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Filosofía de la ciencia

por Alfredo Marcos


Alfredo Marcoses catedrático de filosofía
de la ciencia en la Universidad de Valladolid.

Neurociencia: evitar el desengaño


Las expectativas desmedidas podrían dañar la investigación sobre el cerebro humano

L a neurociencia ha crecido de forma


espectacular desde la última década
del siglo pasado. Hasta los años noventa, el
de investigación se enmarcan en lo que
ha dado en llamarse «gran ciencia», o big
science, la cual nació a mediados del siglo
valiosa, por cierto— es que no todo está
en los genes. De este toque de humildad
resultó una pléyade de ciencias -ómicas y,
acceso al conocimiento del cerebro huma- pasado con el Proyecto Manhattan. En la también, el impulso necesario para estu-
no se limitaba al estudio de pacientes con recta final de la centuria, el relevo lo tomó diar el cerebro humano. Pero no repitamos
daño cerebral; es decir, se aprendía sobre el Proyecto Genoma Humano (PGH), cu- errores. Por mucho que aprendamos sobre
las funciones del cerebro a través del estu- yas conclusiones se publicaron en 2003. el cerebro, no esperemos que nos brinde
dio de sus disfunciones, o estados patoló- Ahora es el turno de los proyectos de in- la curación inmediata de todos nuestros
gicos. Es famoso el caso de Phineas Gage vestigación sobre el cerebro. males médicos y sociales, desde el alzhéi-
(1823-1860), cuya personalidad cambió Algo podemos aprender de esta breve mer hasta la violencia, ni mucho menos
de manera drástica tras un accidente que historia. El PGH dejó un sabor agridulce. las claves últimas de la existencia humana.
le lesionó ciertas zonas ventromediales La secuenciación del genoma humano fue De hecho, es esta maniobra de apuesta a
de la corteza prefrontal. Son también muy un éxito, pero no cubrió ni de lejos las expectativas infladas lo que constituye un
conocidas las investigaciones del neu- verdadero riesgo de brain bluff para la
ropsicólogo ruso Alexander Luria sobre neurociencia.
pacientes con daño cerebral. De todo Permítaseme reproducir aquí un ex-
ello llegó a inferirse un vínculo muy es- tracto de un artículo publicado el 2 de
pecial entre ciertas zonas del cerebro y noviembre de 2015 en el diario El País,
algunas funciones conductuales. en el que el periodista científico Javier
Con el desarrollo de las nuevas téc- Salas informaba sobre las últimas eva-
nicas de exploración médica, sin em- luaciones de expertos acerca del HBP:
bargo, se ha logrado estudiar el cere- «Cuando apenas ha empezado a andar,
bro también en su estado normal de el Human Brain Project (Proyecto Ce-
funcionamiento. Desde comienzos del rebro Humano, HBP), que prometía
siglo xx se vienen empleando para tal simular mediante supercomputación
fin equipos electroencefalográficos toda la complejidad del cerebro hu-
cada vez más precisos. Pero el acceso mano, ha recibido un severo baño de
a las estructuras y funciones de este realismo. Después de que cientos de
complejo órgano ha mejorado de ma- neurocientíficos se alzaran en armas
nera considerable con la llegada de contra el diseño del megaproyecto
diversas técnicas de neuroimagen, —1000 millones en 10 años—, dos in-
como la tomografía por emisión de formes han señalado las carencias de
positrones y la resonancia magnética una apuesta titánica que entusiasmó
funcional [véase la serie de artículos más a los políticos que a los científicos.
«Atlas del cerebro»; Mente y Cerebro, El proyecto debe reformularse de arriba
n.o 69, 2014]. abajo». El artículo citaba la siguiente
El desarrollo de estos nuevos me- frase del informe de evaluación: «Los
dios de exploración, así como de nuevas responsables del HBP y la Comisión
perspectivas matemáticas, informáti- Europea exageraron los objetivos y los
cas y teóricas, se ha visto muy respal- posibles logros».
dado en los últimos años por las cuan- Nada ejemplifica mejor la dinámica
ADAPTADO DE ISTOCKphoto/KMLMTZ66

tiosas inversiones de diversos Gobiernos. desmedidas expectativas con las que se de expectativas desmedidas, quizás orien-
En EE.UU. se puso en marcha en 2013 la impulsó el programa, ni en el terreno mé- tadas a la captación de fondos, seguidas
iniciativa BRAIN, con una financiación dico ni en el filosófico. Algunos pensaron de decepción. En fecha reciente y en es-
multimillonaria. Y la UE asignó, también que pondría en nuestras manos la pana- tas mismas páginas, Stefan Thail escribía:
en 2013, cientos de millones de euros al cea médica y el secreto de la naturaleza «A los dos años de su inicio, este proyecto
Proyecto Cerebro Humano (HBP, por sus humana, pero no fue así. Lo que sí nos multimillonario de simulación del cere-
siglas en inglés). Esta clase de programas mostró el PGH —una enseñanza muy bro está haciendo agua».

50  INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, marzo 2016


Al parecer, las primeras evaluaciones (17/06/2013) que la neurociencia no podrá dable una interpretación y un cultivo de
serias de los grandes proyectos de inves- sustituir, como a veces se ha sugerido, a las neurociencias en modo co-; es decir, en
tigación sobre el cerebro humano ya están las disciplinas humanísticas. Es más, re- comunicación y colaboración respetuosa
arrojando conclusiones desalentadoras sultará valiosa en la medida en que quiera con otras muchas disciplinas, en lugar de
para quienes han puesto en ellos excesiva colaborar con ellas. Brooks reconocía que una neurociencia en modo su-, cuya aspi-
ilusión. La situación es hoy muy inestable las neurociencias conforman un campo ración sería la de sustituir y suceder a las
y ha cambiado considerablemente entre «increíblemente importante y apasionan- disciplinas humanísticas.
2013 y 2015. Tras la neuromanía, parece te», pero que no podrán aportar la clave La neuroética, por poner un ejemplo,
que ahora empieza a formarse una ola de única para entender «todo pensamiento será el campo en el que se comuniquen y
neuroescepticismo, que quizá también y comportamiento». cooperen las neurociencias y la ética, desde
acabe por resultar excesiva. Reconozca- Desde la filosofía podemos aportar el mutuo respeto a sus respectivas identi-
mos, pues, el valor limitado pero muy alguna reflexión constructiva a la situa- dades y metodologías. Sería un error, que
real de los nuevos datos. Al margen de la ción actual. Se trata con ello de evitar los probablemente conduciría a la frustración,
deslumbrante calidad estética de las neu- extremos de la neuromanía que venía- interpretar la neuroética como la discipli-
roimágenes, la información que aportan mos sufriendo hasta hace un par de años, na neurocientífica llamada a reemplazar
sobre el funcionamiento del cerebro puede pero también los del neuroescepticismo a la ética filosófica. Semejante sustitución
resultar de extraordinario valor, pero siem- que hoy asoma en el horizonte. Podemos sería más bien una simple suplantación
pre que no se sobreinterprete ni se caiga evitar ambos excesos apelando al nivel de la ética, tal y como esta se ha entendi-
en una suerte de neofrenología. profundo de la antropología filosófica; es do tradicionalmente, por un sucedáneo.
Los grandes proyectos científicos de- decir, apoyándonos en una idea adecuada Algo parecido vale para el neuroderecho,
penden de manera crítica de factores me- de ser humano. la neuroeconomía, la neuroestética, el neu-
diáticos, políticos y financieros. Parece Para empezar, el intento de reducir roarte, la neurofilosofía, el neuromárke-
que esto inclina a sus promotores a formu- todo lo humano al cerebro nos hace ol- ting, la neuroteología, la neuromedicina, la
lar, o al menos a sugerir, promesas y ex- vidar la complejidad del cuerpo en su neurolingüística, la neuropsicología, la neu-
pectativas desmedidas. De ahí a la frustra- conjunto, así como sus interacciones con ropsiquiatría, la neurosociología, la neuro-
ción va solo un paso. Y dicha frustración el medio natural, social y cultural. Del pedagogía, la neuropolítica...
puede llevarse consigo las aportaciones, mismo modo que para entender el funcio- Mientras que la neurociencia entendi-
quizá más modestas, pero reales y muy va- namiento de los genes hemos tenido que da en modo su- no augura sino frustración,
liosas, que tales proyectos hacen al avan- ir más allá de estos y llegar a la epigené- la neurociencia en modo co- tiene un gran
ce de la ciencia y de la humanidad. De tica, probablemente debamos emprender valor ya en el presente y promete un fu-
hecho, la iniciativa BRAIN parece estar estudios epicerebrales que, para compren- turo muy esperanzador, pues nos ayudará
funcionando mejor gracias a un plantea- der el funcionamiento del cerebro, acaben a conocer buena parte de las condiciones
miento inicial más moderado. BRAIN es, incluyendo al organismo y sus entornos. de posibilidad de nuestro comportamiento
en realidad, un nombre genérico bajo el El genocentrismo conoce hoy horas bajas, y de nuestro pensamiento.
que se gestionan numerosos proyectos de y algo similar empieza a ocurrir con el
tamaño medio relacionados con la moni- cerebrocentrismo. El cerebro no percibe,
torización del cerebro y la estimulación ni piensa, ni decide, ni recuerda: todo eso
localizada de neuronas. Y precisamente lo hacen las personas. Por más que, evi-
hacia objetivos más modestos, de carác- dentemente, estas lo logren gracias, entre PARA SABER MÁS
ter tecnológico e informático, parece estar otras cosas, a su cerebro. Neuroética y neuropolítica.Adela Cortina.
reorientándose ahora el HBP. Nuestra intrincada trama de neuro- Tecnos, 2011.
Con todo, también en el otro lado del nas condiciona nuestro pensamiento y Brainwashed: The seductive appeal of
mindless neuroscience.Sally Satel y Scott
Atlántico está creciendo el neuroescepti- comportamiento, al mismo tiempo que
O. Lilienfeld. Basic Books, 2013.
cismo. Resulta llamativa la atención que los posibilita, pero no los determina por Aping mankind: Neuromania, darwinitis and
recibió en EE.UU un libro tan claramente completo. Ni siquiera la física acepta hoy the misrepresentation of humanity.
neuroescéptico como Brainwashed: The el determinismo que fue moda en tiempos Raymond Tallis. Routledge, 2014.
seductive appeal of mindless neuroscien- de Laplace. Así pues, dado que las perso- Neuroética y vulnerabilidad humana.Alfredo
Marcos en Cuadernos de Bioética, vol. 26,
ce (2013), de la psiquiatra Sally Satel y el nas somos mucho más que un cerebro y págs. 397-414, 2015.
psicólogo Scott Lilienfeld. La reseña del un conjunto de neuronas, ni nuestro pen-
en nuestro archivo
New Yorker (19/06/2013), firmada por samiento ni nuestro comportamiento po-
el investigador Gary Marcus, advertía drán ser descifrados únicamente a partir El lenguaje de la neurociencia.Christian Wolf
en MyC, n.o 70, 2015.
que las neurociencias son y serán útiles de las neurociencias. Pero, dado que nues-
Las dificultades del Proyecto Cerebro
siempre que cooperen con otras ciencias, tra base fisiológica es condición necesa- Humano.Stefan Theil en IyC, diciembre
como la psicología o la psiquiatría, dado ria de ambos, tampoco podremos pres- de 2015.
que «los elementos básicos de la psico- cindir de las neurociencias si queremos Una ciencia controvertida.Steve Ayan en MyC,
logía, como las creencias, deseos, fines y entenderlos a fondo. n.o 73, 2015.
Nueve ideas para mejorar la neurociencia.
pensamientos, seguirán probablemente Reducir todo lo humano al cerebro im- Isabelle Bareither, Felix Hasler y Anna Strasser
para siempre desempeñando un papel plica olvidar, por lo pronto, el resto del en MyC, n.o 73, 2015.
clave para entender el comportamiento organismo, así como a la persona en su La consciencia: ¿solo un montón de neuronas?
humano». Por su parte, el analista David conjunto, entendida como un todo inte- Manuela Lenzen en MyC, n.o 76, 2016.
Brooks afirmaba en The New York Times grado. En consecuencia, parece recomen-

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