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(Poema)
Esto fue suficiente paque todos murmuraran que guate más fastidioso entre
ellos se comentaban. Los taitas con gran esfuerzo de todo se controlaron,
continuo todo lo previsto como se había preparado y transcurriendo un buen
rato llegaba gente invitada algotros que no lo eran se sentían como en su casa
porque estas son las costumbres en estos llanos por raza. Con lámparas de
petróleo se ilumino el caserón, algunos botella en mano llovía el aguardiente y
ron, la patrona estaba estrenando un finísimo camisón, con su moña recogida
sentada estaba a un rincón, el viejo con borsalino sombrero fino y alón, cotizas
con lique y claro vestuarios de fiesta son.
Se holló el arpa en el patio, trono el joropo recio. La voz del cantador fino y un
zapateo fue el comienzo de aquel parrando llanero que no duro poco tiempo,
salto el bailador ramón nombrado en el llano entero quien levantó polvareda y
toditos le hicieron ruedo. Ese es mi gallo fino decía el catire Marcelo, las
muchachas aplaudían al bailador rompe suelos y no falto el contrapunteo
cuando alguien se arrimó al arpa y lanzo el verso bravío que animo más la
parranda.
Pasaron un par de días se terminó el parrandon, volvió la normalidad en toda
aquella región, el doctor muy aburrido se fue tal como l lego; ya no le gustaba
el llano ni podía dormir en hamaca, vivía un mundo diferente al que no
cambiaba por nada, y no sentía remordimiento de todo cuanto había hecho,
porque había dejado sus estudios desde hacía ya mucho tiempo, a los taitas
había engañado por que no curso ni sexto mucho menos doctorado quien
podía imaginar esto. El dinero de pensiones en vicio fue derrochado a una vida
de otro esperar se había mal encaminado. El hombre nace inocente y la
sociedad lo corrompe es un frase muy cierta que se ignora y se desconoce.
Al cabo de unos años el hato estuvo enlutado había faltado la doña sin que él
se hubiera enterado, en menos de cuatro meses también hizo falta el viejo de
pena moral fue muerto se fue al mundo del silencio. Parecía que las siete
plagas volvían de n nuevo a la tierra a revivir el pasado y dejar una nueva
huella, se entristeció todo el llano y en unos cinco o seis días se hizo presente
el muchacho, no se le dio mayor cosa porque no se le oyó alaraco y sin
pensarlo dos veces del hato se fue haciendo cargo. El inexperto heredero
parecía capitán de quince años haciendo malos negocios de tierras y de
ganado, veía como el agua pura se escapaba de entre sus manos. Al morir
también la tierra los peones se fueron yendo ante aquel cuadro de dolor se
despertó de aquel sueño del cual las drogas y el vicio por años lo habían
envuelto; pero demasiado tarde ya todo era lodo negro y nada reemplazaría lo
que ellos habían hecho.
Así es la vida señores hay dichas y desengaños los volantones llaneros se van
con rumbos lejanos con el único propósito de en la vida hacer algo, después
llanero en ciudad se olvida al terreno amado. Deja su raza bravía que casi se
ha exterminado y hasta olvidar ese orgullo de haber nacido en el llano.