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1) MODIFICACIONES GENERALES:
Presión Arterial: se admite que las modificaciones de la presión arterial en el embarazo suelen
ser pequeñas y caen dentro de lo que conocemos como variaciones fisiológicas. En general se
acepta que la presión arterial desciende durante el primero y segundo trimestre del embarazo,
y que asciende después, al final de la gestación, hasta alcanzar cifras semejantes a las de no
gravidez.
La gestante normal tiene tendencia definida a disminuir sus valores, en especial la diastólica.
Se tiene como cifras tensiónales de gravidez normales los 120 / 70 mmhg. Si la hipotensión
fisiológica no origina efectos colaterales como mareos, lipotimias, no debe merecer medida
terapéutica. Esta tendencia normal hacia la hipotensión en la embarazada sana, a pesar del
aumento del sistema renina-angiotensiana en la gravidez, se explica sobre todo por la
disminución de la actividad presiva de la angiotensina II, probablemente por un fenómeno de
taquifilaxia.
Frecuencia del pulso: Habitualmente, la frecuencia del pulso se eleva al comienzo del
embarazo y alcanza su máximo hacia la semana 30, y desciende lentamente después para
normalizarse al final de la gestión o durante el puerperio. Algunos autores señalan que esto
sucede si se toma el pulso estando sentada la mujer, pero si se toma estando tumbada o de
lado, el pulso aumenta también, aunque ligeramente en el ultimo trimestre Por termino medio
se acepta que el incremento de la frecuencia del pulso es de 10 latidos por minuto, aunque
algunos autores encuentran cifras de incremento de 15 latidos, y aun mas. Es precisó
reconocer que la frecuencia del pulso de la embarazada es variable; se ha afirmado que el
pulso de la gestante es lábil, cambiante de un día para otro, como su propio humor.
En el parto hay un aumento del volumen total de sangre, que se calcula en 5% después del
parto vaginal espontaneo, la disminución de la volemia oscila, según los distintos autores,
entre 400 y 800ml, y después del parto por cesárea la disminución alcanza 930 ml
aproximadamente (Pritchard y cols., 1962).
Es interesante destacar que el aumento del volumen plasmático y del volumen globular no
siguen curvas paralelas; el primero aumenta más que el segundo.
El incremento del volumen plasmático en el embarazo varia mucho de unos casos a otros.
Según distintos investigadores depende fundamentalmente del peso y de la talla de la
gestante y del feto y la placenta. Expresados en valores absolutos, se supone que el
incremento medio máximo del volumen plasmático durante el embarazo es de 1.250 ml, si
bien estas cifras, en algunos casos, son muy superiores.
Este aumento alcanza el máximo hacia la semana 34; después desciende lentamente hasta el
final de la gestación, con unas cifras medias de descenso de 100 ml.
Para explicar el aumento del volumen sanguíneo se han esgrimido los siguientes factores: 1)
aumento de la red vascular del útero gestante; 2) creación de la circulación placentaria y fetal,
y 3) factores hormonales. El aumento del volumen sanguíneo se inicia muy precozmente ,
antes de que los primeros factores enumerados puedan justificar su aparición; por ello, se
supone actualmente que en fase precoz, por acción hormonal, se produce una disminución del
tono vascular, con lo que aumenta el volumen intravascular.
Presión Venenosa: La presión venenosa se mantiene contante con cifras normales, por debajo
de 100mm H2O, durante todo el embarazo, en los brazos y en la mitad superior del cuerpo,
por encima de del útero; en cambio en las piernas y en la pelvis, la presión venenosa se eleva,
en particular en decúbito supino, y a la final del embarazo, a menudo supera los 250 mm H2O.
Este hecho se explica por dos razones fundamentales: 1) La presión mecánica que el útero
grávido y la cabeza fetal ejerce sobre las venas iliacas y la vena cava, y 2) la obstrucción
hidrodinámica que ejerce la desembocadura de las venas uterinas, que tienen igualmente una
elevada presión. El decúbito lateral disminuye la presión de la vena femoral, lo que confirma el
factor mecánico antes señalado.
Como consecuencia de este incremento en la presión venosa en los miembros inferiores,
aparecen varices en los miembros inferiores, en la vulva, vagina y región pubiana por lo
general al final del primer trimestre. Ocasionan molestias que se caracterizan por pesadez
tensión dolorosa, edema y prurito. No siempre desaparecen después del parto, aunque
mejoran, pero se exageran con cada nueva gesta. Las telangiectasias venulares superficiales
también se pueden ocacionar como consecuencia del aumento de la preison venosa aunque
no producen trastornos graves son muy antiestéticas.
Riego sanguíneo regional: El riego sanguíneo del hígado y del cerebro se mantienen constantes
durante el embarazo. En cambio, aumenta el riego sanguíneo renal, también aumenta el riego
sanguíneo en la piel, particularmente en los antebrazos y en las manos. La piel de la gestante y
sobre todo las manos están calientes y pegajosas, y a veces la mujer se siente molesta por el
calor de sus manos. El riego sanguíneo del útero aumenta asimismo durante la gestación, y
probablemente este aumento del flujo uterino constituye la finalidad fundamental de las
modificaciones de la circulación en la mujer gestante. El aumento del riego renal tiene como
finalidad la eliminación de sustancias, mientras que el aumento de riego en la piel produce
calor.
Corazón:
Trabajo cardiaco: El volumen minuto cardiaco aumenta al final del primer trimestre de
la gestación hasta 25-50% de las cifras iníciales. Mas adelante aumenta muy ligeramente en
10% hasta el tercer trimestre. Numerosos autores señalan un descenso del volumen minuto
en las 4-8 ultimas semanas. Sin embrago, este descenso se interpreta actualmente por la
compresión que el útero grávido ejerce sobre la vena cava inferior, dificultando el retorno de
la sangre al corazón derecho, cuando la mujer esta en decúbito supino. En cambio en las
investigaciones realizadas con la mujer en decúbito lateral no se observa disminución del
volumen minuto cardiaco en las ultimas semanas de la gestación, aunque algunos autores
encuentran el descenso en todas las posiciones de la mujer.
No se conoce con exactitud la causa que condiciona el aumento del volumen minuto en fase
tan precoz de la gestación, aunque se supone que se origina por acción hormonal (estrógenos).
Después del parto, contracción del útero envía a la circulación general unos 300 ml
aproximadamente de sangre, que en parte es compensada por la hemorragia habitual de los
primeros del puerperio. De todas formas, el volumen minuto se eleva en los primeros
momentos del puerperio.
En el puerperio, la frecuencia cardiaca disminuye, y en algunos días o semanas todo vuelve a la
normalidad.
Actualmente se admite que el embarazo produce un aumento total del corazón, que alcanza
su mayor expresión cerca de la semana 36. Incluso se ha señalado una relación entre el
tamaño del corazón y el peso del recién nacido, afirmando que las madres con corazones
pequeños tienen mayor tendencia a tener hijos prematuros. Las modificaciones señaladas
regresan después del parto.
Puede concluirse que durante la gestación existe una sobrecarga funcional para el corazón,
que la mujer normal fácilmente supera pero que si el corazón esta trabajando fuera del
embarazo en el limite de su capacidad funcional, la sobrecarga gravídica puede hacerle
desfallecer.
Como trastornos subjetivos suelen presentarse palpitaciones y disnea, y con menos frecuencia,
precordialgia.
El consumo de oxigeno esta aumentado en el embarazo, pero la ventilación pulmonar esta aun
mucho mas incrementada que el consumo de oxigeno, con lo que se produce una
hiperventilación y un descenso de la pco2.
Con frecuencia, la embarazada aqueja disnea. No se conoce bien la causa de la disnea que
aparece durante la gestación. Se ha supuesto que la disnea es la respuesta a una ventilación
inadecuada a la demanda, y en el embarazo existe una hiperventilación con un descenso de la
Pco2 alevolar, que es inapropiado a la demanda.
En el embarazo, habitualmente ambos uréteres y las pelvis renales están dilatados. Estos
cambios probablemente son inducidos por estímulos hormonales, sobre todo por la acción que
también de la progesterona, ya que se inician de forma muy precoz hacia la decima semana.
Pero es probable que influyan factores mecánicos, como la desviación y rotación del útero
hacia el lado derecho, que puede comprimir el uréter del mismo lado, en particular en el borde
de la pelvis. A favor del factor mecánico existe el hecho de la mayor intensidad de los cambios
reseñados en el lado derecho.
El filtrado glomerular aumenta, igualmente en el embarazo, y alcanza hacia el cuarto mes 150-
180 ml/min/1,73m2. Este incremento de la filtración glomerular, superior al 50%, se mantiene,
según algunos investigadores, casi hasta el final de la gestación. El aumento de la filtración
glomerular introduce una serie de modificaciones:
Son frecuentes también las nauseas y los vómitos matutinos, que se han relacionado con las
secreción hormonal de gonadotrofina crónica y aumento de la producción de estrógenos.
En el embarazo aparecen, con frecuencia, tumefacción e hiperemia de las encías que sangran
con facilidad. Estas modificaciones favorecen la aparición de gingivitis, que pueden tener
carácter hipertrófico. Se supone que estos cambios son producidos por el aumento de
estrógenos y gonadotrofina corionica contenidos en la saliva. En ocasiones se originan en las
encías un angiogranuloma, denominado épulis del embarazo, que son proliferaciones de la
mucosa situadas entre los dientes, muy dolorosas y que sangran fácilmente al roce. Si bien la
hipertrofia de las encías regresa habitualmente de forma espontanea después del parto, a
menudo el épulis requiere ser extirpado.
Durante el embarazo, el aumento del volumen del útero desplaza los intestinos y el estomago
hacia arriba. Igualmente, por acción hormonal, sobre todo de la progesterona, se produce una
disminución del tono de todo el tracto gastrointestinal.
Con relativa frecuencia, las gestantes padecen pirosis, fenómeno que se produce
probablemente por el paso o reflujo de las secreciones acidas, del estomago al esófago,
favorecido por la relajación del esfínter del cardias y por la acción que sobre el estomago
produce el aumento de la presión intraabdominal originada por el crecimiento del útero. En
ocasiones, la gestante muestra signos de esofagitis producidos por el reflujo de la secreción
gástrica. Todas estas modificaciones regresan espontáneamente después del parto.
Hígado y vesícula biliar: Las biopsias hepáticas y su estudio, tanto con microscopio
convencional como con microscopio electrónico, no revelan ninguna modificación especial en
la gestación. La mayoría de las pruebas funcionales hepáticas realizadas en las mujeres
gestantes están dentro de los límites normales, aunque algunas de ellas están ligeramente
alteradas.
La vesícula biliar en el embarazo suele estar atónica y distendida, y se vacía con cierta lentitud.
La bilis es habitualmente espesa, y todo parece indicar que la gestación favorece la aparición
de cálculos.
METABOLISMO: Durante el embarazo existen modificaciones del metabolismo que deben ser
evaluadas en sus limites para no interpretar como patológico lo que solo es una adaptación
funcional a la sobre carga gravídica. La mayoría de estos cambios son modificaciones
cuantitativas, y solo es una pequeña proporción existen alteraciones cualitativas.
Durante el embarazo para favorecer el aporte de glucosa al feto, cuya energía procede casi
exclusivamente de la glucosa.
Lípidos: estan aumentado los lípidos totales y los acidos grasos libres. Existe igual una
predisposición a la formación de grupos cetonicos. Constituye otra fuente de energía para la
madre apartir de los acidos grasos libres, que a su vez, por su elevada concentración, inhiben
la utilización periférica de glucosa (efecto antiinsulinico al igual que HPL)
La secreción de insulina que esta elevada, desempeña un papel importante para la síntesis de
proteínas, facilitando el paso de aminoácidos dentro de las células. La concentración de
proteínas totales en el plasma es inferior que en la mujer no embarazada (6,25mg/100ml -
normal). Esta disminuida la seroalbumina, globulinas elevadas (alfa y beta) y gamma esta
disminuida.
Metabolismo del fosforo: se encuentra unido al calcio, en los huesos. Por ello todo lo
dicho para el calcio es aplicable para el fosforo. El fosforo inorgánico desciende hasta la
semana 30, pero luego asciende y alcanza valores normales
Metabolismo del Hierro: se requiere en total entre 725-900mg de hierro extra, de las
cuales el feto contiene entre 250-400mg, la placenta contiene unos 105mg, y alrededor de
500% son necesarios para cubrir las necesidades de los nuevos hematíes formados.
Trasnferrina serica esta aumentada, mientras que el hierro sérico esta disminuido hasta 70%.
CAMBIOS EN LA PIEL: en la piel y en especial en ciertas regiones (cara, mama, línea media del
abdomen, vulva, ano, cicatrices anteriores), aparece una hiperpigmentacion que se debe al
deposito de gránulos de melanina en los melanóforos de la piel. La causa de este estimulo
pigmentario en regiones selectivas esta relacionada con el aumento progresivo de MSH
(Hormona estimulante de melanocitos), con mayor concentración al termino el embarazo.
En la cara, esta pigmentación oscura se acentúa en la frente, pómulos, mejillas y labio superior,
lo que produce un aspecto muy particular que se conoce como cloasma gravídico o mascara
del embarazo.
PRL: se elevan, entre la semana 5 y 8 aparece después del ascenso en el plasma del
estradiol y antes de la aparición del lactogeno placentario, aumentan a lo largo de la gestación.
En el momento del parto desciende y una vez terminado asciende nuevamente
MSH: aumentada.