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Honra a tus padres

Efesios 6:1-3. Todos los seres humanos hemos sido engendrados por un padre y una madre,
todos, sin excepción. En este día celebramos el día del padre como una forma de reconocerlos. Pero, no
siempre hemos sido criados por nuestro padre, ya que hay algunos que hemos sido criados por sólo uno
de ellos (con más frecuencia la madre), o por ninguno; aún así siempre hay alguien que suple ese lugar,
la madre, el padre, algún pariente, o alguien cercano a nosotros.

Los padres no son perfectos, ninguno ha nacido sabiendo cuál es la mejor forma de criarnos y
enseñarnos, y muchas veces ellos tienen que aprender fallando. Pero, siempre que nuestros padres
hacen cosas por nosotros y para nosotros lo hacen pensando en que eso será lo mejor para nuestro
bienestar, aunque hay veces en que incluso con sus buenas intenciones se equivocan.

Y hay que entender que no es porque no nos aman sino porque ellos tampoco son perfectos y al
igual que nosotros cometieron y muchas veces siguen cometiendo errores. Por otro lado no hay que
dejar de reconocer que también hay padres o madres que simplemente no sienten un amor fraternal y
natural por sus hijos(as), y han llegado a realizar actos que marcan negativamente a los pequeños. Aún si
este fuese el caso, el mandamiento que Dios ha dado también se aplica, y no solo nos deja con esa
“responsabilidad o carga” (para esos casos), sino que nos ofrece su ayuda y nos da una promesa.

A todos nos ha costado en algún momento obedecer a nuestros padres. No es fácil, pero al fin y
al cabo Dios nos pide que los obedezcamos y además los honremos. No, me equivoco, no nos pide, sino
que nos ordena. Recordemos que Pablo repitió el quinto mandamiento de Éxodo (Éxo. 20:12), escritos
por el dedo del mismo Dios (Exo. 31:18). Y nos pide que honremos a nuestro padre (y madre). Pero qué
significa “honrar”. Según el Diccionario de la Lengua Española (RAE), honrar se define como:

1. tr. Respetar a alguien.

2. tr. Enaltecer o premiar su mérito.

3. tr. Dar honor o celebridad.

Por lo tanto, si queremos ser exitosos según el versículo, que nos vaya bien y que nuestros días
se alarguen, debemos más que simplemente obedecer, debemos honrar a nuestros padres terrenales en
lo amplio de la palabra honrar.

¿Qué significa esto? Que sean como sean los padres que Dios nos ha dado, ya sean amorosos y
siervos de Dios, o padres que no nos otorgaron la correcta educación o el cariño que pedíamos, Dios nos
dice que los respetemos y que los honremos.

¿Cómo lo logramos? Sólo con la ayuda de Dios. De él provienen el amor verdadero y el perdón
también si alguien lo necesita. Sólo Dios puede sanar las heridas de nuestra alma y él nos da el ánimo
para servir a los demás.

Ahora bien, sin importar cómo sean nuestros padres (los que tienen), o cómo hayan sido, todos
debemos honrar a aquel que es Padre de toda la humanidad, me refiero a Dios, al “Padre nuestro” como
lo llamó Jesús. Como también dijo el salmista en el libro de Salmos 27:10: “Aunque mi padre y mi madre
me dejaran, con todo, Jehová me recogerá”. Y también el profeta Isaías dijo: “¿Puede una madre olvidar
a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te
olvidaré!” (Isaías 49:15, NBD).

Dios nos ha adoptado como sus hijos.

Porque el mandamiento dice “para que tus días se alarguen en la Tierra que Jehová tu Dios te
da”, y esta promesa va más allá del ámbito terrenal, incluye la vida eterna, porque Mateo 5 dice que Dios
da la tierra por heredad. Y eso nos convierte en herederos del Padre Celestial.

A Dios le encanta enseñarnos por medio de parábolas, y las relaciones también son parábolas
vivas y Dios nos enseña a través de ellas. Por ejemplo, una de las razones por las que Dios instituyó el
matrimonio, fue para que aprendiésemos cómo es la relación de la Trinidad (igual, unida, todos
trabajando por lo mismo), el tener un hijo, enseña a los padres el gran amor que Dios tuvo con nosotros
para llegar a sacrificar a su único Hijo y en nuestro caso, el tener padres y el honrarlos, nos enseña a
honrar de igual manera a Dios, quien es el que nos da la vida y la vida eterna.

Ésa es la razón de ser del 5to mandamiento, aprender a amar a Dios practicándolo en primer
lugar con nuestros padres. Por ello, los invito a honrar a nuestro padre sin importar cómo ellos sean no
sólo en este día, sino siempre; pero sobre todo a honrar al mejor padre que ha existido, a Dios.
Autor: Matías G.H.

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