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PROGRAMA No.

0730

PROVERBIOS

Cap. 9 - 10:4

Llegamos hoy, amigo oyente, al capítulo 9 del libro de Proverbios. Y llegamos al lugar
donde la sabiduría ha abierto su colegio. Este es el primer día de escuela, el primer día de
clases. El joven ha sacado su matrícula, ya está inscrito en la escuela – colegio de
sabiduría. Estamos agradecidos por eso. La campana que llama a las clases en la escuela
está por sonar. Todo está preparado así es que vamos a observar a este colegio de la
sabiduría. Leamos los primeros 5 versículos del capítulo 9 de Proverbios:

1
La sabiduría edificó su casa,
Labró sus siete columnas.
2
Mató sus víctimas, mezcló su vino,
Y puso su mesa.
3
Envió sus criadas;
Sobre lo más alto de la ciudad clamó.
4
Dice a cualquier simple: Ven acá.
A los faltos de cordura dice:
5
Venid, comed mi pan,
Y bebed del vino que yo he mezclado. (Pro. 9:1-5)

La sabiduría ha edificado su casa. Este es el colegio de la sabiduría. Tiene siete columnas.

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Estas siete columnas nos hablan no de la perfección, sino de algo que ha sido completado – el
recibir la educación completa, desde el jardín de infantes, hasta la universidad, hasta recibir el
grado de doctor en Filosofía, eso es una educación completa. Así es que la sabiduría ha
edificado su casa. Y ha modelado siete columnas.
Siempre ha habido gente que gusta jactarse del hecho de que el Señor Jesucristo tuvo doce
hombres y que éstos no habían sido bien educados. En cierta ocasión, un hombre que escribió,
se quejaba de que utilizáramos el término “doctor”. Bueno, quizá cuando es un título honorario,
tal vez no tenga mayor importancia. Y también si ha sido dado por una escuela o un colegio que
no vale la pena, pues ese título, entonces, tampoco vale mucho. Pero si una persona ha
trabajado para ganarse el grado de doctor, no vemos ninguna razón por qué no se puede utilizar
ese término. Y pensamos que está bien el hacer tal cosa. Pero a este señor que nos escribió no
le gustaba eso. Porque él pensaba que ninguno de los doce apóstoles había recibido un título de
doctor. Pues, bien, quisiéramos decirle a él y a cualquier otra persona que piense como él, que
no desprecie el conocimiento o la sabiduría. No estamos muy seguros que las universidades del
presente estén dando mucha sabiduría o conocimiento. Sentimos cierta angustia al observar
algunas de las cosas que se está haciendo y que nos están contando que se hacen.

Cierto joven estaba tratando de obtener un título de máster para poder enseñar; y él está
tomando un curso de historia donde se le había dicho que se olvidara de las fechas y de las
personas. Que todo lo que él tenía que hacer era tratar de entrar a conocer, a darse cuenta y
sentir el estilo de vida de esa época, para poder entender la actitud de la gente de esa era.
Bueno, amigo oyente, para nosotros esa es una clase de educación un poco rara. Creemos que
los datos y las fechas son de suma importancia y nos imaginamos que llegará algún día cuando
van a enseñar aritmética y matemáticas de esta misma manera; según lo sienta uno. Usted se da
cuenta lo que estamos diciendo, según lo que usted sienta acerca de un número. Usted en
realidad no tiene que resolver el problema para buscar la respuesta. Simplemente tiene cierto
sentimiento acerca de eso. Bueno, quizá las cosas se están moviendo en esa dirección hoy, y
nosotros aún creemos que los hechos son hechos.

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Escuche lo que tenemos que decir ahora por un momento. Cualquier persona que haya
pasado tres años con el Señor Jesucristo no es una persona ignorante. Esos doce hombres que
estuvieron con Él estuvieron llenos de un gran conocimiento, aun Judas Iscariote. Ellos habían
aprendido mucho del Maestro – el mejor maestro que haya conocido este mundo. Ellos
aprendieron de Él y usted no los puede llamar a ellos ignorantes, así por así. Después de todo,
Pablo era un hombre que había estudiado mucho en su vida. Nadie puede decir que él era un
hombre ignorante. Ya hemos dicho que la sabiduría es el Señor Jesucristo y Él, amigo oyente,
puede darle a usted una educación completa. La sabiduría ha edificado su casa. Ahora, el
versículo 2, volviendo a este capítulo 9 de Proverbios, nos dice:

2
Mató sus víctimas, mezcló su vino,
Y puso su mesa. (Pro. 9:2)

Ya es hora de ir al colegio y de comenzar a comer. ¡Qué cuadro el que tenemos aquí!


Permítanos decirle, amigo oyente, que hoy nosotros tenemos la misma cosa. El Señor Jesucristo
describió nuestra era en la cual estamos viviendo. Él dijo: “Un hombre hizo un gran banquete
e hizo invitaciones para ciertas personas para que vinieran a comer con él. Esta gente fue
invitada. Todas las cosas habían sido preparadas. Pero aquellos que habían sido invitados no
vinieron. Así que ese hombre salió a los caminos a invitar a la gente”. La sabiduría siempre
tiene que hacer eso. Y eso es interesante. Y vemos aquí que eso fue lo que ocurrió en este
caso. Leamos el versículo 3:

3
Envió sus criadas;
Sobre lo más alto de la ciudad clamó. (Pro. 9:3)

La campana de la escuela está sonando. Repicando ese llamado que es el llamado de la


sabiduría. Y continuamos con los versículos 4 al 6, de este capítulo 9 de Proverbios:

4
Dice a cualquier simple: Ven acá.

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A los faltos de cordura dice:
5
Venid, comed mi pan,
Y bebed del vino que yo he mezclado.
6
Dejad las simplezas, y vivid,
Y andad por el camino de la inteligencia. (Pro. 9:4-6)

Así es que de la sabiduría ha salido esta invitación. Nosotros en el día de hoy tenemos que
salir a los caminos a hacer nuestro llamado. Nuestro mensaje hoy es: "Dios está reconciliado
con usted. Reconcíliese usted con Dios". Nosotros somos embajadores hoy y debemos
esparcir la Palabra de Dios. Eso es lo que estamos tratando de hacer mediante este programa
radial. Y opinamos que la Palabra de Dios probablemente está siendo esparcida hoy de una
manera mucho más superior que en cualquier otra época o historia de este mundo. Y la
invitación es para ir al colegio de la sabiduría. El ir a Cristojesus.

Pero, como siempre ocurre, hay quienes no van a escuchar, no quieren escuchar. Son
aquellos que se burlan. Hacen que uno pierda el tiempo con ellos. Hay aquellos que hacen
que usted desperdicie su tiempo, el que eche sus perlas ante los cerdos. Creemos que usted va a
encontrar, aun en las iglesias, un pequeño grupo que va a resistir la Palabra de Dios. Usted
pierde su tiempo tratando de presentar la Palabra de Dios ante ellos.

Ahora, alguien quizá diga: "Ah, pero nosotros debemos seguir haciendo esto". No, amigo
oyente. Él dice: "No echéis vuestras perlas delante de los cerdos." Y escuche lo que dice en
este capítulo 9 de Proverbios. Hay personas que creen que esto es algo que ha sido agregado
aquí – insertado – y que no pertenece a esto. Pero este es el lugar donde sí pertenece. Escuche
lo que dice en los versículos 7 y la primera parte del versículo 8:

7
El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;
El que reprende al impío, se atrae mancha.
8a
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; (Pro. 9:7-8a)

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Usted le presenta la Palabra de Dios a algunas personas y ellos lo van a aborrecer. Y la
segunda parte del versículo 8 y el versículo 9, también dicen:

8b
Corrige al sabio, y te amará.
9
Da al sabio, y será más sabio;
Enseña al justo, y aumentará su saber. (Pro. 9:-8b-9)
Esta es la norma que nos ha llegado a través de las edades. Hay algunas personas que son
tan huecas y vacías e ignorantes que no reciben la Palabra de Dios. Hay aquellos hoy que
conocen tan poco que no le aceptan a Él para nada.

Se habla mucho en estos días acerca de las personas que son liberales, de cuán tolerantes son.
¿Sabe usted que la persona liberal o el individuo que tolera esas ideas liberales es quien ha
quitado la religión de los colegios? Habla de los fundamentalistas como que son fanáticos. ¡Y
me gustaría saber quién es realmente el fanático! A mí no me molesta que se enseñe la
evolución en los colegios, si me permiten a mí enseñar también la Biblia, junto con ese otro
tema. Pero los fanáticos son liberales en nuestros días. Y ellos son los que dicen: "No,
nosotros no vamos a aceptar eso". Debemos decir, amigo oyente, que ellos son ignorantes. No
interesa qué clase de grado o título hayan obtenido. Tienen ideas mezquinas, no están
dispuestos a que se pueda enseñar la Palabra de Dios. Usted pierde su tiempo con ellos también,
podemos decir de paso. Y esto es algo interesante. Mientras menos conozca el hombre, piensa
que conoce más. Eso es por lo general la regla. Nunca nos hemos encontrado con una persona
liberal que no haya creído ser muy inteligente. Pensaba que lo sabía todo. Pensaba que
comprendía todo y, en realidad, no sabía nada. Mientras más sepa el hombre, más se dará
cuenta de su ignorancia y sus limitaciones.

Cierto predicador, alguien que era considerado de los mejores, dijo en cierta ocasión:
"Mientras más estudio la Biblia, más me doy cuenta de lo ignorante que soy de la Palabra de
Dios". Bueno, volviendo a este capítulo 9 de Proverbios, notemos lo que dice ahora en el

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versículo 10:

10
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. (Pro. 9:10)

Alguien nos va a decir: "Ya hemos escuchado eso antes en este libro". Sí, así es. Cuando
este joven, y era entonces pequeñito, se encontraba en su hogar, la primera lección que aprendió
fue el temor de Jehová. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento
del Santísimo es la inteligencia". Y luego, en el momento que salió a la vida, antes de comenzar
en el colegio, recibió esto nuevamente. Antes de ir a la universidad, recibió eso otra vez. Y
ahora que está en la universidad de la vida y en el colegio de la sabiduría, esta es la universidad
del entendimiento, ¿cuál es la primera lección que recibe? El temor de Jehová es el principio de
la sabiduría. Allí es donde uno debe comenzar. Y si usted no ha comenzado allí, amigo
oyente, entonces no ha comenzado. El hombre es un insensato, y eso es lo que dice este libro
aquí. El hombre es un insensato si quiere vivir sin Dios en este mundo. Usted se preocupa hoy
acerca de la protección y la seguridad; la seguridad en el camino, la protección en el hogar,
quiere tener algo asegurado para su ancianidad. Usted quiere estar seguro que todo está bien
arreglado en su vida, y por tanto tiene cuidado de conseguirse un seguro de vida, pagar la póliza,
y creemos que debería hacer eso. Creemos que es inteligente hacer eso. Pero, amigo que nos
escucha, ¿qué hace acerca de la eternidad? ¿Está usted planeando algo? ¿Tiene usted
seguridad – un seguro – para la eternidad? ¡Qué insensato es esto! Qué insensato es vivir una
vida sin Dios; el temor de Jehová, ese es el comienzo de la sabiduría. Ahora, en el versículo
11, de este capítulo 9, leemos:

11
Porque por mí se aumentarán tus días,
Y años de vida se te añadirán. (Pro. 9:11)

Y eso lo podemos aplicar a la eternidad, digamos de paso. Luego, el versículo 12, dice:

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12
Si fueres sabio, para ti lo serás;
Y si fueres escarnecedor, pagarás tú solo. (Pro. 9:12)

Si usted quiere ser sabio, inteligente, entonces hará las preparaciones necesarias para su alma
para la eternidad. Ahora, si usted va a ser un escarnecedor, y va a ridiculizar todas estas cosas,
entonces, amigo oyente, usted será juzgado.

Quizás usted opine que no somos muy refinados al decir esto, pero alguien debería advertirlo,
amigo oyente; usted está en camino al infierno, en el día de hoy. Allí es adonde usted se está
dirigiendo. Si nosotros dijéramos que al salir de su casa, va a tener un accidente, entonces diría,
tengo que hacer algo en cuanto a eso; pero, amigo oyente, ¿qué va a hacer usted acerca de la
eternidad, y a dónde se está dirigiendo usted ahora? Esto es algo realmente tremendo. Si usted
quiere continuar en su propio camino, entonces usted va a ser el perdedor en todo esto.

Un hombre dijo en una ocasión: "¿Sabe una cosa? A mí, no me convence todo este asunto
de la vida eterna y lo relacionado con eso; eso de confiar en Jesucristo. Eso está bien quizá para
algunas personas. Pero a mí, no me interesa esa clase de cosas”. Bueno, debemos decir lo
siguiente. Quizá usted tenga razón. Supongamos que tiene razón. Entonces usted y yo
estamos en la misma situación. Vamos a ir a parar al mismo lugar si es que tiene razón. Pero
supongamos que nosotros tenemos razón y que usted está equivocado. Amigo oyente, usted va
a encontrarse en una posición muy mala. Como cierto ateo dijo en una ocasión: "Yo quedaría
satisfecho si no fuera por lo funesto que sería si la Biblia es verdad". Sí, podría ser así. Y si lo
es, entonces puede ser algo tremendo para usted cuando usted le de la espalda a Cristo. Bueno,
continuando nuestra lectura aquí en este capítulo 9 de Proverbios, se nos dice algo en cuanto a la
mujer insensata. Leamos el versículo 13:

13
La mujer insensata es alborotadora;
Es simple e ignorante. (Pro. 9:13)

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La insensatez también tiene un colegio. Y parece que hay muchos de estos colegios a
nuestro alrededor hoy. Luego, el versículo 14, dice:

14
Se sienta en una silla a la puerta de su casa,
En los lugares altos de la ciudad, (Pro. 9:14)

No es necesario que ella salga a los caminos a invitar a las personas, ellos vienen a ella. Así
es este colegio de la insensatez hoy. Hay miles de personas que están asistiendo a colegios
como este en la actualidad. Siguiendo adelante, el versículo 15, dice:

15
Para llamar a los que pasan por el camino,
Que van por sus caminos derechos. (Pro. 9:15)
La sabiduría quiere gente que venga que sea sencilla. Pero, amigo oyente, usted es simple si
se dirige al colegio de la mujer insensata. Y los versículos finales de este capítulo 9, versículos
16 al 18, dicen:

16
Dice a cualquier simple: Ven acá.
A los faltos de cordura dijo:
17
Las aguas hurtadas son dulces,
Y el pan comido en oculto es sabroso.
18
Y no saben que allí están los muertos;
Que sus convidados están en lo profundo del Seol. (Pro. 9:16-18)

¡Ah, amigo oyente, cuántos de aquellos hombres llamados sabios se han dirigido en esa
dirección y se han dado cuenta de lo trágico que es su final!

Byron escribió hacia el final de su vida: "Mis días se encuentran en la hoja amarilla ya; la
flor, el fruto de la vida se ha ido. El gusano, la llaga y el dolor son solamente míos". Byron,
quien había tenido de todo, era bien parecido, era un genio. Había tenido fama, el aplauso de

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todo el mundo. Había tenido riquezas, él había tenido todas estas cosas, y, sin embargo, él dice:
"El gusano, la llaga y el dolor son solamente míos". Así es como terminó él, amigo oyente.

No hace mucho tiempo un actor de cine, muy famoso, se había casado con varias bellezas de
este mundo, y no hace mucho ya en su ancianidad, se suicidó. Dejó una nota que decía: "Estoy
cansado de esta vida". ¡Cuán trágico es esto, amigo oyente!

Y volvemos a decir, amigo oyente, que la insensatez tiene su colegio, y créanos, existe una
lista de espera de aquellos que quieren ingresar a ese colegio. Todos quieren inscribirse en ese
colegio. Ese es el cuadro que tenemos de la insensatez. Ahora, las clases están por comenzar,
y llegamos nosotros al primer día de clase.

Ahora, en el capítulo 10, suena la campana para ir al colegio y el joven estudiante recibe
algunas instrucciones para su vida. ¡Cuán importante es esto! Estas son las lecciones que
tenemos que aprender en la escuela de Cristo. Y técnicamente hablando, tenemos ante nosotros
los proverbios de Salomón, que fueron escritos y ordenados por él mismo. Notemos lo que dice
el versículo 1 de este capítulo 10:

1
Los proverbios de Salomón.
El hijo sabio alegra al padre,
Pero el hijo necio es tristeza de su madre. (Pro. 10:1)

¿Se ha dado cuenta usted que en esta vida si un padre tiene un hijo que ha ido a la
universidad y ha logrado buenas calificaciones y quizás hasta haya resultado un atleta destacado,
este padre no deja de jactarse y decirle a todo el mundo lo inteligente que ha sido su hijo que
ahora es profesor de la universidad, etc. etc.? ¿Ha escuchado usted a alguien hablar de esa
manera? Pero supongamos que este muchacho en lugar de triunfar de esa manera, fue un
fracaso y no llegó a ser nada. Pues bien, el padre no dice nada acerca de todo esto. Mantiene
su boca bien cerrada. Ahora, la segunda parte del versículo 1, nos dice:

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1b
Pero el hijo necio es tristeza de su madre. (Pro. 10:1b)

Es la madre la que se entristece cuando sucede algo así. El padre guarda silencio, y
simplemente lo ignora todo. ¡Qué cuadro de la vida el que tenemos aquí¡ El hijo sabio y el
hijo necio. Usted puede ser cualquiera de esos dos. Luego, en el versículo 2 de este capítulo
10 de Proverbios, leemos:

2
Los tesoros de maldad no serán de provecho;
Mas la justicia libra de muerte. (Pro. 10:2)

Nuevamente tenemos que decir que Cristo ha sido hecho para nosotros no sólo sabiduría sino
justicia. Él nos libra a nosotros de la muerte. Y el versículo 3, dice:
3
Jehová no dejará padecer hambre al justo;
Mas la iniquidad lanzará a los impíos. (Pro. 10:3)

Y esto es cierto en la vida, ya que se ve personas que han tenido grandes fortunas y han
partido y han dejado esa gran fortuna. Nunca tuvo mayor significado para ellos. Nunca
llegaron a disfrutarlo. Pero lo interesante de notar es que Dios bendice al hombre justo. Y eso
también ha sido realidad en la vida, amigo oyente. Ah, él tendrá sus problemas y dificultades, y
puede estar pasando por un tiempo difícil hoy, pero ¡qué satisfacción y qué bendición se puede
tener hoy sirviendo al Señor! Y el versículo 4, de este capítulo 10 de Proverbios, dice:

4
La mano negligente empobrece;
Mas la mano de los diligentes enriquece. (Pro. 10:4)

¡Ah! la diferencia entre las personas hoy. Hay muchos creyentes maravillosos que son muy
generosos, otros en cambio, no lo son; son más bien mezquinos. Amigo oyente, muy triste es la
vida de la persona que es mezquina con su dinero. Esa clase de persona siempre tiene una vida

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miserable, y es en cuanto a todo. Pero el alma generosa, ¡qué cuadro diferente el que se nos
presenta, cómo concuerda con la vida nuestra!

Bueno, amigo oyente, vamos a tener que dejar aquí por hoy y continuar Dios mediante, en
nuestro próximo estudio. Mientras tanto, le aconsejamos que continúe leyendo este capítulo 10
de Proverbios, ojalá todo el capítulo y también estudiarlo junto con las notas y bosquejos. Si no
ha recibido este material, pues escríbanos solicitándolas y con todo gusto se las enviaremos sin
costo alguno para usted. Será hasta nuestro próximo programa, amigo oyente, recuerde que ser
diligente en la viña del Señor, le retribuirá muchas bendiciones. ¡Que Dios le bendiga!

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