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La teoría de las profesiones

Estado del arte*


ELIOT FREIDSON **

Este trabajo examina las tendencias en el estudio de las profesiones,


desde los primeros intentos, en los años sesenta, hasta su conformación crítica en los ochenta,
y evalúa la validez de ciertos estudios para teorizar en ese campo. Para ello, clarifica la naturaleza
del concepto de "profesión", acotando su naturaleza dentro de una concepción genérica de las ocupaciones.
Asimismo, aborda el concepto como una construcción histórica de ciertas sociedades,
y analiza de manera general el desarrollo, uso y consecuencias que tal concepto tiene en esas sociedades.
Finalmente, trata el problema de la definición, su relatividad y parcialidad, y apunta posibles
líneas de investigación para continuar con su estudio crítico.

In this article, the author analyzes the trends in the studies about professions, from the first tentatives,
during the sixties, until its critical period in the eighties, and he questions the validity of some of those studies
to theorize in this field. Therefore he clarifies the nature of a concept as “profession”, situating it within a generical
conception of employment. He also takes the concept as a historical construction of some societies and analyzes
in a general way the development, the use and the outcomes that such a concept can have in those societies.
The article finally tackles with the problem of the conceptual definition, its relativity and partiality
and shows potential research outlines that would help to continue this critical study.

Palabras clave: Sociología / Profesiones / Mercado laboral / Ocupación / Metateoría


Sociology / Professions / Labor market / Employment / Metatheory

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Aun cuando las profesiones nunca han La década de los sesenta marcó un par-
estado entre los temas principales de la teo- teaguas en los escritos sociológicos sobre
rización sociológica, un gran número de las profesiones. Por un lado, el sabor eva-
prominentes sociólogos de lengua inglesa, luativo de la literatura cambió, mientras
desde Herbert Spencer (1914, pp. 179- la mayoría de los sociólogos (aunque
324) hasta Talcott Parsons (1968), le han consciente de sus deficiencias) ponía el
dedicado algo más que una simple atención énfasis en los logros y las funciones posi-
pasajera. Hasta hace poco tiempo, la mayo- tivas de las profesiones, escritores más re-
ría de los sociólogos se había inclinado por cientes han sido consistentemente más
considerar las profesiones como sirvientes, críticos. Por otro lado, la preocupación
muy estimados, de la necesidad pública, y principal de la literatura ha cambiado. En
las concebían como ocupaciones especial- la literatura anterior, los principales auto-
mente distintas de otras por su orientación res académicos abordaban, básicamente, el
al servicio de las necesidades del público, análisis de las relaciones entre los papeles
por medio de la aplicación educada de su [role] y las normas profesionales y la inte-
conocimiento, singularmente esotérico, y racción en los ambientes de trabajo.
de sus complejas habilidades. En contraste, Aunque todos reconocían la importancia
los representantes de las otras ciencias de los factores políticos y económicos, no
sociales han enfatizado características bas- los analizaron a profundidad. La más
tante diferentes de las profesiones. Los eco- reciente literatura académica, por otra
nomistas prefieren resaltar el cerrado carác- parte, se concentra en la influencia políti-
ter monopólico del mercado de trabajo ca de las profesiones (Freidson, 1970a),
profesional (Cairnes, 1887, pp. 66-67; en la relación de las profesiones con las
Friedman, 1962, pp. 137-160). Los politó- élites, políticas y económicas, y el Estado
logos tratan a las profesiones como gobier- (Jonson, 1972) y con el mercado y el sis-
nos privados privilegiados (Gilb, 1966); y tema de clases (Larson, 1977).
los encargados de diseñar las políticas con- A pesar de que los cambios importan-
sideran que los expertos profesionales tie- tes se dieron en los énfasis evaluativo y
nen una visión extremadamente estrecha e sustantivo de los escritos sociológicos
insular de lo que es bueno para el público sobre las profesiones, éstos reflejan cam-
(Laski, 1931). bios en el contenido de la teorización,
mas no en su naturaleza; ello sucedió aun
cuando algunas de las más recientes críti-
* El cuerpo básico de este artículo lo escribí mientras cas al enfoque tradicional han sido de
fui investigador senior Fulbright-Hays en el Laboratoire carácter metateórico. Desafortunadamen-
d’Economie et de Sociologie du Travail (CNRS), Aix-en-
Provence. Deseo expresar mi más profunda gratitud a M. te, estas críticas metateóricas han aborda-
Guy Roustang, entonces director del CNRS, y de M. Marc do temas sin importancia o bien temas
Maurice, director de investigación, por su hospitalidad y que, en esencia, no tienen solución, debi-
motivación intelectual.
[N. del E.: La versión original de este artículo se publicó
do a la naturaleza misma del concepto de
en The sociology of the professions: Lawyers, doctors and profesión en sí. Por esta razón, en la déca-
others (1983), editado por Robert Dingwal et al., Londres, da anterior no se lograron avances signifi-
Macmillan, pp. 19-37. Agadecemos al autor su permiso
para publicarlo.]
cativos en el desarrollo de una teoría de
** Profesor emérito de Sociología, Universidad de Nueva York. las profesiones que no tuviera las mismas
eliotf@itesa.ucsf.edu deficiencias que las teorías anteriores.

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Éste es el tema del presente trabajo. En to a los elementos, los rasgos característi-
él examino diversos asuntos metateóricos cos o los atributos que incluyen, un
comunes, abordados en escritos recientes número de éstas ha demostrado una per-
sobre las profesiones, y evalúo tanto su sistente falta de consenso sobre cuáles ras-
validez como su utilidad para desarrollar gos deben acentuarse en la teorización
una teoría de las profesiones. Al hacerlo (Millerson, 1964, p. 5). Una parte consi-
será necesario que aborde el concepto de derable de la crítica a la literatura tradi-
profesión en sí. Argumentaré que la natu- cional sobre las profesiones se ha dedica-
raleza misma de este concepto desempe- do a señalar la falta de consenso. Como
ña un papel sumamente importante en la no parecemos estar más cerca de dicho
generación de algunos de los problemas consenso de lo que estábamos en 1915, y
abordados por los escritos metateóricos, a debido a que el uso varía sustancial, lógi-
la vez que impide su solución en términos ca y conceptualmente (Freidson, 1977),
abstractos y teóricos. Plantearé que la algunos analistas dan la impresión de que
naturaleza del concepto de profesión nos reprueban la práctica misma de buscar
proporciona un número limitado de una definición. Pero dicha reprobación
opciones. La opción que puede conducir es, con toda seguridad, inapropiada. Para
a un método de análisis coherente y siste- pensar clara y sistemáticamente sobre
mático requiere dejar de lado el intento cualquier cosa, uno debe delimitar la
de tratar la profesión como un concepto materia por abordar mediante el análisis
genérico e intentar, más bien, formular empírico e intelectual. No podemos ela-
una concepción genérica de las ocupacio- borar una teoría si no estamos seguros
nes dentro de la cual podamos localizar sobre lo que tratamos.
analíticamente las ocupaciones particula- Un método utilizado para tratar de
res que han sido etiquetadas como profe- solucionar el problema de la definición
siones. Para avanzar en el desarrollo de ha sido el de restar valor al hecho de defi-
una teoría de las profesiones, sin embar- nir las características de las profesiones
go, se requiere de una opción algo dife- como “inherentemente distintas de las
rente, que trate el concepto como una otras ocupaciones” (Klegon, 1978, p. 268)
construcción histórica en un número y exhortar, más bien, a analizar el proceso
limitado de sociedades y estudie sus desa- por el cual las ocupaciones demandan o
rrollos, usos y consecuencias en esas se ganan el estatus profesional. El resulta-
sociedades sin intentar más que las más do de esta posición, sin embargo, es que
modestas generalizaciones. se evita por completo cualquier defini-
ción consciente mientras, de hecho, se
EL PROBLEMA DE LA DEFINICIÓN presenta subrepticiamente una definición
implícitamente vaga y no satisfactoria de
Por lo menos desde Flexner (1915), gran la profesión como una ocupación que ha
parte del debate se ha centrado en cómo obtenido estatus profesional. ¿Qué es el
las profesiones deberían definirse, cuáles estatus profesional? ¿Cómo se determina
ocupaciones deberían ser llamadas profe- cuándo existe y cuándo no? ¿Cuáles son
siones y según cuáles criterios institucio- sus características?
nales. Pero mientras la mayoría de las Una sugerencia estrechamente rela-
definiciones se traslapan entre sí en cuan- cionada consiste en cambiar el enfoque,

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pasar de una concepción “estática” de las Dada la necesidad de la definición, se


profesiones como un tipo distinto de podría observar que el carácter de una
ocupación, a la de un proceso por el cual definición adecuada deberá ser tal que
las ocupaciones se profesionalizan (Voll- especifique un conjunto de referentes
mer y Mills, 1966). Sin embargo, como mediante los cuales el fenómeno pueda
correctamente observan Turner y Hodge ser discriminado en el mundo empírico;
(1970, p. 23) y Jonson (1972, p. 31), es decir, atributos específicos, rasgos o
un énfasis en el proceso más que en la características definitorias. Desafortu-
estructura, en la profesionalización más nadamente, en la literatura crítica recien-
que en los atributos de las profesiones, te existe una tendencia a confundir el
no resuelve realmente el problema de la acto de especificar las características defi-
definición. Para hablar del proceso de nitorias con las características particula-
profesionalización se requiere definir la res especificadas por escritores anteriores.
dirección del proceso, así como el estado Se puede criticar una definición por los
final de profesionalismo hacia el cual rasgos característicos ambiguos, tanto
estaría avanzando una ocupación. Sin analítica como empíricamente, que esta-
alguna definición de profesión, el con- blece (Freidson, 1970a) o porque sus ras-
cepto de profesionalización pierde, vir- gos no tienen interrelaciones sistemáticas
tualmente, todo sentido; e igual sucede ni formulación teórica (Jonson, 1972).
con la intención de estudiar el proceso Pero no es justo criticar el hecho de que
en lugar de la estructura. Estudiar el una definición esté compuesta por rasgos
proceso sin una definición que guíe o atributos.
nuestro objetivo sería tan infructuoso Por todo ello, parecería que, dado el
como estudiar la estructura sin tener una actual estado del arte de la teorización
definición. sobre las profesiones, los comentarios
En pocas palabras, si se quiere que el recientes sobre el asunto de la definición
asunto de la definición sea útil para una no dan en el blanco. El problema sobre la
teoría de las profesiones no se puede definición, que ha plagado el campo
negar ni evitar la necesidad de dicha defi- durante más de medio siglo, no ha sido
nición. Un término como profesión, con creado por buscapleitos pedantes cuyo fin
tantas connotaciones y denotaciones, no sea evitar por completo una definición.
puede emplearse en un discurso preciso Tampoco se trata de un problema que
sin definición. Se podría evitar el asunto resulte de la adopción de un enfoque
de la definición sólo si se adopta la posi- “funcional” o “estructural” estático, y
ción manifiestamente antianalítica de que cuya respuesta se logre mediante un enfo-
todas las ocupaciones –ya sea que se hable que del “proceso” o del “conflicto”.
del trabajo casual por un día, del trabajo Finalmente, no se trata de un problema
en la línea de ensamblaje, de la docencia, creado al incluir rasgos característicos o
la cirugía o el análisis de sistemas– se atributos en una definición. Mi plantea-
parecen tanto que no se consigue nada al miento es que este problema es mucho
hacer distinciones de cualquier tipo entre más profundo. Se produjo al intentar
ellas. Pero debe negarse con toda firmeza abordar las profesiones como si se tratara
la posición de que no hay diferencia algu- de un concepto genérico más que de un
na de importancia analítica. concepto que va cambiando con la histo-

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ria y que tiene raíces particulares en una el concepto institucional de profesión


nación industrial fuertemente influencia- como una forma distintiva de ocupación
da por instituciones angloamericanas. organizada. Los principales escritos teóri-
cos sobre las profesiones se refieren a éstas
LA ESTRECHEZ DEL CONCEPTO en el segundo sentido, como un número
INSTITUCIONAL DE PROFESIÓN bastante limitado de ocupaciones que
comparten características considerable-
Con la finalidad de desarrollar mi argu- mente más específicas que la simple edu-
mento sobre la naturaleza del concepto cación superior, y que pueden distin-
de profesión, es necesario, antes que guirse como ocupaciones separadas. Sus
nada, hacer énfasis en la diferencia entre miembros se conciben, en primer lugar,
dos usos muy diferentes que algunas veces por su ocupación y sólo en segundo lu-
se confunden. En primer lugar, está el gar por su “clase”. Es precisamente este
concepto de profesión que se refiere a un concepto institucional de profesión el que
amplio estrato de ocupaciones relativa- es difícil de aplicar tanto a la gama com-
mente prestigiadas, pero de muy diversa pleta de ocupaciones en el “estrato profe-
índole, cuyos miembros han tenido algún sional” de cualquier nación industrializa-
tipo de educación superior y se identifi- da, como a las ocupaciones de clase media
can más por su estatus educativo que por en Europa, mismas que, en las naciones
sus habilidades ocupacionales específicas. angloamericanas, serían consideradas pro-
En segundo lugar, está el concepto de pro- fesiones en el sentido más estrecho.
fesión como un número limitado de ocu- Las ocupaciones a las que en inglés se
paciones que tienen más o menos en llama profesiones han tenido una historia
común rasgos característicos instituciona- bastante especial. Como sabemos, las uni-
les e ideológicos particulares. Este segun- versidades medievales europeas generaron
do concepto es el único que nos permite las tres profesiones educadas originales:
pensar en el “profesionalismo”, en térmi- medicina, derecho y el sacerdocio (del
nos de Jonson, como una forma de orga- cual la docencia universitaria era sólo
nizar una ocupación (Jonson, 1972, p. 45). parte). Eliot (1972, pp. 14, 32) ha suge-
Ello representa mucho más que un mero rido el término “profesiones de estatus”
estatus, ya que produce identidades ocu- para ellas y señala, con bastante precisión,
pacionales distintivas y nichos excluyen- su marcada diferencia de las recientes
tes en el mercado (véase Parkin, 1979), “profesiones ocupacionales”.
que separan cada ocupación de las demás, A medida que se desarrollaba la estruc-
y a veces las oponen entre sí. tura ocupacional del industrialismo capi-
Además, estos dos conceptos difieren talista, durante el siglo diecinueve en
señaladamente en su pertinencia para las Inglaterra y más recientemente en Estados
sociedades industriales de hoy en día. El Unidos, el consenso terminológico devino
concepto de profesión como un estrato en gran confusión por los esfuerzos de las
educado muy amplio ha sido aplicado sin ocupaciones de clase media, recientemen-
mucha dificultad en todas las naciones te reorganizadas o recientemente forma-
industrializadas (véase, por ejemplo, Ben- das, para lograr el título de “profesión”, ya
David, 1977, p. 30). Pero éste refiere a un que éste estaba relacionado con el estatus
fenómeno mucho más general y vago que de caballero de las profesiones educadas

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tradicionales (Reader, 1967; Larson, 1977). el concepto tradicional de profesión de


Aunque existían diferencias muy impor- estatus, sostenida por instituciones ocu-
tantes entre las dos naciones, tenían en pacionales que las respaldaban ostensible-
común un aparato de Estado comparati- mente, proporcionaban la base para legi-
vamente pasivo con una sólida, pero para timar la protección estatal ante los vientos
nada menos ambigua, filosofía de laissez- de la competencia ocupacional.
faire y un pequeño servicio civil. En Inglaterra y en Estados Unidos, la
Las ocupaciones que buscaban un tendencia era que cada ocupación organi-
lugar seguro y privilegiado en la econo- zara su propio movimiento para lograr el
mía de estos países no podían hacer más reconocimiento y la protección estatal.
que solicitar el apoyo del Estado para Las identidades y lealtades de sus miem-
encontrar un nicho excluyente en el mer- bros se anexaban a sus ocupaciones indi-
cado abierto, donde tenían que competir viduales y a sus instituciones. La situación
con ocupaciones rivales. Tenían que orga- era bastante diferente en Europa, donde
nizar sus propias instituciones de capaci- el Estado era mucho más activo para
tación y credencialización, ya que el organizar tanto la capacitación como el
Estado desempeñaba un papel pasivo en empleo. Las profesiones de estatus tradi-
estos asuntos. A diferencia de otros paí- cionales mantuvieron sus distinciones
ses, el título “profesión” se usaba para ocupacionales mientras reorganizaban sus
establecer el estatus de las ocupaciones cuerpos corporativos, pero las nuevas
exitosas y terminó siendo parte del esque- ocupaciones de clase media no buscaron
ma de clasificación ocupacional oficial en clasificarse como “profesiones” con la
Estados Unidos e Inglaterra. Además, finalidad de ganar estatus y justificar un
gradualmente fue expandiendo su cober- nicho en el mercado; en su caso no se
tura al incluir más ocupaciones en la emplea un título “paraguas” que les endo-
misma categoría, y con el mismo título, se características institucionales especiales
que las profesiones de estatus originales para distinguirlas (véase Hughes, 1971,
de las universidades medievales (véase pp. 387-388). Más bien, éstas obtenían
Reader, 1967, pp. 146-166, 207-211). su estatus y su seguridad al asistir a insti-
Obtener el reconocimiento como “profe- tuciones elite de educación superior con-
sión” era importante para las ocupa- troladas por el Estado, mismas que les
ciones, no sólo porque este título estaba garantizan posiciones en el servicio civil u
vinculado con el tradicional estatus de otros puestos técnicos administrativos. En
nobleza, sino porque sus tradicionales la Rusia y la Polonia del siglo diecinueve,
connotaciones de aprendizaje y dedica- lo importante era, sencillamente, ser egre-
ción desinteresada legitimaban el esfuerzo sado de un gimnasium, no la ocupación
para obtener protección estatal frente a la que se tuviera (Gella, 1976). En Alema-
competencia en el mercado laboral. Dada nia, lo importante era ser egresado de una
la filosofía de laissez-faire, sólo algunas universidad, un Akademiker (Ruesche-
excusas muy especiales podían justificar la meyer, 1973b, pp. 63-122; Ringer, 1979,
creación, sancionada por el Estado, de un p. 411). En Francia, las fortunas fluían a
nicho en el mercado. Las ideologías del partir de la asistencia a una de las grandes
conocimiento y la experiencia especiales, écoles (véase por ejemplo, Ben-David,
así como la probidad moral que brindaba 1977, pp. 38-46). La identidad principal

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no se adquiría por la ocupación, sino por LA INEVITABILIDAD


el estatus obtenido mediante la educación DE LAS DISCULPAS Y LAS POLÉMICAS
de elite, sin importar la especialidad en
particular. Como observa Ben-David so- Si concedemos el carácter concreto e his-
bre Francia: tórico del término, podemos entender
mejor algunas de las otras controversias
las personas técnicamente competentes [...] que que rodean la definición de profesión en
el sistema [de grandes écoles] estaba [...] di- la literatura reciente. Las críticas metateó-
señado para producir [...] no se identifican ricas frecuentemente hacen la observación
principalmente por sus calificaciones profesio- de que los escritos más antiguos sobre las
nales, sino por sus empleos. Si trabajan en la profesiones crearon definiciones que eran
iniciativa privada, tienden a considerarse parte reflejo de lo que decían sobre sí mismos
de la clase burguesa empresarial, y si son asala- los voceros de las ocupaciones angloame-
riados, se consideran funcionarios de cierto ricanas en búsqueda de reconocimiento
rango y no químicos o ingenieros (Ben-David, social como profesiones (Freidson, 1970a,
1977, p. 46). pp. 77-84; Gyarmati, 1975, pp. 629-
654). Roth (1974, p. 17) es enérgico al
Esto es muy diferente de las profesio- plantear su crítica: “Los sociólogos [...] se
nes angloamericanas, que obtienen su dis- han convertido en la víctima inocente de
tinción y posición en el mercado no tanto las profesiones establecidas (ayudándoles
por el prestigio de las instituciones en las a justificar su posición dominante y las
que se ofrecen, sino más bien por su utilidades que ésta les proporciona) y en
capacitación e identidad como ocupacio- los árbitros de las ocupaciones que están
nes particulares organizadas corporati- resueltas a sacar ventaja”. La implicación
vamente, a las que se les endosan conoci- de esta crítica es que los teóricos debe-
miento especializado, ética e importancia rían, en cierto sentido, esforzarse para
para la sociedad, y para las cuales se recla- crear una definición que no refleje los
ma el privilegio.1 intereses de los grupos que intentan des-
Por lo tanto, no es para nada injusto que cribir, sino que su definición debería
el profesionalismo sea llamado la “enferme- tener una perspectiva más independiente.
dad británica” (Fores y Glover, 1978, p. Sin embargo, debido a la misma natura-
15), aunque yo prefiero llamarla la “enfer- leza del concepto, uno no puede evitar su
medad angloamericana”. Ni es por acci- conexión intrínseca con los procesos so-
dente que la literatura teórica sobre las ciales evaluativos que la crean.
profesiones sea, casi en su totalidad, anglo- En las profesiones, los asuntos para
americana, a pesar del uso que hacen los comentar y analizar están determinados,
europeos de las reseñas y la literatura anglo- hasta cierto punto, por la historia nacio-
americana hechas por los europeos (Mau- nal del término en sí y por el uso de tal
rice, 1972, pp. 213-225). De todas mane- término, tanto por parte de los miembros
ras, yo plantearía que, como concepto de las ocupaciones en particular como de
institucional, el término “profesión” está los miembros de otros grupos de la socie-
intrínsecamente ligado a un periodo parti- dad angloamericana. Dado el hecho his-
cular de la historia y con un número limi- tórico de que el término es una etiqueta
tado de naciones en dicho periodo. valorada socialmente, con la posibilidad

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de recompensas sociales, económicas, del marcado cambio en el tono de la lite-


políticas o, por lo menos, simbólicas que ratura, porque la base de la teorización no
se acumulan para quienes así son etique- ha cambiado.
tados, parece inevitable que habrá desa-
cuerdos sobre sus aplicaciones para ocu- LA FENOMENOLOGÍA
paciones o personas particulares, así DE LA PROFESIÓN
como sobre la propiedad de las recom-
pensas especiales que se acumulan para Si “profesión” pudiese describirse como
quienes se les aplica. Debido a la natura- un concepto tradicional [folk], entonces
leza del concepto, cualquier iniciativa la estrategia de investigación apropiada es
para definirlo y analizarlo estará inevita- de carácter fenomenológico. No se inten-
blemente sujeta a la posibilidad de ser ta determinar lo que es profesión en un
empleada con el fin de dirigir la asigna- sentido absoluto, sino más bien cómo la
ción y la justificación de las recompensas gente en una sociedad determina quién es
para algunos y de retenérselas a otros. un profesional y quien no; cómo los pro-
Se entiende, por lo tanto, que aquellos fesionales “realizan” o “logran” las profe-
que Roth describió como “víctimas ino- siones por medio de sus actividades, y
centes” sostienen la posición tanto de las cuáles son las consecuencias para la mane-
profesiones establecidas como la de aque- ra en que ellos se consideran a sí mismos y
llas que intentan obtener el éxito al imi- realizan su trabajo. Esto, sin embargo, no
tarlas. También se entiende, sin embargo, es una empresa sencilla, ya que no pode-
que quienes, como Roth y el autor, se mos asumir, realistamente, que hay una
embarcan en evaluaciones muy críticas de tradición holística que genera solamente
las definiciones y los análisis de otros, un concepto tradicional de profesión en
también servimos como “víctimas inocen- sociedades tan complejas como la nues-
tes”, aunque de agentes diferentes –tanto tra. Seguramente hay varias tradiciones y,
de los programas gerenciales para elimi- por ende, varios conceptos tradicionales.
nar las habilidades y proletarizar el tra- Es más probable que los diferentes con-
bajo profesional, como de los movimien- ceptos de profesión sean propuestos por
tos de la clase trabajadora dirigidos a las ocupaciones que buscan las recompen-
reducir las diferencias de pago y las sas de una etiqueta profesional, más que
barreras para entrar a los empleos “pro- las otras que sólo intentan preservar las
fesionales”. Ambos conjuntos de escrito- recompensas que ya han obtenido; o que
res, aunque difieren en sustancia, no se los conjuntos de empleadores o clientes
diferencian por el enfoque intelectual del que buscan controlar los términos, las
concepto. El parteaguas en la literatura condiciones y el contenido de los trabajos
académica, que en mi opinión ocurrió en que desean les realicen; o que las agencias
los años sesenta, cambió la simpatía social gubernamentales que buscan crear un
y el interés sustantivo, pero no implicó medio sistemático que les permita clasifi-
un rompimiento con la preocupación car las ocupaciones de la fuerza de traba-
anterior de adjudicar la aplicación de la jo y rendir cuentas de cada una, o que la
etiqueta y sus recompensas. Tal vez ésta es sociedad en general. En verdad, el hecho
la razón por la cual no se han dado avan- mismo de que exista tal variedad de pers-
ces coherentes en la teorización, a pesar pectivas e intereses de grupo podría

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considerarse como responsable de la varie- viable sobre el uso, y las actividades y rela-
dad de concepciones de profesión pro- ciones que implica. No obstante, ni siquie-
puestas, cada una dirigida a su propio ra esto es suficiente, entre los grupos que
público, responsable del disenso caracte- deben ser tomados en cuenta están los
rístico en torno al uso y a los referentes mismos sociólogos, quienes definen la pro-
ocupacionales concretos del término. Sin fesión por decreto, ya que ellos, también,
embargo, ¿se puede decir que una de son miembros del mundo fenomenológi-
esas perspectivas tiene autoridad acadé- co de las ocupaciones.
mica como concepto? ¿Hay otras de las Los sociólogos son parte de la vida
que se pueda decir que no son válidas ni social y producen algunos de los recursos
importantes? simbólicos empleados por otros miem-
Muchos críticos recientes de la literatu- bros de su sociedad, muy especialmente
ra sobre profesiones parecen sentir que es cuando desempeñan el deliberadamente
algo inapropiado para los sociólogos hacer accesible papel de comentar y analizar
sus propios pronunciamientos sobre la asuntos sociales contemporáneos. A su
esencia del concepto de profesión y, por lo manera, al representar su papel especial
tanto, servir como árbitros o víctimas ino- de intelectuales, los sociólogos logran la
centes. Algunos plantean que deberían, profesión tanto como lo hacen las ocupa-
más bien, estudiar cómo otros miembros ciones que ellos analizan. Aun sin tener
de la sociedad emplean el concepto sin que hacer esfuerzos especiales –como el
proyectar sus propias concepciones. En un de “popularizar” sus análisis para difun-
planteamiento bien razonado, Dingwall dirlos ampliamente–, el trabajo especiali-
(1976, pp. 331-349) sugería que en lugar zado y esotérico del sociólogo es buscado
de definir las profesiones por decreto, los por otros y, si no es tomado como la
sociólogos harían mejor si se dedicaran al autoridad en el campo, por lo menos se le
estudio y la explicación de la forma en que considera digno de ser tomado en cuen-
los miembros ordinarios de algunas ocupa- ta. Tal vez muy consecuentemente para el
ciones en particular invocan y emplean el proceso real de profesionalización, algu-
término durante el curso de sus activida- nas formaciones sociológicas se emplean
des cotidianas, para estudiar cómo dichos en parte como explicación y justificación
miembros “logran” una profesión, inde- para la creación de las categorías ocu-
pendientemente de las definiciones de los pacionales oficiales que las agencias gu-
sociólogos. Sin embargo, a diferencia de bernamentales y corporativas modernas
muchos críticos que están satisfechos con utilizan para clasificar y ordenar las ocu-
la sola exhortación, Dingwall presenta paciones, con el interés de justificar las
información de un interesante estudio que diferencias en los salarios, las prestaciones
realizó, para el cual tomó dicho consejo y los requisitos (Scoville, 1965; Désro-
seriamente. Pero mi lectura de su estudio sières, s.f.; Davies, 1980b). Estas catego-
revela que en su mencionado “logro” de la rías, o títulos, oficiales, y los criterios
profesión por parte de los miembros de mediante los cuales se constituyen, pre-
una ocupación, éstos tienen que incluir las sentan contingencias críticas para las
concepciones de los miembros de otras recompensas disponibles de una ocupa-
ocupaciones con quienes interactúan, así ción, incluyendo el estatus de “profesión”.
como negociar con ellos algún acuerdo Si quieren tener éxito en su intento por

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obtener el título oficial de profesión, no ser considerado como mejor fundamenta-


es suficiente que las ocupaciones logren la do, fenomenológicamente, que cualquier
profesión interpersonalmente, negocian- otro. Algunos, sin embargo, son más con-
do sus tareas diarias con las otras profe- secuentes que otros, aunque sólo porque
siones con las cuales interactúan. Tanto están asociados con posiciones en las que
los límites como la sustancia de la nego- es posible ejercer un poder político y eco-
ciación se dan, en parte, por adelantado. nómico sustancial de amplio alcance e
Sólo después de obtener empleos de cier- importancia. Mientras éstos tal vez no
to carácter pueden los miembros de una tengan autoridad en ningún sentido epis-
ocupación negociar la profesión con otros temológico, podrían ser tomados como
trabajadores. Con el fin de obtener los autoridad, en un sentido pragmático,
trabajos que proporcionan los recursos para establecer los límites políticos y eco-
para la negociación, tanto las caracterís- nómicos dentro de los cuales puede desa-
ticas institucionales de una ocupación rrollarse el trabajo profesional cotidiano,
como las características de sus miembros y proporcionarse los recursos políticos y
–tales como su educación formal– deben económicos sin los cuales no podrían
cumplir con los criterios oficiales de la pro- ocurrir algunas circunstancias y oportuni-
fesión. Los cambios cosméticos en la cara dades para el trabajo.2 Aunque tales “defi-
institucional que una ocupación presenta niciones” pragmáticas con autoridad aca-
al mundo tal vez no sean suficientes para démica son en sí mismas negociadas y
el reconocimiento oficial. El mundo coti- cambiadas por el esfuerzo de los grupos
diano de los miembros ordinarios de una ocupacionales organizados y de otras
ocupación en pugna por su reconoci- agencias, y por lo tanto no son tan rígidas
miento tal vez tenga que cambiar, tam- y estables como implican los términos
bién, y tomar algunas de las apariencias “oficial” y “normal”, no pueden descartar-
que los sociólogos han especificado, aun- se como menos legítimas que las de los
que por decreto, como intrínsecamente participantes en el trabajo cotidiano.
profesionales (Hughes, 1971, p. 339). Por Así, también, podría considerarse el
esto, la forma en que los miembros coti- trabajo de los sociólogos. En tanto que
dianos logran la profesión, mediante sus investigadores y consultores en ambientes
actividades, podría estar influenciada, en de trabajo cotidianos, y en tanto investi-
parte, por la forma en que los sociólogos gadores y teóricos cuyo trabajo es exami-
logran la profesión como concepto y por nado y consultado por quienes formulan
la forma en que las agencias oficiales los parámetros legales y económicos del
alcanzan la profesión como una categoría mercado, los sociólogos también son
administrativa. actores legítimos. Ellos no pueden evitar
Lo que la profesión es fenomenológi- crear definiciones, aunque sea implícita-
camente, entonces, no está determinado mente, más de lo que lo pueden hacer
únicamente por los miembros de las ocu- otros actores. El hecho de proponer defi-
paciones al realizar su trabajo en una niciones no puede constituir, como tal,
forma que conduce a los demás a respon- un tema de discusión, en comparación
derles como profesionales. Existe cierto con la opción de intereses particulares de
número de perspectivas y desempeños avanzar en el proceso social de definición.
diferentes, ninguno de los cuales podría Pero incluso allí, la diversidad de énfasis

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e intereses en la literatura sociológica im- éste. Pero, al mismo tiempo, se han que-
plica una variedad de opciones. También dado cortos y no han logrado crear con-
implica que las perspectivas de unanimi- ceptos totalmente abstractos que trascien-
dad en el futuro son más bien pobres. dan el concepto tradicional. Si estos
¿Cómo, entonces, puede avanzarse el esfuerzos fueran a ser realmente abstrac-
estado del arte? tos y “científicos”, entonces su conceptua-
ción debería ponerse a prueba mediante
MÁS ALLÁ DEL CONCEPTO el examen de todas las ocupaciones que se
TRADICIONAL (FOLK) sabe han postulado rasgos esenciales de
confianza, autonomía, control colegiado
Una forma de intentar resolver el proble- o cualquier otro; pero, en cambio, estos
ma de definir y teorizar en forma cohe- escritores sólo hacen mención de las ocu-
rente sobre las profesiones en términos paciones llamadas profesiones. Cuando
institucionales, radica en sostener el papel trascienden el concepto tradicional, ya no
del sociólogo como un analista con una están hablando de las profesiones como
autoridad especial, libre de hacer a un tales en tanto que ocupaciones en gene-
lado el uso ordinario a favor de sus pro- ral. Ése es el quid del asunto.
pias abstracciones más precisas y “cientí- Yo no creo que sea posible trascender
ficas”. Incluso los sociólogos que desem- el concepto tradicional de profesión sin
peñan este papel no pueden alegar que desechar las propias preocupaciones sobre
son independientes de su tiempo y lugar, las profesiones (Turner y Hodge, 1970, p.
aunque sí pueden intentar crear concep- 33). Para realmente trascender el concep-
tos abstractos cuya aplicación trascienda to tradicional, uno debe preguntarse, con
su tiempo y lugar. Este intento fue reali- base en algunas posturas teóricas justifi-
zado por algunos de los escritores sobre cadas, cuáles son las características o los
profesiones con una mayor inclinación atributos que nos permiten distinguir,
teórica. Al mantenerse preocupados por útil y consecuentemente, entre las ocupa-
el análisis de las profesiones históricas, ciones en general y los procesos a través
abandonaron el esfuerzo para delinear de los cuales se desarrollan, se mantienen,
todos los rasgos característicos que las crecen y declinan. Basados en dichos atri-
profesiones tienen en común e intentaron butos uno podría distinguir, teóricamen-
poner el énfasis en un parsimonioso con- te, agrupaciones o tipos importantes de
junto de circunstancias que tienen impor- ocupaciones y procesos ocupacionales por
tancia analítica en sí mismas y con las cua- medio de los cuales las ocupaciones defi-
les se pueden relacionar, sistemáticamente, nidas históricamente, incluyendo las pro-
otras características institucionales (Goode, fesiones, podrían clasificarse y entender-
1969, pp. 266-313; Freidson, 1970a, pp. se. Ya que la cuestión es la prominencia
71-84; Jonson, 1972, pp.37-47). teórica, y no las profesiones históricas
Aunque se trata de esfuerzos interesan- angloamericanas como tales, no se podría
tes, éstos están demasiado comprometi- hacer ningún intento para crear una clase
dos para tener éxito. Ya no son, como en la que cupieren todas las ocupaciones
observa Becker (1970, p. 91), fieles al que son llamadas profesiones. Por la na-
concepto tradicional, porque lo utilizan turaleza de la empresa, no se necesita
resumido o sólo seleccionan partes de hacer intento alguno. La “esencia” de la

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profesión deja de ser una cuestión. Nues- único, genérico, de ocupación. Pero ello
tra conceptuación debería ser evaluada no significa que no hay futuro para una
por su capacidad para ordenar y guiar la teoría de las profesiones. El futuro de
explicación de las circunstancias de una una teoría de las profesiones parece radi-
variedad de ocupaciones históricas, sin car en la adopción de una estrategia dife-
importar cómo llegaron a ser etiquetadas rente. Mientras una teoría de las ocupa-
por un público u otro, en un país en par- ciones se dedicaría a desarrollar una
ticular y en un momento en particular. genuina teoría abstracta que intente ser
Liberado del concepto de profesión exhaustiva en su aplicabilidad, una teoría
mediante tal enfoque, uno también se de las profesiones, liberada de la tarea de
libera de la grotesca dicotomía, o conti- la generalización, intentaría, más bien,
nuum, según el cual un tipo o modelo desarrollar mejores medios para entender
ideal de “profesión” se usa para ordenar e interpretar lo que se concibe como un
todas las ocupaciones. Como virtualmen- fenómeno concreto, en constante cam-
te ninguna ocupación se ajusta a ese bio, histórico y nacional. El futuro de la
modelo, toda la rica variedad se reduce a profesión radica en adoptar el concepto
ser meramente no-profesiones, definidas en tanto tradicional e intrínsecamente
negativa y huecamente en tanto que care- ambiguo y multifacético, del cual sabe-
cen de características profesionales. Cuan- mos que no hay una definición única y
do uno trasciende el concepto tradicional que ningún intento de aislar su esencia
e intenta conceptuar la variedad de ocu- será contundente en términos generales.
paciones entre las que deberían contarse Dada la naturaleza de este concepto, tal
las profesiones históricas, nos colocamos teoría se desarrolla al reconocer que no
en una posición para formular un con- hay un rasgo o un atributo único que
junto de conceptos considerablemente realmente explique todo –incluyendo un
más flexible sobre las ocupaciones, que candidato tan reciente como “poder”–, y
logre, en gran medida, remediar la actual que pueda unir todas las ocupaciones lla-
pobreza conceptual que surge del uso de madas profesiones más allá del hecho real
tal dicotomía o continuum estrecho y de llegar a ser denominadas profesiones.
simplista. Por lo tanto, la profesión debe abordarse
como una entidad empírica sobre la que
Insistir en el concepto tradicional hay poca base para generalizar, ya que no
se trata de una clase homogénea o una
El programa teórico que nos lleva más categoría conceptual lógicamente exclusi-
allá del concepto tradicional remplaza, va. La tarea de una teoría de las profesio-
deliberadamente, la tarea de elaborar una nes consiste en documentar los descuidos
teoría de las profesiones por la de elabo- y las inconsistencias del fenómeno empí-
rar una teoría de las ocupaciones, más rico y explicar su carácter en los países
general y abstracta, por medio de la cual donde exista. Tal teoría tendría, pienso
se puedan analizar las profesiones históri- yo, dos tareas principales.
cas así como otras ocupaciones en los Primero, debería ser capaz de rastrear
mismos términos conceptuales. Esto, no y explicar el desarrollo y la importancia
obstante, sin asumir que esas profesio- del uso del título en las sociedades anglo-
nes necesariamente representan un tipo americanas. Para esta tarea se cuenta con

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la ayuda (sólo la ayuda, ya que no resuel- han investigado los problemas que los
ve la tarea en toda su extensión) de la cro- miembros de dichas ocupaciones tienen
nología del uso que proporciona el inva- en sus empleos al negociar con los admi-
luable diccionario Oxford Unabridged. nistradores, con otras ocupaciones y con
Una cronología, sin embargo, no nos dice los clientes por las prerrogativas del títu-
por qué se desarrolló el uso como lo hizo lo. En los estudios sobre los privilegios
en los países de lengua inglesa; en oposi- especiales se informa sobre las consecuen-
ción a los que tienen la misma raíz en sus cias del uso legal y oficial del título; por
vocabularios, pero que en su forma sus- su parte, en los estudios de campo, cita-
tantiva se refieren a ocupaciones en gene- dos anteriormente, se informa sobre
ral y requieren de un adjetivo como “libe- cómo el título es negociado y logrado en
ral”, “libre” o “educada” para significar un una vida de trabajo diario. Sin embargo,
tipo particular de ocupación. Asimismo, como lo han observado correctamente
una cronología del uso tampoco nos dice diversos críticos, un número desmedido
cómo y por qué ciertas ocupaciones en de estos estudios se orienta a las ocupa-
particular llegaron a ser etiquetadas como ciones relacionadas con la salud que recla-
profesiones por sus miembros y reconoci- man el título. Los avances en la teoriza-
das como tales por otros; cómo y por qué ción sobre el título y su uso requieren, sin
se desarrollaron las clasificaciones oficia- duda alguna, de un estudio sobre muchas
les que emplean el término; por qué cam- ocupaciones de otros sectores.
biaron con el tiempo las ocupaciones así Mientras la primera tarea se ocupa
clasificadas, o cuáles fueron las con- principalmente de analizar el título “pro-
secuencias de la membresía en tales cla- fesión” como un artefacto sociopolítico;
sificaciones, tanto para la ocupación or- la segunda debe ocuparse, básicamente,
ganizada como para sus miembros. del análisis, en cierto detalle, de las ocu-
Actualmente, se ha iniciado un pequeño paciones a las cuales se ha aplicado el
movimiento hacia el desarrollo de una título. En el espíritu de distinguir entre
teoría de la nomenclatura ocupacional una sociología de las ocupaciones y una
(Scoville, 1965; Katz, 1972; Désrosières, sociología de las profesiones, se debe
s.f.; Sharlin, 1979), así como un modesto decir que el impulso de tal tarea deberá
esfuerzo para analizar el desarrollo del ser ocuparse del papel que desempeña el
título oficial de profesión en los países de título en las aspiraciones y fortunas de
lengua inglesa (véanse Reader, 1967; Davies, aquellas ocupaciones que lo demandan, y
1980b); pero falta mucho por hacer antes de alguna cualidad o rasgo característico
de que nos encontremos en posición que podrían compartir todas las ocupa-
para dignificar lo que sabemos llamán- ciones que reclaman el título. La estrate-
dolo teoría. gia de análisis, por lo tanto, es particular
En contraste con la investigación de la más que general, al estudiar las ocupacio-
naturaleza del título oficial en sí mismo, nes como casos empíricos individuales y
mucho se ha hecho por investigar los pri- no tanto como especímenes de algún
vilegios especiales de las ocupaciones concepto fijo y más general.
organizadas que han obtenido el recono- Al pensar en casos individuales, la pre-
cimiento oficial como profesiones. Ade- gunta que surge, entonces, es cómo la
más, en numerosos estudios de campo se búsqueda de la clasificación en las catego-

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rías oficiales y, en ocasiones, del estatus tuosamente, de recientes énfasis en la


legal como profesión, interactúa con el “profesionalización” –que los movimien-
desarrollo de la organización corporativa tos de las ocupaciones para obtener la
de la ocupación e influye en su posición profesionalización son necesariamente
en el mercado laboral y en el aparato esta- orientados hacia el cambio y la movili-
tal, en su división del trabajo y en las dad, por ejemplo, en lugar de hacia la
posiciones de sus miembros en los estabilidad y la seguridad–. Al expandir el
ambientes concretos donde trabajan. Pero universo de las ocupaciones sobre las cua-
mientras, virtualmente, todas las ocupa- les tenemos información detallada y sis-
ciones llamadas profesiones (al igual que temática, y al analizarlas en tanto casos
otras a las que raras veces se les denomi- históricos e individuales, podríamos esta-
na así) podrían ser clasificadas como tales blecer las bases para comparaciones muy
en categorías del censo o de la fuerza de amplias, de las cuales carecemos hoy día.
trabajo, muy pocas tienen el estatus legal Tal fundamento constituiría un gran
de profesiones. En la selección de ocupa- avance hacia la obtención de una descrip-
ciones individuales para estudio, por lo ción detallada de la variedad de contextos
tanto, el reconocimiento libre como pro- e inconsistencias intrínsecos a la noción
fesión por parte de la sociedad en general, de profesión, así como de la variedad de
e incluso el reclamo de la misma ocupa- papeles que ésta desempeña en la suerte
ción (en tanto sea tomado seriamente por de un número de ocupaciones y de sus
la sociedad consecuente) podría emplear- miembros en las sociedades de habla
se para ubicar casos. Por lo tanto, no sólo inglesa. Dicha descripción seguramente
los doctores, abogados y profesores tradi- será más rica y más variada que la esencia
cionalmente aceptados, sino también los abstracta hacia la cual apunta la literatura
ingenieros, farmacéuticos, trabajadores tradicional; pero al serlo, probablemente
sociales, profesores de escuela, biblioteca- será más fiel a la realidad.
rios y muchos otros a los cuales el título
les es adjudicado por unos sectores de la LA OBLIGACIÓN DE LA DEFINICIÓN
sociedad pero no por otros, pueden ser
casos apropiados para el análisis sin En conclusión, es obligatorio para mí
importar en qué difieren o el hecho de abordar el problema de la definición con
que no se adapten a diversas definiciones. el que se inició este trabajo. Debe quedar
El resultado final de tal programa deberá claro, en este momento, que no pienso
ser, por lo menos, el de añadir –a nuestro que el problema puede solucionarse con
conocimiento sobre un número de ocu- la lucha por formular una definición única
paciones– conocimiento que debería ser que se espera sea la nota del día. El carác-
mucho más rico por su énfasis en las ter histórico y concreto del concepto –y de
características especiales de cada una, más muchas perspectivas desde las cuales puede
que en lo comparativamente poco que verse legítimamente y desde las cuales
comparten y que corresponde a algún puede tener sentido– excluye la esperanza
modelo simplista o tipo ideal. Igual de de obtener una definición ampliamente
importante sería la consecuencia de des- aceptada y de valor analítico general.
echar las hipótesis, igualmente simplistas Es precisamente por la carencia de
pero planteadas menos formal o presun- cualquier solución al problema que sien-

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to que los escritores serios sobre el tema so para buscar simplemente la mejoría
deberían comprometerse a presentar a de su estatus o posición económica? Si
los lectores lo que ellos tienen en mente no tiene sentido hablar de la profesiona-
cuando usan la palabra profesión; es lización del trabajo en general, a medida
decir, a indicar la definición a partir de que los términos y las condiciones de su
la cual plantean su exposición y, para trabajo mejoran con el paso del tiempo,
más claridad aun, a dar ejemplos de las ¿qué características deben existir antes de
ocupaciones que ellos incluirían y de las que tenga sentido hacerlo? ¿Debe utili-
que posiblemente excluirían. Si dispo- zarse el término sólo retrospectivamente
nen de tal guía, los lectores entonces para etiquetar el proceso mediante el
estarán en posición para juzgar si “x” cual las profesiones actuales han obteni-
está hablando realmente de lo mismo do su posición? ¿Existe una diferencia
que “y”. Si “x” sólo hace referencia a las categórica entre la profesionalización en
pocas ocupaciones reconocidas por casi particular y los esfuerzos colectivos de las
todo el mundo como profesiones, con ocupaciones en general para mejorar la
muy alto prestigio y un genuino mono- seguridad y estabilidad de su trabajo, sus
polio sobre un conjunto de tareas con condiciones de trabajo, sus ingresos y
mucha demanda, mientras “y” también prestigio? No hay duda que sobre estos
se refiere a las ocupaciones que tratan de asuntos, así como sobre los relacionados
mejorar su bajo prestigio y su débil posi- con la definición de profesión, los escrito-
ción económica al autodenominarse pro- res tendrán diferencias, pero no es proba-
fesiones, estarían hablando de categorías ble que sean capaces de debatir las virtu-
incomparables y tanto los escritores des relativas de esas diferencias si no están
como sus lectores deberían estar al tanto conscientes de lo que son. Es, precisamen-
de este hecho. te, debido a que las diferencias son inevi-
La misma obligación debería ser reco- tables, que su especificación debería ser
nocida por quienes escriben sobre la una obligación para el escritor y un requi-
“profesionalización”, aunque la claridad sito que el lector le imponga al escritor.
es más difícil debido al carácter de pro- Tal obligación tal vez no incremente el
ceso del concepto. Incluso si se definen consenso, pero ciertamente aumentará la
los rasgos que constituyen el punto final claridad y la precisión de un cuerpo de
hacia donde se supone que avanza el literatura cuyo estatus ha sido vago y caó-
proceso, ¿cuántos de estos rasgos, y hasta tico durante demasiado tiempo.
qué grado, debe presentar una ocupa-
ción antes de que tenga sentido decir Traducción de Laurette Godinas
que está involucrada en un proceso de y Jorge Armendáriz Pérez (Facultad
profesionalización, en lugar de un proce- de Psicología, UNAM)

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NOTAS Intelligentsia”, en A. Gella (ed.), The Intelligentsia and the


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1. La evidencia es abrumadora en el sentido de que, dentro GILB, C.L. (1966), Hidden hierarchies: The professions and
de cualquier profesión dada, las diferentes posibilidades de government, Nueva York, Harper and Row.
vida están fuertemente influidas por el prestigio de la insti- GOODE, W.J. (1969), “The theoretical limits of the professio-
tución educativa que proporciona la credencial. Entonces, nalization”, en A. Etzioni (ed.), The semiprofessions and
yo no pretendo implicar que en los países angloamericanos their organization, Nueva York, Free Press, pp. 266-313.
las instituciones de educación superior de elite no desempe- GYARMATI, G. (1975), “Ideologies, roles and aspirations. The doc-
ñan un papel en las carreras ocupacionales. Sólo planteo que trine of the professions: The basis of a power structure”, en
en los países de habla inglesa, la identidad y el compromiso International Social Science Journal, núm. 27., pp. 629-654.
ocupacional están considerablemente más desarrollados que HUGHES, E.C. (1971), The sociological eye, Chicago, Aldine.
la identidad que brinda pertenecer a una elite educada o a JOHNSON, T.J. (1972), Professions and power, Londres, Macmillan.
un estrato técnico-gerencial transocupacional. Por ende, el KATZ, M.B. (1972), “Occupational classification in history”,
concepto institucional de profesión es más pertinente para en Journal of Interdisciplinary History, núm. 3, pp. 63-88.
ellos que para las naciones europeas. KLEGON, D.A. (1978), “The sociology of the professions: an
2. En Estados Unidos hay ventajas considerables relaciona- emerging perspective”, en Sociology of Work and Occupa-
das con ser parte de una ocupación que ha sido oficialmente tions, núm. 5, pp. 259-283.
reconocida como profesión. No es necesario decir que, LARSON, M.S. (1931), “The limitations of the expert”, en
cuando se emplea como una categoría legal y administrati- Fabian Tract, núm. 235.
va, la “profesión” debe definirse en forma tal que permita la MAURICE, M. (1972), “Propos sur la sociologie des profes-
discriminación práctica entre ocupaciones y roles ocupacio- sions”, en Sociologie du Travail, núm. 13, pp. 213-225.
nales por parte de quienes administran la ley. La definición MILLERSON, G. (1964), The qualifying associations, Londres,
y el estatus legal de las profesiones en los organismos legales Routledge and Keagan Paul.
encargados de los impuestos, la inmigración, el trabajo y PARKIN, F. (1979), Marxism and class theory, Nueva York,
otros asuntos (incluyendo las reglas de evidencia) simple- Columbia University Press.
mente ruegan por una investigación y un análisis a fondo. PARSONS, T. (1968), “Professions”, en D. Sills (ed.), Interna-
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