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EDUCACIÓN
CONTINUA
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TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO
t TOMO 1
PARTE GENERAL
INDICE
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1' edición, Buenos Aires, Macchi, 1974 PRóLOGO A LA SÉPTIMA EDJCIÓN DEL T.
Capítulo V
EL DERECHO ADMINISTRATIVO
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V-2 PARTE GENERAL
l!
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-3
por parte de la doctrina: "potestad jurisdiccional de la administración," "poder carse una expresión que pudiera servir de síntesis a todos ellos, existen razo-
de policía," "zona de reserva de la administración," "actos de gobierno," etc. nes de otra índole que justifican aislar a uno de esos elementos y elevarlo a la
Es indispensable el estudio de los límites sustantivos y adjetivos de tales categoría de caracterización conceptual de la materia.
facultades, como contrapartida necesaria al ejercicio del poder en un Estado de Nos referimos a los límites de la actividad administrativa y dentro de estos
Derecho. Entre los límites sustantivos cabe mencionar los principios jurídicos especialmente a la protección judicial del particular frente a la administración
superiores del orden constitucional y supraconstitucional: razonabilidad, no y los que ejercen poder económico de carácter monopólico. La protección judi-
desviación de poder, imparcialidad, buena fe, no autocontradicción, adecua- cial existe hoy en día no solamente en el plano nacional sino también en el
ción de medio a fin, sustento fáctico suficiente, motivación adecuada, procedi- plano supranacional, p. ej. a través de la Corte Interamericana de Derechos
miento regular previo a la emisión del acto, etc. Humanos y demás tribunales supranacionales que puedan crearse en el siglo
Entre los límites adjetivos o procedimentales encontramos los recursos y XXI.
remedios del procedimiento administrativo (recursos de reconsideración o re- Uno de los pilares esenciales de la temática del derecho administrativo es
vocatoria, jerárquico, jerárquico menor, alzada, reclamación administrativa así la protección del particular contra el ejercicio irregular o abusivo de la
previa, denuncias, etc.) y las acciones y recursos del proceso judicial (acción función administrativa; 1 si relegáramos este problema a ser uno de los aspec-
ordinaria, acción de amparo, amparo por derechos de incidencia colectiva, am- tos secundarios de la disciplina, estaríamos quitándole a ésta una de sus notas
paro por mora de la administración, habeas data, interdictos, recursos especia- características en el Estado de Derecho y por lo tanto su diferenciación con las
les de apelación; en el orden provincial, acciones de plena jurisdicción, de anu- normas administrativas totalitarias.
........ lación, de interpretación, etc.); por último, la sanción por el agravio causado, a
o Es, pues, muy importante destacar que el problema central de esta materia
N través de la responsabilidad de los funcionarios públicos (civil, penal, adminis- no es la administración pública (su organización, sus actos, sus facultades,
1 trativa, política) y del Estado (responsabilidad extracontractual por hechos y etc.), sino su contraposición frente a los derechos individuales de los habitan-
actos ilícitos de sus agentes). A ello cabe agregar la intervención que pueda tes. El derecho administrativo debe estar orientado hacia el estudio de los de-
tomar el Defensor del Pueblo en virtud de la legitimación constitucional que le rechos individuales y, en definitiva, de la libertad humana. Su protección con-
otorga el art. 86 para actuar en justicia, sin perjuicio de sus funciones como tra el ejercicio abusivo o ilegal de la función administrativa y del poder en
mediador o persuasor ante las autoridades públicas y los particulares que ejer- general debe transformarse en una de sus más trascendentales finalidades.
cen funciones administrativas públicas. Debe quitársele al derecho administrativo su apariencia de disciplina intere-
Es también de interés el estudio de los medíos materiales puestos a disposi- sada casi exclusivamente en la administración pública y sus fines ,y en cam-
ción de esa actividad, a través del crédito público, el dominio público y privado bio, dársele una estructura externa y conceptual que claramente represente su
del Estado: en general, el estudio de la propiedad en su relación con la función búsqueda consciente y constante de un equilibrio razonado entre el individuo y
administrativa, sea a través de la propiedad pública, sea a través de las limita- el Estado, entre el individuo y el poder.
ciones que el Estado impone a la propiedad privada (meras restricciones, ser- Asimismo, ha de advertirse que se habla aquí de protección judicial y no
vidumbres administrativas, ocupación temporánea, expropiación, etc.), sea a "jurisdiccional" como lo indican otras definiciones, 2 las que se refieren más
través de vinculaciones contractuales de contenido económico (los contratos particularmente a la protección que existe dentro del mismo ámbito de la ad-
administra ti vos). ministración pública, en especial "lo contencioso-administrativo." En rigor de
En suma, el estudio del "ejercicio de la función administrativa" es compren- verdad, tales definiciones son correctas para un sistema como lo es p. ej. el
sivo no sólo del quién ejerce la función, sino también del cómo y con qué funda- francés, en que las contiendas entre los particulares y la administración son
mento, con·qué medios y fundamentalmente hasta dónde, con qué limitaciones 2 · 1 En igual sentido en cuanto al carácter esencial de la revisión judicial, especialmente de
se la ejerce. constitucionalidad de todos los actos estatales, incluidas las leyes, BHEWER CAHÍAS, ALLAN R., Esta-
do de derecho y control judicial, Madrid-Alcalá de llenares, INAP. 1987, p. 9. Ver también TAWIL,
Gumo SANTIAGO, Adrninistr-ación y justicia, 2 vals., Buenos Aires, De palma, 1993; MART¡N-RETORTJLLO
2. La protección judicial contra el ejercicio de la función
Y BAQUER, LORENZO, Bajo el signo de la Constitución, fvladrid, lEAL, 1983; Administración y Cons-
administrativa titución, Madrid, lEAL, 1981. Comp. GuASTAVINO, ELiAS P., Tratado de la ''jurisdicción" adminis-
trativa y su revisión judicial, 2 vals., Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Bue
Si bien acabamos de decir que los elementos que integran la disciplina no de- nos Aires, 1989.
berían en principio ser incluidos en la definición de ésta, sino que deberí>~ bu«- 2 ·2 E rELSA, RAFAEL, Derecho Administrativo, t. I, Buenos Aires, La Ley, 1964, 6a ed., p. 39 y ss.
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V-4
PARTE GENERAL
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-5
Ejecutivo de ejercer funcíonesjudícíales). Ver Boscu, JORGE TRtSTÁN, Tribunales judiciales o tribu- origina <<lo contencioso-administrativo)))," en Revista Jurídica de Buenos Aires, 1965-III, 111.
nales adnúnistratiuos para juzgar a la adnrinistración pública, Buenos Aires, 1951. 33
· Ello ha tenido un amplísimo desarrollo reciente, que explicamos infra, t. 2, La defensa del
,., Supra, cap. II in fine y cap. III, sección I; nuestro libro Problemas del control de la adminis- usuario y del administrado, op. cit., caps. 11 y IIL
tración pública en América Latina, Madrid, Civítas, 1982. Entre las definiciones que siguen el 3A LINARES, JuAN FRANCISCO, "Lo contencioso-administrativo en la justicia nacional federal," LL,
criterio expuesto en el texto encontramos, menos enfático, a REV<DA't"rl, GusTAVO A., Derecho admi- 94: 919.
· CSJN, Fallos, 137: 251, Salazar de Campo, 1922.
35
nistrativo,
3 1 t. 1, Buenos Aires, Fundación de Derecho Administrativo, 1984, op. cit., p. 130.
3 ·5 AnAMOVICH, LUDWIG, Handbuch des osterreichischen Verwa/tungsrechts, t. !, Viena, 1954, 5"
· GoNZÁLEZ PE:REZ, JBsús, Derecho procesal administrativo, t.!, Madrid, 1955, p. 125 y ss.; ULE,
CARL HERMAN, Verwaltungsprozessrecht, Munich y Berlín, 1961, 2" ed., p. 14 y ss.; comp. DIEZ, ed., p. 138.
MANUEL MARiA, "Control judicial de la administración. El proceso administrativo," Revista Argen- a. 7 Se trata no solamente del cumplimiento de la ley sino también de la Constitución y demás
tina de Derecho Administrativo, 1: 11,16 (Buenos Aires, 1971). normas y principios jurídicos supranacionales y constitucionales, principios generales del dere-
cho, etc. Al respecto nos remitimos a los caps. VI y VIL
V-6
PARTE GENERAL
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-7
la materia: "En esta especial relación de la Administración como objeto del
o consumidor; no es lo mismo que el individuo sólo pueda defender su derecho
control y de la Justicia como órgano de control, encuentra el moderno Estado
subjetivo, cuando encuentre una norma positiva expresa, a que pueda defen-
de Derecho el medio más eficaz para [... ] el aseguramiento del principio de la
der también su interés legítimo o difuso, especialmente cuando el acto es arbi-
legalidad de la Administración." Ya recordamos también anteriormente la opi-
trario o irrazonable, exista o no una regla concreta que lo autorice o condene. Y
nión de BoDENHEIMER, quien da carácter fundamental a la función de control en
el derecho administrativo, a punto tal que sostiene: "Debe definirse el Derecho así sucesivamente, cada una de estas cuestiones van decidiendo automática-
administrativo como el Derecho que se ref"íere a las limitaciones puestas a los mente, objetivamente, el carácter autoritario o no del derecho administrativo
poderes de los funcionarios y corporaciones administrativas. "8 que se define. Por cierto, la tutela judicial es necesaria y fundamental, pero no
"Esta rama del Derecho tiene como misión salvaguardar los derechos de los suficiente; de allí que deban también perfeccionarse otros órganos y mecanis-
individuos y grupos /rente a invasiones indebidas por parte de los órganos ad- mos complementarios de contralor. 11
ministrativos. Determina y circunscribe la estera de acción dentro de la cual
4. Es un derecho en formación. Conjeturas y refutaciones
deben operar los órganos administrativos; indica también los remedios que
quedan abiertos a los ciudadanos o habitantes en caso que el órgano adminis- 4.1. El carácter primario, en formación, etc., del ordenamiento jurídico-
trativo trascienda su esfera de acción: el control ejercido por los tribunales de administrativo
justicia sobre los órganos administrativos está destinado, sobre todo, a impe- Las normas y principios que son objeto de estudio por parte del derecho admi-
dir, prevenir o remediar cualquier violación de los derechos individuales por nistrativo no forman, según ya hemos dicho, un verdadero sistema coherente,
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actos administrativos. La delimitación de esta área de control es, por tanto,
o sino tan solo un conjunto de normas jurídicas positivas, de principios de dere-
+::- una de las funciones más esenciales del Derecho administrativo." 9
cho público y de reglas jurisprudenciales, frecuentemente asistemáticas. En
1 Por eso no compartimos una crítica que se ha hecho a nuestra definición, ello juega un papel preponderante la doctrina, que en nuestro país arrastra
señalándosenos que no sería posible disociar el estudio del contenido y del pro- una inexplicable tendencia a favorecer las teorías cesaristas y no las que
cedimiento en la protección judicial del particular, para llegar así a la conclu- enfatizan el control judicial, parlamentario o por entes o autoridades indepen-
sión de que, puesto que el procedimiento no forma parte del derecho adminis- dientes.1
trativo, tampoco lo formará el contenido de la protección judicial; 10 no la com- A diferencia de otras ramas del derecho positivo, no se halla ésta completa-
partimos porque cuando hablamos del "contenido" de la protección judicial no mente legislada y por ello debe recurrirse frecuentemente a elaboraciones ju-
nos referimos exclusivamente a la "teoría de las acciones," sino a la manera en risprudenciales o a principios constitucionales o de derecho supranacional pa-
que el sistema judicial influye o debe influir sobre el derecho de fondo. ra configurar una institución de derecho administrativo: eso lo torna bastante
No es lo mismo para el derecho administrativo que sólo exista un tribunal impreciso, muy librado a disquisiciones, contradicciones y oscuridades doctri-
desprendido de la propia administración pública, o también un tribunal judi- narias, arbitrariedades de los órganos administrativos cuando los jueces no
cial para resolver las contiendas que se planteen, bajo el control de un Consejo imponen en tiempo oportuno la protección de la persona humana; a evolucio-
de la Magistratura y un Jurado de Enjuiciamiento que sean independientes y nes e involuciones.
no meros apéndices del Poder Judicial o peor aun, del Poder Ejecutivo; ni que
haya jueces en cantidad suficiente o insuficiente; no es lo mismo que se admita 4.2. Las conjeturas y refutaciones en la ciencia del derecho administrativo
o que se niegue la llamada "jurisdicción administrativa," que se admita o nie-
Por lo mismo que es un derecho en formación, como generalmente se expresa, 2
gue la revisión judicial de los "actos de gobierno," de la actividad administrati-
va discrecional, etc. o un derecho joven o reciente, como también se ha dicho, 3 no siempre resulta
3 · 11 Nos remitimos a nuestro libro Problemas del control de la administración pública en Amé-
No es lo mismo que el juez entienda que su deber es proteger a la adminis-
rica Latina, Madrid, Cívítas, 1982 y a lo dicho en el ea p. II, § 3-5.
tración y sus concesionarios o licenciatarios, o en cambio al particular, usuario u Hemos expuesto más detalladamente las influencias asistemáticas en el ordenamiento ad-
3
ministrativo en el prólogo de nuestra obra Teoría general del derecho adrninistrativo, Madrid,
·'
39
BoDENHElMER, EDGAR, Teoría del derecho, México, 1964, p. 116. Instituto de Estudios de Administración Local, 1984, pp. VII-XVI.
Op. cit., p. 117. 4 ·2 V!LLEGAS BASAVILBASO, BI<~NJAMÍN, Derecho adrninistratiuo, t. 1, Buenos Aires, TEA, 1956, p.
3 10
47; MARIENHOFF, op. cit., p. 147; BrELSA, op. cit., t. I, 6" ed., p. 37; DIEz, op. cit., t. I, p. 281.
Perrot,MARIENHOFF,
·
p. 147. S., Tratado de derecho administrativo, t. I, Buenos Aires, Abeledo-
1965, 1" ed., MIGUEL
· RrvERO, JEAN, Droit adminístratif~ París, 1970, p. 27, ·1983, 10• ed., p. 31; CLARKE ADAMS, JOHN,
4 3
El r1"recJ,., adrninistrativn nortoarrlJ>ricann, Buenos Aires. 1964. p. 21; MARIENHOFF, op. cit., p. 148.
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EL DEHECIIO ADiiiiNISTHAT!VO V-9
V-8 PARTE GENERAL
vo: su innata aspiración a ser un Derecho común, cuando la inestabilidad de su materia le inc1ina Comparar REVIIJA'I'TI, op. loe. cit.
49
KAHL L. POPPER, La lógica de la investigación c!enli{ica, l\1adrid, Tecnos, 1973, pp. 259-60;
a un carácter de Derecho episódico." desde luego, estamos reiterando citas ya transcriptas en el cap. I. Como expresa en igual sentido
· REVIDA'I'TI, op. cit., pp. 240-1: "Así como el Estado [ ... ], se forma tras el triunfo que el rey
4 6
con su siempre brillante pluma NAVA NEGRF.Tf., ALFONSO, DerechoAdrn.inistrativo Mexicano, Méxi-
consiguió sobre los señores feudales, a los que debía tributo y al poder temporal de la Iglesia, al
co. D.F., F.C.E., 1995, p. 56: "es obra inacabada siempre."
que debía obediencia, así esta nueva disciplina, poco a poco deja de pagar tributo y de rendir
00 PoPPEH, op. loe. cit.
obediencia [... ] La separación, por supuesto, nunca fue absoluta." '·' VILLEGAS BASAVILBASO, t. I, op. cit., p. 77; MARIENIIOI'F, op. cit., t. I, p. 149; DIEZ·HliTCIIINSON,
· O en otras palabras, verificar su falsedad a través de hechos y experiencias que demuestran
47
Manual de derecho administrativo, t. 1, Buenos Aires, Plus Ultra, 1985, p. 67. REniHTTI, De recito
que tales teorías son sustento de cmnportamientos autoritarios, excesos, abusos, etc., no censura-
dos ni controlados, que son la antítesis del derecho administrativo. administrativo, op. cit., p. 81.
...,..
V-10 PARTE GENERAL
EL DERECHO ADMINISTRATIVO V-11
cano de Desarrollo en particular, Washington, 1985, cap. II, p. 16 y ss. y la bibliografía de las pp.
Por tales motivos nos inclinamos por no hacer la limitación antedicha en la
36-9. definición de la materia, máxime cuando una creciente tendencia del mundo
55
Algunos autores distinguen entre Derecho ad1ninistrativo internacional y Derecho interna- hacia la integración subregional, regional y mundial hace cada vez más impor-
cional administrativo. Así REVIDATTI, op. cit., pp. 80-1; por su parte, en el caso del derecho penal
interno e internacional también distingue derecho penal internacional y derecho internacional tante el mentado aspecto internacional de la disciplina.
penal ZAFFARONI, EUGENIO RAúL y otros, Derecho Penal. Parte General, Buenos Aires, EDIAR, 2000, 5 · 9 Se ha generalizado la terminología de un derecho internacional de los derechos humanos, p.
§ II, 1, p. 187; ver al respecto también§ 15, VI, "lnterdisciplinariedad con el derecho administra-
tivo," p. 204-8. ej. SANCHEZ MoRON, en el libro de EDUARDO GARC!A DE ENTERRIA Y otros, El sistema europeo de protec-
56 ción de los derechos humanos, Madrid, Civitas, 1983, 2" ed., p. 27; ZAFFARONI, op. cit., § 15, III, p.
· Ver AMAN JR., ALFRED C., Administrative Law in a Global Area, Ithaca, New York, Cornell
University Press, 1992, p. 131 y ss. 194 y SS.
5 .s.lo GARCÍA DE ¡.-:;NTERRÍA, op. cit., p. 15, destaca "un estándar mínimo y con1ún de libertad en todo
·' CARTOU, Louis, L'Union européenne, París, Dalloz, 1994, p. 87 y ss.; IsAAc, GuY, Droit
el espacio europeo, por encima tanto de Estados y regímenes políticos, como, sobre todo, en el
Communautaire général, París, Masson, 1983; CH!Tl, MARIO P., Diritto Amministratiuo Europeo,
Milán, Giuffre Editare, 1999. orden práctico, de sis.temas y tradiciones jurídicas."
5 5 · 11 GAHCÍA DE ENTERRIA, op. cit., p. 16, recuerda su "valor en derecho interno."
·' RozAKIS, CHR!STOS L. y STEPHANOU, CONSTANTINE, A. (editores), The New Law olthe Sea, Arns-
5 · 12 Que explicamos infra, cap. VI, § 1.4.2 y notas, con sus ren1isiones a los casos Weltover y
terdam, North-Holland, 1983.
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~
V-15
EL DERECHO ADMINISTHATIVO
V-14 PARTE GENERAL
lador o el juez han considerado una relación jurídica establecida entre el Esta- nistrativa, las fuentes de la disciplina serán todas las normas y principios que
do y otro sujeto de derecho, se han inclinado a dar soluciones particulares an- integren dicho régimen jurídico; en otras palabras, las reglas y principios que
tes que aplicar al pie de la letra la legislación común. Una consecuencia de esto sean imperativos. Si, en cambio, se prefiriese definir al derecho administrativo
es que en el derecho público hay a menudo una relación de subordinación (por- como el conjunto mismo de esas reglas y principios, no resultaría coherente
que se le confiere al Estado una cierta superioridad jurídica sobre el particu- expresar que la ley, p. ej., sea fuente del derecho administrativo, pues ello
lar, un número de atribuciones superiores a los derechos individuales ele! habi- significaría que es fuente de sí misma; 5 en este concepto del derecho adminis-
tante), a diferencia del derecho privado, en que es más frecuente la coordina- trativo no se podría hablar de fuente 6 y lo que nosotros estudiamos aquí como
cúin: los sujetos se encuentran allí en un plano ele más igualdad. Esa diferencia "fuentes" debe analizarse bajo el nombre de "derecho administrativo objetivo,"
ele régimen tiene en parte por raíz sociológica que por lo general tales relacio- ordenamiento o régimen jurídico administrativo, etc. 7 Conceptuar el derecho
nes afectan el "interés público," ("bien común"), o el "interés privado," indivi- administrativo de una u otra manera es secundario; solamente debe cuidarse
dual, respectivamente. Pero la distinción entre derecho público y privado no es que la noción de fuente sea compatible con la de derecho administrativo.
a priori; no se trata ele que las normas de derecho público tengan una estructu- Si consideramos al derecho administrativo como una rama de la ciencia del
ra diferente ele las del derecho privado, ni que matemáticamente unas y otras derecho, sus fuentes serán aquellas normas y principios que integran el orden
contemplen situaciones de interés general y de interés individual, sino tan sólo jurídico positivo; todo lo que pueda contribuir al nacimiento de una regla o
que las leyes que rigen las relaciones del Estado con los particulares van acu- principio imperativo, pero que no sea imperativo en sí mismo, es fuente en
mulando prerrogativas y privilegios para el Estado. Además, algunos de los sentido material, social o político, pero no en sentido jurídico formaP
...... principios ele tales leyes deben regular situaciones que no se dan sino en el Entre las fuentes incluimos a los principios jurídicos y principios generales
o caso del Estado: todo lo relativo a la organización, funcionamiento y actividad del derecho, que suelen dar dificultades de interpretación en su confrontación
(.0
1 de los poderes públicos y el control de los servicios públicos monopolizados con los textos normativos expresos. Por esa razón tienen importancia, aunque
emplea principios diversos de los del derecho común. Esas prerrogativas y dis- no sean fuentes en sentido formal sino material, la jurisprudencia, la doctrina
posiciones peculiares constituyen un todo estructurado y regido por principios de la Procuración del Tesoro de la N ación y la doctrina en general, del derecho
propios: las que empiezan siendo excepciones se tornan norma general y así comparado incluso. Ellas ayudan a resolver el confronte entre el texto de las
las reglas ele! derecho privado se ven desplazadas por aquéllas. Es lógico inde- múltiples y cambiantes normas positivas de distinto grado jerárquico que inte-
pendizar metodológicamente a ese conjunto de principios correlativos y con- gran el ordenamiento administrativo, con los principios superiores de inter-
cordantes entre sí, que resultan discordantes y extraños al derecho privado. pretación del orden jurídico y la experiencia universal.
Conviene por fin señalar que hoy en día las fuentes pueden ser clasificadas
7.2. Los conceptos de fuente
con provecho en fuentes supranacionales y nacionales del derecho: mientras
TradicionalmenLe se distinguen las fuentes formales de las fuentes materiales las segundas pueden ser adecuadas o modificadas por la sola voluntad nacio-
del derecho. Las primeras serían aquellas que directamente pasan a constituir nal, las primeras dependen del consenso de las naciones y la única posibilidad
el derecho aplicable. Las segundas son las que promueven u originan en senti- del país es sumarse al proceso, participando en el debate y suscribiendo el
do social-político a las primeras. Fuentes en sentido formal serían así los trata- tratado, o sustraerse a la comunidad internacional, lo cual no es siempre una
dos, la Constitución, las leyes, los reglamentos; fuentes en sentido material la 7 ·5 ZANOBJNJ, op. cit., p. 59.
7·6 Es decir, "fuente" en el sentido de condiciones sociales, económicas, etc., de un pueblo que
jurisprudencia, doctrina y costumbre. Algunos autores no distinguen entre uno
originan que el legislador establezca nuevas normas. Ver SARRiA, op. cit., t. I, p. 172 y ss.
y otro tipo de fuentes, 3 o agregan a los hechos como fuente formal; 4 otros tratan 71 Como lo hace ZANOBINJ, op. cit., p. 60. No incurren en esta contradicción y siguen el criterio
directamente del régimen o del ordenamiento jurídico administrativo en lugar del régimen u ordenamiento administrativo, BANDEJRA DE MELLO, CEJ.SO ANTONIO, Curso de direito
administrativo, San Pablo, Malheiros, 1993, 4" ed., p. 15 y ss.; DROMI, op. cit., 4" ed., p. 141 y ss.;
de ''fuentes." Esta cuestión debe vincularse con el concepto de derecho admi-
VALLE FwuEJREDO, LúciA, Curso de direito administrativo, San Pablo, Malheiros, 1995, 2" ed., p.
nistrativo: si lo definimos como una rama del conocimiento (una disciplina; un 36; CoscuLLUELA MoNTANER, op. cit., p. 57 y ss.; BoQUERA ÜLIVER, op. cit., p. 124 y ss. Mantiene el
saber) que analiza el régimen jurídico relativo al ejercicio de la función admi- concepto de fuentes PARADA, op. cit., p. 29 y ss. En la doctrina española se puede encontrar el
origen y desarrollo del criterio del ordenamiento, a partir de la doctrina italiana.
7·" BJELSA, op. cit., p. 75. 1.a También puede decirse, en sentido similar, que las fuentes se clasifican en "directas" (las
•·• J~LLINEK, WALTEI<, \ferwaltungsrecht, Berlín, 1931, p. 125 y ss.; Offenburg, 1948, reimpresión basadas en normas jurídicas positivas) e "indirectas" (las que no se basan en normas positivas).
de la 3" ed., pp. 125-6. Así, MARIENHOFF, op. cit., p. 197.
~
por VENEZIA, JEA.."<-CLAUDE y GAUDEMET, Y vEs, París, 1984, p. 12; REVIDATTl, por su parte, recoge esta
jurídico administrativo y los órganos propios de éste a través de la interven-
distinción utilizando rnayúsculas en el primer caso y nlinúsculas en el segundo, Derecho adnünis-
tratiuo, op. cit., pp. 94-95. 7 · 12 Comparar sirnilar distinción en REVlDA'I'TI, op. cit., p. 95, quien menciona "una forma de
710
concebir el derecho administrativo" corno "subsistemajurídico"y una forrna "de definir el Derecho
Así E rELSA, op. cit., t. I, p. 37; VILLEGAS BASAVILBASO, op. cit., t. I, p. 77; MARIENHOFF, op. cit., p
149; DIEz, op. cit., p. 264. Administrativo" como "disciplina que estudia ese subsistema y que es parte de la Ciencia Jurídi-
7 11
· Siguen nuestro criterio ALTAMIRA, PEDRO GUILLERMO, Curso de derecho adrninistrativo, Bue- ca;" ver también pp. 128-30.
8 1
· lnfra, cap. XV.
nos Aires, 1971, p. 10; DIEZ-HUTCHINSON, op. cit., p. 67; REVIDATTI, op. cit., p. 130, en la doctrina
argentina. 8 ·2 Ampliar infra, t. 3, El acto administrativo, op. cit., cap. I, § 11 y 12. Para una explicación
na' ;ca •l e '~er y .. ·an' ~. d~ 'l.S f •cir "S 0 · 1 por 1 '""'r, v~- in~"·--., e~-- IX
VI-20 PARTE GENERAL
CAPíTuLO v1I
SuMARIO
I. La Constitución 1
___. l. La evolución de una perspectiva secular 1
___.
2. El orden jurídico supraconstitucional 1
N
1 3. Los valores y principios supremos 2
II. La Ley 2
4. Ley y función legislativa 2
5. Clasificación de las leyes 3
5.1. Leyes locales 3
5.2. Leyes nacionales .................................................................................. 3
5.3. Los decretos-leyes o así llamados "leyes" de los gobiernos defacto . 4
6. Las leyes de derecho administrativo ......................................................... 6
7. Ámbito de la ley frente a la administración ............................................. 7
7.1. La regulación legislativa de la actividad administrativa ................. 8
7 .2. La regulación legislativa de los "actos de gobierno" ......................... 9
7.3. Conclusión acerca de la sumisión de la administración a la ley .... 12
8. La administración frente a la ley inconstitucional ................................ 14
III. Los reglamentos 15
9. Concepto y clasificación de los reglamentos 15
9.1. Introducción 15
9.2. Concepto 16
9.3. Clasificación y admisibilidad 17
10. Los reglamentos y sus problemas 19
10.1. Problemas y contradicciones ......................................................... 19
10.2. La inderogabilidad singular de los reglamentos y la irracionali-
dad de éstos ................................................................................... 19
10.3. La exacerbación reglamentaria 20
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¡ Capítulo VII
1 FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
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l. La Constitución
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Pero ya la historia siguió su curso. Por supuesto que las normas constitucionales son Las leyes se pueden clasificar en primer lugar según emanen del Congreso de
jurídicas, tienen sanción en caso de incumplimiento, etc. Pero ya no son supremas. la Nación o dé las legislaturas provinciales; las primeras pueden subclasificar-
Están un peldaño más abajo en la jerarquía de las fuentes. El primer nivel en las fuen- se en: a) leyes locales y b) leyes nacionales.
tes, a su vez, está claramente compuesto más de principios que de normas. Se integra
Las leyes nacionales, a su vez, se subclasifican en: 1°) leyes de derecho co-
inexorablemente con los valores de todo orden jurídico, del derecho internacional, etc.
__. mún y 2°) leyes de derecho federal.
__. Es el momento de percibir que se produce una inevitable mutación del modo de conocer
el derecho.' Los grandes valores de razonabilidad, justicia, son ahora admitidos como
(Jl 5.1. Leyes locales
supremos. Los textos normativos son así instrumentales para el logro de tales fines.
1
En este estadio de la evolución de nuestro país en el sistema jurídico universal, Las leyes locales del Congreso de la Nación eran aquellas que éste dictaba en
pierde sentido el enfatizar la Constitución, no porque tenga menos importancia que
su carácter de legislatura local, es decir, para la Capital Federal: la materia a
antes, bien al contrario, sino porque hay algo todavía más importante que ella. Supri-
mimos,apor todo ello, algunos desarrollos que empezamos en 1960 y comenzamos lenta- que este tipo de leyes se refería era en general la misma a que se refieren, o
mente modificar desde 1984.2
pueden referirse, las leyes provinciales; las cosas y las personas a que se apli-
can, son siempre exclusivamente aquellas que están comprendidas en ese ám-
11. La ley bito territorial.
A partir de la reforma constitucional de 1994 se establece una dicotomía
4. Ley y función legislativa que, al dar cuasi autonomía a la Ciudad de Buenos Aires, limita las facultades
Mientras que el concepto de función legislativa apuntaba esencialmente al hecho del Congreso como legislatura local principalmente a los lugares donde operan
de quo lo mimM eca de contenido goneml, el concop!Q pcednminante de ley establecimientos de utilidad nacional. De ahora en más, la única ley que la
tiende a prescindir del contenido del acto, para atenerse exclusivamente al Nación puede dictar para la Ciudad de Buenos Aires es la que delimita las
aspecto formal, y así es como se dice que "ley" es todo acto sancionado por el competencias respectivas; dentro de ella quedarán materias de exclusiva juris-
Poder Legislativo de acuerdo con el procedimiento previsto por la Constitución dicción nacional, caso en el cual las leyes a dictarse no serán ya locales del
3 1
Congreso de la Nación, sino leyes nacionales de carácter federal.
· Ver nuestra Introducción al derecho, edición como e-book en www.gordillo.com,
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32 www.gordillo.net.
En 1961 EDUARDO GARCIA DE ENTERRIA escribía lo que luego pasaría a formar parte de su 5.2. Leyes nacionales
actual Reflexiones sobre la Ley y los principios generales del Derecho, Madrid, Civitas, 1996,
reimpresión. Era una etapa histórica previa a la Constitución española de 1978, pero ya de cons- Las leyes nacionales del Congreso de la N ación se caracterizan porque son de
trucción democrática y liberal. Ahí ya hizo apelación.a la supremacía de los principios por sobre aplicación en todo el territorio de la Nación. Se subclasifican en leyes de dere-
las normas y rechazó la pretensión, propia del "Estado de la legalidad," de un conjunto sistemático cho común y leyes de derecho federal; esta subclasificación está concebida en
y cerrado de normas
Constitución positivas. Tenía razón, aunque en España se destaque mucho, desde 1978, la
como fuente.
razón de la materia o contenido de tales leyes. Observamos así que mientras
que la distinción entre leyes locales y nacionales está dada en razón de territo-
r
rio, la distinción entre leyes nacionales de derecho común y federal está dada del espíritu de las normas que actualmente rigen la profesión, continuar lla-
en cambio en razón de la materia. mando "leyes" a los actos legislativos de aquellos gobiernos de facto (1966-
1973; 1976-1983). La continuación de un uso semántico legitimador de lo que
5.2.1. Leyes nacionales comunes. Son leyes de derecho común las previstas,
p. ej., en el art. 75, inc. 12 de la Constitución argentina: el Código Civil, el la Constitución prohibe es algo que abogados, legisladores, jueces y funciona-
Código Penal, el Código de Comercio, etc. 1 Estas leyes se caracterizan porque rios deben abandonar para hacer un correcto desempeño de su función en una
son aplicadas por los jueces locales, es decir, por jueces de la respectiva juris- sociedad democrática.
dicción en que la cuestión se produzca. La Ciudad de Buenos Aires, en 1997, no Aunque ya lo hemos dicho en el cap. I, la pertinacia del uso local contrario a
recibió la devolución de sus jueces naturales por la Nación. A pesar del exaspe- la normativa y a los juicios de valor que nos obligan internacionalmente, torna
rante déficit perpetuo del Estado nacional," persiste en sobrellevar los costos indispensable reiterarlo. Nuestra Corte Suprema ha reconocido más de una
de una justicia que en verdad ya no le compete. vez la necesidad de cumplir los fallos y opiniones consultivas de los organismos
internacionales de aplicación de los tratados que suscribimos (Giroldi, 1995,
5.2.2. Leyes nacionales federales. Las leyes nacionales de derecho federaza Arce, 1997) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene dicho que
son aquellas que hacen a la existencia y al funcionamiento de los poderes del "Por ello, la protección de los derechos humanos requiere que los actos estata-
Estado nacional, tales como las leyes de ciudadanía, servicio militar, eleccio- les que los afecten de manera fundamental no queden al arbitrio del poder
nes nacionales, etc. 4 Estas leyes, a diferencia de las de derecho común, son público, sino que estén rodeados de un conjunto de garantías enderezadas a
aplicadas por los jueces federales, es decir, los jueces del Estado nacional, aun- asegurar que no se vulneren los atributos inviolables de la persona, dentro de
que los casos de que se trate se produzcan en el territorio de las provincias. 5 las cuales, acaso la más relevante tenga que ser que las limitaciones se esta-
__. blezcan por una ley adoptada por el Poder Legislativo, de acuerdo con lo esta-
__. 5.3. Los decretos-leyes o así llamadas "leyes" de los gobiernos de {acto
m blecido por la Constitución." 8 En igual sentido se pronuncia la Comisión Inte-
1 Iniciada en 1966 la "Revolución Argentina" señalamos de inmediato el error ramericana de Derechos Humanos: "Por lo tanto, cualquier acción que afecte
semántico y político de llamar "leyes" a los decretos-leyes del gobierno de fac- los derechos básicos debe ser prescrita por una ley aprobada por el Poder Legis-
to,6 uso lingüístico que tenía una expresa voluntad "legitimadora" del gobier- lativo y debe ser congruente con el orden jurídico interno." 9
no. Han sido pocos los juristas que eligieron en su momento llamarlos como La CorteiDH define pues como leyes "la norma jurídica de carácter general,
corresponde ("decreto-ley" o "así llamada ley") y por ello el uso cotidiano de ceñida al bien común, emanada de los órganos legislativos constitucionalmen-
este país emergente recibe pleno el deterioro de los principios. Hasta el día de te previstos y democráticamente elegidos y elaborada según el procedimiento
hoy encontramos libros, fallos, doctrinas, que a décadas de terminado el último establecido por las constituciones de los Estados partes para la formación de
gobierno de facto, todavía prosiguen con ese peligroso uso legitimador. las leyes," 10 pues "El principio de legalidad, las instituciones democráticas y el
La reforma constitucional de 1994 en su art. 36 denosta claramente este estado de derecho son inseparables"; 11 es la legislatura electa y no otra la que
tipo de gobierno 7 y el código de ética de los abogados les prohibe aceptar tales tiene la potestad legislativa_ 12
cargos. Creemos que es una violación del texto, de su espíritu constitucional y
5 ·8 Párr. 22 de la OC 6/96, Comisión!DH, Informe anual, 1996, Washington, D.C., 1997, p. 65; la
sl Para una enun1eración 1nás cornpleta de las leyes nacionales comunes, ver YMAZ, EsTEBAN y bastardilla es nuestra. Las opiniones consultivas de la Corte!DH son de obligatoria aplicación en
REY, RICARDO, El recurso extraordinario, Buenos Aires, 1962, 2" ed., pp. 81-3. el derecho interno, como lo tiene resuelto la CSJN en Giroldi, Arce, etc. Ver nuestro artículo "La
52
· Y, en cambio, la solvencia de la Ciudad. obligatoria aplicación interna de los fallos y opiniones consultivas supranacionales," RAP, 215:
5 ·3 La denominación aquí mencionada ha sido utilizada por la Corte Suprema en Fallos, 187: 151 (Buenos Aires, 1996). El criterio ha sido reiterado en Bramajo, Fallos, 319: 1840 (1996) cons.
93, Fernández y Sust (1940) y otros y es la seleccionada por lMAZ y REY, op. cit., p. 84. so y en Arce, LL, 1997-F, 697, con nueslra nota "Los derechos humanos no son para sino contra el
5 .4 Han sido ubicadas como leyes nacionales federales, entre otras, las siguientes: correos, telé- Estado," reproducido en el libro Cien notas de Agustín, Buenos Aires, FDA, 1999, § 76, p. 165.
5 ·9 Op. ult. cit., párrafo 62, p. 65; el destacado es nuestro. Ver la aclaración de la nota anterior.
grafos, pesas y medidas, moneda, aduana, bancos, puertos, distintas Cmnisiones Nacionales, fe-
5 · 10 Opinión Consultiva n" 6, párrafos 23 y 32.
rrocarriles, marcas de fábrica, radio y televisión, presupuesto nacional.
55
A su vez, hay leyes que revisten simultáneamente carácter federal y local, cmno explican 5 · 11 Opinión Consultiva n" 8, párrafo 24.
IMAZ y REY, op. cit., p. 90 y ss. 5 · 12 Opinión Consultiva u" 8, § 22 y 23; todo ello reiterado en el voto concurrente del represen-
5 6
· "Análisis crítico de la ley de desarrollo/' Revista de Legislación Argentina, 2: 86 (Buenos tante argentino ante la CIDH, FAPPIANO, OseA!< LUJÁN, caso 10.843, Chile, 15 de octubre de 1996,
Aires, 1966) y en nuestro Derecho adrninistrativo de la economía, Buenos Aires, Macchi, 1966. Informe n" 36/96, § 31, p. 197 del Informe de 1996 de la Comisión Interamericana de Derechos
57 GELI.I, MARÍA ANGÉLICA, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y concordada, Bue- Humanos: el principio de la buena fe nos obliga a cumplir en el plano interno lo que sostenemos y
nos Aires, La Ley, 2001, pp. 286-90. nos obliga en el plano interno e internacionaL
,...-
VII-6
PARTE GENERAL
6· CSJN, Fallos, 3: 131, Mendoza y hermano, 1865. a la ley, que entre otros explica GARCíA DE ENTERRiA, Revolución francesa y administración contenz.-
poránea, Madrid, Taurus, 1981.
·'Fallo citado en la nota anterior. Ampliar en VJLLEGAS BASAVILBAso, BENJAMÍN, Derecho admi-
nistrativo,
63 t. V, Buenos Aires, TEA, 1949-1956, p. 124 y ss. 72
· Ver su crítica infra, t. 2, op. cit., cap. VII.
7 ·3 Encontrarnos la opinión contraria en CAsSAGNE, JUAN CARLOS, Derecho administrativo, t. 1,
Ampliar en MARrENHO>'F, MIGUEL S., Tratado de derecho administrativo, t. I, Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 1965, pp. 219-20; AGUIAR, HENOCH D., Hechos y actos jurídicos en la doctrina y en Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, 6" ed., p. 145 y sus referencias de la nota 67; CoviELLO, PEDRO
la ley, t. !I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1950, p. 26 y ss. JosÉ JoRGE, "La denominada «zona de reserva de la administración» y el principio de la legalidad
administrativa," RDA, 21-23: 109 (Buenos Aires) y en el libro colectivo Homenaje al Dr. Miguel S.
Marienhoff, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997, cap. L
VII-S
PARTE GENERAL
r FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-9
todo lo que es materia administrativa puede ser regulado por el Congreso, con
la única salvedad de que tal regulación no sea irrazonable. En particular, no En lo que hace al estatuto del personal civil de la administración pública
nacional y a la regulación y limitación de la atribución presidencial de nom-
creemos que se adecue a nuestro sistema constitucional la tesis de acuerdo con
brar y remover a sus agentes (art. 99 incs. 13 y 19 y art. 100 inc. 3° de la
la cual el Congreso no podría legislar sobre algunos aspectos de la actividad
administrativa, o lo que es lo mismo, que en tales materias sólo la administra- Constitución), ya existe ese estatuto, por lo que de hecho también ha sido ejer-
ción podría dictar normas generales, pero no el Congreso. cida la respectiva atribución reguladora del poder legislativo.
Esta opinión ha sido emitida, p. ej., con relación a los denominados "actos de En lo que hace al procedimiento administrativo, ya desde 1900 existe la ley
gobierno," diciéndose que ciertos actos del Poder Ejecutivo no estarían sujetos 3952 (que regula el procedimiento de la reclamación administrativa previa a
4
a regulación legislativa y también con relación a ciertos aspectos internos de seguirse ante el Poder Ejecutivo), complementada con la ley 11.634 y cabe agre-
la actividad administrativa, sosteniéndose que lo referente a la organización gar después el decreto-ley 19.549172, que regula íntegramente el procedimien-
administrativa, al estatuto del personal civil de la administración, al procedi- to administrativo dejando un margen reglamentario, sub legal, a la adminis-
miento administrativo, etc., no puede ser regulado por ley sino que debe serlo tración. Además existen numerosas leyes que fijan y regulan determinados
por reglamento autónomo. 5 procedimientos administrativos (procedimiento impositivo, aduanero, de pa-
Estos criterios, como decimos, no se ajustan en nuestro concepto al ordena- tentes y marcas, etc.), fijando procedimientos, autoridad de aplicación, plazos,
miento positivo actual ni tampoco al sistema constitucional que nos rige. trámites, etc.
7.1. La regulación legislativa de la actividad administrativa 7.2. La regulación legislativa de los "actos de gobierno"
Por de pronto, es de advertir cómo ya la ley ha regulado numerosos aspectos de Lo mismo ocurre con los llamados "actos de gobierno" o "actos políticos,"
___.
___. la organización y funcionamiento administrativo, sin que hasta la fecha tribu- "institucionales," etc.: todos los actos del Poder Ejecutivo, incluso los dictados
00 nal alguno haya pronunciado su inconstitucionalidad por tal causa. en ejercicio de una atribución otorgada en forma directa e inmediata por una
1 disposición constitucional expresa, están sujetos a regulación legislativa. Si
En lo que hace a la organización administrativa, ha existido siempre y exis-
te también actualmente una ley de ministerios, que regula la organización, esta materia pudo dar lugar a distintas opiniones en el anterior texto constitu-
funcionamiento, competencia, etc., de los ministerios y secretarías de Estado: cional, ello no parece ya posible ante la fuerte limitación de la facultad regla-
la ley de administración financiera y control del sector público nacional; 6 las mentaria que impone la nueva Constitución de 1994, tanto en su texto como en
numerosas leyes que organizan determinadas oficinas internas de la adminis- su espíritu.
tración nacional (ley de aduanas, de impuestos, etc.). Ello se puede ver con algunos ejemplos:
El indulto. Dice el inc. 5° del art. 99 que el Presidente de la Nación "puede
En última instancia, si se considera que la Constitución otorga expresamen-
indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, pre-
te al Congreso la atribución de dictar la ley de presupuesto, que en esencia es
vio informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por
un ordenamiento administrativo de la actividad administrativa -disponiendo
la Cámara de Diputados."
qué oficinas existirán o no, qué cargos habrá, etc.-, no pareciera que pudiera
Pues bien: cuando los tribunales tratan algún caso de indulto, interpretan el
congruentemente negarse la atribución parlamentaria de regular en aspecto
significado de los términos "pena," "delito," 'jurisdicción federal" y aplican di-
alguno la organización administrativa. Con las nuevas técnicas del presupues-
cha disposiciones en base a la legislación. Y no es inconstitucional ni en modo
to por prof,>rama, este principio se afianza aun más en cuanto al alcance de la
normación parlamentaria. alguno inaplicable el Código Penal cuando establece qué son los delitos y las
penas, o la ley 48 cuando define qué es la jurisdicción federaL
7
"' DIEZ, MANUEL MARÍA, El acto administrativo, Buenos Aires, TEA, 1961, 2" ed., pp. 528-9; No creemos que pueda decirse que esto es materia vedada al Congreso, que
CARRÉ DE MALBERG, R., Teoría general del Estado, México, 1948, p. 483, etc.
75 escapa a su competencia legislar acerca de estas facultades del Poder Ejecuti-
· MARIENHOFF, op. cit., t. I, p. 243 y ss. Ha hecho frondosa escuela. Entre sus innúmeros segui-
dores cabe anotar, recientemente, MERTEHJKIAN, EDUARDo, "El Jefe de Gabinete," RDA, 19/20: 421 vo y que éste pueda ex novo y ex inventione ponerse en cada caso a determinar
(Buenos Aires, 1995), especialmente pp. 434-6: tantas son las citas que puede hacer en apoyo de discrecionalmente qué es delito, qué es pena, qué es jurisdicción federaJ.7
esta tesis, que ni este inteligente autor se ve necesitado de advertir que ella, para algunos, es
palmariamente inconstitucional. 77
· Aun ZAFFARONJ, EuGENIO RAúL y otros, Derecho Penal. Parte General, Buenos Aires, EDIAR,
76
· Ley 24.156.
2000, § 59, Ill, pp. 49-50, que sigue la antigua noción de acto de gobierno y considera que "no
puede ser una actividad reglada."
VII-11
FUENTES NACIONALES DEL DEHECHO ADM!NISTHAT!VO
VII-10 PAHTE GENERAL
cluso en algunos casos están indirectamente legislados. Sabemos que tales re-
Veamos el caso del inc. 7° del art. 99: el Poder Ejecutivo "nombra y remueve quisitos son: a) ser abogado de la Nación con ocho años de ejercicio; b) tener las
a los embajadores, ministros plenipotenciarios y encargados de negocios con calidades requeridas para ser senador, a saber: edad de treinta años; e) haber
acuerdo del Senado." Aquí también el Poder Ejecutivo y los tribunales deben sido seis años ciudadano; d) disfrutar de una renta anual de dos mil pesos
recurrir a la ley de servicio exterior de la Nación para saber qué es un "minis- fuertes o de una entrada equivalente; e) "ser natural de la provincia que lo
tro plenipotenciario" y qué es un "encargado de negocios;" esa ley no es incons- elige, o con dos años de residencia inmediata en ella."n Cuando el P. E. debe
titucional, ni puede el Poder Ejecutivo o el tribunal 8 interpretar, contra lo que proponer un nombramiento de magistrado de la Corte Suprema y el tribunal
dispone el Congreso, qué es un ministro plenipotenciario o un encargado de considerar su validez, tendrán que determinar qué es un abogado, para aplicar
negocios en el sentido de la Constitución. la norma constitucional que lo exige. Parece obvio señalar que al efecto debe-
Según el inc. 13 del mismo art. 99 el Poder Ejecutivo "provee los empleos rán atender a lo que hayan dispuesto las leyes respectivas; no podría pretenderse
militares de la N ación: con acuerdo del Senado, en la concesión de los empleos que una ley que establezca la organización universitaria y directa o indirecta-
o grados de oficiales superiores de las fuerzas armadas." Es obvio señalar que mente disponga qué se requiere para ser abogado, fuera inconstitucional. En
la determinación de qué es "empleos," "grados," "oficiales superiores," no está otros términos, el Congreso pudo perfectamente reglamentar esa norma cons-
conferida al Poder Ejecutivo, sino a la ley; de donde, nuevamente, surge que el titucional, legislando qué es el título de "abogado" en nuestro país y tanto el P.
hecho de que la Constitución haya dado en forma directa una facultad deter- E. como los tribunales están obligados a acatar esa norma legislativa. Si la ley
minada al Poder EJecutivo no significa que la misma no esté también sujeta a dice que puede expedir título profesional de abogado una universidad privada,
la legislación. 9 no podría el tribunal negarle ese carácter; e inversamente, si la ley dijera que
Lo mismo ocurre con la designación de magistrados judiciales: el decreto-ley las universidades privadas no pueden expedir tales títulos, o que ellos no son
1.285/58 regula la atribución respectiva, fijando las condiciones requeridas para el título a que se refiere la Constitución, no podría el Poder Ejecutivo nombrar
_.
_. ser designado juez, limitando de tal modo la facultad del Poder Ejecutivo de un magistrado que contara sólo con un título expedido por una tal universidad;
(O dictar el acto de nombramiento. Incluso el nombramiento de los magistrados si la ley establece que el título de abogado requiere nueva habilitación cada
1 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al cual no se aplica el citado determinado número de años y que tal habilitación es necesaria para la prime-
decreto-ley, 10 no está, en nuestra opinión, exento de regulación legislativa. ra designación como juez, el abogado que no tenga título habilitan te no podría
Piénsese p. ej. en la hipótesis de que una ley prohiba ser miembro de la Corte ser designado en el cargo respectivo. El hecho de que la Constitución haya
Suprema a las personas que hayan sido declaradas "traidores a la patria": evi- reglado esta facultad del P. E., no implica de ninguna manera, según se advier-
dentemente, tal impedimento no está previsto expresamente en la Constitu- te, que el Poder Legislativo no pueda seguir legislando sobre el punto.
ción, pero ello no quita que el legislador esté facultado sin duda alguna para Lo mismo puede decirse del requisito de tener "ocho años de ejercicio de la
establecer esa restricción. No se trata tampoco de una distinción de requisitos profesión;" no podría considerarse que fuera ajeno a la competencia legislativa
positivos o negativos: el criterio para analizar la constitucionalidad de la ley es reglamentar qué debe entenderse por "ejercicio de la profesión." Si el Congreso
siempre el de la razonabilidad y el de si altera o no el requisito que la Constitu- dispusiera, u. gr., que para poder considerar que una persona ejerce la profe-
ción pueda haber fijado. Si la ley exige que los miembros del tribunal deben sión de abogado es necesario que la misma esté inscripta y habilitada actual-
saber leer y escribir, no creemos que pueda discutirse seriamente la validez de mente en la matrícula profesional respectiva, o haya desempeñado un cargo
la ley; en cambio, una ley que exigiera el conocimiento de varios idiomas, sería que requiera tal título, tal ley sería perfectamente constitucional y no podría el
sí inconstitucional, pero ello en virtud de que es irrazonable creer que el crite- Poder Ejecutivo designar con acuerdo del Senado a un magistrado que como
rio jurídico depende de la información a que se tiene acceso; la inconstituciona- abogado nunca estuvo inscripto en la matrícula ni desempeñó un tal cargo; ni
lidad de la ley surge pues de su irrazonabilidad, no de que agregue un requisito podrían los tribunales convalidar un tal nombramiento. Igual cosa correspon-
a los que establece la Constitución. También los requisitos concretos que la derá decir de una ley que disponga que los ocho años de ejercicio de la profesión
Constitución fija en este caso son susceptibles de regulación legislativa, e in- deben ser continuos y que en caso de ser discontinuos sólo se computará el
7·8 No coincidirnos por ello con GELLI, op. cit., p. 628, cuando sostiene que esta competencia "está
una y otra oportunidad a las facultades concedidas "directamente" por la Cons- p. 656.
7· 13 Ver NAW!ASKY, HANS, Allgerneine Staatslehre, t. 2, Staatsgesellschaftslehre, Einsiedeln, 1955,
titución al Poder Ejecutivo, sin que nunca se haya cuestionado su constitucio-
pp. 16-7.
nalidad, ni, confiamos, nunca se llegue a cuestionar; por lo que debe notarse 7· 14 WüLFF, HANS J., Verwaltungsrecht 1, Munich, Beck, 1971, s· ed., p. 81 y SS., 77 y SS., 329 y SS.
Para los aspectos políticos de la cuestión, ver infra, t. 2, op. cit., cap. VIII.
r
VII-15
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-14 PARTE GENERAL
1
tras se realizan esos procedimientos (C.N., arts. lo y 31)." En consecuencia, si
constitucional expresa, debe partirse del principio de que tal facultad no está el Congreso dicta una ley inconstitucional, no puede el Poder Ejecutivo apar-
libre de regulación legislativa: que no se trata de actividades en un plano de tarse de ella y ejecutar directamente la Constitución, sino que debe adoptar
2
igualdad con la ley, sino de subordinación; y que el sentido e intención consti- algunas de las tres actitudes indicadas; esta es la tesis dominante.
tucional no es que el Poder Ejecutivo se transforme en su propio legislador. Esta construcción del necesario sometimiento de la administración a la ley,
El principio, pues, es que tal facultad está sometida a las leyes. Por lo tanto debe hoy en día interpretarse en forma extensiva a las cláusulas de los conve-
las leyes que al respecto se dicten están dentro de la competencia constitucio-
nios internacionales de derechos humanos.
nal del Congreso y su posible inconstitucionalidad se rige por los principios
generales, no por regla alguna relativa a la administración pública: ella no 111. Los reglamentos
tiene fueros ni privilegios frente al Congreso. La inconstitucionalidad podrá
derivar de que la norma modifique algún requisito constitucional, lo interprete 9. Concepto y clasificación de los reglamentos
irrazonablemente, altere los derechos individuales de los habitantes, trasgre-
da tratados internacionales, etc., pero no de que legisle sobre la actividad del 9.1. Introducción
PE en ciertos y determinados asuntos de "gobierno" o de "administración inter- Por aplicación del principio de la separación de los poderes, el dictado de nor-
na," "zona de reserva," "de exclusión," "liberada" o lo que fuere. mas generales corresponde por principio al Congreso y no al Poder Ejecutivo;
Nada puede escapar a la ley del Congreso de la Nación, por lo que hace a la menos aun a sus órganos dependientes' dentro de la administración central.
administración pública. Eso, al menos, en un sistema democrático de derecho. Por ello la facultad del Poder Ejecutivo para dictar reglamentos debe enten-
derse siempre con reservas: 2 no es una facultad que le pertenece como princi-
8. La administración frente a la ley inconstitucional pio, jure propio, sino como excepción, salvo el supuesto del art. 42; en ningún
--" caso le corresponde a los Ministros o Secretarios de Estado.
Por lo que hace a la aplicación de la gradación jerárquica Constitución-ley por
N La Constitución de 1994 ha intentado limitarlos aun más, al menos en dos
--" parte del Poder Ejecutivo, la Procuración del Tesoro de la Nación ha entendido
de sus especies (reglamentos delegados y de necesidad y urgencia), aunque
desde siempre lo siguiente:
todavía no se advierte en la práctica la disminución de la existencia y vigencia
"1") Que es evidente que el Poder Ejecutivo no puede ni derogar 1as leyes ni
de estas normas. Ello se debe a algunos caracteres y problemas generales que
declarar su inconstitucionalidad."
son comunes a toda la actividad reglamentaria en cualquier país del mundo
"2") Que es igualmente evidente que el Poder Ejecutivo está obligado a eje-
pero se incrementan entre nosotros so capa de emergencia. El reglamento es
cutar y cumplir las leyes."
una fuente perniciosa de ilegalidad e injusticia, como veremos.
"3") Que, sin embargo, también el Poder Ejecutivo tiene la facultad corno
Debe advertirse liminarmente, con todo, que los juicios de valor y las inter-
todo sujeto de derecho público o privado y la obligación como órgano de la Cons-
pretaciones constitucionales son extremadamente divergentes. Hay quienes
titución, de examinar la validez de las normas legales frente a la Constitución.
postulan un acercamiento al régimen parlamentario y quienes, a la inversa,
Pues es obvio que si las leyes del Congreso son obligatorias y tienen un exten-
consideran que nuestro sistema constitucional es, incluso depués de la reforma
dido ámbito de validez, las normas de la Constitución Nacional son de superior
jerarquía y su ámbito de validez (temporal, espacial, material y pei·sonal) es el · Dictámenes, 72:137 (5/IV60); 67:189 (22/XII/58); 64:100 (19/IV58).
8 1
ámbito de validez del derecho argentino en su totalidad. Su acatamiento es · Expusimos la opinión contraria en Introducción al derecho administrativo, Buenos Aires,
82
Perrot, 1962, 1" ed., p. 64 y ss. y en Estudios de derecho administrativo, Buenos Aires, Perrot,
obligatorio para los súbditos y todos los órganos del Estado." 1963, p. 70; posteriormente la han adoptado BIDART CAMPOS, GERMÁN JosÉ, Derecho constitucional,
"Es patente, por tanto, que ei Poder Ejecutivo puede y debe examinar la Buenos Aires, 1964, p. 271; MARIENHOFF, op. cit., t. l, p. 297. Con posterioridad a estos autores
validez de fa ley; y si considera que ella es inconstitucional puede [...J adoptar advertimos el uso cesarista de la postulación que habíamos hecho en 1962 y que diera lugar a la
adhesión mencionada a nuestra crítica. Hubimos pues de retractarnos. El tiempo no hace sino
cualquiera de las siguientes actitudes: a) Ejercer (...] el derecho de veto. b) ratificar la sabiduría que animó al criterio tradicional de la Procuración del Tesoro de la Nación.
Plantear su inconstitucionalidad ante el Poder Judicial de la Nación en los · Salvo el caso de los organismos independientes de contralor previstos por el art. 42 de la
91
casos y bajo los procedimientos judiciales establecidos. e) Promover su deroga- Constitución.
· Como señala GELLI, op. cit., p. 608, "Existe una diferencia sustancial entre la reglamentación
3
de 1994, "hiperpresidencialista," "donde el Presidente colegisla." Las solucio-
r FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-17
nes concretas habrán luego de diferir, por inexorable consecuencia. judiciales: en estos dos últimos casos los reglamentos se referirán exclusiva-
mente al funcionamiento y organización interna de estos poderes.
9.2. Concepto.
También existen reglamentos de las autoridades administrativas indepen-
dientes, en particular los Órganos de contralor de los servicios públicos privati-
Un reglamento es una declaración unilateral realizada en ejercicio de la fun-
zados en forma monopólica a que se refiere el art. 42 de la Constitución de
ción administrativa que produce efectos jurídicos generales en forma directa.<
1994. A veces se utiliza también la expresión "reglamento" para referirse a las
Es una declaración, o sea una manifestación o declaración de voluntad, co-
nocimiento o juicio. De esta forma distinguimos el acto (en este caso el acto normas técnicas o jurídicas que rigen la relación de los concesionarios con los
usuanos.
reglamentario) del mero hecho administrativo que es tan sólo la actuación
material de un órgano administrativo.
Que produce efectos jurídicos. Esto es fundamental, pues si se trata de una
mera declaración lírica, desprovista de efectos o consecuencias jurídicas (crear
Unilateral, por oposición a bilateral. Se dice que un acto es bilateral y parti-
cularmente un contrato, cuando es el resultado de una declaración de voluntad derechos y obligaciones) no parecería propio incluirla dentro del concepto jurí-
dico formal de reglamento.
común entre dos o má¡¡ partes, destinada a reglar sus derechos. En el acto
unilateral falta esa "declaración de voluntad común" y es por el contrario una Generales. Aquí está dada la distinción, que en otra parte desarrollamos, 5
sola parte, en este caso la administración, la que expresa su voluntad, llamada entre el reglamento y el acto administrativo. El acto administrativo se caracte-
por ello "unilateral."
riza por ser un acto que produce efectos jurídicos individuales, particulares, en
_.. un caso concreto; el reglamento, en cambio, por producirlos en forma genérica,
Dictado en ejercicio de la función administrativa. De acuerdo al concepto de
N para un número indeterminado de personas o de casos.
N función administrativa dado más adelante, ésta es toda la actividad realizada
1 por los órganos administrativos y la actividad realizada por los órganos legis- En forma directa. Esto quiere decir que el reglamento es por sí mismo sus-
lativos y judiciales excluidas sus respectivas funciones específicas. Por lo tan- ceptible de producir los efectos jurídicos de que se trata; ello no se desnaturali-
to, puede haber reglamentos dictados por los órganos administrativos y tam- za si el mismo reglamento supedita la producción de sus efectos al cumpli-
bién, en sus respectivos campos de actuación, por los órganos legislativos y miento de determinada condición o al transcurso de determinado tiempo, por-
93
que en tales casos cumplido el plazo o la condición, es el mismo reglamento el
· BAlmA,
Aires, Ábaco,RoDou·o
2002, p. CARLOs,
571. Tratado de derecho administrativo, t. 1, Principios. Fuentes, Buenos que produce el efecto de que se trata.
9
·' Para la construcción de este concepto, en general, ver infra, cap. X; en particular, t. 3, El acto
administrativo, op. cit., caps. I a V. En general, sobre el régimen y los problemas de los reglamen- 9.3. Clasificación y admisibilidad
tos en el derecho comparado, ampliar en GARCiA DE ENTERRIA, Legislación delegada, potestad regla-
mentaria y control judicial, Madrid, Temas, 1970; ÜRTIZ, EDUARDo, "La potestad reglamentaria en Habitualmente se clasifica a los distintos tipos de reglamentos en de ejecución,
Costa Rica," Revista de Ciencias Jurídicas, 16: 125 (San José, 1970); INSTITUTO URUGUAYO DE DERE- "delegados" o de integración, de necesidad y urgencia, autónomos, aunque es
CIJO ADMINISTHATIVO, Actividad reglamentaria de la administración, Montevideo, FCU, 1989; JESCH,
Dr>:TRJCH, Gesetz und Verwaltung, Tubinga, Mohr, 1968, traducido al castellano como Ley y admi-
de hacer notar que en la práctica los límites entre unos y otros suelen ser bo-
nistración, Madrid, 1978; CARLETON KEMP ALLEN, Law and Orders, Londres, Stevens & Sons, 1947; rrosos. Basta tomar cualquier ejemplo del Boletín Oficial para comprobarlo
BONF'IELo, AltTHUR EARL, State Administrative Rule Making, Bastan, Little, Brown and Company, empíricamente. Por ello toda generalización de conceptos de reglamentos ha
1986; Ü'RErLLY, JAMEs T., Administrative Rulemaking, Colorado, McGraw-Hill, 1983; FERREJRA
de tomarse como mera hipótesis de análisis.
LEITE, LucrANo, O regulamento no direito brasileiro, San Pablo, ed. Revista dos Tribunais, 1986;
GASPARINI, DióGENEs, Poder regulamentar, San Pablo, Bushatsky, 1978; ToRRES ZULETA, GONZALO, El principio general, a nuestro juicio, es que no existe una "potestad regla-
La potestad reglamentaría del Jefe del Estado, Bogotá, Temis, 1979; KERWIN, CORNELIUS M., mentaria" como tal en la Constitución: quienes antaño gustaban decir que el
Rulemaking. How GouernmentAgencies Write Law and Make Policy, Washington D. C., CQ Press,
reglamento era "materialmente" una ley no estarían hoy acordes al texto cons-
1999, 2" ed.; CAZZOLA, FRANco y MORISI, MASSIMo, L 'alluvione dei decreti, Milán, Giuffre, 1980;
SANDULLJ, ALDo M., L 'attivitá. normativa de/la pubblica amministrazione, Nápoles, Jovene, 1970; titucional. El art. 99 inc. 3o es categórico en señalar que "El Poder Ejecutivo no
MocKLE, DANIEL, Recherches sur les pratiques administratiues pararéglementaires, París, L.G.D.J., podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir dispo-
1984; WIENER, CÉLINE, Recherches sur le pouvoir réglernentaire des Ministres, París, L.G.D.J., 1970;
MoREAU, Fl':r.Lx, Le Réglement administra ti{, París, Fontemoíng, 1902; HECQUARD-THÉRON, MARYVONNE, 9 ·5 Ver t. 3, op. cit., cap. V, ''Presunción de legitimidad, exigibilidad y ejecutoriedad." Conf.:
li.'ssai sur la noiion de réglementation, París, L.G.D.J., 1977; PAVLOPouws, PROCOPros, La directive DROMI, RoBERTO, Instituciones de derecho ad1ninistrativo, Buenos Aires, 1973, p. 341 y ss.; Derecho
en droit administratif, París, L.G.D.J., 1978.
administrativo, 1996, sa ed., p. 273; comparar MARTÍN MATEO) op. cit., p. 145 y ss.; MEU.Á.N GJL, JosÉ
LUis, La distinción entre norma y acto adnúnistrativo, Madrid, 1967.
VII-19
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-18 PARTE GENERAL
son admitidos de manera limitada. Esos son los principios generales, la prácti-
siciones de carácter legislativo." Se ha dicho con razón que en su consecuencia
una ley no podría ratificarlos, atento que "los nuevos textos constitucionales ca se halla muy distante de ellos.
han definido que las nulidades de las disposiciones de carácter legislativo dic-
10. Los reglamentos y sus problemas
tadas por el Poder Ejecutivo es «absoluta e insanable»." 6 Esa nulidad absoluta
e insanable importa además que tales normas no tendrán presunción de legiti- 10.1. Problemas y contradicciones
midad ni ejecutividad o ejecutoriedad: convendrá con todo impugnarlas expre- Por de pronto, el reglamento es a la vez la más extendida y la más problemáti-
samente en los casos ocurrentes, para evitar los problemas prácticos que expli- ca de las fuentes del derecho administrativo. Su extensión deviene de una ten-
camos al tratar del mismo punto en materia de actos administrativos indivi- dencia sempiterna de la administración a fijar continuamente, sin demasiado
duales o singulares 7 La realidad, en estos tiempos de emergencia perpetua, es estudio ni reflexión, normas generales propias para todo lo que hace. La pala-
caótica: se dictan muchos, sobre materias prohibidas. 8 Algunos se cumplen, bra "reglamentarista" del lenguaje común es sinónimo de previsión detallada y
otros quedan en un limbo hasta su ulterior introducción por ley. El decreto de cuasi absurda. Hasta los pliegos de bases y condiciones de una licitación son
necesidad y urgencia cumple así, primero, el rol de expresar la voluntad políti- reglamentarios, frecuentemente modificatorios en minucias de textos anterio-
ca y el compromiso político de la rama ejecutiva y le tira al Parlamento una res y sin innovaciones reflexivas, con lo cual cada contrato de la administra-
suerte de proyecto de ley políticamente compulsivo. El Congreso no puede ne- ción tiene su reglamento propio, único, exclusivo y malo. También son regla-
garse. mentos, válidos o no, razonables o irrazonables, las resoluciones de cuanto ór-
Hay en la Constitución apenas supuestos puntuales que deben ser analiza- gano se le ocurra emitir normas generales. Los hay por miles, de cientos de1
dos como excepción a dicha prohibición, jamás como la regla. La regla es que no arts. cada uno, siempre cambiantes, nunca iguales, nunca fácilmente hallables.
___.. existe potestad reglamentaria del Poder Ejecutivo y mucho menos de sus mi- Sólo el funcionario que habrá de aplicárnoslo lo tiene, actualizado y "prolijo":
N nistros o secretarios. En cambio esa facultad existe iure propio en los entes un viejo texto con fotocopias adheridas en cada lugar para marcar las actuali-
w previstos en el art. 42 de la Constitución en tanto cumplan con el procedimien- zaciones. Poseer un reglamento actualizado es la más de las veces ser titular
1
to previo de audiencia pública 9 y tengan participación de los usuarios en su
de información privilegiada.
directorio y no se hallen, por supuesto, intervenidos directa o indirectamente
por el poder central. En este último caso sus facultades son de mera custodia 10.2. La inderogabilidad singular de los reglamentos y la irracionalidad de
de bienes y no pueden en modo alguno modificar el régimen normativo del
éstos
sistema de que se trate.
Por una parte no se puede en verdad decir que la administración pueda dictar
El reglamento de ejecución se encuentra expresamente autorizado en la
reglamentos y acto seguido incumplidos; hasta ahora se sigue entonces acep-
Constitución, aunque con severos límites que luego veremos y que básicamen-
tando la aplicación al reglamento del principio de la presunción de legitimidad
te suponen que no puede regular, directa o indirectamente, derechos de los
de los actos administrativos: éste los haría, si no válidos por específica
ciudadanos, habitantes o usuarios. 10 El reglamento autónomo no se encuentra 2
subsunción legal, al menos válidos por habilitación temporaría. No cumplir el
previsto en el sistema constitucional y sólo puede admitírselo como una va-
propio reglamento parece una autocontradicción tan manifiesta que nadie ver-
riante, muy limitada, del reglamento de ejecución, que tampoco puede crear,
daderamente la ha sostenido nunca: es más bien al contrario, invocando el
regular o modificar derechos o deberes de los individuos frente a la adminis-
principio de legalidad de la administración, que se postula que ella nunca pue-
tración. Los reglamentos delegados y de necesidad y urgencia se enmarcan
bajo un principio general de prohibición, con supuestos de excepción en que de violar sus reglamentos.
· Como dice NAVA NEGRETE, ALFONSO, Derecho Administrativo Mexicano, México, D.F., F .C.E.,
96 In re Video Club Dreams, Fallos, 318-2: 1154, cons. 17 del voto de BELLUSCIO (1995); GELLI, 10 1
1995, p. 56, son "reglamentos de continuo hacer y deshacer." Para más, con ello se construye lo
MArtlA ANGÉLICA, "Amparo, legalidad tributaria y decretos de necesidad y urgencia (El caso ••Video
que GroRGIO BERTI llama "el dédalo" o laberinto administrativo: "Il dedalo amministrativo e il
Club Dreams,,)" LL, 1995-D, 243. Para el régimen anterior, en general, ver BIANCHI, ALBERTO B.,
Diritto," en UNIVERSITÁ m VENEZIA, Studi in onore di Feliciano Benuenuti, t. I, Módena, Mucchi,
La delegúc:ión legislativa, Buenos Aires, Ábaco, 1990.
01 ln(ra, t. 3, op. cit.
1996, p. 283 y ss. Ver también UsLENGHY, ALEJANDRO JuAN, "Régimen jurídico de la potestad regla-
90 Y para peor, no siempre tienen adecuación de medio a fin; o sea, no sirven para paliar la
mentaria," en UNIVERSIDAD AUSTRAL, Acto administrativo y reglamento, Buenos Aires, Ediciones
emergencia sino la angustia de los gobernantes. RAP S.A., 2002, pp. 487-95, esp. pp. 491-2.
· Usamos así la expresión de LINARES, JuAN FRANCISCO, para el acto administrativo, que luego
· Ampliar en in[ra, t. 2, op. cit., cap. XI, "El procedimiento de audiencia pública."
9 9 10 2
VII-22
PARTE GENERAL
Es principio general que siempre debe prevalecer el reglamento anterior sobre 1 LJ Es una solución clásica: ZANOBINI, Gumo, "Sul fondamento giuridico della inderogabilit.á dei
el acto individual posterior. Es necesario que el acto individual y el acto regla- regolamenti," Riv. di Diritto Pubblíco, t. IX, parte 1", 1917, p. 411 y ss.; FLEINER, FRITZ, Institucio-
nes de derecho administrativo, Madrid, 1933, p. 114; PTN, Dictámenes, 33: 202; 77: 305; 81: 236,
mentario se refieran a la misma competencia territorial y material y que el etc. Se mantiene invariable hasta el presente, habiéndose extendido incluso al plano legislativo:
reglamento sea válido: si es ilegal, la administración puede en un acto particu- Osses, CNFed. CA, Sala l, con nota de MERTEHIKIAN, EDUARDO, "Las leyes de presupuesto del Esta-
lar apartarse de lo ilegalmente dispuesto por aquél' -siempre que la decisión do y la modificación del orden jurídico en un auspicioso fallo," LL, 1997-B, 361.
11 A En igual sentido CNFed. CA, Sala I, Córdoba Fiscales S.A.., 25-X-89.
individual sí se ajuste a lo que dispone la ley, la Constitución o las normas y u.s DE LAUBADÉRE, ANDRÉ, op. cit., p. 197; BoNNARD, RoGER, nota en Sirey, 1932, 3, 1; RIVERO,
principios del ordenamiento jurídico supranacional- y siempre que no se afec- JEAN, Droit A.dminístratif, Paris, 1970, 4" ed., p. 78.
11 ·6 Ver Después de la reforma del Estado, Buenos Aires, FDA, 1998, 2" ed., cap. III.
ten derechos subjetivos adquiridos al amparo de la reglamentación anterior. 1 L 7 En el caso, el decreto de adjudicación está subordinado al pliego aunque éste emane de
2
ll.>Pero esta regla se encuentra condicionada por los principios referentes al deber de obedien- autoridadjerárquican1ente inferior y del mismo modo queda limitada la ulterior con1petencia del
cia: reglamento
cuando mayor mismo Poder Ejecutivo.
del o laes la jerarquía
orden; del agente estatal, mayor es su deber de analizar la juridicidad
y viceversa. tl.s Ver nuestro art. "El inforn1alismo y la concurrencia en la licitación pública," en la Revista
u, Lo expuesto surge del principio de la estabilidad de los derechos adquiridos, que analizamos de Derecho A.dmínistraiivo, 11: 293 (Buenos Aires, Depalma, 1992), luego incluido en el cap. XII,
en el t.del
3, decreto-ley
op. cit., cap.19.549/72.
VI y que ha sido consagrado por el art. 17, segunda parte y 18, primera "La licitación pública," del t. 2, op. cit. Ampliar y comparar en GAMBIER, BELTRÁN, "El principio de
parte,
igualdad en la licitación pública y la potestad modificatoria en los contratos administrativos," en
el libro colectivo Homenaje ... , op. cit., p. 929 y ss.; ZuBIAUR, CARLOS A.,"El principio de concurrencia
en la licitación pública. Restricciones y garantías," en op. ult. cit., p. 933.
VII-24 PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-25
nistración la que dicta la norma antijurídica, mal podría invocar su propia 6-II-2002, p. 3; nuestros artículos "Un corte transversal al derecho administrativo: la Convención
torpeza para cumplir lo que ella misma ha primero reglamentado contra dere- Interamericana Contra la Corrupción," LL, 1997-E, 1091; "La contratación administrativa en la
«Convención sobre la Lucha contra el Cohecho de Funcionarios Públicos Extranjeros en las Tran-
cho. Más aun, la principal trampa de la administración al derecho es dictarse sacciones Comerciales Internacionales» {ley 25.319) y en la «Convención Int.eramericana contra la
ella misma reglamentos ilegales, absurdos, irracionales y luego, pues, aplicar- Corrupción,," J . A, número especial de derecho administrativo del20.12.01; ZuPPI, ALBERTO L., "La
los.10 Convención Interamericana contra la Corrupción," en ABREGÚ, MARTÍN, y CouRTIS, CHRISTIAN
(Compiladores), La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales locales,
Lo expuesto sobre la realidad de la exacerbación reglamentaria y la necesi- CELS, Buenos Aires, Editores del Puerto S.R.L., 1997, p. 201 y ss.; MANFRONI, CARLOS A., y WERKSMA."',
dad de ponerle coto se refuerza con la importante restricción que la Constitu- RICHARD, La Convención Interamericana contra la Corrupción. Anotada y conLentada. Medidas
preventivas, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997; SEVERO CABALLERO, Josli, "La convención
ción de 1994 impone a esta facultad, a punto de negarla como principio y auto-
ínter americana contra la corrupción y la legislación penal argentina," LL, 1997-E, 1153; HALPERiN,
rizarla como excepción, salvo en lo que hace al ámbito interno de la adminis- DAVID ANDRÉS, "La Convención Interamericana contra la corrupción y algunos temas de derecho
tración. En lo que se refiere a las limitaciones de derechos, tanto el reglamento adnlinistrativo," LL, 1998-B, 1329; CAPUTI, MARíA CLAUDIA, La ética pública, Buenos Aires, Depalma,
2000.
1 9
¡_Ampliar, en este mismo volun1en, infra, cap. XV, "Los entes reguladores", § 2: "El que con- ¡uz Procesalmente se los equipara a los actos y reglamentos administrativos.
cede no debe controlar_" 1'·' Hay casos que la doctrina ha calificado como reglamentos de necesidad y urgencia, pero que
Iuo Nos remitimos a un mayor desarrollo en La administración ... , op. cit. Hace recordar aquel
a nuestro juicio eran delegados o de ejecución. Así "La validez constitucional del decreto 2284/91,"
viejo proverbio: "A mis amigos, justicia; a mis enemigos, la norma." en Después de la reforma del Estado, op. cit., cap. IX; BusTAMANTE, JoRGE EDUARDO, Desregulación.
Entre el derecho y la economía, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1993.
r
VII-26 PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-27
La admisibilidad del reglamento de necesidad y urgencia es excepcional. nales hagan imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la Constitu-
Fue de antaño admitido a pesar de que no estaba previsto en la Constitución, 2 ción para la sanción de las leyes." 5
en base al "estado de necesidad." 3 Ahora bien, la Constitución de 1994 pone
límites explícitos a la facultad de dictarlos, la causa o sustento fáctico habili- 12.2. El órgano habilitado
tante, el procedimiento, la ratificación, etc. 4
Quien únicamente puede dictar reglamentos de necesidad y urgencia es el Po-
12.1. La causa habilitante der Ejecutivo, o sea el Presidente, con acuerdo de gabinete; no puede dictarlos
el Jefe de Gabinete. Asimismo esta facultad no admite delegación.
La Constitución no innova en cuanto a la causa habilitante de competencia
legislativa en el Poder Ejecutivo, que siempre debe ser una real emergencia 12.3. La materia legislativa habilitada
pública en la sociedad: no basta con invocarla, debe existir verdaderamente y
Es en el objeto y en el procedimiento donde la Constitución introduce limita-
ser susceptible de comprobación jurisdiccional. Si la emergencia no existe, o lo
ciones, algunas de las cuales estaban ya en la jurisprudencia constitucional
que el reglamento resuelve nada tiene que ver con la emergencia, entonces es
preexistente. En cuanto al objeto, dice ahora el art. 99 inc. 3° que ni siquiera
inconstitucional sin necesidad de recurrir a los nuevos textos constitucionales.
existiendo necesidad y urgencia públicas puede el Poder Ejecutivo invocarla
Por lo demás, la urgencia debe ser de tal índole "que circunstancias excepcio-
para dictar reglamentos de esta especie en materias penal, tributaria, electo-
122
Entre otros, CSJN, Peralta, ED, 141-523, 1990. Ver la nota siguiente.
12 3 ral o del régimen de los partidos políticos. Ni qué decirlo, a pesar de la prohibi-
·Ver ViTOLO, DANIEL RoQuE, Decretos de necesidad y urgencia, Buenos Aires, Ad-Hoc, 1991; ción lo ha hecho en más de una oportunidad.
_. TEXO, JORGE CABRAL, El régimen de los decretos leyes en el derecho público argentino, Buenos Aires,
1949; QUINTERO, CtsAR A., Los decretos con valor de ley, Madrid, Instituto de Estudios Políticos,
N
-.1 1958, p. 84 y ss.; LUGONES, NARCiso J., ÜARAY, ALBERTO, DuGo, SERGio O. y CoRCUERA, SANTIAGO H., 12.4. El procedimiento administrativo de habilitación
1 Leyes de em.ergencia.- Decretos de necesidad y urgencia, Buenos Aires, 1992; COMADIRA, JULIO
RoooLFO, "Los reglamentos de necesidad y urgencia. (Fundamento. Su posible regulación legisla- En cuanto al procedimiento, requiere el refrendo de todos los ministros y del
tiva)," LL, 1993-D,750; QUJROGA LAVIÉ, HUMBERTo, "Decreto de necesidad y urgencia en la Reforma Jefe de Gabinete en acuerdo general: no basta juntar la firma de todos, debe
de la Constitución Nacional," LL, 1994-D, 876; BIELSA, RAFAEL, "El «decreto-ley». Caracteres gene-
rales y régimen jurídico," en Estudios de derecho público, t. III, 1952, p. 431 y ss.; VANOSSI, JORGE
haber realmente una sesión de acuerdo general de ministros. Para el control
REJNALDO, "Los reglamentos de necesidad y urgencia," JA., 1987-IV, 885; MuNoz, GuiLLERMO AN- judicial y de la opinión pública de la veracidad de la existencia de esta sesión,
DRÉS, "Reglamentos de necesidad y urgencia," RDA, 5: 519 (Buenos Aires, 1990); BIANCHI, ALBERTO, pensamos que ella debiera estar abierta a la opinión pública y a la prensa.
''De las leyes «defacto .. en los gobiernos «de iure,," igual revista y número, p. 649 y ss.; "La Corte
Suprema ha establecido su tesis oficial sobre la emergencia económica," LL, 1991-C, 141; Pozo
ÜOWLAND, HÉCTOR M., "Las leyes y decretos de necesidad y urgencia ante la Constitución nacional," 12.5. El procedimiento legislativo de habilitación
RDA, 7/8: 527; SAGUÉS, NÉSTOR PEDRO, "Derecho constitucional y derecho de emergencia," LL, 1990-
D, 1036; "Decretos de necesidad y urgencia: estado actual del problema (A propósito del decreto
Además del acuerdo general de ministros y refrendo de todos los ministros y
2284/91, de desregulación económica, y su complementario 2424/91)," LL, 1992-B, 919: "Los de- del jefe de gabinete, a) este último debe comunicarlo dentro de los diez días a la
cretos de necesidad y urgencia: derecho comparado y derecho argentino," LL, 1985-E, 798; Comisión Bicameral Permanente del Congreso; b) ésta a su vez debe producir
EIG.IEKDJIAN, MIGUEL ÁNGEL, "La inconstitucionalidad de los llamados reglamentos de necesidad y
urgencia," LL, 1989-E, 1296; "El instituto de la emergencia y la delegación de poderes en las leyes despacho en diez días; e) elevarlo al plenario de cada cámara; d) "para su ex-
de reforma del Estado y de emergencia económica," LL, 1990-A, 1125; COLAUTI, CARLOs E., "Los preso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras." Dado el
derechos patrimoniales durante la emergencia," LL, 1991-E, 1359; Ru¡z MORENO, HoRAcro J., "Los sentido restrictivo del texto constitucional, pensamos que nos encontramos allí
llan1ados reglamentos de necesidad y urgencia. La e1nergencia como motivación de las leyes y
reglamentos," LL, 1990-B, 1029; ABERASTURY (H.), PEDno, "Reglamentos de necesidad y urgencia en ante una serie sucesiva de requisitos acumulativos de validez y vigencia del
el actual proceso de democratización," RDA, 2: 502: BADENI, ÜREGORIO, "Los decretos de necesidad reglamento de necesidad y urgencia.
y urgencia," ED, 138: 926; BERNARDINO BRAvo LIRA, "La ley extra parlamentaria en Argentina 1930- Para que el reglamento de necesidad y urgencia tenga validez y vigencia
1983: leyes y decretos-leyes," LL, 1990-C, 1193; FERHEIRA Rumo, DELIA y ÜORETTI, MA1'TEO, "Gobier-
no por decreto en la Argentina (1989-1993)," ED, 158: 848 (1994). requiere no solamente: a) la causa habilitante de verdadero estado de necesi-
12
-' Ver y comparar ÜRTIZ PELLEGRINI, MIGUEL ANGEL y AGUIRRE, SusANA LILJANA, Los decretos de dad pública e imposibilidad de seguir el trámite parlamentario común; 6 b) no
necesidad y urgencia en la Constitución de 1994, Córdoba, Lerner, 1995; PEREZ HUALDE, ALEJAN- 12 ·5 CSJN, Fallos, 318-2: 1154, Video Club Dreams, 1995, cons. 16, § 1 del voto de BELLUSCIO.
DRO, Decretos de necesidad y urgencia, Buenos Aires, Depalma, 1995; COMADIRA, ''Los decretos de 12 ·6 Esta doble causal fáctica debe verificarse en datos empíricos para que la norma no sea
necesidad y urgencia en la reforma constitucional," en su Derecho administrativo, 1996, p. 251 y
irrazonable por carecer de sustento fáctico. Tan1hién debe haber proporcionalidad o adecuación de
ss.; CüMADIRA, CovrELLO y TAWIL, Gumo, "Reglamentos de necesidad y urgencia," en R..4P, 194: 63
(Buenos Aires, 1994). medio a fin. Todo ello, a su vez, está sujeto a control judicial. Son, como es obvio, las reglas gene-
rales de control judicial de constitucionalidad.
VII-29
FUENTES NACiONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
Vll-28 PARTE GENERAL
a la Comisión Bicameral, b) porque ésta no produce su despacho en término, o titucional aprobación tácita del reglamento de necesidad y urgencia. Antes
bien y al contrario, es de clara aplicación el principio general del art. 82, pen-
e) porque cada una de las cámaras no le dan expreso tratamiento resolutivo en
forma inmediata. Puede ocurrir, en la práctica, que se cumplan los primeros sado específica y principalmente para este supuesto: "La voluntad de cada
pasos pero no el último; o que en la sesión donde corresponde tratarlo las cá- Cámara debe manifestarse expresamente: se excluye, en todos los casos, la
13
__. maras no arriben a ninguna decisión. sanción tácita o ficta."
Pero más aun, si el reglamento de necesidad y urgencia ha invadido las
N Si bien en ocasiones se lo equipara a actividad legislativa, su control judicial
00 se realiza con las pautas aplicables a los actos y reglamentos administrativos, 8 zonas prohibidas por la Constitución, una ley podrá reglar ex novo la materia,
1 con efecto ex nunc, pero no ratificar el decreto con efecto ex tune. Los tribunales
pero sin el plazo de caducidad para iniciar la acción judicial.
deberán entonces declarar su nulidad con efecto retroactivo.
12.6. lnargüibilidad del acuerdo implícito del Congreso
12.9. Inexistencia de potestad de veto
En el ya citado caso Video Club Dreams 9 la Corte abandona, en los consideran-
Se ha sostenido con razón que el Poder Ejecutivo no tiene facultad de veto
dos 3° y 16, la jurisprudencia esbozada en Rossi Cibils 10 de que un decreto de
sobre lo que resuelva el Congreso al tratar el reglamento de necesidad y urgen-
esta naturaleza pueda ratificarse por silencio legislativo y también excluye
cia.14 No lo tiene en el primer y más claro supuesto, de inexistencia de ley
que pueda ser ratificado implícitamente en la ley de presupuesto, el viejo truco
ratificando su reglamento, con lo cual éste cae sin existir siquiera posibilidad
gubernativo para sacar de rondón normas permanentes y que reprueba hasta
material de "vetar" el silencio legislativo. No lo tiene tampoco en caso de rati-
la ley de administración financiera del Estado. Sin embargo, se trata de una
ficación parcial o expresa derogación, por cuanto en el nuevo esquema consti-
materia muy inestable y que seguramente tendrá todavía muchas idas y vuel-
tucional es justamente el Congreso el juez último, entre ambos poderes, de la
tas en los años venideros. En la práctica, el decreto de necesidad y urgencia
norma legislativa habilitada temporariamente, sujeto a contralor judicial en
opera corno una forma de presión política del Poder Ejecutivo sobre el Congre-
lo que hace a la norma legislativa resultante. Por lo demás, establecido en la
so, ante la opinión pública, obligándolo en cierto modo a pronunciarse. Éste
Constitución que la habilitación legislativa está en principio prohibida y sólo
frecuentemente lo hace, en uno u otro sentido, en el corto o mediano plazo. 11
Con lo cual, muy tortuosa y deformadamente, se impone al final una versión
· GELLI, Constitución ... , op. cit., p. 613.
casi folklórica del principio de legalidad. 12 12 Comp. PÉREZ HuALDE, op. cit., p. 232, quien sostiene que el Congreso "no tiene plazo" al
1213
12 7 efecto, pero el silencio en su primera reunión con quórum posterior importa rechazo (p. 245).
Ver la nota precedente.
128 Dicho en otras palabras, el plazo en realidad es su primera reunión: es un plazo indeterminado
Ver ínfTa, t. 3, op. cit.
129 Ver ÜELLI, "Amparo, legalidad tributaria y decretos de necesidad y urgencia (El caso «Video
pero perfectamente determinable. Comp. ÜRTIZ PELLEGRINI y AaUIRRE, op. cit., p. 128, para quienes
Club Dreams,,)" LL, 1995-D, 243. el plazo máximo total es de VII.5.1
30 días.y notas 98 a 102; ÜRTIZ PELLEGRINI y AGU!RRE, op. cit., p. 136.
· CoMADIRA, op. cit.,§
121o CSJN, Fallos, 315: 2074, Rossi Cibi/s, 1992.
12 14
12 ·¡¡ Sobre esto ampliar infi·a, § 12.8 y nota.
VII-30
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-31
12.12. La inconstitucionalidad tanto del reglamento como de la ley: video, Se interpreta uniformemente que al elegir el Poder Ejecutivo la vía formal del
teatro, números vivos decreto de necesidad y urgencia, asume -bien o mal- una potestad legislati-
va. En esa medida, no puede invocar limitación alguna a su impugnaciónjudi-
También la materia puede ser reglada irrazonablemente por el decreto y por la 12 19
· Fallos: 247:121, 1960. Las críticas son ilevantables: RÉBORA, JuAN CARLOS, "Comentario," en
ley: es el caso del impuesto al video, que la ley 24.377 reimpone, pero que no la Revista Argentina de Ciencia Política, 2: 295 (1960); CARR16, GENARO, "Nota sobre el caso de los
puede superar la irrazonabilidad de fondo, lo mismo que la ley del impuesto a números vivos," Revista del Colegio de Abogados de La Plata, 6: 49, (1961); BoTET, Lurs, "El comu-
la radio y televisión a favor del teatro. 18 nismo de Estado y la jurisprudencia," JA, 1960.V, 402; NERVA, LL, 100: 46, "Poder de policía en
12 15 materia de espectáculos públicos."
1216
COMADIHA, op. cit., § Vli.5.1 y nota 98. 12 20
· Las ten1pestades vinieron en el 2002, con un múltiplemente irracional retorno a estas
12 17 CSJN, Fallos, 318-2: 1154, Video Club Dreams, 1995, cons. 17. viejas prácticas intervencionistas, a contramano no sólo del mundo desarrollado sino también de
Fallo citado en la nota anterior. los propios países de an1érica latina.
12 18
·Vetado por el Poder Ejecutivo, insistido por el Congreso. Otros casos de decretos de necesi- 12 21
· Fallos: 251: 246, 255: "Si los jueces de una causa expropiatoria comprueban que la utilidad
dad y urgencia cuyo objeto era inconstitucional y por ende cuya ley de ratificación fue considerada pública no existe o ha sido desconocida por la Administración y [... ) media alguno de los supuestos
inconstitucional: CNFed.CA, Sala IV, Espejo, 24-IX-96; Sala II, Díaz, Víctor, 12-XU-96; Sala V, de gravedad o arbitrariedad extrema [... ] están obligados a desempeñar la primera y más elemen-
Huarriz, 20-VII-95; Sala IV, Visillac, 20-X-95; Sala II, Alpert, 16-XI-95; Sala III, Pulichino, 10-V- tales de las funciones que les incumben, esto es, la que consiste en proteger las garantías constitu-
95; Sala I, Ro{man, 2-X-95; Sala II, Palauecino, 20-II-97; Sala V, Quilici, 26-III-97. cionales declarando la invalidez de los actos del Estado que pretenden vulnerarlos" (Nación Ar·
gen tina u. Jorge Ferrario, 1961).
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VII-32
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-33
cial, sea en razón del tiempo (o hay plazo para impugnar una ley) o del previo
agotamiento de la vía administrativa. Tampoco es procedente, por ello, su im- der a otra autoridad o persona descargándolo sobre ella;" "Existe una distin-
pugnación administrativa. ción fundamental entre la delegación de poder para hacer la ley y la de conferir
cierta autoridad al Poder Ejecutivo o a un cuerpo administrativo, a fin de re-
13. Reglamentos delegados o de integración glar los pormenores y detalles necesarios para la ejecución de aquélla. Lo pri-
13.1. El principio tradicional 1 mero no puede hacerse, lo segundo es admitido aun en aquellos países en que,
como EE.UU., el poder reglamentario se halla fuera de la letra de la Constitu-
Tanto la doctrina como la jurisprudencia están contestes en que el Congreso no ción."3 Dijo la CSJN en el caso Mouviel, del año 1957: "En el sistema represen-
puede delegar en forma amplia sus facultades al Poder Ejecutivo, sino que sólo tativo republicano de gobierno adoptado por la Constitución (art. 1°) y que se
puede permitirle
2
dictar ciertas normas dentro de un marco legal prefljado por apoya fundamentalmente en el principio de la división de los poderes, el legis-
ellegislador. Por ello es que resulta un contrasentido hablar de reglamento lador no puede simplemente delegar en el Poder Ejecutivo o en reparticiones
"delegado" como habitualmente se hace y resulta tal vez más adecuado usar el administrativas la total configuración de Jos delitos ni la libre elección de las
término "reglamento de integración," por las razones que se verán. En efecto, penas, pues ello importaría la delegación de facultades que son por esencia
los casos en que se admite como válida la atribución de facultades reglamenta- indelegables. "4 N o obstante ese marco de previa limitación constitucional a la
rias al Poder Ejecutivo, se refieren invariablemente a las leyes que establecen facultad del Congreso para delegar materias al Poder Ejecutivo, el correr del
ellas mismas un determinado principio jurídico, dejando al administrador tan tiempo fue mostrando una administración que cada vez más ampliamente ejerció
sólo el completar, interpretar o integrar ese principio, sea precisando su con- facultades delegadas por el Congreso, e incluso que encontró facultades dele-
--lo
cepto, sea determinando las circunstancias de hecho a que deberá ser aplicado. gadas allí donde no las tenía a tenor estricto de la ley. El resultado ha sido que
w Así p. ej. la ley de accidentes del trabajo 9688 establecía en su art. 12 que el
o el orden jurídico se encuentra cuantitativamente constituido en su mayor par-
1 Poder Ejecutivo reglamentará "las lesiones que deben considerarse como te por reglamentos de toda clase, antes que por leyes del Congreso de la Na-
incapacidades absolutas y las que deben conceptuarse como incapacidades par- ción, con evidente detrimento del sistema constitucional. 5 Ello es exagerado en
ciales, teniendo en cuenta en caso de concurrencia de dos o más lesiones, la materia tributaria y evidente en lo que hace a la regulación de los servicios en
edad de la víctima y su sexo" (art. 12): aquí la ley da parte del principio jurídico monopolio o exclusividad.
y lineamientos (edad y sexo) para la integración que deberá hacer el Poder
Ejecutivo de aquél. Así también puede la ley autorizar el cobro de una tasa o 13.2. La Constitución de 19946
impuesto dentro de un límite mínimo y otro máximo, facultando al Poder Eje-
Para luchar contra esa tendencia la Constitución establece en su art. 76: "Se
cutivo a determinar cuál es el monto de la tasa dentro de esos límites; o esta-
prohibe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias de-
blecer que estarán libres de impuestos y recargos aduaneros las materias pri-
terminadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para
mas esenciales para una determinada industria (p. ej., siderurgia) y disponer
su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca.
que el Poder Ejecutivo determinará cuáles son los materiales concretamente
La caducidad resultante del transcurso del plazo previsto en el párrafo ante-
excluidos, etc. Ha dicho así la Corte Suprema en el caso Delfino: "Que, cierta-
rior no importará revisión de las relaciones jurídicas nacidas al amparo de las
mente, el Congreso no puede delegar en el Poder Ejecutivo o en otro departa-
normas dictadas en consecuencia de la delegación legislativa."
mento de la administración, ninguna de las atribuciones o poderes que le han
Esta norma constitucional se inserta en un pasado jurisprudencia! que nie-
sido expresa o implícitamente conferidos. Es ese un principio uniformemente
ga al Congreso poder facultar a la administración para hacer la ley, lo cual es
admitido como esencial para el mantenimiento e integridad del sistema de
"- 3 Fallos, 148: 430, De/fino, 1927.
gobierno adoptado por la Constitución y proclamado enfáticamente por ésta en 13 -' Fallos, 237: 636, Mouviel, 1957.
el art. 29;" "Desde luego, no existe propiamente delegación sino cuando una 13 " Ver supra, t. 1, cap. I, § 5.
13 · 6 Ver GELLI, Constitución ... , op. cit., p. 538 y ss. y sus referencias; BlANCHl, La delegación
autoridad
13 1
investida de un poder determinado hace pasar el ejercicio de ese po-
legislativa, op. cit.; "Los Reglamentos delegados luego de la reforma constitucional," en el libro
· Un completo
Constitución tratamiento
... , op. cit, del tema en
p. 538 y ss. BJANCHI, La delegación legislativa, op. cit.; ver GELLI, colectivo Homenaje al Dr. Miguel S. Marienhoff, op. cit., cap. I; PERRINO, PABLO ESTEBAN, "La dele-
13 2
gación legislativa," en el libro colectivo El derecho administrativo argentino) hoy, Buenos Aires,
p. 123_
- GAnetA DE ENTERRIA, Legislación delegada, potestad reglamentaria y control judicial, op. cit., Editorial Ciencias de la Adm.ínistración, 1996, p. 122 y ss.; del mismo autor "Algunas reflexiones
sobre los reglamentos delegados en la Reforma constitucional," en el libro Hornenaje ... , op. loe. cit.
y las respectivas referencias de estos trabajos.
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VII-34
PARTE GENERAL
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO VII-35
decir que no le puede autorizar, como de hecho lo hace, a regular determinadas
materias. La regulación debe, según la Constitución, ser del propio Congreso y la Constitución para ello, que no es otro que el Congreso de la Nación, o en su
defecto de los entes regulatorios independientes del art. 42. Nunca más, si el
lo único que puede delegarse es, en cada ocasión 7 de modo excepcional, el per-
feccionamiento de algún supuesto de hecho faltante en una norma legislativa país se institucionaliza, de los integrantes del Poder Ejecutivo. Es el esquema
de la fractura del poder como garantía de la libertad y la democracia, que ya
puntual. Decir en la ley que el Ministerio o Secretaría tal "fijará" las tarifas,
"regulará" el servicio, p. ej., sin parámetro alguno, no responde al principio mentamos en el cap. III. Lo más importante pasará entonces a ser las faculta-
constitucional, menos a la luz del art. 42, pues es a estos entes que puede atri- des normativas de los órganos regulatorios independientes previstos en el art.
buirles tales facultades amplias, no a las secretarías o ministerios del Poder 42 de la Constitución,8 con participación decisoria en el directorio tanto de los
Ejecutivo. Sin embargo funciona y es aplicado, lo cual deja mal parado el fun- usuarios como de las Provincias y audiencias públicas previas, todo ello como
cionamiento real de la Constitución en los tribunales. condición esencial de validez de las normas que se dicten.
Cabe preguntarse si las materias que la Constitución prohibe que el Poder En suma, las prohibiciones del reglamento de necesidad y urgencia también
Ejecutivo reglamente por necesidad y urgencia se encuentran también prohi- lo son del reglamento delegado 9 , sin perjuicio de que además la ley sólo puede
bidas para la delegación. Dicho en otras palabras, ¿puede extenderse por ana- autorizarlos por razones de emergencia y a su vez únicamente en lo que hace a
logía la prohibición constitucional específica para uno, cuando existe una pro- materias de administración, sin afectar derechos o deberes de los particulares.
hibición genérica para el otro? Concretamente, la Constitución prohibe al Po- No es así viable el intento de sortear la prohibición constitucional, distinguien-
der Ejecutivo asumir facultades legislativas por decreto de necesidad y urgen- do, en lugar de los cuatro reglamentos tradicionales que el mismo autor postu-
cia en materia penal, tributaria y de partidos políticos. ¿Puede el Congreso laba antes de la reforma, cinco después de ella. 10 No resulta posible escapar,
_. salvo por la creación de entes regulatorios independientes, a la cesación de las
w delegar tales materias al Poder Ejecutivo? Es sabido que en materia impositiva
_. todo el régimen funciona a base de puro reglamento y circulares de la D.G.I., facultades administrativas de regulación sobre los particulares. Esa prohibi-
supuestamente por facultades delegadas del Congreso, pero las más de las ve- ción del art. 76 y la caducidad de pleno derecho que se produce el 24 de agosto
ces por reglamentos múltiples que son a la vez ejecutivos, autónomos, delega- de 1999 no puede sortearse con esfuerzos doctrinarios: es un nuevo sistema
constitucional y hay que adaptarse a él.
dos y de necesidad y urgencia. Mas bien son actos generales dictados por al-
guien que se considera, "libremente," legislador. Ya nadie se pregunta más si
13.3. A quiénes se puede delegar
la A.F.I.P. (antes D.G.I.) o el Ministerio de Economía y sus Secretarías pueden
hacer tal creación plurinormativa de nivel general. Discuten sólo su oportuni- El art. 76 admite en forma excepcional solamente la delegación al Poder Ejecu-
dad. Pero hacer tamaña afirmación es como sostener que los hechos crean de- tivo y no cabe extender dicha excepción al Jefe de Gabinete, los Ministros o
recho y que el Congreso es incapaz de dictar norma tributaria alguna, con lo Secretarios de Estado, ni tampoco admitir la subdelegación. Es un principio
cual es indispensable que lo haga la A.F.I.P. o todo el sistema cae. Parece muy demasiado antiguo de derecho corno para poder ignorarlo: delegatas potestas
difícil sostener ninguna de tales hipótesis. non delegare potes t. 11 Puede en cambio atribuirse facultades a los entes previs-
En cualquier caso, la cláusula constitucional transitoria octava pone fin a
138 Ampliar y corn. en BrANCHI, "La potestad reglamentaria de los entes reguladores," en UNI-
toda la legislación delegada a la administración central el24 de agosto de 1999/ VERSIDAD AusTRAL, Acto administrativo y reglamento, op. cit., pp. 589-612. Ver infra, cap. XV, "Los
2004, salvo las imputaciones legales stricto sensu a los entes o autoridades entes reguladores,"§ 6, "Facultades regulatorias."
139 En igual sentido GELLI, Constitución ... , op cit., p. 546; PERR!NO, PABLO, "Algunas reflecciones
regulatorias independientes (infra, cap. XV), como lo explicamos en el cap. VII
("Regulación económica y social") del t. 2. sobre los reglamentos delegados en la reforma consitucional," en AA. VV., Derecho administrativo,
Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, p. 983 y ss. y otros. En contra CoMADlRA, Los reglamentos
Como veremos allí, el gran desafío de la época es sobrevivir ordenadamente delegados, en UNiVERSIDAD AUSTRAL, Acto Administrativo y de reglamento, op. cit., pp. 679-92, esp.
a la desaparición de este derecho descartable del reglamento diario y constan- pp. 689-90.
13 · 10 Resulta así parecido a la idea, que en algún momento se pergeñó en nuestro país, derecha-
te de la administración central (Decretos, disposiciones administrativas, reso- zar la concepción del acto de gobierno corno acto no justiciable, pero en su lugar y al mismo tiempo
luciones ministeriales, resoluciones de Secretarios de Estado, etc.) y pasar sin traer del derecho brasileño entonces vigente la concepción de acto institucional como acto no
justiciable (infra, t. 2, op. cit., cap. VIII, "Los «actos de gobierno•>"). El cambio de rótulo no cambia
traspiés a un derecho más estable, sea emanado del primer órgano previsto en
13 7
el régimen jurídico, como ya lo explicamos en el cap. I.
13 · 11 El principio es tan universal en materia reglamentaria que se lo puede encontrar por do-
· También es el criterio de GARcfA LEMA, ALBERTO MANUEL, "Un nuevo caso de delegación legis-
lativa. La ley 25.414," ED, 18-V-2001, dos últimos párrafos. quier. Ver, entre otros, lLUYOMADE, B. O. y EKA, B. U., Cases and Materials on Administrative Law
in Nigeria, Ile-Ifé, Nigeria, Obafemi Awolowo University Press Limited, z· ed., p. 80.
VII-36 PARTE GENER!I.L
tos en el art. 42, a tenor de los marcos regulatorios allí previstos, sin la limita-
ción temporaria que tiene el Poder Ejecutivo, pues allí la delegación la hace el
T FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
Congreso al ente regulador en base a una previsión constitucional clara. Estos un hospital? En la práctica ciertamente ocurre, incluso sin norma alguna; pero
marcos, a su vez, a veces autorizan en forma expresa al ente a subdelegar en a medida que avancen los juicios de mala praxis es posible que la vieja fórmula
sus propios órganos dependientes las facultades que la ley les otorga, lo que no
reglamentarísta, que prevé todo a favor de la administración y casi nada como
nos parece contrariar el texto ni el espíritu de la prohibición de delegación al derecho del particular, reasuma allí también el incierto rostro de sus mil cabe-
Poder Ejecutivo y a fortiori de subdelegación por parte de éste. Un posible zas de medusa. Los ejemplos sirven para demostrar el dramatismo que supone
avance, que hasta ahora ningún ente ha decidido concretar, es crear interna- admitir con extensión esta potestad reglamentaria "autónoma," o con delega-
mente tribunales administrativos independientes, para resolver en sede admi- ciones en blanco que para el caso es lo mismo. En Francia la nueva Constitu-
nistrativa los conflictos puntuales entre usuarios y prestador del servicio. Ello ción autoriza expresamente a la administración el expedir reglamentos autó-
permitiría mejorar la calidad e imparcialidad del control administrativo, y por nomos de carácter legislativo en materias excluidas de las atribuciones del
ende también facilitaría la calidad de la ulterior revisión judicial.
Parlamento (arts. 34 y 37). Cabe distinguir así entre los reglamentos externos:
a) los autónomos (o más propiamente, los legislativos) y b) los subordinados.
14. Reglamentos autónomos
Los primeros surgen directamente de la Constitución, sin que una ley pueda
Este tipo de reglamentos, que no está expresamente previsto en las leyes ni en determinar su contenido ni legislar sobre el punto: tienen así la categoría de
la Constitución, estaría constituido por aquellos dictados para regir una mate- ley; 2 los segundos sólo pueden dictarse para la ejecución de las leyes o por
_.. ria en la que no hay normas legales aplicables (de ahí lo de "autónomo"). Pero autorización de ellas. Es un criterio constitucional peligroso y ciertamente
w la Constitución faculta al Presidente a emitir los "reglamentos que sean nece- desaconsejable si no se cuenta con gobiernos mesurados y pueblos vigilantes y
N
sarios para la ejecución de las leyes de la Nación," lo cual se refiere taxativa- celosos de su libertad; en diametral oposición al mismo cabe recordar la Cons-
1
mente a los reglamentos de ejecución de las leyes, no a supuestos reglamentos titución austríaca, que en su art. 18, ap. 2, prohíbe expresamente los regla-
autónomos de toda ley. Puede admitírselos para regir exclusivamente el fun- mentos autónomos y delegados. 3
cionamiento interno de la administración (organización, deberes de los órga-
nos, atribuciones, etc.), pero resulta inconstitucional, en cambio, que se pre- 15. Reglamento de ejecución 1
tenda limitar los derechos de los particulares o la potestad del Congreso sobre Está expresamente previsto en la Constitución, en el art. 99, inc. 2°), el que al
la administración, por cuanto el art. 14 de la Constitución establece claramen- fijar las atribuciones del Poder Ejecutivo establece que éste "Expide las ins-
te que la regulación y por ende restricción de los derechos individuales puede trucciones y reglamentos que sean necesarios para la ejecución las leyes de la
hacerse "por las leyes," esto es, por las leyes del Congreso y no por actos de la Nación, cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias." El
administración. Con todo, procediendo con la debida prudencia es posible utili- Jefe de Gabinete, por su parte, expide reglamentos sub-legales para el ejerci-
zar este medio reglamentario dentro de sus límites; habrá de cuidarse de no cio de las atribuciones del art. 100 (inc. 2°). Es necesario efectuar varias obser-
fijar obligaciones de los particulares hacia la administración, que no tengan un vaciones respecto a los reglamentos de ejecución, que son la más importante
sustento legal específico. Y tampoco sostener, desde luego, que pertenece a una manifestación cuantitativa de la actividad reglamentaría del Poder Ejecutivo.
esotérica "zóna de reserva de la administración" que no existe en ninguna par- Los reglamentos de necesidad y urgencia son cualitativamente los más graves.
te de nuestro sistema constitucional. Uno de los supuestos del reglamento au-
tónomo que excede los límites antes expuestos se da en aquellas relaciones que 15.1. La reglamentación no es requisito previo para cumplir la ley
la doctrina alemana llamaba "especiales de sujeción," 1 cuando determinados
En primer lugar, debe señalarse que las leyes deben cumplirse desde el mo-
grupos de personas se encuentran, voluntariamente o no, sometidas a un siste-
mento de su promulgación y publicación, 2 por lo que no dependen en modo
ma administrativo y normativo a la vez: los presos en la cárcel, los funciona-
rios en la administración (y por ende los militares en las fuerzas armadas, los 14 ·2 WALINE, MARCEL, Droit Administratif, París, 1959, 8" ed., p. 6 y ss. de la "addenda."
casos concretos, interpretándolas para salvar sus vacíos en la medida que fue-
Ejecutivo no excede su facultad reglamentaria por la circunstancia de no ajus-
re necesario en los casos ocurrentes, pero sin depender de que no hayan sido tarse en su ejercicio a los términos de la ley, siempre y cuando las normas del
reglamentadas. Esto es así incluso aunque la ley disponga en sus últimos arts. decreto reglamentario no sean incompatibles con ella, propendan al mejor cum-
como es de práctica, que "el Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley," plimiento de sus fines o constituyan medios razonables para evitar su viola-
pues de admitirse el principio opuesto, quedaría librado al arbitrio del poder 4
ción y, en definitiva, se ajusten de ese modo a su espíritu."
administrador el cumplir o hacer cumplir la ley, o no, mediante el simple cami- De todas maneras el sentido constitucional es prohibitivo y no supone otor-
no de no reglamentaria, lo que por cierto no sería admisible bajo ningún punto garle al Poder Ejecutivo la facultad de definir los términos legales (un vicio
de vista. Lo mismo cabe decir, con mayor razón aun, de los reglamentos del bastante frecuente), llenar supuestos vacíos o lagunas (otro vicio constante),
Jefe de Gabinete. "corregir errores" ni interpretar con acciones positivas el supuesto espíritu de
la ley, sino tan sólo abstenerse de violarlas con aquellas excusas: debe cumplir
15.2. Se ref~ere a la propia administración, no a los particulares
fielmente sus disposiciones, de acuerdo a la finalidad y objetivos del texto par-
El reglamento de ejecución es fundamentalmente un reglamento dirigido a los
lamentario.
propios agentes administrativos, para que éstos sepan a qué atenerse y cómo
proceder en los distintos casos de aplicación de la ley, en lo que se refiere al 15.5. Es facultad principalmente del Poder Ejecutivo, no de órganos
aspecto puramente administrativo. Por ello no son reglamentables por el Po- dependientes
........ der Ejecutivo las leyes que no serán ejecutadas por la administración: sería La facultad de dictar reglamentos de ejecución está otorgada principalmente
ú.) absurdo, p. ej., que el Poder Ejecutivo pretendiera reglamentar el Código Civil, al Poder Ejecutivo y sólo en forma límítada al Jefe de Gabinete. Sólo por excep-
ú.)
el Código de Comercio, etc., salvo en lo que hace p. ej. al Registro Civil de las ción puede admitirse esa facultad, de manera limitada, en las entidades des-
1
Personas, la Inspección de Personas Jurídicas, siempre y cuando no invada el centralizadas. Una importante excepción es el caso de las autoridades admi-
ámbito de los derechos y deberes de los particulares. nistrativas independientes, 5 tales como los entes reguladores para el control
de los servicios monopólicos concedidos o licenciados por el Estado. Fuera de
15.3. No debe invadir otras materias reglamentarias
esos casos, es necesaria una norma expresa de la ley que autorice la reglamen-
El reglamento de ejecución depe limitarse a ordenar el funcionamiento y los tación por órganos diversos (como ocurre, p. ej., en materia impositiva, en que
deberes de los agentes de la administración en lo que respecta al cumplimiento la ley autoriza a la Dirección General Impositiva a dictar reglamentos de eje-
y ejecución de la ley a través de la administración, sin poder adentrarse, p. ej., cución de las leyes pertinentes).
a definir el concepto legal; si lo hace, no habiendo para ello autorización expre-
sa de la ley, es ilegítimo y no puede ser opuesto a los particulares en ese aspec- 15.6. No se aplica a los tratados
to; si la ley lo autoriza expresamente, entonces estamos en la hipótesis de un Ante el texto constitucional mencionado, parece claro que el Poder Ejecutivo
reglamento "delegado" o de integración, a que nos referimos más arriba. carece de facultades para dictar unilateralmente reglamentos de ejecución, ni
siquiera en materia administrativa, respecto de los tratados internacionales.
15.4. No debe alterar el espíritu de las normas legales
Sin embargo, con el progresivo avance de la integración a nivel supranacional,
Además, cabe recordar que el Poder Ejecutivo al reglamentar la ley debe cui- existen comisiones intergubernamentales que acuerdan criterios comunes de
dar de "no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias"; es de observar aplicación y a veces son elevados en cada país a norma expresa de carácter
que se habla (en la Constitución) del "espíritu" y no la "letra" de la ley, por lo
' CSJN. Fallos, 269: 120, Cía. Arg. de Electricidad S.A, 1967. Ver también Fallos, 232:287,
que se ha considerado que aunque la norma reglamentaria no aparezca en 15
S.R.L. Julio L. Bustos e hijos S.A., 1955; 244: 309, Fed. de Obreros y Empleados de la Industria del
contradicción con el texto de la ley, será igualmente ilegítima si transgrede su papel, cartón, químicos y afines, año 1959; 250:456, Galán, año 1961; 254:362, Winiar, año 1962
espíritu, esto es, la finalidad que surge del contexto de la ley. y otros.
15 · 5 Ver infra, cap. XII,§ 14.
15 " CSJN, Fallos. 310-III: 2653, Hotel Internacional lguazú S.A.; DROMI, op. cit., 5" ed., p. 281.
VII-40
PARTE GENERAL
16. Los reglamentos del Poder Judicial y Legislativo 18. Jurisprudencia. Concepto y alcances
Además de los reglamentos internos que dictan la administración y las autori- 18.1. Imperatividad
dades administrativas independientes, hay que mencionar los que dictan res-
La jurisprudencia no es el conjunto de normas y principios imperativos conte-
pectivamente el Congreso y el Poder Judicial, que participan de las mismas
características de los dictados por la administración y son igualmente admi- nidos en las decisiones de los órganos jurisdiccionales, sino las interpretacio-
nes reiteradamente concordantes del orden jurídico positivo hechas por órga-
nistrativos; ello, porque reglan precisamente la parte administrativa (organi-
nos jurisdiccionales (auctoritas rerum similiter judicatarum). El juez al apli-
zación y procedimiento interno) del ejercicio de la función legislativa y juris-
car una norma general crea una nueva norma, no ya general, sino individual,
diccional, respectivamente. En esos reglamentos y procedimientos, son aplica-
la que aporta un "plus" al ordenamiento. La jurisprudencia no es la suma ni la
bles, mutatis mutandis, el decreto-ley y los principios generales del procedi-
repetición de esas normas individuales 1 sino tan sólo del sentido que han dado
miento administrativo (vista de las actuaciones, necesidad de motivar los ac-
a la norma general. Como todas las reglas de derecho son suficientemente abs-
tos, amparo por mora de la administración, etc.). La majestad de instituciones
tractas como para poder ser interpretadas de diferentes maneras, resulta que
tan fundamentales del país como pueden ser el Poder Judicial y Legislativo, el
la norma se amplía o se restringe en su significado efectivo (es decir, en el
Defensor del Pueblo de la Nación, etc, no se ve lesionada por el cumplimiento
del debido proceso en sentido adjetivo; antes bien, deben dar el ejemplo. significado en el cual tiene aplicación imperativa) según sea la interpretación
__. que le den los jueces. La jurisprudencia se distingue de las demás fuentes del
ú)
17. El reglamento como fuente del derecho administrativo derecho en que ella es "imperativa" sólo en el momento en que el juez la aplica
.J:::.
1 o reitera, pues el juez no está obligado a seguir las interpretaciones reiteradas
Por todo lo expuesto el reglamento es casi siempre una fuente específica de
1 y concordantes que él mismo u otros jueces superiores hayan dado a una nor-
derecho administrativo. En la actualidad, deja un margen de duda el regla-
ma. La imperatividad de esta fuente está pues condicionada a la voluntad del
mento de necesidad y urgencia, que tiene materias específicamente prohibi- juez, pero dado que los jueces mantienen los criterios interpretativos formula-
das. En lugar de decir, como para el delegado, que solamente se pueden referir
dos por ellos mismos o sus superiores con anterioridad, tiene un cierto grado
a materias de administración, los constituyentes optaron por el camino de pro-
fáctico de imperatividad asegurado: dado que esa facticidad tiene en cada caso
hibirlos en materia tributaria, penal, de partidos políticos y régimen electoral.
apoyo jurídico en la voluntad del juez, puede mencionarse a la jurisprudencia
Con lo cual queda pendiente la pregunta de si el Poder Ejecutivo, en situación
como fuente al menos material de derecho. Como excepción a lo que venimos
de emergencia, puede modificar el Código Civil, Procesal, de Comercio, de Mi-
de exponer cabe recordar que la jurisprudencia plenaria sí es obligatoria para
nería, etc. Ello nos parece que seria una clara desinterpretación del sistema
las demás salas de la misma cámara y para los jueces de primera instancia
constitucional, en primer lugar porque será virtualmente imposible demostrar
respecto de los cuales aquella sea tribunal de alzada (C.P.C.C.N., art. 303.)
cómo alguna situación de emergencia pueda requerir la modificación de la le-
gislación de fondo o de forma, cualquiera que ella sea. Para nuestro entender, 18.2. Arbitrariedad
faltaría en todos los casos adecuación de medio a fin, por lo cual preferimos
Cuando prescinde de toda norma la sentencia es arbitraria y con ello inconsti-
sostener que el reglamento de necesidad y urgencia tiene la misma limitación
tucional;2 también se la considera arbitraria cuando, si bien cita alguna dispo-
que el delegado y, en consecuencia, sólo se puede referir a materias de admi-
nistración o los clásicos supuestos de calamidad pública. Extender el regla- sición, carece de todo fundamento serio para aplicarla; la seriedad se estima no
ya en la exactitud del criterio del juez, sino en que aporte razones y elementos
mento como fuente a otras ramas del derecho que el derecho administrativo o
de juicio para fundar su resolución. 3
público en general, p. ej. al derecho sustantivo civil, comercial, o incluso al
derecho procesal, nos parece incompatible con el sistema constitucional actuaL 18 · 1 VII.LEGAS BAsAVILBASO, op. cit., p. 342.
15 6 nz Ver CARRIÓ,"Sentencia arbitraria por falta de fundan1entaclón normativa," Reu. Ju.r~ de
17 1
· CSJN, Fallos, 321-l: 1226 (año 1998), cons. so y 9o; Dotti, DJ, 1998-3, 233. Buenos Aires, IV: 85 (1959); Recurso extraordinario por sentencia arbitraria, Buenos Aires, 1967.
· Comp. VrLLEGAS BASAVILBAso, op. cit., p. 265. · Ver también LINARES, "El recurso extraordinario contra sentencia arbitraria dictada en apli-
18 3
cación de normas no federales," Reo. del Col. de Abog. de Buenos Aires, t. 27, n" 3-4; VANDSSI,
Aspectos del recurso extraordinario de inconstitucionalidad, Buenos Aires, 1966.
VII-43
FUENTES NACIONALES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VII-42 PARTE GENERAL
Lo mismo cabe decir de los actos privados y son numerosos los casos del
19. La costumbre. Concepto y admisibilidad en general
derecho común en los cuales se aplican variantes del principio de razonabili-
dad o proporcionalidad, p. ej.: así el concepto de exceso en la legitima defensa y La costumbre surge como fuente de derecho cuando hay el convencimiento po-
exceso en la represión son dos principios clásicos en derecho penal, como lo es pular abonado por una práctica y un cumplimiento usual, de que una regla
también el de la nimiedad, el abuso de posición dominante en el mercado, el
1
abuso del derecho, etc. "Cómo leer una sentencia,' op. loe. cit.
lB. 5
· Ya hemos advertido al respecto en el cap. I, primera parte y en el libro Intoducción al
18 6
Derecho, 2001, publicado como e-book en www.gordillo.com, www.gordillo.com.ar,
18.4. La seudo doctrina de algunos fallos 4 www.gordillo.net y otros. Ver igualmente nuestras glosas al libro de NIETO, ALEJANDRO, Los lími-
tes del corwcimieTLtojurídico, Madrid, Trotta, 2003, en preparación.
Es necesario advertir contra la sinergia negativa que producen aquellos fallos · Que por cierto nos encanta, como inocente divertimento, junto a otras citas de diversa laya
16 7
que, enzarzados sus firmantes en especiosas discusiones de cátedra o de acade- e idioma, pero no por ello es trasladable a un fallo.
· Ver nuestras glosas al libro de NIETO, Los limites del coTLocimientojurídico, op. cit. y nuestro
mia, usan el foro de su sentencia para hacer excursios de la materia sujeta a 8
art.18"Como leer una sentencia," Actualidad en el Derecho Público, 2000, 14: 29/53, Buenos Aires,
debate, aunque nada tengan que ver con la médula de la cuestión sometida a \ 2001; reproducido en Revista universitaria La Ley, año III, n" 4, agosto de 2001, pp. 9-21; también
reproducido como cap. V del libro [,traducción al derecho, edición como e-book gratuito en
· Ampliar en nuestro art. "Cómo leer una sentencia," en AeDP, 14: 29-53, Buenos Aires, Ad-
18 4
Hoc, 2001.
¡ www.gordillo.com, www.gordillo.com.ar y www.gordillo.net.
\
VII-44
PARTE GENEHAL
ciones para los particulares. Sin perjuicio de ello, por la doctrina de los actos
propios, puedan en cambio obligarla a ella, como veremos a continuación.
VII-45
trámite ornitido ''pudo haber ejercido influencia en el conocimiento o en la voluntad que ha formu-
lado la declaración final. Si se dejó de oír el parecer del órgano consultivo, puede suponerse que en
caso de haberlo oído, el acto no hubiera sido dictado" (LARES MARTÍNEZ, ELOY, Manual de derecho
adrninístratiuo, Caracas, 1975, 3a ed., p. 199), o no hubiera sido dictado de la misma manera;
ín(ra, t. 3, op. cit., cap. IX,§ 4.5, p. 11 y ss. · Es un verdadero arte para el Defensor del Pueblo de la Nación lograr un adecuado equili-
20 7
205
La doctrina de los actos propios también sustenta el deber de ajustarse a la doctrina pacífi- brio entre una excesiva por ende menos relevante prescencia en la opinión pública, por una parte
ca de la Procuración del Tesoro de la Nación: desconocerla es ueníre contra factum proprium.
y un excesivo silencio por la otra.
· Ver las referencias del cap. II, § 5.2, a p. e), nota, e infra, cap. IX.
20 6
...,.....
_. l. Conceptos clasificadores
(.¡.)
Las nociones de "acto administrativo," "reglamento," "contrato administrati-
())
1 vo," etc., cumplen meramente una función metodológica y sistematizadora den-
tro del derecho administrativo; están desprovistas, en consecuencia, de carac-
teres dogmáticos que exijan arribar a una definición determinada como única
válida y verdadera; en verdad, son admisibles tantas definiciones de regla-
mento o acto administrativo como sistemas doctrinarios existan en el derecho
público y ellas serán válidas en cuanto armonicen dentro del sistema concep-
tual en que se las ubica.
Pero si bien la discusión acerca de cómo dar una definición de acto adminis-
trativo carece de proyecciones dogmáticas, ello no significa que sea totalmente
intrascendente dar uno u otro concepto ya que de la mayor o menor perfección
y precisión del mismo dependerá la facilidad y utilidad con que se lo podrá
manejar luego. La definición a ofrecerse debe entonces responder a una ade-
cuada metodología y a una satisfactoria sistematización de la realidad del ré-
gimen jurídico de la función administrativa, pues las definiciones y clasifica-
ciones han de servir para explicar su funcionamiento.
En el proceso de lograr esa sistematización que producirá por resultado la
definición buscada, podemos distinguir varios pasos.
2. Función administrativa
El punto de partida reside en el concepto de función administrativa, que según
se recordará comprende toda la actividad de los órganos administrativos (cen-
tralizados o descentralizados) y también la actividad de los órganos legislativo
y judiciales en la medida en que no se refiere a sus funciones específicas.
~
X-2
PARTE GENERAL
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-3
cultad reglada o discrecional tiene íntima relación con que se haya lesionado
un derecho subjetivo o un interés legítimo, según veremos en las páginas si-
T CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
........ pruebas" y "derecho a una decisión fundada," o sea, "que el acto decisorio haga tración pública, normas sobre contratos de suministros, etc 6
..¡::::. expresa consideración de los principales argumentos y de las cuestiones pro-
..¡::::. puestas" (art. 1°, inc. {J, apartados 1°, 2° y 3°). 12.2. Regulación indirecta o inversa
1
Objeto. Una cuarta regulación directa de la actividad administrativa se en- En un gran número de situaciones la ley no reglamenta la forma en que la
cuentra en relación al objeto del acto; p. ej. en la prohibición del objeto del acto administración puede actuar frente a los particulares, sino las condiciones bajo
(la así llamada "violación de la ley"); ello consiste en que el órgano no podía las cuales los particulares no pueden ser molestados por la administración.
dictar el acto de que se trate, sea porque la ley (en sentido lato) lo prohibía de Llamar a esto "límite de las facultades discrecionales" no es adecuado ya que
manera general, sea porque la ley sólo lo autorizaba para cierta,s circunstan- la administración se ve constreñida a respetar esas reglas establecidas: su si-
cias de hecho que en el caso no se dieron. 3 tuación no es libre; su conducta le está dictada con antelación por la regla de
En este sentido dice el decreto-ley 19.549/72, art. 7°, inc. e), que "el objeto derecho.
debe ser cierto y física y jurídicamente posible; debe decidir todas las peticio- Nosotros lo designamos como regulación indirecta o inversa, o sea, como
nes formuladas": acá se observa que existe regulación en la medida en que actividad administrativa reglada en forma inversa. Se comprenden aquí todos
habiendo "cuestiones propuestas" o cuestiones que deben ser decididas o están los casos en que la ley reglamenta no ya el derecho subjetivo de la administra-
planteadas en el expediente, tenemos las circunstancias de hecho a las cuales ción a actuar sobre los particulares, sino el derecho subjetivo de los particula-
debe corresponder el objeto del acto. La correspondencia exigida por la norma res a que nadie interfiera con sus actividades.
en este caso es que esas cuestiones planteadas sean resueltas por el objeto del P. ej., si la ley autoriza a la administración a realizar una obra pública y no
acto: si la decisión no resuelve entonces las cuestiones propuestas, el acto establece la forma concreta en que debe llevarla a cabo, no por ello tiene la
transgrede la regulación normativa existente. administración discrecionalidad total: puesto que el derecho individual de pro-
También con referencia al objeto, puede ocurrir que la ley sólo autorice el 12 A En este segundo caso el acto es también inválido, pero por violar una limitación a la discre-
objeto para ciertas circunstancias de hecho; allí se trata de un caso de activi- ciona1idad. La invocación de "hechos o antecedentes inexistentes o falsos," es prevista como causal
12·2 Ampliar infra, t. 2. de nulidad por el art. 14, in c. a) del decreto-ley 19.549/72. Si, en cambio, se invocan hechos ciertos,
12 3
·P. ej., el decreto-ley 19.549/72 autoriza en su art. 17, primera parte, que la administración no se transgrede este aspecto de la limitación.
12 ·5 Así lo exige el art. 7•, inc. e) del decreto-ley 19.549/72, que acertadamente establece esta
revoque el acto irregular, o sea viciado de nulidad; pero en la segunda parte limita esta facultad y
prohibe la revocación "si el acto hubiere generado prestaciones que estuvieren en vías de cumpli- obligación tanto para los actos reglados como discrecionales. An1pliar infra, t. 3, El acto adnúnis~
miento," incluso aunque el acto fuere irregular. trativo, cap. X, "Formalidades/' § 6, "La fundamentación o motivación."
126 Ver también supra, cap. VII, "Fuentes nacionales del derecho administrativo."
X-14
PARTE GENERAL
12 9
Así la formulación también seguida por el art. 53.2 de la Constitución española.
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
X-17
X-16 PARTE GENERAL
vo, op. cit.; BIDART CAMPOS, GERMÁN J., ~Razonabilidad, arbitrariedad y contralor judicial," Revista
15 3
códigos 1nodernos adnüten la revisión plena del acto en cuanto a su legitimidad¡ Véase Corrien-
tes, art. 4°. Es la aplicación del principio constitucional y supraconstitucional del acceso pleno a la del Colegio de Abogados de La Plata, 6: 343 (1961); GRAU, ARMANDO EMILIO, "La razonabilidad en el
justicia. procedimiento administrativo argentino," Ciencias Administrativas, 27: 21 (La Plata, 1968).
15 · 1 Ver FERNÁNDEZ, De la arbitrariedad de la adrninistración, op. cit.; SESlN, op. cit.
X-22
PARTE GENERAL
CLASIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA X-23
inciso b) del presente artículo." Aparece así doblemente consagrada la necesi-
dad de una expresión clara, concreta y relacionada del derecho aplicado (no 15.2. Proporcionalidad 5
bastando, pues, la mera invocación de normas jurídicas que supuestamente 1 Continuando con lo expuesto, el art. 7°, inc. {l, in fine, consagra la necesidad de
fundamenten el acto, sin que se explique cómo y por qué lo fundamentan) y la
que "Las medidas que el acto involucre deben ser proporcionalmente adecua-
necesidad tanto de que el acto explicite los fundamentos fácticos que llevan a
das a aquella finalidad," refiriéndose a la finalidad "que resulte de las normas
su dictado, como asimismo que exista verdaderamente una situación de hecho que otorgan las facultades pertinentes." La proporcionalidad entre: a) el fin de
externa al acto que realmente lo justifique o fundamente; en otras palabras, el la ley y el fin del acto; b) el fin de la ley y los medios que el acto elige para
acto deberá estar objetivamente sustentado, esto es, apoyado, basado, "en los cumplirla; e) las circunstancias de hecho que dan causa al acto y las medidas o
hechos y antecedentes que le sirven de causa." El acto está viciado tanto si los el fin que el acto tiene, ostentan así no sólo base constitucional, sino también
hechos invocados son "inexistentes o falsos" (art. 14, inc. a), o si aunque no se
legaL Cabe advertir que si bien aparecen ahora estos principios de manera
falsee la realidad, de todos modos el acto carece de hechos justificativos, de
expresa en la ley, no por ello forman parte de la actividad reglada de la admi-
hechos externos que en forma suficiente y adecuada sirvan de base al acto que
nistración, sino que siguen siendo límites jurídicos a la discrecionalidad; ello
se dicta ("falta de causa," según el art. 14, inc. b).
se explica porque tales normas no predeterminan, según el concepto de facul-
La motivación o expresión de la causa se incluye generalmente en los llama-
tad reglada, una conducta concreta que el administrador debe seguir, sino que
dos "considerandos" o "vistos y considerandos" que el acto tiene, pero nada
impide que el acto se remita a informes o dictámenes previos que enuncian el
J señalan tan sólo un criterio elástico o impreciso, que será de aplicación según
J,J como sean los hechos y circunstancias de cada caso concreto, de acuerdo con la
porqué -de hecho y de derecho- del acto, siempre que los informes y dictáme- apreciación del órgano de control o del juez, posteriormente. Sin embargo y
_. 1
nes de que se trate sean a su vez notificados al interesado. La llamada causa l como ya hemos explicado en el§ 12.5, en ocasiones los hechos del caso determi-
~ del acto, en cuanto hechos y derecho que lo sustentan, puede estar mencionada l
CD nan que exista una única solución justa o posible, con lo cual dicha solución se
1 y argumentada en el acto, si se cumple con la ley en este aspecto, o puede estar transforma en una obligación reglada y no discrecional de la administración:
ig·ualmente fuera del acto sin haber sido merituada explícitamente; en cuanto allí no existe discrecionalidad alguna.
hechos y antecedentes que justifican el acto, por supuesto, la "causa" es siem-
pre externa al acto y ha de hallarse en las constancias del expediente, si son
1
15.3. Desviación de poder 6
ciertas, o en la realidad que rodea a toda la situación de que se trata: nunca en
La decisión será también ilegítima si el funcionario actúa con "desviación de
el acto mismo. La "falsa causa" o "falta de causa" puede probarse por todos los
medios probatorios (prueba testimonial, pericial, documental, de informes, de poder," sea: a) por actuar con un fin personal (venganza, favoritismo, etc.); b)
con un fin administrativo, pero no el querido por la ley: si la ley lo autoriza a
informaciones, de confesión, prueba ocular, táctil, etc.; prueba de fotografías,
adoptar determinada medida (p. ej., el cobro de multas por ciertas infraccio-
rayos X, grabaciones, actas notariales, etc.), mientras que la falta de motiva-
nes), teniendo en vista una finalidad específica (en el caso, evitar la comisión
ción o motivación insuficiente (insuficiente o ausente explicación de la causa)
de nuevas infracciones), será desviado y con ello ilegítimo, el acto que la adopte
es un vicio autónomo, que resulta de la mera lectura del acto, en sus "vistos" y
"considerandos." con una finalidad distinta (p. ej., para tratar de recaudar los mayores fondos
posibles para determinadas obras comunales). 7 La desviación del poder siem-
Lo segundo es no haberse dicho, o haberse dicho mal, los hechos y derechos
pre fue considerada como límite a la discrecionalidad administrativa, de direc-
que se cree sustentan el acto; lo primero es que no haya hechos o derecho que
ta base constitucional y racional (pues si la ley da una atribución determinada
sustenten suficientemente el acto, con independencia de que se los haya men-
a un funcionario, sólo cabe admitir que se la dio para que cumpla con la propia
cionado o no. Claro está, si el acto no cumple siquiera con el requisito de
finalidad legal y no con una finalidad distinta, cualquiera sea su naturaleza).
explicitar los hechos que lo sustentan, cabrá presumir razonablemente, a falta
Al presente, ella se encuentra además consagrada en el art. 7", inc. {l, del de-
de prueba en contrario producida por la administración, que el acto no tiene
creto-ley 19.549172, que expresa que "Habrá de cumplirse con la finalidad que
tampoco hechos y antecedentes que lo sustenten adecuadamente: de haberlos
tenido, los hubiera explicitado. 4 resulte de las normas que otorgan las facultades pertinentes del órgano emi-
15 · 5 Ver CRAIG, PAUL P., Administrative Law, Londres, Sweet & Maxwell, 1999, 4" ed., parte 2,
dictados como precedentes, sino también a la doctrina jurídica de la adminis- principios generales del derecho en cuanto puedan ser de aplicación, etc.
tración a través de los dictámenes de la Procuración del Tesoro de la NaciónJ 0 "·"CSJN, L., B. J. y otra c. Policía Federal Argentina, año 1997,LL, 1998-E, 528, dictamen de
la Procuración General de la Nación. Es el mismo principio que deviene del análisis del caso de la
Es un principio general del derecho, aplicable al ámbito privado y al público, prohibición de fumar, que también se resuelve por el art. 41 de la Constitución: Derechos huma
por lo que podemos aquí remitirnos a lo ya escrito en derecho privado.U
nos, 1999, op. cit., 4• ed., cap. IX,§ 1, p. l.
15 8 En el caso de la desviación de poder el problema probatorio se agudiza. Ver ÜLIVERA FRANCO 15 · 13 Ver el dictamen citado en la nota precedente, p. 530.
SoBHINHO, MA!'WEL DE, A prava administrativa, San Pablo, 1973, p. 141. LINARES, op. cit., p. 159 y ss.; FIORINI, op. cit., p. 16 y ss.; SAYAGUÉS LASO, op. cit., t. I, p. 406 y
161
159
Ver CRAIG,Administrative Law, op. cit., 4" ed., parte 2, cap. XVII,§ 5, a p. 3, p. 546. ss.; TACJTO, CAlO, O abuso de poder administrativo rw Brasil, Río de Janeiro, 1959, p. 86; GUICCIA!\D!,
15 10
· Que ya explicamos en el cap. VII. ENR!CO, La giustizia ammínistratíva, Padua, 1957, p. 27; AMORTH, fu'!TONIO, Il merito dell'atto
.1 Este principio viene del derecho romano~ con su fraus omnia corrumpit y su din1inutivo
15 1
amministrativo, Milán, 1939, p. 16.
malitiis non est indulgendum. Ver GoNZÁLEZ PÉREZ, JEsús, El principio general de la buena fe en el 1 2 Fue admitida en un caso por la PTN, Dictámenes, 79: 77 y nuevamente en 83: 180.
6
Para un mayor desarrollo ver nuestra Introducción al derecho, edición como e-book en
www .gordillo.com, www.gordillo.com.ar, www.gordillo.net; REAL, ALBERTO R~MóN, Los prin·
derecho administrativo, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1983; WJEACKER, 16 3
FRANz, El principio general de buena fe, Madrid, Civitas, 1977; PICo-r, F., La bonne foi en droit
public, Basilea, 1977. Una aplicación del1nismo principio: "Lo que sería entonces inadn1isible, por cipios generales del derecho en la Constitución uruguaya, Montevideo, 1958, p. 9 y ss.; JEANNEAU,
que se opone a la buena fe de los tratados internacionales, sería que un Estado nüembro, o una de BENOiT, Les príncipes généraux du droit dans lajurisprudence adminístratíve, París, 1954, p. 7 Y
sus autoridades, p. ej., una jurisdicción, tratara de poner en duda los compromisos aceptados ss.; PTN, Dictámenes, 84: 27; MARIENHOFF, op. cit., p. 271; ALTAMIRA GJGENA, Juuo IsiDRO, Los prin·
invocando, a posteriori, obstáculos constitucionales:" PESCATORE, PmRHE, "A::;pectos Judiciales del cipios generales del derecho como fuente del derec/w administrativo, Buenos Aires, Astrea, 1972, p. 59.
«acervo comunitario»," Revista de Instituciones Europeas, Madrid, 1981, p, 349.
.,.
X-27
CL:\.SIFICACIÓN DE LA FUNCIÓN AD!\l!N!STRATlVA
X-26 PARTE GENERAL
""1 ción y el Defensor del Pueblo sobre aquello que se considera ilegítimo; a dife-
rencia del interés legítimo, en que se puede interponer un recurso administra- 1
tivo que la administración está obligada a resolver (y que permite ejercer el
derecho subjetivo a obtener una decisión expresa, recurriendo incluso al ampa-
ro judicial por mora de la administración en resolver), en el interés simple la
administración no está necesariamente obligada, en principio, a resolver la
denuncia interpuesta.
·~
AGUSTÍN GORDILLO
Tratado
de Derecho
Administrativo
1
__.
Ul
Ul
1 TOM02
1
~ A
ARA Editores
LIMA
2003
TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO
TOMO 2 INDICE
LA DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO
EL "PODER DE POLICIA"
SUMARIO
administrativo, t. I, Madrid, Civitas, 1999, 9" ed.; t. II, 1999, 6" ed.; RAMóN MARTÍN MATEO, Manual
de derecho administrativo, Madrid, Trivium, 1999, 20" ed.
u BANDE!RA DE MELLO, CELSO ANTóNIO, Curso de direito administrativo, San Pablo, Malheiros,
2000, 12" ed., cap. XIII, sección I, § 6, p. 665, quien expresa: "La crítica [... ] fue [... ] bien hecha por
Agustín Gordillo !...] a quien hoy damos razón y según quien sería mejor que fuese eliminada del
vocabulario jurídico. Actualmente, en la mayoría de los países europeos [... ] el tema es tratado[ ... ]
no más bajo el rótulo de «poder de policían."
3
'- SuNDFELD, CARLOS ARl, Direito administrativo ordenador, San Pablo, Malheiros, 1993;
prólogo al excelente trabajo crítico a este cap., por BEZNOS, CLOVIS, Poder de polícia, San Pablo,
Revista dos Tribunais, 1979, que nos distinguiera con su pormenorizada y conceptuosa crítica. En
cambio algún colega, a falta de argumentos, escogió la vía del agravio, como se aprecia en INsTITU-
TO URUGUAYO DE DERECHO ADMINISTRATIVO, AA. VV., Régimen administrativo de la actividad priva-
da, Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria, 1990, pp. 26-7 y 30.
16
· Así MARTtNEZ, PATRICIA R., "Policía y poder de policía," en FARRANDO (H.), IsMAEL, MART!NEZ,
PATRICIA R.,Manual de derecho administrativo, Buenos Aires, Depalma, 1996, pp. 505-6; GuAJARDO, ·
CARLOS A., Código Alimentario Argentino. Su valoración jurídica, Mendoza, EJC, 1998, p. 137.
EL PODER DE POLICÍA V-3
V-2 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO
Nos remitimos a GoRDILLO y otros, Derechos Humanos, Buenos Aires, FDA, 1999, 4" ed. Es un punto de partida demasiado grave en un país con tradición autoritaria
1·9 Traspolamos la frase de CARRió, GENARO citada supra, t. 1, Parte general, op. cit., cap. l.
como el nuestro, que ha vivido bajo gobiernos de facto y poderes de facto, teo-
uosTRAUSS, PETER L., "From Expertise to Politics: The Transformation of American Rulemaking,"
en Las formas de la actividad administrativa, Caracas, Funeda, 1996, p. 335 y ss. y su anterior
rías defacto, construcciones sobre el derecho de la necesidad del Estado, regla-
The Rulemaking Continuum, 41 "Duke Law Journal," 1992, p. 1463 y ss., esp. pp.1468-9. Por lo mentos estatales de necesidad y urgencia, decretos leyes que todos llaman y
de1nás y cmno recuerda GuAJARDO, op. loe. cit., la idea norteamericana no era tampoco la que tratan como si fueran leyes, como si la diferencia ya se hubiera perdido en la
tomaron nuestros fallos y autores, pues se refería a la división de facultades del Congreso federal
memoria colectiva. Un país en el que la corrupción es endémica y se entremez-
y las legislaturas locales.
uJ A pesar de las claras Opiniones Consultivas en contrario de la CortelDH, obligatorias inter- cla con las prácticas paralelas que nacen del ejercicio del poder. 15
namente (Giro/di, Bramajo, Arce). Sostuvimos la eliminación de la noción de poder de policía desde 1960, para
1·12 ·Después de 1994 hemos ratificado otros tratados de derechos humanos; mal podemos dedi-
car "teorías" a la limitación de los derechos humanos. Así, la ley 24.632, Convención Interameri- enfatizar en cambio el estudio de su polo opuesto, las libertades y garantías
1 13
cana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, prevé en su art. 11 pedir ' Ver HuTCHINSON, TOMÁS, "La actividad administrativa de policía y las garantías de los dere-
opiniones consultivas a la Corte IDH, que son obligatorias en el derecho interno (Giroldi, 1995, chos constitucionales," en Las formas de la actividad administrativa, Caracas, .F'uneda, 1996, p.
LL-1995-D, 462; Bramajo, DJ, 1996-196 y Arce, LL, 1997-F, 697); Convención lnteramericana 95 y SS.
1 14
sobre Desaparición Forzada de Personas (ley 24.820, que le da jerarquía constitucional ''en los · Ya vimos en el t. 1, op. cit., cap. I, el peligro de las idolatrías en derecho y en la ciencia.
términos del art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional"); la Convención Inter~~ericana contra l.lsVer La administración paralela, Madrid, Civitas, 1982, tercera reimpresión 2001.
la Corrupción (cap. XVI del t. 1). ~--
V-4 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-5
individuales. Lo reiteramos en este tratado a partir de su la ed. en 1974 y en el públicas se ha hipertrofiado, dando origen a "instituciones" con supuesta exis-
libro Derechos Humanos, 4a ed., 1999. 16 tencia propia como la presente. Resulta simplemente falso razonar sobre la
Si bien parte de la doctrina argentina ha preferido en general continuar base de estas "instituciones" o "poderes,"3 sin referir concretamente el punto
anclada a un pasado prehistórico a los derechos humanos, la tendencia univer- sub examine al derecho positivo. En el caso de la noción o atribución de policía,
sal justifica no abandonar el intento de corregir ese defecto de razonamiento será necesario remontarnos a sus orígenes históricos, primero, para luego ver
teórico, político y práctico. evolutivamente cómo sus supuestos caracteres han ido desapareciendo uno a
Hay que evitar intoxicarse con las teorías del poder 17 y lo que desde allí se uno a través del tiempo, hasta llegar a la nada en el presente. 4 Y no nos parece
puede hacer en detrimento de las libertades; se debe ser fiel a la premisa ini- adecuada metodología, desde un punto de vista axíológico, exponer la evolu-
cial de qué es y para qué debe servir el derecho administrativo 18 y no consagrar ción histórica y quedarse en el pasado en lugar de dar un paso decisivo en la
en cambio un "derecho administrativo" al servicio de la autoridad y del poder, historia por la lucha de las libertades públicas y los derechos humanos en ge-
como el "poder de policía." neral.5 Es lo mismo que el continuado uso del vocablo "ley" para referirse a los
dec.retos-leyes de los gobiernos defacto: su tiempo ya pasó, pero el mal uso,
2. Atribución o servicio público inexplicablemente, continúa. 6
N o debe confundirse el poder de policía con un órgano del Estado, como no debe
3. Origen y evolución.
confundírselo con los servicios públicos que presta. Afirmar que es "el conjunto
El poder de policía en el Estado de Policía
de los servicios públicos," es incongruente con decir luego que una especie de la
y en el Estado liberal
policía (o sea, una especie de los servicios públicos) sea "policía del servicio
público," pues habría allí un servicio público del servicio público. 1 Servicio pú- Dentro de esta configuración existen numerosas concepciones divergentes,
__. blico es en todo caso una actividad monopólica de un concesionario o licencia- habiéndose planteado su crisis y su inexistencia como figura autónoma. Para
O"> tario particular o privado que ejerce un privilegio otorgado por el Estado; po- comprender el porqué de estas diferencias muchas veces sustanciales, es de
C> der de policía, una facultad o atribución del Estado, que entre otras cosas se interés recordar el origen y la evolución de dicho concepto.
1 supone que limita y controla ese poder monopólico que ha concedido. Desde la edad antigua hasta el siglo XV: "policía" designaba el total de las
También es criticable considerarlo como una atribución implícita en el or- actividades estatales; en la organización griega de la polis (ciudad-Estado), el
den jurídico, una atribución metajurídica que el Estado tiene a su disposición término significaba actividad pública o estatal y se mantuvo en esa significa-
por su naturaleza o esencia. 2 Ello se vincula con toda una concepción del dere- ción a pesar de la desaparición de la polis. En el siglo XI se separa del concepto
cho administrativo que parte de la premisa de que tales "potestades" pueden de policía todo lo referente a las relaciones internacionales; sucesivas restric-
existir. Es así frecuente en el derecho administrativo encontrar autores que ciones hacen que en el siglo XVIII estén excluidas del concepto también la
tratan de determinadas "potestades" que suponen apriorísticamente pertene- justicia y las finanzas. 1 En ese momento "policía" designa el total de la activi-
cientes al Estado, antes o por encima de un orden jurídico positivo. Esto cons- dad administrativa interna -con exclusión de las finanzas-y consiste en la
tituye un error de interpretación del sistema, nacido al amparo de prejuicios facultad estatal de reglar todo lo que se encuentra en los límites del Estado,
que otorgaban al Estado determinadas prerrogativas, propias del soberano o sin excepción alguna; es el poder jurídicamente ilimitado de coaccionar y dic-
monarca, pero inconsistentes con un régimen de estado de derecho, en el cual tar órdenes para realizar lo que se crea conveniente. La policía no estaba, por
los únicos poderes que el Estado tiene son los que el orden jurídico le otorga en lo tanto, limitada ni en punto a su objeto o finalidad ni en cuanto a los medios
forma expresa o razonablemente implícita. El problema de las seudopotestades 23
· O "funciones," como algunos autores postulan.
, .. Para ubicar la evolución histórica del poder de policía dentro del marco general de la evolu-
u' En nuestro art. "La crisis de la noción de poder de policía," Revista Argentina de Ciencia ción del derecho administrativo, ver supra, t. I, cap. II.
25
Política, 2: 227 (Buenos Aires, 1960). · Más de un autor argentino actual asoma al tópico pero finalmente opta, o al menos parece
1 · 17 Según feliz expresión verbal de BRE\VEH. CARÍAS, ALLAN R., "Es un sarampión por el que todos optar, por la tradición; o digámoslo de otro modo: no ejerce la opción clara y definida de abandonar
pasamos." una teoría que por definición es restrictiva y negatoria de las libertades públicas y los derechos
1.1 8 Ver supra, t. 1, op. cit., cap. V,§ 3.5. y cita de BODENHEIMER en la nota 3.8. humanos. Comparar MARTÍNEZ, op. loe. cit.; HUTCHINSON, op. loe. cit.
2 · 1 Comp. BIELSA, Derecho administrativo, t. lV, Buenos Aires, La Ley, 1965, 5• ed., p. 1 y ss.
26
· Ver nuestra critica en t. 1, op. cit., cap. 1, § 5, "Las ~>leyes)) que no son leyes."
31
2 ·2 Es el mismo error que reaparece en algunos autores al tratar del servicio público, como se · ADAMOV!CH, LuDWIG, Handbuch des ósterreichischen Verwaltungsrechts, t. l, Viena, 1954, 5"
verá en el cap. siguiente; error que ya hemos destacado en el cap. I del t. 1, op.cit. ed., p. 102.
V-6 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-7
que podía emplear; 2 pero se advierte ya que es una función del Estado y concre- Que sólo se justifica la limitación de los derechos de los individuos en esos
tamente una parte de la función ejecutiva. tres casos (seguridad, salubridad, moralidad);' que incluso estos tres casos le-
En el siglo XVII JuAN EsTEBAN Pü•¡vrER sostiene que la policía es la "suprema gitiman la intervención estatal sólo en la medida en que ésta tenga por finali-
potestad que se ejerce para evitar los males futuros en el estado de la cosa dad evitar ataques o daños a la comunidad; o sea, que la acción estatal debe ser
pública interna" y que "la promoción del bien común no pertenece a la esfera tan sólo negativa: establecer prohibiciones y restricciones, pero no obligacio-
de la policía." 3 Esta formulación fue rápidamente aceptada en doctrina, legis- nes positivas a cargo de los ciudadanos o del Estado mismo. Esta concepción
lación (particularmente en el Código Civil prusiano) y jurisprudencia; el Esta- era a su vez congruente con la idea liberal de cuál era la posición del individuo
do no debería ya intervenir doquiera con su poder de policía, sino solamente en sus relaciones con el Estado: también negativa, levantando vallas y frenos a
allí donde el buen orden de la comunidad estuviera en peligro. "El poder de su actividad para que no se extralimitara (recuérdese la diferenciación entre
policía que entró en vigor dentro de estos límites más estrechos siguió siendo esta actitud negativa y positiva, que expusiéramos al hablar de Estado de De-
ante todo, ciertamente, el antiguo; se mantuvo como poder de coaccionar y recho y Estado de Bienestar). 2
ordenar sin regulación ni límites. Pero se redujo el campo en que podía ac-
tuar."4 De esta forma nació el concepto de que la esencia de la policía era la 5. Su cambio en el Estado actual
lucha contra los peligros realizada mediante el poder coaccionador. En esta Aquella noción y conceptuación sobre qué era y qué alcances tenía el poder de
etapa de la noción, el objeto de la policía está limitado y precisado; ilimitados policía del Estado no se ha mantenido. Incluso, cuando a fines del siglo XX se
son, sin embargo, todavía los medios que puede usar. 5 produce un retorno a la privatización y desregulación, no se desanda todo el
Ese objeto, repetimos, es la lucha contra los peligros que amenazan el buen camino del intervencionismo, solamente parte de él. Por de pronto, es eviden-
orden de la comunidad (o, según algunos autores, la seguridad, salubridad y te que los bienes jurídicos que el Estado protege a través de limitaciones y
___. moralidad públicas), eliminándose expresamente la promoción del bien común,
en restricciones a los derechos individuales, lejos de restringirse a esos tres, se
___. las acciones positivas tendientes a mejorar lo existente, no simplemente a multiplican y es así que aparecen:
mantenerlo estático. Estas nuevas ideas contrarias al Polizeistaat significaron
la restricción de los fines del Estado, y por ende, del alcance del poder estatal, a) La tranquilidad pública, 1 manifestada en la prohibición de hacer ruidos
que se estrechaba ahora en esta nueva noción de policía. Esas ideas expresa- molestos (teléfonos portátiles, altavoces, bocinas, escapes de automotores, ra-
ban que el Estado sólo estaba llamado a asegurar la protección de la libertad y dios portátiles en los medios de transporte, alborotos callejeros, etc.), molestar
la seguridad y que sólo para el cumplimiento de tales finalidades podría usar a los radioescuchas o telespectadores con avisos agresivos (gritos, etc.); expen-
su poder coaccionador y ordenador. Las preocupaciones acerca de conseguir la der artículos en los medios de transporte; entrar a los espectáculos públicos
felicidad y el bienestar de los ciudadanos debía dejárselas a ellos mismos; y si después que han comenzado; provocar aglomeraciones (arts. 54, 57, 62 del có-
se le ocurriera ocuparse de ellas, que lo hiciera al menos sin el uso de la coac- digo de la Ciudad de Buenos Aires), perturbar un espectáculo deportivo (53,
ción.6 Se entra, pues, en el concepto del Estado liberal. 55, 56, 58, 59, 61, 62, 63, 68, 69, 70), organizarlo mal (57 bis), etc.
b) La confianza pública: 2 control de pesas y medidas, prohibición de hacer
4. Caracteres clásicos generales envases engañosos (frascos con protuberancias internas no visibles desde el
En esa vieja noción liberal se caracterizaba al poder de policía que competía al exterior, que hacen parecer que tienen un contenido mayor a pesar de que
Estado, como la facultad de imponer limitaciones y restricciones a los derechos consignen su contenido exacto en volumen o gramos; cajas con dobleces inter-
individuales, con la finalidad de salvaguardar solamente la seguridad, salu- nos, doble fondo, etc.), títulos engañosos. Y en general propaganda engañosa,
bridad y moralidad públicas contra los ataques y peligros que pudieran
u Talla vieja jurisprudencia de la Corte Suprema, Fallos, 7: 150, Bonorino (1869), en que se
acecharla. Es típico de esta concepción: declaró inconstitucional una ley provincial que prohibía las corridas de toros. porque ello no en-
3 ·2ANTONIOLLI, WALTER, Allgemeines Verwaltungsrecht, Viena, 1954, p. 288 y ss. traba dentro de la mencionada trilogía.
2
3 ·3Comp. GARClA ÜVIEDO, CARLOs, Derecho administrativo, t. II, Madrid, 1957, 6" ed., p. 400 y '- Ver supra, t. I, cap. III, § 21 a 25.
5 1
VON TUREGG, KuRT EooN, Lehrbuch des Verwaltungsrechts, Berlín, 1950, 3" e d., p. 281. " Ver MILITELLO, SERGIO A., Código contravencional, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1999, p.
3 ... ANTONIOLLI, op. loe. cit. 140 Y ss., arts. 71 y ss. del Código de la Ciudad de Buenos Aires; p. 120 y ss., arts. 53 y ss.
52
. Un ejemplo exclusivamente puntual en el art. 52 del Código de la Ciudad de Buenos Aires;
· ANTONIOLLI, op. cit., p. 230.
3 5
l
V-8 DEYENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO
EL PODER DE POLICÍA
V-9
prohibida en Europa por la directiva 841450/CEE, de 1984. 3 Queda comprendi-
otros ejemplos. Si bien este Código redujo en mucho los supuestos de tutela del
do aquí todo otro tipo de fraude al público, tal como la propaganda subliminaL
decoro público privilegindo un mayor ámbito de libertad individual, la figura
Quizás el peor ejemplo de propaganda subliminal y fraude a la confianza de todos modos subsiste y en algunos casos se halla expresamente amparada. 7
pública es el de las empresas tabacaleras 4 asociando su letal producto a even-
fJ La seguridad social a través de la obligación de asociarse a las cajas de
tos deportivos, jóvenes deportistas, elegantes y bellas mujeres, juguetes para
jubilaciones o AFJP, contratar seguros de vida o de riesgo de trabajo (ART),
niños (el caso del dibujo infantil de Camel, prohibido en Estados Unidos pero
someterse a revisaciones médicas periódicas, agremiarse obligatoriamente en
no aquí, donde el Poder Ejecutivo vetó una ley restrictiva de estas propagan-
determinados casos, adoptar seguros contra el desempleo, etc.
das). Tampoco la progresista Ciudad de Buenos Aires hace nada al respecto, ni
siquiera para proteger a los menores. g) La protección de la minoridad contra la explotación (código porteño, art.
49), falta de tutela o supervisión (art. 50), consumo de bebidas alcohólicas: art.
e) La economía pública, en la defensa del usuario y consumidor, que utiliza
51 y ley 24.788, arts. 1, 5, 6 a), 15. Increíblemente, no está punido ofrecer un
la regulación de monopolios, lealtad comercial, defensa de la competencia, etc. 5
cigarrillo a un menor, a pesar del supuesto carácter "progresista" de ese Códi-
Este es el campo de mayor crecimiento actual en la regulación comparada y
go locaL ¡No se le puede invitar a beber, pero sí a fumar! Tampoco el código
posiblemente llegue a serlo de la nuestra, como veremos en el cap. VIL
contravencional de la Ciudad Capital prohibe la propaganda pública del vicio
d) La estética pública en casos tales como la obligación de edificar todos los de fumar o beber, cuyos efectos de inducción al consumo inevitablemente 11e-
edificios a una misma altura, o en un mismo estilo, o de un mismo color; o gan al menor, principal target, por lo demás, de todas las campañas de publici-
inversamente, prohibir la uniformidad arquitectónica o cromática; la prohibi- dad de cigarrillos. Ello es de público y notorio conocimiento.
ción de edificar a mayor o menor altura de una determinada; la creación de
___. h) La diversión y el entretenimiento públicos se tutelan como novedosos
barrios residenciales, etcétera.
en bienes colectivos autónomos, en los espectáculos deportivos o artísticos masi-
N vos.8
e) El decoro público en cuanto a protección de las buenas costumbres sin que
1
se haya afectado todavía la moralidad pública; la prohibición del boxeo femeni-
i) Se respeta en cambio el ámbito de libertad en diversas conductas no puní-
no, de los malos tratos a los animales, de las corridas de toros, riñas de gallos,
dar: el derecho a ser diferente, a estar enfermo y vivir su enfermedad, a ser un
etc.; de establecer lugares de diversión cerca de cementerios o escuelas, de vagabundo 9 incluso maloliente. 10
exponer con fin de lucro cadáveres de individuos prominentes o de delincuen-
tes famosos; de exponer con fin de lucro y para curiosidad malsana a personas j) La libertad de tránsito y movimiento se protege instituyendo como contra-
con alguna malformación congénita, 6 etc. vención el impedir la circulación por la vía pública (art. 41), u obstaculizar el
ingreso o egreso tanto de lugares públicos como privados (art. 42).
En la actualidad ese problema se exterioriza en la tan debatida materia del 57
nuevo Código de Convivencia Urbana de la Ciudad de Buenos Aires (que susti- ' El maltrato a los animales, que hiere en su sensibilidad a la colectividad y los individuos, es
tuyó los antiguos edictos de la Policía Federal), al cual nos remitimos para recordado por MUÑOZ MAC!LWO, op. cit., p. 107. Un caso de tutela judicial del interés moral en
nuestro derecho es el excelente fallo Castro, Sala I, que mentamos en el cap. IV in fine; Ekmekd-
5 3
· Ver KAKOURIS, C.N., "Sur la concurrence déloyale," en su libro Perspectives. Droit
jian, CSJN, Fallos, 308: 647; ED, 148:354. Otros ejemplos del código local en MILITELLO, op. cit., p.
142; arts. 43, 53, 59, 73, etc.
5
com.munautaire Européen. Théorie Générale du droit. Domaine métajuridique, Atenas, Sakkoulas,
·' Comp. MILITELLO, op. cit., p. 120 y ss. La ley 24.192 de espectáculos deportivos, que queda
1998, p. 413.
5 orgánicamente
59 derogada con el Código capitalino, tenía más prohibiciones.
-' RAMÓN MARTÍN MATEO, El marco público de la economía de mercado, Madrid, Trivium, 1999,
' Estos ejemplos en KAKOURIS, C. N., "L' universalité des droits de 1' homme. Le droit d' etre
p. 225.
55
· El tema se presenta bajo la regulación económica y los servicios públicos y en el derecho
différent. Quelques observations" en su libro Perspectives. Droit Communautaire Européen. Théorie
genérale du droit. Domaine métajuridique, Atenas, Sakkoulas, 1998, p. 399 y ss., p. 410. No están
empresarial; parece mucho repetirlo otra vez con esta seudo noción. Su insaluble duplicación de-
~revistos como contravenciones en el código de la Capital, por ende son conductas lícitas. A la
muestra que se puede y debe prescindir de ella. Ver SIMAO FILHO, ADALBERTO y DE LuccA, NEWTON,
Direito empresarial Comtemporáneo, San Pablo, Juarez de Oliveira, 2000, pp. 124-34 (competen- ~nversa se prohibe la discriminación (art. 43 bis), p.ej. por la orientación sexual (igual norma), o la
cia desleal). Incitación al odio o la persecución, de propaganda de superioridad racial, etc. (ley 23.592).
56
· El caso de El hombre elefante, que recuerdan argumentativamente MUÑOZ MACHADO, SANTIA·
'·" Militello, op. cit., p. 142, a menos que el olor pueda provocar un daño, art. 40. El código es
también permisivo en conductas colectivas, como el hostigamiento no amenazante, o el maltrato
ao y otros, Los animales y el derecho, Civitas, 1999, p. 104. El decoro público es un interés o bien
moral que puede tutelar el Estado y por el cual pueden también accionar los individuos, corno ;o~recbo
flsico (art. 38, a contrario sensu). Personalmente se trataría allí de tutelar, a la inversa, el
de reunión y de expresión. La práctica neoyorkina de permitirlo dentro de vallados en la
explicamos en el cap. IV, in fine.
Vía pública pareciera equilibrar mejor estos derechos con el orden público y la tranquilidad pública.
DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-11
V-10
De todo lo expuesto resulta un claro abandono de la concepción liberal rígi- contra el bien común" --que sería la función policial- y "promover el bien
da, en que la intervención del Estado sólo se justificaba en casos limitados y el común," que no sería parte de la acción del "poder de policía" y que incluso, en '
pase a una considerable amplitud de los fines del Estado que pueden legitimar la concepción liberal clásica, no sería tampoco función del Estado. __....
su acción .U Tan evidente es la ampliación de esos fines del Estado y consecuen- Cuando se advierte modernamente que promover el bien común mediante
temente de su "poder de policía," que los autores que todavía la utilizan evitan acciones positivas es también una función estatal, llega entonces el momento
ya referirse a aquella trilogía (seguridad, salubridad, moralidad) y utilizan de señalar que ambas actividades -prevención de daños y promoción del bien-
nociones más genéricas. Dicen así que lo que el poder de policía protege es el estar-son tan inseparables como para constituir dos caras de una misma mo-
12
"orden público," el "bien común," el "buen orden de la comunidad," etc., com- neda, a tal punto que parece realmente imposible hacer una cosa sin hacer al
prendiendo alli todas las especies vistas: la "economía pública," la "seguridad mismo tiempo la otra. Señala MERKL, en este sentido, que el concepto de "poli-
cía" precisamente "abarca lo opuesto a policía, es decir, los fines de política
social," la confianza pública "el bienestar social," etc.
De cualquier manera, aunque se pretendiera forzar los conceptos de seguri- cultural de la administración, la llamada asistencia y casi se identifica con
dad, salubridad y moralidad, incluyendo en ellos por extensión -impropia, toda la administración imperativa. De este modo escapa el concepto a todo
por cierto- la estética, la economía, etc., queda en pie el hecho de que se ha sentido racional." 1 En el mismo sentido la jurisprudencia estadounidense re-
separado y aislado mentalmente un cierto fin estatal, pero sin haber caracteri- chaza específicamente la distinción y considera que "está bien asentada la re-
zado el modo de actuación ni los órganos que actúan y sin haberse demostrado, gla en que si las leyes de emergencia promueven el bienestar común constitu-
según veremos más adelante, que a esos fines corresponda un régimenjurídíco yen un ejercicio válido del poder de policía,"2 o sea, que el "poder de policía" se
determinado, distinto del que corresponde al resto de la actividad estatal. El entiende destinado a promover el bienestar común.
art. 14 de la Constitución permite a la ley establecer restricciones a los dere- El buen orden de la comunidad, el bienestar social, el orden público, interés
~ chos individuales aunque no se trate de los fines de seguridad, salubridad y público, bienestar común, bien común, etc., no son un objeto fisico, algo inerme
O)
moralidad; a su vez, la administración a) no puede proteger por sí esos tres y estático, pues no se concibe una dimensión o equilibrio social que sea estáti-
ú)
bienes mediante restricciones a los derechos individuales si la ley no la faculta co. No se pueden sacar o agregar trozos ni se puede entonces clasificar útil-
1
para ello y b) puede proteger otros bienes que los señalados, si la ley la autori- mente la actividad de traer trozos y evitar que sustraigan los que hay ... ; es
za. Con ello resulta que querer separar y aislar como objeto de la "policía" a la una fuerza social, una tensión de conductas humanas. Esta fuerza social lucha
seguridad, salubridad y moralidad, es objetable no sólo por su demostrada in- también por sí sola contra los ataques que la afectan; sumarse a la lucha con
suficiencia, sino porque además carece por sí de relevancia jurídica y, al no un criterio intervencionista no puede sólo ser designado como "defensa" de esa
destacar ni determinar ningún régimen jurídico especial, es totalmente infun- fuerza, es también colaborar con ella, ayudarla, promoverla.
Si se afirma, en otro sentido, que el orden surge "automáticamente" en la
dado e inútil.
sociedad cuando no hay perturbaciones o peligros y que si existen perturbacio-
6. La promoción del bienestar social y el "poder de policía" nes no hay orden, entonces también el eliminar los peligros y perturbaciones
es necesariamente crear el orden. En realidad, si el orden no fuera sino ausen-
Pero no sólo se abandona aquella limitación en los fines que el Estado y su
cia de perturbaciones (así tranquilidad es ausencia de ruidos molestos, de lu-
"poder de policía" pueden perseguir: llega el momento de abandonar también
ces molestas, de individuos molestos; salubridad es ausencia de enfermedades,
la supuesta distinción entre la actividad estatal de "prevenir peligros y daños
dolores, contagios; seguridad es inexistencia de la posibilidad de que se pro-
5·11 En esta orientación se encuentra la jurisprudencia de la CSJN, a partir del caso Ercolano, duzcan daños, etc.), es ilógico considerar que prevenir o reprimir peligros no
136: 161, año 1922, en que declaró constitucional la ley de alquileres de 1921; se reiteró el princi-
sea crear o promover el orden. Promoción del bien común y prevención de peli-
pio con relación a la ley de moratoria hipotecaria, 172: 21. Un resumen en Fallos, 199: 483,
lnchauspe, 1944 y supra, t. 1, op. cit., cap. IV,§ 7. Como dice BACACORZO, GusTAVO, Tratado de gros o perturbaciones que afecten al bien común no son, pues, términos disími-
derecho administrativo, t. 1, Lima, Gaceta Jurídica Editores, 1997, 2n ed., p. 366, "No hay activi- les ni mucho menos antitéticos: ambos significan exactamente lo mismo; el
dad en la que no pueda intervenir el poder de policía."
512 BIELSA, Régimen jurídico de policía, Buenos Aires, 1957; Compendio de derecho administra·
1
tivo, Buenos Aires, 1960, 3" ed., p. 383 y ss. y GARRIDO FALLA, FERNANDO, Las transformaciones del '· MERKL, ADoLFO, Teoría general del derecho administrativo, Madrid, 1935, p. 327.
62
régimen administrativo, Madrid, 1952, usan la primera expresión. FIORINI, BARTOLOME A., Poder de ' Ver la colección "American Jurisprudence," t. II, P- 980, donde se citan los casos Home Buil-
policía, Buenos Aires, 1957, p. 100, la segunda. GARClA ÜVIEDO, CARLOS, Derecho administrativo, ding and Law Association v. Blaisdell, 290 U .S., 398 y EdgardA. Levy Leasing Co. v. Siegel, 258,
U .S., 242.
Madrid, 1957, 6" ed., p. 398, la tercera.
V-12 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-13
carácter que se imputa al "poder de policía" no tiene, pues, sentido. Ejemplos: La importancia que le atribuimos al planteo no es semántica, sino que surge
obligar a un miembro de la colectividad a aceptar la instalación de aguas co- fundamentalmente del hecho de que permanentemente una gran cantidad de
rrientes y servicios cloacales es tanto prevenir un daño a la salubridad colecti- limitaciones a los derechos individuales son justificadas por quienes las impo-
va como promover la salubridad común; al obligarse a plantar árboles se pro- nen, sustentándose en dicho concepto, cuando en realidad muchas de ellas son
mueve el asentamiento de los suelos y la oxigenación del aire, pero al mismo antijurídicas y lo que ocurre es que se ha empleado la impropia noción de "po-
tiempo se previene la erosión excesiva del suelo y la falta de oxigenación ade- licía" como aparente fundamentación de ellas. Para demostrar más acabada-
cuada; cuando se prohibe abusar de una posición dominante en el mercado, mente este principio que enunciamos, en el sentido de que no existe actual-
tener ganancias excesivas en virtud de un monopolio conferido por el Estado, mente una noción racional de "poder de policía," puesto que éste se ha confun-
etcétera, se promueve el buen orden de la economía nacional, pero al mismo dido con el total del poder estatal, analizaremos ahora algunas otras notas
tiempo se reprimen las tarifas y ganancias excesivas, etc., que dañan a esa conceptuales con que a veces se ha querido, en la doctrina tradicional y a tra-
economía. Y así sucesivamente. vés de distintos autores, caracterizar la supuesta institución.
clase dentro de éste; que no es cierto que la "policía" sea una función única- En consecuencia, al no ser ya el "poder de policía" una actividad reservada a
mente preventiva y represiva, sin poder promover el bien común, pues ambas la administración, sino distribuida en parte entre los tres poderes del Estado,
cosas son inseparables. Los demás caracteres antiguos han desaparecido igual- se produce una nueva crisis en la concepción. Ya no se caracterizará a este
mente: poder como perteneciendo a un órgano determinado del Estado, sino que se
La seguridad, salubridad, moralidad, etc., están aseguradas por el orden dirá que pertenece en general a todo el Estado.
jurídico positivo al igual que otros muchos derechos; el derecho natural no Este es el estado actual de la mayoría de las doctrinas modernas: así, p. ej.,
tiene en este aspecto necesidad de ser aplicado. Los autores que utilizan la lo define GARRIDO FALLA 1 como "el conjunto de medidas coactivas arbitradas por
noción reconocen que el "orden público" y su protección mediante limitaciones el Derecho para que el particular ajuste su actividad a un fin de utilidad públi-
a la libertad está comprendido en la Constitución; ello contradice que sea nece- ca;" WALINE 2 lo hace del siguiente modo: "En el lenguaje del derecho adminis-
sario hablar de esta noción preconstitucional. 1 trativo, el término "policía" no tiene el mismo sentido que en el lenguaje co-
El que la actividad policial sea solamente prohibitiva es una concepción sin rriente: es la limitación por una autoridad pública y en el interés público, de
curso actualmente: las obligaciones de hacer instalaciones de seguridad contra una actividad de los ciudadanos, sin dejar de subsistir ésta corno una actividad
accidentes, contra incendios, de primeros auxilios, etc.; la obligación de privada; ella es solamente reglamentada. Ella sigue siendo libre en ]a medida
vacunarse, de poner silenciadores en los escapes de los vehículos, de construir en que no está restringida expres,amente por las prescripciones de policía." Por
cercos, de exponer al público listas de precios, de colocar en los comercios cha- su parte SERRA ROJAS expresa: "~a policía está constituida por un conjunto de
pas con identificación del ramo y el propietario, de usar delantales, etc., son facultades que tiene el poder pliblico para vigilar y limitar la acción de los
todas obligaciones policiales positivas y no meras prohibiciones. Luego, tam- particulares, los cuales, dentro del concepto moderno de Estado, deben regular
_.. bién ha desaparecido esta característica de la "policía."2 su actividad con los deberes y obligaciones que les impone la ley y se funda en
(j) El que la "policía" sea una actividad reservada a la administración no es una finalidad de utilidad pública." 3 FIORINI lo caracteriza como la "actividad
CJl tampoco una realidad contemporánea. El legislador que integra comisiones estatal que tiende a regular el equilibrio necesario entre la existencia indivi-
1
parlamentarias de investigación, también actúa en función policial; lo mismo dual y el bien común cuando es perturbado," 4 etc. Estas definiciones demues-
puede decirse de algunas actividades judiciales. tran a nuestro juicio lo contrario de lo que proponen, porque no destacan nota
Por otra parte, no sólo la "policía" en cuanto función ejecutiva es ejercida por alguna que sea específica de este supuesto "poder de policía." Con los ejemplos
cualquiera de los tres poderes del Estado, sino que tampoco es solamente eje- precedentes es suficiente para advertir la imprecisión y extrema latitud de
cutiva: la facultad de dictar normas que rijan aquella actividad también se cualquiera de estas definiciones. Se quedan todas en la afirmación de que se
llama ahora "policía" y así tenernos que toda la actividad legislativa sobre trata de la aplicación de la coacción estatal, actual o potencial, sobre los dere-
materias llamadas de policía, son "leyes de policía;" que los reglamentos en chos individuales en pro del bien común; lo que no la diferencia del resto de la
iguales circunstancias, también son actividad policial.3 actividad estatal y no justifica en modo alguno la creación de una definición
especial. En efecto, ¿qué de original y novedoso tiene el afirmar que el Estado
10. Caracteres en la doctrina actual. Crítica limita los derechos individuales en pro del bienestar común? ¿Es acaso tal fa-
En realidad, el cambio que se ha producido en este último aspecto es más pro- cultad no comprensible por sí sola, para que sea necesario intentar aislarla y
fundo: en el Estado de policía es el mismo monarca, en su función ejecutiva, darle un nombre que nada tiene que ver con su significación actual? Y por lo
quien dicta las normas generales; en el Estado de Derecho, el dictado de las demás, ¿nos sirve concretamente para explicar algún fenómeno que no se ex-
normas generales pasa a ser función primordialmente del Poder Legislativo, plique ya por sí mismo? A juicio nuestro, se trata de una "noción" que actual-
produciéndose entonces un traspaso de parte del "poder de policía" de] ejecuti- mente no sólo carece de significado propio, sino que además carece de toda
vo al legislativo. utilidad teórica o práctica.
10· 1 GARRIDO FALLA, FERNANDO, Las transformaciones del régimen administrativo, Madrid, 1952,
9 1
· Comp. BIELSA, op. cit., t. IV, La Ley, 1965, 6" ed., p. 4. p. 111, aunque la propone como definición provisional.
9 ·2 Comp. ELGUERA, ALBERTO, Policía municipal, Buenos Aires, 1963, p. 2, quien trae ejemplos 10 2
· WALINE, MARCEL, Droit administratif, París, 1963, p. 637.
10 3
sin1ilares aunque acepta "en general" la caracterización que criticamos. · SERRA RoJAS, ANDRÉS, Derecho administrativo, México, 1959, p. 690.
9 3 ELGUERA, op. cit., p. 10: "la policía no es solamente reglamentación de derechos, sino también 10
·' FIORINI, op. cit., p. 100. HERRAIZ, HÉCTOR EDUARDO, Poder de policía, Buenos Aires, 1970, pp.
vigilancia de su cumplimiento, ejecución coactiva de decisiones y aplicación de sanciones." 7, 11 y 15, habla del "poder regulador de los derechos, ejercido por el Estado."
V-16 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-17
Adviértase que para saber si una determinada limitación que el Estado pre- trilogía "seguridad, salubridad, moralidad" son aplicables aquí en toda su ple-
tende imponer a un derecho es o no válida, no podremos invocar simplemente nitud. Por lo demás, la distinción tampoco agrega principio alguno al sistema
el "poder de policía" como si estuviéramos en los tiempos del Estado absoluto: constitucional y administrativo que no pudiéramos conocer sin necesidad de
debemos buscar el concreto fundamento normativo de la restricción y a él solo él. Que la restricción de los derechos individuales está a cargo del Congreso y
podremos encontrarlo en el juego de las normas constitucionales y legales de no de la administración ya lo deducimos del art. 14 de la Constitución en cuan-
nuestro sistema. to dice que los derechos están sometidos "a las leyes" que reglamentan su ejer-
La "noción" de "poder de policía," pues, es innecesaria y además perjudicial cicio. ¿Qué nos habrá de explicar entonces la noción de "poder de policía"? Nada
porque da lugar a una serie de dificultades para su comprensión y aplicación, en absoluto; sólo contribuye a arrojar dudas y confusiones a través de la nece-
precisamente por su misma ambigüedad o indefinición. Pero sobre esto volve- sidad de conceptuarla y distinguirla de una figura cuya denominación similar
remos más adelante, luego de referirnos a otro de los intentos de restablecer la no puede sino dar lugar a equívocos. Por lo demás, lo superfluo de la distinción
noción perdida. Aquí se aplica verdaderamente la idea de institución entre "policía" y "poder de policía" se advierte hasta en que su propio autor los
"evanescente," como dijera VANOSSI respecto de la misma Constitución. desarrolla conjuntamente en el tratamiento concreto de sus problemas.
11. La distinción entre "policía" y "poder de policía." Crítica 12. El régimen jurídico diN~¿, "policía." Crítica
1
VrLLEGAS BASAVILBASO, partiendo de una diferenciación hecha por Bielsa, ha Veremos ahora cómo la "policía" no tiene un régimen propio. Tradicionalmente
intentado separar lo que él denominaba meramente "policía" de lo que consti- se afirma que el "poder de policía" se caracterizaba por el siguiente régimen
tuiría estrictamente "poder de policía." Sostiene dicho autor que "policía" es jurídico: a) implica libertad en la elección de medios para cumplir su fin; b) uso
~
"una función administrativa que tiene por objeto la protección de la seguridad, de la coacción para proteger el bien común; e) es eminentemente local; d) im-
m
m moralidad y salubridad públicas y de la economía pública en cuanto afecta plica restricciones a las libertades individuales. La primera afirmación es hoy
1 directamente a la primera;" y en cuanto al "poder de policía," dice que es la inexacta; la segunda ni se aplica a todo el régimen "policial," ni es exclusiva de
"potestad legislativa que tiene por objeto la promoción del bienestar general, él; la tercera y cuarta funcionan autónomamente, sin necesidad de referirlas a
regulando a este fin los derechos individuales, expresa o implícitamente reco- noción especial alguna. La primera característica ha desaparecido hace tiem-
nocidos por la Ley Fundamental." po; el orden jurídico ha terminado con la libertad de elección de los medios de
Las diferencias entre ambas nociones serían las siguientes: a) La "policía" coacción, al determinar en qué casos los órganos estatales pueden intervenir
es una atribución de la administración, el "poder de policía" una facultad del como policía para la prevención de peligros y qué médios pueden usar. 1
Congreso. b) El objeto de la "policía" está limitado a la tetralogía "seguridad, Las nuevas concepciones sobre "reserva de la ley" han hecho que en el Esta-
moralidad, salubridad, economía," mientras que el objeto del "poder de policía" do de derecho la policía necesite una regulación o autorización legal para dis-
es más amplio, comprendiendo todo el bienestar colectivo en general. Sin em- minuir o interferir en la esfera de los individuos. 2 Ha dicho así la Corte Supre-
bargo, bien se advierte que ello no resuelve nada, porque no es exacto que la ma de Justicia: "La configuración de un delito por leve que sea, así como su
llamada actividad administrativa de "policía," se limite exclusivamente a la represión, es materia que hace a la esencia del poder legislativo y escapa de la
seguridad, salubridad moralidad y economía públicas, sin referirse en general órbita de las facultades ejecutivas. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no
al bienestar colectivo. Toda la legislación que el Congreso dicta sobre el bienes- manda ni privado de lo que ella no prohibe (art. 19 de la Constitución). De ahí
tar general puede también estar en su ejecución y reglamentación a cargo de la la necesidad de que haya una ley que mande o prohiba una cosa, para que una
administración; no puede en verdad afirmarse que la promoción de la seguri- persona pueda incurrir en falta por haber obrado u omitido obrar en determi-
dad social, p. ej., no esté también a cargo de la administración (cajas de jubila- nado sentido. Y es necesario que haya, al mismo tiempo, una sanción legal que
ciones, seguro de vida obligatorio, obras sociales, etc.) o que la tarea de embe- reprima la contravención para que esa persona deba ser condenada por tal
llecimiento de la ciudad (plazas, parques, jardines, arreglos, etc.), no esté a hecho (art. 18)."3 Y no se habla aquí de ley en sentido "lato" (ley, reglamento,
cargo de la administración y sí en cambio exclusivamente del Congreso. Todos ordenanza) sino de ley del Congreso de la N ación.
los ejemplos señalados anteriormente para referirnos a la insuficiencia de la 12 ·1 ANTONIOLL!, op. cit., p. 230.
111 12 ·2 PETERS, op. cit., p. 37 4.
VrLLEGAS BASAVILBASO, Tratado de derecho administrativo, t. V, p. 11 y ss., esp. pp. 56-7, 76-
8, 88 y 108. CSJN,
12-3 Fallos, 237: 636, caso Mouviel (1957); 191: 245, caso Cimadamore (1941).
V-18 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA V-19
La segunda característica -el uso de la coacción- está negada inicialmen- "policía" no puede encontrar justificación en la problemática interpretativa del
te por la aseveración de que la policía sea preventiva-represiva, pues al actuar art. 121 de la Constitución. 8 Respecto a que implique restricciones a la liber-
en función preventiva, de vigilancia, la coacción no funciona, sino que amena- tad, es obvio que tales limitaciones sólo las establecen las leyes (arts. 14 y 28
za.< Esa coacción potencial no es por otra parte privativa de lo que se denomina de la Constitución). El fundamento de tales limitaciones, al mismo tiempo,
"policía," sino común a toda la actividad estatal; en cuanto a la coacción actual, está en ese art. 14 de la Constitución, cuyo texto meridiano no admite duda
tampoco es ella exclusiva a la actividad policial, pues se presenta también en alguna en cuanto a la posibilidad de reglamentar los derechos individuales; y
la justicia penal, en los remates judiciales, etc.; es así que "esta pretendida ya la Corte Suprema ha dicho que reglamentar un derecho es limitarlo, hacer-
nota diferencial, la coacción, no permite ninguna demarcación segura entre la lo compatible con los derechos de los demás. 9 No hay así necesidad ni conve-
policía y otras actividades del Estado, lo que no debe extrañar si se tiene pre- niencia alguna en recurrir a la noción de "policía" para explicar este concepto
sente la esencia del Estado como orden coactivo." 5 En conclusión, que si bien la constitucional: si esa noción no hace falta aquí ni encuentra justificación en
coacción puede presentarse en la "policía," no sólo allí se presenta, ni se pre- otra parte, no queda sino una actitud a tomar: eliminarla.
senta tampoco en toda manifestación estatal o pretendidamente llamda "poli-
cial:" no es, pues, un elemento que pueda mostrarse como integrando un pre- 13. Fundamento político autoritario
tendido pero inexistente régimen jurídico "policiaL"6 En cuanto a que es local, Además de las razones jurídicas esgrimidas para demostrar la necesidad de
sabido es que la noción ha sido utilizada en los países de sistema federal en
eliminar la noción de "poder de policía," el caso merece algunas consideracio-
ocasión de determinar qué poderes pertenecían al gobierno federal y cuáles a nes políticas. Todas las "nociones" modernas de "policía," quiten o agreguen
los gobiernos locales. Se afirma así que el "poder de policía" es por principio
parte de los elementos analizados, carecen fundamentalmente del valor políti-
local y que sólo lo puede ejercer el gobierno federal cuando le ha sido expresa- co de las nociones antiguas, que servían de valla al poder omnímodo del Esta-
........
(j)
mente conferido o es una consecuencia forzosa de otras facultades constitucio- do. Históricamente, el poder de policía fue una esfera de libertad hallada por
-.J nales (así la regulación del comercio, tránsito, etc., interprovinciales). Sin em- exclusión; en la segunda mitad del siglo XX se pretendió un "poder de policía"
1 bargo, ello no es peculiar a la noción de "policía:" simplemente, todos los pode-
como restricción a esa misma libertad enseiiada por principio. En el pasado
res no delegados son locales; si entre los poderes delegados no figura la aplica- lejano, era el individuo quien podía esgrimir la noción de poder de policía para
ción de la coacción administrativa o lo que fuere para prevenir y reprimir per- sostener que el Estado no podía invadir sus derechos ni restringir sus activida-
turbaciones al buen orden de la moralidad, seguridad y salubridad públicas, des. En la segunda mitad del siglo XX, en cambio, en estas teorías de la autori-
entonces la misma es naturalmente locaL 7 dad, es el Estado quien puede esgrimir la "noción" de "poder de policía" para
¿Necesitaría eso noción alguna especial para llegar al raciocinio del jurista? afirmar que tiene el poder de restringir los derechos de los habitantes. Así,
¿Es tan difícil concebir el contenido del art. 121 de la Constitución como para resulta que en lugar de que la noción sirva para proteger a los individuos, hay
requerir la muletilla de una noción amorfa para explicarlo? Creemos que no; la que proteger a los individuos contra la "noción," analizando y remarcando las
12
.. op. cit., p 317.
MERKL, "limitaciones al poder de policía," las "garantías individuales," etc. ¿No es un
12 5
· op. cit., p 319.
MERKL,
12 6
·En todo caso, la doctrina ha encontrado un modo de conceptuar estos fenómenos, alrededor
esfuerzo estéril el que cada autor se empeñe en aceptar una noción que no
de la noción alemana de administración ordenadora. Así p.ej. SuNDFELD, Direito administrativo existe, para luego tratar de restringirla, cercarla, contenerla? Lleva a opinable
ordenador, op. cit, p. 16; comp. GRAU, EROS RoBERTO, Elementos de direito económico, San Pablo, redacción, en tanto se lo define como "limitaciones" que a su vez tienen "limita-
Revista dos Tribunais, 1981, p. 67 y nota 20.
12 7
· Si bien en Bonorino CSJN dijo "que es un hecho y también un principio de derecho constitu-
ciones" (o sea, es una limitación a la libertad, pero tal limitación tiene límites
cional, que la policía de las provincias esté a cargo de sus gobiernos locales, entendiéndose inclui- o limitaciones). No parece una terminología feliz.
do en los poderes que se han reservado, el de proveer lo conducente a la seguridad, salubridad y Los autores de las obras tradicionales del siglo XX se encuentran con que
moralidad de sus vecinos" (Fallos, 7:150, 152), ya en Resoagli deja traslucir que la imputación de
la "policía" (en cuanto a seguridad, salubridad, moralidad) a los gobiernos locales es una conse- han creado o adoptado una institución que escapa de su control, ávida de ex-
cuencia, no el fundamento, de ]a separación de los poderes federales y locales ... "conservan su pansión; se dedican entonces tenazmente a encontrar "limitaciones al poder de
soberanía absoluta en todo lo relativo a los poderes no delegados a la Nación, como lo reconoce el policía" y enseñar cómo no puede violar las garantías constitucionales, cómo la
art. ciento cuatro; [... ] de este principio fundamental se deduce, que a ellas corresponde exclusiva-
mente darse leyes y ordenanzas de ín1puestos locales, de policía, higiene y, en general, todas las 12 ·8 La solución es la misma en otros derechos y con otras normas, como lo explica LúCIA VALLE
que juzguen conducentes a su bienestar y prosperidad, sin más limitación que las enumeradas en FIGUEIREDO, op. loe. cit.
el art. ciento ocho de la misma Constitución" (Fallos, 7: 373, 386, 1869). 129 Fallos, 136: 161, 171, Ercolano (1922).
V-21
EL PODER DE POLICÍA
V-20 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO
viduales aunque la ley o la Constitución no la autoricen, ver GARRIDO FALLA, op. cit., p. 148. Por
15·4 Si remedáramos el empleo que a veces se ha hecho del término, diríamos que esto es un acto
supuesto, ese criterio no es válido en el derecho argentino (arts. 14 y 28 de la Constitución). Con
todo, es importante aclarar que no hace falta que la ley tenga "detalladas previsiones" para que la de policía científica: eliminamos del derecho administrativo un elemento perturbador, que atenta
restricción sea admisible; basta que ella esté razonablemente implícita dentro de las facultades contra el buen orden y progreso de la materia ... ; como se ve, para todo se puede emplear el vocablo.
15 ·5 Para una crítica sistemática de la teoría ver infra, cap. VIII: "Los <<actos de gobierno))."
que la ley confiere a la administración. Al respecto ver LINARES, JuAN FRANCisco, Poder discrecio~
na/ administrativo, Buenos Aires, 1958, cap. X, p. 113 y ss. y supra, t. 1, op. cit.
EL PODER DE POLICÍA V-25
V-24 DEFENSA DEL USUARJO Y DEL ADMINISTRADO
rá tan sólo a destruir un cierto número de soluciones o principios espúreos y de los demás (Fallos, 136: 161, Ercolano, 1992). Trátase ahora de saber cuándo
evitar en alguna medida que aparezcan otros de cuño similar. Obligará a fun- la restricción impuesta por el Congreso a los derechos individuales es tan sus-
cionarios y jueces a encontrar el fundamento legal de una restricción a la liber- tancial como para alterar el derecho de que se trate y ser por lo tanto inconsti-
tad impuesta por la administración, antes de concluir en que se puede impo- tucional.
nerla ... ¡porque se tiene la policía o el poder de policía! En el conocido caso cine Callao (1960), la Corte Suprema de hecho ha argu-
De las mismas razones que acabamos de exponer, se desprende también que mentado: a) el "poder de policía" que le corresponde al Congreso puede enten-
el que se suprima el vocablo "policía" no implica que no exista, aquí y ahora, derse en sentido amplio o restringido, b) la Corte Suprema ha decidido enten-
coacción estatal actual o virtual sobre los individuos para proteger ciertos pos- derlo en sentido amplio, e) el Congreso entonces tiene amplias facultades para
tulados de bien común; no significa que la ley no pueda restringir los derechos restringir los derechos individuales, sin que por ello deba considerarse que los
individuales; no significa que la administración no pueda estar facultada para altera en el sentido del art. 28, d) además y como correlato a esa tesis amplia
actuar en detrimento de los individuos; pero sí significa que en cada caso ha- del "poder de policía," la Corte Suprema entiende también que debe autolimi-
brá de encontrarse una fundamentación en el orden jurídico positivo para que tar el contralor judicial en favor de la presunción de constitucionalidad de las
esa coacción y esa actuación sean jurídicas, pues no las sustenta el que se ha- leyes; e) ergo, la ley es constitucional. 6
ble de "poder de policía."Y destaquémoslo una vez más: lo que se suprime es la Demostrado ya que no existe una noción de "policía" -ni amplia ni restrin-
noción, no el poder estatal para restringir los derechos individuales: ese poder gida- y que la Corte Suprema no ha podido en consecuencia decidirse por uno
existe, pero no puede científicamente llamárselo "poder de policía," ni puede ni por otro concepto, cabe indicar que para interpretar si una ley es constitu-
ser conceptualmente connotado en forma particular alguna, en lo que respecta cional o no al reglamentar en un determinado caso un derecho individual, de-
a la restricción a los derechos individuales. Ello lleva luego a la conclusión de berá analizarse si la misma interpreta razonablemente o no lo que dispone la
....... que ciertos casos -pero no todos- en que se emplea el poder estatal bajo la Constitución; si "altera," en buen sentido común, el contenido del derecho de
-.1
o capa de "poder de policía" son en verdad intervenciones antijurídicas del Esta- que se trata; si destruye el equilibrio constitucional previsto por nuestros cons-
1 do, lo que se advierte al desembozado suprimiendo nada más que la noción de tituyentes entre los poderes del Estado y los derechos de los individuos; si trans-
poder de policía. Suprimiendo la noción (que por otra parte no existe con carác- grede las normas o los principios de los tratados supranacionales e internacio-
ter racional), se advierte a renglón seguido que algunas de aqueJlas restriccio- nales de derechos humanos. Dicho de otra forma, debe el jurista limitarse pura
nes hechas por el poder estatal son ilegítimas, pues carecen de todo fundamen- y exclusivamente a los criterios interpretativos que racionalmente se despren-
to legal y sólo las cubría esa aparente noción. El que hablemos de la elimina- den de la Constitución y los tratados.
ción del vocablo "policía" no significa, pues, que pretendamos ver en nuestra Razonabilidad/ sentido común, equilibrio constitucional: esos son los argu-
sociedad actual una repentina extinción del poder estatal o una anonadación mentos que deberán considerarse. No será jurídico, sino arbitrario e infunda-
de los órganos administrativos: tan sólo calificamos jurídicamente la forma en do, querer demostrar la inconstitucionalidad de la ley en base a una pretendi-
que se lo aplicará a aquél y los medios por los cuales actuarán éstos. De allí se da noción de "poder de policía."
sigue, asimismo, que la supresión de la palabra o conceptualización de policía Es difícil, desde luego, decidir cuándo una ley altera un derecho subjetivo de
es esencialmente un problema de técnica jurídica y no un planteo que implique los habitantes. Pero la dificultad de la decisión no puede dar lugar a una re-
una conmoción del régimen jurídico estatal. nuncia a tomarla, ni menos a sostener la idea no fundada de que sea facultad
amplia del Congreso restringir los derechos de los habitantes. Será necesario
15.2. Facultades del Congreso estudiar los hechos del caso y evaluar la proporcionalidad de la propuesta le-
gislativa, para determinar si ella se conforma o no a la Constitución. Volvemos
De la premisa general de que "ninguna pregunta acerca de si en una situación
con ello al cap. 1 del t. 1 y al cap. 1 del presente t. 2.
determinada pudo la administración o el Congreso disponer algo, podrá ser
15·6 CARRIÓ, GENARO, "Nota sobre el caso de los números vivos," en Revista del Colegio de Aboga-
solucionada en base a que allí se ejerció el "poder de policía," surge ahora una
dos de La Plata, 6:49 y ss., 68 y ss. (1961); RÉBORA, JuAN CARLOS, "Comentario," en Revista Argen-
importante consecuencia con respecto a las facultades del Congreso. El Con- tina de Ciencia Política, 2: 295 (1960); BoTET, LuiS, "El comunismo de Estado y la jurisprudencia,"
greso está facultado por la Constitución nacional para reglamentar los dere- JA, 1960-V, 402; NERVA, nota en LL, 100: 46. El caso puede verse en Fallos, 247: 121-135, Cine
chos individuales (art. 14), siempre que no los altere (art. 28), lo que no quita Callao (1960). Una guía del caso en Derechos Humanos, op. cit., cap. VIII, pp. 39-42.
15 ·7 Al respecto, LINARES, op. cit., p.l35 y ss.; supra, t. 1, op. cit., cap. VI.
que los restrinja en alguna medida para hacerlos compatibles con los derechos
V-27
V-26 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO EL PODER DE POLICÍA
Si el tribunal no encuentra argumentos en base a los cuales decir que la ley atribuye claramente la facultad de decidir en cada caso el sentido y alcance de
es inconstitucional, puede simplemente adoptar la regla de que en la duda toda cláusula constitucional.
deberá estarse a favor de la constitucionalidad de la ley; pero nunca, en igual Lo que es más, al determinar en el art. 28 que los principios, derechos y
situación, decir que el Congreso tiene amplios poderes para limitar los dere- garantías precedentes no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten
chos de los individuos. Esto último simplemente no tiene sustento lógico sin su ejercicio, establece la supremacía del órgano judicial sobre el legislativo, ya
referirlo a hechos concretos, a un caso concreto de derecho. que en el caso previsto por dicho art., la facultad de determinar cuándo una ley
Prescindiendo ya de la inexistente noción de "policía," es de advertir cómo el altera o no los derechos constitucionales, está en manos del órgano judicial en
sentido de nuestra Constitución no es -en el aspecto que plantea el fallo- el el orden interno (art. 116). A su vez y como lo ha resuelto la Corte en el caso
indicado, sino el opuesto. La Constitución establece una serie de derechos indi- Giroldi, los órganos internos deben interpretar y aplicar las normas supra o
viduales de los habitantes, que entiende garantizar contra el Estado 8 y cuya internacionales conforme a los criterios de los órganos supranacionales o in-
existencia no subordina al dictado de leyes reglamentarias. 9 Los derechos sub- ternacionales de aplicación. Algunos autores se cuestionan si puede o no el
jetivos de los habitantes existen y tienen vigencia tanto a) si se dicta una ley tribunal sacar consecuencias jurídicas (así: "moral," "justicia," "equidad," "de-
que los respeta, como b) si se dicta una ley que no los respeta -caso en el cual mocracia"),'2 cuando la Constitución o las normas supranacionales fijan un
no se aplica la ley-, como e) si no se dicta ley alguna, caso en el cual rige principio jurídico amplio o indeterminado, o se trata de un principio general
directamente la norma constitucionaP 0 y en su caso supranacional. En otros del derecho. Pero ello no quita que cuando se trata de los concretos derechos
términos, las normas y principios constitucionales e internacionales o supra- individuales (libertad de comercio, de tránsito, de trabajo, etc.) deba el juez
nacionales que contemplan los derechos individuales frente al Estado, no re- hacer su propia interpretación de lo que disponen la Constitución y los trata-
miten la existencia de tales derechos a la decisión del Estado, sino que la pre- dos en el caso y determinar a continuación si la interpretación que ha hecho el
....... determinan ellos mismos. 11 Ahora bien, ¿a quién corresponde determinar el Parlamento se ajusta o no a la Constitución. La interpretación final, desde
13
-.1 significado último de la Constitución y los tratados, comprendidos esos dere- luego, reside en el ámbito de la justicia supranacional.
.......
chos subjetivos de los habitantes? La importancia de la cuestión es obvia, pues De otra forma se entra en una peligrosa pendiente en la que ocasionales
en ella reside prácticamente el núcleo de toda la actitud del tribunal. Si corres- mayorías parlamentarias puedan trastocar la esencia del sistema constitucio-
ponde al Congreso determinar el significado último de la Constitución y los nal, llevando en su momento la plena vigencia de los derechos a su total desco-
derechos allí conferidos a los habitantes, entonces el tribunal no puede pro- nocimiento. Precisamente los tribunales tienen la difícil tarea institucional de
nunciarse sobre la constitucionalidad de las leyes y es inútil qú"e haga mención ser el contrapeso, el equilibrio estatal, el poder que va tal vez a la zaga de
además a una "noción de poder de policía." todos, pero que los contiene y los frena en sus impulsos no siempre bien medi-
Si, por el contrario, tal interpretación última corresponde al órgano judicial tados o madurados.
nacional o supranacional, no cabe entonces postular premisas genéricas de En cuanto al problema de técnica constitucional, repetimos, no pueden ad-
poderes amplios o restringidos del Congreso: sus poderes estarán siempre bajo mitirse medias tintas: o el Poder Judicial tiene facultades para controlar la
la Constitución según la interprete en el caso el Poder Judicial argentino pri- constitucionalidad de las leyes, o no las tiene. Es erróneo que el tribunal se
mero y la justicia supranacional después. Pues bien, creemos que no puede haga planteos acerca de si el Congreso tiene un amplio o restringido poder;
haber duda acerca de cuál es nuestro sistema constitucional. El art. 116 de la pues el Congreso tiene tan sólo el poder que le da la Constitución con el presu-
Constitución, cuando dice que corresponde al Poder Judicial el conocimiento y puesto de los derechos reconocidos en los pactos supraconstitucionales y ese
decisión de las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, le plexo normativo habrá de ser interpretado en los casos ocurrentes por el Poder
Judicial nacional o supranacional.
15 8
·Confr. ALBERDI, JuAN BAUTISTA, Escritos póstumos, Buenos Aires, 1899, t. X, p. 125; MAUNZ,
THEODOR, Deutsches Staatsrecht, Munich y Berlín, 1959, 9" ed., p. 91. En igual sentido nuestra
· Ver SPANNER, HANs, Die richterliche Prüfung uon Gesetzen und Verordnungen, Viena, 1951,
15 12
Corte Suprema de Justicia de la Nación ha receptado el principio enunciado también por la Corte p. 67.
· Y bueno es recordar, con el Tribunal español, que es obligatorio "atenerse en todo caso a la
Interan1ericana de Derechos Humanos: ver "Los derechos humanos no son para, sino contra el 15 13
Estado," nota al fallo Arce, CSJN, LL, 1997-F, 696. interpretación de las normas en el sentido más favorable a la eficacia de los derechos fundamen-
15 9
· Op. cit., p. 28 y ss.; supra, t. 1, op. cit., cap. III.
tales," "lo que equivale a una formal prohibición de las interpretaciones contra civesn: GARCÍA DE
15 ·10 Op. cit., p. 29. ENTERRiA y FERNÁNDEZ, Curso de derecho administrativo, t. II, op. cit., cap. XXll, IV, 3 in fine, p.
15
·u Op. cit., p. 28; CSJN,Arce, LL, 1997-F, 696.
459.
V-28 DEFENSA DEL USUARIO Y DEL ADMINISTRADO
Ello nos lleva incidentalmente a otra crítica: nuestro tribunal viene dicien-
do desde su creación que no le compete hacer declaraciones generales acerca
de la constitucionalidad de las leyes, que sus fallos se limitan siempre al caso
concreto. ¿A qué viene entonces ahora el que diga que el Congreso tiene en
general amplios poderes para restringir los derechos de los individuos? Enten-
demos que si la Corte considera que no puede declarar genéricamente la in-
constitucionalidad de la ley, tampoco puede declarar genéricamente su consti-
tucionalidad y menos en abstracto las facultades que tenga el Congreso para
dictar leyes; el peligro de tales declaraciones, por otra parte, es evidente. El
deber de los tribunales es ir analizando, caso por caso, 14 si la ley de que se trata
ha interpretado correctamente o no los principios constitucionales. En cada
caso concreto, el tribunal deberá hacer su propia interpretación de la Constitu-
ción para decidir si la que ha hecho el Congreso es la válida. Si el tribunal cree
que hay argumentos concretos para decir que la ley es inválida -incluso, que
no hay argumentos concretos para decir que es válida-, 15 entonces deberá
declarar su inconstitucionalidad. Si, a la inversa, no encuentra tales argumen-
tos de invalidez y cree, en cambio, que la ley encuentra apoyo en las disposicio-
__. nes constitucionales, así deberá declararlo. No será jurídico ni aceptable que el
-..! tribunal diga nunca que a su criterio los demás poderes tienen amplias facul-
N
1 tades, en su detrimento, para interpretar la Constitución.
De eso se trata, nada más, cuando autores y fallos mentan un inexistente
"poder de policía." 16
i'
15 · 14 CARRió, op. cit., p. 73 y ss.; supra, cap. I del t. 1, o p. cit.; nuestros libros El método en
derecho, Madrid, Civitas, 1988, cuarta reimpresión 2001 e Introducción al Derecho, edición como
e-book en www.gordillo.com
10 ·10 Así SPANNER, op. cit., p. 65.
15
-H~Para una guía de análisis de este y otros casos sin recurrir a este tipo de· nociones y anali-
zando simplemente los hechos, ver Derechos Humanos, op. cit., 4" ed., 1999.
AGUSTÍN GORDILLO
Tratado
de Derecho
Administrativo
......1
-..J TOM03
()1
1
El Acto Administrativo
Q ,A
ARA Editores
LIMA
2003
TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO
TOMO 3 INDICE
EL ACTO ADMINISTRATIVO
Capítulo I
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCION
ADMINISTRATIVA
2. Acto jurídico y acto administrativo pío, a ningún campo de la actividad administrativa. 5 Esta afirmación puede
ser discutible, 6 pero la tendencia es clara hacia la restricción de la aplicación
La búsqueda de una sistematización adecuada del total de actividades regidas
del derecho civil en el plano administrativo. 7
por el derecho administrativo se torna fundamental en esta materia, porque
Fundamentalmente, la sistematización propia del derecho civil8 no explica
no existe ningún marco legal de referencia que permita utilizar clasificaciones
ni ordena ninguno de los grandes problemas que preocupan al derecho admi-
o definiciones preestablecidas. No existe una definición legal de función admi-
nistrativo: no toma en cuenta -como no puede ser de otro modo- la división
nistrativa, 1 ni tampoco de acto administrativo; 2 en el derecho civil, en cambio,
de poderes y funciones, la estructura de la administración pública, la naturale-
al existir una definición legal del acto jurídico, se hace en parte innecesaria
za del órgano y su actividad, etc.; todo esto debe analizarlo y sistematizarlo el
esta problemática, pues al estar dado legalmente un ordenamiento metodoló-
derecho administrativo. Por lo tanto, en el resto del cap. comenzaremos a estu-
gico determinado, él se torna automáticamente de uso convencional y constitu-
diar los problemas del ordenamiento de la actividad administrativa y señala-
ye una base sencilla de trabajo, con prescindencia de que su sistematización
remos los elementos a tomar en cuenta para una noción de acto administrati-
sea más o menos conveniente. Esa circunstancia ha tentado siempre a más de
vo.
un jurista enfrentado con los problemas del derecho administrativo, sugirién-
dole adoptar la clasificación y definición propia del acto jurídico del derecho 3. La noción de acto administrativo no depende
privado, sólo que trasladándola al derecho público. del régimen de revisión de los actos
Esta ha sido, más de una vez, la actitud de parte de la jurisprudencia; es
también, casi intuitivamente, la que adoptan los abogados no especializados Partir, como lo hemos hecho ya desde anteriores ediciones de est"a, obra' del
en el derecho administrativo: ello se debe a una formación muy detallada en concepto de función administrativa, elimina distintas variantes que se han
__.
derecho privado, producto de los programas de estudio clásicos de las distintas dado para configurar al acto administrativo y que por fundarse en elementos
-...J
co universidades, y a una escasa formación en derecho administrativo. 3 Pero debe accidentales antes que en un análisis global de la realidad administrativa, sólo
1 pueden ser imperfectas e incompletas.
tenerse presente que esa tendencia, con todo de parecer fácil, lleva a errores,
porque lo que hay que sistematizar y explicar en derecho administrativo (a 2 ·5 Ver supra, t. 1, op. cit., cap. VIII,§ 3. Hemos dicho "en principio" en el sentido de "como regla
través de la noción de acto administrativo) es muy distinto de lo que hay que general"; pero aún así es una afirmación que merece ser rnatizada. La CSJN in re A1etalniecánica
sistematizar en derecho civil (a través de la noción de acto jurídico); 4 a ello S.A., 1976, ED, 71: 463, ha reiterado, p. ej., que el derecho civil se aplica a la administración en
forma subsidiaria al derecho administrativo (con cita de 183: 234; 190: 142; 191: 490; 205: 200;
debe agregarse que el margen de aplicación del derecho civil a la administra- 237: 452). Ello ocurre particularmente en materia de daños. De todas maneras, conviene estar
ción pública es cada vez más reducido en el mundo moderno, a punto tal que advertido que se trata de un terreno minado en el que es indispensable consultar la jurispruden-
cia sobre el tema puntual. Vale en este sentido recordar, por su exquisita ambigüedad, parte del
puede sostenerse que en el presente el derecho civil no es aplicable, en princi-
cons. go de Meta/mecánica: "conviene recordar lo que dijo la Corte en otra oportunidad, que las
reglas del Código Civil, «si bien no han sido establecidas para aplicarlas al derecho administrati-
2 1
· Ver supra, t. 1, op. cit., cap. IX, "Las funciones del poder",§ 22.3, "Funciones administrativas vo, sino al derecho privado nada obsta para que representando aquéllas una construcción jurídica
de órganos no estatales." basada en ]ajusticia, su aplicación se extienda al derecho administrativo, cuyas normas y solucio-
22
· Algunas legislaciones provinciales de procedinüento administrativo han adoptado expresa- nes tarnbién deben tender a realizar aquélla, con las discriininaciones in1puestas por la naturale-
mente la definición que propusiéramos desde la primera edición (1963) de este libro. za propia de lo que constituye la sustancia de esta última disciplina» («Fallos", 190-142)." El
23
· Basta comparar que Inientras el derecho ad1ninistra6vo tiene también una parte general, una último fallo citado es Los Lagos S.A. A su vez, la CNFed. CA, Sala III, in re La Huella S.R.L., LL,
parte de obligaciones, una parte de contratos, una parte de derechos reales, a más de otros grandes SAd. 6-X-2000, p. 56, cons. VIII, ha dicho "que las reglas fijadas por el Código Civil, sólo concer-
sectores propios, la Facultad le dedica una sola materia obligatoria del ciclo básico común, cuando el nientes a las relaciones privadas, no rigen en derecho administrativo de modo directo ni supleto-
derecho civil le dedica una materia para la parte general, otra materia para las obligaciones, otra rio [... ], sino que pueden llegar a ser aplicadas tan sólo por razón de analogía, es decir: con las
rnateria para los contratos, otra materia para los derechos reales, etc. Para un panorama c01nparativo discriminaciones impuestas por la naturaleza propia de esta última disciplina [... ]."
general, ver supra, t. 1,op. cit., cap. VIII,§ 2, "Relaciones con el derecho civil" y§ 3, "Evolución y estado
2 ·6 Ver la referencia de la nota anterior. Se trata de una controversia casi permanente, como
puede verse en el fallo anotado y la nota de FANELLI EvANs, GuiLLERMO E., "Daños a terceros en
actual de la aplicación del derecho civil a la administración pública."
24
Ya decía que si bien en cuanto a su estructura general hay una cierta identidad conceptual entre servicios públicos privatizados", LL, 1998-F, 146.
27
acto jurídico y acto administrativo, no puede pensarse que exista "identidad completa, pues llevada · Ver t. 1, op. cit., cap. VIII,§ 3.
2 ·8 Hechos jurídicos y no jurídicos; hechos jurídicos naturales y humanos, hechos jurídicos hu-
ésta a sus últünas consecuencias sería una anomalía, dadas las diferencias sociales entre el derecho
público y el derecho privado" (BIELSA, RAFAEL, Derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, La Ley, manos involuntarios y voluntarios, hechos jurídicos humanos voluntarios lícitos e ilícitos, para
1955, s• ed., p. 2, nota y p. 3; 6• ed., p. 17, nota 2). Un desarrollo exhaustivo de las diferencias entre acto recordar la más conocida.
3 · 1 Nos referimos a El acto ad1ninistrativo, 1963 y 1969, que desde 1979 constituye el presente
jurídico y acto adnünistrativo --que obligan a la diferenciación metodológica- puede verse en ALESSI,
RENATO, Sistema instituzíonale del diritto amministrativo italiano, Milán, Giuffre, 1953, p. 218 y ss. t. 3 de este Tratado.
I-4 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-5
En tal sentido, es claro que debe ser desechado en primer término el criterio la revisión de los actos administrativos: ya hace mucho que tiene acentuada
que toma en cuenta, para dar la noción de acto administrativo, la jurisdicción importancia, por diversos motivos, 5 la impugnación y revisión del acto en la
que deberá entender de la revisión del acto. En este criterio se excluye del propia sede administrativa; lógico es entonces que si se ha de tomar en cuenta
concepto del acto administrativo a ciertos actos emanados de otros órganos la posibilidad de atacar al acto, se tome un criterio que en lo posible explique
estatales que los administrativos, en virtud de que ellos -en algunos países- ambos tipos de control del acto y no sólo el judicial, en atención a la importan-
no son impugnables ante el juez en "lo contencioso administrativo." 2 Es éste un cía jurídica y práctica que ha asumido la revisión administrativa. 6
principio formalista, carente de fundamentación científica y supeditado no sólo Por lo demás, ha de quedar en claro que en nuestro sistema constitucional,
al cambio de una ley de "lo contencioso administrativo" sino incluso al cambio por imperio de los arts. 18, 109 y 116 de la Constitución, no puede en caso
de la jurisprudencia en la materia: al querer buscar la noción de "acto adminis- alguno excluirse la revisión judicial plena de cualquier acto estatal. 7
trativo", entonces, no debemos estar tratando de hallar una noción que respon- Menos aún podrá considerarse, por lo tanto, un recurso específico aplicable
da exclusivamente a los actos que pueden ser llevados ante el Tribunal de la para atacar el acto: negar el carácter de acto administrativo a un determinado
materia. El tribunal que deberá entender, o el órgano estatal que lo hará en su acto, en virtud de que la jurisprudencia haya decidido que no le es aplicable el
lugar, son aspectos sin duda importantes en la vida profesional, pero de nin- recurso por exceso de poder8 es un criterio objetable.
gún modo puede exclusivamente en base a ellos darse una noción de alcance A la inversa, tampoco se justifica a nuestro entender el afirmar que la insti-
sistemático. Tampoco el acto es lo que determina la jurisdicción, sino la mate- tución matriz productora del acto administrativo es el recurso o la acción con-
ria que habrá de regir la pretensión o derecho que se invoca. 3 Por lo demás, en tencioso administrativa, 9 pues éstos no son sino aspectos del régimen jurídico
el derecho argentino no podría afirmarse que la actividad administrativa de a analizar. A título de ejemplo, las controversias por los actos de los concesio-
--1. los otros poderes no fuere impugnable ante !ajusticia con competencia en ma- narios y licenciatarios de nacionales suelen dilucidarse en la competencia con-
-....J teria administrativa, primero porque ninguna norma concreta lo impide, y se- tencioso administrativa federal sin que sean necesariamente actos adminis-
(O
1 gundo porque la legislación procesal vigente admite claramente la posibilidad trativos.
de demandar a la Nación ante los estrados judiciales, sea por actos, hechos o Por todo ello, la institución productora -si es que puede usarse esa termi-
contratos administrativos} Ya es normal en nuestra jurisprudencia que los nología- del acto administrativo es en nuestro concepto la función adminis-
actos administrativos del Congreso de la N ación y del Poder Judicial sean im- trativa.
pugnables por la misma vía judicial que los actos emanados de la administra-
ción. 4. Continuación. El concepto subjetivo de acto administrativo
La solución no varía, a nuestro entender, aunque exista una norma que con- Entendemos en consecuencia que los principios jurídicos a considerarse para
sagre la solución criticada, por cuanto la revisión judicial es sólo una parte de obtener una noción de acto administrativo que explique y aplique el mayor
3· 2 Esto es así p. ej. en Uruguay, aunque como bien lo señala SAYAGUÉS LASO, ENRIQUE, Tratado número posible de aquéllos, no pueden limitarse a los remedios procesales y
de derecho administrativo, t. I, Montevideo, 1953; 4" ed., puesta al día por DANIEL H. MARTINS, vigentes, tanto en lo que se refiere a tribunal competente como recursos exis-
Montevideo, 1974, p. 391, ello no es argumento suficiente para obtener la conclusión de que los
actos dictados por los poderes legislativo y judicial no constituyen actos adininistrativos.
tentes contra el acto, o al procedimiento a seguirse en su tramitación. Con ello
33
· Esto es ya pacífico en la jurisprudencia (así, CNFed. CA, Sala IV, La Internacional S.A., 19-
VI-98, cons. II, párrafo segundo; Manzioni, 10-IX-92; La Primera de San Isidro S.A., 24-VI!I-93, y Lo explicamos supra, t. 2, op. cit., caps. IX, XIV y XV.
3 ·5
otros) y ha sido igualmente recogido por el actual Código Contencioso Administrativo de la Pro- 3·6No significa esto desconocer la importancia que debe tener la revisión judicial del acto, la
vincia de Buenos Aires, aunque de vez en cuando aparecen fallos que enfatizan erróneamente lo cual es un pilar fundamental del derecho administrativo (tal como ya lo expusimos en este Trata-
que,en la antigüedad se llamaba la calidad "revisora del acto administrativon cmno tipificante- do de derecho administrativo, t. 1, op. cit., cap. V,§ 2 y 3; t. 2, op. cit., cap. XIV), pero sí dar una
y a la vez limitan te- de la jurisdicción procesal administrativa. Así, aún existiendo un acto admi- visión más panorámica de los distintos aspectos del régimen del acto administrativo del cual la
nistrativo que se impugna, puede no ~prresponder la jurisdicción procesal administrativa (CSJN, noción pertinente debe ser suficientemente explicativa y no innecesariamente limitativa.
Movimiento Scout Argentino, 1980, Fallos, 302: 545, cons. 7•, recordado en La Internacional S.A., 3 ·7 Ampliar supra, op. cit., t. 2, cap. VIII, "Los «actos de gobierno••."
19-VI-98, cons. V), si lo principal de la impugnación se refiere al derecho comercial, incluso aun- 3 · 8 Como lo hace entre otros STASSINOPOULOS, MICHEL, Traité des acles administratifs, Atenas,
que hayan de juzgarse también aspectos regidos por el decreto-ley 19.549/72 (La Internacional Sirey, 1954, p. 45.
S.A., 19-VI-98, cons. IV y VI). En la Ciudad de Buenos Aires, por su parte, la jurisdicción procesal 3·9 Así FERNÁNDEZ DE VELAZCO, RECAREDO, El acto administrativo, Madrid, Revista de Derecho
administrativa está dada por el sujeto, "cualquiera que sea su fundamento ... , tanto en el ámbito Privado, 1929, p. 70, a quien sigue MARIENHOFF, MIGUEL S., Tratado de derecho administrativo, t.
del derecho público como del derecho privado" (art. 2). II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1966, pp. 220-1; en otras ediciones o reimpresiones se trata de
' Ver supra, t. 2, op. cit., 3• ed., cap. XIII.
3
las pp. 224-5.
---
I-6 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-7
tomamos posición en sentido diverso a las doctrinas que, partiendo expresa o Esta sola diferencia de criterio señala ya el error lógico de la doctrina tradi-
implícitamente del concepto señalado, comienzan por dar un concepto de acto cional; pues, desde luego, es una contradicción definir la función administrati-
administrativo restringido al punto de vista orgánico o subjetivo. va en sentido material y el acto administrativo en sentido orgánico, para con
En efecto, el hecho de que las acciones o los recursos contencioso adminis- ello arribar a la conclusión de que ciertas materias administrativas que en
trativos se den en principio -y en algunas legislaciones- sólo contra decisio- nada difieren de las demás, jamás darán lugar a actos administrativos.' Si la
nes de órganos administrativos, hace que la doctrina adopte fundamentalmen- ausencia de un órgano administrativo es tan decisiva como para eliminar la
te el concepto de que acto administrativo es el emanado de un órgano adminis- posibilidad de que su actuación de lugar a un acto administrativo, el razona-
trativo. A este primer elemento agregan, desde luego, otros, con el resultado de miento es igualmente válido para negar también que estemos ante una fun-
que la noción de acto administrativo se refiere a una especie de actos realiza- ción administrativa.
dos por órganos administrativos.
7. Crítica del concepto orgánico o subjetivo
5. Los conceptos subjetivo y objetivo de función administrativa
Pero, repetimos, el camino no debe buscarse por criterios objetivos o subjetivos
Este concepto de acto administrativo adolece de los mismos problemas lógicos aislados; sólo un concepto mixto puede tener posibilidades de éxito.
y metodológicos que el del~ función administrativa. 1 Para conceptuar a la fun- La contradicción de las nociones predominantes de función administrativa
ción administrativa se dan esencialmente dos nociones: (material, sustancial), y acto administrativo (orgánico, subjetivo) se advierte
a) la orgánica, subjetiva o formal: función administrativa es toda la activi- en un ejemplo: el nombramiento y remoción por parte de las autoridades judi-
dad que realizan órganos administrativos;
_.. ciales de un empleado de tribunales (p.ej., un ordenanza) es, en estas doctri-
(X) b) la material, sustancial u objetiva: función administrativa es la actuación nas, función administrativa, pero no acto administrativo. El nombramiento o
o concreta, práctica, etc., del Estado, realizada por cualquiera de sus órganos. remoción por parte de las autoridades administrativas de un empleado de la
1 Esta es la noción preferida por la doctrina.
administración (p.ej., un ordenanza), es función administrativa y también acto
Hemos dicho ya que ambos conceptos son inadecuados, y que necesariamen- administrativo. ¿Por qué el primer acto de nombramiento no es acto adminis-
te debe adoptarse un tipo de definición mixta que involucre a la vez elementos trativo y éste sí? Obviamente, porque en el primer caso no lo dicta un órgano
de tipo orgánico material; o sea, que aúne datos objetivos y orgánicos para administrativo y en el segundo sí.
arribar a la noción final. 2
Pero entonces ¿por qué es el primer nombramiento función administrativa y
el segundo también? Porque es sustancialmente igual, se dirá, pero es variar el
6. La oposición de los criterios de función administrativa y acto
fundamento: pues el que sean sustancialmente iguales, como en efecto lo son,
administrativo
puede al mismo tiempo fundar que los dos actos sean considerados como actos
Lo mismo ocurre con el acto administrativo; para conceptuarlo se dan esencial- administrativos, cosa que esta doctrina no hace.
mente dos nociones: En otros términos: no hay un mismo fundamento que pueda decidir en am-
a) la orgánica, subjetiva o formal: acto administrativo es el que dictan órga- bos casos el por qué considerar en un aspecto iguales y en otros desiguales a
nos administrativos, y no otros órganos; actos idénticos.
b) la material, objetiva o sustancial: acto administrativo es todo acto, cual- Esa contradicción debe solucionarse en uno de los siguientes sentidos:
quiera sea el órgano que lo dicte, que tenga sustancia administrativa. a) considerar que los dos casos son función administrativa y pueden dar
Aquí la misma doctrina prefiere, al revés del caso de la función administra- lugar a actos administrativos (criterio en principio sustancial), o
tiva, el concepto orgánico y no el material. b) considerar que en el segundo caso, y únicamente en él, hay función admi-
nistrativa y acto administrativo y que en el primero no hay ni función ni acto
5 1
administrativo.
· Que tratamos supra, t. 1, op. cit., cap. IX, "Las funciones del poder."
52
· Así hernos propuesto con1o definición: "Toda la actividad que realizan los órganos adminis- 6 ·1 Entre otros, LESSONA, SILVIO, Introduzione al diritto amrrúnistrativo e sue strutture
trativos, y la actividad que realizan los órganos legislativo y jurisdiccionales, excluidos respecti- fondamentali, Firenze, 1964, pp. 80-90: "El requisito subjetivo de la naturaleza del órgano que
vamente los hechos y actos materialmente legislativos y jurisdiccionales": t. 1, op. cit., cap. IX,§ realiza el acto excluye de la categoría de los actos administrativos [... } aquellos actos que son tales
21.
sólo objetivamente, pero no subjetivamente" (op. cit., p. 90).
,....-
I-8 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA. FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-9
Pero, según ya hemos visto, el segundo criterio es cuestionado en cuanto administrativa, si la impugnación versa sobre el derecho administrativo. Es
para ello se basa puramente en la posibilidad de que exista o no un recurso una solución que tiende a afirmarse en el derecho comparado. 4
ante el tribunal de lo contencioso administrativo; por lo demás, es evidente que
el régimen jurídico que regirá el nombramiento y remoción del empleado de 8. Continuación
tribunales es netamente el del derecho administrativo. Podrá variar la aplica- Otros autores no incurren en la contradicción señalada, pero en cambio se de-
ción de las normas concretas, y existir un estatuto distinto para el personal; ciden expresamente por conceptuar a la función administrativa y al acto admi-
pero ello no quita que en todos los casos se trata inequívocamente de una fun- nistrativo en sentido orgánico. I
ción pública re¿,rida por el derecho administrativo. Lo mismo ocurre, desde lue- Se fundan para ello en que los actos de índole administrativa que realizan
go, con los contratos administrativos del Poder Judicial. A su vez, en el curso los jueces y el poder legislativo, no se rigen por el derecho administrativo. Esa
de su ejecución, los actos por los cuales el Poder Judicial aplica sanciones al afirmación, sin embargo, no es aplicable en cuanto se refiere a la organización
contratista, impone deberes, etc., también se rigen por los principios comunes interna y al personal del Poder Judicial y Poder Legislativo. En efecto, si bien
del derecho administrativo.
en algunos sistemas no habrá tal vez recurso o acción ante el juez en lo conten-
En consecuencia, nos parece claro qu~_en ~~~os~"éi~()s J:lay (4M.ián..admi!l~~- cioso administrativo contra tales actos, 2 es evidente que toda la temática a
. !f~iva y_qftp admini_st_rati':'_(l;jlclarando que a los actos administrativos dicta- aplicarse será la del derecho administrativo: competencia, jerarquía, descon-
dos por órganos judiciales se aplicará el derecho administrativo, salvo, en al- centración, delegación, etc. En cualquier caso, en nuestro sistema es compe-
gunos países, en lo que respecta al recurso para atacarlo.' Dentro de la orienta-
tente la justicia federal contencioso administrativa.
ción objetiva del concepto de función administrativa, ya los autores se pronun- Lo mismo puede decirse de otras normas: que una ley de empleados públicos
__.
cian por el criterio objetivo de acto administrativo, entendiéndolo en conse- no les sea aplicable a esos funcionarios, p. ej., no quita que sus derechos y
co
__. cuencia aplicable no sólo a la actividad de los órganos administrativos sino deberes deban encuadrarse en los principios generales del derecho adminis-
también a la actividad administrativa de los órganos legislativo y jurisdiccio- trativo. El deber de obediencia de los empleados judiciales será el deber de
nales.2 En nuestro país ni siquiera existe problema procesal, porque como ya obediencia del derecho administrativo; el recurso jerárquico que interpongan
vimos un acto administrativo puede impugnarse ante una jurisdicción distinta ante la Cámara contra una sanción del juez será un recurso jerárquico a trami-
si lo principal en discusión no es el derecho administrativo. Además porque ya
3
tarse según procedimientos de derecho administrativo y no del derecho proce-
es hoy pacífico que los actos administrativos de los otros poderes del Estado se sal; la procedencia de la sanción disciplinaria que se aplique al empleado se
impugnan también ante la justicia con competencia en materia contencioso regirá por los principios que hacen a las sanciones disciplinarias administrati-
71
vas, y no por los del derecho penal, etc. 3
·Este problema se plantea con los actos tanto individuales como generales de la CSJN.
72
Es lo que proponemos desde 1963. Conf. BoTASSI, CARLOS A., Procedimiento administrativo en · Entre otros, PANGRAZIO, MIGUEL ÁNGEL, Derecho administrativo, t. I, Asunción, Intercontinen-
74
la Provincia de Buenos Aires, La Plata, Platense, 1988, p. 8. tal Editora, 1997, p. 63.
73
· Uno de los precedentes de esta solución fue SCBA, Villar de Puenzo, LL, 1984-D, 145, con 8 1
· GARRIDO FALLA, FERNANDO, Tratado de derecho administrativo, t. I, Madrid, 1966, 4" ed., p.
nota de GRECCO, CARLOS !\1A."'lUEL, "Impugnación judicial contra actos administrativos del Poder 354 y ss., p. 409 y ss.; DIEz, !\1ANUEL I\1ARÍA, Derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, Plus Ultra,
Judicial", LL, 1984-D, 141; solución que se mantiene en Ambrosio, Esther M. c. Poder Judicial de 1965, p. 207; GARRIDO FALLA mantiene su posición en la 10" ed., 1987, p. 373. Esa posición tradicio-
la Provincia de Buenos Aires, LLBA, 1998: 167 y que recoge el Código Contenciosoadministrativo nal de la doctrina española ha provocado réplicas: GoNZÁLEZ NAVARRO, FRANCISCO, Derecho admi·
de ésta y otras Provincias. En el orden nacional tramitan también normalmente juicios contra el nistratiuo español, t. 3, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, EUNSA, 1997, p.
Estado en cabeza del Poder Judicial o del H. Congreso de la Nación. Luego de algunas hesitaciones, 411.
p. ej. CNFed. CA, Sala IU, A., H.F., LL, 1984-B, 60, con disidencia de GAUNA y nota en igual a_
2
Argumento éste inaplicable en nuestro derecho. En la Provincia de Buenos Aires existió
sentido de EKMEKDJIAN, MIGUEL ÁNGEL, "Un caso de confusión entre la función administrativa y la debate respecto de los actos del Tribunal de Cuentas. Prevalece la solución que indica su carácter
función jurisdiccional del órgano judicial", finalmente la jurisprudencia se orienta en forma uná- administrativo y la consecuente competencia procesal administrativa: ÜRTIZ, RICARDO MIGUEL, "El
nime: Sala V, Lobatón, (1994), DJ, 1998-3, 628; Costa, LL, 1996-E, 116, con nota ··'El control judi- nuevo fuero contencioso administrativo", en AA. VV., El nuevo proceso contencioso adnúnistrativo
cial de la actividad administrativa del Poder Judicial y la intangibilidad de las remuneraciones de de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, Librería Editora Platense, 2000, pp. 37, 52-56 y las
los jueces"; Sala I, Rava, LL, 1996-C, 457, con nota; Sala IV, Rosso, Carlos J. c. Estado nacional- referencias de su nota 19 en p. 52. Como una particularidad local, para superar la resistencia del
Honorable Cámara de Diputados, LL, 1996-A, 643, con nota; Ver también, en igual sentido, BIANCHI, Tribunal de Cuentas a esta jurisdicción, la revisión de sus actos corresponde a las cámaras, lo cual
ALBERTO B., "Justiciabilidad de las acordadas de la Corte Suprema", ED, 119: 181; "¿Tiene funda- motiva la crítica de BoTASSI, CARLOS ALFREDO, "Las legitimaciones activa y pasiva en el nuevo
mento constitucional la acción de lesividad?", ED, 132: 808, 809, quien señala: "Sus decisiones son contencioso administrativo", en AA.VV., El nuevo proceso ... , op. cit., pp. 215 y ss., 246-7.
susceptibles de iguales impugnaciones ante los jueces inferiores al igual que si se tratara de un 8 · 3 Lo mismo ocurre en lo referente al manejo de fondos por parte de las Cámaras parlamenta-
acto administrativo ordinario." rias o !ajusticia. Ver ley 24.156, art. 9°.
r--
I-10 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA r'UNCIÓN ADMINISTRATIVA 1-11
Si una ley es interpretada en el sentido de que sólo se aplica a la administra- vincia de Buenos Aires 2 A este elemento se le agregan luego otros, con el resul-
ción, ello no significa que la regulación jurídica de los actos de contenido admi- tado final de que la noción de acto administrativo se refiere a una especie de
nistrativo realizados por otros órganos escape al derecho administrativo y se actos realiz:;1dos en ejercicio de la función administrativa. Utilizamos ese crite-
rija por el derecho procesal o el derecho parlamentario 4 Por más dudas que rio, según lo dicho, porque: a) debe eliminarse la contradicción lógica entre las
susciten ciertas actividades no específicamente jurisdiccionales o legislativas nociones de acto y función adn.tinistrativa; b) dicha eliminación debe hacerse
de los órganos jurisdiccional y legislativo, ellas no pueden llevar a sostener que sin tomar en cuenta datos accidentales como el del recurso procesal procedente
los actos que estos órganos realizan en lo que se refiere a su organización inter- y considerando en cambio lo esencial de la regulación jurídica de fondo aplica-
na, medios materiales, etc., no se rijan por los principios del derecho adminis- ble al caso; e) los actos del Poder Judicial y del Poder Legislativo referidos a su
trativo. El que se les apliquen tales principios (requisitos, vicios, nulidades, organización interna, medios materiales, empleados públicos, etc., se rigen por
extinción, etc.), aunque alguna que otra ley administrativa no sea de aplica- los principios del derecho administrativo; d) tampoco es útil proponer una des-
ción en sus términos expresos, hace que no podamos razonablemente excluir- vinculación total de las nociones de función y acto administrativo, por inducir
los del concepto de acto administrativo. 5
a evidente confusión terminológica e innecesaria complejidad conceptual.
9. La posible pérdida de conexidad entre las nociones de función 11. El acto administrativo -y no [os contratos administrativos- de entes no
administrativa y acto administrativo estatales
Al tratar de las funciones del Estado dijimos que convenía clasificar de algún En materia de entes no estatales la primera y gran controversia es sí ejercen o
modo útil y claro las distintas actividades de los órganos del Estado, desde un no función administrativa a la que alcancen los principios del derecho admi-
........ punto de vista jurídico: no nos parece útil la noción de que "los tres poderes nistrativo. Esa cuestión también se resuelve en otro encuadre teminológico: 1
00 realizan simultáneamente las tres funciones", porque ella no explica nada de
N los actos, aún privados, de personas privadas que ejercen poder, tienen en el
1 la realidad que se encuentra detrás de la frase. Ello y decir que "todo es una ámbito del derecho privado y por tribunales comunes las mismas limitaciones
gran confusión" y quedarse allí, es poco más o menos lo mismo. Preferimos de respetar la audiencia previa, el debido proceso, la razonabilidad, proporcio-
entonces tratar de armonizar las nociones de función administrativa y acto nalidad, no discriminación, etc. 2 Son estos, así, principios generales del dere-
administrativo, para que mejor cumplan, en nuestro entender, su función ex- cho tanto público como privado. 3 Como derivación puntual de este tema algu-
plicativa de esta parte del sistema jurídico administrativo. nos autores no admiten que un acto administrativo sea emitido por una enti-
dad no estatal,' pero pareciera que ello ocurre precisamente por su propia con-
10. El acto administrativo como manifestación del ejercicio de la función
cepción de acto administrativo, que hacen incluir dentro de ese vocablo tam-
administrativa
bién al contrato admínístrativo. 5 Con lo cual es a veces difícil saber sí la díscre-
Por ello partimos de la base de que la raíz del acto administrativo no se halla 10 -2 D 1ARGENIO, INÉS A., "La materia determinante de la competencia en el proceso administrati-
STAS.SINOPOULOS, op. cit., p. 41 y ss.; FERNÁNDEZ DE VELAZCo, El acto administrativo, op. cit., p. 15; 1993, p. 255; FoRSTHOFF, op. cit., p. 281; CASSAGNE, JuAN CARLOS, Derecho administrativo, t.1, Bue-
LESSONA, op. /oc. cit.; etc.
10 1 nos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, s• ed., p. 225; DROMI, op. cit., p. 190.
· FRAGOLA, UMBERTO, Manuale di diritto amministrativo, Nápoles, 1948, p. 149; PETERS, lt.s Hay otras variantes de interés, v.gr. CANDA, FABIÁN ÜMAR, "El elemento subjetivo en la con-
Lehrbuch der Verwaltung, Berlín, 1949, p. 152; BIELSA, Derecho administrativo, t. II, 5" ed., p. 5; s· tratación administrativa. ¿Necesaríaznente una de las partes debe ser el Estado?", en UNIVERSIDAD
ed., p. 18; SAYAGUÉS LASO, op. cit., t. I, p. 390; LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 201; DROMI, JOSÉ AUSTRAL, Contratos administrativos, Buenos Aires, Ciencias de la Administración, 2000, p. 65 y
ROBERTO, Instituciones de derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea. 1973, pp. 89-90. ss., pp. 74-79, § 4 y 5.2, quien encuentra un "quiebre lógico en el razonamiento de la Corte."
I-12 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-13
pancia se produce respecto a algunos de los puntos que enunciamos a conti-
nuación: dor que establezca el Congreso, respecto del cual no existe ninguna pretendida
a) Si pueden ejercer función administrativa: la jurisprudencia nacional" es
"reserva de la administración." 12 En cambio, los colegios profesionales tienen
clara y uniforme en sentido afirmativo, en los casos que la legislación les atri- potestad reglamentaria en cuanto a las normas de ética profesional; pero no
buye potestad pública a personas no estatales, sean públicas o privadas. creemos que a tales reglamentos se le aplique la construcción propia de los
b) Si las personas no estatales pueden celebrar contratos administrativos reglamentos de la administración, que expusimos en el t. l. La jurisprudencia
con sus proveedores. La respuesta es en general negativa, 7 pero reconoce ex- reconoce potestad reglamentaria a SADAIC 13 y entidades similares para sus
cepciones.a A su vez, los concesionarios y licenciatarios de servicios públicos aranceles y que los actos disciplinarios del C.P.A.C.F. revisten el carácter de
deben celebrar licitación pública 9 para permitir el control de la razonabilidad actos administrativos. 14 Lo equívoco es tratar todos los supuestos -contratos,
de sus costos a los efectos de la determinación de la tarifa, no contratar con su reglamentos, actos individuales- como si fueran uno sólo. Si nos limitamos a
propio grupo económico, etc.). 10 También puede haber contratos administrati- los actos unilaterales e individuales, parece indubitable que existen personas
vos entre vecinos y un contratista de obra pública. 11 jurídicas públicas no estatales facultadas a hacerlo. 15 Hay muchos ejemplos de
e) Un tercer interrogante es si pueden dictar actos administrativos unilate- entidades creadas por leyes que organizan las profesiones liberales dando a los
rales e individuales: !a respuesta afirmativa es clara, según veremos. colegiados el control de la matrícula, el poder disciplinario sobre el ejercicio de
d) En cuanto a si tienen potestad reglamentaria, los concesionarios y licen- la profesión, regímenes de jubilaciones y pensiones, etc.
ciatarios carecen de esa atribución, pues ello le compete solamente a los entes Las provincias tienen este sistema: médicos, abogados, veterinarios, escri-
reguladores previstos en el art. 42 de la Constitución, dentro del marco regula- banos, etc. y la jurisprudencia en todos los casos ha reconocido su carácter
público no estatal. Es acto administrativo y abre la vía procesal administrati-
__. 11 6
· Y también, crecientemente, la provincial. va 16 el condicionamiento, por una de estas cajas, de la jubilación, el rechazo de
co 11 7
Esta es la solución de principio: CSJN, Farmacia Roca S. C. S. e 1 Instituto Nacional de Segu-
w · un pedido de devolución de aportes, la imposición de un recargo por mora, la
1 ridad Social para Jubilados y Pensionados si contencioso-administrativo, 28-II-1989, RAP, 137:
329 (Buenos Aires, 1990), donde se siguió el criterio distintivo según la propiedad, que postulára-
denegatoria a un pedido de exención de la obligación de realizar aportes, etc. 17
mos en la 1• ed. del t. l, 1974 y anteriormente en Empresas del Estado, Buenos Aires, Macchi, y desde luego las sanciones a los profesionales.
1966, cap. I; en igual sentido B!ANCHI ALBERTO B., "El patrimonio estatal como límite demarca torio Las obras sociales han sido calificadas por el legislador como entidades no
de la administración pública, en RAP, 137: 50 (Buenos Aires, 1990). GARClA DE ENTERRiA, EDUARDO
y FERNANDEZ, ToMAs RAMóN, Curso de derecho administrativo, t. I, Madrid, Civitas, 1993, 6" ed., p. estatales de derecho público,l 8 cuyas relaciones con sus afiliados son de dere-
667; admite la categoría BARRA, RODOLFO C., Contrato de obra pública, t. I, Buenos Aires, Abaco, p. >u'Supra, t. l, cap. VII,§ 7, "Ámbito de la ley frente a la administración."
116 y SS. 1113
Decreto 5146/69, CNCiv., Sala F, LL, 1991-E, 311, SADAIC c. Puig Majar Discothéque, con
ILa Hay casos en que se han aplicado algunas soluciones del contrato administrativo a relacio- nota de V!LLALBA, CARLOS A., "Las facultades de las sociedades de autores"; CNApel Civil y Comer-
nes contractuales entre personas no estatales: CSJN, Schirato, Fallos, 304-l: 490, 1982; Dufour, cial de Rosario, Divertimento S.R.L., 10-III-93; del mismo autor, "Actualidad en la jurisprudencia
306:2040, 1984, que recuerda CANDA, op. cit., pp. 75-6; BOTASSI, CARLOS, Contratos de la adminis- sobre derechos de autor y otros derechos de la personalidad", LL, 1997-D, 977.
tración provincial, La Plata, Scotti, 1996, p. 32; Procedimiento administrativo en la Provincia de lLl< CNFed. CA, Sala III (MoRDEGLlA, MuÑOZ, ARGENTO; la publicación indica erróneamente Sala
Buenos Aires, La Plata, Librería Editorial Platense, 1988, p. 46, "Las legitimaciones activa y pasi- II), C., O. 0., LL, 1998-A, 299; Grittini y D., J.A., LL, 1998-C, 338.
va en el nuevo contencioso adnlinistrativo", en AA:vv., El nuevo proceso ... , op. cit., pp. 215 y ss., 11 · 15 Supra, t. 1, cap. XIV,§ 4, 12.1 (8") y 12.2 (9"); HUTClHNSON, Las corporaciones pro{esionales,
244-5. Lo mismo puede decirse de los demás autores que admiten expresamente el carácter admi- p. 40 y ss., 96 y ss.; CoMADIRA, Acto administrativo municipal, op. cit., pp. 9-10; BoTASSl, Procedi-
nistrativo de los actos unilaterales e individuales de las personas públicas no estatales, como miento adnúnistratiuo ... , op. cit., p. 45, admite la aplicación supletoria de la ley de procedimiento,
HUTCHINSON, ToMAs, Las corporaciones profesionales, Buenos Aires, Fundación de Derecho Admi- reconociendo su carácter público, lo que se confirma con su opinión respecto al actual derecho
nistrativo, 1982, p. 40 y ss., 96 y ss., 99; CoMADlRA, Juuo RoooLFO, Acto administrativo municipal, positivo a partir de "El nuevo proceso contencioso administrativo provincial. Su incidencia sobre
Buenos Aires, Depalma, 1992, pp. 9-10. la ley de procedimiento administrativo", en UNIVERSIDAD AUSTRAL, Procedimiento administrativo,
11 9
· Es una hipótesis de actividad que no es función administrativa pero se halla regida por el Buenos Aires, Ciencias de la Administración, 1998, p. 433 y ss.; CANOA, op. cit., p. 79.
11 · 16 Aunque ya no es indispensable dicho acto: GAVEGL!O, ADR!AN J., "Apuntes acerca del sistema
derecho administrativo, lo cual en la Prov. de Buenos Aires hace procedente la competencia proce-
sal administrativa. Ver BOTASSI, "Las legitimaciones ... ", op. cit., pp. 245-6. de pretensiones en el código contencioso administrativo de la Provincia de Buenos Aires", JA, 23-
'uo Pero ello no lleva a aplicarles el régimen de los contratos, ni constituye fundamento sufi- VIII-2000, 37.
1L 17 Todos estos ejemplos en la jurisprudencia bonaerense: VALLEFIN, CARLOS A., Proceso admi-
ciente para preguntar si acaso no son de naturaleza jurídico administrativa: CANDA, op. cit., nota
49. 11Es 11
una cuestión que requiere ser vista a nivel general: supra, t.l, op. cit., cap. I. nistrativo y habilitación de instancia, La Plata, Platense, 1994, p. 61.
· En tales casos, en la Provincia de Buenos Aires la SCJ ha entendido que "este tipo de >us Ley 23.660, art. 2°, con obligaciones imperativas para ellas y sus asociados: ley 22.269,
acuerdos se halla regido por normas administrativas y genera relaciones jurídicas de igual índole arts. 9° y 12. CSJN, Fallos, 295: 143, Caja de Subsidios Familiares para el Personal de la Indus-
entre los usuarios y la autoridad", citado por D'ARGENIO, "La materia ... ", op. cit.,§ 27, pp. 74-5 y§ tria; 300: 895 (Caja de Subsidios Familiares para Empleados de Comercio, C.A.S.F.E.C.); ver
72, p. 107. también Fallos, 315: 1830, C. P.A. C.F. El CCA bonaerense les reconoce tal carácter y la competen-
cia procesal administrativa para los actos que dicten en ejercicio de funciones administrativas.
I-14 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCI0N ADMINISTRATIVA I-15
19
cho público. La CSJN ha reconocido el "carácter de entidad de derecho públi- En tales casos parecería contradecirse a la realidad si se les negara a esos actos
co no estatal" al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pen- el carácter de administrativos, a los efectos de la aplicación del régimen legal
sionados. 20
correspondiente en cuanto hace a la tutela del particular frente al ejercicio del
Se rigen en lo específico por el derecho administrativo el Colegio Público de poder público: limitaciones, nulidades, vicios, acciones, etc. 24 En el ejemplo ante-
Abogados de la Capital Federal -y los de las distintas provincias que tienen rior, si los actos dictados por los organismos previsionales nacionales han sido
régimen análogo- cuando aplica sanciones a los abogados rnatriculados; 21 la hasta ahora considerados actos administrativos, e impugnables corno tales, no
Caja de Previsión Social para Abogados de la Provincia de Buenos Aires, la puede coherentemente negarse el carácter de administrativos a iguales actos
Caja de Seguridad Social para Profesionales en Ciencias Económicas de la Pro- dictados por idénticos organismos a nivel provincial. El otorgamiento o dene-
vincia de Buenos Aires -y muchas otras iguales-, en general los Colegios o gación de un derecho jubilatorio realizado por la Caja Nacional de Previsión
Consejos profesionales creados por ley, etc. Ello ha sido admitido, sino por la Social para Trabajadores Autónomos, p. ej., parece tan acto administrativo
mayoría de la doctrina argentina, al menos por una parte significativa y califi- corno igual acto realizado por la Caja de Previsión Social para Abogados de la
22
cada de ella. No es la opinión dominante, pero exige al menos tenerla en Provincia de Buenos Aires; el contenido es idéntico, la potestad ejercida es
cuenta. Lo mismo ocurre, con variaciones cualitativas y cuantitativas, en el equivalente, por lo tanto el acto que de ello resulta es similar, en sus aspectos
derecho cornparado. 23 Sin peljuicio de admitir que en principio la función admi- jurídicos generales. Pero esa comparación ha de servirnos, no para extender a
nistrativa es realizada por órganos estatales, y que en consecuencia para que exis- tales personas algunas de las construcciones más autoritarias del antiguo de-
ta acto administrativo debe tratarse de actividad realizada por tal tipo de órganos, recho administrativo, sino para remozar a éste con algunos viejos pero refres-
creernos entonces que ello no puede erigirse en norma absoluta y general. Por el cantes principios de sensato derecho común.
...... contrario, existen en el Estado moderno numerosas entidades que han sido crea- Por lo demás, en este punto tampoco es admisible incurrir en la contradi~:
00
.¡:.. das por el legislador para ejercer cierto tipo de funciones administrativas, a las ClÓn gl,!e h;;t::Carac.fe-rizado a mÜChasaocfrinaseniÓ que h~~e -~la ¿ohe;e~cia
1 cuales se les confiere legalmente un cierto poder público para actuar, en nombre .entre función a4ministrativa y acto administrativo. En efeCto, no pUede soste-
del Estado y con su potestad.
.~~~e q~~ ~~ deben ser considerad(); ~ctos administrativ~s los dictados ~or un
1119
CNCiv., Sala A, Pezzolesi, 1998-E, 283. partic~lar, ni siquiera ~uando se encuentre investido -de funciones públicas. 25 ·
11 2
1
·° CSJN, Díaz Cháves, Fallos, 321: 2278,
1
1998; Ceballos, LL, 1998-E, 527; supra, nota 11.3. --..Esé razo~~~iento es inconsecuente, pues de dos cosas una: o son ambos fun-
L2 CANDA, op. loe. cit.
1 22 ción administrativa y acto administrativo pues reciben el mismo tratamiento,
'- LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 201, § 165; CoMADIRA, op. loe. cit.; HuTCHINSON, op. loe.
cit.; BARRA, RoooLFO CARLOS, Principios de derecho administrativo, Buenos Aires, Ábaco,1980, cap. o ninguno de ellos recibe tratamiento de derecho público administrativo ni
VII, p. 247 y ss.; Contrato de obra pública, t. 1, 1984, caps. V, VI y VII; t. 2, p. 116 y ss.; "Hacia una puede por ende calificarse de tal.2 6 Debe pues abandonarse la inconsecuencia
interpretación restrictiva del concepto jurídico de servicio público", LL, 1982-B, 363; "Cometidos
de admitir en forma amplia la extensión del concepto de función administrati-
administrativos en la actividad notarial y responsabilidad del Estado", ED, 117: 925; CANOSA,
ARr-.1ANDO A., "Algunas reflexiones acerca de las denominadas personas públicas no estatales", ED, va y en cambio restringir el concepto de acto administrativo, que no es sino
152: 232, nota al fallo CP.4.CF c. M. E. B., CSJN, 1992 y Los recursos administrativos, Ábaco, Bue- una parte, consecuencia o aplicación de aquélla. En suma, entendernos que no
nos Aires, 1996, p. 95; ver BoTASSI, op. loe. cit.; comp. CoVJELLO, op. cit., p. 21 y ss., p. 46, nota 50.
1123 puede negarse ab initio la posibilidad de que una persona no estatal dicte actos
GARc!A DE ENTERRIA y FERNÁNDEZ, Curso de derecho administrativo, t. II, Madrid, Civitas,
1998, 5• ed., p. 580 y ss.; BAENA DEL ALcAzAR, Los colegios profesionales en el derecho administrativo administrativos, si es que realíza función á.dir1iñisiraiiva?7 ·-· - - .
español, Madrid, 1968, p. llO; V mAL PERDOMO, JAJME, Derecho administrativo, Bogotá, Temis, 1997,
u· ed., p. 150; TIMSlT, Le role de la notion de fonction administrative en droit administratiffranqais,
París, 1963, pp. 257-63; CRE'rELLA JúNIOR, Tratado de direito administrativo, t. II, Río de Janeiro, 1 '- 24 En cambio parece excesivo admitir la intervención administrativa de un colegio profesio-
1966, pp. 33-4; CAMMEO, Corso di diritto amministrativo, Padua, 1960, p. 550; FRAGOLA, Gli atti nal, como en cambio admitió la SCBA, Sciammarella, JA, 1982-III, 442-5.
amministratiui, Nápoles, 1964, 2" ed., p. 12; ZANOBJNJ, Gumo, Corso di diritto amministrativo, t. I, 11 ·25 Como diceSANDULLl, Manuale di diritto amministrativo, Nápoles, 1957, 2" ed., p. 262, que se
Milán, Giuffré, 1955, 8" ed., p. 245; "L'esercizio privato delle pubbliche funzioni e 1'organizazione aparta así del grueso de la doctrina italiana. Advierte TESAURO que no se trata del "ejercicio privado
degli enti pubblici", en Scritti vari di diritto pubblico, Milán, 1955, p. 87 y ss.; FoRTI, Lezioni di de una función pública" sino del "ejercicio, de parte de un particular, de una función pública" (op.
diritto amministrativo, t. II, Nápoles, 1950, pp. 58-9; VI'ITA, CINO, Diritto amministrativo, t. I, Turín, cit., p. 110).
UTET, 1962, pp. 314-5; TESAURO, Instituzioni di diritto pubblico, t. II, Il diritto amministrativo, 1 '- 26 ZANOBINI, "L'esercizio privato delle pubbliche funzioni e l'organizzazione degli en ti pubblici";
Turin, 1961, p. 112; DE LAUBADÉRE, Traité élémentaire de droit administratif, t. I, París, 1963, p. 187; en el libro Scritti vari di diritto pubblico, op. cit., p. 112.
W ALlNE, Droit administrati{, París, 1963, 9• ed, p. 436; M OREAD, Cours de droit adrninistrati{, Liége, 11 · 27 Algunos autores llegan al punto de imputar responsabilidad al Estado por tales actos, lo
1935, p. 143; LACHAUME, La hiérarchie des acles administrati(s exécutoires en droit public (ranqais, que nos parece ya no ajustado a la realidad contemporánea: supra, t. 2, op. cit., cap. XX. Ver
París, 1966, p. 44 y ss.
también BOLAÑOS, op. cit., pp. 976 y 978.
I-16 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADM!N!STHAT!VA I-17
n• BAENA DEL ALcAZAR, Los colegios profesionales en el derecho administrativo español, op. cit., de la Capital Federal e 1 Martínez Echenique, Benjamín s 1 cobro de sumas de dinero - sumario
p. 110.
12 6
(1992), en que la Corte se remitió al dictamen de FAPP!ANO; Ampliar en REJTMAN FARAH, MARlO,
· Lo explicamos en el cap. VI,§ 10.2, 10.2.1, 10.2.2, 10.2.3, 10.2.4, pp. 25-32. Impugnación judicial de la actividad administrativa, Buenos Aires, La Ley, p. 37.
12 ·8 Lo que aclaró la CSJN en el precedente mentado en la nota 11.3.
I-18
EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA l-19
la matrícula, pago compulsivo de una cuota, etc.), pero diferenciadas en que la
dirección del ente, en lugar de serie confiada a los asociados, está o estuvo total defensa del usuario y del consumidor, que establece una presunción legal a
o parcialmente en manos del propio Estado. favor del usuario y en contra del prestador, solidaridad legal por los daños
Es el caso de las obras sociales, cajas previsionales, etc., que incluso en algu- ocasionados (ley 24.999), etc.
nos casos son confundidas con entidades autárquicas, 9 habiéndose reconocido A su vez, el criterio en base al cual se propugna la calificación como "actos
que dictan actos administrativos. 10 También ha sido calificado expresamente administrativos" a ciertos actos -no todos- del concesionario, emerge del hecho
de persona pública no estatal el IOMA, Instituto de Obra Médico Asistencial de que se le ha conferido en el título por el cual presta el servicio "la facultad
de la Provincia de Buenos Aires, admitiéndose la impugnación de sus actos del ejercicio de poderes propios de la administración pública", lo cual, se ad-
ante la llamada jurisdicción contencioso administrativa de dicha Provincia. u vierte, "está en la esencia de todas las concesiones"/ 4 aunque se interpreta
En el orden nacional hay una permanente fluctuación en calificar a estos entes siempre restrictivamente. El socorrido argumento de que al concesionario se le
como persona jurídica pública no estatal, o tratarlos como si fueran una enti- otorga el ejercicio y no la titularidad de la facultad administrativa 15 y que él
dad autárquica.
ejerce esa facultad a nombre propio y no en nombre de la administración/ 6 no
pasa de ser un mero juego de palabras/ 7 lo cierto es que el delegado aparece
12.3. Los concesionarios y licenciatarios investido de un poder que le confiere la autoridad administrativa y en cuanto
tal, ese poder no puede sin más considerarse de naturaleza privada/ 8 sino que
Si bien algunos autores argentinos 12 niegan la posibilidad de que el concesio- debe tener controles más estrictos de naturaleza pública, por ejemplo del De-
nario o licenciatario de servicios públicos pueda dictar actos administrativos, fensor del Pueblo de la Nación conforme a los arts. 43 y 86 de la Constitución
ello ha sido frecuenteiUente admitido en el derecho comparado. nacional. Un claro ejemplo de delegación lo tenemos en los concesionarios via-
13
__.. Los argumentos por los cuales se niega esa posibilidad derivan del princi- les, a los que el decreto 1446/90 faculta a detener e inmovilizar el vehículo,
00
pio, que tales autores enuncian, de que sólo puede haber acto administrativo inclusive por medios mecánicos, a quien pase por la estación de peaje sin abo-
admi~ist!:~~;
()")
1 emanado de órganos pero ya vimos que no se ajusta a la rea- nar la tarifa. Ello, hasta tanto el incumplidor abone el triple del peaje adeuda-
lidad del derecho positivo.
do, en concepto de multa. 19
Tampoco se trata de que se reconozcan a tales prestatarios de servicios pú- Por lo~__?2_!~--~fl:~~':l<;ión_~-~~-~.!.~_c:n_c:e.§,lQ@riQ._o..licenciatario de_lJ.J1
blicos las prerrogativas habituales de la administración pública (reclamo ad- servicio púl_¡lic() no emite actos administrativos es una contradicción. Ya vimos
ministrativo previo, presunción amplia de legitimidad de sus actos, criterio que se~vicio público no es si~o-:;:;;;;·áctividad mónopólica regida sustancial-
restrictivo para dictar medidas cautelares contra sus actos, etc.); pues si bien mente por el derecho público. 20 Si el Estado dispone que el derecho público que
tienen a título expreso algunas potestades otorgadas por el concedente sobre rige a una determinada actividad se confiera -en su aplicación coactiva sobre
los usuarios, les es de más directa aplicación el régimen de la ley 24.240 de terceros- a otra persona jurídica distinta de la administración, entonces en
12 9
12 ·10 Ampliar supra, t. 1, cap. XIV, § 12.1, ap. 8°). esa medida se le ha delegado poder administrativo y función administrativa
-~.,_~. -- --..- ..:. .. _-_- .. ~: - ____·_ _-;.: __ . ._._ ·-- --·-· ----------. .. ----· ------~ - ·- _,_ ·-- ___...__, -·
Ello ha ocurrido, inicialmente, a resultas de la equivocación de creer que se trataba de
·
entidades estatales, pero no altera el hecho de que se haya atribuido y se mantenga la atribución 12 1
· ' FoRTI, Lezioni di diritto amministratiuo, op. cit., p. 58. La CSJN in re Colauita, 2000, LL,
del carácter de actos administrativos a actos emanados de tales personas no estatales, p.ej . .las
obras sociales, colegios profesionales, etc_ 2000-B, 757, reconoció "la delegación de funciones propias de la concesión" y antes la constitucio-
nalidad de una de sus manifestaciones, el peaje: Arenera El Libertador S.R.L., 1991, LL, 1991-D,
"ll se de Buenos Aires, Caja de Previsión y Seguro Médico de Bs.As. V. Instituto "11édicoAsistencial, 404; JA, 1991-III, 90; ED, 144: 168; DJ, 1992-I, 82.
1972, esp. cons. 13 y 15, JA, 16 (Sec. Prov.): 607, 609, con cita del criterio aquí expuesto anteriormente, 12 · 15 DE VALLES, Elementi di diritto anuninistrativo, Padua, 1956, p. 151.
que mantenemos. D'ARGENIO, INÉS A, "La materia determinante de la competencia en el proceso admi- 12 16
· BlELSA, op. cit., t. JI, P- 218; refuta esta afirmación TESAURO, op. cit., p. llO.
nistrativo provincial", en AA. VV., El nuevo proceso contencioso administrativo de la Provincia de 12 17
· FRANCHINI, La delegazione amm.inistrativa, Milán, 1950, hace una crítica a la distinción
Buenos Aires, op. cit., p. 57 y ss. destaca que la actual Constitución provincial "va hoy mucho más
allá." entre "titularidad" y "ejercicio" de la competencia, mostrando la in1posibilidad lógica de realizar
12 12
tal diferenciación en una facultad legal (op. cit., p. 52 y ss.); concluye que la competencia es común
siones DIEz, op. cit.,at.laII,p.p.256.
· corresponde 208; MARIENHOFF, op. cit., t. II, pp. 251-2; en otras ediciones o reimpre- al delegan te y al delegado.
1213 12 18
· VITTA, op. cit., p. 315; TESAURO, op. cit., p. 110: "es incontestable que se concreta en el ejer-
ZANOB!Nl, op. cit., t. I, p. 245; CAMMEo, op. cit., loe. cit.; FRAGOLA, op. cit., y demás autores cicio de un poder público y, por ende, se exterioriza en una actividad que tiene la misma naturale-
mencionados. También lo niegan algunos autores españoles, pero no es un criterio uniforme. En- za la misma función y la misma eficacia de la actividad que, por el ejercicio del mismo poder
tre los que siguen el criterio que expresamos ver GONZÁJ.Ez NAVARRO, FRANCISco, Derecho adminis- jurídico, es realizada por los órganos del Estado de un ente público."
trativo español, t. 3, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, EUNSA, 1997, p. 410. 12 19
· CNFed. CA, Sala III, Díaz, 1999, LL, 2000-B, 466, cons. 6 y 7.
1220
Supra, t. 2, op. cit., cap. VI.
I-20 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-21
que, lógicamente, se expresa al mundo jurídico por medio de actos administr¡¡_~_ -~ sionarios o licenciatarios, previa autorización del ente de contralor, c!_e impo-
21
Üvos. Si, en cambio, no se le delega poder administrativo sobre terceros, no ~~ servi_dumbres a los particulares por cuyas propiedades pasará la traza de
·habrá lugar a ejercicio de función administrativa. Con todo, esto no significa un dueto, etc. 26
que todos los actos del concesionario sean actos administrativos (ya vimos que Las-~11edidas adoptadas en relación a sus empleados, en cambio, no estarían
no son ciertamente contratos administrativos, aunque tengan algunas notas co~ndldasen esbicategoría, 27 ni tampoco las relaciones deleon:cesionario o
públicas para asegurar la transparencia y realidad de los costos en relación a lic~nciat~rio c~n terceros (proveedores, etc.), porque, claro está, el efecto de la
las tarifas) ni lo sean con igual alcance que los emanados de órganos o perso- c_oncesión no_es transformar al concesionario en administración pública.~8 Con-
nas estatales. viene también recordar que la extensión del concepto de c?ncesionario o licen-
En realidad, su control viene a dar a veces el ejemplo de lo que debiera ser el ciatario de servicio público no puede alcanzar extremos tales como los de reco-
control de los actos administrativos, en cuanto los jueces se sienten menos nocer tal calidad a panaderías, lecherías, etc., pues es claro que allí no hay
atados por imaginarias restricciones a sus ineludibles potestades y deberes potestad pública o administrativa alguna que el particular ejerza. Si bien el
jurisdiccionales de control de legitimidad y razonabilidad de quien ejerce el concepto de servicio público se ha hallado en crisis/ 9 ello no implica poder
poder público, a cualquier título que sea. atribuir mentalmente un régimen de derecho público a cualquier actividad, por
Ladoc:trjp._a Sf? ()cupa de delimitar el a!cance de aquel principio: 22 sólo pue- una pura estipulación doctrinaria.
den~onsiderarse actos administrativos del concesionario ü"lícenciafaríó" aq-;_¡e- Debe tratarse de facultades otorgadas expresamente por una norma legal a
llós que aparezcan clarame¿te como una derivaCión expresa de la po-testad la administración 30 y que ésta por autorización legal da luego a un particular
pií.blica,. tales como" los actos que certifican la deuáaael usuário poda litiliü.tcióíioer· en concesión, permiso o licencia. También puede tratarse directamente de una
_. ser-Vicio. 23 atribución legal como en los Colegios Profesionales. Es en estos casos, enton-
co
-...1 Parece un poco más complejo, en cambio, determinar si tales concesionarios ces, en que resulte claro el otorgamiento de potestades públicas al concesiona-
1 dictan también actos administrativos cuando, p.ej., constatan una contraven- rio o licenciatario, que nace la posibilidad de que pueda dictar actos adminis-
ción.24 Un caso de potestad pública delegada expresamente en la legislación trativos. En conclusión, estimamos que en los casos reseñados y en aquellos
argentina, es el de la expropiación por causa de utilidad pública, por parte del otros en que aparezca claro el ejercicio de una potestad administrativa por el
concesionario o licenciatarios de servicios públicos. El decreto-ley 21.499177 concesionario o licenciatario, nos encontramos ante un acto administrativo.
dice en su art. 2°, 2a parte: "Los particulares, sean personas de existencia visi- Parece necesario insistir que no es la legislación ni la jurisprudencia que debe
ble o jurídicas, podrán actuar como expropian tes cuando estuvieren autoriza- acomodarse en los fallos a los conceptos de la doctrina, sino que ésta debe ela-
dos por la ley o por acto administrativo fundado en ley"; no excluye así de la borarse a partir de las soluciones de aquélla.
delegación a la calificación misma de la utilidad pública, aunque esto puede Hay por tln, situaciones en que el contratista registra en forma fotográfica
ser discutible, pero lo que hace a la individualización del bien, p. ej., encuadra las infracciones de tránsito y estacionamiento y transmite la información, en
en las facultades atribuidas al concesionario 25 y constituye entonces acto admi- soporte digital, a la administración. Las actas las labra, emite y notifica la
nistrativo. Lo mismo puede decirse de la potestad que se atribuye a los conce- administración con firma digitalizada del director de tránsito. En otra varian-
12 21 te, el vehículo que efectúa las tomas fotográficas y carga la información en la
- Distinta es la solución cuando ese poder emerge en relaciones entre particulares: clubes,
asociaciones, federaciones, clubes de campo, barrios cerrados, etc. Ver supra, cap. L computadora de a bordo, lleva también un funcionario policial con la doble
12 22
ZANOBINI, op. cit., p. 245; FORTI, op. cit., p. 58; LANDI, Guroo y PoTENZA, GrusEPPE, Manuale di
diritto amministrativo, Milán, Giuffre, 1960, pp. 77 y 194. 12 26
En el Código Contencioso Administrativo de la Provincia de Buenos Aires, la expropiación
12 23
· ZANOBINI, op. cit., loe. cit. Es, sin embargo, la cuestión que produce resultados menos satis- y serv]durnbres están excluidas de la materia procesal administrativa, lo que motiva la acertada
factorios en el régin1en concreto. En algunos casos, la generalizada falta de percepción de créditos crítica de D'ARGENIO, op. cit.,§ 37, pp. 21-2.
de esta naturaleza fue asunlida por el concedente en lugar del concesionario (así en n1ateria de 12 27
· Así lo entiende la doctrina italiana, p. ej. FüRTI, op. cit., p. 59; CAMMEO, op. cit., p. 550; VrnA,
agua y desagües cloacales); en otros siguen constantes los cuestionarnientos por sobrefacturación op. cit., p. 315, aunque tanto la legislación como la jurisprudencia de ese país han optado por
(teléfonos). reconocerles, también a tales actos, el carácter de administrativos.
12 24
12 28
- ZANOBINI, op. cit., p. 245; LANDI y POTENZA, op. cit., p. 77. En nuestro país existen algunas · FORTI, op. cit., p. 58.
potestades de esta índole, p. ej. el control de la matrícula de los gasistas por las empresas 12 29
· DE CoRAIL, JEAN-LOUIS, La crise de la notionjuridique de service public en droit administratif
concesionarias; el control del tránsito (exceso de velocidad, violación de luz roja), etc. fran~ais, París, 1954; supra, t. 2, cap. VI. Es un tema en el cual hemos tenido una opinión fluc-
12 25
- V!LLEGAs BASAVILBASO, BENJAMÍN, Derecho administrativo, t. VI, Buenos Aires, TEA, 1956, p. tuante, como señalamos en la "Introducción", nota 1.1.
388. 1230
PoTOTSCHNIG, I pubblici seruizi, Padua, 1964, pp. 439-43.
I-22 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA I-23
función de a) proteger la seguridad de los operadores del vehículo, cámara y
computadora y b) certificar la autenticidad del lugar y fecha de las tomas foto- La situación es sin duda la misma en materia de navegación de ultramar.
gráficas. ¿Cabría preguntarse si no es también extensible a medios urbanos de trans-
porte colectivo? En realidad ya resulta una exageración. Entendemos que sólo
12.4. Sociedac!_e:¿(J..elEstado. cabe admitir la hipótesis del particular que detiene a una persona que se en-
--.--
.:-. .
cuentre en flagrante delito, hasta ponerla a disposición de la autoridad con la
Las sociedades del Estado también pueden emitir actos administrativos, o ce-
mayor celeridad razonable y posible. 34 Pero en eso, claro está, no hay diferen-
lebrar contratos administrativos. Es indiscutible la aplicación del régimen ad-
cia con la misma situación en cualquier ámbito público o privado y por cual-
ministrativo aun a pesar de la aparente prohibición expresa que consagra la
quier persona. Es en todo caso un ejercicio tan fugaz de la función pública que
ley 20.705. Algo de eso reconoció el decreto 3700/77 al admitir el recurso de
no torna razonable efectuar una construcción a propósito de ella. No parece
alzada contra los actos administrativos de las sociedades del Estado. En todo
que pueda postularse una suerte de potestad administrativa del conductor de
caso, la figura de la sociedad del Estado se halla en franco retroceso frente al
un ómnibus o el capitán de un buque fluvial. Corresponde, nos parece, dejarlo
avance de la privatización y la reforma del Estado, con lo cual el debate carece
de interés actual. en el ámbito privado. 35
Incluimos acá esta consideración, no porque las sociedades del Estado sean
12.6. Otros casos. La potestad a medio camino entre el derecho público y privado
personas no estatales pues obviamente son estatales, 31 sino para mostrar cómo
también en el pasado ha sido siempre el ejercicio de una potestad pública, Existen en la sociedad contemporánea muchos supuestos de personas no esta-
cualquiera fuere la índole del sujeto, el que llevó a la aplicación del derecho tales, a veces pura y exclusivamente privadas, que de todos modos ejercen al-
__.. público. guna suerte de potestad, a veces reglamentaria (las cuotas de un club social), a
00 veces de naturaleza administrativa (la suspensión o expulsión de un socio). Es
00 12.5. Medios de transporte púb!fc_[), parte del fenómeno de cambio del Estado moderno. 36 Es imposible sentar re-
1
glas generales y no queda otro remedio que analizarlas una por una.
No existe duda que el comandante de una aeronave tiene las facultades de
Así p. ej. es dificil determinar si las universidades privadas (y en general los
autoridad pública conforme al art. 81 del Código Aeronáutico, restringida en
establecil;lientos privados de enseñanza) que están facultados por el ordena-
principio al principal y casi único objeto de hacer cumplir las normas específi-
miento jurídico para emitir diplomas, títulos, etc., tienen una potestad pública
cas que los pasajeros deben respetar en atención al vuelo, p. ej. la prohibición
de carácter administrativo que se ejerce entonces a través de actos administra-
del art. 79. Esos actos tienen en lo sutancial el régimen jurídico propio de los
actos administrativos. tivos." De igual modo puede discutirse de múltiples otros organismos privados
o públicos no estatales, a que leyes particulares han dado en diversos casos
Más aún, la desobediencia puede configurar un ilícito penal a tenor de los arts.
una potestad concreta.
190 y 184 del Código Penal. Si el pasajero incurre en graves actos de inconducta
El criterio con el cual deben considerarse todas estas situaciones, a nuestro
puede ordenársele cesar en ellas y en caso de desobediencia recurrir a la coerción
modo de ver, es el siguiente: debe analizarse si la ley o en algunos casos los
directa, hacerlo descender de la aeronave y entregarlo a la autoridad locaJ.32 Son
estatutos sociales han otorgado o no a la entidad el ejercicio de una potestad
casos extremos, que han de analizarse con especial prudencia, pero en cual-
pública, traducida en poderes de imperio o mando que los particulares no tie-
quier caso no cabe descartar de plano la existencia aunque sea parcial de un
nen habitualmente sobre otros particulares: si se da esa circunstancia en for-
régimen jurídico administrativo para las órdenes del comandante de una aero-
33 ma clara, entonces no pareciera poder discutirse que el ejercicio de esa potes-
nave en vuelo, o incluso desde que se inicia el acceso a la aeronave y final-
mente se efectúa el egreso de ella.
12 31
12 ·34 Ver supra la salvedad de la nota 12.32.
· Según lo explicamos supra, t. 1, op. cit., cap. XIV, § 5. 12 ·35 Que, por supuesto, tiene una importante cuota de control del poder, como explica LORENZE'ITI,
12 32
· Claro está, quien se apreste a ejercer la coerción directa sobre otros mejor que tenga pre- op. loe. cit. Ver los importantes fallos que reseñamos infra, notas 12.38 a 12.46.
sente las condiciones de juridicidad de su ejercicio. Algo decimos al pasar en el cap. V. 12 ·36 Que ya anticipara ATALIBA NoGUElRA, O perecimento do estado, San Pablo, Revista dos
12 33
· Aunque puede no estar en situación material de ejercerla. Cabe recordar, por su excepcionali- Tribunais, 1971, que recordamos supra, t_ 1, Parte general, op. cit., cap. IV, "Condicionantes eco-
dad, el incidente ocurrido a mediados del 2000 en EE.UU., en que un pasajero atacó a los pilotos nómicos y financieros del derecho administrativo. Crisis y cambio",§ 1.3, "Génesis y desarrollo de
durante la operación de descenso del avión. Fue muerto en ocasión de ser controlado por ocho la crisis".
pasajeros. El Estado no presentó cargos. 12 37 Lo aceptan tácitamente LANDI y PoTENZA, op. cit., p. 77, al expresar que se les reconoce "la
rnisma eficacia" a la enseñanza estatal y no estatal; en igual sentido TESAURO, op. cit., p. 112.
r
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA l-25
I-24 EL ACTO ADMINISTRATIVO
3
no violación de la garantía de razonabilidad y proporcionalidad,4 ponderación
tad 38 pueda manifestarse a través de actos de naturaleza administrativa, so- adecuada de los hechos y la prueba, adecuación de medio a fin, no discrimina-
metidos en general a un régimen de mayor control por parte de la justicia,
ción," etc.
aunque no necesariamente a una potestad equiparable a la de la administra- Como todo principio jurídico no es absoluto y admite matices o excepciones.
ción.39 De todas maneras, cabe destacar que principios que fueran elaborados Así, en un caso en que la sanción era automática expulsión de una asociación
por el derecho público para situaciones de abuso de poder por parte del Estado federada, por previa expulsión de la federación que dicha entidad integraba, se
-y que corno vemos son extensibles al ejercicio de poder por particulares-, no admitió que siendo la primera consecuencia de pleno derecho de la segunda,
necesariamente suponen el encuadre del acto impugnado como acto adminis- podía válidamente adoptarse sin audiencia previa.
trativo, dictado en el ejercicio de funciones administrativas en manos priva- Uno de los casos más interesantes de aplicación al derecho privado de estas
das, para dar lugar a la impugnación. El entrecruzamiento y acercamiento construcciones originarias del derecho público, es la discrinünación irrazona-
jurídico es imposible de evitar. ble que practicara la Federación Argentina de Tiro contra una mujer que saca-
Así ha sido reconocido desde el campo del derecho privado que la aplicación ra mejor puntaje que los hombres en la categoría Mauser, a quien la Federa-
de sanciones a uno de sus miembros por una entidad de derecho privado, debe ción negaba el título. 45 La prohibición de la discriminación está en auge en el
también respetar el principio de la previa audiencia y oportunidad de defen- derecho comparado y no cabe en modo alguno restringirla al sólo ámbito del
sa,<0 sin que por ello nadie haya sentido la necesidad o conveniencia de pregun- derecho público: es hoy en día otro más de los principios universales de dere-
tarse si podría acaso ser un acto administrativo o de otro modo importar el cho,46 como ya lo dijo la Corte Internacional de Justicia en su famoso dictum en
ejercicio de una potestad pública.
el caso Barcelona Traction!"
Pareciera que la suspensión o expulsión de una persona de cualquier enti- Con todo, cabe tener presente que a veces se llevan al ámbito de asociacio-
dad pública no estatal o privada debe respetar el debido proceso legal: requiere nes privadas también otros criterios, a nuestro juicio muy desafortunados,
8
del
....... como mínimo el respeto al derecho de defensa previa,< 1 a que la decisión sea toma- más tradicional derecho público, lo que no deja de ser preocupante.' Nueva-
co da por un órgano imparcial, de modo tal que nadie sea juez y parte al resolver,4 2 1a
<D
CNCiv ., Sala C, White Pueyrredón Maree/o C. c. Jockey Club Argentino, 1999, LL, 2000-B,
1 1243
640. Este principio, antiguo en el derecho argentino y sus fuentes, ha comenzado a progresar en
12 38
· O "prerrogativas de poder público", con1o dice a este respecto la jurisprudencia francesa:
derecho constitucional europeo por impulso del derecho alemán. De allí ha pasado a otros dere-
ver LACHA U ME, op. cit., p. 48. chos del continente, aunque no siempre se conoce su fuente primigenia.
1 9 " CNCiv., SalaD, Bella, LL. 1998-B, 626. Ver también RoMAN, MONICA, "El caso de la bella
2..1 El derecho público provincial argentino se viene pronunciando progresivamente en el sen- 12
tiradora (que se atrevió a ganar)"', en CARRIO, ALEJANDRO y otros, En defensa de los derechos civiles,
tido del texto. Así el decret.o-ley de procedimiento administrativo de la Provincia de Salta, 5348/
78, art. 1 "; decreto-ley de procedimiento administrativo de la Provincia de Corrientes, 3460/78, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2000, p. 99 y ss.
-' Es el caso Bella, CNCiv., SalaD, LL, 1998-B, 626. El argumento desopilan te utilizado por
arts. 1" y 2"; Código Procesal Administrativo de la Provincia de Formosa, decreto-ley 584/78, art. 12 5
la Federación llevó al tribunal a aflrmar que "El sinsentido de esta argumentación, exime a este
53, in c. e); Código Contencioso Administrativo de la Provincia de Buenos Aires, art. 1 ": "Corres-
tribunal de efectuar mayores comentarios"; el "tribunal analiza únicamente el resultado deporti-
ponde a los tribunales contencioso administrativos el conociiniento y decisión de las pretensiones
vo desde una óptica constitucional. es decir si el mismo se tradujo en una violación de un derecho
que se deduzcan de los casos originados por la actuación o omisión, en el ejercicio de funciones
administrativas, de los órganos de la Provincia, los Municipios, los entes descentralizados y otras constitucional.'' Ver RoMÁN, op. loe. cit.
I"ZA Por lo demás, es el primer y más cardinal de los derecbc.s individuales, conforme a la Con-
personas, con arreglo a las prescripciones del presente Código>~; el art. 2°, a su vez, enfatiza en sus 6
incs. 2° y 3° lo ya expuesto en el texto, en el sentido que "La competencia contencioso-administra- vención Americana de Derechos Humanos.
' Ver RAGAZZI, MAURIZIO, The Concept of [Memational Obligations Erga Omnes,Oxford,
tiva comprende las siguientes controversias: L. .J 2.~ Las que se susciten entre prestadores de 124
L., "El poder disciplinario de las asociaciones civiles," LL, 107: 450, 454; CNCiv., Sala C, White regular y autárquica del organismo'" (CNCiv., Sala I, LL, 1998-D, 542).
Pueyrredón. Maree/o C. c. Jockey Club Argentino, LL, 2000-B, 640, 643, año 1999.
r----
I-26 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PARTE DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA l-27
asociación civil.
r-
I-28 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMlNlSTRATIVO COMO PAHTE DE LA FUNCIÓN AmiiNlSTRATIVA I-29
11
fe. También atenta contra uno de los valores que siempre se postulan para el Debemos ser extremadamente precavidos en esta materia y, por de pronto,
derecho, la tutela y protección de la seguridadjurídica. 12 La seguridad jurídica mantener su juzgamiento en el ámbito de la jurisdicción civil o en su caso co-
es un principio construido en tutela de los derechos individuales, desde luego, mercial como también se ha dadoY no sea cuestión que se repita la peligrosi-
aunque con frecuencia se lo utiliza al revés, en refuerzo de la potestad pública dad que citamos en la Introducción y contra la que en otros temas advierte
y en contra de los derechos individuales. Lo mismo ocurre con la doctrina de los MAIRAL, rememorando en cierto modo a DICEY. 18
actos propios, normal en el derecho privado pero que más de una vez se negó en El quid de la cuestión, en definitiva, es si se privilegia el ámbito del derecho
el derecho administrativo. Entre los que aplican la doctrina de los actos pro- privado y la privacidad, o el ámbito de lo público. Aunque se tenga otra posi-
pios a la administración, vinculándola por lo demás con la confianza legítima, ción en el caso del Estado, es inescapable advertir su real peligrosidad 19 en el
la buena fe, etc 13 Se recuerda que "deben rechazarse las pretensiones contra- ámbito de clubes de barrios cerrados. Siguiendo su línea de pensamiento, sería
dictorias con la conducta pasada del pretensor, cuando ellas contrarían la bue- demasiado peligroso reconocer potestades exorbitantes implícitas al consejo
na fe o vulneran la confianza que terceros depositaron sobre dicha conducta de administración de un club de campo, o a la administración de un barrio
14
previa." Como tiene dicho la CSJN, "Una de las derivaciones del principio cerrado, etc.: la regla de competencia debe ser allí única y exclusivamente lo
cardinal de la buena fe es la que puede formularse como el derecho de todo expreso, ni siquiera lo razonablemente implícito, pues se le opone el principio
ciudadano a la veracidad ajena y al comportamiento leal y coherente de los amplio de la capacidad, la libertad, la propiedad y la intimidad. Bien está que
otros, sean éstos los particulares o el propio Estado"; "El actuar contradictorio cedan en algún caso ante la colectividad en general, pero no parece apropiado
que trasunta deslealtad resulta descalificado por el derecho, lo que ha quedado que cedan ante la administración de un barrio cerrado. Menos aplicable aun
__.. plasmado en brocardos como el que expresa "venire contra factum propium nos parece el derecho público cuando se trata de clubes de campo en que, con-
<D
non valeb> que sintetizan aspectos de densa dimensión ética del principio de forme estas disposiciones provinciales, los espacios comunes no han sido cedi-
___. buena fe." 15 "Resulta necesario exigir a las partes un comportamiento coheren- dos al Estado.
te, ajeno a los cambios de conducta perjudiciales y desestimar toda actuación Algo parecido, pero menos intenso, ocurre en los consorcios de edificios de
que implique un obrar incompatible con la confianza que se ha suscitado en el propiedad horizontal, donde por ahora no aparecen síntomas de publicización.
otro." 16
Parte del problema, desde luego, es que los reglamentos de copropiedad sue-
14. Conclusiones
len conferir facultades expansivas a los órganos de administración del consor-
cio. Ello tiene escasos supuestos de aplicación en un edificio de propiedad hori- Finalmente, no debe olvidarse que la tendencia actual en el mundo se inclina
zontal en que se potencia la privacidad y la intimidad, pero puede tener mu- en forma creciente por el otorgamiento de facultades o prerrogativas de poder
chos en un club de campo o en un barrio cerrado con su mayor grado de vida e público a órganos o entidades no estrictamente administrativas (el fenómeno
interacción social. de las personas jurídicas públicas no estatales), lo que hace suponer que de
afirmarse esa tendencia también puede incrementar correlativamente el nú-
mero y la variedad de actos administrativos que pueden presentarse. Como se
13 11
· Comp. MoLINÉ O'CoNNOR, en la causa CUBA, cons. ¡o in fine. Ver, entre otros, CorvtADIRA,
advierte, en modo alguno puede sentarse en forma absolutamente categórica
Derecho adrninistratiuo, Buenos Aires, Depaln1a, 1997, p. 126 y nota 37; CoviELLO, "La confianza
legitima", ED, 177: 894; WEBER, ALBRECHT, "El procedimiento administrativo en el derecho comu- el principio de que el acto administrativo debe provenir de órganos estatales.
nitario", en BAHNES V ÁZQUEZ, JAVIER (Coordinador), El procedirniento administrativo en el derecho Pueden recibir su régimen jurídico, en cuanto hace al control judicial amplio y
comparado, Madrid, Civitas, 1993, p. 57 y ss., p.77.
13 12 no a la exageración autoritaria de la potestad, los actos de poder emanados de
· Como agudamente sugieren CAPUTI, MARÍA CLAUDIA, y SACRISTÁN, EsTELA B., "La caducidad
del art. 25 de la ley 19.549, la presunción de legitinüdad de los actos adnlinistrativos y la seguri- quienes no integran el aparato del Estado.
dad jurídica", LL, 1997-A, 70. Por cierto, tampoco habrá que cometer el error inverso de sentar con mucha
13 13
· STTierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Miranda, LL, 1998-E, 198, 202.
13 14 largueza la existencia de actos administrativos de órganos no estatales, ni
· Voto preopinante de HuTCHINSON en el fallo citado en la nota precedente, quien cita a la
CSJN, Fallos, 7: 138; 305: 1402; CNFed. CA, Sala I!I, Casik, 26-XI-85. Ver también MAIRAL, La 13 · 17 Ver supra, nota 12.41.
doctrina de los actos propios y la administración pública, Buenos Aires, De palma, 1988. 13 · 18 Comp., a su vez, un distinto balance en BoLANOS, op. cít, p. 978.
13 15
· Cía. Azucarera Tucumana S.A. c. Gobierno Nacional, JA, 1989-IV, 429. 13 · 19 Compartimos así, más allá del debate concreto, la preocupación que anima a MAIRAL en su
13 16
· Yacim.ientos Petrolíferos Fiscales c. Provincia de Corrientes y otro, LL, 1992-B, 216, cons. 4o art. "De la peligrosidad o inutilidad de una teoría general del contrato administrativo", ED, 179:
in fine.
655.
-r-
I-30
EL ACTO ADMINISTRATIVO
religioso del derecho público: supra, "Introducción",§ 3, "La prevalencia de un intereso bien sobre ficaciones 13
el otro", nota 3.10.
3.5.3. Conclusiones 15
3.6. Acto administrativo definitivo y acto administrativo asimilable a
él ......................................................................................................... 15
4. Los efectos jurídicos pueden ser relativos a particulares, a funciona-
ríos o entes administrativos 16
5. Quedan comprendidos los actos de contralor .......................................... 18
6. Criterio subjetivo u objetivo de la producción de efectos jurídicos ........ 18
6.1. La voluntad psíquica del agente ....................................................... 18
6.2. Certificaciones y opiniones productoras de efectos jurídicos direc-
tos. Registros e inscripciones ............................................................ 22
6.3. Conclusiones ...................................................................................... 25
7. Los efectos jurídicos pueden ser lícitos o ilícitos 25
8. Lo atinente a la moral 26 Capítulo II
9. Los efectos jurídicos según sean unilaterales o bilaterales, individua-
les o generales ........................................................................................... 27 EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS
JUR/0/COS
III. Efectos públicos o privados del acto .......................................................... 27
10. Distinción entre los efectos públicos y privados de la actividad admi- l. Introducción
nistrativa ................................................................................................ 27
11. La distinción entre acto civil de la administración y acto administra- l. La actividad administrativa productora o no productora de efectos
tivo es una aplicación de la teoría de la doble personalidad del Esta- jurídicos
_.. do ............................................................................................................. 28 Una de las primeras clasificaciones que casi todos los autores están dispuestos
CD 12. El derecho privado no se aplica a todos los elementos del acto admi- a efectuar dentro del total de la actividad administrativa, es la que distingue
(J.)
nistrativo ................................................................................................. 29 según que esa actividad produzca o no efectos jurídicos.
1
13. La aplicación del derecho público en los supuestos actos civiles de la Sin embargo, no todos obtienen de esta premisa iguales conclusiones para la
administración ........................................................................................ 31 sistematización de la función administrativa, ya que frecuentemente hacen la
14. No existen consecuencias jurídicas diversas de importancia según aclaración en el sentido de excluir de su análisis a la actividad no jurídica, 1 en
que a un acto se lo califique de civil en su objeto 32 lugar de incorporarla también dentro de la clasificación, a los efectos de la
15. Conclusión 33 sistematización total.
IV. Efectos en relación al tiempo 34 En otros casos no se hace formalmente la distinción y se busca sustituirla
16. La retroactividad 34 afirmando que la actividad y los actos a estudiarse provienen de la administra-
17. Efectos para el futuro 35 ción activa. Ello no resulta suficiente, pues dicha formulación, si bien excluiría
18. Comparación 35 como corresponde los actos de la administración consultiva (dictámenes, pare-
ceres, peri~ias, etc. que no producen efectos jurídicos inmediatos y no tienen
po; ;~de el régimen jurídico de los actos administrativos en sentido estricto), 2
no excluye en cambio a otros actos que emanan de la administración activa, siu
recibir por ello, desde el punto de vista de su régimen jurídico, el tratamiento
11 Así SAYAGUÉS LAso, ENRIQUE, Tratado de derecho administrativo, t. 1, Montevideo, 1953; puesta
al día por DANIEL H. MARTINS, Montevideo, 1974, 4a ed., p. 381. Utilizamos la frase "no jurídica"
con1o apócope de "no productora de efectos jurídicos directos."
L 2 Ni siquiera si se los notifica por una providencia interlocutoria: Caraballo, ST Entre Ríos,
propio de los demas actos llamados actos administrativos; 3 felicitaciones, invi- Pues bien, los problemas de validez e impugnación de la actividad administra-
taciones a concurrir a actos públicos, prevenciones sin amenaza concreta de tiva giran en torno a un principio: el de que puede atacarse mediante un recur-
sanciones, etc. 4 En conclusión, es fundamental la clasificación de la actividad so administrativo o acción judicial aquel acto 6 de la administración que pro-
administrativa según que ella sea o no productora de efectos jurídicos, si bien duzca efectos jurídicos inmediatos respecto del impugnante; todo acto de la
presenta algunas dificultades de concretar el alcance de esta delimitación; a administración (o no) que de suyo no produzca efectos jurídicos; ilo es todavía .
ello nos referiremos en lo que sigue. directamente impugnable en cuanto a su validez:Ja noción de acto administra-
tivo debe entonces recoger ese principio y restringirse a aquellos actos que
2. Debe tratarse de efectos jurídicos directos, no de cualquier efecto jurídico j)-roducen efectos jurídicos directos, 7 en forma inmediata. 8
Si dijéramos simplemente que es una declaración que produce efectos jurí-
2.1. Efectos jurídicos inmediatC!~.
dicos, estaríamos abarcando los casos en que el efecto jurídico surge indirecta-
A veces la doctrina efectúa la clasificación de que hablamos, refiriéndose sim- mente del acto. Así el dictamen vinculante que la administración esté obligada
plemente a que la actividad o el acto administrativo sean productores de efec- <i~e[U-ires un a~to productor de efectos jurídicos, .ei1 cu~-~t~~l~~d;n jl.lríd!co
tos jurídicos. 1 Pero, como ya lo demostró ampliamente la doctrina alemana 2 y establece un nexo entre su emisión y determinados efectos jurídicos. Pero no es
lo dijimos anteriormente, 3 ello es insuficiente como criterio de sistematización, uri acto administrativo en el sentido propio del término, porque los efectos jurí-
pues no toma en cuenta la diferencia básica entre los actos que tienen sin duda dicos no surgen directamente del acto, sino indirectamente. Es, pues, un acto
efectos jurídicos, pero no directos; estos últimos no son jurídicamente irrele- ~e la administración o preparatorio, no un acto administrativ~'"a~pesa~ d~ ~e~
vantes, sin ser tampoco actos que participen de los mismos trazos fundamenta- ~p:d-ictamen vinculante. 10
les del grueso de la actividad productora de efectos jurídicos inmediatos. Es esencial, pues, al concepto de acto administrativo, que los efectosjurídi-
Debemos emplear nuevamente aquí el criterio en base 4 al cual debe anali- cos sean inmediatos/\es decir, que surjan del acto mismo. "Cuando el obrar de
_. zarse todo el concepto de acto administrativo: para que la noción sea práctica y l~-admi;i~t;~~ió~~Ólo con~tÚuyé eÍ pretexto de un obrar con efectos jurídicos
(O fructífera y llene debidamente su función metodizadora y ordenadora de los directos", como el informe de un inspector de industrias sobre los inconvenien-
.p. principios de aplicación del derecho administrativo, debe estar referida en par- tes de una fábrica, lo cual puede dar lugar a una decisión de clausura, este
1
ticular a los problemas de validez y contralor de la actividad administrativa. 5 obrar -el emitir el informe- "no constituye un acto administrativo, puesto
13
· Es el criterio que adoptamos en la primera edición de El acto administrativo, Buenos Aires, que de seyono produce efectos }~rídicos. Pero es jurÍdic~~~_¿te ;elevan te p~~~
Abeledo-Perrot, 1963, siguiendo a FoRSTHOFF, ERNST, Tratado de derecho administrativo, Madrid, 'que .prov~ca, o sea, origina directamente, una actuación de la policía y, por
1958, p. 282 y ss.; en igual sentido DIEZ, MANUEL MARÍA, Derecho administrativo, t. II, Buenos
consiguiente, efectos jurídicos." 12 En otras palabras, ".f.os ;,[ectosj_ur!dicos han
Aires, Plus Ultra, 1965, p. 210.
...de emanar directamente del acto mismo: sólo . entonces son inmediatos;"
13 no
u Confr. FORSTHOFF, op. cit., p. 282. -.
21
DIEZ, op. cit., t. II, pp. 210-1; SAYAGUÉS LASO, op. cit., p. 381; MARJENHOFF, MIGUEL S., Tratado 26
de derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1966, p. 260, aunque no expresa · Aunque cabe estar prevenidos coritra exageraciones, como lo adelantamos en la "Introduc-
que los efectos jurídicos deben ser directos; en ediciones y reimpresiones posteriores la cita corres- ción" de este vol. 3, desde la cuarta edición, 1999.
27
ponde a la p. 264. Esa falta de precisión, también presente en parte de la doctrina española, · Veremos luego en el cap. X, § 8. 7, que al autorizar la firma electrónica de documentos, el
finalmente ha venido a ser cuestionada allí: GüNZÁLEZ NAVARRO, FRANCISCO, Derecho administra- decreto 427/98 emplea en el art. 1° esta terminología, al restringir su aplicación a "los actos inter-
tivo español, t. 3, El acto y el procedimiento administrativos, Pamplona, EUNSA, 1997, p. 412 nos [. .. ]que no produzcan efectos jurídicos individuales en forma directa," o sea excluyendo los
y ss., con cita de ALEJANDRO NIETO, entre otros. actos administ-rativos stricto sensu en el ~entido que aquí definirnos.
28
2 2
· FoRSTHOFF, op. cit., p. 282; WoLFF, HANS J., Verwaltungsrecht 1, t. I, Múnich, Beck, 1968, 7'
· Conf. LINARES, JuAN FRANcisco, Fundamentos de derecho adrninistrativo, Buenos Aires, Astrea,
ed., p. 303; ÜBERMAYER, KLAUS, Grundzüge des Verwaltungsrechts und Verwaltungsprozessrechts, 1975, p. 207; DROMI, Josli RoBERTO, Instituciones de derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea,
Stuttgart, 1964, p. 63; PETERS, HANS, Lehrbuch der Verwaltung, Berlín, 1949, p. 152; BENDER, BERND, 1973, pp. 190 y 305.
29
· En igual sentido MAIRAL, HlicTOR A., Control judicial de la administración pública, t. I, Bue-
Allgemeines Verwaltungsrecht, 2' ed., Freiburg im Bresgau, 1956, p. 95, etc. Lo mismo ocurre en
la doctrina suiza: GJACOMETTI, ZACCI!ARIA, Allgemeine Lehren des rechtsstaatlichen nos Aires, Depalma, 1984, p. 282, § 179; GARciA TREVIJANO, JosE: ANTONIO, Los actos administrati-
Verwaltungsrechts, t. I, Zürich, Polygraphischer Verlag, 1960, pp. 340-1 y otros. vos, Madrid, Civitas, 1986, p. 321, aunque critica nuestra igual posición en la p. 37.
":l::J El acto adrninistrativo, op. cit., red., p. 74 y SS.
21
°CüMADIRA, JULIO RoDOLFO, Acto administrativo municipal, Buenos Aires, Depalma, 1992, p.
2
'"' Muchas de las discusiones en derecho administrativo son una incompresión de los principios
13 y nota 26, con sus referencias.
2 11
de teoría general del derecho, o incluso del lenguaje, que sus cultivadores no siempre aclaran. Por · WOLFF, op. cit., pp. 303 y 304; BENDER, op. cit., p. 95; PETERS, op. cit., p. 152; ÜBERMAYER, op.
nuestra parte lo hicimos en t. 1, Parte general, op. cit., cap. I, reproduciendo y ampliando lo ya cit., p. 63; GIACOMETTI, op. cit., p. 340, etc.
2 12
expuesto en la 2' ed. de El acto administrativo, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1969, cap. l. · FORSTHOFF, op. cit., p. 282.
2 13
25
BENDER, op. cit., p. 95 . FORSTHOFF, üp. cit., p. 282; ÜJACOMETTI, op. cit., p. 340.
.-
II-4 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II 5
basta con decir que la actividad es jurídicamente relevante, o que produce efec- derechos o deberes de que se trata y no es por tanto obligatorio, 19 etc. En cam-
tos jurídicos ya que siempre es posible que surja, en forma indirecta o mediata, bio, quedan comprendidos en el concepto aquellas actividades que producen
algún efecto jurídico: debe precisarse que el efecto debe ser directo e inmedia- por sí mismas un efecto jurídico, aunque él no sea inmediato en el tiempo:
to, surgir del acto mismo y por sí sólo, para que la clasificación tenga entonces actos que se dictan para producir efectos a partir de una fecha futura determi-
un adecuado sentido jurídico preciso. 14 nada, sujetos a término o condición, etc. 20
dietarios. Una forma de discusión bajo la cual se presenta el tema es si el pri- determinación y la volición que ocurren a tal fin. La tutela del destinatario del acto
reclama en cambio que aquél no se perfeccione sin la notificación. La conciliación entre
mer acto, el que debe ser notificado luego, es en el plano conceptual o esencial
las dos exigencias opuestas podría llevar a considerar al acto que incide en la esfera de
por sí sólo existente, pero adquiere perfección y eficacia (ahora en el plano
libertad de sus destinatarios perfecto con la emisión y eficaz con el conocimiento o la
jurídico) con la notificación; 22 o si existe y es perfecto, pero no eficaz, antes de la comunicación. Motivos de derecho positivo llevan en cambio a considerar al acto perfec-
notificación, adquiriendo eficacia después de ésta. 23 to y eficaz ya con la emisión." 28
Otra forma de debatir lo mismo es preguntarse si todos los actos deben ser
Como se advierte, son consideraciones apodícticas que nada fundan y cuyos
not1fi~ados, o sólo algunos. Nuestra posición es simple: todos los que se quiera
elementos son intercambiables sin necesidad de variar la supuesta fundamen-
que produzcan efectos jurídicos debf:!n se¡; notificados; si no lo han sido aún, no
tación. El autor citado oscila entre lo que llama la materialidad psico-fisica del
producen todavía efectos jurídicos. Cuando lo sean, lo tendrán y los llamarec
acto y su reconocimiento por el orden jurídico. "Así puede tenerse un derecho o
rnos entonces actos administrativos.
una obligación ("en una esfera abstracta puramente ideal"] antes incluso que
Pero veamos ahora las variantes, para advertir al lector cuando consulte
el titular tenga conocimiento de ella." 29 En algunos supuestos "Quien da una
otros libros. No pareciera tener sentido, a nuestro juicio, preguntarse por la
orden tiene sólo la intención de hacerlo hasta que no haya comunicado su vo-
validez de un acto no notificado, pues aún no produce efectos jurídicos. Es como
luntad al destinatario." 30 Habría así actos en los cuales la comunicación es
preguntarse por la validez de un proyecto de acto, o de un acto sin firma. No
"elemento constitutivo de la declaración" 31 y otros en que no.
son inválidos, claro está, pero no producen tampoco efecto jurídico alguno. 24 O
"Si la declaración no comunicada produce efectos jurídicos aunque limitados
también se puede decir que no tienen eficacia. 25 El juego de palabras permite
en el ejemplo al sujeto mismo que la emite, 32 ella existe ya jurídicamente y la
toda clase de combinaciones sin cambiar la fundamentación ni el resultado,
comunicación no puede ser forma sino condición de eficacia."33 La contradic-
sino sólo el sentido de las palabras. El acto firmado y no notificado puede en-
ción de sostener cosas distintas tan sólo por el modo o secuencia temporal en
tonces ser designado como: a) aún no existente, proyecto de acto, acto no pro-
que se produce la notificación, nos parece manifiesta. Ello demuestra, a nues-
__.. ductor de efectos jurídicos, etc.; b) existente pero no perfecto ni eficaz; e) exis-
(O tro modo de ver, que se trata de un enfoque errado.
tente, perfecto y válido, pero aún no eficaz; d) existente, perfecto, válido y efi-
en Este constante pasar de un plano al otro, en un nivel ideal o abstracto, en
1 caz;26 sólo que el destinatario no lo sabe todavía y por ello se le puede disculpar
otro plano material y psicofísico y por fin, en un tercer plano jurídico, lleva
el incumplimiento (sic). Nos parece de particular interés por su apariencia aca-
inevitablemente, al menos en el plano verbal, a contradicciones y falacias, como
démica, pero falta de lógica interna, el prólogo o Premessa de 0TTAVIANO:
estamos viendo. El autor en cuestión se inclina por la perfección del acto inde-
"Al determinar las relaciones entre acto administrativo y comunicación son particu- a
pendientemente 'd.e S;; ~otificaciÓÍ1 34 y llega afirma.ci"ones tales como que "La
larmente evidentes los términos del conflicto entre libertad y autoridad que informa falta de comunicación hará que por su inobservancia el tercero no podrª incu-
por tantas partes el derecho administrativo. La tutela del interés público 27 con las exi-
~~Ír en sané-iones." 35 Nosotros diríamos lo ~;~rn:o pero con otras palabra_s: ob-
gencias de objetividad que le son conexas, reclama que el acto sea ya perfecto con la
-vlá:menfeql.le el particular no conoce ni está por ende obligado por un acto que
222
Es la formulación de CAMMEO. En igual sentido VrrTA, CJNo, Diritto amnúnistratiuo, voL I,
no le ha sido notificado y por ello no tiene siquiera posibilidad material, mucho
Turín, 1948, 3" ed., p. 391.
2·23 RoMANO, SALV ATORE,Corso di diritto amministrativo, Padua, 1932, pp. 244 y 280; BODDA,
2·28 ÜTI'AVIANO,VITTORID, La comunicazione degli allí amministrativi, Milán, Giuffré, 1953, p. l.
Lezione di diritto amministrativo, Turín, 1947, p. 108. Como se advierte, esto supone entremez-
2· 29 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 11.
clar una discusión aristotélica, fenoménica, etc., sobre esencias, con una explicación de lo que el
2·30 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 13.
derecho dispone al efecto. El resultado será inevitablemente una torre de Babel.
2 24
· Así JEZE, GASTóN, "Influence de l'absence de publication sur la validité d'un réglement," 2 ·31 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 15. En esta hipótesis la comunicación es "forma del acto", "entra en el
RDP, París, 1911; JELLINEK, WALTER, Der Fehierhafte Staatsakt und seine Wirlwngen, Tubingen, contenido del acto necesario para lograr la intención del declarante" (p. 16). En estos casos el acto,
1908, p. 68. "independientemente de la cmnunicacíón, no tiene jurídicamente valor alguno" (p. 17).
2·25 KoRMANN, System der rechtsgeschiiftiichen Staatsakte, Berlín, 1910. 2 ·" No es ello así. Hasta una sentencia firmada y no notificada puede eliminarse sin otro recur-
226
0tra versión de estas mismas alternativas se presenta en materia de reforma de estatutos so que arrancarla, si no está notificada. Como se sabe, el ejemplo no es técnico sino fruto de la
de sociedades anónimas y su inscripción en el Registro Público de Comercio. Ver infra, § 6.2, praxis de nuestra CSJN.
2·33 ÜTTAVIANO, op. cit., p. 17.
"Certificaciones y opiniones productoras de efectos jurídicos. Registros e inscripciones" y nota 6.
23, p. 24. El mismo tipo de problema se presentó en un tema diverso que comentamos in{ra, nota
2 34
· Op. cit., p. 48, § 15.
2 -35 Op. cit., p. 76. El autor va variando de supuestos, pero lo que nos interesa seiialar es la
2.35.
2 27
· El siempre presente anquilosado paradigma: "Introducción,"§ 3 y supra, t. 2, La defensa del contradicción, petición de principios y hasta absurdidad de sus razonamientos, precisamente por
usuario y del administrado, cap. VI,§ 5.1 a 5.4. mezclar planos diversos.
II- 8 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II- 9
menos obligación, de cumpliElo, Por ende no puede reputarse que incumple lo No hay duda que la caracterización teórica puede ser formulada sin que que-
que-no -con-oce, ni- que se 1-;; dispensan o perdonan sanciones. Ese acto que no pan otras objeciones que terminológicas; así ÜRTIZ -aceptando la denomina-
conoce, aunque tenga existencia ideal y también material, aunque haya sido ción- hace una impecable descripción de lo que debe entenderse por acto im-
emitido con alcance psicofísico y firmado, no entró todavía al mundo jurídico. pugnable en cuanto acto definitivo: "El acto definitivo es el que resuelve sobre
1 Eso ocurrirá cuando sea notificadoJ.n,;istimos que no es este el enfoque usual,~
6
el fondo del problema planteado por la necesidad administrativa o la petición
aún en nuestros días. Como siempre, no es una mera discusión académica. del particular, y produce efecto externo creando una relación entre la adminis-
Detrás de ella se esconde la discusión acerca de si es posible utilizar una fecha tración y las demás cosas o personas. Su nota fundamental está en su autono-
simulada para hacer aparecer que el acto fue dictado en otra fecha que la real mía funcional, que le permite producir derechos y obligaciones y lesionar o
y notificarlo tardíamente sin problema, con la pretensión de que el acto era favorecer por sí mismo al particular. Se trata siempre de manifestaciones de
, perfecto pero no eficaz. 37 Por esa vía se llega a casos en que se notifica un acto voluntad, que en forma definitiva definen el negocio planteado a la adminis-
:emitido varios años atrás y por otra gestión de gobierno-" 8 tración, sin supeditar su efecto a condiciones o plazos suspensivos." 2 "El acto
definitivo es el único normalmente impugnable por sí mismo, porque es el úni-
11. Distintos alcances de los efectos jurídicos co capaz por sí para producir el agravio al derecho subjetivo y al interés del
administrado." 3
3. Los efectos jurídicos no necesitan ser definitivos
3.1. Efectos provisionales y definitivos 3.2. Efectos definitivos en sede administrativa
Cumplida la condición indicada precedentemente -que el acto produzca efec- Si, en otro sentido, se quiere dar a la palabra "acto definitivo" el alcance de que
tos jurídicos directos, inmediatos- poco importa que ellos sean de naturaleza sería "definitivo en sede administrativa, "4 entonces resultaría que quedaría
provisional o definitiva. Esto es necesario aclararlo porque a veces se ha creído borrado del derecho administrativo todo el cap. de los recursos en sede admi-
...... nistrativa; se habrían esfumado el recurso de reconsideración u oposición, el
c.o -interpretando erróneamente algunas normas que establecen que el recurso
-..J procede contra actos administrativos definitivos- que no serían actos admi- recurso de alzada, el recurso jerárquico, el recurso de revisión, etc.; porque
1 todos ellos se interponen contra actos administrativos que no son definitivos en
nistrativos impugnables, aquellos cuyos efectos no están destinados a ser defi-
nitivos. vía administrativa. De otro modo, una vez más, se estaría pidiendo un paso
Ello proviene de un uso terminológico muy difundido en la doctrina y en la imposible: atacar en sede administrativa aquello que es definitivo (luego, in-
legislación, que habla de acto definitivo como sinónimo de acto administrativo atacable) en sede administrativa ...
impugnable. El término definitivo es errado en estos casos y se han producido 32
· ÜRTIZ, EDUARDO, "Materia y objeto del contencioso-administrativo/' en la Revista de Ciencias
bastantes confusiones prácticas. El problema no es doctrinario -pocas veces Jurídicas, 5:47,89 (San José, 1965). STASSJNOPOULOS (Traité des acles administratifs, Atenas, Si rey,
los autores asignan consecuencias inadecuadas al término- 1 sino práctico, cuan- 1954, pp. 90 y 92) y MARIENHOFF (op. cit., t. II, p. 442; en otras ediciones y reimpresiones se trata de
las pp. 446-7) consideran que no puede válidamente dictarse un acto bajo condición suspensiva, pero
do los funcionarios deben aplicar esos principios, pues entonces es posiblemen-
se sigue de su criterio que el acto que contraviene esta regla no deja de ser acto administrativo por
te muy fácil que se dejen llevar por la palabra "definitivo," que en el lenguaje ello, y puede entonces, a pesar de estar condicionado, ser considerado acto impugnable; pero hay
común es muy expresiva y terminante y olviden la caracterización doctrinaria. también casos en que puede caer, no todo el acto, sino solamente la condición ilegal si es que puede
estimársela separable: STASSINOPOULOS, op. cit., p. 96, quien admite el plazo suspensivo en las facul-
tades discrecionales, distinguiéndolo de la entrada en vigencia en los actos de duración determina-
2 36
· Igual tesitura existió respecto a las observaciones o visto buenos del Tribunal de Cuentas de da, u. gr. una suspensión de treinta días a partir del día tal (op. cit., p. 95).
33
la Nación. En esa ocasión se enfatizó que el acto se perfeccionaba sin la intervención del Tribunal · ÜRTJZ, op. cit., p. 90. Conf. MAIRAL, t. I, op. cit.,§ 153, p. 238.
de Cuentas (CSJN,Almagro, Luis A., 1982, Fallos, 304-2: 191; LL, 1982-D, 468, con nota de JosE 3
.4 En este sentido la expresión es encontrada en las leyes más viejas de lo contencioso adminis-
RAFAEL REGODESEBES en p. 467). Ello lleva a la PTN en Dictámenes, 206:141, 147 (1993) a precisar irativo de las provincias argentinas (ARGANARÁS, MANUEL J_, Tratado de. lo conte.ncioso-adrninistra-
que la revocabilidad del acto observado se debía a "la carencia de eficacia del acto, y no [... ] la tivo, Buenos Aires, TEA, 1955, p. 45). En tal caso la norma es entendible aunque algo obsoleta,
presunta calidad integrativa de la voluntad administrativa." Sin embargo, el caso se resuelve pues se trata de un requisito para acudir a la justicia; pero como es obvio ella nada tiene que ver
igual argumentando a la inversa. La discusión es así) en este caso, estéril. con la impugnación administrativa de un acto administrativo ni, por lo tanto, es criterio suficien-
2 37
· lnfra, cap. VIII,§ 14; cap. IX,§ 11.3, 11.3.1 a 11.3.4; cap. X,§ 11.1 y 11.3.1.4. te para dar una noción de acto administrativo que tenga pretensiones de validez general. Es inte-
2 38
· C1" CA, Córdoba, Celotti, 1999, LLCórdoba, 2000-843. resante anotar que en España, para referirse al acto que puede ya ser atacado judicialmente, se
3 1
· Lo advierte GoNZÁLEZ PÉREZ, JEsús, El procedimiento administrativo, lvladrid, 1964, p. 302, habla del acto "que agota 1a vía administrativa," distinguiendo este concepto del de "acto definiti-
nota 11. vo." Ver GoNZALEz PÉREZ, op. loe. cit.
II- 10 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II- 11
Ambas posiciones son difícilmente sostenibles: lo esencial del acto adminis- estricto sentido jurídico, son las sentencias judiciales con autoridad de cosa
trativo que será pasible de impugnación, no puede estar en producir efectos juzgada. Querer aplicar el término definitivo a un acto, para admitir la impug-
jurídicos definitivos absolutos, ni definitivos en sede administrativa; por ello nación, es proponer una contradicción verbal: que se puede atacar lo definiti-
reiteramos, como ya lo dijéramos antes, que basta con expresar que el acto vo, ergo inatacable. La palabra definitivo no puede tener el alcance literal que
administrativo debe ser "productor de efectos jurídicos directos", sin que que- 8
el término denota o, más bien, es errado postular que existan actos adminis-
pa agregar que tales efectos sean definitivos para admitir su impugnación. 5 trativos de efectos jurídicos definitivos.
Más aún, señalamos que la tendencia del derecho comparado es dejar la vía Por lo demás y en lo que respecta a las medidas que la administración dicta
administrativa como optativa para el interesado. 6 en el curso de un sumario, o en preparación de otros actos que luego ha de
Las opiniones que han intentado aplicar en sede administrativa este requi- dictar, debe advertirse que ellas pueden ser preparatorias con referencia a
sito, postulando que el acto a recurrir debe producir efectos definitivos, no sólo otra disposición que ulteriormente se adoptará, pero que en sí mismas son de-
propugnan algo que es imposible, sino que además trasladan erróneamente al finitivas en el sentido de que lo que ellas establecen queda ya decidido. 9 En tal
procedimiento administrativo un principio que sólo es válido y a medias, para sentido, si yo propongo una prueba y la administración rechaza mi pedido, ese
el proceso judicial iniciado contra actos administrativos. rechazo es tal vez preparatorio en lo que respecta a aquello que constituye mi
planteo de fondo, o el de la administración: pero en lo que respecta a la medida
3.3. Actos interlocutorios y definitivos
de prueba que yo he propuesto ahora y me han denegado es definitivo, pues no
Lo típico del concepto es la producción directa, sin condición o plazo suspensi- hay duda de que no se ha preparado sino decidido lo que la administración
vo, de efectos jurídicos; dada esa caracterización, poco importa llamarlo defini- piensa hacer en la cuestión: no producir esa prueba. Consideraciones similares
tivo, pues ello nada agrega al concepto. Ofrece, en cambio, margen para la han hecho que la doctrina reconozca explícitamente el carácter de acto impug-
........ confusión en su aplicación práctica . nable a tales medidas de procedimiento 10 y en algunos casos también la prácti-
CD Se ha considerado en el pasado, p. ej., que un traslado dispuesto en forma ca administrativa así lo ha admitido. 11
00
1 preventiva por la autoridad administrativa no es un acto susceptible de im- Con todo, no deja de ser un error bastante difundido el creer que el recurso
pugnación7 o que las medidas adoptadas durante el trámite previo a la deci- jerárquico o los demás recursos administrativos no sean procedentes sino con-
sión de fondo, no son definitivas, constituyen medidas preparatorias, tampoco tra actos definitivos. Aclarémoslo por ello; el decreto 1759/72, p. ej., excluye del
pasibles de ser atacadas por recursos, etc. Con ese criterio se podría llegar a la recurso las medidas preparatorias, pero no exige que deba haber un acto defini-
conclusión extrema de que todo acto sumarial, toda medida que implique la tivo; al contrario, admite expresamente la procedencia del recurso contra los
comprobación de la existencia de determinados hechos que a su vez pueden actos que denomina "interlocutorios o de mero trámite." En consecuencia, sólo
servir de base a una decisión concreta, serían "medidas preparatorias," no ata- quedan excluidos del concepto de acto administrativo (y del recurso adminis-
cables por recursos. trativo) aquellos actos que no producen un efecto jurídico directo: informes,
Ello, obviamente, implicaría confundir y desvirtuar totalmente el sentido dictámenes, etc., que serán los únicos actos calificables como preparatorios.
de la teoría del acto administrativo. Con tal criterio, ooalquier acto de los órga- Los actos que producen tales efectos directos e inmediatos son siempre actos
nos del Estado podría ser preparatorio, pues siempre, en última instancia, puede administrativos y por lo tanto recurribles plenamente. 12 A su vez no puede
servir de base para otro acto ulterior y nunca, en verdad, tiene carácter defini-
38
tivo: baste tener presente que en el mundo del derecho lo único definitivo, en 39
Por ello GoNZÁLEZ PÉREZ, op. loe. cit., lo utiliza como sinónimo de "resolución administrativa."
· O, en otras palabras, causan perjuicio o gravamen: FIORINI, BARTOLOME, Manual de derecho
3 ·5 Por ello no compartimos la crítica que efectúan quienes consideran que para que pueda administratioo, t. I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1968, p. 288; ÜRTIZ, op. loe. cit.
atacarse una medida, ella debe ser "definitiva." Por lo demás, el ejemplo que se ha ofrecido para 3 10
·
3 11
LúPEZ-N!ETO y MALLO, FRANCISCo, El procedimiento administrativo, Barcelona, 1960, p. 288.
demostrar que no bastaría con expresar que el acto impugnable debe producir efectos jurídicos
· Así, una decisión de trámite que declara la cuestión de puro derecho, es impugnable (PTN,
inmediatos, es el de los informes; se ha dicho de ellos que producen efectos jurídicos inmediatos, lo Dictámenes, 98: 184).
que sin embargo no es exacto: que los inforrnes no producen efectos jurídicos inmediatos, sino 3 12
· Ver GoNZÁLEZ PÉREZ, JEsús, y GoNZÁLEZ NAVARRO, FRANCisco, Comentarios a la ley de Régimen
mediatos, ya lo aclararon muehos autores. Ver p.ej. SAYAGUÉS LASO, op. cit., p. 431; FoRSTHOFF, op. Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común (Ley 3011992,
cit., p. 282, cuyas palabras hemos reproducido anteriormente en este cap. Con f. LINARES, Funda- de 26 de noviembre), Madrid, Civitas, 1997. En el reglamento de 1981 para las reclamaciones
mentos ... , op. cit., p. 208. "económico-administrativas" se expresa acertadamente, a nuestro juicio, que son atacables los
3·6 lnfra, t. 4, El procedimiento administrativo, op. cit., cap. III, § 1.2 y 2.2; cap. XI, § 2.3.
actos "que provisional o definitivamente reconozcan o deníeguen un derecho o declaren una oblí-
37 PTN, Dictámenes, 86: 252. gación" (art. 37, inc. a).
II- 12 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Ü - 1:1
tampoco concebirse un acto productor de efectos jurídicos que una norma repu- Co;n todo, una cosa es que la distinción no justifique una definición más
te irrecurrible. 13 restringída de acto administrativo y otra es que, aun siendo criticable, consti-
tuye de todos modos un dato del derecho positivo que es necesario explicar.
3.4. Actos o medidas preparatorias y actos interlocutorios o de mero trámite
3.5.1. Diferencias en cuanto a los recursos aplicables
En el derecho nacional, el decreto 1759172 aclaró una de las discusiones que
anteceden, al señalar expresamente que el acto denomina~o interlocutorio o Como ocurre con frecuencia en esta materia, están más o menos claras cuáles
de mero trámite también es susceptible de ser impugnado por recursos admi- son las diferentes consecuencias jurídicas que corresponderá aplicar según cuál
nistrativos, pero introduce una estipulación que puede provocar algunas con- tipo de acto se considere: la cuestión se presenta cuando se trata de determinar
fusiones. cuáles son los actos considerados. En cuanto al primer punto, o sea las conse-
En la terminología del decreto, se asigna la denominación de actos o medi- cuencias jurídicas que el ordenamiento asigna a uno u otro acto, cabe señalar
das preparatorias a aquellas que no producen efecto jurídico directo alguno y los siguientes aspectos:
no son en consecuencia impugnables por recursos: informes, dictámenes, etc.
(art. 80). En cambio los actos productores de efectos jurídicos directos, aunque 3.5.1.1. Recursos administrativos
relativos al procedimiento que se tramita, reciben el nombre de actos interlo- Los actos administrativos definitivos o asimilables a ellos -luego veremos
cutorios o de mero trámite. cuáles son estos últimos- son recurribles por recurso de reconsideración (art.
Resulta así que debemos distinguir, en esta estipulación, el acto preparato- 84) y recurso jerárquico (art. 89). Los actos administrativos interlocutorios o
rio en cuanto acto no productor de efecto jurídico directo, del acto "interlocuto- de mero trámite son impugnables por el recurso de reconsideración (art. 84);
rio o de mero trámite," que, a pesar de su denominación, sería un acto produc- no son impugnables por recurso jerárquico (art. 89, a contrario sensu).
___.. tor de efectos jurídicos directos, aunque no en cuanto al fondo de la cuestión
<.0
debatida, sino en cuanto al trámite. Las expresiones acto preparatorio y acto 3.5.1.2. Remedios judiciales
<.0 de mero trámite no son en consecuencia, en estas normas, equivalentes, a pe-
1 Por su parte, el decreto-ley 19.549/72 intenta diferenciar también las vías judi-
sar de su similitud lingüística; por el contrario, la primera se reserva para el
ciales existentes contra los actos administrativos y expresa que procede la im-
acto que no alcanza a ser acto administrativo y se queda en acto no productor
pugnación judicial del acto administrativo cuando sea definitivo (art. 23, inc.
de efecto jurídico directo alguno y la segunda se utiliza en el caso del acto
a), o cuando sea asimilable a tal, por impedir totalmente la tramitación del
administrativo productor de efectos jurídicos de trámite.
reclamo interpuesto (art. 23, inc. b ). A contrario sensu, la revisión judicial pa-
recería no ser procedente en materia de actos interlocutorios. 15
3.5. Actos administrativos interlocutorios y actos administrativos definitivos
Por otra parte, si bien consideramos que las citadas normas son plausibles en 3.5.2. Diferencia en cuanto a las situaciones que originan las calificaciones
aclarar que el acto interlocutorio es también impugnable, no las consideramos
Se ha propuesto que el acto administrativo definitivo sería el que decide el
en cambio acertadas en la medida en que intentan introducir una clasificación
fondo de la cuestión y acto administrativo interlocutorio o de mero trámite el
de los actos administrativos, según los efectos jurídicos que producen, a fin de
que no resuelve el fondo de la cuestión. En algunos casos esto puede ser ligera-
determinar el recurso aplicable.
mente fácil de establecer; en materia de sumarios administrativos, p. ej., pare-
Aclaramos desde ya que así como no nos parece un criterio aceptable para la
ce claro que la intención del decreto es que todas las medidas que se dictan
conceptualización del acto administrativo cuál sea la jurisdicción aplicable, 14
durante el mismo, con la excepción de la resolución final que aplica alguna
así tampoco creemos que el decreto reglamentario del procedimiento adminis-
sanción, 16 sean considerados actos interlocutorios respecto del sumariado: ini-
trativo, con su diferenciación de cuáles son los recursos administrativos proce-
ciación del sumario, designación del sumariante, apertura a prueba, decisión
dentes, sea por sí sólo suficiente para introducir una especificación en la defi- 3 15
· Con todo, cabe señalar que el derecho comparado conoce de casos excepcionales de revisión
nición. judicial de actos interlocutorios, como explica MA!RAL, t. I, op. cit., p. 244; REJTMAN FARAH, MARIO,
Impugnación judicial de la actividad adnúnístratiua, Buenos Aires, La Ley, p. 62; "Suspensión de
3 · 13 Lo explicamos infra, cap. VI, § 11. oficio del acto administrativo y revocación tácita," LL, 1995·B, 485.
3 16
J.u Supra, cap. I, § 3. - Y, desde luego, la excepción de algún acto que '¡impida totalmente la tran1itación."
II- 14 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li - 15
torio en un procedimiento respecto de una persona, puede resultar definitivo relativos a su desempeño personal, que la administracÍÓI). pretendía eran solan1ente para infor-
respecto de otra persona alcanzada por él y pueda iniciar un procedimiento mar a la autoridad superior para resolver: se decidió en cambio "que la confidencialidad y reserva
debe ser interpretada como tendiente a resguardar la intimidad del actor, más no utilizada en su
distinto contra el mismo acto. propio perjuicio" (cons. 7, tercer párrafo).
II- 16 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS II - 17
dimiento por infracción a la ley de vinos, enviado a la Dirección de Inmigracio- Ese tipo de clasificación pareciera no ajustarse a la realiqad del régimen
nes para inquirir sobre cuál es la situación en el país del presunto infractor; un jurídico, pues ninguna diferencia existe, sea en cuanto a la validez, impugna-
procedimiento por infracción a disposiciones de tránsito, en el cual el expe- ción, extinción, etc., entre el acto de efectos jurídicos relativos a los funciona-
diente sea enviado a la Administración Federal de Ingresos Públicos para que rios públicos, p.sej. y el acto de efectos jurídicos respecto de los particulares.
analice las declaraciones de ganancias, IVA y bienes personales del interesado Como decía desde antaño CAMMEO, "todos los actos indicados por los autores
en los últimos diez años; una licitación pública en la cual se pide informes a la como internos producen efectos jurídicos entre sujetos diversos y son entonces
Dirección del Registro Civil sobre el mejor oferente, etc. Estos ejemplos son externos," pues "tienen siempre efecto jurídico entre la administración y el
obvios pero la experiencia no suele ser tan diáfana. Los casos reales de desvia- funcionario," además de que "el efecto de estos actos también puede hacerse
ción del procedimiento presentan una gran dificultad de caracterización en sentir para los terceros." 2
cada situación particular, pues podría resultar que la indefensión no sea tan Podrá ocurrir, es cierto, que algunos actos no produzcan efecto jurídico ni en
absoluta y completa, o que haya alguna razón en el procedimiento para justifi- relación a los funcionarios, ni a terceros, ni a órganos administrativos; pero en
car el requerimiento de una información aparentemente extraña al proceso tal caso la solución es simple: no son actos administrativos porque no tienen
que se debate. 20 Por ello, si bien es loable la solución de asimilar al acto defini- ningún efecto jurídico directo. A la inversa, si dos actos tienen efectos jurídicos
tivo, el que paraliza el procedimiento, creemos que lo erróneo es distinguir el directos, se rigen por las mismas disposiciones y los mismos principios, les es
acto de trámite y el de fondo. Esto originó innumerables dudas en la práctica, aplicable el mismo régimen jurídico, no vemos qué razón puede existir para
perjudicando los derechos del individuo: el afectado por un acto asimilable a clasificarlos y definirlos separadamente, sólo porque unos produzcan efectos
definitivo, al cual se le den luego por perdidos los derechos de impugnación hacia afuera y otros hacia adentro. Los actos productores de efectos jurídicos
judicial, por resolverse que era un acto definitivo y haber él considerado que no que se refieren a sujetos diferenciados de la administración pública, o que se
lo era; el afectado por un acto que creía asimilable a definitivo, a quien se le refieren a funcionarios o entes administrativos, jurídicamente son análogos.
1
N rechaza la impugnación por resolver la administración o el juez que no lo era. N o puede hacerse diferenciación en base a esas circunstancias; debe tomarse
o
...... Todas estas diferenciaciones no justifican la inclusión de algún elemento en cuenta sólo si el acto tiene o no efectos jurídicos directos, prescindiendo de
propio a ellas en la definición formal de acto administrativo. quiénes son alcanzados por tales efectos. Por ello carece de utilidad intentar
distinguir los actos administrativos de efectos frente a terceros, de los actos
4. Los efectos jurídicos pueden ser relativos a particulares, a funcionarios o administrativos de efectos entre distintos órganos o distintos entes adminis-
entes administrativos trativos. Dado que no existe ninguna diferencia importante de régimen jurídi-
Según vimos, es impropio extender la clasificación de "actividad productora de co, creemos que no es conveniente distinguir entre actos administrativos, actos
efectos jurídicos" a aquellos actos que sólo tienen efectos jurídicos indirectos; ínter-orgánicos y actos ínter-administrativos.' Las posibles diferencias de ré-
en tal aspecto, dijimos que la posición adoptada por parte de la doctrina era gimen jurídico son reducidas y no justifican dentro del sistema del decreto-ley
demasiado amplia y debía ser circunscripta. A la inversa algunos autores limi- 19.549172 no aplicarles los principios que dicho cuerpo normativo determina
tan en demasía el concepto y expresan que sólo considerarán aquellos actos para todos los actos administrativos.<
que producen efectos jurídicos fuera del ámbito de la administración, no consi- 42 CAMMEO, FEDERICO, Corso di diritto amministrativo, Padua, 1960, p. 551; LINARES, Funda·
derando los que produzcan efectos jurídicos dentro del ámbito de la adminis- mentas ... , op. cit., pp. 231-2, § 192; del mismo autor, Derecho administrativo, op. cit., p. 258, § 229;
p. 83, § 66; VIDAL PERDOMO, JAIME, Derecho administrativo, Bogotá, Temis, 1997, 11" ed., p. 149;
tración.' GARciA TREVIJANO, op. cit., p. 98: "distinción inaceptable, pues las normas internas son tmnbién
jurídicas."
3 20
· También existe la desviación de poder en el procedimiento, o détournement de procédure, 4·3 Así CASSAGNE, El acto administrativo, 2" ed., Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1978, pp. 112-18,
que explican DE LAUBADERE ANDRÉ, VENEZIA, JEAN-CLAUDE y GAUDEMET, YvEs, Traité de droit quien sigue en el punto a MARIENHOFF, op. cit., t. 1, p. 120 y ss., t. li, p. 203 (206 en otras ediciones).
administrati{, t. 1, Droit administratifgénéral, París, L.G.D.J., 1999, 15" ed., § 727, p. 583. Siguieron nuestro criterio LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 231; ALTAMIRA, PEDRO GUILLERMO,
1
'· li1ARIENHOFF, op. cit., t. II, p. 261; en otras ediciones corresponde a la p. 265; CASSAGNE, JUAN Curso de derecho administrativo, Buenos Aires, 1971, p. 308; DROMI, Instituciones ... , op. cit., p.
CARLOS, Derecho administrativo, t. II, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, 6• ed., p. 42; LINARES, 191.
JuAN FRANCISCO, Derecho administrativo, Buenos Aires, Astrea, 1986, pp. 307-13, hace una clasifi- <~A LINARES, en su ulterior Fundamentos ... , op. cit., pp. 307-13, abraza la clasificación ~ntre
cación de la actividad administrativa que incluye tipos de actividad interna; en cuanto a los actos actividad interorgánica, interadministrativa, etc., de li1ARIENHOFF y CASSAGNE, pero no el concepto
su opinión se asemeja a la expuesta en el texto: Fundamentos ... , op. cit., § 192, pp. 231-2 y en de acto administrativo ya explicado, que encuentra también en la actividad que ahora denomina
Derecho ... , op. cit., § 229, p. 258, § 66, p. 83. interorgánica (p. 309, § 273).
II- 18 EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATfVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 19
quien lo considera "acto jurisdiccional/' pero para rodearlo de mayores garantíils. Ya hemos exp1i-
do de direito administrativo, t. II, Río de J aneiro, 1966, p. 34.
6 · 2 BIELSA, RAFAEL, Derecho administrativo, t. rr, Buenos Aires, La Ley, 1955, 5' ed., p. 18.
cado que para este fin no es necesario dar carácter "jurisdiccional" al acto, y que ese reconocimien- 6 ·3 URZúA RAMÍREZ, CARLOS FERNANDO, Requisitos del acto administrativo, Santiago de Chile,
to produce el efecto contrario del buscado, pues de hecho limita su revisión judicial y da mayor
Editorial Jurídica de Chile, 1971, pp. 36-42.
atribución que la que corresponde al órgano administrativo. Ver supra, t. 1, op. cit, cap, IX,§ 8 a
· En otras palabras, el derecho atiende principalmente a la voluntad declarada, no a la inten-
6 4
19.
53 ción del agente: STASSINOPOULOS, op. cit., pp. 39 y 40 y sus referencias. Con f. LINARES, Fundamen-
· Ampliar en SILVA CIMMA, ENRIQUE, El conirol público, Caracas, 1976, p. 76 y ss., quien explica
los distintos casos en relación al derecho venezolano. tos ... , op. cit., p. 208.
6 ·5 HUBER, ERNST RuoOLF, Wirtschaftsverwaltungsrecht, t. II, Tübingen, 1954, 2" ed., p. 737.
, .. Ver y ampliar en SILVA C!MMA, op. cit., pp. 81-3, 86-7, 90. 66
FoRSTHOFF, op. cit., p. 291; LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 208.
II- 20 EL ACTO ADMINISTRA1'IVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il- 21
Aunque la voluntad del agente puede tener trascendencia respecto del acto En cualquier caso, cabe recordar la tendencia del derecho privado moderno
administrativo (casos de vicio por error, dolo, violencia, 7 desviación del poder, hacia ampliar, no restringir, la capacidad jurídica del enfermo mental; no se
8
simulación), aún entonces puede ocurrir que el vicio presuntamente psicológi- advierte por qué ello no habría de ser tenido en cuenta por el derecho público. 14
co sea analizado y evaluado con relación al actuar objetivo de la administra- Todo acto que puede producirse electrónicamente necesitará la racionali-
ción y no a la voluntad real de funcionarios. 9 No son extraños los casos en que dad del resultado que se produzca, más que la racionalidad del autor o del
el vicio de voluntad que haya tenido el agente administrativo y que hubiera empleado que lo suscribe; lo mismo vale para certificados, constancias, etc. Ya
viciado el acto de tratarse de un acto jurídico de derecho privado, deja incólu- hoy en día pueden vislumbrarse algunas declaraciones productoras de efectos
me el acto administrativo, porque lo más importante en él no es esa voluntad jurídicos, en las cuales la voluntad de la administración no está en verdad
psicológica del funcionario sino la adecuación de los hechos a su descripción detrás del acto como voluntad psíquica de una persona, sino como voluntad
normativa.
lato sensu del aparato administrativo. Cuando un agente de tránsito opera
Ha despertado interés en la doctrina nacional la propuesta de considerar una llave para cambiar una luz de tránsito, su voluntad está presente en for-
que "es válido y correcto, si es legal y objetivamente justo, el acto administrativo ma inmediata en el acto, del cual la señal lumínica es exteriorización; pero
realizado por un funcionario enfermo mental"; 10 nuestra doctrina se ha manifes- cuando por un mecanismo electromecánico o electrónico, en suma automático,
tado alguna vez en contra, 11 pero prefiere introducir distingos más puntua- puesto por la mano del hombre, la luz se enciende a intervalos conforme un
les, 12 siguiendo a una parte de la doctrina española. 13 programa, también los particulares están obligados por las señales lumínicas,
del mismo modo y con iguales alcances que si el propio agente de tránsito estu-
67
· En cualquier caso, no cabe duda que el acto administrativo obtenido por violencia no puede viera allí presente operando la llave que enciende la luz. 15 No se advierte en-
ser válido: CASSAGNE, Derecho administrativo, op. cit., p. 193, quien se aparta así de MAR!ENHOFF, tonces el por qué de las resistencias, en nuestro medio, a la utilización de ope-
1
N op. cit., t. II, pp. 511-2. Del mismo modo, un acto en el cual hubiere existido corrupción del agente,
raciones en base a un software encriptado e inviolable, para registrar fotográ-
o tiene más que desviación de poder, también dolo e inmoralidad y es insanablemente nulo.
68
(J.) · En cuanto a la simulación, incluso cuando se altera el lugar o la fecha, nuestra opinión se ficamente las infracciones de tránsito. 16
1 inclina por la invalidez, no así la jurisprudencia: GORDILLO, Cien notas de Agusttn, op. cit.> § 57, Si alguien acude a la Caja de Valores a percibir la renta de bonos públicos o
"Antedatar sin costas," p. 135, nota al fallo Bonfiglio, 1996, CNFed. CA, Sala III, LL, 1997-B, 405.
6 9
· Un claro ejemplo en el fallo De la Torre, 1961, de la Sala CA, Cámara Federal de la Capital,
realiza cualquier otra operación en no importa qué entidad pública o privada,
publicado en la Revista de Administración Pública, 2: 96 (Buenos Aires, INAP, 1961), con nuestro el mecanismo es siempre el mismo. El empleado de la ventanilla lo más que
comentario "La desviación en el poder del derecho argentino. v
6 10 hace es constatar su identidad e ingresar sus datos en la computadora. Si los
· FORSTHOFF, op. cit., p. 291; HuBER, op. cit., p. 737; PETERS, op. cit., p. 167; FERNÁNDEZ DE
VELAsco, RocAREDO, El acto adminsitrativo, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1929, pp. 185-7; datos de ésta le indican que debe pagar algo, oprime el pertinente Enter y la
STASSINOPOULOS, op. cit., pp. 38 y 39, extiende la solución a cualquier caso de incapacidad civil del impresora emitirá un documento, que el empleado de ventanilla firmará, se-
agente que dicta el acto administrativo.
6 11 llará y pagará, sin prestar atención a la parte decisoria de la transacción, sólo
· 111ARIENHOFF, op. cit., p. 284 (288 en otras ediciones y reimpresiones).
6 12
· Cm1'1ADIRA,Acto administrativo ntunicipal, op. cit., pp. 5-6; DE KEMMETER, ALEJANDRO PABLO, uLa
a su correcta operación material en la entrega de la cantidad de dinero expre-
voluntad psicológica del agente como elemento del acto administrativo," RAP, 224: 20, 22-3, (Buenos sada por los documentos que la máquina le presente. ¿Se puede acaso hablar
Aires, 1997), p. 20: tratándose de actividades principalmente regladas, se aplicaría una teoría objeti-
de la voluntad psíquica del agente en resolver realizar el pago? Obviamente su
va; si discrecionales, la subjetiva; comparar HUTCHINSON, Régimen ... , op. cit., p. 129. En la teoría obje-
tiva se enrola a FIORINI, BARTOLOME A., Teoría jurídica del acto administrativo, Buenos Aires, Abeledo- 6 14
- En el derecho privado ver DE LoRENZO, MIGUEL FEDEHICO, "Autoría e imputación en el ámbito
Perrot, 1969, p. 18 y ss.; en la subjetiva, además de MARIENHOFF, op. cit., t. III, p. 278, a CASSAGNE, El contractual (a propósito del artículo 4 73 del Código Civil)," LL, 1998-C, 1215 y sus referencias, en
acto administrativo, op. cit., p. 270, aunque esta última tesis tampoco es absoluta, ya que este autor especial KEMELMAJER DE CARLUCCI, AJDA, "La demencia como base de las nulidades en el Código
sostiene que el acto viciado de falsedad en la expresión de la fecha ----dolo o simulación- es de todos Civil," en la Revista de Derecho Privado, Santa Fe, 1996, p. 9 y ss.
modos válido; Derecho administrativo, t. II, op. cit., p. 187 y ss. Con lo cual el balance no puede estable- · ° Conf. DIEZ, t. II, op. cit., 1• ed., p. 270; MARIENIIOFF, op. cit., p. 310; en otras ediciones y
6 1
cerse en teorías objetivas, subjetivas o mixtas, sino más bien en dónde se pondrá el acento. Distinguir reimpresiones corresponde a la p. 314; infra, cap. X, § 92. A similares disquisiciones puede llevar
derechos según su naturaleza discrecional o reglada es una forma muy tradicional de ver la cuestión, el viejo Código Civil distinguiendo la prescripción de las servidumbres según esté o no presente la
que se puede remontar al contencioso administrativo francés (que se siguió en América Latina desde voluntad humana, como hemos observado en nuestro artículo "Excepción -sin reconvención- de
el siglo XIX, p.ej. LAREs, TEODOSIO, Lecciones de derecho administrativo, México, UNAI\1, 1978, repro- usucapión de servidumbre de electroducto en un juicio de desalojo," LL, 1996-B, 477; reproducido
ducción facsimilar de la primera edición de 1852, pp. 60 y 61), que MARIENHOFF abandonó al referirse a en Después de la Reforma del Estado, Buenos Aires, FDA, 1996, 1• ed., cap. X y luego en Compen-
la irrevocabilidad o estabilidad del acto administrativo.
613 dio de casos y problemas de derecho, en preparación.
En particular, GARCiA DE ENTERRiA, EDUARDO y FERNANDEZ, ToMAs RAMóN, Curso de derecho 6 ·16 Dicho de otra manera, entendemos los atavismos que el automóvil despierta en la mente
administrativo, t. !, Madrid, Civitas, 1993, 6• ed., p. 532, quienes distinguen entre el acto dictado en humana, pero no aceptamos que sea racional trasladarlo a la formulación jurídica del problema.
virtud de facultad reglada Oa voluntad sería intrascendente), o el producto de facultad discrecional. Ver in(ra, t.4, cap. VI, § 29, "La fotografía y firma digitalizadas;" cap. VII del mismo vol., § 21.
II- 22 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li - 23
voluntad personal sólo interviene para hacer funcionar la máquina y cumplir las cuales no existe ni puede existir finalidad alguna que una '{_Oluntad pueda
lo que ésta indica. Él no resuelve nada que no esté previamente resuelto en la perseguir: es el caso de las certificaciones o constataciones 18 y el de las mani-
computadora. Sin embargo, su transacción sigue constituyendo un acto jurídi- festaciones de juicio u opinión en que la administración, a pedido de un intere-
co, nos guste o no la denominación. Allí el ser humano aparece un poco más sado, declara conocer cierto hecho, certifica cierta denuncia, etc, sin perseguir
devaluado, casi al nivel de una luz de tránsito que se opera automáticamente. finalidad ulterior alguna, que la doctrina admite puedan constituir expresio-
Lo mismo puede decirse de las operaciones realizadas con un cajero automáti- nes de la actividad administrativa, dotadas de efectos jurídicos plenos, a pesar
co o teller machine. Si hay fondos, la máquina pagará; si uno quiere recibo, se de carecer de aquel elemento teológico o finalista. 19 Con el proceso de verifica-
lo imprimirá, numerará y fechará. No ha intervenido ser humano alguno en la ción de antecedentes penales ocurrirá pronto lo mismo: el sistema y no una
operación concreta, pero ella no deja de ser un pleno negocio jurídico. No le persona física proporcionará el dato válido y eficiente para producir los efectos
pone una firma digitalizada, pero técnicamente se podría satisfacer esta pecu- jurídicos correspondientes. Por todo lo expuesto, con decir declaración es sufi-
liar petición si alguien lo deseara. Los bancos cobran un recargo al cliente que ciente, comprendiendo tanto el caso de volición (voluntad- dirigida a un fin)
quiere la atención de una persona física que le firme el recibo (un cajero verda- como el de cognición (conocimiento - atestación o certificación) 20 y opinión o
dero, de carne y hueso, no automático) y se lo selle a la usanza antigua, para juicio. 21
punir la erogación que ocasiona. De similar manera, en los sistemas previsio- Hay por fin situaciones mixtas en que la inscripción en un registro público
nales actuales cada vez se advierte más la progresiva mecanización de su fun- no es mera constatación administrativa, sino que supone el ejercicio por el
cionamiento: los expedientes son resueltos con rutina y poca posibilidad de agente de una función de control de legalidad. Así ocurre con la inscripción en
creatividad personal. Ello hace a su vez pensar en la posibilidad de introducir 6 18
· Entre otros, expresan que las certificaciones no son manifestaciones de voluntad, VITTA,
la computación, como mecanismo tan idóneo o mejor que los empleados del CINO, Diritto amministrativo, t. I, Turín, 1962, p. 345; ZANOBINI, Gumo, Corso di diritto amministrativo,
1 sistema, para producir tales decisiones de rutina en los casos comunes; 17 sus t. I, Milán, Giuffre, 1958, 3• ed., p. 242 y ss.; RANELLETTI, ÜRESTE, Teoría degli atti amministratiui
N speciali, Milán, 1945, p. 3. Su carácter de actos administrativos es generalmente aceptado, como
posibles aplicaciones son verdaderamente exponenciales en los años venide-
o actos registrales; así p. ej. ALTAMIRA, op. cit., p. 329, siguiendo a FoRsTHOFF, expresa "no contienen
~ ros, tanto en el sector privado como público. Allí se advierte otra vez que, más ninguna disposición sobre una situación jurídica, nada fundan y nada modifican. Únicamente
1 que encontrarnos ante una decisión de un agente público, nos hallamos sim- tienen la misión de constituir medios probatorios, en eso radica el efecto jurídico que emana de
ellos." En el derecho argentino, un ejemplo típico son las inscripciones en el registro de la propie-
plemente ante una declaración objetivamente productora de efectos jurídicos dad, que no sólo generan la responsabilidad de la administración en caso de ser erróneas -supra,
directos, realizada en ejercicio de la función administrativa, que recibirá el t. 2, cap. XX, esp. fallos citados en la nota 9. 2-, sino que también dan lugar a recursos adminis-
mismo tratamiento por el orden jurídico aunque no provenga de la voluntad trativos especiales, como puede ser el caso del decreto-ley 17.414/67, art. 14 y ss. En materia de
automotores puede verse "El dominio de autol)lotores y su inscripción en registros administrati-
individualizada y concreta de un funcionario. vos," ED, 6:291. Véase también, con sentido más general, GoNZÁLEZ BERENGUER URRUTIA, "Sobre la
actividad certifican te de la Administración", en Revista de Administración Pública, 38: 225 (Ma-
6.2. Certificaciones y opiniones productoras de efectos jurídicos directos. drid, 1962); LuTHY, WoLFRAM, "Las inscripciones constitutivas de derechos", en Revista Notarial,
La Plata, 1963, p. 748 y ss.
Registros e inscripciones 6 19
· Como dice CAMMEO, op. cit., p. 558: estos actos "producen efectos jurídicos independiente-
mente de la voluntad de producir el efecio práctico correspondiente"; "cuyos efectos jurídicos son
A todo lo hasta aquí expuesto cabe agregar que la actividad administrativa y el
independientes de la voluntad del agente" (op. cit., p. 559). En igual sentido MARIENHOFF, op. cit., p.
acto administrativo no se refieren únicamente a situaciones en que puede al 403; en otras ediciones o reimpresiones es la p. 407: "Tales efectos no derivan [... ] de la voluntad
menos existir una voluntad destinada a obtener un fin, sino que también abar- de la Administración Pública, sino de la ley"; también ha seguido este criterio FERNANDES DE ÜLIVEIRA,
RÉGIS, Ato administrativo, San Pablo, Revista dos Tribunais,1978, p. 34.
can situaciones en las cuales el fin del acto se agota con su misma emisión, o en 6 20
· VIGNOCCHI, GusTAVO, Gli accertamenti costítutivi nel díritto amministrativo, Milán, Giuffrt\
1950, pp. 26-28, distingue a su vez entre actos certificantes y accertatnenti: inscripción en el regis-
•· 17 Dice en efecto SPIROS SIMITIS, "El procesamiento electrónico de datos y el derecho," en Re vis· tro de la propiedad, en el Registro Civil, Registro de la Propiedad Automotor, en las listas electo-
ta Jurídica Panameña, 2: 23 (Panamá, 1975), p. 23 y ss., traducido de la revista Law and State, rales, en la oficina recaudadora de impuestos, registros o inscripciones catastrales, registro de
Tübingen, 1972, no 6) que "Las consecuencias de la importancia creciente de una administración industrias, timbres y estampillas de control sobre objetos determinados (pesas y medidas, etc.)
de bienestar social son obvias; el nún1ero de ciudadanos que establecen una relación permanente Como se advierte, es un campo bastante an1plio. Puede a su vez torriar nuevas dimensiones con el
con la administración aumenta constantemente, y al mismo tiempo los programas qne han de cambio tecnológico: así como las pilas tienen un indicador visual de carga, los productos perecede-
cu1nplirse dependen de cálculos extremadamente complicados. La llamada pensión móvil es sola- ros tendrán un indicador de sí se ha roto la cadena de frío. En esos supuestos la discusión será
rnente un ejemplo de la actual situación. Desde el seguro social hasta las pensiones alin1enticias y como con los semáforos: ¿es un acto administrativo o un hecho al cual el derecho asigna conse-
las díversas formas de pensión, el procesamiento electrónico de datos es en la actualidad una cuencias jurídicos? Volven1os, siempre~ a la teoría general, t.l, op. cit., cap. I.
6 21
parte de la labor adrninistrativa cotidiana.'' · En igual sentido FERNANDES DE ÜLIVEIRA, op. cit., p. 32.
II- 24 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li - 25
los registros de patentes 22 y marcas, en el Registro Público de Comercio de las 6.3. Conclusiones
reformas y modificaciones de estatutos de sociedades anónimas, 23 etc. Se dis- Por ambos tipos de razones: a) que la finalidad de la voluntad del agente puede
cute si el acto no inscripto obliga a las partes antes de la inscripción, 24 lo que no coincidir con los efectos que el acto produce, sin que esto afecte siempre su
recuerda el análogo debate en materia de notificación. 25 validez; b) que ciertos actos carecen totalmente de finalidad ulterior (certifica-
De este modo vemos dos concepciones sobre el acto registra!: quienes lo aproxi- dos, etc.), lo que no les impide producir directamente efectos jurídicos propios,
man a una constatación o en todo caso una actividad reglada de la administra- lo correcto es hablar de una actividad "que produce [... ] efectos jurídicos direc-
ción y quienes consideran que la administración tiene algún margen de ponde- tos"; antes que de una actividad "destinada a producir efectos jurídicos direc-
ración discrecional. Lo segundo ha probado ser fuente de abusos, como ha ocu- tos."
rrido con el registro de entidades de consumidores previsto por el art. 42 de la No seguimos, por lo tanto, la distinción que entre acto administrativo y acto
Constitución. Primero fue creado por resolución y dió lugar a acciones judicia- material propugnan algunos autores, entendiendo que los primeros son los "des-
les por arbitraria denegación de inscripción; 26 luego se resolvió que era sufi- tinados" a producir efectos y los segundos "declaraciones de voluntad realiza-
ciente con la inscripción como persona jurídica, 27 decisión que también adoptó das por la administración pero sin el propósito de producir un efecto jurídico
la CSJN constatando de paso que el Congreso no había dictado la ley prevista determinado", 31 pues si estos últimos pueden producir y producen, consecuen-
en el art. 42. 28
cias jurídicas, 32 no existe fundamento de derecho que permita excluirlos del
Una situación parecida, con otros niveles normativos, se da con referencia a mismo concepto. Si por la distinción, en cambio, se quieren separar los efectos
la inscripción en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas que mandó lícitos de los ilícitos, ello es también inadecuado, según se verá en el número
crear la ley 23.302 de 1995 y que hasta el comienzo del milenio todavía no siguiente.
estaba implementado. Pero en todo caso, la Constitución de 1994 reconoce im-
1 plícitamente la preexistencia étnica y cultural de las comunidades indígenas 29 7. Los efectos jurídicos pueden ser lícitos o ilícitos
N
C) y su derecho a la personalidad jurídica. En las circunstancias y dado el tiempo
De acuerdo a una socorrida concepción del derecho privado, algunos autores
01 transcurrido debería reconocérseles personalidad jurídica per se, como a las
1 han querido encontrar también en el derecho administrativo, que el acto debe
personas físicas, sin supeditar su existencia jurídica a la creación de un regis-
estar destinado a producir efectos jurídicos lícitos, 1 excluyéndose de la noción a
tro que la administración demora tanto en crear. Mientras el registro no se
aquellos que producen, o están destinados a producir, efectos ilícitos. De este
cree, no puede privarse del derecho a la personalidad por el incumplimiento de
corte son las concepciones que distinguen entre acto jurídico y acto material y
un requisito que la administración ilegalmente omite respetar. No haría falta
aquellas que ubican a la teoría del acto administrativo dentro de la teoría del
ínter tantum, a nuestro juicio, necesidad de acto administrativo registral. 30
acto jurídico lícito, 2 como hace el derecho privado.
6 22
· Ley 24.481, modificada por la ley 24.572; revista Antecedentes Parlamentarios, LL, 1996-B, Este criterio no es consecuente con el resto de la teoría del derecho adminis-
2345. La Oficina y el Registro de Tranferencia de Tecnología pasa del INTI al INPI. trativo ya que ésta se halla consustanciada con la presencia de actos adminis-
6 23
· Decreto-ley 19.550/72, art. 167.
6 24
· Ver CNac. Com., SalaB, Riello, año 1980, LL, 1980-B, 651, ED, 88: 250; HALPERiN, IsAAc.,
trativos que, sin perder su calidad de tales, tienen vicios que los tornan ilegíti-
Sociedades anónimas, Buenos Aires, 1978, z· ed., p. 121; N!SSEN, RICARDO M., La ley de sociedades mos o inválidos, es decir ilícitos o antijurídicos. Que la administración haya
comerciales, t. 3, Buenos Aires, 1985, pp. 32-3; AnnoGuÉ, MANUEL I. y ÜARCiA CuERVA, HÉCTOR M., tenido en mira precisamente esos efectos, o que por un error haya dictado un
"La publicidad registra! de la constitución y disolución de las sociedades comerciales y de las
modificaciones al contrato social," LL, 1978-D, 1032; FARGOSJ, HoRACIO P., "Sobre la reforma no
acto destinado a producir efectos contrarios a derecho, no ha de privar a su
6 ·31 BREWER CARiAS, Las instituciones ... , op. cit., p. 118; BuTTGENBACH, ANDRÉ, Manuel de droit
inscripta del estatuto de sociedades anónimas," LL, 28-VIII-2000. En materia de patentes y mar-
cas parecería más claro que el acto nace recién con la publicación del registro. Pero se puede ad1ninistrati{, Bruselas, 1959, p. 325, nota 3; esta distinción es usual en la doctrina francesa.
6 ·32 BREWER CARiAS, op. cit., p. 101, nota 4: "Entiéndase bien, que hablamos de actos materiales
reproducir la discusión que distingue el acto de su publicidad. Ver también supra, nota 6.20.
6 25 porque esos actos no tienen por finalidad ni por objeto producir una consecuencia jurídica deter-
· Supra, en este cap. II, § 2.3; in{ra, cap. X,§ 11.1.
6 26
· Consumidores Libres, CNFed. CA, Sala L minada. Por tanto, no queremos decir que no produzcan consecuencias de derecho."
6 21 7 1
· Adecua el Enargas, ano 1998, CNFed. CA, Sala IV, LL, 1998-F, 339, cons. III. · O legítimos; no creenws que deba ensayarse una distinción entre licitud o valídez y legitimi-
6 28
· CSJN, Asociación Benghalensis, 2-VI-2000. dad del acto administrativo, como lo hace FRAGOLA, UMBERTO, Gli atti amministrativi, za ed., Nápoles,
6 29
· CNFed. CA, Sala II, Asociación Indígena Argentina, año 2000, LL, 2000-B, 700. Jovene, 1964, p. 29 y ss.
6 30 7 ·2 Comparar FoRTI, Uoo, Lezione di diritto amministrativo, t. II, Nápoles, 1950, pp. 49 y 50,
· Este criterio tiene un cierto paralelismo, adaptado a las comunidades indígenas, con lo
resuelto por la Sala IV en Adecua e 1 Enargas y mantenido por la CSJN in re Asociación quien expresa que en el acto ilícito el efecto jurídico «es siempre contrario a la voluntad interna en
Benghalensis, que citamos supra, notas 6.27 y 6.28. el sujeto.''
II- 26 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 27
acto de la condición de acto administrativo. Ello está consagrado en muchas deja de ser conceptualmente un acto administrativo. Lo mismo cÚadra decir de
instituciones de derecho administrativo: a) se ha dicho así que un acto admi- la moral: es claro que un acto contrario a la moral es ilegítimo y debe ser anu-
nistrativo regular, aunque viciado en grado de anulabilidad, tiene presunción lado, pero no por ello podría decirse que la moral sea un elemento del acto
de legitimidad y debe cumplirse mientras su vicio no sea declarado por autori- administrativo, 1 pues ésta no es sino un aspecto más de la licitud o validez del
dad competente; 3 se postula en cambio que esa característica no es denotable orden jurídico: un .acto contrario al orden jurídico es nulo, principio éste que
del acto nulo o nulo de nulidad absoluta en otra terminología; b) como conse- cubre el caso de un acto inmoral, que también será nulo por contrario a dere-
cuencia de lo anterior, cuando el derecho argentino establece que los actos cho. En consecuencia, si bien la violación de la moral puede ser un vicio en lo
administrativos viciados deben impugnarse ante los tribunales judiciales im- que respecta al objeto del acto, la moral en sí no puede considerarse elemento
propiamente llamados "de lo contencioso-administrativo"• en un juicio contra del acto, como la licitud tampoco es elemento del acto, salvo en un sentido muy
el Estado, está admitiendo también que el acto viciado es o puede ser el Esta- lato. Volveremos sobre este punto en el cap. VIII,§ 9, al referirnos a la inmora-
do; e) cuando se afirma que los actos administrativos que reconocen derechos lidad como vicio del objeto del acto.
subjetivos son irrevocables en sede administrativa aunque adolezcan de un
vicio leve, 5 también se reconoce que el acto no ha perdido su calidad de tal a 9. Los efectos jurídicos según sean unilaterales o bilaterales, individuales o
pesar del vicio que tiene; d) en materia de funcionarios de hecho -aquellos generales
que tienen un nombramiento irregular- se admite también que sus actos son Otra distinción que ha sido propuesta dentro de los efectos jurídicos que pro-
administrativos, válidos o anulables según el caso, pero administrativos al fin. 6 duce la actividad administrativa, es la que estudia si deben incluirse en el
Más aún: nunca podría hablarse de nulidad de un acto administrativo si se concepto los actos de efectos bilaterales (contratos administrativos) y los actos
aplicara dicho criterio, porque todo vicio determinante de nulidad implicaria una unilaterales de efectos generales (reglamentos administrativos). El tema lo
1 extralimitación legal y por lo tanto un acto material. En tal criterio, sólo serían consideraremos en el cap. IV, § 5 a 12, aunque podemos adelantar aquí que en
N actos administrativos los actos válidos emanados de una autoridad pública, lo
o un concepto amplio de acto administrativo estarían comprendidas las tres hi-
O'> cual parece difícil que la jurisprudencia acepte por ahora y no es en todo caso la pótesis (acto bilateral, acto unilateral general, acto unilateral individual), pero
1 solución del art. 12 del decreto-ley 19.549/72. Sin embargo, ha de tenerse presente que en un concepto más restringido, que es el que adoptaremos por las razones
el carácter sistemáticamente autoritario de la norma, como ha señalado MA!RAL; 7 que se verán, sólo se tomarán en cuenta los actos unilaterales e individuales.
quizás deba considerarse cambiar el rumbo y aproximarse a la solución del dere- Este criterio se adopta con la aclaración de que no por ello dejan de series
cho privado en el que sólo es acto jurídico el acto válido, no así el inválido. El uso aplicables a los otros actos ciertos principios jurídicos comunes a todos los ac-
del derecho privado se desprende de asignarle al término jurídico no la calificación tos jurídicos de la administración.
de creador de efectos jurídicos, sino la de válido. De cualquier manera, es claro
que hasta el presente ello no ocurre en relación al término administrativo. En lll. Efectos públicos o privados del acto
suma, el acto administrativo también puede producir efectos antijurídicos, sin
dejar de ser acto administrativo por esa circunstancia,8 salvo el caso de inexisten- 10. Distinción entre los efectos públicos y privados de la actividad
cia. administrativa
De lo hasta aquí expuesto concluimos que el acto administrativo es una decla-
8. Lo atinente a la moral
ración realizada en el ejercicio de la función administrativa; pero puesto que
De lo expuesto se sigue que si los efectos del acto son ilícitos o antijurídicos el por función administrativa hemos entendido, entre otras cosas, toda la activi-
acto estará viciado de nulidad o anulabilidad, según los casos, pero no por ello
8 1
· La finalidad, muy encomiable, de realzar el valor de la moral dentro deí acto administrativo,
no alcanza a nuestro juicio para fundar metodológicamente esa posición. Pensamos, como lo deci-
73
· Ampliar in{ra, cap. V, §·2 a 5. mos en el texto, que la forma correcta de efectivizar en derecho la vigencia de la moral, es sancio-
7
Sobre el equívoco de la terminología ver supra, t. 2, op. cit., cap. XIII, § 1 a 5.
-' nar con la nulidad su violación, pero no en darle un carácter estructural, que no tiene, dentro de
75
Ver in{ra, cap. VI,§ 7. los elementos del acto administrativo. Conf. LINARES, Fundamentos .... op. cit., p. 267. La nlisma
· Ver inf'ra, cap. VIII,§ 11.1, pp. 26-7.
76
discusión se ha planteado en Francia antes que aquí y la respuesta pareciera ser la nlisma: DE
7 ·7 Supra, "Introducción",§ 7, pp. 9-10; MAtRAL, Control.. , t. II, op. cit., p. 773. LAUBADÉRE, VENEZIA y GAUDEMET, Droit administra ti{ général, op. cit., 15" ed., § 721, p. 539 y sus
78 Ver GtACOI\IETTI, op. cit., p. 395. Conf. LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 209. referencias.
II- 28 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 29
dad realizada por órganos administrativos,' corresponde que nos refiramos A mayor abundamiento, es de hacer notar que si se habla de un acto civil de
ahora a una vieja distinción en el derecho administrativo: la posibilidad de que la administración, distinto del acto administrativo, debe suponerse que el pri-
un órgano administrativo actúe bajo normas de derecho privado. Hay autores mero no se dicta en ejercicio de la función administrativa; sin embargo, no
para los cuales una parte de la actuación de los órganos administrativos se todos los autores que niegan la doctrina de la doble personalidad estarían dis-
rige por el derecho privado; consideran por ello necesario aclarar que el acto puestos a aceptar dos tipos diversos de funciones en el sujeto actuante.
administrativo es aquel realizado en el ejercicio de una potestad pública. 2 Es más, son precisamente los autores que admiten la teoría de la doble per-
Esta doctrina, en consecuencia, establece una distinción entre los actos ad- sonalidad los que, consecuentes con sí mismos, admiten dos funciones diferen-
ministrativos (dictados en ejercicio de una potestad pública) y los actos civiles ciadas -una pública o administrativa y otra privada- y dos clases de actos
de la administración (dictados en ejercicio de la actividad de la administración diferenciados: actos civiles de la administración y actos administrativos.
que de acuerdo a tal doctrina es regida por el derecho privado). Por todo ello, los autores que no aceptan la teoría de la doble personalidad
-lo que pareciera ser corriente dominante, al menos en nuestro país- no pue-
11. La distinción entre acto civil de la administración y acto administrativo den, sin incurrir en contradicción, aceptar la distinción entre acto civil de la
es una aplicación de la teoría de la doble personalidad del Estado administración y acto administrativo.
Esa distinción evidentemente intenta revivir una de las consecuencias concre-
12. El derecho privado no se aplica a todos los elementos del acto
tas de la superada doctrina de la doble personalidad del Estado (como persona
administrativo
de derecho público y como persona de derecho privado)! de la que la doctrina
argentina se ha apartado con uniformidad; 2 no vemos en consecuencia cómo Además de lo expuesto, que hace a la falta de unidad conceptual del criterio
puede postularse la existencia de dos categorías de actos distintos, cuando no enunciado, debe agregarse que no es exacto, en el derecho argentino, que exis-
1 se admite la existencia de dos personalidades distintas. tan partes de la actividad administrativa que se encuentren reguladas por el
N
o No creemos que pueda soslayarse la cuestión afirmando que el Estado tiene derecho civil en forma integral o siquiera principaL
-..J No negamos totalmente la posibilidad de que el derecho privado sea en cier-
una sola personalidad, pero que actúa según los casos en el campo del derecho
1
público o del derecho privado, 3 pues si se estima que ello es así en materia de tos casos aplicable a la actuación de los órganos administrativos, I pero soste-
personalidad, es lógico que lo mismo debe ocurrir en materia de actos: podrá nemos que ello no justifica que se diga que en tales casos los actos de los órga-
haber, entonces, actos administrativos de aplicación en el derecho público y nos administrativos sean actos jurídicos de derecho privado y estén excluidos
actos administrativos cuyo objeto o campo de aplicación será el derecho priva- del concepto de acto administrativo?
do.• Cabe señalar al efecto que en las hipótesis que parte de la doctrina indica, el
derecho privado se aplica sólo con referencia al objeto del acto dictado por la
10 · 1 Desde luego, existen doctrinas que reconocen a la administración "reservas" de ley y de administración; y que en todos los casos es invariable la aplicación del derecho
jurisdicción, en contra del sistema constitucional que nos rige, según hemos explicado en el t. 1, público en cuanto a la competencia, voluntad y forma. 3
op. cit., cap. IX. La afirmación precedente ha sido aceptada también por quienes propugnan
10 ·2 VoN TUREGG, KuRT EooN, Lehrbuch des verwaltungsrechts, Berlín, 1956, 3" ed., p. 112; BENDER,
op. cit., p. 94; ANTONIOLLI, op. cit., p. 195. BIELSA, Derecho administrativo, op. cit., 6• ed., p. 159, la existencia de actos civiles de la administración; pero una afirmación tal vez
excluye los "actos de gestión privada" de la administración; MARIENHOFF, t. II, op. cit., pp. 255-8 (en excluye la otra: si lo principal del régimen aplicable al acto es el derecho públi-
posteriores ediciones es la p. 260). En derecho internacional se distingue a veces, a los efectos de
co, no puede jurídicamente llamárselo acto de derecho privado. Esta primera
someter a otro Estado a una jurisdicción distinta de la propia, si ha actuado iure imperii o iure
gestionis (por ejemplo CSJN, Cerea/era Asunción SRL, 1998, Fallos, 321-2: 2594 en que se recono- observación basta para señalar la improcedencia de considerar que existan actos
ció la jurisdicción internacional del juez argentino). Esos distingos llegan a sutilezas macabras,
12 · 1 Aunque es bastante excepcional en el derecho argentino: supra, t. 1, op. cit., cap. VIII, § 3,
v.gr. si puede estar bajo inmunidad soberana la comisión de delitos de lesa hurnanidad, con1o se
postula en algunos votos de la Cámara de los Lores en Regina u. Evans, LL, 1999-A, 431, año "Evolución y estado actual de la aplicación del derecho civil a la administración pública."
12 2
1998. Participan de la tesis opuesta DIEZ, t. I, op. cit., p. 368; LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. · Conf. LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 210; comparar FIORINI, op. cit., 1• ed., p. 277;
210; DROMI, Instituciones ... , op. cit., p. 191. SAYAGUÉS LAso, op. loe. cit.
ll. Confr. FIORINI, op. cit., p. 277; SAYAGUÉS LASO, t.!, op. cit., p. 387.
1 12 3
· Señala MARIENHOFF que ~<el acto que en1ita la administración pública, ya se trate de un acto
1 L 2 Supra, t. 1, op. cit., cap. III, § 16 y 17. administrativo o de un acto civil, está siempre sometido a iguales o idénticas reglas como compe-
JLl CASSAGNE, El acto administrativo, op. cit., pp. 121-4. tencia, voluntad, forma, etcétera" (t. II, op. cit., p. 256, nota 107; en posteriores ediciones y reim-
H< Conf. LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 210. presiones es la p. 260). Conf. MAIRAL, t. I, op. cit., § 185, p. 294.
II- 30 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS li- 31
de derecho privado realizados por la administración. A lo sumo, podría señalarse pública nacional, centralizada y descentralizada" y no excluye de su régimen
que ciertos actos serán mixtos, regidos en parte por el derecho público (competen- actividad alguna que pudiera suponerse regida por el derecho privado. Incluso
cia, voluntad, forma) y en parte por el derecho privado (objeto). Si falta la compe- es de destacar que ciertos procedimientos especiales, que quedan excluidos en
tencia, cae todo el acto que el derecho privado pueda haber cohonestado. Ello una primera etapa de la aplicación del decreto-ley (art. 2°), les es de aplicación
señala sin lugar a dudas la prevalencia que en estos casos tiene el derecho supletoria el régimen que éste establece y se debe de cualquier modo adaptar-
público sobre el derecho privado en la regulación del acto. La competencia se los progresivamente al régimen general (art. 2°, inc. b).
presenta como una condición previa y necesaria para poder hablar de acto; la Con ello resulta que los requisitos que debe satisfacer el acto administrativo
competencia hace pues a la existencia misma del acto. Es posible advertir fá- de acuerdo al decreto-ley 19.549172, tanto en materia de competencia, causa,
cilmente que si el derecho privado no llegara a sostener jurídicamente al objeto objeto, procedimiento previo a la emanación, voluntad, forma o formalidades
de un acto dictado por un órgano público, la juridicidad del mismo puede toda- concomitantes o posteriores (arts. 7°, so y concordantes), son aplicables a todos
vía surgir del derecho público; pero que si el derecho público no sostiene la los actos emanados de la administración pública, incluso aunque se refieran a
conformidad a derecho de la competencia ejercida, no puede el derecho privado materias de derecho privado.
socorrer la validez del acto.
Por virtud de estas normas, en consecuencia, se acentúa aún más la predo-
Ello vale también para el objeto del acto. Si un acto es irrazonable, inequita- minancia del derecho administrativo en la regulación de los actos emanados
tivo, injusto, etc., en los supuestos contemplados por la Convención Interame- de la administración pública y se aleja concomitantemente la posibilidad de
ricana contra la Corrupción y la ley 25.188 de ética pública, será inválido aún sostener, en el derecho positivo argentino, la existencia de actos privados de la
cuando esté aparentemente correcto en el ámbito privado.< La nulidad absolu- administración.
ta que proclama el art. 17 de la ley 25.188 de ética pública, en los supuestos de
1 su art. 15, obviamente se aplica también a cualquier actividad de la adminis- 13. La aplicación del derecho público en los supuestos actos civiles de la
N tración que se pretenda regida por el derecho privado.
o administración
00 Si a ello se agrega que también las formalidades y la voluntad (en lo que
1 Estos principios pueden ser observados en cualquier tipo de actividad estatal,
hace a su origen, preparación y formación) en la actuación de los órganos ad-
incluso en los contratos de la administración. Cualquier vicio en el origen de la
ministrativos, se rigen por el derecho público, resulta que es impropio negar a
voluntad administrativa -que se trate de un funcionario de hecho o de un
estos actos el carácter de preponderan temen te administrativos. En forma con-
usurpador- se traslada al acto respectivo, independientemente de su objeto;
cordante se ha pronunciado la Procuración del Tesoro de la Nación; 5 también
un vicio en la preparación o emisión de esa voluntad -p. ej., falta de autoriza-
DIEz, que originariamente admitió la existencia de actos civiles de la adminis-
ción o aprobación, cuando es necesaria, o un determinado vicio en un acto com-
tración,6 no lo hizo posteriormente 7 y expresó en cambio que "la interferencia
plejo, etc., afecta también la validez del acto finaL
del derecho privado en el derecho administrativo es [. .. ) que, en dependencia
La inobservancia de la forma escrita -que podría ser justificada en ciertos
de la naturaleza publicística del ente, todo el proceso de formación y de mani-
casos por el derecho privado- no es admisible en el caso del Estado; sin perjui-
festación de la voluntad y de la actividad del mismo ente queda reglado por el
cio de ello, cabe advertir que la doctrina de los actos propios se está haciendo
derecho administrativo, aun cuando el objeto del acto [. .. ] está [... ] regido por
el derecho privado." 8 extensiva también al Estado e incluso en su actuar omisivo. 1
Son de aplicación en todo momento las Medidas Preventivas del art. III de
La solución que damos ha sido recogida por el decreto-ley 19.549172, pues
la CICC (publicidad o transparencia, equidad o justicia, eficiencia) 2 y las nor-
éste, en su art. 1°, establece que su ámbito de aplicación es "la Administración
mas de la ley de administración financiera del Estado, como así también las de
1 la ley 25.188 de ética pública, 3 todo ello materia de derecho público, aunque el
" La equidad y la justicia tienen carácter sublegal en el Código Civil, pero supralegal en el
derecho administrativo~ co1no se desprende de la señalada Convención.
12 5
· PTN, Dictámenes, 92: 74; 98: 68; 101: 117; 102: 226; 103: 155, etc. 13 ·1 Cabe recordar una vez 1nás el señero libro de MAIRAL, La doctrína de los acios propios y la
12 6
· El acto administrativo, op. cit., pp. 115 y 116.
12 7 11
administración pública, Buenos Aires, Depalma, 1988.
· Derecho adnúnistrativo, t. 2, op. cit., 1 ed., p. 213, aunque la supresión no resulta en forma 13 2
· Ver supra, t. 1, op. cit., cap. XVI.
expresa del texto, sino tácita y por comparación con la obra citada en la nota precedente, comp. 2a 13 · 3 La cual en ninguna de sus disposiciones esboza distinción alguna: toda la actividad adm1
ed., p. 368. Conf LINARES, Fundamentos ... , op. cit., p. 210; DRO,ll, Instituciones..., op. cit., p. 191. nistrativa del Estado se rige por ella. No así la jurisdiccional y legislativa, en que podrían fornlu-
12 8
· DIEZ, Derecho administrativo, 1" ed., op. cit., p. 368; comp. 2" ed., pp. 286-7.
larse otras distinciones, aunque no ciertamente por una hipotética aplicación del derecho privado.
II- 32 EL ACTO ADMINISTRATIVO EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS Il - 33
objeto del acto sea parcialmente regido por el derecho privado. Del mismo modo, d) En lo referente a la posibilidad de someter una cuestión a la decisión
la actuación del agente acarrea la responsabilidad del funcionario público y a arbitral, parte de la doctrina propició en su oportunidad el criterio de que las
veces también la de un particular.< cuestiones civiles podrían ser sometidas a arbitraje, no así las administrati-
vas; pero actualmente esa noción no responde al derecho positivo, pues ya la
14. No existen consecuencias jurídicas diversas de importancia según que a ley de obras públicas 13.064, p.ej., admite en su art. 55 que "el contratista
un acto se lo califique de civil en su objeto podrá convenir con la autoridad administrativa un tribunal arbitral que deci-
Por lo demás, esa distinción conceptual carecería de consecuencias prácticas da en única instancia", es decir, que también un acto o contrato administrativo
en varios aspectos: sometido enteramente al derecho público puede ser materia de decisión arbi-
a) El recurso jerárquico ha sido reiteradamente admitido no sólo contra los tral. Más de cuarenta tratados bilaterales de inversiones extranjeras admiten
actos administrativos, sino también contra los actos que esta parte de la doc- igualmente la jurisdicción arbitral internacional sin hacer distinción alguna
trina ha denominado civiles. Así lo hemos sostenido respecto de la administra- en cuanto a la índole del derecho invocado, ni de la potestad ejercida. 8 Se admi-
ción central, en materia de recurso jerárquico' y así también lo ha admitido la te en los tratados la facultad de expropiación por razones de utilidad pública,
Procuración del Tesoro de la Nación en el recurso de alzada. 2 En consecuencia pero se niega la facultad de nacionalización o estatización, o sea el rescate en
y de acuerdo al criterio vigente, todos los actos administrativos, aunque ten- las concesiones de servicios públicos. Como se advierte, no existe en la especie
gan su objeto regido parcialmente por el derecho privado, son impugnables. 3 una distinción que se formule por la naturaleza pública o privada del acto
b) No se toma en cuenta si el acto es "administrativo" o "civil de la adminis- estatal en cuestión.
tración" para determinar si corresponde la competencia "contencioso-adminis- En lo que hace a la aplicación del derecho privado al objeto de algunos con-
trativa" o la "civil", sino cuál es el derecho que será aplicable para resolver la tratos de la administración, corresponde remitirse a su lugar por constituir
1 contienda,< o la naturaleza de ésta: p. ej., si se trata o no de una "causa civil." una temática específica. 9
N
C) Por ello, establecer una distinción entre dos tipos de actos de la administra-
CD 15. Conclusión
ción, civiles y administrativos, no sirve para determinar la competencia apli-
1
cable.5 De lo expuesto se sigue que ciertos actos administrativos pueden en algunos
e) A pesar de que el objeto del acto se halle sometido al derecho privado, la casos estar regidos en punto a su objeto, por el derecho privado, pero que no
Procuración del Tesoro de la Nación ha entendido que le son de todos modos por ello dejan estos actos de ser actos administrativos para transformarse en
aplicables los principios y límites del derecho público, por ejemplo en lo atinen- "actos de derecho privado de la administración."'
te al principio de la razonabilidad, garantía de la defensa, etc. 6 No podía ser Por todo ello, consideramos innecesaria y errónea la aclaración que efectúa
menos, cuando el control de razonabilidad se ha extendido también al derecho buena parte de la doctrina, en el sentido de que el acto administrativo es dicta-
privado. 7 Los grandes principios del orden jurídico son hoy comunes a las dis- do en ejercicio de una potestad pública; solamente debe especificarse, en la
tintas disciplinas del derecho, e incluso superan las barreras nacionales. aplicación pragmática del régimen jurídico respectivo, que en ciertos casos el
13 ·4 Ver supra, t. 2, op. cit., cap. XIX y XX. H.s Supra, t. 2, op. cit., cap. XVIII, "El arbitraje administrativo internacional." Ver también
14 · 1Ver infra, t. 4, op. cit., cap. X,§ 5.2. PÉREZ RAGONE, ALVARO J. D., "Fundamentos y medios de protección a la opción del inversor por la
14 ·2 Ese criterio lo expusimos en la la ed., 1964, de Procedimiento y recursos administrativos, jurisdicción arbitral internacional en el marco de un BIT (Eilaterallnuestment 1'reaties- Trata-
Editorial Álvarez, p. 193, § 33 y 2' ed., 1971, pp. 465-7 y Jo ha desarrollado la PTN, Dictámenes, dos Bilaterales de Inversión), ED, 10-X-2000.
14 ·9 Ver el t. 1 op. cit., cap. XI, ''Clasificación de los contratos administrativos," cfr. MAIRAL, "De
92: 74; 98: 66; 102: 226, etc. 1
10 La opinión contraria de algunos autores en este punto, no se ajusta al derecho vigsente. la peligrosidad o inutilidad de una teoría general del contrato administrativo,"' ED, 179: 655; "El
144 El mismo criterio siguen algunos proyectos de ley en la materia: DlEz-AvlLA-GORDILLO, art. aporte de la crítica a la evolución del derecho administrativo,"' ED, 180: 849 y las publicaciones
2"; MARlENHOF-BIDART CAMPOs-BoscH-Cozzi-LINARES, arts. 1" y 2". ulteriores.
15 1
De cualquier manera, es claro que en nuestro país la jurisdicción es una y que lo que varía
14 · 5 · La distinción que se forrnula en derecho internacional público entre actos iure irnperii y iure
es la competencia, a diferencia del sistema francés de jurisdicción contencioso- administrativa y gestionis (supra, nota 10.2) no se refiere al derecho interno. Ver CSJN, Duhalde, ED, 29-VI-2000;
jurisdicción civiL DEL CASTILLO, L!LIAN, "'Los agentes internacionales ante Jos tribunales nacionales,"' ED, 11-VII-
" 6 PTN, Dictámenes, 98: 66: "La aplicación del derecho privado en[ ... ] el objeto[ .. ] (es)[. .. ] no 2000; CSJN, Cereales Asunción, ED, 26-VI-2000, con nota de GUALDE, ANoREA, "La actividad co·
excluyente de normas de derecho público"'; en igual sentido, 102: 226, en que se hizo control de mercial del Estado como excepción a la procedencia de la inmunidad soberana,"' tampoco se aplica
razonabilidad sobre un acto cuyo objeto estaba sometido al derecho privado. al derecho administrativo de los organismos internacionales, como lo ha resuelto acertadamente
10
Supra, cap. I. nuestra CSJN.
...._
II- 35
EL ACTO ADMINISTRATIVO COMO PRODUCTOR DE EFECTOS JURÍDICOS
II- 34 EL ACTO ADll!lNISTRATIVO
con relación a la fecha estipulada, anterior a la fecha real. Esa es hasta ahora
objeto -y solamente el objeto- del acto administrativo puede estar regulado
la solución de nuestro derecho positivo.
por normas extrañas al derecho público. , Tienen efecto retroactivo algunas formas de modificación del acto, como la
Por principio general, pues, todo acto productor de efectos jurídicos directos, aclaración6 y la corrección material o notificación/ el saneamiento,Bla ratifica-
dictado en ejercicio de la función administrativa -y entre éstos, todos los actos
ción.9 Tratándose de la extinción total o parcial de un acto, sus efectos pueden
emanados de órganos administrativos-, es siempre acto administrativo y debe ser retroactivos en los supuestos de nulidad/ 0 también en algunas hipótesis de
rechazarse la posibilidad de que un órgano administrativo u otro órgano esta- 11
conversión o sustitución del acto
tal, que actúe en ejercicio de la función administrativa, pueda realizar actos de
derecho privado (siempre con la salvedad de que el objeto de sus actos adminis- 17. Efectos para el j'uturo
trativos puede regirse, parcialmente, por el derecho privado). 2
Tiene efecto constitutivo la aprobación stricto sensu/ aunque en ocasiones el
En otras palabras, el acto será básicamente administrativo, aunque sus efec-
dictado de un acto ad rej'erendum, sujeto a la aprobación de una autoridad
tos puedan en alguna medida estar comprendidos en el marco del derecho pri-
superior, ha sido considerado un administrativo existente, no un proyecto del
vado,3 de la misma manera que la personalidad del Estado es pública aunque 2
en parte pueda serle de aplicación el derecho privado. acto, con lo cual los efectos de ese referendo son retroactivos.
18. Comparación
IV. Efectos en relación al tiempo
La cantidad de supuestos en que el acto puede producir efectos retroactivos
16. La retroactividad 1 puede dar la rápida impresión de que son tanto o más importantes que los
El efecto normal de un acto administrativo nace para el futuro 2 a partir de su noti- casos de efectos constitutivos. No es ello así: el efecto ex nunc, para el futuro, es
1 la única regla general. Todo lo demás son excepciones que deberán fundamen-
N ficación válida. 3
_.. tarse puntualmente cada vez que se presenten. La retroactividad no se supo-
Pero hay diversos supuestos en que puede válidamente producir efectos re-
o
1 troactivos. Ello puede ocurrir por texto expreso del acto, cuando hay acuerdo con ne, pues, nunca. Debe siempre demostrarse.
el particular, no se lesionan derechos de terceros y hay sustento fáctico sufi-
ciente para dar validez en el pasado a lo que el acto resuelve.< También puede
ocurrir que el acto simule una fecha anterior, en la práctica administrativa de
antedatar algunos actos. 5 Si bien se abre una vía peligrosa, si la única ficción
es la fecha, el acto puede en algunos supuestos producir válidamente efectos
15 · 2 Esta es una solución contingente del derecho público actual, que admite por supuesto legis-
acles administrati{s, París, LGDJ, 1954; JEANNEAU, BENOiT, Les principes généraux du Droit dans ·
16 6
Infra, cap. XII, § 5. La regla tiene excepciones, que allí explicamos.
lajurisprudence administrative, París, Éditions du Recueil Sirey, 1954, pp. 92-99; DE LA VALLINA 16 ·7 Infra, cap. XII,§ 4.
VELARDE, op. cit., p. 23.
163
16. 8 Jnfra, cap. XII, § 7.
DE LA VALLINA VELARDE, op. cit., pp. 41-2; infra, t. 4, op. cit., cap. V, "Notificación y publica- 16 ·9 In(ra, cap. XII,§ 8.
ción;" infra, cap. X, § 10 y 11. Distintos efectos jurídicos pueden requerir distintos recaudos de 16 · 10 Cap. XI, § 9.1.1.
validez de la notificación: t. 4, op. cii., cap. V,§ 10.3, "El caso específico de la notificación apta para 16U Infra, cap. XII, § 11 y 12.
cerrar la vía judicial." 17 · 1 In(ra, cap. XII,§ 8.
16 .4 Implícitamente, CNFed. CA, Sala V, González Sasso, 2-VI-1999, causa 12/95.
17 ·2 Supra, cap. II, § 2, notas 2.12 y 2.13.
16 5
· lnfra, cap. IX,§ 11 y 11.3.1.