La ingeniería económica implica la evaluación sistemática de los resultados económicos de
las soluciones propuestas a problemas de ingeniería. Para que sean aceptables en lo económico (es decir, viables), las soluciones de los problemas deben arrojar un balance positivo de los beneficios a largo plazo, en relación con los costos a largo plazo, y también deben: • fomentar el bienestar y supervivencia de una organización, • constituir un cuerpo de tecnologías e ideas creativas e innovadoras, • permitir la identificación y el escrutinio de los resultados que se esperan, y • llevar una idea “hasta sus últimas consecuencias” en términos de rentabilidad a través una medida válida y aceptable de rendimiento.