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Secretaria Nacional
Lorena Guadalupe Peña Secretaria Nacional
Coordinador adjunto
Wilfredo Zepeda
Asesora
Breni Cuenca
Coordinación de la publicación
Dalia Rosa y Allan Barrera
Edición
Los autores editaron sus conferencias.
Las conferencias de Miguel Huezo y de Hugo Zemelman
fueron editadas por Allan Barrera con la colaboración de Breni Cuenca.
338.9
S446 Secretaria Nacional de Arte y Cultura del FMLN
2013 Registros de los diálogos culturales de invierno 2012. Cultura y
transformación social / Secretaría Nacional de Arte y Cultura del FMLN.
-- 1a. ed.- - San Salvador, El Salv. : Secretaría Nacional de Arte y Cultura del
FMLN. 2013.
154 p. : 22 cm.
ISBN:
1. Desarrollo Económico y Social - El Salvador.
2. Aspectos Sociales- El Salvador. 3. Cultura - El Salvador. I. Título.
ISBN 00000000000
Jornada 1....................................................................................11
10 de julio de 2012
Jornada 2 ...................................................................................41
17 de julio de 2012
Jornada 3....................................................................................71
24 de julio de 2012
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Palabras de apertura de los Diálogos
Culturales de Invierno 2012
Lorena Peña
Secretaria Nacional de Arte y Cultura del FMLN
13
estos diálogos se darían en tiempos de lluvia, decidimos llamar-
los Diálogos Culturales de Invierno.
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de transformación y justicia que tiene el pueblo salvadoreño, que
a pesar de las adversidades, continúa con su sueño de que otro El
Salvador es posible.
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Cultura y cambio social
Wilfredo Zepeda
Secretario Adjunto de Arte y Cultura del FMLN
17
ni del proceso político, democrático y de cambios que vive el país,
sino en una posición de honradez y de responsabilidad ante los
problemas relacionados con la cultura y el trabajo creador; esta-
mos aquí para reivindicar la cultura como elemento fundamental
para el cambio democrático y revolucionario, para reivindicar la
cultura como fuente liberadora, emancipadora y profundamente
transformadora.
18
nes campesinas, obreras, pobladores de tugurios, maestros y
estudiantes universitarios y de secundaria; la creación del Frente
Democrático Revolucionario–FDR-, conformada por partidos po-
líticos y sectores profesionales y técnicos; y la creación, por parte
de las organizaciones guerrilleras, del Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional- FMLN.
19
gociación de la guerra, culminando con la firma de los Acuerdos
de Paz, en el Castillo de Chapultepec, México, el 16 de enero
de 1992.
20
Esta obra transformadora de la sociedad es el fruto de un
proceso histórico de lucha, con actores y sujetos sociales concretos.
No obedece al capricho o voluntad de persona alguna, sino que
es fruto de la necesidad y de la voluntad de un pueblo; se trata de
una obra democrática y revolucionaria que se ha ganado un sitio
respetable en la historia; que se ha ganado el derecho a existir, a
desarrollarse y avanzar. Y frente a este derecho de un pueblo, bien
vale la pena defenderlo y seguir adelante.
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Y qué decir del Movimiento de la Cultura Popular –MCP-
que agrupó a numerosos artistas, quienes, desde una posición
militante, desplegaron un impresionante ejercicio creativo y de
producción artística junto al movimiento popular, y cuyos ecos
siguen presentes en el momento actual, en las vidas de numerosas
personas y colectividades. A esta generación pertenece el legen-
dario grupo salvadoreño: Yolocamba I Tá.
22
las zonas controladas por la guerrilla, y a la experiencia de las
comunidades que durante la guerra vivieron el desplazamiento,
el refugio, el retorno y la repoblación en sus lugares de origen.
Insisto, aún en medio de la guerra. En un complejo entramado de
relaciones sociales, políticas, culturales y de producción, en estas
comunidades florecieron valores como el de la organización, la
solidaridad y la lucha, con un nivel inigualable de compromiso,
pues, era la vida misma, en toda la extensión de la palabra, lo
que estaba en juego. Y en ese marco, florecieron expresiones de
arte popular, propias de las comunidades, en la música, poesía,
teatro, danza y pintura; de esta experiencia provienen los grupos
Torogoces de Morazán, los Norteñitos de Chalatenango, Don
Tito, el grupo San Isidro de Cabañas, Los Farabundo de Guazapa
y Cinquera, entre otros.
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culturales lleguen al pueblo, que las y los creadores produzcan
para el pueblo, y que a la vez, el pueblo eleve su nivel cultural, y
así, se acerque también a los creadores.
24
Por su parte, Ignacio Ramonet, en el encuentro de Fidel
con los intelectuales, realizado en La Habana en febrero de 2012,
también nos advierte de que manera en el sistema mediático, la
información funciona como una mercancía, que además, es gra-
tuita. “En realidad –dice Ramonet- el mecanismo del comercio
de la información no consiste en vender información a la gente,
consiste en vender gente a los anunciantes… y funciona según
las leyes de la oferta y la demanda, no funciona según las leyes
de la comunicación y la información”. Ramonet afirma que “el
poder mediático funciona como el aparato ideológico de la glo-
balización”, y que, “en la jerarquización de poderes hoy, el poder
político está en tercer lugar; es decir, que en el marco de la glo-
balización, el poder financiero y el poder mediático dominan al
poder político”.
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La Política cultural del FMLN
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sostenido una lucha tenaz para resistir y potenciar los valores de
los pueblos originarios.
27
INCIDENCIA EN POLÍTICAS PÚBLICAS, buscamos
incidir en tres instancias de gobierno:
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Finalmente, quiero cerrar esta ponencia citando una frase
vietnamita que invita a la acción y al método, dice: Liberar la
energía creadora del pueblo, organizadamente.
Gracias.
29
La cultura y el cambio social: un matrimonio
poco avenido
31
A continuación expondremos algunas ideas muy tentati-
vas para buscar aproximarnos a esa relación; para ello comenza-
remos por adoptar una definición de cada uno de esos términos:
Vistas así las cosas, resulta que hay un tercer término que
debemos definir e incorporar al análisis para desentrañar aquella
relación que nos interesa; este término es “lo político”. Hay una
noción que nos puede servir para ese propósito y es considerar
lo político como todo lo que incumbe al fenómeno del poder y a
éste como una relación de dominación entre un sujeto dominante
32
(individual o colectivo) y un sujeto dominado (individual o colec-
tivo)5; como tal es una relación asimétrica (vertical y se da entre
desiguales).
5 Sobre este concepto del “poder” como una relación , una Teoría del Poder de S. A.
González Casanova; en Teoría del Estado y Derecho Constitucional, págs. 17-44
6 Sobre la ambivalencia de la política ver “Las dos caras de Jano” en Introducción a
la Política de Mauricio Duverger, obra citada en la bibliografía.
33
conforme a los intereses de las élites, los grupos de interés y los
partidos políticos).
7 Concepto de “cultura” construido a partir del dado por Edurne Uriarte en la obra
citada.
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políticos y jurídicos, pero también por intereses objetivos relacio-
nados con proyectos o tipos de sociedad (democráticos, liberales,
socialistas, conservadores…); por ello la identidad política puede
ser un factor de cohesión y fortaleza social para resistir o, en su
caso, dinamizar el cambio social8.
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brusca y conflictiva10. En correlación con estas dos acepciones hay
dos concepciones sobre la naturaleza del cambio social: la teoría
del equilibro y la teoría del conflicto, una hija del estructural-fun-
cionalismo y la otra del materialismo histórico que pueden ser
vistas como dos visiones correlativas de dos momentos insepara-
bles de un mismo proceso: por una parte, la teoría del equilibrio,
desde la capacidad de la sociedad de restablecer su equilibrio por
sí misma, que considera que lo normal o corriente es el proceso
de acumulación de alteraciones cuantitativas; ello propicia una
evolución tranquila de la sociedad que termina por producir mo-
dificaciones cualitativas en la misma, por lo que las alteraciones
bruscas o violentas son situaciones excepcionales y anormales
propias de momentos sociales enfermizos que deben ser tratados
por el poder político mediante el uso de la coacción contra los
sujetos que las impulsan y provocan11; por otra parte, la teoría del
conflicto que postula que lo normal es el conflicto y lo excepcional
es el equilibrio social; lo fenoménico en un aparente balance esta-
ble de fuerzas, lo cual no quiere decir que sea lo permanente; lo
que sucede es que el conflicto ordinariamente se encuentra latente
entre los sujetos sociales con intereses contradictorios y, en algu-
nos casos, excluyentes, de tal manera que lo que se percibe como
equilibrio, no es más que un balance inestable y precario, algo así
como una cobertura bajo la cual se incuba y esconde un futuro
estallido social que puede parir o no un cambio social cualitativo.
10 Según los autores citados, “los cambios son tanto más radicales cuando más se
cuestionan el tipo de legitimación, el modo de distribución del poder, el sistema de
valores y normas básicas que inspiran y rigen el comportamiento de la colectividad”.
Diccionario de Política (a-J), Norberto Bobblio y Nicola Matteucci, 1ª edición en español,
1981, editorial siglo XXI, México, D.F.
11 Sobre las teorías del equilibrio y la estabilidad ver “proceso y cambio político” de
Carlos Alba Tercedor, en la compilación ya citada de Ramón García Cotarelo y Juan Luis
Paniagua Soto, págs. 257-264 y 279-287.
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supone una determinada temporalidad y espacio (el cambio se
ubica en un determinado momento histórico de una formación
social), que para ser relevante debe implicar cierta extensión y
profundidad, que produce alteraciones estructurales, particular-
mente en las relaciones de poder; esto nos lleva a otra nota de
este tipo de cambio que es su carácter relacional, pues sólo se
puede medir su amplitud y profundidad si se le compara con una
situación y un período anterior; por último, este tipo de cambio
implica cierta direccionalidad, la cual se la da el factor subjetivo,
es decir, los objetivos del proyecto de sociedad que encarnan las
actores políticos que lo conducen y los intereses objetivos de sus
fuerzas sociales motrices12.
12 Sobre estas características del cambio ver la obra citada de Edurne Uriarte, págs.
37
o lo inviabiliza u obstaculiza, según las condiciones históricas
concretas en que se da.
Bibliografía
BOUMAN, Zygmunt. La Cultura como Praxis, págs. 9-25, Paidos Studio,
Barcelona
38
Distancia, 6ª edición, 1991, 3ª Reimpresión, 1995, Impresos y Revistas,
S.A. Madrid.
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JORNADA 2
Martes 17 de julio de 2012
Instituto de Ciencias Políticas Farabundo Martí
41
Identidades feministas de la posguerra
Silvia Mathus
Socióloga, feminista y máster en investigación científica.
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Manuel Castells nos expresa que identidad es sentirse en
casa con otras personas con quienes se comparte la identidad. Y,
según las encuestas internacionales, para la mayoría de la gente es
un sentimiento importante, sobre todo en un mundo globalizado
en el que flujos de poder, de dinero y de comunicación hacen
depender nuestras vidas de acontecimientos incontrolados y de-
cisiones opacas. La pertenencia a ese algo identitario proporciona
sentido y cobijo a la vez, crea una práctica cómplice, un lenguaje
común, un mundo propio desde el que se puede vivir con más
tranquilidad el mundo de ajenidades.
44
Las identidades son procesos definidos individual y co-
lectivamente, en diálogo con otros y otras, en procesos históricos
y prácticos, en relación con el entorno. Las identidades también
son porosas, son flexibles, se intersectan unas con otras.
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los Acuerdos de Paz, el 95% se dedicaban al trabajo doméstico”.
Entonces hubo una involución en el rol de las mujeres, tal como
lo han dicho las organizaciones feministas de este país. Terminó
la guerra y las mujeres todavía no habíamos logrado los derechos
como mujeres. Comienza una nueva etapa a partir de los Acuerdos
de Paz y es allí donde se generan nuevas identidades, aunque ya
existían en el período de la lucha revolucionaria, como los artistas,
indígenas, etc. Las mismas organizaciones de mujeres estaban
estandarizadas en la categoría de lo popular y por el lado del
gobierno de El Salvador, se concebía una sociedad uniformada en
clave masculina, mestiza, heterosexual, cristiana y conservadora.
Entonces no se veían tampoco las otras identidades. La sociedad
salvadoreña, como sabemos, viene de una tradición autoritaria,
de desigualdades de clase, pero también de desigualdades de
género que están basadas en el dominio de los hombres como
género sobre el colectivo de mujeres, con consecuencias de des-
igualdad para las mismas. Desde la familia, la iglesia, la escuela y
las leyes se promueven visiones y acciones discriminatorias hacia
las mujeres, instalando un sistema de desigualdades.
46
Hay una carencia tremenda en este período de 1992, don-
de surgen estas nuevas identidades, las identidades feministas y
otras identidades que se despliegan basadas en la autonomía, en
relación a las organizaciones político militares del FMLN. Esta es
una cuestión interesante. Las feministas jugaron un papel clave
en la construcción y el imaginario de las identidades colectivas.
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“Él piensa que la mujer es para que cuide al hombre, que
debe pedirle permiso para ir a miar, para todo”, nos dice Inés
Avilés, campesina organizada que se reconoce feminista y aparece
en el libro Soy feminista y qué, de Sandra Moreno. Otros, una mino-
ría, comienzan a cambiar sus prácticas en función de la igualdad.
Gilda Parducci expresa: “Yo empiezo a cambiar totalmente y él
intenta cambiar, por ejemplo asume la corresponsabilidad en las
tareas de la casa”.
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La búsqueda de autonomía ideológica y política fue un
factor fundamental para construir estas nuevas identidades: “No
podíamos surgir atadas a partidos, porque no íbamos a poder
trabajar. Nosotras no somos personas que podemos vivir sub-
yugadas, ni en lo privado ni en lo público, esto es determinante,
y se tuvo que reconocer que no estábamos atadas a un partido,
para presentar reivindicaciones que estuvieran dentro de una
Plataforma”, sostiene Yolanda Guirola, fundadora de CEMUJER.
50
las mujeres en la historia, la academia, las artes; consecuencia de
las relaciones de poder desigual entre mujeres y hombres en la
sociedad. Pero no se han quedado allí y se han propuesto medi-
das, mecanismos y normativas para cambiar dicha situación. En
término dos años se ha aprobado en nuestro país, y gracias a las
mujeres parlamentarias del FMLN y de todos los partidos polí-
ticos, la Ley contra la violencia hacia la mujeres y la Ley de igualdad.
51
internacional de la no violencia contra las mujeres; el 8 de Marzo, Día
internacional de las mujeres; el 28 de Septiembre, Día internacional de
la despenalización del aborto; el 28 de Junio, Día del orgullo lésbico y
gay, entre otras. Se ha incorporado a los movimientos sociales con
creatividad, humor e irreverencia.
52
Grupos antiderechos como Sí a la Vida. Jerarquías de
algunas iglesias, como la católica, por eso promovemos la necesi-
dad de un Estado laico que respete las creencias y que no asuma
la defensa de una o algunas iglesias en particular.
53
la necesidad de deconstruir identidades patriarcales y construir
relaciones no opresivas entre mujeres y hombres. Las mujeres
jóvenes feministas, algunas son menores de 18 años y ya están
sensibilizadas sobre temas como el acoso y el abuso sexual, los
derechos sexuales y reproductivos, los derechos de las mujeres
a la educación, la salud, la participación política, entre otros
derechos. Las lesbianas feministas jóvenes y adultas, reivindican
su lesbianismo, cuestionan la heterosexualidad obligatoria, lo
hacen visible, lo politizan sacándolo de lo privado. Promueven
relaciones de horizontalidad, apoyo y hermandad entre ellas .Las
expresiones culturales de jóvenes feministas, malabares de fuego,
performance denunciando la violencia contra las mujeres, body
art y estatuas simbolizando la libertad, la opresión, el placer, la li-
bertad. Las académicas feministas, investigando, como docentes,
promoviendo la deconstrucción de las identidades patriarcales en
jóvenes mujeres y hombres. Las feministas de Estado, aportando
como funcionarias desde distintas profesiones en las instituciones
del Estado: Asamblea Legislativa, ISDEMU, ministerios, autó-
nomas, etc. Las teólogas feministas, mujeres que cuestionan las
lecturas androcéntricas y patriarcales de los libros sagrados como
La Biblia y los mandatos eclesiales.
54
colectiva de las mujeres también la relación entre los sexos y acaba
directamente afectada la comprensión que los varones tienen de
sí mismos. El catálogo de valores de la sociedad en su totalidad
se pone en discusión; las consecuencias de esta problematización
penetran hasta en la esfera privada y afectan también a los límites
establecidos entre las esferas pública y privada”.
55
Las migraciones salvadoreñas en la construcción
del nuevo nosotros
Entiendo que a todos les han dado una versión del libro
que se llama Un pie aquí y otro allá, que es una secuela de la inves-
tigación que hicimos. Les voy a contar a grandes rasgos de qué se
trata la investigación.
57
La investigación se hizo en el marco del programa de la
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta es una presen-
tación oficial, en ese sentido, del PNUD. He pedido autorización,
desde luego, para compartirla con ustedes.
58
momento de la novela, cuando la mujer está en Estados Unidos
y le pasan una serie de incidencias dice: “Cuando la gente sale
de su país se convierte en la caricatura de los que se quedan”.
Esta alusión es bastante equivocada desde la perspectiva del es-
tudio que nosotros hicimos, más bien, es todo lo contrario. En El
Salvador lo que está ocurriendo es que el país se está convirtien-
do, un poco, en la caricatura de los que se van. Quiere decir que
la influencia de los que se van es tan fuerte y es tan grande que el
país comienza a parecerse menos a sí mismo, a la idea de país que
teníamos hace dos o tres décadas, y comienza a parecerse a una
idea de país muy diferente, que tiene que ver un poco mas con la
vida de los salvadoreños que viven en Estados Unidos. Una vida
en los Estados Unidos que no es una vida aislada, sino que se
producen ciertos enclaves culturales, fundamentalmente enclaves
culturales no típicamente gringos. Lo gringo es una cosa que se
usa para designar una realidad demasiado compleja. Se producen
enclaves fundamentalmente mexicanos, tipo chicanos. Entonces
nosotros en El Salvador de alguna forma estamos absorbiendo,
vía esa relación dialéctica entre los que estamos aquí y los que
están allá, esa influencia y hemos empezado a ser una sociedad
completamente diferente.
59
California. Me tocó andar mucho tiempo en el carro. La ciudad
es inmensa y, en general, bastante fea. El hotel donde estábamos
hospedados estaba muy cerca de una zona que es fundamental-
mente salvadoreña. Entonces, en la tarde, después que salíamos
de esas reuniones larguísimas, nos dábamos una vuelta por esta
zona de los Ángeles o nos movíamos para la zona de Pico, en
la intersección por Unión, y uno se siente ahí como que está en
San Salvador, Soyapango o San Martín. El clima social que se
respira es muy parecido al nuestro y, al mismo tiempo, muchos
de nuestros pequeños cantones y caseríos comienzan a parecerse
un poco, en cierto mimetismo, a unos barrios en Estados Unidos.
Si alguno de ustedes ha ido a los festivales de invierno en Torola,
Morazán, verán que la calle de acceso a Torola está llena de una
serie de pequeñas mansiones construidas por migrantes salva-
doreños que son réplicas de estilo de vida en el gusto que estos
salvadoreños han asimilado, por una razón muy sencilla: son ellos
quienes están construyendo esas casas en Estados Unidos, las han
aprendido a hacer. Entonces, vienen aquí, conocen los planos,
conocen los materiales, las leyes de esa materia y, con el dinero
que han ahorrado, reproducen esas casas y las vemos nosotros al
lado de aquellas otras casas campesinas tradicionales de tejas que
nosotros conocimos antes.
60
entorno en donde ellos nacieron, crecieron, algunos se educaron,
convivieron; pero que se reterritorializan, es decir, vuelven a
tomar arraigo, vuelven a tomar como suya la diáspora, el lugar
a donde ellos van, a donde terminan en buena medida por con-
tingencias de la vida, porque no siempre el migrante cuando dice
“voy a trabajar a un lugar a Los Ángeles”, va a trabajar a ese lugar,
sino que se mueve a otra ciudad por necesidades mismas del mer-
cado laboral. Ahora más, recientemente el surgimiento de leyes
antiinmigrantes está presionando la migración entera en Estados
Unidos de la fuerza laboral centroamericana o salvadoreña.
Pero toda esa vivencia que tienen allá, esa vida que
realizan allá, tiene una referencialidad emocional cotidiana
a un lugar remoto donde ellos nacieron, donde está su abuela,
su abuelo, los padres, los sobrinos, las sobrinas, los hijos, que
se llama El Salvador o se llama Cojutepeque. Es decir, esa es la
transnacionalización dicha de manera muy emocional, sin entrar
en la parte teórica-académica. Son personas y familias que viven
simultáneamente.
61
de las decisiones importantes que se toman en las casas en mu-
chos lugares de El Salvador, se hacen en negociación directa, vía
telefónica o Skype con los salvadoreños que están en Estados
Unidos. ¿Dónde va a ser la fiesta? ¿Qué se va a poner? ¿Qué le
van a comprar?
62
vencia de los pobres estaba transformando al país. Ahora estamos
en un país completamente diferente y estamos sin rumbo porque
no encontramos el camino para que todas esas medidas que se
tomaron integren a esta otra parte de la salvadoreñidad.
Les voy a leer este texto que dice: “Todos los aspectos que
se toman en cuenta a la hora de explicar los flujos migratorios
y sus consecuencias suelen ser aspectos objetivos”. ¿Cuánto pis-
to? ¿Cuántos se fueron? ¿Cuántos fueron capturados? ¿Cuántos
fueron deportados? “Se olvida la dirección subjetiva de las diná-
micas migratorias y con ello la posibilidad de poner en relieve la
63
individualidad, la irreducible singularidad de los hombres y las
mujeres que son los protagonistas de las migraciones”. Una vez
hemos hecho esa reflexión, que fue expuesta muy rápidamente en
estas cuatro láminas que les he pasado, comenzamos a tratar de
generar un concepto que nos ayudará a aprender esa dimensión
tan compleja y a la vez tan inasible. Nosotros encontramos esa
noción que se llama El nuevo nosotros y nosotros somos nosotros,
desde luego, pero nosotros ya no somos solo nosotros, hay otros
que están en medio de esto. Otros, que de alguna manera y creo
que en esta exposición tengo algunos ejemplos claros que lo prue-
ban, no siempre son vistos por nosotros como parte de nosotros.
64
enorme respeto por la cultura de los pueblos originarios, pero lo
que estaba ocurriendo tampoco puede ser visto solo con desdén.
Decían “estos son una prolongación de la conquista”. Entonces
nosotros no siempre miramos a esos otros como parte de noso-
tros. Ahí reside uno de los grandes desafíos culturales que tiene
este país, en asumir a este gran grupo que significa alrededor del
30%. Si aquí habemos 100 personas 30 o 27 los vamos a mandar
para Estados Unidos, es muy significativo. Estamos cinco veces
por encima del promedio mundial, mucho más que el promedio
latinoamericano de emigrantes. México, que es un país muy
migrante, tiene en Estados Unidos alrededor del cuatro punto
y algo por ciento de su población, nosotros tenemos el 27% de
nuestra población, siendo tan pequeños. Es una cosa fuerte.
65
danía sustantiva, ejercida y socialmente reconocida. Hay que
reconocer que el paso que ha dado el gobierno actual en abrir la
posibilidad del voto en el exterior va a cambiar completamente lo
político. No sabemos qué es lo que va a cambiar todavía. El PNUD
se siente muy orgulloso de haber trabajado juntamente con el
Viceministerio de Relaciones Exteriores en la formulación de este
proyecto, de este proceso. Pero cuando nosotros escribimos eso, la
idea de un voto en el exterior era una cosa sumamente remota y el
voto en el exterior no es una cosa sumamente remota y tampoco
necesariamente lo único importante. Hay otras cosas importan-
tes, pero hace falta un ejercicio de una ciudadanía sustantiva por
parte de los migrantes en el territorio salvadoreño. Luego también
establecer, mejorar y sostener en el tiempo los vínculos con su po-
blación en el exterior, para que ésta tenga posibilidades formales
de incidir en las decisiones que se tomen sobre el rumbo del país.
Esto quizá puede sonar un tanto esotérico, significa que nosotros,
como país, tenemos un gran huevo, y es que tenemos que ver de
qué manera sostenemos en el tiempo los vínculos con aquella otra
parte de nuestra familia que está allá. No solamente por intereses
económicos, porque demás está decir que el día que aquí falle la
remesa sería un desastre económico en el país.
66
poca, sino también porque el nuevo país que nosotros estamos
viviendo, y esos que estamos viviendo allá fuera, somos los
mismos. Es decir, ya no somos los mismos de alguna forma, pero
somos parte de una misma nación y una misma cultura, y ellos
siguen, en gran medida, reconociendo al país como su punto de
referencia cultural.
67
doreña. Esto puede dar idea de la magnitud de las migraciones.
Nosotros no somos un país que creció en términos poblacionales,
se redujo. Habemos menos salvadoreños, de acuerdo con el censo,
de los que habíamos en 1992. Esta es una estadística que ustedes
conocerán, sobre cuántos salvadoreños hay en el mundo Estados
Unidos, Canadá, Centro América, que es el tercer destino, México,
Sur América, Europa, Asia y el total de esta es una cifra preparada
por el Viceministerio de Relaciones Exteriores: son casi 3 millones
de habitantes.
68
sumergidos en la pobreza extrema. También tenemos otro círculo
vicioso. Y es que de acuerdo con las encuestas que hicimos y las
entrevistas, se considera que el migrante lo que está promoviendo
es un desprecio a la identidad. “Ya los muchachos andan vestidos
como raperos, ya oyen otro tipo de música que no es la que noso-
tros solíamos escuchar antes”. Generan cierta aversión al trabajo,
la gente está en la hamaca esperando que le venga la remesa. Eso,
no solo es una verdad, sino también una mentira. Es decir, esto
también se explica. Eso me lo decía un jovencito que nosotros
entrevistábamos decía: “¿por qué yo ahora que recibo una cierta
cantidad de dinero significativa tengo que ir a cortar caña en
condiciones laborales y de salud que no son convenientes?” El
señor a la finca no lo va a mandar, por supuesto. “No, mi hijo
tiene que educarse”. “Entonces no voy y no trabajo”, dice el otro.
También la desintegración familiar, pudre a la sociedad. Además
son vector de pandillas que inducen a más migración.
69
JORNADA 3
Martes 24 de julio de 2012
Instituto de Ciencias Políticas Farabundo Martí
71
Enfoques críticos sobre el ejercicio
de la ciudadanía
Margarita Velado
Abogada y feminista
73
y liberal de ciudadanía tiene como punto de partida
el influyente trabajo del sociólogo británico Tomas H.
Marshall en su estudio La ciudadanía y la clase social, para
quien la ciudadanía requiere de un Estado liberal, fuerte,
democrático, que garantice derechos civiles y, sobre todo,
afirme los derechos de libertad, expresión, pensamiento,
religión, propiedad privada -por supuesto- y justicia; y de los
derechos políticos, que contemple el derecho a participar en
el ejercicio del poder político. En los derechos sociales ubica
el derecho al bienestar y a la seguridad económica. Según
Marshall, los derechos sociales permiten a los ciudadanos y
ciudadanas ejercer realmente sus derechos civiles y políticos;
entonces, para él, las condiciones del ejercicio de los derechos
políticos y civiles son el bienestar y la seguridad económica,
o sea los derechos sociales.
74
hijos; entonces quedó reflejado en realidad cuál es su visión
del ciudadano autónomo. Pero tiene un contra sentido este
planteamiento, esta ciudadanía de desigualdad clasista, la
derecha patrimonialista, se olvida de los múltiples subsidios
públicos que reciben sus empresas, desde subsidios para
promover las exportaciones; rescates financieros millonarios
pagados con fondos públicos; leyes para reducir al mínimo
el pago de sus impuestos; y, para asegurar sus bienes, se
cuidan y crean las sociedades anónimas (para no responder
con su patrimonio frente a riesgos o deudas). Ellos están
bien protegidos con sus bienes, por lo tanto, ¿dónde está la
autonomía que dicen tener para sostener a sus familias?
75
de cumplir con las cuotas de las personas con discapacidades
en sus empresas, etc.
76
condición económica, y en menos de 62 años los logros han
sido importantes; en total tenemos 142 mujeres que han sido
diputadas propietarias desde 1950 y desde los acuerdos de
paz a la fecha, son 94 mujeres las diputadas; de estas, 72
provienen de las filas del FMLN. Entonces está claro quién
está potenciando estas nuevas sujetas y en dónde están estas
nuevas miradas.
77
postulado del ciudadano autónomo es imposible para las
mujeres dentro de esta concepción del ciudadano patriarcal.
La ciudadanía es una categoría política centrada en el
ámbito público, pretende apartar el ámbito reproductivo;
el ámbito privado invisibiliza la vida cotidiana, y el trabajo
productivo y reproductivo de las mujeres; y se olvidan o
pretende soslayar la centralidad de este trabajo productivo,
que es el centro de la creación de la cultura y, en definitiva,
de la construcción de la humanidad. Sin vida cotidiana no
hay cultura, no hay política, no hay economía; pero como es
lo central y lo esencial, parece que esta visión patriarcal no
le da la importancia ni la reflexión que se merece a la vida
cotidiana, que es donde se construyen las relaciones sociales.
78
La igualdad ha de promover la diversidad, construir y
reinterpretar los derechos y prácticas, libres de los estereotipos
y prejuicios de sexo y de otros; plantear una ciudadanía
degenerada, ¿qué quiero decir con degenerada? Libre de
prejuicios de género, que se incorpore a la construcción y
al ejercicio de los derechos, que se incorpore a los derechos
la ética de los cuidados como una corresponsabilidad con
la vida cotidiana de cada persona; debe ser esta ciudadanía
respetuosa, intolerante con cualquier forma de explotación,
opresión, violencia o discriminación; que la democracia y la
ciudadanía reconozca el derecho de las mujeres al control
de su cuerpo, en el sentido más amplio de la palabra, ya
que es un punto central de las opresiones. No puede haber
ciudadanía, en el sentido político, cuando hay mujeres que
no somos dueñas de nuestro cuerpo. El reconocimiento y
ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es parte
central de esta ciudadanía alternativa. La ciudadana se
incorpora a la escuela del compromiso social, adquiere
identidades variadas, siempre y cuando estén orientadas por
los principios de radicalización en contra de las opresiones y
discriminaciones.
79
misma no es garantía de los cambios sociales, es un medio,
no sustituye a la organización social y cotidiana. Existen
también las tecnologías masivas para imponer el pensamiento
guerrerista ola agenda política económica dominante y así
imponer el modelo capitalista patriarcal. Estoy convencida
de que existe una ilusión al considerar que las redes sociales
han logrado derrocar gobiernos; a mi juicio, es importante
que la juventud no se haga cargo de esto, ya que quienes han
hecho estas guerras son los mismos invasores de Vietnam e
Irak, pero con un pretendido apoyo político.
80
género y económicas. En síntesis, las clases sociales siguen
sólidas a pesar de que exista esta comunicación.
81
indulto sería concedido por esa honorable Corte Suprema de
Justicia; lo que pasó es que confirmaron la sentencia. Ante
esto, que fue un error y un escándalo; fuimos a hablar con
el ciudadano, señor Belarmino Jaime, que manifestó que no
podía hacer nada. La ley nos dice que indulto es por aspectos
humanitarios y cuando la pena es gravosa, pues merece
indulto; por $35 dólares este ciudadano pasó seis años
preso en Ahuchapán. Yo presenté el caso al Procurador de
los Derechos Humanos y luego le seguí preguntando; y dijo
que no tenía personal especializado para volver hacer otro
indulto al mismo señor por otra causa, y el señor cumplió su
pena. Logramos, en honor a este ciudadano honrado, cambiar
la Ley de Causa de Gracia, sin embargo, la Corte Plena de
la Corte Suprema de Justicia, hasta la fecha, no ha dado un
dictamen favorable. Incluso tenemos el caso de una señora
para la que hubo un proceso para reconsiderar su delito,
porque estaba sentenciada por infanticidio; pidieron indulto
la honorable Corte Suprema de Justicia, lo denegó y cuando
se conoció, se repitió el juicio, por nulidad salió libre después
de casi diez años de estar presa; entonces, pues, falta mucha
sensibilidad y sentido de justicia a esta Corte Suprema de
Justicia.
82
de los ciudadanos y también sus bondades; por lo tanto,
construir instituciones realmente independientes de los
prejuicios de género es parte importante en esta civilidad y
yo creo que, en este sentido, las mujeres y sus posturas éticas
y sus propuestas de una ciudadanía diferente, sin prejuicios
de género, son importantes para continuar nuestra reflexión.
Muchas gracias.
83
Elementos para un análisis crítico sobre
ciudadanía y su constitución. Una visión
desde la izquierda
Óscar Fernández
Politólogo
85
Si miramos críticamente nuestra realidad, la ciudadanía y
la democracia son urgencias en nuestro contexto latinoamericano
y mundial. Hace algunos años, la problemática estaba más o
menos resuelta, en un mundo más estable y definido por las
ideologías que diferenciaban y lo dividían en dos grandes
bloques. Como me dijo un amigo una vez: después de la caída
del muro de Berlín yo ya tenía todas las respuestas, pero me
cambiaron las preguntas; hoy, con un discurso más generalizado,
en una aceptación más “consensuada” de algunos conceptos que
funcionan como principios universales de los cuales nadie debe
atreverse a disentir; se hace necesaria la discusión sobre este
problema, el ejercicio de ciudadanía.
86
junto al crecimiento de posibilidades tenemos las decepciones,
las exclusiones y las interrogantes sobre las necesidades de los
cambios y transformaciones sociales que hagan más coherentes los
recursos teológicos y la realidad existencial de millones de seres
humanos. Ese es uno de los retos del estado y de las sociedades
mismas.
87
Cuarto aspecto: pasar del concepto de igualdad al
concepto de equidad. La equidad se refiere no solo a necesidad de
justicia para todos los ciudadanos, sino que asume la diversidad
de posibilidades en que se pueden encontrar y, por consiguiente,
de medidas diferenciales que permiten superar estas condiciones
de partida. Esto es lo que algunos llaman la discriminación positiva.
88
Debemos impulsar el desarrollo y el fortalecimiento de
la ética, política y ciudadana. La modernidad, como nos recuerda
Habermas, se ha dejado colonizar por el sistema y la racionalidad
científica-tecnológica en todas las esferas de la vida social; es
decir, nos ha robado el alma, dirían algunos, y la ha sustituido con
esos teléfonos llamados “inteligentes” (Blackberry, IPhone, etc.)
89
visión dialéctica, histórica, epistemológica, es decir, de la forma
de construir conocimientos desde una visión determinada sobre
la realidad, no exponen el problema de la lucha de clases bajo la
consigna del laissez - faire, o sea, dejar hacer: el Estado se guía por
las reglas del mercado y la libres competencia, su función es la
de un gendarme, un súper policía que asegura las garantías del
individuo como ente privado por encima de lo público.
90
todos; la búsqueda de la justicia y la solidaridad como talante
humano; relaciones de armonía con la naturaleza, con los
otros y con uno mismo. La participación, así entendida, es una
construcción permanente y reclama el compromiso por trabajar
una transformación social y personal, que incluya esos elementos.
Son estrategias de esta participación el dialogo de saberes, el
debate de las ideas, la elaboración de consensos, el manejo de
conflictos, la descentralización, el poder popular, las estructuras
horizontales y la creación de organizaciones y símbolos coherentes
con esta forma de entender la participación. Me refiero a aspectos
como mediaciones culturales y formas de representación.
91
en que abordó el tema del Estado. La realidad, dice Marx, no es
expresada como ella misma es, sino como una realidad mitificada,
revestida con el manto de la idea ética. El planteamiento Hegeliano
rechaza la tesis, además, de que el Estado es algo aparte o superior
de los individuos. Las relaciones reales que se dan entre la familia
y la sociedad civil, en Hegel, son meros supuestos y en lugar de
que sean estos los que actúen y formen el Estado, es la idea ética la
que los determina; pero a la hora de ponerlo en práctica, el Estado
no es una idea ética. Eso es lo que critica, en esencia, Marx.
92
que construyen las democracias, pero que aún enfrentan lastres
de poderes autoritarios constituidos que acaparan las riquezas
nacionales, como es el caso de este país. El Estado democrático y
social efectivo debe ser la meta a mediano plazo en El Salvador,
priorizando en sus políticas educativas acciones orientadas a la
formación de una ciudadanía activa que sea capaz de reconocer y
exigir sus derechos, cumplir con sus obligaciones y construir una
sociedad de diferentes y no desigual.
93
JORNADA 4
Miércoles 8 de agosto de 2012
Instituto de Ciencias Políticas Farabundo Martí
95
Palabras de Bienvenida a Hugo Zemelman
96
sido profesor invitado por numerosas universidades del mundo,
ha impartido cursos y seminarios en diversos programas de post
grado en España y a lo largo y ancho de América Latina; ha parti-
cipado como ponente y conferencista magistral en distintos even-
tos nacionales e internacionales. Su preocupación por los asuntos
educativos, los movimientos sociales, los sujetos políticos, la ética
y la creación de nuevos paradigmas data desde los primeros años
de su carrera; sus publicaciones abarcan problemas agrarios,
movimientos sociales, los regímenes militares, cultura, política, el
estado y, sobre todo, metodología y epistemología. Entonces, esa
es la persona que hoy nos acompaña. Ha publicado más de una
decena de libros y varias decenas de artículos y ensayos. Ahora
tenemos el honor en el FMLN, de que esté acompañándonos en
este conversatorio con todos ustedes.
97
Construir conocimiento desde la historia.
A propósito del pensamiento de Hugo Zemelman.1
Breni Cuenca
Docente e investigadora
99
perfiladas en el contorno o trasluz de sus argumentaciones más
poderosas. Recuperar los aportes de Zemelman a los procesos de
construcción del conocimiento y a la metodología de la investiga-
ción social en América Latina significa, al mismo tiempo, elucidar
sus propuestas acerca de las formas, las metodologías y técnicas
mediante las cuales piensa él que es posible realizar el diálogo
crítico con el movimiento de la realidad y contribuir al desarrollo
de las capacidades transformadoras autónomas de los sujetos.
100
La imaginación y potencia creativa de Zemelman en
sus diferentes reflexiones sobre la necesidad de pensar a partir
de las realidades latinoamericanas y de la historia, lo han con-
ducido no solamente a perseverar en el desarrollo de su obra y
en la enseñanza comprometida, sino también, a trabajar por la
fundación de una institucionalidad idónea para la formación y
la multiplicación de sujetos intelectuales que sepan pensar desde
Latinoamérica e interrogarse sobre el sentido que tiene su acción
reflexiva. De aquí que Zemelman haya emprendido la tarea de
organizar varios espacios institucionales, entre ellos colectivos de
estudio, seminarios, cátedras permanentes y posgrados en cien-
cias sociales. A partir de 2004, Zemelman, en una colaboración
con la Dra. Estela Quintar, emprendieron una fecunda tarea: la
fundación de los institutos de “Pensamiento y Cultura en América
Latina” cuya matriz está en México y que tiene sedes en Bolivia,
Argentina, Colombia y Chile. La lógica de construcción de pensa-
miento y didáctica de los institutos han inspirado varios esfuerzos
de formación académica e investigativa en distintos países de la
región. Aquí mismo en El Salvador, cuando tuve, a mi cargo, la
dirección de la Secretaria de Cultura, creamos el instituto de in-
vestigaciones que llamamos: “Instituto Pensamiento y Cultura”.
El Instituto fue fundado, el 16 de noviembre de 2009, en homenaje
a los intelectuales jesuitas asesinados en esa fecha, en 1989. En su
constitución, el instituto privilegió la historia y congruentemente
nombramos a un historiador como director. Consideramos que el
enfoque histórico era indispensable para nutrir el estudio de las
realidades culturales y estéticas de nuestro país y propiciar la re-
lectura crítica de las premisas teóricas y metodológicas de nuestro
trabajo investigativo a fin de lograr su pertinencia con la historia
de El Salvador y Centroamérica. En ese sentido, el Instituto tenía
una inspiración Zemelmaniana que perfilaba la apertura de un
espacio de pertenencia y trabajo colegiado entre investigadores
para la reflexión crítica, la producción de nuevos conocimientos,
101
los debates, la difusión editorial, en el marco de la centralidad
de un esfuerzo de recuperación de la historia de El Salvador y
de diálogo con las praxis de los sujetos sociales y políticos trans-
formadores. Pocos meses después, mi sustituto en la Secretaría
de Cultura disolvió el Instituto y lo transformó en una Dirección
Nacional de Investigación, probablemente para uniformarlo con
las demás instancias de dirección burocrática institucional.
102
figurar una tradición (o escuela) latinoamericana de pensamiento
epistémico y metodológico.2
103
Organizar el razonamiento para dar cuenta
del movimiento histórico
104
Respecto a la existencia de una crisis del sistema
clasificatorio de las ciencias sociales, que compartimenta el
conocimiento de la realidad social en disciplinas científicas
-economía, sociología, antropología, lingüística, entre otras-, y que
de acuerdo con Zemelman puede tener cierta utilidad en términos
pedagógicos, este sistema ha tenido en muchos casos el efecto de
fragmentar la realidad y su conocimiento y de impedir la lectura
de sus articulaciones, lo que pone en cuestión el concepto mismo
de realidad, poniendo a la vez en cuestión la validez del objeto
disciplinario.
105
propongamos la producción de nuevos conocimientos, ya que
como dice Zemelman, en el conocimiento no es posible partir de
cero, aunque esto no puede significar la repetición o la exégesis
de los autores. Desde otro ángulo, la lectura es reconocimiento y
gratitud con la memoria científica y con la sabiduría que son le-
gados de las generaciones pasadas o que cuyos aportes proceden
de aquellos “otros”, que situados en otros contextos históricos y
sociales, viven y piensan sus propias realidades. También cono-
cemos el mundo porque “los otros”, enraizados en la historia de
sus pueblos, regiones o continentes, nos relatan sus propias expe-
riencias, visiones y propuestas. Pero, por esas mismas razones, se
impone la lectura crítica de los autores y la exigencia de pensar
los contextos sociales, políticos, científicos, culturales y estéticos
en que tuvo lugar la producción del conocimiento, es decir, las
circunstancias específicas en que los autores escribieron sus
obras. Más aún, como nos propone Zemelman, la producción de
conocimientos pertinentes a la interpretación de la realidad exige
de una lectura categorial, lo que significa realizar un ejercicio de
exploración de “la lógica de construcción de los argumentos”.
106
Zemelman indica que la falta de capacidades reflexivas,
en gran medida, tiene que ver con la lógica de la educación que
hemos recibido que no nos habilita para “pensar con cabeza
propia”. Carentes del razonamiento crítico que pone de relieve la
virtud de los argumentos que consideran la complejidad y movi-
miento de la realidad, los discursos y praxis de los sujetos sociales
y políticos pueden perder legitimidad y potencia. Al reducirse los
debates de fondo que ponen de manifiesto distintas lecturas sobre
asuntos y discrepancias esenciales, se reduce la captación comple-
ja de la realidad y se menguan las posibilidades de enriquecer la
acción social, cultural y política.
El presente potencial
107
congruencia entre el sujeto y la acción y el compromiso de tomar-
la en cuenta en la práctica.
108
Para Zemelman, la coyuntura es entonces un despliegue
deslumbrante de la realidad en toda su complejidad en todos
sus vectores, direcciones, y trayectorias e involucra no sólo a las
instituciones sino al mundo de la vida. Y digo deslumbrante con
toda intención, ya que la coyuntura –de la cual los sujetos son una
parte constitutiva-, está prolijamente llena de acontecimientos
que atañen a la cotidianeidad, pero que por su cercanía, y en cier-
to sentido de familiaridad, pueden crearnos la ilusión de que su
comprensión es sencilla. Sin embargo, la irrupción caleidoscópica
de distintos procesos, en el mismo tiempo y espacio, determina la
dificultad de su análisis y la exigencia de un pensamiento alerta
que sepa leer el momento y definir las opciones posibles de acción.
Es precisamente ahí donde Zemelman apunta: ¿dónde está enton-
ces la función del conocimiento? Y se contesta: “El reconocimiento
de la opción es un problema de conocimiento que no es posible
solucionar, en mi opinión con cualquier diseño metodológico.” 3
109
categoría inédita que enriquece el pensamiento crítico latinoame-
ricano4, entre otras cosas, porque el sujeto cobra una centralidad
que es indispensable de reconocer en el esfuerzo de construir
nuevas formas de razonamiento para dar cuenta de las realidades
del continente. La categoría del presente potencial abre al sujeto
nuevas posibilidades de identificación y, en consecuencia, de
reflexión y de superación de las tendencias anquilosantes que
existen en su seno, habilitándolo para actuar con mayor apertura
en situaciones que requieren comprender la génesis y el desen-
volvimiento de las posiciones de otros sujetos, fuerzas o sectores
que eventualmente pueden participar en alianzas coyunturales o
de largo plazo.
4 Boaventura de Sousa Santos señala: “Sin duda es posible hablar de una tradición
de pensamiento crítico latinoamericano, aunque su perfil sea muy variado y haya evo-
lucionado a lo largo de los años”. Según este autor, los temas que definieron su perfil
son los siguientes: la naturaleza del capitalismo dependiente neocolonial; la identidad
del pensamiento latinoamericano de cara al eurocentrismo; los movimientos sociales
y su papel en la transformación política socialista; las relaciones entre clase y etnia; la
teología de la liberación; la teoría de la dependencia; la descolonización del saber y del
poder, entre otras.
5 Una bibliografía completa de Zemelman puede consultarse en Configuraciones
110
dar cuenta de una coyuntura. En todo caso, Zemelman advierte
del escaso resultado de los análisis que abordan las coyunturas
limitándose a pensarlas en términos de triunfos y derrotas y pro-
pone repensar “más que en triunfos y derrotas, en términos de las
coyunturas que no supieron reconocerse. ¿En qué sentido? En el
sentido de que no se supo definir, por falta de conocimiento o de
conciencia, la acción pertinente del momento.”6 ¿Y qué significa
no reconocer la articulación esencial de la coyuntura y, en conse-
cuencia no actuar con pertinencia en el momento? Significa no
poder reconocer las opciones que son potenciables y que, a la vez,
tienen la virtud de potenciar la creatividad del sujeto.
Críticas, Op. Cit. Pp. 344-346. Destacamos los siguientes textos: La totalidad como per-
spectiva de descubrimiento, Revista Mexicana de Sociología, 1987; De la historia a la
política. México, UMAM/ Siglo XXI, 1989; Cultura Política en América Latina. Siglo XXI/
Universidad de las Naciones Unidas, 1990; Los Horizontes de la Razón I. Dialéctica y
Apropiación del presente; COLMEX/ Anthropos, 1992; Los Horizontes de la Razón, II.
Historia y necesidad de utopía. Colmex/ Anthropos, 1992; Educación como construcción
de sujetos sociales, CEAAL, 1993; Problemas antropológicos y Utópicos del conocimien-
to, México, El Colegio de México, 1996; Homogeneización y pérdida de la subjetividad
en la globalización, Joaquín Mortiz, 1997; Subjetividad: Umbrales del pensamiento so-
cial, UNAM/ Anthropos, 1997. Conocimiento y Sujetos Sociales. Contribución al estudio
del presente. El Colegio de México/ Universidad de las Naciones Unidas, 2000.
111
analítica y de la acumulación de conocimientos que desarrolló
históricamente el Frente con el objetivo de interpretar, con la
mayor exactitud posible, las distintas coyunturas y correlaciones
de fuerza nacionales e internacionales con el fin de orientar su
praxis política y militar, tanto durante los años de la resistencia
anti-dictatorial (1970-1980), como en los doce años de guerra civil
(1981-1992) durante los cuales se construyeron, también, espacios
cruciales de diálogo y de negociación política.
112
vertiente de aportes totalmente inédita: durante más de veintidós
años, El Salvador se convirtió en un enorme laboratorio de aná-
lisis de coyuntura. El profesor Zemelman seguramente conoce
que en este país y en muchas partes del mundo, los salvadoreños
practicábamos el análisis de coyuntura, casi como un deporte.
El análisis lo hacía todo mundo: los colectivos en los frentes de
guerra, las células clandestinas, las organizaciones de la sociedad
civil, las iglesias, las universidades, las radios y la prensa pública
y clandestina. Y la disposición por el análisis brotaba en muchos
espacios: en los senderos de las montañas y en los lobby de los par-
lamentos, en los cafés, las cárceles y en los hoteles, en el transporte
público, los estadios y en los supermercados. El hábito de leer la
coyuntura realizada por los salvadoreños y también por los inter-
nacionalistas, voló de El Salvador a Washington, a París, Ginebra,
La Habana, México, Panamá, y otros países de Contadora, y en fin
a los más remotos lugares. Creo que todo el mundo se esforzaba
por leer la realidad de las luchas salvadoreñas a través del análisis
de coyuntura. Es cierto, que las militancias esperaban los informes
de la comandancia del FMLN para disponer de la información y
de las políticas que estaban en marcha. Pero lo central era la crea-
tividad de la gente para generar conocimientos a partir de su vida
y para construir alianzas e inventar la acción política. A partir
de las informaciones, sabidurías personales y de esa voluntad y
confianza es que el pueblo podía vencer al estado oligárquico y
militarizado, los procesos avanzaban en todas partes. Todavía no
se ha estudiado el papel del conocimiento y subjetividades indivi-
duales y colectivas en el impulso y logros de las transformaciones
sociales, pero es indudable que las prácticas de todo un pueblo
que se constituyó a sí mismo como un gigantesco sujeto pensante,
están en el sustrato de nuestra memoria de emancipación.
113
lúcida, ya que está arraigada en la constitución profunda de una
conciencia política labrada en las especificidades de sus luchas
históricas. De todas formas, no es fácil enfocar el conocimiento
y la cultura como nudos y articulaciones que son potenciables
y potenciadoras del sujeto. Más aún, es difícil comprender cómo
dichas dimensiones influyen en la configuración de los imagina-
rios y voluntades de transformación social en los trabajadores, en
las clases medias y en el pueblo en su conjunto. Sin estas subjeti-
vidades propicias desplegadas para impulsar un nuevo ciclo de
transformaciones en el país, es poco lo que se puede avanzar.
114
del sujeto de recuperar y renovar su demostrado talento para
construir un campo de alianzas entre las izquierdas, los sectores
progresistas, los sujetos de conocimiento y el pueblo. Genuina en
su compromiso y honestidad para privilegiar los intereses y las
aspiraciones de la población, esta configuración de alianzas debe
avanzar en medio de un proceso complejo y dilatado de crisis de
Estado –que tiene sus altos y bajos- en donde confluyen muchas
tensiones estructurales y simbólicas.7 Todo esto supone sujetos
seguros de sí mismos, capaces de recuperar sus subjetividades y capaces
de valorizarse a sí mismos, ya sea como personas o como colectivos.
7 Esta crisis tiene larga data y se expresa en distintas formas. En coyunturas reci-
entes se ha manifestado en el acrecentamiento de las luchas entre los sujetos políticos
con vistas a mejorar su correlación de fuerzas, especialmente con vistas a las elecciones
presidenciales de 2014. Las tensiones políticas se expresan también como conflictos en-
tre los poderes del Estado, entre grupos de poder al interior de los partidos políticos, y
como modificaciones inciertas en las alianzas y en las relaciones entre las instancias de
la sociedad civil y los sujetos del campo político.
115
Ética, política y utopía
Hugo Zemelman
Abogado, sociólogo y epistemólogo chileno.
117
Quiero partir con algo que desde un punto de vista formal
es importante aclarar: muchas veces mis trabajos aparecen como
estrictamente académicos, a veces incluso como hiperacadémicos
y difíciles. Ello se debe, en gran medida, a las deformaciones
personales de quien habla, pero también al contexto institucional
en el que dichos trabajos se llevaron a cabo. En la mayoría de los
casos ellos fueron realizados en instituciones académicas y con
propósitos académicos, y estaban destinados a provocar la discu-
sión entre la gente del mundo universitario, que generalmente no
tenía ningún compromiso político. Por lo tanto, la tendencia era
plantear discusiones con respaldo de fuentes y datos de erudición,
e invitar al manejo de autores o de técnicas que pudieran contri-
buir a enriquecer la construcción del conocimiento social.
118
“las capas medias”, “clase obrera”, “movimientos campesinos”,
“fuerzas armadas”, “burguesía”, “estado”, “nación”. Desde esas
nociones ad hoc, se llegaba a construir escenarios que conducían
inevitablemente a la garantía total del éxito.
119
El lenguaje tenía que ser construido de una determinada
manera porque se trataba de que estuviera al servicio del orden
de la época: de ahí la importancia de la gramática de Andrés Bello.
120
Los militares fueron los ejecutores del trabajo sucio
mientras que sus mentores pertenecían a ese grupo altamente
ideologizado de la burguesía, -que tampoco era toda la burgue-
sía- pero que poseía una gran coherencia ideológica nutrida por la
influencia del franquismo en Chile y por el apoyo de segmentos
de ciertos integrismos católicos cuyos teóricos hablaban por ellos.
Todo condujo a diseñar aquel golpe militar que significó no solo
el derrocamiento de un gobierno sino la refundación de un país.
121
diariamente en la cotidianeidad las condiciones de su reproduc-
ción. Digo esto, porque cuando nos dimos cuenta que teníamos un
pensamiento “crítico” sin historia, comprendimos que tampoco
teníamos sujetos. Porque para entonces creímos que el sujeto era
el partido. ¿Y qué es un partido si no tiene gente comprometida?
El partido puede ser una cascara vacía.
122
futuro, de ahí la importancia de la coyuntura en la que se constru-
ye el presente y se definen los proyectos de futuro
123
La historia se construye, a veces se tiene que caminar,
andar en burro o en caballo y no es un camino recto sino lleno
de zig zags, de retrocesos, de variantes: son senderos, no caminos
pavimentados.
124
Anécdota: 11 de septiembre de 1973.
125
Quizá alguien se da cuenta de la contradicción a la que
Allende había llegado a ese momento. Ese millón podría haber
sido masacrado, era la responsabilidad que él tenía enfrente. Él
no asumió esa opción y apostó a las alamedas, a las grandes ala-
medas, volviendo a recuperar la lucha en el plano en que él se
había formado como dirigente político y en el que había logrado
triunfos, y había logrado comenzar a imponer en Chile, país muy
conservador, un nuevo proyecto de sociedad.
126
voy a poner un ejemplo de nuevo con Chile y ustedes harán las
extrapolaciones del caso, yo no incursiono en otro país.
127
influencia socialista no estaban de acuerdo. Más aún, se comen-
zaban a dar procesos de autonomización de las masas de las
poblaciones y de las masas sindicalizadas, en relación a las líneas
que los partidos fijaban. No había claridad al respecto de esto. Era
un proceso que reconocía un mecanismo de unificación de una
cierta fuerza, no en torno de un programa, no en torno de una
organización partidista sino en torno a un liderazgo. Un liderazgo
que sí tenía la claridad suficiente de crear las condiciones para que
se fueran conformando a partir de estas estructuras, tanto políticas
como sindicales y culturales, un actor, el actor del proyecto.
128
fue la artífice de ese proyecto de Estado y de orden social. Esa bur-
guesía tiene parte de sus antecedentes en el grupo terrateniente
castellano-vasco que desde la agricultura comenzó a ramificarse
hacia la minería, hacia el comercio, pero era una situación muy
embrionaria, ya que existía un fuerte predominio de la clase oli-
gárquica terrateniente, que en realidad era el sector políticamente
mejor organizado y el que marcaba el tono de voz.
129
apenas representan el 10%). Sin embargo, quedó de manifiesto
que todavía esa fuerza no era suficiente.
130
capaz de imaginar reformas, ¿cómo voy a construir una sociedad?
Porque construir una sociedad es construir poder. El poder no se
construye con meros juegos lógicos, el poder se construye todos
los días y eso supone entender la subjetividad. Lo que se tiene
que recuperar desde esa cosa tan elemental que el pensamiento
crítico tampoco tomó en cuenta, es la subjetividad de las personas,
la vida cotidiana, la potencia que tiene el constructor de cambios
sociales, aún en sentido histórico desde su vida diaria. Porque las
revoluciones y los cambios se construyen todos los días o no se
construyen. Y si no pregunte usted a los ideólogos del modelo
soviético, del llamado socialismo real, que yo tuve oportunidad
de conocer esa experiencia. ¿Qué derrotó al modelo soviético?
Lo que lo derrotó no fue la CIA ni el pentágono, lo que derrotó
al modelo soviético fue la subjetividad cotidiana del polaco, del
húngaro, del rumano y del propio ruso, la subjetividad cotidiana,
¿cómo puede tener tanta fuerza? Claro que la tiene, porque existe
y se desenvuelve en las profundidades del ser social.
131
Eso conviene siempre recordarlo, porque la historia está
llena de estos detalles. ¡Imagínense el tipo de detalles que no te-
nían registrados! No tenían registrado que por ejemplo, de los 26
millones de alemanes de la República Democrática de Alemania,
7 millones estaban en la lista de los sospechosos de la policía po-
lítica. Cuando registramos ese dato, casi el 50% no era confiable y
un porcentaje impresionante de la militancia del propio partido
tampoco lo era. Entonces, ¿quién construía la historia? ¿El mero
discurso? ¿La mera voluntad de Honecker? Es que hay mucho
sesgo ideológico que nos impide leer la historia. Esta gente quería
construir un proyecto y los intelectuales a lo mejor darle conti-
nuidad, pero, cuando se dan cuenta de la realidad, era muy tarde.
Sobre todo los alemanes nos dicen: “tratamos de hacer correccio-
nes, tratamos de sugerir cambios”, pero era una avalancha, un
proceso que simplemente colapsó en horas. Entonces, los colapsos
también son parte de la historia.
132
movimiento permanente. No es suficiente el decir, “yo creo que”,
sino que es indispensable escuchar y leer la realidad.
133
puedo vivir en eterna tensión”. El capitalismo juega con eso, juega
a que la gente se limite a buscar su tranquilidad: esa es una de las
funciones más importantes del consumo. Es obvio que el consumo
no tiene la función de reproducir la vida; tiene la función de tran-
quilizar el espíritu, por decirlo de manera elegante, pero lo que en
realidad busca no es la quietud del espíritu sino su muerte. Es lo
que nosotros llamaríamos el “sujeto mínimo”. Nadie va a matar a
nadie –aunque también se da el caso que se mate-, pero lo serio del
cuento es que el capitalismo ahora liquida al ser humano a través de
un mecanismo que no tiene precedente: es la propia autonegación
de cada quien para darse seguridad, de estar permanentemente
indiferente, apático, escéptico, descreído, sin visiones de futuro,
y sin importarme el otro. Esos son grandes triunfos culturales
del capitalismo. El triunfo del capitalismo no está en la inversión
extranjera, no está en las empresas transnacionales, eso es lo más
obvio. Está en lo cultural, en el cambio de las conductas todos los
días, en la negación de mí mismo por mí mismo. No se trata de
que otro me niegue; porque si otro me niega es porque soy víctima
de la violencia y hay un factor externo que puede incluso desatar
una capacidad de reacción. Pero, cuando la negación es autonega-
ción no hay capacidad de reacción. Eso lleva a la subordinación, a
un conformismo que es lo que fortalece, lo que Gramsci llamaba,
el “poder hegemónico” o “bloqueo histórico”. No es posible salir
del discurso dominante. Todo lo razono desde los límites del
discurso dominante que se expresa desde muchas maneras, por
ejemplo, que comencemos a pensar -incluso desde el pensamiento
crítico- que todos los sujetos están condenados a ser una imitación
del sujeto paradigmático impuesto por el neoliberalismo. ¿Y cuál
es ese sujeto por excelencia? El empresario. O sea, todos tienen
que ser empresarios. Aquí, el que no es empresario no es sujeto.
Qué harán los folkloristas, los poetas o los músicos con esto, o el
profesor universitario. El profesor universitario ha comenzado a
transformarse en un empresario, yo supongo que en El Salvador
eso es una excepción. Pero lo cierto es que todo se maneja en la
134
lógica de la ganancia en el mercado, y en este caso, al intercambio
de bienes se le llama “intercambio del libro” y a la promoción del
éxito económico “promoción académica”, porque se hace lo que
el poder quiere. Es el caso del sistema nacional de investigadores
en México que triplica la renta a los académicos siempre y cuando
no se investigue lo que le molesta al poder. Esto existe en Chile,
en Brasil, Argentina. No me pregunten sobre Centroamérica.
Es decir, la disciplina de la inteligencia. Y esto se vende con el
discurso de que “hay que ser serio científicamente” que “hay que
hacer conocimiento serio, científico, coherente, riguroso”. Pero
en verdad lo que se busca es la domesticación de la inteligencia
usando para ello distintos velos ideológicos. El poder domestica
la inteligencia cuando evita que se le hagan las preguntas que le
molestan. Hoy día, por ejemplo, en el ámbito de la academia de
las ciencias sociales se traduce en que en este momento -no sé si
pasa en El Salvador- la intelectualidad, aún la más calificada, no
es capaz de hacerse una pregunta inteligente, una pregunta que
sea pertinente al contexto. El “conocimiento pertinente” significa
un conocimiento que alude a lo que está aconteciendo, no a lo que
pasó en el libro del señor “X”, como ocurre hoy día que de repente
visitas a colegas de la universidad y les preguntas: ¿qué estás
estudiando? Y ellos inmediatamente te responden: yo no estudio
nada, soy especialista en el señor Foucault. En todo caso, si se
dedican a ser especialistas en el señor Luhmann, en Habermas o
en el señor X, estamos bastante mal, en el sentido de que cualquier
conocimiento exclusivamente referencial a un autor, sin la lectura
del contexto histórico de producción de su pensamiento, no tiene
capacidad para transformar la realidad. Simplemente es una exé-
gesis y esa exégesis tiene una utilidad para que ese señor sea reco-
nocido como experto y ser invitado a los círculos “foucaultianos”
que se reúnen en cualquier latitud, todo envuelto en una especie
de celofán que impide romper con esa especie de oscurantismo
tecnológico que nos está dominando, ¿me explico?
135
La erudición por la erudición es una manera que impide
pensar históricamente. También la historia pude usarse para jus-
tificar no pensar históricamente. Tenemos, por ejemplo, muchos
desafíos de cómo leer hoy día el capitalismo globalizado, porque
no basta hablar de la inversión, los términos de intercambio, las
contracciones del mercado, no. Hay que pensarlo con mayor
profundidad. El capitalismo globalizado no es sólo un fenómeno
financiero. El capitalismo es un fenómeno cultural y hay que asu-
mirlo culturalmente. Conceptos como “desarrollo” “crecimiento”,
“condiciones de vida”, “éxito”, “responsabilidad”, “eficiencia”,
suma y sigue con una serie de conceptos que tienen que ver con
la vida personal, no con la economía, son todos de alguna manera
estímulos para quedarnos prisioneros en un orden de pensamien-
to que es funcional con la lógica del orden. Pensamos en el éxito,
pensamos en el progreso en función de una lógica exclusiva que
es la dominante. Ella se expresa en un actor dominante como el
único que importa: el empresario. En muchos países de América
Latina, para decirlo claramente: las dictaduras militares están
siendo reemplazadas por dictaduras empresariales y ni siquiera
por empresarios nacionales.
136
Los ejemplos pueden ser múltiples. Durante muchos
momentos, a partir de la instauración del Estado Keynesiano,
de los 40 en adelante, pero sobre todo a partir de los grandes
análisis de la CEPAL que comienza su estudios a partir de 1950,
son impresionantes la cantidad de coyunturas que ha tenido la
burguesía latinoamericana para transformarse en clase domi-
nante impulsora o promotora de lo que los teóricos llamaron un
“capitalismo periférico”. Esas coyunturas sirven para probar que
siempre sistemáticamente renunciaron a serlo. Optaron, desde
hace mucho tiempo y ahora con mayor razón, por incorporarse
de manera subalterna a las alianzas con el capital extranjero. Hubo
un momento en que los gobiernos ofrecieron recursos económicos
a esos dizque empresarios, buscando afianzar una infraestructura
industrial y una infraestructura de obras públicas para que se
transformaran en lo que ellos mismos querían ser: protagonistas
de un capitalismo sin grietas dentro del propio capitalismo llama-
do “periférico” por la CEPAL. Pero para decirlo en corto, las bur-
guesías Latinoamericanas renunciaron a esa oportunidad y con la
llegada del capital extranjero, renunciaron también a sus propios
espacios de autonomía. Lo traigo a colación porque es parte de la
historia de este continente.
137
culturales, sepamos leer lo que es la sociedad civil y no andemos
comulgando con ruedas de carreta. Muchas organizaciones posan
de sociedad civil, pero no sabemos que es la sociedad civil. En
Chile y Argentina se ha discutido que no hay un concepto claro de
lo que es la sociedad civil. Si no hay un concepto claro de lo que es
la sociedad civil, tampoco podemos tener un concepto claro de lo
que es “ciudadanía”. Sin embargo, ¿de qué más hablamos en este
continente y en este momento? Además de sociedad civil, habla-
mos de ciudadanía, de participación, y sin embargo no tenemos
una lectura crítica de esos conceptos.
138
Y tenía razón, pues nosotros pensábamos que el cambio era una
ley histórica y pensábamos desde los movimientos sociales, como
lo hicieron ustedes mismos hace muchos años en Centroamérica
139
este caso valóricos, desde los cuales organizar un pensamiento de
construcción. Yo pienso (esa construcción) desde determinados
valores como el valor “nación”, “identidades colectivas” y los
valores de “justicia” y “libertad”. Esos son parámetros ideológicos
fundamentales que pueden permitir muchos discursos pero desde
ellos mismos, sin discrepancias. El gran desafío de esa coherencia
de pensamiento es que debe estar organizada para permitir su
propia crítica y reinvención y tener la creatividad y lucidez para
recuperar críticamente las experiencias del pasado. Eso fue lo que
se perdió. La historización quizá es la clave que (puede recuperar
esas cualidades y) une el trabajo teórico-intelectual con la militan-
cia política. Ahí reside el poder de la historización.
140
agotó. No podemos deducir su pensamiento a partir de ese capita-
lismo manchesteriano. Y ahí viene más bien la reflexión de cómo
(Marx) construyó el problema, de cómo construyo las ideas, de
cómo construyó las categorías. Esa lógica de construcción, que im-
plica preguntarme cómo me coloco frente a la realidad, contiene
las grandes enseñanzas de esos grandes textos de él o de otros
pensadores. Y, en la medida en que ustedes puedan leer autores
de aquí mismo, de México, o de cualquier otro lugar que les ense-
ñen no solamente a repetir consignas, a repetir construcciones que
pueden ser obsoletas -porque la historia es fundamentalmente
dinámica-, si encuentran los instrumentos que les potencien sus
capacidades personales de comprensión de los contextos en que
ustedes viven y les permiten ubicarse y pensar históricamente los
problemas que ustedes se están planteando, entonces, esos textos
se mantienen válidos. Esos textos van más allá de los dogmatismos
teóricos y más allá de los dogmatismos ideológicos: son formas
de colocarse ante la historia, formas de redescubrir los nuevos
significados que pueden tener esos instrumentos de razonamiento
según las nuevas circunstancias. Creo que es uno de los retos, pero
ello supone una formación y disciplina intelectual que para que
tenga sentido en el contexto actual tan acuciante del continente
requiere también del compromiso. Ese compromiso, es el que yo
resumiría en el título de esta conferencia como el compromiso con
visiones de futuro: el compromiso con utopía. Utopía en el sentido
de lo posible de construirse no por invocación desde una metafí-
sica inexistente, sino construido desde las propias circunstancias
que estoy enfrentando todos los días. Y en ese sentido, desde
ese presente potencial que abre las posibilidades más allá de la
contingencia, si se leen las exigencias de futuro desde la sociedad
que quiero construir –no la que espero pasivamente que se cons-
truya- sino la que construyo todos los días a pasos pequeños pero
constantes. La utopía así concebida es la que permite que yo me
potencie como sujeto y que pueda vencer esa minimidad a la que
nos quiere arrumbar el capitalismo.
141
Intervenciones y preguntas del pleno
Intervención 1
¿Para qué pensamos? ¿Cuándo pensamos? ¿Para quién pensa-
mos? Yo le agregaría otra cosa a este pensamiento crítico: ¿Si lo
que pensamos es lo que debemos pensar? Hay otra cosa también
en términos de pensamiento crítico, ¿qué nos asegura que nuestro
pensamiento conlleva a la esencia de nuestros puntos de partida
epistemológicos?
Intervención 2
En relación a la realidad, creo que luego de los acuerdos de paz en
El Salvador han surgido una diversidad de sujetos, propuestas y de
identidades que van construyendo también su utopía de a cuerdo
lo que sienten o sentimos que nos está oprimiendo, por ejemplo,
en el caso de las mujeres: el patriarcado; todos somos víctimas del
neoliberalismo y del capitalismo: los homosexuales y las lesbianas
se sienten oprimidos por la heterosexualidad imperante que los
discrimina, que los margina. Igualmente, la población indígena.
De esta manera a mi manera de ver, en esta nueva construcción
de conocimiento no se trata de un sujeto único sino de diversos
sujetos que deberían encontrarse en un proyecto común pero eso
todavía no existe (y ni siquiera lo estamos construyendo). Gracias.
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Intervención 3
¿Es posible lograr la objetividad de la realidad en una realidad
de movimiento permanente? es decir, ¿no influye acaso un prin-
cipio de incertidumbre que nos dificulta comprender lo micro y
al mismo tiempo lo macro? ¿Se puede lograr esta objetividad en
la gente común?
Intervención 4
Hay un gran avance en el proceso de investigación del Dr.
Zemelman y creo que es la enseñanza y la herencia que debemos
seguir. Hago nada más este comentario y saludo al Dr. Zemelman
quien, repito en los años 87 dictó un curso en la FLACSO donde
estuvimos presentes.
Intervención 5
Nosotros en este momento aquí en este país estamos en una situa-
ción crítica y caótica, si nosotros no nos ponemos las pilas, como
decimos en El Salvador, vamos a fracasar nuevamente. El fracaso
de Chile: me parece a mí que (sus dirigentes) no eran ingenuos o
eran inocentes. Yo recuerdo a Salvador Allende, Clotario Bless,
entre otros. Pero, dirigentes estudiantiles de esa época nunca
creyeron que las fuerzas armadas de Chile pudieran dar un golpe
de Estado. ¡Ingenuos! Teníamos la experiencia de Guatemala en
donde también en el tiempo de la revolución de Guatemala se
pensaba que los Chafarotes ya estaban dominados. Eso podría
pasar también aquí si nosotros permitimos que se siga potencian-
do aquí los Chafas. Entonces, vamos a correr la misma suerte que
corrió Honduras. La enseñanza es la siguiente: no nos apoltrone-
mos, ni nos acomodemos, tenemos que luchar con pensamiento
crítico para que esas experiencias no nos sucedan otra vez.
Intervención 6
Totalmente coincidimos en la centralidad de lo cotidiano, plan-
teada como un proceso de cultura, platicamos, mientras usted
intervenía, que ciertamente esa centralidad de lo cotidiano es
143
cierta, por ejemplo desde la intimidad de las familias cuando ven
televisión, cuando se platica con los compañeros y las compañe-
ras, y en la relación entre padres e hijos e hijas. Es una diferencia
entre el proceso que usted describió y el proceso cubano que
todavía persiste, en la centralidad de lo cotidiano. Básicamente,
resumiría y comentaría que tanto una investigación académica
científica como un planteamiento político se extrae de la realidad
y no al revés, y eso es precisamente, el error que yo deduzco de
las experiencias que usted muy bien describió. Nuevamente el
agradecimiento y gracias por su conocimiento.
Intervención 7
¿Qué pasa cuando el pensamiento crítico, no acepta el pensamien-
to crítico?
Intervención 8
¿Qué mensaje podría dar a estos jóvenes que no quieren desarro-
llar su pensamiento, que no quieren leer, que no quieren involu-
crarse en actividades culturales? ¿Cuál sería su mensaje para esta
juventud?
144
de carácter económico -políticos globales- y creo que eso es un
error que habría que corregir y que no se lo podemos adjudicar
al pensamiento de Marx. Porque Marx no llegó a preocuparse de
ese problema. Él enfatizó más bien la situación y dibujó un “desde
donde” y eso es esencial en su análisis del capitalismo porque a
continuación, reconoce los sujetos de ese contexto, los sujetos que
están en ese “dónde” que es el capitalismo.
145
exitoso. Algo no funcionó allí, y quizá una de las cosas que no
funcionó fue no entender que la historia era una construcción.
Nunca se enseñó (el papel del sujeto) en la construcción de la
historia. Se enseñó más bien, a diagnosticar la historia, a explicar
la historia pero no a construirla. Si ustedes revisan el pensamiento
crítico, eso es muy claro, y eso se debe al hecho de que no hubo
nunca sujeto en el discurso crítico sobre el cambio social en
América Latina y quizá en otros países. En otros continentes
tampoco estuvo presente el sujeto. Cuando estoy hablando de
sujeto, estoy hablando de quizá de uno de los grandes problemas
que encierra la relación entre el individuo y los colectivos. Esto
me lleva a la siguiente pregunta ¿Cómo el individuo se inserta
en lo social? Esa es la gran problemática del pensar político.
Si el pensamiento político no puede resolver la relación de
incorporación dinámica y creativa del individuo en un colectivo,
entonces no hay un pensamiento político, porque el pensamiento
político, fundamentalmente, es un pensamiento de construcción,
es un pensamiento de potenciación de los sujetos. El pensamiento
político no es un pensamiento de descripción, ni solamente un
pensamiento que le apueste a modelos futuros de sociedad, esos
son ideologismos, -que son importantes en términos que los
ideologismos pueden darle a la gente sentido, motivación, en
tanto a que expresan valores y comprometen a la gente en el plano
personal y en el plano social pero eso no basta. Los ideologismos
no me permiten leer la historia, me marcan quizá una perspectiva
pero no agotan esa perspectiva. Yo tengo que saber leer, y leer
la historia como coyuntura ya que se trata de los espacios en los
que los hombres intervienen tanto individual y socialmente. Pero
el pensamiento crítico quedó muy encapsulado de teoricismos y
ha quedado muy encapsulado de prejuicios teóricos y también
de ideologismos. La historia del continente a partir de los 60 o
de los 70 en muchos lugares del continente, expresa esa realidad.
Esa realidad nos debe dejar una lección y no la hemos procesado.
La experiencia del propio Guevara en Bolivia, por ejemplo, que
146
quizá es una de las experiencias más dramáticas en este sentido.
Si rescatamos la presencia de Guevara en Bolivia, ya no como un
acto de solidaridad revolucionaria, como un acto moral, eso ya
nadie discute, sino que lo interpretamos epistémicamente enseña
muchas cosas: enseña cómo se lee bien o mal un contexto y eso
es lo que ocurrió en Argentina, Uruguay, Bolivia, no la Bolivia de
hoy que es muy diferente.
147
apetencia de poseer cosas y simplemente transformarnos en
consumistas o en consumidores. Esa es la negación de sujeto que
propugna Freedman ¿Qué es lo que él enfatiza? Enfatiza la oferta,
el satisfactor y lo económico. Simplemente es una manera de
entender el futuro reducido a la mercancía, a ciertas mercancías
para que yo me transforme en un depositario, en un benefactor,
o un consumidor de esa mercancía. Pero eso no es el sujeto. Yo
creo que ese es el punto nodal, porque ahí está la fuerza, -pero
también la debilidad- del propio capitalismo. Ahí está la fuerza
pero también la debilidad de quienes queramos crear un discurso
alternativo. Y no se trata de construir un discurso alternativo con
menos discurso, eso es fácil. En las cumbres sociales que se dieron
en Porto Alegre, hace muchos años, eso se discutió treinta millones
de veces. El problema no solo es de discurso, el problema esencial
es el de la necesidad del sujeto de ser verdaderamente sujeto.
148
central: si no comprendemos algunos fenómenos asociados al
principal que es el de la mercancía, el de la mercantilización, si no
entendemos este problema -no sólo como fue analizado en 1867-
sino hoy en 2012, entonces no estamos entendiendo la cultura social
capitalista y al no entenderla, no podemos comprender la función
que esa cultura o subcultura está actuando en la subjetividad de
cada uno de ustedes. Allí está su fuerza. No actúa globalmente,
actúa con consecuencias globales, pero a partir de la enajenación
de cada una de las personas, que es la negación del ser humano,
es decir, no reconocernos como sujetos capaces de actuar, capaces
de pensar, capaces de construir sentido, capaces de reaccionar,
sino capaces de hacer nada. Y esa nada lleva al conformismo y el
conformismo lleva a la apatía y la apatía lleva a la indiferencia y
la indiferencia lleva a la descomposición, a la ineficacia política, a
la desorganización, al desinterés, al refugio en la vida personal y a
ceder el espacio público a quienes sí tienen una noción de futuro,
porque sí se sienten sujetos y sienten la necesidad de ser sujetos.
El problema no es psicológico, sino político. Se está trabajando en
la subjetividad, esto lo había analizado, en 1941, Erich Fromm, en
ese texto que tiene gran vigencia que se llama Miedo a la libertad.
Lo que el capitalismo trabaja es que todos tengamos miedo de
ser sujetos y esperemos siempre que alguien nos conduzca de la
mano y nos diga lo que debemos decir y hacer. ¡No! Ahí está el
problema de la formación del pensamiento, pero no solamente
pensamiento analítico, erudito o intelectual. Es el pensamiento de
todas las personas. Es el pensamiento con todas las facultades que
ustedes tienen. No solo la inteligencia analítica, sino también la
imaginación, la intuición y la voluntad, porque la inteligencia sin
voluntad no sirve. En el continente estamos llenos de intelectuales
lúcidos, pero cobardes, de manera que con eso no se gana nada,
así estamos simplemente justificando las derrotas.
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Palabras de cierre
Lorena Peña
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