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HISTORIA DEL CANIBALISMO

«Hombres entre 18 y 30 años que quieran ser comidos por mí» era el anuncio que
publicaba Armin Meiwes, el llamado «Caníbal de Rotemburgo», y fue Bernd-Jurgen
Brandes, un hombre de 43 años, quien aceptó su propuesta. En la cena, Meiwes cortó el
pene de Brandes y lo comieron juntos. Tras desangrarse y perder la consciencia,
Meiwes siguió comiendo su carne por varios días. Armin Meiwes fue acusado por
asesinato y condenado a cadena perpetua. Como no existían leyes específicas sobre el
canibalismo, su condena fue por «cometer un asesinato con motivos sexuales».

El caso de Meiwes es un buen ejemplo de casos actuales de canibalismo, sin embargo


esta práctica es mucho más antigua. El origen de la palabra «caníbal» se remonta a la
época de la conquista española. Los llamados «caníbales» eran una tribu que vivía en el
Caribe y consumían carne humana, fueron denominados así por los conquistadores
españoles cuando llegaron a la región.

Conozcamos un poco más sobre esta práctica que, mejor que


canibalismo, se denomina antropofagia.

El canibalismo en las primeras civilizaciones


Los kemitas (egipcios) creían que Osiris, dios de la agricultura, los proveía de cultivos
para evitar el canibalismo. Los antiguos Griegos, así como los Romanos, tenían
muchas historias acerca de la antropofagia. Quizás el ejemplo más claro es el de
Crono, en la mitología griega, o Saturno en la romana, que fue representado
por Francisco de Goya en su pintura Saturno devorando a un hijo, que vemos más
arriba.

Religiones más modernas como el judaísmo y el cristianismo condenan esta práctica en


sus libros sagrados. Sin dudas, la antropofagia ha sido un tema presente en todas
las culturas y religiones del mundo, y en cada una de ellas ha adquirido diferentes
interpretaciones.

QUE ES EL CANIBALISMO?
El canibalismo es el acto o la práctica de alimentarse de miembros de la propia
especie. El término se aplica a cualquier animal, aunque se suele emplear el término
caníbal para referirse al ser humano que se alimenta o come a otro ser humano
(antropofagia).

Se trataba una práctica socialmente rechazada y legalmente sancionada, los casos


particulares en sociedades occidentales, actualmente se relacionan con situaciones
extremas de hambre, criminales o personas con profundos problemas psicológicos.
TIPOS DE CANIBALISMO
Los antropólogos dividen la antropogafia en dos tipos: el canibalismo
aprendido, llamada antropofagia consuetudinaria, y el canibalismo
de supervivencia.
En la historia encontramos muchos ejemplos del canibalismo de
supervivencia. En 1846, en América del Norte, un grupo de
expansionistas estadounidenses que se dirigía desde Iowa hacia
California quedó varado en la Sierra Nevada durante el invierno. Tras
agotar sus recursos, acudieron al canibalismo

Cuarenta años después, cuatro hombres que salían de Inglaterra hacia Australia
naufragaron y, dos meses después, optaron por matar a uno de ellos que estaba mal de
salud y comérselo.

Tal vez la historia más reciente ocurrió en 1972, cuando un grupo de rugby uruguayo
quedó varado en los Andes al estrellarse su avión. Los sobrevivientes, que
permanecieron allí durante setenta días, decidieron comer a los compañeros que habían
muerto en el accidente para sobrevivir.

El canibalismo aprendido o antropofagia


consuetudinaria
El canibalismo aprendido suele hacerse en forma de ritual, con un método prescrito.
Se lleva a cabo como una práctica cultural aceptada por todos y puede tener un
significado religioso o no. Se puede dividir en dos tipos: endocanibalismo y
exocanibalismo.

El endocanibalismo es el consumo de carne de un miembro del grupo —sociedad,


tribu, familia—, y se suele hacer para venerar a la muerte o para «adquirir» algo del
fallecido, por ejemplo su sabiduría. Un ejemplo son los pueblos Fore de Papua Nueva
Guinea, que tienen ritos caníbales funerarios, en los que las mujeres y los niños suelen
comer determinadas partes del cuerpo de los hombres.

El exocanibalismo se suele basar en sentimientos de odio, ira, desprecio y humillación,


y suele darse cuando un grupo de personas come la carne de sus enemigos. Un buen
ejemplo son los Aztecas, que sacrificaban a soldados capturados, y comerlos era un
proceso de unión con los dioses.

Probablemente el exocanibalismo se mantuvo mucho más que el endocanibalismo,


habiendo casos relativamente recientes como el ejército chino durante la Segunda
Guerra Mundial, que comía a los soldados enemigos caídos, o cuando los congoleños
fueron acusados por las Naciones Unidas en 2003 por comer pigmeos asesinados.
Qué fue primero? ¿La necesidad de supervivencia o el significado espiritual del
canibalismo? Dentro de la antropología, los materialistas creen que el canibalismo
originalmente era solo una forma de supervivencia que solo después adquirió
un significado cultural. La falta de alimento puede haber forzado a las personas a
actuar de esta forma y luego se intentó «justificar» la práctica con motivos espirituales o
religiosos.

Los idealistas, como otra vertiente dentro de la antropología, también creen quela
necesidad de supervivencia estuvo antes que su significado cultural. Sin embargo
sostienen que este significado va mucho más allá de la «justificación» de la práctica.

¿Por qué está mal visto el canibalismo?


Hoy en día, el canibalismo es un tabú y no es aceptado en la mayoría de las culturas.
En la cultura occidental el canibalismo se reduce a casos extremos de sociopatía, como
el caso de Armin Meiwes que comentamos al principio o la historia de Hannibal
Lecter, el caníbal más famoso de la cultura popular.

Pero, ¿por qué está tan mal visto el canibalismo? Desde el punto de vista biológico es
una mala estrategia para crecer como especie, ya que atenta a largo plazo contra
su supervivencia. Pero es una buena estrategia a corto plazo para la supervivencia de
un individuo o grupo de individuos.

Ahora bien, la carne humana no tiene ningún tipo de tóxico que prohiba su consumo,
por lo tanto el problema con la antropofagia es simplemente cultural. Hemos
evolucionado para conseguir el alimento necesario sin recurrir al canibalismo.
Desarrollamos la caza y la agricultura como principales formas de subsistencia y,
salvo en casos excepcionales, los humanos no necesitan comerse a otros humanos.

En estos 7 países aún está


presente el canibalismo.
Congo
El canibalismo alcanzó en el Congo su punto máximo
durante la guerra civil del Congo en 1999-2003. El último
caso de canibalismo se registró recientemente, en el año
2012.
¿Por qué comen personas?
Para ahuyentar a los enemigos. Los habitantes del Congo
también consideran que el corazón humano es una
fuente de fuerzas y energía.
África Occidental
En la parte occidental de África también existió una
agrupación de caníbales bajo el nombre de “Leopardo”.
Recibieron este nombre gracias a que durante la
temporada de caza ellos se vestían con pelajes de
leopardos y estaban armados con colmillos de animales.
Hasta los años 80 aquí se encontraban a menudo restos
de gente.
¿Por qué comen personas?
Según los mismos leopardos, el comer personas los hace
más fuertes y les da energía.
Brasil
La tribu brasileña Wari es muy caprichosa con sus
gustos. Hasta antes del año 1960 ellos se alimentaban
sólo de muertos profundamente religiosos. Sin embargo,
la necesidad los hizo tener que buscar otras opciones
además de los devotos, y hoy en día aquí es muy común
encontrar el canibalismo en apogeo.
¿Por qué comen personas?
Debido a las privaciones de la pobreza extrema. Además,
según dicen los mismos lugareños, ellos a veces
escuchan voces extrañas que les ordenan a ellos matar a
tal o cual persona.
Papúa, Nueva Guinea
La tribu Korowai que habita en este territorio es el último
grupo étnico del siglo XXI que con regularidad consume
carne humana en su alimentación. Es interesante el
hecho de que en el año 1961 Michael Rockefeller, hijo del
entonces gobernador de Nueva York Nelson Rockefeller,
emprendió una expedición para estudiar a la tribu
mencionada, pero el investigador no regreso de ahí. Su
cuerpo nunca fue encontrado.
¿Por qué comen personas?
Cuando alguien de los miembros de la tribu muere sin
alguna razón aparente, los korowai ven en esto rastros de
magia negra. Y con el fin de evitar otras muertes más, se
comen a los muertos.
Cambodia
Durante una investigación especial del periodista Neil
Davis se logró conocer que los alcances del canibalismo
aquí se estableció durante tiempos de la guerra en el
sudeste de Asia, en los años 1960-1970. Existía un ritual
entre los guerreros camboyanos que consistía en comer
el hígado del enemigo.
¿Por qué comen personas?
Debido a las creencias religiosas. Debido a la
organización comunista creada artificialmente de los
“jemeres rojos”.
India
En la secta india de los Aghori el comer carne humana es
algo voluntario. Los miembros de la comunidad comen
voluntarios, los cuales en caso de muerte donaron sus
entrañas a la secta. Con sus cráneos y huesos los Aghori
hacen decoraciones. Sin embargo, una investigación
llevada a cabo por los sistemas de comunicación en el
año 2005 dicen que este grupo religioso también come
cadáveres en descomposición que se encuentran en el
río Ganges.
¿Por qué comen personas?
Los Aghori creen que la carne humana es el mejor elixir
de juventud.
Islas Fiji
Esta zona incluso tiene un nombre no oficial, “La isla de
los caníbales”. El hecho está en que algunos de los
lugareños hasta la fecha matan gente de tribus enemigas,
y utilizan su carne como alimento, y a veces guardan
cosas pequeñas de sus víctimas para tenerlas como
colección de trofeos.
¿Por qué comen personas?
Este es una especie de ritual de venganza.
Los casos de canibalismo que más han impactado al
mundo
Lo ocurrido en las últimas semanas en Estados Unidos y Canadá no constituye un hecho inédito.
Situaciones tan insólitas como esas se ha registrado en otras latitudes. Un crimonólogo explica las
principales características tras estos psicópatas.
SANTIAGO.- El pasado 26 de mayo el estadounidense Rudy Eugene, de 31
años, caminaba por una autopista cuando se encontró con el indigente Ronald
Poppo. Sin mediar provocación, lo golpeó y le quitó la ropa, pero no sólo eso,
en un acto salvaje, se abalanzó sobre él para comer su nariz, pómulo, labios
y un ojo. En total, cerca de un 75% de su rostro resultó seriamente dañado. El
victimario fue abatido bajo un puente en Miami por la policía, luego de no
obedecer la advertencia de los uniformados para que detuviera su ataque
caníbal. Este hecho, que fue captado por una cámara de seguridad del
lugar, causó gran impacto a nivel mundial por su crudeza y hace recordar una
serie de actos criminales registrados en el último tiempo en otras latitudes. En
2007, Nicolas Cocaign, conocido como "el caníbal de Rouen", apuñaló con una
tijera a su compañero se celda de la cárcel de Rouen, Francia, y
posteriormente lo asfixió con una bolsa de basura. A la hora de la cena, el
imputado tomó una navaja de afeitar, le abrió el pecho, le sustrajo un pulmón,
lo preparó "con cebolla y arroz" y se lo comió. Según la declaración que realizó
después, asesinó a su víctima por un acto impulsivo al ver que había tapado el
baño, y se lo comió para conocer el gusto de la carne humana. Cocaign fue
sentenciado a cadena perpetua. Armin Meiwes, sindicado como el "caníbal de
Rotemburgo" protagonizó una peculiar historia. Este alemán publicó un aviso
en internet donde conminaba a alguien que quisiera ser asesinado y devorado
a que se contactara con él. Aunque parezca insólito, unos días después acudió
hasta su casa un ingeniero que se declaraba bisexual, y consideraba que la
violencia y la tortura eran parte del acto sexual. Meiwes descuartizó sus partes
íntimas, que intentaron comerse entre los dos, para luego asesinarlo y
descuartizarlo. Los demás restos fueron guardados en el congelador para
comérselos en días posteriores. Otra caso recordado por la opinión pública es
el de Andrei Chikatilo, uno de los asesinos en serie más recordado de la
historia. Este sujeto soviético, conocido como el "carnicero de Rostov" fue
acusado de matar a 53 personas. Según explicaron
los especialistas posteriormente, la impotencia sexual que padecía habría
hecho que este sujeto atacara a sus víctimas y en muchas oportunidades
comiera las partes más blandas de los cuerpos. Jeffrey Dahmer, denominado
como el "carnicero de Milwaukee" fue sentenciado por asesinar a 14 hombres y
menores entre los años 1978 y 1991. El sujeto se hizo conocido, además, por
practicar la necrofilia (atracción sexual por los cadáveres) y el canibalismo con
sus cuantiosas víctimas. Cuando fue arrestado, la policía encontró en su hogar
fotografías de los cadáveres, restos humanos, y hasta una cabeza en el
refrigerador. Su caso originó la película "Dahmer". Otro caso que causó gran
asombro fue el del inglés Peter Bryan, quien entre 1993 y 2004 mató a tres
personas. Este sujeto consideraba la carne humana como una gran fuente de
alimento. Tras las primeras dos muertes el hombre fue detenido e ingresado a
un hospital psiquiátrico, pero al salir en 2004, luego que los especialistas
consideraran que había mejorado, mató a un amigo y cocinó su cerebro en un
sartén.

Características de un caníba

l El psicólogo del Instituto de Criminología (Inscrim) de la PDI, Gonzalo


Torrealba, explicó a Emol algunas de las características que poseen aquellos
sujetos que practican el canibalismo. Según el especialista, detrás de quienes
llegan a tener este tipo de conductas, hay algunos elementos previos a
considerar, por ejemplo, el sadismo que implica el uso de agresión y
humillación en perjuicio de la víctima. Agrega que un sujeto caníbal no tiene la
capacidad de juicio-realidad conservada y a su vez posee un descontrol del
impulso que conlleva directamente el perjuicio en otro. También hay que
considerar un factor sociológico que implica la internalización de cultura,
valores, normas y cánones. Y dentro de esos cánones está establecido cierto
tipo de alimentación, así como los vínculos sociales, por cuanto "no se espera
que un ser humano con sus facultades mentales conservadas llegue y
desarrolle dicha conducta". Torrealba dice además que un sujeto puede
desarrollar una conducta a propósito de un estímulo de una situación puntual
específica o bajo el consumo de alcohol o drogas, o bien dentro de un grupo
inserto en el cual ciertas conductas puedan estar establecidas como
adecuadas. El confundador del programa del Psiquiatría y Leyes de la
Universidad de Harvard, el médico psiquiatra Harold J. Bursztaijn, ha señalado
que hay 3 factores importantes a evaluar: la sustancia como tal, el estado
mental de la persona y el ambiente social. "La sustancia y sus consecuencias a
veces son obvias: las anfetaminas te hacen paranoico, el opio deprime, pero
después llegamos al estado mental que es el más importante", ha declarado.
Para el médico psiquiatra, el estado mental depende de si la persona es
vulnerable a hacer psicótica. Cuando una persona toma alucinógenos puede
cometer actos que son difíciles de comprender. "Una persona que es
vulnerable a la psicosis tal vez se convierta en psicótica en el proceso y podría
llegar a cometer actos terribles. Si están en presencia de una persona que
pueda volver a calmarlos podría controlarse, pero si están con alguien que
consideran molesto o si es alguien con advertencias antisociales podrían
ocasionar estos actos como el canibalismo", sostiene. Las personas que actúan
fuera de sí mismos -sostiene- "comenten actos horrendos" cuando están bajo
la influencia de alguna sustancia y cuando regresan a su estado normal de
mente sienten culpabilidad, vergüenza y pueden cometer actos suicidas.

¿Qué pasa por la mente de un caníbal?


Cómo entender esta aberrante conducta humana es un dilema que lleva a las puertas mismas
del desconcierto. No está en los manuales de psiquiatría y no es una enfermedad como tal,
pero…¿qué puede pasar en la mente para llegar a cometer un acto de esta naturaleza?

Sujetos esquizofrénicos
Puede suceder que un esquizofrénico cometa un acto de antropofagia o canibalismo
porque dentro de sus delirios o alucinaciones siente deseos de comer carne humana. “Su
conducta caníbal es una actividad secundaria y derivada de un problema de enfermedad
mental”, declaró el Dr. Salín Pascal. También puede ser ocasionado por el Lech-Nyhan, un
extraño síndrome.
BUBU :

1. RESEÑA

Un amigo cocinero me recomienda siempre comer sentado. Dice que la comida


se digiere mejor. A pesar de este consejo, esta no es fórmula infalible. El
alimento se puede convertir en un invitado incómodo difícil de despachar, y
más después de un gran festín. Suerte que tenemos nosotros.

La pitanza a la que nos invita Manuel Martín Cuenca es compleja como la actual
gastronomía. El director, que aquí hace las veces de un chef magistral, maneja
conceptos, sabores y técnicas al servicio de una materia prima siniestra, como
lo es retratar a un caníbal. Y a pesar de la fina línea que separa un buen plato de
uno malo, Martín Cuenca ha sabido cuidar los detalles y, como no, rodearse de
un equipo muy ducho en el manejo de cacharros y fogones, por seguir con la
metáfora.

El producto final es Caníbal, centrado en la figura de Carlos (Antonio de la


Torre), un respetado sastre granadino que oculta uno de sus grandes deleites, la
carne humana. Las mujeres desconocidas son los ‘objetos culinarios’ con los
que a Carlos le gusta disfrutar acompañado de un vino. Todo cambia cuando
aparece la figura de Nina.

El corpus del filme funciona como el de un buen plato o como el del trabajo
pulcro del protagonista. Todo parece estar medido y bien cortado. Sin manchas,
sin retales a medio cortar, incluso lo que pueda estar menos controlado. Parte
de este mérito es para la fotografía de una gran intensidad y belleza, muy bien
cuidada y al servicio de la limpieza que demuestra la cinta, reconocida con un
premio en el último Festival de San Sebastián. A este mismo nivel se puede
situar a Antonio de la Torre, pieza fundamental y ejemplo de interpretación al
más alto nivel. Su trabajo, rodeado de inexpresión y frialdad, sitúa a su
personaje en el Olimpo de la villanía antropófaga, si ese horrible lugar existiese.

Y en este clima de delicada maldad, de bella atrocidad, el espectador asiste en


su papel de observador a escenas de vileza y perversidad sin que pueda hacer
nada. Solo él sabe el secreto de Carlos y su labor puede ser solo la de
angustiarse y seguir perplejo sus rutinas, su trabajo y su feroz práctica. La
ausencia de la justicia o de un castigo que pare esta infracción social añade
mayor crudeza al relato y provoca mayor desasosiego a un público pasivo y
atónito ante otro elemento que entra en el juego, el amor.

A estas alturas no hay que sorprenderse de que Martín Cuenca localice a su


protagonista en el entorno elegido. Funciona sin fisuras. La sastrería como
modo de trabajo de un caníbal aplicado y sin sentimientos resulta un buen
escenario, así como situar la acción en la ciudad de Granada. Esta no solo es
perfecta para acoger su templo del mal en la sierra, sino que culturalmente, el
realizador, también le saca partido. La religión está presente, aunque parezca
algo antagónico con el argumento, en una ciudad con fuertes raíces católicas. El
encargo que una cofradía de Semana Santa le hace a Carlos o la escena que este
mismo protagoniza en una iglesia, sugiriendo la antropofagia religiosa, son
cuestiones conceptuales que dotan de honda personalidad al filme.
Aquellos que realizan catas, sea de vino o de cualquier otro producto, tienen
una palabra para definir la persistencia de un sabor una vez haya pasado por la
boca: el ‘retrogusto’. Caníbal también goza de esta sensación. Y en el paladar
cinematográfico queda la impresión de haber visto algo bien contado y bello,
aunque la digestión de su tema lleve algo más de tiempo.

2. Caso médico-forense
Patología de base en las conductas de canibalismo: a
propósito de un caso-APA
Resumen

Los actos de canibalismo con ingestión de carne humana se practican por distintos pueblos y
culturas desde la antigüedad conocida. En general estas conductas tenían 2 motivos
fundamentales: la supervivencia del individuo en casos de grandes hambrunas y situaciones
extremas, o una forma ceremonial en sacrificios rituales con la finalidad de incorporar cualidades
del enemigo a la persona que ingería esa carne y era la vencedora. Sin embargo, fuera ya de
estas 2 motivaciones conocidas, en la historia de la humanidad se describen casos aislados de
canibalismo, generalmente llevados a cabo por individuos con trastornos mentales graves,
fundamentalmente esquizofrenia o trastornos psicóticos, sin que existan casos documentados en
los que la única enfermedad de base sea un trastorno de la personalidad como los trastornos
esquizoides.

escripción médico-forense

Varón alemán de 26 años, con evidentes signos de haber consumido algún tipo de sustancia, fue
detenido tras haber perseguido e intentado agredir a un vecino del pueblo, que avisó a la policía
al haberlo encontrado ensangrentado y durmiendo en el interior de una furgoneta propiedad de
otro vecino. En la inspección ocular de la finca donde habitualmente trabajaba el dueño del
vehículo, se descubrieron marcas de arrastre y sangre en el terreno del exterior de la nave, que la
puerta estaba forzada, y en el interior, sobre un gran charco de sangre, se encontraba el cadáver
desnudo y descuartizado del dueño del vehículo, además de una sierra metálica manchada con
restos de sangre y tejidos y múltiples manchas de sangre de proyección alrededor. La cabeza y
un miembro superior se localizaron en 2 bolsas de basura en el interior del maletero del vehículo
robado, junto con un serrucho con restos de sangre y tejidos. Se intervinieron al detenido 2
navajas y una mochila negra que contenía media botella de whisky y una bolsa de plástico con
una cacerola metálica con un trozo de carne en su interior.

En la autopsia se objetivaron 42 heridas por arma blanca en diferentes regiones corporales, sin
incluir las realizadas posteriormente para seccionar las diferentes partes del cuerpo, y se localizó
una pérdida de sustancia en el brazo derecho, que abarcaba por completo el músculo tríceps,
correspondiente al fragmento conservado en la cacerola metálica. La data de la muerte se
estableció entre 5 h y 6 h antes de la detención.

Transcurridas aproximadamente 11 h desde la detención se obtuvo una muestra de sangre en la


que se determinó la presencia de alcohol etílico 0,25g/l; el Juzgado de Instrucción solicitó la
exploración física y psicopatológica del detenido.

Se tomó declaración en Alemania a la madre y al hermano del detenido, que relataron que
nunca tuvo relaciones estables con los iguales, ni relaciones de pareja, y que manifiesta
únicamente afecto hacia los animales; también detallaron los antecedentes psicobiográficos de
interés reflejados en la tabla 1.

Tabla 1.

Antecedentes psicobiográficos de interés

16 Primeros problemas psíquicosa


años

17 Trastorno esquizoide de personalidad


años

Consumo de cannabis

Autolesiones

CI 110 (verbal 97, manipulativo 126)b

18-21 Varios ingresos en unidad psiquiátrica de adultos y tratamientos por «ataques de


años psicosis y abuso de alcohol»b

19 Divorcio de los padresa


años

20 Ingreso por «ataque de psicosis y abuso de alcohol»b


años

21 Comienza a vivir con la madre ante la falta de empleoa


años

23 Se marcha a vivir solo y rechaza los tratamientosa


años

25 Desaparece del piso e inicia su viaje por Alemaniaa


años
25 Desalojo del piso por falta de pago de alquiler. Su madre le localiza a la vuelta de
años viaje, discuten porque no quiere someterse a tratamiento y desaparecea

26 Detenido por asesinato en España


años

Se comprueba que había viajado por Austria, Italia, Francia (detenido por intento de
robo de vehículo) y llega a España por tren hasta Figueras. Transita por las localidades
de Yecla y Jumilla (acusado y absuelto de asesinato de un agricultor) y aparece
andando por una localidad de Albacete, donde comete el asesinato

Información obtenida de las declaraciones que le fueron tomadas a la madre y a su hermano, en


Alemania, obtenidas por cooperación judicial internacional y, posteriormente, traducidas al
castellano.

Información obtenida de informes psiquiátricos alemanes requeridos por cooperación judicial


internacional y posteriormente traducidos al castellano.

Discusión

Existen múltiples casos descritos de actos caníbales en la literatura médica e incluso en la prensa
de sucesos, y aunque en ocasiones se trata de leyendas urbanas 2, otras tienen una base real y se
detecta enfermedad mental grave o consumo de tóxicos subyacente.

Así, una nueva droga denominada «sales de baño» o «paloma roja» se ha relacionado con varios
ataques caníbales ocurridos en EE. UU. en los últimos años y su consumo ya se ha descrito en
España. Su principio activo es la metilendioxipirovalerona, de potentes efectos alucinógenos y
estimulantes; su uso produce agitación, agresividad y trastornos sensoperceptivos,
manteniéndose las alteraciones conductuales incluso días.

Sin embargo, la mayoría de las conductas de canibalismo son realizadas por pacientes con
trastornos psicóticos, tipo esquizofrenia paranoide, cuando dentro del contenido delirante
asesinan a personas y comen parte de sus cuerpos1.

No hemos localizado en la literatura científica casos de canibalismo descritos en pacientes con el


diagnóstico exclusivo de trastorno de la personalidad. El TE se caracteriza por un patrón general
de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el
plano interpersonal3,4. Las personas con TE, en general, prefieren vivir solas y aisladas de los
demás, carecen de habilidades sociales, y se ha descrito en ellas una notable proclividad a la
delincuencia y a menudo sus acciones son de una refinada crueldad, lo que indica la existencia
de una mentalidad primitiva, salvaje, inferior y prelógica 5.

El caso descrito muestra todas las características recogidas en el DSM-5 para el diagnóstico del
TE y rasgos antisociales y esquizotípicos, así como presenta un patrón de abuso de alcohol y
cannabis, puesto que el vagabundeo y la falta de recursos económicos impedían que realizara
un consumo habitual de estas sustancias 3,4,6. Todos estos factores y la interacción entre los
mismos se consideran de relevancia para los hechos cometidos.

3. CANIBALISMO EN EL PERU
CANIBALISMO EN LAS POBLACIONES
INDIGENAS

Las poblaciones indígenas


tienen una variedad de costumbres que las hacen diferentes entre unas y otras. Juan Tapayuri,
ingeniero de la nación cocama cocamilla del Huallaga, es amplio conocedor de las costumbres
de estas comunidades y al conversar con él me encontré con un mundo sumamente
interesante donde la cosmovisión de sus habitantes es verdaderamente sorprendente.

En medio de estas delicadas investigaciones buscamos llegar más allá del presente a los
lejanos ayeres de los indígenas de la época del caucho, a quienes de acuerdo a los relatos
esclavizaron y asesinaron por miles durante los años del imperio del cauchero Julio César
Arana del Águila.

Los conceptos y las opiniones recogidos a lo largo de las décadas más remotas sobre los
indios que poblaban la región donde se identificaron a huitotos, boras, ocainas, andoques y
carijones varían según la fuente y su posición económica, es decir de acuerdo a los intereses
de sus patrocinadores.

Los aranistas argumentan que la violencia con que emprendieron contra los indígenas del
Putumayo se debe a sus costumbres caníbales, además de que no cedían a la civilización. Es
el caso del ingeniero francés Eugenio Robuchon, contratado por la Casa Arana, cuyo libro
sobre la región se publicó en 1907, dos años después de su misteriosa desaparición donde
titula en su segunda parte: “Entre indios caníbales”, describiendo una visión diabólica de los
indios huitotos nonuyas (o witotos) que a continuación transcribo:

“La tendencia al canibalismo de estos seres es tal que se comen entre sí de tribu a tribu. Sin
contar las batallas, donde los cadáveres de los enemigos proveen la carne para el festín que se
efectúa al día siguiente de la acción, siempre tienen oportunidad de satisfacer aquella
tendencia, pues conservan como prisioneros de guerra a los que caen en sus manos,
guardándolos para fechas ulteriores. Y estos infelices no huyen jamás, aun sabiendo la suerte
que les espera, pues consideran como distinción honorífica el género de muerte a que se les
destina. Llega el día de la ceremonia, matan a la víctima con una flecha envenenada: la cabeza
y los brazos, únicas presas que sirven para el festín, se separan del tronco y comienza
entonces la horrible operación culinaria.

La gran olla de tierra, especialmente reservada para el caso y ordinariamente suspendida del
techo, se baja hasta el suelo. Arrójanse en ella los despojos humanos sin mutilarlos, sazonados
con una buena cantidad de ajíes rojos, y aquel puchero repugnante se hace hervir a fuego
lento. Simultáneamente el manguaré comienza a dejar oír su sonido sordo, anunciando en las
lejanías del bosque los preparativos de la ceremonia. De todas las colinas vecinas responden
los manguarés, y los indios comienzan a llegar al centro del festín.

Todos se han revestido de sus más bellos ornamentos, de plumas multicolores, de cascabeles
que atados a las rodillas producen un sonido alegre a cada paso. Quinientos o seiscientos
indios, hombres y mujeres, pueblan el sitio, armando una algazara atronadora, mezclando sus
discordantes gritos a los chillidos de las criaturas o a los aullidos de los perrros…

De pronto, cesa el ruido del


manguaré … Un gran silencio sucede a la gritería anterior: la olla ha sido retirada del fuego.

Los hombres, únicos que toman parte activa en la ceremonia, se sientan alrededor. El capitán o
cacique agarra un pedazo de carne humana y después de deshacerlo en largos filamentos, se
lo lleva a la boca y comienza a chuparlo lentamente, pronunciando de vez en cuando una serie
de palabras apoyadas por un heu afirmativo por parte del resto de la muchedumbre. Enseguida
tira a un lado la carne desangrada. Cada uno continúa, por turno, la misma operación hasta
rayar el día. Los cráneos y brazos, del todo despojados de carne, se suspenden
inmediatamente del techo sobre el humo, y luego los caníbales se hartan de cahuana, e
introduciéndose los dedos en la garganta, provocan el vómito.

Vuelve otra vez a retumbar el manguaré, lentamente primero, después con gran rapidez, hasta
que los golpes adquieren un ritmo arrebatador. Ha comenzado el baile, baile infernal, donde
tiembla la tierra bajo las patadas de los indios. Resuenan los cascabeles de un modo
ensordecedor, los cánticos se convierten en aullidos atroces y se apodera de los indios una
excitación nerviosa, producida por la influencia de la coca, muy parecida a la locura feroz, que
los domina durante los ocho días que dura la festividad.”

Sobre la antropofagia que describe Robuchon, dicen los que conocen y saben con mayor
acercamiento de estos hechos que son creíbles. El escritor explica bien sobre los huitoto
nonuyas, lo que ciertamente no hace que todos los indios fueran caníbales, en esa época y hoy
mismo. Que si éstos tenían estos ritos guerreros ahora no tienen ni batallas ni se alimentan de
carne humana.

4. Canibalismo y el placer-analisis pscologico de película


caníbal
El fileteo de placer para Manuel Martín Cuenca ya venía desde
Toronto. Caníbalfue muy bien recibida en el certamen canadiense, y la
historia de un sastre granadino que como un depredador busca
víctimas femeninas que le resulten atractivas para, tras matarlas,
despiezarlas, filetearlas y comérselas con la misma fría meticulosidad
con las que corta los trajes no ha dejado a nadie indiferente a nadie
en su paso por el Zinemaldia.

Basada en la novela cubana homónima de Humberto Arenal, de la


que solo ha quedado el origen según los guionistas –Martín Cuenca y
Alejandro Hernández-, Caníbal habla desde el terror más frío y
psicológico de la España de provincias. Si no fuera por algún móvil,
una tele de plasma o el coche del protagonista, podría llegar a datarse
en los años cincuenta del siglo pasado: “En este país hay cosas que
no han cambiado. La vida de un individuo está hecha de capas y se
nota más en las ciudades de provincias: heredas la casa de tus
padres y a lo mejor nunca has cambiado del teléfono, de muebles.
Esos objetos forman parte de un paisaje sentimental que no cambia”.
De ahí el rodaje en Granada, una ciudad con un centro histórico poco
alterado que tiene muy cerca las altas cumbres de Sierra Nevada,
donde Carlos, el sastre, posee una cabaña donde descuartiza a las
mujeres, en una filmación que se dividió en dos partes: la actriz
rumana Olimpia Melinte interpreta a dos hermanas y durante dos
semanas pararon para engordara diez quilos y cambiara físicamente,
no solo en el tinte del pelo, de un personaje a otro. “Creo que hay
mucho de Mur Oti, Saura y Buñuel en la película, de la España negra
que ellos mostraron. Y de otros: La tía Tula, Calle Mayor, El extraño
viaje… Me gustaría beber de esos maestros y también aportar algo
más”. Y Martín Cuenca se define de provincias –“allí he nacido [en
Almería], he crecido, así que los personajes son inconscientemente
familiares”-. También de esa españolidad surgen las referencias
cristianas: “El sacrificio, la sangre, la muerte, la transcendencia, la otra
vida, eso lo tenemos metido dentro quienes hemos tenido educación
cristiana. La religión no contesta a todo: ¿por qué Lucifer traicionó a
Dios? Pues la película igual: ¿por qué Carlos empezó a hacer el mal?
Tampoco nosotros respondemos”.

Eso sí, aporta una clara reflexión sobre la redención. “Tú cuentas una
historia y punto. Y luego descubres cosas tras acabarla. Por ejemplo,
antes sí hablaba de la redención. Ahora diría que es más sobre la
fantasía de redimir al monstruo, que es una cosa muy femenina. Pero
el tipo es lo que es. La humanidad siempre ha luchado por redimir, y
cuanto más canalla es el hombre a cambiar, más mérito parece tener
si se logra”. La plasmación del monstruo no se regodea en el gore,
sino que el cineasta prefiere rehuir la carnaza. “Yo hablo de un dilema
moral, no de si se cortan las vísceras. Desde el principio es muy clara.
No escondemos las cartas, pero le mostramos de forma elegante. No
me interesa la pornografía y sí la evocación y la inquietud de la
normalidad: no ves, imaginas. Y eso golpea más el estómago del
espectador.

En Caníbal hay un gran cuidado por el estilo –“esa frialdad es la


distancia adecuada para contar la historia; huyo del melodrama, que
en la vida real no existe”-, una fotografía muy elaborada, una fe en la
actuación de Antonio de la Torre, aquí parco en palabras, y tras nacer
del Atelier de Cannes, donde cineastas seleccionados encuentran un
escaparate de sus proyectos para encontrar financiación, aterriza en
la sección a concurso en San Sebastián con una apuesta en la que no
hay banda sonora. “Huyo de esa música que subraya los sentimientos
al espectador. Me parece hermosísimo trabajar el sonido como una
banda musical”. Los ruidos del motor del frigorífico, del coche, de la
radio de fondo en la sastrería crean una atmósfera de terror.

Ante la posible sensación de que este depredador no se ha hecho,


sino que ha nacido así –o que no solo ha heredado el negocio de su
padre sino también el canibalismo-, el director de La flaqueza del
bolchevique y Malas temporadassonríe con misterio: “Nosotros
inventamos nuestra historia, y luego la quitamos para que el
espectador sea quien decida. Carlos mata mujeres con las que en un
principio no tiene vinculación, por las que se siente atraído. Y no mata
de cualquier forma, genera situaciones, accidentes, acciones que le
causan placer, el placer del depredador”.

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