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Poco o nada se consigue discutir estos temas sin datos empíricos, pues se termina
discutiendo desde ideologías y prejuicios y no desde la evidencia científica. Por lo tanto, he
decidido realizar una traducción del documento de la Asociación Americana de Psicología
(APA) sobre padres del mismo sexo, que reúne las investigaciones empíricas de los últimos
cincuenta años realizadas en países de todos los continentes, que suma más de 1.000
sujetos estudiados. Veamos a continuación, cual es la evidencia empírica que sustenta cada
una de las creencias de que padres del mismo sexo no pueden adoptar o tener hijos:
Tasker y Golombock (1997), realizaron un estudio en que encontraron que los hijos de
parejas del mismo sexo sufren menos síndrome de alienación parental (sindroma que se
presenta cuando los padres divorciados “se pelean” por el amor del hijo, causándole culpa)
que los hijos de parejas heterosexuales.
Golombock en 1983, estudió a 37 niños entre 5 y 17 años de edad hijos de madres lesbianas
y 38 hijos de madres heterosexuales, de las mismas edades, a través de cuestionarios y
entrevistas. Los resultados arrojaron que no había diferencias entre ambos grupos en su
orientación sexual, género y rol de género.
Golombock en 1996 realizó uno de los más grandes estudios en este ámbito, de carácter
longitudinal en hijos de madres lesbianas. 25 niños fueron entrevistados a la edad de nueve
años y luego a los 24 años. Más del 90% eran heterosexuales. Baely llegó a la misma
conclusión en el año 1995, en un estudio con 82 hijos de padres del mismo sexo.
La gran mayoría de estudios en los diversos continentes arrojaron que los hijos de padres del
mismo sexo no desarrollaban problemas con su identidad de género, desarrollando el rol de
género esperado en cuanto a elección de juguetes y juegos, comportamiento, actividades e
intereses vocacionales. (Green, 1978; Mandel, Hotvedt, Gray & Smith, 1986; Smith & Roy,
1981).
Reso, en el año 1979, aplicó el inventario de rol sexual de BEM (BSRI) a 24 adolescentes,
mitad hijos de lesbianas y mitad hijos de heterosexuales. Los resultados arrojaron que las
hijas de madres lesbianas eran más femeninas que las hijas de madres heterosexuales.
Chan, en el año 1998, realizó una investigación que arrojó como resultado que los niños
criados en familias con padres con poco estrés, pocos conflictos entre ellos y más amor
conyugal, desarrollaban un perfil psicológico y social más sano, independiente de la
orientación sexual de dichos padres. El mismo autor realizó un estudio en 55 familias de
lesbianas y 25 familias de heterosexuales que habían concebido a través de donación de
esperma. El desarrollo de sus hijos era sano en ambos grupos, sin que la variable orientación
sexual o número de padres tuviera una relación estadísticamente significativa, siendo así
que el mito de que los niños deben tener un padre y una madre para crecer
psicológicamente sanos, no tiene evidencia empírica.
En 1997, Tasker & Golombock, a través de técnicas proyectivas y juegos, concluyeron que los
hijos de padres del mismo sexo tienden a ser más preocupados por los niños que consideran
más indefensos o más pequeños que ellos, desarrollando mayor empatía que hijos de padres
heterosexuales.
Uno de los estudios más grandes fue llevado en el año 2003 por Golombock, en 14.000
madres heterosexuales, lesbianas y madres solteras, a través de cuestionarios y entrevistas
aplicadas a las madres, sus hijos y sus profesores. Se concluyó que los hijos de madres
lesbianas y madres solteras heterosexuales, son tan bien desarrollados y bien adaptados
como los hijos de madres heterosexuales.
En un estudio descriptivo llevado a cabo por Finkelhor & Russell en 1984, se concluyó que la
gran mayoría de los abusos sexuales en menores son por parte de hombres heterosexuales
que en su gran mayoría, son parientes cercanos a la víctima. No hay sustento empírico para
la creencia de que homosexuales y lesbianas tienden mayormente a la pedofilia.
Discriminación en la escuela
Tasker & Golombock, establecieron en el año 1997, que los hijos de padres del mismo sexo
pueden ser víctimas de bullyng en la escuela por parte de personas homofóbicas pero que
en comparación con el bullyng que reciben los hijos de padres heterosexuales, éste no es
mayor. Se estableció a través de diferentes estudios que si se entrenaba a los hijos de padres
del mismo sexo en asertividad o recibían apoyo por parte de otras familias conformadas por
padres homosexuales o lesbianas, superaban esta discriminación sin que ello les provocara
un problema psicológico o social.