You are on page 1of 17

¿P or qué la fotografía se convierte en

una cristalización de la imagi-


nación creadora? La fotografía como
imaginario instituido repite las formas
de mirar, los patrones; las imágenes son
importantes por la riqueza afectiva:
reconocemos a las personas, nos
recuerdan un acontecimiento, un estado

L
de ánimo importante. En el otro
extremo está la fotografía como
La fotografía como imaginario instituyente, que intenta ser
imaginario instituyente una forma de expresión personal; en ésta
podemos encontrar varios géneros:
publicitaria, periodística, retrato,
artística, entre otras. En este imaginario
JOSEFA ERREGUERENA ALBAITERO instituyente el fotógrafo intenta
responder a tres preguntas: ¿qué veo?,
¿qué siento?, ¿qué digo? La realidad es
construida, pero en este mundo de
racionalidad podemos decir que la
fotografía es una forma de expresión: al
mirar el mundo, nos da la oportunidad
de construirlo y así transformarlo.

Para Ian McGuffie, por su generosidad


de compartir su pasión por la fotografía.

EL OBJETIVO DE ESTE ARTÍCULO es hacer un primer planteamiento de por


qué hoy, en un mundo moderno, donde somos sujetos visuales, la fotografía
se convierte en una cristalización de la imaginación creadora.
Es necesario tomar como punto de partida el concepto del imaginario
social, ya que nos permite comprender cuál es la relación entre el sujeto y
la sociedad y cómo no podría comprenderse una sin el otro. Por su parte,
Castoriadis (1999:49) plantea que el sujeto mediante la imaginación
creadora transforma la sociedad cuando la interpreta, cuando lee el mundo
en y desde las diferentes instituciones que lo rodean. Aquí se tratará de
demostrar cómo el acto de fotografíar es una forma personal y única de

ANUARIO DE INVESTIGACIÓN 2004 • UAM-X • MÉXICO • 2005 • PP. 126-142


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

interpretar el mundo, de expresar quién soy yo. Y aquí volvemos a otro


término de Castoriadis, el de autonomía. Para él (1994:192) la autonomía
es la capacidad de poner en tela de juicio las propias leyes de existencia. Es
la ruptura de la heteronomía. Los límites de la autonomía individual están
dados porque ésta nunca es posible si no coincide con la autonomía del
conjunto. Así, frente a la heterotonomía que proponen las diferentes
instituciones (familia, medios masivos, escuela), nos enseñan y nos
conforman una manera de ver, de mirar la realidad. Pero tenemos una
capacidad crítica que nos permite cuestionar las instituciones y tender a la
autonomía. Este artículo intenta plantear cómo, entre más elementos
tenemos para expresarnos de forma original y única, de romper esquemas
y patrones de la forma de ver aprendida, más transformamos ese mundo y
alcanzamos un grado mayor de autonomía.
El acto de tomar fotografías permite a los sujetos sociales interpretar,
mirar al mundo y expresar esa mirada subjetiva de una manera creativa y
original constituyendo así un imaginario instituyente.

Imaginario social y fotografía

Castoriadis (1993:29) define el concepto imaginario social como la


concepción de figuras/formas/imágenes de aquello que los sujetos llamamos
“realidad”, “sentido común” o “racionalidad” en una sociedad. La fotografía
es una interpretación de esa realidad, mediante las imágenes interpretamos,
leemos y construimos esa “realidad”. Cuando Bourdieu (1979:21) explica
cómo se da el consumo y la producción de la fotografía en Francia, señala
la forma en la cual cada sujeto selecciona qué fotografiar dependiendo de
su clase, y cómo fotografiarlo responde también a los intereses de su grupo
social. Sin embargo, aunque el imaginario social es un orientador de sentido,
también existe un cierto grado de libertad que nos permite, a partir de lo
que la sociedad nos ofrece, hacer una interpretación personal de esa
racionalidad.
Castoriadis propone la formación de las subjetividades mediante el
imaginario social, así sabemos quiénes somos y qué papel debemos
desempeñar en la sociedad; a través de la creación cada sujeto va

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 127


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

transformando, tanto la idea que tiene


de sí, como su papel y lugar en la
sociedad. Para este autor, las
significaciones son imaginarias porque
no corresponden a elementos
racionales o reales y no quedan
agotadas por referencia a dichos
elementos, sino que están dadas por
creación, y son sociales porque están
instituidas y son objeto de
participación de un ente colectivo
Manuel Marín, Montaña, 2003
impersonal y anónimo (1994:68-69).
Por otra parte, la creación constante es lo que puede explicar cómo
frente a una sociedad instituida, a los tipos tradicionales de ser, existe una
sociedad o imaginario instituyente, donde los sujetos crean “otro sujeto,
otra cosa u otra idea” que difiere de lo establecido. Así, toda sociedad crea
su propio mundo donde se enfrentan lo instituido y lo instituyente. La
identidad de un sujeto o de una nación es un sistema de interpretación de
ese mundo que el sujeto o la sociedad crea. Por lo cual, todo lo que cuestione
o transforme ese sistema de interpretación es vivido, por la sociedad o el
individuo, como un peligro frente a su propia identidad (ibid.:69).
Castoriadis propone que las instituciones sociales producen, a partir
de la materia prima humana, subjetividades que permiten ver a la sociedad
como totalidad.
El concepto de institución significa “normas, valores, lenguaje,
herramientas, procedimientos y métodos de hacer frente a las cosas y de
hacer cosas y, desde luego, al individuo mismo” (ibid.:67). Así, tanto las
instituciones como sus “mecanismos” de continuidad, se incorporan en el
sujeto mediante la producción de subjetividades.
Los sujetos son fragmentos ambulantes de la institución llamada
sociedad; por un lado reproducen sus discursos, imágenes, mitos y prácticas,
y por el otro, tienen la capacidad creativa de leer o interpretar la sociedad
para transformarla.
La institución está hecha de múltiples instituciones particulares que
forman un todo coherente. Es una unidad total, es la cohesión de una red

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 128


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

casi infinita de significaciones que tienen una dirección de sentido para


los diversos sujetos e instituciones que componen la sociedad (ibid.:68).
La imagen es en sí misma simbólica, como símbolo tomamos a todas
las formas de la mediación significante es decir el símbolo es un signo. El
símbolo es la unidad: significante, significado y significación que tiene
una segunda interpretación.
El símbolo no tiene un referente directo; lo tiene cuando se refiere a un
objeto, pero no cuando se trata de una idea, emoción o sentimiento. Cada
sociedad constituye su propio simbolismo aunque sin total libertad, a partir
de lo natural, histórico y racional (Castoriadis, 1993:41).
Para Castoriadis el simbolismo supone la capacidad de establecer entre
dos términos un vínculo permanente, de modo que uno de éstos
“represente” al otro. Sólo en las etapas avanzadas del pensamiento racional
el significante, el significado y su vínculo sui generis pueden continuar
simultáneamente unidos y distintos, en una relación firme y flexible.
En el proceso de comunicación del hombre, el símbolo es entendido
como unidad cultural y universal. Fromm (1951) afirma que el único
lenguaje universal es el de los símbolos. Como hemos dicho, la imagen es
esencialmente simbólica, es un lenguaje universal, cuando vemos una
fotografía de Cartier Bresson (2003) puede conmovernos o emocionarnos
y seguramente no tiene traducción en el lenguaje escrito o hablado, pero
no importa de qué clase social o de qué país sea el sujeto, provocará una
significación dependiendo de su propia historia y su momento histórico.
La representación de las imágenes va más allá de la percepción de los
objetos o de las ideas; encontrar en la fotografía la interrelación de los
símbolos rebasa la repetición o el aprendizaje de las instituciones sociales
en la comprensión del mundo; es la imaginación creadora del sujeto para
encontrar nuevas relaciones y significados de los símbolos como unidades
culturales.

[...] imaginar es ir más allá de la imagen y del icono, es decir, de la


supuesta representación del objeto real; significa enlazar imágenes
que nos alejan del mundo ya vivido, de lo ya conocido. La imagen
destinada a reproducir los objetos presentes, por una serie de
desplazamientos sucesivos llega a reivindicar en el imaginario los

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 129


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

rasgos de otra realidad, de otros objetos que no serán nunca o que


no son todavía [Colombo, 1993:21].

De la unión que encontramos en el símbolo del signo significante, tres


ideas nos parecen centrales:

1. La capacidad de reactualizar la imagen del objeto en ausencia del objeto


real.
2. Del signo significante surge también una ruptura en el tiempo que
permite la instauración de una relación reversible en tiempo irreversible.
3. La significación resulta de la interacción social; un lenguaje no es
individual sino resultado de una convención social.

El imaginario social no es una invención individual, se presenta en un


momento social histórico concreto. Cuando tomamos una fotografía o la
miramos no lo hacemos como individuos aislados sino como sujetos en
una red infinita de significaciones que provienen del mundo social histórico.
La fotografía cumple con estas tres características:

1. Reactualiza el objeto en ausencia del objeto real, cuando vemos un


retrato la imagen no tiene el tamaño, ni la textura ni por supuesto la
tercera dimensión de una persona, sin embargo la reconocemos (véase
Sontag, 1996).
2. Como dice Barthes:

La fotografía es un teatro desnaturalizado en el que la muerte no


puede contemplarse a sí misma, pensarse e interiorizarse; o todavía
más: el teatro muerto de la muerte [...] Sólo puedo situarla en un
ritual. En la fotografía la inmovilización del Tiempo sólo se da de
un modo excesivo, monstruoso: el tiempo se encuentra paralizado
[1989:157-160].

Así, el mismo Barthes —que se siente muy consternado por la muerte


de su madre— admite que la fotografía es una experiencia ritual, ligada
siempre a instantes pasajeros y decisivos en nuestras vidas (véase Coronado

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 130


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

e Hijón, 2004). Un ritual propone volver a vivir un acontecimiento y


tiene la función de unir a un grupo o a una comunidad, los rituales son
la unión de símbolos y en general nos remiten a un mito como explicación
del mundo y de nosotros mismos. Así la fotografía paraliza el tiempo y
nos permite la entrada al gran Tiempo, en el momento que atrapamos
una imagen se hace ese instante eterno.
3. Cuando Bourdieu (1979) realiza una investigación sociológica de la
fotografía en Francia llega a la conclusión que la selección del objeto
fotografiable y su modo de presentarlo tiene que ver con la clase social,
con la relación en el proceso de trabajo y con la ideología del sujeto que
dispara una cámara. Esto en otras palabras es el imaginario instituido, lo
que hemos aprendido, pero siempre el imaginario instituyente tendrá
que partir de lo ya conocido para transformarlo. Cada fotógrafo, sea
profesional o no, leerá la realidad a partir de las instituciones que lo
conforman, pero siempre será una forma particular de mirar ese mundo.

La fotografía

La etimología de la palabra viene de foto luz y de grafos escritura así,


fotografía quiere decir escribir con luz. Diego Coronado e Hijón (2004)
describe, en tres etapas, la evolución de la fotografía hasta llegar a la
posmodernidad:

• Los inicios: obtención de las primeras placas secas (R. Maddox, 1871),
soportes que no precisan ya de un trabajo previo de tratamiento a la
toma fotográfica. Posteriormente la aparición de cámaras ligeras y de
tamaño reducido, el prototipo será la Kodak lanzada en 1889, también
la Brown (1910), la Ermanox (1920), o la Leika (1924). A partir de
entonces, se inicia el proceso de automatización que caracteriza a la
práctica actual de la fotografía.
• El pictoralismo: a partir del desarrollo histórico-técnico a fines del siglo
XIX, la introducción de un método universal y sistemático de procesado,
susceptible de proporcionar a esta imagen niveles de nitidez y estabilidad
compatibles con el resto de los sistemas de representación.

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 131


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

• La instantánea: como consecuencia de todos los avances técnicos en la


década de los ochenta, la fotografía:

[...] logra su aceptación sin paliativos y su dominio indiscutible en los


sistemas de producción y consumo de la imagen de representación,
desde la foto testimonial, hasta la fotografía artística (era de la
democratización de la imagen) [Coronado e Hijón, 2004:1].

He encontrado una etapa que el autor no menciona ¿qué pasa de la


década de los ochenta hasta nuestros días?, el mundo en su conjunto vive
un proceso de globalización y de posmodernidad. Así que intentaré explicar
esta etapa.

Posmodernidad

Para Lipovetsky (2000) es un estallido de lo social que implica la disolución


de lo político: en ella el individuo es el rey que maneja su existencia a la
carta. A través de la posmodernidad se manifiestan nuevas actitudes como
la apatía, la indiferencia y la deserción; por su parte, el principio de
seducción ha sustituido al principio convicción, se ha generalizado una
actitud humorística. En el posmodernismo el individualismo es el nuevo
estado histórico, propio de las sociedades democráticas. En Los medios
masivos de comunicación como actualizadores de los mitos (Erreguerena, 2002)
desarrollo más a profundidad esta discusión entre la modernidad y la
posmodernidad, baste decir que este término resulta indispensable para
entender la fotografía en nuestros días.
Por otra parte Lyotard (1989), a quien le debemos el término
“posmoderno”, afirma que existen tres temas centrales en su definición: se
refiere a las formas de pensar acerca del arte; pérdida de confianza en la
idea de progreso; ya no existe un horizonte de universalización, de
emancipación general frente a los ojos del hombre posmoderno. Ya no
existen verdades universales (Woolley, 2004).
La posmodernidad se convierte en el mundo de los simulacros:

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 132


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

Hoy en día, la abstracción ya no es la del mapa, la del doble, la del


espejo o la del concepto. La simulación no corresponde a un
territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación
por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperrreal [...]
No se trata ya de imitación ni de reiteración [...] sino de una
suplantación de lo real por los signos de lo real [...] Disimular es
fingir no tener lo que se tiene, simular es fingir tener lo que no se
tiene. Lo uno remite a una presencia, lo otro a una ausencia
[Baudrillard, 1978:9-12].

Vivimos en las sociedades del simulacro, ya no importa el original sino


las copias, que generalmente traen la inscripción de "made in Taiwan" o
"made in China". Y aquí entramos en el fenómeno de la globalización.
García Canclini (1995), en su artículo “América Latina y Europa como
suburbios de Hollywood”, establece cómo Estados Unidos, mediante las
“autopistas de la comunicación” ha dominado al mundo, sobre todo en la
industria cultural, la única producción cinematográfica que se estrena el
mismo día en todo el mundo es la estadounidense, y el único lenguaje con
que se puede transitar por las autopistas de la información es el inglés. Los
gustos, las modas, o la belleza son dictadas por la publicidad, la televisión,
el cine y las imágenes publicitarias producidas en los Estados Unidos.
Frente a este dominio la fotografía (de familia, de prensa, de estudio o de
arte) se ha democratizado, el mercado nos presenta cámaras digitales o
analógicas a precios accesibles para toda la población y reproducimos esas
imágenes producidas por Hollywood.

Consideraciones sobre los usos de la fotografía

Durante el primer periodo de su existencia, la fotografía ofrecía una nueva


posibilidad técnica; se trataba de una herramienta. Ahora bien, en lugar
de ofrecer nuevas opciones, su uso y su “lectura” se fueron convirtiendo en
algo habitual, una parte sin examinar de la propia percepción moderna.
Muchos fueron los desarrollos que contribuyeron a esta transformación:
la nueva industria cinematográfica, la invención de la cámara ligera, que
hizo que tomar una fotografía dejara de ser un ritual y se convirtiera en un

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 133


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

“reflejo”; el descubrimiento del fotoperiodismo, a partir del cual el texto


empieza a seguir a las imágenes, y no a la inversa; la aparición de la
publicidad como una fuerza económica crucial.
Berger (2004) presenta una serie de
Fabricio Vanderbroeck, 2004
consideraciones en torno al libro de
Susan Sontag (1981); me parece
importante presentarlas aquí porque
sintetiza tanto el desarrollo como las
diferentes discusiones teóricas sobre la
fotografía. Aquí presento una síntesis de
su artículo en el que inicia explicando
que la cámara fotográfica fue inventada
por Fox Talbot en 1839. Tan sólo treinta
años después de su invención como un
instrumento de lujo para la élite, la
fotografía ya era utilizada en los archivos
policiales, en los informes de guerra, en
los reconocimientos militares, en la
pornografía, en la documentación
enciclopédica, en los álbumes familiares, en las postales, en los informes
antropológicos (muchas veces, como en el caso de los indios de Estados
Unidos, acompañada por el genocidio), en el moralismo sentimental, en
cierto tipo de sondeos (el mal llamado “objetivo indiscreto”): efectos
estéticos, periodismo y retrato formal. La primera cámara barata se puso
en el mercado un poco después, en 1888.
Para Berger habría que esperar, no obstante, hasta el siglo XX y el periodo
de entreguerras para que la fotografía llegara a ser el modo dominante y
más “natural” de remitirse a las apariencias. Fue entonces cuando pasó a
sustituir al mundo como testimonio inmediato. Sin embargo, este
momento fue breve. La misma “veracidad” del nuevo medio dio paso a su
uso deliberado como instrumento de propaganda. Los nazis fueron de los
primeros en emplearla sistemáticamente.
La primera revista de gran tiraje empezó a publicarse en los Estados
Unidos en 1936. En el lanzamiento de Life hubo, al menos, dos cosas
proféticas, que se harían realidad después de la Segunda Guerra Mundial,

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 134


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

en la era de la televisión; la nueva revista no se financiaba por sus ventas,


sino por la publicidad que contenía, pues un tercio de sus imágenes estaban
consagradas a la publicidad. La segunda profecía reside en su título. Life
(“Vida”) resulta ambiguo, puede entenderse que las imágenes que contiene
son imágenes sacadas de la vida, sin embargo, parece que promete algo
más, parece decir que esas imágenes son la vida.
La primera foto en el primer número de la revista jugaba con esta
ambigüedad. Mostraba a un recién nacido con el siguiente pie de foto:
Life begins... ("La vida empieza..."). El autor se pregunta: ¿qué hacía las
veces de la fotografía antes de la invención de la cámara fotográfica? La
respuesta que uno espera es: el grabado, el dibujo, la pintura. Pero la
respuesta más reveladora sería: la memoria. Lo que hacen las fotografías
allí afuera, en el espacio exterior a nosotros, se realizaba anteriormente en
el marco del pensamiento.
La percepción visual humana es un proceso mucho más complejo y
selectivo que aquel mediante el cual se imprimen las películas. No obstante,
tanto la lente de la cámara como el ojo, debido a su sensibilidad a la luz,
registran imágenes a una gran velocidad y de forma inmediata al
acontecimiento que tienen delante. Lo que, sin embargo, hace la cámara,
y el ojo por sí mismo no puede hacer nunca, es fijar la apariencia del
acontecimiento. Extrae la apariencia de éste del flujo de otras apariencias
y lo conserva, tal vez no para siempre, pero al menos mientras exista la
película. El carácter esencial de esta conservación no depende de que la
imagen sea estática; las primeras pruebas de una película sin montar tienen
exactamente la misma capacidad de conservación. La cámara separa una
serie de apariencias de la inevitable sucesión de apariencias posteriores.
Las mantiene intactas. Y antes de la invención de la cámara fotográfica no
existía nada que pudiera hacer esto, salvo, en los ojos de la mente, la facultad
de la memoria.
Berger enfatiza que a diferencia de la memoria, las fotografías no
conservan en sí mismas significado alguno. Ofrecen apariencias —con
toda la credibilidad y gravedad que normalmente les prestamos— privadas
de su significado. El significado es el resultado de comprender las funciones.
“Y las funciones tienen lugar en el tiempo y han de explicarse en el tiempo.
Sólo lo que es capaz de narrar puede hacernos comprender”. Las fotografías

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 135


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

no narran nada por sí mismas. Las fotografías conservan las apariencias


instantáneas.
Berger clasifica dos usos muy diferentes de la fotografía: hay fotografías
que pertenecen a la experiencia privada, y hay otras que son utilizadas
públicamente.
En cuanto artilugio mecánico, la cámara ha sido empleada como un
instrumento que contribuye a la memoria viva. La fotografía es así un
recuerdo de una vida que está siendo vivida.
La fotografía pública contemporánea suele presentar un suceso, una
serie de apariencias atrapadas, que no tiene nada que ver con nosotros, sus
espectadores, o con el significado original de ese acontecimiento. Ofrece
información, pero una información ajena a toda experiencia vivida. Si la
fotografía pública contribuye a una memoria, es a la de alguien
completamente desconocido e incognoscible para nosotros. La violencia
se expresa en esa incognoscibilidad. Recoge una vista instantánea de la
misma forma que si el desconocido nos hubiera gritado: “¡Mira!”
La facultad de la memoria condujo a los hombres a preguntarse si, al
igual que ellos podían preservar del olvido ciertos acontecimientos, no
habría otros ojos observando y registrando unos acontecimientos que, de
no ser por ellos, quedarían sin atestiguar; tales ojos eran atribuidos a sus
ancestros, a los espíritus, a los dioses o a una sola deidad. Lo que veía ese
ojo sobrenatural estaba inseparablemente ligado al principio de justicia.
Era posible escapar de la justicia de los hombres, pero no de esta justicia
superior a la que nada se le podía ocultar.
La memoria entraña cierto acto de redención. Lo que se recuerda ha
sido salvado de la nada. Lo que se olvida ha quedado abandonado. Si un
ojo sobrenatural ve todos los acontecimientos de forma instantánea, fuera
del tiempo, la distinción entre recordar y olvidar se transforma en un
juicio, en una interpretación de la justicia, según la cual la aprobación se
aproxima a ser recordada, y el castigo, a ser olvidado.
A este momento histórico le sigue debiendo la fotografía su reputación
ética de Verdad. Durante la segunda mitad del siglo XX, el juicio de la
historia ha quedado abandonado por todos, salvo por los menos
privilegiados o los desposeídos. El mundo industrializado, “desarrollado”,
horrorizado por el pasado, ciego respecto del futuro, vive un oportunismo

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 136


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

que ha vaciado de toda credibilidad el principio de justicia. Este


oportunismo convierte todas las cosas en un espectáculo: la naturaleza, la
historia, el sufrimiento, el resto de las personas, las catástrofes, el deporte,
el sexo, la política. Y la herramienta utilizada en esta transformación —
hasta que el acto se haga tan habitual que la imaginación condicionada
pueda hacerlo por sí misma— es la cámara fotográfica.
El espectáculo crea un presente eterno de expectación inmediata: la
memoria deja de ser necesaria o deseable. Con la pérdida de la memoria
perdemos asimismo las continuidades del significado y del juicio. La cámara
nos libra del peso de la memoria.
En el uso privado, el contexto de la instantánea registrada se conserva,
de modo que la fotografía vive en una continuidad. La fotografía pública,
por el contrario, ha sido separada de su contexto y se convierte en un
objeto muerto que, precisamente porque está muerto se presta a cualquier
uso arbitrario.
Para Berger las fotografías son reliquias del pasado, huellas de lo que ha
sucedido. Si los vivos asumieran el pasado, si éste se convirtiera en una
parte integrante del proceso mediante el cual las personas van creando su
propia historia, todas las fotografías volverían a adquirir entonces un
contexto vivo, continuarían existiendo en el tiempo, en lugar de ser
momentos separados. La función de cualquier modalidad de fotografía
alternativa es incorporarse a la memoria social y política, en lugar de servir
de sustituto que predispone a la atrofia de esa memoria. El uso alternativo
de las fotografías vuelve a llevarnos una vez más al fenómeno y facultad de
la memoria. El objetivo ha de ser construir un contexto para cada fotografía
en concreto, construirlo con palabras, construirlo con otras fotografías,
construirlo por su lugar en un texto progresivo compuesto de fotografías
e imágenes.
La memoria no es en absoluto unilineal. La memoria funciona de forma
radial, es decir, con una cantidad enorme de asociaciones, todas las cuales
conducen hacia el mismo acontecimiento.
El autor concluye asegurando que, si queremos restituir una fotografía
al contexto de la experiencia, de la experiencia social, de la memoria social,
hemos de respetar las leyes de la memoria. Hemos de situar la fotografía

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 137


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

impresa de forma que adquiera algo del sorprendente carácter decisivo de


aquello que fue y es (Berger, 2004:1-6).

La fotografía como imaginación creadora

Bourdieu presenta el resumen de un “estudio psicológico de la fotografía”


realizado por un organismo especializado en estudios de mercado y en un
análisis de motivaciones:

[...] el hecho de tomar fotografías, de conservarlas o de mirarlas puede


aportar satisfacción en cinco campos, la protección contra el tiempo,
la comunicación con los demás y la expresión de sentimientos, la
realización de uno mismo, el prestigio social, la distracción o la evasión.
Más precisamente, la fotografía tendría como función ayudar a
sobrellevar la angustia suscitada por el paso del tiempo, ya sea
proveyendo un sustituto mágico de lo que aquél ha destruido o
supliendo las fallas de la memoria y sirviendo de punto de apoyo a la
evocación de recuerdos asociados, en suma, produciendo el sentimiento
de vencer al tiempo como poder de destrucción; en segundo lugar,
favorecería la comunicación con los demás, al permitir revivir en
común los momentos pasados o mostrar a los otros el interés o el
afecto que se les tiene; en tercer lugar, daría al fotógrafo el medio de
“realizarse” ya sea haciéndole sentir su propio “poderío” mediante la
apropiación mágica o la recreación exaltadora o caricaturesca del objeto
representado, dándole la ocasión de experimentar más intensamente
sus emociones, o bien permitiéndole expresar una intención artística
o manifestar su dominio técnico; en cuarto lugar, procuraría
satisfacciones de prestigios, a título de proeza técnica, de testimonio
de una realidad personal, o de gasto ostentador; ella proporcionaría,
finalmente, un medio de evasión o de simple distracción, a la manera
de un juego. Inversamente, el freno financiero, el miedo al fracaso o al
ridículo y el deseo de evitar las complicaciones constituirían los
principales obstáculos para la práctica [1979:32-37].

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 138


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

En síntesis, la fotografía cumple diferentes funciones para cada sujeto.


Pero la fotografía tiene una sola función: comunicar algo a alguien (McGuffie,
2004). La fotografía para este autor consiste en hacer extraordinario un
objeto ordinario, esto es lo que sintetiza el acto de fotografía.
Desde sus inicios a principios del siglo XIX, fue usada como un registro
de la sociedad que la producía, con la fotografía nos damos cuenta que
todo es efímero si hay una toma de una calle, un edificio o una persona,
cincuenta o cien años después todo será diferente, la calle tendrá otras
tiendas, cableado eléctrico, otras fachadas. El edificio ya no existirá y la
persona ya habrá muerto, a esto es lo que llamamos el ritual de la fotografía,
entrar al Tiempo eterno, hacer de lo efímero algo perdurable. Cuando
vemos los vestidos, los peinados, nos damos cuenta qué tan rápido cambian
las modas. Esta escritura con luz nos refleja en primera instancia un registro
de la sociedad, de los hechos, de los valores y de los diferentes estilos de
vida. La fotografía es un registro de lo humano, nos interesa porque nos
habla de nosotros mismos.
Hoy en día encontramos artículos fotográficos en todos los
supermercados y tiendas de autoservicio. Se ha convertido en un objeto
de consumo muy popular que nos permite por un lado tener registro de
los acontecimientos y por otro una forma de expresión.
La fotografía como imaginario instituido repite las formas de mirar los
patrones, las imágenes son importantes por la riqueza afectiva: en ellas
reconocemos a las personas, los acontecimientos o un estado de ánimo
importante para una persona.
Con los avances tecnológicos las cámaras digitales logran hacer lo
mismo, sin tener conocimientos específicos se puede realizar una fotografía
más que decorosa y que cumpla las necesidades de tener registro de estos
acontecimientos; bodas, bautizos, navidades y todo tipo de festejos que
suele tener una familia o cualquier grupo social.
En el otro extremo está la fotografía como imaginario instituyente que
intenta ser una forma de expresión personal, en esta podemos encontrar
varios géneros; la publicitaria, la periodística, el retrato, la artística entre
otras. En este imaginario instituyente el fotógrafo intenta responder a tres
preguntas (McGuffie, 2004):

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 139


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

1. Qué veo: como persona autónoma e individual que ve el mundo, qué


selecciono y cómo lo plasmo en una fotografía.

Como sujetos, todos tenemos una estatura específica y miramos el


mundo desde una posición específica, la perspectiva con la que miramos
está determinada por este aspecto físico y nuestra visión del mundo no es
otra que la de la altura de nuestros ojos. Esta construcción no racionalizada
de la realidad está dada no por una institución social sino por un aspecto
físico del fotógrafo. De aquí la importancia de cambiar el punto de vista y
el ángulo para intentar crear un imaginario instituyente que nos permita
transformar el mundo que nos rodea.
El segundo aspecto importante en qué veo es el objeto que selecciono;
en una habitación o un paisaje cada persona seleccionará un objeto de
interés diferente, el origen de clase determina la clase social a la que
pertenecemos, nos ha enseñado a mirar, a seleccionar qué es lo interesante,
pero si miramos con cuidado encontraremos: texturas, colores, líneas y
muchas cosas más que permiten ampliar el horizonte y romper esquemas
de lo que vemos.
El tercer aspecto es cómo lo plasmo en una imagen, cualquier cámara
sea digital o analógica presenta aspectos técnicos diferentes pero con
cualquiera se puede sacar una fotografía que exprese cómo veo mi realidad.
Sin embargo, lo importante es la composición, ya sea con la regla de los
tres tercios o la simetría o el ángulo alemán, lo que realmente conforma el
universo de un fotógrafo es su composición. Pensemos en Cartier Bresson,
se pueden distinguir sus fotografías por la composición, tiene dos o tres
patrones que sigue en todas sus imágenes.

2. Qué siento: estamos tan metidos en esquemas y racionalizaciones que


expresar un sentimiento o una sensación resulta muy difícil, sin embargo
esto se logra con la iluminación de un objeto, la luz; el alto o bajo
contraste, la luz tenue o la luz directa es lo que dan un ambiente a una
imagen.
3. Qué digo: esto se logra realizando secuencias de varias fotografías en las
cuales se cuentan historias, este recurso es muy utilizado en secuencias
periodísticas, galerías de arte o libros.

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 140


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

Conclusión

Hemos tomado el término de imaginario social como la concepción de


figuras, formas, e imágenes de aquello que los sujetos llamamos realidad.
Esta realidad es construida, interpretada, leída por cada sujeto en un
momento histórico determinado. Esta concepción, esta forma de
interpretar el mundo, es una creación constante, el sujeto transforma y va
transformando la llamada realidad que lo rodea (véase Castoriadis,
1994:29).
Podemos afirmar que las instituciones son depositarias del imaginario
instituido, lo que pretenden es mantener un orden preestablecido mediante
normas, valores, lenguajes, herramientas, procedimientos; así como modos
de hacer cosas y modos de hacer frente a las cosas. Vivimos rodeados de
una inmensa red de instituciones tales como la familia, los medios de
comunicación, la iglesia o la escuela, y lo que pretenden es que la sociedad
continúe tal como es.
La imaginación revoluciona lo histórico y lo social. Los sujetos
encuentran una sociedad dada y tienen que vivir en ella pero al mismo
tiempo la transforman interpretando al mundo, transgrediendo el orden
social y así transformándolo.
La imaginación creadora es lo que permite que el sujeto viva un
imaginario instituido y lo transforme en un imaginario instituyente.
Hacer fotografía es mirar el mundo de una nueva manera, salirse de
esquemas y patrones aprendidos y lograr un grado de autonomía. La
realidad es construida, pero en este mundo de racionalidad podemos
concluir diciendo que la fotografía nos da la oportunidad de, al mirar el
mundo, construirlo y así transformarlo.

Bibliografía

Alonso García, Luis (2004), “El presente atrapado de la fotografía”, en www.ucm.es/


num2/pdf/alonso.pdf
Baudrillard, Jean (1998), Cultura y simulacro, Edición Kairos, Barcelona.
Berger, John (1975), Modos de ver, Gustavo Gili, Barcelona.

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 141


LA FOTOGRAFÍA COMO IMAGINARIO INSTITUYENTE

—— (2000) “Usos de la fotografía”, Elementos, núm. 37, vol. 7, en http://


www.elementos. buap.mx/num37/htm/Usos.html
Bettetini, Gianfranco (1986), La conversación audiovisual, Cátedra, Signo e Imagen,
Barcelona.
Bourdieu, Pierre (1979), La fotografía. Un arte intermedio, Nueva Imagen, México.
Barthes, Roland (1989), La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía, Paidós
Comunicación, Barcelona.
Castoriadis, Cornelius (1993a), El mundo fragmentado, Altamira y Nordan, Uruguay.
—— (1993b), “La institución imaginaria de la sociedad”, en Colombo (coord.), El
imaginario social, Altamira y Nordan, Uruguay.
—— (1994), Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto, Gedisa, Barcelona.
Colombo, Eduardo (1993), “El imaginario estatal”, en El imaginario social, Altamira
y Nordan, Uruguay.
Conrado e Hijón, Diego, “Arte, fotografía e ideología. El falso legado pictorialista”,
primera parte, en http://www.analitica.com/va/arte/documentos/1573041.asp.
—— “Arte, fotografía e ideología. El falso legado pictorialista”, segunda parte, en
http://www.analitica.com/va/arte/documentos/9218839.asp.
Delpiere, Robert; Arbaizar, Philippe et al. (2003), Henri Cartier-Bresson. ¿De quién se
trata?, Lunwerg, Barcelona.
De León, Jesús (2004), “La fotografía es uno de los más fecundos renovadores creativos
de la región. García Canclini”, en http://www.conaculta.gob.mx/saladeprensa/
2004/10jun/canclini.htm 2004.
Erreguerena, Josefa (2002), Los medios masivos de comunicación como actualizadores de
los mitos, UAM-Xochimilco, México.
Flusser, Vilén (2000), Hacia una filosofía de la fotografía, Trillas, México.
Franco, Yago, “Castoriadis”, http://www.magma-net.com.ar/home.htm
Freund, Giséle (1974), La fotografía como documento social, Gustavo Gili, Barcelona.
García Canclini, Nestor (1995), Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales
de la globalización, Grijalbo, México.
Lipovetsky, Gilles (2000), La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo,
Anagrama, Barcelona.
—— (2000), El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas,
Anagrama, Barcelona.
Lyotard, Jean François (1995), La posmodernidad, Gedisa, Barcelona.
McGuffie, Ian (2004), “Photograpic Composition and Design”, curso de fotografía
en Vancouver, Canadá, fotocopias.
—— (2004), “Natural light photography”, Curse Introduction, curso de fotografía
en Vancouver, Canadá, fotocopias.
Sontag, Susan (1981), Sobre la fotografía, Edhasa, Barcelona.
Woolley, Benjamín (2004), “Posmodernidad, ficción y virtualidad”, en http://
unimag.educ.co/antropologia/posmodernidad_ficción_virtualidad.htm 2004.

MEDIOS, GÉNEROS Y ESPACIO PÚBLICO 142

You might also like