabinete, por su parte, expide reglamentos sub-legales para el ejerci-
zar este medio reglamentario dentro de sus límites; habrá de cuidarse de no cio de las atribuciones del art. 100 (inc. 2°). Es necesario efectuar varias obser-
fijar obligaciones de los particulares hacia la administración, que no tengan un vaciones respecto a los reglamentos de ejecución, que son la más importante
sustento legal específico. Y tampoco sostener, desde luego, que pertenece a una manifestación cuantitativa de la actividad reglamentaría del Poder Ejecutivo.
esotérica "zóna de reserva de la administración" que no existe en ninguna par- Los reglamentos de necesidad y urgencia son cualitativamente los más graves.
te de nuestro sistema constitucional. Uno de los supuestos del reglamento au-
tónomo que excede los límites antes expuestos se da en aquellas relaciones que 15.1. La reglamentación no es requisito previo para cumplir la ley
la doctrina alemana llamaba "especiales de sujeción," 1 cuando determinados
En primer lugar, debe señalarse que las leyes deben cumplirse desde el mo-
grupos de personas se encuentran, voluntariamente o no, sometidas a un siste-
mento de su promulgación y publicación, 2 por lo que no dependen en modo
ma administrativo y normativo a la vez: los presos en la cárcel, los funciona-
rios en la administración (y por ende los militares en las fuerzas armadas, los 14 ·2 WALINE, MARCEL, Droit Administratif, París, 1959, 8" ed., p. 6 y ss. de la "addenda."

14 14 ·3 A.NTONIOLLI, W ALTER, Allgemeines Verwaltungsrecht, Viena, 1954, p. 76 y ss.


·1 Ver SALOMONI, JoRGE LUis, "La cuestión de las relaciones de sujeción especial en el Derecho 15 ·1
Ver también GELLI, op. cit., p. 608 y ss.
público argentino," en GUILLERMO A. MuNoz y SALOMONI, directores, Problemática de la adm.inistra~ Sobre el problema, ver nuestro art. "La promulgación y publicación de las leyes," revista
1 5-2
ción contemporánea, Buenos Aires, Ad-Hoc y Universidad Notarial Argentina, 1997, p. 151 y ss. Derecho del Trabajo, año XXX, 11: 706 (noviembre de 1970).
VII-38 PARTE GENERAL

alguno de que el Poder Ejecutivo decida reglamentarias o no: 3 los jueces y la


misma administración deben acatar y ejecutar o hacer ejecutar las leyes en Jos
T FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

A la inversa, se ha admitido en ciertos casos que una norma reglamentaria


que se aparte del texto de la ley, pero se adecue al espíritu de la misma, puede
también tener validez: "esta Corte ha decidido en forma reiterada que el Poder
VII-39

casos concretos, interpretándolas para salvar sus vacíos en la medida que fue-
Ejecutivo no excede su facultad reglamentaria por la circunstancia de no ajus-
re necesario en los casos ocurrentes, pero sin depender de que no hayan sido tarse en su ejercicio a los términos de la ley, siempre y cuando las normas del
reglamentadas. Esto es así incluso aunque la ley disponga en sus últimos arts. decreto reglamentario no sean incompatibles con ella, propendan al mejor cum-
como es de práctica, que "el Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley," plimiento de sus fines o constituyan medios razonables para evitar su viola-
pues de admitirse el principio opuesto, quedaría librado al arbitrio del poder 4
ción y, en definitiva, se ajusten de ese modo a su espíritu."
administrador el cumplir o hacer cumplir la ley, o no, mediante el simple cami- De todas maneras el sentido constitucional es prohibitivo y no supone otor-
no de no reglamentaria, lo que por cierto no sería admisible bajo ningún punto garle al Poder Ejecutivo la facultad de definir los términos legales (un vicio
de vista. Lo mismo cabe decir, con mayor razón aun, de los reglamentos del bastante frecuente), llenar supuestos vacíos o lagunas (otro vicio constante),
Jefe de Gabinete. "corregir errores" ni interpretar con acciones positivas el supuesto espíritu de
la ley, sino tan sólo abstenerse de violarlas con aquellas excusas: debe cumplir
15.2. Se ref~ere a la propia administración, no a los particulares
fielmente sus disposiciones, de acuerdo a la finalidad y objetivos del texto par-
El reglamento de ejecución es fundamentalmente un reglamento dirigido a los
lamentario.
propios agentes administrativos, para que éstos sepan a qué atenerse y cómo
proceder en los distintos casos de aplicación de la ley, en lo que se refiere al 15.5. Es facultad principalmente del Poder Ejecutivo, no de órganos
aspecto puramente administrativo. Por ello no son reglamentables por el Po- dependientes
........ der Ejecutivo las leyes que no serán ejecutadas por la administración: sería La facultad de dictar reglamentos de ejecución está otorgada principalmente
ú.) absurdo, p. ej., que el Poder Ejecutivo pretendiera reglamentar el Código Civil, al Poder Ejecutivo y sólo en forma límítada al Jefe de Gabinete. Sólo por excep-
ú.)
el Código de Comercio, etc., salvo en lo que hace p. ej. al Registro Civil de las ción puede admitirse esa facultad, de manera limitada, en las entidades des-
1
Personas, la Inspección de Personas Jurídicas, siempre y cuando no invada el centralizadas. Una importante excepción es el caso de las autoridades admi-
ámbito de los derechos y deberes de los particulares. nistrativas independientes, 5 tales como los entes reguladores para el control
de los servicios monopólicos concedidos o licenciados por el Estado. Fuera de
15.3. No debe invadir otras materias reglamentarias
esos casos, es necesaria una norma expresa de la ley que autorice la reglamen-
El reglamento de ejecución depe limitarse a ordenar el funcionamiento y los tación por órganos diversos (como ocurre, p. ej., en materia impositiva, en que
deberes de los agentes de la administración en lo que respecta al cumplimiento la ley autoriza a la Dirección General Impositiva a dictar reglamentos de eje-
y ejecución de la ley a través de la administración, sin poder adentrarse, p. ej., cución de las leyes pertinentes).
a definir el concepto legal; si lo hace, no habiendo para ello autorización expre-
sa de la ley, es ilegítimo y no puede ser opuesto a los particulares en ese aspec- 15.6. No se aplica a los tratados
to; si la ley lo autoriza expresamente, entonces estamos en la hipótesis de un Ante el texto constitucional mencionado, parece claro que el Poder Ejecutivo
reglamento "delegado" o de integración, a que nos referimos más arriba. carece de facultades para dictar unilateralmente reglamentos de ejecución, ni
siquiera en materia administrativa, respecto de los tratados internacionales.
15.4. No debe alterar el espíritu de las normas legales
Sin embargo, con el progresivo avance de la integración a nivel supranacional,
Además, cabe recordar que el Poder Ejecutivo al reglamentar la ley debe cui- existen comisiones intergubernamentales que acuerdan criterios comunes de
dar de "no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias"; es de observar aplicación y a veces son elevados en cada país a norma expresa de carácter
que se habla (en la Constitución) del "espíritu" y no la "letra" de la ley, por lo
' CSJN. Fallos, 269: 120, Cía. Arg. de Electricidad S.A, 1967. Ver también Fallos, 232:287,
que se ha considerado que aunque la norma reglamentaria no aparezca en 15
S.R.L. Julio L. Bustos e hijos S.A., 1955; 244: 309, Fed. de Obreros y Empleados de la Industria del
contradicción con el texto de la ley, será igualmente ilegítima si transgrede su papel, cartón, químicos y afines, año 1959; 250:456, Galán, año 1961; 254:362, Winiar, año 1962
espíritu, esto es, la finalidad que surge del contexto de la ley. y otros.
15 · 5 Ver infra, cap. XII,§ 14.
15 " CSJN, Fallos. 310-III: 2653, Hotel Internacional lguazú S.A.; DROMI, op. cit., 5" ed., p. 281.
VII-40
PARTE GENERAL

FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATI\'0 VII-41


administrativo. Los entes supranacionales de sí dictan reglamentos adminis-
trativos de ejecución de los tratados, que tienen igual fuerza que éstos. IV. Fuentes materiales del derecho administrativo
6

16. Los reglamentos del Poder Judicial y Legislativo 18. Jurisprudencia. Concepto y alcances
Además de los reglamentos internos que dictan la administración y las autori- 18.1. Imperatividad
dades administrativas independientes, hay que mencionar los que dictan res-
La jurisprudencia no es el conjunto de normas y principios imperativos conte-
pectivamente el Congreso y el Poder Judicial, que participan de las mismas
características de los dictados por la administración y son igualmente admi- nidos en las decisiones de los órganos jurisdiccionales, sino las interpretacio-
nes reiteradamente concordantes del orden jurídico positivo hechas por órga-
nistrativos; ello, porque reglan precisamente la parte administrativa (organi-
nos jurisdiccionales (auctoritas rerum similiter judicatarum). El juez al apli-
zación y procedimiento interno) del ejercicio de la función legislativa y juris-
car una norma general crea una nueva norma, no ya general, sino individual,
diccional, respectivamente. En esos reglamentos y procedimientos, son aplica-
la que aporta un "plus" al ordenamiento. La jurisprudencia no es la suma ni la
bles, mutatis mutandis, el decreto-ley y los principios generales del procedi-
repetición de esas normas individuales 1 sino tan sólo del sentido que han dado
miento administrativo (vista de las actuaciones, necesidad de motivar los ac-
a la norma general. Como todas las reglas de derecho son suficientemente abs-
tos, amparo por mora de la administración, etc.). La majestad de instituciones
tractas como para poder ser interpretadas de diferentes maneras, resulta que
tan fundamentales del país como pueden ser el Poder Judicial y Legislativo, el
la norma se amplía o se restringe en su significado efectivo (es decir, en el
Defensor del Pueblo de la Nación, etc, no se ve lesionada por el cumplimiento
del debido proceso en sentido adjetivo; antes bien, deben dar el ejemplo. significado en el cual tiene aplicación imperativa) según sea la interpretación
__. que le den los jueces. La jurisprudencia se distingue de las demás fuentes del
ú)
17. El reglamento como fuente del derecho administrativo derecho en que ella es "imperativa" sólo en el momento en que el juez la aplica
.J:::.
1 o reitera, pues el juez no está obligado a seguir las interpretaciones reiteradas
Por todo lo expuesto el reglamento es casi siempre una fuente específica de
1 y concordantes que él mismo u otros jueces superiores hayan dado a una nor-
derecho administrativo. En la actualidad, deja un margen de duda el regla-
ma. La imperatividad de esta fuente está pues condicionada a la voluntad del
mento de necesidad y urgencia, que tiene materias específicamente prohibi- juez, pero dado que los jueces mantienen los criterios interpretativos formula-
das. En lugar de decir, como para el delegado, que solamente se pueden referir
dos por ellos mismos o sus superiores con anterioridad, tiene un cierto grado
a materias de administración, los constituyentes optaron por el camino de pro-
fáctico de imperatividad asegurado: dado que esa facticidad tiene en cada caso
hibirlos en materia tributaria, penal, de partidos políticos y régimen electoral.
apoyo jurídico en la voluntad del juez, puede mencionarse a la jurisprudencia
Con lo cual queda pendiente la pregunta de si el Poder Ejecutivo, en situación
como fuente al menos material de derecho. Como excepción a lo que venimos
de emergencia, puede modificar el Código Civil, Procesal, de Comercio, de Mi-
de exponer cabe recordar que la jurisprudencia plenaria sí es obligatoria para
nería, etc. Ello nos parece que seria una clara desinterpretación del sistema
las demás salas de la misma cámara y para los jueces de primera instancia
constitucional, en primer lugar porque será virtualmente imposible demostrar
respecto de los cuales aquella sea tribunal de alzada (C.P.C.C.N., art. 303.)
cómo alguna situación de emergencia pueda requerir la modificación de la le-
gislación de fondo o de forma, cualquiera que ella sea. Para nuestro entender, 18.2. Arbitrariedad
faltaría en todos los casos adecuación de medio a fin, por lo cual preferimos
Cuando prescinde de toda norma la sentencia es arbitraria y con ello inconsti-
sostener que el reglamento de necesidad y urgencia tiene la misma limitación
tucional;2 también se la considera arbitraria cuando, si bien cita alguna dispo-
que el delegado y, en consecuencia, sólo se puede referir a materias de admi-
nistración o los clásicos supuestos de calamidad pública. Extender el regla- sición, carece de todo fundamento serio para aplicarla; la seriedad se estima no
ya en la exactitud del criterio del juez, sino en que aporte razones y elementos
mento como fuente a otras ramas del derecho que el derecho administrativo o
de juicio para fundar su resolución. 3
público en general, p. ej. al derecho sustantivo civil, comercial, o incluso al
derecho procesal, nos parece incompatible con el sistema constitucional actuaL 18 · 1 VII.LEGAS BAsAVILBASO, op. cit., p. 342.
15 6 nz Ver CARRIÓ,"Sentencia arbitraria por falta de fundan1entaclón normativa," Reu. Ju.r~ de
17 1
· CSJN, Fallos, 321-l: 1226 (año 1998), cons. so y 9o; Dotti, DJ, 1998-3, 233. Buenos Aires, IV: 85 (1959); Recurso extraordinario por sentencia arbitraria, Buenos Aires, 1967.
· Comp. VrLLEGAS BASAVILBAso, op. cit., p. 265. · Ver también LINARES, "El recurso extraordinario contra sentencia arbitraria dictada en apli-
18 3

cación de normas no federales," Reo. del Col. de Abog. de Buenos Aires, t. 27, n" 3-4; VANDSSI,
Aspectos del recurso extraordinario de inconstitucionalidad, Buenos Aires, 1966.
VII-43
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-42 PARTE GENERAL

sujurisdictio. Esas cautivantes frases de doctrina, abundosas en citas de más


18.3. Los principios jurídicos doctrina de "ilustres maestros," hacen a su vez las delicias de las mesas de
Los principios de derecho público tienen merced a su contenido axiológico ri- redacción de las revistas jurídicas: en lugar de estudiar qué es lo que el fallo
5
quísimas posibilidades para la jurisprudencia del derecho administrativo; ésta resuelve, materia ésta siempre laboriosa y difícil, alegremente recuadran toda
debe desarrollarlos y aplicarlos no sólo cuando la ley los reproduce fielmente, afirmación dotada de sujeto, verbo y predicado. Eso pasa automáticamente a
sino también cuando los niega o cuando se abstiene de legislar sobre el punto: ser la "Doctrina" del fallo y de allí al CD-ROM o la Internet hay tan solo la
deben aplicarse jurisdiccionalmente con todo su contenido y valor, tanto de suave presión sobre algunas piezas del teclado.
conformidad con el texto expreso de la ley, como reinterpretando un texto anti- El letrado apurado, inexperto o desprejuiciado "baja" esa información de
jurídico, como por fin en contra o sin la ley. "doctrina judicial" del CD-ROM, Internet o del voluminoso tomo de jurispru-
En esto último nos enrolamos, obviamente, en la posición que se aparta del dencia y con ello salpimenta de "jurisprudencia" su escrito. No es juris, ni
criterio casi conceptualista y negativo que apareció en el siglo pasado, de acuerdo prudentia. Del escrito judicial al art. de doctrina faltan pocos toques de compu-
al cual la Constitución era asimilada poco menos que a un catálogo: si sus tadora y ¡presto! tenemos doctrina de libros o revistas sobre doctrina de fallos,
normas no preveían expresamente un caso determinado, aclarando que aun a una brumosa cortina de humo que confunde siempre lo que los fallos deciden,
6
falta de ley sus disposiciones debían ser aplicadas (o usando al menos términos con las ingeniosas y eruditas frases y "conceptos" de doctrina con los que el
enfáticos que así lo dieran a entender; la propiedad es "inviolable," es "inviola- sentenciante ha querido "adornar" su fallo. Algo así como el empleo del latín
ble" la defensa en juicio), ellas no debían ser aplicadas por el juez, pues ello por abogados y autores. 7 Que el adorno de los fallos sea el rigor y claridad
habría implicado actuar de lege ferenda. lógica de su razonamiento en la decisión justa, no las flores que va esparciendo
Hoy en día se busca interpretar el sentido de las normas constitucionales y en el camino.
__... darles aplicación imperativa también a situaciones no previstas o reglamenta- Otras veces el agregado de aürmaciones no indispensables para la resolu-
(.U
das por el legislador, o previstas en forma imperfecta. Consideramos además ción del asunto tiene en verdad el significado de un adelanto: están para poder
(]1
que los principios constitucionales, por tener contenido y orientación axiológi- rescatarlas en futuras sentencias como natural y normal pensamiento del tri-
1
ca y por ser de su esencia que ese contenido y esa valoración estén presentes en bunal en materias diversas de la resuelta en el caso concreto. Es como darles
todos los actos estatales, transforman en inconstitucional todo acto que no ten- un aura de mayor imparcialidad y de total ajenidad a la más espinosa cuestión
ga su misma valoración. Ello significa que la orientación estimativa del acto, sub examine. Cabe reconocer que esta curiosa "técnica" no suele ser de los pro-
esto es, su finalidad, también forma parte de su constitucionalidad: todo acto pios magistrados sino mas bien de sus colaboradores, que van de este modo
estatal, en definitiva, podría ser anulado por los tribunales en cuanto a su introduciendo en sus proyectos las doctrinas que les gustaría ver aceptadas
finalidad dentro de lo que marquen los principios constitucionales. por el tribunal.
8

Lo mismo cabe decir de los actos privados y son numerosos los casos del
19. La costumbre. Concepto y admisibilidad en general
derecho común en los cuales se aplican variantes del principio de razonabili-
dad o proporcionalidad, p. ej.: así el concepto de exceso en la legitima defensa y La costumbre surge como fuente de derecho cuando hay el convencimiento po-
exceso en la represión son dos principios clásicos en derecho penal, como lo es pular abonado por una práctica y un cumplimiento usual, de que una regla
también el de la nimiedad, el abuso de posición dominante en el mercado, el
1

abuso del derecho, etc. "Cómo leer una sentencia,' op. loe. cit.
lB. 5
· Ya hemos advertido al respecto en el cap. I, primera parte y en el libro Intoducción al
18 6
Derecho, 2001, publicado como e-book en www.gordillo.com, www.gordillo.com.ar,
18.4. La seudo doctrina de algunos fallos 4 www.gordillo.net y otros. Ver igualmente nuestras glosas al libro de NIETO, ALEJANDRO, Los lími-
tes del corwcimieTLtojurídico, Madrid, Trotta, 2003, en preparación.
Es necesario advertir contra la sinergia negativa que producen aquellos fallos · Que por cierto nos encanta, como inocente divertimento, junto a otras citas de diversa laya
16 7
que, enzarzados sus firmantes en especiosas discusiones de cátedra o de acade- e idioma, pero no por ello es trasladable a un fallo.
· Ver nuestras glosas al libro de NIETO, Los limites del coTLocimientojurídico, op. cit. y nuestro
mia, usan el foro de su sentencia para hacer excursios de la materia sujeta a 8
art.18"Como leer una sentencia," Actualidad en el Derecho Público, 2000, 14: 29/53, Buenos Aires,
debate, aunque nada tengan que ver con la médula de la cuestión sometida a \ 2001; reproducido en Revista universitaria La Ley, año III, n" 4, agosto de 2001, pp. 9-21; también
reproducido como cap. V del libro [,traducción al derecho, edición como e-book gratuito en
· Ampliar en nuestro art. "Cómo leer una sentencia," en AeDP, 14: 29-53, Buenos Aires, Ad-
18 4

Hoc, 2001.
¡ www.gordillo.com, www.gordillo.com.ar y www.gordillo.net.

\
VII-44
PARTE GENEHAL

determinada de conducta humana es una norma jurídica. Veremos más abajo


si puede o no aceptársela y con qué alcances, en materia de derecho adminis-
trativo. No hay que confundir por lo demás la costumbre, que es convencimien-
í FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

ciones para los particulares. Sin perjuicio de ello, por la doctrina de los actos
propios, puedan en cambio obligarla a ella, como veremos a continuación.
VII-45

to popular abonado por la práctica, con la "costumbre" que ha sido aceptada y


hecha efectiva por la jurisprudencia: en tal caso la regla de que se trate no vale 19.2. Es fuente de derechos
por ser consuetudinaria, sino por ser jurisprudencia]; se aplica no porque la Cabe así admitir, a la inversa, que la costumbre puede crear derechos• de los
gente esté convencida de que es una norma jurídica y siempre la haya cumpli- particulares frente a la administración, ya que la anteriormente mencionada
do, sino porque los tribunales así lo han resuelto en forma reiterada y concor-
dante.1 limitación constitucional (nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda)
está concebida fundamentalmente en relación a los individuos y no al Estado.
La costumbre no puede ser admitida como fuente de derecho administrativo Del mismo modo que la administración podría crearse ciertas obligaciones
a menos que una ley expresamente lo autorice, pues las constituciones prohi- mediante un reglamento autónomo (y no podría crear deberes a los particula-
ben generalmente que nadie sea obligado a hacer lo que la ley no manda ni res), así también puede crearse deberes frente a los individuos y grupo de indi-
privado de lo que ella no prohibe. Vimos ya que una excepción surge de la viduos mediante la observancia usual y reiterada de una determinada pauta
índole misma de la función administrativa (en el caso de los reglamentos), pero de conducta. Entendemos, en definitiva, que la costumbre sólo puede ser acep-
aquí no se puede hallar argumento positivo alguno que la introduzca; por otra tada como fuente cuando contiene la creación de derechos para los particulares
parte, incluso en el derecho privado (así, el Código de Comercio y en materia de frente a la admínistración. 5
patentes y marcas) la tendencia es que para que la costumbre adquiera rele-
_.
ú.)
vanciatal.
como jurídica es necesario que una norma legislativa la autorice o reconozca 20. La doctrina
m
1 En cuanto al resto de la doctrina de los autores, aunque no tiene fuerza formal
19.1. No es fuente habilitante de deberes de los particulares como fuente del derecho administrativo, hay veces que tiene poder de convic-
ción para llevar a determinada decisión administrativa o judicial, o al menos
La costumbre no es pues, en principio, fuente de derecho administrativo y la es utilizada como fundamento de la decisión que se quiere adoptar. En todo
2
administración no puede, en consecuencia, crearse a sí misma derechos frente caso, suele ser uno de los medios a través del cual se accede al conocimiento o
a los particulares por observar habitualmente una determinada conducta. Tam- distintas formas de interpretación de las demás fuentes, lo que a veces lleva a
poco debería, a nuestro juicio, hacerlo la justicia. 3
imbricar o confundir la fuente real con la fuente informativa o interpretativa.
A pesar de que una costumbre o práctica administrativa tenga observancia No es fuente directa y formal de derecho administrativo, pero al informarlo e
usual y exista el convencimiento de que constituye una norma jurídica de tipo interpretarlo da una pauta orientadora, aunque sea por contraposición, para
imperativo, carece de todo valor como fuente autónoma de poder para la admi- quienes deben aplicarlo. Ya hemos explicado en otro lugar la importancia de la
nistración pública. Ello no quita que si la administración tenía facultades con- influencia sistemática o asistemática que la doctrina, junto al legislador y la
cedidas por la ley para imponer una norma idéntica a la que surge de la cos- justicia, puede tener en el derecho contemporáneo. 1
tumbre, aquélla sea válida. Pero tal conclusión surge de la propia ley y no de la 19
A Lato sensu: derechos subjetivos, derechos de incidencia colectiva, intereses legítimos. Am-
entonces innecesariamente llamada "costumbre" administrativa. Los "prece- pliar infra, t. 2, op. cit., caps. II a IV.
· En la opinión contraria CASSAGNE, op. cit., t. I, s· ed., p. 125; t. 1, 1998, 6" ed., p. 170; ha
19 5
dentes" administrativos no son así, autónomamente de la ley, fuente de obliga-
seguido nuestro criterio alguna jurisprudencia, que comentamos en "La práctica administrativa/'
19·1 En contra, FüRSTHOFF, ERNST, Tratado de derecho administrativo, Madrid, 1958, p. 207 y ss.,
LL, 1996-C, 457, nota al fallo Rava, LL, 1996-C, 459, 1995 y sus referencias. La nota se halla
19 2 habla de "costumbre" para referirse aljus receptum jurisprudencia].
quien
reproducida en Cien notas de Agustín, op. cit.,§ 38, p. 104.
· Nos apartamos así de la opinión de BJELSA, Derecho administrativo, Buenos Aires, La Ley, 20 · 1 Teoría general del derecho administrativo, op.cit.~ Prólogo y Derechos humanos, op cit., cap.
1964, 6" ed., p. 107 y ss. y VrLLEGAS BASAVILBAso, op. cit., t. I, p. 315 y ss. Cont: MARIENHOFF, op. cit., I, t'Los derechos humcuws en un Inundo nueuantente en crisis y transfOrmación." Las doctrinas
19 3 y ss. En el derecho comparado, RrVERo, op. cit., 4" ed., p. 70.
p. 292
sobre "zona de reserva de la administración," "actos institucionales," "actos de gobierno," "actos no
· Ver nuestra nota "La praxis tribunalicia como fuente del derecho en contra de las partes,"
justiciables," etc., han contribuido mucho al escaso nivel de democratización y de control ciudada-
LL, 2001-F, 769. Nada impide, desde luego, que el tribunal vaya interpretando las normas proce- no del poder, de la libertad en suma en nuestro país. Cumplen en lo jurídico la función que cum-
sales y en su caso imponiendo cargas de esa índole a las partes, siempre que ellas sean razonables plieron en lo político los cultores de las frases galanas en favor de los poderes defacto: "la cruz y la
y conducentes a una mejor eficiencia del proceso. Lo que no se debe es sorprender a las partes con espada," "Esparta y Atenas," "la última reserva del pais," etc. Sugerimos la relectura de GARZÓN
cambios de costumbre jurisprudencia! insuficientemente dados a conocer.
VALDÉZ, ERNESTO, El velo de la ilusión, Buenos Aires, Sudamericana, 2000; también el repaso de
los otros dos libros citados supra, cap. II, nota 4.2.
VII-47
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-46 PARTE GENERAL
7
la doctrina, es su inmediata repercusión en los medios de comunicación y el
20.1. La doctrina de la Procuración del Tesoro de la Nación
hecho de provenir de un órgano público de rango constitucional, como así tam-
En materia de derecho administrativo ha adquirido una importancia crecien- bién la de contribuir a dar apoyo político e institucional, cuando hace uso de su
te, a través del tiempo, la doctrina de los dictámenes de la Procuración del legitimación constitucional para actuar en justicia, a las decisiones que luego
Tesoro de la Nación. Son obligatorios para los abogados del Cuerpo de Aboga- deberán adoptar los jueces.
dos del Estado, al cual pertenecen todas las asesorías jurídicas del Estado. La
obligatoriedad de la referida doctrina es pacífica y antigua, 2 sin que los aboga- 20.3. La doctrina y el derecho comparados. Sus problemas
dos del Estado puedan entrar en debate respecto a sus dictámenes; ello se También el derecho comparado pasa a ser fuente de derecho administrativo
funda en una razón de orden y de uniformidad administrativa. 3 a nivel supranacional, según ya lo expresamos en el cap. anterior, lo cual no
Esa obligatoriedad para los abogados del Estado implica que sus dictáme- significa acudir simplemente al derecho de la madre patria por la cercanía
nes se adecuarán a dicha doctrina; y si bien los órganos ejecutivos no están espiritual e identidad idiomática, y ni siquiera al de los países cuya doctrina
obligados a seguir el consejo de su Dirección de Asuntos Legales, en la práctica nos es más accesible, por razones de tradición y semejanza de latinidad en el
será muy dificil que dicten un acto contrario al dictamen obrante en los actua-
lenguaje, como la italiana o francesa.
dos. Tampoco puede dictarse un acto administrativo que haya de afectar dere- Es ahora indispensable tener presente en nuestro derecho administrativo el
chos o intereses de terceros, sin el previo dictamen del organismo permanente derecho anglosajón, como ya se venía haciendo desde siempre en el derecho
de asesoramiento letrado! constitucional argentino, y para ello la mirada al derecho norteamericano e
De tal modo los precedentes administrativos que la doctrina admite como
inglés y sus derivados, se torna fundamental.
fuente emparentándolos con la costumbre" no son tanto las resoluciones de la El resto del derecho europeo, a veces sobrevalorado como el derecho alemán
~
administración, no siempre fácilmente hallables, sino los dictámenes de la Pro- o el francés, debe en cualquier caso tenerse igualmente presente. El derecho
ú.) curación del Tesoro. comparado latinoamericano, por la semejanza de experiencias y haber casi to-
-.1
1 dos tomado el mismo modelo constitucional norteamericano, es igualmente
20.2. Doctrina de la Defensoría del Pueblo de la Nación 6
imprescindible aunque no siempre reciba la atención que merece.
Resulta prematuro determinar si el Defensor del Pueblo de la Nación, en el Esta diversidad de fuentes es de gran complejidad, porque no se trata de
ejercicio de su magistratura de persuasión, hará un cuerpo de doctrina admi- recordar simplemente qué dice determinado autor de cualquiera de estas na-
nistrativa que también tenga importancia como fuente del derecho adminis- cionalidades o regiones, sino también analizar en qué modo interpreta o expli-
trativo. Sus primeros pasos así parecen indicarlo, al sostener p. ej. en una au- ca un derecho vigente, o no, que puede ni siquiera guardar similitud con el
diencia pública que debía respetarse la opinión del ente regulador por sobre la
nuestro.
de la administración central y al presentarse luego en sede judicial sostenien-
do la nulidad absoluta de un decreto de intervención al mismo ente regulador
que, obviamente, debe ser categorizado como constitucionalmente independien-
te. Una de las ventajas de la opinión del Defensor del Pueblo frente al resto de
20 2
- P'fN, Dictánwnes, 80: 913; uniforme.
20 3
· ln{ra, t. 4, El procedimiento administrativo, op. cit., cap. X, § 15 y 16. Sobre el alcance
jurídico del dictamen letrado ver el t. 3, op. cit., cap. IX,§ 4.5.2, "La inexplicable excepción del
dictamen jurídico previo."
20
.4 Art. 7", inc. d) in fine del decreto-ley 19.549. El fundamento de este principio es que el

trámite ornitido ''pudo haber ejercido influencia en el conocimiento o en la voluntad que ha formu-
lado la declaración final. Si se dejó de oír el parecer del órgano consultivo, puede suponerse que en
caso de haberlo oído, el acto no hubiera sido dictado" (LARES MARTÍNEZ, ELOY, Manual de derecho
adrninístratiuo, Caracas, 1975, 3a ed., p. 199), o no hubiera sido dictado de la misma manera;
ín(ra, t. 3, op. cit., cap. IX,§ 4.5, p. 11 y ss. · Es un verdadero arte para el Defensor del Pueblo de la Nación lograr un adecuado equili-
20 7
205
La doctrina de los actos propios también sustenta el deber de ajustarse a la doctrina pacífi- brio entre una excesiva por ende menos relevante prescencia en la opinión pública, por una parte
ca de la Procuración del Tesoro de la Nación: desconocerla es ueníre contra factum proprium.
y un excesivo silencio por la otra.
· Ver las referencias del cap. II, § 5.2, a p. e), nota, e infra, cap. IX.
20 6
...,.....

13. La revisión judicial del acto en el caso de las facultades regladas y en


el de las facultades discrecionales ......................................................... 18
14. Continuación. Todo acto es en parte reglado y en parte discrecional. 19
15. Los límites a la actividad discrecional .................................................. 20
15.1. Razonabilidad ................................................................................ 21
15.2. Proporcionalidad ........................................................................... 23
15.3. Desviación de poder ...................................................................... 23
15.4. Buena fe ......................................................................................... 24
15.5. Alterum non léedere ....................................................................... 25
16. Comparación entre legitimidad y oportunidad y actividad reglada y
discrecional ............................................................................................. 25
17. La revisión judicial y administrativa de la legitimidad y la oportuni- Capítulo X
dad ........................................................................................................... 26 CLASIFICACIÓN JURÍDICA DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
18. Derecho subjetivo, Ínterés legítimo, interés difuso e interés simple ... 26
l. Acto, hecho, reglamento, contrato

_. l. Conceptos clasificadores
(.¡.)
Las nociones de "acto administrativo," "reglamento," "contrato administrati-
())
1 vo," etc., cumplen meramente una función metodológica y sistematizadora den-
tro del derecho administrativo; están desprovistas, en consecuencia, de carac-
teres dogmáticos que exijan arribar a una definición determinada como única
válida y verdadera; en verdad, son admisibles tantas definiciones de regla-
mento o acto administrativo como sistemas doctrinarios existan en el derecho
público y ellas serán válidas en cuanto armonicen dentro del sistema concep-
tual en que se las ubica.
Pero si bien la discusión acerca de cómo dar una definición de acto adminis-
trativo carece de proyecciones dogmáticas, ello no significa que sea totalmente
intrascendente dar uno u otro concepto ya que de la mayor o menor perfección
y precisión del mismo dependerá la facilidad y utilidad con que se lo podrá
manejar luego. La definición a ofrecerse debe entonces responder a una ade-
cuada metodología y a una satisfactoria sistematización de la realidad del ré-
gimen jurídico de la función administrativa, pues las definiciones y clasifica-
ciones han de servir para explicar su funcionamiento.
En el proceso de lograr esa sistematización que producirá por resultado la
definición buscada, podemos distinguir varios pasos.

2. Función administrativa
El punto de partida reside en el concepto de función administrativa, que según
se recordará comprende toda la actividad de los órganos administrativos (cen-
tralizados o descentralizados) y también la actividad de los órganos legislativo
y judiciales en la medida en que no se refiere a sus funciones específicas.
~

X-2
PARTE GENERAL
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-3

Para llegar a una definición de acto administrativo, en consecuencia, debe-


remos clasificar y sistematizar la realidad que nos presenta dicha función ad- ejecución. Así, la decisión ejecutada se da a conocer a los demás individuos a
ministrativa. través de los hechos reales que transmiten la idea respectiva; la decisión de
librar la calle al tránsito se deduce de que nada ni nadie impide transitar; la
3. Actividad jurídica y no jurídica decisión de destruir se infiere de que la cosa está siendo destruida, etc.
En cambio, la decisión declarada se da a conocer a los demás individuos a
La primera clasificación a efectuar es aquella que distingue entre la actividad
través de hechos o datos que tienen un significado simbólico, figurado: la deci-
jurídica y no jurídica de la administración, o sea, actividad que produce o no
sión de permitir pasar surgirá pues de una expresión verbal o escrita, o de un
efectos jurídicos directos; obviamente, la parte que nos va a interesar más in-
tensamente a efectos de la investigación es la primera. signo convencional de tránsito; la decisión de destruir surgirá de un cartel, etc.
De allí se desprende que el acto administrativo es una declaración que se
4. Actos y hechos de la administración expresa, pero que queda allí nomás, como determinación, opinión o conocimiento:
que no se ejecuta al exteriorizarse. No obsta a este concepto el que la idea
4.1. La distinción entre acto y hecho, jurídico y no jurídico
contenida en la declaración se ejecute inmediatamente después de exteriori-
A continuación distinguiremos según que esa actividad o función administra- zarse; lo esencial es que se pueda apreciar objetivamente una escisión, una
tiva, jurídica o no jurídica, se manifieste a través de actos o de hechos. Diremos separación conceptual y real entre a) la decisión, opinión, conocimiento, etc.,
que los actos son las decisiones, declaraciones o manifestaciones de voluntad o por un lado y b) la ejecución de esa decisión por el otro; y esa separación surge
de juicio; que hechos son las actuaciones materiales, las operaciones técnicas de que la declaración sea conocida a través de datos simbólicos (palabra oral o
__.
realizadas en ejercicio de la función administrativa. Si bien generalmente los escrita, signos convencionales, etc.) y no de datos reales.
ú)
c.o hechos son ejecución de actos (en cuanto dan cumplimiento o ejecución mate- Cuando la exteriorización de la decisión se hace recién a través de la ejecu-
1 rial, a la decisión que el acto implica), ello no siempre es así y pueden presen- ción misma, o sea, de los datos reales (la destrucción de la casa; el retiro de los
tarse actos que no son ejecutados, o hechos realizados sin una decisión previa obstáculos que cerraban la calle, etc.) no estamos ante un acto sino ante un
formal. La distinción entre acto y hecho no siempre es fácil, en la práctica, por hecho administrativo. La ejecución material, en todos los casos, es un hecho:
cuanto el hecho también es en alguna medida expresión de voluntad adminis- tanto cuando ejecuta un acto, como cuando en ausencia de acto transmite di-
trativa; pero en líneas generales puede afirmarse que el acto se caracteriza rectamente en la actuación material la voluntad a que responde.
porque se manifiesta a través de declaraciones provenientes de la voluntad El acto, pues, nunca contiene la ejecución de la idea que expresa (ello se
administrativa y dirigidas directamente al intelecto de los particulares a tra- refiere, obviamente, a los casos en que el acto consiste en una decisión, esto es,
vés de la palabra oral o escrita, o de signos con un contenido ideográfico (el una declaración de voluntad: pues si la administración se limita a tomar nota
gesto del agente de tránsito al elevar el brazo para detener el tránsito; las de algo, o emitir alguna opinión o juicio, no hay ejecución conceptualmente
señales usuales de tránsito, tales como flechas, círculos, etc.); el hecho, en cam- posible de dicho acto). Decidir la destrucción o construcción de una cosa, es un
bio, carece de ese sentido mental y constituye nada más que una actuación proceso intelectual; dar a conocer la decisión de destruir o construir esa cosa,
física o material. pero sin destruirla o construirla aun, es un acto; construir o destruir la cosa, en
Si bien en cualquier hecho o actuación material de la administración pode- ejecución de la decisión dada a conocer previa, independiente y simbólicamen-
mos deducir cuál ha sido la voluntad que lo ha precedido (del hecho de que se te es un hecho; pero también es un hecho destruir o construir la cosa directa-
haya colocado una barrera en una calle, podemos deducir que se la ha querido mente, sin haber dado a conocer en forma separada y previa la decisión de
cerrar al tránsito; del hecho de que se quite la barrera deducimos que se ha hacerlo: en este último caso faltará el acto administrativo.
decidido abrirla nuevamente), no por ello habrá allí un acto: para que exista Ordenar la detención de una persona, es un acto; aprobar la detención de
acto es necesario que encontremos esa declaración de voluntad que se mani- una persona, hecha por un agente inferior, es un acto; decidir por sí mismo y
fiesta intelectivamente y no a través de su directa ejecución. comunicar al interesado que se lo va a detener, es un acto; pero la detención en
Aunque subjetivamente puede existir una decisión del funcionario actuante sí misma es siempre un hecho: y cuando se efectúa la detención sin haber pre-
tanto si dicta un acto como si realiza un hecho, sólo se llamará acto a aquella viamente dado a conocer al interesado por un proceso intelectual (no-real: or-
decisión que se exterioriza formalmente como tal y no a través de su directa den verbal, nota, etc.) la voluntad de realizarla, es un hecho realizado sin la
existencia de un acto administrativo.
.......
X-5
CLASlFICAC!ÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
X-4 PARTE GENERAL

dada, o no puede adoptarse la solución observada por el órgano consultivo) y no


Otros ejemplos: si un agente de policía me dice: "Queda usted detenido," eso vinculantes (cuando puede adoptarse libremente cualquier decisión, coincida o
es un acto; si luego me toma del brazo y me lleva a la comisaría este es el hecho no con la opinión del órgano consultivo). Dentro de los dictámenes ocupan un
que ejecuta el acto anterior; si directamente me toma del brazo y me lleva a la lugar fundamental los dictámenes jurídicos, los cuales son obligatorios, de acuer-
comisaría, sin antes haberme transmitido aquella decisión de detención, en- 1
do con el art. 7°, inc. d) in fine del decreto-ley 19.549/72, pero no vinculantes.
tonces se tratará de un hecho administrativo. En este último caso, al hecho También cabe considerar dentro de los actos no productores de efectos jurí-
administrativo puede también seguir un acto con posterioridad: al llegar a la dicos directos, todas las medidas de prueba que la administración produzca
3
comisaría, el comisario decide constituirme detenido y así lo certifica por escri- durante el procedimiento: pericias, 2 declaraciones testimoniales, producción
to: esto es ahora un acto; cuando me llevan al calabozo, esto será otra vez un 4
de pruebas documentales o instrumentales, tales como copias simples o certi-
hecho administrativo. Si más tarde advierten que se trata de un error en la
persona y que debieran detener a otra persona de nombre parecido, podrán ficadas, etc.
Todos estos actos, llamados lato sensu actos de la administración, caben
abrir la puerta del calabozo y esto será un hecho; decirme: "Salga, está en dentro del concepto de las llamadas "medidas preparatorias," de las que el art.
libertad" y ello será un acto: devolverme mis objetos personales y ello será un 80 de la reglamentación del decreto-ley 19.549 dice que no son recurribles di-
hecho. Finalmente, cuando ante mi requerimiento se aplique una sanción ad- rectamente,5 sin perjuicio del derecho de alegar en contra de ellas; la razón de
ministrativa a los agentes policiales que me detuvieron irregularmente, ello ser de que no sean recurribles o impugnables es precisamente que no producen
será un acto; el cumplimiento de la sanción un hecho. un efecto jurídico directo respecto del particular y por lo tanto no son suscepti-
Con ello aparecen ya cuatro divisiones en la actividad administrativa: los
bles de causar agravio o gravamen directo.
actos jurídicos realizados en ejercicio de la misma, los actos no jurídicos, los Con todo, deben distinguirse los actos preparatorios, tales como informes,
__. hechos jurídicos y los hechos no jurídicos. dictámenes, pruebas, etc., de los llamados actos "interlocutorios" o "de mero
..J:::. trámite" (arts. 84 de la reglamentac.ión citada), que junto con los actos "defini-
o 4.2. Actos no jurídicos
1 tivos" o "que impiden totalmente la tramitación del reclamo o pretensión del
También son llamados actos de la administración. Se trata de decisiones, de- administrado" (art. 84 y 89) constituyen el total de los actos productores de
claraciones o manifestaciones realizadas en ejercicio de la función administra- efectos jurídicos directos, 6 a los cuales nos referimos a continuación.
tiva, que no producen efectos jurídicos directos respecto de un sujeto de dere-
cho. Se diferencian de los hechos administrativos (tanto jurídicos como no jurí- 4.3. Actos jurídicos
dicos), en que en lugar de actividades materiales consisten en manifestaciones Son las decisiones, o declaraciones de voluntad, conocimiento o juicio, produc-
o declaraciones, expresiones intelectivas de voluntad, conocimiento, opinión, toras de un efecto jurídico directo, esto es, del nacimiento, modificación o ex-
recomendación, juicio, deseo, etc. tinción de un derecho o deber jurídico de un sujeto de derecho. Veremos más
Encontramos en esta clasificación gran parte de las piezas procesales de adelante que pueden distinguirse según sean unilaterales o bilaterales y a su
todo expediente administrativo: los informes producidos por oficinas técnicas o vez, según sean individuales o generales, en el caso de los actos unilaterales.
no técnicas, en que se relatan hechos ocurridos y de conocimiento de la oficina, "Considérase [.._} esencial el dictamen proveniente de los servicios pern1anentes de asesora-
41
o se verifican hechos expresándose los resultados, o se realizan averiguacio- miento jurídico cuando el acto pudiere afectar derechos subjetivos e intereses legítimos." Otros
nes, informándose de ellas, etc.; los dictámenes, en los cuales el funcionario aspectos pueden verse en WEBER, YvES, L'administration consultative, París, 1968; DROMl, JoSÉ
RoBERTO, Instituciones de derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea, 1973, p. 309 y ss.
pertinente emite una opinión, juicio, consulta, etc., destinada a orientar el cri- · Las pruebas periciales se rigen por los arts. 54 a 57 de la reglamentación del decreto-ley
42
terio de la autoridad que debe decidir. 19.549/72. Aclaramos que es la pericia, documento, etc., lo que constituye acto no jurídico, pues el
Los dictámenes forman parte de la actividad llamada "consultiva" de la ad- acto que ordena la pericia, etc., es ya un acto interlocutorio (infra, § 4.2).
· Lo atinente a la prueba testimonial es tratado en los arts. 49 a 53 de la reglamentación del
ministración y se clasifican en dictámenes "facultativos" (que pueden o no 43
decreto-ley 19.549172; lo atinente a la prueba de confesión, en el art. 59.
solicitarse al órgano consultivo) y "obligatorios" (que es debido requerirlos, como <A Arts. 27 a 30 de la reglamentación del decreto-ley 19.549/72.
· "Las n1edidas preparatorias de decisiones administrativas, inclusive informes y dictámenes,
condición de validez del acto). A su vez, los dictámenes obligatorios se subdivi- 45
aunque sean de requerimiento obligatorio y efecto vinculante para la Administración, no son
den en vinculantes (cuando es también necesario proceder según lo aconsejado
recurribles."
por el órgano consultivo), semivinculantes (cuando puede no adoptarse la deci- '"Conf. Perú, arts. 1.1 y 159.1 de la ley 27.444 del año 2001.
sión recomendada, pero no puede adoptarse la solución contraria a la recomen-
.,...
X-6
PARTE GENERAL
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-7
Podemos también adelantar ahora que igualmente pueden distinguirse en
el caso de los actos unilaterales individuales, en actos "definitivos" o equipara- del propietario del vehículo; el conductor de un vehículo oficial que con culpa o
bles a ellos ("los que impiden totalmente la tramitación del reclamo o preten- negligencia choca contra el vehículo de un tercero, incurre en igual responsabi-
sión del administrado," v.gr., una orden de archivo de las actuaciones, o una lidad patrimonial para sí y para el Estado, etc.
decisión que niega al particular el derecho de defenderse, o el acceso a las
5. Primera definición
actuaciones, o la defensa letrada, etc.) y en actos "interlocutorios" o "de mero
trámite." Estos últimos son actos que producen un efecto jurídico directo, pero Con estos elementos podemos, si lo deseamos, dar una definición elemental de
sin decidir el fondo de la cuestión central planteada: un pase, un traslado, una acto administrativo, diciendo que es una declaración realizada en ejercicio de
vista concedida parcialmente, una medida ordenando o denegando la produc- la función administrativa, que produce efectos jurídicos directos.
ción de una prueba, un acto relativo a la forma de producción de determinada Sin embargo, esta definición -aunque dogmáticamente correcta- peca de
prueba, el pedido de un dictamen o informe, etc. una deficiencia metodológica y práctica, cual es la de ser excesivamente am
La diferencia entre unos y otros reside en que los recursos administrativos plia y vaga como para permitir una adecuada y precisa utilización técnica;
utilizables contra ellos de acuerdo con el decreto l. 759/72, son distintos en el parecería así necesario continuar todavía con la investigación.
caso del acto administrativo que decide el fondo de la cuestión o paraliza el
procedimiento y en el caso del acto que decide una cuestión de trámite; a su 6. Actos y contratos administrativos
vez, ambos se distinguen de los actos o medidas preparatorias en que estas Dentro de los actos realizados en ejercicio de la función administrativa y que
últimas no son recurribles, mientras que los primeros sí lo son, sin perjuicio de producen efectos jurídicos existe una diferencia de régimen entre aquellos que
........ la diversidad de recursos aplicables .
se realizan de común acuerdo entre la administración y otro sujeto de derecho,
.¡:::..
__. 4.4. Hechos no jurídicos para reglar derechos y deberes comunes, y las manifestaciones meramente
unilaterales de la administración que realiza ella por su cuenta y por su sola
Son todas las actuaciones materiales de la administración que no producen un voluntad. Los primeros reciben generalmente la denominación de "contratos
efecto jurídico directo, ni constituyen declaraciones o manifestaciones administrativos" y tienen un régimen propio diferenciado y bastante autóno-
intelectivas. Así, el profesor da su clase de pie o sentado, o camina durante la mo: ante tal circunstancia cabe preguntarse si no es más conveniente evitar la
misma, hace gráficos en el pizarrón o pasa diapositivas; el agente de policía duplicación de los términos "acto administrativo" y "contrato administrativo."
lleva un expediente de la comisaría al juzgado; el ordenanza barre el aula, trae Puesto que estos últimos tienen ya una caracterización propia y específica y
agua o café; el profesor trae expedientes administrativos a clase para que los una denominación corriente y también específica, conceptuarlos y
vean los alumnos, etc. caracterizarlos independientemente de los actos unilaterales y reservar el con-
cepto de "acto administrativo" exclusivamente para los primeros, atento que
4.5. Hechos jurídicos
los segundos tienen ya su denominación propia.
Son las conductas administrativas que producen un efecto jurídico determina-
do, sea él la creación de un derecho o un deber, o incluso la producción de 7. Segunda definición
responsabilidad respecto del agente que lo cometió o de la administración: el Si nos darnos por satisfechos con este estado de la investigación podernos en
agente de policía que me detiene sin orden de autoridad competente, comete tonces decir que acto administrativo es una declaración unilateral realizada
un hecho antijurídico que lo hace responsable a él y a la administración; el en ejercicio de la función administrativa, que produce efectos jurídicos en for-
funcionario que no obedece una orden judicial de pronto despacho ante un ma directa. Sin embargo, ello es todavía prematuro.
amparo por mora, incurre en responsabilidad (decreto-ley 19.549/72, arts. 28 y
29); la posesión pacífica de una cosa, durante un determinado tiempo, hace 8. Actos unilaterales generales e individuales
nacer un derecho sobre ella; el agente que se lleva un coche mal estacionado, En efecto, incluso dentro de los actos unilaterales de la administración es da-
pero lo hace con negligencia tal que le produce un daño, comete un hecho que ble encontrar una sensible diferencia entre aquellos que producen actos jurídi-
produce también el efecto jurídico de hacer nacer un derecho a indemnización cos generales (o sea, para una serie indeterminada de casos) o individuales
X-9
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA

X-8 PARTE GENERAL

11. Facultades regladas y discrecionales


(esto es, particulares, concretos: para un solo caso determinado, o para distin- de la administración
tos casos individualmente especificados y determinados).
Al observar esta diferencia caemos inmediatamente en la cuenta de que los 10. Introducción
primeros no son otros que los reglamentos administrativos (o sea, las normas
El concepto y distinción de las facultades regladas y discrecionales y de los
generales dictadas por la administración) y que, al igual que los contratos ad-
ministrativos, tienen su propia denominación específica y su propio régimen derechos subjetivos y derechos reflejos (o "intereses legítimos") es comúnmen-
te explicado por los autores de derecho administrativo en ocasión de tratar de
especial, que los diferencia de los demás actos de la administración. 1 Siendo
algún punto determinado de la materia (especialmente, el antiguamente lla-
ello así, es evidente que la metodología adecuada no puede ser en modo alguno
la de superponer los conceptos de "acto administrativo" y "reglamento admi- mado "contencioso-administrativo").
Estos temas, sin embargo, se presentan en mayor o menor grado en toda la
nistrativo," haciéndole perder precisión al primero: debe por lo tanto darse a
disciplina; por ello se hace indispensable su estudio e investigación en forma
los reglamentos administrativos única y exclusivamente esa denominación,
"reglamentos" y reservarse el nombre de acto administrativo en sentido espe- autónoma.
Estas nociones, además, tienen una finalidad ordenadora y metodizadora,
cífico y técnico, sólo para los actos unilaterales productores de efectos jurídicos
al igual que la noción de acto administrativo. En efecto, la actividad adminis-
individuales.
trativa puede ser clasificada de lllUY diversos modos, de acuerdo con las distin-
9. Tercera def"inición tas formas jurídicas que pueda asumir.
Tales clasificaciones responden a diferentes finalidades, explicando una u
Podemos entonces definir el acto administrativo, como la declaración unilate-
otra de las particularidades del ejercicio de la función administrativa; por ello
ral realizada en ejercicio de la función administrativa, que produce efectos
__.. no resultan necesarialllente excluyentes las unas de las otras, sino que se su-
..¡::. jurídicos individuales en forma directa . perponen en gran medida. Podríamos decir que según sea el distinto ángulo
N Dar esta definición restringida, se reitera, sirve sólo a una finalidad con que se enfoque la actividad administrativa, así serán las formas jurídicas
1 metodológica y no pretende ni puede pretender negarle el carácter de "actos" a
encontradas y por lo tanto las clasificaciones a que éstas darán lugar.
los contratos y reglamentos, ni tampoco el que los mismos sean de índole "ad- Las clasificaciones precedentes son fundamentales en el derecho adlllinis-
ministrativa." Tal vez podría decirse que el término "acto administrativo" ad- trativo, pues constituyen la parte casi más importante de su teoría general.
mite un doble uso: amplio y restringido. En sentido amplio, sería acto adminis- Son una suerte de columna vertebral, un nexo técnico entre las demás cuestio-
trativo toda declaración administrativa productora de efectos jurídicos y en
sentido restringido sería sólo la declaración unilateral e individual que pro- nes e instituciones de. la lllateria.
Todos los demás temas del derecho administrativo giran necesariamente
duzca tales efectos jurídicos. alrededor de estas clasificaciones y deben recurrir a ellas para solucionar más
No puede por lo tanto considerarse objeción válida a esta definición aquella
que afirma que los reglamentos no tienen carácter legislativo sino administra- de una cuestión decisiva.
En resulllen, estas dos clasificaciones consideran un distinto aspecto o mo-
tivo, para de allí querer sacar la conclusión de que deben integrarse en la no- mento de la actividad administrativa y por ello será perfectamente posible
ción de acto administrativo. Si bien la primera parte de esta afirmación es expresar que en un caso la administración ha ejercido una atribución reglada o
correcta, en cuanto los reglamentos no tienen carácter legislativo sino admi- discrecional, que al ejercerla ha afectado un derecho subjetivo, un derecho de
nistrativo, ello no funda la siguiente conclusión, pues el no llamarlos "actos incidencia colectiva o un interés difuso, un interés legítimo, o un interés sim-
administrativos" en modo alguno se basa en quitarles el carácter de "adminis- ple; que a tal efecto ha dictado un acto, o un contrato, o un reglamento admi-
trativos," según ya se dijo, sino simplemente en usar el término "acto adminis- nistrativo, o que ha realizado un simple comportamiento activo o una omisión,
trativo" en un sentido más restringido, por razones didácticas y metodológicas.
o contestado con el silencio administrativo, etc.
Podrá preferirse una u otra definición por estimársela más práctica y útil, pero Ninguna de estas nociones es determinante de que concretamente se dicte o
no porque alguna de ellas deba ser necesariamente la única definición válida. realice uno u otro tipo de acto o hecho (acto administrativo, reglamento, con-
8 · 1 Otra diferencia es su generalmente defectuosa o desviada confección: supra, cap. VII,§ 10.3, trato; hecho administrativo, silencio, omisión). La primera distinción entre fa-
''La exacerbación reglan1entaria. "Por ello nuestro énfasis en los principios por sobre las nonnas:
Introducción al derecho, en www.gordillo.com, www.gordillo.coin.ar, W'\-Vw.g~rdillo.net
X-10 PARTE GENERAL

cultad reglada o discrecional tiene íntima relación con que se haya lesionado
un derecho subjetivo o un interés legítimo, según veremos en las páginas si-
T CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA

administrador no tiene elección posible: su conducta le está dictada con antela-


ción por la regla de derecho.
5
X-ll

En el segundo caso, la ley permite al administrador que sea él quien aprecie


guientes. Es posible y deseable que con el correr del tiempo la distinción pierda
la oportunidad o conveniencia del acto a los intereses públicos; ella no prede-
importancia, en la medida que la asuman en mayor medida principios tales
termina cuál es la situación de hecho ante la que se dictará el acto, o cuál es el
como el de la razonabilidad explicado en el § 8 del cap. VI.
acto que se dictará ante una situación de hecho. El órgano administrativo tie-
ne elección, en tal caso, sea de las circunstancias ante las cuales dictará el
11. Criterio de distinción'
acto, sea del acto que dictará ante una circunstancia. 6
Las facultades de un órgano administrativo están regladas cuando una norma Se trata principalmente de la correspondencia entre el objeto del acto y las
jurídica predetermina en forma concreta una conducta determinada que el circunstancias de hecho exteriores a él; en un caso se precisan -facultades
particular debe seguir, o sea cuando el orden jurídico establece de antemano regladas- cuáles son las circunstancias de hecho que deben dar lugar al acto,
qué es específicamente lo que el órgano debe hacer en un caso.concreto. 2 Las mientras que en el otro -facultades discrecionales- no: el acto puede darse
facultades del órgano serán en cambio discrecionales cuando el orden jurídico libremente ante cualquier situación de hecho; 7 expresado de otra forma, en un
le otorgue cierta libertad para elegir entre uno y otro curso de acción, para caso se determina un solo objeto del acto como posible para una determinada
hacer una u otra cosa, o hacerla de una u otra manera. 3 situación de hecho y en el otro puede con cierta amplitud elegirse la situación
Dicho de otro modo, la actividad administrativa debe ser eficaz en la reali- de hecho ante la que se adoptará esa decisión, o la decisión que se adoptará
zación del interés público, pero esa eficacia o conveniencia u oportunidad es en 8
ante una situación de hecho.
algunos casos contemplada por el legislador o por los reglamentos y en otros es
__. dejada a la apreciación del órgano que dicta el acto; en ello estriba la diferencia 12. Aspectos que comprende la regulación
..¡::. de las facultades regladas y discrecionales de la administración. En un caso es
ú) Esa predeterminación de la conducta administrativa a través de normas jurí-
1
la ley -en sentido lato: Constitución, ley, reglamento- y en otro es el órgano
dicas puede realizarse de distintas maneras:
actuante, el que aprecia la oportunidad o conveniencia de la medida a tomar-
se.<
12.1. Regulación directa
En el primer caso, la ley se sustituye al criterio del órgano administrativo y
predetermina ella misma qué es lo conveniente al interés público; en tales Se trata de las normas jurídicas que se refieren específicamente a la actividad
administrativa: leyes de procedimiento, de contabilidad, de presupuesto, etc.
casos el administrador no tiene otro camino que obedecer a la ley y prescindir
de su apreciación personal sobre el mérito del acto. Su conducta, en consecuen- Competencia. La ley siempre prevé en forma expresa o razonablemente im-
cia, está predeterminada por una regla de derecho; no tiene él libertad de ele- plícita, la competencia 1 que tienen los órganos administrativos para actuar;
gir entre más de una decisión: su actitud sólo puede ser una, aunque esa una generalmente también la forma y el procedimiento en que deben exteriorizar
sea en realidad inconveniente. sus declaraciones o manifestaciones de voluntad; ese es un primer e importan-
En este caso la actividad administrativa está reglada: el orden jurídico dis- te grupo de casos de regulación de la actividad administrativa.
pone que ante tal o cual situación de hecho él debe tomar tal o cual decisión; el Un ejemplo de regulación directa de la competencia lo encontramos en el
art. 7°, inc. a), del decreto-ley 19.549/72, de acuerdo con el cual el acto debe "ser
11 1
· Ampliar en GARCiA DE ENTERRiA, EDUARDO, "La lucha contra las inmunidades del poder en el
dictado por autoridad competente," el cual se complementa con el art. 3" del
Derecho Administrativo," Revista de Administración Pública, 38: 159 (Madrid, 1962); RrVERO, JEAN,
Droit adrninistratif, París, 1970, p. 78 y ss. mismo texto, que establece que la competencia será la que resulta según los
1L 2 Ver y comparar VENEZIA, JEAN-CLAUDE, Le pouvoir discrétionnaire, París, 1959; LAUBADERE,
casos, de la Constitución, de las leyes y de los reglamentos que se dicten, pu-
ANDRÉ DE,Traité élémentaire de droit admirústratif, París, 1963, p. 213 y ss. y ediciones posterio-
res; HAMSON, C. F., Pouvoir discrétionnaire et controle juridictionnel de l'administration, París,
ILS DE LAUBADERE, op. cit., p. 213.
1958; EHMKE, HoRs'!', "Ermessen" und "Unbestimmter Rechtsbegriff' im Verwaltungsrecht, Tübingen, '- Aquello que el acto decide, certifica u opina con efectos juridicos directos e inmediatos.
1 6
1960; SEsiN, DoMINGO J., Administración pública. Actividad reglada, discrecional y técnica, Bue- "· Siempre, claro está que tenga verdaderamente una situación de hecho que lo justifique y la
7
nos Aires, Depalma, 1994. apreciación .sea razonable, proporcionada, etc.
11 ·3 Ver y comparar: LINARES, JuAN FRANCisco, Poder discrecional adTninistrativo, Buenos Aires,
11 ·8 DE LAUBADERE, op. cit., p. 214.
1958; FIORINI, BAHTOLOMÉ, La discrecionalidad en la Administración Pública, Buenos Aires, 1948. 12 · 1 Ampliar infra, cap. XII, "Los órganos del Estado."
"-' DE LAUBADÉRE, op. cit., p. 213.
X-12
PARTE GENERAL
CLASIFICACI(>N DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-13

diendo también surgir de delegación o sustitución expresamente autorizada


por una norma concreta. dad reglada en relación al objeto que no debe ser confundido con aquél en que
el administrador invoca para su decisión hechos que no son ciertos, pero que no
Forma. El mismo decreto-ley regula la forma del acto, cuando dice en su art. fueron establecidos por la ley como condición de legitimidad del acto.' Sólo
8° que "El acto administrativo se manifestará expresamente y por escrito [. .. ] cuando la ley predetermina que para tales y cuales hechos corresponde tal o
sólo por excepción [. .. ] podrá utilizarse una forma distinta" y en su art. 7°, inc. cual acto, existe regulación del objeto; cuando la ley en cambio se limita a
e), que el acto "deberá ser motivado, expresándose en forma concreta las razo- exigir que las decisiones tomadas en el ejercicio de facultades discrecionales
nes que inducen a emitir el acto," en particular "los hechos y antecedentes que sean motivadas 5 y establece recursos para el caso de una motivación fundada
le sirven de causa" (inc. b) y "el derecho aplicable."
en hechos erróneos, nos encontramos ante una restricción al ejercicio de la
Procedimiento. También el procedimiento previo a la emanación del acto se actividad discrecional, pero no por ello ante una actividad reglada en cuanto al
halla reglado en diversos aspectos, exigiéndose el dictamen jurídico cuando el objeto (está sí, reglada en cuanto a la forma).
acto pudiere afectar derechos subjetivos o intereses legítimos (art. 7°, inc. d) y En todos estos casos (competencia, forma, procedimiento, objeto prohibido
el cumplimiento de los procedimientos y trámites esenciales previstos expresa por la ley, objeto autorizado sólo para ciertas circunstancias de hecho) se trata
o implícitamente por el ordenamiento jurídico. Entre los procedimientos esen- de una regulación impuesta directamente a la actividad administrativa.
ciales previstos expresamente y que el administrador está por lo tanto obliga- Otros ejemplos de regulación directa de la actividad administrativa encon-
do a cumplir, en virtud de una facultad reglada, está el permitir y facilitar a los tramos en las leyes de ministerios, de administración financiera del Estado, de
interesados que ejerzan el "derecho a ser oído," "derecho a ofrecer y producir obras públicas, de expropiaciones, estatutos del personal civil de la adminis-
2

........ pruebas" y "derecho a una decisión fundada," o sea, "que el acto decisorio haga tración pública, normas sobre contratos de suministros, etc 6
..¡::::. expresa consideración de los principales argumentos y de las cuestiones pro-
..¡::::. puestas" (art. 1°, inc. {J, apartados 1°, 2° y 3°). 12.2. Regulación indirecta o inversa
1
Objeto. Una cuarta regulación directa de la actividad administrativa se en- En un gran número de situaciones la ley no reglamenta la forma en que la
cuentra en relación al objeto del acto; p. ej. en la prohibición del objeto del acto administración puede actuar frente a los particulares, sino las condiciones bajo
(la así llamada "violación de la ley"); ello consiste en que el órgano no podía las cuales los particulares no pueden ser molestados por la administración.
dictar el acto de que se trate, sea porque la ley (en sentido lato) lo prohibía de Llamar a esto "límite de las facultades discrecionales" no es adecuado ya que
manera general, sea porque la ley sólo lo autorizaba para cierta,s circunstan- la administración se ve constreñida a respetar esas reglas establecidas: su si-
cias de hecho que en el caso no se dieron. 3 tuación no es libre; su conducta le está dictada con antelación por la regla de
En este sentido dice el decreto-ley 19.549/72, art. 7°, inc. e), que "el objeto derecho.
debe ser cierto y física y jurídicamente posible; debe decidir todas las peticio- Nosotros lo designamos como regulación indirecta o inversa, o sea, como
nes formuladas": acá se observa que existe regulación en la medida en que actividad administrativa reglada en forma inversa. Se comprenden aquí todos
habiendo "cuestiones propuestas" o cuestiones que deben ser decididas o están los casos en que la ley reglamenta no ya el derecho subjetivo de la administra-
planteadas en el expediente, tenemos las circunstancias de hecho a las cuales ción a actuar sobre los particulares, sino el derecho subjetivo de los particula-
debe corresponder el objeto del acto. La correspondencia exigida por la norma res a que nadie interfiera con sus actividades.
en este caso es que esas cuestiones planteadas sean resueltas por el objeto del P. ej., si la ley autoriza a la administración a realizar una obra pública y no
acto: si la decisión no resuelve entonces las cuestiones propuestas, el acto establece la forma concreta en que debe llevarla a cabo, no por ello tiene la
transgrede la regulación normativa existente. administración discrecionalidad total: puesto que el derecho individual de pro-
También con referencia al objeto, puede ocurrir que la ley sólo autorice el 12 A En este segundo caso el acto es también inválido, pero por violar una limitación a la discre-

objeto para ciertas circunstancias de hecho; allí se trata de un caso de activi- ciona1idad. La invocación de "hechos o antecedentes inexistentes o falsos," es prevista como causal
12·2 Ampliar infra, t. 2. de nulidad por el art. 14, in c. a) del decreto-ley 19.549/72. Si, en cambio, se invocan hechos ciertos,
12 3

·P. ej., el decreto-ley 19.549/72 autoriza en su art. 17, primera parte, que la administración no se transgrede este aspecto de la limitación.
12 ·5 Así lo exige el art. 7•, inc. e) del decreto-ley 19.549/72, que acertadamente establece esta
revoque el acto irregular, o sea viciado de nulidad; pero en la segunda parte limita esta facultad y
prohibe la revocación "si el acto hubiere generado prestaciones que estuvieren en vías de cumpli- obligación tanto para los actos reglados como discrecionales. An1pliar infra, t. 3, El acto adnúnis~
miento," incluso aunque el acto fuere irregular. trativo, cap. X, "Formalidades/' § 6, "La fundamentación o motivación."
126 Ver también supra, cap. VII, "Fuentes nacionales del derecho administrativo."
X-14
PARTE GENERAL

CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-15


piedad sí está reglado (en el Código Civil), cuando la administración en su
actividad daña a un inmueble de un particular (grietas, filtraciones, etc.), co- administración pueden destruir la esencia 9 de los derechos subjetivos que ella
mete un hecho antijurídico y el particular tiene el derecho subjetivo a invocar reconoce y garantiza, al igual que el derecho internacional de los derechos hu-
las consecuencias jurídicas pertinentes.
manos. Así, aunque la actividad administrativa no se halle reglada ni en for-
La regulación indirecta es pues en general la que se estudia en el derecho ma directa ni en forma inversa, le resta esta regulación residual que ofrece la
eivil, laboral, etc.; la administración se encuentra ligada por ella aunque nin- Constitución cuando la actividad afecta la esencia del derecho.
guna norma se la haya hecho expresamente aplicable. Claro está, si los tribunales son remisos en considerar que se ha alterado el
Con todo, cabe señalar también que a veces la ley civil, 7 comercial, etc., con- derecho subjetivo, la discrecionalidad se extiende: pero eso no es propio de la
tiene previsiones de derecho administrativo que regulan directa y no indirec- discrecionalidad sino de ciertas actitudes judiciales.
tamente la actividad administrativa. Así, p. ej., el decreto-ley 19.550/72 de
sociedades comerciales establece en su art. 302 ciertas atribuciones que la au- 12.4. Regulación técnica (antes llamada "discrecionalidad técnica")
toridad administrativa de controlar de las sociedades puede ejercer y regula
Por fin, la discrecionalidad que las normas jurídicas otorguen al administra-
las sanciones que puede aplicar (apercibimiento, con publicación, multas a la
dor no significa que éste pueda actuar en contra de las reglas de la técnica,
sociedad, sus directores y síndicos); también el art. 299, al determinar los ca-
cuando éstas sean claras y uniformes.
sos en que es de aplicación la "fiscalización estatal permanente," regula en
En este aspecto es preciso distinguir entre reglas estrictamente técnicas-
forma directa la actividad administrativa ya que tal fiscalización no podrá ex-
indiscutibles e indiscutidas, por lo general- y aspectos técnicos susceptibles
tenderse a otras entidades no comprendidas en la enumeración; el art. 301 del
de controversia. En el primer caso, si desde el punto de vista de la técnica lo
_. mismo decreto-ley 19.550/72 prevé una facultad discrecional de la administra-
que la administración ha hecho o pretende hacer es indubitablemente erróneo,
.f.::. ción, al autorizar funciones de vigilancia sobre sociedades no comprendidas en
CJ1 la actividad administrativa será ilegitima; en cambio, si se trata de cuestiones
el art. 299, "cuando lo considere necesario, según resolución fundada, en res-
1 técnicas en las que cabe admitir la duda y los mismos técnicos no están de
guardo del interés público." Disposiciones similares pueden encontrarse en los
acuerdo en cuál es el criterio correcto, entonces la libertad del administrador
decretos-leyes de bancos (18.061/69, derogado por el decreto-ley 21.526/77,
es más amplia y su conducta no será ilegítima por haber elegido una de las
modificado por ley 25.562), bolsas y mercado de valores (17.811/68), seguros
posibles vías técnicas.
07.418/67), metrología (19.511/72), concursos y quiebras (leyes 24.522, 25.563
Es interesante destacar que en este punto se ha operado una importante
y 25.589). Se trata de disposiciones aisladas que contemplan en forma directa
evolución en el presente siglo. Antiguamente se decía que la administración
conductas regladas o discrecionales de la administración: al margen de esas
tenía una "discrecionalidad técnica," esto es, una atribución discrecional en
normas de regulación directa, pues, el todo de la legislación opera como una
materia técnica que tornaba irrevisables los actos que dictara en ejercicio de
regulación indirecta en cuanto fija derechos de los particulares, que éstos tie-
esas atribuciones.
nen también frente a la administración en los casos ocurrentes.
Pero en realidad, este antiguo concepto de discrecionalidad técnica depen-
12.3. Regulación residual día de un igualmente antiguo concepto de lo que constituye una técnica: si ésta
es una mera cuestión opinable o discutible, un arte que puede ser ejercido de
Cuando falta la regulación directa y también la inversa, no entramos en la diversos modos y de acuerdo al criterio subjetivo de quien en el caso lo desem-
discrecionalidad administrativa, pues todavía el orden jurídico prevé la solu- peña, es lógico afirmar que esa actividad no puede en tal aspecto ser controla-
ción de un tercer caso de colisión de derechos 8 de la administración y los parti- da. En cambio, si una técnica es científica y por lo tanto, por definición, cierta,
culares.
objetiva, universal, sujeta a reglas uniformes que no dependen de la aprecia-
La Constitución argentina y en forma similar otras constituciones america- ción personal de un sujeto individual, es obvio que no puede en este aspecto
nas, dispone en su art. 28 que "los principios, garantías y derechos reconocidos hablarse de completa "discrecionalidad" (no sumisión a normas) sino que co-
en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamen- rresponde por el contrario hablar de "regulación" (sujeción a normas, en el caso
tan1 su ejercicio"; ello significa que ni las leyes ni por lo tanto los actos de la técnicas). En suma, la actividad técnicamente errada es sólo por ello antijurí-
1 2.7
8 Otros ejs. supra, cap. VIII, § 2, ·'Relaciones con el derecho privado." dica, aunque no hubiera normas legales o reglamentarias que regularan dicha
' Ampliar infra, t. 2, caps. II y III.

12 9
Así la formulación también seguida por el art. 53.2 de la Constitución española.
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
X-17
X-16 PARTE GENERAL

12.5 Discrecionalidad cero


actividad. Si bien podría afirmarse que no habiendo reglas normativas a que
sujetarse, se trataría de una actividad "discrecional," no empleamos ya esta La doctrina y jurisprudencia españolas han acuñado el concepto de discrecio-
terminología y consideramos que se trata de un caso de actividad reglada. 10 nalidad cero, 15 emparentada con el concepto de los principios jurídicos indeter-
De todos modos, no hay en absoluto una completa discrecionalidad en mate- minados.16 En tales supuestos es posible que la conclusión del examen de los
ria técnica; afirma ALESSI en este sentido que si la discrecionalidad "es una hechos, en una cuestión aparentemente discrecional, lleve a la determinación
libertad, más o menos limitada, de apreciación del interés público a los fines de de que no existe sino una única posible solución justa y razonable al caso, si-
valorar la oportunidad de la acción o del contenido a dar a la acción misma [... } tuación en la cual la solución deja de ser discrecional y se transforma en regla-
17
es errado hablar de una discrecionalidad meramente técnica ya que los dos da. El principio ha sido acertadamente recogido y aplicado en nuestro país.
términos discrecionalidad y técnica son esencialmente inconciliables: [. .. ! cuando
se trata de una cuestión meramente técnica ella es resuelta exclusivamente en 12.6. Conclusiones
base a criterios técnicos y a reglas técúicas y la administración pública no tie- Podemos así hacer un quíntuple planteo de las facultades regladas, diciendo
ne ninguna facultad de apartarse de tales reglas"/ 1 en sentido similar señala que ellas se presentan y por lo tanto falta la discrecionalidad:
DIEz que "La discrecionalidad no existe en el aspecto técnico, que es preciso,
a) respecto a la competencia y generalmente también respecto al procedi-
sino en el administrativo ya que el agente tiene cierta libertad de apreciación.
miento, formas o formalidades; igualmente respecto al objeto, en los casos en
Como es natural, los vicios sobre la operación técnica influyen en la legitimi-
que la ley predetermina qué circunstancias de hecho dan lugar a un acto;
dad del acto administrativo." 12
En cualquier caso, aparece otra novedad con la internacionalización del de- b) respecto a los casos en que la ley regula y protege el derecho del particu-
recho y de la economíaY inevitablemente también se internacionaliza la técni- lar a su propia actividad o conducta libre (regulación inversa de la actividad
ca. Es así como algunas cuestiones técnicas quedan fuera de la apreciación administrativa: libertad, propiedad, dignidad, honor y todos los derechos ga-
........
..¡::.. tanto administrativa como jurisdiccional local, por ser no solamente de carác- rantizados en la Constitución y pactos internacionales de derechos humanos);
O)
ter supralegal sino también supranacional. 14 e) respecto a los casos en que se llega a vulnerar la esencia del derecho sub-
1
jetivo privado (regulación residual).
12 10
· Es evidente que en rigor de verdad la regulación técnica, aunque no sea incluida como
d) cuando se violan las reglas de la técnica: nunca puede ser válido que
facultad reglada, no participa de todos modos de los caracteres de los demás límites a la discrecio-
nalidad; se diferencia de éstos en que ella también es un "límite concreto" y no un "límite elástico," contraríe lo que técnica o científicamente se ha determinado; con la doble acla-
con su consecuencia de que podrá dar origen a derechos subjetivos y de incidencia colectiva. ración de que algunas normas técnicas tienen carácter internacional y por ende
12 11
· ALESSI, Diritto amministrativo, t.!, Milán, 1949, p. 145; MARIENHOFF, op. cit., t. II, p. 430.
12
· " DIEZ, MANUEL MARiA, El acto administrativo, Buenos Aires, 1956, 1" ed., pp. 113-4.
12 15 Ver t. 3, op. cit., cap. IX, p. 34 y notas 8.13 y 8.14; cap. Vlll, p. 9, nota 4.28; cap. X, p.l, nota
12 13
- Aunque el fenómeno dista de ser reciente, pocos argentinos creen que sea cierto. Un presi- 1.6; cap. XII, pp. 21-2 y nota 12.5. Ver FERNÁNDEZ, ToMÁS RAMÓN, La arbitrariedad de la adminis-
dente argentino, de viaje por el exterior en el tercer Inilenio, exclamó asombrado: "¡No sabía que el tración, Madrid, Civitas, 1998; De la arbitrariedad de/legislador, Madrid, Civitas, 1998; GoNZÁLEZ
mundo estaba tan globalizado!" Sin embargo las advertencias son de larga data y de distinto NAVARRO, FRANCISCO, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, E UNSA, 1997, p. 438;
origen. Además de las que mencionamos en los cap. II, IV y VI podemos recordar aquí a BIERSTEKER, SAINZ MoRENO, FERNANDO, Conceptos jurídicos, interpretación y discrecionalidad administrativa,
THo~LAS J., "Transnational Corporations and the Neutralisation of Legislation," en GHAI, YAsH; Madrid, 1976, p. 234 y ss.; GRECCO, CARLOS MANUEL, "La doctrina de los conceptos jurídicos indeter-
LucKHAM, RoBIN y SNYDER, FRANCis (ed.), The Political Economy of Law. A Third World Reader, minados y la fiscalización judicial de la actividad administrativa," LL, 1980-D, 1036; BoTASSI,
Nueva Delhi, Oxford University Press, 1987, p. 465 y ss. En el mismo libro ver también MuRRAY, CARLOS A., "Control judicial de la actividad administrativa discrecional," Revista del Colegio de
RoBIN, "The Internationalisation ofCapital and the Nation State,"p. 289 y ss.; CuTAJAR, M. ZAMMIT, Abogados de La Plata, La Plata, 1998, 59: 33, 35; BARRA, RoooLFO CARLOS, Contrato de Obra públi-
"The lnternational Monetary Fund," p. 353 y ss; ScHACHTER, ÜSCAR, "The Evolving International ca, t. II, Buenos Aires, Ábaco, 1986, p. 2320 y ss.; BIANCHI, ALBERTO B., "El «writ of certiorari, en
Law of Development, p. 406 y ss.; GHAI, YASH, "Management Contracts," p. 389 y ss.; NACIONES nuestra Corte Suprema (La «Cuestión federal suficiente>) como concepto jurídico indeterminado),"
UNIDAS, "The International Patent System," p.302 y ss. Como se señala uniformemente desde ED, 125: 857. La doctrina es uniforme.
antiguo y como dice VAYTsos, CoNSTANTINE, "Legallssues in the Revision ofthe International Patent ·
12 16
ÜARCÍA DE ENTERRÍA, EDUARDO, La lucha contra las ínmunidades del poder en el derecho
System," op. cit., p. 304 y ss., p. 315: "en el mercado mundial[ .. .] operan (las) «reglas del juego»." administrativo, op. cit.; SAINZ MoRENO, Conceptos jurídicos .... op. cit. El principio se remonta al
La razón de este no querer o no poder ver la realidad mundial ni siquiera en el tercer milenio hay derecho alemán, p. ej. en FoRSTHOFF, ERNS'f, Tratado de derecho administrativo, Madrid, Instituto
que buceada en nuestra historia: LANATA, JORGE, Argentinos. Desde Pedro de Mendoza a la Argen- de Estudios Políticos, 1958, p. 132.
tina del Centenario, Buenos Aires, Ediciones B Argentina S.A., 2002. 12. CFed. Mar del Plata, Cipriano, año 1997, LL, 1998-F, 356, con nota "Control de razonabili-
17
12 11
· PEDRIERI, ALBERTO, "Le norme techniche come fattore di erosione e di transferimento di dad," LL, 1998-F, 355, reproducida con igual titulo en nuestro libro Cien notas de Agustín, Buenos
sovranita," en UNIVERSITA DI VENEZIA, Studi in onore di Feliciano Benuenuti, t. IV, .l\IIódena, Mucchi, Aires, FDA, 1999, § 100, p. 202.
1996, p. 1413 y SS.
........

CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-19


X-18 PARTE GENERAL

14. Continuación. Todo acto es en parte reglado y en parte discrecional


supralegal, 18 y otras a su vez son meros reductos reglamentarios a los cuales
rec:urre la administración para darse mayor latitud de acción. 19 Cuando el derecho administrativo estaba en sus orígenes, la falta de regula-
ción normativa hacía que algunos actos de la administración fueran casi total-
e) cuando existe una única posible solución justa y razonable al caso.
mente discrecionales; hoy en día todo acto es en su mayor parte reglado y sólo
Este planteo es, a nuestro juicio, el adecuado. Sin embargo, hemos visto que parcialmente discrecional. En realidad, no es el acto mismo lo que puede cali-
la actitud ocasionalmente adoptada por la doctrina es mencionar dentro de las ficarse de discrecional o reglado, sino la atribución que al efecto se ha ejercido.
"facultades regladas" únicamente a las normas del carácter citado que se en- Como expresa DE LAUBADÉRE, 1 "Se ha tornado banal repetir de acuerdo a
cuentran en una ley que contempla directamente la actividad administrativa. HAURIOU que no existen actos discrecionales, sino solamente un cierto poder
En lugar, pues, de incluir todo posible tipo de regulación concreta que predeter- discrecional de las autoridades administrativas. Esta precisión es una alusión
mine cómo debía ser el acto dictado por el administrador, dentro de las faculta- a una categoría de actos hoy desaparecidos cuya noción era en realidad muy
des regladas, se mencionan allí solamente a aquellos que surjan de una ley diferente de aquélla de poder discrecional. Se llamaban actos discrecionales (o
"administrativa," esto es, de una ley destinada específicamente a la adminis- de pura administración) a ciertos actos respecto de los cuales ninguna crítica
tración. Así se dice que cuando una ley no contempla directamente a la activi- de legalidad parecía concebible y que escapaban así por su naturaleza a todo
dad administrativa pero establece alguna prohibición o alguna norma general control." En realidad, nunca las atribuciones de un órgano administrativo po-
de conducta que resulta aplicable a la administración, hay una "limitación a la drán ser totalmente regladas o totalmente discrecionales; es imposible en la
actividad discrecional de la administración." Pero a nuestro juicio ese tipo de práctica -e inconveniente- prever hasta el último detalle de lo que el órgano
terminología implica un falseamiento de la realidad, al resistirse a llamar "re- debe hacer: siempre quedará algún pequeño margen que deberá dejarse nece-
glado" a lo que está predeterminado por el orden jurídico, sea de un modo o de sariamente al arbitrio del funcionario actuante.
_.. otro. Es minimizar la importancia de la regla de conducta que abarca de uno u El problema contemporáneo, con todo, es la tendencia administrativa a dic-
..J::o. otro modo a la administración; es como decir que la administración requiere tar reglamentaciones en exceso, que son fruto de una decisión discrecional y se
-..1 2
siempre reglas propias, lo cual por lo demás tampoco es exacto. transforman mágicamente en fuente de regulación Por ello cabe tener pre-
1
sente que esta seudo regulación administrativa es una de las grandes trampas
13. La revisión judicial del acto en el caso de las facultades regladas y en el de la administración contemporánea, que tendrá un renovado reto el 24 de
de las facultades discrecionales agosto de 2004. 3 Lo mismo ocurre a la inversa: jamás existirá una norma tal
4
En el caso de las facultades discrecionales, el juez no puede anular el acto en lo que autorice a un funcionario a hacer absolutamente cualquier cosa, sin limi-
que concierne al objeto/ pues la ley ha entendido dejar libertad al administra- tación alguna; siempre existirá alguna otra norma o principio que le fije de
dor para apreciar la oportunidad de la medida; en el caso de la facultad regla- antemano ciertos límites a los que deberá ajustar su acción. Como dice WALINE,
da, el acto deberá ser anulado por el juez cuando su objeto no es el que la ley la administración "dispone en cada caso de un cierto margen de apreciación,
previó; cuando la ley ha precisado ante qué circunstancias de hecho el admi- pero está siempre apretada, más o menos estrechamente, por ciertas disposi-
nistrador debía obrar en tal o cual sentido, el juez deberá analizar cuáles eran ciones legales."5 Toda actividad administrativa, en el ejemplo ya visto, está
las circunstancias de hecho para poder determinar si se dieron los requisitos reglada en cuanto a la competencia (es decir, siempre es algún órgano determi-
previstos por la ley. nado y no otro el que puede realizar la actividad; siempre es determinada acti-
A primera vista parecería entonces que el juez controlara la oportunidad de 14·1 Op. cit., t. I, París, 1963, 3" ed., p. 214.
la decisión, pero ello es sólo así indirectamente, pues precisamente la ley hizo 142 Tal como vimos supra, cap. VII,§ 10.3.
· Como explicanlOS en el cap. VII del t. 2, op. cit., "La regulación económica y social" y supra,
14 3
de la oportunidad del acto -entendida según el criterio de la ley y no del agen-
cap. VII, § 13.2.
· Cuando quiera, como quiera, donde quiera: "mientras un sistema positivo no pueda se1·
te estatal o del juez- una condición de su legalidad. 2 14 4
reducido a la fórmula prohibido todo, la subjetividad será un dato insoslayable y en esa medida la
18
"· Supra, notas 12.13 y 12.14. definición del derecho subjetivo como categoría mantendrá su significación dentro del esquema
12 "Supra, caps. VI y VII. propuesto.n Ver LAQUIS, MANUEL A., SrPERMAN, .ARNOLDO, GROISMAN, ENRIQUE y otros, "Sobre la teoría
13 · 1 Salvo que haya violación a los límites de las facultades discrecionales: irrazonahilidad, falta
del derecho subjetivo," en Jurídica, México, Anuario del Departamento de Derecho de la Univer-
de sustento fáctico suficiente, des proporcionalidad, desviación de poder, etc. Comp. REJTMAN FARAH, sidad Iberoamericana, 1972, n" 4, p. 221 y ss., p. 259.
Mario, Impugnación judicial de la actividad administrativa, Buenos Aires, La Ley, 2000, p. 47. 145 WALINE, op. cit., p. 415.
~'· 2 DE LAUBADERE, op. cit., p. 218.
T CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
X-21
X-20 PARTE GENERAL

facultades discrecionales de la administración y el juez, para determinar si


vidad y no otra la que puede realizar un órgano: cuando se excede de sus atri- esos límites han sido violados o no, debe necesariamente revisar también la
buciones propias el acto está viciado de incompetencia). El juez debe revisar en parte discrecional del acto. En ningún momento se puede pensar actualmente
forma diferente la legitimidad de la parte reglada y de la parte discrecional; que una porción de la actividad administrativa pueda estar fuera o por encima
algunos códigos provinciales argentinos 6 dicen que el juez no puede revisar la
del orden jurídico y es por ello que se enuncian una serie de principios de dere-
parte discrecional, pero dado que todo tiene una porción reglada, expresa 0
cho que constituyen una valla a la discrecionalidad administrativa; estos lími-
virtualmente (la competencia, p. ej.), el juez siempre analiza la legitimidad de
tes a la discrecionalidad se diferencian de las facultades regladas en que cons-
cualquier acto. El "acto discrecional," como acto irrevisable, es un absurdo.
tituyen por lo general limitaciones más o menos elásticas, vagas, imprecisas,
Sí por comodidad idiomática, pues, los códigos o los autores hablan de acto
necesitadas de una investigación de hecho en el caso concreto a fin de determi-
discrecional, no significa ello que el acto sea irrevisable ni que sea totalmente
nar su transgresión, al par que la violación de las facultades regladas es usual-
discrecional: sólo quiere decir que es un acto determinado en el que hallamos
mente más clara, al resultar de la mera confrontación del acto con la norma
un margen de discrecionalidad mayor que en otros actos y que en ese margen
legal; así, la regulación es límite concreto, los principios que frenan la
el régimen de revisión judicial difiere del común o -en algunos códigos provin-
discrecionalidad son límites relativos o elásticos. Los principales límites que
ciales- no existe; ningún acto es totalmente írrevísable por tener algún conte-
analizaremos ahora son los siguientes: la razonabilidad (es decir, la prohibi-
nido discrecional: sólo en esa parte discrecional puede serlo. Por lo demás, des- ción de actuar arbitraria o irrazonablemente; en otra formulación, la justicia),
de el punto de vista lingüístico, no cabría hablar tampoco de "actos reglados" o
la desviación de poder (prohibición de actuar con una finalidad impropia), la
"actos discrecionales," sino en todo caso, respectivamente, de "actos dictados
buena fe, la discrecionalidad cero, el alterum non l<Edere.
en el ejercicio de facultades regladas" o "discrecionales," en el sentido de que la
parte del acto que consideramos o que nos interesa en el momento, ha sido
_.. 15.1. Razonabilidad
2
concebida -esa parte- en función de normas que la determinaban necesaria-
+==- Sustento fáctico y motivación. La decisión "discrecional" del funcionario será
(X) mente, o por el contrario, en virtud del arbitrio del funcionario.
1 ilegítima, a pesar de no transgredir ninguna norma concreta y expresa, si es
En suma: sólo con referencia a aspectos concretos de la actividad de un órga-
no y específicamente a aspectos concretos de sus actos, puede hablarse en rigor "irrazonable," lo cual puede ocurrir fundamentalmente cuando: a) no de los
fundamentos de hecho o de derecho que la sustentan, o b) no tenga en cuenta
de verdad de "regulación" o "discrecionalidad," según se presente el caso: y la
distinción nos servirá para saber si el funcionario está obligado a hacer algo en los hechos acreditados en el expediente, o públicos y notorios; o se funde en
hechos o pruebas inexistentes; o e) no guarde una proporción adecuada entre
particular, sin poder emplear su propio criterio acerca de qué es más conve-
los medios que emplea y el fin que la ley desea lograr, o sea, que se trate de una
niente o mejor, y por ende sin poder apartarse de lo que las normas le indican, 3
medida desproporcionada, excesiva en relación con lo que se quiere lograr.
o si en cambio puede utilizar su juicio y elegir entre más de un camino o medio
Estos principios, además de ser de índole constitucional, han sido consagra-
de acción. En el primer caso, si el órgano se aparta de lo que determina la
dos por el decreto-ley 19.549/72, que en su art. 7°, incs. b) y e) exige simultá-
norma, su conducta será sólo con ello ilegítima y podrá ser anulada; en el se-
neamente que el acto tenga lo que llama "causa" o "motivos" (de hecho y dere-
gundo caso su conducta es en principio legítima cualquiera sea la decisión que
adopte, pero puede no llegar a serlo si transgrede alguno de los llamados "lími- cho) y "motivación" o explicitación de aquella causa o motivo.
El inc. b) exige que el acto "Deberá sustentarse en los hechos y antecedentes
tes a las facultades discrecionales," a que nos referimos a continuación.
que le sirven de causa y en el derecho aplicable" y el inc. e) determina que el
15. Los límites a la actividad discrecional' acto "Deberá ser motivado, expresándose en forma concreta las razones que
inducen a emitir el acto, consignando, además, los recaudos indicados en el
En verdad, la total irrevisabilidad de la actividad administrativa no puede
lógicamente presentarse, porque existen a su vez ciertos límites jurídicos a las Ampliar supra, cap. VI,§ 8 y ss. Ver también BUDASSI, !vAN FERNANDO, "El control de razona-
152
bilidad en la doctrina de la CSJN," RDA, 21/23: 211.
" 6 Así era la jurisprudencia francesa del siglo XIX; ver DE LAUBADÉRE, op. cit., pp. 215-8. Los
· Ampliar infra, t. 3, op. cit, cap. VIII,§ 8 y esp. 8.2; LINARES, Poder discrecional administrati-

vo, op. cit.; BIDART CAMPOS, GERMÁN J., ~Razonabilidad, arbitrariedad y contralor judicial," Revista
15 3
códigos 1nodernos adnüten la revisión plena del acto en cuanto a su legitimidad¡ Véase Corrien-
tes, art. 4°. Es la aplicación del principio constitucional y supraconstitucional del acceso pleno a la del Colegio de Abogados de La Plata, 6: 343 (1961); GRAU, ARMANDO EMILIO, "La razonabilidad en el
justicia. procedimiento administrativo argentino," Ciencias Administrativas, 27: 21 (La Plata, 1968).
15 · 1 Ver FERNÁNDEZ, De la arbitrariedad de la adrninistración, op. cit.; SESlN, op. cit.
X-22
PARTE GENERAL
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-23
inciso b) del presente artículo." Aparece así doblemente consagrada la necesi-
dad de una expresión clara, concreta y relacionada del derecho aplicado (no 15.2. Proporcionalidad 5
bastando, pues, la mera invocación de normas jurídicas que supuestamente 1 Continuando con lo expuesto, el art. 7°, inc. {l, in fine, consagra la necesidad de
fundamenten el acto, sin que se explique cómo y por qué lo fundamentan) y la
que "Las medidas que el acto involucre deben ser proporcionalmente adecua-
necesidad tanto de que el acto explicite los fundamentos fácticos que llevan a
das a aquella finalidad," refiriéndose a la finalidad "que resulte de las normas
su dictado, como asimismo que exista verdaderamente una situación de hecho que otorgan las facultades pertinentes." La proporcionalidad entre: a) el fin de
externa al acto que realmente lo justifique o fundamente; en otras palabras, el la ley y el fin del acto; b) el fin de la ley y los medios que el acto elige para
acto deberá estar objetivamente sustentado, esto es, apoyado, basado, "en los cumplirla; e) las circunstancias de hecho que dan causa al acto y las medidas o
hechos y antecedentes que le sirven de causa." El acto está viciado tanto si los el fin que el acto tiene, ostentan así no sólo base constitucional, sino también
hechos invocados son "inexistentes o falsos" (art. 14, inc. a), o si aunque no se
legaL Cabe advertir que si bien aparecen ahora estos principios de manera
falsee la realidad, de todos modos el acto carece de hechos justificativos, de
expresa en la ley, no por ello forman parte de la actividad reglada de la admi-
hechos externos que en forma suficiente y adecuada sirvan de base al acto que
nistración, sino que siguen siendo límites jurídicos a la discrecionalidad; ello
se dicta ("falta de causa," según el art. 14, inc. b).
se explica porque tales normas no predeterminan, según el concepto de facul-
La motivación o expresión de la causa se incluye generalmente en los llama-
tad reglada, una conducta concreta que el administrador debe seguir, sino que
dos "considerandos" o "vistos y considerandos" que el acto tiene, pero nada
impide que el acto se remita a informes o dictámenes previos que enuncian el
J señalan tan sólo un criterio elástico o impreciso, que será de aplicación según
J,J como sean los hechos y circunstancias de cada caso concreto, de acuerdo con la
porqué -de hecho y de derecho- del acto, siempre que los informes y dictáme- apreciación del órgano de control o del juez, posteriormente. Sin embargo y
_. 1
nes de que se trate sean a su vez notificados al interesado. La llamada causa l como ya hemos explicado en el§ 12.5, en ocasiones los hechos del caso determi-
~ del acto, en cuanto hechos y derecho que lo sustentan, puede estar mencionada l
CD nan que exista una única solución justa o posible, con lo cual dicha solución se
1 y argumentada en el acto, si se cumple con la ley en este aspecto, o puede estar transforma en una obligación reglada y no discrecional de la administración:
ig·ualmente fuera del acto sin haber sido merituada explícitamente; en cuanto allí no existe discrecionalidad alguna.
hechos y antecedentes que justifican el acto, por supuesto, la "causa" es siem-
pre externa al acto y ha de hallarse en las constancias del expediente, si son
1
15.3. Desviación de poder 6
ciertas, o en la realidad que rodea a toda la situación de que se trata: nunca en
La decisión será también ilegítima si el funcionario actúa con "desviación de
el acto mismo. La "falsa causa" o "falta de causa" puede probarse por todos los
medios probatorios (prueba testimonial, pericial, documental, de informes, de poder," sea: a) por actuar con un fin personal (venganza, favoritismo, etc.); b)
con un fin administrativo, pero no el querido por la ley: si la ley lo autoriza a
informaciones, de confesión, prueba ocular, táctil, etc.; prueba de fotografías,
adoptar determinada medida (p. ej., el cobro de multas por ciertas infraccio-
rayos X, grabaciones, actas notariales, etc.), mientras que la falta de motiva-
nes), teniendo en vista una finalidad específica (en el caso, evitar la comisión
ción o motivación insuficiente (insuficiente o ausente explicación de la causa)
de nuevas infracciones), será desviado y con ello ilegítimo, el acto que la adopte
es un vicio autónomo, que resulta de la mera lectura del acto, en sus "vistos" y
"considerandos." con una finalidad distinta (p. ej., para tratar de recaudar los mayores fondos
posibles para determinadas obras comunales). 7 La desviación del poder siem-
Lo segundo es no haberse dicho, o haberse dicho mal, los hechos y derechos
pre fue considerada como límite a la discrecionalidad administrativa, de direc-
que se cree sustentan el acto; lo primero es que no haya hechos o derecho que
ta base constitucional y racional (pues si la ley da una atribución determinada
sustenten suficientemente el acto, con independencia de que se los haya men-
a un funcionario, sólo cabe admitir que se la dio para que cumpla con la propia
cionado o no. Claro está, si el acto no cumple siquiera con el requisito de
finalidad legal y no con una finalidad distinta, cualquiera sea su naturaleza).
explicitar los hechos que lo sustentan, cabrá presumir razonablemente, a falta
Al presente, ella se encuentra además consagrada en el art. 7", inc. {l, del de-
de prueba en contrario producida por la administración, que el acto no tiene
creto-ley 19.549172, que expresa que "Habrá de cumplirse con la finalidad que
tampoco hechos y antecedentes que lo sustenten adecuadamente: de haberlos
tenido, los hubiera explicitado. 4 resulte de las normas que otorgan las facultades pertinentes del órgano emi-
15 · 5 Ver CRAIG, PAUL P., Administrative Law, Londres, Sweet & Maxwell, 1999, 4" ed., parte 2,

~'La fundan1entación cap. XVIII, § 3, pp. 586-98 y § 4, a p. 1 a 3, pp. 598-600.


15
.4 Ver infra, t. 3, cap. X,§ 6, o motivación." 156 Ver CRAIG, PAUL P., Administrative Law, op. cit., parte 2, cap. XVII,§ 5, ap. 1, p. 539.

15 ·7 Ver infra, t. 3, cap. IX, "Vicios de la voluntad."


r--
X-25
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
X-24 PAHTE GENERAL

15.5. Alterum non lxdere


sor, sin poder perseguir encubiertamente otros fines, públicos o privados, dis- 2
También es aplicable a la administración el principio alterwn non lxdere,l no
tintos de los que justifiquen el acto, su causa y objeto." Así la ley pertinente
tendrá ciertas finalidades, que apreciadas de acuerdo con las circunstancias perjudicar a nadie, a menos que exista algún fundamento legal suficiente y
del caso y lo que en él se decide (el objeto del acto), sólo pueden dar lugar a razonable, con adecuado sustento fáctico, que lleve a admitir una excepción al
determinadas finalidades admisibles en el funcionario: la prosecución encu- principio jurídico general. Si el hecho dañoso ha acaecido, corresponderá la
bierta -o peor aun, desembozada- de fines particulares, personales, propios indemnizaciónY Es el que ULPIANO calificó de principio más fundamental del
o a la inversa incluso públicos pero, distintos de los que resultan objetivamen- orden jurídico, en la trilogía honeste vive re, alterum non l&dere, suum cuique
te de la ley y los antecedentes de hecho que corresponden al acto, constituye tribuere.
así una transgresión a los límites de la discrecionalidad y un vicio del acto
16. Comparación entre legitimidad y oportunidad y actividad reglada y
administrativo. La desviación de poder, a diferencia de la razonabilidad, pre-
discrecional
senta la dificultad de que por tratarse de intenciones subjetivas del funciona-
rio, es necesario encontrar pruebas indiciarias o elementos probatorios Es fundamental destacar que los conceptos de "legitimidad" y "oportunidad"
circunstanciales, para poder acreditar que la finalidad desviada realmente no se confunden ni se asimilan a los conceptos de "facultad reglada" y "facultad
existió; 8 pocas veces es el acto mismo el que permite demostrar, a través p. ej. discrecional"; es éste un error que algunas veces se desliza en fallos o libros,
de su motivación, que adolece de este vicio: más normalmente la prueba resul- creemos más por inadvertencia que por sentar un criterio formal y por ello es
tará de un conjunto de circunstancias ajenas al aspecto externo del acto, pero necesario advertir inicialmente en forma terminante contra él.
que están en la realidad y en los antecedentes del caso. Hay facultad reglada sólo cuando una norma jurídica preestablece en forma
concreta una conducta determinada que el administrador debe seguir; pero el
__..
15.4. Buena fe 9 control de legitimidad abarca no sólo el ejercicio de las facultades regladas,
0'1
o Igual cosa sucederá si el órgano que se desempeña en el ejercicio de una potes- sino también el de las discrecionales, en la medida en que haya normas o prin-
1
1 cipios jurídicos que puedan resultar limitativos a ella. Es así posible mencio-
tad pública usa ésta de mala fe, utilizando artilugios o artimañas -por acción
nar entre los límites de las facultades discrecionales que son considerados en
u omisión, incluso el silencio- para llevar a engaño o error a un particular; tal
el control judicial y administrativo de la legitimidad del ejercicio de la función
tipo de conducta es por cierto incompatible con lo que debe ser el ejercicio de la
administrativa: a) los que hemos llamado "límites elásticos": razonabilidad (pro-
función administrativa y es ilegítima aunque la facultad que en el caso se ejer-
porcionalidad, sustento fáctico suficiente, adecuación de medio a fin, etc.), des-
ciera fuera discrecional; en alguno de los fallos se lo vincula con la doctrina de
viación de poder, buena fe, alterum non l&dere, doctrina de los actos propios
los actos propios y la prohibición de autocontradicción. Esto da renovada im- 2
(confianza legitima, no contradicción, etc.), eventualmente la equidad; b) los
portancia no solamente a la actividad material y los actos administrativos 3

dictados como precedentes, sino también a la doctrina jurídica de la adminis- principios generales del derecho en cuanto puedan ser de aplicación, etc.
tración a través de los dictámenes de la Procuración del Tesoro de la NaciónJ 0 "·"CSJN, L., B. J. y otra c. Policía Federal Argentina, año 1997,LL, 1998-E, 528, dictamen de
la Procuración General de la Nación. Es el mismo principio que deviene del análisis del caso de la
Es un principio general del derecho, aplicable al ámbito privado y al público, prohibición de fumar, que también se resuelve por el art. 41 de la Constitución: Derechos huma
por lo que podemos aquí remitirnos a lo ya escrito en derecho privado.U
nos, 1999, op. cit., 4• ed., cap. IX,§ 1, p. l.
15 8 En el caso de la desviación de poder el problema probatorio se agudiza. Ver ÜLIVERA FRANCO 15 · 13 Ver el dictamen citado en la nota precedente, p. 530.
SoBHINHO, MA!'WEL DE, A prava administrativa, San Pablo, 1973, p. 141. LINARES, op. cit., p. 159 y ss.; FIORINI, op. cit., p. 16 y ss.; SAYAGUÉS LASO, op. cit., t. I, p. 406 y
161
159
Ver CRAIG,Administrative Law, op. cit., 4" ed., parte 2, cap. XVII,§ 5, a p. 3, p. 546. ss.; TACJTO, CAlO, O abuso de poder administrativo rw Brasil, Río de Janeiro, 1959, p. 86; GUICCIA!\D!,
15 10
· Que ya explicamos en el cap. VII. ENR!CO, La giustizia ammínistratíva, Padua, 1957, p. 27; AMORTH, fu'!TONIO, Il merito dell'atto
.1 Este principio viene del derecho romano~ con su fraus omnia corrumpit y su din1inutivo
15 1
amministrativo, Milán, 1939, p. 16.
malitiis non est indulgendum. Ver GoNZÁLEZ PÉREZ, JEsús, El principio general de la buena fe en el 1 2 Fue admitida en un caso por la PTN, Dictámenes, 79: 77 y nuevamente en 83: 180.
6
Para un mayor desarrollo ver nuestra Introducción al derecho, edición como e-book en
www .gordillo.com, www.gordillo.com.ar, www.gordillo.net; REAL, ALBERTO R~MóN, Los prin·
derecho administrativo, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1983; WJEACKER, 16 3
FRANz, El principio general de buena fe, Madrid, Civitas, 1977; PICo-r, F., La bonne foi en droit
public, Basilea, 1977. Una aplicación del1nismo principio: "Lo que sería entonces inadn1isible, por cipios generales del derecho en la Constitución uruguaya, Montevideo, 1958, p. 9 y ss.; JEANNEAU,
que se opone a la buena fe de los tratados internacionales, sería que un Estado nüembro, o una de BENOiT, Les príncipes généraux du droit dans lajurisprudence adminístratíve, París, 1954, p. 7 Y
sus autoridades, p. ej., una jurisdicción, tratara de poner en duda los compromisos aceptados ss.; PTN, Dictámenes, 84: 27; MARIENHOFF, op. cit., p. 271; ALTAMIRA GJGENA, Juuo IsiDRO, Los prin·
invocando, a posteriori, obstáculos constitucionales:" PESCATORE, PmRHE, "A::;pectos Judiciales del cipios generales del derecho como fuente del derec/w administrativo, Buenos Aires, Astrea, 1972, p. 59.
«acervo comunitario»," Revista de Instituciones Europeas, Madrid, 1981, p, 349.
.,.

X-27
CL:\.SIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN AD!\l!N!STRATlVA
X-26 PARTE GENERAL

orden jurídico otorga en forma exclusiva a un individuo determinado y el se-


De ello resulta que el concepto de "legitimidad" es notablemente más amplio gundo como una protección algo más debilitada que la anterior, otorgada por el
que el de "facultad reglada" y que "oportunidad" es un concepto más restringi- orden jurídico generalmente a un conjunto determinado de individuos, en con-
do que el de "facultad discrecional," con lo que, en definitiva, el control judicial currencia. En el primer caso se protege a un individuo determinado en forma
y administrativo de la "legitimidad" abarca la totalidad de las facultades re- exclusiva; en el otro, a un número de individuos en forma conjunta.
gladas de la administración y también buena parte de sus facultades discrecio- El interés difuso o derecho de incidencia colectiva tiene un campo de aplica-
nales. El puro juicio de oportunidad, solamente entra en juego cuando no se ción mayor, pues comprende a todos los que se hallan directa o indirectamente,
han violentado ninguno de los principios jurídicos antes expuestos. material o moralmente, afectados por un acto, hecho u omisión producido por
el ejercicio de funciones administrativas públicas o por conductas de particula-
17. La revisión judicial y administrativa de la legitimidad y la oportunidad res. Su más clara materia de aplicación es la tutela del medio ambiente y de la
Los conceptos enunciados tienen distintas aplicaciones; así p. ej. ya vimos que legitimidad del obrar administrativo en cuanto importa erogación de fondos
el Poder Judicial puede revisar el ejercicio de las facultades regladas y tam- públicos eventualmente incausada o irregular, en detrimento del patrimonio
bién si se han transgredido o no los límites a las facultades discrecionales, de los habitantes que deben sostener con sus impuestos esa acción y sufrir sus
salvo que haya una norma legal que lo excluya: 1 ambos aspectos constituyen consecuencias.
elementos del concepto de legitimidad enunciado. Así, pues, el juez controla en Quien tiene un derecho subjetivo puede reclamar el reconocimiento de él
sentido amplio la legitimidad del acto administrativo en cualquiera de sus as- tanto ante la propia administración como ante la Justicia; si la administración
pectos, sea como ejercicio de facultad reglada o como ejercicio de facultad dis- no le reconoce su derecho, él puede demandarla judicialmente al efecto. Ade-
crecional; pero no podrá, sin embargo, anular un acto por considerarlo mera- más el individuo puede pedir no sólo la extinción del acto que lo afecta en su
mente inoportuno o inconveniente: sólo cuando lo estime ilegítimo puede ha- derecho subjetivo, sino también el otorgamiento de las indemnizaciones que
_... cerlo. La administración, en cambio, puede revocar sus propios actos tanto si sean pertinentes por los daños que tal acto le haya ocasionado.
(ji
_... los considera ilegítimos como si los reputa meramente inconvenientes; a ella Quien tiene un interés difuso o derecho de incidencia colectiva puede, a te-
no la limita el mismo principio que rige la revisión judicial. De allí entonces nor del art. 43 de la Constitución, iniciar una acción de amparo y pedir como
que existan dos clases de revocación por la administración: por ilegitimidad y mínimo la intervención voluntaria del Defensor del Pueblo a los efectos que
por inoportunidad, mientras que la anulación judicial lo es sólo por razones de éste estime corresponder; también puede citarlo como colegitimado activo de
ilegitimidad. A su vez, la revocación en sede administrativa presenta un caso la parte actora. A mayor abundamiento, si el titular qe un derecho de inciden-
de excepción, en que sólo procede por razones de legitimidad: es el caso del cia colectiva puede interponer una acción de amparo, se sigue inevitablemen-
control por el Poder Ejecutivo de los actos de las entidades autárquicas. 2 te, a fortiori y con mayor razón aun, que puede también intentar la vía ordina-
ria, pues ella otorga mayor amplitud de debate y prueba tanto a la administra-
18. Derecho subjetivo, interés legítimo, interés difuso e interés simple 1 ción como en su caso al concesionario o particular demandado (en el caso del
concesionario, por tarifas irrazonables, ganancias excesivas, abuso de poder
Así como existen diferencias en lo que respecta a las atribuciones para extin-
monopólico, etc; en el caso de otros particulares, por daño al medio ambiente).
guir un acto adrn.inistrativo se¡,'lin que lo haga la administración o la Justicia,
En el caso del medio ambiente, que antiguamente se prestaba a discusiones
así también hay un distinto régimen en lo que se refiere a quiénes pueden
acerca de si afectaba derechos subjetivos o intereses difusos de los afectados
acudir a la administración o a la justicia a pedir la extinción de un acto que los
por él, la solución constitucional reconoce a los individuos tanto un derecho de
afecta. Ello se deriva de las nociones de "derecho subjetivo" y de "interés legíti-
incidencia colectiva para pedir el cese del perjuicio y su reparación integral,
mo" (también llamado "derecho reflejo," "derecho objetivo," etc.), a las que cabe
como un derecho subjetivo a un ambiente sano y la reparación pecuniaria de
agregar luego de la Constitución de 1994 en su art. 43, el concepto de "interés
difuso" o "derecho de incidencia colectiva." El primero es una protección que el los daños ocasionados a la persona por la degradación del medio ambiente.
Quien tiene tan sólo un interés legítimo que no pueda equipararse a las
0 1
· La inconstit.ucionalidad de tales normas es indudable; REJTMAN FARAH, op. cit., p. 49. situaciones que venimos de exponer, únicamente puede en la actualidad recla-
17 ·2 Ampliar inf'ra, t. 4; ver SOHCABURU, ANíBAL EuGENIO, ..El recurso jerárquico en la República marlo ante la propia administración, en el orden nacional y sólo puede pedirlo
Argentina," RADA, 4: 57 (Buenos Aires, 1972); SARMIENTO GARCiA, JoRGE H. y PETRA RECABARREN,
Gul!.LEHMO M., La ley de procedimientos administrativos de Mendaz a N" 3.909, Mendoza, 1973, p. 231.
ante la justicia en algunos casos limitados en aquellas provincias que han ins-
' ' 1 Ampliar en el t. 2, caps. II, UI y IV.
l 1

X-28 PARTE GENERAL

tituido un recurso especial al efecto, el llamado "recurso de ilegitimidad," de


"anulación" o "por exceso de poder."
Por lo demás, quien sólo tiene un interés legítimo, si bien puede pedir la
revocación o la anulación del acto según sea el caso, no puede pedir que se le
indemnicen daños y perjuicios; por fin, cuando existe protección judicial del
interés legítimo, el procedimiento es generalmente diverso del que se sigue
para la protección del derecho subjetivo. Esta es la forma clásica de ver la
cuestión y tiene precedentes legislativos y jurisprudenciales. Con todo, una
orientación más moderna, que poco a poco se va imponiendo y la Constitución
apoya en materia de medio ambiente y derechos de incidencia colectiva, es
igualar dichas situaciones jurídicas y reconocerles a todas la misma protección
que se otorga al derecho subjetivo.
Existe, por fin, una cuarta noción: el interés simple. Se dice que éste es el
mero interés que le corresponde a todo ciudadano o habitante en que la ley sea
cumplida; no existe aquí ni el derecho exclusivo que era típico del derecho sub-
jetivo, ni el interés legítimo de un número determinado de personas, ni el dere-
cho de un habitante a que su medio ambiente sea sano, sino el interés de toda
la comunidad en que no haya actos administrativos ilegítimos.
El interés simple, como regla, no da derecho a interponer acciones judiciales
~

()"1 ni recursos administrativos; sólo permite hacer denuncias ante la administra-

""1 ción y el Defensor del Pueblo sobre aquello que se considera ilegítimo; a dife-
rencia del interés legítimo, en que se puede interponer un recurso administra- 1
tivo que la administración está obligada a resolver (y que permite ejercer el
derecho subjetivo a obtener una decisión expresa, recurriendo incluso al ampa-
ro judicial por mora de la administración en resolver), en el interés simple la
administración no está necesariamente obligada, en principio, a resolver la
denuncia interpuesta.
·~

AGUSTÍN GORDILLO

Tratado
de Derecho
Administrativo
1
__.
Ul
Ul
1 TOM02

la Defensa del Usuario y del


Administrado
f
t(
~

1
~ A
ARA Editores

LIMA
2003
TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO
TOMO 2 INDICE
LA DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO

Prólogo a la quinta edición del T. 27


1a edición, Buenos Aires, Macchi, 1975
Reimpresiones varias Agradecimientos en ocasión de la 4o edición del T. 2 29
2a edición, Buenos Aires, F.D.A., 1998 Prólogo a la tercera edición 33
3• edición, Buenos Aires, F.D.A., 1998
.....
(1'1 1a edición colombiana, F.D.A. y Biblioteca Jurídica Diké, Medel!ín, 1999 SECCIÓN l : LA PRUEBA DE LOS DERECHOS
en 4a edición, Buenos Aires, F.D.A., 2000
1
2a edición colombiana, F.D.A. y Biblioteca Jurídica Diké, Medellín, 2001 Capítulo 1
1a edición Venezolana, Caracas, FUNEDA, Fundación de Estudios de
Derecho Administrativo y F.D.A., 2001 LA PRUEBA DE LOS DERECHOS
5a edición y 1a edición Peruana, Lima, ARA Editores y F.D.A., 2003 l. Recapitulación ........................................................................................................ l-1
sa edición y 1• edición Brasileña, Belo Horizonte y San Pablo, Editora 2. Introducción ........................................................................................................... I-6
Del Rey y F.D.A., 2003 2.1. Unidad de la prueba en los distintos procesos .............................................. I-6
2.2. Creación o aplicación del derecho. Verdad y prueba .................................... I-6
2.3. La dispensa de prueba .................................................................................... I-7
2.4. La prueba en las facultades regladas y discrecionales ................................. l-8
3. Los tiempos de producción de la prueba ............................................................... I-9
Obra Completa : ISBN 9972-626-19-9 3.1. La carga y oportunidad de la prueba ............................................................. I-9
Tomo 2 :ISBN 9972-626-21-0 3.2. Prueba en sede administrativa: el expediente ............................................ I-10
Hecho el Depósito LegaL 1501012003-2145
Impreso en el Perú 3.2.1. Su carácter de instrumento público o no .......................................... I-11
3.2.2. La doctrina de los actos propios y el expediente administrativo ..... 1-13
3.2.3. La vista y fotocopia del expediente ................................................... I-14
Copyright by Agustín Gordillo y Fundación de Derecho Adminisrralivo 3.3. La prueba en sede judicial ........................................................................... I-14
y¡amonte 749, piso 10, of. 8, Buenos Aires (Cl053ABO), Argentina 3.4. Prueba judicial en otra jurisdicción o competencia .................................... I-15
3.5. Producción privada de la prueba ................................................................. I-16
3.5.1. Testimonios ........................................................................................ I-16
Los derechos patrimonia~es del autor. por la presente edi~i~n pertenecen exclusiv~menre a la Fundación
de Derecho Adminisrrarrvo (lnspecctón General de Jusllcta No C-7924). Este hbro puede consultarse
3.5.2. Pericias ............................................................................................... I-16
gratuitamente en [www.gordillo.com, www.gordillo.com.ar] y en [www.gordillo.org.ar, 4. Legalidad y admisibilidad de la prueba .............................................................. l-16
w w w.agustin gord illo.com, w ww.agustingordillo.com.a r, ww w. agustingordillo. net, 4.1. Las pruebas ilegalmente obtenidas. Pruebas reservadas o secretas ......... l-16
www.agustingordíl~o.org] autorizánd~se la repr~ducción de su -~~aterial con cita del auto,r y edit?r, 4.2. El alegato informal ....................................................................................... I-17
título de la obra sitto en la www, capttulo y paragrafo o nota uttltzado. El autor agradecera cualqUier 4.3. Pruebas inadmisibles ................................................................................... l-18
sugerencia 0 crÍtica, sea por carta en la dirección arriba indicada, por fax al (5411) 4322-2169, 4.4. Pruebas que hacen a la privacidad de la persona ....................................... I-18
0 a los e-mails: agustin@gordillo.com, gordillo@elsitio.net, gordilloa@infovia.com.ar 5. Medios de prueba ................................................................................................. I-19
CAPíTULO V

EL "PODER DE POLICIA"

SUMARIO

l. Poder o función. Autoridad o libertad ....................................................... 1


2. Atribución o servicio público ...................................................................... 4
3. Origen y evolución. El poder de policía en el Estado de Policía y en el
Estado liberal .............................................................................................. 5
_.. 4. Caracteres clásicos generales 6
CJ1 5. Su cambio en el Estado actual 7
-.1 6. La promoción del bienestar social y el "poder de policía" 10
1 7. La crisis de la "noción" de "poder de policía" 12
8. Otros caracteres antiguos de la "policía" 13
9. Pérdida de identidad propia 13
10. Caracteres en la doctrina actuaL Crítica 14
11. La distinción entre "policía" y "poder de policía." Crítica .................... 16
12. El régimen jurídico de la "policía." Crítica ........................................... 17
13. Fundamento político autoritario ........................................................... 19
14. La inversión del principio. Los derechos individuales como principio,
la limitación a los mismos como excepción ........................................... 20
15. Conclusiones. La purificación de la técnica científica .......................... 21
15.1. Facultades de la administración .................................................. 21
15.2. Facultades del Congreso ............................................................... 24
Capítulo V
EL "PODER DE POLICIA"

l. Poder o función. Autoridad o libertad

La doble noción de "policía" o "poder de policía" era antiguamente una de las


........ más empleadas en el derecho público y al mismo tiempo la que más se prestaba
01 a abusos por los múltiples equívocos a que da lugar, confundiendo una frase
(X)
1 latísima y ambigua con el sustento normativo para limitar algún derecho indi-
. vidual. En la actualidad, algunas obras generales ya no traen un cap. sobre el
tema/ como lo puntualiza BANDEIRA DE MELL0, 2 o eliminan o sustituyen el uso
del término en obras puntuales 3 o generales.< Otras lo mantienen, incluso coin-
cidiendo en la crítica, pero no hacen de la frase una construcción de pretensio-
nes jurídicas. 5 Algunos autores mencionan la posibilidad de eliminarla, pero
no dan el paso fundamental de hacerlo. 6
11
· Ver, entre otros, GARCÍA DE ENTERRIA, EDUARDO y FERNÁNDEZ, ToMAS RAMóN, Curso de derecho

administrativo, t. I, Madrid, Civitas, 1999, 9" ed.; t. II, 1999, 6" ed.; RAMóN MARTÍN MATEO, Manual
de derecho administrativo, Madrid, Trivium, 1999, 20" ed.
u BANDE!RA DE MELLO, CELSO ANTóNIO, Curso de direito administrativo, San Pablo, Malheiros,
2000, 12" ed., cap. XIII, sección I, § 6, p. 665, quien expresa: "La crítica [... ] fue [... ] bien hecha por
Agustín Gordillo !...] a quien hoy damos razón y según quien sería mejor que fuese eliminada del
vocabulario jurídico. Actualmente, en la mayoría de los países europeos [... ] el tema es tratado[ ... ]
no más bajo el rótulo de «poder de policían."
3
'- SuNDFELD, CARLOS ARl, Direito administrativo ordenador, San Pablo, Malheiros, 1993;

"Administra~ao ordenadora," en BANDEIRA DE MELLO (coord.), Direito administrativo rw Constitui~iio


de 1998, San Pablo, Revista dos Tribunais, 1991, p. 59 y ss.
u VALLE FIGUEIREDO, LucíA, Curso de derecho administrativo, San Pablo, Malheiros, 2000, 4"
ed., cap. XI, § 4, pp. 283-6.
15
· BANDEIRA DE MELLO, Curso ... , op. loe. cit. El cambio de opinión que expresa es respecto a su

prólogo al excelente trabajo crítico a este cap., por BEZNOS, CLOVIS, Poder de polícia, San Pablo,
Revista dos Tribunais, 1979, que nos distinguiera con su pormenorizada y conceptuosa crítica. En
cambio algún colega, a falta de argumentos, escogió la vía del agravio, como se aprecia en INsTITU-
TO URUGUAYO DE DERECHO ADMINISTRATIVO, AA. VV., Régimen administrativo de la actividad priva-
da, Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria, 1990, pp. 26-7 y 30.
16
· Así MARTtNEZ, PATRICIA R., "Policía y poder de policía," en FARRANDO (H.), IsMAEL, MART!NEZ,

PATRICIA R.,Manual de derecho administrativo, Buenos Aires, Depalma, 1996, pp. 505-6; GuAJARDO, ·
CARLOS A., Código Alimentario Argentino. Su valoración jurídica, Mendoza, EJC, 1998, p. 137.
EL PODER DE POLICÍA V-3
V-2 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO

es el derecho positivo vigente. Lo mismo se aplica a las inversiones extranje-


El aditamento de "Poder" es inexacto: el poder estatal es uno solo. La llama- ras, que tienen un sistema de revisión arbitral internacional para la tutela de
da división de "poderes" consiste en una división de "funciones" (legislativa, esos derechos de carácter económico, como explicamos en el cap. XVII.
administrativa, jurisdiccional) y de órganos (legislativo, administrativo y ju- Deben pues, si explican el sistema jurídico de nuestro país, partir de los
risdiccional). La policía o el "poder de policía" no son órganos del Estado, sino derechos de los individuos, que son la base del sistema democrático de gobier-
una parte de alguna de las funciones mencionadas. 7 Esta cuestión semántica no. Podrá haber limitaciones a tales derechos y las habrá, sin duda, pero el que
tiene implicancias políticas e ideológicas. Desde un punto de vista político, explica y analiza el sistema jurídico administrativo no puede partir de la limi-
hablar de policía o poder de policía es tomar como punto de partida el poder del tación, para entrar después inevitablemente a las limitaciones de las limita-
8
Estado sobre los individuos. Tal como veremos en el caso Cine Callao, ese ciones. 13 Cabe partir del derecho que se ejerce y en su caso señalar hasta dónde
punto de partida ideológico llevó a error CSJN, que en esencia sostuvo que se lo puede ejercer. Ya hasta los programas de enseñanza de la Facultad tie-
porque el Estado detentaba el poder, tenía además derecho," en el caso. Sin nen una materia dedicada a la enseñanza de los derechos humanos, donde
embargo, el Estado tenía el poder pero no tenía el derecho. tanto se explican los derechos como sus limitaciones. El derecho constitucional
También se ha utilizado la fraseología para confundir el ámbito expreso de también enseña, en su parte dogmática, los derechos individuales y sus limita-
la legislación del de la reglamentación, pretendiendo que la administración ciones. ¿Qué tiene que hacer el derecho administrativo teorizando a partir de
puede ejercer facultades legislativas, 10 p. ej. a propósito del art. 42 de la Cons- las limitaciones? Solamente puede hacerlo si se define al derecho administra-
titución. En todo caso, el derecho norteamericano 11 que mucho ha sido utiliza- tivo como el derecho de la administración y no el de los administrados, si se
do para invocar el "police power" prefiere hoy en día referirse simplemente a la piensa que la administración necesita más poder y los individuos menos, si se
regulación ("regulation") o también "rulemaking" para designar la emisión ad- cree que el fundamento del sistema constitucional argentino es ese, si se olvida
ministrativa de normas, diferenciándola de la específica legislación {"legisla-
que estamos sometidos a un orden jurídico internacional de los derechos hu-
__.. tion") producida por una legislatura representativa.
()1
manos. Es un contrasentido explicarles en primer año a los alumnos cuáles son
Luego de haber el país ratificado por ley la Convención Americana de Dere- sus derechos y limitaciones, reiterarlo luego en derecho constitucional y dar
CD
1 chos Humanos, ella lo compromete interna e internacionalmente a respetar una volteface o contramarcha en el derecho administrativo, elaborando toda
una serie de garantías individuales. Al haber incluido las convenciones de de- una "teoría" dedicada exclusivamente a las limitaciones a tales derechos.
rechos humanos en el art. 75 inc. 22 de la Constitución nacional, no pueden sus Se invierte el principio. Lo fundamental deviene secundario, lo excepcional
12
juristas partir del poder del Estado como noción fundante de un sistema. la norma. Los derechos de los individuos, en lugar de sujetos de la ecuación
Deben partir de las libertades públicas y derechos individuales, les guste o no: individuo-Estado, pasan a ser mero objeto de la acción controladora y restricti-
u Confr. VILLEGAS BASAVlLBASO, BENJAMÍN, Derecho administrativo, Buenos Aires, 1949/50, t. V, va del poder estatal. Se parte del poder, se lo enuncia a nivel de principio,
p. 99 y SS. inconscientemente en algún caso se llega al punto máximo y se lo idolatra. 14
1· 8 0, si el lector estudió Derechos Humanos, lo vió al analizar la guía de lectura de dicho caso.

Nos remitimos a GoRDILLO y otros, Derechos Humanos, Buenos Aires, FDA, 1999, 4" ed. Es un punto de partida demasiado grave en un país con tradición autoritaria
1·9 Traspolamos la frase de CARRió, GENARO citada supra, t. 1, Parte general, op. cit., cap. l.
como el nuestro, que ha vivido bajo gobiernos de facto y poderes de facto, teo-
uosTRAUSS, PETER L., "From Expertise to Politics: The Transformation of American Rulemaking,"
en Las formas de la actividad administrativa, Caracas, Funeda, 1996, p. 335 y ss. y su anterior
rías defacto, construcciones sobre el derecho de la necesidad del Estado, regla-
The Rulemaking Continuum, 41 "Duke Law Journal," 1992, p. 1463 y ss., esp. pp.1468-9. Por lo mentos estatales de necesidad y urgencia, decretos leyes que todos llaman y
de1nás y cmno recuerda GuAJARDO, op. loe. cit., la idea norteamericana no era tampoco la que tratan como si fueran leyes, como si la diferencia ya se hubiera perdido en la
tomaron nuestros fallos y autores, pues se refería a la división de facultades del Congreso federal
memoria colectiva. Un país en el que la corrupción es endémica y se entremez-
y las legislaturas locales.
uJ A pesar de las claras Opiniones Consultivas en contrario de la CortelDH, obligatorias inter- cla con las prácticas paralelas que nacen del ejercicio del poder. 15
namente (Giro/di, Bramajo, Arce). Sostuvimos la eliminación de la noción de poder de policía desde 1960, para
1·12 ·Después de 1994 hemos ratificado otros tratados de derechos humanos; mal podemos dedi-

car "teorías" a la limitación de los derechos humanos. Así, la ley 24.632, Convención Interameri- enfatizar en cambio el estudio de su polo opuesto, las libertades y garantías
1 13
cana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, prevé en su art. 11 pedir ' Ver HuTCHINSON, TOMÁS, "La actividad administrativa de policía y las garantías de los dere-
opiniones consultivas a la Corte IDH, que son obligatorias en el derecho interno (Giroldi, 1995, chos constitucionales," en Las formas de la actividad administrativa, Caracas, .F'uneda, 1996, p.
LL-1995-D, 462; Bramajo, DJ, 1996-196 y Arce, LL, 1997-F, 697); Convención lnteramericana 95 y SS.
1 14
sobre Desaparición Forzada de Personas (ley 24.820, que le da jerarquía constitucional ''en los · Ya vimos en el t. 1, op. cit., cap. I, el peligro de las idolatrías en derecho y en la ciencia.
términos del art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional"); la Convención Inter~~ericana contra l.lsVer La administración paralela, Madrid, Civitas, 1982, tercera reimpresión 2001.
la Corrupción (cap. XVI del t. 1). ~--
V-4 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-5

individuales. Lo reiteramos en este tratado a partir de su la ed. en 1974 y en el públicas se ha hipertrofiado, dando origen a "instituciones" con supuesta exis-
libro Derechos Humanos, 4a ed., 1999. 16 tencia propia como la presente. Resulta simplemente falso razonar sobre la
Si bien parte de la doctrina argentina ha preferido en general continuar base de estas "instituciones" o "poderes,"3 sin referir concretamente el punto
anclada a un pasado prehistórico a los derechos humanos, la tendencia univer- sub examine al derecho positivo. En el caso de la noción o atribución de policía,
sal justifica no abandonar el intento de corregir ese defecto de razonamiento será necesario remontarnos a sus orígenes históricos, primero, para luego ver
teórico, político y práctico. evolutivamente cómo sus supuestos caracteres han ido desapareciendo uno a
Hay que evitar intoxicarse con las teorías del poder 17 y lo que desde allí se uno a través del tiempo, hasta llegar a la nada en el presente. 4 Y no nos parece
puede hacer en detrimento de las libertades; se debe ser fiel a la premisa ini- adecuada metodología, desde un punto de vista axíológico, exponer la evolu-
cial de qué es y para qué debe servir el derecho administrativo 18 y no consagrar ción histórica y quedarse en el pasado en lugar de dar un paso decisivo en la
en cambio un "derecho administrativo" al servicio de la autoridad y del poder, historia por la lucha de las libertades públicas y los derechos humanos en ge-
como el "poder de policía." neral.5 Es lo mismo que el continuado uso del vocablo "ley" para referirse a los
dec.retos-leyes de los gobiernos defacto: su tiempo ya pasó, pero el mal uso,
2. Atribución o servicio público inexplicablemente, continúa. 6
N o debe confundirse el poder de policía con un órgano del Estado, como no debe
3. Origen y evolución.
confundírselo con los servicios públicos que presta. Afirmar que es "el conjunto
El poder de policía en el Estado de Policía
de los servicios públicos," es incongruente con decir luego que una especie de la
y en el Estado liberal
policía (o sea, una especie de los servicios públicos) sea "policía del servicio
público," pues habría allí un servicio público del servicio público. 1 Servicio pú- Dentro de esta configuración existen numerosas concepciones divergentes,
__. blico es en todo caso una actividad monopólica de un concesionario o licencia- habiéndose planteado su crisis y su inexistencia como figura autónoma. Para
O"> tario particular o privado que ejerce un privilegio otorgado por el Estado; po- comprender el porqué de estas diferencias muchas veces sustanciales, es de
C> der de policía, una facultad o atribución del Estado, que entre otras cosas se interés recordar el origen y la evolución de dicho concepto.
1 supone que limita y controla ese poder monopólico que ha concedido. Desde la edad antigua hasta el siglo XV: "policía" designaba el total de las
También es criticable considerarlo como una atribución implícita en el or- actividades estatales; en la organización griega de la polis (ciudad-Estado), el
den jurídico, una atribución metajurídica que el Estado tiene a su disposición término significaba actividad pública o estatal y se mantuvo en esa significa-
por su naturaleza o esencia. 2 Ello se vincula con toda una concepción del dere- ción a pesar de la desaparición de la polis. En el siglo XI se separa del concepto
cho administrativo que parte de la premisa de que tales "potestades" pueden de policía todo lo referente a las relaciones internacionales; sucesivas restric-
existir. Es así frecuente en el derecho administrativo encontrar autores que ciones hacen que en el siglo XVIII estén excluidas del concepto también la
tratan de determinadas "potestades" que suponen apriorísticamente pertene- justicia y las finanzas. 1 En ese momento "policía" designa el total de la activi-
cientes al Estado, antes o por encima de un orden jurídico positivo. Esto cons- dad administrativa interna -con exclusión de las finanzas-y consiste en la
tituye un error de interpretación del sistema, nacido al amparo de prejuicios facultad estatal de reglar todo lo que se encuentra en los límites del Estado,
que otorgaban al Estado determinadas prerrogativas, propias del soberano o sin excepción alguna; es el poder jurídicamente ilimitado de coaccionar y dic-
monarca, pero inconsistentes con un régimen de estado de derecho, en el cual tar órdenes para realizar lo que se crea conveniente. La policía no estaba, por
los únicos poderes que el Estado tiene son los que el orden jurídico le otorga en lo tanto, limitada ni en punto a su objeto o finalidad ni en cuanto a los medios
forma expresa o razonablemente implícita. El problema de las seudopotestades 23
· O "funciones," como algunos autores postulan.

, .. Para ubicar la evolución histórica del poder de policía dentro del marco general de la evolu-
u' En nuestro art. "La crisis de la noción de poder de policía," Revista Argentina de Ciencia ción del derecho administrativo, ver supra, t. I, cap. II.
25
Política, 2: 227 (Buenos Aires, 1960). · Más de un autor argentino actual asoma al tópico pero finalmente opta, o al menos parece
1 · 17 Según feliz expresión verbal de BRE\VEH. CARÍAS, ALLAN R., "Es un sarampión por el que todos optar, por la tradición; o digámoslo de otro modo: no ejerce la opción clara y definida de abandonar
pasamos." una teoría que por definición es restrictiva y negatoria de las libertades públicas y los derechos
1.1 8 Ver supra, t. 1, op. cit., cap. V,§ 3.5. y cita de BODENHEIMER en la nota 3.8. humanos. Comparar MARTÍNEZ, op. loe. cit.; HUTCHINSON, op. loe. cit.
2 · 1 Comp. BIELSA, Derecho administrativo, t. lV, Buenos Aires, La Ley, 1965, 5• ed., p. 1 y ss.
26
· Ver nuestra critica en t. 1, op. cit., cap. 1, § 5, "Las ~>leyes)) que no son leyes."
31
2 ·2 Es el mismo error que reaparece en algunos autores al tratar del servicio público, como se · ADAMOV!CH, LuDWIG, Handbuch des ósterreichischen Verwaltungsrechts, t. l, Viena, 1954, 5"
verá en el cap. siguiente; error que ya hemos destacado en el cap. I del t. 1, op.cit. ed., p. 102.
V-6 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-7

que podía emplear; 2 pero se advierte ya que es una función del Estado y concre- Que sólo se justifica la limitación de los derechos de los individuos en esos
tamente una parte de la función ejecutiva. tres casos (seguridad, salubridad, moralidad);' que incluso estos tres casos le-
En el siglo XVII JuAN EsTEBAN Pü•¡vrER sostiene que la policía es la "suprema gitiman la intervención estatal sólo en la medida en que ésta tenga por finali-
potestad que se ejerce para evitar los males futuros en el estado de la cosa dad evitar ataques o daños a la comunidad; o sea, que la acción estatal debe ser
pública interna" y que "la promoción del bien común no pertenece a la esfera tan sólo negativa: establecer prohibiciones y restricciones, pero no obligacio-
de la policía." 3 Esta formulación fue rápidamente aceptada en doctrina, legis- nes positivas a cargo de los ciudadanos o del Estado mismo. Esta concepción
lación (particularmente en el Código Civil prusiano) y jurisprudencia; el Esta- era a su vez congruente con la idea liberal de cuál era la posición del individuo
do no debería ya intervenir doquiera con su poder de policía, sino solamente en sus relaciones con el Estado: también negativa, levantando vallas y frenos a
allí donde el buen orden de la comunidad estuviera en peligro. "El poder de su actividad para que no se extralimitara (recuérdese la diferenciación entre
policía que entró en vigor dentro de estos límites más estrechos siguió siendo esta actitud negativa y positiva, que expusiéramos al hablar de Estado de De-
ante todo, ciertamente, el antiguo; se mantuvo como poder de coaccionar y recho y Estado de Bienestar). 2
ordenar sin regulación ni límites. Pero se redujo el campo en que podía ac-
tuar."4 De esta forma nació el concepto de que la esencia de la policía era la 5. Su cambio en el Estado actual
lucha contra los peligros realizada mediante el poder coaccionador. En esta Aquella noción y conceptuación sobre qué era y qué alcances tenía el poder de
etapa de la noción, el objeto de la policía está limitado y precisado; ilimitados policía del Estado no se ha mantenido. Incluso, cuando a fines del siglo XX se
son, sin embargo, todavía los medios que puede usar. 5 produce un retorno a la privatización y desregulación, no se desanda todo el
Ese objeto, repetimos, es la lucha contra los peligros que amenazan el buen camino del intervencionismo, solamente parte de él. Por de pronto, es eviden-
orden de la comunidad (o, según algunos autores, la seguridad, salubridad y te que los bienes jurídicos que el Estado protege a través de limitaciones y
___. moralidad públicas), eliminándose expresamente la promoción del bien común,
en restricciones a los derechos individuales, lejos de restringirse a esos tres, se
___. las acciones positivas tendientes a mejorar lo existente, no simplemente a multiplican y es así que aparecen:
mantenerlo estático. Estas nuevas ideas contrarias al Polizeistaat significaron
la restricción de los fines del Estado, y por ende, del alcance del poder estatal, a) La tranquilidad pública, 1 manifestada en la prohibición de hacer ruidos
que se estrechaba ahora en esta nueva noción de policía. Esas ideas expresa- molestos (teléfonos portátiles, altavoces, bocinas, escapes de automotores, ra-
ban que el Estado sólo estaba llamado a asegurar la protección de la libertad y dios portátiles en los medios de transporte, alborotos callejeros, etc.), molestar
la seguridad y que sólo para el cumplimiento de tales finalidades podría usar a los radioescuchas o telespectadores con avisos agresivos (gritos, etc.); expen-
su poder coaccionador y ordenador. Las preocupaciones acerca de conseguir la der artículos en los medios de transporte; entrar a los espectáculos públicos
felicidad y el bienestar de los ciudadanos debía dejárselas a ellos mismos; y si después que han comenzado; provocar aglomeraciones (arts. 54, 57, 62 del có-
se le ocurriera ocuparse de ellas, que lo hiciera al menos sin el uso de la coac- digo de la Ciudad de Buenos Aires), perturbar un espectáculo deportivo (53,
ción.6 Se entra, pues, en el concepto del Estado liberal. 55, 56, 58, 59, 61, 62, 63, 68, 69, 70), organizarlo mal (57 bis), etc.
b) La confianza pública: 2 control de pesas y medidas, prohibición de hacer
4. Caracteres clásicos generales envases engañosos (frascos con protuberancias internas no visibles desde el
En esa vieja noción liberal se caracterizaba al poder de policía que competía al exterior, que hacen parecer que tienen un contenido mayor a pesar de que
Estado, como la facultad de imponer limitaciones y restricciones a los derechos consignen su contenido exacto en volumen o gramos; cajas con dobleces inter-
individuales, con la finalidad de salvaguardar solamente la seguridad, salu- nos, doble fondo, etc.), títulos engañosos. Y en general propaganda engañosa,
bridad y moralidad públicas contra los ataques y peligros que pudieran
u Talla vieja jurisprudencia de la Corte Suprema, Fallos, 7: 150, Bonorino (1869), en que se
acecharla. Es típico de esta concepción: declaró inconstitucional una ley provincial que prohibía las corridas de toros. porque ello no en-
3 ·2ANTONIOLLI, WALTER, Allgemeines Verwaltungsrecht, Viena, 1954, p. 288 y ss. traba dentro de la mencionada trilogía.
2
3 ·3Comp. GARClA ÜVIEDO, CARLOs, Derecho administrativo, t. II, Madrid, 1957, 6" ed., p. 400 y '- Ver supra, t. I, cap. III, § 21 a 25.
5 1
VON TUREGG, KuRT EooN, Lehrbuch des Verwaltungsrechts, Berlín, 1950, 3" e d., p. 281. " Ver MILITELLO, SERGIO A., Código contravencional, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1999, p.

3 ... ANTONIOLLI, op. loe. cit. 140 Y ss., arts. 71 y ss. del Código de la Ciudad de Buenos Aires; p. 120 y ss., arts. 53 y ss.
52
. Un ejemplo exclusivamente puntual en el art. 52 del Código de la Ciudad de Buenos Aires;
· ANTONIOLLI, op. cit., p. 230.
3 5

· ANTONIOLLI, op. cit., p. 229.


3 6 también pueden mencionarse aquí los arts. 45 y 46; el 80 in c. b ).

l
V-8 DEYENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO
EL PODER DE POLICÍA
V-9
prohibida en Europa por la directiva 841450/CEE, de 1984. 3 Queda comprendi-
otros ejemplos. Si bien este Código redujo en mucho los supuestos de tutela del
do aquí todo otro tipo de fraude al público, tal como la propaganda subliminaL
decoro público privilegindo un mayor ámbito de libertad individual, la figura
Quizás el peor ejemplo de propaganda subliminal y fraude a la confianza de todos modos subsiste y en algunos casos se halla expresamente amparada. 7
pública es el de las empresas tabacaleras 4 asociando su letal producto a even-
fJ La seguridad social a través de la obligación de asociarse a las cajas de
tos deportivos, jóvenes deportistas, elegantes y bellas mujeres, juguetes para
jubilaciones o AFJP, contratar seguros de vida o de riesgo de trabajo (ART),
niños (el caso del dibujo infantil de Camel, prohibido en Estados Unidos pero
someterse a revisaciones médicas periódicas, agremiarse obligatoriamente en
no aquí, donde el Poder Ejecutivo vetó una ley restrictiva de estas propagan-
determinados casos, adoptar seguros contra el desempleo, etc.
das). Tampoco la progresista Ciudad de Buenos Aires hace nada al respecto, ni
siquiera para proteger a los menores. g) La protección de la minoridad contra la explotación (código porteño, art.
49), falta de tutela o supervisión (art. 50), consumo de bebidas alcohólicas: art.
e) La economía pública, en la defensa del usuario y consumidor, que utiliza
51 y ley 24.788, arts. 1, 5, 6 a), 15. Increíblemente, no está punido ofrecer un
la regulación de monopolios, lealtad comercial, defensa de la competencia, etc. 5
cigarrillo a un menor, a pesar del supuesto carácter "progresista" de ese Códi-
Este es el campo de mayor crecimiento actual en la regulación comparada y
go locaL ¡No se le puede invitar a beber, pero sí a fumar! Tampoco el código
posiblemente llegue a serlo de la nuestra, como veremos en el cap. VIL
contravencional de la Ciudad Capital prohibe la propaganda pública del vicio
d) La estética pública en casos tales como la obligación de edificar todos los de fumar o beber, cuyos efectos de inducción al consumo inevitablemente 11e-
edificios a una misma altura, o en un mismo estilo, o de un mismo color; o gan al menor, principal target, por lo demás, de todas las campañas de publici-
inversamente, prohibir la uniformidad arquitectónica o cromática; la prohibi- dad de cigarrillos. Ello es de público y notorio conocimiento.
ción de edificar a mayor o menor altura de una determinada; la creación de
___. h) La diversión y el entretenimiento públicos se tutelan como novedosos
barrios residenciales, etcétera.
en bienes colectivos autónomos, en los espectáculos deportivos o artísticos masi-
N vos.8
e) El decoro público en cuanto a protección de las buenas costumbres sin que
1
se haya afectado todavía la moralidad pública; la prohibición del boxeo femeni-
i) Se respeta en cambio el ámbito de libertad en diversas conductas no puní-
no, de los malos tratos a los animales, de las corridas de toros, riñas de gallos,
dar: el derecho a ser diferente, a estar enfermo y vivir su enfermedad, a ser un
etc.; de establecer lugares de diversión cerca de cementerios o escuelas, de vagabundo 9 incluso maloliente. 10
exponer con fin de lucro cadáveres de individuos prominentes o de delincuen-
tes famosos; de exponer con fin de lucro y para curiosidad malsana a personas j) La libertad de tránsito y movimiento se protege instituyendo como contra-
con alguna malformación congénita, 6 etc. vención el impedir la circulación por la vía pública (art. 41), u obstaculizar el
ingreso o egreso tanto de lugares públicos como privados (art. 42).
En la actualidad ese problema se exterioriza en la tan debatida materia del 57
nuevo Código de Convivencia Urbana de la Ciudad de Buenos Aires (que susti- ' El maltrato a los animales, que hiere en su sensibilidad a la colectividad y los individuos, es

tuyó los antiguos edictos de la Policía Federal), al cual nos remitimos para recordado por MUÑOZ MAC!LWO, op. cit., p. 107. Un caso de tutela judicial del interés moral en
nuestro derecho es el excelente fallo Castro, Sala I, que mentamos en el cap. IV in fine; Ekmekd-
5 3
· Ver KAKOURIS, C.N., "Sur la concurrence déloyale," en su libro Perspectives. Droit
jian, CSJN, Fallos, 308: 647; ED, 148:354. Otros ejemplos del código local en MILITELLO, op. cit., p.
142; arts. 43, 53, 59, 73, etc.
5
com.munautaire Européen. Théorie Générale du droit. Domaine métajuridique, Atenas, Sakkoulas,
·' Comp. MILITELLO, op. cit., p. 120 y ss. La ley 24.192 de espectáculos deportivos, que queda
1998, p. 413.
5 orgánicamente
59 derogada con el Código capitalino, tenía más prohibiciones.
-' RAMÓN MARTÍN MATEO, El marco público de la economía de mercado, Madrid, Trivium, 1999,
' Estos ejemplos en KAKOURIS, C. N., "L' universalité des droits de 1' homme. Le droit d' etre
p. 225.
55
· El tema se presenta bajo la regulación económica y los servicios públicos y en el derecho
différent. Quelques observations" en su libro Perspectives. Droit Communautaire Européen. Théorie
genérale du droit. Domaine métajuridique, Atenas, Sakkoulas, 1998, p. 399 y ss., p. 410. No están
empresarial; parece mucho repetirlo otra vez con esta seudo noción. Su insaluble duplicación de-
~revistos como contravenciones en el código de la Capital, por ende son conductas lícitas. A la
muestra que se puede y debe prescindir de ella. Ver SIMAO FILHO, ADALBERTO y DE LuccA, NEWTON,
Direito empresarial Comtemporáneo, San Pablo, Juarez de Oliveira, 2000, pp. 124-34 (competen- ~nversa se prohibe la discriminación (art. 43 bis), p.ej. por la orientación sexual (igual norma), o la
cia desleal). Incitación al odio o la persecución, de propaganda de superioridad racial, etc. (ley 23.592).
56
· El caso de El hombre elefante, que recuerdan argumentativamente MUÑOZ MACHADO, SANTIA·
'·" Militello, op. cit., p. 142, a menos que el olor pueda provocar un daño, art. 40. El código es
también permisivo en conductas colectivas, como el hostigamiento no amenazante, o el maltrato
ao y otros, Los animales y el derecho, Civitas, 1999, p. 104. El decoro público es un interés o bien
moral que puede tutelar el Estado y por el cual pueden también accionar los individuos, corno ;o~recbo
flsico (art. 38, a contrario sensu). Personalmente se trataría allí de tutelar, a la inversa, el
de reunión y de expresión. La práctica neoyorkina de permitirlo dentro de vallados en la
explicamos en el cap. IV, in fine.
Vía pública pareciera equilibrar mejor estos derechos con el orden público y la tranquilidad pública.
DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-11
V-10

De todo lo expuesto resulta un claro abandono de la concepción liberal rígi- contra el bien común" --que sería la función policial- y "promover el bien
da, en que la intervención del Estado sólo se justificaba en casos limitados y el común," que no sería parte de la acción del "poder de policía" y que incluso, en '
pase a una considerable amplitud de los fines del Estado que pueden legitimar la concepción liberal clásica, no sería tampoco función del Estado. __....
su acción .U Tan evidente es la ampliación de esos fines del Estado y consecuen- Cuando se advierte modernamente que promover el bien común mediante
temente de su "poder de policía," que los autores que todavía la utilizan evitan acciones positivas es también una función estatal, llega entonces el momento
ya referirse a aquella trilogía (seguridad, salubridad, moralidad) y utilizan de señalar que ambas actividades -prevención de daños y promoción del bien-
nociones más genéricas. Dicen así que lo que el poder de policía protege es el estar-son tan inseparables como para constituir dos caras de una misma mo-
12
"orden público," el "bien común," el "buen orden de la comunidad," etc., com- neda, a tal punto que parece realmente imposible hacer una cosa sin hacer al
prendiendo alli todas las especies vistas: la "economía pública," la "seguridad mismo tiempo la otra. Señala MERKL, en este sentido, que el concepto de "poli-
cía" precisamente "abarca lo opuesto a policía, es decir, los fines de política
social," la confianza pública "el bienestar social," etc.
De cualquier manera, aunque se pretendiera forzar los conceptos de seguri- cultural de la administración, la llamada asistencia y casi se identifica con
dad, salubridad y moralidad, incluyendo en ellos por extensión -impropia, toda la administración imperativa. De este modo escapa el concepto a todo
por cierto- la estética, la economía, etc., queda en pie el hecho de que se ha sentido racional." 1 En el mismo sentido la jurisprudencia estadounidense re-
separado y aislado mentalmente un cierto fin estatal, pero sin haber caracteri- chaza específicamente la distinción y considera que "está bien asentada la re-
zado el modo de actuación ni los órganos que actúan y sin haberse demostrado, gla en que si las leyes de emergencia promueven el bienestar común constitu-
según veremos más adelante, que a esos fines corresponda un régimenjurídíco yen un ejercicio válido del poder de policía,"2 o sea, que el "poder de policía" se
determinado, distinto del que corresponde al resto de la actividad estatal. El entiende destinado a promover el bienestar común.
art. 14 de la Constitución permite a la ley establecer restricciones a los dere- El buen orden de la comunidad, el bienestar social, el orden público, interés
~ chos individuales aunque no se trate de los fines de seguridad, salubridad y público, bienestar común, bien común, etc., no son un objeto fisico, algo inerme
O)
moralidad; a su vez, la administración a) no puede proteger por sí esos tres y estático, pues no se concibe una dimensión o equilibrio social que sea estáti-
ú)
bienes mediante restricciones a los derechos individuales si la ley no la faculta co. No se pueden sacar o agregar trozos ni se puede entonces clasificar útil-
1
para ello y b) puede proteger otros bienes que los señalados, si la ley la autori- mente la actividad de traer trozos y evitar que sustraigan los que hay ... ; es
za. Con ello resulta que querer separar y aislar como objeto de la "policía" a la una fuerza social, una tensión de conductas humanas. Esta fuerza social lucha
seguridad, salubridad y moralidad, es objetable no sólo por su demostrada in- también por sí sola contra los ataques que la afectan; sumarse a la lucha con
suficiencia, sino porque además carece por sí de relevancia jurídica y, al no un criterio intervencionista no puede sólo ser designado como "defensa" de esa
destacar ni determinar ningún régimen jurídico especial, es totalmente infun- fuerza, es también colaborar con ella, ayudarla, promoverla.
Si se afirma, en otro sentido, que el orden surge "automáticamente" en la
dado e inútil.
sociedad cuando no hay perturbaciones o peligros y que si existen perturbacio-
6. La promoción del bienestar social y el "poder de policía" nes no hay orden, entonces también el eliminar los peligros y perturbaciones
es necesariamente crear el orden. En realidad, si el orden no fuera sino ausen-
Pero no sólo se abandona aquella limitación en los fines que el Estado y su
cia de perturbaciones (así tranquilidad es ausencia de ruidos molestos, de lu-
"poder de policía" pueden perseguir: llega el momento de abandonar también
ces molestas, de individuos molestos; salubridad es ausencia de enfermedades,
la supuesta distinción entre la actividad estatal de "prevenir peligros y daños
dolores, contagios; seguridad es inexistencia de la posibilidad de que se pro-
5·11 En esta orientación se encuentra la jurisprudencia de la CSJN, a partir del caso Ercolano, duzcan daños, etc.), es ilógico considerar que prevenir o reprimir peligros no
136: 161, año 1922, en que declaró constitucional la ley de alquileres de 1921; se reiteró el princi-
sea crear o promover el orden. Promoción del bien común y prevención de peli-
pio con relación a la ley de moratoria hipotecaria, 172: 21. Un resumen en Fallos, 199: 483,
lnchauspe, 1944 y supra, t. 1, op. cit., cap. IV,§ 7. Como dice BACACORZO, GusTAVO, Tratado de gros o perturbaciones que afecten al bien común no son, pues, términos disími-
derecho administrativo, t. 1, Lima, Gaceta Jurídica Editores, 1997, 2n ed., p. 366, "No hay activi- les ni mucho menos antitéticos: ambos significan exactamente lo mismo; el
dad en la que no pueda intervenir el poder de policía."
512 BIELSA, Régimen jurídico de policía, Buenos Aires, 1957; Compendio de derecho administra·
1
tivo, Buenos Aires, 1960, 3" ed., p. 383 y ss. y GARRIDO FALLA, FERNANDO, Las transformaciones del '· MERKL, ADoLFO, Teoría general del derecho administrativo, Madrid, 1935, p. 327.
62
régimen administrativo, Madrid, 1952, usan la primera expresión. FIORINI, BARTOLOME A., Poder de ' Ver la colección "American Jurisprudence," t. II, P- 980, donde se citan los casos Home Buil-
policía, Buenos Aires, 1957, p. 100, la segunda. GARClA ÜVIEDO, CARLOS, Derecho administrativo, ding and Law Association v. Blaisdell, 290 U .S., 398 y EdgardA. Levy Leasing Co. v. Siegel, 258,
U .S., 242.
Madrid, 1957, 6" ed., p. 398, la tercera.
V-12 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-13

carácter que se imputa al "poder de policía" no tiene, pues, sentido. Ejemplos: La importancia que le atribuimos al planteo no es semántica, sino que surge
obligar a un miembro de la colectividad a aceptar la instalación de aguas co- fundamentalmente del hecho de que permanentemente una gran cantidad de
rrientes y servicios cloacales es tanto prevenir un daño a la salubridad colecti- limitaciones a los derechos individuales son justificadas por quienes las impo-
va como promover la salubridad común; al obligarse a plantar árboles se pro- nen, sustentándose en dicho concepto, cuando en realidad muchas de ellas son
mueve el asentamiento de los suelos y la oxigenación del aire, pero al mismo antijurídicas y lo que ocurre es que se ha empleado la impropia noción de "po-
tiempo se previene la erosión excesiva del suelo y la falta de oxigenación ade- licía" como aparente fundamentación de ellas. Para demostrar más acabada-
cuada; cuando se prohibe abusar de una posición dominante en el mercado, mente este principio que enunciamos, en el sentido de que no existe actual-
tener ganancias excesivas en virtud de un monopolio conferido por el Estado, mente una noción racional de "poder de policía," puesto que éste se ha confun-
etcétera, se promueve el buen orden de la economía nacional, pero al mismo dido con el total del poder estatal, analizaremos ahora algunas otras notas
tiempo se reprimen las tarifas y ganancias excesivas, etc., que dañan a esa conceptuales con que a veces se ha querido, en la doctrina tradicional y a tra-
economía. Y así sucesivamente. vés de distintos autores, caracterizar la supuesta institución.

7. La crisis de la "noción" de "poder de policía" 8. Otros caracteres antiguos de la "policía"


De lo antedicho se desprende una doble conclusión: por un lado, que los fines Antiguamente el "poder de policía" se caracterizaba del siguiente modo: a) Su
que el Estado puede perseguir con su poder son amplios; no puede hoy día objeto (seguridad, salubridad, moralidad; o buen orden, u orden público, etc.)
sostenerse que el Estado sólo puede establecer limitaciones a los derechos in- era asegurado como bien jurídico de derecho natural, el que debía ser defendi-
dividuales para proteger nada más que la seguridad, salubridad y moralidad do y protegido contra las perturbaciones de los individuos incluso a falta de
de la población, sino que todo objetivo de bienestar social está comprendido legislación que lo estableciera positivamente como bien jurídico protegible: in-
...... dentro de sus funciones y de sus fines. Pero por otro lado, se advierte también cluso a falta de leyes se justificaba el uso de la coacción, pero sólo allí se justi-
en que al ampliarse de ese modo, el "poder de policía" ha perdido las supuestas ficaba éste. 1 b) Era de carácter esencialmente prohibitivo, en el sentido de que
-1:>-
1 características con que en el pasado se lo quería conceptualizar. No existe hoy se manifestaba a través de prohibiciones y restricciones negativas a la activi-
en día una "noción" autónoma y suficiente de "poder de policía;" no existe por- dad individual,z es decir, a través de obligaciones de no hacer, en lugar de
que esa función se ha distribuido ampliamente dentro de toda la actividad hacer. Era una función ejecutiva, es decir, una parte de la función administra-
estatal. La coacción estatal actual o virtual aplicada por alguno de sus órganos tiva. Según algunos autores, se caracterizaba porque el objeto consistía en la
sobre los particulares para la consecusión de determinados objetivos de bien seguridad, salubridad y moralidad públicas; según otros autores, porque el
común u orden público, sigue siendo una realidad en el mundo jurídico, pero no objeto mencionado era el buen orden público o bien común. e) Era preventivo-
lo es que haya una parte de esa coacción, una parte de esos órganos y una parte represiva, distinguiéndose con ello de la promoción del bien común o de aque-
de esos objetos, que se encadenen entre sí diferenciándose del resto de la ac- llo que fuera su objeto. Así, si el orden no es una presión que desde afuera se
ción estatal e institucionalizándose en el mentado "poder de policía." Adviértase ejerce sobre la sociedad, sino un equilibrio que se suscite en su interior (ORTEGA
muy especialmente que no afirmamos que el Estado o la administración carez- Y GASSET), la "policía" no buscaba obtener ese equilibrio o suscitarlo, sino man-
can en absoluto de facultades para limitar los derechos individuales en pro del tener por la coacción el orden que ya existiera, defendiéndolo contra los ata-
bien común, sino que decimos que esas facultades no pueden subsumirse en un ques de que fuera objeto. La "policía" se limitaba a tutelar lo existente, sin
concepto común que luego tenga vigencia jurídica autónoma y pueda a su vez tender a aumentarlo o promoverlo; actuaba sobre los efectos, no sobre las cau-
fundamentar nuevas facultades y nuevas limitaciones. 1 Por lo tanto, nuestro sas, de las perturbaciones al buen orden de la comunidad.
planteo tiende a demostrar que es errado fundar una limitación a un derecho
individual tan sólo en ese concepto, pues él a su vez es inexacto: la limitación 9. Pérdida de identidad propia
deberá, pues, fundarse concretamente en las disposiciones legales o constitu- Ya hemos visto cómo los dos caracteres son inexactos y que el "poder de policía"
cionales y demás principios jurídicos aplicables, pero no en esa "noción" de protege todo el bienestar común, sin que quepa hacer distinciones de ninguna
"poder de policía."
8·1 Ver ANTONIOLLI, op. cit., p. 230.
71 82
Una excelente sinopsis de nuestro planteo en LúCIA VALLE FIGUEIHEDO, Curso ... , op. loe. cit. · PETERS, HANs, Lehrbuch der Verwaltung, Berlín, 1949, p. 374.
V-14 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-15

clase dentro de éste; que no es cierto que la "policía" sea una función única- En consecuencia, al no ser ya el "poder de policía" una actividad reservada a
mente preventiva y represiva, sin poder promover el bien común, pues ambas la administración, sino distribuida en parte entre los tres poderes del Estado,
cosas son inseparables. Los demás caracteres antiguos han desaparecido igual- se produce una nueva crisis en la concepción. Ya no se caracterizará a este
mente: poder como perteneciendo a un órgano determinado del Estado, sino que se
La seguridad, salubridad, moralidad, etc., están aseguradas por el orden dirá que pertenece en general a todo el Estado.
jurídico positivo al igual que otros muchos derechos; el derecho natural no Este es el estado actual de la mayoría de las doctrinas modernas: así, p. ej.,
tiene en este aspecto necesidad de ser aplicado. Los autores que utilizan la lo define GARRIDO FALLA 1 como "el conjunto de medidas coactivas arbitradas por
noción reconocen que el "orden público" y su protección mediante limitaciones el Derecho para que el particular ajuste su actividad a un fin de utilidad públi-
a la libertad está comprendido en la Constitución; ello contradice que sea nece- ca;" WALINE 2 lo hace del siguiente modo: "En el lenguaje del derecho adminis-
sario hablar de esta noción preconstitucional. 1 trativo, el término "policía" no tiene el mismo sentido que en el lenguaje co-
El que la actividad policial sea solamente prohibitiva es una concepción sin rriente: es la limitación por una autoridad pública y en el interés público, de
curso actualmente: las obligaciones de hacer instalaciones de seguridad contra una actividad de los ciudadanos, sin dejar de subsistir ésta corno una actividad
accidentes, contra incendios, de primeros auxilios, etc.; la obligación de privada; ella es solamente reglamentada. Ella sigue siendo libre en ]a medida
vacunarse, de poner silenciadores en los escapes de los vehículos, de construir en que no está restringida expres,amente por las prescripciones de policía." Por
cercos, de exponer al público listas de precios, de colocar en los comercios cha- su parte SERRA ROJAS expresa: "~a policía está constituida por un conjunto de
pas con identificación del ramo y el propietario, de usar delantales, etc., son facultades que tiene el poder pliblico para vigilar y limitar la acción de los
todas obligaciones policiales positivas y no meras prohibiciones. Luego, tam- particulares, los cuales, dentro del concepto moderno de Estado, deben regular
_.. bién ha desaparecido esta característica de la "policía."2 su actividad con los deberes y obligaciones que les impone la ley y se funda en
(j) El que la "policía" sea una actividad reservada a la administración no es una finalidad de utilidad pública." 3 FIORINI lo caracteriza como la "actividad
CJl tampoco una realidad contemporánea. El legislador que integra comisiones estatal que tiende a regular el equilibrio necesario entre la existencia indivi-
1
parlamentarias de investigación, también actúa en función policial; lo mismo dual y el bien común cuando es perturbado," 4 etc. Estas definiciones demues-
puede decirse de algunas actividades judiciales. tran a nuestro juicio lo contrario de lo que proponen, porque no destacan nota
Por otra parte, no sólo la "policía" en cuanto función ejecutiva es ejercida por alguna que sea específica de este supuesto "poder de policía." Con los ejemplos
cualquiera de los tres poderes del Estado, sino que tampoco es solamente eje- precedentes es suficiente para advertir la imprecisión y extrema latitud de
cutiva: la facultad de dictar normas que rijan aquella actividad también se cualquiera de estas definiciones. Se quedan todas en la afirmación de que se
llama ahora "policía" y así tenernos que toda la actividad legislativa sobre trata de la aplicación de la coacción estatal, actual o potencial, sobre los dere-
materias llamadas de policía, son "leyes de policía;" que los reglamentos en chos individuales en pro del bien común; lo que no la diferencia del resto de la
iguales circunstancias, también son actividad policial.3 actividad estatal y no justifica en modo alguno la creación de una definición
especial. En efecto, ¿qué de original y novedoso tiene el afirmar que el Estado
10. Caracteres en la doctrina actual. Crítica limita los derechos individuales en pro del bienestar común? ¿Es acaso tal fa-
En realidad, el cambio que se ha producido en este último aspecto es más pro- cultad no comprensible por sí sola, para que sea necesario intentar aislarla y
fundo: en el Estado de policía es el mismo monarca, en su función ejecutiva, darle un nombre que nada tiene que ver con su significación actual? Y por lo
quien dicta las normas generales; en el Estado de Derecho, el dictado de las demás, ¿nos sirve concretamente para explicar algún fenómeno que no se ex-
normas generales pasa a ser función primordialmente del Poder Legislativo, plique ya por sí mismo? A juicio nuestro, se trata de una "noción" que actual-
produciéndose entonces un traspaso de parte del "poder de policía" de] ejecuti- mente no sólo carece de significado propio, sino que además carece de toda
vo al legislativo. utilidad teórica o práctica.
10· 1 GARRIDO FALLA, FERNANDO, Las transformaciones del régimen administrativo, Madrid, 1952,

9 1
· Comp. BIELSA, op. cit., t. IV, La Ley, 1965, 6" ed., p. 4. p. 111, aunque la propone como definición provisional.
9 ·2 Comp. ELGUERA, ALBERTO, Policía municipal, Buenos Aires, 1963, p. 2, quien trae ejemplos 10 2
· WALINE, MARCEL, Droit administratif, París, 1963, p. 637.
10 3
sin1ilares aunque acepta "en general" la caracterización que criticamos. · SERRA RoJAS, ANDRÉS, Derecho administrativo, México, 1959, p. 690.
9 3 ELGUERA, op. cit., p. 10: "la policía no es solamente reglamentación de derechos, sino también 10
·' FIORINI, op. cit., p. 100. HERRAIZ, HÉCTOR EDUARDO, Poder de policía, Buenos Aires, 1970, pp.
vigilancia de su cumplimiento, ejecución coactiva de decisiones y aplicación de sanciones." 7, 11 y 15, habla del "poder regulador de los derechos, ejercido por el Estado."
V-16 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-17

Adviértase que para saber si una determinada limitación que el Estado pre- trilogía "seguridad, salubridad, moralidad" son aplicables aquí en toda su ple-
tende imponer a un derecho es o no válida, no podremos invocar simplemente nitud. Por lo demás, la distinción tampoco agrega principio alguno al sistema
el "poder de policía" como si estuviéramos en los tiempos del Estado absoluto: constitucional y administrativo que no pudiéramos conocer sin necesidad de
debemos buscar el concreto fundamento normativo de la restricción y a él solo él. Que la restricción de los derechos individuales está a cargo del Congreso y
podremos encontrarlo en el juego de las normas constitucionales y legales de no de la administración ya lo deducimos del art. 14 de la Constitución en cuan-
nuestro sistema. to dice que los derechos están sometidos "a las leyes" que reglamentan su ejer-
La "noción" de "poder de policía," pues, es innecesaria y además perjudicial cicio. ¿Qué nos habrá de explicar entonces la noción de "poder de policía"? Nada
porque da lugar a una serie de dificultades para su comprensión y aplicación, en absoluto; sólo contribuye a arrojar dudas y confusiones a través de la nece-
precisamente por su misma ambigüedad o indefinición. Pero sobre esto volve- sidad de conceptuarla y distinguirla de una figura cuya denominación similar
remos más adelante, luego de referirnos a otro de los intentos de restablecer la no puede sino dar lugar a equívocos. Por lo demás, lo superfluo de la distinción
noción perdida. Aquí se aplica verdaderamente la idea de institución entre "policía" y "poder de policía" se advierte hasta en que su propio autor los
"evanescente," como dijera VANOSSI respecto de la misma Constitución. desarrolla conjuntamente en el tratamiento concreto de sus problemas.

11. La distinción entre "policía" y "poder de policía." Crítica 12. El régimen jurídico diN~¿, "policía." Crítica
1
VrLLEGAS BASAVILBASO, partiendo de una diferenciación hecha por Bielsa, ha Veremos ahora cómo la "policía" no tiene un régimen propio. Tradicionalmente
intentado separar lo que él denominaba meramente "policía" de lo que consti- se afirma que el "poder de policía" se caracterizaba por el siguiente régimen
tuiría estrictamente "poder de policía." Sostiene dicho autor que "policía" es jurídico: a) implica libertad en la elección de medios para cumplir su fin; b) uso
~
"una función administrativa que tiene por objeto la protección de la seguridad, de la coacción para proteger el bien común; e) es eminentemente local; d) im-
m
m moralidad y salubridad públicas y de la economía pública en cuanto afecta plica restricciones a las libertades individuales. La primera afirmación es hoy
1 directamente a la primera;" y en cuanto al "poder de policía," dice que es la inexacta; la segunda ni se aplica a todo el régimen "policial," ni es exclusiva de
"potestad legislativa que tiene por objeto la promoción del bienestar general, él; la tercera y cuarta funcionan autónomamente, sin necesidad de referirlas a
regulando a este fin los derechos individuales, expresa o implícitamente reco- noción especial alguna. La primera característica ha desaparecido hace tiem-
nocidos por la Ley Fundamental." po; el orden jurídico ha terminado con la libertad de elección de los medios de
Las diferencias entre ambas nociones serían las siguientes: a) La "policía" coacción, al determinar en qué casos los órganos estatales pueden intervenir
es una atribución de la administración, el "poder de policía" una facultad del como policía para la prevención de peligros y qué médios pueden usar. 1
Congreso. b) El objeto de la "policía" está limitado a la tetralogía "seguridad, Las nuevas concepciones sobre "reserva de la ley" han hecho que en el Esta-
moralidad, salubridad, economía," mientras que el objeto del "poder de policía" do de derecho la policía necesite una regulación o autorización legal para dis-
es más amplio, comprendiendo todo el bienestar colectivo en general. Sin em- minuir o interferir en la esfera de los individuos. 2 Ha dicho así la Corte Supre-
bargo, bien se advierte que ello no resuelve nada, porque no es exacto que la ma de Justicia: "La configuración de un delito por leve que sea, así como su
llamada actividad administrativa de "policía," se limite exclusivamente a la represión, es materia que hace a la esencia del poder legislativo y escapa de la
seguridad, salubridad moralidad y economía públicas, sin referirse en general órbita de las facultades ejecutivas. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no
al bienestar colectivo. Toda la legislación que el Congreso dicta sobre el bienes- manda ni privado de lo que ella no prohibe (art. 19 de la Constitución). De ahí
tar general puede también estar en su ejecución y reglamentación a cargo de la la necesidad de que haya una ley que mande o prohiba una cosa, para que una
administración; no puede en verdad afirmarse que la promoción de la seguri- persona pueda incurrir en falta por haber obrado u omitido obrar en determi-
dad social, p. ej., no esté también a cargo de la administración (cajas de jubila- nado sentido. Y es necesario que haya, al mismo tiempo, una sanción legal que
ciones, seguro de vida obligatorio, obras sociales, etc.) o que la tarea de embe- reprima la contravención para que esa persona deba ser condenada por tal
llecimiento de la ciudad (plazas, parques, jardines, arreglos, etc.), no esté a hecho (art. 18)."3 Y no se habla aquí de ley en sentido "lato" (ley, reglamento,
cargo de la administración y sí en cambio exclusivamente del Congreso. Todos ordenanza) sino de ley del Congreso de la N ación.
los ejemplos señalados anteriormente para referirnos a la insuficiencia de la 12 ·1 ANTONIOLL!, op. cit., p. 230.
111 12 ·2 PETERS, op. cit., p. 37 4.
VrLLEGAS BASAVILBASO, Tratado de derecho administrativo, t. V, p. 11 y ss., esp. pp. 56-7, 76-
8, 88 y 108. CSJN,
12-3 Fallos, 237: 636, caso Mouviel (1957); 191: 245, caso Cimadamore (1941).
V-18 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-19

La segunda característica -el uso de la coacción- está negada inicialmen- "policía" no puede encontrar justificación en la problemática interpretativa del
te por la aseveración de que la policía sea preventiva-represiva, pues al actuar art. 121 de la Constitución. 8 Respecto a que implique restricciones a la liber-
en función preventiva, de vigilancia, la coacción no funciona, sino que amena- tad, es obvio que tales limitaciones sólo las establecen las leyes (arts. 14 y 28
za.< Esa coacción potencial no es por otra parte privativa de lo que se denomina de la Constitución). El fundamento de tales limitaciones, al mismo tiempo,
"policía," sino común a toda la actividad estatal; en cuanto a la coacción actual, está en ese art. 14 de la Constitución, cuyo texto meridiano no admite duda
tampoco es ella exclusiva a la actividad policial, pues se presenta también en alguna en cuanto a la posibilidad de reglamentar los derechos individuales; y
la justicia penal, en los remates judiciales, etc.; es así que "esta pretendida ya la Corte Suprema ha dicho que reglamentar un derecho es limitarlo, hacer-
nota diferencial, la coacción, no permite ninguna demarcación segura entre la lo compatible con los derechos de los demás. 9 No hay así necesidad ni conve-
policía y otras actividades del Estado, lo que no debe extrañar si se tiene pre- niencia alguna en recurrir a la noción de "policía" para explicar este concepto
sente la esencia del Estado como orden coactivo." 5 En conclusión, que si bien la constitucional: si esa noción no hace falta aquí ni encuentra justificación en
coacción puede presentarse en la "policía," no sólo allí se presenta, ni se pre- otra parte, no queda sino una actitud a tomar: eliminarla.
senta tampoco en toda manifestación estatal o pretendidamente llamda "poli-
cial:" no es, pues, un elemento que pueda mostrarse como integrando un pre- 13. Fundamento político autoritario
tendido pero inexistente régimen jurídico "policiaL"6 En cuanto a que es local, Además de las razones jurídicas esgrimidas para demostrar la necesidad de
sabido es que la noción ha sido utilizada en los países de sistema federal en
eliminar la noción de "poder de policía," el caso merece algunas consideracio-
ocasión de determinar qué poderes pertenecían al gobierno federal y cuáles a nes políticas. Todas las "nociones" modernas de "policía," quiten o agreguen
los gobiernos locales. Se afirma así que el "poder de policía" es por principio
parte de los elementos analizados, carecen fundamentalmente del valor políti-
local y que sólo lo puede ejercer el gobierno federal cuando le ha sido expresa- co de las nociones antiguas, que servían de valla al poder omnímodo del Esta-
........
(j)
mente conferido o es una consecuencia forzosa de otras facultades constitucio- do. Históricamente, el poder de policía fue una esfera de libertad hallada por
-.J nales (así la regulación del comercio, tránsito, etc., interprovinciales). Sin em- exclusión; en la segunda mitad del siglo XX se pretendió un "poder de policía"
1 bargo, ello no es peculiar a la noción de "policía:" simplemente, todos los pode-
como restricción a esa misma libertad enseiiada por principio. En el pasado
res no delegados son locales; si entre los poderes delegados no figura la aplica- lejano, era el individuo quien podía esgrimir la noción de poder de policía para
ción de la coacción administrativa o lo que fuere para prevenir y reprimir per- sostener que el Estado no podía invadir sus derechos ni restringir sus activida-
turbaciones al buen orden de la moralidad, seguridad y salubridad públicas, des. En la segunda mitad del siglo XX, en cambio, en estas teorías de la autori-
entonces la misma es naturalmente locaL 7 dad, es el Estado quien puede esgrimir la "noción" de "poder de policía" para
¿Necesitaría eso noción alguna especial para llegar al raciocinio del jurista? afirmar que tiene el poder de restringir los derechos de los habitantes. Así,
¿Es tan difícil concebir el contenido del art. 121 de la Constitución como para resulta que en lugar de que la noción sirva para proteger a los individuos, hay
requerir la muletilla de una noción amorfa para explicarlo? Creemos que no; la que proteger a los individuos contra la "noción," analizando y remarcando las
12
.. op. cit., p 317.
MERKL, "limitaciones al poder de policía," las "garantías individuales," etc. ¿No es un
12 5
· op. cit., p 319.
MERKL,
12 6
·En todo caso, la doctrina ha encontrado un modo de conceptuar estos fenómenos, alrededor
esfuerzo estéril el que cada autor se empeñe en aceptar una noción que no
de la noción alemana de administración ordenadora. Así p.ej. SuNDFELD, Direito administrativo existe, para luego tratar de restringirla, cercarla, contenerla? Lleva a opinable
ordenador, op. cit, p. 16; comp. GRAU, EROS RoBERTO, Elementos de direito económico, San Pablo, redacción, en tanto se lo define como "limitaciones" que a su vez tienen "limita-
Revista dos Tribunais, 1981, p. 67 y nota 20.
12 7
· Si bien en Bonorino CSJN dijo "que es un hecho y también un principio de derecho constitu-
ciones" (o sea, es una limitación a la libertad, pero tal limitación tiene límites
cional, que la policía de las provincias esté a cargo de sus gobiernos locales, entendiéndose inclui- o limitaciones). No parece una terminología feliz.
do en los poderes que se han reservado, el de proveer lo conducente a la seguridad, salubridad y Los autores de las obras tradicionales del siglo XX se encuentran con que
moralidad de sus vecinos" (Fallos, 7:150, 152), ya en Resoagli deja traslucir que la imputación de
la "policía" (en cuanto a seguridad, salubridad, moralidad) a los gobiernos locales es una conse- han creado o adoptado una institución que escapa de su control, ávida de ex-
cuencia, no el fundamento, de ]a separación de los poderes federales y locales ... "conservan su pansión; se dedican entonces tenazmente a encontrar "limitaciones al poder de
soberanía absoluta en todo lo relativo a los poderes no delegados a la Nación, como lo reconoce el policía" y enseñar cómo no puede violar las garantías constitucionales, cómo la
art. ciento cuatro; [... ] de este principio fundamental se deduce, que a ellas corresponde exclusiva-
mente darse leyes y ordenanzas de ín1puestos locales, de policía, higiene y, en general, todas las 12 ·8 La solución es la misma en otros derechos y con otras normas, como lo explica LúCIA VALLE
que juzguen conducentes a su bienestar y prosperidad, sin más limitación que las enumeradas en FIGUEIREDO, op. loe. cit.
el art. ciento ocho de la misma Constitución" (Fallos, 7: 373, 386, 1869). 129 Fallos, 136: 161, 171, Ercolano (1922).
V-21
EL PODER DE POLICÍA
V-20 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO

Sostener esta noción es negar la finalidad misma del derecho administrativo;


Constitución es una protección nuestra que no existe en otros países, cómo la
es en definitiva deliberadamente preferir el poder y no la libertad; la autori-
policía no puede desconocer la persona humana, cómo debe respetar la ley ... La
práctica demuestra que los intentos de los autores no son suficientes para con- dad y no los derechos.
tener el poderío que evoca el mantra del poder de policía; éste holla la libertad
15. Conclusiones. La purificación de la técnica científica
y la dignidad humanas sin que los autores puedan hacer otra cosa que indig-
narse contra el gobierno. 15.1. Facultades de la administración
Cuando de una noción ha podido decirse: "No hay poder, o ejercicio de poder Acabamos de indicar que debe eliminarse del derecho administrativo la noción
que sea más propenso a lesionar derechos o garantías constitucionales y lega- de "policía;" es necesario explicar ahora las consecuencias que ello ocasionará
les a veces, por normas inferiores: reglamentos, ordenanzas, etc., que el de y la solución que cabe dar a los problemas de técnica jurídica que se relacionan
policía" (BIELSA), el juicio de disvalor que la misma debe merecer en los espíri-
con esta cuestión.
tus republicanos es unívoco y terminante. Es una noción demasiado vieja a La consecuencia central de suprimir tal noción es que ningún casQ de dere-
fines del siglo XX, uncida al carro de las tradiciones autoritarias de ese mismo cho administrativo, ninguna pregunta acerca de si en una situación '4etermi-
siglo, de que tanto nos cuesta desprendernos. No tiene cabida en el siglo XXI. Y nada pudo la administración o el Congreso disponer algo, podrá ser soluciona-
está finalmente cediendo su lugar a una proposición que al menos se presenta do en base a que allí se ejerció el "poder de policía." Nuestro planteo es pues
a sí misma como eje de debate, antes que como postulación de poder. Es la meramente de técnica jurídica; y su resultado es una simplificación del dere-
tensión entre regulación y desregulación que tratamos en el cap. Vll.' cho administrativo, al quitarle elementos que perturban el análisis objetivo de
la razonabilidad de los actos estatales.
_. 14. La inversión del principio. Los derechos
El primer caso a considerar en este aspecto de técnica jurídica es el de las
m individuales como principio, la limitación a los mismos como excepción facultades de la administración. Aceptando como se hace hasta ahora la noción
(X)
1 Si la noción no tiene un fundamento jurídico positivo; si se presenta desprovis- de "policía" se tienen en la práctica del derecho administrativo tres principios:
ta de caracteres jurídicos, desprovista de régimen jurídico específico, e innece- a) la administración puede actuar cuando una ley la autoriza, en forma regla-
saria para explicar problema o cuestión alguna de derecho constitbcional o da; b) la administración puede actuar cuando una ley la autoriza, aunque le dé
derecho administrativo; si además carece de valor político propio y es todavía facultades discrecionales; e) "la administración podría actuar, aunque una ley
políticamente repudiable, ¿para qué mantenerla o reestructurarla? En lugar no la autorizara en forma expresa o razonablemente implícita, si ejerce el po-
de establecer un principio general de coacción y poder estatal ("policía," "poder der de policía que <<en general>• le corresponde por el orden jurídico." Hemos
de policía") al que luego se le buscarían restricciones en los derechos indivi- demostrado que la tercera hipótesis es falsa: que el orden jurídico no confiere a
duales de los habitantes, lo correcto es, en los sistemas constitucionales que la administración ningún "poder de policía" genérico e indeterminado que la
estructuran positivamente a su Estado como "Estado de Derecho" y que se autorice a actuar en ausencia de ley; suprimimos por lo tanto esa tercera posi-
encuentran sometidos a un régimen supranacional e internacional de derechos bilidad y decimos categóricamente que la administración sólo puede actuar
humanos, sentar la premisa opuesta. Es así como corresponde afirmar que el avanzando sobre la esfera jurídica individual cuando una ley (en forma expre-
principio general establecido son los derechos individuales, a los que luego, en sa o razonablemente implícita) la autoriza, en forma reglada o discrecional, a
los casos concretos y por expresa determinación de la ley, se les encontrarán hacerlo. El lector advertirá que esto es precisamente el principio de la legali-
restricciones y limitaciones en la eventual coacción estatal. En conclusión, la dad de la administración, generalizado en todas las obras modernas sobre la
"noción" de policía es peligrosa: si algún argumento hubiera en derecho para materia, que expone como técnica jurídica del derecho administrativo el crite-
sostenerla podría correrse el riesgo de hacerlo. Sin embargo, no lo hay y sólo rio de que la administración no puede actuar sin una fundamentación legaJ.l
por algún extraño fenómeno de resistencia al cambio, temor a lo nuevo, como- Claro está, existe un autor tradicional argentino, dotado de una calificada gama
didad, apego a lo antiguo, empatía con el poder o la razón que fuere, se man- de discípulos, que da un paso más lejos y afirma que ni siquiera la ley es la que
tenga en vigor lo que ya ha sido y puede volver a ser, sepultura de la libertad. puede avanzar en ciertas materias y éstas se las deja libradas a la regulación
131 O también se puede postular, como hace SuNDFELD, un derecho o administración ordenado-
15 ·1 Hasta la teoría general del derecho ha recogido ya estos principios. Ver p. ej. EssER, JoSEF,
ra. Ver también MA.L>\RET I GA..llCíA, ELISENDA, Régimen jurídico--administrativo de la reconversión Eínfühnrung in die Grundbegrífe des rechtes und Staates, Viena, 1949, p. llO.
industrial, Madrid, Civitas y Generalitat de Catalunya, 1991, p. 121 y ss.
'\
EL PODER DE POLICÍA V-23
V-22 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO

Eliminando la noción se quita al administrador la posibilidad de recurrir a


por la administración, bajo la llamada "reserva de la administración." Esta- principios metajurídicos para socorrer soluciones deficientemente apoyadas en
mos con ello tan lejos del principio constitucional del Estado de derecho, de la el derecho positivo: si no puede fundar lo que sostiene en las normas de dere-
4
división de poderes, de la garantía de la libertad, que solamente en este con- cho positivo, ninguna ayuda le podrá prestar ya la oficiosa "noción de policía;"
texto de vida política argentina tan frecuentemente anticonstitucional puede se obliga al juez a tener por infundada y antijurídica toda disposición adminis-
entenderse que haya florecido una teoría a tal extremo impropia en un Estado trativa que pretendiendo ejercer el "poder de policía" haya actuado sin la debi-
de derecho contemporáneo. da fundamentación legal. Allí reside tal vez el valor fundamental de la elimi-
Ciertamente la Constitución de 1994 tiene el sesgo contrario a tales supues- nación que efectuamos: en evitar el empleo oculto de criterios políticos o socio-
tas facultades reservadas de la administración, que en ninguna parte mencio- lógicos autoritarios para convalidar actuaciones administrativas al margen de
na y al contrario le limita sus poderes normativos, como explicamos en el cap. la ley y en infracción a los derechos individuales.
VII del t. 1 y reiteramos en el cap. VII del presente t. 2. La supresión de la No debe tampoco creerse que la supresión de la noción de "poder de policía"
fraseología de "poder de policía" y por lo tanto de la posibilidad de que bajo su
invocación verbal la administración actúe sin fundamentación legal, es por
puede llevarnos a identificar lo que antes así se designaba, con "actividad dis-
crecional de la administración," como la doctrina propone para el acto de go-
"'
consigljiente una posición que encaja y se adecua perfectamente a los princi- bierno.5 En el caso del acto de gobierno hay ya normas que autorizan a la admi-
pios del Estado de Derecho: viene así a suprimirse una mancha más en el prin- nistración a actuar: si se estima allí que no puede hacerse una construcción
cipio de la legalidad de la administración. especial en base a las situaciones consideradas, quedarán siempre esas nor-
En este aspecto concreto (legalidad de la administración y su violación por mas que autorizan a actuar y podrá entonces subsumirse el caso dentro de las
parte del empleo de la noción de policía), los libros y fallos sobre derecho admi- facultades discrecionales de la administración. En el caso de lo que se pretende
_. nistrativo no exponen en realidad enunciados categóricamente contrarios a los encubrir como "poder de policía," en cambio, no existe por hipótesis una norma
m que aquí damos. El lector atento advertirá que en las obras modernas de la que autorice a la administración a actuar. Suprimiendo esa ilógica construc-
(!)
1 materia, sin perjuicio de tratarse el uso de la coacción y la aplicación de san- ción sólo podremos asimilar al grupo de las facultades discrecionales aquellas
ciones administrativas, ya ningún cap. es dedicado a nada que se llame partes de la "policía" que tengan una concreta fundamentación legal, una nor-
policía o poder de policía. 2 ¡. ma jurídica determinada que les confiera en forma expresa o razonablemente
No se suele decir en ningún lado, claramente, que la policía implique posibi- implícita esa discrecionalidad que se pretende fundamentar sólo con palabras
lidad de actuar sine legem; 3 pero aunque no siempre se lo diga, la realidad es vacías.
que así se lo admite. Cuando en un caso particular o singular la fundamenta- Haciendo un inventario hipotético de cuáles pueden ser las soluciones de
ción normativa es deficiente, o no la hay, casi siempre es dable ver cómo se fondo que habrá que modificar a raíz de la supresión de la noción de "policía,"
recurre accesoriamente a la noción de "poder de policía," pretendiendo fundar habrá que señalar, pues, que a) algunas soluciones habrán sido fundadas erra-
allí lo que no se pudo apoyar en norma expresa alguna. Y las más de las veces damente en el "poder de policía," pero tendrán también una fundamentación
el procedimiento se invierte: se señala primero que allí se ejerce "poder de legal, por lo que se mantendrán en vigor; b) otras soluciones fundadas errada-
policía" -y que por lo tanto la actuación estatal es legítima- y se agrega mente en el "poder de policía" carecerán de fundamentación legal, pero podrán
luego, como complemento accidental, el que también hay una norma que con tal vez sostenerse en virtud del estado de necesidad, o de alguna aplicación
mayor o menor claridad dispone la posibilidad de restringir el derecho indivi- analógica; e) y tinalmente, algunas soluciones erradamente fundadas en el "po-
dual. Esto es un defecto de método y técnica científica que debe evitarse cuida- der de policía" quedarán huérfanas de todo basamento jurídico al quitárseles
dosamente, so pena de incurrir en frecuentes errores. ese de la "policía;" tales soluciones habrán de caer. En consecuencia, la supre-
15 2
· Ver, entre otros, GARCÍA DE ENTERRiA y FERNÁNDEZ, op. loe. cit.; MARTÍN MATEO, op. loe. cit.; sión de la noción de "policía" no implica necesariamente una transformación
SuNDFELD, op. loe. cit. profunda de todos los pilares y planteas del derecho administrativo: ella lleva-
15 ·3 Entre los que sí opinan que la policía implica la posibilidad de restringir los derechos indi-

viduales aunque la ley o la Constitución no la autoricen, ver GARRIDO FALLA, op. cit., p. 148. Por
15·4 Si remedáramos el empleo que a veces se ha hecho del término, diríamos que esto es un acto
supuesto, ese criterio no es válido en el derecho argentino (arts. 14 y 28 de la Constitución). Con
todo, es importante aclarar que no hace falta que la ley tenga "detalladas previsiones" para que la de policía científica: eliminamos del derecho administrativo un elemento perturbador, que atenta
restricción sea admisible; basta que ella esté razonablemente implícita dentro de las facultades contra el buen orden y progreso de la materia ... ; como se ve, para todo se puede emplear el vocablo.
15 ·5 Para una crítica sistemática de la teoría ver infra, cap. VIII: "Los <<actos de gobierno))."
que la ley confiere a la administración. Al respecto ver LINARES, JuAN FRANCisco, Poder discrecio~
na/ administrativo, Buenos Aires, 1958, cap. X, p. 113 y ss. y supra, t. 1, op. cit.
EL PODER DE POLICÍA V-25
V-24 DEFENSA DEL USUARJO Y DEL ADMINISTRADO

rá tan sólo a destruir un cierto número de soluciones o principios espúreos y de los demás (Fallos, 136: 161, Ercolano, 1992). Trátase ahora de saber cuándo
evitar en alguna medida que aparezcan otros de cuño similar. Obligará a fun- la restricción impuesta por el Congreso a los derechos individuales es tan sus-
cionarios y jueces a encontrar el fundamento legal de una restricción a la liber- tancial como para alterar el derecho de que se trate y ser por lo tanto inconsti-
tad impuesta por la administración, antes de concluir en que se puede impo- tucional.
nerla ... ¡porque se tiene la policía o el poder de policía! En el conocido caso cine Callao (1960), la Corte Suprema de hecho ha argu-
De las mismas razones que acabamos de exponer, se desprende también que mentado: a) el "poder de policía" que le corresponde al Congreso puede enten-
el que se suprima el vocablo "policía" no implica que no exista, aquí y ahora, derse en sentido amplio o restringido, b) la Corte Suprema ha decidido enten-
coacción estatal actual o virtual sobre los individuos para proteger ciertos pos- derlo en sentido amplio, e) el Congreso entonces tiene amplias facultades para
tulados de bien común; no significa que la ley no pueda restringir los derechos restringir los derechos individuales, sin que por ello deba considerarse que los
individuales; no significa que la administración no pueda estar facultada para altera en el sentido del art. 28, d) además y como correlato a esa tesis amplia
actuar en detrimento de los individuos; pero sí significa que en cada caso ha- del "poder de policía," la Corte Suprema entiende también que debe autolimi-
brá de encontrarse una fundamentación en el orden jurídico positivo para que tar el contralor judicial en favor de la presunción de constitucionalidad de las
esa coacción y esa actuación sean jurídicas, pues no las sustenta el que se ha- leyes; e) ergo, la ley es constitucional. 6
ble de "poder de policía."Y destaquémoslo una vez más: lo que se suprime es la Demostrado ya que no existe una noción de "policía" -ni amplia ni restrin-
noción, no el poder estatal para restringir los derechos individuales: ese poder gida- y que la Corte Suprema no ha podido en consecuencia decidirse por uno
existe, pero no puede científicamente llamárselo "poder de policía," ni puede ni por otro concepto, cabe indicar que para interpretar si una ley es constitu-
ser conceptualmente connotado en forma particular alguna, en lo que respecta cional o no al reglamentar en un determinado caso un derecho individual, de-
a la restricción a los derechos individuales. Ello lleva luego a la conclusión de berá analizarse si la misma interpreta razonablemente o no lo que dispone la
....... que ciertos casos -pero no todos- en que se emplea el poder estatal bajo la Constitución; si "altera," en buen sentido común, el contenido del derecho de
-.1
o capa de "poder de policía" son en verdad intervenciones antijurídicas del Esta- que se trata; si destruye el equilibrio constitucional previsto por nuestros cons-
1 do, lo que se advierte al desembozado suprimiendo nada más que la noción de tituyentes entre los poderes del Estado y los derechos de los individuos; si trans-
poder de policía. Suprimiendo la noción (que por otra parte no existe con carác- grede las normas o los principios de los tratados supranacionales e internacio-
ter racional), se advierte a renglón seguido que algunas de aqueJlas restriccio- nales de derechos humanos. Dicho de otra forma, debe el jurista limitarse pura
nes hechas por el poder estatal son ilegítimas, pues carecen de todo fundamen- y exclusivamente a los criterios interpretativos que racionalmente se despren-
to legal y sólo las cubría esa aparente noción. El que hablemos de la elimina- den de la Constitución y los tratados.
ción del vocablo "policía" no significa, pues, que pretendamos ver en nuestra Razonabilidad/ sentido común, equilibrio constitucional: esos son los argu-
sociedad actual una repentina extinción del poder estatal o una anonadación mentos que deberán considerarse. No será jurídico, sino arbitrario e infunda-
de los órganos administrativos: tan sólo calificamos jurídicamente la forma en do, querer demostrar la inconstitucionalidad de la ley en base a una pretendi-
que se lo aplicará a aquél y los medios por los cuales actuarán éstos. De allí se da noción de "poder de policía."
sigue, asimismo, que la supresión de la palabra o conceptualización de policía Es difícil, desde luego, decidir cuándo una ley altera un derecho subjetivo de
es esencialmente un problema de técnica jurídica y no un planteo que implique los habitantes. Pero la dificultad de la decisión no puede dar lugar a una re-
una conmoción del régimen jurídico estatal. nuncia a tomarla, ni menos a sostener la idea no fundada de que sea facultad
amplia del Congreso restringir los derechos de los habitantes. Será necesario
15.2. Facultades del Congreso estudiar los hechos del caso y evaluar la proporcionalidad de la propuesta le-
gislativa, para determinar si ella se conforma o no a la Constitución. Volvemos
De la premisa general de que "ninguna pregunta acerca de si en una situación
con ello al cap. 1 del t. 1 y al cap. 1 del presente t. 2.
determinada pudo la administración o el Congreso disponer algo, podrá ser
15·6 CARRIÓ, GENARO, "Nota sobre el caso de los números vivos," en Revista del Colegio de Aboga-
solucionada en base a que allí se ejerció el "poder de policía," surge ahora una
dos de La Plata, 6:49 y ss., 68 y ss. (1961); RÉBORA, JuAN CARLOS, "Comentario," en Revista Argen-
importante consecuencia con respecto a las facultades del Congreso. El Con- tina de Ciencia Política, 2: 295 (1960); BoTET, LuiS, "El comunismo de Estado y la jurisprudencia,"
greso está facultado por la Constitución nacional para reglamentar los dere- JA, 1960-V, 402; NERVA, nota en LL, 100: 46. El caso puede verse en Fallos, 247: 121-135, Cine
chos individuales (art. 14), siempre que no los altere (art. 28), lo que no quita Callao (1960). Una guía del caso en Derechos Humanos, op. cit., cap. VIII, pp. 39-42.
15 ·7 Al respecto, LINARES, op. cit., p.l35 y ss.; supra, t. 1, op. cit., cap. VI.
que los restrinja en alguna medida para hacerlos compatibles con los derechos
V-27
V-26 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA

Si el tribunal no encuentra argumentos en base a los cuales decir que la ley atribuye claramente la facultad de decidir en cada caso el sentido y alcance de
es inconstitucional, puede simplemente adoptar la regla de que en la duda toda cláusula constitucional.
deberá estarse a favor de la constitucionalidad de la ley; pero nunca, en igual Lo que es más, al determinar en el art. 28 que los principios, derechos y
situación, decir que el Congreso tiene amplios poderes para limitar los dere- garantías precedentes no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten
chos de los individuos. Esto último simplemente no tiene sustento lógico sin su ejercicio, establece la supremacía del órgano judicial sobre el legislativo, ya
referirlo a hechos concretos, a un caso concreto de derecho. que en el caso previsto por dicho art., la facultad de determinar cuándo una ley
Prescindiendo ya de la inexistente noción de "policía," es de advertir cómo el altera o no los derechos constitucionales, está en manos del órgano judicial en
sentido de nuestra Constitución no es -en el aspecto que plantea el fallo- el el orden interno (art. 116). A su vez y como lo ha resuelto la Corte en el caso
indicado, sino el opuesto. La Constitución establece una serie de derechos indi- Giroldi, los órganos internos deben interpretar y aplicar las normas supra o
viduales de los habitantes, que entiende garantizar contra el Estado 8 y cuya internacionales conforme a los criterios de los órganos supranacionales o in-
existencia no subordina al dictado de leyes reglamentarias. 9 Los derechos sub- ternacionales de aplicación. Algunos autores se cuestionan si puede o no el
jetivos de los habitantes existen y tienen vigencia tanto a) si se dicta una ley tribunal sacar consecuencias jurídicas (así: "moral," "justicia," "equidad," "de-
que los respeta, como b) si se dicta una ley que no los respeta -caso en el cual mocracia"),'2 cuando la Constitución o las normas supranacionales fijan un
no se aplica la ley-, como e) si no se dicta ley alguna, caso en el cual rige principio jurídico amplio o indeterminado, o se trata de un principio general
directamente la norma constitucionaP 0 y en su caso supranacional. En otros del derecho. Pero ello no quita que cuando se trata de los concretos derechos
términos, las normas y principios constitucionales e internacionales o supra- individuales (libertad de comercio, de tránsito, de trabajo, etc.) deba el juez
nacionales que contemplan los derechos individuales frente al Estado, no re- hacer su propia interpretación de lo que disponen la Constitución y los trata-
miten la existencia de tales derechos a la decisión del Estado, sino que la pre- dos en el caso y determinar a continuación si la interpretación que ha hecho el
....... determinan ellos mismos. 11 Ahora bien, ¿a quién corresponde determinar el Parlamento se ajusta o no a la Constitución. La interpretación final, desde
13
-.1 significado último de la Constitución y los tratados, comprendidos esos dere- luego, reside en el ámbito de la justicia supranacional.
.......
chos subjetivos de los habitantes? La importancia de la cuestión es obvia, pues De otra forma se entra en una peligrosa pendiente en la que ocasionales
en ella reside prácticamente el núcleo de toda la actitud del tribunal. Si corres- mayorías parlamentarias puedan trastocar la esencia del sistema constitucio-
ponde al Congreso determinar el significado último de la Constitución y los nal, llevando en su momento la plena vigencia de los derechos a su total desco-
derechos allí conferidos a los habitantes, entonces el tribunal no puede pro- nocimiento. Precisamente los tribunales tienen la difícil tarea institucional de
nunciarse sobre la constitucionalidad de las leyes y es inútil qú"e haga mención ser el contrapeso, el equilibrio estatal, el poder que va tal vez a la zaga de
además a una "noción de poder de policía." todos, pero que los contiene y los frena en sus impulsos no siempre bien medi-
Si, por el contrario, tal interpretación última corresponde al órgano judicial tados o madurados.
nacional o supranacional, no cabe entonces postular premisas genéricas de En cuanto al problema de técnica constitucional, repetimos, no pueden ad-
poderes amplios o restringidos del Congreso: sus poderes estarán siempre bajo mitirse medias tintas: o el Poder Judicial tiene facultades para controlar la
la Constitución según la interprete en el caso el Poder Judicial argentino pri- constitucionalidad de las leyes, o no las tiene. Es erróneo que el tribunal se
mero y la justicia supranacional después. Pues bien, creemos que no puede haga planteos acerca de si el Congreso tiene un amplio o restringido poder;
haber duda acerca de cuál es nuestro sistema constitucional. El art. 116 de la pues el Congreso tiene tan sólo el poder que le da la Constitución con el presu-
Constitución, cuando dice que corresponde al Poder Judicial el conocimiento y puesto de los derechos reconocidos en los pactos supraconstitucionales y ese
decisión de las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, le plexo normativo habrá de ser interpretado en los casos ocurrentes por el Poder
Judicial nacional o supranacional.
15 8
·Confr. ALBERDI, JuAN BAUTISTA, Escritos póstumos, Buenos Aires, 1899, t. X, p. 125; MAUNZ,
THEODOR, Deutsches Staatsrecht, Munich y Berlín, 1959, 9" ed., p. 91. En igual sentido nuestra
· Ver SPANNER, HANs, Die richterliche Prüfung uon Gesetzen und Verordnungen, Viena, 1951,
15 12

Corte Suprema de Justicia de la Nación ha receptado el principio enunciado también por la Corte p. 67.
· Y bueno es recordar, con el Tribunal español, que es obligatorio "atenerse en todo caso a la
Interan1ericana de Derechos Humanos: ver "Los derechos humanos no son para, sino contra el 15 13
Estado," nota al fallo Arce, CSJN, LL, 1997-F, 696. interpretación de las normas en el sentido más favorable a la eficacia de los derechos fundamen-
15 9
· Op. cit., p. 28 y ss.; supra, t. 1, op. cit., cap. III.
tales," "lo que equivale a una formal prohibición de las interpretaciones contra civesn: GARCÍA DE
15 ·10 Op. cit., p. 29. ENTERRiA y FERNÁNDEZ, Curso de derecho administrativo, t. II, op. cit., cap. XXll, IV, 3 in fine, p.
15
·u Op. cit., p. 28; CSJN,Arce, LL, 1997-F, 696.
459.
V-28 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO

Ello nos lleva incidentalmente a otra crítica: nuestro tribunal viene dicien-
do desde su creación que no le compete hacer declaraciones generales acerca
de la constitucionalidad de las leyes, que sus fallos se limitan siempre al caso
concreto. ¿A qué viene entonces ahora el que diga que el Congreso tiene en
general amplios poderes para restringir los derechos de los individuos? Enten-
demos que si la Corte considera que no puede declarar genéricamente la in-
constitucionalidad de la ley, tampoco puede declarar genéricamente su consti-
tucionalidad y menos en abstracto las facultades que tenga el Congreso para
dictar leyes; el peligro de tales declaraciones, por otra parte, es evidente. El
deber de los tribunales es ir analizando, caso por caso, 14 si la ley de que se trata
ha interpretado correctamente o no los principios constitucionales. En cada
caso concreto, el tribunal deberá hacer su propia interpretación de la Constitu-
ción para decidir si la que ha hecho el Congreso es la válida. Si el tribunal cree
que hay argumentos concretos para decir que la ley es inválida -incluso, que
no hay argumentos concretos para decir que es válida-, 15 entonces deberá
declarar su inconstitucionalidad. Si, a la inversa, no encuentra tales argumen-
tos de invalidez y cree, en cambio, que la ley encuentra apoyo en las disposicio-
__. nes constitucionales, así deberá declararlo. No será jurídico ni aceptable que el
-..! tribunal diga nunca que a su criterio los demás poderes tienen amplias facul-
N
1 tades, en su detrimento, para interpretar la Constitución.
De eso se trata, nada más, cuando autores y fallos mentan un inexistente
"poder de policía." 16

i'

15 · 14 CARRió, op. cit., p. 73 y ss.; supra, cap. I del t. 1, o p. cit.; nuestros libros El método en
derecho, Madrid, Civitas, 1988, cuarta reimpresión 2001 e Introducción al Derecho, edición como
e-book en www.gordillo.com
10 ·10 Así SPANNER, op. cit., p. 65.
15
-H~Para una guía de análisis de este y otros casos sin recurrir a este tipo de· nociones y anali-
zando simplemente los hechos, ver Derechos Humanos, op. cit., 4" ed., 1999.
AGUSTÍN GORDILLO

Tratado
de Derecho
Administrativo
......1
-..J TOM03
()1
1

El Acto Administrativo

Q ,A
ARA Editores

LIMA
2003
TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO
TOMO 3 INDICE
EL ACTO ADMINISTRATIVO

l' edición, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1963 Prólogo a la sexta edición 21


2" edición, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1969 Prólogo a la quinta edición 23
3' edición, Buenos Aires, Macchi, 1979 Prólogo a la cuarta edicion 25
Reimpresiones varias
JUAN FRANCISCO LINARES: prólogo a la segunda edición 27
4' edición, Buenos Aires, F.D.A., 1999
_. l' edición Colombiana, Medellín, Biblioteca Jurídica Diké y F.D.A., 1999 JuAN FHANCISCO LINAHES: prólogo a la primera edición 31
-.1 S' edición, Buenos Aires, F.D.A., 2000
m Introducción
1 2' edición Colombiana, Medellín, Biblioteca Jurídica Diké y F.D.A .. 2001
l. Las seudo nociones fundan tes del derecho administrativo 1
l' edición Venezolana, Caracas, FUNEDA, Fundación de Estudios de 2. El modelo autoritario de acto administrativo 3
Derecho Administrativo y F.D.A., 2001 3. La prevalencia de un interés o bien sobre el otro........................ .. .................... 4
6' edición y 1' edición Peruana, Lima, ARA Editores y F.D.A., 2003 4. El eje de la tutela judicial efectiva o la "jurisdicción revisora del acto" ................ 6
6' edición y 1' edición Brasileña, Bclo Horizonte y San Pablo, Editora 5. El control de los hechos. Confusión de jurisdicción ordinaria y extraordinaria .... 8
6. El incumplimiento de las garantías del ciudadano y la legalidad................. .. .. 9
Del Rey y F.D.A., 2003 7. Una "respuesta coherentemente autoritaria" ..................................................... 9
8. El sistemático incumplimiento de la Constitución ............................................. 10
8.1. En general ........................................................................................................ 10
Obra Completa · ISBN 9972-626-!9-<Í 8.2. La modificación o sustitución de oficio del acto administrativo .................... 11
Tomo 3 :ISBN 9972-626-22-9 9. Invocar la seguridad jurídica a favor del Estado .................................................. 12
Hecho el Depósito Legal: 1501012003-2145
Impreso en el Perú
10. Prevenir o coadyuvar a la corrupción .................................................................. 14
11. Quo uadis?. .............................................. -......................................................... 14

Copyright by Agustín Gordillo y Fundocián de Derecho Admini.\"lnlfii'O Capítulo I


Viamontc 74Y, piso lO, of. R, Buenos Aires (CI053AB0). Argentina

EL ACTO ADMINISTRA1'IVO COMO PARTE DE


Los derechos p~HrimoniJ!cs del autor por la presente cJJcJún pcrtcuccen exclusivamente a la Fundación LA FUNCION ADMINISTRATI\lA
de Derecho Adlllini.\·trwii'O (Inspección General de Ju.•.ticia Nu C-7924). Este libro puede consultarse
l. Recapitulación. El objetivo del análisis no es definir el acto administrativo
gratuitamente en [www.gordillo.com, www.gordillo.t·om.ar] y en [www.gordillo.org.ar,
sino sistematizar la actividad administrativa I-1
w w w. a g us ti n go rd i 11 o .e o m, ww \Y .a g us ti n go rd i 11 o.co m. a r, w w w. agus ti ngo rd i 11 o. n ct,
www.agustingordillo.org] autorizándose la reproducción dr: su material con cita del autor y cdi10r. 2. Acto jurídico y acto administrativo I-2
título de 13 ohra, :-.itio en la www, capítulo y padgrafo o nota utilizado. El autor ;:¡gradecerú cualquier 3. La noción de acto administrativo no depende del régimen de revisión de los
sugl'rcnci~l o crítica, sea por carla en la Llirección arriba indicada, por rax al (5411J 4.322-2169, actos I-3
o a los c·m~tils: agustin@gordillu.com, gordillo@clsitio.net, gordilloa@infoda.com.ar 4. Continuación. El concepto subjetivo de acto administrativo I-5
13. Clubes de campo y barrios cerrados 26
14. Conclusiones 29

Capítulo I
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCION
ADMINISTRATIVA

l. Recapitulación. El objetivo del análisis no es definir el acto


administrativo sino sistematizar la actividad administrativa
Ya hemos adelantado 1 que las palabras y clasificaciones y las consecuentes
__.
definiciones, carecen de un valor dogmático de verdad o falsedad que pueda
-..J
-..J determinarse apriorísticamente. Hemos expresado también que interesa en
1 primer lugar analizar la realidad que el mundo nos presenta, para determinar
luego, en función de sus características, cómo es más conveniente llamarla,
clasificarla y definirla. 1 La búsqueda de la definición de acto administrativo no
es una búsqueda de esencias: 2 debe estudiarse el fenómeno administrativo bus-
cando una clasificación que lo sistematice y explique adecuadamente. Ello puede
llevarnos a dar una noción de acto administrativo, pero ésta no es el objetivo
último del análisis. Nuestra investigación pues, tiene por contenido el estudio
del total de la actividad administrativa.
Este fue el criterio con que encaramos las anteriores ediciones de El acto
administrativo y debemos confesar una suerte de éxito, pues la definición que
propusimos desde 1963 ha generado razonable aceptación. 3
u Supra, t. 1, Parte general, cap. I.
u La aplicación de estos principios de teoría general es importante en materia de acto adminis-
trativo, pues muchos entienden hallar la verdad absoluta al proponer definiciones o clasificacio-
nes. Otros en cambio, aún postulando algunos presupuestos aristotélicos admiten la incidencia de
la utilidad científica como elemento de valoración de tales definiciones y clasificaciones: así LINARES,
Fundamentos de derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea, 1975, § 193, p. 233: "La utilidad
de una teoría, para saber a qué atenerse, es un buen indicio de su verdad. Porque la verdad es
también útil, aunque lo útil de por sí no sea la verdad científica, pero sí un fuerte indicio de que
ella está presente y develada en todo o en parte a través de su aplicación teórica y técnica."
2
1. Ver igual problemática en materia de servicios públicos en el t. 2, La defensa del usuario y

del administrado, cap. VI. El planteamiento metodológico general se lo encontrará en supra, t. 1,


op. cit., cap. I.
u Ver BuJ MONTERO, MóNICA, "El acto administrativo", en FARRANDO (H.), IsMAEL y MARTfNEZ,
PATRICIA R. (Dir.), Manual de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Depalma, 1996, p. 159.
I-2 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-3

2. Acto jurídico y acto administrativo pío, a ningún campo de la actividad administrativa. 5 Esta afirmación puede
ser discutible, 6 pero la tendencia es clara hacia la restricción de la aplicación
La búsqueda de una sistematización adecuada del total de actividades regidas
del derecho civil en el plano administrativo. 7
por el derecho administrativo se torna fundamental en esta materia, porque
Fundamentalmente, la sistematización propia del derecho civil8 no explica
no existe ningún marco legal de referencia que permita utilizar clasificaciones
ni ordena ninguno de los grandes problemas que preocupan al derecho admi-
o definiciones preestablecidas. No existe una definición legal de función admi-
nistrativo: no toma en cuenta -como no puede ser de otro modo- la división
nistrativa, 1 ni tampoco de acto administrativo; 2 en el derecho civil, en cambio,
de poderes y funciones, la estructura de la administración pública, la naturale-
al existir una definición legal del acto jurídico, se hace en parte innecesaria
za del órgano y su actividad, etc.; todo esto debe analizarlo y sistematizarlo el
esta problemática, pues al estar dado legalmente un ordenamiento metodoló-
derecho administrativo. Por lo tanto, en el resto del cap. comenzaremos a estu-
gico determinado, él se torna automáticamente de uso convencional y constitu-
diar los problemas del ordenamiento de la actividad administrativa y señala-
ye una base sencilla de trabajo, con prescindencia de que su sistematización
remos los elementos a tomar en cuenta para una noción de acto administrati-
sea más o menos conveniente. Esa circunstancia ha tentado siempre a más de
vo.
un jurista enfrentado con los problemas del derecho administrativo, sugirién-
dole adoptar la clasificación y definición propia del acto jurídico del derecho 3. La noción de acto administrativo no depende
privado, sólo que trasladándola al derecho público. del régimen de revisión de los actos
Esta ha sido, más de una vez, la actitud de parte de la jurisprudencia; es
también, casi intuitivamente, la que adoptan los abogados no especializados Partir, como lo hemos hecho ya desde anteriores ediciones de est"a, obra' del
en el derecho administrativo: ello se debe a una formación muy detallada en concepto de función administrativa, elimina distintas variantes que se han
__.
derecho privado, producto de los programas de estudio clásicos de las distintas dado para configurar al acto administrativo y que por fundarse en elementos
-...J
co universidades, y a una escasa formación en derecho administrativo. 3 Pero debe accidentales antes que en un análisis global de la realidad administrativa, sólo
1 pueden ser imperfectas e incompletas.
tenerse presente que esa tendencia, con todo de parecer fácil, lleva a errores,
porque lo que hay que sistematizar y explicar en derecho administrativo (a 2 ·5 Ver supra, t. 1, op. cit., cap. VIII,§ 3. Hemos dicho "en principio" en el sentido de "como regla

través de la noción de acto administrativo) es muy distinto de lo que hay que general"; pero aún así es una afirmación que merece ser rnatizada. La CSJN in re A1etalniecánica
sistematizar en derecho civil (a través de la noción de acto jurídico); 4 a ello S.A., 1976, ED, 71: 463, ha reiterado, p. ej., que el derecho civil se aplica a la administración en
forma subsidiaria al derecho administrativo (con cita de 183: 234; 190: 142; 191: 490; 205: 200;
debe agregarse que el margen de aplicación del derecho civil a la administra- 237: 452). Ello ocurre particularmente en materia de daños. De todas maneras, conviene estar
ción pública es cada vez más reducido en el mundo moderno, a punto tal que advertido que se trata de un terreno minado en el que es indispensable consultar la jurispruden-
cia sobre el tema puntual. Vale en este sentido recordar, por su exquisita ambigüedad, parte del
puede sostenerse que en el presente el derecho civil no es aplicable, en princi-
cons. go de Meta/mecánica: "conviene recordar lo que dijo la Corte en otra oportunidad, que las
reglas del Código Civil, «si bien no han sido establecidas para aplicarlas al derecho administrati-
2 1
· Ver supra, t. 1, op. cit., cap. IX, "Las funciones del poder",§ 22.3, "Funciones administrativas vo, sino al derecho privado nada obsta para que representando aquéllas una construcción jurídica
de órganos no estatales." basada en ]ajusticia, su aplicación se extienda al derecho administrativo, cuyas normas y solucio-
22
· Algunas legislaciones provinciales de procedinüento administrativo han adoptado expresa- nes tarnbién deben tender a realizar aquélla, con las discriininaciones in1puestas por la naturale-
mente la definición que propusiéramos desde la primera edición (1963) de este libro. za propia de lo que constituye la sustancia de esta última disciplina» («Fallos", 190-142)." El
23
· Basta comparar que Inientras el derecho ad1ninistra6vo tiene también una parte general, una último fallo citado es Los Lagos S.A. A su vez, la CNFed. CA, Sala III, in re La Huella S.R.L., LL,
parte de obligaciones, una parte de contratos, una parte de derechos reales, a más de otros grandes SAd. 6-X-2000, p. 56, cons. VIII, ha dicho "que las reglas fijadas por el Código Civil, sólo concer-
sectores propios, la Facultad le dedica una sola materia obligatoria del ciclo básico común, cuando el nientes a las relaciones privadas, no rigen en derecho administrativo de modo directo ni supleto-
derecho civil le dedica una materia para la parte general, otra materia para las obligaciones, otra rio [... ], sino que pueden llegar a ser aplicadas tan sólo por razón de analogía, es decir: con las
rnateria para los contratos, otra materia para los derechos reales, etc. Para un panorama c01nparativo discriminaciones impuestas por la naturaleza propia de esta última disciplina [... ]."
general, ver supra, t. 1,op. cit., cap. VIII,§ 2, "Relaciones con el derecho civil" y§ 3, "Evolución y estado
2 ·6 Ver la referencia de la nota anterior. Se trata de una controversia casi permanente, como

puede verse en el fallo anotado y la nota de FANELLI EvANs, GuiLLERMO E., "Daños a terceros en
actual de la aplicación del derecho civil a la administración pública."
24
Ya decía que si bien en cuanto a su estructura general hay una cierta identidad conceptual entre servicios públicos privatizados", LL, 1998-F, 146.
27
acto jurídico y acto administrativo, no puede pensarse que exista "identidad completa, pues llevada · Ver t. 1, op. cit., cap. VIII,§ 3.
2 ·8 Hechos jurídicos y no jurídicos; hechos jurídicos naturales y humanos, hechos jurídicos hu-
ésta a sus últünas consecuencias sería una anomalía, dadas las diferencias sociales entre el derecho
público y el derecho privado" (BIELSA, RAFAEL, Derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, La Ley, manos involuntarios y voluntarios, hechos jurídicos humanos voluntarios lícitos e ilícitos, para
1955, s• ed., p. 2, nota y p. 3; 6• ed., p. 17, nota 2). Un desarrollo exhaustivo de las diferencias entre acto recordar la más conocida.
3 · 1 Nos referimos a El acto ad1ninistrativo, 1963 y 1969, que desde 1979 constituye el presente
jurídico y acto adnünistrativo --que obligan a la diferenciación metodológica- puede verse en ALESSI,
RENATO, Sistema instituzíonale del diritto amministrativo italiano, Milán, Giuffre, 1953, p. 218 y ss. t. 3 de este Tratado.
I-4 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-5

En tal sentido, es claro que debe ser desechado en primer término el criterio la revisión de los actos administrativos: ya hace mucho que tiene acentuada
que toma en cuenta, para dar la noción de acto administrativo, la jurisdicción importancia, por diversos motivos, 5 la impugnación y revisión del acto en la
que deberá entender de la revisión del acto. En este criterio se excluye del propia sede administrativa; lógico es entonces que si se ha de tomar en cuenta
concepto del acto administrativo a ciertos actos emanados de otros órganos la posibilidad de atacar al acto, se tome un criterio que en lo posible explique
estatales que los administrativos, en virtud de que ellos -en algunos países- ambos tipos de control del acto y no sólo el judicial, en atención a la importan-
no son impugnables ante el juez en "lo contencioso administrativo." 2 Es éste un cía jurídica y práctica que ha asumido la revisión administrativa. 6
principio formalista, carente de fundamentación científica y supeditado no sólo Por lo demás, ha de quedar en claro que en nuestro sistema constitucional,
al cambio de una ley de "lo contencioso administrativo" sino incluso al cambio por imperio de los arts. 18, 109 y 116 de la Constitución, no puede en caso
de la jurisprudencia en la materia: al querer buscar la noción de "acto adminis- alguno excluirse la revisión judicial plena de cualquier acto estatal. 7
trativo", entonces, no debemos estar tratando de hallar una noción que respon- Menos aún podrá considerarse, por lo tanto, un recurso específico aplicable
da exclusivamente a los actos que pueden ser llevados ante el Tribunal de la para atacar el acto: negar el carácter de acto administrativo a un determinado
materia. El tribunal que deberá entender, o el órgano estatal que lo hará en su acto, en virtud de que la jurisprudencia haya decidido que no le es aplicable el
lugar, son aspectos sin duda importantes en la vida profesional, pero de nin- recurso por exceso de poder8 es un criterio objetable.
gún modo puede exclusivamente en base a ellos darse una noción de alcance A la inversa, tampoco se justifica a nuestro entender el afirmar que la insti-
sistemático. Tampoco el acto es lo que determina la jurisdicción, sino la mate- tución matriz productora del acto administrativo es el recurso o la acción con-
ria que habrá de regir la pretensión o derecho que se invoca. 3 Por lo demás, en tencioso administrativa, 9 pues éstos no son sino aspectos del régimen jurídico
el derecho argentino no podría afirmarse que la actividad administrativa de a analizar. A título de ejemplo, las controversias por los actos de los concesio-
--1. los otros poderes no fuere impugnable ante !ajusticia con competencia en ma- narios y licenciatarios de nacionales suelen dilucidarse en la competencia con-
-....J teria administrativa, primero porque ninguna norma concreta lo impide, y se- tencioso administrativa federal sin que sean necesariamente actos adminis-
(O
1 gundo porque la legislación procesal vigente admite claramente la posibilidad trativos.
de demandar a la Nación ante los estrados judiciales, sea por actos, hechos o Por todo ello, la institución productora -si es que puede usarse esa termi-
contratos administrativos} Ya es normal en nuestra jurisprudencia que los nología- del acto administrativo es en nuestro concepto la función adminis-
actos administrativos del Congreso de la N ación y del Poder Judicial sean im- trativa.
pugnables por la misma vía judicial que los actos emanados de la administra-
ción. 4. Continuación. El concepto subjetivo de acto administrativo
La solución no varía, a nuestro entender, aunque exista una norma que con- Entendemos en consecuencia que los principios jurídicos a considerarse para
sagre la solución criticada, por cuanto la revisión judicial es sólo una parte de obtener una noción de acto administrativo que explique y aplique el mayor
3· 2 Esto es así p. ej. en Uruguay, aunque como bien lo señala SAYAGUÉS LASO, ENRIQUE, Tratado número posible de aquéllos, no pueden limitarse a los remedios procesales y
de derecho administrativo, t. I, Montevideo, 1953; 4" ed., puesta al día por DANIEL H. MARTINS, vigentes, tanto en lo que se refiere a tribunal competente como recursos exis-
Montevideo, 1974, p. 391, ello no es argumento suficiente para obtener la conclusión de que los
actos dictados por los poderes legislativo y judicial no constituyen actos adininistrativos.
tentes contra el acto, o al procedimiento a seguirse en su tramitación. Con ello
33
· Esto es ya pacífico en la jurisprudencia (así, CNFed. CA, Sala IV, La Internacional S.A., 19-

VI-98, cons. II, párrafo segundo; Manzioni, 10-IX-92; La Primera de San Isidro S.A., 24-VI!I-93, y Lo explicamos supra, t. 2, op. cit., caps. IX, XIV y XV.
3 ·5

otros) y ha sido igualmente recogido por el actual Código Contencioso Administrativo de la Pro- 3·6No significa esto desconocer la importancia que debe tener la revisión judicial del acto, la
vincia de Buenos Aires, aunque de vez en cuando aparecen fallos que enfatizan erróneamente lo cual es un pilar fundamental del derecho administrativo (tal como ya lo expusimos en este Trata-
que,en la antigüedad se llamaba la calidad "revisora del acto administrativon cmno tipificante- do de derecho administrativo, t. 1, op. cit., cap. V,§ 2 y 3; t. 2, op. cit., cap. XIV), pero sí dar una
y a la vez limitan te- de la jurisdicción procesal administrativa. Así, aún existiendo un acto admi- visión más panorámica de los distintos aspectos del régimen del acto administrativo del cual la
nistrativo que se impugna, puede no ~prresponder la jurisdicción procesal administrativa (CSJN, noción pertinente debe ser suficientemente explicativa y no innecesariamente limitativa.
Movimiento Scout Argentino, 1980, Fallos, 302: 545, cons. 7•, recordado en La Internacional S.A., 3 ·7 Ampliar supra, op. cit., t. 2, cap. VIII, "Los «actos de gobierno••."

19-VI-98, cons. V), si lo principal de la impugnación se refiere al derecho comercial, incluso aun- 3 · 8 Como lo hace entre otros STASSINOPOULOS, MICHEL, Traité des acles administratifs, Atenas,

que hayan de juzgarse también aspectos regidos por el decreto-ley 19.549/72 (La Internacional Sirey, 1954, p. 45.
S.A., 19-VI-98, cons. IV y VI). En la Ciudad de Buenos Aires, por su parte, la jurisdicción procesal 3·9 Así FERNÁNDEZ DE VELAZCO, RECAREDO, El acto administrativo, Madrid, Revista de Derecho
administrativa está dada por el sujeto, "cualquiera que sea su fundamento ... , tanto en el ámbito Privado, 1929, p. 70, a quien sigue MARIENHOFF, MIGUEL S., Tratado de derecho administrativo, t.
del derecho público como del derecho privado" (art. 2). II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1966, pp. 220-1; en otras ediciones o reimpresiones se trata de
' Ver supra, t. 2, op. cit., 3• ed., cap. XIII.
3
las pp. 224-5.
---
I-6 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-7

tomamos posición en sentido diverso a las doctrinas que, partiendo expresa o Esta sola diferencia de criterio señala ya el error lógico de la doctrina tradi-
implícitamente del concepto señalado, comienzan por dar un concepto de acto cional; pues, desde luego, es una contradicción definir la función administrati-
administrativo restringido al punto de vista orgánico o subjetivo. va en sentido material y el acto administrativo en sentido orgánico, para con
En efecto, el hecho de que las acciones o los recursos contencioso adminis- ello arribar a la conclusión de que ciertas materias administrativas que en
trativos se den en principio -y en algunas legislaciones- sólo contra decisio- nada difieren de las demás, jamás darán lugar a actos administrativos.' Si la
nes de órganos administrativos, hace que la doctrina adopte fundamentalmen- ausencia de un órgano administrativo es tan decisiva como para eliminar la
te el concepto de que acto administrativo es el emanado de un órgano adminis- posibilidad de que su actuación de lugar a un acto administrativo, el razona-
trativo. A este primer elemento agregan, desde luego, otros, con el resultado de miento es igualmente válido para negar también que estemos ante una fun-
que la noción de acto administrativo se refiere a una especie de actos realiza- ción administrativa.
dos por órganos administrativos.
7. Crítica del concepto orgánico o subjetivo
5. Los conceptos subjetivo y objetivo de función administrativa
Pero, repetimos, el camino no debe buscarse por criterios objetivos o subjetivos
Este concepto de acto administrativo adolece de los mismos problemas lógicos aislados; sólo un concepto mixto puede tener posibilidades de éxito.
y metodológicos que el del~ función administrativa. 1 Para conceptuar a la fun- La contradicción de las nociones predominantes de función administrativa
ción administrativa se dan esencialmente dos nociones: (material, sustancial), y acto administrativo (orgánico, subjetivo) se advierte
a) la orgánica, subjetiva o formal: función administrativa es toda la activi- en un ejemplo: el nombramiento y remoción por parte de las autoridades judi-
dad que realizan órganos administrativos;
_.. ciales de un empleado de tribunales (p.ej., un ordenanza) es, en estas doctri-
(X) b) la material, sustancial u objetiva: función administrativa es la actuación nas, función administrativa, pero no acto administrativo. El nombramiento o
o concreta, práctica, etc., del Estado, realizada por cualquiera de sus órganos. remoción por parte de las autoridades administrativas de un empleado de la
1 Esta es la noción preferida por la doctrina.
administración (p.ej., un ordenanza), es función administrativa y también acto
Hemos dicho ya que ambos conceptos son inadecuados, y que necesariamen- administrativo. ¿Por qué el primer acto de nombramiento no es acto adminis-
te debe adoptarse un tipo de definición mixta que involucre a la vez elementos trativo y éste sí? Obviamente, porque en el primer caso no lo dicta un órgano
de tipo orgánico material; o sea, que aúne datos objetivos y orgánicos para administrativo y en el segundo sí.
arribar a la noción final. 2
Pero entonces ¿por qué es el primer nombramiento función administrativa y
el segundo también? Porque es sustancialmente igual, se dirá, pero es variar el
6. La oposición de los criterios de función administrativa y acto
fundamento: pues el que sean sustancialmente iguales, como en efecto lo son,
administrativo
puede al mismo tiempo fundar que los dos actos sean considerados como actos
Lo mismo ocurre con el acto administrativo; para conceptuarlo se dan esencial- administrativos, cosa que esta doctrina no hace.
mente dos nociones: En otros términos: no hay un mismo fundamento que pueda decidir en am-
a) la orgánica, subjetiva o formal: acto administrativo es el que dictan órga- bos casos el por qué considerar en un aspecto iguales y en otros desiguales a
nos administrativos, y no otros órganos; actos idénticos.
b) la material, objetiva o sustancial: acto administrativo es todo acto, cual- Esa contradicción debe solucionarse en uno de los siguientes sentidos:
quiera sea el órgano que lo dicte, que tenga sustancia administrativa. a) considerar que los dos casos son función administrativa y pueden dar
Aquí la misma doctrina prefiere, al revés del caso de la función administra- lugar a actos administrativos (criterio en principio sustancial), o
tiva, el concepto orgánico y no el material. b) considerar que en el segundo caso, y únicamente en él, hay función admi-
nistrativa y acto administrativo y que en el primero no hay ni función ni acto
5 1
administrativo.
· Que tratamos supra, t. 1, op. cit., cap. IX, "Las funciones del poder."
52
· Así hernos propuesto con1o definición: "Toda la actividad que realizan los órganos adminis- 6 ·1 Entre otros, LESSONA, SILVIO, Introduzione al diritto amrrúnistrativo e sue strutture
trativos, y la actividad que realizan los órganos legislativo y jurisdiccionales, excluidos respecti- fondamentali, Firenze, 1964, pp. 80-90: "El requisito subjetivo de la naturaleza del órgano que
vamente los hechos y actos materialmente legislativos y jurisdiccionales": t. 1, op. cit., cap. IX,§ realiza el acto excluye de la categoría de los actos administrativos [... } aquellos actos que son tales
21.
sólo objetivamente, pero no subjetivamente" (op. cit., p. 90).
,....-

I-8 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA. FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-9

Pero, según ya hemos visto, el segundo criterio es cuestionado en cuanto administrativa, si la impugnación versa sobre el derecho administrativo. Es
para ello se basa puramente en la posibilidad de que exista o no un recurso una solución que tiende a afirmarse en el derecho comparado. 4
ante el tribunal de lo contencioso administrativo; por lo demás, es evidente que
el régimen jurídico que regirá el nombramiento y remoción del empleado de 8. Continuación
tribunales es netamente el del derecho administrativo. Podrá variar la aplica- Otros autores no incurren en la contradicción señalada, pero en cambio se de-
ción de las normas concretas, y existir un estatuto distinto para el personal; ciden expresamente por conceptuar a la función administrativa y al acto admi-
pero ello no quita que en todos los casos se trata inequívocamente de una fun- nistrativo en sentido orgánico. I
ción pública re¿,rida por el derecho administrativo. Lo mismo ocurre, desde lue- Se fundan para ello en que los actos de índole administrativa que realizan
go, con los contratos administrativos del Poder Judicial. A su vez, en el curso los jueces y el poder legislativo, no se rigen por el derecho administrativo. Esa
de su ejecución, los actos por los cuales el Poder Judicial aplica sanciones al afirmación, sin embargo, no es aplicable en cuanto se refiere a la organización
contratista, impone deberes, etc., también se rigen por los principios comunes interna y al personal del Poder Judicial y Poder Legislativo. En efecto, si bien
del derecho administrativo.
en algunos sistemas no habrá tal vez recurso o acción ante el juez en lo conten-
En consecuencia, nos parece claro qu~_en ~~~os~"éi~()s J:lay (4M.ián..admi!l~~- cioso administrativo contra tales actos, 2 es evidente que toda la temática a
. !f~iva y_qftp admini_st_rati':'_(l;jlclarando que a los actos administrativos dicta- aplicarse será la del derecho administrativo: competencia, jerarquía, descon-
dos por órganos judiciales se aplicará el derecho administrativo, salvo, en al- centración, delegación, etc. En cualquier caso, en nuestro sistema es compe-
gunos países, en lo que respecta al recurso para atacarlo.' Dentro de la orienta-
tente la justicia federal contencioso administrativa.
ción objetiva del concepto de función administrativa, ya los autores se pronun- Lo mismo puede decirse de otras normas: que una ley de empleados públicos
__.
cian por el criterio objetivo de acto administrativo, entendiéndolo en conse- no les sea aplicable a esos funcionarios, p. ej., no quita que sus derechos y
co
__. cuencia aplicable no sólo a la actividad de los órganos administrativos sino deberes deban encuadrarse en los principios generales del derecho adminis-
también a la actividad administrativa de los órganos legislativo y jurisdiccio- trativo. El deber de obediencia de los empleados judiciales será el deber de
nales.2 En nuestro país ni siquiera existe problema procesal, porque como ya obediencia del derecho administrativo; el recurso jerárquico que interpongan
vimos un acto administrativo puede impugnarse ante una jurisdicción distinta ante la Cámara contra una sanción del juez será un recurso jerárquico a trami-
si lo principal en discusión no es el derecho administrativo. Además porque ya
3
tarse según procedimientos de derecho administrativo y no del derecho proce-
es hoy pacífico que los actos administrativos de los otros poderes del Estado se sal; la procedencia de la sanción disciplinaria que se aplique al empleado se
impugnan también ante la justicia con competencia en materia contencioso regirá por los principios que hacen a las sanciones disciplinarias administrati-
71
vas, y no por los del derecho penal, etc. 3
·Este problema se plantea con los actos tanto individuales como generales de la CSJN.
72
Es lo que proponemos desde 1963. Conf. BoTASSI, CARLOS A., Procedimiento administrativo en · Entre otros, PANGRAZIO, MIGUEL ÁNGEL, Derecho administrativo, t. I, Asunción, Intercontinen-
74

la Provincia de Buenos Aires, La Plata, Platense, 1988, p. 8. tal Editora, 1997, p. 63.
73
· Uno de los precedentes de esta solución fue SCBA, Villar de Puenzo, LL, 1984-D, 145, con 8 1
· GARRIDO FALLA, FERNANDO, Tratado de derecho administrativo, t. I, Madrid, 1966, 4" ed., p.
nota de GRECCO, CARLOS !\1A."'lUEL, "Impugnación judicial contra actos administrativos del Poder 354 y ss., p. 409 y ss.; DIEz, !\1ANUEL I\1ARÍA, Derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, Plus Ultra,
Judicial", LL, 1984-D, 141; solución que se mantiene en Ambrosio, Esther M. c. Poder Judicial de 1965, p. 207; GARRIDO FALLA mantiene su posición en la 10" ed., 1987, p. 373. Esa posición tradicio-
la Provincia de Buenos Aires, LLBA, 1998: 167 y que recoge el Código Contenciosoadministrativo nal de la doctrina española ha provocado réplicas: GoNZÁLEZ NAVARRO, FRANCISCO, Derecho admi·
de ésta y otras Provincias. En el orden nacional tramitan también normalmente juicios contra el nistratiuo español, t. 3, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, EUNSA, 1997, p.
Estado en cabeza del Poder Judicial o del H. Congreso de la Nación. Luego de algunas hesitaciones, 411.
p. ej. CNFed. CA, Sala IU, A., H.F., LL, 1984-B, 60, con disidencia de GAUNA y nota en igual a_
2
Argumento éste inaplicable en nuestro derecho. En la Provincia de Buenos Aires existió
sentido de EKMEKDJIAN, MIGUEL ÁNGEL, "Un caso de confusión entre la función administrativa y la debate respecto de los actos del Tribunal de Cuentas. Prevalece la solución que indica su carácter
función jurisdiccional del órgano judicial", finalmente la jurisprudencia se orienta en forma uná- administrativo y la consecuente competencia procesal administrativa: ÜRTIZ, RICARDO MIGUEL, "El
nime: Sala V, Lobatón, (1994), DJ, 1998-3, 628; Costa, LL, 1996-E, 116, con nota ··'El control judi- nuevo fuero contencioso administrativo", en AA. VV., El nuevo proceso contencioso adnúnistrativo
cial de la actividad administrativa del Poder Judicial y la intangibilidad de las remuneraciones de de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, Librería Editora Platense, 2000, pp. 37, 52-56 y las
los jueces"; Sala I, Rava, LL, 1996-C, 457, con nota; Sala IV, Rosso, Carlos J. c. Estado nacional- referencias de su nota 19 en p. 52. Como una particularidad local, para superar la resistencia del
Honorable Cámara de Diputados, LL, 1996-A, 643, con nota; Ver también, en igual sentido, BIANCHI, Tribunal de Cuentas a esta jurisdicción, la revisión de sus actos corresponde a las cámaras, lo cual
ALBERTO B., "Justiciabilidad de las acordadas de la Corte Suprema", ED, 119: 181; "¿Tiene funda- motiva la crítica de BoTASSI, CARLOS ALFREDO, "Las legitimaciones activa y pasiva en el nuevo
mento constitucional la acción de lesividad?", ED, 132: 808, 809, quien señala: "Sus decisiones son contencioso administrativo", en AA.VV., El nuevo proceso ... , op. cit., pp. 215 y ss., 246-7.
susceptibles de iguales impugnaciones ante los jueces inferiores al igual que si se tratara de un 8 · 3 Lo mismo ocurre en lo referente al manejo de fondos por parte de las Cámaras parlamenta-
acto administrativo ordinario." rias o !ajusticia. Ver ley 24.156, art. 9°.
r--
I-10 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA r'UNCIÓN ADMINISTRATIVA 1-11

Si una ley es interpretada en el sentido de que sólo se aplica a la administra- vincia de Buenos Aires 2 A este elemento se le agregan luego otros, con el resul-
ción, ello no significa que la regulación jurídica de los actos de contenido admi- tado final de que la noción de acto administrativo se refiere a una especie de
nistrativo realizados por otros órganos escape al derecho administrativo y se actos realiz:;1dos en ejercicio de la función administrativa. Utilizamos ese crite-
rija por el derecho procesal o el derecho parlamentario 4 Por más dudas que rio, según lo dicho, porque: a) debe eliminarse la contradicción lógica entre las
susciten ciertas actividades no específicamente jurisdiccionales o legislativas nociones de acto y función adn.tinistrativa; b) dicha eliminación debe hacerse
de los órganos jurisdiccional y legislativo, ellas no pueden llevar a sostener que sin tomar en cuenta datos accidentales como el del recurso procesal procedente
los actos que estos órganos realizan en lo que se refiere a su organización inter- y considerando en cambio lo esencial de la regulación jurídica de fondo aplica-
na, medios materiales, etc., no se rijan por los principios del derecho adminis- ble al caso; e) los actos del Poder Judicial y del Poder Legislativo referidos a su
trativo. El que se les apliquen tales principios (requisitos, vicios, nulidades, organización interna, medios materiales, empleados públicos, etc., se rigen por
extinción, etc.), aunque alguna que otra ley administrativa no sea de aplica- los principios del derecho administrativo; d) tampoco es útil proponer una des-
ción en sus términos expresos, hace que no podamos razonablemente excluir- vinculación total de las nociones de función y acto administrativo, por inducir
los del concepto de acto administrativo. 5
a evidente confusión terminológica e innecesaria complejidad conceptual.

9. La posible pérdida de conexidad entre las nociones de función 11. El acto administrativo -y no [os contratos administrativos- de entes no
administrativa y acto administrativo estatales
Al tratar de las funciones del Estado dijimos que convenía clasificar de algún En materia de entes no estatales la primera y gran controversia es sí ejercen o
modo útil y claro las distintas actividades de los órganos del Estado, desde un no función administrativa a la que alcancen los principios del derecho admi-
........ punto de vista jurídico: no nos parece útil la noción de que "los tres poderes nistrativo. Esa cuestión también se resuelve en otro encuadre teminológico: 1
00 realizan simultáneamente las tres funciones", porque ella no explica nada de
N los actos, aún privados, de personas privadas que ejercen poder, tienen en el
1 la realidad que se encuentra detrás de la frase. Ello y decir que "todo es una ámbito del derecho privado y por tribunales comunes las mismas limitaciones
gran confusión" y quedarse allí, es poco más o menos lo mismo. Preferimos de respetar la audiencia previa, el debido proceso, la razonabilidad, proporcio-
entonces tratar de armonizar las nociones de función administrativa y acto nalidad, no discriminación, etc. 2 Son estos, así, principios generales del dere-
administrativo, para que mejor cumplan, en nuestro entender, su función ex- cho tanto público como privado. 3 Como derivación puntual de este tema algu-
plicativa de esta parte del sistema jurídico administrativo. nos autores no admiten que un acto administrativo sea emitido por una enti-
dad no estatal,' pero pareciera que ello ocurre precisamente por su propia con-
10. El acto administrativo como manifestación del ejercicio de la función
cepción de acto administrativo, que hacen incluir dentro de ese vocablo tam-
administrativa
bién al contrato admínístrativo. 5 Con lo cual es a veces difícil saber sí la díscre-
Por ello partimos de la base de que la raíz del acto administrativo no se halla 10 -2 D 1ARGENIO, INÉS A., "La materia determinante de la competencia en el proceso administrati-

subjetivamente en los órganos administrativos, sino objetivamente en el ejer- vo provincial", en . A....A....VV.,


. El nuevo proceso contencioso adrn.inistrativo de la Provincia de Buenos
Aires, op. cit., pp. 57-8, 100-101.
cicio de la función administrativa. Adherimos pues al concepto de que acto
ll.l BoLAJ'Ios, MARCELO, "Fundamentos de la responsabilidad del Estado en el marco de la refor-
administrativo es el dictado en ejercicio de la función administrativa, sin inte- ma administrativa", ED, 187 (2000): 950, 978. Su crítica nos lleva a reformular la explicación del
resar qué órgano la ejerce. 1 Es también el criterio del actual CPCA de la Pro- tema como aquí lo hacemos. Creemos, con todo, no haber cambiado el fondo, sino desarrollado el
interrogante que nos formula.
112
Ver las referencias que hacemos inf"ra, notas 12.37 a 12. 45 y texto;§ 13 y nota§ 13.9.
113 Pues el derecho privado también se presenta como control del poder: LORENZETTI, RICARDO
, .. Escapan al ámbito de esa ley o decreto-ley, pero no al de los principios generales del derecho Lurs, Las notas f"undamentales de derecho privado, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 1995, Cap. III, "El
administrativo y público en generaL
85 derecho privado como límite del poder."
En contra FonsTHOFF, Tratado de derecho administrativo, Madrid, 1958, p. 276 y ss.; 11 -' BIELSA, op. cit., 6" ed., p. 18; DIEZ, op. cit., p. 208; MARIENHOFF, t. Il, op. cit., p. 251; 4• ed

STAS.SINOPOULOS, op. cit., p. 41 y ss.; FERNÁNDEZ DE VELAZCo, El acto administrativo, op. cit., p. 15; 1993, p. 255; FoRSTHOFF, op. cit., p. 281; CASSAGNE, JuAN CARLOS, Derecho administrativo, t.1, Bue-
LESSONA, op. /oc. cit.; etc.
10 1 nos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, s• ed., p. 225; DROMI, op. cit., p. 190.
· FRAGOLA, UMBERTO, Manuale di diritto amministrativo, Nápoles, 1948, p. 149; PETERS, lt.s Hay otras variantes de interés, v.gr. CANDA, FABIÁN ÜMAR, "El elemento subjetivo en la con-
Lehrbuch der Verwaltung, Berlín, 1949, p. 152; BIELSA, Derecho administrativo, t. II, 5" ed., p. 5; s· tratación administrativa. ¿Necesaríaznente una de las partes debe ser el Estado?", en UNIVERSIDAD
ed., p. 18; SAYAGUÉS LASO, op. cit., t. I, p. 390; LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 201; DROMI, JOSÉ AUSTRAL, Contratos administrativos, Buenos Aires, Ciencias de la Administración, 2000, p. 65 y
ROBERTO, Instituciones de derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea. 1973, pp. 89-90. ss., pp. 74-79, § 4 y 5.2, quien encuentra un "quiebre lógico en el razonamiento de la Corte."
I-12 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-13
pancia se produce respecto a algunos de los puntos que enunciamos a conti-
nuación: dor que establezca el Congreso, respecto del cual no existe ninguna pretendida
a) Si pueden ejercer función administrativa: la jurisprudencia nacional" es
"reserva de la administración." 12 En cambio, los colegios profesionales tienen
clara y uniforme en sentido afirmativo, en los casos que la legislación les atri- potestad reglamentaria en cuanto a las normas de ética profesional; pero no
buye potestad pública a personas no estatales, sean públicas o privadas. creemos que a tales reglamentos se le aplique la construcción propia de los
b) Si las personas no estatales pueden celebrar contratos administrativos reglamentos de la administración, que expusimos en el t. l. La jurisprudencia
con sus proveedores. La respuesta es en general negativa, 7 pero reconoce ex- reconoce potestad reglamentaria a SADAIC 13 y entidades similares para sus
cepciones.a A su vez, los concesionarios y licenciatarios de servicios públicos aranceles y que los actos disciplinarios del C.P.A.C.F. revisten el carácter de
deben celebrar licitación pública 9 para permitir el control de la razonabilidad actos administrativos. 14 Lo equívoco es tratar todos los supuestos -contratos,
de sus costos a los efectos de la determinación de la tarifa, no contratar con su reglamentos, actos individuales- como si fueran uno sólo. Si nos limitamos a
propio grupo económico, etc.). 10 También puede haber contratos administrati- los actos unilaterales e individuales, parece indubitable que existen personas
vos entre vecinos y un contratista de obra pública. 11 jurídicas públicas no estatales facultadas a hacerlo. 15 Hay muchos ejemplos de
e) Un tercer interrogante es si pueden dictar actos administrativos unilate- entidades creadas por leyes que organizan las profesiones liberales dando a los
rales e individuales: !a respuesta afirmativa es clara, según veremos. colegiados el control de la matrícula, el poder disciplinario sobre el ejercicio de
d) En cuanto a si tienen potestad reglamentaria, los concesionarios y licen- la profesión, regímenes de jubilaciones y pensiones, etc.
ciatarios carecen de esa atribución, pues ello le compete solamente a los entes Las provincias tienen este sistema: médicos, abogados, veterinarios, escri-
reguladores previstos en el art. 42 de la Constitución, dentro del marco regula- banos, etc. y la jurisprudencia en todos los casos ha reconocido su carácter
público no estatal. Es acto administrativo y abre la vía procesal administrati-
__. 11 6
· Y también, crecientemente, la provincial. va 16 el condicionamiento, por una de estas cajas, de la jubilación, el rechazo de
co 11 7
Esta es la solución de principio: CSJN, Farmacia Roca S. C. S. e 1 Instituto Nacional de Segu-
w · un pedido de devolución de aportes, la imposición de un recargo por mora, la
1 ridad Social para Jubilados y Pensionados si contencioso-administrativo, 28-II-1989, RAP, 137:
329 (Buenos Aires, 1990), donde se siguió el criterio distintivo según la propiedad, que postulára-
denegatoria a un pedido de exención de la obligación de realizar aportes, etc. 17
mos en la 1• ed. del t. l, 1974 y anteriormente en Empresas del Estado, Buenos Aires, Macchi, y desde luego las sanciones a los profesionales.
1966, cap. I; en igual sentido B!ANCHI ALBERTO B., "El patrimonio estatal como límite demarca torio Las obras sociales han sido calificadas por el legislador como entidades no
de la administración pública, en RAP, 137: 50 (Buenos Aires, 1990). GARClA DE ENTERRiA, EDUARDO
y FERNANDEZ, ToMAs RAMóN, Curso de derecho administrativo, t. I, Madrid, Civitas, 1993, 6" ed., p. estatales de derecho público,l 8 cuyas relaciones con sus afiliados son de dere-
667; admite la categoría BARRA, RODOLFO C., Contrato de obra pública, t. I, Buenos Aires, Abaco, p. >u'Supra, t. l, cap. VII,§ 7, "Ámbito de la ley frente a la administración."
116 y SS. 1113
Decreto 5146/69, CNCiv., Sala F, LL, 1991-E, 311, SADAIC c. Puig Majar Discothéque, con
ILa Hay casos en que se han aplicado algunas soluciones del contrato administrativo a relacio- nota de V!LLALBA, CARLOS A., "Las facultades de las sociedades de autores"; CNApel Civil y Comer-
nes contractuales entre personas no estatales: CSJN, Schirato, Fallos, 304-l: 490, 1982; Dufour, cial de Rosario, Divertimento S.R.L., 10-III-93; del mismo autor, "Actualidad en la jurisprudencia
306:2040, 1984, que recuerda CANDA, op. cit., pp. 75-6; BOTASSI, CARLOS, Contratos de la adminis- sobre derechos de autor y otros derechos de la personalidad", LL, 1997-D, 977.
tración provincial, La Plata, Scotti, 1996, p. 32; Procedimiento administrativo en la Provincia de lLl< CNFed. CA, Sala III (MoRDEGLlA, MuÑOZ, ARGENTO; la publicación indica erróneamente Sala

Buenos Aires, La Plata, Librería Editorial Platense, 1988, p. 46, "Las legitimaciones activa y pasi- II), C., O. 0., LL, 1998-A, 299; Grittini y D., J.A., LL, 1998-C, 338.
va en el nuevo contencioso adnlinistrativo", en AA:vv., El nuevo proceso ... , op. cit., pp. 215 y ss., 11 · 15 Supra, t. 1, cap. XIV,§ 4, 12.1 (8") y 12.2 (9"); HUTClHNSON, Las corporaciones pro{esionales,

244-5. Lo mismo puede decirse de los demás autores que admiten expresamente el carácter admi- p. 40 y ss., 96 y ss.; CoMADIRA, Acto administrativo municipal, op. cit., pp. 9-10; BoTASSl, Procedi-
nistrativo de los actos unilaterales e individuales de las personas públicas no estatales, como miento adnúnistratiuo ... , op. cit., p. 45, admite la aplicación supletoria de la ley de procedimiento,
HUTCHINSON, ToMAs, Las corporaciones profesionales, Buenos Aires, Fundación de Derecho Admi- reconociendo su carácter público, lo que se confirma con su opinión respecto al actual derecho
nistrativo, 1982, p. 40 y ss., 96 y ss., 99; CoMADlRA, Juuo RoooLFO, Acto administrativo municipal, positivo a partir de "El nuevo proceso contencioso administrativo provincial. Su incidencia sobre
Buenos Aires, Depalma, 1992, pp. 9-10. la ley de procedimiento administrativo", en UNIVERSIDAD AUSTRAL, Procedimiento administrativo,
11 9
· Es una hipótesis de actividad que no es función administrativa pero se halla regida por el Buenos Aires, Ciencias de la Administración, 1998, p. 433 y ss.; CANOA, op. cit., p. 79.
11 · 16 Aunque ya no es indispensable dicho acto: GAVEGL!O, ADR!AN J., "Apuntes acerca del sistema
derecho administrativo, lo cual en la Prov. de Buenos Aires hace procedente la competencia proce-
sal administrativa. Ver BOTASSI, "Las legitimaciones ... ", op. cit., pp. 245-6. de pretensiones en el código contencioso administrativo de la Provincia de Buenos Aires", JA, 23-
'uo Pero ello no lleva a aplicarles el régimen de los contratos, ni constituye fundamento sufi- VIII-2000, 37.
1L 17 Todos estos ejemplos en la jurisprudencia bonaerense: VALLEFIN, CARLOS A., Proceso admi-
ciente para preguntar si acaso no son de naturaleza jurídico administrativa: CANDA, op. cit., nota
49. 11Es 11
una cuestión que requiere ser vista a nivel general: supra, t.l, op. cit., cap. I. nistrativo y habilitación de instancia, La Plata, Platense, 1994, p. 61.
· En tales casos, en la Provincia de Buenos Aires la SCJ ha entendido que "este tipo de >us Ley 23.660, art. 2°, con obligaciones imperativas para ellas y sus asociados: ley 22.269,
acuerdos se halla regido por normas administrativas y genera relaciones jurídicas de igual índole arts. 9° y 12. CSJN, Fallos, 295: 143, Caja de Subsidios Familiares para el Personal de la Indus-
entre los usuarios y la autoridad", citado por D'ARGENIO, "La materia ... ", op. cit.,§ 27, pp. 74-5 y§ tria; 300: 895 (Caja de Subsidios Familiares para Empleados de Comercio, C.A.S.F.E.C.); ver
72, p. 107. también Fallos, 315: 1830, C. P.A. C.F. El CCA bonaerense les reconoce tal carácter y la competen-
cia procesal administrativa para los actos que dicten en ejercicio de funciones administrativas.
I-14 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCI0N ADMINISTRATIVA I-15

19
cho público. La CSJN ha reconocido el "carácter de entidad de derecho públi- En tales casos parecería contradecirse a la realidad si se les negara a esos actos
co no estatal" al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pen- el carácter de administrativos, a los efectos de la aplicación del régimen legal
sionados. 20
correspondiente en cuanto hace a la tutela del particular frente al ejercicio del
Se rigen en lo específico por el derecho administrativo el Colegio Público de poder público: limitaciones, nulidades, vicios, acciones, etc. 24 En el ejemplo ante-
Abogados de la Capital Federal -y los de las distintas provincias que tienen rior, si los actos dictados por los organismos previsionales nacionales han sido
régimen análogo- cuando aplica sanciones a los abogados rnatriculados; 21 la hasta ahora considerados actos administrativos, e impugnables corno tales, no
Caja de Previsión Social para Abogados de la Provincia de Buenos Aires, la puede coherentemente negarse el carácter de administrativos a iguales actos
Caja de Seguridad Social para Profesionales en Ciencias Económicas de la Pro- dictados por idénticos organismos a nivel provincial. El otorgamiento o dene-
vincia de Buenos Aires -y muchas otras iguales-, en general los Colegios o gación de un derecho jubilatorio realizado por la Caja Nacional de Previsión
Consejos profesionales creados por ley, etc. Ello ha sido admitido, sino por la Social para Trabajadores Autónomos, p. ej., parece tan acto administrativo
mayoría de la doctrina argentina, al menos por una parte significativa y califi- corno igual acto realizado por la Caja de Previsión Social para Abogados de la
22
cada de ella. No es la opinión dominante, pero exige al menos tenerla en Provincia de Buenos Aires; el contenido es idéntico, la potestad ejercida es
cuenta. Lo mismo ocurre, con variaciones cualitativas y cuantitativas, en el equivalente, por lo tanto el acto que de ello resulta es similar, en sus aspectos
derecho cornparado. 23 Sin peljuicio de admitir que en principio la función admi- jurídicos generales. Pero esa comparación ha de servirnos, no para extender a
nistrativa es realizada por órganos estatales, y que en consecuencia para que exis- tales personas algunas de las construcciones más autoritarias del antiguo de-
ta acto administrativo debe tratarse de actividad realizada por tal tipo de órganos, recho administrativo, sino para remozar a éste con algunos viejos pero refres-
creernos entonces que ello no puede erigirse en norma absoluta y general. Por el cantes principios de sensato derecho común.
...... contrario, existen en el Estado moderno numerosas entidades que han sido crea- Por lo demás, en este punto tampoco es admisible incurrir en la contradi~:
00
.¡:.. das por el legislador para ejercer cierto tipo de funciones administrativas, a las ClÓn gl,!e h;;t::Carac.fe-rizado a mÜChasaocfrinaseniÓ que h~~e -~la ¿ohe;e~cia
1 cuales se les confiere legalmente un cierto poder público para actuar, en nombre .entre función a4ministrativa y acto administrativo. En efeCto, no pUede soste-
del Estado y con su potestad.
.~~~e q~~ ~~ deben ser considerad(); ~ctos administrativ~s los dictados ~or un
1119
CNCiv., Sala A, Pezzolesi, 1998-E, 283. partic~lar, ni siquiera ~uando se encuentre investido -de funciones públicas. 25 ·
11 2
1
·° CSJN, Díaz Cháves, Fallos, 321: 2278,
1
1998; Ceballos, LL, 1998-E, 527; supra, nota 11.3. --..Esé razo~~~iento es inconsecuente, pues de dos cosas una: o son ambos fun-
L2 CANDA, op. loe. cit.
1 22 ción administrativa y acto administrativo pues reciben el mismo tratamiento,
'- LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 201, § 165; CoMADIRA, op. loe. cit.; HuTCHINSON, op. loe.
cit.; BARRA, RoooLFO CARLOS, Principios de derecho administrativo, Buenos Aires, Ábaco,1980, cap. o ninguno de ellos recibe tratamiento de derecho público administrativo ni
VII, p. 247 y ss.; Contrato de obra pública, t. 1, 1984, caps. V, VI y VII; t. 2, p. 116 y ss.; "Hacia una puede por ende calificarse de tal.2 6 Debe pues abandonarse la inconsecuencia
interpretación restrictiva del concepto jurídico de servicio público", LL, 1982-B, 363; "Cometidos
de admitir en forma amplia la extensión del concepto de función administrati-
administrativos en la actividad notarial y responsabilidad del Estado", ED, 117: 925; CANOSA,
ARr-.1ANDO A., "Algunas reflexiones acerca de las denominadas personas públicas no estatales", ED, va y en cambio restringir el concepto de acto administrativo, que no es sino
152: 232, nota al fallo CP.4.CF c. M. E. B., CSJN, 1992 y Los recursos administrativos, Ábaco, Bue- una parte, consecuencia o aplicación de aquélla. En suma, entendernos que no
nos Aires, 1996, p. 95; ver BoTASSI, op. loe. cit.; comp. CoVJELLO, op. cit., p. 21 y ss., p. 46, nota 50.
1123 puede negarse ab initio la posibilidad de que una persona no estatal dicte actos
GARc!A DE ENTERRIA y FERNÁNDEZ, Curso de derecho administrativo, t. II, Madrid, Civitas,
1998, 5• ed., p. 580 y ss.; BAENA DEL ALcAzAR, Los colegios profesionales en el derecho administrativo administrativos, si es que realíza función á.dir1iñisiraiiva?7 ·-· - - .

español, Madrid, 1968, p. llO; V mAL PERDOMO, JAJME, Derecho administrativo, Bogotá, Temis, 1997,
u· ed., p. 150; TIMSlT, Le role de la notion de fonction administrative en droit administratiffranqais,
París, 1963, pp. 257-63; CRE'rELLA JúNIOR, Tratado de direito administrativo, t. II, Río de Janeiro, 1 '- 24 En cambio parece excesivo admitir la intervención administrativa de un colegio profesio-
1966, pp. 33-4; CAMMEO, Corso di diritto amministrativo, Padua, 1960, p. 550; FRAGOLA, Gli atti nal, como en cambio admitió la SCBA, Sciammarella, JA, 1982-III, 442-5.
amministratiui, Nápoles, 1964, 2" ed., p. 12; ZANOBJNJ, Gumo, Corso di diritto amministrativo, t. I, 11 ·25 Como diceSANDULLl, Manuale di diritto amministrativo, Nápoles, 1957, 2" ed., p. 262, que se
Milán, Giuffré, 1955, 8" ed., p. 245; "L'esercizio privato delle pubbliche funzioni e 1'organizazione aparta así del grueso de la doctrina italiana. Advierte TESAURO que no se trata del "ejercicio privado
degli enti pubblici", en Scritti vari di diritto pubblico, Milán, 1955, p. 87 y ss.; FoRTI, Lezioni di de una función pública" sino del "ejercicio, de parte de un particular, de una función pública" (op.
diritto amministrativo, t. II, Nápoles, 1950, pp. 58-9; VI'ITA, CINO, Diritto amministrativo, t. I, Turín, cit., p. 110).
UTET, 1962, pp. 314-5; TESAURO, Instituzioni di diritto pubblico, t. II, Il diritto amministrativo, 1 '- 26 ZANOBINI, "L'esercizio privato delle pubbliche funzioni e l'organizzazione degli en ti pubblici";
Turin, 1961, p. 112; DE LAUBADÉRE, Traité élémentaire de droit administratif, t. I, París, 1963, p. 187; en el libro Scritti vari di diritto pubblico, op. cit., p. 112.
W ALlNE, Droit administrati{, París, 1963, 9• ed, p. 436; M OREAD, Cours de droit adrninistrati{, Liége, 11 · 27 Algunos autores llegan al punto de imputar responsabilidad al Estado por tales actos, lo
1935, p. 143; LACHAUME, La hiérarchie des acles administrati(s exécutoires en droit public (ranqais, que nos parece ya no ajustado a la realidad contemporánea: supra, t. 2, op. cit., cap. XX. Ver
París, 1966, p. 44 y ss.
también BOLAÑOS, op. cit., pp. 976 y 978.
I-16 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADM!N!STHAT!VA I-17

12. Distintos ejemplos de actos administrativos de personas no estatales


Parte de esta función, cumplida por los colegios profesionales -por sí o inte-
12.1. Las co1poraciones profesionales' grando jurados mixtos, incluyendo representación académica, etc.-, se con-
Se encuentran aquí comprendidos los diversos colegios profesionales (de ar- cretaría también en actos administrativos, similares a los que en su oportuni-
quitectos, agrimensores, veterinarios, escribanos, contadores, abogados, etc.) dad dictó el ente administrativo o no estatal, cuando entendió habilitarlo para
creados por ley en el país, con agremiación obligatoria y que tienen el control el ejercicio de la profesión (temporalmente, según la solución que se propone
de la matrícula, poder disciplinario de la profesión, etc., todo lo que constituye de lege ferenda), pero que la vida implementa por sí sola. Constituyen actos
incuestionablemente el ejercicio de potestades públicas. Dado que tales potes- 'administrativos de estos colegios profesionales la admisión al~ ~~t-~í~{.;Ta c~~o
tades les han sido conferidas legalmente, y son ejercidas con carácter de "impe- -;¿¡¡;gr~d¿-;-la ;¡;ücación de sanciones disc!plinarias ~un matriculado; aplica- ú
rio" por tales entidades, no vemos por qué no habrán de ser los actos resultan- ciónae rn~ltas por la falta de pago en término de la cuota profesional que la ley
tes del ejercicio de tal actividad, actos administrativos. Tal es la solución en le autoriza a percibir; la determinación tributaria de dicha cuota profesional,
2
Francia. Se trata, como es fácil advertirlo, de personas jurídicas públicas, 3 etc. Tales actos están sometidos expresamente al control de la Cámara nacio-
pero no de órganos administrativos stricto sensu: 4 son, pues, personas públicas nal de apelaciones en lo contencioso administrativo federal, en el caso del Cole-
no estatales que eventualmente pueden llegar a dictar actos administrativos. gio de la Capital Federal. Hay, en efecto, una constante jurisprudencia de di
Igual solución encontramos en el derecho español; como dice BAENA DEL ALcÁ- chos tribunales referida a las sanciones que aplica a sus colegiados el Colegio
ZAR: "Los actos de los Colegios profesionales, en las materias que acaban de seña- Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, que es una indubitable
larse, que son las mencionadas en sus disposiciones específicas, tienen carácter de persona pública no estatal y cuyos actos en la materia son considerados actos
_. actos administrativos."5 administrativos. 7
co Tal sería el caso de que los colegios profesionales argentinos creados por ley Reiteramos que el que sean actos administrativos no significa que se les apli-
CJl que en forma directa, el decreto-ley 19549172; 8 pero sí que los conflictos que su
1 asuman la potestad de admitir a la matrícula y renovarla regularmente, pre-
vio examen de competencia de los diplomados universitarios. Las leyes que emisión plantee deben ser resueltos a la luz de los principios del derecho adminis-
autorizan a las Universidades -estatales o no, da lo mismo- a emitir diplo- trativo y aplicando supletoria o analógicamente, en lo pertinente, las leyes dicta
mas habilitantes in eternum están ya desactualizadas. Los conocimientos ad- das para la administración, en caso de falta de solución clara en la ley específica de
quiridos al obtener el diploma están obsoletos a los pocos años y se requiere la corporación profesional de que se trata. Incluso se pueden encontrar rasgos más
entonces una reactualización ininterrumpida de información y aptitudes, suje- fuertes de control, p. ej. la sustitución o modificación de sus actos sancionatorios.
ta a control público, que no la arreglan meros cursos de especialización. Hay Lo atinente a los regímenes de contratación de los colegios, en cambio, no
que validar los títulos de manera formal, con exámenes, entrevistas, jurados, tiene la aplicación directa de la legislación administrativa a menos que exista
postgrados obligatorios, etc. Claro está, no parece que sea conforme a derecho voluntario y expreso sometimiento del colegio y los oferentes en el pliego de la
proponer la revocación de tales diplomas en sede administrativa, por razones licitación; parece una exageración aquí hablar p. ej. de régimen exorbitante
de oportunidad, mérito conveniencia, dejando para un juicio ulterior la deter- implícito, como todavía debate la doctrina y jurisprudencia en materia de con
minación de cuál es en su caso la indemnización que lo pudiera corresponder al tratos de la administración pública. La misma solución se mantiene cuando el
ex abogado, contador, etc. 6 colegio actúa como ente cooperador en virtud de convenios de colaboración con
la administración pública.
12 1
Es el caso más trabajado en nuestro derecho. Ver más arriba los trabajos ya citados de
BoTASSl, D'ARGENlo, Hu-rcHlNSON, ÜR'l'lZ, SoRJA, etc.
12 2
· DE LAUBADÉRE, op. cit., p. 187, quien expresa que la tendencia iniciada con el caso Monpeurt 12.2. Las asociaciones dirigidas
ha sido continuada luego por la jurisprudencia; WALJNE, op. cit., p. 436; T!MSIT, op. cit., pp. 262-3;
LACHAUME, op. cit., p. 45 y SS. Ya hemos analizado en otro lugar el caso de las entidades creadas por el legis-
12 3
· La distinction des institutions publiques et des institu,tions
SPILIOTOPOULOS, EPAMINONDAS, lador de manera similar a las anteriores (agremiación obligatoria, control de
privées en droit administratiffranqais, París, LGDJ, 1959, p. 86.
l2.< T!MSJT, op. cit., p. 263. 12 7
· Uno de los primeros antecedentes fue CSJN, Fallos, 315: 1830, Colegio Público de Abogados

n• BAENA DEL ALcAZAR, Los colegios profesionales en el derecho administrativo español, op. cit., de la Capital Federal e 1 Martínez Echenique, Benjamín s 1 cobro de sumas de dinero - sumario
p. 110.
12 6
(1992), en que la Corte se remitió al dictamen de FAPP!ANO; Ampliar en REJTMAN FARAH, MARlO,
· Lo explicamos en el cap. VI,§ 10.2, 10.2.1, 10.2.2, 10.2.3, 10.2.4, pp. 25-32. Impugnación judicial de la actividad administrativa, Buenos Aires, La Ley, p. 37.
12 ·8 Lo que aclaró la CSJN en el precedente mentado en la nota 11.3.
I-18
EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA l-19
la matrícula, pago compulsivo de una cuota, etc.), pero diferenciadas en que la
dirección del ente, en lugar de serie confiada a los asociados, está o estuvo total defensa del usuario y del consumidor, que establece una presunción legal a
o parcialmente en manos del propio Estado. favor del usuario y en contra del prestador, solidaridad legal por los daños
Es el caso de las obras sociales, cajas previsionales, etc., que incluso en algu- ocasionados (ley 24.999), etc.
nos casos son confundidas con entidades autárquicas, 9 habiéndose reconocido A su vez, el criterio en base al cual se propugna la calificación como "actos
que dictan actos administrativos. 10 También ha sido calificado expresamente administrativos" a ciertos actos -no todos- del concesionario, emerge del hecho
de persona pública no estatal el IOMA, Instituto de Obra Médico Asistencial de que se le ha conferido en el título por el cual presta el servicio "la facultad
de la Provincia de Buenos Aires, admitiéndose la impugnación de sus actos del ejercicio de poderes propios de la administración pública", lo cual, se ad-
ante la llamada jurisdicción contencioso administrativa de dicha Provincia. u vierte, "está en la esencia de todas las concesiones"/ 4 aunque se interpreta
En el orden nacional hay una permanente fluctuación en calificar a estos entes siempre restrictivamente. El socorrido argumento de que al concesionario se le
como persona jurídica pública no estatal, o tratarlos como si fueran una enti- otorga el ejercicio y no la titularidad de la facultad administrativa 15 y que él
dad autárquica.
ejerce esa facultad a nombre propio y no en nombre de la administración/ 6 no
pasa de ser un mero juego de palabras/ 7 lo cierto es que el delegado aparece
12.3. Los concesionarios y licenciatarios investido de un poder que le confiere la autoridad administrativa y en cuanto
tal, ese poder no puede sin más considerarse de naturaleza privada/ 8 sino que
Si bien algunos autores argentinos 12 niegan la posibilidad de que el concesio- debe tener controles más estrictos de naturaleza pública, por ejemplo del De-
nario o licenciatario de servicios públicos pueda dictar actos administrativos, fensor del Pueblo de la Nación conforme a los arts. 43 y 86 de la Constitución
ello ha sido frecuenteiUente admitido en el derecho comparado. nacional. Un claro ejemplo de delegación lo tenemos en los concesionarios via-
13
__.. Los argumentos por los cuales se niega esa posibilidad derivan del princi- les, a los que el decreto 1446/90 faculta a detener e inmovilizar el vehículo,
00
pio, que tales autores enuncian, de que sólo puede haber acto administrativo inclusive por medios mecánicos, a quien pase por la estación de peaje sin abo-
admi~ist!:~~;
()")
1 emanado de órganos pero ya vimos que no se ajusta a la rea- nar la tarifa. Ello, hasta tanto el incumplidor abone el triple del peaje adeuda-
lidad del derecho positivo.
do, en concepto de multa. 19
Tampoco se trata de que se reconozcan a tales prestatarios de servicios pú- Por lo~__?2_!~--~fl:~~':l<;ión_~-~~-~.!.~_c:n_c:e.§,lQ@riQ._o..licenciatario de_lJ.J1
blicos las prerrogativas habituales de la administración pública (reclamo ad- servicio púl_¡lic() no emite actos administrativos es una contradicción. Ya vimos
ministrativo previo, presunción amplia de legitimidad de sus actos, criterio que se~vicio público no es si~o-:;:;;;;·áctividad mónopólica regida sustancial-
restrictivo para dictar medidas cautelares contra sus actos, etc.); pues si bien mente por el derecho público. 20 Si el Estado dispone que el derecho público que
tienen a título expreso algunas potestades otorgadas por el concedente sobre rige a una determinada actividad se confiera -en su aplicación coactiva sobre
los usuarios, les es de más directa aplicación el régimen de la ley 24.240 de terceros- a otra persona jurídica distinta de la administración, entonces en
12 9

12 ·10 Ampliar supra, t. 1, cap. XIV, § 12.1, ap. 8°). esa medida se le ha delegado poder administrativo y función administrativa
-~.,_~. -- --..- ..:. .. _-_- .. ~: - ____·_ _-;.: __ . ._._ ·-- --·-· ----------. .. ----· ------~ - ·- _,_ ·-- ___...__, -·
Ello ha ocurrido, inicialmente, a resultas de la equivocación de creer que se trataba de
·
entidades estatales, pero no altera el hecho de que se haya atribuido y se mantenga la atribución 12 1
· ' FoRTI, Lezioni di diritto amministratiuo, op. cit., p. 58. La CSJN in re Colauita, 2000, LL,
del carácter de actos administrativos a actos emanados de tales personas no estatales, p.ej . .las
obras sociales, colegios profesionales, etc_ 2000-B, 757, reconoció "la delegación de funciones propias de la concesión" y antes la constitucio-
nalidad de una de sus manifestaciones, el peaje: Arenera El Libertador S.R.L., 1991, LL, 1991-D,
"ll se de Buenos Aires, Caja de Previsión y Seguro Médico de Bs.As. V. Instituto "11édicoAsistencial, 404; JA, 1991-III, 90; ED, 144: 168; DJ, 1992-I, 82.
1972, esp. cons. 13 y 15, JA, 16 (Sec. Prov.): 607, 609, con cita del criterio aquí expuesto anteriormente, 12 · 15 DE VALLES, Elementi di diritto anuninistrativo, Padua, 1956, p. 151.

que mantenemos. D'ARGENIO, INÉS A, "La materia determinante de la competencia en el proceso admi- 12 16
· BlELSA, op. cit., t. JI, P- 218; refuta esta afirmación TESAURO, op. cit., p. llO.
nistrativo provincial", en AA. VV., El nuevo proceso contencioso administrativo de la Provincia de 12 17
· FRANCHINI, La delegazione amm.inistrativa, Milán, 1950, hace una crítica a la distinción
Buenos Aires, op. cit., p. 57 y ss. destaca que la actual Constitución provincial "va hoy mucho más
allá." entre "titularidad" y "ejercicio" de la competencia, mostrando la in1posibilidad lógica de realizar
12 12
tal diferenciación en una facultad legal (op. cit., p. 52 y ss.); concluye que la competencia es común
siones DIEz, op. cit.,at.laII,p.p.256.
· corresponde 208; MARIENHOFF, op. cit., t. II, pp. 251-2; en otras ediciones o reimpre- al delegan te y al delegado.
1213 12 18
· VITTA, op. cit., p. 315; TESAURO, op. cit., p. 110: "es incontestable que se concreta en el ejer-
ZANOB!Nl, op. cit., t. I, p. 245; CAMMEo, op. cit., loe. cit.; FRAGOLA, op. cit., y demás autores cicio de un poder público y, por ende, se exterioriza en una actividad que tiene la misma naturale-
mencionados. También lo niegan algunos autores españoles, pero no es un criterio uniforme. En- za la misma función y la misma eficacia de la actividad que, por el ejercicio del mismo poder
tre los que siguen el criterio que expresamos ver GONZÁJ.Ez NAVARRO, FRANCISco, Derecho adminis- jurídico, es realizada por los órganos del Estado de un ente público."
trativo español, t. 3, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, EUNSA, 1997, p. 410. 12 19
· CNFed. CA, Sala III, Díaz, 1999, LL, 2000-B, 466, cons. 6 y 7.
1220
Supra, t. 2, op. cit., cap. VI.
I-20 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-21

que, lógicamente, se expresa al mundo jurídico por medio de actos administr¡¡_~_ -~ sionarios o licenciatarios, previa autorización del ente de contralor, c!_e impo-
21
Üvos. Si, en cambio, no se le delega poder administrativo sobre terceros, no ~~ servi_dumbres a los particulares por cuyas propiedades pasará la traza de
·habrá lugar a ejercicio de función administrativa. Con todo, esto no significa un dueto, etc. 26
que todos los actos del concesionario sean actos administrativos (ya vimos que Las-~11edidas adoptadas en relación a sus empleados, en cambio, no estarían
no son ciertamente contratos administrativos, aunque tengan algunas notas co~ndldasen esbicategoría, 27 ni tampoco las relaciones deleon:cesionario o
públicas para asegurar la transparencia y realidad de los costos en relación a lic~nciat~rio c~n terceros (proveedores, etc.), porque, claro está, el efecto de la
las tarifas) ni lo sean con igual alcance que los emanados de órganos o perso- c_oncesión no_es transformar al concesionario en administración pública.~8 Con-
nas estatales. viene también recordar que la extensión del concepto de c?ncesionario o licen-
En realidad, su control viene a dar a veces el ejemplo de lo que debiera ser el ciatario de servicio público no puede alcanzar extremos tales como los de reco-
control de los actos administrativos, en cuanto los jueces se sienten menos nocer tal calidad a panaderías, lecherías, etc., pues es claro que allí no hay
atados por imaginarias restricciones a sus ineludibles potestades y deberes potestad pública o administrativa alguna que el particular ejerza. Si bien el
jurisdiccionales de control de legitimidad y razonabilidad de quien ejerce el concepto de servicio público se ha hallado en crisis/ 9 ello no implica poder
poder público, a cualquier título que sea. atribuir mentalmente un régimen de derecho público a cualquier actividad, por
Ladoc:trjp._a Sf? ()cupa de delimitar el a!cance de aquel principio: 22 sólo pue- una pura estipulación doctrinaria.
den~onsiderarse actos administrativos del concesionario ü"lícenciafaríó" aq-;_¡e- Debe tratarse de facultades otorgadas expresamente por una norma legal a
llós que aparezcan clarame¿te como una derivaCión expresa de la po-testad la administración 30 y que ésta por autorización legal da luego a un particular
pií.blica,. tales como" los actos que certifican la deuáaael usuário poda litiliü.tcióíioer· en concesión, permiso o licencia. También puede tratarse directamente de una
_. ser-Vicio. 23 atribución legal como en los Colegios Profesionales. Es en estos casos, enton-
co
-...1 Parece un poco más complejo, en cambio, determinar si tales concesionarios ces, en que resulte claro el otorgamiento de potestades públicas al concesiona-
1 dictan también actos administrativos cuando, p.ej., constatan una contraven- rio o licenciatario, que nace la posibilidad de que pueda dictar actos adminis-
ción.24 Un caso de potestad pública delegada expresamente en la legislación trativos. En conclusión, estimamos que en los casos reseñados y en aquellos
argentina, es el de la expropiación por causa de utilidad pública, por parte del otros en que aparezca claro el ejercicio de una potestad administrativa por el
concesionario o licenciatarios de servicios públicos. El decreto-ley 21.499177 concesionario o licenciatario, nos encontramos ante un acto administrativo.
dice en su art. 2°, 2a parte: "Los particulares, sean personas de existencia visi- Parece necesario insistir que no es la legislación ni la jurisprudencia que debe
ble o jurídicas, podrán actuar como expropian tes cuando estuvieren autoriza- acomodarse en los fallos a los conceptos de la doctrina, sino que ésta debe ela-
dos por la ley o por acto administrativo fundado en ley"; no excluye así de la borarse a partir de las soluciones de aquélla.
delegación a la calificación misma de la utilidad pública, aunque esto puede Hay por tln, situaciones en que el contratista registra en forma fotográfica
ser discutible, pero lo que hace a la individualización del bien, p. ej., encuadra las infracciones de tránsito y estacionamiento y transmite la información, en
en las facultades atribuidas al concesionario 25 y constituye entonces acto admi- soporte digital, a la administración. Las actas las labra, emite y notifica la
nistrativo. Lo mismo puede decirse de la potestad que se atribuye a los conce- administración con firma digitalizada del director de tránsito. En otra varian-
12 21 te, el vehículo que efectúa las tomas fotográficas y carga la información en la
- Distinta es la solución cuando ese poder emerge en relaciones entre particulares: clubes,
asociaciones, federaciones, clubes de campo, barrios cerrados, etc. Ver supra, cap. L computadora de a bordo, lleva también un funcionario policial con la doble
12 22
ZANOBINI, op. cit., p. 245; FORTI, op. cit., p. 58; LANDI, Guroo y PoTENZA, GrusEPPE, Manuale di
diritto amministrativo, Milán, Giuffre, 1960, pp. 77 y 194. 12 26
En el Código Contencioso Administrativo de la Provincia de Buenos Aires, la expropiación
12 23
· ZANOBINI, op. cit., loe. cit. Es, sin embargo, la cuestión que produce resultados menos satis- y serv]durnbres están excluidas de la materia procesal administrativa, lo que motiva la acertada
factorios en el régin1en concreto. En algunos casos, la generalizada falta de percepción de créditos crítica de D'ARGENIO, op. cit.,§ 37, pp. 21-2.
de esta naturaleza fue asunlida por el concedente en lugar del concesionario (así en n1ateria de 12 27
· Así lo entiende la doctrina italiana, p. ej. FüRTI, op. cit., p. 59; CAMMEO, op. cit., p. 550; VrnA,
agua y desagües cloacales); en otros siguen constantes los cuestionarnientos por sobrefacturación op. cit., p. 315, aunque tanto la legislación como la jurisprudencia de ese país han optado por
(teléfonos). reconocerles, también a tales actos, el carácter de administrativos.
12 24
12 28
- ZANOBINI, op. cit., p. 245; LANDI y POTENZA, op. cit., p. 77. En nuestro país existen algunas · FORTI, op. cit., p. 58.
potestades de esta índole, p. ej. el control de la matrícula de los gasistas por las empresas 12 29
· DE CoRAIL, JEAN-LOUIS, La crise de la notionjuridique de service public en droit administratif
concesionarias; el control del tránsito (exceso de velocidad, violación de luz roja), etc. fran~ais, París, 1954; supra, t. 2, cap. VI. Es un tema en el cual hemos tenido una opinión fluc-
12 25
- V!LLEGAs BASAVILBASO, BENJAMÍN, Derecho administrativo, t. VI, Buenos Aires, TEA, 1956, p. tuante, como señalamos en la "Introducción", nota 1.1.
388. 1230
PoTOTSCHNIG, I pubblici seruizi, Padua, 1964, pp. 439-43.
I-22 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-23
función de a) proteger la seguridad de los operadores del vehículo, cámara y
computadora y b) certificar la autenticidad del lugar y fecha de las tomas foto- La situación es sin duda la misma en materia de navegación de ultramar.
gráficas. ¿Cabría preguntarse si no es también extensible a medios urbanos de trans-
porte colectivo? En realidad ya resulta una exageración. Entendemos que sólo
12.4. Sociedac!_e:¿(J..elEstado. cabe admitir la hipótesis del particular que detiene a una persona que se en-
--.--
.:-. .
cuentre en flagrante delito, hasta ponerla a disposición de la autoridad con la
Las sociedades del Estado también pueden emitir actos administrativos, o ce-
mayor celeridad razonable y posible. 34 Pero en eso, claro está, no hay diferen-
lebrar contratos administrativos. Es indiscutible la aplicación del régimen ad-
cia con la misma situación en cualquier ámbito público o privado y por cual-
ministrativo aun a pesar de la aparente prohibición expresa que consagra la
quier persona. Es en todo caso un ejercicio tan fugaz de la función pública que
ley 20.705. Algo de eso reconoció el decreto 3700/77 al admitir el recurso de
no torna razonable efectuar una construcción a propósito de ella. No parece
alzada contra los actos administrativos de las sociedades del Estado. En todo
que pueda postularse una suerte de potestad administrativa del conductor de
caso, la figura de la sociedad del Estado se halla en franco retroceso frente al
un ómnibus o el capitán de un buque fluvial. Corresponde, nos parece, dejarlo
avance de la privatización y la reforma del Estado, con lo cual el debate carece
de interés actual. en el ámbito privado. 35

Incluimos acá esta consideración, no porque las sociedades del Estado sean
12.6. Otros casos. La potestad a medio camino entre el derecho público y privado
personas no estatales pues obviamente son estatales, 31 sino para mostrar cómo
también en el pasado ha sido siempre el ejercicio de una potestad pública, Existen en la sociedad contemporánea muchos supuestos de personas no esta-
cualquiera fuere la índole del sujeto, el que llevó a la aplicación del derecho tales, a veces pura y exclusivamente privadas, que de todos modos ejercen al-
__.. público. guna suerte de potestad, a veces reglamentaria (las cuotas de un club social), a
00 veces de naturaleza administrativa (la suspensión o expulsión de un socio). Es
00 12.5. Medios de transporte púb!fc_[), parte del fenómeno de cambio del Estado moderno. 36 Es imposible sentar re-
1
glas generales y no queda otro remedio que analizarlas una por una.
No existe duda que el comandante de una aeronave tiene las facultades de
Así p. ej. es dificil determinar si las universidades privadas (y en general los
autoridad pública conforme al art. 81 del Código Aeronáutico, restringida en
establecil;lientos privados de enseñanza) que están facultados por el ordena-
principio al principal y casi único objeto de hacer cumplir las normas específi-
miento jurídico para emitir diplomas, títulos, etc., tienen una potestad pública
cas que los pasajeros deben respetar en atención al vuelo, p. ej. la prohibición
de carácter administrativo que se ejerce entonces a través de actos administra-
del art. 79. Esos actos tienen en lo sutancial el régimen jurídico propio de los
actos administrativos. tivos." De igual modo puede discutirse de múltiples otros organismos privados
o públicos no estatales, a que leyes particulares han dado en diversos casos
Más aún, la desobediencia puede configurar un ilícito penal a tenor de los arts.
una potestad concreta.
190 y 184 del Código Penal. Si el pasajero incurre en graves actos de inconducta
El criterio con el cual deben considerarse todas estas situaciones, a nuestro
puede ordenársele cesar en ellas y en caso de desobediencia recurrir a la coerción
modo de ver, es el siguiente: debe analizarse si la ley o en algunos casos los
directa, hacerlo descender de la aeronave y entregarlo a la autoridad locaJ.32 Son
estatutos sociales han otorgado o no a la entidad el ejercicio de una potestad
casos extremos, que han de analizarse con especial prudencia, pero en cual-
pública, traducida en poderes de imperio o mando que los particulares no tie-
quier caso no cabe descartar de plano la existencia aunque sea parcial de un
nen habitualmente sobre otros particulares: si se da esa circunstancia en for-
régimen jurídico administrativo para las órdenes del comandante de una aero-
33 ma clara, entonces no pareciera poder discutirse que el ejercicio de esa potes-
nave en vuelo, o incluso desde que se inicia el acceso a la aeronave y final-
mente se efectúa el egreso de ella.
12 31
12 ·34 Ver supra la salvedad de la nota 12.32.
· Según lo explicamos supra, t. 1, op. cit., cap. XIV, § 5. 12 ·35 Que, por supuesto, tiene una importante cuota de control del poder, como explica LORENZE'ITI,
12 32
· Claro está, quien se apreste a ejercer la coerción directa sobre otros mejor que tenga pre- op. loe. cit. Ver los importantes fallos que reseñamos infra, notas 12.38 a 12.46.
sente las condiciones de juridicidad de su ejercicio. Algo decimos al pasar en el cap. V. 12 ·36 Que ya anticipara ATALIBA NoGUElRA, O perecimento do estado, San Pablo, Revista dos
12 33
· Aunque puede no estar en situación material de ejercerla. Cabe recordar, por su excepcionali- Tribunais, 1971, que recordamos supra, t_ 1, Parte general, op. cit., cap. IV, "Condicionantes eco-
dad, el incidente ocurrido a mediados del 2000 en EE.UU., en que un pasajero atacó a los pilotos nómicos y financieros del derecho administrativo. Crisis y cambio",§ 1.3, "Génesis y desarrollo de
durante la operación de descenso del avión. Fue muerto en ocasión de ser controlado por ocho la crisis".
pasajeros. El Estado no presentó cargos. 12 37 Lo aceptan tácitamente LANDI y PoTENZA, op. cit., p. 77, al expresar que se les reconoce "la

rnisma eficacia" a la enseñanza estatal y no estatal; en igual sentido TESAURO, op. cit., p. 112.
r
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA l-25
I-24 EL ACTO ADMINISTRATIVO
3
no violación de la garantía de razonabilidad y proporcionalidad,4 ponderación
tad 38 pueda manifestarse a través de actos de naturaleza administrativa, so- adecuada de los hechos y la prueba, adecuación de medio a fin, no discrimina-
metidos en general a un régimen de mayor control por parte de la justicia,
ción," etc.
aunque no necesariamente a una potestad equiparable a la de la administra- Como todo principio jurídico no es absoluto y admite matices o excepciones.
ción.39 De todas maneras, cabe destacar que principios que fueran elaborados Así, en un caso en que la sanción era automática expulsión de una asociación
por el derecho público para situaciones de abuso de poder por parte del Estado federada, por previa expulsión de la federación que dicha entidad integraba, se
-y que corno vemos son extensibles al ejercicio de poder por particulares-, no admitió que siendo la primera consecuencia de pleno derecho de la segunda,
necesariamente suponen el encuadre del acto impugnado como acto adminis- podía válidamente adoptarse sin audiencia previa.
trativo, dictado en el ejercicio de funciones administrativas en manos priva- Uno de los casos más interesantes de aplicación al derecho privado de estas
das, para dar lugar a la impugnación. El entrecruzamiento y acercamiento construcciones originarias del derecho público, es la discrinünación irrazona-
jurídico es imposible de evitar. ble que practicara la Federación Argentina de Tiro contra una mujer que saca-
Así ha sido reconocido desde el campo del derecho privado que la aplicación ra mejor puntaje que los hombres en la categoría Mauser, a quien la Federa-
de sanciones a uno de sus miembros por una entidad de derecho privado, debe ción negaba el título. 45 La prohibición de la discriminación está en auge en el
también respetar el principio de la previa audiencia y oportunidad de defen- derecho comparado y no cabe en modo alguno restringirla al sólo ámbito del
sa,<0 sin que por ello nadie haya sentido la necesidad o conveniencia de pregun- derecho público: es hoy en día otro más de los principios universales de dere-
tarse si podría acaso ser un acto administrativo o de otro modo importar el cho,46 como ya lo dijo la Corte Internacional de Justicia en su famoso dictum en
ejercicio de una potestad pública.
el caso Barcelona Traction!"
Pareciera que la suspensión o expulsión de una persona de cualquier enti- Con todo, cabe tener presente que a veces se llevan al ámbito de asociacio-
dad pública no estatal o privada debe respetar el debido proceso legal: requiere nes privadas también otros criterios, a nuestro juicio muy desafortunados,
8
del
....... como mínimo el respeto al derecho de defensa previa,< 1 a que la decisión sea toma- más tradicional derecho público, lo que no deja de ser preocupante.' Nueva-
co da por un órgano imparcial, de modo tal que nadie sea juez y parte al resolver,4 2 1a
<D
CNCiv ., Sala C, White Pueyrredón Maree/o C. c. Jockey Club Argentino, 1999, LL, 2000-B,
1 1243
640. Este principio, antiguo en el derecho argentino y sus fuentes, ha comenzado a progresar en
12 38
· O "prerrogativas de poder público", con1o dice a este respecto la jurisprudencia francesa:
derecho constitucional europeo por impulso del derecho alemán. De allí ha pasado a otros dere-
ver LACHA U ME, op. cit., p. 48. chos del continente, aunque no siempre se conoce su fuente primigenia.
1 9 " CNCiv., SalaD, Bella, LL. 1998-B, 626. Ver también RoMAN, MONICA, "El caso de la bella
2..1 El derecho público provincial argentino se viene pronunciando progresivamente en el sen- 12
tiradora (que se atrevió a ganar)"', en CARRIO, ALEJANDRO y otros, En defensa de los derechos civiles,
tido del texto. Así el decret.o-ley de procedimiento administrativo de la Provincia de Salta, 5348/
78, art. 1 "; decreto-ley de procedimiento administrativo de la Provincia de Corrientes, 3460/78, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2000, p. 99 y ss.
-' Es el caso Bella, CNCiv., SalaD, LL, 1998-B, 626. El argumento desopilan te utilizado por
arts. 1" y 2"; Código Procesal Administrativo de la Provincia de Formosa, decreto-ley 584/78, art. 12 5
la Federación llevó al tribunal a aflrmar que "El sinsentido de esta argumentación, exime a este
53, in c. e); Código Contencioso Administrativo de la Provincia de Buenos Aires, art. 1 ": "Corres-
tribunal de efectuar mayores comentarios"; el "tribunal analiza únicamente el resultado deporti-
ponde a los tribunales contencioso administrativos el conociiniento y decisión de las pretensiones
vo desde una óptica constitucional. es decir si el mismo se tradujo en una violación de un derecho
que se deduzcan de los casos originados por la actuación o omisión, en el ejercicio de funciones
administrativas, de los órganos de la Provincia, los Municipios, los entes descentralizados y otras constitucional.'' Ver RoMÁN, op. loe. cit.
I"ZA Por lo demás, es el primer y más cardinal de los derecbc.s individuales, conforme a la Con-
personas, con arreglo a las prescripciones del presente Código>~; el art. 2°, a su vez, enfatiza en sus 6
incs. 2° y 3° lo ya expuesto en el texto, en el sentido que "La competencia contencioso-administra- vención Americana de Derechos Humanos.
' Ver RAGAZZI, MAURIZIO, The Concept of [Memational Obligations Erga Omnes,Oxford,
tiva comprende las siguientes controversias: L. .J 2.~ Las que se susciten entre prestadores de 124

servicios públicos o concesionarios de obras públicas y usuarios, en cuanto se encuentran regidas


Clarendon Press, 1997. Ver también, por los precedentes, BLANC ALTEMIR, ANTONIO, La violación de
los derechos humanos fundamentales como crimen internacional, Barcelona, Bosch, 1990, p. 261 y
por el derecho administrativo. 3.- Aquéllas en las que sea parte una persona pública no estatal,
ss. Ampliar ínfra, cap. V, "Actos, reglamentos y contratos administrativos",§ 4, "Aspectos comu-
cuando actúe en el ejercicio de prerrogativas regidas por el derecho administrativo."
12 0
_. LL, 99: 739, 753, González Lorenzo, 1960, que transcribiéramos supra, t. 2, op. cit., cap. IX, nes del régimen administrativo", nota 4.19.
-' A veces, en efecto, los tribunales civiles utilizan axiomáticamente anquilosados paradigmas
§ 10.1. Es una garantía constitucional básica, que explicamos en el t. 1, op. cit., cap. VI, § 8 a 16. 12 8
12 41
que el derecho público tuvo en sus orígenes pero hace ya tiempo superó. ¿Quién diría que la si-
· Y tarnbién posterior, p. ej. permitiéndosele ejercer el derecho irnplicito de recurrir una
guiente frase pertenece a un obiter del caso Monieforte, Pablo V. c. Club Argentino de Criadores
sanción ante la asamblea de la asociación, como resolvió la CNCiv., SalaB, Carman Roberto A. c.
del Perro Ovejero Alemán: "aun la falta de previsión reglamentaria sobre su procedencia no es
Jockey Club, año 1977, JA, 1979-I, 612; CNCiv., SalaD, Blousson Eduardo R. y otros c. Jockey
óbice para aplicarlas cuando las circunstancias del caso así lo exigen, toda vez que el poder de
Club de Buenos A.ires, 1967, LL, 127: 1068; CAHIAN, ADOLFO, "El régimen disciplinario en las enti-
represión que incumbe al ente es una potestad, un derecho vital que posee por el sólo hecho de
dades civiles." ED, 100: 1022.
12 2 existir como ser social organizado, lo que supone una jerarquización que hace posible la vida
"J Esta garantía básica es desde luego aplicable a las asociaciones. En tal sentido PÁEZ, JuAN

L., "El poder disciplinario de las asociaciones civiles," LL, 107: 450, 454; CNCiv., Sala C, White regular y autárquica del organismo'" (CNCiv., Sala I, LL, 1998-D, 542).
Pueyrredón. Maree/o C. c. Jockey Club Argentino, LL, 2000-B, 640, 643, año 1999.
r----
I-26 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA l-27

mente, la interpenetración de lo público y privado es significativa 49 y debe ser


destacada y profundizada. ter público. 6 Las normas que además se establecen en los reglamentos internos
en materia de urbanismo, ocupación del suelo, tránsito, urbanidad, etc., pare-
13. Clubes de campo y barrios cerrados cieran tener más carácter público que privado; puede haber allí también tanto
choque o confrontación con la municipalidad lugareña, 7 como conflictos con los
Si bien este tipo de urbanizaciones existe en distintas provincias, la de Buenos
copropietarios. Algunos casos son indubitables en su semejanza material, como
Aires es la que tiene mayor número, 1 población en ellos y profusión normativa.
la circulación vehicular, remoción de un vehículo de la vía pública interna,
Esta última, con todo, es aun incipiente. 2 En esta Provincia las normas diferen-
cian: podar, pero la tendencia puede ser expansiva: multas por mal estacionamien-
3 to, por exceso del límite de velocidad, por perros sueltos 8 ¿Hasta dónde puede
a) los clubes de campo, para recreación y uso transitorio, en que las áreas
llegarse? ¿Por qué vía? ¿Se puede llegar a expulsar a alguien del club y por
comunes son mayores y son de propiedad común de los copropietarios,
ende de hecho impedirle el uso y ejercicio de su derecho de propiedad, virtual-
b) los barrios cerrados, concebidos para vivienda permanente, en que los
mente obligándole a vender? 9 ¿Se dá traslado al Tribunal de Honor? 10 Es el tipo
espacios verdes y libres públicos y reservas para equipamiento comunitario,
de problemas que están mejor ubicados en el derecho civil, ante los jueces civi-
que son menores, deben cederse al Estado: típicamente, la trama circulatoria
interna. 4 les, pues no son sino una variante de las normas de vecindad de que el Código
Civil se ocupa.
Estos sistemas normativos adolecen de una primera tacha de constituciona-
A pesar de la cesión forzada al Estado de la trama circulatoria interna y
lidad y es que, en su distinción entre vivienda permanente o casa de fin de
otros espacios comunes, es mejor la solución analógica o supletoria con el régi-
semana, no tienen sustento fáctico pues no reflejan la situación real: la gente
men de la propiedad horizontal -hasta tanto se dicte legislación específica
__. vive o deja de vivir en ellos, los usa en forma transitoria o permanente, sin
nacional, pues no se trata de materia local- en materia de derecho y jurisdic-
CD prestar atención alguna a la calificación normativa del legislador locaL
o ción aplicables. Se trata de uno de los modos de ejercicio del derecho privado de
1 Otro problema es si estas normas locales pueden avanzar sobre lo que es
propiedad, lo cual es materia sustantiva de derecho nacional común, vale decir
materia de derecho común, como la ley de propiedad horizontal; la respuesta
civil; sería un despropósito someterlo al derecho administrativo local, como
adversa parece inevitable, aunque en el medio provincial se suele criticar como
avanzan algunas normas provinciales ¡incluso por vía de decreto! La aplica-
primitivo aplicar la legislación nacional de propiedad horizontal, la más pare-
ción del derecho administrativo a estos emprendimientos, su organización y
cida aunque forzada. Por ello se ha elegido la figura de la sociedad anónima
algunos de sus actos, no es una solución justa, conveniente, razonable, ni con
comercial, o una sociedad anónima de objeto civil, para regir actividades típi-
pleno sustento fáctico.
camente civiles como la administración del emprendimiento común. De allí se
Los particulares que, bien o mal desde un punto de vista sociológico, acuden
sigue que algunos de los conflictos terminan resolviéndose en tribunales co-
merciales5 o civiles. a ellos, están buscando alejarse de la vida urbana y su fuerte componente pú-
blico. Enfrentarlos de vuelta con la excesiva regulación torna aplicables los
Al margen de cuáles sean las normas aplicables, cuando la trama circulato- principios de la protección de la confianza legítima o deber milenario de buena
ria interna está cedida al Estado, aparece, al menos en parte, un cierto carác-
13 6
· Ni qué decir de la perimetral, también cedida obligatoriamente al Municipio como condición
12 49
· Otro caso de decisión discriminatoria tomada por el Directorio de un club de campo, resuel- de autorización del emprendimiento.
13 ·7 Así el caso Club Universitario de Buenos Aires c. Municipalidad de M alvinas Argentinas,
ta por un tribunal comercial, en CNCom., SalaD, C., F. V. c. Altos de los Polvorines S.A., LL, 14-
VII-2000, con nota de F!L!PPI, LAURA, "La discriminación al acceso de los clubes de campo desde la CSJN, Fallos, 322: 1416, año 1999. Pero la Municipalidad demandada se limitó a la mera alega-
óptica de un ejemplar fallo", LL, 26-VII-2000. ción de que la suspensión del acto compromete el interés público, lo cual es obviamente insuficien-
1
" En el primer y segundo cordón del gran Buenos Aires superan largamente el centenar. te. En ese caso el conflicto se plantea entre privilegiar la estabilidad de las situaciones jurídicas
132
Ver CAUSSE, JoRGE RAúL, Urbanizaciones privadas: barrios cerrados. Régimen legal en la establecidas, o el mejor tránsito cmnunal, como hace dos siglos en el Reino-Unido. Son enfrenta-
Provincia de Buenos Aires, Buenos Aires, Ad-Hoc, 1998; Scorri, EDGARDO, "Régimen de los barrios mientos fuertes, porque afectan el estilo de vida de las personas.
13 8
«privados>> en la Provincia de Buenos Aires", RAP, año XXI, suplemento especial nQ 6, "Adminis- · Así, el administrador termina creyéndose funcionario público y actuando como tal: con auto-

tración-Local y Derecho", p. 1 y ss. (Buenos Aires, 1998). ridad y sin responsabilidad.


13 3
13 ·9 Es la misma pugna entre autoridad y libertad, propia tanto del derecho público como priva-
· En el lenguaje común aparecen tan1bién identificados como countries, rnarinas, etc.; cabe
tambien considerar el fenómeno, relativamente diferente, de las denominadas chacras. do, como lo recuerda RANGUGN!, DIEGO EMILIO, "Nulidad absoluta de las resoluciones asamblearias",
1
:!.4 O sea que habría dominio estatal (¿público?) dentro de una zona prima facie privada. LL, 1998-E, 693.
13 5
· Como el que reseñamos en la nota 12.46. 13 · 10 Lo tienen algunos de estos asentamientos organizados no como sociedad anónima sino con10

asociación civil.
r-

I-28 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMlNlSTRATIVO COMO PAHTE DE LA FUNCIÓN AmiiNlSTRATIVA I-29

11
fe. También atenta contra uno de los valores que siempre se postulan para el Debemos ser extremadamente precavidos en esta materia y, por de pronto,
derecho, la tutela y protección de la seguridadjurídica. 12 La seguridad jurídica mantener su juzgamiento en el ámbito de la jurisdicción civil o en su caso co-
es un principio construido en tutela de los derechos individuales, desde luego, mercial como también se ha dadoY no sea cuestión que se repita la peligrosi-
aunque con frecuencia se lo utiliza al revés, en refuerzo de la potestad pública dad que citamos en la Introducción y contra la que en otros temas advierte
y en contra de los derechos individuales. Lo mismo ocurre con la doctrina de los MAIRAL, rememorando en cierto modo a DICEY. 18
actos propios, normal en el derecho privado pero que más de una vez se negó en El quid de la cuestión, en definitiva, es si se privilegia el ámbito del derecho
el derecho administrativo. Entre los que aplican la doctrina de los actos pro- privado y la privacidad, o el ámbito de lo público. Aunque se tenga otra posi-
pios a la administración, vinculándola por lo demás con la confianza legítima, ción en el caso del Estado, es inescapable advertir su real peligrosidad 19 en el
la buena fe, etc 13 Se recuerda que "deben rechazarse las pretensiones contra- ámbito de clubes de barrios cerrados. Siguiendo su línea de pensamiento, sería
dictorias con la conducta pasada del pretensor, cuando ellas contrarían la bue- demasiado peligroso reconocer potestades exorbitantes implícitas al consejo
na fe o vulneran la confianza que terceros depositaron sobre dicha conducta de administración de un club de campo, o a la administración de un barrio
14
previa." Como tiene dicho la CSJN, "Una de las derivaciones del principio cerrado, etc.: la regla de competencia debe ser allí única y exclusivamente lo
cardinal de la buena fe es la que puede formularse como el derecho de todo expreso, ni siquiera lo razonablemente implícito, pues se le opone el principio
ciudadano a la veracidad ajena y al comportamiento leal y coherente de los amplio de la capacidad, la libertad, la propiedad y la intimidad. Bien está que
otros, sean éstos los particulares o el propio Estado"; "El actuar contradictorio cedan en algún caso ante la colectividad en general, pero no parece apropiado
que trasunta deslealtad resulta descalificado por el derecho, lo que ha quedado que cedan ante la administración de un barrio cerrado. Menos aplicable aun
__.. plasmado en brocardos como el que expresa "venire contra factum propium nos parece el derecho público cuando se trata de clubes de campo en que, con-
<D
non valeb> que sintetizan aspectos de densa dimensión ética del principio de forme estas disposiciones provinciales, los espacios comunes no han sido cedi-
___. buena fe." 15 "Resulta necesario exigir a las partes un comportamiento coheren- dos al Estado.
te, ajeno a los cambios de conducta perjudiciales y desestimar toda actuación Algo parecido, pero menos intenso, ocurre en los consorcios de edificios de
que implique un obrar incompatible con la confianza que se ha suscitado en el propiedad horizontal, donde por ahora no aparecen síntomas de publicización.
otro." 16
Parte del problema, desde luego, es que los reglamentos de copropiedad sue-
14. Conclusiones
len conferir facultades expansivas a los órganos de administración del consor-
cio. Ello tiene escasos supuestos de aplicación en un edificio de propiedad hori- Finalmente, no debe olvidarse que la tendencia actual en el mundo se inclina
zontal en que se potencia la privacidad y la intimidad, pero puede tener mu- en forma creciente por el otorgamiento de facultades o prerrogativas de poder
chos en un club de campo o en un barrio cerrado con su mayor grado de vida e público a órganos o entidades no estrictamente administrativas (el fenómeno
interacción social. de las personas jurídicas públicas no estatales), lo que hace suponer que de
afirmarse esa tendencia también puede incrementar correlativamente el nú-
mero y la variedad de actos administrativos que pueden presentarse. Como se
13 11
· Comp. MoLINÉ O'CoNNOR, en la causa CUBA, cons. ¡o in fine. Ver, entre otros, CorvtADIRA,
advierte, en modo alguno puede sentarse en forma absolutamente categórica
Derecho adrninistratiuo, Buenos Aires, Depaln1a, 1997, p. 126 y nota 37; CoviELLO, "La confianza
legitima", ED, 177: 894; WEBER, ALBRECHT, "El procedimiento administrativo en el derecho comu- el principio de que el acto administrativo debe provenir de órganos estatales.
nitario", en BAHNES V ÁZQUEZ, JAVIER (Coordinador), El procedirniento administrativo en el derecho Pueden recibir su régimen jurídico, en cuanto hace al control judicial amplio y
comparado, Madrid, Civitas, 1993, p. 57 y ss., p.77.
13 12 no a la exageración autoritaria de la potestad, los actos de poder emanados de
· Como agudamente sugieren CAPUTI, MARÍA CLAUDIA, y SACRISTÁN, EsTELA B., "La caducidad
del art. 25 de la ley 19.549, la presunción de legitinüdad de los actos adnlinistrativos y la seguri- quienes no integran el aparato del Estado.
dad jurídica", LL, 1997-A, 70. Por cierto, tampoco habrá que cometer el error inverso de sentar con mucha
13 13
· STTierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Miranda, LL, 1998-E, 198, 202.
13 14 largueza la existencia de actos administrativos de órganos no estatales, ni
· Voto preopinante de HuTCHINSON en el fallo citado en la nota precedente, quien cita a la
CSJN, Fallos, 7: 138; 305: 1402; CNFed. CA, Sala I!I, Casik, 26-XI-85. Ver también MAIRAL, La 13 · 17 Ver supra, nota 12.41.
doctrina de los actos propios y la administración pública, Buenos Aires, De palma, 1988. 13 · 18 Comp., a su vez, un distinto balance en BoLANOS, op. cít, p. 978.
13 15
· Cía. Azucarera Tucumana S.A. c. Gobierno Nacional, JA, 1989-IV, 429. 13 · 19 Compartimos así, más allá del debate concreto, la preocupación que anima a MAIRAL en su
13 16
· Yacim.ientos Petrolíferos Fiscales c. Provincia de Corrientes y otro, LL, 1992-B, 216, cons. 4o art. "De la peligrosidad o inutilidad de una teoría general del contrato administrativo", ED, 179:
in fine.
655.
-r-
I-30
EL ACTO ADMINISTRATIVO

reconocérseles a ellos los mismos caracteres que a los actos administrativos de


las autoridades administrativas, pues existen todavía diferencias de impor-
tancia entre un decreto del Poder Ejecutivo y un acto de los expresados.' En Úll
sentido, deberá apreciarse con mayor rigor si tienen o no y en qué medida,
presunción de legitimidad, exigibilidad, etc. y el contralor judicial de ellos de-
berá ser más exigente aun que el de los actos administrativos emanados de
órganos estatales. 2
Son conocidas las legislaciones provinciales (Corrientes, Mendoza, Salta,
Formosa, etc.) que admiten la impugnación de los actos administrativos de
personas públicas no estatales por el régimen propio de los actos administrati-
vos, lo cual de algún modo ha implicado reconocerles el carácter y el régimen
de fondo y de forma de tales actos.
CAPíTULO II
El Código Contencioso administrativo de la Provincia de Buenos Aires (1997)
es aun más amplio, comprendiendo a toda persona que ejerza funciones admi- EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS
nistrativas, e incluso toda cuestión indemnizatoria, con el agregado del artícu- JURÍDICOS
lo 2° in fine de que "La enunciación anterior es meramente ejemplificativa. No
implica la exclusión del conocimiento por los tribunales contencioso-adminis- SuMARIO
__. trativo de otros casos regidos por el derecho administrativo." Sin duda que la
co I. Introducción 1
N sola atribución de competencia a estos tribunales no es un argumento definito-
1 rio, pero como se advierte de la última norma citada, es a su vez la aplicación l. La actividad administrativa productora o no productora de efectos ju-
del derecho administrativo, que la norma considera posible, lo que determina rídicos 1
la jurisdicción administrativa y no a la inversa, la jurisdicción que transforme 2. Debe tratarse de efectos jurídicos directos, no de cualquier efecto jurí-
en administrativos a los actos. dico 2
Esta tendencia del derecho público provincial argentino viene así a confir- 2.1. Efectos jurídicos inmediatos 2
mar la tesis que expusimos ya en la edición de 1969 de este vol. y pareciera 2.2. Se excluyen los efectos jurídicos mediatos 4
destinada a asentarse en materia de un control más estricto de los actos de 2.3. La cuestión de la notificación 5
licenciatarios y concesionarios.
II. Distintos alcances de los efectos jurídicos 8
3. Los efectos jurídicos no necesitan ser definitivos 8
3.1. Efectos provisionales y definitivos 8
3.2. Efectos definitivos en sede administrativa 9
3.3. Actos interlocutorios y definitivos 10
3.4. Actos o medidas preparatorias y actos interlocutorios o de mero
trámite 12
3.5. Actos administrativos interlocutorios y actos administrativos de-
finitivos .............................................................................................. 12
3.5.1. Diferencias en cuanto a los recursos aplicables ................... 13
3.5.1.1. Recursos administrativos ......................................... 13
t-u LACHAüfviE, op. cit., p. 48. 3.5.1.2. Remedios judiciales .................................................. 13
14 2
3.5.2. Diferencia en cuanto a las situaciones que originan las cali-
· Tampoco se entendería incurrir en tales casos en la confusión derivada del llamado origen

religioso del derecho público: supra, "Introducción",§ 3, "La prevalencia de un intereso bien sobre ficaciones 13
el otro", nota 3.10.
3.5.3. Conclusiones 15
3.6. Acto administrativo definitivo y acto administrativo asimilable a
él ......................................................................................................... 15
4. Los efectos jurídicos pueden ser relativos a particulares, a funciona-
ríos o entes administrativos 16
5. Quedan comprendidos los actos de contralor .......................................... 18
6. Criterio subjetivo u objetivo de la producción de efectos jurídicos ........ 18
6.1. La voluntad psíquica del agente ....................................................... 18
6.2. Certificaciones y opiniones productoras de efectos jurídicos direc-
tos. Registros e inscripciones ............................................................ 22
6.3. Conclusiones ...................................................................................... 25
7. Los efectos jurídicos pueden ser lícitos o ilícitos 25
8. Lo atinente a la moral 26 Capítulo II
9. Los efectos jurídicos según sean unilaterales o bilaterales, individua-
les o generales ........................................................................................... 27 EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS
JUR/0/COS
III. Efectos públicos o privados del acto .......................................................... 27
10. Distinción entre los efectos públicos y privados de la actividad admi- l. Introducción
nistrativa ................................................................................................ 27
11. La distinción entre acto civil de la administración y acto administra- l. La actividad administrativa productora o no productora de efectos
tivo es una aplicación de la teoría de la doble personalidad del Esta- jurídicos

_.. do ............................................................................................................. 28 Una de las primeras clasificaciones que casi todos los autores están dispuestos
CD 12. El derecho privado no se aplica a todos los elementos del acto admi- a efectuar dentro del total de la actividad administrativa, es la que distingue
(J.)
nistrativo ................................................................................................. 29 según que esa actividad produzca o no efectos jurídicos.
1
13. La aplicación del derecho público en los supuestos actos civiles de la Sin embargo, no todos obtienen de esta premisa iguales conclusiones para la
administración ........................................................................................ 31 sistematización de la función administrativa, ya que frecuentemente hacen la
14. No existen consecuencias jurídicas diversas de importancia según aclaración en el sentido de excluir de su análisis a la actividad no jurídica, 1 en
que a un acto se lo califique de civil en su objeto 32 lugar de incorporarla también dentro de la clasificación, a los efectos de la
15. Conclusión 33 sistematización total.
IV. Efectos en relación al tiempo 34 En otros casos no se hace formalmente la distinción y se busca sustituirla
16. La retroactividad 34 afirmando que la actividad y los actos a estudiarse provienen de la administra-
17. Efectos para el futuro 35 ción activa. Ello no resulta suficiente, pues dicha formulación, si bien excluiría
18. Comparación 35 como corresponde los actos de la administración consultiva (dictámenes, pare-
ceres, peri~ias, etc. que no producen efectos jurídicos inmediatos y no tienen
po; ;~de el régimen jurídico de los actos administrativos en sentido estricto), 2
no excluye en cambio a otros actos que emanan de la administración activa, siu
recibir por ello, desde el punto de vista de su régimen jurídico, el tratamiento

11 Así SAYAGUÉS LAso, ENRIQUE, Tratado de derecho administrativo, t. 1, Montevideo, 1953; puesta

al día por DANIEL H. MARTINS, Montevideo, 1974, 4a ed., p. 381. Utilizamos la frase "no jurídica"
con1o apócope de "no productora de efectos jurídicos directos."
L 2 Ni siquiera si se los notifica por una providencia interlocutoria: Caraballo, ST Entre Ríos,

Sala I Penal, LL Litoral, 2000-911. En cambio, si la autoridad competente le agrega "Conforme" y


lo notifica formalrnente, p.ej. por carta documento, se lo ha considerado acto administrativo: CNFed.
CA, Sala II, Bramco S.A. c. Banco Central, año 2000, LL, SAd., 6-X-2000, p. 50.
II- 2 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMIN!STRATfVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II- 3

propio de los demas actos llamados actos administrativos; 3 felicitaciones, invi- Pues bien, los problemas de validez e impugnación de la actividad administra-
taciones a concurrir a actos públicos, prevenciones sin amenaza concreta de tiva giran en torno a un principio: el de que puede atacarse mediante un recur-
sanciones, etc. 4 En conclusión, es fundamental la clasificación de la actividad so administrativo o acción judicial aquel acto 6 de la administración que pro-
administrativa según que ella sea o no productora de efectos jurídicos, si bien duzca efectos jurídicos inmediatos respecto del impugnante; todo acto de la
presenta algunas dificultades de concretar el alcance de esta delimitación; a administración (o no) que de suyo no produzca efectos jurídicos; ilo es todavía .
ello nos referiremos en lo que sigue. directamente impugnable en cuanto a su validez:Ja noción de acto administra-
tivo debe entonces recoger ese principio y restringirse a aquellos actos que
2. Debe tratarse de efectos jurídicos directos, no de cualquier efecto jurídico j)-roducen efectos jurídicos directos, 7 en forma inmediata. 8
Si dijéramos simplemente que es una declaración que produce efectos jurí-
2.1. Efectos jurídicos inmediatC!~.
dicos, estaríamos abarcando los casos en que el efecto jurídico surge indirecta-
A veces la doctrina efectúa la clasificación de que hablamos, refiriéndose sim- mente del acto. Así el dictamen vinculante que la administración esté obligada
plemente a que la actividad o el acto administrativo sean productores de efec- <i~e[U-ires un a~to productor de efectos jurídicos, .ei1 cu~-~t~~l~~d;n jl.lríd!co
tos jurídicos. 1 Pero, como ya lo demostró ampliamente la doctrina alemana 2 y establece un nexo entre su emisión y determinados efectos jurídicos. Pero no es
lo dijimos anteriormente, 3 ello es insuficiente como criterio de sistematización, uri acto administrativo en el sentido propio del término, porque los efectos jurí-
pues no toma en cuenta la diferencia básica entre los actos que tienen sin duda dicos no surgen directamente del acto, sino indirectamente. Es, pues, un acto
efectos jurídicos, pero no directos; estos últimos no son jurídicamente irrele- ~e la administración o preparatorio, no un acto administrativ~'"a~pesa~ d~ ~e~
vantes, sin ser tampoco actos que participen de los mismos trazos fundamenta- ~p:d-ictamen vinculante. 10
les del grueso de la actividad productora de efectos jurídicos inmediatos. Es esencial, pues, al concepto de acto administrativo, que los efectosjurídi-
Debemos emplear nuevamente aquí el criterio en base 4 al cual debe anali- cos sean inmediatos/\es decir, que surjan del acto mismo. "Cuando el obrar de
_. zarse todo el concepto de acto administrativo: para que la noción sea práctica y l~-admi;i~t;~~ió~~Ólo con~tÚuyé eÍ pretexto de un obrar con efectos jurídicos
(O fructífera y llene debidamente su función metodizadora y ordenadora de los directos", como el informe de un inspector de industrias sobre los inconvenien-
.p. principios de aplicación del derecho administrativo, debe estar referida en par- tes de una fábrica, lo cual puede dar lugar a una decisión de clausura, este
1
ticular a los problemas de validez y contralor de la actividad administrativa. 5 obrar -el emitir el informe- "no constituye un acto administrativo, puesto
13
· Es el criterio que adoptamos en la primera edición de El acto administrativo, Buenos Aires, que de seyono produce efectos }~rídicos. Pero es jurÍdic~~~_¿te ;elevan te p~~~
Abeledo-Perrot, 1963, siguiendo a FoRSTHOFF, ERNST, Tratado de derecho administrativo, Madrid, 'que .prov~ca, o sea, origina directamente, una actuación de la policía y, por
1958, p. 282 y ss.; en igual sentido DIEZ, MANUEL MARÍA, Derecho administrativo, t. II, Buenos
consiguiente, efectos jurídicos." 12 En otras palabras, ".f.os ;,[ectosj_ur!dicos han
Aires, Plus Ultra, 1965, p. 210.
...de emanar directamente del acto mismo: sólo . entonces son inmediatos;"
13 no
u Confr. FORSTHOFF, op. cit., p. 282. -.
21
DIEZ, op. cit., t. II, pp. 210-1; SAYAGUÉS LASO, op. cit., p. 381; MARJENHOFF, MIGUEL S., Tratado 26
de derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1966, p. 260, aunque no expresa · Aunque cabe estar prevenidos coritra exageraciones, como lo adelantamos en la "Introduc-
que los efectos jurídicos deben ser directos; en ediciones y reimpresiones posteriores la cita corres- ción" de este vol. 3, desde la cuarta edición, 1999.
27
ponde a la p. 264. Esa falta de precisión, también presente en parte de la doctrina española, · Veremos luego en el cap. X, § 8. 7, que al autorizar la firma electrónica de documentos, el

finalmente ha venido a ser cuestionada allí: GüNZÁLEZ NAVARRO, FRANCISCO, Derecho administra- decreto 427/98 emplea en el art. 1° esta terminología, al restringir su aplicación a "los actos inter-
tivo español, t. 3, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, EUNSA, 1997, p. 412 nos [. .. ]que no produzcan efectos jurídicos individuales en forma directa," o sea excluyendo los
y ss., con cita de ALEJANDRO NIETO, entre otros. actos administ-rativos stricto sensu en el ~entido que aquí definirnos.
28
2 2
· FoRSTHOFF, op. cit., p. 282; WoLFF, HANS J., Verwaltungsrecht 1, t. I, Múnich, Beck, 1968, 7'
· Conf. LINARES, JuAN FRANcisco, Fundamentos de derecho adrninistrativo, Buenos Aires, Astrea,

ed., p. 303; ÜBERMAYER, KLAUS, Grundzüge des Verwaltungsrechts und Verwaltungsprozessrechts, 1975, p. 207; DROMI, Josli RoBERTO, Instituciones de derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea,
Stuttgart, 1964, p. 63; PETERS, HANS, Lehrbuch der Verwaltung, Berlín, 1949, p. 152; BENDER, BERND, 1973, pp. 190 y 305.
29
· En igual sentido MAIRAL, HlicTOR A., Control judicial de la administración pública, t. I, Bue-
Allgemeines Verwaltungsrecht, 2' ed., Freiburg im Bresgau, 1956, p. 95, etc. Lo mismo ocurre en
la doctrina suiza: GJACOMETTI, ZACCI!ARIA, Allgemeine Lehren des rechtsstaatlichen nos Aires, Depalma, 1984, p. 282, § 179; GARciA TREVIJANO, JosE: ANTONIO, Los actos administrati-
Verwaltungsrechts, t. I, Zürich, Polygraphischer Verlag, 1960, pp. 340-1 y otros. vos, Madrid, Civitas, 1986, p. 321, aunque critica nuestra igual posición en la p. 37.
":l::J El acto adrninistrativo, op. cit., red., p. 74 y SS.
21
°CüMADIRA, JULIO RoDOLFO, Acto administrativo municipal, Buenos Aires, Depalma, 1992, p.
2
'"' Muchas de las discusiones en derecho administrativo son una incompresión de los principios
13 y nota 26, con sus referencias.
2 11
de teoría general del derecho, o incluso del lenguaje, que sus cultivadores no siempre aclaran. Por · WOLFF, op. cit., pp. 303 y 304; BENDER, op. cit., p. 95; PETERS, op. cit., p. 152; ÜBERMAYER, op.
nuestra parte lo hicimos en t. 1, Parte general, op. cit., cap. I, reproduciendo y ampliando lo ya cit., p. 63; GIACOMETTI, op. cit., p. 340, etc.
2 12
expuesto en la 2' ed. de El acto administrativo, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1969, cap. l. · FORSTHOFF, op. cit., p. 282.
2 13
25
BENDER, op. cit., p. 95 . FORSTHOFF, üp. cit., p. 282; ÜJACOMETTI, op. cit., p. 340.

.-
II-4 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II 5

basta con decir que la actividad es jurídicamente relevante, o que produce efec- derechos o deberes de que se trata y no es por tanto obligatorio, 19 etc. En cam-
tos jurídicos ya que siempre es posible que surja, en forma indirecta o mediata, bio, quedan comprendidos en el concepto aquellas actividades que producen
algún efecto jurídico: debe precisarse que el efecto debe ser directo e inmedia- por sí mismas un efecto jurídico, aunque él no sea inmediato en el tiempo:
to, surgir del acto mismo y por sí sólo, para que la clasificación tenga entonces actos que se dictan para producir efectos a partir de una fecha futura determi-
un adecuado sentido jurídico preciso. 14 nada, sujetos a término o condición, etc. 20

2.2. Se excluyen los efectos jurídicos mediatos 2.3. La cuestión de la notificación


Quedan aquí excluidos del concepto todos los "actos preparatorios" (informes, En el supuesto analizado en primer lugar se discute a su vez el rol conceptual
dictámenes, proyectos, etc.) y en general cualquier acto que por sí mismo no y jurídico que juega la notificación del acto. Es un buen ejemplo de las diver-
sea suficiente para dar lugar a un efecto jurídico inmediato en relación a un gencias innecesarias que produce buscar esencias o conceptos puros 21 o en cam-
sujeto de derecho; esos actos no son impugnables administrativa ni judicial- bio características jurídicas. Si uno quisiera averiguar la esencia eterna e in-
mente. Con otra terminología a veces se indica actos no eficaces ni aptos por manente del acto y su notificación, podría con certeza decir que son cosas dis-
ende para producir efectos jurídicos, a los proyectos de acto sometidos expresa- tintas, pues por de pronto se producen en dos momentos distintos en el tiempo:
mente al referendo o aprobación de una autoridad superior: el acto es de los primero el acto escrito, luego la notificación; se puede agregar que el segundo
que calificaríamos como no jurídicos, apócope de actos no productores de efec- es instrumental al primero. Si el acto es verbal, carece en cambio de sentido
tos jurídicos directos e inmediatos. Cabe destacar que la solución no es firme pronunciarlo a sólas: únicamente tiene sentido si la orden se da al destinata-
en materia de actos sujetos a aprobación o referendo, pues tanto existen prece- rio; allí tendremos emisión y notificación inseparables, simultáneas.
dentes que no los consideran actos productores de efectosjurídicos, 15 como sen-
Sí es escrito, se suele escribir y firmar primero la orden y luego enviarla o de otro
tencias que tutelan el derecho o la obligación emergente del acto y sancionan
....... modo comunicarla al destinatario. Esa es la secuencia habitual. Como puro ejercicio
CD con la nulidad la negativa a brindar el referendo, 16 o consideran obligado al intelectual se puede concebir otro escenario: el funcionario muestra al futuro destina-
(}1 particular que retira su oferta luego de habérsele dictado una adjudicación tario del acto un texto escrito que contiene un proyecto de acto, aún sin firma; una vez
1
sujeta a aprobación, antes de producirse ésta. 17 leído y ante su mirada, lo firma y se lo entrega. A menos que el papel haya estado en ese
Se hallan igualmente excluidos los actos o actividades que tendrán posible- momento en las manos del destinatario, hay todavía una pequeñísima fracción tempo-
mente un efecto jurídico, en unión con otros elementos, pero que aún no lo ral entre la firma del texto y su notificación. Si se modifica el juego y el funcionario
firma el papel pero en lugar de entregarlo lo guarda en el bolsillo ¿habría allí un acto
tienen: un dictamen vinculante o semivinculante,l8 un acto que ha sido firma-
administrativo existente, perfecto, válido, etc., pero no eficaz? Nos parece un abuso de
do pero aún no ha sido notificado y en consecuencia todavía no ha creado los lenguaje. El texto que está en el bolsillo sigue siendo un proyecto de acto hasta que
2 · 14 Veremos después que algunos autores proponen que los efectos se produzcan al mundo salga a la luz con la notificación. Hasta que esto último no ocurra no es aún un acto,
jurídico antes de la notificación o publicación, lo cual es en realidad una contradicción. puede ser destruido (no revocado, sino roto, arrancado, etc.), no genera responsabili-
215
Ha dicho la CSJN en Herpazana SRL, Fallos, 320-3: 2808, año 1997, cons. 9o y 10, que un dad, no crea derechos ni deberes, etc. W§i§timos que ésta es 11:uestra forma de ver la
acto ad referendum o sujeto a aprobación de una autoridad superior carece de aptitud para "gene- c~estión, que no es la generalmente aceptada. ,_ _,,.
rar por sí mismo efectos jurídicos para ninguna de las partes [. .. ] pues [. .. ] su eficacia estaba
sometida a un hecho futuro e incierto (doctrina de Fallos: 314: 491)." En igual sentido Maruba Si bien nada se puede objetar socialmente a aquella distinción esencial y
S. C.A., (1997), CNFed. Civil y Com., Sala III, LL, 1998-A, 151, 152: "A Jo sumo podría haberse temporal, sería erróneo obtener de ella consecuencias jurídicas. Pero el dere-
considerado como un acto preparatorio, supeditado a que la autoridad competente Jo refrendara."
Comp. CNFed. CA, Sala I, Herpazana SRL (1995), ED, 168: 414; HUTCHINSON, ToMAs, Régimen de cho administrativo se debate siempre en discutir ambas cosas, la "esencia in-
procedúnientos administrativos, Buenos Aires, Astrea, 1998, 4a ed., !"'reimpresión, p. 84. manente" y el régimen jurídico, entremezcladamente, con la consecuencia de
2 · 16 En un caso se ha considerado que no existe discrecionalidad alguna en el órgano que debe
ofrecernos un debate que jamás termina y que frecuentemente afirma con cer-
dictar el refrendo, y que puede tratarse en suma de "un supuesto de actividad reglada en la que la
función del superior está limitada a una supervisión de legalidad que no incluye potestades dis- teza apodíctica que algo es así, o incluso formula razonamientos autocontra-
crecionales:" CSJN, Fadlala de Ferreyra, Fallos, 306: 126, año 1984, ED, 108: 460, cons. 6", sobre
todo si el acto carece de fundamentación razonable; o a la inversa, efectúa una irrazonablen1ente 2·19 BuJ MoNTERO, MONICA, "El acto administrativo: Elementos," en ISMAEL .FARRANDO (H.) y PATRICIA
genérica: cons. 7c; e infra, cap. X, ¡'Forn1alidades", § 6, ''La fundamentación o motivación." R. MARTiNEZ, Directores, Manual de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Depalma, 1996, p.
2 · 17 Ver Herpazana SRL, citado en la nota 2.15. 199.
us Por ello los dictámenes nunca son impugnables n1ediante recursos administrativos, como lo 2 · 20 En lo que se refiere la condición suspensiva, vser con todo infra, nota 3.2.
expresa el derecho nacional y comparado: ver MAIRAL, op. cit., t. I, p. 282, § 179, nota 151. 2 21
· Lo explicamos supra, op. cit., t. 1, cap. I, sección I.
II- 6 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II- 7

dietarios. Una forma de discusión bajo la cual se presenta el tema es si el pri- determinación y la volición que ocurren a tal fin. La tutela del destinatario del acto
reclama en cambio que aquél no se perfeccione sin la notificación. La conciliación entre
mer acto, el que debe ser notificado luego, es en el plano conceptual o esencial
las dos exigencias opuestas podría llevar a considerar al acto que incide en la esfera de
por sí sólo existente, pero adquiere perfección y eficacia (ahora en el plano
libertad de sus destinatarios perfecto con la emisión y eficaz con el conocimiento o la
jurídico) con la notificación; 22 o si existe y es perfecto, pero no eficaz, antes de la comunicación. Motivos de derecho positivo llevan en cambio a considerar al acto perfec-
notificación, adquiriendo eficacia después de ésta. 23 to y eficaz ya con la emisión." 28
Otra forma de debatir lo mismo es preguntarse si todos los actos deben ser
Como se advierte, son consideraciones apodícticas que nada fundan y cuyos
not1fi~ados, o sólo algunos. Nuestra posición es simple: todos los que se quiera
elementos son intercambiables sin necesidad de variar la supuesta fundamen-
que produzcan efectos jurídicos debf:!n se¡; notificados; si no lo han sido aún, no
tación. El autor citado oscila entre lo que llama la materialidad psico-fisica del
producen todavía efectos jurídicos. Cuando lo sean, lo tendrán y los llamarec
acto y su reconocimiento por el orden jurídico. "Así puede tenerse un derecho o
rnos entonces actos administrativos.
una obligación ("en una esfera abstracta puramente ideal"] antes incluso que
Pero veamos ahora las variantes, para advertir al lector cuando consulte
el titular tenga conocimiento de ella." 29 En algunos supuestos "Quien da una
otros libros. No pareciera tener sentido, a nuestro juicio, preguntarse por la
orden tiene sólo la intención de hacerlo hasta que no haya comunicado su vo-
validez de un acto no notificado, pues aún no produce efectos jurídicos. Es como
luntad al destinatario." 30 Habría así actos en los cuales la comunicación es
preguntarse por la validez de un proyecto de acto, o de un acto sin firma. No
"elemento constitutivo de la declaración" 31 y otros en que no.
son inválidos, claro está, pero no producen tampoco efecto jurídico alguno. 24 O
"Si la declaración no comunicada produce efectos jurídicos aunque limitados
también se puede decir que no tienen eficacia. 25 El juego de palabras permite
en el ejemplo al sujeto mismo que la emite, 32 ella existe ya jurídicamente y la
toda clase de combinaciones sin cambiar la fundamentación ni el resultado,
comunicación no puede ser forma sino condición de eficacia."33 La contradic-
sino sólo el sentido de las palabras. El acto firmado y no notificado puede en-
ción de sostener cosas distintas tan sólo por el modo o secuencia temporal en
tonces ser designado como: a) aún no existente, proyecto de acto, acto no pro-
que se produce la notificación, nos parece manifiesta. Ello demuestra, a nues-
__.. ductor de efectos jurídicos, etc.; b) existente pero no perfecto ni eficaz; e) exis-
(O tro modo de ver, que se trata de un enfoque errado.
tente, perfecto y válido, pero aún no eficaz; d) existente, perfecto, válido y efi-
en Este constante pasar de un plano al otro, en un nivel ideal o abstracto, en
1 caz;26 sólo que el destinatario no lo sabe todavía y por ello se le puede disculpar
otro plano material y psicofísico y por fin, en un tercer plano jurídico, lleva
el incumplimiento (sic). Nos parece de particular interés por su apariencia aca-
inevitablemente, al menos en el plano verbal, a contradicciones y falacias, como
démica, pero falta de lógica interna, el prólogo o Premessa de 0TTAVIANO:
estamos viendo. El autor en cuestión se inclina por la perfección del acto inde-
"Al determinar las relaciones entre acto administrativo y comunicación son particu- a
pendientemente 'd.e S;; ~otificaciÓÍ1 34 y llega afirma.ci"ones tales como que "La
larmente evidentes los términos del conflicto entre libertad y autoridad que informa falta de comunicación hará que por su inobservancia el tercero no podrª incu-
por tantas partes el derecho administrativo. La tutela del interés público 27 con las exi-
~~Ír en sané-iones." 35 Nosotros diríamos lo ~;~rn:o pero con otras palabra_s: ob-
gencias de objetividad que le son conexas, reclama que el acto sea ya perfecto con la
-vlá:menfeql.le el particular no conoce ni está por ende obligado por un acto que
222
Es la formulación de CAMMEO. En igual sentido VrrTA, CJNo, Diritto amnúnistratiuo, voL I,
no le ha sido notificado y por ello no tiene siquiera posibilidad material, mucho
Turín, 1948, 3" ed., p. 391.
2·23 RoMANO, SALV ATORE,Corso di diritto amministrativo, Padua, 1932, pp. 244 y 280; BODDA,
2·28 ÜTI'AVIANO,VITTORID, La comunicazione degli allí amministrativi, Milán, Giuffré, 1953, p. l.
Lezione di diritto amministrativo, Turín, 1947, p. 108. Como se advierte, esto supone entremez-
2· 29 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 11.
clar una discusión aristotélica, fenoménica, etc., sobre esencias, con una explicación de lo que el
2·30 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 13.
derecho dispone al efecto. El resultado será inevitablemente una torre de Babel.
2 24
· Así JEZE, GASTóN, "Influence de l'absence de publication sur la validité d'un réglement," 2 ·31 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 15. En esta hipótesis la comunicación es "forma del acto", "entra en el
RDP, París, 1911; JELLINEK, WALTER, Der Fehierhafte Staatsakt und seine Wirlwngen, Tubingen, contenido del acto necesario para lograr la intención del declarante" (p. 16). En estos casos el acto,
1908, p. 68. "independientemente de la cmnunicacíón, no tiene jurídicamente valor alguno" (p. 17).
2·25 KoRMANN, System der rechtsgeschiiftiichen Staatsakte, Berlín, 1910. 2 ·" No es ello así. Hasta una sentencia firmada y no notificada puede eliminarse sin otro recur-

226
0tra versión de estas mismas alternativas se presenta en materia de reforma de estatutos so que arrancarla, si no está notificada. Como se sabe, el ejemplo no es técnico sino fruto de la
de sociedades anónimas y su inscripción en el Registro Público de Comercio. Ver infra, § 6.2, praxis de nuestra CSJN.
2·33 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 17.
"Certificaciones y opiniones productoras de efectos jurídicos. Registros e inscripciones" y nota 6.
23, p. 24. El mismo tipo de problema se presentó en un tema diverso que comentamos in{ra, nota
2 34
· Op. cit., p. 48, § 15.
2 -35 Op. cit., p. 76. El autor va variando de supuestos, pero lo que nos interesa seiialar es la
2.35.
2 27
· El siempre presente anquilosado paradigma: "Introducción,"§ 3 y supra, t. 2, La defensa del contradicción, petición de principios y hasta absurdidad de sus razonamientos, precisamente por
usuario y del administrado, cap. VI,§ 5.1 a 5.4. mezclar planos diversos.
II- 8 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II- 9

menos obligación, de cumpliElo, Por ende no puede reputarse que incumple lo No hay duda que la caracterización teórica puede ser formulada sin que que-
que-no -con-oce, ni- que se 1-;; dispensan o perdonan sanciones. Ese acto que no pan otras objeciones que terminológicas; así ÜRTIZ -aceptando la denomina-
conoce, aunque tenga existencia ideal y también material, aunque haya sido ción- hace una impecable descripción de lo que debe entenderse por acto im-
emitido con alcance psicofísico y firmado, no entró todavía al mundo jurídico. pugnable en cuanto acto definitivo: "El acto definitivo es el que resuelve sobre
1 Eso ocurrirá cuando sea notificadoJ.n,;istimos que no es este el enfoque usual,~
6
el fondo del problema planteado por la necesidad administrativa o la petición
aún en nuestros días. Como siempre, no es una mera discusión académica. del particular, y produce efecto externo creando una relación entre la adminis-
Detrás de ella se esconde la discusión acerca de si es posible utilizar una fecha tración y las demás cosas o personas. Su nota fundamental está en su autono-
simulada para hacer aparecer que el acto fue dictado en otra fecha que la real mía funcional, que le permite producir derechos y obligaciones y lesionar o
y notificarlo tardíamente sin problema, con la pretensión de que el acto era favorecer por sí mismo al particular. Se trata siempre de manifestaciones de
, perfecto pero no eficaz. 37 Por esa vía se llega a casos en que se notifica un acto voluntad, que en forma definitiva definen el negocio planteado a la adminis-
:emitido varios años atrás y por otra gestión de gobierno-" 8 tración, sin supeditar su efecto a condiciones o plazos suspensivos." 2 "El acto
definitivo es el único normalmente impugnable por sí mismo, porque es el úni-
11. Distintos alcances de los efectos jurídicos co capaz por sí para producir el agravio al derecho subjetivo y al interés del
administrado." 3
3. Los efectos jurídicos no necesitan ser definitivos
3.1. Efectos provisionales y definitivos 3.2. Efectos definitivos en sede administrativa

Cumplida la condición indicada precedentemente -que el acto produzca efec- Si, en otro sentido, se quiere dar a la palabra "acto definitivo" el alcance de que
tos jurídicos directos, inmediatos- poco importa que ellos sean de naturaleza sería "definitivo en sede administrativa, "4 entonces resultaría que quedaría
provisional o definitiva. Esto es necesario aclararlo porque a veces se ha creído borrado del derecho administrativo todo el cap. de los recursos en sede admi-
...... nistrativa; se habrían esfumado el recurso de reconsideración u oposición, el
c.o -interpretando erróneamente algunas normas que establecen que el recurso
-..J procede contra actos administrativos definitivos- que no serían actos admi- recurso de alzada, el recurso jerárquico, el recurso de revisión, etc.; porque
1 todos ellos se interponen contra actos administrativos que no son definitivos en
nistrativos impugnables, aquellos cuyos efectos no están destinados a ser defi-
nitivos. vía administrativa. De otro modo, una vez más, se estaría pidiendo un paso
Ello proviene de un uso terminológico muy difundido en la doctrina y en la imposible: atacar en sede administrativa aquello que es definitivo (luego, in-
legislación, que habla de acto definitivo como sinónimo de acto administrativo atacable) en sede administrativa ...
impugnable. El término definitivo es errado en estos casos y se han producido 32
· ÜRTIZ, EDUARDO, "Materia y objeto del contencioso-administrativo/' en la Revista de Ciencias
bastantes confusiones prácticas. El problema no es doctrinario -pocas veces Jurídicas, 5:47,89 (San José, 1965). STASSJNOPOULOS (Traité des acles administratifs, Atenas, Si rey,
los autores asignan consecuencias inadecuadas al término- 1 sino práctico, cuan- 1954, pp. 90 y 92) y MARIENHOFF (op. cit., t. II, p. 442; en otras ediciones y reimpresiones se trata de
las pp. 446-7) consideran que no puede válidamente dictarse un acto bajo condición suspensiva, pero
do los funcionarios deben aplicar esos principios, pues entonces es posiblemen-
se sigue de su criterio que el acto que contraviene esta regla no deja de ser acto administrativo por
te muy fácil que se dejen llevar por la palabra "definitivo," que en el lenguaje ello, y puede entonces, a pesar de estar condicionado, ser considerado acto impugnable; pero hay
común es muy expresiva y terminante y olviden la caracterización doctrinaria. también casos en que puede caer, no todo el acto, sino solamente la condición ilegal si es que puede
estimársela separable: STASSINOPOULOS, op. cit., p. 96, quien admite el plazo suspensivo en las facul-
tades discrecionales, distinguiéndolo de la entrada en vigencia en los actos de duración determina-
2 36
· Igual tesitura existió respecto a las observaciones o visto buenos del Tribunal de Cuentas de da, u. gr. una suspensión de treinta días a partir del día tal (op. cit., p. 95).
33
la Nación. En esa ocasión se enfatizó que el acto se perfeccionaba sin la intervención del Tribunal · ÜRTJZ, op. cit., p. 90. Conf. MAIRAL, t. I, op. cit.,§ 153, p. 238.

de Cuentas (CSJN,Almagro, Luis A., 1982, Fallos, 304-2: 191; LL, 1982-D, 468, con nota de JosE 3
.4 En este sentido la expresión es encontrada en las leyes más viejas de lo contencioso adminis-
RAFAEL REGODESEBES en p. 467). Ello lleva a la PTN en Dictámenes, 206:141, 147 (1993) a precisar irativo de las provincias argentinas (ARGANARÁS, MANUEL J_, Tratado de. lo conte.ncioso-adrninistra-
que la revocabilidad del acto observado se debía a "la carencia de eficacia del acto, y no [... ] la tivo, Buenos Aires, TEA, 1955, p. 45). En tal caso la norma es entendible aunque algo obsoleta,
presunta calidad integrativa de la voluntad administrativa." Sin embargo, el caso se resuelve pues se trata de un requisito para acudir a la justicia; pero como es obvio ella nada tiene que ver
igual argumentando a la inversa. La discusión es así) en este caso, estéril. con la impugnación administrativa de un acto administrativo ni, por lo tanto, es criterio suficien-
2 37
· lnfra, cap. VIII,§ 14; cap. IX,§ 11.3, 11.3.1 a 11.3.4; cap. X,§ 11.1 y 11.3.1.4. te para dar una noción de acto administrativo que tenga pretensiones de validez general. Es inte-
2 38
· C1" CA, Córdoba, Celotti, 1999, LLCórdoba, 2000-843. resante anotar que en España, para referirse al acto que puede ya ser atacado judicialmente, se
3 1
· Lo advierte GoNZÁLEZ PÉREZ, JEsús, El procedimiento administrativo, lvladrid, 1964, p. 302, habla del acto "que agota 1a vía administrativa," distinguiendo este concepto del de "acto definiti-
nota 11. vo." Ver GoNZALEz PÉREZ, op. loe. cit.
II- 10 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II- 11

Ambas posiciones son difícilmente sostenibles: lo esencial del acto adminis- estricto sentido jurídico, son las sentencias judiciales con autoridad de cosa
trativo que será pasible de impugnación, no puede estar en producir efectos juzgada. Querer aplicar el término definitivo a un acto, para admitir la impug-
jurídicos definitivos absolutos, ni definitivos en sede administrativa; por ello nación, es proponer una contradicción verbal: que se puede atacar lo definiti-
reiteramos, como ya lo dijéramos antes, que basta con expresar que el acto vo, ergo inatacable. La palabra definitivo no puede tener el alcance literal que
administrativo debe ser "productor de efectos jurídicos directos", sin que que- 8
el término denota o, más bien, es errado postular que existan actos adminis-
pa agregar que tales efectos sean definitivos para admitir su impugnación. 5 trativos de efectos jurídicos definitivos.
Más aún, señalamos que la tendencia del derecho comparado es dejar la vía Por lo demás y en lo que respecta a las medidas que la administración dicta
administrativa como optativa para el interesado. 6 en el curso de un sumario, o en preparación de otros actos que luego ha de
Las opiniones que han intentado aplicar en sede administrativa este requi- dictar, debe advertirse que ellas pueden ser preparatorias con referencia a
sito, postulando que el acto a recurrir debe producir efectos definitivos, no sólo otra disposición que ulteriormente se adoptará, pero que en sí mismas son de-
propugnan algo que es imposible, sino que además trasladan erróneamente al finitivas en el sentido de que lo que ellas establecen queda ya decidido. 9 En tal
procedimiento administrativo un principio que sólo es válido y a medias, para sentido, si yo propongo una prueba y la administración rechaza mi pedido, ese
el proceso judicial iniciado contra actos administrativos. rechazo es tal vez preparatorio en lo que respecta a aquello que constituye mi
planteo de fondo, o el de la administración: pero en lo que respecta a la medida
3.3. Actos interlocutorios y definitivos
de prueba que yo he propuesto ahora y me han denegado es definitivo, pues no
Lo típico del concepto es la producción directa, sin condición o plazo suspensi- hay duda de que no se ha preparado sino decidido lo que la administración
vo, de efectos jurídicos; dada esa caracterización, poco importa llamarlo defini- piensa hacer en la cuestión: no producir esa prueba. Consideraciones similares
tivo, pues ello nada agrega al concepto. Ofrece, en cambio, margen para la han hecho que la doctrina reconozca explícitamente el carácter de acto impug-
........ confusión en su aplicación práctica . nable a tales medidas de procedimiento 10 y en algunos casos también la prácti-
CD Se ha considerado en el pasado, p. ej., que un traslado dispuesto en forma ca administrativa así lo ha admitido. 11
00
1 preventiva por la autoridad administrativa no es un acto susceptible de im- Con todo, no deja de ser un error bastante difundido el creer que el recurso
pugnación7 o que las medidas adoptadas durante el trámite previo a la deci- jerárquico o los demás recursos administrativos no sean procedentes sino con-
sión de fondo, no son definitivas, constituyen medidas preparatorias, tampoco tra actos definitivos. Aclarémoslo por ello; el decreto 1759/72, p. ej., excluye del
pasibles de ser atacadas por recursos, etc. Con ese criterio se podría llegar a la recurso las medidas preparatorias, pero no exige que deba haber un acto defini-
conclusión extrema de que todo acto sumarial, toda medida que implique la tivo; al contrario, admite expresamente la procedencia del recurso contra los
comprobación de la existencia de determinados hechos que a su vez pueden actos que denomina "interlocutorios o de mero trámite." En consecuencia, sólo
servir de base a una decisión concreta, serían "medidas preparatorias," no ata- quedan excluidos del concepto de acto administrativo (y del recurso adminis-
cables por recursos. trativo) aquellos actos que no producen un efecto jurídico directo: informes,
Ello, obviamente, implicaría confundir y desvirtuar totalmente el sentido dictámenes, etc., que serán los únicos actos calificables como preparatorios.
de la teoría del acto administrativo. Con tal criterio, ooalquier acto de los órga- Los actos que producen tales efectos directos e inmediatos son siempre actos
nos del Estado podría ser preparatorio, pues siempre, en última instancia, puede administrativos y por lo tanto recurribles plenamente. 12 A su vez no puede
servir de base para otro acto ulterior y nunca, en verdad, tiene carácter defini-
38
tivo: baste tener presente que en el mundo del derecho lo único definitivo, en 39
Por ello GoNZÁLEZ PÉREZ, op. loe. cit., lo utiliza como sinónimo de "resolución administrativa."
· O, en otras palabras, causan perjuicio o gravamen: FIORINI, BARTOLOME, Manual de derecho
3 ·5 Por ello no compartimos la crítica que efectúan quienes consideran que para que pueda administratioo, t. I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1968, p. 288; ÜRTIZ, op. loe. cit.
atacarse una medida, ella debe ser "definitiva." Por lo demás, el ejemplo que se ha ofrecido para 3 10
·
3 11
LúPEZ-N!ETO y MALLO, FRANCISCo, El procedimiento administrativo, Barcelona, 1960, p. 288.
demostrar que no bastaría con expresar que el acto impugnable debe producir efectos jurídicos
· Así, una decisión de trámite que declara la cuestión de puro derecho, es impugnable (PTN,
inmediatos, es el de los informes; se ha dicho de ellos que producen efectos jurídicos inmediatos, lo Dictámenes, 98: 184).
que sin embargo no es exacto: que los inforrnes no producen efectos jurídicos inmediatos, sino 3 12
· Ver GoNZÁLEZ PÉREZ, JEsús, y GoNZÁLEZ NAVARRO, FRANCisco, Comentarios a la ley de Régimen
mediatos, ya lo aclararon muehos autores. Ver p.ej. SAYAGUÉS LASO, op. cit., p. 431; FoRSTHOFF, op. Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común (Ley 3011992,
cit., p. 282, cuyas palabras hemos reproducido anteriormente en este cap. Con f. LINARES, Funda- de 26 de noviembre), Madrid, Civitas, 1997. En el reglamento de 1981 para las reclamaciones
mentos ... , op. cit., p. 208. "económico-administrativas" se expresa acertadamente, a nuestro juicio, que son atacables los
3·6 lnfra, t. 4, El procedimiento administrativo, op. cit., cap. III, § 1.2 y 2.2; cap. XI, § 2.3.
actos "que provisional o definitivamente reconozcan o deníeguen un derecho o declaren una oblí-
37 PTN, Dictámenes, 86: 252. gación" (art. 37, inc. a).
II- 12 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Ü - 1:1

tampoco concebirse un acto productor de efectos jurídicos que una norma repu- Co;n todo, una cosa es que la distinción no justifique una definición más
te irrecurrible. 13 restringída de acto administrativo y otra es que, aun siendo criticable, consti-
tuye de todos modos un dato del derecho positivo que es necesario explicar.
3.4. Actos o medidas preparatorias y actos interlocutorios o de mero trámite
3.5.1. Diferencias en cuanto a los recursos aplicables
En el derecho nacional, el decreto 1759172 aclaró una de las discusiones que
anteceden, al señalar expresamente que el acto denomina~o interlocutorio o Como ocurre con frecuencia en esta materia, están más o menos claras cuáles
de mero trámite también es susceptible de ser impugnado por recursos admi- son las diferentes consecuencias jurídicas que corresponderá aplicar según cuál
nistrativos, pero introduce una estipulación que puede provocar algunas con- tipo de acto se considere: la cuestión se presenta cuando se trata de determinar
fusiones. cuáles son los actos considerados. En cuanto al primer punto, o sea las conse-
En la terminología del decreto, se asigna la denominación de actos o medi- cuencias jurídicas que el ordenamiento asigna a uno u otro acto, cabe señalar
das preparatorias a aquellas que no producen efecto jurídico directo alguno y los siguientes aspectos:
no son en consecuencia impugnables por recursos: informes, dictámenes, etc.
(art. 80). En cambio los actos productores de efectos jurídicos directos, aunque 3.5.1.1. Recursos administrativos
relativos al procedimiento que se tramita, reciben el nombre de actos interlo- Los actos administrativos definitivos o asimilables a ellos -luego veremos
cutorios o de mero trámite. cuáles son estos últimos- son recurribles por recurso de reconsideración (art.
Resulta así que debemos distinguir, en esta estipulación, el acto preparato- 84) y recurso jerárquico (art. 89). Los actos administrativos interlocutorios o
rio en cuanto acto no productor de efecto jurídico directo, del acto "interlocuto- de mero trámite son impugnables por el recurso de reconsideración (art. 84);
rio o de mero trámite," que, a pesar de su denominación, sería un acto produc- no son impugnables por recurso jerárquico (art. 89, a contrario sensu).
___.. tor de efectos jurídicos directos, aunque no en cuanto al fondo de la cuestión
<.0
debatida, sino en cuanto al trámite. Las expresiones acto preparatorio y acto 3.5.1.2. Remedios judiciales
<.0 de mero trámite no son en consecuencia, en estas normas, equivalentes, a pe-
1 Por su parte, el decreto-ley 19.549/72 intenta diferenciar también las vías judi-
sar de su similitud lingüística; por el contrario, la primera se reserva para el
ciales existentes contra los actos administrativos y expresa que procede la im-
acto que no alcanza a ser acto administrativo y se queda en acto no productor
pugnación judicial del acto administrativo cuando sea definitivo (art. 23, inc.
de efecto jurídico directo alguno y la segunda se utiliza en el caso del acto
a), o cuando sea asimilable a tal, por impedir totalmente la tramitación del
administrativo productor de efectos jurídicos de trámite.
reclamo interpuesto (art. 23, inc. b ). A contrario sensu, la revisión judicial pa-
recería no ser procedente en materia de actos interlocutorios. 15
3.5. Actos administrativos interlocutorios y actos administrativos definitivos
Por otra parte, si bien consideramos que las citadas normas son plausibles en 3.5.2. Diferencia en cuanto a las situaciones que originan las calificaciones
aclarar que el acto interlocutorio es también impugnable, no las consideramos
Se ha propuesto que el acto administrativo definitivo sería el que decide el
en cambio acertadas en la medida en que intentan introducir una clasificación
fondo de la cuestión y acto administrativo interlocutorio o de mero trámite el
de los actos administrativos, según los efectos jurídicos que producen, a fin de
que no resuelve el fondo de la cuestión. En algunos casos esto puede ser ligera-
determinar el recurso aplicable.
mente fácil de establecer; en materia de sumarios administrativos, p. ej., pare-
Aclaramos desde ya que así como no nos parece un criterio aceptable para la
ce claro que la intención del decreto es que todas las medidas que se dictan
conceptualización del acto administrativo cuál sea la jurisdicción aplicable, 14
durante el mismo, con la excepción de la resolución final que aplica alguna
así tampoco creemos que el decreto reglamentario del procedimiento adminis-
sanción, 16 sean considerados actos interlocutorios respecto del sumariado: ini-
trativo, con su diferenciación de cuáles son los recursos administrativos proce-
ciación del sumario, designación del sumariante, apertura a prueba, decisión
dentes, sea por sí sólo suficiente para introducir una especificación en la defi- 3 15
· Con todo, cabe señalar que el derecho comparado conoce de casos excepcionales de revisión
nición. judicial de actos interlocutorios, como explica MA!RAL, t. I, op. cit., p. 244; REJTMAN FARAH, MARIO,
Impugnación judicial de la actividad adnúnístratiua, Buenos Aires, La Ley, p. 62; "Suspensión de
3 · 13 Lo explicamos infra, cap. VI, § 11. oficio del acto administrativo y revocación tácita," LL, 1995·B, 485.
3 16
J.u Supra, cap. I, § 3. - Y, desde luego, la excepción de algún acto que '¡impida totalmente la tran1itación."
II- 14 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li - 15

de decretar el secreto del sumario, de ordenar o no la producción de alguna 3.5.3. Conclusiones


prueba, traslado a la parte para su defensa, intimaciones de procedimiento,
Por ello somos de la opinión que si bien es acertado establecer que el acto
citación a declarar como imputado, traslado a la Junta de Disciplina, etc.
puede ser impugnado tanto si sus efectos son respecto al trámite como al fondo
También puede ser clara la situación en los sumarios administrativos en
de la cuestión, no lo es en cambio crear un sistema de recursos diferenciados
general, respecto del imputado en el sumario: p. ej. en los procedimientos
para ambos casos. Por lo demás, resulta evidente que no será nunca fácil dis-
contravencionales, respecto del presunto contraventor. Igualmente, en un re-
curso jerárquico o reclamo administrativo en el cual se discuta alguna cuestión tinguir en un caso concreto y menos con criterio general, qué ha de entenderse
sustantiva, tales como percepción de haberes, indemnizaciones, cumplimiento por un acto administrativo definitivo o uno de mero trámite.
de obligaciones de la administración frente al particular, etc., serán siempre
3.6. Acto administrativo definitivo y acto administrativo asimilable a él
actos interlocutorios los de apertura a prueba, pases, traslados, providencias
de prueba, etc. Otra distinción que el decreto-ley y su reglamentación establecen es la del acto
Sin embargo, esto que puede parecer claro en relación al interesado princi- que, sin resolver el fondo de la cuestión, impide totalmente la tramitación del
pal en el procedimiento, puede no serlo en absoluto respecto de otros sujetos de reclamo interpuesto. En tal situación el acto recibe el mismo tratamiento que
derecho que participen en éL Si el letrado del recurrente es sancionado duran- el acto llamado definitivo.
te el trámite del recurso por atentar contra el decoro y el orden procesal (art. Un primer ejemplo claro es la resolución que ordene el archivo de las actua-
1°, ap. b), del decreto-ley 19.549/72 y art. 6° de la reglamentación), ese acto ciones en las cuales tramita el reclamo o pretensión del administrado: aunque
sanciona torio al letrado será un acto interlocutorio o de mero trámite en lo que no resuelve el fondo de la cuestión, impide totalmente la tramitación del proble-
hace a su cliente en el recurso jerárquico. Pero es un acto definitivo en cuanto a ma de fondo y por ello la protección que se otorga al afectado por el acto es la
sus derechos como profesional y sujeto de derecho y en consecuencia él puede correspondiente a los actos definitivos. 17
1 impugnarlo mediante los recursos existentes contra los actos administrativos Con mayor razón es impugnable y específicamente nulo, si el archivo tiene el
N
o definitivos. Por ello y sin perjuicio de la continuación normal del trámite del alcance de denegar lo peticionado, sin motivación o fundamentación razonable,
o recurso jerárquico, el letrado puede en un expediente distinto interponer un lo que determina su nulidad insanable. 18
1
recurso jerárquico en virtud de su propio derecho como profesional, contra la También constituye un acto definitivo, o en todo caso es una infracción al
sanción. Puede también sin lugar a dudas atacarla judicialmente. ordenamiento que habilita la acción judicial de amparo, una decisión que no
De donde se desprende que el mismo acto -la sanción procesal-es un acto permite al interesado el acceso pleno a las actuaciones, fundándose en el su-
preparatorio en el expediente del recurso jerárquico patrocinado por el aboga- puesto carácter reservado o secreto de parte de ellas. 19
do, en lo que hace a su cliente; pero es un acto definitivo, e impugnable como Un segundo caso podría ser el de una resolución que colocara al particular
tal en lo que se refiere a los derechos del letrado mismo, en los expedientes de en total y absoluta indefensión, no permitiéndole acceso al expediente en el
recursos que él por su parte inicie. Del mismo modo, la designación de un cual se formulan las apreciaciones o cargos en relación a los cuales debe formu-
sumariante Y con la orden de tramitar un sumario a la persona X, es un acto lar su defensa: si bien el procedimiento puede materialmente continuar, no es
administrativo in ter locutorio para el sumariado X, pero es un acto administra- una continuación útil, porque no hay en tal situación intervención sustancial
tivo definitivo para el funcionario Y. La citación de un funcionario público como del interesado.
testigo, igualmente, es un acto administrativo definitivo en cuanto a su propia Una tercera hipótesis podría ser la de un traslado tan absolutamente fuera
persona de funcionario público llamado a testimoniar, pero es un acto adminis- de lugar como para hacer notorio su carácter desviatorio del trámite: un proce-
trativo interlocutorio en lo atinente a la cuestión que se tramita en el procedi- 3 17
· En tal sentido PTN, Dictámenes, 196: 116 (1991). En tales supuestos corresponde pues
miento en virtud del cual ha sido llamado a declarar. declarar la nulidad y ordenar a la administración que resuelva: CNFed. CA, Sala I, Corni, 12-II-
En el procedimiento administrativo no hay diferenciación formal alguna entre 98.
3 · 18 CNFed. CA, Sala IV, Negocios y Participaciones S.A., 16-III-98.
el acto definitivo y el interlocutorio; un acto que puede considerarse interlocu- 3 · 19 CNFed. CA, Sala I, Insaurraldi, 27-II-98. En el caso se trataba de los datos y evaluaciones

torio en un procedimiento respecto de una persona, puede resultar definitivo relativos a su desempeño personal, que la administracÍÓI). pretendía eran solan1ente para infor-
respecto de otra persona alcanzada por él y pueda iniciar un procedimiento mar a la autoridad superior para resolver: se decidió en cambio "que la confidencialidad y reserva
debe ser interpretada como tendiente a resguardar la intimidad del actor, más no utilizada en su
distinto contra el mismo acto. propio perjuicio" (cons. 7, tercer párrafo).
II- 16 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II - 17

dimiento por infracción a la ley de vinos, enviado a la Dirección de Inmigracio- Ese tipo de clasificación pareciera no ajustarse a la realiqad del régimen
nes para inquirir sobre cuál es la situación en el país del presunto infractor; un jurídico, pues ninguna diferencia existe, sea en cuanto a la validez, impugna-
procedimiento por infracción a disposiciones de tránsito, en el cual el expe- ción, extinción, etc., entre el acto de efectos jurídicos relativos a los funciona-
diente sea enviado a la Administración Federal de Ingresos Públicos para que rios públicos, p.sej. y el acto de efectos jurídicos respecto de los particulares.
analice las declaraciones de ganancias, IVA y bienes personales del interesado Como decía desde antaño CAMMEO, "todos los actos indicados por los autores
en los últimos diez años; una licitación pública en la cual se pide informes a la como internos producen efectos jurídicos entre sujetos diversos y son entonces
Dirección del Registro Civil sobre el mejor oferente, etc. Estos ejemplos son externos," pues "tienen siempre efecto jurídico entre la administración y el
obvios pero la experiencia no suele ser tan diáfana. Los casos reales de desvia- funcionario," además de que "el efecto de estos actos también puede hacerse
ción del procedimiento presentan una gran dificultad de caracterización en sentir para los terceros." 2
cada situación particular, pues podría resultar que la indefensión no sea tan Podrá ocurrir, es cierto, que algunos actos no produzcan efecto jurídico ni en
absoluta y completa, o que haya alguna razón en el procedimiento para justifi- relación a los funcionarios, ni a terceros, ni a órganos administrativos; pero en
car el requerimiento de una información aparentemente extraña al proceso tal caso la solución es simple: no son actos administrativos porque no tienen
que se debate. 20 Por ello, si bien es loable la solución de asimilar al acto defini- ningún efecto jurídico directo. A la inversa, si dos actos tienen efectos jurídicos
tivo, el que paraliza el procedimiento, creemos que lo erróneo es distinguir el directos, se rigen por las mismas disposiciones y los mismos principios, les es
acto de trámite y el de fondo. Esto originó innumerables dudas en la práctica, aplicable el mismo régimen jurídico, no vemos qué razón puede existir para
perjudicando los derechos del individuo: el afectado por un acto asimilable a clasificarlos y definirlos separadamente, sólo porque unos produzcan efectos
definitivo, al cual se le den luego por perdidos los derechos de impugnación hacia afuera y otros hacia adentro. Los actos productores de efectos jurídicos
judicial, por resolverse que era un acto definitivo y haber él considerado que no que se refieren a sujetos diferenciados de la administración pública, o que se
lo era; el afectado por un acto que creía asimilable a definitivo, a quien se le refieren a funcionarios o entes administrativos, jurídicamente son análogos.
1
N rechaza la impugnación por resolver la administración o el juez que no lo era. N o puede hacerse diferenciación en base a esas circunstancias; debe tomarse
o
...... Todas estas diferenciaciones no justifican la inclusión de algún elemento en cuenta sólo si el acto tiene o no efectos jurídicos directos, prescindiendo de
propio a ellas en la definición formal de acto administrativo. quiénes son alcanzados por tales efectos. Por ello carece de utilidad intentar
distinguir los actos administrativos de efectos frente a terceros, de los actos
4. Los efectos jurídicos pueden ser relativos a particulares, a funcionarios o administrativos de efectos entre distintos órganos o distintos entes adminis-
entes administrativos trativos. Dado que no existe ninguna diferencia importante de régimen jurídi-
Según vimos, es impropio extender la clasificación de "actividad productora de co, creemos que no es conveniente distinguir entre actos administrativos, actos
efectos jurídicos" a aquellos actos que sólo tienen efectos jurídicos indirectos; ínter-orgánicos y actos ínter-administrativos.' Las posibles diferencias de ré-
en tal aspecto, dijimos que la posición adoptada por parte de la doctrina era gimen jurídico son reducidas y no justifican dentro del sistema del decreto-ley
demasiado amplia y debía ser circunscripta. A la inversa algunos autores limi- 19.549172 no aplicarles los principios que dicho cuerpo normativo determina
tan en demasía el concepto y expresan que sólo considerarán aquellos actos para todos los actos administrativos.<
que producen efectos jurídicos fuera del ámbito de la administración, no consi- 42 CAMMEO, FEDERICO, Corso di diritto amministrativo, Padua, 1960, p. 551; LINARES, Funda·

derando los que produzcan efectos jurídicos dentro del ámbito de la adminis- mentas ... , op. cit., pp. 231-2, § 192; del mismo autor, Derecho administrativo, op. cit., p. 258, § 229;
p. 83, § 66; VIDAL PERDOMO, JAIME, Derecho administrativo, Bogotá, Temis, 1997, 11" ed., p. 149;
tración.' GARciA TREVIJANO, op. cit., p. 98: "distinción inaceptable, pues las normas internas son tmnbién
jurídicas."
3 20
· También existe la desviación de poder en el procedimiento, o détournement de procédure, 4·3 Así CASSAGNE, El acto administrativo, 2" ed., Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1978, pp. 112-18,

que explican DE LAUBADERE ANDRÉ, VENEZIA, JEAN-CLAUDE y GAUDEMET, YvEs, Traité de droit quien sigue en el punto a MARIENHOFF, op. cit., t. 1, p. 120 y ss., t. li, p. 203 (206 en otras ediciones).
administrati{, t. 1, Droit administratifgénéral, París, L.G.D.J., 1999, 15" ed., § 727, p. 583. Siguieron nuestro criterio LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 231; ALTAMIRA, PEDRO GUILLERMO,
1
'· li1ARIENHOFF, op. cit., t. II, p. 261; en otras ediciones corresponde a la p. 265; CASSAGNE, JUAN Curso de derecho administrativo, Buenos Aires, 1971, p. 308; DROMI, Instituciones ... , op. cit., p.
CARLOS, Derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, 6• ed., p. 42; LINARES, 191.
JuAN FRANCISCO, Derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea, 1986, pp. 307-13, hace una clasifi- <~A LINARES, en su ulterior Fundamentos ... , op. cit., pp. 307-13, abraza la clasificación ~ntre
cación de la actividad administrativa que incluye tipos de actividad interna; en cuanto a los actos actividad interorgánica, interadministrativa, etc., de li1ARIENHOFF y CASSAGNE, pero no el concepto
su opinión se asemeja a la expuesta en el texto: Fundamentos ... , op. cit., § 192, pp. 231-2 y en de acto administrativo ya explicado, que encuentra también en la actividad que ahora denomina
Derecho ... , op. cit., § 229, p. 258, § 66, p. 83. interorgánica (p. 309, § 273).
II- 18 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATfVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 19

5. Quedan comprendidos los actos de contralor


declaración o manifestación de voluntad "destinada a produ.cir efectos jurídi-
Incidentalmente, corresponde también aclarar que los actos de contralor que cos."' Nosotros, en cambio, entendemos que no corresponde hablar de una "de-
se realizan en la administración pública también constituyen actos adminis- claración [... ) destinada a producir efectos jurídicos," como en el acto jurídico
trativos cuando producen efectos inmediatos: ello es así porque en nuestro sis- del derecho privado, pues tal formulación contiene una evidente referencia a la
tema constitucional no es dable admitir que la administración ejerza función voluntad psíquica de un individuo actuante, lo que no es totalmente exacto en
jurisdiccional en sentido estricto 1 y por lo tanto los actos de órganos adminis- el caso del acto administrativo. Lo que corresponde destacar es si el acto pro-
trativos que por su contenido puedan ser similares a los actos de la función duce o no, objetivamente, el efecto jurídico de que se trata; si crea o no relacio-
jurisdiccional, se rigen a pesar de todo por los principios atinentes a los actos nes jurídicas; si se refiere, trata o versa "sobre derechos, deberes o intereses," 2
administrativos y como tales deben por ende ser conceptuados. etc. No debe, por tanto, hacerse énfasis en el aspecto subjetivo. Esto es así
Ello comprende el caso de órganos tales como el Tribunal Fiscal de la Nación porque el acto administrativo no es siempre la expresión de la voluntad psíqui-
y organismos similares que puedan existir dentro de la administración públi- ca del funcionario actuante: el resultado jurídico se produce cuando se dan las
ca. Con mayor razón aún, también son actos administrativos los que emanan condiciones previstas por la ley 3 y no sólo porque el funcionario lo haya queri-
de órganos que no tienen, como los anteriores, ciertas garantías de imparciali- do.• En igual sentido expresa HUBER5 que "la fuerza constitutiva no la tiene en
dad e independencia, sino que representan directamente a la administración el derecho público la voluntad del órgano que actúa por el Estado, sino la de-
activa: tal el caso de la AFIP, Administración Federal de Ingresos Públicos, a claración a la que la Constitución y las leyes dan fuerza jurídicamente vincu-
la que por más que la ley de en algún caso el nombre de juez administrativo, lo lante. La validez del acto estatal no se relaciona entonces con la real voluntad
cierto es que dicta actos administrativos y no, por supuesto, sentencias ni actos psíquica de las personas, sino con el derecho objetivo." Puede ocurrir que el
jurisdiccionales. En otras palabras, el acto por el cual la AFIP determina una agente haya tenido -subjetivamente- ciertos objetivos, pero que el acto con-
1 obligación tributaria, p.ej., constituye un típico acto administrativo. 2 creto resulte atender válidamente a otros; que la voluntad de uno de los funcio-
N
C) Desde luego, los actos de control no son necesariamente actos administrati- narios que interviene en el acto no coincida en cuanto a su finalidad con las de
N
1
vos, sino sólo cuando producen un efecto jurídico directo; así entonces el con- otros funcionarios que participen en él, sin que esa falta de coincidencia se
trol se manifiesta a veces por actos administrativos de autorización, aproba- .traduzca en el contenido del acto; que el acto produzca efectos contrarios a los
ción, sanción, reparo u observación legal, 3 mientras que en otros casos el con- queridos por el agente, por incapacidad para expresar adecuadamente su vo-
trol se expresa a través de actos de la administración no productores de efectos luntad, sin que por esa disfunción el acto resulte inválido; que la voluntad del
jurídicos directos, tales como la consulta, la visa, el informe, la inspección, etc.< agente dicte el acto con el "destino" de producir cierto efecto, pero que el acto
dictado sea objetivamente inapto para producir ese efecto o cualquier otro, etc.
6. Criterio subjetivo u objetivo de la producción de efectos jurídicos A veces el vicio de la voluntad psíquica del agente constituye un vicio del acto,
6.1. La voluntad psíquica del agente por error, desviación de poder, etc., pero no opera la voluntad psíquica en el
acto administrativo lo mismo que en el acto jurídico privado. Es que, en defini-
Al referirse a este requisito de que la actividad administrativa sea productora tiva, los efectos jurídicos que deba producir la declaración se aprecian en gran
de efectos jurídicos como primera clasificación para llegar luego a un concepto medida con arreglo al sentido objetivo del obrar del agenteS y ello muestra la
de acto administrativo, algunos autores expresan que ha de tratarse de una inconveniencia de aquel modo de estipular una definición.
5 1
· Lo explicamos en este Tratado, t. 1, op. cit., cap.IV, §·8 a 19. Ver también CSJN, Fallos, 284:
6 · 1 SAYAGUÉS LASO, op. cit., t. I, p 381; BREWER CARiAS, Las instituciones fundamentales del dere-
150, Dumit, 1972.
52 cho administrativo y la jurisprudencia venezolana, Caracas, 1964, p. 101; CRETELLA JúNIOR, Trata-
· Ver JARACH, DINO, Curso superior de derecho tributario, t. I, Buenos Aires, 1957, p. 303,

quien lo considera "acto jurisdiccional/' pero para rodearlo de mayores garantíils. Ya hemos exp1i-
do de direito administrativo, t. II, Río de J aneiro, 1966, p. 34.
6 · 2 BIELSA, RAFAEL, Derecho administrativo, t. rr, Buenos Aires, La Ley, 1955, 5' ed., p. 18.
cado que para este fin no es necesario dar carácter "jurisdiccional" al acto, y que ese reconocimien- 6 ·3 URZúA RAMÍREZ, CARLOS FERNANDO, Requisitos del acto administrativo, Santiago de Chile,
to produce el efecto contrario del buscado, pues de hecho limita su revisión judicial y da mayor
Editorial Jurídica de Chile, 1971, pp. 36-42.
atribución que la que corresponde al órgano administrativo. Ver supra, t. 1, op. cit, cap, IX,§ 8 a
· En otras palabras, el derecho atiende principalmente a la voluntad declarada, no a la inten-
6 4
19.
53 ción del agente: STASSINOPOULOS, op. cit., pp. 39 y 40 y sus referencias. Con f. LINARES, Fundamen-
· Ampliar en SILVA CIMMA, ENRIQUE, El conirol público, Caracas, 1976, p. 76 y ss., quien explica
los distintos casos en relación al derecho venezolano. tos ... , op. cit., p. 208.
6 ·5 HUBER, ERNST RuoOLF, Wirtschaftsverwaltungsrecht, t. II, Tübingen, 1954, 2" ed., p. 737.
, .. Ver y ampliar en SILVA C!MMA, op. cit., pp. 81-3, 86-7, 90. 66
FoRSTHOFF, op. cit., p. 291; LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 208.
II- 20 EL ACTO ADMINISTRA1'IVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il- 21

Aunque la voluntad del agente puede tener trascendencia respecto del acto En cualquier caso, cabe recordar la tendencia del derecho privado moderno
administrativo (casos de vicio por error, dolo, violencia, 7 desviación del poder, hacia ampliar, no restringir, la capacidad jurídica del enfermo mental; no se
8
simulación), aún entonces puede ocurrir que el vicio presuntamente psicológi- advierte por qué ello no habría de ser tenido en cuenta por el derecho público. 14
co sea analizado y evaluado con relación al actuar objetivo de la administra- Todo acto que puede producirse electrónicamente necesitará la racionali-
ción y no a la voluntad real de funcionarios. 9 No son extraños los casos en que dad del resultado que se produzca, más que la racionalidad del autor o del
el vicio de voluntad que haya tenido el agente administrativo y que hubiera empleado que lo suscribe; lo mismo vale para certificados, constancias, etc. Ya
viciado el acto de tratarse de un acto jurídico de derecho privado, deja incólu- hoy en día pueden vislumbrarse algunas declaraciones productoras de efectos
me el acto administrativo, porque lo más importante en él no es esa voluntad jurídicos, en las cuales la voluntad de la administración no está en verdad
psicológica del funcionario sino la adecuación de los hechos a su descripción detrás del acto como voluntad psíquica de una persona, sino como voluntad
normativa.
lato sensu del aparato administrativo. Cuando un agente de tránsito opera
Ha despertado interés en la doctrina nacional la propuesta de considerar una llave para cambiar una luz de tránsito, su voluntad está presente en for-
que "es válido y correcto, si es legal y objetivamente justo, el acto administrativo ma inmediata en el acto, del cual la señal lumínica es exteriorización; pero
realizado por un funcionario enfermo mental"; 10 nuestra doctrina se ha manifes- cuando por un mecanismo electromecánico o electrónico, en suma automático,
tado alguna vez en contra, 11 pero prefiere introducir distingos más puntua- puesto por la mano del hombre, la luz se enciende a intervalos conforme un
les, 12 siguiendo a una parte de la doctrina española. 13 programa, también los particulares están obligados por las señales lumínicas,
del mismo modo y con iguales alcances que si el propio agente de tránsito estu-
67
· En cualquier caso, no cabe duda que el acto administrativo obtenido por violencia no puede viera allí presente operando la llave que enciende la luz. 15 No se advierte en-
ser válido: CASSAGNE, Derecho administrativo, op. cit., p. 193, quien se aparta así de MAR!ENHOFF, tonces el por qué de las resistencias, en nuestro medio, a la utilización de ope-
1
N op. cit., t. II, pp. 511-2. Del mismo modo, un acto en el cual hubiere existido corrupción del agente,
raciones en base a un software encriptado e inviolable, para registrar fotográ-
o tiene más que desviación de poder, también dolo e inmoralidad y es insanablemente nulo.
68
(J.) · En cuanto a la simulación, incluso cuando se altera el lugar o la fecha, nuestra opinión se ficamente las infracciones de tránsito. 16
1 inclina por la invalidez, no así la jurisprudencia: GORDILLO, Cien notas de Agusttn, op. cit.> § 57, Si alguien acude a la Caja de Valores a percibir la renta de bonos públicos o
"Antedatar sin costas," p. 135, nota al fallo Bonfiglio, 1996, CNFed. CA, Sala III, LL, 1997-B, 405.
6 9
· Un claro ejemplo en el fallo De la Torre, 1961, de la Sala CA, Cámara Federal de la Capital,
realiza cualquier otra operación en no importa qué entidad pública o privada,
publicado en la Revista de Administración Pública, 2: 96 (Buenos Aires, INAP, 1961), con nuestro el mecanismo es siempre el mismo. El empleado de la ventanilla lo más que
comentario "La desviación en el poder del derecho argentino. v
6 10 hace es constatar su identidad e ingresar sus datos en la computadora. Si los
· FORSTHOFF, op. cit., p. 291; HuBER, op. cit., p. 737; PETERS, op. cit., p. 167; FERNÁNDEZ DE
VELAsco, RocAREDO, El acto adminsitrativo, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1929, pp. 185-7; datos de ésta le indican que debe pagar algo, oprime el pertinente Enter y la
STASSINOPOULOS, op. cit., pp. 38 y 39, extiende la solución a cualquier caso de incapacidad civil del impresora emitirá un documento, que el empleado de ventanilla firmará, se-
agente que dicta el acto administrativo.
6 11 llará y pagará, sin prestar atención a la parte decisoria de la transacción, sólo
· 111ARIENHOFF, op. cit., p. 284 (288 en otras ediciones y reimpresiones).
6 12
· Cm1'1ADIRA,Acto administrativo ntunicipal, op. cit., pp. 5-6; DE KEMMETER, ALEJANDRO PABLO, uLa
a su correcta operación material en la entrega de la cantidad de dinero expre-
voluntad psicológica del agente como elemento del acto administrativo," RAP, 224: 20, 22-3, (Buenos sada por los documentos que la máquina le presente. ¿Se puede acaso hablar
Aires, 1997), p. 20: tratándose de actividades principalmente regladas, se aplicaría una teoría objeti-
de la voluntad psíquica del agente en resolver realizar el pago? Obviamente su
va; si discrecionales, la subjetiva; comparar HUTCHINSON, Régimen ... , op. cit., p. 129. En la teoría obje-
tiva se enrola a FIORINI, BARTOLOME A., Teoría jurídica del acto administrativo, Buenos Aires, Abeledo- 6 14
- En el derecho privado ver DE LoRENZO, MIGUEL FEDEHICO, "Autoría e imputación en el ámbito
Perrot, 1969, p. 18 y ss.; en la subjetiva, además de MARIENHOFF, op. cit., t. III, p. 278, a CASSAGNE, El contractual (a propósito del artículo 4 73 del Código Civil)," LL, 1998-C, 1215 y sus referencias, en
acto administrativo, op. cit., p. 270, aunque esta última tesis tampoco es absoluta, ya que este autor especial KEMELMAJER DE CARLUCCI, AJDA, "La demencia como base de las nulidades en el Código
sostiene que el acto viciado de falsedad en la expresión de la fecha ----dolo o simulación- es de todos Civil," en la Revista de Derecho Privado, Santa Fe, 1996, p. 9 y ss.
modos válido; Derecho administrativo, t. II, op. cit., p. 187 y ss. Con lo cual el balance no puede estable- · ° Conf. DIEZ, t. II, op. cit., 1• ed., p. 270; MARIENIIOFF, op. cit., p. 310; en otras ediciones y
6 1
cerse en teorías objetivas, subjetivas o mixtas, sino más bien en dónde se pondrá el acento. Distinguir reimpresiones corresponde a la p. 314; infra, cap. X, § 92. A similares disquisiciones puede llevar
derechos según su naturaleza discrecional o reglada es una forma muy tradicional de ver la cuestión, el viejo Código Civil distinguiendo la prescripción de las servidumbres según esté o no presente la
que se puede remontar al contencioso administrativo francés (que se siguió en América Latina desde voluntad humana, como hemos observado en nuestro artículo "Excepción -sin reconvención- de
el siglo XIX, p.ej. LAREs, TEODOSIO, Lecciones de derecho administrativo, México, UNAI\1, 1978, repro- usucapión de servidumbre de electroducto en un juicio de desalojo," LL, 1996-B, 477; reproducido
ducción facsimilar de la primera edición de 1852, pp. 60 y 61), que MARIENHOFF abandonó al referirse a en Después de la Reforma del Estado, Buenos Aires, FDA, 1996, 1• ed., cap. X y luego en Compen-
la irrevocabilidad o estabilidad del acto administrativo.
613 dio de casos y problemas de derecho, en preparación.
En particular, GARCiA DE ENTERRiA, EDUARDO y FERNANDEZ, ToMAs RAMóN, Curso de derecho 6 ·16 Dicho de otra manera, entendemos los atavismos que el automóvil despierta en la mente
administrativo, t. !, Madrid, Civitas, 1993, 6• ed., p. 532, quienes distinguen entre el acto dictado en humana, pero no aceptamos que sea racional trasladarlo a la formulación jurídica del problema.
virtud de facultad reglada Oa voluntad sería intrascendente), o el producto de facultad discrecional. Ver in(ra, t.4, cap. VI, § 29, "La fotografía y firma digitalizadas;" cap. VII del mismo vol., § 21.
II- 22 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li - 23

voluntad personal sólo interviene para hacer funcionar la máquina y cumplir las cuales no existe ni puede existir finalidad alguna que una '{_Oluntad pueda
lo que ésta indica. Él no resuelve nada que no esté previamente resuelto en la perseguir: es el caso de las certificaciones o constataciones 18 y el de las mani-
computadora. Sin embargo, su transacción sigue constituyendo un acto jurídi- festaciones de juicio u opinión en que la administración, a pedido de un intere-
co, nos guste o no la denominación. Allí el ser humano aparece un poco más sado, declara conocer cierto hecho, certifica cierta denuncia, etc, sin perseguir
devaluado, casi al nivel de una luz de tránsito que se opera automáticamente. finalidad ulterior alguna, que la doctrina admite puedan constituir expresio-
Lo mismo puede decirse de las operaciones realizadas con un cajero automáti- nes de la actividad administrativa, dotadas de efectos jurídicos plenos, a pesar
co o teller machine. Si hay fondos, la máquina pagará; si uno quiere recibo, se de carecer de aquel elemento teológico o finalista. 19 Con el proceso de verifica-
lo imprimirá, numerará y fechará. No ha intervenido ser humano alguno en la ción de antecedentes penales ocurrirá pronto lo mismo: el sistema y no una
operación concreta, pero ella no deja de ser un pleno negocio jurídico. No le persona física proporcionará el dato válido y eficiente para producir los efectos
pone una firma digitalizada, pero técnicamente se podría satisfacer esta pecu- jurídicos correspondientes. Por todo lo expuesto, con decir declaración es sufi-
liar petición si alguien lo deseara. Los bancos cobran un recargo al cliente que ciente, comprendiendo tanto el caso de volición (voluntad- dirigida a un fin)
quiere la atención de una persona física que le firme el recibo (un cajero verda- como el de cognición (conocimiento - atestación o certificación) 20 y opinión o
dero, de carne y hueso, no automático) y se lo selle a la usanza antigua, para juicio. 21
punir la erogación que ocasiona. De similar manera, en los sistemas previsio- Hay por fin situaciones mixtas en que la inscripción en un registro público
nales actuales cada vez se advierte más la progresiva mecanización de su fun- no es mera constatación administrativa, sino que supone el ejercicio por el
cionamiento: los expedientes son resueltos con rutina y poca posibilidad de agente de una función de control de legalidad. Así ocurre con la inscripción en
creatividad personal. Ello hace a su vez pensar en la posibilidad de introducir 6 18
· Entre otros, expresan que las certificaciones no son manifestaciones de voluntad, VITTA,
la computación, como mecanismo tan idóneo o mejor que los empleados del CINO, Diritto amministrativo, t. I, Turín, 1962, p. 345; ZANOBINI, Gumo, Corso di diritto amministrativo,
1 sistema, para producir tales decisiones de rutina en los casos comunes; 17 sus t. I, Milán, Giuffre, 1958, 3• ed., p. 242 y ss.; RANELLETTI, ÜRESTE, Teoría degli atti amministratiui
N speciali, Milán, 1945, p. 3. Su carácter de actos administrativos es generalmente aceptado, como
posibles aplicaciones son verdaderamente exponenciales en los años venide-
o actos registrales; así p. ej. ALTAMIRA, op. cit., p. 329, siguiendo a FoRsTHOFF, expresa "no contienen
~ ros, tanto en el sector privado como público. Allí se advierte otra vez que, más ninguna disposición sobre una situación jurídica, nada fundan y nada modifican. Únicamente
1 que encontrarnos ante una decisión de un agente público, nos hallamos sim- tienen la misión de constituir medios probatorios, en eso radica el efecto jurídico que emana de
ellos." En el derecho argentino, un ejemplo típico son las inscripciones en el registro de la propie-
plemente ante una declaración objetivamente productora de efectos jurídicos dad, que no sólo generan la responsabilidad de la administración en caso de ser erróneas -supra,
directos, realizada en ejercicio de la función administrativa, que recibirá el t. 2, cap. XX, esp. fallos citados en la nota 9. 2-, sino que también dan lugar a recursos adminis-
mismo tratamiento por el orden jurídico aunque no provenga de la voluntad trativos especiales, como puede ser el caso del decreto-ley 17.414/67, art. 14 y ss. En materia de
automotores puede verse "El dominio de autol)lotores y su inscripción en registros administrati-
individualizada y concreta de un funcionario. vos," ED, 6:291. Véase también, con sentido más general, GoNZÁLEZ BERENGUER URRUTIA, "Sobre la
actividad certifican te de la Administración", en Revista de Administración Pública, 38: 225 (Ma-
6.2. Certificaciones y opiniones productoras de efectos jurídicos directos. drid, 1962); LuTHY, WoLFRAM, "Las inscripciones constitutivas de derechos", en Revista Notarial,
La Plata, 1963, p. 748 y ss.
Registros e inscripciones 6 19
· Como dice CAMMEO, op. cit., p. 558: estos actos "producen efectos jurídicos independiente-
mente de la voluntad de producir el efecio práctico correspondiente"; "cuyos efectos jurídicos son
A todo lo hasta aquí expuesto cabe agregar que la actividad administrativa y el
independientes de la voluntad del agente" (op. cit., p. 559). En igual sentido MARIENHOFF, op. cit., p.
acto administrativo no se refieren únicamente a situaciones en que puede al 403; en otras ediciones o reimpresiones es la p. 407: "Tales efectos no derivan [... ] de la voluntad
menos existir una voluntad destinada a obtener un fin, sino que también abar- de la Administración Pública, sino de la ley"; también ha seguido este criterio FERNANDES DE ÜLIVEIRA,
RÉGIS, Ato administrativo, San Pablo, Revista dos Tribunais,1978, p. 34.
can situaciones en las cuales el fin del acto se agota con su misma emisión, o en 6 20
· VIGNOCCHI, GusTAVO, Gli accertamenti costítutivi nel díritto amministrativo, Milán, Giuffrt\
1950, pp. 26-28, distingue a su vez entre actos certificantes y accertatnenti: inscripción en el regis-
•· 17 Dice en efecto SPIROS SIMITIS, "El procesamiento electrónico de datos y el derecho," en Re vis· tro de la propiedad, en el Registro Civil, Registro de la Propiedad Automotor, en las listas electo-
ta Jurídica Panameña, 2: 23 (Panamá, 1975), p. 23 y ss., traducido de la revista Law and State, rales, en la oficina recaudadora de impuestos, registros o inscripciones catastrales, registro de
Tübingen, 1972, no 6) que "Las consecuencias de la importancia creciente de una administración industrias, timbres y estampillas de control sobre objetos determinados (pesas y medidas, etc.)
de bienestar social son obvias; el nún1ero de ciudadanos que establecen una relación permanente Como se advierte, es un campo bastante an1plio. Puede a su vez torriar nuevas dimensiones con el
con la administración aumenta constantemente, y al mismo tiempo los programas qne han de cambio tecnológico: así como las pilas tienen un indicador visual de carga, los productos perecede-
cu1nplirse dependen de cálculos extremadamente complicados. La llamada pensión móvil es sola- ros tendrán un indicador de sí se ha roto la cadena de frío. En esos supuestos la discusión será
rnente un ejemplo de la actual situación. Desde el seguro social hasta las pensiones alin1enticias y como con los semáforos: ¿es un acto administrativo o un hecho al cual el derecho asigna conse-
las díversas formas de pensión, el procesamiento electrónico de datos es en la actualidad una cuencias jurídicos? Volven1os, siempre~ a la teoría general, t.l, op. cit., cap. I.
6 21
parte de la labor adrninistrativa cotidiana.'' · En igual sentido FERNANDES DE ÜLIVEIRA, op. cit., p. 32.
II- 24 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li - 25

los registros de patentes 22 y marcas, en el Registro Público de Comercio de las 6.3. Conclusiones
reformas y modificaciones de estatutos de sociedades anónimas, 23 etc. Se dis- Por ambos tipos de razones: a) que la finalidad de la voluntad del agente puede
cute si el acto no inscripto obliga a las partes antes de la inscripción, 24 lo que no coincidir con los efectos que el acto produce, sin que esto afecte siempre su
recuerda el análogo debate en materia de notificación. 25 validez; b) que ciertos actos carecen totalmente de finalidad ulterior (certifica-
De este modo vemos dos concepciones sobre el acto registra!: quienes lo aproxi- dos, etc.), lo que no les impide producir directamente efectos jurídicos propios,
man a una constatación o en todo caso una actividad reglada de la administra- lo correcto es hablar de una actividad "que produce [... ] efectos jurídicos direc-
ción y quienes consideran que la administración tiene algún margen de ponde- tos"; antes que de una actividad "destinada a producir efectos jurídicos direc-
ración discrecional. Lo segundo ha probado ser fuente de abusos, como ha ocu- tos."
rrido con el registro de entidades de consumidores previsto por el art. 42 de la No seguimos, por lo tanto, la distinción que entre acto administrativo y acto
Constitución. Primero fue creado por resolución y dió lugar a acciones judicia- material propugnan algunos autores, entendiendo que los primeros son los "des-
les por arbitraria denegación de inscripción; 26 luego se resolvió que era sufi- tinados" a producir efectos y los segundos "declaraciones de voluntad realiza-
ciente con la inscripción como persona jurídica, 27 decisión que también adoptó das por la administración pero sin el propósito de producir un efecto jurídico
la CSJN constatando de paso que el Congreso no había dictado la ley prevista determinado", 31 pues si estos últimos pueden producir y producen, consecuen-
en el art. 42. 28
cias jurídicas, 32 no existe fundamento de derecho que permita excluirlos del
Una situación parecida, con otros niveles normativos, se da con referencia a mismo concepto. Si por la distinción, en cambio, se quieren separar los efectos
la inscripción en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas que mandó lícitos de los ilícitos, ello es también inadecuado, según se verá en el número
crear la ley 23.302 de 1995 y que hasta el comienzo del milenio todavía no siguiente.
estaba implementado. Pero en todo caso, la Constitución de 1994 reconoce im-
1 plícitamente la preexistencia étnica y cultural de las comunidades indígenas 29 7. Los efectos jurídicos pueden ser lícitos o ilícitos
N
C) y su derecho a la personalidad jurídica. En las circunstancias y dado el tiempo
De acuerdo a una socorrida concepción del derecho privado, algunos autores
01 transcurrido debería reconocérseles personalidad jurídica per se, como a las
1 han querido encontrar también en el derecho administrativo, que el acto debe
personas físicas, sin supeditar su existencia jurídica a la creación de un regis-
estar destinado a producir efectos jurídicos lícitos, 1 excluyéndose de la noción a
tro que la administración demora tanto en crear. Mientras el registro no se
aquellos que producen, o están destinados a producir, efectos ilícitos. De este
cree, no puede privarse del derecho a la personalidad por el incumplimiento de
corte son las concepciones que distinguen entre acto jurídico y acto material y
un requisito que la administración ilegalmente omite respetar. No haría falta
aquellas que ubican a la teoría del acto administrativo dentro de la teoría del
ínter tantum, a nuestro juicio, necesidad de acto administrativo registral. 30
acto jurídico lícito, 2 como hace el derecho privado.
6 22
· Ley 24.481, modificada por la ley 24.572; revista Antecedentes Parlamentarios, LL, 1996-B, Este criterio no es consecuente con el resto de la teoría del derecho adminis-
2345. La Oficina y el Registro de Tranferencia de Tecnología pasa del INTI al INPI. trativo ya que ésta se halla consustanciada con la presencia de actos adminis-
6 23
· Decreto-ley 19.550/72, art. 167.
6 24
· Ver CNac. Com., SalaB, Riello, año 1980, LL, 1980-B, 651, ED, 88: 250; HALPERiN, IsAAc.,
trativos que, sin perder su calidad de tales, tienen vicios que los tornan ilegíti-
Sociedades anónimas, Buenos Aires, 1978, z· ed., p. 121; N!SSEN, RICARDO M., La ley de sociedades mos o inválidos, es decir ilícitos o antijurídicos. Que la administración haya
comerciales, t. 3, Buenos Aires, 1985, pp. 32-3; AnnoGuÉ, MANUEL I. y ÜARCiA CuERVA, HÉCTOR M., tenido en mira precisamente esos efectos, o que por un error haya dictado un
"La publicidad registra! de la constitución y disolución de las sociedades comerciales y de las
modificaciones al contrato social," LL, 1978-D, 1032; FARGOSJ, HoRACIO P., "Sobre la reforma no
acto destinado a producir efectos contrarios a derecho, no ha de privar a su
6 ·31 BREWER CARiAS, Las instituciones ... , op. cit., p. 118; BuTTGENBACH, ANDRÉ, Manuel de droit
inscripta del estatuto de sociedades anónimas," LL, 28-VIII-2000. En materia de patentes y mar-
cas parecería más claro que el acto nace recién con la publicación del registro. Pero se puede ad1ninistrati{, Bruselas, 1959, p. 325, nota 3; esta distinción es usual en la doctrina francesa.
6 ·32 BREWER CARiAS, op. cit., p. 101, nota 4: "Entiéndase bien, que hablamos de actos materiales
reproducir la discusión que distingue el acto de su publicidad. Ver también supra, nota 6.20.
6 25 porque esos actos no tienen por finalidad ni por objeto producir una consecuencia jurídica deter-
· Supra, en este cap. II, § 2.3; in{ra, cap. X,§ 11.1.
6 26
· Consumidores Libres, CNFed. CA, Sala L minada. Por tanto, no queremos decir que no produzcan consecuencias de derecho."
6 21 7 1
· Adecua el Enargas, ano 1998, CNFed. CA, Sala IV, LL, 1998-F, 339, cons. III. · O legítimos; no creenws que deba ensayarse una distinción entre licitud o valídez y legitimi-
6 28
· CSJN, Asociación Benghalensis, 2-VI-2000. dad del acto administrativo, como lo hace FRAGOLA, UMBERTO, Gli atti amministrativi, za ed., Nápoles,
6 29
· CNFed. CA, Sala II, Asociación Indígena Argentina, año 2000, LL, 2000-B, 700. Jovene, 1964, p. 29 y ss.
6 30 7 ·2 Comparar FoRTI, Uoo, Lezione di diritto amministrativo, t. II, Nápoles, 1950, pp. 49 y 50,
· Este criterio tiene un cierto paralelismo, adaptado a las comunidades indígenas, con lo
resuelto por la Sala IV en Adecua e 1 Enargas y mantenido por la CSJN in re Asociación quien expresa que en el acto ilícito el efecto jurídico «es siempre contrario a la voluntad interna en
Benghalensis, que citamos supra, notas 6.27 y 6.28. el sujeto.''
II- 26 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 27

acto de la condición de acto administrativo. Ello está consagrado en muchas deja de ser conceptualmente un acto administrativo. Lo mismo cÚadra decir de
instituciones de derecho administrativo: a) se ha dicho así que un acto admi- la moral: es claro que un acto contrario a la moral es ilegítimo y debe ser anu-
nistrativo regular, aunque viciado en grado de anulabilidad, tiene presunción lado, pero no por ello podría decirse que la moral sea un elemento del acto
de legitimidad y debe cumplirse mientras su vicio no sea declarado por autori- administrativo, 1 pues ésta no es sino un aspecto más de la licitud o validez del
dad competente; 3 se postula en cambio que esa característica no es denotable orden jurídico: un .acto contrario al orden jurídico es nulo, principio éste que
del acto nulo o nulo de nulidad absoluta en otra terminología; b) como conse- cubre el caso de un acto inmoral, que también será nulo por contrario a dere-
cuencia de lo anterior, cuando el derecho argentino establece que los actos cho. En consecuencia, si bien la violación de la moral puede ser un vicio en lo
administrativos viciados deben impugnarse ante los tribunales judiciales im- que respecta al objeto del acto, la moral en sí no puede considerarse elemento
propiamente llamados "de lo contencioso-administrativo"• en un juicio contra del acto, como la licitud tampoco es elemento del acto, salvo en un sentido muy
el Estado, está admitiendo también que el acto viciado es o puede ser el Esta- lato. Volveremos sobre este punto en el cap. VIII,§ 9, al referirnos a la inmora-
do; e) cuando se afirma que los actos administrativos que reconocen derechos lidad como vicio del objeto del acto.
subjetivos son irrevocables en sede administrativa aunque adolezcan de un
vicio leve, 5 también se reconoce que el acto no ha perdido su calidad de tal a 9. Los efectos jurídicos según sean unilaterales o bilaterales, individuales o
pesar del vicio que tiene; d) en materia de funcionarios de hecho -aquellos generales
que tienen un nombramiento irregular- se admite también que sus actos son Otra distinción que ha sido propuesta dentro de los efectos jurídicos que pro-
administrativos, válidos o anulables según el caso, pero administrativos al fin. 6 duce la actividad administrativa, es la que estudia si deben incluirse en el
Más aún: nunca podría hablarse de nulidad de un acto administrativo si se concepto los actos de efectos bilaterales (contratos administrativos) y los actos
aplicara dicho criterio, porque todo vicio determinante de nulidad implicaria una unilaterales de efectos generales (reglamentos administrativos). El tema lo
1 extralimitación legal y por lo tanto un acto material. En tal criterio, sólo serían consideraremos en el cap. IV, § 5 a 12, aunque podemos adelantar aquí que en
N actos administrativos los actos válidos emanados de una autoridad pública, lo
o un concepto amplio de acto administrativo estarían comprendidas las tres hi-
O'> cual parece difícil que la jurisprudencia acepte por ahora y no es en todo caso la pótesis (acto bilateral, acto unilateral general, acto unilateral individual), pero
1 solución del art. 12 del decreto-ley 19.549/72. Sin embargo, ha de tenerse presente que en un concepto más restringido, que es el que adoptaremos por las razones
el carácter sistemáticamente autoritario de la norma, como ha señalado MA!RAL; 7 que se verán, sólo se tomarán en cuenta los actos unilaterales e individuales.
quizás deba considerarse cambiar el rumbo y aproximarse a la solución del dere- Este criterio se adopta con la aclaración de que no por ello dejan de series
cho privado en el que sólo es acto jurídico el acto válido, no así el inválido. El uso aplicables a los otros actos ciertos principios jurídicos comunes a todos los ac-
del derecho privado se desprende de asignarle al término jurídico no la calificación tos jurídicos de la administración.
de creador de efectos jurídicos, sino la de válido. De cualquier manera, es claro
que hasta el presente ello no ocurre en relación al término administrativo. En lll. Efectos públicos o privados del acto
suma, el acto administrativo también puede producir efectos antijurídicos, sin
dejar de ser acto administrativo por esa circunstancia,8 salvo el caso de inexisten- 10. Distinción entre los efectos públicos y privados de la actividad
cia. administrativa
De lo hasta aquí expuesto concluimos que el acto administrativo es una decla-
8. Lo atinente a la moral
ración realizada en el ejercicio de la función administrativa; pero puesto que
De lo expuesto se sigue que si los efectos del acto son ilícitos o antijurídicos el por función administrativa hemos entendido, entre otras cosas, toda la activi-
acto estará viciado de nulidad o anulabilidad, según los casos, pero no por ello
8 1
· La finalidad, muy encomiable, de realzar el valor de la moral dentro deí acto administrativo,

no alcanza a nuestro juicio para fundar metodológicamente esa posición. Pensamos, como lo deci-
73
· Ampliar in{ra, cap. V, §·2 a 5. mos en el texto, que la forma correcta de efectivizar en derecho la vigencia de la moral, es sancio-
7
Sobre el equívoco de la terminología ver supra, t. 2, op. cit., cap. XIII, § 1 a 5.
-' nar con la nulidad su violación, pero no en darle un carácter estructural, que no tiene, dentro de
75
Ver in{ra, cap. VI,§ 7. los elementos del acto administrativo. Conf. LINARES, Fundamentos .... op. cit., p. 267. La nlisma
· Ver inf'ra, cap. VIII,§ 11.1, pp. 26-7.
76
discusión se ha planteado en Francia antes que aquí y la respuesta pareciera ser la nlisma: DE
7 ·7 Supra, "Introducción",§ 7, pp. 9-10; MAtRAL, Control.. , t. II, op. cit., p. 773. LAUBADÉRE, VENEZIA y GAUDEMET, Droit administra ti{ général, op. cit., 15" ed., § 721, p. 539 y sus
78 Ver GtACOI\IETTI, op. cit., p. 395. Conf. LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 209. referencias.
II- 28 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 29

dad realizada por órganos administrativos,' corresponde que nos refiramos A mayor abundamiento, es de hacer notar que si se habla de un acto civil de
ahora a una vieja distinción en el derecho administrativo: la posibilidad de que la administración, distinto del acto administrativo, debe suponerse que el pri-
un órgano administrativo actúe bajo normas de derecho privado. Hay autores mero no se dicta en ejercicio de la función administrativa; sin embargo, no
para los cuales una parte de la actuación de los órganos administrativos se todos los autores que niegan la doctrina de la doble personalidad estarían dis-
rige por el derecho privado; consideran por ello necesario aclarar que el acto puestos a aceptar dos tipos diversos de funciones en el sujeto actuante.
administrativo es aquel realizado en el ejercicio de una potestad pública. 2 Es más, son precisamente los autores que admiten la teoría de la doble per-
Esta doctrina, en consecuencia, establece una distinción entre los actos ad- sonalidad los que, consecuentes con sí mismos, admiten dos funciones diferen-
ministrativos (dictados en ejercicio de una potestad pública) y los actos civiles ciadas -una pública o administrativa y otra privada- y dos clases de actos
de la administración (dictados en ejercicio de la actividad de la administración diferenciados: actos civiles de la administración y actos administrativos.
que de acuerdo a tal doctrina es regida por el derecho privado). Por todo ello, los autores que no aceptan la teoría de la doble personalidad
-lo que pareciera ser corriente dominante, al menos en nuestro país- no pue-
11. La distinción entre acto civil de la administración y acto administrativo den, sin incurrir en contradicción, aceptar la distinción entre acto civil de la
es una aplicación de la teoría de la doble personalidad del Estado administración y acto administrativo.
Esa distinción evidentemente intenta revivir una de las consecuencias concre-
12. El derecho privado no se aplica a todos los elementos del acto
tas de la superada doctrina de la doble personalidad del Estado (como persona
administrativo
de derecho público y como persona de derecho privado)! de la que la doctrina
argentina se ha apartado con uniformidad; 2 no vemos en consecuencia cómo Además de lo expuesto, que hace a la falta de unidad conceptual del criterio
puede postularse la existencia de dos categorías de actos distintos, cuando no enunciado, debe agregarse que no es exacto, en el derecho argentino, que exis-
1 se admite la existencia de dos personalidades distintas. tan partes de la actividad administrativa que se encuentren reguladas por el
N
o No creemos que pueda soslayarse la cuestión afirmando que el Estado tiene derecho civil en forma integral o siquiera principaL
-..J No negamos totalmente la posibilidad de que el derecho privado sea en cier-
una sola personalidad, pero que actúa según los casos en el campo del derecho
1
público o del derecho privado, 3 pues si se estima que ello es así en materia de tos casos aplicable a la actuación de los órganos administrativos, I pero soste-
personalidad, es lógico que lo mismo debe ocurrir en materia de actos: podrá nemos que ello no justifica que se diga que en tales casos los actos de los órga-
haber, entonces, actos administrativos de aplicación en el derecho público y nos administrativos sean actos jurídicos de derecho privado y estén excluidos
actos administrativos cuyo objeto o campo de aplicación será el derecho priva- del concepto de acto administrativo?
do.• Cabe señalar al efecto que en las hipótesis que parte de la doctrina indica, el
derecho privado se aplica sólo con referencia al objeto del acto dictado por la
10 · 1 Desde luego, existen doctrinas que reconocen a la administración "reservas" de ley y de administración; y que en todos los casos es invariable la aplicación del derecho
jurisdicción, en contra del sistema constitucional que nos rige, según hemos explicado en el t. 1, público en cuanto a la competencia, voluntad y forma. 3
op. cit., cap. IX. La afirmación precedente ha sido aceptada también por quienes propugnan
10 ·2 VoN TUREGG, KuRT EooN, Lehrbuch des verwaltungsrechts, Berlín, 1956, 3" ed., p. 112; BENDER,

op. cit., p. 94; ANTONIOLLI, op. cit., p. 195. BIELSA, Derecho administrativo, op. cit., 6• ed., p. 159, la existencia de actos civiles de la administración; pero una afirmación tal vez
excluye los "actos de gestión privada" de la administración; MARIENHOFF, t. II, op. cit., pp. 255-8 (en excluye la otra: si lo principal del régimen aplicable al acto es el derecho públi-
posteriores ediciones es la p. 260). En derecho internacional se distingue a veces, a los efectos de
co, no puede jurídicamente llamárselo acto de derecho privado. Esta primera
someter a otro Estado a una jurisdicción distinta de la propia, si ha actuado iure imperii o iure
gestionis (por ejemplo CSJN, Cerea/era Asunción SRL, 1998, Fallos, 321-2: 2594 en que se recono- observación basta para señalar la improcedencia de considerar que existan actos
ció la jurisdicción internacional del juez argentino). Esos distingos llegan a sutilezas macabras,
12 · 1 Aunque es bastante excepcional en el derecho argentino: supra, t. 1, op. cit., cap. VIII, § 3,
v.gr. si puede estar bajo inmunidad soberana la comisión de delitos de lesa hurnanidad, con1o se
postula en algunos votos de la Cámara de los Lores en Regina u. Evans, LL, 1999-A, 431, año "Evolución y estado actual de la aplicación del derecho civil a la administración pública."
12 2
1998. Participan de la tesis opuesta DIEZ, t. I, op. cit., p. 368; LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. · Conf. LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 210; comparar FIORINI, op. cit., 1• ed., p. 277;

210; DROMI, Instituciones ... , op. cit., p. 191. SAYAGUÉS LAso, op. loe. cit.
ll. Confr. FIORINI, op. cit., p. 277; SAYAGUÉS LASO, t.!, op. cit., p. 387.
1 12 3
· Señala MARIENHOFF que ~<el acto que en1ita la administración pública, ya se trate de un acto
1 L 2 Supra, t. 1, op. cit., cap. III, § 16 y 17. administrativo o de un acto civil, está siempre sometido a iguales o idénticas reglas como compe-
JLl CASSAGNE, El acto administrativo, op. cit., pp. 121-4. tencia, voluntad, forma, etcétera" (t. II, op. cit., p. 256, nota 107; en posteriores ediciones y reim-
H< Conf. LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 210. presiones es la p. 260). Conf. MAIRAL, t. I, op. cit., § 185, p. 294.
II- 30 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li- 31

de derecho privado realizados por la administración. A lo sumo, podría señalarse pública nacional, centralizada y descentralizada" y no excluye de su régimen
que ciertos actos serán mixtos, regidos en parte por el derecho público (competen- actividad alguna que pudiera suponerse regida por el derecho privado. Incluso
cia, voluntad, forma) y en parte por el derecho privado (objeto). Si falta la compe- es de destacar que ciertos procedimientos especiales, que quedan excluidos en
tencia, cae todo el acto que el derecho privado pueda haber cohonestado. Ello una primera etapa de la aplicación del decreto-ley (art. 2°), les es de aplicación
señala sin lugar a dudas la prevalencia que en estos casos tiene el derecho supletoria el régimen que éste establece y se debe de cualquier modo adaptar-
público sobre el derecho privado en la regulación del acto. La competencia se los progresivamente al régimen general (art. 2°, inc. b).
presenta como una condición previa y necesaria para poder hablar de acto; la Con ello resulta que los requisitos que debe satisfacer el acto administrativo
competencia hace pues a la existencia misma del acto. Es posible advertir fá- de acuerdo al decreto-ley 19.549172, tanto en materia de competencia, causa,
cilmente que si el derecho privado no llegara a sostener jurídicamente al objeto objeto, procedimiento previo a la emanación, voluntad, forma o formalidades
de un acto dictado por un órgano público, la juridicidad del mismo puede toda- concomitantes o posteriores (arts. 7°, so y concordantes), son aplicables a todos
vía surgir del derecho público; pero que si el derecho público no sostiene la los actos emanados de la administración pública, incluso aunque se refieran a
conformidad a derecho de la competencia ejercida, no puede el derecho privado materias de derecho privado.
socorrer la validez del acto.
Por virtud de estas normas, en consecuencia, se acentúa aún más la predo-
Ello vale también para el objeto del acto. Si un acto es irrazonable, inequita- minancia del derecho administrativo en la regulación de los actos emanados
tivo, injusto, etc., en los supuestos contemplados por la Convención Interame- de la administración pública y se aleja concomitantemente la posibilidad de
ricana contra la Corrupción y la ley 25.188 de ética pública, será inválido aún sostener, en el derecho positivo argentino, la existencia de actos privados de la
cuando esté aparentemente correcto en el ámbito privado.< La nulidad absolu- administración.
ta que proclama el art. 17 de la ley 25.188 de ética pública, en los supuestos de
1 su art. 15, obviamente se aplica también a cualquier actividad de la adminis- 13. La aplicación del derecho público en los supuestos actos civiles de la
N tración que se pretenda regida por el derecho privado.
o administración
00 Si a ello se agrega que también las formalidades y la voluntad (en lo que
1 Estos principios pueden ser observados en cualquier tipo de actividad estatal,
hace a su origen, preparación y formación) en la actuación de los órganos ad-
incluso en los contratos de la administración. Cualquier vicio en el origen de la
ministrativos, se rigen por el derecho público, resulta que es impropio negar a
voluntad administrativa -que se trate de un funcionario de hecho o de un
estos actos el carácter de preponderan temen te administrativos. En forma con-
usurpador- se traslada al acto respectivo, independientemente de su objeto;
cordante se ha pronunciado la Procuración del Tesoro de la Nación; 5 también
un vicio en la preparación o emisión de esa voluntad -p. ej., falta de autoriza-
DIEz, que originariamente admitió la existencia de actos civiles de la adminis-
ción o aprobación, cuando es necesaria, o un determinado vicio en un acto com-
tración,6 no lo hizo posteriormente 7 y expresó en cambio que "la interferencia
plejo, etc., afecta también la validez del acto finaL
del derecho privado en el derecho administrativo es [. .. ) que, en dependencia
La inobservancia de la forma escrita -que podría ser justificada en ciertos
de la naturaleza publicística del ente, todo el proceso de formación y de mani-
casos por el derecho privado- no es admisible en el caso del Estado; sin perjui-
festación de la voluntad y de la actividad del mismo ente queda reglado por el
cio de ello, cabe advertir que la doctrina de los actos propios se está haciendo
derecho administrativo, aun cuando el objeto del acto [. .. ] está [... ] regido por
el derecho privado." 8 extensiva también al Estado e incluso en su actuar omisivo. 1
Son de aplicación en todo momento las Medidas Preventivas del art. III de
La solución que damos ha sido recogida por el decreto-ley 19.549172, pues
la CICC (publicidad o transparencia, equidad o justicia, eficiencia) 2 y las nor-
éste, en su art. 1°, establece que su ámbito de aplicación es "la Administración
mas de la ley de administración financiera del Estado, como así también las de
1 la ley 25.188 de ética pública, 3 todo ello materia de derecho público, aunque el
" La equidad y la justicia tienen carácter sublegal en el Código Civil, pero supralegal en el
derecho administrativo~ co1no se desprende de la señalada Convención.
12 5
· PTN, Dictámenes, 92: 74; 98: 68; 101: 117; 102: 226; 103: 155, etc. 13 ·1 Cabe recordar una vez 1nás el señero libro de MAIRAL, La doctrína de los acios propios y la
12 6
· El acto administrativo, op. cit., pp. 115 y 116.
12 7 11
administración pública, Buenos Aires, Depalma, 1988.
· Derecho adnúnistrativo, t. 2, op. cit., 1 ed., p. 213, aunque la supresión no resulta en forma 13 2
· Ver supra, t. 1, op. cit., cap. XVI.
expresa del texto, sino tácita y por comparación con la obra citada en la nota precedente, comp. 2a 13 · 3 La cual en ninguna de sus disposiciones esboza distinción alguna: toda la actividad adm1
ed., p. 368. Conf LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 210; DRO,ll, Instituciones..., op. cit., p. 191. nistrativa del Estado se rige por ella. No así la jurisdiccional y legislativa, en que podrían fornlu-
12 8
· DIEZ, Derecho administrativo, 1" ed., op. cit., p. 368; comp. 2" ed., pp. 286-7.
larse otras distinciones, aunque no ciertamente por una hipotética aplicación del derecho privado.
II- 32 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 33

objeto del acto sea parcialmente regido por el derecho privado. Del mismo modo, d) En lo referente a la posibilidad de someter una cuestión a la decisión
la actuación del agente acarrea la responsabilidad del funcionario público y a arbitral, parte de la doctrina propició en su oportunidad el criterio de que las
veces también la de un particular.< cuestiones civiles podrían ser sometidas a arbitraje, no así las administrati-
vas; pero actualmente esa noción no responde al derecho positivo, pues ya la
14. No existen consecuencias jurídicas diversas de importancia según que a ley de obras públicas 13.064, p.ej., admite en su art. 55 que "el contratista
un acto se lo califique de civil en su objeto podrá convenir con la autoridad administrativa un tribunal arbitral que deci-
Por lo demás, esa distinción conceptual carecería de consecuencias prácticas da en única instancia", es decir, que también un acto o contrato administrativo
en varios aspectos: sometido enteramente al derecho público puede ser materia de decisión arbi-
a) El recurso jerárquico ha sido reiteradamente admitido no sólo contra los tral. Más de cuarenta tratados bilaterales de inversiones extranjeras admiten
actos administrativos, sino también contra los actos que esta parte de la doc- igualmente la jurisdicción arbitral internacional sin hacer distinción alguna
trina ha denominado civiles. Así lo hemos sostenido respecto de la administra- en cuanto a la índole del derecho invocado, ni de la potestad ejercida. 8 Se admi-
ción central, en materia de recurso jerárquico' y así también lo ha admitido la te en los tratados la facultad de expropiación por razones de utilidad pública,
Procuración del Tesoro de la Nación en el recurso de alzada. 2 En consecuencia pero se niega la facultad de nacionalización o estatización, o sea el rescate en
y de acuerdo al criterio vigente, todos los actos administrativos, aunque ten- las concesiones de servicios públicos. Como se advierte, no existe en la especie
gan su objeto regido parcialmente por el derecho privado, son impugnables. 3 una distinción que se formule por la naturaleza pública o privada del acto
b) No se toma en cuenta si el acto es "administrativo" o "civil de la adminis- estatal en cuestión.
tración" para determinar si corresponde la competencia "contencioso-adminis- En lo que hace a la aplicación del derecho privado al objeto de algunos con-
trativa" o la "civil", sino cuál es el derecho que será aplicable para resolver la tratos de la administración, corresponde remitirse a su lugar por constituir
1 contienda,< o la naturaleza de ésta: p. ej., si se trata o no de una "causa civil." una temática específica. 9
N
C) Por ello, establecer una distinción entre dos tipos de actos de la administra-
CD 15. Conclusión
ción, civiles y administrativos, no sirve para determinar la competencia apli-
1
cable.5 De lo expuesto se sigue que ciertos actos administrativos pueden en algunos
e) A pesar de que el objeto del acto se halle sometido al derecho privado, la casos estar regidos en punto a su objeto, por el derecho privado, pero que no
Procuración del Tesoro de la Nación ha entendido que le son de todos modos por ello dejan estos actos de ser actos administrativos para transformarse en
aplicables los principios y límites del derecho público, por ejemplo en lo atinen- "actos de derecho privado de la administración."'
te al principio de la razonabilidad, garantía de la defensa, etc. 6 No podía ser Por todo ello, consideramos innecesaria y errónea la aclaración que efectúa
menos, cuando el control de razonabilidad se ha extendido también al derecho buena parte de la doctrina, en el sentido de que el acto administrativo es dicta-
privado. 7 Los grandes principios del orden jurídico son hoy comunes a las dis- do en ejercicio de una potestad pública; solamente debe especificarse, en la
tintas disciplinas del derecho, e incluso superan las barreras nacionales. aplicación pragmática del régimen jurídico respectivo, que en ciertos casos el
13 ·4 Ver supra, t. 2, op. cit., cap. XIX y XX. H.s Supra, t. 2, op. cit., cap. XVIII, "El arbitraje administrativo internacional." Ver también
14 · 1Ver infra, t. 4, op. cit., cap. X,§ 5.2. PÉREZ RAGONE, ALVARO J. D., "Fundamentos y medios de protección a la opción del inversor por la
14 ·2 Ese criterio lo expusimos en la la ed., 1964, de Procedimiento y recursos administrativos, jurisdicción arbitral internacional en el marco de un BIT (Eilaterallnuestment 1'reaties- Trata-
Editorial Álvarez, p. 193, § 33 y 2' ed., 1971, pp. 465-7 y Jo ha desarrollado la PTN, Dictámenes, dos Bilaterales de Inversión), ED, 10-X-2000.
14 ·9 Ver el t. 1 op. cit., cap. XI, ''Clasificación de los contratos administrativos," cfr. MAIRAL, "De
92: 74; 98: 66; 102: 226, etc. 1

10 La opinión contraria de algunos autores en este punto, no se ajusta al derecho vigsente. la peligrosidad o inutilidad de una teoría general del contrato administrativo,"' ED, 179: 655; "El
144 El mismo criterio siguen algunos proyectos de ley en la materia: DlEz-AvlLA-GORDILLO, art. aporte de la crítica a la evolución del derecho administrativo,"' ED, 180: 849 y las publicaciones
2"; MARlENHOF-BIDART CAMPOs-BoscH-Cozzi-LINARES, arts. 1" y 2". ulteriores.
15 1
De cualquier manera, es claro que en nuestro país la jurisdicción es una y que lo que varía
14 · 5 · La distinción que se forrnula en derecho internacional público entre actos iure irnperii y iure

es la competencia, a diferencia del sistema francés de jurisdicción contencioso- administrativa y gestionis (supra, nota 10.2) no se refiere al derecho interno. Ver CSJN, Duhalde, ED, 29-VI-2000;
jurisdicción civiL DEL CASTILLO, L!LIAN, "'Los agentes internacionales ante Jos tribunales nacionales,"' ED, 11-VII-
" 6 PTN, Dictámenes, 98: 66: "La aplicación del derecho privado en[ ... ] el objeto[ .. ] (es)[. .. ] no 2000; CSJN, Cereales Asunción, ED, 26-VI-2000, con nota de GUALDE, ANoREA, "La actividad co·
excluyente de normas de derecho público"'; en igual sentido, 102: 226, en que se hizo control de mercial del Estado como excepción a la procedencia de la inmunidad soberana,"' tampoco se aplica
razonabilidad sobre un acto cuyo objeto estaba sometido al derecho privado. al derecho administrativo de los organismos internacionales, como lo ha resuelto acertadamente
10
Supra, cap. I. nuestra CSJN.

...._
II- 35
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS
II- 34 EL ACTO ADll!lNISTRATIVO

con relación a la fecha estipulada, anterior a la fecha real. Esa es hasta ahora
objeto -y solamente el objeto- del acto administrativo puede estar regulado
la solución de nuestro derecho positivo.
por normas extrañas al derecho público. , Tienen efecto retroactivo algunas formas de modificación del acto, como la
Por principio general, pues, todo acto productor de efectos jurídicos directos, aclaración6 y la corrección material o notificación/ el saneamiento,Bla ratifica-
dictado en ejercicio de la función administrativa -y entre éstos, todos los actos
ción.9 Tratándose de la extinción total o parcial de un acto, sus efectos pueden
emanados de órganos administrativos-, es siempre acto administrativo y debe ser retroactivos en los supuestos de nulidad/ 0 también en algunas hipótesis de
rechazarse la posibilidad de que un órgano administrativo u otro órgano esta- 11
conversión o sustitución del acto
tal, que actúe en ejercicio de la función administrativa, pueda realizar actos de
derecho privado (siempre con la salvedad de que el objeto de sus actos adminis- 17. Efectos para el j'uturo
trativos puede regirse, parcialmente, por el derecho privado). 2
Tiene efecto constitutivo la aprobación stricto sensu/ aunque en ocasiones el
En otras palabras, el acto será básicamente administrativo, aunque sus efec-
dictado de un acto ad rej'erendum, sujeto a la aprobación de una autoridad
tos puedan en alguna medida estar comprendidos en el marco del derecho pri-
superior, ha sido considerado un administrativo existente, no un proyecto del
vado,3 de la misma manera que la personalidad del Estado es pública aunque 2

en parte pueda serle de aplicación el derecho privado. acto, con lo cual los efectos de ese referendo son retroactivos.

18. Comparación
IV. Efectos en relación al tiempo
La cantidad de supuestos en que el acto puede producir efectos retroactivos
16. La retroactividad 1 puede dar la rápida impresión de que son tanto o más importantes que los
El efecto normal de un acto administrativo nace para el futuro 2 a partir de su noti- casos de efectos constitutivos. No es ello así: el efecto ex nunc, para el futuro, es
1 la única regla general. Todo lo demás son excepciones que deberán fundamen-
N ficación válida. 3
_.. tarse puntualmente cada vez que se presenten. La retroactividad no se supo-
Pero hay diversos supuestos en que puede válidamente producir efectos re-
o
1 troactivos. Ello puede ocurrir por texto expreso del acto, cuando hay acuerdo con ne, pues, nunca. Debe siempre demostrarse.
el particular, no se lesionan derechos de terceros y hay sustento fáctico sufi-
ciente para dar validez en el pasado a lo que el acto resuelve.< También puede
ocurrir que el acto simule una fecha anterior, en la práctica administrativa de
antedatar algunos actos. 5 Si bien se abre una vía peligrosa, si la única ficción
es la fecha, el acto puede en algunos supuestos producir válidamente efectos

15 · 2 Esta es una solución contingente del derecho público actual, que admite por supuesto legis-

lación en contrario. Un ejemplo llamativo en tal sentido opuesto es la refonna administrativa


italiana del último decenio del siglo XX, que llevó la relación de empleo público al marco del
derecho privado. Aún así, subsisten aspectos regidos por el derecho público, como el poder discipli-
nario.
15 3
· GJACOMETTI, op. cit., p. 341.
161
PERRONE CAPAN O, RENATO, La retroaltivita degli atti amministrativi, Nápoles, Jovene, 1963,
2" ed.; DE LA VALLINA VELARDE, JUAN, La retroactividad del acto administrativo, Madrid, 1964.
16 2
· Es un principio general del derecho. Ver DUPEYROUX, 0., La regle de la non rétroactivité des

acles administrati{s, París, LGDJ, 1954; JEANNEAU, BENOiT, Les principes généraux du Droit dans ·
16 6
Infra, cap. XII, § 5. La regla tiene excepciones, que allí explicamos.
lajurisprudence administrative, París, Éditions du Recueil Sirey, 1954, pp. 92-99; DE LA VALLINA 16 ·7 Infra, cap. XII,§ 4.
VELARDE, op. cit., p. 23.
163
16. 8 Jnfra, cap. XII, § 7.
DE LA VALLINA VELARDE, op. cit., pp. 41-2; infra, t. 4, op. cit., cap. V, "Notificación y publica- 16 ·9 In(ra, cap. XII,§ 8.
ción;" infra, cap. X, § 10 y 11. Distintos efectos jurídicos pueden requerir distintos recaudos de 16 · 10 Cap. XI, § 9.1.1.
validez de la notificación: t. 4, op. cii., cap. V,§ 10.3, "El caso específico de la notificación apta para 16U Infra, cap. XII, § 11 y 12.
cerrar la vía judicial." 17 · 1 In(ra, cap. XII,§ 8.
16 .4 Implícitamente, CNFed. CA, Sala V, González Sasso, 2-VI-1999, causa 12/95.
17 ·2 Supra, cap. II, § 2, notas 2.12 y 2.13.
16 5
· lnfra, cap. IX,§ 11 y 11.3.1.

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