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EL FASCISMO & CAPITALISMO SIGLO XX

BENITO MUSSOLINI
Fue un periodista y político italiano, primer ministro del Reino de Italia con
poderes dictatoriales desde 1922 hasta 1943, cuando fue depuesto y encarcelado
brevemente.
Escapó gracias a la ayuda de la Alemania nazi, y asumió el cargo de presidente de
la República Social Italiana desde septiembre de 1943 hasta su derrocamiento en
1945. Mussolini irrumpió en la política italiana el 27 de octubre de 1922 cuando
encabezó la marcha sobre Roma que impresionó al rey Víctor Manuel III, quien,
asesorado por la burguesía italiana, le pidió que formara un gobierno de orden.
Benito Mussolini nació en Dovia, una aldea del municipio de Predappio, en la
provincia de Forlí, región de Emilia-Romaña el 29 de julio de 1883. Su
padre, Alessandro Mussolini, era herrero; su madre, Rosa Maltoni, era una maestra
que creía firmemente en la importancia de la educación.
El nombre Benito Amilcare Andrea fue decidido por su padre, un líder local
socialista, en memoria de Benito Juárez, héroe reformista y expresidente
de México; de Amilcare Cipriani, patriota italiano y socialista; y de Andrea Costa,
primer diputado socialista elegido en el parlamento italiano.
De niño, recibió la enseñanza básica en Dovia y luego en Predappio (desde 1889
hasta 1891). Luego ingresó al colegio salesianode Faenza pero fue expulsado por
una pelea con un compañero. Prosiguió los estudios en el colegio Giosuè
Carducci de Forlimpopoli donde obtuvo en septiembre de 1898 la licencia de técnico
inferior. A partir de octubre de ese año, por una pelea que tuvo con otro compañero,
se le obliga a asistir como alumno externo (hasta el año 1901).
Allí en Forlimpopoli, por influencia paterna, Mussolini se acerca al socialismo
militante y en el año 1900 se inscribe en el Partido Socialista Italiano. Mientras tanto,
concluye los estudios y obtiene la Maturità (título de bachillerato). El 13 de febrero
de 1902 fue nombrado suplente para la escuela elemental de Pieve Saliceto,
fraccionamiento de Gualtieri Emilia.
ADOLF HITLER
fue un político, militar y escritor alemán, canciller imperial desde 1933 de Alemania
desde 1934 hasta su muerte. Llevó al poder al Partido Nacionalsocialista Obrero
Alemán o Partido Nazi, y lideró un régimen totalitario durante el período conocido
como Tercer Reich o Alemania nazi.
Hitler se afilió al Partido Obrero Alemán, precursor del Partido Nazi, en 1919, y se
convirtió en su líder en 1921. En 1923, tras el pronunciamiento en la
cervecería Bürgerbräukeller de Múnich, Hitler intentó una insurrección, conocida
como el Putsch de Múnich, tras cuyo fracaso fue condenado a cinco años de prisión.
Durante su estancia en la cárcel redactó la primera parte de su libro Mi lucha (en
alemán, Mein Kampf), en el que expone su ideología junto con elementos
autobiográficos. Liberado ocho meses después, en 1924, Hitler obtuvo creciente
apoyo popular mediante la exaltación del pangermanismo, el antisemitismo y
el anticomunismo, sirviéndose de su talento oratorio apoyado por la
eficiente propaganda nazi y las concentraciones de masas cargadas de simbolismo.
Fue nombrado canciller imperial en enero de 1933 y, un año después, a la muerte
del presidente Paul von Hindenburg, se autoproclamó líder y canciller imperial,
asumiendo así el mando supremo del Estado germano. Transformó la República de
Weimar en el Tercer Reich y gobernó con un partido único basado en
el totalitarismo y la autocracia de la ideología nazi.
El objetivo de Hitler era establecer un Nuevo Orden basado en la
absoluta hegemonía de la Alemania nazi en el continente europeo. Su política
exterior e interior tenía el objetivo de apoderarse de para los pueblos germánicos.
Promovió el rearme de Alemania y tras la invasión de Polonia por la Wehrmacht el
1 de septiembre de 1939, se inició la Segunda Guerra Mundial.
Bajo la dirección de Hitler, las fuerzas alemanas y sus aliados ocuparon en 1941 la
mayor parte de Europa y África del Norte. Esas conquistas territoriales decrecieron
paulatinamente después de la batalla de Stalingrado, hasta 1945, cuando
los ejércitos aliados derrotaron al ejército alemán. Por motivos raciales, Hitler causó
la muerte de diecisiete millones de personas, incluyendo seis millones de judíos y
entre medio y millón y medio de gitanos, en lo que posteriormente se denominó
FASCISMO
El fascismo es una ideología y un movimiento político que surgió en
la Europa de entreguerras creado por Benito Mussolini. El proyecto político del
fascismo es instaurar un corporativismo estatal totalitario y una economía dirigista,
el fascismo ve la Primera Guerra Mundial como una revolución que trajo cambios
masivos a la naturaleza de la guerra, la sociedad, el estado y la tecnología. El
advenimiento de la guerra total y la movilización total de la sociedad habían dividido
la distinción entre civiles y militares. Una "ciudadanía militar" surgió en la que todos
los ciudadanos se involucraron con los militares de alguna manera durante la
guerra. La guerra había dado lugar al surgimiento de un poderoso estado capaz de
movilizar a millones de personas para servir en primera línea y proporcionar
producción económica y logística para apoyarlos, además de tener una autoridad
sin precedentes para intervenir en la vida de los ciudadanos.
Los fascistas creen que la democracia liberal es obsoleta y consideran que la
movilización completa de la sociedad en un Estado de partido único totalitario es
necesaria para preparar a una nación para un conflicto armado y para responder
eficazmente a las dificultades económicas. Tal estado es liderado por un líder
fuerte—como un dictador y un gobierno marcial compuesto por los miembros del
partido fascista gobernante—para forjar la unidad nacional y mantener una sociedad
estable y ordenada. El fascismo rechaza las afirmaciones de que la violencia es
automáticamente negativa en la naturaleza, y ve la violencia política, la guerra y el
imperialismo como medios que pueden lograr el rejuvenecimiento nacional. Los
fascistas abogan por una economía mixta, con el objetivo principal de lograr la
autarquía mediante políticas económicas proteccionistas e intervencionistas.
LAS CARACTERÍSTICAS DEL FASCISMO

El fascismo constituye un fenómeno complejo que adquirió diferentes


características según los países. Un ejemplo controvertido es el “franquismo” que,
si bien compartió con el fascismo y el nacionalsocialismo importantes rasgos, tuvo
algunos elementos diferenciadores (especialmente el peso de la Iglesia Católica)
con respecto a los regímenes italiano y alemán.

No obstante, podemos distinguir una serie de rasgos comunes al fascismo:

TOTALITARISMO
El estado fascista fue un estado totalitario. El gobierno y la burocracia estatal
trataron de intervenir en todos los ámbitos de la vida, coartando la libertad de los
individuos. El estado trató de controlar la escuela, la juventud, la vida laboral y
empresarial, el mundo femenino, los medios de comunicación…
A diferencia del estado liberal, sustentado en la libertad individual, en el fascismo
las personas se subordinaban plenamente al estado. Un estado que se
fundamentaba en la fuerza, el liderazgo y la jerarquía, ejerciendo un absoluto
control de la sociedad.
El partido oficial era la única organización política permitida. El partido (fascista,
nacional-socialista) fiscalizaba y regulaba la acción del estado con el cual llegó a
confundirse.

ANTILIBERALISMO
Para los ideólogos fascistas el liberalismo era una ideología débil, incapaz de frenar
al auge del comunismo e ineficaz para mantener el rumbo de una economía
sometida a una profunda crisis en el período de entreguerras.
La democracia y el sufragio universal fueron considerados métodos artificiales e
inútiles que intentaban igualar la natural desigualdad entre los hombres.
La libertad, encarnada en los derechos de expresión, asociación o reunión fue
contemplada con absoluto desdén por una ideología fascista que defendía los
conceptos de jerarquía, disciplina y obediencia.
Los partidos políticos eran elementos que llevaban al desorden y a la
desmembración social y por consecuencia, en aquellos países donde el fascismo
alcanzó el poder, fueron ilegalizados y perseguidos. El estado fascista se basó en
un único partido bajo el liderazgo del jefe o caudillo.

ANTICAPITALISMO
El fascismo tuvo en su origen un carácter anticapitalista. El término nacional-
socialista es una reminiscencia de esos inicios.
Sin embargo, especialmente en el caso alemán, el capitalismo se identificó con los
financieros y banqueros judíos, calificados como elementos degenerados de la
burguesía. La propaganda fascista trató de distinguir entre la figura del gran
capitalista, sinónimo de usurero corrupto, y la del empresario, honrado, laborioso y
solidario con la comunidad.

El anticapitalismo fascista tuvo su mayor expresión en la organización corporativa


del mundo del trabajo. Empresarios y trabajadores fueron obligados a pertenecer a
sindicatos obligatorios, controlados por el partido único. Los trabajadores, que
perdieron sus sindicatos libres, fueron los grandes perjudicados de esta
reorganización del mundo laboral.
Sin embargo, a pesar de la palabrería propagandística, Hitler, Mussolini y otros
dictadores fascistas recibieron el apoyo del gran capital en su ascenso al poder. Y
una vez alcanzado éste, la alianza con los grandes empresarios se estrechó aún
más, hasta constituirse en la columna sobre la que se vertebró la economía.

ANTIMARXISMO

La lucha de clases, elemento clave en la visión marxista de la sociedad, chocaba


frontalmente con la ideología unificadora, nacionalista y totalitaria del fascismo. Los
grupos paramilitares fascistas, los “squadristi” o “camisas negras” italianos, los SA
o “camisas pardas” alemanes, hostigaron desde un principio a las organizaciones
socialistas, comunistas y anarquistas. Los sindicatos y partidos de izquierda fueron
inmediatamente ilegalizados y perseguidos al acceder al poder los fascistas y
nacional-socialistas.
La furibunda actitud fascista contra las organizaciones obreras le granjeó
a Mussolini y Hitler la simpatía de muchas clases medias que veían con pavor la
posibilidad de una revolución comunista en sus países.
AUTORITARISMO Y MILITARISMO
El fascismo concebía la sociedad como una organización militar. En ella cada
individuo debía ocupar un lugar determinado y desarrollar una función específica.
La jerarquía, el mando y la disciplina debían regir el funcionamiento social. No había
lugar para discrepancias o disensiones. Cualquier desobediencia se
debíasolucionar por la violencia.
Así, los partidos fascistas organizaron desde un principio grupos paramilitares
uniformados, los SA nazis, los “camisas negras”, que desde un principio aplicaron
la violencia terrorista a la actividad política.
Al llegar al poder el fascismo y el nacional-socialismo potenciaron el papel de las
fuerzas armadas, esenciales para poner en práctica sus planes de expansión
territorial. El espíritu militar impregnó completamente la sociedad: los grandiosos
desfiles militares se hicieron cotidianos, los jóvenes fueron educados en los
valores castrenses, los saludos y uniformes proliferaron. En concordancia con la
exaltación de lo militar, el fascismo promovió los “valores masculinos”. El papel de
la mujer quedó relegado al rol tradicional de madre y esposa.

NACIONALISMO EXACERBADO

Los fascismos organizaron su visión totalitaria en torno al concepto de nación. La


unidad nacional en torno al estado, al partido único y al líder será la máxima
aspiración de la ideología fascista. Este nacionalismo extremo tomó diferentes
formas en los distintos países.

El nacionalismo de los partidos fascistas derivó inmediatamente en sueños


expansionistas. Mussolini soñó con resucitar la antigua Roma y unificar el
mediterráneo, “il mare nostro”, bajo la hegemonía italiana.Hitler imaginó, y esta
ensoñación trajo consecuencias siniestras, con un nuevo III Reich, el tercer imperio
alemán, bajo la dirección de la raza superior germana. Incluso Franco se permitió
proclamar la vuelta al imperio, exaltando la España de los Reyes Católicos y los
primeros monarcas Habsburgo.

LIDERAZGO DE UN JEFE CARISMÁTICO


Los partidos y, posteriormente, los estados fascistas se organizaron en torno a la
figura de un jefe ("Duce, Führer, Caudillo") con poderes absolutos sobre el partido,
el estado y la sociedad. El eslogan italiano "Il Duce ha sempre ragione" (el Duce
siempre tiene razón) explica por sí solo esa postura irracional de obediencia
absoluta al líder.
El jefe estaba dotado de un especial carisma que hiciera que su personalidad
sobresaliera sobre los demás mortales. Este carisma fue alimentado a través del
culto a la personalidad. Un culto alimentado por una propaganda sistemática de
exaltación del líder. En este sentido el fascismo se hermana perfectamente con el
estalinismo.

EMPLEO DE LA PROPAGANDA Y EL TERROR


Los regímenes fascistas pusieron gran empeño en controlar los medios de
comunicación, especialmente, la radio y la prensa. Tras abolir libertad de expresión
y perseguir a cualquier medio que se atreviese a desafiar esta prohibición, los
gobiernos fascistas utilizaron masivamente la propaganda para inculcar los valores
de su ideología. La gran figura en la manipulación de la verdad y la propaganda
alienante fue el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels.
A los que no se dejaban convencer por la manipulación informativa, el fascismo
reservaba el empleo sistemático del terror, desde la amenaza hasta la reclusión en
campos de concentración y el asesinato.

RACISMO
La ideología fascista era totalmente contraria a la idea de igualdad (entre los seres
humanos, entre los sexos, entre las naciones). En este sentido, el fascismo y, muy
especialmente, su versión alemana: el nacional-socialismo fue una ideología
radicalmente racista.
El nazismo se basaba en una visión racial de la humanidad en la que las razonas
superiores, en la cúspide entre ellas la raza aria germana, debía de dominar y
esclavizar a las razas inferiores (los eslavos especialmente). Punto y aparte lo
constituía lo que los nazis denominaron “infrahombres”, el pueblo judío.
El antisemitismo constituyó el eje central de la ideología nazi. Desde el
hostigamiento se pasó a la discriminación jurídica (Leyes de Nuremberg, 1935),
para llegar durante la segunda guerra mundial a la “solución final” del problema
judío. Un eufemismo para referirse al exterminio de seis millones de judíos de la
Europa central y oriental.
El pueblo gitano sufrió también una brutal persecución por parte del nazismo
alemán.
JESÚS ISRAEL HERNÁNDEZ PÉREZ

TRABAJO FINAL

EL FACISMO Y CAPITALISMO

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