El documento presenta definiciones de varios términos clave en antropología social y cultural. Brevemente explica que la alocación se refiere a la asignación de recursos, y distingue entre comunidad y sociedad como formas diferentes de vinculación social. También distingue entre las cuatro funciones del dinero como medio de cambio, patrón de valor, unidad de cuenta y depósito de valor.
El documento presenta definiciones de varios términos clave en antropología social y cultural. Brevemente explica que la alocación se refiere a la asignación de recursos, y distingue entre comunidad y sociedad como formas diferentes de vinculación social. También distingue entre las cuatro funciones del dinero como medio de cambio, patrón de valor, unidad de cuenta y depósito de valor.
El documento presenta definiciones de varios términos clave en antropología social y cultural. Brevemente explica que la alocación se refiere a la asignación de recursos, y distingue entre comunidad y sociedad como formas diferentes de vinculación social. También distingue entre las cuatro funciones del dinero como medio de cambio, patrón de valor, unidad de cuenta y depósito de valor.
(de
recursos,
incluido
el
trabajo).
Es
un
término
muy
utilizado
en
el
contexto
de
los
análisis
económicos.
Forma
parte
de
las
definiciones
neoclásicas
de
la
Economía.
La
palabra,
de
origen
latino,
pero
utilizada
en
inglés,
alemán
o
francés,
deriva
de
locus,
lugar,
como
colocar
o
dislocar.
Asignar
no
es
un
auténtico
sinónimo,
porque
de
su
raiz
sign,
(como
en
firma
de
sello)
se
desprende
una
posición
jerárquica:
alguien,
en
un
plano
superior
(re)distribuye
los
recursos,
mientras
que
alocación
no
específica
que
se
trate
de
una
redistribución:
la
relación
descrita
puede
ser
formal
o
informal,
fruto
de
un
acuerdo
o
de
un
compromiso.
COMUNIDAD/SOCIEDAD
El
par
de
opuestos
Comunidad/Sociedad
fue
propuesto
en
1887
por
el
sociólogo
alemán
Ferdinad
Tönnies
que
englobaría
las
formulaciones
de
los
autores:
E.
Durkheim,
G.
Simmel,
Marx.
Comunidad
y
sociedad
se
oponen
fundamentalemnte
como
dos
formas
diferentes
de
vinculación
social.
En
la
primera
Gemeinschaft
(comunidad),
los
hombres
viven
en
asentamientos
a
pequeña
escala,
y
tienen
relaciones
directas,
cara
a
cara,
basadas
en
el
status.
Son
vínculos
de
este
tipo
los
que
unen
a
sujetos
de
la
familia
y
de
una
aldea
rural
de
pequeñas
dimensiones,
pero
también,
en
la
teoría
sociológica
clásica,
los
que
constituyen
la
base
de
las
identificaciones
nacionales.
En
la
Gesellschaft
(sociedad),
se
trata
de
grandes
grupos,
en
los
que
las
personas
mantienen
relaciones
impersonales
e
indirectas,
basadas
en
el
contrato,
cuya
legitimidad
viene
dada
por
algún
código
institucional
que
trasciende
la
relación
cara
a
cara.
Aunque
comunidad
y
sociedad
deberían
entenderse
como
formas
de
vinculación
probablemente
existentes
en
todos
los
grupos
humanos,
no
es
infrecuente
deslizarse
hacia
la
visión
de
que
se
trata
de
dos
formas
de
agrupamiento
diferenciadas,
considerando
así
que
una
familia
es
una
comunidad,
o
que
una
empresa
no
es
una
comunidad.
Este
deslizamiento
es
erróneo.
Toda
forma
de
vida
social
incorpora
vínculos
comunitarios
(instituidos
por
el
afecto
de
las
identificaciones
cara
a
cara)
y
vínculos
societarios
(instituidos
por
interés
cooperativo
orientado
a
la
consecución
de
fines
estratégicos).
Esta
visión
puede
ser
más
adecuada
para
dar
cuenta
de
los
procesos
sociales
empíricos
y
tiene
importantes
repercusiones
en
nuestra
manera
de
investigar.
DINERO(S)
En
la
mayoría
de
las
sociedades
no
capitalistas
el
objeto
que
sirve
como
medio
de
compra
no
sirve
como
medio
de
pago.
Por
eso
distinguir
las
cuatro
funciones
del
dinero,
no
es
un
mero
ejercicio
retórico,
sino
imprescindible
para
comprender
la
variedad
de
dineros
existentes.
Las
cuatro
funciones
del
dinero
son
las
siguientes:
1.
Medio
de
cambio.
Es
un
objeto
que
se
acepta
socialmente
para
adquirir
bienes
y
servicios
porque,
debido
a
su
aceptación
general,
el
receptor
puede
usarlo
a
su
vez
para
propósitos
similares.
A
esta
función,
ligada
a
transacciones
de
compra-‐venta,
le
atribuyen
los
economistas
modernos
una
importancia
radical
y
originaria
en
cuanto
al
desarrollo
del
dinero.
Así,
M.
Friedman
la
considera
básica
porque
evita
la
llamada
doble
coincidencia
del
trueque
al
posibilitar
que
la
compra
esté
separada
de
la
venta.
Numerosos
objetos
se
han
utilizado
en
diversas
culturas
como
medio
de
cambio,
dado
que
su
carácter
no
se
define
por
ninguna
cualidad
intrínseca
de
los
objetos
sino
por
el
tipo
de
relaciones
en
las
que
se
usan.
2.
Patrón
de
valor.
Según
este
uso,
el
dinero
es
el
equivalente
general
o
unidad
de
cuenta
en
términos
del
que
se
miden
y
expresan
los
precios
de
bienes
y
servicios.
Los
precios
son
las
cifras
que
expresan
los
números
de
las
unidades
representando
los
equivalentes
de
varios
bienes
o
servicios.
En
este
sentido
está
íntimamente
ligado
a
los
sistemas
de
pesos
y
medidas
existentes
en
una
cultura
dada.
Conviene
tener
en
cuenta,
sin
embargo,
que
en
muchas
culturas
las
unidades
patrón
no
son
objetos
que
se
utilicen
en
las
otras
funciones
porque
son
unidades
ideales
carentes
de
existencia
concreta,
como
ocurría
con
el
buey
en
la
época
homérica,
o
los
esclavos
y
la
“onza”
en
el
África
Occidental.
Por
otra
parte,
no
hay
ninguna
razón
para
asociar
la
existencia
de
un
objeto
que
sea
patrón
de
valor
con
el
medio
de
cambio
utilizado
en
transacciones
de
compra-‐venta
y
no
con
otro
tipo
de
intercambios
más
relevantes
en
muchas
sociedades,
como
pueden
ser
por
ejemplo,
el
pago
de
sacrificios,
el
de
tributos,
las
dotes
y
pagos
matrimoniales,
las
compensaciones
o
el
“dinero
de
sangre”,
transacciones
todas
ellas
que
se
rigen
por
un
patrón
de
valor
socialmente
definido.
3.
Depósito
de
Riqueza.
Innumerables
tesoros
encontrados
por
los
arqueólogos
dan
cuenta
de
la
importancia
que
en
diversas
culturas
cumple
la
función
del
dinero
como
medio
de
atesorar
riquezas.
Sin
embargo,
el
hecho
de
que
un
objeto
sirva
para
acumular
riquezas,
no
define
al
dinero,
a
no
ser
que
el
objeto
reúna
cierto
grado
de
homogeneidad
ajustado
a
un
patrón.
Incluso
entre
nosotros,
hay
objetos
que
atesoran
riquezas,
como
por
ejemplo,
las
obras
de
arte,
pero
cuyo
valor
proviene
de
su
carácter
único
y
excepcional
que
las
desliga
de
lo
que
nuestra
propia
cultura
considera
dinero,
sobre
todo
si
se
le
da
prioridad
a
la
función
de
medio
de
cambio.
Este
fenómeno
es
muy
corriente
en
otras
culturas,
donde
el
hecho
de
que
un
objeto
atesore
riqueza
a
menudo
no
coincide
con
el
patrón,
o
su
propia
consideración
de
bien
valioso
impide
que
sea
medio
de
cambio.
4.
Medio
de
pago
y
de
pagos
pospuestos.
La
mayoría
de
los
antropólogos
que
se
han
dedicado
al
estudio
institucional
del
dinero
en
otras
culturas
consideran
que
el
uso
de
ciertos
objetos
para
efectuar
pagos
(ya
sean
inmediatos
o
pospuestos)
es
el
más
relevante
de
todos
para
dar
cuenta
de
la
necesidad
de
un
patrón
de
valor
y
del
propio
dinero
como
mecanismo
mediador
en
la
compleja
interrelación
que
se
establece
entre
las
diversas
instituciones
sociales
presentes
en
la
mayoría
de
los
intercambios.
Desde
esta
perspectiva
la
vinculación
de
los
pagos
con
el
entramado
de
relaciones
sociales
generales
de
una
sociedad
dada
hace
que
la
esfera
del
comercio
y
del
medio
de
cambio
se
aleje
notoriamente
de
los
orígenes
del
dinero.
Por
ejemplo,
los
sacrificios
religiosos
crean
una
demanda
casi
ilimitada
de
excedentes
tanto
para
pagar
a
especialistas
por
efectuar
ciertos
ritos,
como
para
los
sacrificios
mismos
o
para
pagar
multas
por
violaciones
de
preceptos.
No
es
de
extrañar
que
al
igual
que
en
las
Rossell,
en
muchas
otras
culturas,
el
origen
del
dinero
o
de
los
objetos
a
los
que
cabría
llamar
dinero,
sea
sagrado.
Los
intercambios
matrimoniales
van
acompañados
en
la
mayoría
de
las
sociedades
por
la
transacción
como
pago
(así,
el
llamado
“dinero
de
la
novia”)
de
los
objetos
más
valiosos
de
la
comunidad:
La
institución
del
dinero
de
sangre
(Rosbapé,
1995),
esto
es,
las
recompensas
a
los
familiares
de
un
fallecido
por
haberlo
matado,
y
por
extensión
todas
las
compensaciones,
canalizadas
mediante
los
procesos
de
justicia
vindicativa,
socialmente
establecidas
por
heridas
o
ataques
a
un
grupo
suponen
la
existencia
de
un
patrón
de
valor
y
de
un
medio
de
pago
socialmente
aceptado.
Por
último,
siempre
según
el
grado
de
centralización
política,
los
pagos
a
la
autoridad,
tales
como
tributos,
tasas,
donaciones
o
multas,
que
darán
origen
a
la
redistribución,
en
unión
de
las
relaciones
de
pagos
entre
distintas
comunidades,
vinculan
directamente
el
desarrollo
del
dinero
con
la
función
de
un
medio
de
pago
y
de
un
patrón
de
valor.
PMF
EL
NOBLE
SALVAJE
Y
EL
SALVAJE
INASIMILABLE
La
referencia
al
noble
salvaje
no
proviene
del
cine,
sino
de
los
modelos
imperantes
en
la
Ilustración
sobre
"los
primitivos".
Algunos
autores
consideraban
a
los
"primitivos"
unos
brutos
salvajes
a
medio
camino
entre
"hombres"
y
"fieras"
y,
por
tanto,
diferían
por
completo
de
los
civilizados
europeos
que
habían
alcanzado
la
cima
del
desarrollo
humano.
Otros
ilustrados,
como
Rousseau
caracterizaban
a
los
"salvajes"
como
criaturas
nobles
que
vivían
en
la
naturaleza
y
no
se
habían
dejado
corromper
por
la
civilización
(tienen
a
su
disposición
la
palabra
clave
Williams
sobre
la
naturaleza).
El
cine
recogió
estos
modelos
y
los
transformó
en
sus
películas
en
las
que
aparecían
los
"salvajes"
indios
cazadores
de
cabelleras
o
los
esclavos
del
Sur.
En
las
películas,
los
primeros
están
en
guerra
permanente
con
la
civilización
(un
guiño
a
Hobbes)
y
los
segundos,
trabajando
para
unos
paternalistas
amos
blancos,
como
en
Lo
que
el
viento
se
llevó.
ESPACIO
VITAL
(LEBENSRAUM)
LA
TRADICIÓN
GERMÁNICA
Entre
1907
y
1918
se
produjo,
además
de
la
I
Guerra
Mundial,
un
abandono
del
evolucionismo,
conocido
como
la
revuelta
difusionista.
La
influencia
del
geógrafo
político
Rätzel
(1844-‐1904),
especialista
geográfico
y
de
la
población,
además
de
creador
del
término
espacio
vital
(Lebensraum)
que
tanto
peso
tendría
en
las
políticas
del
Tercer
Reich,
se
dejó
notar
en
la
formulación
de
las
áreas
culturales,
como
objeto
de
estudio
prioritario.
El
programa
teórico
de
la
etnografía
alemana
era
principalmente
histórico
y
particularista,
puesto
que
se
mantuvo
en
la
línea
general
del
particularismo
histórico
que
se
había
desarrollado
en
Alemania
desde
la
época
de
Herder.
Mientras
que
los
etnólogos
evolucionistas
de
Inglaterra,
Francia
y
Estados
Unidos
estaban
principalmente
interesados
en
descubrir
semejanzas
entre
las
culturas
y
en
atribuir
éstas
al
proceso
general
de
la
evolución,
los
alemanes
también
se
interesaron
por
las
diferencias
entre
las
culturas.
Por
ejemplo,
Adolf
Bastian
(1826-‐1905)
supuso
un
cambio
en
la
dirección
en
la
etnografía
alemana.
Este
autor,
siguiendo
una
perspectiva
poco
usual
para
su
época,
se
oponía
enérgicamente
a
la
teoría
de
la
evolución
biológica,
al
tiempo
que
presentaba
una
teoría
modificada
de
la
evolución
cultural,
pensaba
que
el
desarrollo
cultural
era
similar
en
todas
partes
debido
a
que
las
mentes
humanas
funcionaban
del
mismo
modo.
Por
lo
tanto,
creía
firmemente
en
la
invención
independiente
y
consideraba
que
los
paralelos
culturales
no
debían
atribuirse
a
la
difusión
o
al
contacto
cultural.
Una
generación
más
tarde,
Friedrich
Ratzel
y
Fritz
Graebner
cambiaron
completamente
de
punto
de
vista.
Ambos
estaban
convencidos
de
la
universalidad
básica
de
la
humanidad
y
creían
que
los
paralelos
culturales
debían
atribuirse
siempre
a
la
difusión
a
no
ser
que
ésta
pudiera
descartase
por
las
circunstancias
históricas
y
geográficas.
Rätzel
señalo
que
la
difusión
podía
inferirse
solamente
a
través
de
una
distribición
continua
o
evidente.
Era
principalmente
un
geógrafo
y,
al
igual
que
los
demás
geógrafos
de
su
época,
consideraba
que
las
diferencias
culturales
se
debían
principalmente
al
medio
ambiente
y
atribuía
las
semejanzas
a
la
difusión.
La
influencia
directa
de
la
biología
evolucionista
también
está
presente
en
la
obra
del
geógrafo
alemán,
plasmándose
en
su
concepción
de
la
vida
del
estado
como
un
proceso
de
lucha
constante
por
la
supervivencia,
que
conduce
a
una
selección
natural.
Este
planteamiento
está
precisamente
en
la
base
de
su
conocida
noción
de
espacio
vital
(Lebensraum).
La
obra
de
Rätzel
viene
a
ofrecer,
en
cierto
modo,
una
justificación
teórica
a
la
política
imperialista,
de
expansión,
partiendo
de
argumentos
investidos
del
prestigio
que
por
entonces
gozaban
las
ciencias
biológicas.
Esta
teoría
del
espacio
vital
fue
aprovechada
en
Alemania
por
el
Tercer
Reich
para
apoyar
su
política
expansionista.
Así
se
puede
comprobar
que
en
el
momento
en
que
una
parte
de
la
maquinaria
del
Holocausto
nazi
funcionaba
a
pleno
rendimiento,
y
ya
se
habían
planificado
ulteriores
desarrollos,
el
nazismo
se
parecía
muchísimo
al
plan
Umsiedlung
(reasentamiento).
Además
de
diezmar
o
aniquilar
completamente
a
determinadas
categorías
de
seres
humanos,
este
plan
proponía
deportar
a
la
fuerza
a
poblaciones
enteras
fuera
de
la
territorios
donde
la
historia
había
terminado
emplazándolas.
Y
tanto
la
deportación
como
la
aniquilación
se
concebían
como
maneras
de
aumentar
Lebensraum
(espacio
vital),
es
decir
espacio
necesario
para
mantener
el
bienestar
y
el
estatus
dominante
de
una
raza
suficientemente
dotada,
emprendedora
y
voluntariosa
para
realizar
este
trabajo.
Pero
ni
siquiera
este
ambicioso
plan
nazi
de
redistribución
de
la
población
planetaria
era
una
invención
suya:
formaba
parte
del
"proyecto
moderno"
desde
sus
orígenes,
se
había
escrito
con
una
tinta
invisible
que
aumentaba
el
furor
modernizador.
Las
políticas
del
Lebensraum
ya
se
habían
practicado
mucho
antes
de
que
los
nazis
les
dieran
un
nombre.
Ya
en
la
época
del
imperialismo
y
del
colonialismo
se
habían
dado
manifestaciones
distintas
pero
íntimamente
vinculadas
a
la
filosofía
de
poder
y
dominio
nazi.
Por
último
recomiendo
leer
detenidamente
el
libro
En
el
corazón
de
la
zona
gris
de
la
profesora
Paz
Moreno,
en
el
que
pueden
ampliar
este
tema,
por
ejemplo
en
el
capítulo
dedicado
a
los
campos
de
Auschwitz,
pp.
47-‐48.
ETIC/EMIC
En
las
décadas
de
1960
y
1970
surgió
un
movimiento
que
se
dio
en
llamar
la
"nueva
etnografía",
su
idea
central
no
se
basaba
en
observar
el
mundo
a
través
de
los
ojos
del
nativo,
sino
en
describirlo
del
modo
que
lo
hubiera
hecho
el
nativo.
Así,
la
"nueva
etnografía"
de
cualquier
pueblo
utilizaría
los
conceptos
y
categorías
descriptivas
propias
de
ese
pueblo.
Sería
como
si
un
miembro
de
la
cultura
y
sociedad
estudiada
fuera
el
responsable
de
escribirla.
El
punto
de
partida
principal
fue
la
distinción
conceptual
entre
las
concepciones
"Emic"
y
"Etic"
de
la
cultura,
propuestas
por
Kenneth
Pike
en
1954.
Los
dos
términos
derivan
de
los
conceptos
lingüsticos
de
fonética
y
fonémica.
La
fonética
se
refiere
a
las
diferencias
de
sonido
en
una
lengua
que
reconoce
cualquier
oyente
(aunque
no
la
conozca),
pero
que
pueden
tener
significado
semántico
para
sus
hablantes,
mientras
que
la
fonémica
trata
de
las
diferencias
de
sonido
que
tiene
significado
semántico
para
el
hablante
de
la
lengua
dada.
En
este
sentido,
Pike
utilizó
"etic"
para
designar
a
las
distinciones
categóricas
que
hacen
los
etnólogos
entre
ley
y
religión,
por
ejemplo,
y
que
pueden
tener
significado
para
los
miembros
de
una
sociedad
concreta,
mientras
que
"emic"
se
refiere
a
las
diferencias
que
tienen
sentido
y
significado
entre
los
miembros
de
esa
sociedad.
La
intención
era
alejarse
del
marco
tradicional
que
las
etnografías
habían
empleado
para
describir
cada
cultura
en
función
de
unas
categorías
que
tuvieran
significado
para
cada
pueblo.
La
profesora
Paz
Moreno
en
las
pp.
180-‐181
(Encrucijadas
antropológicas)
en
"Limitaciones
del
concepto
de
identidad",
nos
explica
partiendo
de
estas
categorías
"emic-‐etic",
que
al
igual
que
ocurre
con
otras
categorías
ambiguas,
el
término
identidad,
para
muchos
científicos
sociales
provoca
insatisfacción
por
su
doble
adscripción,
ya
que
por
una
parte,
identidad
y
todo
su
campo
semántico
y
pragmático,
se
ha
convertido
en
una
categoría
nativa,
"Emíc",
y
por
otra,
se
utiliza
como
una
categoría
analítica,
"Etic",
que
debe
aplicarse
a
otro
tipo
de
procesos
cuyas
características
chocan
con
esa
formulación
emic
que
presenta
la
identidad
como
si
fuese
una
condición
fija
y
esencialista
de
ciertas
entidades
-‐raza,
nación,
género,
cultura
etc.
FOCALIZACIÓN-‐TRANSVALUACION
A
la
falta
de
integración
hay
que
añadir
un
fenómeno
que
el
antropólogo
Stanley
Tambiah
designa
con
los
términos
de
"focalización"
y
"transvaluación".
La
"focalización"
consiste
en
despojar
progresivamente
los
incidentes
locales
de
sus
contextos
particulares,
y
la
"transvaluación"
distorsiona,
abstrae
y
proyecta
estos
incidentes
locales
hacia
cuestiones
colectivas,
más
amplios
y
de
mayor
importancia
desde
el
punto
de
vista
étnico
y
nacional.
Una
serie
de
incidentes,
escribe
Tambiah,
de
carácter
local
y
disputas
a
pequeña
escala,
ocasionados
por
asuntos
religiosos,
comerciales
e
interfamiliares
que
comprometen
el
contacto
directo
de
unos
individuos
con
otros,
se
van
agrandando
y,
poco
a
poco,
se
convierten
en
confrontaciones
entre
grupos
cada
vez
mayores
de
antagonistas
que
no
tenian
nada
que
ver
con
las
disputas
originales.
Ambos
procesos
estan
interrelacionados.
Un
ejemplo
de
"focalización"
y
"transvaluación"
lo
encontramos
en
lo
que
hizo
la
Asociación
de
Agricultores
(COAG)
tras
la
muerte
de
dos
de
sus
socios
agricultores
por
un
inmigrante
marroquí.
La
COAG
aprovechó
estas
muertes
para
acusar
a
todos
los
inmigrantes
marroquíes
en
general
y
pedir
la
expulsión
de
todos
los
extranjeros
que
no
tuvieran
los
papeles
en
regla.
Ahora
bien,
el
origen
de
este
comportamiento
de
la
COAG
estaría,
según
Ubaldo
Martínez
Veiga
(ver
El
ejido.
Discriminación,
exclusión
social
y
Racismo)
no
tanto
en
estas
muertes
sino
en
las
demandas
constantes
que
los
inmigrantes
hacen
a
los
agricultores
nativos
para
que
les
firmen
los
documentos
necesarios
para
poder
acceder
a
los
subsidios,
a
la
regularización
o
a
la
reagrupación
familiar.
Al
mismo
tiempo,
los
empresarios
ejidenses
aprovecharon
la
circunstancia
de
los
asesinatos
para
expresar
sus
críticas
a
la
política
comercial
de
Marruecos.
Así,
un
hecho
puntual
y
concreto
como
un
asesinato
sirvió
para
trasladar
la
culpa
a
todo
un
colectivo
de
personas.
Todo
esto
contribuyó
a
reactivar
y
extender
el
fenómeno
del
"mininacionalismo"
(en
el
sentido
de
"exaltación
de
los
valores
y
realidades
locales
que,
como
toda
exaltación
de
los
localismos,
se
lleva
por
oposición
a
lo
exterior-‐Martínez
Veiga)
contra
lo
extranjero.
Este
"mininacionalismo"
se
expresó
con
el
aislamiento
del
pueblo
del
resto
de
los
municipios
y
la
destrucción
de
la
mezquita.
El
cierre
de
las
carreteras
constituyó
una
afirmación
de
la
población
nativa
frente
a
los
extraños
procedentes
de
fuera.
Ello
unió
aún
más
a
los
habitantes
ejidenses
en
contra
de
los
marroquíes,
representados
por
la
mezquita
como
lugar
de
culto.
Esto
pone
de
manifiesto,
según
señala
Martínez
Veiga,
que
los
acontecimientos
de
el
Ejido
no
se
pueden
considerar
como
un
puro
fenómeno
de
clase,
sino
como
algo
en
lo
que
la
etnicidad
juega
un
papel
central.
(MR)
FOLK/
URBANO
La
perspectiva
de
Robert
Redfield
tomó
fuerza
gracias
a
sus
experiencias
personales
en
la
aldea
india
de
Tepoztlán
(México),
dónde
acudió
para
llevar
a
cabo
una
investigación
para
su
tesis
doctoral.
Redfield
fue
a
Tepoztlán
con
la
esperanza
de
encontrar
allí
la
cultura
india
"tradicional",
pero
se
encontró
con
lo
que
el
mismo
denominaría
cultura
popular
y
sociedad
rural.
Los
habitantes
de
Tepoztlán
era,
por
supuesto,
indios,
pero
su
mundo
no
estaba
aislado
ni
confinado
a
sus
límites;
sus
instituciones
económicas,
de
gobierno,
legales
y
religiosas
estaban
integradas,
en
parte,
en
la
nación
mexicana.
Sin
embargo
halló
muchos
elementos
culturales
y
sociales
del
pasado
azteca
que
aún
sobrevivían
entre
ellos
y
que
no
compartían
otros
mexicanos.
A
partir
de
esta
experiencia
surgieron
los
conceptos
gemelos
de
sociedad
rural
y
cultura
tradicional,
que
se
convertirían
en
dos
de
las
innovaciones
conceptuales
más
decisivas
en
la
antropología
de
mediados
de
siglo.
Según
Redfield
los
campesinos
mantenían
muchos
elementos
de
su
cultura
tradicional
y
precivilizada:
su
organización
social
tradicional,
su
medicina
tradicional,
su
religión
tradicional,
su
folklore,
etc.
Estas
manifestaciones
culturales
se
denominaban
"pequeñas
tradiciones",
frente
a
las
"grandes
tradiciones"
de
las
élites
urbanas
que
eran
casi
por
completo
inaccesibles
para
los
campesinos.
Redfield
formuló
también
el
concepto
"Folk-‐urbano"
(continuo
tradicional-‐ urbano),
una
escala
de
desarrollo
que
servía
para
situar
diversos
pueblos
o
comunidades
en
su
grado
de
evolución
desde
lo
popular
hacia
lo
urbano,
o
desde
las
pequeñas
tradiciones
hacila
las
grandes.
El
concepto
Folk-‐urbano
aparece
por
primera
vez
en
la
obra
The
Folk
Culture
of
Yucatan.
Aunque
originalmente
la
perspectiva
de
Redfield
era
de
carácter
sociofuncional
y
no
histórica,
acabó
asumiendo
que
el
continuo
popular-‐urbano
era
en
realidad
una
teoría
evolucionista
y
que
toda
la
humanidad,
dejando
de
lado
sus
circunstancias
particulares,
evolucionaba
siguiendo
una
misma
dirección
desde
lo
tradicional
a
lo
urbano.
Tomando
estos
y
otros
elemntos
Oscar
Lewis
critica
la
conceptualización
de
las
sociedades
dentro
del
continuo
"Folk-‐urbano".
Este
continuo
pretende
representar
una
descripción
del
cambio
social
del
primero
al
segundo.
En
la
interpretación
de
Redfield,
la
ciudad
es
siempre
la
fuente
de
cambio
y
en
principio
la
cultura
"folk"
se
considera
como
algo
estático.
Sin
embargo,
Lewis
subraya
que
hay
factores
internos
dentro
de
la
sociedad
"folk"
que
llevan
al
cambio,
y,
por
ello,
el
cambio
puede
no
ser
un
problema
de
progresión
de
lo
"folk"
a
lo
urbano.
FUNCIONALISMO
FUNCIONAL-‐ESTRUCTURALISMO
La
noción
de
función
va
unida
a
la
preservación
de
la
sociedad,
a
la
defensa
del
"statu
quo".
El
punto
de
vista
funcional
está
definido
de
una
manera
bastante
simple
como
una
interrelación
entre
las
diversas
partes
que
componen
el
sistema,
intenta
comprender
la
naturaleza
de
la
cultura
en
el
presente
sin
tratar
de
hacer
análisis
de
tipo
evolutivo
ni
histórico.
El
funcionalismo
malinowskiano
implicaba
que
dentro
de
la
sociedad
todo
tiene
una
función
primaria,
es
decir,
responde
a
una
necesidad
actual
del
organismo.
Dentro
de
la
obra
de
Malinowski
aparece
una
noción
de
función
que
se
puede
expresar
como
la
"orientación
hacia
unos
fines
dados".
La
noción
de
función
como
el
papel
que
algo
juega
en
la
obtención
de
algunos
fines
va
a
empezar
a
jugar
un
papel
central
en
las
teorías
de
Malinowski
y
poco
a
poco
se
convierte
en
la
satisfacción
de
algunas
necesidades
del
individuo
o
de
la
sociedad.
La
combinación
de
"función"
con
"estructura
social"
ha
dado
origen
a
la
denominación
de
funcionalismo
estructural.
Radcliffe-‐Brown
puso
el
mayor
interés
en
distinguir
las
funciones
estructurales
de
aquellas
funciones
que
B.
Malinowski,
y
otros,
asociaban
a
las
necesidades
biopsicológicas
de
los
individuos.
Para
Radcliffe-‐Brown
la
única
definición
aceptable
de
función
era
la
contribución
que
una
institución
hace
al
mantenimiento
de
la
estructura
social.
La
suposición
básica
del
funcionalismo
estructural
es
la
de
que
los
sistemas
sociales
se
mantienen
a
sí
mismos,
a
lo
largo
de
importantes
intervalos
temporales,
en
un
estado
constante
en
el
que
las
relaciones
entre
sus
miembros
se
caracterizan
por
un
alto
grado
de
cohesión
y
de
solidaridad.
Radcliffe-‐Brown
pone
en
relación
la
noción
de
función
con
la
estructura
y
el
funcionamiento
tiende
a
la
preservación
de
la
estructura,
a
su
continuidad.
Esta
correlación
entre
función
y
estructura
no
está
presente
en
la
obra
de
Malinowski.
La
doctrina
principal
de
los
funcionalistas
era:
"podemos
entender
el
presente
a
través
del
presente,
no
necesitamos
la
historia".
Éstos,
no
rechazaban
la
evolución
o
el
progreso,
simplemente
consideraron
que
no
merecían
la
pena
como
temas
de
estudio.
El
funcionalismo
ahistórico
que
Malinowski
y
Radcliffe-‐Brown
proclamaban
estaba
de
acuerdo
con
las
corrientes
filosóficas
que
predominaban
en
su
tiempo
y
no
con
el
evolucionismo
optimista
que
subyacía
en
la
teoría
evolutiva.
GLOCALIZACION
Cuando
se
contempla
el
discurso
sobre
la
globalización
o
la
mundialización,
parece
que
desaparece
el
escenario
de
la
escala
local,
ese
mundo
en
el
que
transcurre
la
vida
concreta
de
las
personas.
Para
evitar
la
pérdida
de
referencias,
hay
antropólogos
que
postulan
que
se
hable
de
Glocalización,
con
ello
se
refieren
a
lo
que
consideran
la
doble
dinámica
de
la
globalización
y
la
localización.
En
palabras
de
Isidoro
Moreno
"Propongo
pensar
y
actuar
glocalmente,
es
decir
situarnos
en
la
perspectiva
de
la
glocalización,
rechazando
el
globalismo
y
el
localismo
como
ideología
(...),
utilizar
instrumentos
tanto
locales
como
globalizadores
subsumiendo
estos
en
la
lógica
cultural
propia
para
resistir
a
la
globalización..."
Hay
que
pensar
que
frente
a
los
partidarios
del
globalismo
neoliberal,
que
centran
su
interés
en
la
esfera
económica
y
reclaman
que
el
mando
de
la
globalización
no
salga
del
marco
financiero,
es
necesario
promover
una
universalización
democrática
que
se
mueva
por
lo
cívico,
no
por
lo
económico,
y
por
lo
que
es
común
a
los
pueblos,
de
ahí
que
algunos
propugnen
este
proceso
glocalizador.
Un
proceso
de
glocalidad
particular-‐universal,
contingente
y
político.
Mary
Roscales
HECHO
SOCIAL
TOTAL
En
esta
breve
iniciación
a
la
antropología
buscamos
que
se
familiaricen
con
los
vaivenes
que
han
configurado
qué
es
lo
que
estudiamos
y
cómo.
En
los
primeros
temas
del
programa
seguimos
tanto
las
tradiciones
intelectuales
que
están
detrás
de
las
distintas
orientaciones
de
la
disciplina
-‐en
este
caso,
la
tradición
francesa
de
los
Durkheim-‐Mauss-‐Lévi-‐Strauss-‐,
como
las
distintas
concepciones
del
"otro"
de
los
"primitivos"
en
los
contextos
coloniales
que
vieron
surgir
una
forma
de
hacer
antropología
que
fue
dominante
hasta
la
crisis
que
cambió
el
ámbito
antropológico
en
los
años
70
del
siglo
pasado.
Los
ejemplos
que
utiliza
Mauss
y
en
los
que
basa
su
análisis
son
el
Kula
de
los
Trobiandeses
o
el
Potlatch
que
celebraban
varios
pueblos
nativos
de
la
Columbia
Británica:
se
trata
de
ceremonias
muy
complejas
ligadas
a
una
concepción
del
intercambio
que
afecta
a
todas
las
instituciones
y
relaciones
sociales
de
esos
pueblos:
no
se
trata
de
intercambios
que
se
pudieran
considerar
"económicos",
porque
son
al
mismo
tiempo
políticos,
familiares,
religiosos,
estéticos,
morales
y
de
cortesía:
por
eso
Mauss
lo
denomina
"hecho
social
total".
Aunque
entre
nosostros
todavía
se
mantienen
ciertas
relaciones
vagamente
ligadas
al
don
o
a
la
reciprocidad
-‐intercambios
regalos,
por
ejemplo-‐
han
perdido
la
relevancia
que
existe
en
otras
sociedades
(o
aquí
en
otras
épocas)
porque
la
característica
de
nuestra
sociedad
es
el
dominio
del
mercado
capitalista,
tanto
ideológicamente
como
en
nuestros
"usos
y
costumbres".
incluso
los
regalos
se
compran
en
las
tiendas
como
un
producto
más
y
solo
diferenciamos
con
el
envoltorio
especial
con
que
vestimos
nuestra
compra
"de
regalo".
Por
ejemplo,
en
el
caso
de
las
bodas,
la
existencia
de
"listas
de
boda"
en
las
tiendas
muestra
claramente
cómo
se
han
incrementado
los
vínculos
con
el
consumo.
En
realidad,
en
vez
de
afectar
a
"todo"
el
marco
social
una
celebración
actual
tiene
tres
puntos
sociales
fundamentales:
1)
juzgado,
ayuntamiento
o
iglesias
como
lugar
publico
de
reconocimiento
del
contrato,
2)
el
comercio
donde
está
la
lista
de
unos
regalos
que
no
se
"reciben",
sino
que
se
"escogen"
como
cualquier
bien
de
consumo
3)
lugar
de
celebración
que
suele
ser
un
negocio
de
hostelería.
HOLISMO
Término
originado
en
la
teoría
de
sistemas,
es
decir
en
la
cibernética,
desde
donde
su
uso
se
extendería
a
las
ciencias
sociales.
Pensar
holísticamente
es
ver
las
partes
como
todos,
tratar
de
captar
los
contextos
y
marcos
generales
dentro
de
los
que
se
desenvuelve
la
gente
en
su
comportamiento
y
en
sus
experiencias.
A
la
antropología
no
sólo
le
preocupa
analizar
holísticamente
el
lugar
que
ocupan
los
seres
humanos
en
la
sociedad
y
en
la
naturaleza,
sino
también,
especialmente
su
forma
de
construir
marcos
culturales
o
ideologías,
con
el
fin
de
dar
sentido
a
sus
vidas.
Se
puede
intentar
captar
la
configuración
general
de
la
sociedad,
la
naturaleza
y
el
significado
en
la
que
tiene
un
lugar
ese
elemento
que
denominamos
"el
individuo".
La
antropología
considera
varios
tipos
de
holismo:
1)
el
interpretativo,
cuando
se
intenta
percibir
y
comprender
cada
experiencia
holísticamente.
2)
Una
forma
de
trabajar.
La
manifestación
más
característica
de
la
investigación
antropológica
se
denomina
"etnografía",
que
significa
descripción
de
una
determinada
forma
de
vida,
y
se
basa
en
el
"trabajo
de
campo".
En
el
trabajo
de
campo,
lo
tradicional
es
que
el
antropólogo
intente
abordar
la
vida
del
grupo
como
un
todo,
sin
tratar
de
aislar
ningún
aspecto,
como
la
economía,
la
política
etc.
3)
La
antropología
es
holista
en
su
organización
como
disciplina,
puesto
que
reúne
en
una
sola
materia
de
estudio
muchas
especialidades
que
se
ocupan
de
diversos
aspectos
de
la
vida
humana:
la
biología,
los
estudios
lingüísticos,
humanísticos,
sociales,
culturales,
etc.El
holismo
es
un
ideal
metodológico
importante,
pero
problemático.
No
se
puede
ver
todo
ni
pensar
todo.
Hay
que
seleccionar
y
recalcar.
Para
ello
es
necesario
categorizar
y
establecer
diferencias.
Solo
así
se
puede
analizar
y
comprender.
Ya
que
el
problema
que
se
plantea
en
la
actualidad
radica,
como
veremos
(Encrucijadas
antropológicas,
pág.
59),
en
los
retos
teóricos
y
metodológicos
con
que
la
multiplicidad
de
escalas-‐locales
y
globales;
actuales
e
históricas-‐
desafían
a
la
perspectiva
holista.
(MR)
INCLUSIÓN
PROCESOS
Los
"procesos
de
inclusión"
hacen
referencia
a
los
procesos
que
median
en
el
reconocimiento
del
"otro"
por
inclusión
o
exclusión
-‐que
forma
parte
de
nuestro
grupo
o,
por
el
contrario,
es
"tan
otro"
que
no
forma
parte
de
él.
INCRUSTADO
Karl
Polanyi
uno
de
los
artífices
de
la
teoría
de
la
reciprocidad
establece
su
análisis
comparativo
partiendo
de
la
discontinuidad
radical
entre
el
capitalismo
y
el
resto
de
la
sociedades
conocidas.
Para
mostrar
esta
excepcionalidad,
Polanyi,
y
este
es
uno
de
sus
grandes
logros,
se
decanta
por
la
comparación
activa
de
nuestra
cultura
con
las
otras,
incluyendo
en
"otras"
la
propia
occidental
antes
de
que
hubiese
surgido
el
liberalismo
económico.
Incorpora
al
análisis
la
consideración
de
que
la
sociedad
moderna
es
un
sistema
peculiar
y
que
la
idea
de
economía
misma
es
una
novedad
propia
de
ella,
pero
desconocida
en
otras
sociedades.
Quiere
ello
decir,
como
señala
Louis
Dumont,
que
la
originalidad
de
Polanyi
consiste
en
haber
comparado
la
sociedad
moderna
con
las
no
modernas
tras
establecer
entre
ambas
una
discontinuidad
radical:
los
fenómenos
económicos,
que
para
nosotros
están
separados
del
resto
de
la
sociedad,
en
las
otras
están
incrustados
(ensamblados)
en
las
instituciones.
Es
un
modo
gráfico
de
explicar,
no
que
el
parentesco
y
la
producción
estén
inextricablemente
relacionados,
sino
que
están
institucionalmente
indiferenciados.
Esta
idea
de
incrustación,
en
cierto
sentido,
puede
verse
pareja
a
la
consideración
de
Marcel
Mauss
del
don
como
hecho
social
total.
LAS
IDEOLOGÍAS
Las
ideologías,
son
convicciones
primarias
sobre
lo
que
está
bien
o
está
mal
y
constituyen
sistemas
de
actuación
basados
en
esas
creencias.
Dichas
convicciones
representan
los
más
antiguos
y
universales
sistemas
de
ideas
sobre
el
hombre,
se
originaron
en
la
noche
de
los
tiempos
y
se
sitúan
por
debajo
del
nivel
de
la
reflexión
consciente.
Es
casi
imposible
que
hagamos
una
declaración
o
mantengamos
un
pensamiento,
sobre
nosotros
mismos,
sin
que
al
mismo
tiempo
ello
acarree
un
juicio
moral:
"esto
es
como
debería
ser"
o
"esto
no
es
como
debería
ser".
Resulta
difícil
que
podamos
eludir
ese
juicio
implícito,
incluso
cuando
estamos
discutiendo
las
acciones
individuales
y
dejamos
de
lado
a
toda
la
nación.
Las
ideologías,
como
observó
Durkheim,
son
universales.
Se
encuentran
en
el
corazón
de
cada
de
los
sistemas
sociales
humanos
que
están
en
funcionamiento.
A
diferencia
de
las
teorías
y
las
filosofías,
no
poseen
historia
o
un
certificado
intelectual.
Simplemente
son
convicciones
inalterables
sobre
lo
que
está
bien
y
lo
que
está
mal
que
se
remontan
más
allá
de
la
memoria
humana.
En
algunas
civilizaciones,
una
clase
profesional
de
pensadores
y
maestros
desarrollaron
dichas
convicciones
hasta
el
punto
de
convertirlas
en
filosofías.
En
este
caso
podemos
decir
que
la
creencia
primaria
fue
elevada
al
nivel
de
reflexión
racional.
En
un
número
aún
más
restringido
de
civilizaciones,
las
ideologías
han
sido
transformadas
en
ciencia
social,
por
lo
que
el
pensamiento
racional
se
ha
convertido
en
teoría
científica.
También,
existe
un
poderoso
proceso
de
retroalimentación:
los
supuestos
hallazgos
de
la
ciencia
social
se
han
producido
con
el
apoyo
de
las
mismas
ideologías
que
constituyeron
su
fuente
original.
Podemos
imaginar,
por
ejemplo,
que
las
distintas
partes
de
la
anatomía
humana
se
relacionan
con
diferentes
estadios
cognitivos.
Las
ideologías
proceden
de
las
entrañas
y,
en
cierto
modo,
del
corazón,
puesto
que
están
basadas
en
convicciones
no
sometidas
a
la
reflexión.
Las
filosofías,
que
se
encargan
de
poner
la
cabeza
en
funcionamiento
implicarían
el
corazón,
pero
nunca
las
entrañas.
Las
teorías
proceden
solamente
de
la
cabeza.
En
realidad,
si
tenemos
en
cuenta
que
la
ideología
evoluciona
hacia
la
filosofía
y
esta
última
hacia
la
teoría,
el
corazón
y
las
entrañas
no
están
totalmente
desconectados.
Los
compromisos
morales
más
importantes,
que
fueron
la
fuente
original
de
la
ideología
y
la
filosofía,
están
profundamente
escondidos
en
la
ciencia
social
y,
ciertamente,
se
sitúan
por
encima
de
la
antropología
y
la
psicología.
Consecuentemente,
escuchamos
con
frecuencia
a
los
antropólogos
enunciar
convicciones
bastantes
distintas
entre
sí,
a
veces
contradictorias,
que
unas
veces
parten
de
la
cabeza
y
otras
del
corazón.
METÁFORA
ORGÁNICA
Voy
a
poner
un
ejemplo
sencillo
que,
quienes
vean
documentales
de
animales
o
les
interese
la
etología
captarán
enseguida.
En
muchos
programas
del
tipo
"documentales
de
la
2"
que
acompañan
la
siesta
de
mucha
gente,
a
menudo
nos
presentan
diversas
poblaciones
de
animales
(ya
sean
aves,
caracoles
o
monos)
a
las
que
se
les
atribuyen
conductas
calificadas
con
términos
que
han
surgido
en
instituciones
sociales.
Así,
acompañando
a
unas
imágenes
preciosas,
una
voz
en
off
nos
explica
cómo
el
ave
macho
que
estamos
viendo
"corteja"
a
una
hembra,
siguiendo
un
"ritual"
para
"seducirla";
otras
veces,
se
nos
"muestra"
la
"agresividad"
de
un
macho
por
el
"dominio"
de
las
hembras,
etc.
Una
vez
que
se
ha
asentado
que
la
conducta
animal
sigue
ciertas
pautas
ideológicas
decimonónicas,
expresadas
en
una
concepción
patriarcal
y
de
dominio
(individual
y
de
clase)
de
los
machos
superiores
sobre
los
machos
inferiores
en
la
jerarquía
o
sobre
las
hembras
(
la
palabra
cortejar
delata
parte
de
la
situación:
la
gente
hoy
hablaría
de
enrollarse,
liarse
o
ligar,
porque
ha
desaparecido
la
institución
del
noviazgo
dominante
en
otras
épocas),
existe
cierta
tendencia
en
llevar
de
vuelta
esos
"rituales"
de
los
animales
a
los
humanos
(entre
los
que
habían
nacido)
más
que
para
"explicar
su
conducta,
para
"naturalizar"
el
dominio
de
unos
humanos
sobre
otros
o
de
los
hombres
sobre
las
mujeres
:
antes
de
aparearse
TODOS
los
animales
siguen
ciertos
rituales
de
cortejeo
para
denotar
la
"propiedad"
que
el
macho
tiene
sobre
la
hembra
;
los
HUMANOS
también
tienen
esos
rituales,
etc.
Uno
de
los
primeros
y
más
afamados
etólogos,
Konrad
Lorenz,
como
saben
la
joven
promesa
científica
mimada
por
los
nazis,
filtró
a
la
"psicología
animal"
que
estudiaba
muchas
de
las
ideas
que
reconocemos
en
la
ideología
y
en
las
políticas
nazís:
la
fama
y
el
premio
Nobel
de
Lorenz
siempre
ha
ido
acompañada
de
un
cuestionamiento
sobre
las
bases
ideológicas
de
los
resultados
de
sus
estudios
sobre
la
conducta
animal.
En
el
texto,
objeto
de
esta
aclaración,
simplemente
se
señala
la
complejidad
y
la
atención
con
que
hay
que
estudiar
estos
problemas,
así
como
la
enrevesada
madeja
en
la
que
se
mezclan
cuestiones
ideológicas,
científicas
y
políticas.
También
se
pide
precaución
ante
el
uso
de
las
metáforas
orgánicas
que
al
considerar
la
sociedad
como
un
"cuerpo",
presupone
que
puede
"enfermar",
ser
"invadido"
por
parásitos
y
microbios,
o
que
existe
una
jerarquía
entre
unos
órganos
y
otros
(tanto
las
categorías
de
cuerpo,
de
enfermedad
o
de
invasión
como
la
de
jerarquía,
responden
a
una
clasificación
sociocultural).
Cuando
la
sociedad-‐ cuerpo
no
está
sana,
para
curar
esas
enfermedades,
el
médico
puede
proponer
"eliminar"
parasitos
o
recurrir
a
la
cirugía
y
extirpar
los
órganos
dañados,
convirtiéndose
así
la
nada
inocente
metáfora
en
el
alegato
por
excelencia
a
favor
de
la
pena
de
muerte.
Aunque
solo
sea
para
evitar
todo
el
sufrimiento
social
e
individual
que
han
causado
a
tantas
personas,
es
importante
que
como
estudiosas
de
las
sociedades
y
culturas
humanas
seamos
conscientes
de
las
consecuencias
del
discurso
que
acompaña
a
las
metáforas
orgánicas
(también
en
su
uso
antiguo,
como
por
ejemplo
en
el
texto
de
B.
de
Sahagún),
ya
se
utilicen
para
justificar
políticas
racistas
o,
como
ahora,
políticas
económicas
sobre
el
"mercado"
y
cómo
curar
sus
enfermedades.
MITO
CAMITA
Según
el
Génesis,
tras
el
Diluvio
Universal
se
produjo
una
nueva
repoblación
de
la
tierra
-‐desde
el
punto
de
vista
del
análisis
estructural
del
mito
se
puede
considerar
una
"segunda
creación",
porque
las
únicas
criaturas
vivas
supervivientes
eran
las
que
se
habían
salvado
en
el
Arca,
es
decir,
la
familia
de
Noé
y
las
parejas
de
animales
de
cada
especie
que
había
albergado-‐
centrada
en
los
linajes
de
los
tres
hijos
de
Noé:
Sem,
Cam,
y
Jafet.
Al
salir
del
Arca,
Noé
se
había
emborrachado
y
su
hijo
Cam
había
"visto
su
desnudez"
y
se
había
reído
de
ella,
frase
que
en
el
lenguaje
bíblico
tiene
además
del
significado
literal,
el
de
violación
o
abuso
sexual.
En
este
sentido
-‐"haber
violado
a
su
padre
mientras
estaba
ebrio"-‐
han
de
interpretarse
los
siguientes
episodios,
fundamentalmente
que
Noé
maldijese
a
su
hijo
Cam
y
a
su
descendencia,
Canaan.
Según
la
maldición,
la
estirpe
de
Cam
se
convertiría
en
esclava
de
la
de
Sem
(pueblos
semitas)
y
Jafet
(pueblos
europeos)
y
su
piel
se
oscurecería
como
consecuencia
del
estigma
arrojado
contra
Cam.
Esta
interpretación
mítica,
proveniente
del
libro
del
Génesis
del
Antiguo
Testamento,
acompañó
y
justificó
la
colonización
y
esclavitud
de
los
pueblos
africanos
-‐camitas,
del
linaje
de
Cam-‐
por
parte
de
los
descendientes
de
Jafet
-‐los
europeos.
El
Corán
también
recoge
la
"extensión"
del
linaje
de
Noé
sobre
la
tierra
y
la
maldición
camita.
MODELO
EXOTICO
Y
SUS
DOS
CARAS
En
el
capítulo
4
REPRESENTACIONES
DE
LOS
SALVAJES
se
desarrollan
las
distintas
tradiciones
de
la
antropología
para
los
"primitivos"...
Ver
la
nota:
..."Criticamos
la
noción
de
primitivo
como
poco
desarrollado
o
poco
sujeto
a
cambios
históricos,
pero
retenemos
el
concepto,
sobre
todo
para
significar
que
en
determinadas
sociedades
se
da
el
contexto
holístico
o
de
mayor
fusión
entre
instituciones
o
actividades
que
en
otras
sociedades,
como
la
nuestra,
dónde
se
hallan
más
diferencias
(Económicas,
morales,
jurídicas,
religiosas,
familiares,
terapéuticas,
políticas,
artísticas..."
.
No
obstante
en
el
apartado
"El
modelo
exótico
y
sus
dos
caras",
se
refiere
al
cine
y
su
utilización
de
un
"modelo
exótico
en
su
doble
faceta:
como
encarnación
de
los
nobles
salvajes
o
como
la
de
inasimilables
bárbaros,
presentados
casi
como
salvajes
profesionales,
en
el
caso
del
subgénero
original
del
cine,
es
decir,
en
el
western.
Aunque,
a
primera
vista,
pueda
parecer
paradójico,
estas
dos
caras
del
exotismo
no
son
incompatibles".
El
noble
salvaje
es
un
compendio
de
lo
mejor
del
"hombre",
física,
mental
y
espiritualmente,
moralmente
es
benévolo
y
generoso.
Sus
cualidades
de
bravura
física
no
se
corresponden
con
una
idéntica
firmeza
de
mente.
En
cuanto
la
ocasión
se
presenta,
el
"noble
salvaje"
imaginario
se
deja
corromper
con
facilidad
por
las
tentaciones
de
la
vida
civilizada.
A
lo
largo
del
tiempo
se
ha
visto
de
distintas
maneras.
Los
griegos
solían
situarle
en
los
extremos
más
lejanos
del
mundo
conocido:
un
etíope,
un
escita.
Los
escritores
griegos
y
romanos
que
celebraban
sus
nobles
y
sencillas
virtudes
es
verdadero
listado
de
los
grandes
nombres
de
aquella
época:
Homero,
Heródoto,
Esquilo,
Aristófanes,
Séneca,
Horacio,
por
nombrar
algunos
de
ellos.
El
"noble
salvaje"
se
desvaneció
durante
la
Edad
Media,
cuando
los
que
no
eran
cristianos
eran
vistos
como
paganos
no
convertidos
o
peor,
bárbaros
infieles
a
los
que
se
condenaba
al
castigo
eterno.
Esta
figura
volvió
a
aparecer,
aunque
de
forma
vacilante,
en
el
Renacimiento
y
alcanzó
su
mayor
gloria
después
del
descubrimiento
de
América.
Un
siglo
después
de
tal
descubrimiento
el
nativo
americano
representó
la
máxima
expresión
del
"noble
salvaje"
para
la
imaginación
europea:
el
héroe,
no
solo
de
algunos
filósofos,
sino
de
incontables
obras
de
teatro,
novelas,
poemas,
cine,
que
exaltaban
sus
virtudes
puras
e
incorruptas.
El
pensamiento
occidental
los
ha
identificado
desde
el
comienzo
como
la
esencia
del
"otro"
y,
por
lo
tanto,
casi
todo
lo
que
se
ha
escrito
sobre
ellos,
objetivo
o
ficticio,
está
lleno
de
juicios
morales
manifiestos
o
implícitos.
Casi
toda
la
literatura
sobre
los
nativos
americanos
puede
dividirse
en
dos
tipos
de
imágenes,
la
del
"indio
bueno"
y
la
del
"indio
malo".
Sin
embargo,
el
indio,
bueno
o
malo,
es
siempre
pintoresco
y
constituye
una
fuente
inagotable
de
fascinación
para
escritores
y
lectores.
Su
popularidad
creció
y
disminuyó
en
los
siglos
siguientes
en
función
del
optimismo
general
de
los
tiempos.
Porque
el
primitivismo,
como
doctrina
histórica,
es
la
otra
cara
del
evolucionismo.
Los
primitivistas
y
los
evolucionistas
comparten
a
menudo
una
visión
común
sobre
el
curso
del
desarrollo
cultural
humano,
aunque
lo
ven
con
sentimientos
muy
distintos:
el
primitivista
con
pesar
y
el
evolucionista
con
aprobación
(el
pensamiento
primitivista
fue
una
parte
destacada
del
movimiento
romátnico,
lo
mismo
que
el
evolucionismo
lo
fue
de
la
ilustración,
aunque
no
el
único).
Por
ejemplo
cuando
las
imágenes
literarias
del
siglo
XX.
se
sitúan
mayoritariamente
en
la
categoría
del
"indio
bueno".
En
muchas
ocasiones
son
primitivistas
y
usan
al
indio
como
una
figura
simbólica
para
criticar
la
vida
moderna
americana.
Y
para
terminar
recordemos
estas
palabras
de
Marcel
Mauss
"...
hablando
estrictamente,
no
existen
pueblos
no
civilizados,
sólo
existen
pueblos
con
civilizaciones
diferentes.
Una
sociedad
australiana
no
es
simple
ni
primitiva,
tiene
detrás
suyo
una
historia
tan
larga
como
la
nuestra.
Mary
Roscales
MÓNADAS
Y
CULTURAS
Cuando
nos
detenemos
en
lo
que
supone
aceptar
en
términos
absolutos
el
relativismo
-‐sin
matizar
grados,
sin
comparar
y
sin
analizar
las
distintas
relaciones
de
poder.
Podemos
resumir
su
concepción
a
una
serie
de
términos,
entre
ellos,
la
proclamación
de
que
las
culturas
son
una
especie
de
mónadas
leibnitzianas,
cada
una
viviendo
sus
mundos
aparte,
que
presupone
no
sumergirse
en
las
tortuosas
aguas
de
la
economía
política
del
dominio
-‐colonial,
mercantil
o
neoliberal-‐
que
ha
caracterizado
a
la
mayoría
de
los
pueblos
estudiados
en
esa
época
por
los
antropólogos
El
uso
de
esta
analogía
es
para
insistir
que
las
culturas
no
son
unas
entidades
aisladas
e
imperturbables
en
el
tiempo.
Lo
que
se
trata
de
aclarar
con
la
analogía
es
que
las
culturas
no
se
parecen
en
nada
a
cómo
Leibnitz
había
caracterizado
a
las
mónadas.
A
pesar
de
que,
durante
un
tiempo,
alguna
tradición
antropológica
-‐por
ejemplo
los
boasianos-‐
tuviesen
una
concepción
esencialista
de
la
cultura.
Lo
importante
es
comprender
que
las
culturas
no
existen
en
ese
estado
de
aislamiento,
como
si
fuesen
cosas
herméticas
e
impenetrables,
sino
que
interactúan,
toman
elementos
de
otras,
cambian
en
el
tiempo
y
se
transforman
hasta
hacerse
irreconocibles
con
su
pasado.
PARTICULARISMO
HISTÓRICO
Los
boasianos
no
aceptan
una
perspectiva
completamente
ahistórica
de
la
Antropología,
sino
que
consideran
que
la
Historia
debe
centrarse
en
el
análisis
de
la
diferencia
cultural;
en
la
idea
de
que
"el
otro",
"el
diferente"
a
quien
estudia
la
Antropología,
es
un
producto
de
su
propia
Historia,
que
tiene
que
analizarse
como
parte
de
la
Cultura,
dejando
fuera
las
conexiones
históricas
centradas
en
los
procesos
sociales
globales.
Puesto
que
los
boasianos
no
estaban
demasiado
preocupados
por
el
estudio
de
la
evolución
o
de
la
prehistoria
de
los
nativos
americanos
(a
excepción
de
Kroeber),
su
interés
se
dirigió
hacia
las
culturas
en
sentido
específico
y
no
hacia
la
cultura
genérica.
En
este
camino
siguieron
la
línea
que
habían
marcado
los
particularistas
alemanes,
Herder
en
concreto,
quien
estaba
mucho
más
interesado
en
descubrir
lo
que
diferenciaba
a
los
alemanes
de
los
franceses
o
eslavos
que
en
definir
los
rasgos
comunes
de
la
cultura
europea
moderna
que
compartían
estos
tres
pueblos.
Para
los
boasianos,
la
tendencia
particularista
estaba
íntimamente
ligada
a
su
rechazo
del
marco
teórico
evolucionista
y
a
su
creencia
de
que
todas
las
culturas
tenían
la
misma
importancia.
Los
boasianos
estaban
de
acuerdo
con
los
demás
antropólogos
del
cambio
de
siglo
en
que
la
disciplina
era
principalmente
una
ciencia
histórica.
Pero
los
boasianos
aportaron
el
particular
concepto
alemán
de
la
historia,
que
hacía
hincapié
en
el
crecimiento
y
expansión
de
las
culturas.
En
teoría
los
boasianos
creían
que
la
forma
de
toda
cultura
estaba
determinada
por
la
combinación
de
su
medio
ambiente
y
su
propia
historia
de
desarrollo.
No
era
posible
entender
ninguna
cultura
en
su
totalidad
sin
tener
en
cuenta
su
historia
de
desarrollo,
por
lo
que
la
historia
debería
estudiarse
como
un
componente
básico
de
la
investigación
etnográfica.
PATRÓN-‐CLIENTE
Como
saben
las
relaciones
patrón-‐cliente
(término
usado
en
las
ciencias
sociales
que
se
ocupan
de
estos
problemas)
existen
en
muchas
sociedades
bajo
distintas
denominaciones:
en
español
la
gente
usa
el
termino
"cacique"
para
referirse
a
ellas.
Su
persistencia
-‐así
como
la
difuicultad
para
entender
la
relación
en
términos
"racionales"
(weberianos)-‐
radica
en
que
los
vínculos
especiales
que
se
establecen
entre
los
favores
concedidos
por
el
patrón
y
la
obligación
del
cliente
de
agredecer
el
favor
recibido
se
perciben
por
ambas
partes
como
"obligaciones",
en
términos
morales.
Este
tipo
de
relación
ya
lo
había
descrito
Aristóteles
al
explicar
la
amistad
entre
desiguales
(Ética
a
NIcómaco),
los
juristas
medievales
al
describir
las
relaciones
antidorales
y
multitud
de
antropólogos
y
sociólogos
al
explicar
este
tipo
de
relaciones
en
sociedades
tan
distantes
y
distintas
como
las
mediterráneas,
las
latinoamericanas,
o
las
rusas
y
chinas,
sociedades
que
las
etiquetan
con
nombres
particulares,
ya
sean
caciquismo
o
sus
consecuencias
que
reciben
nombres
como
"enchufes",
"blat"
(Rusia)
o
"guanxi"
(China).
Paz
Moreno.
RACISMO/SOCIEDADES
IGUALITARIAS
El
racismo,
en
el
sentido
que
estableciera
el
antropólogo
francés
Louis
Dumont,
es
propio
de
una
sociedad
que
ideológicamente
está
basada
en
el
principio
político
de
la
igualdad
como
valor.
La
ruptura
que
este
principio
de
igualdad
supone
contrasta
con
el
reconocimiento
empírico
de
situaciones
jerárquicas,
así
en
la
esfera
política
el
principio
de
igualdad
individual,
es
incompatible
con
el
mantenimiento
de
un
orden
jerárquico
basado
en
la
diferencia.
Por
ello,
mientras
otros
sistemas
sociales,
presuponían
el
orden
jerárquico
y
no
necesitaban
una
legitimación
explícita;
en
el
occidente
posterior
a
la
revolución
francesa
y
a
la
propagación
napoleónica
de
sus
políticas,
la
existencia
de
jerarquías
de
dominio
que
contrastaban
con
los
principios
ideológicos,
se
establece
en
nombre
de
la
ciencia:
la
desigualdad
no
se
sitúa
en
el
orden
social,
sino
que
proviene
de
la
"naturaleza"...
"La
jerarquía
de
las
categorías
racistas
no
se
justifica
en
el
plano
político
o
social,
sino
como
condición
inherente
de
la
naturaleza
humana".
Así,
por
ejemplo,
en
un
mundo
que
se
jacta
de
tener
una
capacidad
sin
precedentes
para
mejorar
las
condiciones
humanas
reorganizando
los
asuntos
humanos
sobre
una
base
racional,
el
racismo
manifiesta
la
convicción
de
que
existe
cierta
categoría
de
seres
humanos
que
no
se
pueden
incorporar
al
orden
racional,
por
muchos
esfuerzos
que
se
hagan.
En
un
mundo
caracterizado
por
el
continuo
retroceso
de
los
límites
de
la
manipulación
científica,
tecnológica
y
cultural,
el
racismo
proclama
que
no
se
pueden
eliminar
ni
rectificar
ciertas
manchas
de
cierta
categoría
de
personas,
que
permanecen
más
allá
de
los
límites
reformadores
y
que
seguirán
estando
allí
siempre.
El
racismo
deja
aparte
a
cierta
categoría
de
personas
a
las
que
no
se
puede
llegar
ni
por
medio
de
la
argumentación,
ni
tampoco
ninguna
otra
herramienta
de
formación
y,
por
tanto,
seguirán
siendo
extrañas
siempre.
En
resumen,
en
el
mundo
moderno
el
racismo
declara
que
existe
cierta
categoría
de
personas
que
se
resisten
al
control
y
son
inmunes
a
cualquier
esfuerzo
para
mejorar.
SOLIDARIDAD
MECÁNICA-‐ORGÁNICA
La
rama
antropológica
que
más
intensamente
se
ha
centrado
en
la
comunidad
pequeña
se
conoce
con
el
nombre
de
antropología
social,
y
su
inspiración
se
remonta
sobre
todo
al
filósofo
francés
Émile
Durkheim.
Una
fuente
importante
fue
su
tesis
doctoral
de
1893,La
división
del
trabajo
social,
en
la
que
planteó
la
distinción
entre
solidaridad
"mecánica"
y
"orgánica".
La
solidaridad
orgánica
caracteriza
a
las
sociedades
contemporáneas
y
urbanizadas
como
la
nuestra.
Aquí
las
conexiones
se
basan
en
la
división
del
trabajo:
el
carnicero
consigue
dinero
a
cambio
de
carne,
el
panadero
a
cambio
de
pan,
y
con
ese
dinero
el
carnicero
puede
comprar
pan
y
el
panadero
carne.
Cada
uno
realiza
su
propio
trabajo
y
lo
que
mantiene
unida
la
sociedad
es
ese
intercambio
útil
pata
todos.
Según
Durkheim,
la
solidaridad
mecánica
se
encuentra
en
las
comunidades
tradicionales.
La
unidad
no
procede
de
la
división
del
trabajo
y
del
intercambio
económico,
sino
que
todos
trabajan
con
el
mismo
propósito,
y
la
unidad
se
basa
en
una
moral
compartida,
en
el
firme
compromiso
con
una
misma
norma
y
una
sola
creencia.
En
esa
"comunidad
moral",
las
relaciones
sociales
son
fijas
y
rígidas,
basadas
en
el
parentesco;
no
son
flexibles
como
las
relaciones
contractuales
que
se
adaptan
a
las
necesidades
del
mercado.
La
antropología
social
ha
analizado
las
pautas
de
las
llamadas
sociedades
mecánicas
-‐las
pequeñas
comunidades-‐
en
todo
el
mundo.
Ha
quedado
claro
que
esas
comunidades
no
son
tan
mecánicas
como
Durkheim
suponía.
Los
sistemas
de
relaciones
sociales
funcionan
de
distintas
formas
increíblemente
complejas
y
sutiles,
y
la
libre
elección
tiene
presencia
considerable,
aunque
en
algunos
casos,
la
antropología
continua
afirmando
que
en
tales
comunidades
existen
fuertes
lazos
de
solidaridad,
sobre
todo
en
comparación
con
nuestra
propia
sociedad.
Mary
Roscales
TRADICIÓN
BRITÁNICA
Si
se
pregunta
por
el
entorno
intelectual
en
el
que
aparece
la
antropología
en
el
Reino
Unido
hay
que
decir
que
la
antropología
está
relacionada
con
círculos
de
activistas
compasivos
que
serían
los
no-‐conformistas
y
especialmente
los
filantropistas
cuáqueros.
Entre
estos
activistas,
un
elemento,
siempre
presente,
era
la
lucha
contra
la
trata
de
esclavos
tanto
en
África
como
contra
su
institucionalización
en
las
colonias
británicas.
Cuando
se
alcanza
la
abolición
de
la
esclavitud
en
1833,
estos
grupos
empiezan
a
plantear
el
problema
de
las
poblaciones
nativas
de
Sudáfrica.
Para
ello,
promueven
la
creación
en
el
Parlamento
de
un
Comité
para
los
aborígenes,
y
posteriormente
crean
la
Sociedad
para
la
Protección
de
los
Aborígenes.
Es
muy
interesante
ver
los
motivos
para
la
creación
de
esta
Sociedad,
y
que
son
fundamentalmente
la
disparidad
manifiesta
entre
el
comportamiento
británico
dentro
del
propio
país
y
la
manera
de
actuar
fuera.
Dentro,
se
defendía
la
libertad
civil
y
el
progreso
moral
e
intelectual
mientras
que
en
las
colonias
"se
habían
producido
injurias,
ejercido
la
opresión
y
cometido
crueldades,
se
habría
favorecido
el
vicio
y
se
había
causado
la
desolación
y
la
ruina".
En
esta
sociedad,
se
crea
un
importante
foro
de
discusión
y
de
publicaciones
con
el
intento
de
obtener
información
auténtica
sobre
el
carácter,
hábitos
y
deseos
de
las
tribus
no
civilizadas.
Esta
información
se
sistematizó
y
constituía
el
punto
de
partida
para
una
antropología
incipiente.
Inmediatamente
apareció
una
división
en
esta
sociedad
entre
los
que
tenían
unas
tendencias
de
carácter
evangélico
y
de
mejora
de
los
aborígenes,
y
otros,
cuyo
interés
básico
era
el
estudio
de
las
poblaciones
aborígenes.
Esto
llevó
a
la
aparición
en
1844
de
la
Sociedad
Etnológica
de
Londres
con
el
intento
de
investigar
las
características,
físicas
y
morales
de
las
gentes
que
habitan
o
habían
habitado
la
tierra.
En
un
principio
eran
Thomas
Hodgkin
y
James
Coles
Pritchard,
dos
cuáqueros
que
defendían,
como
elemento
fundamental
de
sus
posiciones
morales
y
filosóficas,
la
unidad
de
la
sangre
del
género
humano,
y,
por
ello,
explicaban
la
diversidad
como
algo
causado
por
las
diferencias
ambientales.
Otros
miembros
de
la
sociedad
se
fijaban
más
en
las
diferencias
anatómicas
entre
los
grupos
raciales,
defendían
el
origen
poligenístico
de
la
especie
humana
y
veían
diferencias
raciales
como
la
causa
de
la
diversidad
moral
y
cultural.