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RECURSOS NATURALES
IDENTIDAD CULTURAL
Cultura y poder
COTOPAXI - ECUADOR
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE COTOPAXI
IV. OBJETIVOS.
OBJETIVO GENERAL.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
medios de información.
V. DESARROLLO.
Cultura y poder
La cultura nunca ha sido ajena al poder, sea cual fuere la forma, o formas, en la que este se
violencia, ya sea a partir de sus formulaciones más sutiles y difusas, como son los oligopolios del
conocimiento que encarnan las instituciones ligadas al saber y la ciencia, el poder siempre ha
interactuado con la cultura. Si nos asomamos a nuestro patrimonio histórico y a los testimonios
más antiguos de las artes, comprenderemos que la cultura ha sido una de las manifestaciones
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trascendente y carismática que acompaña al liderazgo, su presencia nos retrotrae a los primeros
testimonios materiales de la historia. Bien podría afirmarse que, dentro del complejo poliedro a
través del que se materializa el poder, la cultura ha sido uno de sus rostros más singulares y
jerarquizadas que acompañan los relatos legitimadores que explican, o justifican, la necesidad del
El poder es relativamente más antiguo que la cultura, y aparece con los primeros homínidos, y se
encuentra presente en prácticamente todas las relaciones de seres vivos dentro de la naturaleza.
Este, está í-ntimamente asociado a la sobrevivencia, a la ley del más fuerte, el más oportunista
también por cierto. Por lo que encontrarlo a lo largo de nuestro desarrollo social, es normal y casi
obligatorio. Por otro lado la cultura, y precisamente las Artes dentro de esta, aparece de a poco y
tí-midamente a medida, que los hombres en principio nómadas, comienzan a asentarse primero en
De ahí que, por encima de cualquier otra consideración, la cultura sea una experiencia que
acompaña a la humanidad desde sus orígenes. Al menos desde que el ser humano tuvo que
enfrentarse a la crisis que le planteó indagar sobre el sentido de sí mismo y logró codificarlo en
Pensemos en la cueva de Altamira, pintada con la sensibilidad incipiente, pero definitiva a la vez,
de quienes sintieron hace miles de años la necesidad de grabar con afán trascendente lo que sentían
en pleno paleolítico al ritualizar la experiencia colectiva de la caza. ¿Puede alguien creer que en
aquel escenario prehistórico que nos retrotrae treinta y cinco mil años el uso del óxido de hierro
con el que se pintaban aquellas figuras animales no era en sí mismo una forma de poder? ¿De
verdad alguien puede pensar que esas pinturas respondían a un impulso estrictamente neutro y
genuinamente naíf? ¿Acaso aquella necesidad pictórica, y por tanto cultural, de testimoniar
del relato visual que hizo del arte prehistórico un vehículo conmemorativo que contribuía a
la familia, la escuela, los amigos, los medios masivos y electrónicos de comunicación; ninguna
persona está fuera de tales influencias. Específicamente, en lo que se refiere al consumo, cada
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en lugar y de una época a otra. Por ejemplo, comer es una necesidad primaria, no obstante, para
los humanos representa algo más que una fuente de energía. La comida está estrechamente ligada
al marco social y los diferentes valores que le asignamos a la misma; nos permite por un lado,
compartir y estar con los demás y demostrar los afectos. De hecho; en algunas culturas, el no
aceptar la comida que nos invitan, puede ser tomado por el anfitrión como un rechazo o una
desatención. Otra forma de ilustrar los valores culturales en el consumo, es la gran demanda que
tienen en la actualidad los productos o alimentos industrializados bajos en calorías, los gimnasios,
el mayor consumo de agua como bebida, pues está de moda mantener una figura o un cuerpo
delgado. En la década de los cincuenta esta moda no hubiera prosperado, pues los cánones sociales
y culturales en ese período eran diferentes. En suma, la cultura repercute en los diferentes ámbitos
de nuestra vida y, por supuesto, en el consumo y actitudes, están condicionados por la cultura.
cultural que involucra a la mayoría de los países del mundo. Está sustentado en un modelo
neoliberal en el que los poderes empresariales tienen el control político, económico y social. La
problemas demanda un cambio en la ética global y el compromiso de todas las naciones del mundo,
asociaciones civiles y grupos religiosos con el fin de orientar a las fuerzas económicas para que
el consumo.
Imagen4. Globalización.
Se han hecho investigaciones en donde se ha demostrado que
razonar e inducirlos a compras innecesarias, además son un factor importante para el incremento
de la violencia y agresividad. Pero si se usan de manera adecuada son un gran apoyo para el
aprendizaje y el esparcimiento sano. Con la aparición del Internet surge otro medio de
como son marcas, consumo de medios, personajes imaginarios, costumbres, relaciones, etc.
Globalización y cultura
lo que se entiende por cultura. Según G. Giménez, la cultura es “la organización social de
significados interiorizados por los sujetos y los grupos sociales, y encarnados en formas
definición nos permite distinguir, por una parte, entre formas objetivadas (“bienes culturales”,
estructuras mentales, esquemas cognitivos, etc.); pero por otra parte nos hace entender que las
formas objetivadas de cultura no son una mera colección de cosas que tienen sentido en sí mismas
y por sí mismas, sino en relación con la experiencia de los sujetos que se las apropian, sea para
consumirlas, sea para convertirlas en su entorno simbólico inmediato. “Con otras palabras, no
informaciones-, sin hacer la más mínima referencia al significado que les confieren sus
las manifestaciones de la cultura globalizada, dichos estudios elaboran una enorme lista de los
Mercedes-Benz, Levi’s, Microsoft yMarlboro), “sin la menor referencia a los significados que
revisten estos productos para los sujetos que se los apropian o consumen”,30 y soslayando el hecho
en partícipe de una supuesta cultura global de masas, “como beber Coca-Cola no convierte a un
que con la globalización el vínculo entre cultura y territorio se ha ido gradualmente rompiendo y
cultura occidental, crecientemente mediatizada por los medios de comunicación, ha ido superando
las formas personales y locales de comunicación y ha introducido un quiebre entre los productores
aspecto relevante de este quiebre. En virtud de todo esto algunos interpretan esta tendencia como
un proceso convergente hacia la conformación de una única cultura global capitalista o como
expresión de un imperialismo cultural. Como crítica a esta interpretación hay que señalar que la
supuesta existencia y hegemonía de una cultura capitalista global no deben extrapolarse a partir de
identidad cultural. Como ya se destacó antes, “los productos culturales no tienen significado en sí
No es necesario partir de una visión apocalíptica para valorar los efectos de los medios masivos
sobre la cultura contemporánea, sino que basta con ser realista. Nos guste o no los medios inciden
más que nunca en la educación de las nuevas generaciones, moldean gustos y tendencias en
públicos de todas las edades, construyen la agenda de los temas sobre los que discutimos a diario,
y hasta han cambiado las formas de gobernar y hacer política. Lo que antaño pudo ser una verdad
parcial hoy tiene el tono de una verdad lisa y llana: los medios masivos de comunicación se han
vuelto más gravitantes en nuestra formación cultural, en la manera de relacionarnos con el mundo
y con nuestros semejantes, en los trajines cotidianos del trabajo y la creación, y hasta en la
Hoy nos resulta inconcebible un mundo sin televisión, Internet, TV cable, radio, prensa y cine,
mientras que un siglo atrás, excepción hecha del público devoto de periódicos y libros, nuestros
ancestros podían vivir con mayor prescindencia de los medios masivos. La prensa, es verdad,
gozaba de un público creciente, pero era concebible que las grandes mayorías vivieran al margen
interpersonal con sus baluartes en las tertulias familiares, el mercado del barrio, los juegos de
salón, los clubes sociales y los comités políticos, centros de una relación humana, íntima,
entrañable, que hoy evocamos con nostalgia, tal vez- como parte de un pasado casi totalmente
perdido.
No es lo nuestro filosofar sobre si aquel estilo de vida era mejor o peor pues lo que importa, a los
efectos de esta presentación, es poner de relieve cuanto mayor es hoy el peso de los medios
masivos, procurar una evaluación de esa influencia y preguntarnos si esa influencia beneficia o
perjudica a la cultura. Se afirma en general que beneficia, al menos en lo que respecta al creciente
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acceso a los bienes culturales en esta era de horizontes perceptivos enriquecidos y ampliados
gracias a los medios electrónicos, al CD-Rom, Internet, la realidad virtual en suma. Empero, la
cantidad, la abundancia, no es siempre sinónimo de calidad, pues como advierte George Steiner,
“los propios medios pueden trivializar aún más tanto el conocimiento como la experiencia, tanto
el significado como la forma; la ciber red puede estar atestada de basura e incitación; puede
anestesiar la sensibilidad hasta el punto de la inercia(el teleadicto frente a la pantalla del televisor)”.
Las nuevas generaciones siguen siendo el flanco débil y por tanto el objeto de las mayores
reflexión que puede relegarse en aras de la inmediatez que ofrecen los nuevos medios. Es indudable
que la educación formal tiene en esos medios a un poderoso auxiliar repleto de promesas. Pero
junto con esas posibilidades, los nuevos instrumentos apartan a los jóvenes de otros
procedimientos formativos, la serenidad de la lectura por ejemplo, al tiempo que producen una
riesgosa simplificación del lenguaje, y una tendencia a confundir información con conocimiento.
Otra de las inquietudes, una de las más clásicas sin duda, es la que acusa a los medios, en particular
exhibición que más allá de la interminable polémica sobre su incidencia en los públicos juveniles,
sociedades contemporáneas.
En la sección Estudios y experiencias, Raúl Trejo Delarbre, se ocupa de la violencia en los medios,
tema sobre el cual, como se dijo, persisten las dudas y las respuestas se vuelven cada vez más
Unidos, citadas por Trejo. ¿Hay una relación causa-efecto entre la violencia en las pantallas y la
violencia en la sociedad? “La televisión no causa nada”, pero a la vez “es uno de los factores de
función del intelectual en los ámbitos de la comunicación y la cultura. Los riesgos del populismo
y el etnocentrismo así como las incógnitas suscitadas por la el postmodernismo, son planos de un
análisis que detecta entre los grupos pensantes tendencias a la perplejidad y el desconcierto a la
advierte sobre algunas tendencias negativas que surgen de ese encuentro. Sin embargo, a diferencia
de otras visiones proclives al pesimismo, las diversas opiniones recogidas auguran un futuro de
relaciones menos conflictivas entre los medios masivos y las culturas singulares, las que resisten
también la acción de los públicos, segmentados por la diversidad de gustos y tendencias culturales,
obliga a los medios a particularizar sus mensajes y a romper, por tanto, lo que en algún momento
se temió fuera un mercado único y monocorde de imágenes. En ese proceso destaca la tendencia a
revalorizar lo nacional, lo propio, lo local, en lo que parece ser una suerte de revancha de las
para poder superar el dominio al que estamos sometidos (no debemos dejar de puntualizar que este
Está claro que existe una abusiva presencia de los medios de comunicación audiovisuales en los
más variados espacios de nuestra vida. Hasta las relaciones familiares y con los amigos se
encuentran muchas veces mediatizadas por la inconsciente actuación de los medios. Lo más grave
es que la mayor parte de la población no toma (no tomamos) conciencia; y la actitud ante los “mas
media” es totalmente pasiva y sumisa, casi como la de los siervos y los esclavos ante el poderoso
Es cierto que la mayoría de las veces no somos más que meros receptores pasivos que en ningún
momento nos planteamos reaccionar ante las manipulaciones ideológicas que la comunicación
audiovisual lleva consigo. Nos dejamos distraer, y basta. Lo que debemos hacer no es considerar
a los medios como la “bestia negra” de nuestra sociedad, sino todo lo contrario: debemos ser
conscientes de las propiedades que los medios audiovisuales tienen para el desarrollo de las
personas. Es obvio que cada una de estas empresas en sus diversas modalidades tiene un lenguaje
específico y propio que es necesario conocer y dominar para poderlo, de manera paralela, entender,
interpretar y utilizar.
no sólo para que los alumnos estén atraídos por los medios sino como beneficio para todos, en
general, como futuros consumidores de medios audiovisuales que somos. Educadores inexpertos
y expertos no educadores son dos binomios abocados al fracaso. El éxito de esta enseñanza está, a
nuestro entender, en intentar crear entre los dos grupos antedichos unos productos y unas pautas
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de trabajo que al final resulten atractivos para quien, en definitiva, tiene que prepararse para recibir
la avalancha informativa, sobre todo de los medios de comunicación: nos referimos al alumno.
Debemos hacer hincapié en los parámetros formativos partiendo de la base de que la media de los
ciudadanos delante del televisor sobrepasa las 3 horas diarias, esto es, ronda los 200 minutos. Por
ello barajamos los siguientes consejos, que indican que veríamos mucho mejor la televisión si:
escuela.
2.- Se diferenciaran claramente los contenidos informativos y formativos de aquellos otros que
sobre televisión.
4.-Desde todas las instituciones se promoviera más la formación audiovisual de padres, de niños
y de profesores.
de los niños.
Evidentemente, para que estos consejos funcionen, no deben ser asumidos como parte de un
manual de prácticas saludables para enseñar a ver la televisión. La pretensión ha de ser el abrir un
foro de debate sobre lo contraproducente que puede llegar a ser el consumo indiscriminado de la
televisión en general para concienciar a los padres y a los profesores de lo necesario que es que
conozcan con antelación la programación. Es preciso mantener una actitud crítica respecto a los
programas de televisión ya que ellos son los que promueven, por la propia dejadez de los tutores,
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los estereotipos y los modelos sociales inadecuados para los más jóvenes de nuestra sociedad, e
VI. BIBLIOGRAFIA.
http://www.revista.escaner.cl/node/182.
http://www.cursosinea.conevyt.org.mx/cursos/vaco/contenido/revista/vc10r.htm.
identidad-nacional-globalizacion/
John Street, "Across the universe: The limits of global popular culture", in Alan Scott (ed.),
George Steiner, Errata. El examen de una vida. Siruela, Madrid, 1997, pág. 147.