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ESPIRITUALIDAD JUVENIL SALESIANA

CARRERA: CONTABILIDAD Y AUDITORIA

DOCENTE: SUSANA TAMAYO

GRUPO: 2340- 207

INTEGRANTES

 Priscila Jachero
 Nayla Llanos
 Sugegny Llanos
 Marlon Naranjo
 Fernando Quintana
 Gilda Vera
Realidad Juvenil

¿A quién se considera joven? O ¿por qué se le considera así? Y ¿qué características debe de
tener alguien para ser catalogado dentro de la palabra “juventud”? Una primera idea que puede
surgir al respecto es que el factor biológico es el determinante principal de esta categorización.
Sin embargo, no puede ser todo tan fácil. Cuenta de esto nos lo brinda Margaret Mead, nos da
fe del proceso por el que los varones al llegar a la pubertad son sometidos a diferentes ritos
iniciáticos que les marcan su vida como adultos, atribuyéndoles ciertas obligaciones y deberes
correspondientes.

Estas situaciones siguen siendo bastante comunes en los grupos tribales y constatan que la
categoría de “juventud” es inexistente e innecesaria. Así, habrá que cuestionar por qué en
occidente se ha clasificado la evolución y crecimiento de la persona humana en estratos bien
delimitados, al menos en el imaginario colectivo (niñez, adolescencia, juventud, adultez y
senectud).

El concepto de “joven” ha variado en el transcurso de la historia. En las sociedades primitivas


se consideraban “púberes”, en las sociedades antiguas “efebos”, “mozos” en el antiguo régimen,
“muchachos” en las sociedades industriales. Cada una de estas denominaciones, tiene una
conceptualización diferente de la noción de juventud (desde las edades dentro de las cuales se
encasilla la etapa juvenil, hasta la forma de afrontar el momento).

“La segunda mitad del siglo XX, ha presenciado la irrupción de la juventud” 22y de esta forma,
aparece el concepto de “joven” como ahora lo conocemos, la juventud y lo juvenil son
conceptos post industriales, y nacen en una sociedad donde la base económica es la producción
de servicios, aquí el individuo ya no es pasivo, sino es actor y protagonista en la escena pública.

Según Feixa, cinco son los factores de cambio fundamentales que generan la modificación
profunda de las condiciones sociales para que aparezcan las culturas juveniles.

1. Emergencia de un estado de Bienestar que genera condiciones para acceder a más


recursos.
2. Crisis de la autoridad patriarcal e institucional.
3. El nacimiento del “teenage market” (mercado para jóvenes)
4. Creciente poder de los medios de comunicación masiva.
5. Procesos de modernización introducidos por el capitalismo.
La libertad de la que se habló antes se mezcla con el miedo del fracaso, es por eso, que hoy se
aprecian corrientes juveniles contradictorias: algunos apasionados actores sociales, otros
eternos desencantados. Es por ello, que Feixa define a la generación actual como “generación
X”, y asegura que “la cultura juvenil posmoderna, ya no es el resultado de la acción de los
jóvenes marginales (minorías revolucionarias), sino del impacto de los modernos medios de
comunicación en un capitalismo cada vez más transnacional”.

En 1900, una mujer no se consideraba muy joven cuando a los 17 años tenía dos hijos, como
explica Beatriz Sarlo, hoy lo juvenil se puede extender a cualquier edad, en cambio hoy parece
que cualquiera que viva una cultura de consumo simbólico juvenil se inscribe dentro de la
juventud; Frank Sinatra nunca fue tan joven como los Beatles, ni Jimmy Hendrix tuvo nunca la
juventud de Mick Jagger el vocalista de los Aerosmith; ser joven es una cuestión de “estilo”

El concepto juventud ha presentado (y sigue presentando) a lo menos tres aproximaciones


diferentes, donde cada una de ellas, coloca un énfasis principal:

a) La juventud como categoría etárea

Se define a los jóvenes como las personas que tienen entre 15 y 28 años. Esto define a las
personas que coinciden con la inserción en el mundo adulto con la obtención de trabajo estable
y la fundación de una familia, con lo que tienen un rol y estatus en la sociedad.

b) La juventud como etapa de maduración.

El énfasis está en los cambios fisiológicos y psicológicos. Su tema es la construcción de la


identidad: afectiva, sexual, social, intelectual y físico-motor. Es un período de moratoria, es
decir, un período de postergación de los roles de adulto para obtener una mejor preparación con
el fin de enfrentar el mundo.

c) La Juventud como cultura.

Se asocia a modos de pensar, sentir y percibir y actuar que atraviesan las actividades de un
grupo y lo distinguen de otros, lo que desde ya ubica a la juventud en coordenadas
espaciotemporales, en un tiempo histórico específico y en una realidad socioeconómica
particular.
La tendencia de acentuar la Cultura Juvenil

Hay una fuerte tendencia a aumentar la influencia de esta cultura sobre los valores y
comportamientos de los jóvenes. Esta cultura es propagada por los medios electrónicos de
comunicación y por la industria de la música.

Al entrar en el nuevo milenio el ideal de vida presentado es el joven. El joven simboliza


energía, fuerza física, emociones fuertes, autenticidad, espíritu de aventura, espíritu de libertad
y coraje para cuestionar.

Los valores y también los antivalores son transmitidos a través de tres elementos importantes:

 La música: A los jóvenes les da una sensación de poder e identidad y de formar parte
de un grupo social mayor. Ofrece satisfacción inmediata en contraste con los sacrificios
exigidos por los adultos. Es el espacio libre donde los jóvenes tienen control y se sienten
libres del control parental.
 La moda: es más que las ropas y los adornos, incluye también costumbres, lenguaje,
ideas. Revela una búsqueda pertenecer, de ser reconocido, de tener legitimidad. Pero
es una identidad muy frágil, pues es muy cambiante y está preocupada con las
apariencias externas.
 El culto de los héroes: Los jóvenes buscan héroes que sirvan como modelo y mapas
para mostrar por donde caminar en tierra extraña. La industria aprovecha de esta
necesidad profunda presente en el psíquico del joven para presentarle ídolos,
artificialmente producidos, y vender sus productos. Algunos héroes tienen efectos
negativos.
Construcción Social de la Juventud

Cuando la juventud se analiza sin tener en cuenta el contexto histórico y sociocultural, pierde
sentido y se convierte solo en una palabra sin significado, pasa a ser “un concepto vacío de
contenido” (Rossi), aquí cabe colocar la expresión de Bourdieu “La juventud no es más que una
palabra” ya que en ningún caso la palabra joven quiere decir lo mismo para todas las personas
“la palabra joven solo se carga de significado cuando se toman en cuenta otros aspectos más
allá de la edad, como el sexo, la clase social, la etnia, el estado civil, el país de origen, el
momento histórico en el que vive” (Valenzuela, 2009).

Tal y como hemos visto, existe toda una crítica a la forma tradicional de mirar a la juventud y
salta en la escena la necesidad de incorporar otras variables que no sean solo lo físico –
biológico, sino que considere aspectos históricos, antropológicos y sociológicos, es decir una
nueva visión, que permite mirar a la juventud como una categoría construida social y
culturalmente en un espacio y tiempo determinado, vinculada a contextos sociales, históricos,
políticos y económicos específicos. Las investigadoras Alpízar y Bernal, ponen sobre el tapete
una nueva manera de mirar lo juvenil, la “perspectiva de construcción social de la juventud”,
que tiene conceptos centrales que giran alrededor de tres parámetros:

 No hay juventud, sino juventudes; es decir se evidencia la diversidad existente al interior


de este grupo poblacional, rompiendo el esquema del modelo socialmente aceptado de
joven “hombre, blanco mestizo, que vive con su familia, es estudiante, de clase media”,
reconociendo a mujeres, afrodescendientes, indígenas, trabajadores, migrantes, con
capacidades diferentes, etc.
 Lo Juvenil, que adquiere significado ya no por las características “in”, inestable,
inmaduro que “señalan una negación” (Barbero, 1998), sino por las expresiones
juveniles, sus producciones e interrelaciones que son siempre cambiantes y diversas,
conocidas como culturas juveniles, las cuales siguen siendo estereotipadas. Las
Identidades Juveniles, que “permiten a las y los jóvenes reconocerse y hacerse reconocer
como distintas a otros” (Alpízar y Bernal, 2003), con esta visión se deja de lado la idea
de una sola identidad, y se reconocen las múltiples identidades que cruzan la vida de las
personas, las cuales no son universales, ni permanentes, sino que son diversas, cambian
según las sociedades, la cultura y la época en la que los/las jóvenes viven.
Culturas Juveniles

a) Conceptualización Para hablar sobre culturas juveniles, es necesario conocer en


primera instancia, a qué nos referimos con la palabra cultura, a continuación, expongo
varias acepciones que se le han dado a este término:

Cultura como producto de la comunicación: Conjunto de formas que dan significado a las
palabras y permiten comunicar nuestros pensamientos, saberes sentimientos, normas,
creencias y valores.

Cultura como concepto: Concepto que solo se concentra en la etimología de la palabra cultura
proveniente del latín “collere” que significa cultivar, y hace referencia a los hábitos y
costumbres desde la lógica urbana. No considera la riqueza y diversidad de los pueblos,
nacionalidades y grupos sociales.

Cultura como segundo medio ambiente: Ecosistema social cuyo protagonista es el ser
humano, quien se adapta y sobrevive en un ambiente determinado en armonía con la
naturaleza.

Cultura como folclore: Concepto limitado que hace alusión a la Cultura como expresión de
aspectos externos que manifiesta un pueblo a través de un folclore que se exhibe y se vende.

Cultura como acumulado de conocimientos: Concepto pobre de Cultura que tiende a no


reconocer la diversidad cultural y sobre valorar a una cultura mestiza, socialmente aceptada,
desvalorizando y discriminando a otras expresiones culturales.

Como se aprecia en este esquema, el término cultura ha adquirido significado en su relación


como concepto, como folclore y como acumulado de conocimientos, estas definiciones son
aquellas que los hemos manejado con más frecuencia y que incluso las tenemos asimiladas en
nuestro discurso. Tal es así que solemos decir frases como:

- “Esa mujer es muy culta” (refiriéndonos a una mujer de clase alta) - “Ese doctor tiene mucha
cultura, conoce muchas cosas” (reconociendo solo el conocimiento occidental, sin tomar en
cuenta los saberes ancestrales como el de los shamanes) - “Estos trajes son parte de la cultura
de Otavalo” (haciendo hincapié en los trajes y la música de una población determinada).

Estas definiciones son incompletas, porque no consideran todos los elementos de la cultura,
que se construye a partir de interacciones grupales, es por esta razón que, para fines de este
estudio, es mejor considerar a la cultura desde tres consideraciones:
b) Cultura como sistema: La cultura es un sistema de representaciones de los saberes,
cosmovisiones y valores de un grupo social, que se visibilizan a través de
manifestaciones culturales como el vestido, accesorios, entre otras. Se valoran en este
caso las producciones culturales propias de las personas que pertenecen a
determinados grupos, dejando atrás la consideración de la ignorancia y poca cultura
de estos.
c) Cultura como construcción simbólica: La cultura como producción de un conjunto de
símbolos, asumidos por un grupo de personas que representan su existencia social,
mantienen y recrean sus relaciones, discursos, normativa y producciones. La cultura
es un dispositivo imaginario simbólico que permite la inserción del sujeto en el
mundo de la vida (Cerbino), manifestándose a través de vivencias, música, escritura,
lenguaje e incluso de leyes y reglamentos que rigen a las agrupaciones sociales.
d) Cultura como construcción social Como hemos podido percibir existen varias
palabras que no tienen una definición permanente, sino que están en constante
construcción, la cultura es una de estas categorías que es construida socialmente
según el momento histórico que vive un grupo humano determinado y que determina
su forma de ser y estar en la sociedad.

En este sentido, nada está dado, es necesario prestar atención y permanecer en constante
estudio y análisis que ayuden a considerar las condiciones sociales que van determinando la
cultura de cada pueblo, las que van más allá de lo étnico y del conocimiento.
Escenarios de las Culturas Juveniles

Según Hall y Jefferson (1983), para entender las culturas juveniles es necesario ubicar tres
escenarios:

a) Cultura Hegemónica. - Se refiere al predominio de una cultura sobre otra, en este sentido
la cultura hegemónica es la cultura dominante aceptada por toda la sociedad, la cual
tiene un estatus especial porque marca las pautas del comportamiento de toda la
sociedad, haciendo que todo lo que esté fuera de esta, no sea aceptado, y se vea mal.
Las relaciones de los/as jóvenes con la cultura hegemónica, están marcadas por un poder
desigual, que coloca a las personas adultas en una condición de superioridad marcada
por el control hacia la juventud, control que se ejerce en todas las instituciones sociales,
como la familia, la escuela, la Iglesia y el Estado, con esto la mayoría de las veces se
viven conflictos difíciles de superar.
b) Culturas Parentales. - Al hablar de culturas parentales, no se trata de las relaciones entre
padres/madres e hijos/as, sino que hacen referencia a aquellas que forma parte de una
cultura mayor y que se desenvuelven en los territorios donde viven los/as jóvenes, es
decir en el barrio, los clubes, asociaciones, grupos juveniles, parroquia, etc.
c) Culturas Generacionales. - Se desarrollan en espacios de tiempo libre como canchas,
bares, parques, calles, en los cuales los y las jóvenes se encuentran con sus pares, donde
se viven elementos diferentes a los de los adultos. Las culturas generacionales permiten
a los/as jóvenes vivir relaciones diferentes, donde se fortalecen sus procesos identitarios,
al reconocerse en algunas personas y desconocerse en otras, tal y cómo se mencionó en
el capítulo anterior.

Se habla de culturas juveniles en plural, porque no son un fenómeno homogéneo, existen


muchas maneras de ser joven y cada una forma una micro cultura. La articulación de estas,
según Feixa puede abordarse desde tres escenarios:

 La cultura hegemónica: la misma que refleja el poder cultural a gran escala, es decir
desde las costumbres y cosmovisión de la sociedad más amplia. Donde la relación entre
esta y los jóvenes se halla mediatizada por los massmedia, sistemas educativos, sistema
productivo y órganos de control social. Frente a estas instancias los jóvenes entablan
relaciones contradictorias de integración y conflicto, la manera de estar en contacto con
cada una de ellas difiere de grupo a grupo dentro de las culturas juveniles.
 Las culturas parentales: consideradas como las grandes redes culturales, definidas
especialmente por identidades de etnia y clase. En su seno se desarrollan las culturas
juveniles, entran en procesos de socialización primaria y luego definen individualmente
su estilo de vida.
 Culturas generacionales: se refieren específicamente a la experiencia que los jóvenes
adquieren en el seno de los espacios institucionales, parentales y especialmente de ocio,
los jóvenes se encuentran con otros coetáneos y se identifica con ciertas conductas,
valores y estilos, distintos a los reconocidos por los adultos.

Para el estudio de los jóvenes de hoy, con relación al tema propuesto, se intenta afrontar la
perspectiva propuesta por Feixa, es decir desde el conjunto de atributos ideológicos y
simbólicos de los que se apropian los jóvenes, y que se traducen en estilos, unos más visibles
que otros, que integran elementos materiales e inmateriales heterogéneos como la moda,
música, lenguaje, ritos, etc.
El fenómeno de las Tribus Urbanas - Identidad e Identificación.

El proceso de modernización vía globalización desde finales de los noventa se ha ido


estableciendo con rapidez en nuestra cotidianidad, esto sumado a la intensificación de los
medios de comunicación y a la inmediatez de la integración de los mensajes culturales de
diversos lugares han logrado una modernización a todo nivel. Este proceso de modernización
ha sepultado elementos culturales propios tanto de vestimenta, religión, cocina, arte, ideología,
estética y demás; los ha remplazado e incluso los ha fusionado con otros ya globalizados,
despojándonos de nuestra identidad tradicional y provocando la internacionalización cada vez
más acentuada no solo de los procesos económicos, los conflictos sociales y los fenómenos
políticos sino también los fenómenos culturales.

En nuestra realidad, está globalización cultural ha producido un resquebrajamiento y


desmoronamiento en las identidades, en la sociedad en general, e incluso en la familia, y ha
creado un vacío en los actores sociales de la urbe, provocando la pérdida de identidad e incluso
una “Esquizofrenia del Ser” que deviene e la individualización o resquebrajamiento de la
identidad colectiva.

Uno de los elementos, que permite la aparición de estas Nuevas Identidades es la “Música”,
específicamente, un género musical, que cambia o se modifica dependiendo del actor social,
dotando de componentes multifocales a estas nuevas identidades, el actor social empieza a
sentir la necesidad de rever el concepto de propio pues “la actitud frente a lo heredado está
motivado por el conocimiento de lo ajeno y viceversa”

El espacio urbano ha servido como escenario perfecto para la reproducción de este fenómeno,
ya que, los actores sociales urbanos están acostumbrados a constantes y abruptos cambios en
su dinámica cultural, social, política y económica y son los jóvenes, quienes más sienten la
necesidad de crear nuevas identidades que les permitan reconocerse dentro de su propio
colectivo.

A estas nuevas formas de agrupación o micro culturas las conocemos como Tribus Urbanas,
este proceso supone una apropiación de símbolos, signos, juegos rituales, códigos de un
imaginario simbólico propio que reafirme la pertenencia grupal. Los nuevos actores sociales
basados en sus gustos musicales se apropian de la música para auto determinar sociedades
urbanas con cánones éticos y estéticos propios, el género musical marca su forma de vestir, sus
hábitos, su conducta, su ideología que en muchos casos es política, su lenguaje y su mundo
simbólico como cualquier sociedad lo haría.
Estas autos-pertenencias grupales posibilitan hablar de una nueva cosmovisión: el grupo, la
música, la estética, las expresiones artísticas, se van reconstituyendo como las nuevas ecologías
sociales, nuevas formas de habitar ese “otro” hogar, de coexistir en la urbe. Estas Tribus
Urbanas rechazan la cultura oficial, los valores sociales y modos de vida establecidos y propone
una “cultura a la contra” o “contracultura” con valores y manifestaciones culturales alternativas.
El escuchar la misma música permite a estas tribus urbanas una cohesión social virtual, así
mientras más tiempo transcurre y más adeptos ganan, se hacen durable ante otros grupos,
entonces cambia de características: afianza los valores comunes, concede privilegios éticos,
distingue sus roles sociales y de género y fija discursos.

En muchos casos, las tribus se convierte en una moda más, sin embargo, muchas de ellas logran
sobrevivir gracias al sincretismo que se produce entre moda y tradición o globalización y
nacionalización, es decir, la música, que es el elemento motor que permite la recreación de las
tribus, no sé centra únicamente en música extranjera como el rock y su diferentes estilo: heavy,
gótico, hardcore, grunge, hippie, ska; reggae; rap, hip hop; pop; salsa; etcétera, sino que son
fusionados con música tradicional ecuatoriana como el pasillo, san Juanito, albazo, bombas,
tecno cumbia, etcétera.

Finalmente, podemos decir que para los actores sociales de las diferentes tribus urbanas al
construir una imagen y un conjunto de actitudes y/o comportamientos en relación con ella
constituyen una estrategia que les permite salir del anonimato de la masa y esencializar una
identidad propia y más local.

Las tribus urbanas implantan su forma propia de interpretar el medio ambiente urbano que le
rodea y apropiarse de él a través de conciertos, concentraciones en bares, grafitis, vestuario
escandaloso, pircings, jerga, resistencia social que puede expresarse violenta o agresivamente
y en general acciones de contraposición a la represiva cultura oficial.

Las culturas juveniles adquieren identidad desde distintos ámbitos:

 La generación,
 La clase social
 La etnia
 El territorio
 El estilo
Bibliografía
• http://virtual.ups.edu.ec/presencial51/pluginfile.php/186381/mod_resource/content/0/CAP
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• De Mello Anthony, Una llamada al amor (The Way to Love), ¿1982 (???)

• Concilio Vaticano II, Encíclica Lumen Gentium, Constitución Dogmática sobre la Iglesia, 1964

• Danneels Godfried, (???)

• ¿Campos Luis Fernando, (???)

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