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1) Estado de naturaleza.
Tanto Hobbes como Locke describen en las obras estudiadas un estado previo
al pacto social, el “estado de naturaleza”, a partir del cuál construyen las bases
de sus respectivas teorías del contrato social. Locke afirma que el estado de
naturaleza es un: “estado de perfecta libertad para que cada uno ordene sus
acciones y disponga de posesiones y personas como juzgue oportuno, dentro
de los límites de la ley natural sin pedir permiso a nadie ni depender de la
voluntad de ningún otro hombre” (Locke,2008,p.36). Es a la vez, un “estado de
igualdad”, donde todos tienen el mismo poder y jurisdicción y nadie disfruta de
ellos en mayor medida de los demás. La igualdad deriva entonces de la
condición natural del hombre, todos los hombres son criaturas de la misma
especie nacidas para disfrutar en conjunto las mismas ventajas naturales y
para hacer uso de las mismas facultades, es por eso que según la teoría de
Locke en este estado de Naturaleza no hay sujeción ni subordinación de unas
personas sobre otras.
Para Hobbes, la naturaleza ha hecho también a todos los hombre iguales (“los
hombres son más iguales que desiguales” (Hobbes,1965;p 134). De esta
igualdad deduce una igualdad de intención en los hombres para conseguir sus
propios fines (principalmente la propia conservación), es entonces que si dos
hombres desean la misma cosa, y esta sólo es consumible por uno, estos se
vuelven enemigos y tratan de sojuzgarse el uno al otro. Dada esta situación de
desconfianza mutua, los hombres intentan protegerse a sí mismos con
anticipación dominando por la fuerza o por la astucia a tantos otros hombres
como puedan, de tal manera que ningún otro poder (otro hombre) sea capaz
de amenazarles. Así hallamos en el estado de naturaleza tres causas
principales de discordia (Hobbes,1965;p 135): La competencia, la desconfianza
y la gloria. La primera impulsa a los hombres a atacarse mutuamente para
lograr un beneficio, la segunda para lograr seguridad, la tercera para ganar
reconocimiento. Cuando previamente no ha existido un poder por encima de
los hombres temido por todos ellos, los hombres se encuentra en esta situación
de conflicto de todos contra todos, un estado que se llama de “guerra”. En esta
situación el hombre no puede realizar ninguna actividad y siempre existe miedo
y peligro de muerte, siendo su vida pobre, bruta y breve. (Hobbes,1965;p 136)
En este estado de guerra todo lo que ocurra es legitimo, no hay ley ni justicia,
todo vale, aquí lo que impera es la fuerza no existe la propiedad privada sólo lo
que uno puede coger y conservar. Pero hay una esperanza de solventar este
estado, en parte por las pasiones (miedo a la muerte, deseos de cosas
confortables que pueden obtenerse por el trabajo) y en parte por la razón
(normas de paz conseguidas por consenso que llamaremos leyes de
naturaleza)
En esta línea, Locke explicita que para que todos los hombres se abstengan de
invadir los derechos de los otros y dañarse mutuamente y por lo tanto cumplan
esta ley natural que mira por la paz y la preservación, todos los hombres
disponen de los medios para ponerla en práctica, de modo que cada uno
tiene el derecho de castigar a los transgresores de esa ley (Locke,2008,p
39), pues si nadie tuviese el poder de ejecutar esa ley protegiendo al inocente y
poniendo coto al ofensor, esta sería vana. Así es como en el estado de
naturaleza el hombre puede tener poder sobre otro, no es un poder absoluto,
se aplicara según los límites de la razón, asignando penas proporcionales a la
transgresión y que sirvan para que el criminal repare el daño y no vuelva a
transgredir la ley. Al transgredir la ley de la naturaleza el transgresor está
declarando que vive guiándose por reglas diferentes de las que manda la
razón y la equidad común, reglas que han sido puestas por Dios en beneficio
de su seguridad mutua, y así el transgresor se convierte en un peligro para la
humanidad, pues las ataduras de la ley natural que impedían a los hombres
herirse y hacerse violencia unos a otros han sido por él cortadas y rotas.
(Locke,2008,p 40-42)
Bajo los postulados de Hobbes en cambio, La ley natural, “la voluntad de paz”
como dice el teórico, surge bajo el temor a la muerte que se produce en el
estado de guerra (que es el original de todos los hombres), es entonces
cuando la razón sugiere normas de paz a los hombres mediante las cuales
estos pueden llegar a través del consenso mutuo a conseguir una vida
confortable. La ley natural –considera Hobbes- es la norma establecida por la
razón que prohíbe al hombre hacer lo que pueda destruir su vida o privarle de
los medios para conservarla. El “estado de guerra” es una consecuencia sólo
del derecho de naturaleza, que consiste en la libertad para que un hombre
haga (o no) lo que quiera con tal de conseguir lo que desee. Para establecer
unos límites a esto surge esta ley de la naturaleza (lex naturalis). De esta ley el
autor inglés deduce la segunda ley natural que dice así: “solo se pueden ceder
derechos para conseguir la paz y la seguridad de uno mismo, si los otros
hombres también lo hacen, y todos se ven limitados en la misma medida su
libertad, de lo contrario seguiremos estando en un “estado de guerra”, donde
unos hombres pueden hacer lo que les parezca a otros hombres”. Este
procedimiento de renuncia a derecho es voluntario, cuando lo hace el hombre
espera ganar algo a cambio, en este caso la seguridad de su persona. Si la
renuncia de derechos es mutua entre todos los hombres, entonces estamos
hablando de un “contrato”. De esta situación Hobbes deduce su tercera ley
natural, “que los hombres cumplan los pactos que han celebrado” ya que sin su
ejecución estos siguen hallándose en el “estado de guerra” (Hobbes,1965;p
151). No pueden existir promesas mutuas cuando no existe seguridad de
cumplimiento por ninguna de las partes, sólo un poder común con fuerza
suficiente para obligar a los contratantes podrá garantizar el cumplimiento de
ese pacto. En el estado de guerra cada hombre es un enemigo de los demás,
por falta de este “poder común” que los mantenga todos a raya, todos cuentan
solo con su propia fuerza para protegerse de la destrucción.
Hemos visto que tanto Locke como Hobbes proponen la creación de un artificio
externo que mediante un cierto pacto entre hombres acabe con el estado de
guerra. Ahora bien el proceso de pacto y la lógica de los “entes” resultantes de
ese pacto difieren enormemente en los dos autores. Veamos entonces cuales
son estas diferencias.
Seguidamente Hobbes hace una enumeración de los derechos que tienen los
soberanos en los Estados “instituidos”. Entre los más importantes destacan el
derecho a ser el único representante del Estado, el derecho a ser reconocido
como tal por todos los hombres de aquel territorio, el derecho a actuar de
cualquier manera sin que esta pueda ser considerada de injusta, el derecho a
no ser castigado por los súbditos, el derecho a dictar normas que condicionen
la libertad y la propiedad de los hombres, el derecho a hacer la guerra y la paz,
con otras naciones y el derecho de establecer las penas y honores que
considere conveniente a los súbditos. Dice Hobbes que todos estos derechos
son “incomunicables e inseparables” siendo indivisible esta gran autoridad.
(aunque algunos derechos se puedan ceder temporalmente a otros
manteniendo el soberano la soberanía). El autor concluye especificando que
aunque este pueda parecer un poder aplastante (de hecho parece una
justificación a medida de las monarquías absolutas) para los súbditos, esta
situación no es nada grave si se compara con la situación en la que se
encontrarían en el estado de guerra perpetua, donde no existe un poder
coercitivo de tal tamaño que pueda frenar el desenfreno destructivo del
hombre.
Para Locke al ser los hombres libres por naturaleza, iguales e
independientes, ninguno puede ser sacado de esa condición y puesto bajo
el poder político de otro sin su propio consentimiento. El único modo de
que que alguien se prive a sí mismo de su libertad natural y se someta a las
ataduras de la sociedad civil es mediante un acuerdo con otros hombres,
según el cual todos se unen formando una comunidad, a fin de convivir
los unos con los otros de una manera confortable, segura y pacífica,
disfrutando de sus propiedades y mejor protegidos frente a quienes no
forman parte de dicha comunidad. Así cuando un grupo de hombres ha
consentido formar de esta manera una comunidad o gobierno, quedan con ello
incorporados a un cuerpo político en el que la mayoría tiene el derecho de
actuar y decidir en nombre de todos.(Locke,2008,p 111)
Explictia Locke, que no hay ni puede subsistir sociedad política alguna sin tener
en sí misma el poder de proteger la propiedad y castigar a las ofensas de los
miembros de dicha sociedad, así el autor inglés postula que única y
exclusivamente podrá existir sociedad política allí donde cada uno de sus
miembros haya renunciado a su poder natural y lo haya entregado en
manos de la comunidad. Así al haber sido excluido todo juicio privado de
cada hombre en particular, la comunidad viene a ser un árbitro que decide
según las normas y reglas establecidas, imparciales, aplicables a todos, y
administradas por hombres a quienes se les ha dado la autoridad para
aplicarlas. En base a esto aquellos que están unidos a un cuerpo y tienen
establecida una ley común y una judicatura a la que apelar, para decidir
entre las controversias y castigar a los ofensores, forman una sociedad
civil. De lo contrario dice Locke “cada uno es juez de sí mismo, y se encuentra
en el estado natural.” (Locke,2008,p 102-103)
Vemos entonces que lo que hace actuar a esta comunidad que presenta Locke
es únicamente el consentimiento de los individuos que la componen, y es
necesario que todo el cuerpo se mueva hacia donde lo lleve la fuerza de la
mayoría (principio democrático?). De no ser así resultaría imposible que
continuase siendo una comunidad, tal y como el consentimiento de cada
individuo que se unió a ella acordó que debía ser. Cada hombre, entonces, al
consentir la formación de un cuerpo político bajo un solo gobierno, se pone, a
sí mismo bajo la obligación, con respecto a todos y cada uno de los miembros
de ese cuerpo, a someterse a las decisiones de la mayoría. Si no, ese pacto
original mediante el cual cada individuo acuerda con otros incorporarse en la
sociedad no significaría nada.; y no habría pacto alguno si el individuo quedara
completamente libre y sin más lazos que los que tenía antes del estado de
naturaleza, en el cual solo se somete y acepta aquellas decisiones de la
sociedad que a él le parecen convenientes. (Locke,2008,p 112)
En una clara objeción a Hobbes, Locke rechaza que una monarquía absoluta
pueda ser compatible con esta concepción de sociedad civil (Locke,2008,p
105). Pues el fin al que se dirige esa sociedad es evitar y remediar esos
inconvenientes del estado de naturaleza que se producen por el hecho de
que cada hombre sea juez de su propia causa. Este fin se consigue con el
establecimiento de una autoridad a la que todos los miembros de la sociedad
pueden apelar cuando se vulneran sus derechos, y que todos deben obedecer.
Si tal autoridad no existe –dice Locke-, las personas seguirán en el estado de
naturaleza, condición en la que se halla todo príncipe absoluto respecto a sus
súbditos. Como el príncipe es absoluto, es el único que tiene en sí mismo el
poder legislativo y ejecutivo y por lo tanto no existe instancia de apelación
alguna que pueda decidir justa e imparcialmente y con autoridad, sobre los
daños o inconveniencias sufridos a causa del príncipe absoluto. De modo
que un hombre así, se encuentra respecto a los se hallan bajo su
dominio en el mismo estado de naturaleza con respecto al resto de la
humanidad. La única diferencia para el esclavo del príncipe absoluto –
concluye Locke-, es que en el estado de naturaleza, el tiene la libertad de
juzgar acerca de cuáles son sus derechos y para defenderlos en la medida de
sus fuerzas, en cambio en su situación, ante las invasiones de la propiedad
originadas por la voluntad del monarca, no podrá apelar a esa instancia, sino
que se verá además degradado al rango de criatura no racional, porque se le
niega la libertad de juzgar y defender sus derechos(Locke,2008,p 106,107).
4) Definición de libertad.
Hobbes.
Para el autor inglés el poder soberano no puede ser dividido, ya que eso sería
igual a disolverlo, textualmente “Poderes divididos se destruyen mutuamente el
uno al otro”(Hobbes,1965; p.199). El instrumento que tiene el representante del
Estado para administrar su poder es la ley civil (aquellas normas que los
súbditos como miembros del Estado están obligados a obedecer). Hobbes
explicita que el legislador sólo puede ser el soberano, pero que este a su vez
no está sujeto a sus propias leyes, que puede revocar en cualquier momento.
Las leyes reciben su autoridad de la voluntad del Estado, de la voluntad del
soberano, él es la ley. De esta manera no se producen contradicciones, él es el
que interpreta las leyes de la naturaleza (que así se integran en la ley civil) sin
fisuras, es la única manera en la que es posible administrar un poder fuerte de
forma absoluta y cumplir los requisitos del contrato que hacen los hombres
para salir del “estado de guerra”
Locke
Poder legislativo.
Para Locke el gran instrumento que asegura el fin principal de los hombres al
entrar en sociedad (disfrute de sus propiedades en paz y seguridad) son las
leyes. La primera y fundamental ley natural que ha de gobernar el poder
legislativo es la preservación de la sociedad y la de cada persona que forme
parte de ella. Este poder legislativo es supremo, sagrado e inalterable, una vez
que está ya en las manos a las que la comunidad lo haya entregado, a partir de
ese momento solo los edictos sancionados por esto magistrados tendrán fuerza
de ley, solo ellos tienen el consentimiento y la autoridad para hacerlo.
(Locke,2008,p 141) Ningún juramento a un poder domestico subordinado o a
uno extranjero exime a ningún miembro de la sociedad de prestar obediencia al
poder legislativo cuando este ha sido consentido por la mayoría de esa
sociedad.
Debido a la fragilidad de los hombres (los cueles tienden a acumular poder), los
legisladores podrían verse tentados a tener el poder de hacer las leyes y
ejecutarlas para así elaborar leyes a su medida y ejecutarles en beneficio
propio. Es práctica común en los estados organizados que el poder legislativo
sea puesto en diversas manos, las cuales en formal asamblea, tiene cada una,
o en unión de otras el poder hacer y leyes, y una vez hechas la asamblea
vuelve a disolverse, y sus miembros son simples súbditos, sujetos a las leyes
que han hecho. (Locke,2008,p 151)
Poder ejecutivo.
Poder federativo.
Los hombres que viven en sociedad constituyen un cuerpo en el que cada uno
de sus hombres se encuentra en una relación como la del estado de naturaleza
con todos los hombres que no forman parte de ese cuerpo. De aquí que las
injurias entre un hombre cualquiera de esa sociedad y un hombre de fuera de
ésta sean competencia del pueblo, que participará en la reparación del daño
mediante el estado. Esto conlleva un poder de hacer guerra y paz, de
establecer alianzas y tratados con todos las personas y comunidades fuera del
estado. A este poder Locke le llama federativo. (Locke,2008,p 152)
Para Locke, la tiranía consiste en hacer uso del poder que se tiene, más no
para el bien de quienes están bajo ese poder, sino para la propia ventaja de
quien lo ostenta. Así ocurre cuando el que gobierna no se guía por la ley sino
por su voluntad propia y sus mandatos y sus acciones no están dirigidos a la
conservación de las propiedades del pueblo, sino a satisfacer su propia
ambición o cualquier otra pasión “irregular”. Este error no es sólo achacable a
las monarquías, otras formas de gobierno pueden caer en esa falta, ya que –
dice Locke- siempre que el poder que es depositado por el pueblo para su
propia preservación, se emplea para empobrecer, intimidar o someter a los
súbditos a los mandatos abusivos de quien lo ostenta, se convierte en tiranía.
La valoración de Locke de esta forma de gobierno es claramente negativa, las
tiranías no cumplen la función principal de la sociedad civil, no están dirigidas a
la conservación de las propiedades, y por lo tanto no pueden ser legitimadas en
ningún caso, más bien lo contrario, en las formas tiránicas el tirano se pone en
estado de guerra con todos sus súbditos, lo que da estos el derecho de
protegerse y buscar formas de rebelarse.
Locke explica que los “aduladores” (del poder) no pueden impedir que los
hombres se den cuenta de las cosas. Cuando estos se dan cuenta de que un
hombre (monarca) está exento de las reglas de la sociedad civil de la que ellos
son parte, y ven que no hay nadie en el mundo que a quien puedan apelar
frente a los daños que reciban de ese hombre, se consideraran así mismos en
el estado de naturaleza con respecto a ese hombre y tan pronto como puedan
procuraran protegerse bajo la seguridad de la sociedad civil. El pueblo –dice
Locke- se dió cuenta que sus propiedades no estaban seguras bajo ese
gobierno (monárquico), y pensó que no podían estarlo hasta que la facultad de
dictar leyes fuese depositada en manos de un cuerpo colectivo. Mediante este
proceso cada individuo se hizo súbdito en igualdad con los demás mediante
leyes, que ellos mismos, como parte de la legislatura, habían establecido
(Locke,2008, p.110).