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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.
En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no
citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
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Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

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derech

ARTE
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

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Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el

EL PLAGIO EN EL
derech

ARTE
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derech

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.
En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no
citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la
acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
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fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.
En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no
citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
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en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “sec
uestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.
En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no
citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
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fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →
EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.
En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no
citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
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fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
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Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.
En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no
citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
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Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
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que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
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creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
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fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


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Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.
Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro
Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
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derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

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Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
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en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
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Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
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creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
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Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
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disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está

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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
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Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
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por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

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anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.
Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de
autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
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Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
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todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
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en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


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Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
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Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


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lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
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práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
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Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


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Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
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En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


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cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


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Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


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Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
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Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


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párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


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lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
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Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
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Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

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M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
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El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.
Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la
obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
formación. Miembro del IAC y de PAIAM. Abogada de la Asociación de
Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
entradas de INA →

EL PLAGIO EN EL ARTE
22 febrero 2011Derechos de autorcopiar, delito, derechos autor, paternidad
obra,peritaje, plagiar, plagio, propiedad intelectualINA
Por Isabel Niño

El plagio es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como la


acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Desde el punto de vista legal, el plagio es una infracción del derecho de
autor sobre una obra artística o intelectual de cualquier tipo, que se produce
cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Así pues, una
persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece
haciéndose pasar por el autor de ello.

En el caso de invitaciones a exposiciones, por ejemplo, se comete plagio al no


citar en la invitación el nombre del comisario o artista cuando se inserta algún
párrafo o frase manifestado por el mismo. O, en el supuesto de obras de arte,
cuando una obra es similar a la original o contiene alguna pieza del original.

Estos casos constituirían, específicamente una violación a la paternidad de la


obra, contemplada dentro del marco de los derechos morales.

Sin embargo, hay que tener presente que el derecho de


autor no cubre las ideas en sí, sino únicamente la expresión de las mismas. Por
lo que, por ejemplo, no constituiría plagio el realizar una pintura de la Tour Eiffel
de Paris por mucho que otros pintores hayan pintado la misma Torre y siempre
y cuando el cuadro no sea idéntico (en color, posición de los objetos, estilo,
movimiento artístico,..) a uno anterior. Es decir, que no se produzca una
práctica identidad entre la creación original y la plagiaria, cuya comprobación
−para la que resultan ineludibles los peritajes técnicos− revestirá mayor o
menor complejidad en función del tipo de obra de que se trate.

Según nuestra legislación, el castigo por este tipo de infracción puede ser una
sanción penal o una sanción económica y la obligación de indemnizar al autor
por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.

Por último, una curiosidad para acabar de clarificar el concepto: Plagio deriva
del latín plagiārius, “secuestrador”, equivalente a plagium, “secuestro”.

Y para los más osados a continuación os transcribo lo que entiende nuestro


Tribunal Supremo por plagio: “por tal hay que entender, en su acepción más
simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, por lo
que se presenta como una actividad mecanizada, muy poco intelectual y
creativa, carente de toda originalidad y concurrencia de genio o talento
humanos, aunque manifieste cierto ingenio, dándose, por tanto, plagio en las
situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas,
descubren similitud con la creación original, una vez despojadas de ardides y
disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor
creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no procede confusión con
todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o ya está
anticipado y al alcance de todos, de tal modo que ha de exigirse en todo caso
la originalidad en la ideación de la obra ajena plagiada para no confundir los
derechos de autor con la utilización de lo que ya se encontraba anticipado y al
alcance de todos”.

Foto: Street View of La Tour Eiffel de Davidson Clay

Acerca de INA
M.Isabel Niño. Abogada especialista en el Mercado del Arte. Socia fundadora y co-
directora de NIAL Art Law (www.nial-artlaw.com). Asesora a coleccionistas de arte,
inversores, galeristas, museos, marchantes, casas de subastes, anticuarios, artistas,
fundaciones, asociaciones y entidades relacionadas con el arte. Como abogada experta
en este sector, está profundamente involucrada en asuntos relacionados con el arte. Sus
servicios legales incluyen consultoría y proyectos, asesoramiento jurídico, litigios y
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Coleccionistas Privados 9915 y del Gremi de Galeries d'Art de Catalunya. Ver todas las
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