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Dávila Cruz, Carlos Alberto; Munévar Quintero, Claudia Alexandra; Giraldo Quintero,
Rodrigo
Territorios, margen y los mapas de la fragmentación. La creación de sujetos de desarrollo
y sujetos de marginalidad
Civilizar. Ciencias Sociales y Humanas, vol. 17, núm. 32, enero-junio, 2017, pp. 93-104
Universidad Sergio Arboleda
Bogotá, Colombia
Civilizar Ciencias Sociales y Humanas 17 (32): 93-104, Enero-Junio de 2017 ISSN 1657-8953
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es anterior al territorio, se puede hablar de un además del miedo diseminado por los medios
territorio percibido, concebido y vivido3. de comunicación con el único fin de someter las
ideas revolucionarias del momento.
La relación de estos espacios y territorios
como producción de los sujetos y actores Si bien las sociedades están penetradas
se construye desde las tensiones entendidas por el consumo, la producción y la comunica-
como resistencias y pugnas. La sociedad ción, y estos tres elementos son tomados como
capitalista, desde el poder del capital, creería formas de obtener libertad, el elogio al miedo
que las resistencias serían resueltas a favor del termina siendo más poderoso que los antiguos
espacio y el territorio concebido, sin embargo, nacionalismos; en términos de Touraine (2000),
el espacio y el territorio vivido, aquellos donde “fingir que una nación o que una categoría so-
se “encuentran los lugares de la pasión y de la cial tenga que elegir una categoría universalista,
acción” (Lefebvre, 2013, p. 16), no se someten destructora, y la conservación de una diferen-
ante las acciones y pasiones del capital, lo cual cia cultural absoluta es una mentira demasiado
contribuye a que no se pueda ver como un gruesa como para no cubrir intereses y estrate-
ejercicio de homogenización, sino que resalta gias de dominación” (p. 201).
la pluralidad del territorio.
El empezar a reconocer la existencia de los
De los territorios de las resistencias a territorios de las resistencias, como producción
los territorios de las re-existencias social de prácticas que tensionan las prácticas
de la gubernamentalidad, es decir, las razones
impuestas por el Estado mediante los derechos
Las nuevas formas de ordenar el territorio
liberales y ahora desde el neoliberalismo, abre
gestadas por los grupos que ejercen el dominio
la posibilidad de ver al territorio no solo como
se ven confrontadas por procesos de resistencia uso, esto es, “desde su utilidad como recurso”,
social popular, si bien existen dichos procesos sino también el territorio usado, esto es, “en su
también hay que reconocer que son pocos a la totalidad, como espacio que expresa las diversas
luz de la crisis política y económica que enfrenta maneras que tienen los sujetos de existir sobre
el Estado-nación colombiano, la producción de el territorio” (Jiménez & Novoa, 2014, p. 21).
ordenes territoriales y espaciales a partir de
la acumulación del capital ha permitido que De esta manera, el territorio usado es el
dentro del territorio nacional se geste lo que territorio de la re-existencia, donde los seres
Jiménez y Novoa (2014) han denominado como humanos se transforman a partir de la construc-
las “geografías de las resistencias populares”, ción de la manifestación de sus territorialida-
término acuñado como una nueva configuración des, es la puesta en escena de la subjetivación,
en nuestra América, dada la incapacidad de entendiendo que esta es la “penetración del su-
los grupos dominantes de generar procesos de jeto en el individuo y por consiguiente la trans-
inclusión política, social y económica. formación del individuo en sujeto” (Touraine,
2000, p. 209). En este sentido, los territorios de
Lo anterior ha conllevado a las ciencias re-existencia, no solo son la muestra de terri-
sociales a preguntarse por la necesidad del naci- torialidades en disputa, sino la correspondencia
miento del sujeto, puesto que el poder del capi- de la conducta personal y de los roles sociales,
tal ha vuelto a la construcción de ideologías que es decir, la entrada de la subjetivación en la de-
instauran gobiernos con ciertas características fensa y en la construcción del territorio destru-
despóticas, como lo diría Touraine (2000) “re- ye el yo, como forma de resistencia al indivi-
curren a la creación de comunidades encerradas dualismo a través de valores que recaen en el
en su tradición, en sus formas de organización territorio producto de las interacciones sociales
social o en las creencias religiosas” (p. 201), y las acciones políticas de los sujetos.
Para Touraine (2000) “el yo se quiebra: miento moderno y antropocentrista, sino que
por un lado el sujeto y por el otro el sí mismo” además ha fijado los estilos y formas de vida de
(p. 209), es decir, el sí mismo (self) asocia la na- las personas, apropiándose de los imaginarios e
turaleza con los objetos construyendo los espa- ideales sociales e instalando en ellos ideas ra-
cios y por ende los territorios, así como el su- cionalistas y los valores propios de la moderni-
jeto asocia individuo y territorio. Así, el sujeto dad (Munévar & Giraldo, 2015). No obstante,
construye prácticas territoriales en la medida que este discurso también ha perpetrado las políti-
se propone objetivos, hacia los cuales debe estar cas económicas de los países, cuyas finalidades
dirigida una acción y la utilización calculada de y metas se han inscrito bajo los ideales del pro-
unos medios, en términos de Foucault, la postu- greso impuesto por las lógicas del desarrollo;
ra política del sujeto recrea la elección de unas lógicas y políticas que explican “las razones
determinadas estrategias que “permitan la eficaz que tuvieron tantos países para comenzar a con-
articulación entre medios y fines o en su defecto, siderarse subdesarrollados” y “cómo ‘desarro-
el uso de los efectos imprevistos para un regla- llarse’ se convirtió para ellos en problema fun-
mento de los propios fines” (Castro, 2015, p. 36). damental […]” (Escobar, 2007, p. 23).
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disfrazadas en discursos orientados a lo social por los costos de una sociedad consumista,
y lo ambiental, tratando de corresponder a esa cuyo reconocimiento de daños, impactos o
tautología definida por el desarrollo sostenible5. afectaciones pretenden trasformar al sujeto y a
sus identidades.
Acompañados de estas contradicciones
conceptuales y teleológicas, se suma el estigma La trasformación del sujeto no solo se
generado a las manifestaciones de otras formas de genera desde su reconocimiento, sino también
desarrollo que se oponen o contradicen a la única desde su estigmatización, toda vez que, quien
forma de progreso impuesta por las tendencias no quiera sujetarse a los postulados del desarro-
desarrollistas. Este tipo de manifestaciones llo, será un enemigo del mismo; concepción po-
luchan contra el reduccionismo que solo logra lítica definida por Schmitt (1999), como amigo
ver a través del crecimiento económico, medido y enemigo, cuyo alcance de su significado “po-
bajo los parámetros de la utilidad, el desarrollo see una estructura lingüística y lógica diferente
y progreso de los pueblos, ignorando la historia dependiendo de las diversas lenguas y grupos
marcada por cada ideología y cosmovisión, que lingüísticos” (pp. 134-135). Las estigmatizacio-
por ir en vías paralelas, difícilmente encajarán nes pueden dar lugar a la creación de identida-
en la única teoría predicada por el desarrollo. des, donde el “progreso, en resumen, ha dejado
de ser un discurso que habla de mejorar la vida
La existencia de otras formas de de todos para convertirse en un discurso de su-
desarrollo, evidencian diferentes tipos de luchas pervivencia personal” (Bauman, 2013, p. 27),
y confrontaciones de sujetos que han sido y donde la identidad “se nos revela sólo como
marginalizados por esa estructura que materializa algo que hay que inventar en lugar de descu-
las formas de vida bajo el signo de la utilidad y brir” (Bauman, 2010, p. 40).
que los quiere convertir en sujetos de desarrollo,
fijando una relación indecidible entre la persona y Este tipo de redefinición del ser humano
el progreso, pero no como fin, sino como medio. como sujeto de desarrollo, constituye el esce-
Como lo manifiesta Moreno (2014), “colocar nario perfecto para un modelo económico que
al ser humano en el centro del DS [Desarrollo más que satisfacer necesidades básicas, las in-
Sostenible]”6 (p. 195), tiene unas implicaciones venta, pese a que muchas son de alcance inma-
importantes en la compresión del concepto, terial, el modelo económico pretende suplirlas
toda vez que el ser humano es convertido como por bienes materiales.
“piedra angular” en el discurso del desarrollo
social. Moreno (2014, citando a Sen, 1997), Una de las paradojas que encontramos al
establece que con referencia a la expresión de analizar, por ejemplo, la tesis de la supuesta
“capital humano”, el autor lo define como un “desmaterialización” de la economía […], es
concepto que “se concentra en el carácter de que precisamente en las sociedades ricas se ha
producido una tendencia creciente a satisfacer
agentes (agency) de los seres humanos, que
las necesidades no materiales a través del con-
por medio de sus habilidades, conocimientos
sumo material (o mejor, a intentar satisfacer-
y esfuerzos, aumentan las posibilidades de las, porque los satisfactores pueden ser “fal-
producción” (p. 196). sos satisfactores” que producen frustración)
(Martínez & Roca, 2001, pp. 18-19).
Esta noción de la persona, reconfigura su
reconocimiento como un sujeto de derechos, Dichos satisfactores han logrado tal fuerza
para considerarlo como un sujeto del desarrollo, que no solo se han materializado a través de po-
toda vez que, al examinar la carga lingüística del líticas económicas y jurídicas, sino que lograron
alcance de su definición, convierte su esencia y perpetrar los imaginarios e ideales de vida bajo
su espíritu en un signo de materialidad, valorado la noción de una cultura occidentalizada, que
busca alcanzar a costo de su propia identidad las ciones que animan el centro de este complejo
metas fijadas por el desarrollo y que marginali- es implantar un modelo de gobierno exclusi-
za y excluye a aquellos sujetos que luchan por vamente orientado a los beneficios (que tan
mantener sus vínculos con la naturaleza y fijar a fácilmente avanza en circunstancias extraor-
dinarias) también en el día a día cotidiano del
través de ella, sus propias formas de desarrollo y
funcionamiento del Estado; esto es privatizar
su propia construcción de territorio. el gobierno (p. 35).
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humano y social se siente vulnerable? La res- Buena parte del análisis acerca del con-
puesta a este interrogante tiene claras perspec- cepto de la marginalidad ausculta algunas ra-
tivas de orden psicológico o psicoanalítico, que zones del concepto de ciudadanía, no desde
prima facie no interesan por el momento en este la perspectiva tradicional occidental y jurídica
análisis, pues la respuesta que se quiere generar institucional, como algo bondadoso, sino más
es de orden socio-político. La hipótesis que se bien como un discurso carente de respeto a la
generará en el presente estudio parte del presu- alteridad, poco altruista y ególatra, que discurre
puesto que la mencionada vulnerabilidad –tanto en las tramoyas legislativas. La situación del
la natural como la artificial–, tienen su génesis marginal (el no ciudadano), independientemen-
en la marginalidad; entendiendo por esta, una te de su nacionalidad, su calidad de trashuman-
suerte de abandono u ostracismo voluntario de te allende a la comunidad de naciones en los
sujetos que se auto marginan, en un ejercicio tiempos del capitalismo y la globalización, es
bien de “humanofobia” –en los casos más ex- antagónica con el concepto de ciudadanía, que
tremos–, o simplemente no se sienten cómodos es claramente excluyente y humanamente dis-
en el mundo que habitan, se asimilan más libres criminatoria del humano no legalizado, como
en marginalidad. No obstante, la marginalidad si este, el pseudociudadano, fuera un enfermo
como un escenario de conflicto (armado, social, (positivismo biológico). Así las cosas, aquel
político, ambiental, etc.) plantea retos distintos, que aun teniendo cédula de ciudadanía al inte-
pues se constituye en un campo de violencia, rior del país, se entiende como un perseguido,
imposición y saqueo. Es pues allí donde apare- un marginal, un invisible, una suerte de extrate-
ce un problema, cuando se margina al pobre, al rrestre etiquetado previamente por un software
opositor, al otro. perverso llamado ley.
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se desprende de allí, de las neosociedades pos- “El espacio percibido debe entenderse
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industriales y capitalistas, pues son estas las como el espacio de la experiencia material, que
que llevan a explicaciones tanto de los sistemas vincula la realidad cotidiana (uso del tiempo) y
productivos como del habitar en el mundo. Ese la realidad urbana y agraria (redes y flujos de
universo conflictivo, donde desde lo cotidiano personas, mercancías o dinero que se asientan
se empieza a categorizar o etiquetar bajo “X” en y transitan el espacio), englobando tanto la
o “Y” conceptos. Al respecto, lo que hacen el producción como la reproducción social. El
cine, la televisión y en ocasiones la literatura, espacio concebido es el espacio de los expertos,
es llevar las relaciones del conflicto armado los científicos, los planificadores, el espacio
desde la quimera social del “sueño americano” de los signos, de los códigos de ordenación,
que esa sociedad posfordista ofrece, la misma fragmentación y restricción. El espacio vivido,
que lleva al sujeto marginal a una sin salida, al es el espacio de la imaginación y de lo simbólico
plano del amigo-enemigo, en un reduccionismo dentro de una existencia material, es el espacio
schmittiano que no atiende a causas de orden de usuarios y habitantes, donde se profundiza
estructural sino a simples emotivismos acendra- en la búsqueda de nuevas posibilidades de la
dos en la venganza. Esos escenarios del esno- realidad espacial” (Lefebvre, 2013, p. 16).
bismo y la egolatría, alimentan de forma fatal la
pobreza como el primer rasgo descriptivo, a su Como lo expresa Durán (1997): “No
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vez que el más espeluznante de eso denomina- se puede omitir que el derecho no se agota en
do marginalidad. el derecho positivo […] sino también desde
la legitimidad del contenido de las normas
Notas jurídicas; y también desde la aceptación de
dichas normas por parte de los miembros del
Se debe entender por territorialidad
1 grupo” (p. 33).
como la dimensión espacial de los actores y
valores que estos atribuyen al espacio interve- Strange y Bayley (2012), definen por
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nido y la territorialización como al conjunto de desarrollo sostenible como aquel que “cubre las
acciones implementadas por estos actores en necesidades del presente sin poner en riesgo la
nombre de sus valores (Monnet, 2010, p. 27). capacidad de las futuras generaciones de cubrir
las propias. […] Un elemento central del desa-
2
Para Mançano (2011), “la indivisibilidad rrollo sostenible es la necesidad de considerar
es una palabra clave porque une los sistemas de ‘tres pilares’ en conjunto: la sociedad, la econo-
objetos con los sistemas de acciones de modo mía y el medio ambiente” (pp. 32-35).
contradictorio y solidario, lo que se expresa
en los conflictos generados por las diferentes La expresión “centro”, no solo hace
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intencionalidades” (p. 25). En nuestro caso, referencia a la perspectiva humanista que “erige
la intencionalidad del capital y las de los al hombre como valor supremo al que habrán de
movimientos sociales en la creación de sus supeditarse todas las cosas” (Lezama, 2014, p.
espacios, no podemos separar los sistemas de 119), sino como un medio para alcanzar los fines
acciones y de objetos producidos por estos, pues de progreso que son fijados por los parámetros
es allí donde se marcan las tensiones producidas del mercado y la utilidad.
por los sujetos que entablan relaciones sociales,
es decir, el espacio se construye como campos Al respecto menciona Zaffaroni (2012)
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Beck, U. (2002). La sociedad del riesgo global. Lefebvre, H. (2013). La producción social del
España: Siglo XXI Editores. espacio. Madrid: Capitán Swing.
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Lezama, J. (2014). Teoría social, espacio y Raffestin, C. (1993). Por una geografía do
ciudad. México: El Colegio de México. poder. São Paulo: Ática.
Monnet, J. (2010). Territorio reticular. Colombia: Strange, T., & Bayley, A. (2012). Desarrollo
Universidad de Caldas. Sostenible: integrar la economía, la
sociedad y el medio ambiente. México:
Moreno, M. (2014). Génesis, evolución y OCDE; Instituto de Investigaciones
tendencias del paradigma del desarrollo Económicas, UNAM.
sostenible. México: Editorial Miguel
Ángel Porrúa. Touraine, A. (2000). Crítica de la modernidad.
México: Fondo de Cultura Económica.
Munévar, C., & Giraldo, R. (2015). Desarrollo
y derechos humanos: incidencias, Zaffaroni, E. (2012). La pachamama y el
aproximaciones y tendencias. Revista humano. Argentina: Ediciones Colihue.
Jurídicas, 12(1), 25-43.