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Universidad Franciscana de México. Rocha Pérez Alejandro.

Reporte de lectura.

Dignidad humana.

Hay que empezar haciendo la distinción entre dignidad ontológica


y dignidad ética. La primera se refiere a una emanación del ser,
procedente desde el mismo proceso de individuación de la materia
prima. Ahora, es la forma y no la materia (desde una visión
hilemórfica) de donde se desprende la dignidad ética. Sin
embargo, para no caer en una visión totalitaria, establezcamos que
para un estudio de la ética se requiere que los actos estudiados
sean libres; y como el hombre es el único ser que posee conciencia
de la cual se desprende la libertad, podemos modificar el término
dignidad ética por dignidad humana. Retomando a Kant: “aquello
que constituye la condición para que algo sea un fin en sí mismo,
eso no tiene meramente un valor relativo o precio, sino un valor
intrínseco, esto es, dignidad”. Recordemos que solo el hombre
puede, y debe, ser visto como un fin y no como un medio.

Si bien, no hace mucho tiempo, se abrió un nuevo horizonte para


el hombre a través de la axiología, esta tiene participación en lo
concerniente a la dignidad humana. En un principio se reconoce a
la autoconciencia como necesaria para hablar de actos libres y así
de dignidad ética. Esta autoconciencia puede, de hecho debería,
de llevarnos al conocimiento de que todos los hombres somos
iguales (igualdad), en un plano antropológico. Como tales podría
decirse que si en cierto individuo se reúnen todas las condiciones
de aplicabilidad de una norma, esta norma debe aplicarse siempre
de idéntica manera, sin distinción. Puesto que nos reconocemos
iguales no debería haber distinción (justicia). Sin embargo hay
factores que parecen empeñados en nublar esta visión del hombre
en igualdad con sus semejantes, tales como la condición social,
económica y política.

Viviendo el hombre en un ambiente de justicia e igualdad no


habría obstáculo para la realización de su autoconocimiento
(libertad). En otras palabras si el ser humano es autoconsciente de
sí, entonces vislumbra el abanico de posibilidades ante él; I. Berlin
establece una clasificación de la libertad como negativa y positiva:
la negativa en donde se supone la ausencia de coacción al actuar
del hombre y positiva en donde existe la interferencia por parte de
otros sujeto, ya sea físico o jurídico. La libertad idónea para el
hombre es la positiva pues el autoconocimiento del sujeto no
imposibilita la toma de conciencia de otros sujetos, y en la medida
que el ser humano no está solo, no puede permanecer inamovible
ante una realidad que lo rodea, el mismo proceso de
autoconocimiento empieza por el conocimiento del no-yo, entonces
los Otros nos afectan y Yo afecto a los otros. Se hace necesario un
valor de seguridad que de equilibrio a la existencia de los sujetos.
La seguridad surge del continuo respeto al hombre, por parte de
los otros sujetos (sean otros hombres o el estado mismo) con la
finalidad de permitir el desenvolvimiento en forma libre y pacifica
de su existir. Puntualizando, lo negativo es la conciencia de otros
sujetos. El derecho a la vida, a la igualdad, a la justicia y la
seguridad; están íntimamente relacionados y se consideran los
cuatro derechos fundamentales.

Ahora, la seguridad surge del respeto o si bien no es así, es


insoslayable que el respeto hacia los demás y de los demás hacia
mi da un sentimiento de seguridad, confianza y alivio. Pero,
¿podemos de verdad esperar que las cosas se den así de manera
natural atendiendo simplemente a la naturaleza del hombre? no, lo
que la naturaleza del hombre hace es que posibilita que las cosas
sean de la manera antes descrita pero no obliga que así sea, para
la actualización de esta posibilidad muchas cosas son necesarias.
Retrocedamos un poco para tomar impulso, entiéndase por
naturaleza humana el constitutivo que delimita el actuar del
hombre, en otras palabras su naturaleza: si todos los hombres
tienen la capacidad de ser libres es por que participan de la noción
de hombre, la libertad no les está privada pero si puede
negárseles.

Es cierto: “el hombre tiende hacia el bien” mas sin embargo esto
no imposibilita la malinterpretación del bien que se pretende
aspirar, que el camino que se utilice para llegar a él sea el idóneo.
Si no como se explica la mentira, el abuso, etcétera. Incluso al
preguntarle a Hitler si al hacer lo que hizo cree que estaba
haciendo un bien, lo más probable es que responda que si; la
pregunta a continuación seria ¿para quién fue ese bien? Para la
raza Aria. No se tomo en cuenta que los otros también tenían
dignidad. Incluso Aristóteles vislumbraba este problema: ¿Qué es
preferible el bien de un individuo o el bien de muchos individuos?
El de la republica.

La naturaleza humana es lo que delimita el actuar del hombre,


parece bastante claro. El inconveniente surge al tratar de
especificar exactamente cuál es la naturaleza del hombre, incluso
una visión esencialista del hombre como animal racional puede ser
ampliamente cuestionada desde el punto de vista de la teoría
crítica y reducida solo a meras especulaciones. Hay que reducir un
poco la posibilidad que se abre ante nosotros y tomemos dos
posturas contradictorias: la visión de Hobbes y la visión de
Rousseau.

Ambas posturas parten de la visión de un hombre en estado


primitivo y natural, sin embargo, tienen una visión contradictoria
acerca del papel del estado; aunque ambos coinciden otra vez al
decir que el surgimiento del estado era algo inevitable. Hobbes
postula el estado como aquello que posibilita la convivencia de los
individuos y evita que se destruyan los unos a otros al establecer
leyes legitimas que imperen a hacer las cosas justas. Rousseau por
otra parte ve al estado más como algo que coacciona el hacer del
hombre, el estado ha absorbido al sujeto.

El estado y el individuo se relacionan mediante las leyes, para


Hobbes éstas posibilitaban el hacer del hombre, mientras que para
Rousseau lo limitaban. ¿De dónde proviene esta diferencia? El
primero consideraba que la naturaleza del hombre es destructiva,
mala y el segundo que es creadora, buena. Rousseau sin embargo
establecía que para que la sociedad, el estado funcione, todas sus
partes deben de poder ser participes. Propone sociedades
reducidas, de esta forma al ser ellos mismos los que establecen las
leyes no debería de haber una disociación entre el estado y el
individuo. Y así poder llegar a un cumplimiento de las leyes sin la
necesidad de la fuerza como es el caso de Hobbes. Nótese que
indiferentemente del camino a elegir el fin es el mismo la
convivencia, el respeto de la dignidad y de los valores que a ésta
acompañan, por lo tanto la dignidad no solo es supraconstitucional,
sino que ésta es la causa eficiente de la segunda, medios y fines,
lo primero y lo último es la dignidad humana.

Existen varias interpretaciones de la dignidad humana conforme a


los derechos fundamentales que propone el estado: la liberal,
donde el estado debe intervenir lo menos posible; la democrático-
funcional, se enfoca en el desarrollo político y económico del orden
social; la institucional, los valores del individua se realizan a través
de las diversas instituciones sociales; la axiológica, enfatiza la
expresión de acciones axiológicas. Finalmente la única que
acentúa la participación del ciudadano para que el estado cree las
condiciones sociales para la garantía de los derechos
fundamentales. Quizás en esta incitación al individuo se pueda
mejorar la condición social actual.

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